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Casacion 778 2019 Lima LP

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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA

SALA PENAL PERMANENTE

RECURSO CASACIÓN N.° 778-2019/LIMA


PONENTE: CÉSAR SAN MARTÍN CASTRO

Título: Audiencia de Apelación de sentencia. Intervención de la Fiscalía


Sumilla: 1. La audiencia es un paso esencial para dilucidar la pretensión
impugnatoria de las partes recurrentes, la que necesariamente debe realizarse
bajo los principios de contradicción, inmediación y oralidad. 2. El artículo 423
del Código Procesal Penal regula el emplazamiento a todas las partes
(recurrentes y recurridas, incluso las co-partes no recurrentes) para la audiencia
de apelación y, desde luego, la notificación al Ministerio Público para su
concurrencia a la audiencia es obligatoria en tanto es el titular de la persecución
del delito. 3. Dada la obvia intervención obligatoria del fiscal en la audiencia
cuando se discute el objeto penal (quaestio facti y/o quaestio iuris) es que el citado
artículo 423 del Código Procesal Penal solo precisa que si la parte recurrente no
acude a la audiencia –incluso el Ministerio Público– tal inasistencia trae consigo
la inadmisibilidad del recurso interpuesto (numeral 3), y si el imputado es parte
recurrida –siendo obligatoria su asistencia– y no concurre a la audiencia se le
declarará reo contumaz sin perjuicio de continuarse con la audiencia –lo que, en
modo alguno, significa que pueda dictarse sentencia condenatoria en su contra
(ex artículo 79, numerales 5 y 6, del citado Código, preceptos que deben
armonizarse con lo dispuesto en el artículo 423, apartado 4, del Código
adjetivo)–.

–SENTENCIA DE CASACIÓN–
Lima, dieciséis de junio de dos mil veintiuno

VISTOS; en audiencia pública: el recurso de casación


por inobservancia de precepto constitucional (contradicción y tutela jurisdiccional) y quebrantamiento de
precepto procesal (artículos 131, literal ‘c’, y 423, numeral 2, del Código Procesal Penal) interpuesto por
el señor FISCAL SUPERIOR ESPECIALIZADO EN DELITOS DE CORRUPCIÓN DE
FUNCIONARIOS DE LIMA contra la sentencia de vista de fojas doscientos nueve, de
veinte de marzo de dos mil diecinueve, que revocando la sentencia de primera
instancia de fojas ciento nueve, de veinte de abril de dos mil dieciocho, absolvió a
Jorge Luis Chumpitaz Sánchez de la acusación fiscal formulada en su contra por
delito de colusión en agravio del Estado; con lo demás que al respecto contiene.
Ha sido ponente el señor SAN MARTÍN CASTRO.

FUNDAMENTOS DE HECHO

PRIMERO. Que el señor Fiscal Provincial del Quinto Despacho de la Primera


Fiscalía Provincial Penal Corporativa Especializada en Delitos de Corrupción de
Funcionarios de Lima por requerimiento de fojas veintiséis, integrado a fojas
cincuenta y ocho, de veinticuatro de febrero de dos mil quince y veinticuatro de
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agosto de dos mil dieciséis, respectivamente, formuló acusación contra Jorge Luis
Chumpitaz Sánchez, como autor, y Pedro Edgar Oblitas Julián, como cómplice, de
los delitos de colusión y uso de documento público falso en agravio del Estado.
∞ El Primer Juzgado de Investigación Preparatoria Especializado en Delitos
cometidos por Funcionarios Públicos de Lima mediante auto de fojas cuatro, de
veintiséis de septiembre de dos mil dieciséis, declaró la procedencia del juicio
oral.

SEGUNDO. Que el Tercer Juzgado Unipersonal Especializado en delitos de


corrupción cometidos por Funcionarios Públicos de Lima, tras el juicio oral,
público y contradictorio, emitió la sentencia de primera instancia de fojas ciento
nueve, de veinte de abril de dos mil dieciocho, en cuya virtud (i) adecuó los
hechos materia de acusación fiscal al delito de colusión; (ii) condenó a Jorge Luis
Chumpitaz Sánchez como autor del delito de colusión en agravio del Estado;
(iii) condenó a Pedro Edgar Oblitas Julián como cómplice primario del delito de
colusión en agravio del Estado; (iv) les impuso, al primero, cuatro años de pena
privativa de libertad efectiva y la pena accesoria de cuatro años de inhabilitación;
al segundo, tres años de pena privativa de libertad suspendida condicionalmente
por el mismo plazo y la pena accesoria de tres años de inhabilitación; y,
(v) declaró fundada en parte la pretensión de la actora civil, Procuraduría
Especializada en delitos de Corrupción de Funcionarios, y fijó en la suma de
cincuenta mil soles el monto que por concepto de reparación civil deben pagar los
sentenciados en forma solidaria a favor del Estado.

TERCERO. Que tras la interposición y admisión del recurso de apelación por parte
del encausado Chumpitaz Sánchez por la condena y la reparación civil y de la
actora civil, Procuraduría Especializada en delitos de Corrupción de Funcionarios,
por la reparación civil, la Tercera Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior
de Justicia de Lima, previo trámite impugnatorio, emitió la sentencia de vista de
fojas doscientos nueve, de veinte de marzo de dos mil diecinueve. Ésta revocando
la sentencia de primera instancia absolvió a Jorge Luis Chumpitaz Sánchez de la
acusación fiscal formulada en su contra por delito de colusión en agravio del
Estado, así como lo declaró exento del pago de la reparación civil.
∞ Contra la referida sentencia de vista el señor Fiscal Superior de Lima interpuso
recurso de casación.

CUARTO. Que, en lo pertinente, se tienen los siguientes hechos relevantes:


A. El Servicio de Ingeniería del Ejército del Perú, dentro del Plan Anual de
Contrataciones dos mil diez, programó la construcción de seis puestos de
vigilancia en la frontera con el Ecuador. Se atribuyó al coronel del Ejército
Peruano –en adelante, EP– Jorge Luis Chumpitaz Sánchez, que en su
condición funcionario público, al ser designado el diez de mayo de dos mil
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diez como Presidente del Comité Especial, participó en la Licitación Pública


del Ejército cero cero tres guión dos mil diez guión EP oblicua UO cero
setecientos treinta, para la obra “Construcción de Puestos de Vigilancia Castro,
Chiqueiza, Huayna Cápac, Pachacútec, Cahuide y PV veintidós oblicua Amazonas”, por
un monto de nueve millones novecientos treinta y un mil soles.
B. Dicha obra fue llevada a cabo durante el año dos mil diez, en la que el
imputado Chumpitaz Sánchez concertó con su coimputado Pedro Edgar
Oblitas Julián para favorecerlo irregularmente en su condición de
representante del Consorcio “Cahuide”, único postor que se presentó, con la
finalidad de defraudar al Estado. Dicho consorcio obtuvo setenta y nueve
puntos de calificación: veinte por experiencia de obra en general; treinta por
experiencia en obras similares; quince por factor en experiencia y calificación
de personal; y, catorce por cumplimiento en la ejecución de obras, pese a que
presentó documentación falsa para acreditar su experiencia en la ejecución de
obras similares (como actas de entregas y de recepción de dos obras y sus
respectivos certificados de conformidad).
C. El encausado Chumpitaz Sánchez, a sabiendas que la información y firmas allí
consignadas eran falsas, admitió y calificó positivamente dichos documentos,
con la finalidad que el postor Consorcio “Cahuide” resulte apto para la
evaluación de su propuesta económica, por la que, finalmente, el veintiocho de
mayo de dos mil diez el Comité Especial abrió la propuesta económica y le
adjudicó la buena pro.
D. El catorce de junio de dos mil diez, el Servicio de Ingeniería del Ejercito
suscribió con el Consorcio “Cahuide” el contrato cero cero tres guión dos mil
diez LP oblicua SINGE. El acta de entrega y recepción de doce de abril de dos
mil diez, así como los ocho certificados de conformidad de veinticinco de
mayo de dos mil diez, relativos a la construcción de siete puestos de vigilancia
del BIS 32, son documentos públicos falsos que fueron utilizados en el
proceso de selección aludido.

QUINTO. Que el señor Fiscal Superior en su recurso de casación formalizado de


fojas doscientos veinticinco, de doce de abril de dos mil diecinueve, como causa
petendi (causa de pedir) invocó el artículo 429, incisos 1 y 2, del Código Procesal
Penal: inobservancia de precepto constitucional (principio de contradicción y
garantía de tutela jurisdiccional) y quebrantamiento de precepto procesal (artículos
131, literal ‘c’, y 423, numeral 2, del Código Procesal Penal).
∞ Postuló el acceso excepcional al recurso de casación al amparo del artículo 427,
numeral 4, del Código Procesal Penal.
∞ Argumentó, en vía excepcional, que es menester que (i) se garantice la necesaria
intervención del Ministerio Público en la audiencia de apelación cuando se
cuestiona el juicio de hecho de la sentencia, así como (ii) se precise la necesidad de
certeza en la recepción y conocimiento de las notificaciones electrónicas.
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SEXTO. Que cumplido el trámite de traslado a las partes recurridas, este Tribunal
de Casación, por Ejecutoria Suprema de fojas noventa y dos, de catorce de febrero
de dos mil veinte, del cuadernillo formado en esta sede suprema, declaró bien
concedido el recurso de casación por las causales de inobservancia de precepto
constitucional (contradicción y tutela jurisdiccional) y quebrantamiento de precepto procesal (artículos 131,
literal ‘c’, y 423, numeral 2, del Código Procesal Penal).
∞ Puntualizó que es de rigor dilucidar los alcances del artículo 423, numeral 2, del
Código Procesal Penal respecto a la obligatoriedad de la asistencia del fiscal en las
audiencias de apelación de sentencia. De igual manera, es de examinar cuando la
audiencia se divide en varias sesiones, estas últimas deben notificarse de la misma
forma que el emplazamiento inicial.

SÉPTIMO. Que, instruido el expediente en Secretaría y señalada fecha para la


audiencia de casación el día nueve de junio del presente año, ésta se realizó con la
concurrencia de la Fiscal Adjunta Suprema, doctora Gianina Rosa Tapia Vivas,
cuyo desarrollo consta en el acta correspondiente.

OCTAVO. Que cerrado el debate casacional, deliberada la causa en secreto ese


mismo día, de inmediato y sin interrupción, se inició la deliberación, y producida
la votación respectiva, se acordó por unanimidad pronunciar la correspondiente
sentencia de casación en los términos que a continuación se consignan. Se
programó para la audiencia de lectura de la sentencia el día de la fecha.

FUNDAMENTOS DE DERECHO

PRIMERO. Que la censura casacional está circunscripta a la legalidad de la


realización de la audiencia de apelación de sentencia realizada ante el Tribunal
Superior.
∞ 1. El antecedente es una sentencia condenatoria de primera instancia contra los
encausados Chumpitaz Sánchez a título de autor y Oblitas Julián a título de
cómplice primario por el delito de colusión en agravio del Estado. Este fallo fue
recurrido en apelación por el encausado Chumpitaz Sánchez y la Procuraduría
Pública del Estado, impugnación que fue concedida por el Juzgado Penal y
elevada al Tribunal Superior.
∞ 2. El Tribunal Superior cumplió con correr traslado de la admisión de la
apelación a las demás partes procesales y, luego, con declarar bien concedido los
dos recursos [fojas ciento noventa y seis y ciento noventa y nueve,
respectivamente]. Por resolución número tres, de nueve de enero de dos mil
diecinueve, se señaló fecha para la audiencia de apelación de sentencia el día cinco
de marzo de dos mil diecinueve [fojas ciento sesenta y seis]. Esta resolución se

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notificó electrónicamente el treinta de enero de ese año, según el cargo de fojas


doscientos dos de ese mismo día.
∞ 3. La audiencia de apelación se realizó sin la concurrencia del fiscal superior. De
esa inconcurrencia se dejó constancia en el acta [fojas doscientos tres, de cinco de
marzo de dos mil diecinueve]. Esta audiencia se dividió en dos sesiones, la
segunda sesión se llevó a cabo el once de marzo de dos mil diecinueve [fojas
doscientos seis]. Se dejó sentado en la primera sesión que las partes presentes
(Procurador Público e imputado recurrente Chumpitaz Sánchez y su defensor)
quedaban notificadas en ese acto para la segunda sesión. La última sesión (la
tercera), de lectura de la sentencia de vista, se realizó el veinte de marzo de dos
mil diecinueve, sin la concurrencia del Fiscal ni del Procurador Público del Estado
[fojas doscientos dieciséis].
∞ 4. La realización de las sesiones segunda y tercera no fue notificada
electrónicamente a las partes. Solo se consideró que las partes asistentes quedaban
notificadas con el señalamiento oral correspondiente. La Fiscalía fue notificada de
la sentencia de vista el dos de abril de dos mil diecinueve.
∞ 5. El motivo de la inconcurrencia de la Fiscalía a la audiencia de apelación fue
que la servidora de la Mesa de Partes de dicha Fiscalía omitió abrir la bandeja del
Sistema de Notificaciones Electrónicas –en adelante, SINOE– y recién lo hizo el
veintiocho de marzo de dos mil diecinueve –dos meses después de notificada la
realización de la audiencia–.
∞ 6. La Fiscalía Superior requirió la nulidad de las actuaciones del Tribunal
Superior [fojas doscientos veinte, de tres de abril de dos mil diecinueve], pero tal
articulación fue desestimada por auto de fojas doscientos treinta y tres, de tres de
mayo de dos mil diecinueve. No obstante ello, interpuso recurso de casación con
fecha doce de abril de dos mil diecinueve [fojas doscientos veinticinco], el cual le
fue concedido por auto de fojas doscientos treinta y seis de siete de mayo de dos
mil diecinueve.
∞ 7. Por último, la Fiscalía Superior, mediante oficio de fojas doscientos cuarenta,
de ocho de mayo de dos mil diecinueve, agregó la razón del auxiliar jurisdiccional
de la Sala Penal Superior, por la que precisó que con fecha treinta de enero de dos
mil diecinueve se notificó electrónicamente a la Fiscalía la resolución que fijó
fecha para la audiencia de apelación de sentencia, así como acompañó el reporte
del SINOE que da cuenta que la aludida notificación se abrió recién el veintiocho
de marzo de dos mil diecinueve [fojas doscientos cuarenta y dos y doscientos
cuarenta y cuatro].

SEGUNDO. Que, en el caso de autos, se tiene lo siguiente: Primero, que se discutía


en sede de apelación tanto el objeto penal como el objeto civil de la sentencia de
primera instancia, a mérito de los recursos de un imputado y de la Procuraduría
Pública del Estado. Segundo, que la nota esencial del procedimiento de
impugnación es que la audiencia es un paso esencial para dilucidar la pretensión
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impugnatoria de las partes recurrentes, la que necesariamente debe realizarse bajo


los principios de contradicción, inmediación y oralidad. Tercero, que el artículo
423 del Código Procesal Penal regula el emplazamiento a todas las partes
(recurrentes y recurridas, incluso las co-partes no recurrentes) para la audiencia de
apelación y, desde luego, la notificación al Ministerio Público para su
concurrencia a la audiencia es obligatoria en tanto es el titular de la persecución
del delito y se discute el objeto penal de la sentencia de primera instancia. Cuarto,
que dada la obvia intervención obligatoria del fiscal en la audiencia cuando se
discute el objeto penal (quaestio facti y/o quaestio iuris) es que el citado artículo 423
del Código Procesal Penal solo precisa que si la parte recurrente no acude a la
audiencia –incluso el Ministerio Público– tal inasistencia trae consigo la
inadmisibilidad del recurso interpuesto (numeral 3), y si el imputado es parte
recurrida –siendo obligatoria su asistencia– y no concurre a la audiencia se le
declarará reo contumaz sin perjuicio de continuarse con la audiencia –lo que, en
modo alguno, significa que pueda dictarse sentencia condenatoria en su contra
(vid.: artículo 79, numerales 5 y 6, del citado Código, preceptos que
sistemáticamente deben armonizarse con lo dispuesto en el artículo 423, apartado
4, del Código adjetivo)–.
∞ El Ministerio Público es un órgano autónomo de derecho constitucional y los
fiscales integran una carrera pública sujeta a obligaciones y deberes específicos,
bajo responsabilidad. La ley presupone el cumplimiento de sus funciones y, en
orden a las garantías del debido proceso y tutela jurisdiccional, los fiscales deben
asistir a las diligencias a las que legalmente se les convoque, en especial a las
audiencias en las que se debate la pretensión punitiva. Por tal razón, el numeral 2
del artículo 423 del Código Procesal Penal estipula, sin más, la obligatoriedad de
la asistencia del Ministerio Público en la audiencia de apelación de sentencia, y a
su vez exige la concurrencia del imputado, sea recurrente o recurrido –en este
último caso, solo cuando la apelación fuere interpuesta por el Ministerio Público
(se entiende respecto del objeto penal) y es posible un cambio de los hechos
declarados improbados o probados–. La instalación de la audiencia de apelación
de sentencia exige la presencia del fiscal –distinto es el caso si fuere parte
recurrente y no asiste, en cuyo caso el propio recurso deviene inadmisible–.
∞ A ello se agrega lo dispuesto en el artículo 424, numeral 1, del Código Procesal
Penal, en cuya virtud en la audiencia de apelación de sentencia han de observarse,
en cuanto sean aplicables y sin perjuicio de las reglas especiales que la
condicionan, las normas relativas al juicio de primera instancia. Y, en éste, por
imperio del artículo 359, apartado 1, del Código Procesal Penal, el plenario se
realizada con la presencia ininterrumpida, entre otros, del fiscal.

TERCERO. Que, por tanto, es inexcusable que se realice una audiencia de


apelación contra una sentencia condenatoria sin la asistencia efectiva del fiscal.
Corresponde al Tribunal Superior cuidar su asistencia y, en consecuencia, insistir
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en su presencia mediante los deberes de esclarecimiento, coordinación y apremios


que le son consustanciales con esta finalidad, como también lo es para garantizar
tanto la intervención de la defensa técnica o letrada del imputado como la
presencia del encausado en la misma.
∞ Se interpretó erróneamente las normas procesales antes citadas y se inobservó
en su consecuencia las garantías del debido proceso (intervención del Ministerio
Público en el juicio de apelación penal), tutela procesal (legitimación activa de la
Fiscalía para acceder al proceso de apelación) y defensa procesal (derecho de
audiencia).

CUARTO. Que las consideraciones expuestas autorizan a este Supremo Tribunal a


amparar el recurso de casación de la Fiscalía Superior. Empero, a tono con el
carácter excepcional del acceso al recurso de casación, cabe dilucidar si la
notificación electrónica a dicha Fiscalía para la realización de la audiencia fue bien
ejecutada. Ésta, como se anotó, se remitió al correo electrónico de la Fiscalía –no
hubo error al respecto–; luego, si por problemas internos de la institución –un
servidor no cumplió con sus obligaciones para abrir en momento oportuno los
correos llegados a la casilla electrónica respectiva– el Fiscal no concurrió al acto
oral, no puede considerarse que la notificación no cumplió su finalidad. Es de
responsabilidad de quien recibe la notificación, registrarla, organizarse y asistir a
la diligencia ordenada por el órgano jurisdiccional. Distinto es el caso, desde
luego, si la inconcurrencia tiene como efecto jurídico procesal la instalación y
continuación de la audiencia, lo que, en el caso del Ministerio Público, ha sido
contestado negativamente. Que el Tribunal pudo conocer, accediendo al SINOE,
que la notificación no había sido abierta por la Fiscalía, no niega la validez de la
misma, pero sí le sugería al órgano jurisdiccional el motivo de la inasistencia para
tomar, en su caso, las medidas respectivas en orden a su deber de garantizar la
asistencia de las partes necesarias a la audiencia y poder instalarla.

QUINTO. Que, finalmente, es del todo posible que una audiencia de apelación de
sentencia, que siempre es continua, pueda dividirse en sesiones consecutivas hasta
su conclusión (ex artículo 356, numeral 2, del Código Procesal Penal), según las
reglas que permiten tanto receso como su suspensión –dos supuestos distintos– (ex
artículos 356, numeral 2, y 360, apartados 1 y 2, del Código Procesal Penal).
Instalada debidamente una audiencia los llamamientos para las sesiones sucesivas
se comunican expresamente en la misma sesión precedente; no hace falta una
notificación por cédula o electrónica. Su legalidad, en todo caso, está condicionada
a la corrección de la primera notificación y a la correcta instalación de la
audiencia. En el sub-lite, como se indicó, no se produjo la correcta instalación de la
audiencia.

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∞ En tal virtud, se inobservaron preceptos constitucionales y se quebrantó el rito


impuesto para la correcta instalación y realización de la audiencia de apelación de
sentencia. Corresponde dictar una sentencia rescindente.

DECISIÓN

Por estos motivos, de conformidad con el dictamen de la señora Fiscal Adjunta en


lo penal: I. Declararon FUNDADO el recurso de casación por inobservancia de precepto
constitucional (contradicción y tutela jurisdiccional) y quebrantamiento de precepto procesal (artículos 131,
literal ‘c’, y 423, numeral 2, del Código Procesal Penal) interpuesto por el señor FISCAL
SUPERIOR ESPECIALIZADO EN DELITOS DE CORRUPCIÓN DE FUNCIONARIOS DE
LIMA contra la sentencia de vista de fojas doscientos nueve, de veinte de marzo de
dos mil diecinueve, que revocando la sentencia de primera instancia de fojas
ciento nueve, de veinte de abril de dos mil dieciocho, absolvió a Jorge Luis
Chumpitaz Sánchez de la acusación fiscal formulada en su contra por delito de
colusión en agravio del Estado; con lo demás que al respecto contiene. En
consecuencia, CASARON la sentencia de vista. II. Reponiendo la causa al estado
que le corresponda: ORDENARON se dicte otra sentencia de vista por otro
Colegiado Superior, debiendo cumplir las prescripciones establecidas en esta
sentencia casatoria. III. MANDARON se remitan las actuaciones al Tribunal
Superior de origen para los fines de ley. II. DISPUSIERON se lea la presente
sentencia casatoria en audiencia pública; y, cumplido este trámite; se notifique
inmediatamente y se publique en la Página Web del Poder Judicial; registrándose.
HÁGASE saber a las partes procesales personadas en esta sede suprema.
Ss.
SAN MARTÍN CASTRO

SEQUEIROS VARGAS

COAGUILA CHÁVEZ

TORRE MUÑOZ

CARBAJAL CHÁVEZ
CSMC/EGOT

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