Derecho Fundamental
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Derecho Fundamental
Saber leer y escribir es una condición necesaria para el pleno goce de un conjunto de
derechos: la atención de la salud, la obtención de un trabajo digno, el ejercicio de la ciudadanía, la
posibilidad de acceder a una educación permanente. Además, vincular la lectura y la escritura con la
inclusión es una de las condiciones de posibilidad para una participación plena y productiva de todos
en la construcción de la cultura. Cotidianamente para observamos las diferencias entre los que
saben leer y escribir y los que no: las posibilidades de acceso a la lectura y a la escritura favorecen la
constitución de sujetos políticos con voz propia.
En palabras de Michele Petit1:
“Cuando vivimos en países democráticos, aquellos en los que delegamos el poder son responsables de
permitir a cada cual el ejercicio de sus derechos culturales. Entre estos derechos figura por supuesto el derecho
a la educación, al aprendizaje de la lengua en particular, esa lengua que puede constituir una temible barrera
social. Y también, en un sentido más amplio, el derecho al saber y a la información bajo todas sus formas,
incluso aquellas que se sirven de nuevas tecnologías.”
Ahora bien, ¿qué queremos decir con “saber leer y escribir”? ¿Se trata sólo de aprender las
primeras letras? No, por supuesto que no se trata de eso. Quienes sólo alcanzan ese umbral, son los
que luego denominamos “analfabetos funcionales” ¿De qué se trata pues? Nada más y nada menos
que de hacer presentes en la escuela, desde la alfabetización inicial, las prácticas sociales de la
lectura y la escritura, poniendo en primer plano su sentido. ¿Por qué y para qué leen y escriben los
que lo hacen habitualmente? ¿Qué les aportan las lecturas? ¿Qué aportan con sus escritos?
Apropiarse del sentido de las prácticas sociales de lectura y escritura en la escuela resulta
fundamental, sobre todo cuando las diferencias entre las experiencias extraescolares se convierten
en desigualdades. No se puede admitir que lleguen a ser “practicantes” de la lectura y la escritura
en el pleno sentido de la palabra sólo aquellas personas que “heredaron” este saber, favorecidos por
sus condiciones sociales beneficiosas. Todos tienen derecho a ser partícipes de la cultura escrita.
“El derecho a compartir relatos, metáforas que los seres humanos se han transmitido desde hace siglos
o milenios, el derecho a compartir textos o descubrimientos que acaban de ver la luz en el otro extremo del
planeta o en una ciudad cercana. Todo esto es parte integrante de nuestra humanidad misma y, en mi
opinión, contribuye a la democratización de la sociedad.” 2
1
Petit, Michele (2001) Lecturas: del espacio íntimo al espacio público, México: Fondo de Cultura Económica
2
Petit, Michele op. cit