Jean Grondin
Jean Grondin
Jean Grondin
Ahora ¿Dios es real?, Por algún tiempo, el autor y pastor Tim Keller se reunía
regularmente con un joven científico brillante. Este joven estaba encantado por la
idea de que Dios existía, pero a medida que consideraba un argumento de Dios
tras otro, finalmente se dio cuenta que cada uno de ellos era “racionalmente
evitable” hasta cierto punto. “No creeré al menos que encuentre por lo
menos una prueba absolutamente hermética de Dios,” dijo el afligido científico.2 Al
oír esto, Keller señaló que éste asumía un “fuerte racionalismo,” y la preocupación
del científico fue de alguna manera resuelta cuando ambos recapacitaron que
inclusive ninguno de ellos era capaz de dar tal prueba de hermeticidad.3
Lo que esta anécdota ayuda a ilustrar es que aceptamos muchas de nuestras más
profundas convicciones como racionales, aunque todos reconocemos que no hay
argumentos para justificarlos. Por ejemplo, la creencia generalizada de que existe
un mundo físico muy parecido al de nuestros sentidos, o que existen otras mentes
que no son las nuestras.
Los críticos de la creencia en la existencia de Dios pueden insistir que aunque los
cristianos creen haber experimentado la presencia de Dios no pueden saber si Dios
existe al menos que puedan probarlo. ¿Pero acaso estos críticos aplican esta
prohibición a sus propias creencias? Si lo hicieran, entonces tendrían que admitir que
tampoco saben si las mesas y las sillas existen, o que el mundo tiene más de cinco
minutos de antigüedad. Estas creencias tampoco pueden ser probadas, pero me
parece raro que se insista en que esas no son cosas que sabemos.
¿Podría en verdad haber algo tal como una terrible iniquidad [si no existiera algún
Dios]? No veo cómo. Puede haber tal cosa sólo si hubiera una forma en la que las
criaturas racionales supuestamente vivieran, obligadas a vivir.... Una manera de mirar
el mundo [puramente naturalista] no tiene lugar para una verdadera obligación moral
de ningún tipo... y así no hay manera de decir que existe una iniquidad genuina y
terrible. Por consiguiente, si crees que realmente existe tal cosa como una terrible
iniquidad (... y no sólo una ilusión de alguna especie), entonces tienes un poderoso
argumento [para la existencia de Dios].9