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APEGO

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APEGO

John Bowlby es quien se dedicó a hablar sobre la construcción de nuestras primeras relaciones
durante la infancia.
Como término hace referencia al modo particular en que las personas tienden a interactuar con
aquellos con quienes establecen un vínculo relevante, incluyendo los sentimientos de intimidad y
compromiso sobre los que se asientan los sutiles lazos de una relación humana.
Es importante considerar que la infancia forma parte esencial del desarrollo humano alrededor de
toda nuestra vida, es por eso por lo que el modo en que los niños interactúan con sus figuras de
apego, que es la medida a partir de la cual puede extraerse información con la que determinar la
integridad de estos vínculos y sus consecuencias emocionales.
A través de esta técnica se expone al niño a una secuencia estructurada de encuentros y
desencuentros con su cuidador principal y un sujeto desconocido, evaluando sus reacciones ante la
aproximación y distanciamiento de ambos.
Tipos de apego:
Apego seguro

Los niños con apego seguro perciben a sus padres como figuras confiables. Los niños que

disponen de este estilo concreto tienden a buscar a sus cuidadores cuando experimentan alguna

emoción difícil, logrando así un alivio de esta. Cuando los padres desaparecen se sienten incómodos

solo al principio, recuperando el contacto de forma natural cuando se produce su retorno.

Los niños con apego seguro manifiestan comportamientos activos, interactúan de manera confiada
con el entorno y hay una sintonía emocional entre el niño y la figura vincular de apego.

No les supone un esfuerzo unirse íntimamente a las personas y no les provoca miedo el abandono.
Es decir, pueden llevar a una vida adulta independiente, sin prescindir de sus relaciones
interpersonales y los vínculos afectivos.
Apego ansioso y ambivalente

Ambivalente: expresar emociones o sentimientos contrarios teniendo como resultado la angustia.

En el caso de un apego ansioso-ambivalente el niño no confía en sus cuidadores y tiene


una sensación constante de inseguridad, de que a veces sus cuidadores están y otras veces
no están, lo constante en los cuidadores es la inconsistencia en las conductas de
cuidado y seguridad.

Las emociones más frecuentes en este tipo de apego son el miedo y la angustia excesiva ante las
separaciones, así como una dificultad para calmarse cuando el cuidador vuelve. Los menores
necesitan la aprobación de los cuidadores y vigilan de manera permanente que no les abandonen.
Exploran el ambiente de manera poco relajada y procurando no alejarse demasiado de la figura de
apego.

De adultos, el apego ansioso-ambivalente provoca, una sensación de temor a que su pareja no les
ame o no les desee realmente. Les resulta difícil interaccionar de la manera que les gustaría con las
personas, ya que esperan recibir más intimidad o vinculación de la que proporcionan. Un ejemplo
de este tipo de apego en los adultos es la dependencia emocional.

Apego evitativo

Los niños con un apego de tipo evitativo han asumido que no pueden contar con sus
cuidadores, lo cual les provoca sufrimiento. Se conoce como “evitativo” porque los bebés
presentan distintas conductas de distanciamiento. Por ejemplo, no lloran cuando se separan de
cuidador, se interesan sólo en sus juguetes y evitan contacto cercano.

Lo constante han sido conductas de sus cuidadores que no han generado


suficiente seguridad, el menor desarrolla una autosuficiencia compulsiva con preferencia por la
distancia emocional.

La despreocupación por la separación puede confundirse con seguridad, en distintos estudios se ha


mostrado que en realidad estos niños presentan signos fisiológicos asociados al estrés, cuya
activación perdura por más tiempo que los niños con un apego seguro. Estos menores viven
sintiéndose poco queridos y valorados; muchas veces no expresan ni entienden las emociones de los
demás y por lo mismo evitan las relaciones de intimidad.

En la edad adulta, se producen sentimientos de rechazo de la intimidad con otros y de


dificultades de relación. Por ejemplo, las parejas de estas personas echan en falta más intimidad
en la interacción.
Apego desorganizado

Es una mezcla entre el apego ansioso y el evitativo en que el niño presenta


comportamientos contradictorios e inadecuados. Hay quienes lo traducen en una carencia total de
apego.

Lo constante en los cuidadores han sido conductas negligentes o inseguras. Se trata


del extremo contrario al apego seguro. Casos de abandono temprano, cuya consecuencia en el niño
es la pérdida de confianza en su cuidador o figura vincular, e incluso puede sentir constantemente
miedo hacia ésta.

Los menores tienen tendencia a conductas explosivas, destrucción de juguetes, reacciones


impulsivas, así como grandes dificultades para entenderse con sus cuidadores y con otras personas.

Evitan la intimidad, no han encontrado una forma de gestionar las emociones que esto les provoca,
por lo que se genera un desbordamiento emocional de carácter negativo que impide la expresión de
las emociones positivas.

De adultos suelen ser personas con alta carga de frustración e ira, no se sienten queridas y parece
que rechacen las relaciones, si bien en el fondo son su mayor anhelo. En otros casos,
este tipo de apego en adultos puede encontrarse en el fondo de las relaciones conflictivas
constantes.

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