2 White El Simbolo
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II
Í
puestaTel significado del estímulo resulta identificado con los sonidos; aci \ arbitrariamente asignar valor a "las cosas, es u n a d é las más
es entonces como si el signiíicado fuera algo i n t r í n s e c o j l e los sonidos, comunes y corrientes características del hombre, pero es tambiéñ~7fl
mismos. Es así como "alto" no tiene el mismo signifícacto q u e "salto" o mas importante. Los amos la emplean libremente en su juego: " D i g a ^
"faltó", y tales estímulos son distinguidos entre sí con ayuda del meca- mós que ésta roca es u n lobo."
nismo auditivo. Un perro puede ser acondicionado para responder La diferencia entre la conducta del hombre y la de otros animales
de u n a cierta manera al oír u n sonido de una determinada longitud consiste, entonces, en que los animales inferiores pueden recibir nuevos
de onda. Altérese suficientemente la altura del sonido y la respuesta valores, pueden adquirir nuevos significados, pero no pueden"crearlos
dejará de aparecer. El significado del estímulo ha sido identificado Hacerlo es m s a i i m ^ d d - J l a m b r e . Para usar u n a c r u d a "
con su forma física; su valor es apreciado con los sentidos. j analogía, los anímales inferiores son como u n a persona que tuviera
Vemos así en la conducta de signos, cuando es establecida u n a rela- i sólo el aparato receptor de mensajes inalámbricos: puede recibir men-
ción entre u n estímulo y u n a respuesta, que las propiedades intrínse- | sajes pero no los puede enviar. El hombre puede hacer ambas cosas.
cas del estímulo no determinan la naturaleza de la respuesta. Pero uiiajdiferencia debelase, no de g r a d o l una criatura puede
luego de que ha sido establecida la relación, es como si el significado ya sea "imponer" arbitrariamente significados," puede ya sea crear y
del estímulo fuera algo inherente a su forma física. N o hace n i n g u n a | asignar valores, o n o puede hacerlo. N o hay estados intermedios. Esta
diferencia qué combinación fonética escojamos para hacer aparecer; diferencia puede parecer nimia, pero, tal como u n a vez le replicó u n
la respuesta d e poner fin a la locomoción. Podemos enseñar a u n carpintero a William James al discutir las diferencias que había entre
perro, hombre o caballo a que se detenga cuando oiga cualquier orden los hombres, "es muy importante." T o d a existencia humana depende
vocal q u e se nos haya ocurrido elegir o idear. Pero una vez q u e h a de ella y de ella sola.
sidol'éstablecidaiu relación entre sonido y respuesta, el significado .del La confusión referente a las palabras y a su significado para el
estímulo se identifica con su forma física y es, por consiguiente, perci- j hombre y los animales inferiores, no es difícil de comprender. Surge,
bible con los sentidos. antes que nada, de üna falla en distinguir los dos contextos comple-
H Ü l a d q L i f o l i e m o s descubierto ninguna diferencia entre el p e r r o ¡t tamente diferentes en los q u e funcionan las palabras. Las afirmaciones:
y el hombre pirecen ser exactamente iguales. Y lo son, hasta el p u n t o "el significado de una palabra puede ser captado con los sentidos," y
adonde hemos llegado. Pero a ú n no hemos narrado toda la historia. "el significado de u n a palabra no p u e d e ser captado con los sentidos,"
Entre perro y hombre no hay ninguna diferencia discernible en lo aunque contradictorias son sin embargo igualmente verdaderas. En el
relacionado con el aprender a responder apropiadamente a u n estímulo contexto de símbolo el significado no puede ser percibirlo con los SPII-
vocal. Pero no permitamos que u n a similitud impresionante oculte J j d o s ; en el contexto da origen a bastantes
una importante diferencia. U n a tortuga no es aún u n pez. confusiones. Pero la situación ha sido empeorada al usar las palabras
"símbolo" y "signo" para designar, n o los contextos diferentes, sino una
El hombre difiere del p e r r o ^ - y de todas las otras criaturas— en ..que.
y la misma cosa: la palabra. Es así como u n a palabra es a la vez símbolo
puedf desempeñar un papel activo, y asi lo hace, en la determinación ¡
y signo, dos cQsasliIiferen tes^-F.s como decir que u n vaso es u n doli y
del valor que deberá tener el estímulo vocal, y el perro no puede hacer \
un liana - d o s cosas d i f e r e n t e s - pues puede funcionar en dos contex-
lo mismo. El perro no desempeña ninguna parte activa, ni puede tos, uno estético y otro comercial.
hacerlo, en la determinación del valor del estímulo vocal. El que deba
echarse o ir en busca de algo en respuesta a u n determinado estímulo,
o que el estímulo que lo hace echarse sea u n a u otra combinación de
sonidos, son asuntos en los que el perro no tiene "voz ni voto." Des-
problema. Dar cuenta de la base neurológica de la simbolización no
IV es sin embargo una obligación o tarea que incumba al sociólogo o al
antropólogo cultural. Estos investigadores deberían, por el contrario,
i Que el hombre sea único entre las especies animales en lo referente excluir escrupulosamente el asunto como ajeno a sus intereses y pro-
a capacidades mentales, que una fundamental diferencia de clase —no blemas; introducirlo sólo traería confusión. Es suficiente que sociólogos
de grado— lo separa de todos los otros animales, es un hecho aceptado o antropólogos culfural p g ' " ^ p p - m m o algo dado la facultad de usar
desde hace mucho tiempo, no obstante el pronunciamiento contrario ^ h r U r v ; poseída únicamente por el hombre. El uso a que destinen
de Darwin. Ya en el siglo XVII, en el Discurso del Método, Descartes este hecho no es de ningún modo afectado por su incapacidad, o in-
señaló que "no hay hombre tan obtuso y e s t ú p i d o . , , como'para ser cluso la del anatomista, de describir el proceso de simbolización en
incapaz de unir entre sí dos palabras diferSTTTCS"... por otra parte, términos neurológicos. Es empero saludable para el investigador de
nó Hay ütl'O animal, n o l m p o r t a cua"n~fTgrfegFo... que pueda hacer Jo las ciencias sociales tomar nota de lo poco que neurólogos y anato-
miinlO." l a m b i é n John Locke vio claramente qlie "el poder de'abs- mistas saben de la estructura básica de la simbolización. Es por ello
tracooñ falta totalmente en ellas (es decir, las bestias), y que el tener que hacemos aquí una breve revista de los hechos más salientes.
ideas generales es lo que establece una distinción perfecta entre hom- Los anatomistas no h a n sido capaces de descubrir por qué los
bres y brutos, y se trata de una excelencia que las facultades de los hombres se pueden valer de símbolos y los monos no. Dentro de lo
brutos no pueden lograr de ningún m o d o . . . son incapaces de usar que s e s a b e , la diferencia entre el cerebro humano y*el^ cerebro de
palabras o cualquier otro signo general." 7 El eminente antropólogo un mono es de"caTátter cuaTTfítativo: ".7T - éT hombre n o t i e n e ¿ nuevas
británico E. B. Xvlor llamó la atención sobre "el j < ^ l f o ^ e n t a l que „ B a l é r B ^ c é i Ü i r r c e r e b r a l e s o de coíiexiones~de tales células^ " "según
separa al salvaje maf primitivo del mono más, supCTjiy.'.., Ún niño señaló A. J. Carlson. Tampoco posee el hombre, para distinguirlo de
pequeño puede "comprender To~ que no ha sido probado que haya otros animales, algún especializado "mecanismo de símbolos." Los así
penetrado en la mente del perro, elefante o mono más listo." 8 Y, na- llamados centros del lenguaje del cerebro no deben ser identificados
turalmente, son muchos los que hoy admiten la existencia del "golfo con la función de usar símbolos. No es nada raro el concepto de que
mental" entre el hombre y otras especies. la simbolización está emparentada con la capacidad para emitir so-
En la psicología, comparada hemos tenido así, durante más de un nidos articulados o que depende de tal capacidad. Es así como L. L.
siglo, dos tradiciones qué han estado lado a lado. Una ha declarado Bernard enumera como "la ^caia^ta gran posesión orgánica del hom-
que en cuanto a capacidades mentales él hombre no difiere de otros brerr.~~su aparato vocal,... característico de él y nadie más." .^ero
animales, salvo en el grado de tales capacidades. La otra ha visto se trata tle un a idea errónea. Los mon os antropoideos tienefT"el rae-
con toda claridad que el hombre es único al menos en un respecto: * V^ismo'Teqüe^ arüculadc¡s.' i Parece
posee una habilidad que no tiene ningún otro animal. La dificultad estar bien establecido," escriben R. M. y A. W. Yerkes en su obra
de definir adecuadamente la diferencia en _cuestión ha hecho que el The Great Apes, "que este mono (chimpancé) cuenta con u n meca-
debate siguiera abierto hasta nuestros días. Abrigamos la esperanza nismo motor de voz que aparte de ser capaz de producir una consi-
que la distinción entre conducta de signo y conducta de. símbolo, tal derable variedad de sonidos es también adecuado para emitir articu-
como aquí la hemos enunciado, contribuya a resolver este problema laciones definidas similares a aquellas del hombre." Y el antropólogo
de una vez para siempre. físico E. A. Hooton asegura que "todos los monos antropoideos están
vocal y muscularmente equipados, de modo que podrían tener u n
lenguaje articulado si poseyeran la inteligencia requerida." Además,
V como lo observaron hace ya mucho tiempo Descartes y Locke, hay
pájaros que emiten verdaderamente sonidos articulados, que duplican
Es en verdad muy magro el conocimiento que tenemos acerca de los sonidos del habla humana, pero que, por supuesto, son del todo
la base orgánica que sustenta la facultad de usar símbolos: poco y incapaces de usar símbolos. Los "centros del lenguaje" d e l j g r e b r o son
nada sabemos de la neurología de la "simbolización." Y son muy es- sencillamente centrnc « w n f l r n r r m mí^^dos la
casos los hombres de ciencia —anatomistas, neurólogos o antropólogos laringe, etc. Pero, tal como sabemos, el empleo de símbolos no Se halla
físicos— que parezcan sentirse interesados por el tema. De algunos de de r j]iri,gún modo restringido al uso r1p f 5 f ™ ñmirins^ Es posible re-
ellos se podría decir en realidad que casi ignoran la existencia de tal
presentar símbolos con cualquier parte del" cuerpo que podamos mover
permiten si son poseídoTliño p o r vez?
a voluntad. 9
Si no hubiera lenguaje n o j a h c j a ^ o r g a w a a c i ó n ^ p o l i t i c o e c o n ó m i c a ,
La facultad de usar símbolos fue indudablemente puesta en exis-
pr-lfi&ü&tica o militar: n o h a b r í a ética ni reglas de etiqueta; n o habría
t P n r i^~^3r~^I^prÓceso!*ñatural tle_jajevoluciÓTr orgjimca. Y~ po"3emos
leyes, ni ciencia, teología o literatura; ni juegos o música, excepto en
suponer":razonableméñÍJlj^^ ele é s l ^ f a c u l t ad, si no su_
el nivel de los simios. T o d o el aparato de rituales v ceremonias care-
pn n i entra en el c e r e b r c C ^ s p e a p m e ñ i r e i i él cerebro" anterior.
cería de sentido si n o Hubiera lenguaje articulado7~^IrTlHngüajeTiS
El rerebro h u m a n o es mucho mayor que el de"*ün mono, tanto absoluta
tendríamos por cierto casi n i n g u n a herramienta: poseeríamos sókTeí
como proporcionalmente. El cerebro del varón adulto tiene, término
uso ocasional e insignificante de herramientas tal como el que halla-
medio, u n volumen de unos mil quinientos centímetros cúbicos; el
mos actualmente entre los monos superiores, pues merced al lenguaje
de los gorilas rara vez excede de los quinientos centímetros cúbicos.
articulado el uso n o progresivo de herramientas propio del mono se
En proporción, el cerebro h u m a n o pesa algo así como una quincua-
transformó en el uso progresivo y acumulativo de herramientas hecho
gésima parte de todo el peso del cuerpo, en tanto que el cerebro del
por el hombre, el ser h u m a n o .
gorila varía desde u n a cientocincuenta a u n a doscientasava parte del
En suma, sin alguna forma de comunicación simbólica, n o tendría-
peso del a n i m a l 1 0 . Y el cerebro anterior es particularmente grande en mos cultura. "En el Verbo estaba el principio" de la cuItura —y. tam-
el hombre, comparado con el del mono. Ahora bien, sabemos_jde bién su perpetuación.
muchos casos en que variaciones, cuantitativas dan origen a n i l e r e ñ a a s
Pero, no obstante toda su cultura, el hombre sigue siendo u n ani-
cualitativas. El agua se transforma en vapor por efecto de cantidades mal y pugna por lograr los mismos fines hacia los cuales se esfuerza
adicionales de calor. U n aumento de fuerza y velocidad hace q u e ei por llegar toda otra criatura viviente: 1 la conservación del individuo
aeroplano se despegue del suelo, y la locomoción terrestre es trans- y la perpetuación de la especie. E n términos concretos, estos fines s o n .
formada en vuelo. La diferencia entre los alcoholes metílico y etílico alimento, protección de los élementos, defensa de los enemigos, salud
es u n a expresión cualitativa de u n a diferencia cuantitativa en las pro- y descendencia. El hecho de q u e el h o m b r e se empeñe por alcanzarlos,
porciones de carbono e hidrógeno. Puede entonces que u n crecimiento al igual que todos los otros animales, indudablemente ha inducido a
notable de tamaño ocurrido e n d e e r e b r o del horahceJiaya hecho apa- muchos a declarar que " n o hay u n a diferencia fundamental entre la
recer~ünarñ¿m^^ conducta del hombre y la de otras criatura: Pero hay una diferencia
en el hombre, no en los fines sino en los medios. LoTmeHiorHelTom^"
brFTonmedi^
VI
del animal h u m a n o . Y d a d o q u e estos medios, la cultura, dependen de
uña facultad poseída por el hombre, la facultad de usar símbolos, la
T o d a cultura /civilización) depende del símbolo^ Fue el ejercicio rijferfinqa^aiüg la conducta del hombre y la de todas las otras. cria- ,
de la facultad de usar símbolos lo que puso en existencia a la cultura, turas no es sólo grande, sino básica y fundamental.
y el uso de los símbolos es lo que hace posible la perpetuación de la
cultura. Sin el símbolo no habría cultura, y el hombre sería sencilla-
mente un*anima), no un ser humano.
El lenguaje articulado es la forma más importante de expresión VII
simbólica. ¿Qué queda de la cultura si suprimimos el lenguaje? Veamos.
En ausencia del lenguaje articulado no habría ninguna org,aniza- La conducta del hombre es de d e s d a s e s distinta.s: simhóliVa y no_
ción social humana. Puede que hubiera^Támilias, pero tal forma de simbblica.- El hombre bosteza, se despereza, tose, se rasca, gritai ele
organización no es peculiar del hombre; n o es, én sí, humana. Pero n o dolor, se encoge d e miedo, m o n t a en cólera, etc., etc. La conducta n o
tendríamos prohibiciones de incesto, no habría reglas prescribiendo la simbólica de esta clase n o es peculiar del hombre; la comparte n o sólo
exogamia y la endogamia, la poligamia o la monogamia. ¿Cómo se con otros mamíferos superiores sino también con muchas otras espe-
r,
podría prescribir el matrimonio entre primos cruzados, o proscribir la e | _ j n i m a l e s . Pero~eT ser h u m a n o se comunica corí sus seméjañtes
unión entre primos paralelos, si no existiera el lenguaje articulado? \ tliéndose de u n lenguaje articulado, usa amuletos, confiesa sus pe-
Si la gente no supiera h a b l a n j c ó r n o p o d ' h a r A i ^ t ^ j r ^ n p -arethihen cados, hace leyes, respeta reglas de etiqueta, explica sus sueños, clási-
fica sus relaciones en categorías designadas, y así sucesivamente. Esta p a r a ^ a p r e n d e r a hablar o siquiera hacer cualquier progreso en tal
clase de conducta es única en su género; nadie más que el hombre es séñtI3o —en suma, su incapacidad para "humanizarse" de algún modo.
capaz de ella^es_fieculiar del hombre p o r el hecho de consistir en el El infante de la especie H o m o sapiens se torna h u m a n o sólo cuando
u^ó de símbolos o por d e p e n d e r de Tai usoHba-tonducta-Tia-siinbólica^^ adquiere la facultad de usar símbolos y la ejerce,. Unicamente por me-
d e T n H o i ^ ^apTeñs^es l a ' a w d ü c t a ' del ^ ' i m a l hombre; la conducta dio del lenguaje articulado —que no es necesariamente vocal— puede
simbólica es aquella d e l j i o m b r £ como_ Aer huma.no. Es e l j í m B o í o el penetrar en el m u n d o de los seres humanos y tomar parte en sus
q u é 7 W ú ñ ~ m e r o animal, h a transformado al hombre e n ^ ñ " animal ; asuntos. Los interrogantes anotados más arriba pueden ser repetidos
humañori ahora. ¿Cómo puede u n niño crece apreciar cosas tales como orga-
nización socmT, ética, etiqueta, rítmd, ciencia, rgligión,. arte y ' j u e g o s
Dado el hecho de que la conducta humana es conducta simbólica
si n o j g c u r r e a_la comunicación jsimbólica? La respuesta es. p o r súpues-
y debido a que la conducta d e las especies infrahumanas es n o sim-
t o ^ u e n o p o d r í a s a f e r j a a d a J e estas-eesas-nit«ner~nmguna~ aprecia-
bólica, se desprende de ello que las observaciones o experimentos
cióo de ellas.
hechos con los animales inferiores n o nos aclararán nada acerca d e la
conducta h u m a n a . Las experiencias efectuadas con ratas y monos h a n Aquí es oportuno mencionar el misterio de los "niños lobos."
sido por cierto valiosas. Mucho es l o - q u e h a n ayudado a comprender Desde el mito de R ó m u l o y R e m o —y a u n de mucho antes— se ha
sobre mecanismos y procesos d e conducta de los mamíferos o los ver- creído en las historias d e niños criados por lobas u otros animales.
tebrados superiores. Pero n o h a n contribuido con nada en lo tocante No obstante el hecho de haberse demostrado repetidamente que los
a lá comprensión de la conducta humana, pues el mecanismo de sím- casos de "niños lobos" eran falsos o carecían d e pruebas adecuadas,
bolos y todas sus consecuencias faltan por completo en las especies luego que Blumenbach descubrió q u e "Wild Peter" era sencillamen-
inferiores. Y con referencia a la neurosis observada en ratas, es, por te u n débil mental que había sido echado de su casa a instancias de
supuesto, interesante saber que estos roedores pueden ser llevados a u n una madrastra de adquisición reciente, estas deplorables fábulas popu-
estado neurótico. Pero lo que la ciencia entendía d e conducta psico- lares siguen en la actualidad teniendo vigencia en ciertos círculos
pática entre seres humanos, antes de que las neurosis fueron produci- "científicos." Pero algunos sociólogos y psicólogos h a n sacado b u e n
das experimentalmente e n ratas, era probablemente mucho más de lo provecho de estas criaturas lupinas y "hombres de la selva," a saber,
que sabe e n la actualidad sobre las neurosis de las ratas. Nuestra demostrar cómo u n representante de la especie Homo sapiens q u e
comprensión de los trastornos nerviosos humanos nos ha ayudado a vive en u n m u n d o sin símbolos no es u n ser h u m a n o sino u n bruto.
comprender la neurosis de la rata; en realidad, hemos interpretado Parafraseando a Vollaire, se podría decir que si n o existieran niños
esta última en términos de patología humana. Pero mal puede verse lobos, la "ciencia social" tendría que inventarlos.
d ó n d e las ratas neuróticas de laboratorio h a n ayudado a profundizar o Los casos de niños que h a n estado aislados del contacto h u m a n o
ampliar nuestra comprensión de la conducta humana. por años de ceguera y sordera, p e r o que eventualmente llegaron a es-
tablecer comunicación con sus semejantes en u n nivel simbólico, son
Ya que f u e el símbolo lo que hizo hupiaR€>=al hombre, otro t a n t o
por demás esclarecedores. La historia de Hellen Keller es excepcional-
ocurre : ; ®OH~ead^nrieníbfe de-te-especíéT U n bebé se torna h u m a n o
mente instructiva, a u n cuando son también valiosas aquellas de L a u r a
sólo cuando c o m i r a z a ^ que comienza a h a b l a r
Bridgman, Marie Heurtin, y otras n .
noThay nada que distinga cualitativamente su conducta de aquella de
-un joven mono, tal como se demostró en la obra titulada El Mono Una enfermedad hizo que Hellen Keller perdiera la vista y el oído
y el Niño. En realidad, u n o de los resultados asombrosos de este a edad muy temprana. Creció como u n a criatura incapaz de todo
fascinante experimento efectuado por el matrimonio Kellogg f u e la contacto de símbolo con nadie. Las descripciones hechas de ella cuan-
demostración ,de cuánto se parece a u n m o n o u n infante d e H o m o do tenía siete años, época en que llega a su casa Miss Sullivan, su
sapiens antes de que comienza a hablar. El n i ñ o adquirió u n a excep- maestra, revelan q u e la conducta de Hellen carecía de todo atributo
cional habilidad para trepar estando j u n t o con la pequeña chim- humano. Era un p e q u e ñ o animal, terca, indómita e indisciplinada 12 .
pancé, ¡y hasta aprendió los c h i l l i d o s del animal para reclamar ali- En algo así como u n d í a luego de haber llegado al hogar de los
mento! Los Kellogg refieren cómo la pequeña mona se "humanizó" en Keller, Miss Sullivan le enseñó a Hellen su primera palabra, dele-
el tiempo en que convivió con ellos. Pero lo q u e el experimento puso treándosela en la mano. Pero esta palabra era sencillamente u n signo,
categóricamente en evidencia fue la absoluta inrapacidad ^el^ mono^ no u n símbolo. U n a semana más tarde Hellen conocía varias palabras
pero, según refiere Miss Sullivan, no tenía idea de "como usarlas o Hellen fue instantáneamente transformada por esta experiencia.
que todas las cosas llevaban u n nombre." A las tres semanas la pe- .Sullivan había logrado tocar el .mecanismo de símbolos de la
M i s s
queña ciega y sordomuda conocía dieciocho substantivos y tres verbos. niña y lo había puesto en funcionamiento. Hellen, por su parte, tuvo
Pero estaba todavía en el nivel de los signos; no tenía ninguna noción conciencia del mundo exterior merced a este mecanismo que había
de "todas las cosas llevan u n nombre." yacido dormido e inerte durante todos esos años, hundido en un obs-
Hellen confundía los signos de palabra para "jarra" y "agua" curo y silencioso aislamiento por ojos que no podían ver y oídos que
púes, aparentemente, ambos se relacionaban con el acto de beber. Miss nada oían. Pero ahora había cruzado la frontera para entrar en un
Sullivan intentó varias veces aclarar tal confusión, pero sin éxito. nuevo país. De ahí en adelante su progreso sería rápido.
Cierta mañana, sin embargo, ya pasado como u n mes de la llegada "Me alejé de la glorieta y sus madreselvas impaciente por apren-
de Miss Sullivan, ambas se dirigieron a la bomba de agua que había der," agrega la niña. "Cada cosa llevaba un nombre, y cada nombre
en el jardín. Lo que ocurrió entonces será mejor narrarlo con sus hacía nacer un nuevo pensamiento. Cuando regresábamos a la casa,
propias palabras: todo objeto que tocaba mi mano parecía palpitar con vida. Ello se
"Hice que Hellen sostuviera la jarra debajo de la canilla mien- debía a qiie veía todo con la nueva y extraña vista que había llegado
tras yo accionaba la bomba. A medida que manaba el agua fresca, a mí."
llenando la jarra, deletreó "a-g-u-a" en la mano libre de la niña. Hellen se humanizaba con gran rapidez. "Compruebo que la pe-
AI surgir tan próxima a la sensación del agua fresca que corría queña mejora de día en día," escribió Miss Sullivan en su diario,
por su mano, la palabra pareció atemorizarla. Dejó caer la jarra "casi podría decir que de hora en hora. Cada cosa debe tener un nom-
y se irguió como transfigurada. U n a luz nueva brillaba en su bre a h o r a . . . Deja de lado los gestos y pantomimas que usaba antes
rostro. Deletreó "agua" varias veces. Entonces se arrojó al suelo, y tan pronto como tiene la palabra para reemplazarlos... Observamos
tocándolo preguntó qué nombre tenía, y señaló la bomba y el que su.rostro se pone más expresivo cada día. . . "
enrejado, y volviéndose de pronto preguntó cómo me llamaba Difícilmente pueda uno imaginarse u n relato más elocuente y con-
y o . . . En unas pocas horas había agregado una treintena de pa- vincente de la importancia de los símbolos y del profundo abismo que
labras nuevas a su vocabulario." media entre la mente humana y una mente desprovista de símbolos.
Pero estas palabras eran ahora algo más que meros signos, tal como
lo son para un perro y como lo habían sido para Hellen hasta ese mo- VIII
mento. Eran símbolos. La pequeña ciega y sordomuda había compren-
Resumen. El proceso natural de la evolución biológica hizo apa-
dido por fin y había hecho girar la llave que por primera vez le dio
recer en d hombre, y unn in enTe"W"ef h o m b r e r u n V Facultad nueva y
acceso a un universo nuevo: el m u n d o de los seres humanos. Tales las
distintiva: la facultad de usat símbolos. I.a forma más importante de
palabras con que la niña describe esta maravillosa experiencia:
la expresión simbólica es el 1 e n g u a j e a r t i c u l a d o . Lenguaje articulado
"Caminamos por el sendero que llevaba a la bomba de agua, s ¡grrilica comunicacion dcTTdeas; comunicación significa preservación
atraídas por la fragancia de las madreselvas que cubrían la glo- —tradición—, y preservación significa acumulación y progreso. La emer-
rieta. Alguien estaba sacando agua y mi maestra puso mi mano gencia de la facultad de usar símbolos se ha traducido en la génesis
en la boca de la bomba. Mientras la fría corriente fluía sobre de un nuevo orden de fenómenos: un orden extrasomático, cultural.
una de mis manos, ella me deletreó en la otra la palabra agua, T o d a s j a s civilizaciones nacen del uso de símbolos, y son perpetuadas^
primero lentamente, luego con rapidez. Me quedé inmóvil, con por tal u*o. Uña cultura, o civilización, no es más que una particular
toda mi atención concentrada en el movimiento de sus dedos. clase de forma que toman las actividades biológicas, perpetuadoras de
Sentí de repente como si algo olvidado emergiera de entre las vida, desarrolladas por un animal particular, el hombre.
brumas - la emoción producida p o r el retorno de un pensamien- Conducta h u m a n a ^ g s „ f ^ ¿ u c ^ s i m b ó l i c a ^ ^ n o _ e s _ s i m b ó l i c a , no es
to; y de algún modo me fue revelado el misterio del lenguaje. hü^fñiH- La criatura del género Hombre se convierte en un ser hu-
Supe entonces que "a-g-u-a" era esa cosa fría y maravillosa qtie mano sólo cuando es introducida en ese orden de fenómenos que es la
corría entre mis dedos. ¡Ese m u n d o viviente despertó mi alma, cultura y participa de tal orden. La llave de este mundo y el medio
le dio luz, esperanza, alegría, la puso en libertad!" de participar en él es el símbolo.