Philip K. Dick y Blade Runner
Philip K. Dick y Blade Runner
Philip K. Dick y Blade Runner
A pesar de haber escrito y publicado en 30 años, 36 novelas y 121 relatos cortos siempre
vivió casi en la miseria, con 5 matrimonios fracasados y una vida de adicciones a las
anfetaminas y substancias psicotrópicas varias que no excluían los barbitúricos y el ácido
lisérgico, y que le causaron serias secuelas a su salud mental.
Basada en su relato ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (1968), Blade Runner fue
la primera película norteamericana del británico Ridley Scott, quien venía de su éxito Alien
el octavo pasajero.
Scott tuvo muchos problemas en todos los niveles: con los productores, con los guionistas,
con los actores (principalmente Harrison Ford y Sean Young).
Ford venía de triunfar con Star Wars e Indiana Jones y deseaba un papel más complejo y
profundo. Vaya que lo consiguió.
Blade Runner no sigue fielmente el relato original de Dick, incluso se dice que Scott no lo
había leído completo antes de iniciar el proceso. Y se prescinden de varios elementos como
el polvo radioactivo que obliga al despoblamiento de la Tierra, y de varios elementos de
religiosidad y misticismo presentes en toda la obra de Dick.
Roberto Bolaño dijo que Dick es una especie de Kafka pasado por el LSD y la rabia. PKD
como Kafka, anticipó el totalitarismo del Estado, que la ciencia y la técnica le facilitarían.
Percibió el zeitung, el espíritu del inmediato y aciago futuro, antes de la internet y de las
guerras que se libran en los medios de comunicación y en la mentes de los individuos. Su
paranoia resultó profética.
Vehículos voladores que deambulan sobre sucias calles donde abundan los detritos y
basuras. Una mezcla humana multirracial empapada por una sucia y fina lluvia
interminable coloreada por intermitentes neones. Todas las películas futuristas posteriores
abrevaron de esa oscuridad: RoboCop, Batman, El quinto elemento, Mátrix…
La película trata sobre que en el futuro las corporaciones fabrican, mediante ingeniería
genética, unos androides con capacidades físicas superiores a los humanos para labores
peligrosas: los replicantes Nexus-6. Físicamente indistinguibles de los humanos,
mentalmente sí había diferencia; que se hacía evidente mediante la prueba Voight-Kampff,
la que medía la empatía humana que los replicantes no podían simular.
Esa es una de los temas más interesantes del filme. Los supuestamente insensibles
replicantes tenían una profundidad psicológica mayor a los humanos.
Como defensa contra el imprevisible desarrollo emocional de los androides, estaban
programados para vivir sólo 4 años.
En Los Ángeles del 2019 un cazador de replicantes, un blade runner retirado (Rick
Deckard-Harrison Ford) es llamado para que resuelva y ‘retire’ a 4 replicantes fugados:
Leon (Brion James), Zhora (Joanna Cassidy) y Pris (Daryl Hanna), comandados por un
poderoso y carismático Roy Batty (Rutger Hauer) …quizá el personaje más interesante de
todo el crew, incluso por encima de Deckard.
El blade runner Deckard trabaja coordinado con Gaff (un excelente Edward James-Olmos)
para la Tyrrell Corporation. La secretaria del magnate Tyrrel es Rachael (Sean Young), una
replicante experimental con sentimientos insertados, por la que Deckard empieza a sentir
una atracción que se convierte en mutua.
Después de asesinatos y peripecias varias, Deckard retira a Zhora y a Pris, Rachael lo salva
retirando a Leon. El clímax es la persecución final de Batty a Deckard en el decadente
Bradbury Building. El blade runner intenta escapar, para quedar colgando agarrado de una
viga. Roy Batty presencia cuando se suelta e imprevisiblemente lo sujeta de una mano y lo
salva. Roy siente que está llegando a su fin y se arranca con el famoso monólogo:
«He visto cosas que los humanos ni se imaginan: naves de ataque incendiándose más allá
del hombro de Orión. He visto rayos C centelleando en la oscuridad cerca de la Puerta de
Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán… en el tiempo… como lágrimas en la
lluvia… Es hora de morir».
Suelta una paloma y muere, en la escena más intensa de toda la película. Por cierto, se dice
que el monólogo no estaba en el guión y que Rutger Hauer lo improvisó.
Luego llega la conclusión, la replicante Rachael también debe ser eliminada, pero Gaff
permite que ambos huyan en un polémico ‘final feliz’, para el que usaron tomas aéreas de
El Resplandor de un vehículo en una sinuosa carretera boscosa.
Aparte de las diferencias con Ford y Young durante el rodaje, Scott tuvo problemas con los
productores para la versión final. Quienes quedaron desconcertados e impusieron una
narración en off, para, según ellos, hacer más inteligible el filme. Scott se opuso inútilmente
a éste y otros cambios y escenas eliminadas.
La película no fue el éxito de taquilla esperado aunque superó los costes de producción (28
millones de dólares de presupuesto contra casi 34 millones de taquilla).
Desafortunadamente coincidió con el estreno de ET el extraterrestre que arrasó ese verano
del 82.
Blade Runner es la primera postpelícula postmoderna. Su verdadero éxito se disparó con las
rentas de su versión para vídeo en los videocentros, donde se fue convirtiendo en la película
de culto que es hoy. Y fue de las primeras en ser lanzadas para DVD.
Cuenta con 7 versiones a partir de la original. A los 10 años de estrenada salió la director’s
cut autorizada por Scott. Y la final cut se lanzó en el 25 aniversario. Se le suprime la voz en
off y se le añaden escenas importantes como la del sueño del unicornio y la del origami
final de Gaff.
• Total Recall (Paul Verhoeven, 1990 y Len Wiseman, 2012), basado en Podemos
recordarlo por usted al mayoreo.
• Minority Report (Steven Spielberg, 2002).
• Paycheck (John Woo, 2003).
Y las obvias influencias de su novela Ubik en Abre los Ojos (1997) de Alejandro Amenabar
y de Tiempo Desarticulado en The Truman Show (1998) de Peter Weir.
«El poder del mal es hacer que la realidad cese de existir. Es el lento diluirse de todo lo
existente hasta que la vida se difumine como un fantasma.»
«Llamamos piadosas a las personas que hablan con Dios, y locas a aquellas a quienes Dios
les habla.»
• Phillip K. Dick