Monografia TEORIA MARXISTA DEL DERECHO B
Monografia TEORIA MARXISTA DEL DERECHO B
Monografia TEORIA MARXISTA DEL DERECHO B
INTRODUCCIÓN............................................................................................................................2
1. TEORIA MARXISTA DEL DERECHO................................................................................3
1.1 LA CONCEPCIÓN MARXISTA..........................................................................................5
1.2 LA NATURALEZA MARXISTA DEL DERECHO...........................................................6
1.3 PRESUPUESTOS METODOLÓGICOS.............................................................................9
1.4 DESAFÍOS TEÓRICOS (DESCRIPTIVOS......................................................................11
1.5 OBJETIVOS PRÁCTICOS.................................................................................................11
1.6 EL MARXISMO COMO TEORÍA EDUCATIVA............................................................13
2. TEORÍA MARXISTA DEL DERECHO: CONCEPCIÓN FILOSÓFICA.......................15
2.1 INFLUENCIAS INTELECTUALES DE MARX..............................................................15
2.2 CONCEPCIÓN MATERIALISTA DE LA DIALÉCTICA..............................................16
2.3 CONCEPCIÓN MATERIALISTA DE LA HISTORIA...................................................16
2.4 CONCEPCIÓN MARXISTA DE IDEOLOGÍA................................................................21
2.5 CONCEPCIÓN MARXISTA DEL ESTADO....................................................................23
2.6 FILOSOFÍA MARXISTA PERUANA...............................................................................24
3. PRINCIPIOS DE LA TEORIA MARXISTA DEL DERECHO.........................................26
3.1 MARX Y LA CONTRADICCIÓN DIALÉCTICA...........................................................29
3.2 LA NEGACIÓN DE LA NEGACIÓN Y EL PRINCIPIO DE IDENTIDAD..................30
3.3 OPOSICIONES INTERNAS Y EXTERNAS.....................................................................31
4. CRITICA A LA TEORÍA MARXISTA DEL DERECHO.................................................31
4. La crítica del Derecho, Marx y el marxismo........................................................................31
4.2 La crítica jurídica como crítica marxista del Derecho......................................................35
4. 3. La crítica marxista del Derecho en Latinoamérica..........................................................40
CONCLUSIONES..........................................................................................................................45
REFRENCIAS BIBLIÓGRAFICAS............................................................................................47
INTRODUCCIÓN
Hasta el día de hoy, se vienen aplicando los postulados de esta teoría filosófica del derecho,
a su vez en otros campos y materias que es de mucha importancia en desarrollo del
conocimiento científicos como bases y fundamentos para la construcción y fortalecimiento
de esta disciplina.
Bajo esta premisa en líneas generales podemos decir que tanto el Derecho y la legislación
están en función de las relaciones de producción de esa época, es decir, su crítica es al
capitalismo y de la nueva sociedad. Se cuestiona esa nueva sociedad capitalista,
considerando algunos factores relevantes como el factor decisivo en esta evolución son los
contrastes económicos y la lucha de clase. Asimismo, podemos decir que, en esta
concepción filosófica, el marxismo no existe fundamento para una concepción personalista
del orden social y político, que respeten la dignidad de la persona humana, entendida como
ente dinámico que tiende a la realización de cada individuo mediante la consecución de su
fin personal. Más bien, el sistema marxista es transpersonalista: el individuo es considerado
no como un todo con un fin personal, sino como medio para la realización de otros fines,
medio para la realización de la humanidad, de la cual es pura parte.
Pero esto no es un obstáculo para que los filósofos neokantianos consideren las
categorías jurídicas fundamentales como algo que se sitúa por encima de la experiencia y
que hace posible la experiencia misma. Otra objeción que se hace a la concepción que
defendemos acerca de las tareas de la teoría general del derecho consiste en decir que las
abstracciones que sirven de fundamento a su análisis son propias únicamente del derecho
burgués.
Y así se preguntará con cierto asombro: Cómo vais a construir un sistema jurídico
definitivo si partís de relaciones sociales que implican 1a necesidad de que se extinga todo
tipo de derecho. No podemos ocuparnos de la creación de un ordenamiento jurídico
proletario específico, porque partimos de relaciones objetivas que la dictadura proletaria
está cambiando a cada momento Stalin no sólo llegará a afirmar la necesidad de un Estado
y de un derecho soviético, sino que llegará a poner en duda la desaparición del Estado y del
derecho incluso en la fase comunista (lo que no se podía defender sin violentar
clarísimamente las doctrinas de Marx y Engels)”
en primer lugar, que el principio del sujeto jurídico nos referimos con ello a los
principios de la igualdad y de la libertad, el principio de 1a autonomía de la persona, no es
únicamente un instrumento de engaño y un producto de la hipocresía de la burguesía en
cuanto se opone a la lucha proletaria para la eliminación de las clases sino, al mismo
tiempo, un principio realmente operante en la sociedad burguesa, cuando ésta se genera a
partir de la sociedad feudal patriarcal y 1a destruye; en segundo lugar, que el triunfo de este
principio es no solamente y no tanto un proceso ideológico es decir, referido en un todo a la
historia de las ideas, sino más bien un proceso real de juridización de las relaciones
humanas que acompaña al desarrollo de la economía mercantil monetaria y, en la historia
europea, al desarrollo de la economía capitalista y que implica profundas y completas
transformaciones.
La división social del trabajo determina el nivel de acceso que los integrantes de
cada clase tienen a bienes materiales, estatus simbólico, autoridad epistémica y
poder decisional. En la producción de grupos sociales intervienen también
‘sedimentos culturales’ como el machismo y la homofobia, o la xenofobia y el
racismo (sedimentos que, a menudo, reflejan culturalmente la subsistencia de
relaciones de explotación institucionalizadas en el pasado).
Así y todo, esos ‘sedimentos culturales’ ejercen su influjo de manera clasista: las
empresarias y las trabajadoras tienen un interés común en luchar contra el
patriarcado (por ejemplo, en lograr que las instituciones les permitan controlar
plenamente su capacidad reproductiva), pero unas y otras tienen intereses
divergentes respecto a la regulación del contrato de trabajo, de la sindicalización y
de la huelga.
Siempre hay microlucha de clases, pues los individuos siempre intentan mejorar
sus condiciones de vida. Pero la lucha de clases, entendida como una lucha
colectiva y coordinada por el mejoramiento de las condiciones materiales,
simbólicas, epistémicas y cráticas de vida, depende de la formación de
autoconciencia de clases. El derecho juega un rol en producir tal autoconciencia;
por ejemplo, en los grandes textos jurídicos (declaraciones de derechos,
constituciones, leyes) suelen encontrarse rastros, signos, de las luchas que llevaron
a las clases dominantes a asumir tal condición; dichos textos reflejan su hegemonía,
pues universalizan su situación histórica particular.
Diferenciarse del Law y Economics, ‘verdad parcial’ que habla sobre las ‘personas’,
sublimando toda densidad contextual, particularmente a las clases sociales, y que presenta a
la economía, como denunciara Marx en los Grundrisse, “como regida por leyes eternas de
la naturaleza, independientes de la historia, ocasión esta que sirve para introducir
subrepticiamente las relaciones burguesas como leyes naturales inmutables de la sociedad
in abstracto”.
"El conocimiento humano no puede disfrutar de absolutez, porque sería obligar a las
generaciones futuras a renunciar a conquistar la verdad; sería condenar al mundo a una
parálisis intelectual. Esta es la verdadera clave del progreso y de la evolución. El
relativismo marxista sostiene que el conocimiento humano tiene una base firme en la
realidad objetiva; lo que fue verdad hace dos siglos no puede ser nunca falso; pero sí puede
ser completado cuantitativa y cualitativamente. Esto es el relativismo marxista. Un
concepto clave en la filosofía marxista es el de alienación, cuyos sinónimos o vocablos
afines son: ilusión, objetivación y escisión. Calvez escribe:
"La alienación es el tipo general de las situaciones del sujeto. Absolutizado que se
ha dado un mundo propio, un mundo formal, rechazando por ende lo verdadero concreto y
'sus exigencias." Por la alienación, en definitiva, el hombre se pierde a sí mismo, se
desadapta, se proyecta hacia irrealidades compensatorias. La alienación es un modo
existencial, un compromiso, una manera de vivir y existir; es la manera de hacerse
inauténtico, creándose un mundo impropio; es la aceptación de estructuras y
superestructuras que le sacan de sí; es un desajuste entre las relaciones de propiedad o de
producción con las fuerzas de producción.
"La cuestión de saber si el pensamiento humano puede tener acceso a una verdad
objetiva, no es una cuestión del terreno de la teoría, es una cuestión de la práctica. Es en la
práctica donde el hombre ha de demostrar la verdad; es decir, la realidad y pujanza, la parte
más próxima del pensamiento." "Antes de ofrecer los rasgos propios de la teoría educativa
marxista, no es superfluo advertir que Marx critica la enseñanza de su época por su falta de
atención a los problemas educativos, por la degradación física y moral de los niños, por la
unilateralidad de niños. y adolescentes en el trabajo, por las ridículas providencias del
capitalismo a la instrucción de menores, por el clasismo.
" Los investigadores sobre teoría educativa comunista suelen concluir que los
cambios operados en la política comunista educativa a lo largo del siglo XX no han sido
tales que hayan modificado sustancialmente el concepto marxista de educación. La
educación es preparar al educando para que dialécticamente se abra a la naturaleza, al
trabajo y a la sociedad. La educación es un progreso alcanzado en la lucha, progreso que
sigue las reglas de tesis, antítesis y síntesis del método hegeliano, de manera que la
amalgama de ideas, energías y fuerzas produzcan la evolución positiva. La educación no
puede ser idealista, porque la educación ha de ser lanzada a la realidad y a la praxis; la
educación es actividad, porque sólo por ella pueden actuar los dinamismos que la
condicionan o constituyen: "Las ideas nada pueden realizar. Para realizar las ideas se
necesitan hombres que pongan en marcha una fuerza práctica.
Marx tuvo grandes influencias filosóficas, la de Feuerbach, que le aportó y afirmó su visión
materialista de la historia, y la de Hegel, basada en la filosofía kantiana y que inspiró los
jóvenes hegelianos, quien entre ellos, Marx usó la dialéctica en la aplicación del
materialismo. Aunque para su trabajo de disertación doctoral eligió la comparación de dos
grandes filósofos materialistas de la antigua Grecia, Demócrito y Epicuro, Marx ya había
hecho suyo el método hegeliano, su dialéctica. Ya en 1842 había elaborado su Crítica de la
filosofía del derecho de Hegel desde un punto de vista materialista. Pero a principios de la
década de 1840, otra gran influencia filosófica hizo efecto en Marx, la de Feuerbach,
especialmente con su obra La esencia del cristianismo. Tanto Marx como Engels abrazaron
la crítica materialista de Feuerbach al sistema hegeliano, aunque con algunas reservas.
Según Marx, el materialismo feuerbachiano era inconsecuente en algunos aspectos, por ello
lo llama «contemplativo». Es en las Tesis sobre Feuerbach (Marx, 1845) y La ideología
alemana (Marx y Engels, 1846) donde Marx y Engels ajustan sus cuentas con sus
influencias filosóficas y establecen las premisas para la concepción materialista de la
historia.
La revisión de Marx del hegelianismo también estuvo influenciada por el libro de Engels de
1845, La condición de la clase obrera en Inglaterra, que llevó a Marx a concebir la
dialéctica histórica en términos de conflicto de clases y a ver a la clase obrera moderna
como la fuerza más progresista para la revolución. A partir de entonces, Marx y Engels
trabajaron juntos por el resto de la vida de Marx para que las obras recopiladas de Marx y
Engels se publicaran generalmente juntas, casi como si fuera el resultado de una persona.
El concepto de clase social no fue inventado por Karl Marx, sino por los fundadores de
la economía política (Adam Smith…), los fundadores de la tradición de la historia política
francesa (Alexis de Tocqueville), y de la historia de la revolución francesa (Guizot, Mignet,
Thierry). Para los teóricos ingleses, los criterios de identidad de una clase social, se
encuentran en el origen de los ingresos: los tipos de ingresos, la renta de la tierra,
las ganancias y los salarios. Estos tres grupos son los principales para la nación:
terratenientes, trabajadores y empresarios.
Entre los pensadores franceses, el término de “clase” es un término político. Por ejemplo,
para autores como Tocqueville, existen diferencias entre clases cuando los diversos grupos
sociales compiten por el control de la sociedad. Marx señaló su contribución a la
comprensión de las clases sociales:
Para Marx, las clases sociales son parte de la realidad social. Las luchas de estas clases
sociales, señalan el cambio social como un fenómeno duradero. Estas clases son el
resultado de un mecanismo de división del trabajo, que se desarrolló al mismo tiempo que
la privatización de los medios de producción. Las clases sociales surgen cuando la
diferenciación de las tareas y las funciones dejan de ser cosa del azar para convertirse en
una herencia. Hay una tendencia hacia la polarización entre las dos clases más antagónicas
entre sí.
Los marxistas consideran que la sociedad capitalista se divide en clases sociales, de las que
toman en consideración principalmente dos:
La clase trabajadora o proletariado: Marx definió a esta clase como «los individuos que
venden su mano de obra y no poseen los medios de producción», a quienes consideraba
responsables de crear la riqueza de una sociedad (edificios, puentes y mobiliario, por
ejemplo, son construidos físicamente por miembros de esta clase; también los servicios son
prestados por asalariados). Engels señala que el proletariado nació a raíz de la revolución
industrial por la segunda mitad del siglo XVIII en Inglaterra y se repitió luego en todos los
países civilizados del mundo.
La burguesía: quienes «poseen los medios de producción» y emplean al proletariado.
Constituyen la clase mercantil por excelencia: su riqueza proviene de la
administración intelectual de los negocios. Se apropian del excedente económico de toda la
sociedad por el mecanismo de la plusvalía, capaz de confiscar de forma no coercitiva
(mercantil, racional) el valor trabajo, pilar de todo valor y riqueza.
Existen otras clases que integran aspectos de las dos principales, o que, estando asociadas a
alguna, manifiestan nuevos rasgos propios particulares.
El lumpenproletariado: los que viven en pobreza extrema y no pueden hallar trabajo con
regularidad. Abarca desde la amplia masa de indigentes desocupados y/o con trabajos
precarios, hasta sectores en extremo marginales como las prostitutas y los soldados del
crimen organizado, etc.
La pequeña burguesía: forma parte del pueblo trabajador, pero en menor o mayor medida
su trabajo crea capital y encuentra en él su sostén, aunque en niveles de acumulación
siempre muy inferiores al de la gran burguesía. Este capital genera los más diversos
segmentos sociales, según sea principalmente intelectual (profesionales), o mercantil
(pequeños comerciantes), o inmobiliario (pequeños y medianos campesinos, rentistas
urbanos) o financiero (pequeños especuladores) o directamente industrial (pequeños
empresarios).
Marx considera que, para que no haya una clase social, debe haber una conciencia de clase:
la conciencia de tener un lugar común en la sociedad. Marx señaló que no basta con que
muchos hombres estén del lado de un solo plan económico para que se forme el espíritu de
clase. La conciencia de clase denota la conciencia, de sí misma y del mundo social, que
posee una clase social y su capacidad para actuar racionalmente en su mejor interés, por lo
tanto, se requiere conciencia de clase antes de que pueda efectuar una revolución exitosa y,
por lo tanto, la dictadura del proletariado.
Engels compartió las suposiciones básicas con Marx de que la historia de la humanidad es
una "historia de luchas de clases" y que su curso está determinado en gran medida por las
condiciones económicas. Engels dice que esta fórmula se limita a la historia escrita. No
obstante Marx no "inventó" el concepto de la lucha de clases. En realidad, la lucha de
clases se ha teorizado mucho antes que él, por historiadores de la restauración,
como François Guizot y Augustin Thierry. La contribución fundamental de Marx en este
concepto es haber demostrado que la lucha de clases no se extingue en la Revolución
Francesa, sino que se prolonga en oposición burguesía / trabajadores en la de era capitalista.
En Anti-Dühring y en sus últimos escritos, Engels elaboró aún más los conceptos
de filosofía de la historia. La visión de Engels de la historia se caracteriza por un optimismo
fundamental. Al igual que Hegel, no entiende la historia humana como una "intrincada
confusión de violencias sin sentido", sino como un proceso de desarrollo, cuya ley interna
se puede percibir a través de todas las coincidencias aparentes.
Por lo tanto, Marx toma prestado de los economistas clásicos la idea implícita de clases
como un factor de producción, la historia de las clases y el conflicto como productor de la
historia. A todas estas teorías, Marx aporta el concepto del estado de la clase social como su
lucha intrínseca: sin lucha no hay clases. Las clases sociales se consiguen con las luchas
perpetuas históricamente determinadas. Cada etapa de la sociedad que se ha dado a lo largo
de la historia se puede caracterizar a través de un modo de producción diferente.
Un modo de producción se basa en el conjunto formado por las fuerzas productivas y las
relaciones sociales de producción que se dan en la sociedad. En cada una de las etapas de la
evolución, el modo de producción demuestra un estado de la sociedad. Este es tomado
como algo social, ya que, sin fuerzas productivas, no puede haber ninguna duda sobre la
falta de producción. Dichas fuerzas productivas son: los instrumentos de la producción, la
fuerza de trabajo de los hombres, los objetos de trabajo, los conocimientos y las técnicas, la
organización… Con motivo de todas estas actividades de producción y a través de ellas, los
hombres entran en las relaciones sociales. El modelo de producción no puede ser reducido a
un simple aspecto técnico, ya que es uno de los conceptos más importantes para Marx.
Marx consideró los conflictos de clase como la fuerza impulsora de la historia humana, ya
que estos conflictos recurrentes se han manifestado como distintas etapas de transición de
desarrollo en Europa occidental. En consecuencia, Marx designó la historia humana como
que abarca cinco etapas de desarrollo en los modos de producción:
3.- Feudalismo: los aristócratas son la clase dominante; los comerciantes evolucionan a
capitalistas.
4.- Capitalismo: los capitalistas son la clase dominante, que crean y emplean
al proletariado.
5.- Comunismo: sociedad sin dinero, estado, propiedad privada y clases sociales.
La moral en el marxismo
Karl Marx, quien fue fuertemente influido por el filósofo griego Epicuro al tomar un tema
revelador para su tesis doctoral: Diferencia entre la filosofía de la naturaleza de Demócrito
y la de Epicuro. Toma el término y lo aplica al materialismo; en concreto a la explotación
del proletariado y a las relaciones de propiedad privada. En su enfoque,
denominó alienación a las distorsiones que causaba la estructura de la sociedad
capitalista en la naturaleza humana. Aunque era el actor el que padecía la alienación en la
sociedad capitalista, Marx centró su análisis en las estructuras del capitalismo que causaban
tal alienación.
La base teórica de la alienación dentro del modo de producción capitalista que el trabajador
pierde invariablemente la capacidad de determinar la vida y el destino cuando se le priva
del derecho a pensar (concebirse) a sí mismo como el director de sus propias acciones;
determinar el carácter de dichas acciones; para definir relaciones con otras personas; y
poseer esos artículos de valor de bienes y servicios, producidos por su propio trabajo. Si
bien el trabajador es un ser humano autónomo y autorrealizado, como entidad económica
este trabajador está dirigido a metas y desviado a actividades que son dictadas por la
burguesía los medios de producción - para extraer del trabajador el máximo cantidad
de plusvalía en el curso de la competencia empresarial entre industriales.
Para los marxistas, el Estado no ha existido siempre. Hubo un tiempo en donde no existía el
Estado, donde los vínculos generales, la sociedad misma y la organización del trabajo se
mantenían gracias a la fuerza de la costumbre o debido al respeto que ejercían sobre la
comunidad los jefes de las gens, o las mujeres, que con frecuencia tenían los mismos
derechos y obligaciones que los hombres. Asimismo, no existía una categoría especial de
personas que se encargasen de gobernar. Engels divide la historia de la humanidad en su
obra El origen de la familia, la propiedad privada y el estado en tres fases: salvajismo,
barbarie y civilización.
La economía marxista
La economía política es esencial para esta visión, y Marx se basó en los economistas
políticos más conocidos de su época, los economistas políticos clásicos británicos, para
posteriormente criticar su forma de pensar. La economía política, que es anterior a la
división que se hizo en el siglo XX de las dos disciplinas, trata las relaciones sociales y las
relaciones económicas considerándolas entrelazadas. Esta teoría de la explotación la
desarrolló en El capital, investigación dialéctica de las formas que adoptan las relaciones de
valor.
Mariátegui aplicó su filosofía marxista al estudio de los problemas concretos del Perú, su
obra más importante es "7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana" una obra, que
en esencia, trasciende todos los tiempos por la lucidez de su análisis y por los problemas
que, desde hace décadas atrás, se encuentran sin resolver en el Perú.
Desde los años 70 la filosofía marxista fue asentándose en la cátedra universitaria de las
universidades nacionales con los cursos de materialismo histórico y materialismo
dialéctico, pero a pesar de ello no afloró ninguna expresión teórica original. En San Marcos
el profesor Raimundo Prado encabezó un marxismo aburguesado sin fibra revolucionaria ni
pasión teórica. El resultado era previsible, toda una generación enfangada en la repetición
de un dogma estéril y sin adaptación a nuestra realidad. Simplemente se siguió el dictak
moscovita, maoísta y del mariateguismo quedó el clisé. Fue toda una generación perdida en
la repetición del marxismo importado desde Pekín, Moscú u otra moda imperante. La
universidad peruana fracasó en el intento de revivir el pensamiento marxista de Mariátegui
y en su lugar generó estancamiento y retraso teórico.
En una palabra, la filosofía marxista en el Perú ha perdido su rol original y orientador que
tuvo con Mariátegui, y hegemónico que conoció en la década de los 70. A pesar de la
presencia del postmarxismo sobrevive una versión marxista que viene de la guerra fría, y su
notorio retraso teórico y falta de autocrítica ha favorecido el avance de las filosofías
analíticas, postestructuralistas, semióticas y posmodernas.
Cualesquiera que sean las teorías del derecho burgués que se invoquen, para Marx el
Derecho y la legislación de una época están en función de las relaciones de producción de
esa época, y que no existe nada absoluto y definitivo en ese sentido. Estado y Derecho
surgen de las condiciones materiales de la vida de los pueblos y son la expresión de la
voluntad dominante de aquella clase que detenta el poder en el estado. (pp.89-90).
Precisamente una Revolución se hace necesaria cuando el sistema de normas jurídicas por
las que se rige un pueblo es ineficaz o inadecuado para regular su vida o está en
contradicción con ella, pero, a su vez, una Revolución necesita para encauzar y hacer
fecunda la transformación que representa de un Derecho que la proteja y ampare. Podemos
decir que toda Revolución supone un Derecho nuevo y que todo Derecho que envejece es el
germen de una Revolución. Pero esta relación será tanto más o menos intensa según el
carácter de la Revolución. Si es meramente política o social, alcanzará tan sólo a la
regulación jurídica positiva; en cambio, si además es filosófica y se extiende a la
concepción del mundo y de la vida, claro que entonces afectará a la raíz misma del
Derecho.
La dialéctica del marxismo ha sido calificada con razón de degeneración del hegelismo. Si
Marx multiplica los comentarios despreciativos respecto al materialismo vulgar y
mecanicista» no crea que él se salva de los nuestros por haberle añadido el mágico
calificativo de dialéctico. En efecto, la dialéctica en cuanto recoge la negación del principio
de contradicción, es la más absurda posición del idealismo.
Todo sistema que se considera verdadero, niega la verdad del sistema contrario, y admite
los principios de identidad y de contradicción. No se puede negar y afirmar la misma cosa
al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto. Pues bien, este absurdo es el que el marxismo,
como si fuese la más preciada joya hegeliana, toma y acepta, apartando el resto.
Resulta, pues, que en la concepción dialéctica del materialismo la materia no tiene principio
ni fin: se encuentra en constante movimiento y evolución. De esta evolución sale una
materia organizada de un modo especial: la materia viviente, que tiene por el más alto
producto al cerebro, y como su especial propiedad, la conciencia. La conciencia no es un
principio al lado de la materia, sino una propiedad de ésta, y consiste en la facultad de
percibir, de reflejar internamente los procesos desenvueltos en ella y fuera de ella. Con esta
concepción, los materialistas dialécticos combaten el idealismo que deifica la conciencia,
separándola de la materia, más rechazan también el materialismo vulgar, según el cual la
materia segrega pensamientos, del mismo modo que el hígado segrega bilis.
Bien pronto salta a la vista el carácter limitado de esta teoría. Afirmar que el hombre sólo se
mueve y actúa por razones económicas o afirmar que éstas son las únicas determinantes de
la vida social, someter a los hombres a un férreo determinismo económico, es contrario a la
realidad y a la naturaleza humana. En ésta existen motivaciones de índole espiritual: honor,
justicia, religión, belleza, bondad, fama, heroísmo que tienen tanta o más fuerza que los
materiales. Precisamente el materialismo y el hedonismo moderno que se da no sólo en el
comunismo, sino también en el capitalismo, es la causa principal de la crisis del mundo,
estando su salvación en la espiritualización de la vida, en una valoración superior de los
fines espirituales.
Los grandes teóricos del comunismo afirman que los tres pisos del edificio marxista
materialismo, dialéctica materialista y materialismo histórico están sólidamente
encadenados y que mover uno sería amenazar la totalidad.
Bien pronto salta a la vista el carácter limitado de esta teoría. Afirmar que el hombre sólo se
mueve y actúa por razones económicas o afirmar que éstas son las únicas determinantes de
la vida social, someter a los hombres a un férreo determinismo económico, es contrario a la
realidad y a la naturaleza humana. En ésta existen motivaciones de índole espiritual: honor,
justicia, religión, belleza, bondad, fama, heroísmo que tienen tanta o más fuerza que los
materiales. Precisamente el materialismo y el hedonismo moderno que se da no sólo en el
comunismo, sino también en el capitalismo, es la causa principal de la crisis del mundo,
estando su salvación en la espiritualización de la vida, en una valoración superior de los
fines espirituales. Independientemente de lo dicho es importante hacer constar a este
respecto que Engels, al final de su vida, ha precisado que la producción no es el único
fundamento de la evolución histórica, y los más recientes revisionistas del marxismo por
ejemplo Bernstein entienden que son los hombres quienes hacen la Historia y que sus
decisiones no son fatalmente mecánicas, ni son originadas tan sólo por la situación
económica. Los grandes teóricos del comunismo afirman que los tres pisos del edificio
marxista materialismo, dialéctica materialista y materialismo histórico— están sólidamente
encadenados y que mover uno sería amenazar la totalidad.
Por otro lado, la expresión A=A en que consiste el principio de identidad no expresa más
que una “vacua tautología”, carente de contenido y que no lleva a avanzar un solo paso en
el camino del conocimiento. Hegel clarifica este argumento con un ejemplo: “cuando a la
pregunta ¿qué es una planta? se da la contestación: una planta es una planta, entonces la
verdad de una tal proposición quedará admitida por toda la sociedad ante la cual se la pone
a prueba y, al mismo tiempo, de manera igualmente unánime, se dirá que con eso no se ha
dicho nada” (ídem: 41). El principio de identidad, al mantenerse firme en esta identidad
inmóvil, que tiene su opuesto en la diversidad, “expresa sólo una determinación unilateral,
y contiene sólo la verdad formal, es decir una verdad abstracta, incompleta”. Y sigue
Hegel: “La verdad está completa sólo en la unidad de la identidad con la diferencia y, por
consiguiente, consiste sólo en esta unidad” (ídem: 39).
“Extremos reales no pueden mediarse entre sí, precisamente por ser extremos reales. Pero
tampoco necesitan mediación alguna, pues son de naturaleza contraria, no tienen nada en
común, nada pide uno al otro, no se completan en absoluto. Ninguno de ellos tiene en su
propio seno ansia, necesidad, anticipación del otro” (Marx, 1968: 110).
Aquí Marx habla de la oposición entre dos naturalezas que nada tienen en común, esencias
distintas o entidades auto‐subsistentes fuera de este nexo ocasional; que no pueden
mediarse, pero que tampoco lo necesitan, pues el enfrentamiento es un hecho que de una u
otra manera debe consumarse (Dotti, 1983: 243) Con respecto a la oposición interna a una
misma esencia da el siguiente ejemplo: El polo norte y el polo sur se atraen. Igualmente se
atrae el sexo femenino y el masculino y sólo la unión de sus diferencias extremas da
nacimiento al hombre (...) el polo norte y el polo sur son, ambos, polos; su ser es idéntico;
de igual modo el sexo femenino y el sexo masculino son ambos un género, un ser, un ser
humano. El norte y el sur son determinaciones opuestas de una misma enti ‐ dad; la
diferencia de una entidad en el mayor grado de su desenvolvimiento (Marx, 1968: 110‐
111).
Aricó, José (et. al.). Hegemonía y alternativas políticas en América Latina, Buenos Aires,
Siglo XXI editores, 1998.
Espinoza Hernández, R. (2018). La vigencia del pensamiento de Marx para la crítica del
Derecho. Religación. Revista De Ciencias Sociales y Humanidades, 3(11), 91-105.
https://revista.religacion.com/index.php/religacion/article/view/167
Karl Marx. Crítica de la filosofía del Estado de Hegel, México D. F, Grijalbo, 1968. — ‐. El
Capital. Libro primero, Tomo I, Vol. 1: el proceso de producción del capital.
Traducido por Pedro Scaron, Buenos Aires, Siglo XXI editores, 2004
Pacheco, M. La teoría Marxista del Estado y Derecho. Recuperado hoy 05/07/2023 de:
https://www.corteidh.or.cr/tablas/16684.pdf
RAYMUNDO ESPINOZA HERNÁNDEZ: Maestro en Derecho constitucional y profesor de
la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.
https://revista.religacion.com/index.php/religacion/article/view/167 (html)