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Odile

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Serie

INVESTIGACIÓN Y
DESARROLLO
Publicación arbitrada
Las Series del Instituto de Ingeniería describen los resultados de algunas de las
investigaciones más relevantes de esta institución. Con frecuencia son trabajos

El huracán Odile y sus efectos en la infraestructura del sur de la península de Baja California
in extenso de artículos que se publican en revistas especializadas, memorias de
congresos, etc.

Cada número de estas Series se edita con la aprobación técnica del Comité Editorial
del Instituto, basada en la evaluación de árbitros competentes en el tema, adscritos
a instituciones del país y/o el extranjero.
El huracán Odile y sus efectos en la infraestructura
Actualmente hay tres diferentes Series del Instituto de Ingeniería: del sur de la península de Baja California
SERIE INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO
Incluye trabajos originales sobre investigación y/o desarrollo tecnológico. Es ISBN: 978-607-02-7411-4
continuación de la Serie Azul u Ordinaria, publicada por el Instituto de Ingeniería
desde 1956, la cual actualmente tiene nueva presentación y admite textos en
español e inglés. COORDINADOR GENERAL Y EDITOR:
SERIE DOCENCIA DAVID MURIÀ VILA
Está dedicada a temas especializados de cursos universitarios para facilitar a
estudiantes y profesores una mejor comprensión de ciertos temas importantes de
los programas de estudio. COORDINADORES DE CAPÍTULOS (en orden alfabético):
SERIE MANUALES MARCOS MAURICIO CHÁVEZ CANO
Abarca manuales útiles para resolver problemas asociados con la práctica
profesional o textos que describen y explican el estado del arte o el estado de la
NORLANG MARCEL GARCÍA ARRÓLIGA
práctica en ciertos temas. Incluye normas, manuales de diseño y de laboratorio, MIGUEL ÁNGEL JAIMES TÉLLEZ
reglamentos, comentarios a normas y bases de datos.
ALBERTO LÓPEZ LÓPEZ
Las Series del Instituto de Ingeniería pueden consultarse gratuitamente
desde la dirección electrónica del Instituto (II UNAM), http://www.ii.unam.
DAVID MURIÀ VILA
mx (http://aplicaciones.iingen.unam.mx/ConsultasSPII/Buscarpublicacion. SARAI NAVA SÁNCHEZ
aspx) y pueden grabarse o imprimirse en formato PDF desde cualquier
computadora. FERNANDO PEÑA MONDRAGÓN
JUAN JOSÉ PÉREZ GAVILÁN ESCALANTE
ADRIÁN POZOS ESTRADA
JORGE SÁNCHEZ SESMA
EDUARDO REINOSO ANGULO

SID 696
OCTUBRE, 2015
Las Series del Instituto de Ingeniería describen los resultados de algunas de las investigaciones
más relevantes de esta institución. Con frecuencia son trabajos in extenso de artículos que se
publican en revistas especializadas, memorias de congresos, etc.
Cada número de estas Series se edita con la aprobación técnica del Comité Editorial del Ins-
tituto, basada en la evaluación de árbitros competentes en el tema, adscritos a instituciones del
país y/o el extranjero.
Actualmente hay tres diferentes Series del Instituto de Ingeniería:

SERIE INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO


Incluye trabajos originales sobre investigación y/o desarrollo tecnológico. Es continuación de la
Serie Azul u Ordinaria, publicada por el Instituto de Ingeniería desde 1956, la cual actualmente
tiene nueva presentación y admite textos en español e inglés.
Y SUS EFECTOS EN LA INFRAESTRUCTURA DEL
SERIE DOCENCIA SUR DE LA PENÍNSULA DE BAJA CALIFORNIA
Está dedicada a temas especializados de cursos universitarios para facilitar a estudiantes y pro-
fesores una mejor comprensión de ciertos temas importantes de los programas de estudio.

SERIE MANUALES
Abarca manuales útiles para resolver problemas asociados con la práctica profesional o textos
que describen y explican el estado del arte o el estado de la práctica en ciertos temas. Incluye
normas, manuales de diseño y de laboratorio, reglamentos, comentarios a normas y bases de
datos.

Y SUS EFECTOS EN LA INFRAESTRUCTURA DEL


SUR DE LA PENÍNSULA DE BAJA CALIFORNIA
Las Series del Instituto de Ingeniería pueden consultarse gratuitamente desde la dirección elec-
trónica del Instituto (II UNAM), http://www.ii.unam.mx (http://aplicaciones.iingen.unam.mx/
ConsultasSPII/Buscarpublicacion.aspx) y pueden grabarse o imprimirse en formato PDF desde
cualquier computadora.

SERIE SID/696
INVESTIGACIÓN Y OCTUBRE 2015
DESARROLLO
SID/696 Publicación arbitrada ISBN 978-607-02-7411-4
OCTUBRE 2015
D.R. © UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO, 2015
Instituto de Ingeniería, Ciudad Universitaria, CP 04360, México, DF
Recepción de documento: mayo 2015
Aprobación de documento: agosto 2015
Primera edición, octubre 2015
ISBN 978-607-02-7411-4
El huracán Odile y sus efectos en la
infraestructura del sur de la península
de Baja California

Coordinador General y Editor:


David Murià Vila

Coordinadores de capítulos (en orden alfabético):


Marcos Mauricio Chávez Cano
Norlang Marcel García Arróliga
Miguel Ángel Jaimes Téllez
Alberto López López
David Murià Vila
Sarai Nava Sánchez
Fernando Peña Mondragón
Juan José Pérez Gavilán Escalante
Adrián Pozos Estrada
Eduardo Reinoso Angulo
Jorge Sánchez Sesma

SID 696
Octubre, 2015
Instituciones participantes:

Instituto de Ingeniería, Universidad Nacional


Autónoma de México (IIUNAM)
Academia de Ingeniería de México (AIM)
Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED)
Instituto de Investigaciones Eléctricas (IIE)
Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA)
Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABJS)

Coordinador General y Editor:

David Murià Vila (IIUNAM)

Coordinadores de capítulos (en orden alfabético):

Marcos Mauricio Chávez Cano (IIUNAM)


Norlang Marcel García Arróliga (CENAPRED)
Miguel Ángel Jaimes Téllez (IIUNAM)
Alberto López López (IIE)
David Murià Vila (IIUNAM y AIM)
Sarai Nava Sánchez (CENAPRED)
Fernando Peña Mondragón (IIUNAM)
Juan José Pérez Gavilán Escalante (IIUNAM)
Adrián Pozos Estrada (IIUNAM)
Eduardo Reinoso Angulo (IIUNAM y AIM)
Jorge Sánchez Sesma (IMTA)
Colaboradores (en orden alfabético):

Jorge Emilio Arboleda Villagómez


Edmundo Amaya Gallardo (IIUNAM)
Alfredo Sergio Bermúdez (UABJS)
Marcos Mauricio Chávez Cano (IIUNAM)
José Alberto Escobar Sánchez (IIUNAM y AIM)
Norlang Marcel García Arróliga (CENAPRED)
Miguel Ángel Jaimes Téllez (IIUNAM)
Martín Jiménez Espinoza (CENAPRED)
Isaac Felipe Lima Castillo (IIUNAM)
Oscar López Bátiz (CENAPRED)
Alberto López López (IIE)
Ulises Mena Hernández (IIE)
David Murià Vila (IIUNAM y AIM)
Sarai Nava Sánchez (CENAPRED)
Fernando Peña Mondragón (IIUNAM)
Juan José Pérez Gavilán Escalante (IIUNAM)
Adrián Pozos Estrada (IIUNAM)
Eduardo Reinoso Angulo (IIUNAM y AIM)
Jorge Sánchez Sesma (IMTA)
Faustino Ventura Marcial (IIUNAM)

Corrección de estilo:

Elena Nieva Sánchez (IIUNAM)

Coordinación de arbitraje:

Israel Chávez Reséndiz (IIUNAM)

Diseño de portada:

Ruth Eunice Pérez (IIUNAM)


Amalia García Gutiérrez (IIUNAM)
Sandra Lozano Bolaños (IIUNAM)

ii
ÍNDICE

RECONOCIMIENTOS........................................................................................ ix

RESUMEN ......................................................................................................... x

ABSTRACT....................................................................................................... xi

1. INTRODUCCIÓN ......................................................................................... 1

2. ANTECEDENTES DEL HURACÁN ODILE ....................................................... 5


2.1 Introducción ......................................................................................... 6
2.2 Generalidades de un ciclón tropical ......................................................... 6
2.2.1 Desarrollo de un ciclón tropical ..................................................... 7
2.2.2 Temporada de ciclones tropicales .................................................. 9
2.3 Huracanes en Baja California Sur ............................................................ 9
2.3.1 1967, huracán Olivia ................................................................. 16
2.3.2 1976, huracán Liza.................................................................... 16
2.3.3 1989, huracán Kiko ................................................................... 17
2.3.4 2001, huracán Juliette ............................................................... 17
2.3.5 2003, huracán Marty ................................................................. 18
2.4 Conclusión ......................................................................................... 18
2.5 Reconocimientos................................................................................. 18
2.6 Referencias ........................................................................................ 18

3. DESCRIPCIÓN DEL EVENTO ..................................................................... 21


3.1 Introducción ....................................................................................... 22
3.2 Descripción ........................................................................................ 22
3.3 Velocidades de viento registradas ......................................................... 25
3.3.1 Velocidades de viento máximas sostenidas ................................... 25
3.3.2 Velocidades de viento máximas sostenidas en estaciones automáticas
.............................................................................................. 27
3.3.3 Velocidades de ráfaga de viento en estaciones automáticas ............ 30
3.3.4 Velocidades de viento en aeropuertos .......................................... 32
3.4 Velocidades de viento estimadas........................................................... 33
3.5 Precipitación....................................................................................... 33
3.6 Marea de tormenta observada .............................................................. 39
3.7 Conclusiones ...................................................................................... 40
3.8 Reconocimientos................................................................................. 41
3.9 Referencias ........................................................................................ 41

4. RECOPILACIÓN DE INFORMACIÓN DE DAÑOS ......................................... 43


4.1 Introducción ....................................................................................... 44
4.2 Daños ocasionados en el sur de la península de Baja California................. 44

v
5. SISTEMAS EXTENDIDOS .......................................................................... 55
5.1 Introducción ....................................................................................... 56
5.2 Suministro de energía eléctrica............................................................. 56
5.2.1 Líneas de transmisión ................................................................ 57
5.2.2 Postes de distribución ................................................................ 63
5.2.3 Centrales de generación y subestaciones eléctricas ....................... 66
5.2.4 Plantas solares ......................................................................... 69
5.2.5 Trasformadores de distribución ................................................... 71
5.3 Abastecimiento de agua y drenaje ........................................................ 73
5.3.1 Planta Desaladora de Los Cabos, BCS .......................................... 73
5.3.2 Tanque de almacenamiento de agua............................................ 78
5.4 Infraestructura costera ........................................................................ 81
5.5 Comunicaciones y transporte................................................................ 90
5.5.1 Aeropuertos ............................................................................. 90
5.5.1.1 Aeropuerto Internacional de La Paz ................................. 90
5.5.1.2 Aeropuerto Internacional de Los Cabos ............................ 92
5.5.1.3 Aeródromo Internacional de Cabo San Lucas .................. 108
5.5.2 Carreteras (casetas de cobro, drenes, señalamientos, etc.) .......... 110
5.5.3 Puente Caduaño...................................................................... 112
5.6 Telecomunicaciones .......................................................................... 116
5.7 Estaciones meteorológicas ................................................................. 119
5.7.1 Estación sinóptica meteorológica de la CONAGUA, La Paz ............. 121
5.7.2 Estación meteorológica Los Cabos ............................................. 123
5.8 Infraestructura agrícola ..................................................................... 126
5.8.1 Plantíos e invernaderos ............................................................ 126
5.8.2 Empacadoras.......................................................................... 127
5.9 Comentarios y conclusiones ............................................................... 132
5.10 Referencias ...................................................................................... 133

6 ESTRUCTURAS INDUSTRIALES, COMERCIALES, DEPORTIVAS, CUBIERTAS


AISLADAS Y TOLDOS ............................................................................. 135
6.1 Introducción ..................................................................................... 136
6.2 Daños observados en naves industriales .............................................. 136
6.2.1 Estructuras localizadas en La Paz .............................................. 136
6.2.2 Estructuras localizadas en San José del Cabo.............................. 141
6.2.3 Estructuras localizadas a lo largo de la carretera no. 19, La Paz-Todos
Santos ................................................................................... 144
6.3 Daños observados en naves comerciales.............................................. 149
6.3.1 Estructuras localizadas en la Paz ............................................... 149
6.3.2 Estructuras localizadas en San José del Cabo.............................. 150
6.4 Daños observados en estructuras deportivas ........................................ 157
6.5 Daños observados en techos aislados y toldos ...................................... 162
6.5.1 Estructuras localizadas en La Paz .............................................. 162
6.5.2 Estructuras localizadas en Los Cabos ......................................... 164
6.6 Comentarios finales........................................................................... 168
6.7 Referencias ...................................................................................... 169

vi
7. EDIFICACIONES ..................................................................................... 171
7.1 Introducción ..................................................................................... 172
7.2 Escuelas e instituciones educativas ..................................................... 172
7.3 Edificios de uso comercial y oficinas .................................................... 175
7.4 Hospitales ........................................................................................ 177
7.5 Edificios multifamiliares y hoteles........................................................ 179
7.6 Conclusiones .................................................................................... 186

8. VIVIENDA .............................................................................................. 187


8.1 Introducción ..................................................................................... 188
8.2 Descripción de los daños.................................................................... 189
8.2.1 Vivienda de construcción informal ............................................. 189
8.2.2 Vivienda de construcción formal ................................................ 194
8.3 Conclusiones y recomendaciones ........................................................ 198
8.4 Referencias ...................................................................................... 199

9. ESTRUCTURAS HISTÓRICAS Y ANTIGUAS .............................................. 201


9.1 Introducción ..................................................................................... 202
9.2 Construcciones religiosas ................................................................... 204
9.3 Construcciones civiles........................................................................ 210
9.4 Estructuras especiales ....................................................................... 216
9.5 Conclusiones .................................................................................... 218
9.6 Referencias ...................................................................................... 218

10. EQUIPAMIENTO URBANO ....................................................................... 219


10.1 Introducción ..................................................................................... 220
10.2 Señalizaciones y anuncios .................................................................. 221
10.3 Alumbrado público ............................................................................ 225
10.4 Parques y jardines ............................................................................ 227
10.5 Bardas y cercas ................................................................................ 230
10.6 Otros tipos de mobiliario urbano ......................................................... 233
10.7 Conclusiones y recomendaciones ........................................................ 235
10.8 Referencias ...................................................................................... 236

11. NORMATIVIDAD..................................................................................... 237


11.1 Introducción ..................................................................................... 238
11.2 Reseña de estudios sobre la estimación de velocidades del viento para fines
de diseño estructural y respuesta de estructuras sensibles al viento ........ 239
11.3 Criterios para diseño por viento .......................................................... 246
11.3.1 Efectos estáticos del viento ...................................................... 247
11.3.1.1 Determinación de la presión de diseño ......................... 247
11.3.2 Efectos dinámicos del viento..................................................... 248
11.3.2.1 Determinación de la presión dinámica de diseño ........... 248
11.3.2.2 Presiones locales ....................................................... 248
11.3.2.3 Presiones interiores ................................................... 249
11.4 Conclusiones .................................................................................... 249
11.5 Referencias ...................................................................................... 251
12. IMPACTO SOCIOECONÓMICO ................................................................. 255
12.1 Introducción ..................................................................................... 256
12.2 Atención de la emergencia ................................................................. 257
12.3 Sectores sociales .............................................................................. 259
12.3.1 Vivienda ................................................................................ 259
12.3.2 Salud..................................................................................... 261
12.3.3 Educación .............................................................................. 265
12.3.4 Infraestructura hidráulica ......................................................... 266
12.4 Infraestructura vital .......................................................................... 268
12.4.1 Infraestructura eléctrica........................................................... 268
12.4.2 Infraestructura de comunicaciones y transportes ........................ 270
12.4.3 Infraestructura vial y urbana .................................................... 272
12.5 Sectores productivos ......................................................................... 272
12.5.1 Sectores primarios .................................................................. 272
12.5.2 Comercios .............................................................................. 275
12.5.3 Turismo ................................................................................. 276
12.5.4 Otros giros asegurados ............................................................ 280
12.6 El bono Multicat Mexico Ltd ................................................................ 281
12.7 Conclusiones .................................................................................... 282
12.8 Referencias ...................................................................................... 283
12.9 Reconocimientos............................................................................... 284

13. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES ................................................. 285


13.1 Conclusiones .................................................................................... 285
13.2 Recomendaciones ............................................................................. 287

viii
RECONOCIMIENTOS

Los autores agradecen al Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma


de México (IIUNAM) y a la Academia de Ingeniería de México (AIM) por su iniciativa para
la realización y la coordinación del viaje a las zonas más afectadas por el huracán. Este
trabajo fue realizado y publicado gracias al apoyo económico otorgado por el IIUNAM.

El Dr. Carlos Miguel Valdés González, director general del Centro Nacional de Prevención
de Desastres (CENAPRED), elaboró un salvoconducto oficial para los integrantes del
grupo de trabajo con el fin de facilitar el acceso a los sitios afectados. Se agradece al
Dr. José Luis Fernández Zayas, director ejecutivo del Instituto de Investigaciones
Eléctricas (IIE), y al M. en I. Víctor Javier Bourguett Ortiz, director general del Instituto
Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), por apoyar y sumarse a esta iniciativa del
IIUNAM y de la AIM para conformar un grupo de especialistas interinstitucionales para
efectuar la visita de reconocimiento a la zona más afectada por el huracán y desarrollar
el presente documento.

Asimismo, los autores agradecen el apoyo de M. en C. César Fernando Fuentes Estrada,


miembro de la AIM y coordinador de Proyectos de Transmisión y Transformación de la
Comisión Federal de Electricidad (CFE); Lic. Alejandro Argudín Leroy, director general
de Aeronáutica Civil de la Secretaría de Comunicaciones y Trasportes (SCT);
M. en C. Juan Manuel Caballero González, director del Servicio Meteorológico Nacional
(SMN); Ing. Fernando Hoyos Romero, oficial de Protección de la Instalación Portuaria de
la Administración Portuaria Integral Cabo San Lucas; Ing. Jorge Yáñez, subdirector de
Ingeniería de Riesgos de Grupo Nacional Provincial (GNP); y al Ing. Fredy Velázquez
Rodríguez, Jefe de la Planta Desaladora de Agua de Mar de Los Cabos. Varios de los
contactos anteriores se lograron gracias a la intervención de los doctores Sergio
M. Alcocer Martínez de Castro, presidente de la AIM, y Adalberto Noyola Robles, director
del IIUNAM.

También se agradecen los valiosos comentarios y observaciones del Dr. Rodolfo Silva
Casarín, el M. en I. Víctor Franco y el Ing. José Alfonso Boyer Orozco.

ix
RESUMEN

El Servicio Meteorológico Nacional emitió un boletín el 13 de septiembre de 2014 de la


ocurrencia del huracán Odile, producto de la depresión tropical formada tres días antes
frente a las costas de Guerrero y Michoacán. Odile tocó tierra al sur de la península de
Baja California el 14 de septiembre con velocidades máximas de viento sostenido de
205 km/h y ráfagas de 240 km/h, que corresponden a un huracán categoría III, según
la escala Saffir-Simpson.

Las consecuencias del huracán en la infraestructura del estado de Baja California Sur
fueron de tal magnitud que la población quedó prácticamente sin energía eléctrica y sin
abastecimiento de agua potable por varios días. Hubo 10 978 viviendas y 923 escuelas
dañadas. Fue necesario evacuar a más de 38 000 turistas y albergar a más de 11 000
personas. El impacto económico directo del evento se estimó en más de 24 mil millones
de pesos. El número de fallecidos en Baja California Sur fue de seis personas, lo cual
contrasta con los causados por el huracán Liza en 1976, que fue oficialmente de 600
víctimas.

Debido a la relevancia de este hecho para el país, el Instituto de Ingeniería de la UNAM


y la Academia de Ingeniería de México decidieron visitar las zonas afectadas al sur del
estado, con el objetivo de obtener información relevante sobre el desempeño de la
infraestructura. Se observó que los daños fueron de tal magnitud en la infraestructura
eléctrica y de abastecimiento de agua potable que por varios días estuvo interrumpido
el servicio total o parcial en diversas regiones del estado. Los aeropuertos y el puerto de
Cabo San Lucas también sufrieron daños considerables, por lo que sus servicios se
interrumpieron por varias semanas. En el sector agrario se observaron daños en grandes
extensiones de hectáreas cultivadas. Muchas escuelas, viviendas, hoteles, comercios e
industrias se vieron afectadas principalmente en cubiertas y ventanas.

El grupo de trabajo identificó que las principales causas de los daños fueron el empleo
de elementos no estructurales con materiales y anclajes con un deficiente desempeño
ante las altas velocidades de viento, fallas en el diseño o construcción de conexiones de
elementos estructurales y no estructurales, daño acumulado, falta de mantenimiento e
impacto de proyectiles lanzados por el viento. Valorar las implicaciones de este meteoro
en el desempeño de la infraestructura es prioritario para determinar en cuál de ellas se
requiere implementar programas de evaluación y reforzamiento, lo cual servirá para
reducir el impacto socioeconómico ante estos fenómenos hidrometeorológicos. De este
modo, las observaciones y recomendaciones que se derivan del análisis de este meteoro
son importantes para mitigar los efectos de huracanes en futuros eventos.

x
ABSTRACT

The Mexican National Meteorological Service emitted a bulleting on September 13, 2014,
about hurricane Odile, caused by the tropical depression formed three days before in
front of the coast of Guerrero and Michoacán. Odile made landfall at the South of the
Baja California Peninsula on September 14 with maximum sustained winds of 205 km/h,
and wind gusts of 240 km/h; this wind speed correspond to a hurricane category III
according to Saffir-Simpson scale.

The hurricane caused extensive damage to the infrastructure of the state of Baja
California Sur, where the energy and water supply were interrupted for several days.
There were 10 978 houses and 923 damaged schools. It was necessary to evacuate
more than 38 000 tourists and to give shelter to more than 11 000 persons. The direct
economic impact was estimated to be more than 24 thousand million pesos. The number
of casualties in the state of Baja California Sur was six persons, which contrasts with
those caused by hurricane Liza in 1976 (600 official casualties).

Due to the importance of the impact of this hurricane to the region and therefore to the
country, the Institute of Engineering of UNAM and the Academy of Engineering of Mexico
decided to visit the zones affected at the South of the state with the aim of getting
relevant information about the performance of the infrastructure. It was observed that
the damage was such that electric and water supplies were partially or fully interrupted
in different regions of the state. The airports and the port of Cabo San Lucas also suffered
considerable damage, and their functionality was very limited for several weeks. In the
agrarian sector, damage was observed in large extensions of cultivated hectares. Many
schools, houses, hotels, and commercial and industries facilities were damaged mainly
in their roofs and windows.

The workgroup identified that the main causes of damage were the use of nonstructural
elements with materials and anchors with a weak performance under high wind speeds,
failures in the design and construction of connections of structural and nonstructural
elements, accumulated damage, lack of maintenance and impact of wind-born debris.
To evaluate the lessons learned from this event in the performance of the infrastructure
it is of paramount importance to decide in which of them it is necessary to implement
analysis and design programs and, eventually, retrofitting. This will serve to reduce the
socioeconomic impact of this type of hydrometeorological events. In this way, the
observations and recommendations drawn from the analysis of this hurricane are
important to mitigate the effects of future events.

xi
1. INTRODUCCIÓN

El 10 de septiembre de 2014 el Servicio Meteorológico Nacional y la National Oceanic


and Atmospheric Administration alertaron de la formación de una depresión tropical
frente a las costas de los estados de Guerrero y Michoacán. El 13 de septiembre dicha
depresión se había convertido en huracán, de acuerdo con la escala Saffir-Simpson, al
superar velocidades máximas de viento sostenido de 118 km/h. El 14 de septiembre
alcanza la categoría IV con velocidades de 215 km/h y ráfagas de 260 km/h. La
nubosidad llegó a tener un diámetro de 600 km aproximadamente, un núcleo de 70 km
y desplazamiento de 24 km/h en dirección nornoroeste. El huracán, con categoría III,
tocó tierra al sur de la península de Baja California el 14 de septiembre con velocidades
de 205 km/h y ráfagas de 240 km/h, y se disipó como tormenta tropical el 17 de
septiembre. Este sistema atmosférico fue acompañado de lluvias, las cuales resultaron
ser de menor intensidad comparadas con otros huracanes que han afectado al país y
sobre todo al estado de Baja California Sur.

Las consecuencias del huracán en la infraestructura del estado de Baja California Sur
fueron significativas. El 95 % de los usuarios del estado se quedaron sin servicio de
energía eléctrica por el daño de cientos de torres y postes de transmisión, miles de
postes de distribución y cientos de trasformadores. El suministro de agua potable se
interrumpió ante el paso del meteoro. La actividad agropecuaria resultó perjudicada, y
aproximadamente el 30 % del total de las hectáreas cultivadas fueron afectadas. El
Aeropuerto Internacional de Los Cabos y el Aeródromo Internacional de Cabo San Lucas
sufrieron daños considerables. 10 978 viviendas y 923 escuelas fueron dañadas; el
54 % de estas viviendas (5932) eran de construcción informal y se encontraban en zonas
irregulares. Las afectaciones en las viviendas fueron principalmente en elementos no
estructurales y contenidos, y en cuanto a daños mayores o totales, fueron alrededor de
1800 casos. Los daños en carreteras y puentes en el sur del estado de BCS fueron por
erosión en terraplenes de puentes y carreteras, azolve en vados y acotamientos, y el
más significativo fue el colapso del puente Caduaño. Por lo que toca a la infraestructura
hotelera en Cabo San Lucas y San José del Cabo, sufrió daños severos en elementos no
estructurales y contenidos. Fue necesario evacuar a más de 38 000 turistas y albergar
a más de 11 000 personas. El impacto económico directo del evento se ha estimado en
más de 24 mil millones de pesos. En cuanto a las vidas humanas, el número de fallecidos
en el estado fue de seis personas, lo cual contrasta con los causados por el huracán Liza
en 1976, que fue oficialmente de 600 víctimas.

Debido a la relevancia de este hecho para el país, el Instituto de Ingeniería de la UNAM


(IIUNAM) y la Academia de Ingeniería de México (AIM) decidieron efectuar una visita a
las zonas afectadas. El objetivo principal de la visita fue obtener información relevante
sobre el desempeño de la infraestructura después del evento, además de describir el
impacto socioeconómico.

1
Para ello, se contactó al Dr. Carlos Valdés González, director general del Centro Nacional
de Prevención de Desastres (CENAPRED), con el fin de coordinar actividades con las
diferentes instancias de gobierno en el ámbito de la Protección Civil. Asimismo, se
contactó al Dr. José Luis Fernández Zayas, director ejecutivo del Instituto de
Investigaciones Eléctricas (IIE), y al M. en I. Víctor Javier Bourguett Ortiz, director
general del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), ya que se consideró
conveniente incorporar al equipo a expertos en diseño eólico y fenómenos
hidrometeorológicos de estas instituciones. El grupo que realizó la visita de
reconocimiento quedó conformado por Marcos Mauricio Chávez Cano, José Alberto
Escobar Sánchez (miembro de la AIM), Miguel Ángel Jaimes Téllez, David Murià Vila
(miembro de la AIM), Fernando Peña Mondragón, Juan José Pérez Gavilán Escalante,
Adrián Pozos Estrada y Eduardo Reinoso Angulo (miembro de la AIM) por parte del
IIUNAM; Oscar López Bátiz, por parte del CENAPRED; Alberto López López y Ulises Mena
Hernández, por parte del IIE.

Para desarrollar un itinerario y un plan de trabajo que permitiera obtener el mayor


provecho durante el viaje de reconocimiento de daños, se realizaron reuniones de
trabajo previas en el IIUNAM. Se establecieron contactos con el M. en C. César Fernando
Fuentes Estrada, coordinador de Proyectos de Transmisión y Transformación de
Comisión Federal de Electricidad (CFE), para conocer de primera mano los daños y
trabajos de rehabilitación de la infraestructura eléctrica; con el Lic. Alejandro Argudín
Leroy, director general de Aeronáutica Civil de la Secretaría de Comunicaciones y
Trasporte, para observar los daños del Aeropuerto Internacional de Los Cabos; con el
M. en C. Juan Manuel Caballero Gonzáles, director del SMN, para inspeccionar las
estaciones meteorológicas de La Paz y Los Cabos; y con el Ing. Jorge Yáñez, subdirector
de Ingeniería de Riesgos de Grupo Nacional Provincial (GNP), para tener acceso a
algunos hoteles. Además, se contó con la valiosa cooperación y guía del M. en I. Jorge
Emilio Arboleda Villagómez, exbecario del IIUNAM radicado en La Paz. Varios de estos
contactos se lograron gracias a la intervención del Dr. Sergio M. Alcocer Martínez de
Castro, presidente de la AIM, y del Dr. Adalberto Noyola Robles, director del IIUNAM.
Por su parte, el Dr. Carlos Miguel Valdés González, director general del CENAPRED,
elaboró un salvoconducto oficial para los integrantes del grupo de trabajo con el fin de
facilitar el acceso a los sitios afectados.

La visita de reconocimiento de daños fue realizada del 25 de septiembre al 5 de octubre


de 2014; incluyó recorridos en las ciudades de La Paz, San José del Cabo y Cabo San
Lucas, y los pueblos de Todos Santos y El Triunfo, donde se constataron las afectaciones
a la infraestructura urbana, hospitalaria, educativa, deportiva, habitacional, comercial y
turística. Asimismo, se hicieron recorridos en las carreteras federales 1 y 19, que
comunican a la capital con el sur del estado, para reconocimiento de daños en el campo,
instalaciones industriales, puentes, caminos y algunas áreas costeras. Durante la
inspección de la zona portuaria de Cabo San Lucas se tuvieron dos reuniones con el
Ing. Fernando Hoyos Romero, oficial de Protección de la Instalación Portuaria por parte
de la Administración Portuaria Integral Cabo San Lucas, quien comentó sobre la
afectación y proporcionó información del evento. En las ciudades de La Paz y Cabo San
Lucas se visitaron las estaciones meteorológicas. En cuanto a la infraestructura de la
CFE, el M. en C. César Fernando Fuentes Estrada (miembro de la AIM) ofreció un

2
recorrido en helicóptero para observar los daños y trabajos de recuperación de la línea
de transmisión La Paz-Los Cabos, y una reunión con personal de esta dependencia para
comentar los daños y los trabajos de rehabilitación de la infraestructura eléctrica.
También se tuvo oportunidad de visitar la planta desaladora de Los Cabos.

Este documento está conformado por trece capítulos. El capítulo 2 cubre los
antecedentes sobre el impacto de huracanes en el estado de Baja California Sur. El
capítulo 3 presenta una descripción del evento; incluye velocidades de viento reportadas,
precipitaciones registradas y marea de tormenta observada. Un resumen de las zonas
afectadas por el huracán Odile de manera gráfica y georreferenciada se presenta en el
capítulo 4. Mientras que el capítulo 5 se concentra en los efectos del huracán en los
sistemas extendidos que se refieren a la infraestructura del sector eléctrico, agua
potable, aeroportuario, costero, agrícola, telecomunicaciones y comunicaciones. En el
capítulo 6 se describen los daños observados en estructuras industriales, comerciales,
deportivas, cubiertas aisladas y toldos. Los efectos observados en las edificaciones de
hospitales, hoteles, escuelas, oficinas y multifamiliares durante el impacto del meteoro
se muestran en el capítulo 7. El capítulo 8 describe los daños en viviendas. En el capítulo
9 se presenta el comportamiento que tuvieron las estructuras históricas y antiguas. El
capítulo 10 cubre el equipamiento urbano que se refiere al conjunto de objetos y piezas
instalados en la vía pública. En la primera parte del capítulo 11 se hace una reseña de
los estudios encaminados a la estimación de las velocidades de viento con fines de diseño
estructural en México, y en la segunda parte del capítulo se presentan los criterios para
el diseño por viento previstos en la normatividad actual aplicable al estado de Baja
California Sur. El capítulo 12 describe el impacto socioeconómico debido a los efectos
del meteoro. Por último, el capítulo 13 recopila las principales conclusiones y presenta
las recomendaciones derivadas de este trabajo.

3
2. ANTECEDENTES DEL HURACÁN ODILE

Coordinadores

Eduardo Reinoso Angulo Miguel Ángel Jaimes Téllez

Colaboradores

Ulises Mena Hernández Adrián Pozos Estrada


Alberto López López Jorge Sánchez Sesma

5
2.1 Introducción

En México existen distintos fenómenos meteorológicos que originan fuerzas de viento,


como los ciclones tropicales, las tormentas severas que pueden originar tornados,
tormentas convectivas y frentes fríos, entre otros, capaces de causar daños a estructuras
ligeras pero también a edificios y naves industriales. Los ciclones tropicales son los de
mayor importancia en las zonas costeras, por la intensidad de los vientos y por la gran
área de afectación. Por ello, el estudio de la amenaza de viento estará regido sobre todo
por el impacto de los ciclones en estas zonas. En este capítulo se presentará el impacto
que han tenido estos fenómenos meteorológicos en el estado de Baja California Sur
(BCS).

2.2 Generalidades de un ciclón tropical

Los ciclones tropicales son sistemas de baja presión cuyo impacto puede provocar
grandes afectaciones. Ciclón tropical es el término científico que se utiliza para definir
una circulación meteorológica cerrada que se propaga sobre aguas tropicales. Este
sistema de gran escala de baja presión ocurre en varias regiones del mundo (Fig 2.1)
de donde adquieren diferentes nombres además del de ciclones: en el Atlántico y en el
noreste del Pacífico son llamados huracanes y en el noroeste del Pacífico son llamados
tifones. El 75 % de los ciclones tropicales se desarrollan en el hemisferio norte, en
latitudes superiores a los 5°, donde viajan de este a oeste. Un esquema general de los
componentes más importantes de un ciclón tropical se presenta en la Fig 2.2.

Fig 2.1 Trayectorias típicas de los ciclones tropicales en el mundo. Se indican las
zonas ciclogénicas: (1) océano Atlántico, (2) océano Pacífico noreste,
(3) océano Pacífico noroeste, (4) océano Índico norte, (5) océano Índico
suroeste, (6) océano Pacífico suroeste y (7) océano Índico suroeste (figura
tomada de la Guía de preparación del Departamento de Comercio de los EUA,
Agencia Nacional del Océano y la Atmósfera, NOAA)

6
Fig 2.2 Componentes de un ciclón tropical (figura tomada de National Weather
Service, http://1.usa.gov/1JWMtCU)

2.2.1 Desarrollo de un ciclón tropical

La primera fase de la formación de los ciclones tropicales se denomina depresión tropical.


Todas las depresiones tropicales que crecen y derivan en ciclones tropicales se originan
prácticamente bajo las mismas condiciones y conservan las mismas características
meteorológicas a lo largo de su trayectoria. Las diferencias físicas que se pueden
presentar de un evento a otro radican en las velocidades que cada evento puede alcanzar
y el tiempo que estas se pueden mantener.

De acuerdo con la escala Saffir-Simpson (Tabla 2.1), si la velocidad sostenida del viento
excede 63 km/h el fenómeno se convierte en tormenta tropical; asimismo, cuando la
velocidad del viento excede los 119 km/h el sistema toma el nombre de huracán, que
se puede considerar la forma más severa de un ciclón tropical. La pérdida de energía del
fenómeno ocurre normalmente cuando el huracán se mueve dentro de zonas costeras y
se adentra al continente.

Los ciclones tropicales se originan como resultado de un proceso de liberación de calor


y humedad de los mares en las zonas tropicales. Este proceso ayuda a equilibrar la
temperatura atmosférica y el balance de humedad entre las zonas tropicales y no
tropicales.

Para la generación o nacimiento de un ciclón tropical se requiere que la superficie del


mar esté al menos a 26 oC de temperatura. En los meses de verano, la temperatura en
el mar Caribe, golfo de México y parte del océano Pacífico puede alcanzar hasta 29 oC,

7
lo que crea zonas ideales para la generación de ciclones tropicales. La superficie del mar
calienta al aire que se eleva hasta que se ve bloqueado por aire más caliente proveniente
de vientos del este; el encuentro de estas dos masas de aire genera una inversión
atmosférica que ocasiona tormentas eléctricas que eventualmente rompen esta
inversión, y disminuyen así la presión atmosférica.

El crecimiento del ciclón tropical ocurre cuando la presión en el centro de la tormenta


disminuye por debajo de 1000 mb, mientras que la presión circundante se mantiene
relativamente normal (1013 mb). Cuando ocurre esta baja de presión, los vientos
comienzan a definir un patrón de espiral debido a la rotación de la tierra. Las fuerzas
rotacionales generadas por este gradiente de presión producen cambios en la velocidad
del viento relativo a este. Mientras que el nivel de energía del fenómeno aumenta, el
patrón de circulación del aire tiende a moverse hacia el centro y hacia afuera del ciclón
tropical, en sentido contrario a las manecillas del reloj en el hemisferio norte, y en
sentido horario en el hemisferio sur. El ciclo se mantiene y así el fenómeno comienza a
tener un movimiento de traslación con velocidades alrededor de los 32km/h en su
formación hasta valores mayores de 200 km/h una vez en pleno desarrollo.

En ocasiones un ciclón tropical puede iniciarse como tormenta tropical, sin pasar por la
categoría de depresión tropical, como fue el caso del huracán Norbert, del océano
Pacífico, en 2014.

La zona de mayor precipitación, con vientos más violentos y máximos niveles de


sobrelevaciones del nivel del mar, es la que se encuentra en el límite de acción del centro
del ciclón tropical, aproximadamente a una distancia radial de 50 km desde el centro del
huracán, dependiendo del evento y su intensidad. La estructura nubosa de la
circunferencia definida por dicha distancia radial puede presentar una longitud de
aproximadamente 450 km. El ojo del huracán, a diferencia del resto de la tormenta, se
caracteriza por ser un área de calma relativa y poca nubosidad; tiene un diámetro de
entre 30 y 65 km.

La clasificación de los ciclones tropicales se realiza con base en la intensidad de la


tormenta, que representa un potencial de daño. La escala más utilizada es la
desarrollada por Saffir y Simpson (1971), en que la determinación de cada categoría,
una vez que el ciclón se convierte en huracán, depende básicamente de la presión
barométrica y de los vientos ciclónicos. Los niveles de marea de tormenta fluctúan
debido a condiciones barométricas y atmosféricas (Tabla 2.1).

8
Tabla 2.1 Clasificación de los ciclones tropicales en función de la velocidad del viento;
la escala Saffir-Simpson abarca solo los huracanes (h1-h5)

Velocidad del Marea de tormenta


Color Categoría viento (km/h) (m)
DT (1) Depresión tropical hasta 64 menor a 0.86
TT (2) Tormenta tropical 64 a 118 0.86 a 1.0
H1 (3) Huracán clase 1 118 a 154 1.0 a 1.8
H2 (4) Huracán clase 2 154 a 178 1.8 a 2.7
H3 (5) Huracán clase 3 178 a 210 2.7 a 3.9
H4 (6) Huracán clase 4 210 a 250 3.9 a 5.6
H5 (7) Huracán clase 5 más de 250 más de 5.6

2.2.2 Temporada de ciclones tropicales

Existe un patrón general de la temporada de ciclones tropicales más o menos constante,


pero que puede variar según las condiciones meteorológicas. En el Atlántico, el Caribe y
el golfo de México comienza el 1° de junio de cada año y se extiende hasta el 30 de
noviembre. En el golfo de México y el Caribe occidental, por ser aguas tranquilas y
porque el calentamiento precede al resto de la región, se originan allí los primeros
sistemas ciclónicos de la temporada. A medida que avanza el verano el sol se va
desplazando hacia el norte, de modo que los ciclones tropicales se producen al norte del
Caribe y se desplazan de acuerdo con el movimiento rotacional de la tierra, hacia el
oeste, arribando frecuentemente a la costa de Estados Unidos después de haber pasado
por países como Puerto Rico, Cuba y Bahamas, entre otros. Primero arriban a la costa
de Florida y, a medida que avanza el verano (agosto-septiembre), de acuerdo con la
potencia del meteoro, pueden llegar a los estados centrales de Estados Unidos e incluso
a los más norteños de la costa atlántica y avanzar tierra adentro. Al final de la
temporada, cuando el agua se comienza a enfriar otra vez, los huracanes se forman
nuevamente solo en el Caribe y el golfo de México.

En el océano Pacífico la temporada comienza durante la segunda mitad del mes de mayo
y termina a finales de noviembre.

2.3 Huracanes en Baja California Sur

De acuerdo con los datos recopilados en la base de datos de la NOAA de 1949 a 2014,
se puede aseverar que en la vertiente del Atlántico la presencia de ciclones tropicales es
menos frecuente que en la vertiente del Pacífico; sin embargo, en promedio se presentan
con una mayor intensidad en esta última. En la Fig 2.3 se muestran las trayectorias de

9
los principales ciclones tropicales que han ocurrido en México en ambas costas; se
muestra en color rojo la trayectoria del huracán Odile.

Fig 2.3 Trayectorias de huracanes que han pasado por México desde 1949 hasta 2014

En la Fig 2.4 se presenta la estadística de los eventos que se han originado en la parte
noreste del océano Pacífico (zona 2, Fig 2.1), y de estos cuáles han afectado BCS; según
estos datos, el 9.4 % del total de los ciclones tropicales que se originan en esta zona del
océano Pacífico han afectado a la península de Baja California, y solo el 3 % han sido
huracanes. Si bien se tienen registros a partir de 1949, es hasta 1967 cuando la
información satelital permite un registro completo de los huracanes y, por lo tanto, una
base de datos verdaderamente confiable. La Fig 2.4 muestra claramente que, al menos
en esta zona, no se están generando más huracanes en los años recientes, al contrario,
a partir de un máximo promedio de 25 huracanes por año a principios de la década de
los años noventa se aprecia una tendencia a la baja, y para los años recientes se tiene
un promedio de 18 huracanes por año.

10
Fig 2.4 Estadística de ciclones tropicales en el océano Pacífico con respecto a los que
han afectado a BCS

Históricamente, el estado de BCS se ha visto afectado en repetidas ocasiones por los


efectos de ciclones tropicales y diferentes fenómenos meteorológicos, como las llamadas
lluvias de invierno, que ocasionan precipitaciones pluviales de gran intensidad. En
consecuencia, la región es susceptible a peligrosos escurrimientos súbitos e inundaciones
severas a pesar de que es una zona desértica. Entre los eventos más relevantes se
cuentan el huracán Olivia, en 1967, cuando no se reportaron daños materiales severos
debido a que la población se encontraba dispersa; a pesar de ello este generó 61
víctimas. El huracán Liza, en 1976, con vientos máximos sostenidos de 222 km/h, ha
producido el mayor número de víctimas (600 oficiales y entre 2000 y 5000
extraoficialmente), debido a una inundación repentina generada por la rotura de un
dique cercano a la ciudad de La Paz. El huracán Kiko, en 1989, con velocidades
reportadas de viento máximo de 185 km/h, causó severos daños materiales, pero
ninguna muerte. En noviembre de 1993 intensas lluvias dejaron 10 000 damnificados
en Los Cabos. El huracán Isis, en 1998, provocó fuertes inundaciones en Los Cabos.
Juliette, en el año 2001, dejó 8000 damnificados y, recientemente, el huracán Odile, que
impactó la zona en septiembre de 2014. Estos tipos de eventos naturales han afectado
a la región de manera recurrente. En la Fig 2.5 se muestran las trayectorias de los
ciclones tropicales que han impactado en la península de Baja California en el periodo
de 1960 a 2014, y en la Tabla 2.2 se enlistan algunos detalles de estos eventos.

11
Fig 2.5 Huracanes que han afectado a BCS desde 1960 a 2014

12
Tabla 2.2 Lista de huracanes que han impactado a la península de Baja California

**Pérdidas
Velocidad de
Categoría de Pérdidas económicas
Nombre Año viento
impacto humanas (millones
(km/h)
dólares)

s/n 1949 Huracán 1 140 - -

s/n 1954 Huracán 1 140 - -

s/n 1958 Huracán 1 140 - -
Ɏ
s/n 1958 Huracán 1 140 - -
Ɏ
s/n 1959 Huracán 1 140 - -

Diana 1960 Huracán 1 140 - -

Doreen 1962 Huracán 1 140 - -

Emily 1965 Huracán 1 148 - -
Ɏ +
Olivia 1967 Huracán 3 204 61 -
Ɏ & &
Katrina 1967 Huracán 1 140 77 1,304.17
Ɏ
Pauline 1968 Huracán 1 140 - -

Nanette 1971 Huracán 1 120 - -
Ɏ 
Irah 1973 Huracán 1 140  -
ᵠ & &
Liza 1976 Huracán 4 222 600 416.06
ᵠ &
Doreen 1977 Huracán 1 120 10 -
Ɏ  ×
Paul 1982 Huracán 2 175  168.75
ᵠ 
Waldo 1985 Huracán 1 148  -

Paine 1986 Huracán 1 148 - -
Ɏ 
Kiko 1989 Huracán 3 185  -
ᵠ 
Lidia 1993 Huracán 2 158  -
ᵠ 
Flossie 1995 Huracán 1 130  -
ᵠ 
Henriette 1995 Huracán 1 148  -
ᵠ & &
Ismael 1995 Huracán 1 130 105 1,242.71
Ɏ 
Fausto 1996 Huracán 1 140  -
ᵠ 
Isis 1998 Tormenta 111  -
tropical
Ɏ 
Greg 1999 Tormenta 102  -
tropical
ᵠ & &
Juliette 2001 Huracán 1 148 3 535
Ɏ  &
Marty 2003 Huracán 2 157  128.66
ᵠ 
Ignacio 2003 Huracán 2 167  -
Ɏ & ×
John 2006 Huracán 2 175 7 104.75
Ɏ  ×
Henriette 2007 Huracán 1 130  133.6
Ɏ  ×
Norbert 2008 Huracán 2 175  41.83
ᵠ & &
Jimena 2009 Huracán 2 175 4 44.14
Ɏ & §
Odile 2014 Huracán 3 205 6 1,654.40
**Valores actualizados al 27 de enero de 2015; Ɏvelocidad de viento máxima sostenida en un
minuto al tocar tierra en km/h; ᵠ velocidad de viento a un radio menor a 200 km de BCS en km/h;
× fuente: Centro Nacional de Prevención de Desastres;  fuente: Centro Nacional de Huracanes;
+fuente: periódico Excélsior; fuente: The International Disaster Database; § fuente: capítulo 12
de este trabajo (el valor del dólar considerado es de $14.5872 pesos)

13
La Fig 2.6 muestra la velocidad en la pared de los huracanes de la Tabla 2.2 al momento
de tocar tierra en BCS. Se aprecia que Odile, a la par de Olivia (1967), son los huracanes
más intensos en esta corta ventana de observación, que en realidad es confiable a partir
justamente de 1967, cuando se cuenta con la información de satélites. Se calcularon las
tendencias de estos valores y no se encontró ninguna, es decir, al igual que los datos
mostrados en la Fig 2.4, no hay evidencias de que haya ni más huracanes ni que estos
sean más intensos.

Fig 2.6 Velocidad en la pared de los huracanes que han tocado tierra en BCS

En la Fig 2.7 se muestra la tendencia de víctimas causadas por los huracanes en BCS.
Se aprecia claramente que, a pesar de enorme aumento de la población en el estado
durante los últimos cincuenta años, las muertes en números absolutos han descendido
notablemente, y en términos relativos aún más, ya que, según datos del INEGI, en 1967
vivían en BCS alrededor de cien mil personas, por lo que para ese año el total de muertos
por huracán fueron 138 (un índice de 138/100 000), mientras que para 2014, con una
población de alrededor de 750 000, el número de muertos sumaron seis (ver capítulo
12), es decir, un índice de menos de 1/100 000, un decremento muy significativo. Esto
se debe, por un lado, a que hoy se tienen construcciones más seguras y en lugares más
adecuados, es decir, el riesgo es menor, pero también se debe a las medidas de
alertamiento a la población y al cumplimiento prácticamente impecable de los planes de
atención a la emergencia por parte de las autoridades y de la población.

El número de víctimas mortales debidas al huracán Odile es muy bajo, tan bajo que es
similar a la tasa de muertes provocadas por accidentes que hay en BCS, que es de un

14
muerto por día. Si se considera que las seis víctimas en Odile se dieron en un lapso de
tres días, y que muchas de estas fueron por accidentes y no tanto por el huracán mismo,
se puede concluir que la presencia de un huracán de esta categoría no modifica
significativamente las estadísticas promedio diarias de muertes por accidentes.

Fig 2.7 Víctimas causadas por los huracanes en BCS. Le flecha indica de manera
esquemática la clara tendencia a la baja de números absolutos de muertos,
pero la tendencia a la baja en número de muertes relativas a la población es
todavía mucho mayor

En la Fig 2.8 se muestra las pérdidas actualizadas a 2014 causadas por los huracanes
en BCS. Se aprecia que los huracanes Katrina (1967), Ismael (1995) y Odile (2014) han
generado claramente las mayores pérdidas en BCS. En esta figura se aprecia que no
existe una tendencia (flecha) a la baja de las pérdidas económicas, lo que evidencia la
vulnerabilidad de muchas de sus construcciones, aun aquellas concebidas con los
procedimientos de diseño y construcción actuales (ver capítulo 12).

15
Fig 2.8 Pérdidas causadas por los huracanes en BCS

A continuación se hace una breve descripción de algunos huracanes, y sus efectos, que
han impactado BCS.

2.3.1 1967, huracán Olivia

De acuerdo con la base de datos del Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas
en inglés), Olivia se originó el 6 de octubre de 1967 al noroeste del estado de Oaxaca
como depresión tropical. Siguió su trayectoria en dirección noroeste y tres días después
se convirtió en tormenta tropical con vientos máximos sostenidos de 80 km/h. El día
trece Olivia cambió su dirección hacia el noreste y tocó tierra en la península de Baja
California, unas horas después avanzó hacia el este de Loreto y alcanzó la categoría H1
en la escala de Saffir-Simpson con vientos máximos sostenidos de 140 km/h. El día
catorce Olivia siguió su trayectoria hacia el norte y se intensificó a huracán categoría H2.
Durante la madrugada de ese día cambió su trayectoria hacia el noroeste, cerca de la
comunidad de Mulegé, con vientos máximos de 204 km/h. Unas horas después, Olivia
perdió intensidad y se disipó.

2.3.2 1976, huracán Liza

El huracán Liza ha provocado uno de los peores desastres naturales en la historia de


BCS. Este ciclón se formó el 25 de septiembre de 1976 al noreste de Zihuatanejo,
Guerrero. Para la tarde del día 30 Liza alcanzó la categoría H4 en la escala de Saffir-
Simpson con vientos máximos sostenidos de 225 km/h y una presión mínima

16
aproximada de 971 mb. Alrededor de la media noche de este día el huracán se localizaba
al este de BCS y afectaba principalmente al municipio de La Paz. Liza siguió su trayectoria
hacia el norte de los Mochis, Sinaloa. El huracán perdió fuerza y se disipó para la tarde
del día primero de octubre.

Más de 20 000 personas se quedaron sin hogar (Los Angeles Times, 2014). El gobierno
de la Paz reconoció alrededor de 600 muertes, aunque extraoficialmente varía entre
2000 y 5000 víctimas (Villanueva, 2004). Cabe señalar que antes de 1977, La Paz
periódicamente sufría problemas de inundaciones por el desbordamiento de los arroyos
El Cajoncito y El Piojillo, que cruzan la ciudad debido generalmente a la ocurrencia de
algunos huracanes que producían grandes precipitaciones. Para controlar los
escurrimientos de estos huracanes se construyeron obras de protección. Esto motivó el
establecimiento de asentamientos humanos irregulares en un tramo del cauce de
Cajoncito, y ante la avenida del huracán Liza falló un bordo que protegía dicho tramo, lo
que ocasionó considerables pérdidas de vidas humanas y daños materiales. El siniestro
hizo que la entonces Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos realizara estudios
para seleccionar y construir las obras de protección adecuadas para controlar las
avenidas, las cuales consistían en construir bordos de encauzamiento para los dos
arroyos y una presa denominada Buena Mujer (Franco et al., 1983). El desempeño de
estas obras ha sido satisfactorio para controlar las avenidas de estos arroyos, aunque a
lo largo de ellos han continuado estableciéndose asentamientos humanos irregulares,
incluso, algunos de ellos se han regularizado.

2.3.3 1989, huracán Kiko

Fue uno de los ciclones más fuertes que han golpeado la península de Baja California.
La depresión tropical 14-E del Pacífico del año de 1989 se presentó el día 25 de agosto
al oeste de las Islas Marías (Mayfield, 1989). El día 27, con categoría de huracán H3,
Kiko tocó tierra cerca de la localidad Punta Arena en el estado de BCS, con vientos
máximos sostenidos de 185 km/h y presión mínima de 960 mb; el huracán se debilitó
rápidamente y se convirtió en tormenta tropical ese mismo día.

2.3.4 2001, huracán Juliette

El día 21 de septiembre Juliette alcanzó la categoría de tormenta tropical y siguió su


trayectoria con rumbo noroeste hasta alcanzar la categoría de huracán H4 a 360 km del
suroeste de Lázaro Cárdenas, Michoacán. El día 28 el ciclón se degradó a tormenta
tropical, ubicado a 75 km al suroeste de La Paz con vientos máximos de 110 km/h. El
día dos de octubre Juliette se localizaba a 25 km al oeste de isla Lobos, en el golfo Baja
California. Horas después entró en proceso de disipación.

Los estados más afectados fueron Sonora y BCS (Lawrence y Mainelli, 2001),
principalmente las carreteras y los sectores hidráulicos y eléctricos. En el municipio de
Los Cabos, un gran número de viviendas fueros arrastradas. También Julliete provocó
pérdidas en ganadería y agricultura.

17
2.3.5 2003, huracán Marty

El día 18 de septiembre de 2003 se formó la depresión tropical 13-E en el océano Pacífico


nororiental. La madrugada del día siguiente se formó la tormenta tropical Marty a 411
km de Manzanillo, Colima. Tres días después se encontraba a 110 km al sureste de Cabo
San Lucas, BCS, con vientos máximos sostenidos de 166 km/h y presión mínima de 970
mb. Marty tocó tierra el día 22 a quince kilómetros al noreste de San José del Cabo como
huracán categoría H2. Se degradó a depresión tropical el día 26 con presión mínima de
1000 mb. Provocó 12 muertes, cinco en BCS, cinco en Sonora y dos en Sinaloa (Franklin,
2004).

2.4 Conclusión

Los ciclones tropicales son sistemas de baja presión cuyo impacto puede provocar
grandes afectaciones, como se observó con el huracán Odile y como se ha observado en
otros huracanes recientes en México, tanto en el océano Pacífico como en el Atlántico.
México es el único país del mundo afectado por dos fuentes generadoras de huracanes
en el mundo, ya que cuenta con las condiciones ideales de latitud y temperatura del mar
durante verano. Esta información se conoce desde hace mucho, por lo que la ocurrencia
del huracán Odile no es una sorpresa y repite patrones observados en el pasado y que
seguramente continuarán repitiéndose en el futuro.

A partir de datos de la NOAA, se observa que la tendencia de generación de huracanes


en la zona noreste del océano Pacífico, que es la que afecta a México, va a la baja, al
contrario de lo que se maneja en los medios informativos y en algunos medios de
meteorología. Si bien el periodo de observación es corto para dar conclusiones
definitivas, las tendencias de generación de huracanes obedecen a patrones
atmosféricos que tienen ciclos de varios años que aún no conocemos perfectamente. De
estos mismos datos de la NOAA, tampoco se observa ninguna tendencia sobre la
intensidad de los huracanes que han afectado a la península y, a pesar de que Odile fue
muy intenso, fue igual que Olivia, que golpeó BCS en 1967.

2.5 Reconocimientos

Se aprecian las contribuciones de Aranza Rodríguez en distintas partes del documento.

2.6 Referencias

Beven, J. (2009), Tropical Cyclone Report Hurricane Jimena. National Hurricane Center

Boletines Meteorológicos CENAPRED, días 21 septiembre al 02 octubre 2001,


http://bit.ly/1nL1kWK; http://bit.ly/1DXPbWE

Características e impacto socioeconómico de los principales desastres ocurridos en


México en el periodo de 1980-99. Sistema de Protección Civil

18
Características e impacto socioeconómico de los principales desastres ocurridos en la
República Mexicana en año 2001. Sistema de Protección Civil

Características e impacto socioeconómico de los principales desastres ocurridos en la


República Mexicana en año 2006. Sistema de Protección Civil

Características e impacto socioeconómico de los principales desastres ocurridos en la


República Mexicana en año 2008. Sistema de Protección Civil

Franco, V., Domínguez, R. y Álvarez, G. (1983), Estudio Hidrológico del Arroyo EL


Cajoncito Baja California Sur, CONTRATO (IID-S 3-5), Informe Interno del Instituto de
Ingeniería UNAM, Elaborado para la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos,
proyecto 3319

Franklin, J. (2004), Tropical Cyclone Report Hurricane Marty. National Hurricane Center

Franklin, J. (2008), Tropical Cyclone Report Hurricane Norbert. National Hurricane


Center

Gunther, E. y Cross R. (1986), Eastern North Pacific Cyclones of 1985. National Weather
Service

Gunther, E. y Cross R. (1987), Eastern North Pacific Cyclones of 1986. National Weather
Service

Historical Hurricane Tracks (2015), http://coast.noaa.gov/hurricanes/

James, F. (2008), Tropical Cyclone Report Hurricane Norbert. National Hurricane Center

James, F. (2009), Tropical Cyclone Report Hurricane Kiko. National Hurricane Center.

Lawrence, M. y Mainelli, M. (2001), Tropical Cyclone Report Hurricane Juliette. National


Hurricane Center

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19
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a la ciudad de la Paz, BCS., los días 21 a 25 de septiembre de 2003. Sistema de
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Villanueva, E. (2004), El Ciclón Liza: Historia de los Huracanes en BCS. Universidad


Autónoma de Baja California Sur

The International Disaster Database (2014), http://emdat.be/.

20
3. DESCRIPCIÓN DEL EVENTO

Coordinadores

Eduardo Reinoso Angulo Miguel Ángel Jaimes Téllez


Adrián Pozos Estrada

Colaboradores

Alberto López López David Murià Vila


Jorge Sánchez-Sesma Ulises Mena Hernández
Marcos Mauricio Chávez Cano Martín Jiménez Espinoza

21
3.1 Introducción

El impacto del huracán Odile en la península de Baja California ha sido uno de los más
intensos registrados en la zona, por las velocidades de viento registradas y, sobre todo,
por las importantes afectaciones generadas a la sociedad. En este capítulo se presenta
una descripción detallada del evento, incluidas las velocidades, las precipitaciones
registradas y la marea de tormenta observada. Cabe señalar que las velocidades que se
registran suelen estar asociadas con diferentes intervalos de medición promedio y la
denominación que reciben es la siguiente: velocidades máximas de vientos sostenidos,
en Estados Unidos están asociadas con un intervalo de medición de 1 min; en otros
países, como México, Japón y Australia se asocian con un intervalo de medición de
10 min; finalmente, velocidades máximas de ráfaga se asocian generalmente con un
intervalo de medición de 3 s.

3.2 Descripción

El 10 de septiembre de 2014 el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y la National


Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) alertaron de la formación de una
depresión tropical frente a las costas de los estados de Guerrero y Michoacán, a 391 km
al sur de Lázaro Cárdenas y 385 km al suroeste de Acapulco, con velocidades máximas
sostenidas de viento (VMS) de 55 km/h y ráfagas de 75 km/h. El SMN informó el 13 de
septiembre que la depresión se había convertido en huracán, de acuerdo con la escala
Saffir-Simpson, al superar VMS de 118 km/h. El 14 de septiembre alcanza la categoría
IV con VMS de 215 km/h, ráfagas de 260 km/h y presión central mínima en el ojo de
941 mb; la presión atmosférica se encuentra entre 1009 y 1013 mb (Fig 3.1). La
nubosidad llegó a tener un diámetro de 600 km aproximadamente y desplazamiento de
24 km/h en dirección nornoroeste. El huracán, con categoría III, acorde con un boletín
preliminar tocó tierra el 14 de septiembre a las 23:45 horas en las inmediaciones de
Cabo San Lucas con VMS de 205 km/h, ráfagas de 240 km/h y presión central mínima
en el ojo de 930 mb; posteriormente siguió hacia el oeste de La Paz y Loreto y se disipó
finalmente como tormenta tropical el 17 de septiembre. Por otra parte, acorde con un
reporte emitido por el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos de América
(NHC, por sus siglas en inglés, el NHC es una división de la NOAA) y con información de
un avión de reconocimiento (cazahuracanes), la VMS y la presión central mínima en el
ojo del huracán al tocar tierra a las 23:45 horas en Baja California Sur fueron de
203.72 km/h y 941 mb, respectivamente (Fig 3.2). Este sistema atmosférico fue
acompañado de lluvias que resultaron ser de menor intensidad comparadas con las
producidas por otros huracanes que han afectado al estado de BCS, como fue el caso de
Juliette, en octubre de 2001.

Este evento ha sido uno de los huracanes con velocidades de viento en tierra más
intensos que han golpeado la península de Baja California, anteriormente había sido
Olivia en 1967 (Capítulo 2), lo que produjo severos daños a edificaciones (principalmente
en componentes no estructurales y contenidos) e infraestructura. Según un análisis del
Banco de México (Reporte sobre las Economías Regionales julio-septiembre 2014), “las
afectaciones económicas graves se concentraron principalmente en el sector turístico y

22
tuvieron una corta duración, por lo que su impacto sobre la economía nacional fue
limitado”; sin embargo, el impacto sobre la economía local fue muy grande
(capítulo 12).

Fig 3.1 Trayectoria final del ciclón tropical Odile

23
Fig 3.2 Comparación de la trayectoria obtenida de los avisos y la trayectoria final del
ciclón tropical Odile

24
3.3 Velocidades de viento registradas

3.3.1 Velocidades de viento máximas sostenidas

Durante la ocurrencia de ciclones tropicales el NHC publica reportes cada seis horas
sobre su posición (latitud, longitud), velocidad de superficie máxima sostenida que
ocurrió durante intervalos de medición de 1 min y presión central mínima, entre otros
datos; los datos corresponden a una altura estándar de 10 m de altura. Las fuentes de
datos que se utilizan para el análisis del ciclón tropical son (1) satélites, (2) aviones de
reconocimientos (cazahuracanes), (3) observaciones de superficie, (4) informes de
buques o boyas y (5) radares. Con la información anterior y a través de modelos de
predicción se estima la trayectoria, la intensidad del ciclón, las velocidades del viento,
entre otros parámetros. Posteriormente, al final del evento, el NHC realiza una
revaluación del ciclón tropical con todos los datos disponibles, ajusta la trayectoria y los
parámetros y emite un reporte final. Este reporte final puede diferir de los valores
publicados en tiempo real. El reporte se realiza a través de un sistema llamado
Automated Tropical Cyclone Forecast, ATCF, el cual tiene un programa para determinar
objetivamente las mejores posiciones de la trayectoria y la velocidad de los ciclones
tropicales. Si existe información proveniente de un avión de reconocimiento se le otorga
mayor peso que a la información de imágenes satelitales (Fig 3.2).

Las normas de la Organización Mundial de Meteorología definen la velocidad de superficie


máxima sostenida para intervalos de medición de 10 min para obtener la medida de los
vientos máximos sostenidos en la superficie. Sin embargo, como el Centro Nacional de
Huracanes (NHC) usa un intervalo de medición de 1 min para obtener los vientos
sostenidos, esta diferencia no permite realizar comparaciones, ya que al usar un periodo
promedio menor se eleva el número de incidencias (Neumann, 1993). Como se indicará
más adelante, las estaciones meteorológicas automáticas (EMA) del Servicio
Meteorológico (SMN) reportan entre otros parámetros la velocidad de superficie máxima
sostenida en un intervalo de medición de 10 min.

En la Fig 3.3 se presentan las velocidades de superficie máxima sostenidas en un


intervalo de medición de 1 min reportadas por NCH a través del reporte final para Odile.
Para la obtención de los valores, el NHC utilizó la siguiente información: (1) imágenes
de satélite, interpretándolas a partir de la técnica de Dvorak (Olander y Volden, 2006);
(2) imágenes de radares; (3) avión de reconocimiento; (4) información recolectada por
cazadores de tormenta localizados en tierra (p. ej., una medición realizada por un
cazador de tormentas en Cabo San Lucas a las 24:05 horas del día 15 fue de 943.1 mb,
y con base en esta, la presión estimada al tocar tierra fue de 941 mb y (5) estaciones
meteorológicas en tierra localizadas en Baja California Sur y Sonora (Tabla 3.1). En la
Tabla 3.1 también se indican velocidades de ráfaga, las cuales se definirán en el
inciso 3.3.3.

25
Fig 3.3 Velocidades de viento de superficie sostenidas en 1 min reportadas por el NHC

26
Tabla 3.1 Datos de viento de superficie sostenida reportados en tierra por el NHC

Velocidad
Velocidad máxima
Fecha Presión Fecha máxima de
Estación sostenida en 1
(Día/h) (mb) (Día/h) ráfaga
min (km/h)
(km/h)
Álamos 14/04:00 957.1 13/19:00 35.18 61.11
Bahía de Kino 16/05:20 988.4 16/09:10 40.74 61.11
Bahía de Loreto 15/17:50 990.0 15/14:50 112.97 200.02
Cabo Pulmo 15/02:10 996.7 15/01:40 100.00 133.34
Cabo San Lucas 15/21:10 958.9 14/21:10 144.45 187.05
Cabo San Lucas 15/24:05 943.1 - - -
Caborca 14/18:00 982.7 14/19:10 51.85 70.37
Ciudad 973.1
Constitución 15/12:40 15/12:40 79.63 122.23
G. Díaz Ordaz 16/06:20 984.7 16/14:00 38.89 50.00
San Juanico 15/20:50 989.2 15/20:40 50.00 79.63
Santa Rosalía 16/02:40 994.0 16/03:40 74.08 112.97
Sierra Laguna - - 14/20:40 112.97 159.27
Sonoyta 16/19:10 962.2 - - -

3.3.2 Velocidades de viento máximas sostenidas en estaciones automáticas

Las estaciones meteorológicas automáticas (EMA) del Servicio Meteorológico Nacional


(SMN) generan valores en intervalos de 10 min de las siguientes variables: temperatura,
humedad relativa, presión barométrica, radiación solar, velocidad y dirección del viento
sostenido, velocidad y dirección del viento en ráfaga y precipitación pluvial. De acuerdo
con Oropeza (2002), la operación de las EMAS se realiza bajo el siguiente esquema de
tiempo: (i) cada minuto se obtiene una muestra de las mediciones de cada instrumento,
se suma a la variable que contiene el acumulado correspondiente y se actualiza el valor
promedio (o acumulado) hasta el momento; (ii) cada diez minutos se forma un renglón
del mensaje a transmitir con las nuevas variables medidas y se envía a la memoria de
transmisión; y (iii) cada tres horas se transmite, vía satélite, un mensaje con los 18
renglones representativos de cada diez minutos. Cada EMA transmite sus datos a través
de algún canal del satélite GOES-ESTE, al sistema automático de colección y al
procesamiento de datos de la NOAA ubicado en la Isla de Wallops, en el estado de
Virginia, Estados Unidos. Este sistema toma los datos y permite a los usuarios
(propietarios de las estaciones, en este caso el SMN) acceso remoto por medio de una
cuenta electrónica.

En la Tabla 3.2 se presentan las velocidades máximas sostenidas de viento en 10 min y


de ráfaga registradas en las estaciones meteorológicas automáticas (EMAS) del 14 al 16
de septiembre de 2014, proporcionadas por la Oficina Regional de la CONAGUA de Baja
California Sur. Las velocidades obtenidas de las EMA corresponden a velocidades
registradas en el tipo de terreno y topografía en que se ubica la estación. En la tabla se
puede observar que las estaciones Sierra Laguna y Cabo Pulmo presentan
inconsistencias en los valores reportados el día 15 de septiembre (la velocidad máxima

27
sostenida, en ambas estaciones, es mayor que la velocidad de ráfaga lo que por
definición no es correcto), por lo que el grupo de trabajo revisó y decidió, para estas dos
estaciones, tomar los valores reportados por el NHC (Tabla 3.1). Acorde con lo anterior,
se puede observar en las Tablas 3.1 y 3.2 que las mayores velocidades de viento
sostenidas durante el día 15 de septiembre fueron reportadas en las estaciones de Cabos
San Lucas, Sierra Laguna y Cabo Pulmo con velocidades de viento máximas sostenidas
de 144.1, 112.97 y 100 km/h, respectivamente. En estas tres estaciones también se
reportaron las mayores velocidades de viento de ráfaga registradas de 187, 159.27 y
133.4 km/h, respectivamente.

Tabla 3.2 Velocidades de viento registradas en estaciones meteorológicas automáticas


del Servicio Meteorológico Nacional

Velocidad máxima
Velocidad máxima de
sostenida en 10
Estación Fecha ráfaga
min
(km/h)
(km/h)
BAHÍA DE LORETO 14/09/2014 36.0 60.8
15/09/2014 113.4 214.2
16/09/2014 102.4 190.4
CD. CONSTITUCIÓN 14/09/2014 23.3 36.6
15/09/2014 80.0 123.1
16/09/2014 27.1 44.9
CABO PULMO 14/09/2014 36.5 59.4
15/09/2014 *175.4 *134.4
16/09/2014 30.7 48.0
GUSTAVO DÍAZ ORDAZ 14/09/2014 35.3 46.5
15/09/2014 11.2 33.9
16/09/2014 29.0 44.8
SAN JUANICO 14/09/2014 23.3 31.9
15/09/2014 41.7 66.7
16/09/2014 50.7 80.9
SIERRA LA LAGUNA 14/09/2014 86.7 160.7
15/09/2014 *268.8 *188.3
16/09/2014 0.0 0.0
CABOS SAN LUCAS 14/09/2014 91.3 116.2
15/09/2014 144.1 187.0
16/09/2014 103.2 128.9
SANTA ROSALÍA 14/09/2014 16.6 22.9
15/09/2014 53.1 72.4
16/09/2014 74.3 113.3
CD. CONSTITUCIÓN 14/09/2014 25.6 41.4
15/09/2014 83.5 130.0
16/09/2014 0.0 0.0
LA PAZ 14/09/2014 20.5 39.2
15/09/2014 78.1 144.7
16/09/2014 22.3 43.2
OBSERVATORIO 14/09/2014 13.7 25.6
15/09/2014 36.7 91.4
16/09/2014 0.0 0.0
* Los valores de velocidades de viento en estas estaciones presentan inconsistencias

28
En la Fig 3.4 se presentan las velocidades de viento máximas sostenidas en 10 min
registradas en las estaciones automáticas del 14 al 16 y del máximo de esos tres días
de septiembre de 2014 (Tabla 3.2). Las velocidades obtenidas de las EMA corresponden
a velocidades registradas en el tipo de terreno y topografía donde se ubica la estación,
por lo que no pueden ser comparadas directamente con las velocidades regionales que
se emplean en la normatividad, como se indicará más adelante.

Fig 3.4 Velocidades máximas sostenidas de viento registradas en las estaciones


automáticas durante los días (a) 14/09/2014, (b) 15/09/2014 y (c) 16/09/2014, y (d)
los tres días

29
3.3.3 Velocidades de ráfaga de viento en estaciones automáticas

En la Fig 3.5 se muestra las velocidades máximas de viento de ráfaga, asociadas con un
intervalo de 3 s registradas en las estaciones automáticas para los días 14, 15, 16 y el
máximo durante esos tres días de septiembre de 2014 (Tabla 3.2). Aquí, la velocidad
máxima de ráfaga reportada es la velocidad máxima que ocurrió durante mediciones de
un día en intervalos de medición de 10 min. Nuevamente, las velocidades de ráfaga
obtenidas de las EMA corresponden a velocidades registradas en el tipo de terreno y
topografía donde se ubica la estación, por lo que no pueden ser comparadas
directamente con las velocidades regionales que se emplean en normatividad.

Fig 3.5 Velocidades de viento de ráfaga registradas en las estaciones automáticas


durante los días (a) 14/09/2014, (b) 15/09/2014 y (c) 16/09/2014 y (d) los tres días

30
En la Fig 3.6 se muestran las velocidades de viento máximas registradas del 31 de agosto
al 18 de septiembre de 2014, proporcionadas por el SMN en tres estaciones automáticas:
(1) San José del Cabo (CSL), (2) Cabo Pulmo (CP) y (3) Sierra Lagunas (SL). Se observan
en la figura los vientos causados tanto por el huracán Norbert, que pasó por esa zona
entre el 3 y 5 de septiembre, y el huracán Odile, que pasó entre el 14 y 16 del mismo
mes.

250
CSL
Velocidad de vientos sostenidos (km/h)

CP
200
SL
ODILE
150

100

NORBERT
50

0
31-08-14

02-09-14

04-09-14

06-09-14

08-09-14

10-09-14

12-09-14

14-09-14

16-09-14

18-09-14
a)
250
CSL
Velocidad máxima de ráfaga (km/h)

CP ODILE
200
SL

150
NORBERT

100

50

0
31-08-14

02-09-14

04-09-14

06-09-14

08-09-14

10-09-14

12-09-14

14-09-14

16-09-14

18-09-14

b)

Fig 3.6 Velocidades de viento máximas sostenidas (a) y de ráfaga (b) registradas en
tres estaciones durante los días del 31 de agosto al 18 de septiembre de
2014: (1) Cabo San Lucas (CSL), (2) Cabo Pulmo (CP) y
(3) Sierra Laguna (SL)

31
3.3.4 Velocidades de viento en aeropuertos

En la Fig 3.7 también se presentan las velocidades de viento máximas registradas del
15 al 17 de septiembre de 2014, pero proporcionadas por los Servicios a la Navegación
en el Espacio Aéreo Mexicano (SENEAM), en las estaciones de los aeropuertos de San
José del Cabo (Fig 3.7a), de Cabo San Lucas (Fig 3.7b), de Loreto (Fig 3.7c) y de La Paz
(Fig 3.7d); en esta figura la distancia se mide de la estación al ojo del huracán.

Aeropuerto San José del Cabo


60
TOCA TIERRA

a)
V (km/h)

30 NO HUBO OPERACIONES POR


HURACÁN ODILE
0
1000
R (km)

500

0
07 h
09 h
11 h
13 h
15 h
17 h
19 h
21 h
23 h
01 h
03 h
05 h
07 h
09 h
11 h
13 h
15 h
17 h
19 h
21 h
23 h
01 h
03 h
05 h
07 h
09 h
11 h
13 h
15 h
17 h
19 h
21 h
23 h
01 h
03 h
05 h
07 h
09 h
11 h
13 h
15 h
17 h
19 h
21 h
23 h
Aeropuerto Cabo San Lucas
60
TOCA TIERRA
V (km/h)

b) NO HUBO OPERACIONES POR


30
HURACÁN ODILE

0
1000
R (km)

500

0
07 h
09 h
11 h
13 h
15 h
17 h
19 h
21 h
TOCA TIERRA23 h
01 h
03 h
05 h
07 h
09 h
11 h
13 h
15 h
17 h
19 h
21 h
23 h
01 h
03 h
05 h
07 h
09 h
11 h
13 h
15 h
17 h
19 h
21 h
23 h
01 h
03 h
05 h
07 h
09 h
11 h
13 h
15 h
17 h
19 h
21 h
23 h
Aeropuerto de Loreto
60
c)
V (km/h)

NO HUBO OPERACIONES POR


30
HURACÁN ODILE

0
1000
R (km)

500

0
Aeropuerto La Paz
V (km/h)

60
TOCA TIERRA

d)
NO HUBO OPERACIONES POR
30
HURACÁN ODILE
0
1000
R (km)

500

0
07 h
09 h
11 h
13 h
15 h
17 h
19 h
21 h
23 h
01 h
03 h
05 h
07 h
09 h
11 h
13 h
15 h
17 h
19 h
21 h
23 h
01 h
03 h
05 h
07 h
09 h
11 h
13 h
15 h
17 h
19 h
21 h
23 h
01 h
03 h
05 h
07 h
09 h
11 h
13 h
15 h
17 h
19 h
21 h
23 h

Día 14 Día 15 Día 16 Día 17


Fecha

Fig 3.7 Registros de viento en el aeropuerto de (a) San José del Cabo, (b) Cabo
San Lucas, (c) Loreto y (d) La Paz; la distancia es de la estación al ojo del huracán

32
En la Fig 3.7 se puede observar que los días de mayor intensidad de viento debidas al
huracán Odile se reporta “que no hubo operaciones por el huracán Odile”; en otras
palabras, no existen en esta fuente de información mediciones en tierra de las mayores
intensidades de viento durante el paso del huracán.

3.4 Velocidades de viento estimadas

Como se mostró, en relación con el registro instrumental de viento del huracán Odile,
desafortunadamente no se cuenta con información suficiente de registros de viento en
las estaciones. Por lo anterior, un modelo de simulación de vientos huracanados se
empleó para reconstruir las velocidades de viento estimadas en la zona de estudio
durante la trayectoria del huracán Odile, y correlacionar con estas los daños observados
en las construcciones. Para generar el campo de viento durante el paso del huracán se
utiliza el modelo numérico de Silva et al. (2002), que permite estimar la velocidad de
viento en sitios arbitrarios con base en los siguientes parámetros: (1) posición del ojo
del huracán, (2) presión central, (3) velocidad de traslación del ojo y (4) topografía local
del sitio (Reinoso et al., 2012).

En la Fig 3.8 se muestra la trayectoria y velocidades máximas de ráfaga de viento de


3 s estimadas a través del modelo aplicado para la zona de estudio. Se puede observar
que las velocidades máximas sostenidas de viento de 3 s varían entre 80 y 230 km/h.

3.5 Precipitación

En la Tabla 3.3 se presenta información sobre la precipitación registrada en las


estaciones del 14 al 16 de septiembre de 2014, proporcionadas por la Oficina Regional
de la CONAGUA de Baja California Sur; los registros de precipitación se toman cada
24 h, medidos a partir de las 7 h del día anterior. Se puede observar que los valores
mayores de precipitación acumulados en 24 h del 14 al 15 de septiembre fueron
reportados en las estaciones de San Francisco de la Sierra, El Crucero, Agua de San
Antonio, San Lázaro y Caduaño con precipitaciones de 360, 354.2, 407, 360 y 280 mm.

En las Figs 3.9 a 3.11 se presenta la precipitación acumulada cada 24 h para los días del
14 al 16 septiembre de 2014, así como la precipitación acumulada debida al huracán
Odile durante esos días. A pesar de la intensidad del huracán y de los pronósticos
iniciales de grandes precipitaciones, Odile no ha sido de los más severos, como los
huracanes Pauline en 1997, Roxanne en 1995 o Gilbert en 1988. No obstante, se alcanzó
una lluvia máxima en 24 h de aproximadamente 280 y 360 mm en las estaciones de
San Lázaro y Caduaño, respectivamente, ambas localizadas en Los Cabos. Como se
presentará en el capítulo 5 de este trabajo, cerca de la estación Caduaño también ocurrió
el colapso del puente del mismo nombre.

33
Fig 3.8 Mapa de estimación de velocidades máximas de ráfaga de 3 s debido al
huracán Odile obtenido a partir de un modelo de simulación de
vientos huracanados

34
Tabla 3.3 Datos de precipitación en estaciones meteorológicas del
SMN causados por Odile

DEL 14 AL 15 DEL 15 AL 16
DE DE ACUMULADO
LOCALIDAD MUNICIPIO
SEPTIEMBRE SEPTIEMBRE (mm)
(mm) (mm)
SAN BRUNO MULEGÉ 128.0 128.0
SANTA AGUEDA MULEGÉ 238.0 238.0
SAN JOSÉ DE MAGDALENA MULEGÉ 358.0 358.0
SAN FRANCISCO DE LA SIERRA MULEGÉ 360.0 180.0 540.0
SANTA MARTHA MULEGÉ 247.0 247.0
SAN ANTONIO NORTE LORETO 266.0 266.0
LIGUI LORETO 98.0 108.0 206.0
SAN JAVIER LORETO 490.0 490.0
CIUDAD INSURGENTES COMONDÚ 64.5 64.5
JOSEFA ORTIZ DE DOMÍNGUEZ COMONDÚ 77.0 77.0
LEY FEDERAL DE AGUAS No. 4 COMONDÚ 94.5 94.5
LEY FEDERAL DE AGUAS No. 5 COMONDÚ 94.5 94.5
EL IHUAJIL COMONDÚ 123.0 123.0
BENITO JUÁREZ COMONDÚ 116.0 116.0
VILLA MORELOS COMONDÚ 96.0 96.0
SAN RAMÓN COMONDÚ 280.0 280.0
LOS CERRITOS COMONDÚ 130.0 130.0
SAN IGNACIO DE LOS ROMERO COMONDÚ 26.0 139.0 165.0
SANTA INÉS LA PAZ 150.0 0.0 150.0
EL PESCADERO LA PAZ 180.0 10.0 190.0
LAGUNILLAS LA PAZ 127.0 0.0 127.0
ALFREDO V. BONFIL LA PAZ 144.0 34.0 178.0
LAS POCITAS LA PAZ 140.0 140.0
SANTA RITA LA PAZ 43.0 43.0
SANTA FE LA PAZ 84.0 15.0 99.0
SAN JACINTO LA PAZ 200.0 5.0 205.0
EL TRIUNFO LA PAZ 248.0 248.0
SAN PEDRO LA PAZ 180.0 180.0
LOS ROBLES LA PAZ 107.3 107.3
BUENA VISTA SUR LA PAZ 110.0 110.0
EL CAJONCITO LA PAZ 102.0 102.0
LA MUELA LA PAZ 185.0 6.0 191.0
EL CARRIZAL LA PAZ 130.0 0.0 130.0
EL CRUCERO LA PAZ 354.2 354.2
PLUTARCO ELÍAS CALLES LA PAZ 118.0 2.0 120.0
EL QUEMADO LA PAZ 111.7 111.7
AGUA DE SAN ANTONIO LA PAZ 407.0 21.0 428.0
VALLE PERDIDO LA PAZ 239.0 239.0
LOS DIVISADEROS LA PAZ 130.0 23.0 153.0
EL CIRUELITO LA PAZ 97.0 41.5 138.5
LA HIGUERILLA LA PAZ 130.0 45.0 175.0
LA PALMILLITA LA PAZ 125.0 125.0
LA CANDELARIA LOS CABOS 150.0 28.0 178.0
SAN LÁZARO LOS CABOS 360.0 360.0
SANTA ANITA LOS CABOS *203.0 27.0 533.0
CADUAÑO LOS CABOS 280.0 24.0 304.0
BOCA DEL SALADO LOS CABOS 100.0 6.0 106.0
LAS BARRACAS LOS CABOS 114.0 26.0 140.0
LAS CUEVAS LOS CABOS 100.0 12.0 112.0
*Acorde con la Dirección Local de Baja California Sur se reporta que en la estación Santa Anita del 13 al 14 de
septiembre había una precipitación de 303 mm, por lo que el valor acumulado para el evento de Odile es de
533 mm

35
Fig 3.9 Precipitación debida al huracán Odile del 14 al 15 de septiembre de 2014

36
Fig 3.10 Precipitación debida al huracán Odile del 15 al 16 de septiembre de 2014

37
Fig 3.11 Precipitación acumulada debida al huracán Odile

Es posible aprovechar la información de la lluvia de las EMA de cada 10 min para estimar
intensidades de lluvia que pueden ser utilizadas para reconstruir las tormentas de Odile
y usar modelos lluvia-escurrimiento para estimar flujos en cauces y revisar el
funcionamiento por ejemplo de algunos puentes, presas, entre otras estructuras. Sin
embargo, hasta donde los autores conocen no se cuenta aún con disponibilidad de esta
información.

38
3.6 Marea de tormenta observada

La disminución de la presión atmosférica en el centro del ciclón tropical y el aumento de


los vientos sobre la superficie del mar originan un ascenso del nivel medio del mar,
conocido como marea de tormenta; ella puede provocar inundaciones en las zonas bajas
continentales cercanas al mar y que las olas impacten sobre estructuras costeras
(Fig 3.12).

Fig 3.12 Representación gráfica de inundaciones en zonas bajas continentales


causadas por la marea de tormenta de un ciclón tropical (fuente: Centro
Nacional de Huracanes http://1.usa.gov/1zg7Xpx)

Desde 1973 el laboratorio del nivel del mar del Departamento de Oceanografía Física a
cargo del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada
(CICESE) opera y mantiene su red de monitoreo del nivel del mar con el propósito de
obtener datos en las costas e islas de la región noroccidental de la república mexicana,
para luego validarlos, documentarlos, integrarlos al banco de datos del nivel del mar y
ponerlos a disposición del personal académico del Departamento de Oceanografía Física
y de otras instituciones, así como del público en general. A partir de los datos del nivel
del mar observados, se elaboran las predicciones de marea (tablas y calendarios de
marea) y se determinan los principales planos de marea (nivel medio del mar, nivel de
bajamar media inferior, etc.) para cada una de las estaciones de la red. Acorde con
tablas de mareas en Cabo San Lucas, las alturas de mareas máximas y mínimas son de
aproximadamente 1.7 y 0.5 m, respectivamente, con un valor promedio de alrededor de
1.1 m. Durante la visita realizada para la recopilación de información de daños debidos
al evento de Odile se observaron que algunos botes fueron volcados o empujados hacia
la costa, presumiblemente debido a la marea de tormenta como se muestra en el capítulo
5. Acorde con un registro de una estación mareográfica localizada en el muelle del puerto
de Cabo San Lucas, a cargo del CICESE, que cuenta con un sensor flotador Handar 436-
A, que utiliza un sistema de telemetría del satélite geoestacionario GOES, con tiempo de
muestreo cada cinco minutos, el nivel máximo del mar durante los días 13, 14 y 15 de
septiembre fue de aproximadamente 0.8, 0.75 y 1.20 m (CICESE, 2015); después del
día 15 no se encuentra información sobre el nivel del mar, por lo que se presume que el

39
sensor sufrió alguna avería, dado que en esa zona del muelle se observaron severos
daños como se indica en el capítulo 5. En la Fig 3.13 se presentan los registros del nivel
del mar en Cabo San Lucas monitoreado obtenidos de la estación mareográfica del
laboratorio del nivel del mar del Departamento de Oceanografía Física a cargo del CICESE
(2015) con línea continua y el de la marea astronómica pronosticada en la estación de
Cabo San Lucas (línea discontinua).

Fig 3.13 Registros de marea de los días del 13 al 15 de septiembre en una estación
mareográfica localizada en Cabo San Lucas durante la ocurrencia del evento
de Odile (http://bit.ly/1ENkFyp). Con línea continua el nivel del mar
registrado por el sensor Handar 436-A 50 y con línea discontinua la marea
astronómica pronosticada en la estación de Cabo San Lucas

3.7 Conclusiones

La información existente sobre las velocidades de viento es fundamentalmente la


proveniente del Centro Nacional de Huracanes a cargo de la NOAA. Las velocidades
registradas en estaciones meteorológicas en tierra son insuficientes, pues los
instrumentos fallaron antes de que se presentaran las velocidades máximas durante el
evento de Odile, como se describe en el capítulo 5 del presente trabajo. La falla de los
sistemas de medición y de los anemómetros en estaciones meteorológicas durante
huracanes que tocan tierra no es novedad, y ha sido reportada desde la ocurrencia del
huracán Andrew (1992), además se sabe que continuará ocurriendo hasta que se sigan
normas de diseño y su instalación (Powell et al., 1996).

40
Los registros de viento en estaciones son una fuente de información muy valiosa para
mejorar la reglamentación local y nacional para el diseño de estructuras ante la acción
del viento, así como para relacionar los daños que se presentaron en las construcciones
de la zona afectada con las velocidades registradas. No contar con el registro completo
de la velocidad de viento imposibilita conocer instrumentalmente cuál fue la velocidad
máxima de viento que se presentó en la región durante el paso de Odile. Por lo anterior,
es urgente mejorar la instrumentación eólica en el país para que esta sobreviva durante
el paso de huracanes que tocan tierra. Mientras eso no suceda, continuaremos perdiendo
información muy valiosa que podría permitir hacer mejores reglamentos y análisis y
diseños ante viento.

Por otra parte, se describió la precipitación provocada por el huracán de los días 14 al
16 de septiembre. Acorde con los datos de precipitación en estaciones meteorológicas
del SMN, se presentó que las mayores precipitaciones causadas por Odile ocurrieron en
las estaciones de Santa Anita (Los Cabos), San Francisco de la Sierra (Mulegé) y San
Javier (Loreto) con valores de precipitación acumulada de 540, 533 y 490 mm,
respectivamente. Aunque en Caduaño la precipitación acumulada fue inferior a estas,
aquí se produjo el colapso del puente del mismo nombre.

Por último, se describió el fenómeno de la marea de tormenta, provocada por la


disminución de la presión atmosférica del centro del ciclón, y se registró que el nivel
máximo del mar durante los días 13, 14 y 15 de septiembre fue de aproximadamente
0.8, 0.75 y 1.20 m; sin embargo, después de ese día no se encuentra información sobre
el nivel del mar por lo que se presume que el sensor sufrió alguna avería dado que en
esa zona del muelle se observaron severos daños presumiblemente, debido a la marea
de tormenta (capítulo 5).

3.8 Reconocimientos

Se aprecian las contribuciones de Aranza Rodríguez, Benjamín Huerta y Carlos Avelar


en distintas partes del documento.

3.9 Referencias

Boletín Meteorológico CENAPRED del día 10 de septiembre de 2014,


http://bit.ly/1nL1kWK

CICESE (2015), Monitoreo del nivel del mar. Centro de Investigación Científica y de
Educación Superior de Ensenada, Baja California, http://bit.ly/1HUdwvr

Olander, L. y Velden, C. (2006), The Advanced Dvorak Technique: Continued


Development of an Objective Scheme to Estimate Tropical Cyclone Intensity Using
Geostationary Infrared Satellite Imagery, CIMSS University of Wisconsin

41
Oropeza, F. (2002), Sistema de control y publicación de los datos de la red de estaciones
meteorológicas automáticas del SMN, Anuario, 49-54

Powell, M. D., y Houston, S. H., (1996), Hurricane Andrew’s Landfall in South Florida.
Part I: Standardizing Measurements for Documentation of Surface Wind Fields, weather
and forecasting, 11, 304-328

Reinoso, E., Ordaz, M., Huerta, B., y Jaimes, M.A. (2012), Monitoreo automático y
evaluación del riesgo de huracanes en México, Revista de Ingeniería Civil, 516, 9-12

Reporte sobre las Economías Regionales Julio – Septiembre 2014. http://bit.ly/1Qgb6Ku

Silva, R., Govaere, G., Salles, P., Bautista, G., y Díaz, G. (2002), Oceanographic
vulnerability to hurricanes on the Mexican coast, International Conference on Coastal
Engineering, ASCE, Cardiff, Wales

Neumann, J.C., Jarvinen, B.R., McAdie C.J., y Elms J.D. (1993), Tropical Cyclones of the
North Atlantic Ocean, 1871 – 1992. Historical Climatology Series 6-2. NCDC, Asheville,
NC, in cooperation with the National Hurricane Center, FL. 193 pp

NOAA (2014), http://1.usa.gov/1IYhm4h.

42
4. RECOPILACIÓN DE INFORMACIÓN DE DAÑOS

Coordinadores

Miguel Ángel Jaimes Téllez Eduardo Reinoso Angulo

Colaboradores

Adrián Pozos Estrada Alberto López López


Ulises Mena Hernández Faustino Ventura Marcial

43
4.1 Introducción

En este capítulo se presenta un resumen de las zonas afectadas por el huracán Odile,
de manera gráfica y georreferenciada para su rápida ubicación. La Fig 4.1 muestra un
mapa de la zona afectada con las ubicaciones de los daños más importantes que se
inspeccionaron o cuya información estuvo disponible para ser analizada y publicada.

4.2 Daños ocasionados en el sur de la península de Baja California

En la Tabla 4.1 se presentan los daños recopilados por sectores: (1) sistemas extendidos,
(2) estructuras industriales, (3) edificaciones, (4) vivienda, (5) estructuras históricas y
(6) equipamiento urbano. Mayores detalles de los daños observados en cada uno de los
sectores mencionados se presentan en los distintos capítulos. En la tabla se indica un
identificador, el nombre propuesto de la edificación con un cierto nivel de daño debido
al evento y la columna que identifica la fotografía que se presenta en el capítulo que le
corresponde. En las Figs 4.2 a 4.7 se presentan acercamientos a cada una las zonas de
daño, separadas por los seis sectores antes mencionados.

44
Tabla 4.1 Daños recopilados debido al huracán Odile

ID NOMBRE FOTOGRAFÍA

SISTEMAS EXTENDIDOS
SE-AD01 Planta desaladora Fig 5.30
SE-AD02 Tanque de almacenamiento de agua Fig 5.38
SE-IC01 Muelle Fig 5.43
SE-IC02 Escollera Fig 5.50
SE-CT01 Aeropuerto Internacional de Los Cabos Fig 5.57
SE-CT02 Aeródromo Internacional de Cabo San Lucas Fig 5.84
SE-CT03 Aeropuerto Internacional de La Paz Fig 5.54
SE-CT04 Puente Caduaño Fig 5.89
SE-EM01 Estación meteorológica Fig 5.102
SE-IA01 Plantíos e invernaderos (Invernadero Todos Santos) Fig 5.112
ESTRUCTURAS INDUSTRIALES Y DEPORTIVAS
EI-NI01 Nave industrial (La Paz) Fig 6.1
EI-NI02 Nave industrial (hangar de helicópteros, subestación Olas Altas) Fig 6.3
EI-NI03 Nave industrial (planta desaladora) Fig 6.6
EI-NI04 Nave industrial a lo largo de la carretera (empacadora de chiles) Fig 6.8
EI-NI05 Nave industrial (MATCO, Caterpillar) -
EI-NI06 Nave industrial (Estructura de madera, estacionamiento, La Paz) Fig 6.13
EI-NI07 Nave industrial a lo largo de la carretera (empacadora de fresas) Fig 5.119
EI-NC01 Nave comercial (Estacionamiento de La Paz) -
EI-NC02 Nave comercial (San José del Cabo) Fig 6.15
EI-NC03 Nave comercial (San José del Cabo, nave modelo a dos aguas) Fig 6.5
EI-NC04 Nave comercial (Office Depot) -
EI-NC05 Nave comercial (Coppel) -
EI-NC06 Nave comercial (Mercedes Benz) Fig 6.20
EI-NC07 Nave comercial (Volkswagen) Fig 7.5
EI-NC08 Nave comercial (Toyota) Fig 6.20
EI-NC09 Nave comercial (Honda) Fig 6.20

45
Tabla 4.1 continuación

ID NOMBRE FOTOGRAFÍA

ESTRUCTURAS INDUSTRIALES Y DEPORTIVAS


EI-NC10 Nave comercial (Mitsubishi) Fig 6.20
EI-NC11 Nave comercial (estacionamiento del aeropuerto de Los Cabos) Fig 6.19
EI-NC12 Nave comercial (Office Depot tienda 198, Cabo San Lucas) -
EI-NC13 Nave comercial (Office Depot tienda 519, Cabo San Lucas) -
EI-NC14 Nave comercial (Office Depot tienda 205, La Paz) -
EI-ED01 Estadio de béisbol Fig 6.22
EI-ED02 Gradas campo de la Universidad Autónoma de BC Fig 6.24
EI-ED03 Cubierta cancha de baloncesto de Universidad Autónoma de BC Fig 6.25
EI-CT01 Gasolinería (La Paz) Fig 6.26
EDIFICACIONES
ED-HO01 Hospital General del ISSSTE Dr. Carlos Estrada Ruibal Fig 7.8
ED-HO02 Hospital General Juan María de Salvatierra de La Paz Fig 7.7
ED-HO03 Hospital General IMSS Subzona 38 -
ED-HO04 Hospital, nuevo hospital del ISSSTE -
ED-HT01 Hotel Best Western Los Cabos Fig 7.11
ED-HT02 Hotel One -
ED-HT03 Hotel Finisterre -
ED-HT04 Hotel ME -
ED-HT05 Hotel Melia Cabo Real -
ED-HT06 Hotel Puerto Paraíso -
ED-HT07 Hotel Riu -
ED-HT08 Hotel Sheraton -
ED-HT09 Hotel Solmar -
ED-HT10 Hotel Fiesta Americana -
ED-HT11 Hotel Hyat Palace -
ED-HT12 Hotel Hyat Ziva Palace -
ED-HT13 Hotel Barceló -
ED-HT14 Hotel Secrets Marquis Los Cabos -
ED-HT15 Zona Hotelera -
ED-HT16 Hotel Regina -
ED-HT17 Hotel Palmilla -
ED-HT18 Hotel Esperanza -
ED-HT19 Hotel Hilton -
ED-HT20 Hotel Westin -
ED-HT21 Inmobiliaria hotelera El Presidente -
ED-HT22 Hotel Puerta del Sol, Cabo del Sol Fig 7.15
ED-ES01 Escuela Primaria Rural Estado de Yucatán Fig 7.1

46
Tabla 4.1 Continuación

ID NOMBRE FOTOGRAFÍA

EDIFICACIONES
ED-CO01 Condominio (torre de 18 niveles) Fig 7.9
ED-OF01 Oficina (CFE, Todos Santos) -
VIVIENDAS
VI-RE01 Vivienda residencial (Bárbara Mathews Gerald, Todos Santos) -
VI-RE02 Vivienda residencial (Pfeil Schneider Marianne, San José del Cabo) -
VI-RE03 Vivienda residencial (Casa Playa LLC, San José del Cabo) -
VI-IS01 Vivienda de interés social (Mulegé) -
VI-IS02 Vivienda de interés social (Col. 8 de Octubre 1a sección, La Paz ) -
VI-IS03 Vivienda de interés social (Col. 8 de Octubre 2a sección, La Paz ) -
VI-IS04 Vivienda de interés social (Col. Ampliación Agustín Olachea, La Paz ) -
VI-IS05 Vivienda de interés social (Col. Ciudad del Cielo, La Paz ) -
VI-IS06 Vivienda de interés social (Col. Marqués de León, La Paz ) -
VI-IS07 Vivienda de interés social (Col. Vista Hermosa, La Paz ) -
VI-IS08 Vivienda de interés social (Col. Guaymitas, Los Cabos ) -
VI-IS09 Vivienda de interés social (Tierra y Libertad, Los Cabos ) -
VI-IS10 Vivienda de interés social (pueblo de Todos Santos, La Paz ) -
VI-IS11 Vivienda de interés social (zona centro San José del Cabo, Los Cabos ) -
VI-IS12 Vivienda de interés social (El Zacatal, Los Cabos ) -
VI-IS13 Vivienda de interés social (Col. La Rinconada, La Paz) -
VI-IS14 Vivienda de interés social (Col. Flores Magón, La Paz) -
VI-IS15 Vivienda de interés social (Col. Francisco Villa, La Paz) -
VI-IS16 Vivienda de interés social (Col., 3 de Mayo, La Paz) -
VI-AI01 Asentamiento irregular (Col. Rancho La Ballena, Los Cabos) -
ESTRUCTURAS HISTÓRICAS
EH-IG01 Iglesia (Catedral Nuestra Señora del Pilar) -
EH-IG02 Iglesia (Misión de San José del Cabo) -
EH-IG03 Iglesia (El Triunfo) Fig 9.8
EH-CO01 Convento (Nuestra Señora de La Paz, misión jesuita) Fig 9.3
EH-CO02 Convento (Santiago de Las Coras, misión jesuita) -
EH-EA01 Estructura antigua (casa municipal, El Triunfo) Fig 9.12
EQUIPAMIENTO URBANO
EU-SE01 Señalamiento (Cabo Cantina) -
EU-SE02 Señalamiento (San José) -
EU-SE03 Señalamiento (Todos Santos) -
EU-PL01 Postes de luz (Chamizal) -
EU-PL02 Postes de luz (La Paz) -
EU-PL03 Postes de luz (Cabo San Lucas) -
EU-DA01 Daños a automóviles (hotel Cabo del Sol) Fig 10.30

47
Fig 4.1 Sitios donde se cuenta con información de daños

48
Fig 4.2 Sitios donde se cuenta con información de daños de sistemas extendidos

49
Fig 4.3 Sitios donde se cuenta con información de daños en estructuras industriales

50
Fig 4.4 Sitios donde se cuenta con información de daños en edificaciones

51
Fig 4.5 Sitios donde se cuenta con información de daños en vivienda

52
Fig 4.6 Sitios donde se cuenta con información de daños en estructuras históricas

53
Fig 4.7 Sitios donde se cuenta con información de daños en equipamiento urbano

54
5. SISTEMAS EXTENDIDOS

Coordinadores

David Murià Vila Alberto López López

Colaboradores

Adrián Pozos Estrada Ulises Mena Hernández


Miguel Ángel Jaimes Téllez Marcos Mauricio Chávez Cano
Eduardo Reinoso Angulo Fernando Peña Mondragón
Oscar López Bátiz Alfredo Sergio Bermúdez
Jorge Emilio Arboleda Villagómez

55
5.1 Introducción

Los sistemas extendidos se refieren a la infraestructura de los sectores eléctrico,


hidráulico, aeroportuario, costero, agrícola, telecomunicaciones y comunicaciones, entre
otros. Es deseable que estos sistemas no interrumpan su servicio para que en el
momento del desastre continúen funcionando para atender las emergencias y
necesidades de la población. Los estándares de diseño actuales especifican que las
estructuras (excepto las estructuras críticas, tales como instalaciones para respuesta de
emergencias) se deben diseñar para resistir los esfuerzos impuestos por vientos
extremos de huracán que puedan ocurrir, en promedio, cada 50 años (CFE_J1000-50,
2011; CFE_J6100-54, 2011; MDOC-DV, 2008). Sin embargo, este tipo de meteoros han
demostrado la vulnerabilidad de los sistemas extendidos, a pesar de los estándares de
diseño actuales (Bjarnadottir et al., 2013; Padgett et al., 2008). En el caso del huracán
Odile, se evidenció una vez más este hecho.

Los aspectos más relevantes de los efectos sobre los sistemas extendidos durante este
evento ocurrieron al sur de la península de Baja California. Los daños más importantes
observados se centraron en los siguientes sistemas:

• Infraestructura eléctrica
• Abastecimiento de agua potable
• Infraestructura aeroportuaria
• Infraestructura portuaria
• Infraestructura agraria
• Infraestructura carretera
• Telecomunicaciones
• Estaciones meteorológicas

En este capítulo se describen, de manera concisa, las diferentes fallas estructurales de


estos sistemas con el fin de enfatizar las lecciones aprendidas a causa de este evento
meteorológico extremo. En el capítulo 4 se presenta un mapa de las zonas visitadas, con
la distribución de los daños de los sistemas extendidos provocados por el huracán Odile.

5.2 Suministro de energía eléctrica

En la infraestructura eléctrica el 95 % de los usuarios del estado se quedaron sin servicio


de energía eléctrica, según el boletín de la Comisión Federal de Electricidad del 2 de
octubre de 2014 (CFE, 2014). Los problemas se presentaron principalmente en las líneas
de transmisión y distribución; se señala que se dañaron 534 torres de transmisión, 108
circuitos eléctricos y 7971 postes de distribución, así como 1353 transformadores. Estos
daños superaron a los causados por el huracán Wilma en 2005, que había sido el de
mayor afectación al sector eléctrico con 205 torres de transmisión y 4676 postes de
distribución dañados. Los daños fueron de tal magnitud que ocasionaron la interrupción
del suministro de energía eléctrica total o parcial por varios días en diversas regiones
del estado de Baja California Sur.

56
Para el reconocimiento de daños se contó con el apoyo del M. en C. César Fernando
Fuentes Estrada (miembro de la Academia de Ingeniería de México y coordinador de
Proyectos de Transmisión y Transformación de la CFE), quien procuró al grupo de trabajo
de un recorrido en helicóptero para observar los daños y trabajos de recuperación de la
línea de transmisión La Paz-Los Cabos, así como una reunión con personal de esta
dependencia para comentar los daños y los trabajos de rehabilitación de la
infraestructura eléctrica.

5.2.1 Líneas de transmisión

Durante los diferentes recorridos realizados se distinguieron tres tipos de líneas de


transmisión: torres de celosía de acero, postes troncocónicos de acero y estructuras con
dos postes de madera en H contraventeados en el plano perpendicular a la línea. Los
daños que presentaron los tres tipos de estructuras provocados por Odile probablemente
se intensificaron a causa de problemas relacionados con efectos de la topografía local y
rugosidad del terreno, fallas de cimentaciones y desempeño estructural inadecuado de
las estructuras de transmisión de madera y de acero. Además, no se descartan
problemas de deterioro acumulado por eventos previos o el que se hayan superado las
velocidades de viento con las que fueron diseñadas. De las 534 estructuras de
transmisión afectadas 481 sufrieron colapso total o parcial y de estas 120 fueron de
postes de madera en H. Se dañaron 22 líneas de transmisión y las más afectadas fueron
las de los tramos de la SE Olas Altas a la SE El Palmar de 230 kV, y de aquí a la SE Cabo
San Lucas II de 115 kV.

Los sistemas de transmisión eléctrica tienen un comportamiento muy diferente al de las


estructuras comunes, ya que las estructuras de soporte están conectadas entre sí a
través de los cables conductores y de guarda. Su comportamiento dinámico ante la
excitación por viento puede generar fenómenos de resonancia en el sistema estructural
de soporte-cables, que debe ser considerado apropiadamente en el diseño. Dada esta
particularidad, existen diferentes modos de falla que se pueden presentar al ocurrir un
evento extremo producido por el viento, entre estos modos de falla se pueden mencionar
los siguientes:

 Falla por flexocompresión


 Falla por tensocompresión
 Falla del cuerpo piramidal
 Falla de la ventana con crucetas
 Falla de la cimentación por arrancamiento
 Falla en cascada (p. ej., varias torres son jaladas por la falla de una)
 Falla por inestabilidad de galopeo en los cables
 Falla por fatiga de los elementos y conexiones, aunado a problemas de
corrosión y de pandeo por flexión cuando es el caso de postes de acero

Además, en relación con los postes troncocónicos, se identificaron diferentes tipos de


daños, entre ellos el desprendimiento de los segmentos que los componen. Las fallas
observadas en torres de celosía y postes troncocónicos también se han presentado

57
durante el impacto de diferentes huracanes en las costas del Pacífico y del mar Caribe
(Muñoz et al., 2008).

En las Figs 5.1 a 5.9 se muestran diferentes modos de falla que se presentaron durante
el huracán Odile y que son característicos en estos sistemas.

Fig 5.1 Falla en el cuerpo de la torre por flexión

Fig 5.2 Falla cercana a la base del cuerpo de la torre por flexión

Fig 5.3 Falla por arrancamiento de los cimientos

58
Fig 5.4 Falla en el cuerpo de la torre por flexión (DSC_9626.jpg,
http://bit.ly/1DgnEhC)

Fig 5.5 Falla de un poste de transmisión troncocónico y poste similar listo para erigirse

59
Fig 5.6 Detalles de la falla en la zona de soldadura del poste
troncocónico de la Fig 5.5

Fig 5.7 Falla en la base de una estructura de madera en H contraventeada en el plano


perpendicular a la línea

Fig 5.8 Daños en estructura de transmisión con dos postes de madera contraventeada

60
Fig 5.9 Detalles de daños de la estructura de madera contraventeada

En los trabajos de recuperación para restablecer el suministro de energía eléctrica la CFE


movilizó una gran cantidad de personal y equipo, con lo que se logró una muy rápida
recuperación del servicio, a pesar de la magnitud de los daños provocados por el
huracán.

En lo concerniente a la rehabilitación de las estructuras de transmisión, provisionalmente


se optó por utilizar torres de emergencia con el fin de restablecer lo antes posible la
energía eléctrica en la región (Figs 5.10 a 5.12). Estas torres son de aluminio, diseñadas
para este tipo de emergencias, con la prioridad de erigirse en unas cuantas horas
(Figs 5.11 y 5.12). Personal de CFE informó que el restablecimiento definitivo del sistema
eléctrico de potencia de BCS se logró a fines de enero de 2015.

61
Fig 5.10 Torre provisional y torre metálica en construcción

Fig 5.11 Instalación de torres de emergencia de aluminio marca LINDSEY, empleadas


para sustituir provisionalmente las estructuras dañadas

62
Fig 5.12 Detalles de la torre provisional de aluminio LINDSEY

5.2.2 Postes de distribución

Los daños en los postes de distribución de energía eléctrica fueron cuantiosos. En varias
poblaciones y a lo largo de las carreteras se observaron postes metálicos, de concreto y
de madera, desplomados o colapsados (Figs 5.13 y 5.14). Se observó también durante
la visita que la mayoría de los postes que fallaron fueron de madera. Como ejemplos,
en las Figs 5.15 y 5.16 se muestran postes de distribución nuevos que soportan los
cables conductores de energía eléctrica que se dirigen a la planta desaladora de Los
Cabos. En dichas figuras también se aprecian algunos de los que se colapsaron y los
detalles de las partes fracturadas en los que no se detectan signos de deterioro. En las
Figs 5.17 a 5.19 se muestran los postes rehabilitados.

Fig 5.13 Daños en postes de distribución de energía eléctrica (http://bit.ly/1H91Nsz)

63
Fig 5.14 Postes de distribución de madera a lo largo del tramo de la
carretera federal 1, cercano al pueblo El Triunfo

Fig 5.15 Poste colapsado y postes nuevos que soportan los cables conductores de
energía eléctrica que se dirigen a la planta desaladora de Los Cabos

64
Fig 5.16 Poste de madera nuevo que falló cerca de la planta desaladora de Los Cabos

Fig 5.17 Postes nuevos de madera y concreto cerca de


la planta desaladora de Los Cabos

65
Fig 5.18 Poste de madera colapsado junto a la estación meteorológica de Los Cabos.
El detalle muestra el deterioro de la madera debido a la humedad

Fig 5.19 Rehabilitación de postes de distribución (http://bit.ly/1CPpnV1)

5.2.3 Centrales de generación y subestaciones eléctricas

En las centrales de generación y subestaciones eléctricas los problemas fueron mínimos,


según informó la CFE. Las afectaciones en las subestaciones El Palmar, Cabo Bello, Cabo
Sol y San José del Cabo se presentaron en equipos y accesorios, tales como cuchillas,
interruptores de corriente, componentes que en general se pueden reparar rápidamente

66
y a un costo relativamente bajo (Figs 5.20 a 5.22). En la Fig 5.22 se muestra la
subestación El Palmar en el municipio de Los Cabos durante los trabajos de revisión y
reparación. En las Figs 5.23 y 5.24 se presentan fotos de las plantas de emergencia de
energía eléctrica instaladas en la subestación de Cabo Bello.

Fig 5.20. Vista de la subestación Santiago en el municipio de Los Cabos y


las torres de transmisión metálicas

Fig 5.21 Vista de la subestación El Palmar (kilómetro 84 de la carretera federal no. 1)


en el municipio de Los Cabos

67
Fig 5.22 Trabajos de revisión y reparación en la subestación El Palmar en el municipio
de Los Cabos

Fig 5.23 Traslado de planta de emergencia de 30MW


(http://bit.ly/1E3btWi y http://bit.ly/1FM3N5S)

68
Fig 5.24 Planta de emergencia de energía eléctrica instalada en
la subestación de Los Cabos

5.2.4 Plantas solares

Existen dos plantas o centrales fotovoltaicas solares en BCS: una privada operada por
Gauss Energía, con capacidad de generación máxima de 30 MW y la otra, operada por
CFE, con capacidad de 1 MW.

CFE ha destacado que la Central Solar Fotovoltaica Santa Rosalía es la primera central
en el país que genera electricidad con energía solar para el servicio público. Está
localizada en el municipio de Mulegé, cerca de la comunidad de Santa Rosalía, al norte
del estado de Baja California Sur. La central ocupa una superficie de 2.4 hectáreas, tiene
4172 módulos fotovoltaicos instalados con capacidad de generación de 1 MW e inició su
operación en 2012 (Fig 5.25). La CFE informó que esta instalación no fue afectada por
el meteoro.

La planta solar Aura Solar I es la segunda central fotovoltaica más grande de América
Latina después de la recién inaugurada en Chile (Meza, 2014). Aura Solar I fue
construida en la zona industrial de La Paz cerca del aeropuerto de la ciudad. El predio
abarca una superficie de 100 hectáreas, cuenta con cerca 132 000 módulos fotovoltaicos
cuya capacidad máxima se estima en 39 MW, y fue inaugurada en marzo de 2014
(Fig 5.26). Desde el exterior se pudo observar que la planta sufrió daños en varios
módulos (Fig 5.27).

69
Fig 5.25 Central Solar Fotovoltaica Santa Rosalía (http://bit.ly/1J4xn9x)

Fig 5.26 Planta solar Aura Solar I (http://bit.ly/1H94AC1)

70
Fig 5.27 Daños en la planta solar Aura Solar I

5.2.5 Trasformadores de distribución

El gran número de trasformadores dañados fueron los que estaban colocados en los
postes de distribución. Aunado al número significativo de postes de distribución dañados,
los que soportaban un trasformador fueron más propensos al desplome o colapso, debido
al incremento del momento de volteo por la masa adicional en ellos (Figs 5.28 y 5.29).

71
Fig 5.28 Daños en trasformadores (http://bit.ly/1CLPwoQ y http://bit.ly/1H95bn7)

Fig 5.29 Remplazo del poste de madera con trasformador dañado junto a
la estación meteorológica de Los Cabos

72
5.3 Abastecimiento de agua y drenaje

El 100 % del suministro de agua potable en Baja California Sur se interrumpió ante el
paso del huracán Odile por la falta de energía eléctrica y por los daños sufridos en la
infraestructura hidráulica. En particular, el de las poblaciones de San José del Cabo y
Cabo San Lucas, por el corte de energía eléctrica a los pozos de agua.

En cuanto a los efectos del huracán en este tipo de infraestructura, se observaron


también daños en la Planta Desaladora de Los Cabos BCS y en un tanque de
almacenamiento de agua potable situado en el cerro de la Cruz de la colonia 4 de Marzo,
en Cabo San Lucas.

5.3.1 Planta Desaladora de Los Cabos, BCS

Se trata de una planta de desalación y potabilización de agua que se extrae del mar; se
localiza a lo largo de la costa del Pacífico, muy cerca de Cabo San Lucas, y se accede
por la carretera federal 19. Su infraestructura abarca una área costera de
aproximadamente 500 m de ancho por 10 km de longitud. Consta de pozos para la toma
de agua, la planta de desalinización, ductos, tanques y una subestación eléctrica,
además de un tendido de línea de alimentación de energía eléctrica y de una red de
distribución del agua potable. La planta fue construida y es operada por una empresa
privada desde 2007, tiene una capacidad máxima de 240 l/s y el suministro normal
diario a la población de Cabo San Lucas, antes de ser afectado por el huracán, era de
200 l/s.

Se observaron algunos daños en la obra civil y sus instalaciones, los cuales se muestran
en las Figs 5.30 a 5.37. Se colapsó la antena de telecomunicación sobre la nave principal,
sin provocar daño apreciable en la cubierta (Fig 5.30). Dos de sus pozos dejaron de
funcionar principalmente porque se llenaron de arena que arrastró el viento procedente
de la playa. La subestación eléctrica sufrió daños en algunos aisladores e interruptores
(Fig 5.31), once postes de la línea de alimentación de energía eléctrica localizados a lo
largo del camino de acceso entre la planta y la carretera federal se dañaron y tuvieron
que remplazarse (Fig 5.32). También hubo daño parcial en las cubiertas, puertas y
ventanas (Figs 5.33 a 5.35). Los tanques y muros del lado poniente de la planta (lado
que da hacia el mar) fueron afectados por la acción abrasiva de la arena proyectada por
los vientos huracanados contra las superficies de dichos elementos (Figs 5.36 y 5.37).
El restablecimiento normal del suministro de agua se logró ocho días después de la
suspensión del servicio, pero solo se pudieron proporcionar 114 l/s (suficientes para
atender la demanda en ese momento).

73
Fig 5.30 Vistas de la planta desaladora y detalles del colapso de
la antena de telecomunicación

Fig 5.31 Afectaciones de la subestación eléctrica de la planta desaladora

74
Fig 5.32 Afectaciones en postes de la línea de alimentación de energía eléctrica

Fig 5.33 Daños en cubiertas y ventanas

75
Fig 5.34 Daños en puertas

Fig 5.35 Daños diversos en una de las estructuras de la planta

76
Fig 5.36 Daños en tanques y muros por el efecto abrasivo de la arena proyectada por
el viento

Fig 5.37 Detalles de daños en tanques y muros por el efecto abrasivo de


la arena proyectada por el viento

77
5.3.2 Tanque de almacenamiento de agua

Es un tanque de almacenamiento de agua potable de 2000 m3 de capacidad, de sección


circular de acero vidriado (Fig 5.38), situado en el cerro de la Cruz en la colonia 4 de
Marzo en Cabo San Lucas. Junto a este se encuentra otro tanque de almacenamiento de
agua de sección rectangular de concreto reforzado, que no presentó daño. El tanque de
acero vidriado estaba en la etapa final de su construcción por parte del Organismo
Operador Municipal del Sistema de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de Los
Cabos (OOMSAPASLC).

El tanque de acero fue severamente dañado (Figs 5.39 a 5.41). Las grandes
deformaciones que presentó sugieren que fue sometido a fuertes presiones de viento y
efectos de succión. Durante la inspección se apreció que no estaba aún en
funcionamiento, faltaba realizar la conexión del tanque a las tuberías de la red de
abastecimiento (Fig 5.39). Que estuviera sin conexión y vacío pudo ser un factor que
propiciara las grandes deformaciones por succión. Es decir, las presiones externas del
viento del tanque hicieron que el aire interior saliera a presión por la tubería no
conectada, lo que generó al mismo tiempo succión y provocando dichas deformaciones.
También se observó que al deformarse parte del recubrimiento del material, este se
desprendió y quedó expuesta la superficie de acero, con la consiguiente oxidación
(Fig 5.41).

Según la información técnica de los fabricantes, estos tanques modernos se han


construido en varias partes del mundo, garantizando un adecuado desempeño
estructural, facilidad y rapidez de ensamble, porque no requieren soldadura ni grúas ni
pintura anticorrosiva. Sin embargo, parece que en el diseño estructural del tanque
durante la etapa de la construcción no está prevista la solicitación de vientos fuertes
sobre el tanque vacío y sin conectarse a la red de distribución.

Cabe señalar que tanques de este tipo existen en diversas partes del país, incluso en
BCS; uno de ellos se encuentra en La Paz y tuvo un desempeño satisfactorio ante el
paso del huracán (Fig 5.42).

78
Fig 5.38 Tanque de almacenamiento de agua antes de la ocurrencia del huracán Odile
(http://bit.ly/1Iff7Kq y http://bit.ly/1MyO2D4)

Fig 5.39 Daños del tanque de almacenamiento de agua y tramos de tuberías


pendientes de conectarse a red de agua potable

79
Fig 5.40 Vistas de la falla del tanque de almacenamiento de agua

Fig 5.41 Detalle de las partes oxidadas del tanque de acero en donde se
desprendió el recubrimiento

80
Fig 5.42 Tanque de acero en La Paz

5.4 Infraestructura costera

Durante la vista se hicieron recorridos para reconocimiento de daños en la zona portuaria


de Cabo San Lucas. Se tuvieron dos reuniones con el Ing. Fernando Hoyos Romero,
oficial de Protección de la Instalación Portuaria por parte de la Administración Portuaria
Integral de Cabo San Lucas (API Cabo San Lucas), quien comentó sobre la afectación y
proporcionó información del evento.

El puerto de Cabo San Lucas, construido en los años 70 del siglo pasado, es un puerto
artificial protegido por dos escolleras que definen la entrada a la dársena. El puerto está
destinado para embarcaciones de servicio público, recorridos turísticos y pesca
deportiva. Existen varios muelles, la mayoría flotantes, de entre 6 y 60 m de longitud,
y un muelle fijo principal de concreto para embarcaciones de 76 m de eslora. Cuenta
con canales de navegación, el de acceso tiene una profundidad de 8 m por 44 m de
ancho, y los secundarios de 4 m de profundidad por 30 m de ancho. Al puerto llegan
cruceros turísticos, pero al no existir un muelle para recibir barcos de grandes
dimensiones, estos se anclan en un área de fondeo en la bahía de Cabo San Lucas. Los
pasajeros de los cruceros son transportados al puerto mediante botes o lanchas
recorriendo una distancia de aproximadamente 300 m (API Cabo San Lucas, 2006).

El API informó de daños en los tensores de la torre de radiocomunicación y en la base


de la antena, en los locales de sus oficinas, en las superficies de los andadores, en la
malla perimetral del área portuaria y en las escolleras, así como, la destrucción del
señalamiento marítimo y del sistema de circuito cerrado de vigilancia. También
proporcionó varías fotografías de la situación en la que quedó el puerto, algunas de las
cuales se presentan en la Fig 5.43. En esta figura se aprecian daños diversos de
componentes no estructurales, así como escombros de muelles flotantes. Los escombros

81
en las áreas peatonales evidencian que el nivel del mar aumentó dentro del puerto entre
2 y 3 m durante el huracán debido a la marea de tormenta (ver sección 3.6, capítulo 3).

Las afectaciones observadas durante el recorrido realizado en el puerto de Cabo San


Lucas fueron daños en decenas de muelles, cubiertas de diversas estructuras, postes de
alumbrado e instalaciones diversas. Estas afectaciones provocaron la suspensión de
llegadas de cruceros por 18 días (Figs 5.44 a 5.53).

Los daños observados en el muelle fijo principal, el muelle fijo turístico de usos múltiples
y los muelles flotantes colindantes con el muelle de la Secretaría de Marina se muestran
en las Figs 5.45 y 5.46. De acuerdo con la información recopilada en campo, la barcaza
que se encuentra ladeada sobre el muelle fijo de usos múltiples (Fig 5.45), se encontraba
en la entrada del puerto y fue arrastrada hasta impactar con el muelle fijo, y en su
trayecto dañó varios de los muelles flotantes que estaban a su paso (Fig 5.46).

Los daños en los muelles flotantes abarcaron todo el puerto; los más severos se
localizaron entre la entrada y el muelle principal (Fig 5.46). También se reportaron daños
en varios muelles flotantes que estaban más alejados, como se aprecia en las Figs 5.47
y 5.49.

Otros de los daños observados fueron en las escolleras, en la entrada al puerto Cabo
San Lucas, como se muestra en la Fig 5.50. En esta figura aparecen diversos escombros,
entre ellos los de muelles flotantes.

Se inspeccionaron unas embarcaciones construidas por la armada de los Estados Unidos


en 1982 con capacidad máxima de 150 pasajeros que fueron acondicionadas para
realizar recorridos turísticos. Los elementos que se implementaron para acondicionarlas
sufrieron daños, como puede apreciarse en las Figs 5.51 a 5.53. Algunos testigos
oculares señalaron que estas embarcaciones fueron afectadas por torbellinos que se
formaron durante la etapa de vientos más intensos del huracán.

82
Fig 5.43 Imágenes del 16 de septiembre de 2014, proporcionadas por la API
Cabo San Lucas, que muestran los daños en el puerto

83
Fig 5.44 Daños en el muelle fijo principal del puerto Cabo San Lucas

84
Fig 5.45 Daños en el muelle fijo de usos múltiples por el impacto de la barcaza

85
Fig 5.46. Daños en los muelles flotantes colindante con el muelle de
la Secretaría de Marina

86
Fig 5.47 Vista de una de las secciones de muelles flotantes del puerto Cabo San Lucas

Fig 5.48 Daños en los muelles flotantes de la Fig 5.47

Fig 5.49 Detalles de los daños de muelles flotantes de la Fig 5.48

87
Fig 5.50 Daño en la escollera norte y escombros en la entrada al
puerto Cabo San Lucas

Fig 5.51 Daños en embarcaciones turísticas y muelles flotantes

88
Fig 5.52 Daños en embarcaciones turísticas

Fig 5.53 Detalles de daños en embarcaciones turísticas

89
5.5 Comunicaciones y transporte

Al sur del estado de Baja California Sur, las mayores afectaciones se registraron en los
aeropuertos y en el puente Caduaño.

5.5.1 Aeropuertos

El Aeropuerto Internacional de La Paz, el Aeropuerto Internacional de Los Cabos y el


Aeródromo Internacional de Cabo San Lucas sufrieron daños que obligaron a interrumpir
total o parcialmente el servicio de vuelos comerciales por varias semanas. En particular,
el Aeropuerto Internacional de Los Cabos y el Aeródromo Internacional de Cabo San
Lucas sufrieron daños considerables ante el paso del huracán; sus estructuras fueron
sometidas a solicitaciones importantes que dañaron severamente los hangares,
cubiertas, ventanales, fachadas, contenidos e instalaciones diversas. Para poder
observar los efectos del huracán Odile en el Aeropuerto Internacional de Los Cabos se
estableció contacto con el Lic. Alejandro Argudín Leroy, director general de Aeronáutica
Civil de la Secretaría de Comunicaciones y Trasporte (SCT), para acceder a áreas
controladas por las autoridades aeroportuarias. En las otras dos terminales aéreas solo
se realizó una inspección desde el exterior de las instalaciones o de acceso a pasajeros.

5.5.1.1 Aeropuerto Internacional de La Paz

El Aeropuerto Internacional de La Paz o Aeropuerto Internacional Manuel Márquez de


León, cuenta con una terminal para pasajeros de dos niveles de aproximadamente
5200 m2 y da servicio a aproximadamente 600 000 pasajeros al año. En la Fig 5.54 se
observan algunos daños no estructurales en la fachada atribuibles al paso del huracán.
Los daños que se detectaron en sus instalaciones se muestran en las Figs 5.55 y 5.56.
En ellas se aprecian daños en los recubrimientos de la torre de control y en las cubiertas
de los hangares.

Fig 5.54 Detalles de algunos daños en la fachada del


Aeropuerto Internacional de La Paz

90
Fig 5.55 Vista de algunas instalaciones del Aeropuerto Internacional de La Paz y
detalles de daños en los recubrimientos de la torre de control y de
las cubiertas de los hangares

Fig 5.56 Detalle de algunos daños en las cubiertas de los hangares del
Aeropuerto Internacional de La Paz

91
5.5.1.2 Aeropuerto Internacional de Los Cabos

El Aeropuerto Internacional de Los Cabos atiende fundamentalmente a San José del


Cabo y Cabo San Lucas (Fig 5.57). Este aeropuerto tiene cuatro terminales (Fig 5.58).
La terminal 1 se encarga de los vuelos nacionales y algunos internacionales, la segunda
terminal está destinada a la aviación general, y las otras dos terminales se encargan del
resto de los vuelos internacionales. Es el aeropuerto más importante en el estado de
Baja California Sur, ya que da servicio a más de tres millones de pasajeros al año.
Posteriormente a su inauguración, se han realizado diversas obras y remodelaciones,
entre ellas la construcción de una nueva torre de control y más recientemente la
construcción de la terminal 4.

http://bit.ly/1EIfZbE

http://bit.ly/1HuEQQM y http://bit.ly/1NLyPEu

Fig 5.57 Vistas del Aeropuerto Internacional de Los Cabos antes del huracán Odile

92
http://bit.ly/1cx1cWg

Fig 5.58 Plano esquemático del Aeropuerto Internacional de Los Cabos

El aeropuerto fue cerrado el 15 de septiembre y durante 18 días únicamente se


realizaron vuelos para evacuar a turistas y atender la emergencia. En la Fig 5.59 se
muestran vistas del aeropuerto del 3 de octubre de 2014 cuando se reinició el servicio.

Los mayores daños ocurrieron en la terminal 1 y los más significativos fueron los
siguientes:

 La membrana textil de la velaria que cubría una parte de la zona comercial y


diversas salas se desprendió por completo, y quedaron en pie los mástiles
metálicos y los cables que la sostenían (Figs 5.60 a 5.62). Entre las causas
probables que contribuyeron a la falla fueron los fuertes vientos y el impacto de
escombros punzocortantes, y si no contó con un estudio en túnel de viento
entonces es muy probable que también hubiera una inadecuada estimación de
los efectos del viento.
 Los módulos de tablarroca de las fachadas se fracturaron y se desprendieron,
principalmente los correspondientes a las zonas de atención y recepción de
pasajeros (Figs 5.62 a 5.65). En relación con las fachadas de vidrio, sus
afectaciones fueron mucho menores. En ciertas partes hubo ruptura de vidrios y
en otras se descuadraron respecto a los marcos metálicos de fijación (Figs 5.62
y 5.65). Se observó que varios anclajes no estaban bien fijos, algunos se
desprendieron y otros evidencian oxidación (Figs 5.65 y 5.66). En los marcos
metálicos para fijar los elementos de tablarroca se detectaron varias conexiones
soldadas con oxidación (Fig 5.67).
 En cuanto a contenidos y componentes no estructurales, las afectaciones fueron
cuantiosas en las zonas de mostradores para documentación, reclamo de
equipaje, salas de llegada, salida o espera, y locales comerciales. Estas zonas
fueron dañadas severamente (Fig 5.64). Los componentes no estructurales más
afectados del interior de la terminal 1 fueron los plafones, incluso en el área
cubierta por la velaria ocurrieron colapsos de grandes porciones de sus bastidores
(Figs 5.61 a 5.63).

93
Fig 5.59 Vistas de las terminales 1, 2, 3 y 4 del Aeropuerto Internacional de
Los Cabos en octubre de 2014

94
Fig 5.60 Daños en los diferentes cuerpos de la terminal 1

Cabe mencionar que desafortunadamente para los trabajos de rehabilitación en las


fachadas de tablarroca dañadas se han empleado materiales similares (Figs 5.62 a 5.65).

95
En la terminal 3 se observaron daños en la cubierta, en el alumbrado y en el ventanal
del acceso principal (Figs 5.68 y 5.69).

Fig 5.61 Daños en locales y en la velaria de la terminal 1

Fig 5.62 Daños en elementos no estructurales en la sala de llegadas de la terminal 1

96
Fig 5.63 Daños en elementos no estructurales en las diferentes áreas de la terminal 1

97
Fig 5.64 Daños en el cuerpo anexo a la velaria de la terminal 1

Fig 5.65 Daños en las fachadas de las salas de salida en la zona de


la velaria de la terminal 1

98
Fig 5.66 Detalles de daños en las fachadas de vidrio y tablarroca de la terminal 1

Fig 5.67 Oxidación en las conexiones soldadas de los marcos metálicos para fijar los
elementos de tablarroca de la terminal 1

99
Fig 5.68 Vista de la terminal 3, la torre de control original y la nueva torre de control

Fig 5.69 Daños en elementos no estructurales en la terminal 3

La terminal 4 es la de mayor dimensión y es la de más reciente construcción, y cuenta


con cuatro pasarelas móviles para el embarque y desembarque de pasajeros (Fig 5.70).
Los daños que se observaron en esta terminal fueron en las cortinas de la planta baja
de la zona de carga y descarga, y en un hidrante contra incendios que se desprendió de
su base (Figs 5.71 y 5.72). Las cortinas son de acero, elaboradas con tabletas de lámina
galvanizada y enrollables en el antepecho, por lo que tienen guías laterales de lámina
de acero. Las guías quedaron deformadas a causa de las fuerzas trasmitidas por las
cortinas al estar sometidas a las fuertes presiones de viento durante el paso del huracán,
incluso algunas de ellas se salieron de las guías. Respecto a las pasarelas, las
afectaciones al parecer fueron menores y solo se requirió un reajuste de los mecanismos
móviles para su rehabilitación.

100
Fig 5.70 Vistas de la terminal 4

101
Además, los ventanales de la fachada este de la terminal 4 sufrieron daños producto de
la presión generada por el viento, algunos fallaron y ocasionaron algunos daños en el
interior de la terminal.

Fig 5.71 Daños en las cortinas metálicas de la terminal 4

102
Fig 5.72 Desprendimiento de un hidrante de la terminal 4

El aeropuerto cuenta con dos torres de control; la de mayor altura es la que normalmente
está operando, pero por los daños sufridos y con el fin de reanudar el servicio se
acondicionó provisionalmente la torre original (Fig 5.73). Los daños fueron en las
cortinas de protección de las ventanas, ruptura de vidrios en tres ventanales y en los
contenidos del interior de la cabina del centro de control de la torre (Figs 5.74 a 5.80).
La cabina de control es de planta hexagonal con ventanas con doble vidrio de 5 mm de
espesor en las seis caras y cortinas de acero, elaboradas con tabletas de lámina, que se
pueden enrollar a una barra de acero fijada en el antepecho. Las cortinas de las ventanas
oeste, este, noreste y sureste se dañaron y se rompieron los vidrios de las tres primeras.
La cortina oeste se fracturó y cayó parte de ella al terreno circundante y el resto quedó
enrollada en la barra (Fig 5.75). La cortina de la cara este se salió de las guías y se
desprendió de la barra de soporte, a su vez la conexión de la barra al marco de soporte
falló, lo que provocó la caída de la barra sobre el balcón de la cabina (Figs 5.76 a 5.78).
La correspondiente a la ventana noreste se salió de las guías y se desenrolló por
completo (Fig 5.79). En varias partes de las cortinas y sus marcos se observó que estas
presentaban oxidación.

Fig 5.73 Vista de la cara poniente de las torres control junto a la terminal 2. Al centro
de la imagen la original y a la izquierda la nueva

103
Un aspecto que tuvo implicaciones en las afectaciones de la cabina de control fueron las
cortinas y el sistema de fijación (Figs 5.76 y 5.80). Este sistema consiste en unos marcos
de acero en cada vértice, anclados al antepecho y al pretil de la cabina, lo que hace que
queden separados de la ventana. Además, como la planta hexagonal del techo es de
mayor dimensión que el piso de la cabina, las dimensiones de las ventanas son mayores
en la parte superior; en consecuencia, las cortinas no las cubren totalmente. Esta
situación hace que existan aberturas en los vértices que ante la acción del viento pueden
provocar presiones de empuje y de succión.

Fig 5.74 Vista de la cara este de la nueva torre control

Fig 5.75 Restos de la cortina metálica de la ventana poniente de la torre de control

104
Fig 5.76 Vistas de daños en elementos no estructurales de la torre de control

Fig 5.77 Daños en ventanas y cortinas metálicas de la torre de control

Fig 5.78 Rehabilitación de la torre de control y vista de daños en elementos no


estructurales de la torre de control

105
Fig 5.79 Daños en la cortina de protección de la torre de control

Fig 5.80 Detalle de los marcos de las cortinas corredizas de la torre de control

106
El edificio del cuerpo de bomberos del aeropuerto tuvo daños en las cubiertas de las
armaduras metálicas de sus techos y el desprendimiento de una de sus armaduras
longitudinales de la nave principal (Fig 5.80).

El aeropuerto no cuenta con hangares para el resguardo de aviones, por tanto, ante el
paso de un huracán las aeronaves de las aviaciones comerciales y de gobierno son
trasladadas a otros aeropuertos. Respecto a las avionetas privadas, algunas de ellas
optaron por amarrarlas con cables a las anclas que existen en ciertas áreas de la terminal
aérea. Algunas de estas aeronaves fueron afectadas con fracturas significativas en su
fuselaje, e incluso algunas se voltearon al fallar los sistemas de anclaje (Fig 5.81).

Fig 5.81 Daños en la nave del cuerpo de bomberos

107
Fig 5.82 Daños en la nave del cuerpo de bomberos

Reforma, 16/septiembre/2014, sección ESTADOS

Fig 5.83 Avionetas dañadas y sistema de amarre

5.5.1.3 Aeródromo Internacional de Cabo San Lucas

El Aeródromo Internacional de Cabo San Lucas se ubica a 7 km al noroeste de Cabo San


Lucas. Es un aeropuerto privado que sirve de base a una aerolínea regional, así como

108
para la aviación civil y ejecutiva. Tras el paso del huracán sus afectaciones fueron tales
que obligó a interrumpir el servicio. Este aeródromo cuenta con varios hangares cuyos
contenidos, cubiertas y estructuras fueron severamente dañados, como lo muestran las
imágenes publicadas en diversos medios (Fig 5.84). Estas imágenes evidencian que las
estructuras metálicas en el aeródromo fueron devastadas. Los fuertes vientos
arrastraron los restos de estas estructuras a terrenos baldíos o a las construcciones
vecinas, que fueron también dañadas. La Fig 5.85 presenta una imagen del estado en
que se encontraba una sección de aeródromo el 1º de octubre de 2014 durante la
inspección aérea que se realizó.

Fig 5.84 Vistas aéreas de los daños en el Aeródromo Internacional de Cabo San Lucas

109
Fig 5.85 Daños en algunas instalaciones del Aeródromo Internacional de
Cabo San Lucas

5.5.2 Carreteras (casetas de cobro, drenes, señalamientos, etc.)

La SCT informó que los daños más relevantes en el sur del estado de BCS fueron por
erosión en terraplenes de acceso a los puentes, carreteras y taludes, azolve en vados y
acotamientos, desazolve de terraplenes, derrumbes de taludes y el colapso del puente
Caduaño. En la Tabla 5.1 aparece la relación de estos daños, que se ubican a lo largo de
la carretera inspeccionada.

Tabla 5.1 Relación de daños más relevantes (fuente: SCT)

Carretera Ubicación, en km Daño


15.9 Erosión de aproches en puente
19.2 al 29.0 Erosión de estructura de la carretera
46.0 Erosión de taludes
CABO SAN LUCAS-LA PAZ 38.2 Azolve en vado Zacatal
65 Derrumbe carril derecho
65.5 Colapso puente Caduaño
113.0 al 115.0 Derrumbes
SAN PEDRO-CABO SAN LUCAS 34.9 Erosión de aproches en puente
77.9 Erosión de estructura de la carretera
35.0 Deslave terraplén de acceso puente
38.9 Deslave en terraplén de acceso puente
97.8 Azolve en acotamiento
103.0 Desazolve terraplén puente La Jolla
116.0 Deslave en acotamiento y terraplén
14.0, 16.0 y 23.4 Daños en alcantarilla de drenaje
RAMAL A SAN JUAN DE LA COSTA
26.2 Erosión de estructura de la carretera

110
Las principales afectaciones observadas en el recorrido realizado en las carreteras
federales 1 y 19 en el sur del estado fueron esencialmente en los señalamientos, azolve
de drenes y un deslizamiento de tierra (Figs 5.86 a 5.88). En cuanto al desempeño de
puentes, este fue aceptable, con la excepción del puente Caduaño, que se colapsó,
aparentemente por problemas de socavación, que provocó la falla de la pila central como
se indica más adelante. En la autopista del libramiento entronque al Aeropuerto
Internacional de Los Cabos en San José del Cabo, los daños fueron en los señalamientos
y en la caseta de cobro.

Fig 5.86 Daños en señalamientos

Fig 5.87 Azolve de un dren de la carretera federal no. 1

111
Fig 5.88 Deslizamiento de un talud de la carretera federal no.1

5.5.3 Puente Caduaño

Está formado por cuatro tramos de trabes de concreto presforzado y tres pilas tipo muro
de concreto reforzado. Se localiza en el kilómetro 65.5 de la carretera federal 1, entre
La Paz y San José de los Cabos, km 65.5. En la Fig 5.89 se muestra una vista del puente
de 2005 y en la Fig 5.90 aparece el tramo colapsado.

Fig 5.89 Puente Caduaño (http://bit.ly/1H99cI6)

Fig 5.90 Colapso del puente Caduaño (Foto AP/Víctor R. Caivano,


http://bit.ly/1zhZBZb)

112
En la Fig 5.91 se muestra una panorámica del estado como se encontraba este puente
el 2 de octubre de 2014. También se aprecia la socavación que había entre la pila de la
margen izquierda y la pila central que falló, así como de los trabajos de rehabilitación
del puente. En las imágenes de la Fig 5.92 se pueden ver los restos del armado de la
pila central, y en las Figs 5.92 a 5.94, detalles de las pilas de las márgenes izquierda y
derecha del puente. Las dos pilas que quedaron en pie tenían grietas de hasta 1 mm de
anchura. Los restos del armado de la pila central se encontraban desplazados hacia
aguas abajo y hacia la margen izquierda, lo que pueden ser indicios de efectos de
socavación.

En tanto se realizaba la rehabilitación, la SCT habilitó un paso provisional de dos carriles


junto al puente (Figs 5.95 y 5.96) para poder brindar el servicio por este tramo de la
carretera federal, cuyo aforo normalmente es de 2800 vehículos diarios. La construcción
del paso se inició el 17 de septiembre de 2014 y dos días después se pudo circular por
un carril. La reconstrucción se concluyó el 13 de diciembre de 2014, tres meses después
de haber ocurrido el colapso parcial del puente por el huracán (Fig 5.97). En dichas
figuras se constata que las pilas que habían quedado en pie fueron demolidas, y en su
lugar fueron construidos tres apoyos intermedios con pilas tipo marco, cada una con tres
columnas de concreto reforzado.

Este puente tiene una historia de daños que se remonta al impacto del huracán Liza, en
septiembre de 1976. Entonces, según información de los habitantes de la zona, la mitad
de la estructura del puente colapsó y fue arrastrada por la avenida, lo que presentó un
escenario de daño similar al que exhibía en esta ocasión producto del impacto de Odile.

Fig 5.91 Vistas del colapso del puente Caduaño el 2 de octubre de 2014

113
Fig 5.92 Vista de los restos del armado de la pila central del puente Caduaño

Fig 5.93 Vistas de la margen izquierda del colapso del puente Caduaño

114
Fig 5.94 Vistas de la margen derecha del colapso del puente Caduaño

Fig 5.95 Paso provisional junto al puente Caduaño (http://bit.ly/1aX349G)

Fig 5.96 Vistas del paso provisional junto al puente Caduaño

115
Fig 5.97 Reconstrucción del puente Caduaño (SCT, http://bit.ly/1ysQwBB)

5.6 Telecomunicaciones

Diversas fuentes periodísticas informaron que en el estado de Baja California Sur se


quedaron prácticamente incomunicados por las afectaciones en la infraestructura de
telecomunicaciones (Fig 98). Varias notas periodísticas dan cuenta de la caída de una
antena que dañó vehículos y varias viviendas en San José del Cabo el 14 de septiembre
de 2014, fecha en que el huracán toca tierra.

TELMEX informó el 18 de septiembre que debido a los fuertes vientos y las intensas
lluvias ocasionadas por el huracán fue afectada su infraestructura, lo cual provocó cortes
en la red de la fibra óptica, así como daños en antenas repetidoras, postes e
infraestructura urbana. Señaló que los trabajos de rehabilitación se realizaron en
coordinación con la CFE, dado que la pérdida de los servicios de telecomunicaciones en
diversas zonas del estado tiene como origen la falta de suministro de energía eléctrica.

116
Fig 5.98 Colapso de una antena de telecomunicaciones en BCS (http://bit.ly/1b4oxhs)

La Secretaría de Turismo, en la nota del 19 de septiembre de 2014


(http://bit.ly/1OrRLWA), informó que se había restablecido al 100 % el servicio de
telefonía fija en San José del Cabo, Cabo San Lucas, La Paz, Ciudad Constitución, Loreto
y Santa Rosalía, y se había recuperado en un 80 % la telefonía celular. El 25 de
septiembre, a diez días del paso del huracán, en la reunión de evaluación por los daños
que causó el Huracán Odile en Baja California Sur, la oficina de la Presidencia informó
del restablecimiento del servicio de telefonía a cargo de TELMEX, 81 % en Los Cabos,
98 % en La Paz y 100 % en el norte del estado, y de telefonía celular, a cargo de TELCEL,
40 % en Los Cabos, 90 % en La Paz y 100 % en el norte del estado.

En el recorrido realizado del 1 al 5 de octubre de 2014 por el sur del estado se observaron
grandes torres de telecomunicaciones y varias antenas de telefonía celular que habían
tenido un desempeño aceptable o ya habían sido rehabilitadas (Figs 5.99 y 5.100). En
cambio, se apreciaron fallas en varias estructuras para antenas localizadas en los techos
de casas y edificaciones. Uno de estos casos se presenta en la Fig 5.100, en la que se
aprecia que tiene componentes pesados en el extremo superior de la estructura metálica
de soporte. Otros daños observados fueron en la planta desaladora (Fig 5.30) y los que
se comentan en la siguiente sección sobre estaciones meteorológicas.

117
Fig 5.99 Antenas de telecomunicaciones al sur del estado de BCS

Fig 5.100 Antenas de telefonía en La Paz

Fig 5.101 Antenas de telecomunicaciones en Cabos San Lucas

118
5.7 Estaciones meteorológicas

La CONAGUA (smn.conagua.gob.mx) administra, a través de la coordinación general del


Servicio Meteorológico Nacional (SMN), 188 estaciones meteorológicas automáticas
(EMA) con transmisión vía satélite y 84 estaciones sinópticas meteorológicas
automáticas (ESIME) con transmisión vía Internet, de las cuales ocho y cuatro,
respectivamente, corresponden al estado de Baja California Sur. En la región donde se
realizó la visita de reconocimiento de daños (por debajo de la latitud 25°) se localizan
las cuatro estaciones siguientes:

 Sierra Laguna, EMA (long 109°59'55" O, lat 23°33'19" N, altitud 1949 m) (Fig 5.102)
 Cabo Pulmo EMA (long 109°25'28" O, lat 23°26'42" N, altitud 25.9 m) (Fig 5.103)
 Cabo San Lucas, EMA (long 109°55'36", lat 22°52'52", altitud 224 m) (Fig 5.104)
 La Paz ESIME (long 110°19'00" O, lat 24°07'00" N, altitud 18 m) (Fig 5.105)

Adicionalmente, en La Paz hay una estación del tipo EMA operada por la Secretaría de
Marina (SEMAR), cuyas coordenadas geográficas son 110°21'80"O de longitud,
24°05'55" N de latitud y 6.3 m de altitud.

Una EMA cuenta con sensores para medir las siguientes variables: velocidad y dirección
del viento sostenido, velocidad y dirección del viento en ráfaga, presión atmosférica,
temperatura y humedad relativa, radiación solar y precipitación pluvial. Estas estaciones
pueden tener una estructura tipo andamio o tipo antena donde se fijan diversos equipos
y gabinetes.

Una ESIME cuenta con sensores para medir la temperatura y la humedad relativa,
presión atmosférica, dirección y velocidad de viento, radiación solar, precipitación,
visibilidad y temperatura a 10 cm de la superficie. Dispone de equipos que permiten
realizar mediciones de las variables meteorológicas de manera automática. Las ESIME
generan un mensaje sinóptico cada tres horas con la información meteorológica
codificada obtenida de los diversos sensores.

Las estaciones meteorológicas visitadas fueron la ESIME y la EMA de La Paz y la EMA de


Cabo San Lucas. Las afectaciones mayores se observaron durante la inspección de la
estación en Cabo San Lucas, la cual fue una de las estaciones donde se presentaron las
mayores intensidades.

119
Fig 5.102 Estructura tipo andamio de la estación meteorológica automática de
Los Cabos, en Cabo San Lucas (http://bit.ly/1D49mLe)

Fig 5.103 Estructura tipo andamio de la estación meteorológica automática de


Cabo Pulmo (http://bit.ly/1FUOSbY)

120
Fig 5.104 Estructura tipo andamio de la estación meteorológica automática de
Sierra La Laguna (http://bit.ly/1CLWieg)

Fig 5.105 Estación sinóptica meteorológica automática de La Paz

5.7.1 Estación sinóptica meteorológica de la CONAGUA, La Paz

Esta estación meteorológica de tipo ESIME inició su operación en 2012; su clave es


76405. Al paso del huracán Odile dejó de funcionar dado que la corriente eléctrica se
interrumpió y no contaba con fuentes alternativas de poder (Fig 5.106). En este sitio
también había un anemocinemógrafo, pero se descompuso en 2012 y no se sabe la
razón por la que no se reparó. La ESIME registró una velocidad máxima de ráfaga
aproximadamente de 144.7 km/h, el 15 de septiembre de 2014 hasta las 2 a.m., hora

121
que dejó de funcionar. De esta estación, también se suelta una sonda (globo) para la
medición de parámetros meteorológicos.

En general, para un análisis estadístico y probabilista de las velocidades hay que tener
presente si hubo cambio de lugar de la estación meteorológica, pues habría que
caracterizar las condiciones de rugosidad de sus alrededores para homogenizar la
información histórica; por ejemplo, en el caso de la estación meteorológica de La Paz,
se señaló que la anterior era convencional de anemocinemógrafo ubicada en la Colonia
Forjadores, pero se desconoce desde cuándo estaba en ese lugar, la ubicación exacta y
cuándo dejó de operar.

Fig 5.106 Estación sinóptica meteorológica de La Paz

122
5.7.2 Estación meteorológica Los Cabos

La estación cuenta con una EMA para medir los diferentes datos meteorológicos descritos
previamente, además tiene otros equipos, entre los que se distingue un radar
meteorológico (Fig 5.107). Este radar es uno de los trece que forman parte de la red
nacional de radares meteorológicos operados por el SMN.

En la inspección de sus instalaciones, realizada el 2 de octubre de 2014, se encontró que


la estructura metálica de la EMA, donde estaban sujetos varios de los equipos de
medición, entre ellos el anemómetro y la conexión de los instrumentos de medición con
el sistema de registro, se había dañado (Figs 5.108 a 5.109). Los tirantes de la estructura
del andamio estaban flojos y las barras metálicas que soportaban un gabinete habían
fallado. Las conexiones en el gabinete de los cables que provenían de algunos de los
instrumentos estaban desconectados (Fig 5.109). Uno de los postes para el suministro
de la energía eléctrica y varias de sus antenas habían sido dañadas y reparadas
(Figs 5.109, 5.110 y 5.111).

Fig 5.107 Vistas de la estación meteorológica automática de superficie de


Cabo San Lucas

123
Fig 5.108 Daños en la estructura tipo andamio de la estación meteorológica
automática de superficie de Cabo San Lucas

Fig 5.109 Gabinete dañado de la estación meteorológica de Cabo San Lucas

124
Fig 5.110 Reparación de un poste y una antena junto a la estación meteorológica
automática

Fig 5.111 Vista de una de las antenas reparada y restos de la dañada en la estación
meteorológica de Cabo San Lucas

125
5.8 Infraestructura agrícola

De acuerdo con el comunicado de prensa de la Presidencia de la república del 25 de


septiembre, se estimó que el 30 % de la infraestructura agrícola fue afectada.

5.8.1 Plantíos e invernaderos

En el sector agrario, se observaron daños significativos en grandes extensiones de


hectáreas cultivadas (Figs 5.112 y 5.113).

Fig 5.112 Daños en plantíos (http://bit.ly/1PPyA9X)

126
Fig 5.113 Daños en plantíos al sur del estado de Baja California Sur

5.8.2 Empacadoras

Las instalaciones de varías empacadoras de productos agrícolas que se encuentran a lo


largo de la carretera federal 19 presentaron daños en sus estructuras y contenidos. Las
Figs 5.114 a 5.118 muestran las afectaciones en dos instalaciones de empacadoras de
chiles localizadas cerca de Todos Santos. Los daños en sus estructuras de acero y
contenidos son severos, con pérdidas parciales de sus recubrimientos y colapsos
parciales de sus elementos estructurales.

127
Fig 5.114 Daños en las instalaciones una empacadora de chiles cerca de Todos Santos

Fig 5.115 Daños en la nave industrial de la Fig 5.114

Las Figs 5.119 a 5.121 muestran los daños observados en las instalaciones de una
empacadora de fresas ubicadas en la localidad de El Pescadero. Las estructuras son
también metálicas y presentan daños estructurales pequeños o moderados, excepto el
de la nave industrial de cuatro crujías, en la que se desprendió la cubierta de la crujía
correspondiente a la fachada principal, con la falla de algunos de los elementos
estructurales del techo y de la fachada. Parte de los restos de la cubierta se hallaban en
los plantíos aledaños.

128
Fig 5.116 Daños en las instalaciones de una empacadora de chiles cerca de Todos
Santos (vista del lado norte)

Fig 5.117 Daños en las instalaciones de una empacadora de chiles cerca de Todos
Santos (vista del lado sur)

129
Fig 5.118 Detalles de los daños de la Fig 5.117

Fig 5.119 Daños en las instalaciones de una empacadora de fresas en El Pescadero

130
Fig 5.120 Detalle de daños en una de las naves
de la empacadora de fresas en El Pescadero

Fig 5.121 Daños en los plantíos de una empacadora de fresas en El Pescadero

131
5.9 Comentarios y conclusiones

Los efectos del huracán Odile han evidenciado nuevamente lo vulnerable que resulta la
infraestructura de los sistemas extendidos aun empleando los procedimientos de diseño
y construcción actuales. No existen procedimientos de construcción con protocolos de
supervisión rigurosos y consistentes que induzcan a una mitigación de daños. Sus
efectos provocaron importantes afectaciones y muy significativamente la relativa al
sector eléctrico.

Para mitigar y rehabilitar lo más pronto posible los daños por el efecto del huracán Odile
en el sector eléctrico, la CFE informó que movilizó a cerca de 6200 trabajadores, 2221
vehículos especializados, 451 plantas de emergencia con capacidades de generación
entre 4 y 500 kW. Con estas plantas de emergencia se atendió prioritariamente a
hospitales, albergues, plantas potabilizadoras de agua, alumbrado público, comercios y
hoteles, en tanto avanzaban los trabajos de recuperación de la infraestructura afectada.

Cabe destacar las rápidas labores de reparación emprendidas por la CFE, parte de ellas
provisionales para restablecer la energía eléctrica, y con una adecuada coordinación con
la CONAGUA para también restablecer el abastecimiento de agua potable. Los daños
más relevantes fueron en la infraestructura eléctrica, principalmente en las líneas de
transmisión y distribución, donde se observaron problemas relacionados con efectos
topográficos y de rugosidad del terreno, así como un mal desempeño estructural de las
torres de transmisión de madera y de acero ante los vientos generados por el huracán
Odile; problemas debidos probablemente a valores subestimados de velocidad de viento
considerados para diseño. Además, no pueden descartarse problemas de deterioro
acumulado por eventos previos o velocidades de viento superiores a las de diseño. Tales
daños ocasionaron la interrupción del suministro de energía eléctrica total o parcial por
varios días en diversas regiones del estado de Baja California Sur. El desempeño de los
elementos estructurales de puentes fue aceptable, con la excepción del colapso del
puente Caduaño.

Si se diseña, gestiona y mantiene a la infraestructura, como los sistemas extendidos, se


contribuye a una sociedad sustentable y resiliente en áreas de considerable peligro
debido a eventos catastróficos, tales como los huracanes. Estudios realizados en el
IIUNAM sobre el tema de infraestructura costera (Silva et al., 2012, 2014), indican que
uno de los problemas que existen en México es que no hay reglamentos ad hoc a las
condiciones que se presentan en las áreas costeras. No existen estudios y menos aún
monitoreo marítimo para tener elementos de diseño y definición del tipo y zonas en las
que se puede desplantar infraestructura; en general, no se considera la interacción entre
el entorno natural y el edificado en regiones propensas a desastres. Hay que recordar
que lo que más logran los sistemas de alerta temprana es la disminución de muertes,
pero si la infraestructura está mal diseñada y construida en sitios no adecuados, los
daños materiales no se reducen.

132
Dada la gran vulnerabilidad de las estructuras de transmisión y distribución de la energía
eléctrica y el hecho de que los huracanes intensos ocurren frecuentemente, es muy
conveniente que se obtengan registros confiables de las velocidades de viento en sitios
estratégicos de la infraestructura localizada en las regiones de mayor riesgo del país,
para estar en posibilidades de realizar estudios confiables de peligro, vulnerabilidad y
mitigación de los efectos eólicos, así como estudios de riesgo por viento de la
infraestructura más importante de modo de mejorar los criterios y prácticas de diseño e
implantar medidas de mitigación.

En el capítulo 12 se presenta el monto total de daños a la infraestructura eléctrica y las


pérdidas indirectas ocasionadas por la interrupción del servicio, lo cual justificaría, con
mucho, el monto de la inversión requerido para ampliar la red de monitoreo y los
estudios de mitigación y reducción de riesgos en este sector.

En cuanto a la medición de velocidades de viento, se observó que hay discontinuidad en


su registro, ocasionada por el evento. Por tanto, es importante que para fines de diseño
de estructuras contra la acción del viento, estas mediciones se realicen de manera
continua y que los instrumentos se ubiquen conforme a las normas. En particular para
la velocidad del viento, el anemómetro debe estar a 10 m de altura sobre el nivel del
terreno y donde no existan obstrucciones en los alrededores que puedan alterar la
medición. Asimismo, se deberá registrar el máximo diario y conocer la manera como
miden, es decir, el lapso en el que el instrumento mide, con el fin de poder realizar un
análisis de los valores extremos y asociarlos con periodos de retorno adecuados.
Respecto a las estaciones meteorológicas, las estructuras de soporte deberán ser
diseñadas contra huracanes sin escatimar el costo de su diseño, y los equipos y las
instalaciones deberán estar debidamente protegidas y contar con sistemas de respaldo
de energía eléctrica.

5.10 Referencias

API Cabo San Lucas (2006), Programa Maestro de Desarrollo Portuario 2006-2015,
FONATUR-BMO, S.A. DE C.V., Administración Portuaria Integral Cabo San Lucas, BCS,
junio

Bjarnadottir, S., Li, Y., and Stewart, M. (2013), Hurricane Risk Assessment of Power
Distribution Poles Considering Impacts of a Changing Climate. J. Infrastruct. Syst.,
19(1), 12–24

CFE (2014), Restablecimiento de Baja California Sur, Gerencia de Comunicación Social,


Boletín de Prensa, CFE-BP-79/14vf, México

CFE_J1000-50 (2011), Especificación para el diseño de torres para líneas de transmisión


y subtransmisión, Comisión Federal de Electricidad

133
CFE_J6100-54 (2011), Especificación para el diseño de postes metálicos para líneas de
transmisión y subtransmisión, Comisión Federal de Electricidad

Meza, E., (2014), Chile inaugurates Latin America's largest PV plant. pv magazine, junio
06 (http://bit.ly/1FMb9pM)

MDOC-DV (2008), Manual de Diseño de Obras Civiles – Diseño por Viento, Comisión
Federal de Electricidad

Muñoz C. J., Hernández H. y López, A. (2008), Diseño eólico de torres auto-soportadas


y postes de líneas de transmisión de energía eléctrica, XVI Congreso Nacional de
Ingeniería Estructural, Veracruz, Ver., México

Padgett, J., DesRoches, R., Nielson, B., Yashinsky, M., Kwon, O., Burdette, N., and
Tavera, E. (2008), “Bridge Damage and Repair Costs from Hurricane Katrina”. J. Bridge
Eng., 13(1), 6–14

Silva, R.; Ruiz, G.; Marino-Tapia, I.; Posada, G.; Mendoza, E. y Escalante, E. (2012),
Manmade Vulnerability of the Cancun Beach System: The Case of Hurricane Wilma.
Clean – Soil, Air, Water, 40 (9), 911–919

Silva, R., Martínez, M.L., Hesp, P., Catalan, P., Osorio, A. F., Martell, R., Fossati, M., Miot
da Silva, G., Mariño-Tapia, I., Pereira, P., Cienfuegos, R., Klein, A. y Govaere, G. (2014),
Present and future challenges of coastal erosion in Latin America. In: Silva, R., and
Strusińska-Correia, A. (eds.), Coastal Erosion and Management along Developing
Coasts: Selected Cases. Journal of Coastal Research, Special Issue, 71, 1–16. Coconut
Creek (Florida), ISSN 0749-0208.

134
6 ESTRUCTURAS INDUSTRIALES, COMERCIALES, DEPORTIVAS,
CUBIERTAS AISLADAS Y TOLDOS

Coordinador

Adrián Pozos Estrada

Colaboradores

David Murià Vila Eduardo Reinoso Angulo


Marcos M. Chávez Cano Miguel Ángel Jaimes Téllez
Fernando Peña Mondragón Isaac Felipe Lima Castillo
Edmundo Amaya Gallardo Jorge Emilio Arboleda Villagómez

135
6.1 Introducción

En este capítulo se describen los daños observados en estructuras industriales,


comerciales, deportivas, cubiertas aisladas y toldos debidos a los efectos del viento
ocasionados por el huracán Odile, en las ciudades de La Paz y San José del Cabo. En
algunos casos, también se hace la descripción de los posibles mecanismos de falla
ocasionados por la distribución de presiones inducidas por el viento alrededor de la
estructura.

Los principales daños observados en este tipo de estructuras fueron el desprendimiento


de la cubierta debido al desgarramiento de la lámina o a la falla de los elementos de
conexión, el colapso de techos aislados y el colapso de la estructura completa. Aunque
también se observaron daños en elementos de la fachada. En general, las grandes
succiones inducidas por el viento sobre las cubiertas fueron las que ocasionaron el
desprendimiento de estas, y la combinación de presiones diferenciales (presiones
positivas y negativas) generaron daños en fachadas, muros laterales y techos aislados.
Asimismo, es importante mencionar que algunas estructuras mostraron un desempeño
aceptable durante el paso del huracán.

6.2 Daños observados en naves industriales

6.2.1 Estructuras localizadas en La Paz

La Fig 6.1a muestra una de las naves industriales visitada, antes del paso del huracán,
ubicada en la calle Nicolás Bravo. Se observa en esta figura que la nave presentaba
cierto nivel de deterioro e incluso evidencia de daños previos, un hueco en uno de los
muros laterales. La nave industrial era de cubierta a dos aguas, con una pendiente
relativamente pequeña y forma rectangular en planta. La estructura estaba formada a
base de muros de mampostería confinada con dalas y castillos. El muro opuesto al
dañado (Fig 6.1b) muestra una puerta de acceso a la nave.

136
(a)

(b)

Fig 6.1 Nave industrial ubicada en la Paz, antes del paso del huracán: (a) vista desde
la calle V. Gómez Farías y (b) vista desde la calle Nicolás Bravo
(imágenes tomadas de Google Earth)

La Fig 6.2a muestra el estado de esta nave industrial después del paso del huracán. Se
observa que la cubierta se desprendió y que la parte superior de los muros laterales
falló, al igual que los muros perpendiculares a los laterales. Es probable que, debido a
la permeabilidad de los muros laterales, el flujo de viento ingresara a través de estos, lo
que pudo haber derivado en presiones diferenciales importantes (p. ej. presión en la
cara interior de la nave y una succión en la cara exterior). En la Fig 6.2b se presenta un
acercamiento a uno de los muros colapsados y se aprecia que parte del muro cayó hacia
afuera de la nave, lo que sugiere que durante el evento se presentó una combinación de
presiones internas y externas que ocasionaron la caída del muro hacia el exterior. En la
Fig 6.14b también se observa que parte de la puerta falló y que esta fue impulsada hacia
adentro del predio. Además, se observan ciertos indicios de que existía corrosión en los

137
elementos metálicos (Monten) y en una serie de columnas de acero que sostenían la
cumbrera de la cubierta. Es probable que también esto ocurriera en los sujetadores que
sostenían la cubierta de lámina acanalada, lo que eventualmente pudo influir en la falla
de la cubierta.

(a)

(b)

Fig 6.2 Nave industrial ubicada en la Paz, en la calle V. Gómez Farías, después del
paso del huracán: (a) estado de la nave industrial después del paso del
huracán y (b) acercamiento a elementos dañados

Otra de las estructuras visitadas durante el recorrido fue el hangar para helicópteros de
la CFE en la subestación eléctrica Olas Altas. Una vista aérea del hangar y del patio de
aterrizaje se muestra en la Fig 6.3. Se puede apreciar en esta figura que parte de las
bardas que rodean el patio de aterrizaje fueron derribadas por el paso del huracán. La
nave, con planta rectangular, está formada por columnas de concreto y mampostería
confinada por dalas, la cubierta es a dos aguas con una pendiente moderada, con techo
de lámina de acero con un núcleo de poliuretano, además, utiliza dos puertas corredizas
para permitir el acceso y eventual mantenimiento de los helicópteros.

138
El terreno alrededor del hangar es prácticamente plano con pocas obstrucciones, por lo
que el impacto del viento sobre este durante el paso del evento seguramente fue fuerte.
No obstante el impacto del viento, la estructura principal no sufrió daños aparentes; sin
embargo, se observaron algunos desprendimientos de elementos de recubrimiento y
parte de la cubierta. Las Figs 6.4a a 6.4d muestran zonas de desprendimiento de la
cubierta y fachada. Es interesante notar que el desprendimiento de parte de la cubierta,
asociado con una succión, se localizó en las dos esquinas de la cara norte. La Fig 6.4d
muestra una zona del interior del hangar, en donde se observa la falla de la cortina
metálica de la puerta, la cual se salió de las guías laterales y se desgarró a lo largo de
una línea horizontal; otros detalles que se aprecian son el desprendimiento de las
esquinas de la cubierta y su reparación provisional.

Fig 6.3 Vista del acceso al hangar de helicópteros de la CFE en


la subestación Olas Altas

139
(a) (b) (c)

(d)

Fig 6.4 Nave industrial empleada como hangar de helicópteros de la CFE en la


subestación Olas Altas: (a) vista del acceso al hangar, (b) daño en esquina,
(c) acercamiento a esquina dañada y (d) esquina interior dañada

140
6.2.2 Estructuras localizadas en San José del Cabo

La Fig 6.5a muestra una vista panorámica de una nave industrial con cubierta a dos
aguas, con pendiente moderada y planta rectangular. Esta nave industrial se encuentra
a 12 km de la costa de San José del Cabo, aproximadamente, a un costado del
aeropuerto internacional. El terreno circundante a esta estructura es suburbano, con
estructuras de baja altura en su mayoría. Se observan en esta figura zonas de
desprendimiento de la cubierta señaladas con las flechas. Es interesante notar que el
desprendimiento de parte de la cubierta se presentó cerca de la arista formada por el
muro lateral y la cubierta, atribuible a un flujo de viento que ocasionó succiones que
provocaron la falla de los elementos de fijación. También es importante considerar que
estos daños se presentaron en el muro lateral expuesto a la corriente. No se observaron
daños apreciables en otras zonas de la cubierta.

La Fig 6.5b muestra una vista desde nivel del terreno de la zona de la cubierta dañada.
Se observa que parte de la cubierta presentaba pequeños aleros, lo cual aunado a la
succión en las zonas cercanas a las aristas, pudo haber promovido el desprendimiento
de parte de la cubierta. Asimismo se aprecia en esta figura que prácticamente todas las
luminarias del muro afectado permanecieron en su lugar. Otro detalle, resaltado por el
óvalo rojo, es que parte del muro lateral se flexionó hacia al interior de la nave. Esto
pudo haberse debido a una sobrepresión localizada en esta zona. En la Fig 6.5 se
presenta un acercamiento a esta zona de afectación.

(a) (b)

(c)

Fig 6.5 Nave industrial con cubierta de dos aguas: (a) vista panorámica de una nave
industrial, (b) vista desde nivel del terreno y (c) acercamiento a una zona dañada

141
Otra nave industrial visitada fue la que forma parte de la planta desaladora y que se
ubica a unos metros de la costa (Fig 6.6). Esta nave tiene cubierta de dos aguas, con
una pendiente moderada (menor a 20°) y de planta rectangular. La configuración
estructural es a base de marcos formados de perfiles estructurales metálicos IPR en una
dirección y conectados por vigas del mismo material en la otra dirección. Para la cubierta
se cuenta con una lámina de acero con dos caras y un núcleo de material aislante,
soportada con perfiles metálicos tipo monten. Se observa en esta figura que la nave
industrial sufrió daños ligeros en las esquinas noroeste, a pesar de su cercanía con la
costa. El desempeño adecuado de esta nave industrial ante los efectos de los vientos
huracanados pudo deberse al adecuado rendimiento de las conexiones de la cubierta y
al empleo de mampostería en los muros perimetrales, además de que la nave se
encuentra en un nivel más bajo con respecto al terreno circundante. Otro factor que
pudo haber contribuido a tener un daño ligero es que, por ser una estructura de gran
importancia para la zona, pudo haberse diseñado con estándares más elevados a los de
una estructura convencional. Una vista de la parte posterior de esta nave industrial se
presenta en la Fig 6.7a, en donde se observa que parte de la lámina de la cubierta se
desprendió parcialmente en la esquina. Es importante notar que solo existe un acceso a
la nave industrial y que este se encuentra en el muro opuesto a la costa, lo que podría
indicar que la ubicación y orientación de esta estructura fueron seleccionadas de manera
preventiva. Parte del interior de la nave industrial se muestra en la Fig 6.7b, en donde
se observa parte de la estructuración. La Fig 6.7c muestra otra nave industrial,
perpendicular a la mostrada en las Fig 6.6, con cubierta de lámina galvanizada ligera.
Parte de la cubierta de esta nave industrial se desprendió y fue reparada
provisionalmente con una lámina sobrepuesta, los cual indica que su desempeño fue
deficiente. Más detalles de los efectos ocasionados por el huracán en otros componentes
de la planta desaladora se describen en el capítulo 5.

Fig 6.6 Vista del acceso de la nave industrial con cubierta de dos aguas, planta
desaladora, ubicada en San José del Cabo

142
(a)

(b)

(c)

Fig 6.7 Nave industrial con cubierta de dos aguas, planta desaladora, ubicada en San
José del Cabo: (a) vista de la parte posterior, (b) interior de la nave industrial
y (c) nave industrial perpendicular a la mostrada en la Fig 6.6

143
6.2.3 Estructuras localizadas a lo largo de la carretera no. 19, La Paz-Todos
Santos

La imagen de una nave industrial empleada como empacadora de chiles antes del paso
del huracán se muestra en la Fig 6.8. La imagen muestra que la geometría de la nave
industrial es de cubierta a dos aguas, con una pendiente apreciable (mayor a 20°), con
planta rectangular. En uno de los extremos de la nave se aprecia un toldo con una
cubierta con características similares a la de la nave industrial. El terreno circundante es
suburbano con algunas montañas alrededor. La estructura se ubica a un costado de la
carretera no. 19 en dirección La Paz-Todos Santos, aproximadamente 5 km antes del
pueblo de Todos Santos.

Después del paso del huracán esta estructura sufrió daños, como se muestra en la
Fig 6.9a. Un acercamiento a la nave industrial dañada se muestra en la Fig 6.9b, en
donde se aprecia que no solo hubo desprendimiento de la cubierta y del toldo, sino que
algunos elementos estructurales fallaron también. Por la posición de los muros laterales
y la falla de los elementos de soporte de la cubierta, es probable que el mecanismo de
falla se haya debido a una combinación de sobrepresión en uno de los muros (muro
marcado con la flecha, Fig 6.9a) y succión en la cubierta. En la Fig 6.9b también se
aprecia que el sistema de techo estaba formado por láminas metálicas soportadas por
armaduras y que gran parte de la estructura principal tenía un grado de corrosión
considerable, lo que también pudo haber sido un factor importante en la falla de la
estructura principal. Más detalles de los efectos ocasionados en los alrededores por los
proyectiles desprendidos de esta nave industrial se presentan en el capítulo 5.

Fig 6.8 Vista en perspectiva de nave industrial con cubierta de dos aguas, empleada
como empacadora de chiles (imagen tomada de Google Earth)

144
(a)

(b)

Fig 6.9 Nave industrial con cubierta de dos aguas, empleada como empacadora de
chiles: (a) vista panorámica de la falla de la estructura y
(b) acercamiento a la nave industrial dañada

A lo largo del mismo tramo carretero, a pocos metros de la nave industrial descrita
anteriormente (Fig 6.8), había otra nave industrial empleada también como empacadora
de chiles (Fig 6.10a). En esta figura se muestra que la cubierta es a dos aguas en claros
múltiples con un desnivel (señaladas con las letras a y b). Frente a esta nave industrial
se ubica otra con cubierta a dos aguas y planta rectangular (señalada con la letra c). Los
daños sufridos en la nave industrial a dos aguas en claros múltiples con desnivel se
muestran en la Fig 6.10b. Esta figura muestra que gran parte de la cubierta identificada
como b se desprendió, al igual que la parte inferior, y que parte de la estructura principal
falló. La imagen no permite observar con detalle el estado de daño de la parte a de la
nave industrial; sin embargo, se logra apreciar que los muros laterales de esta también
fueron desprendidos (esta zona se señala con una flecha en la nave b). El
desprendimiento de la cubierta puede asociarse con la generación de grandes succiones,
las cuales varían en magnitud a lo largo de esta (ver flecha puntuada en la Fig 6.10b).

145
Encerrada en un óvalo se muestra una zona del muro de esquina que se flexionó. Lo
anterior pudo haberse debido a una presión diferencial ocasionada por la combinación
de una presión en la cara interior de la nave y una succión en la cara exterior. Otro
detalle interesante que se observa en la Fig 6.10b es que, aparentemente, la nave
industrial señalada como c no sufrió daños o estos fueron menores. Lo anterior pudo
deberse al efecto de escudo causado por la estructura b (BLWTL, 2004). En la Fig 6.10b
se observa que la nave industrial b contaba con una estructura con una cubierta a base
de lámina, conectada a una serie de montenes en la dirección longitudinal, así como
columnas metálicas para formar marcos metálicos en dirección perpendicular a los
montenes. Otro factor a notar en la figura es la falta de mantenimiento, como lo exhiben
los elementos estructurales oxidados. Es probable que la degradación de resistencia en
algunas conexiones por oxidación incrementara el nivel de daño ocasionado por los
vientos intensos.

c b a

(a)

(b)

Fig 6.10 Nave industrial con cubierta de dos aguas, empleada como empacadora de
chiles: (a) nave industrial antes del paso del huracán (imagen tomada de
Google Earth) y (b) daños sufridos en la nave industrial

La Fig 6.11a presenta una nave industrial con cubierta a dos aguas, con una pendiente
apreciable y de planta rectangular, empleada como empacadora de fresas. La estructura
de esta nave cuenta con columnas y vigas metálicas de sección variable, el sistema de
techo está formado por perfiles metálicos del tipo Monten y lámina acanalada, las
paredes están formadas por un sistema combinado, en la parte inferior a base de un
recubrimiento con acabado tipo muro y en la parte superior cuenta con lámina
acanalada. Adosada a uno de los muros laterales de la nave se tiene una estructura con
cubierta con tejas (aparentemente de barro) soportada mediante postes de madera. Se
observa en esta figura que el terreno que rodea a esta nave industrial puede clasificarse

146
como suburbano. También se observa que parte de la cubierta se desprendió de la
estructura y que este desprendimiento se localizó en uno de los extremos de la nave
industrial. Un acercamiento a la estructura dañada se presenta en la Fig 6.11b. Una
posible razón de esta falla pudo ser la generación de grandes succiones en la cubierta
por la incidencia del viento en esta dirección (ver flecha con línea sólida en la figura).
Esta hipótesis puede reforzarse al notar los siguientes detalles en la Fig 6.12a: (1) se
aprecia que la puerta de acceso falló por empuje del viento (flechas), (2) el puntal que
va del nivel del terreno a la cumbrera se pandeo (ver línea vertical punteada) y (3) el
muro superior falló (ver óvalo). La Fig 6.12b presenta una vista del interior de la nave
industrial, en donde se observa parte de la estructuración.

En el mismo predio de la empacadora de fresas, en la parte posterior, se ubicaba otra


nave empleada como almacén (Fig 6.12c). Esta nave contaba con una cubierta plana de
lámina acanalada soportada por marcos de acero estructural. Los muros de este almacén
eran también de lámina acanalada. Se observa en la figura que la lámina de los muros
laterales, en la parte superior, se desprendió parcialmente. Este desprendimiento parcial
pudo ser ocasionado por presiones diferenciales (succiones y presiones) sobre el muro.
Otro factor a resaltar es que la cubierta parece no haber sufrido daño, a diferencia de la
cubierta de la empacadora de fresas. Lo anterior podría explicarse al considerar que el
almacén se encontraba rodeado de otras estructuras de altura similar (Fig 6.12d), lo que
provocó también un efecto de escudo (BLWTL, 2004), benéfico para la cubierta del
almacén.

(a)

(b)

Fig 6.11 Nave industrial con cubierta de dos aguas, empleada como empacadora de
chiles: (a) vista panorámica y (b) vista en perspectiva

147
(a) (b)

(c)

(d)

Fig 6.12 Nave industrial con cubierta de dos aguas, empleada como empacadora de
chiles: (a) detalles, (b) vista del interior, (c) almacén y
(d) vista en perspectiva del almacén

148
6.3 Daños observados en naves comerciales

6.3.1 Estructuras localizadas en la Paz

Una nave empleada como estacionamiento, ubicada en la calle Lerdo de Tejada, esquina
con Mutualismo, antes del paso del huracán, se muestra en la Fig 6.13. En esta figura
se observa que la estructura es a base de perfiles metálicos y de elementos de madera,
y la cubierta cuenta con armaduras hechas de madera, las cuales soportan la lámina
acanalada para formar la cubierta. Algunos marcos principales (de color amarillo) están
estructurados a base de dos perfiles tipo Monten para formar las columnas
rectangulares, de igual manera se construyó con trabes laterales que servían de soporte
a la armaduras que forman el sistema de techo. Esta nave industrial era a dos aguas,
con una pendiente apreciable, con configuración rectangular en planta. La estructura se
ubica en un terreno urbano, a 100 m de la costa, aproximadamente. En esta figura se
observa también que las trabes empleadas para soportar la cubierta en la parte central
y en los extremos tenían diferentes dimensiones; la del centro era de menores
dimensiones que las de los extremos, como se puede ver en el acercamiento de la figura.
Lo anterior sugeriría que esta estructura no contó con un diseño estructural formal.
Después del paso del huracán, la techumbre se colapsó, como se muestra en la Fig 6.14.
En esta figura se observa que la parte de la armadura que soportaba la techumbre giró
con respecto a las trabes extremas. Es importante notar que la pendiente de la cubierta
era considerable, así como la abertura debajo de esta. Lo anterior, junto con las altas
velocidades del viento, pudo haber ocasionado fuerzas de presión considerables sobre
parte de la cubierta en barlovento y de succión en la parte inferior, lo que pudo haber
sobreesforzado la trabe central que soportaba la techumbre, la cual tenía dimensiones
menores que las trabes extremas (Fig 6.13).

Fig 6.13 Vista en perspectiva y detalles de la nave comercial con cubierta de dos
aguas, empleada como estacionamiento (imagen tomada de Google Earth)

149
Fig 6.14 Falla de la techumbre de la nave comercial con cubierta de dos aguas,
empleada como estacionamiento

6.3.2 Estructuras localizadas en San José del Cabo

La Fig 6.15 muestra una vista aérea de un conjunto de naves comerciales y se identifican
las direcciones hacia el aeropuerto y la costa. Se observa en esta figura que la nave
comercial a sufrió daños en un extremo de su cubierta, la cual tuvo un desprendimiento.
La nave comercial b parece haber sufrido desprendimiento de la cubierta solo en su zona
central. La nave comercial c sufrió desprendimiento de gran parte de su cubierta y la
nave industrial d sufrió desprendimiento de parte de su cubierta (ver sección anterior
para mayores detalles de la descripción del daño en la cubierta d).

Es interesante notar que gran parte del daño se presentó en la nave comercial c; lo
anterior podría explicarse al considerar los efectos de las estructuras circundantes
(Holmes, 2001). Una posible hipótesis del daño observado es que el viento, al impactar
sobre la cara lateral de la nave comercial a, se desprendió en la arista formada por este
y la cubierta, generando grandes succiones; posteriormente, el viento fluyó hacia la nave
comercial b, pero influido por la presencia de la nave comercial a, lo cual pudo haber
ocasionado que el impacto sobre la cubierta de esta fuera menor, pero provocó un
impacto considerable sobre la cubierta de la nave comercial c, la cual pudo haber sido
sometida a grandes succiones por el impacto del flujo de viento desprendido en la nave
comercial a.

150
d

Aeropuerto A la costa
a

Fig 6.15 Conjunto de naves comerciales (imagen tomada de Google Earth

Debido a que los daños más significativos del conjunto de naves comerciales fueron
observados en la nave comercial c, estos son descritos con detalle a continuación.

La Fig 6.16a muestra una vista panorámica de una nave comercial, en la que se observa
que el sistema de techo era a base de lámina compuesta con aislamiento térmico. En
esta figura se observa la dirección del desprendimiento de la cubierta (ver flecha).
Prácticamente toda la cubierta fue desprendida de la estructura de soporte. Un
acercamiento a la zona marcada con un óvalo se presenta en la Fig 6.16b. En esta figura
se observan remanentes de los elementos de conexión entre la lámina de la cubierta y
los largueros. La Fig 6.17a muestra parte de las láminas desprendidas de la cubierta de
la nave comercial c, en donde se observan diferentes configuraciones de falla de los
elementos de conexión. Las láminas están empalmadas con dobleces (Fig 6.17a) a cada
45 cm, aproximadamente. En cada empalme de láminas se colocan los elementos de
conexión. Estos elementos de conexión son rectangulares, fabricados del mismo material
de la lámina de la cubierta y están separados en el sentido longitudinal a cada 50 cm,
aproximadamente. El espesor de la lámina es cercano a 1 mm. Un acercamiento a los
elementos de conexión se muestra en la Fig 6.17b. En la figura se colocó una pluma
para mostrar la proporción del tamaño de la perforación de la conexión. Se observa que
la perforación empleada en la conexión tiene forma ovalada, posiblemente debido a las
fuerzas inducidas por el viento de magnitud variable sobre la cubierta. La Fig 6.17c
muestra una vista de la calle aledaña a la nave comercial c, en donde se observan
algunas de las láminas desprendidas de la cubierta. En esta figura también se observa
que las láminas impactaron parte de la cerca perimetral del predio. Un detalle muy
importante es que estas láminas son de gran longitud 12 m, por lo que al comenzar a
desprenderse de la conexión, estas se desprendieron por completo.

151
(a)

(b)

Fig 6.16 Nave comercial con cubierta de dos aguas: (a) vista panorámica y
(b) acercamiento a cubierta dañada

152
(a)

(b)

(c)

Fig 6.17 Nave comercial con cubierta de dos aguas: (a) detalle de lámina dañada,
(b) acercamiento a conexiones de lámina y (c) vista de la calle aledaña

153
La Fig 6.18 muestra la imagen de una nave comercial, empleada como cervecería,
después del paso del huracán. Esta nave industrial tiene una cubierta a dos aguas, con
una pendiente apreciable, y planta rectangular. Es interesante notar en esta imagen que
la estructura parece no haber sufrido daño; tampoco se observa desprendimiento de la
cubierta, como se presentó en otras naves industriales afectadas por el paso del huracán.
Es probable que para el diseño de esta estructura se hayan considerado criterios de
diseño más estrictos o que se realizaron correctamente los detalles de conexión de la
lámina.

Fig 6.18 Nave comercial con cubierta de dos aguas, ubicada en San José los Cabos

En la Fig 6.19a se muestra el caso de una nave industrial con cubierta plana, ubicada en
el estacionamiento del aeropuerto de los Cabos. La estructura cuenta con marcos de
estructura metálica formados por columnas cuadradas HSS y vigas con perfiles IPR, y la
cubierta es de lámina compuesta de dos charolas y separadas por un aislante; para
soportar la lámina se tiene un sistema de vigas rectangulares formadas por dos perfiles
tipo monten. Al parecer esta estructura era empleada para la venta de comida rápida.
Se observa en esta figura que gran parte de la cubierta fue desprendida por el viento,
al igual que el muro perimetral. La cubierta, por ser plana, tiene un comportamiento
aerodinámico similar al de cubiertas con pendiente menor a los 20°. Para este tipo de
cubiertas, las succiones en las aristas son superiores a las que se generan en cubiertas
con pendientes mayores a 20°. Un acercamiento de una parte de la cubierta no
desprendida y de uno de los muros que falló se presenta en la Fig 6.19b.

154
(a)

(b)

Fig 6.19 Nave comercial con cubierta plana: (a) vista en perspectiva y
(b) detalle de la falla

En la Fig 6.20 se presentan algunos casos de falla en parte de las fachadas de naves
comerciales. Es interesante notar que el desprendimiento se presentó principalmente en
las zonas superiores de las fachadas. También se observa que la estructura de soporte
de la fachada, las ventanas y las puertas era a base de perfiles de aluminio y que el
elemento de recubrimiento fue desprendido de esta. Algunos de los elementos de

155
recubrimiento empleados en las fachadas fueron desprendidos completamente y en otros
casos fallaron localmente. La Fig 6.21 muestra el colapso de la cubierta de una nave
comercial; se observan el desprendimiento de las placas base de las columnas y la falla
de conexiones entre algunas columnas y la estructura de soporte de la cubierta. Las
presiones diferenciales inducidas por el viento en esta cubierta ocasionaron que esta
rotara hacia la izquierda (ver flecha), lo que ocasionó la falla de las placas base y algunas
conexiones.

Fig 6.20 Daño en elementos de recubrimiento de fachada en naves comerciales

156
Fig 6.21 Colapso de la cubierta en naves comerciales

6.4 Daños observados en estructuras deportivas

En la Fig 6.22 se muestra el caso de estudio del estadio de béisbol. La Fig 6.22a muestra
una imagen de la zona de gradas y la cubierta plana con un ángulo de inclinación
moderado del estadio de béisbol Arturo C. Nahl, antes del paso del huracán. También
puede apreciarse que la estructura cuenta con un sistema de columnas y trabes de
concreto para sostener las gradas, las cuales cuentan con una base escalonada de
concreto para la colocación de asientos; la cubierta está formada a base de armaduras,
cuyo extremo está anclado a cada una de las columnas principales. La Fig 6.22b presenta
una vista aérea del estadio de béisbol antes y después del paso del huracán. Se observa
en esta figura, encerrada en un óvalo, la parte de la cubierta de las gradas que falló.
También es importante notar que las estructuras aledañas al estadio son de una altura
menor a este, lo que permitió que el viento impactara directamente sobre la cubierta del
estadio. Una imagen de la falla de la cubierta desde el exterior del estadio se muestra
en la Fig 6.22c, en donde se observa la cubierta desprendida sobre la calle. El viento
induce grandes succiones en la parte superior del extremo de la cubierta en voladizo, lo
cual genera fuerzas de levantamiento importantes (Sachs, 1978; Simiu y Scanlan, 1996;
Meseger et al., 2001), que pudieron haber generado el levantamiento de parte de la
cubierta, y hacerla rotar con respecto a su apoyo. La Fig 6.22d muestra una imagen,
desde el interior del estadio, de las columnas que soportaban a la cubierta que falló. Se
observa en esta figura la parte superior de las columnas de concreto, las cuales estaban
conectadas a la estructura de acero que soportaba la cubierta. La Fig 6.22e muestra la
falla en una conexión soldada, lo cual también influyó en el colapso de la cubierta.

157
(a) (b)

(c)

(d) (e)

Fig 6.22 Estadio de béisbol C. Nahl, ubicado en la Paz: (a) vista lateral (imagen
tomada de Google Earth), (b) vista aérea (imagen tomada de Google Earth),
(c) vista de la cubierta colapsada, (d) acercamiento a columnas de concreto
y (e) falla en una conexión soldada

158
La cubierta plana con un ángulo de inclinación moderado (menor a 20°) de las gradas
de un deportivo se muestra en la Fig 6.23. Las gradas están formadas a base de concreto
y cuenta con un eje de columnas de acero que soportan una serie de armaduras, junto
con un apoyo extremo. Las armaduras están formadas por un perfil metálico APS y los
elementos transversales a las armaduras son perfiles tipo monten, los cuales dan soporte
al sistema de techo. A diferencia de la cubierta del estadio de béisbol que falló
(Fig 6.22c), esta cubierta parece no haber sufrido daño. Algunos factores que pudieron
haber evitado el colapso o daño de la cubierta fueron su baja altura, rigidez y que no
solo cuenta con un apoyo extremo, sino también con un eje de columnas cercano al
apoyo.

Fig 6.23 Cubierta de gradas de un centro deportivo

La Fig 6.24a muestra la cubierta de las gradas del campo de la Universidad Autónoma
de Baja California Sur (UABCS) y un acercamiento de esta. La estructura cuenta con una
cubierta en forma de arco, la cual está soportada en el sentido transversal por siete
armaduras y, en el sentido longitudinal, por una serie de perfiles de acero tipo monten,
algunos de los cuales forman secciones rectangulares utilizando dos de los perfiles antes
mencionados. Los detalles de los daños a la lámina de la cubierta se muestran en la
Fig 6.24b, en donde se observan zonas de las láminas que se flexionaron hacia arriba.
Es probable que esta flexión se haya generado por presiones diferenciales (succiones y
presiones) inducidas por el viento sobre la cubierta, en una zona cercana a la cresta
(Manual de Diseño de Obras Civiles: Diseño por Viento, 2008).

159
(a)

(b)

Fig 6.24 Cubierta de las gradas del campo de la UABCS: (a) vista en perspectiva y
(b) detalles en la lámina de cubierta

La Fig 6.25a muestra la cubierta de una cancha de baloncesto, con cubiertas en forma
de arco, que están soportadas mediante armaduras conectadas en columnas con perfiles
metálicos tipo IPR. Se observó daño en la cubierta, similar al presentado en la Fig 6.24b,
ocasionado por presiones diferenciales. Un acercamiento a la cubierta se muestra en la
Fig 6.25b, en donde se observa que el sistema de cubierta está formado por dos
estructuras en arco independientes. A diferencia de las cubiertas descritas
anteriormente, la lámina de esta se encuentra por debajo de la estructura de soporte.

160
(a)

(b)

Fig 6.25 Cancha de baloncesto techada: (a) vista en perspectiva y


(b) acercamiento a la cubierta

161
6.5 Daños observados en techos aislados y toldos

6.5.1 Estructuras localizadas en La Paz

La Fig 6.26a muestra la falla de parte de un techo aislado plano de una gasolinera. La
estructura principal cuenta con dos ejes de cuatro columnas en el eje longitudinal y en
el eje transversal existen tres marcos; la estructura del techo está formada por una losa
de concreto que cuenta con un faldón perimetral en donde se colocan los logotipos de la
empresa. Un acercamiento a la zona del techo que falló se muestra en la Fig 6.26b, en
donde se observa que la falla se presentó en una esquina. El comportamiento
aerodinámico de este tipo de techos aislados depende en gran medida del porcentaje de
obstrucción por debajo de este. Para el techo de la imagen, se puede considerar que el
área por debajo del techo es libre (las obstrucciones bloquean menos del 50 % del área
de la sección transversal expuesta), lo cual reduce las fuerzas de succión que el viento
induce por arriba de la cubierta. Es probable que la falla se haya debido a una
combinación de las fuerzas de succión del viento y a la falta de resistencia por la
presencia de corrosión en el acero de refuerzo. Otro techo aislado plano, empleado como
cubierta de una gasolinera, se presenta en la Fig 6.26c, en donde solo se observa la
estructura. La estructura está formada por dos ejes de columnas principales del tipo HSS
en los dos ejes principales, las cuales están conectadas con perfiles tipo IPR en los dos
sentidos. El faldón para colocar los logotipos es a base de una armadura, la cual se
encuentra ubicada en todo el perímetro de la estructura. Es probable que gran parte de
la lámina se haya desprendido de la estructura de soporte; sin embargo, el mecanismo
de falla no se puede precisar, ya que es probable que se haya realizado una limpia de
los elementos para continuar con el servicio de la gasolinera.

(a) (b)

(c)

Fig 6.26 Fallas en techos planos en gasolineras: (a) falla en una esquina,
(b) acercamiento a falla de esquina y (c) desprendimiento de la
lámina de la estructura

162
La Fig 6.27 muestra el colapso de un techo aislado debido a los efectos del viento. Se
observa en la Fig 6.27a que la cubierta estaba estructurada con largueros y armaduras,
los que soportaban la lámina acanalada que formaba parte de la cubierta. También se
puede ver en esta figura que el techo se colapsó en su totalidad debido a la falla de las
columnas (ver óvalo en la Fig 6.27a). La Fig 6.27b presenta un acercamiento a una de
las columnas que fallaron. Se observa en la figura que la columna era una celosía y que
presentaba un grado importante de corrosión. Las combinación de presiones
diferenciales sobre la cubierta, aunado a la degradación de la resistencia debido a la
corrosión de los elementos de las columnas, ocasionaron el colapso del techo.

(a)

(b)

Fig 6.27 Colapso de techo aislado: (a) vistas del colapso y (b) acercamiento

La Fig 6.28 muestra un toldo con la lámina desprendida. La estructura está formada por
cinco columnas metálicas de tubo que sostienen las trabes que le dan la forma a la
cubierta en voladizo. Las trabes están formadas por perfiles metálicos de dos ángulos
(APS) rolados, adicionales a las trabes. Existe un tensor que completa el sistema
estructural para sostener la cubierta. En el sentido longitudinal existen cinco elementos
metálicos de sección cuadrada (PTR) para dar soporte a las láminas, así como un tubo
que conecta los marcos principales de la estructura. Las columnas están conectadas a la

163
cimentación mediante una placa base de acero para cada elemento. En esta figura se
observa que algunos fragmentos de la lámina aún se encuentran sujetos a la estructura
de soporte, por la parte de abajo. Es importante mencionar que, a pesar de la relativa
sencillez de esta estructura, los reglamentos, normas o manuales mexicanos no
proponen coeficientes de presión para su diseño, aunque sí se proponen coeficientes de
presión para toldos o cubiertas planas adyacentes a construcciones. Por la configuración
geométrica de la estructura, la falla podría haberse presentado por una diferencia de
presiones (presión o succiones en la cara inferior y superior del toldo) que ocasionaron
el desprendimiento de la lámina.

Fig 6.28 Falla de lámina en toldo

6.5.2 Estructuras localizadas en Los Cabos

Un conjunto de techos aislados con forma ondulada se muestra en la Fig 6.29. La


estructura se encuentra a orillas del mar y cuenta en el sentido longitudinal con un
sistema de armaduras que le dan forma ondulada a la techumbre. Existen dos ejes
principales de columnas, las cuales están formadas por tubos de acero en los dos
sentidos. La techumbre cuenta con un sistema de largueros fabricados por perfiles
metálicos tipo monten que sostienen la lámina con la que se forman el sistema de techo.

Se observa en la Fig 6.29a que algunas láminas fueron desprendidas por la acción del
viento. En cubiertas con forma semicircular o redondeada el viento tiende a separarse
cerca de la cresta, lo que induce grandes succiones, las cuales pudieron haber
ocasionado el desprendimiento de las láminas. Un factor interesante que se observa en
esta figura es que el techo señalado con una flecha parece no haber sufrido

164
desprendimiento de la lámina, quizás porque este tiene una altura menor a los techos
laterales que lo proporcionaron un efecto de escudo (ver sección 6.1). Un acercamiento
a los techos desde otro ángulo (Fig 6.29b) muestra el techo que no presentó daño y uno
de los techos laterales que sufrieron desprendimiento de láminas.

(a)

(b)

Fig 6.29 Sistema de cubiertas onduladas: (a) vista en perspectiva y (b) acercamiento

Una cubierta con curvatura pequeña, adyacente al edificio de la terminal 1 del aeropuerto
se muestra en la Fig 6.30a. La estructura está formada por cuatro columnas circulares
de acero que se conectan con cuatro armaduras en el sentido corto y dos en el sentido
largo. Sobre las armaduras se apoyan perfiles metálicos tipo monten, al que se conecta
la lámina acanalada. Un acercamiento a la parte inferior de la cubierta se presenta en la
Fig 6.30b, en donde se observa una zona, al lado opuesto al edificio terminal, que
presentó desprendimiento de la lámina. Un factor importante a considerar es la presencia
del edificio aledaño a la cubierta, ya que la distribución de presiones pudo haber sido

165
modificada por la presencia de este, lo que ocasiona succiones considerables y
comparables a las de un techo aislado.

(a)

(b)

Fig 6.30 Cubierta adyacente a la terminal 1: (a) vista en perspectiva y


(b) acercamiento a zona de desprendimiento de lámina

Una cubierta adyacente al edificio de la terminal 2 del aeropuerto se presenta en la


Fig 6.31. La cubierta está estructurada a base de una estructura espacial, con una
cubierta de lámina acanalada, y la estructura está apoyada en el muro que pertenece al
edifico de la terminal, así como a un par de columnas cuadradas de concreto. Se observa
en las Figs 6.31a y 6.31b que parte de la lámina de la cubierta se desprendió en el lado
alejado del edificio. Este mecanismo de falla es similar al descrito para la cubierta de la
Fig 6.30, donde la falla podría haberse presentado por una diferencia de presiones
(presión o succiones en la cara inferior y superior del toldo) que ocasionaron el
desprendimiento de la lámina.

166
(a)

(b)

Fig 6.31 Cubierta adyacente a la Terminal 2: (a) vista en perspectiva y


(b) acercamiento a zona de desprendimiento de lámina

En la Fig 6.32 se presenta el caso de una caseta de peaje. En la Fig 6.32a se muestra la
cubierta de una caseta de peaje antes del paso del huracán. Se observa que la cubierta
está estructurada a base de armaduras soportadas en seis columnas de concreto. Cada
columna recibe la descarga de cuatro barras que transfieren la carga de la cubierta a las
columnas, como se observa en la Fig 6.32b. Una imagen de la caseta de peaje después
del paso del huracán se muestra en la Fig 6.32c; en esta se observa que la cubierta se
colapsó en su totalidad debido a presiones diferenciales (succiones y presiones). Otro
factor importante que contribuyó a la falla de la cubierta es que el techo se encontraba
ubicado en un terreno casi plano, lo cual permitió que el impacto del viento sobre este
fuera directo. Una inspección más detallada de la Fig 6.32c muestra que la falla se
presentó en los elementos que conectaban la techumbre con las columnas de concreto
(Fig 6.32b). Otro detalle que se observa en esta figura es que una gran cantidad de tejas
se desprendieron del techo de los edificios de oficinas de los costados, las cuales se
convirtieron en proyectiles al momento de su desprendimiento.

167
(a) (b)

(c)

Fig 6.32 Cubierta de una caseta de peaje: (a) vista de frente (Imagen tomada de
Google Earth), (b) acercamiento a elementos de soporte (Imagen tomada de
Google Earth) y (c) colapso de la caseta de peaje (http://bit.ly/197I2ER)

6.6 Comentarios finales

Las fallas parciales y los colapsos descritos en este capítulo fueron ocasionados por
grandes presiones y succiones inducidas por el viento, las cuales variaban en intensidad
y ubicación de acuerdo con el tipo de estructura. Las principales observaciones son:

168
 La mayoría de las fallas se presentaron en la cubierta de los diferentes tipos de
naves descritos. En la mayoría de los casos, el desprendimiento de la cubierta o
parte de esta se debió a grandes succiones en las esquinas o en la arista formada
por los muros y la cubierta.
 Las presiones diferenciales en techos aislados, cubiertas deportivas y toldos
fueron los que ocasionaron el colapso o la falla parcial por el efecto combinado
de empuje y succión.
 El efecto de escudo por parte de estructuras circundantes de igual tamaño sobre
la estructura de interés resultó benéfico en algunos casos (Figs 6.10 y 6.11); sin
embargo, este efecto puede ser adverso cuando se trata con un grupo de
estructuras que se encuentran separadas entre sí a lo largo del flujo de viento,
como se describió en la sección 6.3.2.
 En algunos techos aislados se observó que no existía suficiente redundancia
estructural, ya que al fallar algunos de los elementos de soporte (p. e. columnas)
se presentó el colapso de la estructura (Figs 6.27 y 6.32).
 Aunado a las grandes succiones y presiones que actuaron sobre las estructuras
descritas, la mala concepción de la estructuración, debido a la falta de la
aplicación de códigos o manuales de diseño, contribuyó al colapso de algunas
estructuras, como el caso de un estacionamiento en La Paz (Fig 6.13).
 En algunas naves comerciales el daño no estructural se debió al desprendimiento
o falla local de elementos de fachada o a la rotura de vidrios.
 El alto grado de corrosión y la falta de mantenimiento contribuyeron al colapso o
falla de varias de las estructuras descritas.
 El terreno circundante a la estructura de interés es de total importancia en la
intensidad del viento que impactará a la estructura.
 Es importante mencionar que algunas de las naves descritas presentaron un
desempeño satisfactorio ante la acción de los vientos huracanados.

6.7 Referencias

Comisión Federal de Electricidad, (2008), Manual de Diseño de Obras Civiles. Diseño por
Viento, Instituto de Investigaciones Eléctricas, México, D.F.

Holmes J. D. (2001), Wind Loading of Structures, JDH Consulting and Monash University,
Australia, 162-182

Meseger J., Sanz A., Perales J. M., y Pindado, S. (2001), Aerodinámica Civil: cargas de
viento en las edificaciones, McGraw-Hill Profesional, 85-133

Sachs P. (1978), Wind Forces in Engineering, Pergamon Press, 211-243

Simiu E., y Scanlan R. (1996), Wind Effects on Structures, John Wiley and Sons Inc.,
135-194

The Boundary Layer Wind Tunnel Laboratory, (2004), Wind Effects on Tall Buildings.

169
7. EDIFICACIONES

Coordinadores

Marcos Mauricio Chávez Cano David Murià Vila


Miguel Ángel Jaimes Téllez

Colaboradores

Oscar López Bátiz Fernando Peña Mondragón


Adrián Pozos Estrada Eduardo Reinoso Angulo
Juan José Pérez Gavilán Escalante Jorge Emilio Arboleda Villagómez
José Alberto Escobar Sánchez

171
7.1 Introducción

En este apartado se presentan los efectos observados en las edificaciones de hospitales,


hoteles, escuelas, oficinas y multifamiliares durante el impacto del meteoro. Se
realizaron recorridos en donde se inspeccionaron los daños en edificaciones de
estructuras de concreto, mampostería y acero. Se presentan las observaciones más
relevantes tanto en los casos en que el desempeño de los componentes estructurales y
no estructurales fueron exitosos, como aquellos que evidenciaron algún problema. La
ubicación de estas estructuras se presenta en el capítulo 4. Cabe aclarar que los efectos
observados en edificaciones de vivienda se incluyen en el capítulo 8, y las edificaciones
antiguas, en el capítulo 9.

7.2 Escuelas e instituciones educativas

Los centros escolares construidos con sistemas estructurales a base de elementos de


concreto o mampostería en muros y columnas, y con losas de concreto reforzado,
generalmente presentaron un comportamiento estructural adecuado ante el impacto de
los efectos del meteoro. Algunos problemas se observaron en las construcciones con
sistemas a base de techos flexibles o ligeros. En general, en este tipo de instalaciones
escolares es común la presencia de un techo de lámina que cubre parte de los patios de
recreo para protección contra el sol, debido a las altas temperaturas que se alcanzan en
la región. Este techo está formado por una estructura ligera, compuesta generalmente
por cuatro columnas y el sistema de largueros y lámina en el techo. Estas estructuras
ligeras presentaron daño por un diseño deficiente o mantenimiento inadecuado, donde
la corrosión genera degradación de las columnas de acero que las soportan, o una
combinación de ambas.

Como ejemplos representativos se presentan dos escuelas. La primera es una escuela


primaria ubicada cerca del Aeropuerto Internacional de Los Cabos en la colonia San
Bernabé, la segunda es una escuela preescolar ubicada en Todos Santos.

Como primer ejemplo, en la escuela primaria en San José del Cabo, las aulas son de
mampostería confinada y los techos, a dos aguas, son de losas de concreto reforzado,
además cuenta con un techo en el patio de recreo. En la Fig 7.1 se presentan dos
fotografías del estado de daño de la estructura de cubierta del patio de recreo de la
escuela. Durante la visita de campo resultó evidente el problema de corrosión en la base
de los postes que soportan la techumbre, y en la figura es notable la ausencia de
elementos diagonales de rigidez que permitan soportar un posible componente
horizontal de las fuerzas generadas por viento.

172
Fig 7.1 Colapso de estructura de techumbre para patio de recreo en escuela primaria
en San José del Cabo

Otro problema significativo que se presentó en la mayoría de las escuelas de la región


fue el desprendimiento y el volteo de las instalaciones de aire acondicionado. Este hecho
repercute en la cancelación o reanudación de clases, ya que no es posible que los
alumnos tomen clase sin aire acondicionado, dadas las altas temperaturas que se
alcanzan en la región. En las instalaciones de esta escuela se presentó el volteo del
sistema de aire acondicionado, debido al anclaje insuficiente de los equipos en las losas
de techo (Fig 7.2). Aunado a lo anterior, las unidades de aire acondicionado desprendidas
pudieron convertirse en proyectiles y dañar otras construcciones o componentes
aledañas.

173
Fig 7.2 Aula con problemas en el anclaje de las instalaciones para aire acondicionado
en las losas de techo en escuela primaria en San José del Cabo

Cabe mencionar que también existen algunos ejemplos de buenas prácticas de


construcción, las cuales permitieron identificar comportamientos estructurales
adecuados ante el impacto del huracán. Uno de estos fue la techumbre del comedor de
la misma escuela primaria (Fig 7.3). Este tipo de solución estructural tiende a
considerarse altamente vulnerable ante los vientos; sin embargo, al ser diseñada y
construida adecuadamente, se logró que no se presentara daño.

Fig 7.3 Edificación del comedor en escuela primaria en San José del Cabo

Como un segundo ejemplo ilustrativo de los efectos de Odile en estas edificaciones, en


la Fig 7.4 se muestra una vista de la estructura principal para aulas y la estructura de
techo para el patio de recreo de una instalación preescolar en Todos Santos. Aunque
parte de los muros de colindancia del predio fueron derribados por los vientos generados
por Odile, ni la estructura de la techumbre del patio ni el sistema de techo flexible del
aula presentaron problemas. La posible razón del daño de la barda de colindancia es su

174
edad de construcción, pues era la parte más antigua del predio y no contaba con
elementos confinantes de concreto reforzado (castillos y dalas). Estos elementos
contribuyen a la resistencia a flexión del muro ante las presiones de empuje o succión
del viento actuando perpendicularmente al plano del elemento. En cuanto a la ausencia
de daño en los demás elementos estructurales del predio, principalmente en el caso de
la techumbre ligera del patio de recreo, se atribuye a un sistema de fijación adecuado,
así como también a una adecuada resistencia a fuerzas laterales de la estructura de
acero.

Fig 7.4 Vista de las instalaciones de una edificación para preescolar en Todos Santos

Finalmente, de acuerdo con la información proporcionada por el Instituto Sudcaliforniano


de la Infraestructura Física Educativa, se vieron afectados por un periodo de dos
semanas 83 % de los 1210 planteles con que cuenta el estado, debido al paso del
huracán Odile. De estos, se reporta que cerca del 50 % de los planteles pertenecen al
municipio de La Paz; sin embargo, de los planteles pertenecientes al municipio de Los
Cabos, se reporta que aproximadamente el 80 % presentó daños en las instalaciones de
aire acondicionado, aspecto que originó la suspensión de actividades.

7.3 Edificios de uso comercial y oficinas

Un porcentaje importante de edificaciones empleadas para uso comercial son


construidas con sistemas ligeros. Algunos ejemplos claros de ello son las instalaciones
de las tiendas de conveniencia, así como las instalaciones para venta o renta de vehículos
automotores. Desafortunadamente, muchas veces el diseño de este tipo de instalaciones

175
se basa en estructuras tipo que no necesariamente se revisan para cumplir con los
requisitos de seguridad estructural correspondientes a los lugares específicos donde se
construirán.

Durante la visita en la zona de San José del Cabo y Cabo San Lucas se pudieron observar
algunos ejemplos de comportamiento deficiente en edificaciones comerciales. En la
Fig 7.5 se muestran los daños generados por los vientos fuertes en una distribuidora de
vehículos ubicada en la carretera costera de San José del Cabo a Cabo San Lucas.

Fig 7.5 Vista de los daños severos en las instalaciones de una distribuidora de
vehículos automotores en la zona de la carretera costera
San José del Cabo-Cabo San Lucas

Otro tipo de daño muy común fue la rotura de los vidrios en edificios comerciales con
fachadas recubiertas con ventanearías sin la presencia de muros de mampostería o de
concreto. Con el impacto de la fuerza del viento y posiblemente también a escombros
que salían proyectados, la mayor parte de estas fachadas sufrieron severos daños. La
rotura de vidrios en ventanas o puertas permite que el viento (acompañado de lluvia)
penetre en el interior de la edificación. Esta situación incrementa el daño tanto en sus
componentes no estructurales como en sus contenidos. Es posible que las
especificaciones del tipo de vidrio empleado en estas fachadas no fuera el adecuado para
resistir el embate de vientos huracanados. En la Fig 7.6 se muestra un edificio de oficinas
de dos niveles ubicado en la ciudad de La Paz donde se aprecia la rotura de gran parte
los vidrios de la fachada.

176
Fig 7.6 Vista de los daños en la fachada de vidrio de un edificio de oficinas ubicado en
la ciudad de La Paz

Finalmente, en el caso de los daños en las tiendas de conveniencia, resulta difícil


diferenciar hasta dónde los daños fueron generados por el impacto del meteoro y cuántos
fueron producto de las acciones de vandalismo que se generaron después del paso del
huracán. De la consulta en campo a la ciudadanía durante la semana posterior al paso
del huracán, se puede inferir que la mayor parte del daño en este tipo de instalaciones
no fue generado por el huracán.

7.4 Hospitales

Se visitaron los dos hospitales más importantes del estado, ambos se ubican en la ciudad
de La Paz: (1) el hospital general con especialidades Juan María de Salvatierra y (2) el
hospital general del ISSSTE Dr. Carlos Estrada Ruibal. El hospital Juan María de
Salvatierra sufrió daños en puertas y ventanas, y presentó desprendimiento de
elementos de acabados en las fachadas y en algunos elementos no estructurales de
interiores. El daño en esta institución se concentró en la zona de atención de
emergencias o urgencias (Fig 7.7). Debido al desprendimiento de ventanas en esa zona
se reportaron afectaciones en algunos equipos de cómputo ocasionadas por la
penetración del viento y lluvia hacia el interior, específicamente en esa parte del edificio.
El nivel y la densidad de daño no pusieron en riesgo la mayoría de los servicios que
presta el hospital, salvo la atención de urgencias. En general el comportamiento de los
componentes estructurales y no estructurales de esta edificación fue adecuado.

177
Fig 7.7 Vista general y detalle de los daños observados en el hospital general
Juan María de Salvatierra, en La Paz

El hospital general del ISSSTE Dr. Carlos Estrada Ruibal, de diseño y construcción
reciente (Fig 7.8a, b), presentó en general un comportamiento adecuado, salvo en el
sistema de ventanas, cuyo mecanismo de ventilación permitió que el viento, con alto
contenido de agua, ingresara a una parte del inmueble, lo que provocó la necesidad de

178
desalojo temporal de algunas áreas y afectaciones a algunos equipos. Al momento de la
visita en este edificio se encontraban realizando trabajos de remodelación ajenos a los
daños ocasionados por el huracán Odile, por lo que fue difícil identificarlos, ya que se
habían retirado plafones y las paredes estaban siendo remozadas (Fig 7.8b).

a)

b)

Fig 7.8 Hospital general del ISSSTE Dr. Carlos Estrada Ruibal, en La Paz: (a) fachadas
principal y lateral y (b) trabajos de remozamiento

En general, en las edificaciones del sector salud visitadas, los daños fueron pocos y se
concentraron en los elementos no estructurales de las fachadas, lo que generó que el
viento y el agua ingresaran en algunas zonas de los inmuebles afectando también a los
contenidos.

7.5 Edificios multifamiliares y hoteles

El edificio de mayor altura en la ciudad de La Paz, con 18 niveles sobre el terreno,


ubicado en la esquina de las calles Brecha California y Del Tesoro en la vecindad del
Aeropuerto Internacional Manuel Márquez de León. El edificio resuelto a base de marcos
de acero estructural estaba en la parte final del proceso de construcción cuando se
presentó el huracán Odile. En el momento de la visita el edificio mostraba daño de
consideración en elementos no estructurales producidos por el viento, consistente en el

179
desprendimiento y la caída generalizada de los elementos que conforman las fachadas
del edificio, aspecto que se puede observar en la Fig 7.9.

Como se indicó arriba, el sistema estructural está resuelto con marcos de acero y
aparentemente no presentó problemas de comportamiento ante el viento.
Probablemente, los elementos de las fachadas se consideraron elementos no
estructurales, que no contribuyen en rigidez y resistencia a los marcos de acero. Sin
embargo, sí debieron diseñarse para resistir los empujes y las succiones debidas al
viento. En las fotografías de las Fig 7.9 se puede observar claramente que el viento
desprendió los elementos de las fachadas oeste y este, lo que generó una conformación
tipo túnel en el interior de los departamentos, aspecto que pudo provocar, de haber
estado ocupado el inmueble, pérdidas humanas y materiales.

Este edificio puede considerase el ejemplo extremo de lo inadecuado que resulta la


omisión del diseño de los elementos no estructurales. Los elementos de la fachada, en
este caso elementos que conforman el borde de las propiedades en el espacio
condominio, no fueron diseñados contra el viento. Estos elementos de borde
probablemente no podrían contener el impacto de un objeto pesado en movimiento,
aspecto que resulta inaceptable desde el punto de vista de seguridad del usuario y de
sus bienes.

Fig 7.9 Vista general de la fachada oeste y detalle de la fachada este del edificio de
departamentos de 18 niveles en la ciudad de La Paz

180
En la Fig 7.10a se muestra otro edificio de condominios con algunas pérdidas de la
cubierta de su fachada. Como se observa, los elementos de borde del edificio están
recubiertos también con paneles prefabricados montados sobre perfiles ligeros como el
edificio anterior. El uso de este tipo de materiales en elementos de borde parece ser una
práctica común en la región; sin embargo, es evidente que estos no han sido diseñados
para resistir los empujes de los vientos huracanados. En la Fig 7.10b se aprecia que para
los trabajos de reparación de este edificio se siguen empleando el mismo tipo de
materiales, a pesar de haber tenido un inadecuado comportamiento durante el paso del
huracán Odile.

a) b)

Fig 7.10 Edificio de condominios de la ciudad de La Paz. (a) Pérdida parcial de la


cubierta de la fachada y (b) trabajos de reparación

Otro caso interesante es el del inmueble de un hotel cerca del Aeropuerto Internacional
de San José del Cabo (Fig 7.11). Es un edificio de siete niveles resuelto con marcos de
concreto reforzado y muros de mampostería de bloque de cemento-arena. Es importante
notar la diferencia de los elementos de borde de este edificio de hotel, con los elementos
de borde de los edificios de condominios presentado en párrafos anteriores. En este

181
edificio son constituidos con muros de mampostería confinada de diseño adecuado y
suficiente, que no presentan daño alguno ante la demanda de presiones generadas por
los vientos del huracán Odile.

El problema en este inmueble se presentó en los elementos de fachada, los cuales son
paneles que se fijan en marcos metálicos (Fig 7.11). Estos se anclan a los elementos
estructurales del edificio, muros, trabes y columnas. El daño de este edificio no
repercutió en su inhabilitación. El edificio permaneció con servicio parcial, debido
principalmente a la falta de energía eléctrica y al suministro de agua potable en la zona.

Fig 7.11 Vista de un hotel en las cercanías del Aeropuerto Internacional de Los Cabos

En las fotos de la Fig 7.12 se muestran los detalles de fijación de los recubrimientos de
fachadas. Los paneles de los recubrimientos se fijan con tornillos de acero normal, sin
ninguna preparación especial, lo que los hace susceptibles a la oxidación. Además, en
las esquinas y en la parte superior del edificio no existe ningún remate especial, solo se
apreció que se incrementa el número de tornillos. Ante la acción de fuertes vientos,
algún panel puede fallar y desencadenar el desprendimiento generalizado de los otros
paneles. Aunado a ello, puede ocurrir el impacto de objetos que perforen un panel, lo
que también puede desencadenar la falla de los recubrimientos de fachadas.

182
Fig 7.12 Detalle de los elementos de fijación de los paneles de fachada de un hotel en
las cercanías del Aeropuerto Internacional de Los Cabos

Otro hotel en la ciudad de Los Cabos presentó un problema similar al anterior, solo que
en este caso los elementos de borde carecían de muros de mampostería o concreto y
solo estaban compuestos por paneles prefabricados que fallaron por un inadecuado
anclaje (Fig 7.13).

En la Fig 7.14 se muestra el daño ligero provocado por el impacto de proyectiles en parte
de la fachada de un hotel en La Paz.

En la Fig 7.15 se muestra el daño grave producido por las presiones de empuje del viento
en una de las puertas en una habitación en un hotel en Los Cabos. El daño en las puertas
provocó que el viento y la lluvia penetraran, lo que provocó graves daños en los
elementos no estructurales (p. ej., ventiladores) y contenidos al interior de la habitación.

Acorde con el encargado, se informó que varias habitaciones quedaron sin servicio por
días debido a la que lluvia provocó moho en los cuartos y humedecimiento de las
alfombras que tuvieron que ser retiradas.

183
Fig 7.13 Desprendimiento de los elementos de borde prefabricados en un
hotel de la ciudad de Los Cabos

184
Fig 7.14 Daños en la fachada de la edificación de un hotel en La Paz

Finalmente, se puede deducir al observar las Figs 7.13 a 7.15 que la falla de los
elementos de recubrimiento, ventanas o puertas de una construcción tiene un gran
número de resultados indeseables: (1) presiones internas altas que podría poner en
riesgo a la construcción, (2) penetración de viento y lluvia dentro del edificio que produce
severos daños en elementos no estructurales y contenidos, (3) generación adicional de
escombros que se convierten en proyectiles que dañan construcciones aledañas y
(4) posibilidad de que los proyectiles debido a los escombros desplazados por vientos
fuertes del edificio dañen a personas en el interior o exterior de este.

Fig 7.15 Daños en la puerta de habitación de un hotel en Los Cabos

185
7.6 Conclusiones

Los daños en edificaciones, en general, se localizaron en la estructura de techo (debido


a que son techos ligeros de lámina) y en los elementos de fachada, y por lo tanto,
generaron la pérdida del menaje. Los elementos verticales de las estructuras (en la
mayoría de los casos muros y columnas) generalmente no presentaron daños
estructurales.

Las estructuras de protección contra el sol, en los patios de las escuelas de educación
básica, tienden a fallar principalmente por la pérdida de la resistencia original ocasionada
por la corrosión en la base de las columnas. En general el comportamiento es adecuado;
sin embargo, al no considerar el diseño por viento en elementos no estructurales, se
presentó daño en niveles y densidad que motiva la suspensión de labores. Es necesario
incluir instalaciones y elementos no estructurales en el proceso de diseño.

Los daños en fachadas fueron consecuencia del uso o colocación de materiales


inadecuados para la resistencia de los vientos huracanados. Es probable que estos
elementos, por ser hechos de paneles prefabricados, sean considerados no estructurales
y no haber sido diseñados adecuadamente. Si el uso de estos materiales es indispensable
para mejorar el aislamiento térmico de los edificios, es necesario que se le dote de un
sistema de anclaje más eficiente, capaz de resistir el embate de los huracanes.

Acorde con los daños observados, se considera que la falla de los elementos de
recubrimientos, ventanas o puertas de una construcción tiene un número de resultados
indeseables: (1) presiones internas altas que podrían poner en riesgo a la construcción;
(2) penetración de viento y lluvia dentro del edificio que produce severos daños en
elementos no estructurales y contenidos; (3) generación adicional de escombros que se
convierten en proyectiles generando daños en construcciones aledañas; y 4) posibilidad
de que los escombros del edificio, que son desplazados por vientos fuertes, se conviertan
en proyectiles y dañen a personas en el interior o exterior de este.

Finalmente, para mejorar el comportamiento de las edificaciones ante la acción de un


huracán es necesario tomar en cuenta la recurrencia de daños y fallas en sistemas
estructurales y en elementos no estructurales que pueden afectar el comportamiento de
edificaciones.

186
8. VIVIENDA

Coordinadores

Marcos Mauricio Chávez Cano Juan José Pérez Gavilán Escalante

Colaboradores

Adrián Pozos Estrada Miguel Ángel Jaimes Téllez


Eduardo Reinoso Angulo David Murià Vila
Fernando Peña Mondragón Oscar López Bátiz
Jorge Emilio Arboleda Villagómez José Alberto Escobar Sánchez

187
8.1 Introducción

En este capítulo se describen los daños que se presentaron en viviendas ubicadas en la


península de Baja California después del paso del huracán Odile.

De acuerdo con la Comisión Nacional de Vivienda (CONAVI, 2010), las viviendas pueden
clasificarse de distintas formas: por su precio final en el mercado (económica, popular,
tradicional, media, residencial, residencial plus) y por la forma de construcción, que
puede ser por encargo a desarrolladores privados o por autoconstrucción. En este trabajo
las viviendas se clasifican en dos tipos: informales y formales.

Dentro del grupo de viviendas informales se encuentran las viviendas marginales, que
son el resultado de asentamientos irregulares y que se desarrollan sin ajustarse a los
ordenamientos establecidos. Generalmente son construidas con materiales precarios,
como lámina y cartón. También se consideran las viviendas de mampostería y con
cubierta de concreto reforzado, pero que son el resultado de la autoconstrucción, sin
seguir algún proceso formal de diseño.

La vivienda formal incluye toda edificación que se considera que fue construida acorde
con los reglamentos de construcción locales. Aunque no se tiene plena certeza de que
estas hayan sido construidas bajo estos lineamientos, muestran un aspecto muy distinto
a las viviendas informales. En este grupo se encuentran casas, condominios y
multifamiliares, entre otros.

Como suele ser el caso en este tipo de eventos meteorológicos, los daños a la vivienda
se concentraron en las colonias de más bajos recursos y asentamientos irregulares. La
mampostería confinada con castillos y dalas tuvo en general un buen comportamiento.
Los daños a la vivienda formal fueron menores de acuerdo con lo reportado por la
Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU). En las zonas
residenciales, los daños se limitaron a tejados y algunas roturas de vidrios, salvo en muy
pocos casos en que hubo daños severos. En relación con la vivienda formal, la SEDATU
estimó en 5046 viviendas las dañadas por el huracán. Conforme a las revisiones
realizadas, 3512 de estas viviendas se localizaron en Los Cabos, 1071 en La Paz y el
resto se concentró en los demás municipios. En Los Cabos hay 47 desarrollos de
viviendas de INFONAVIT, 32 en La Paz y el resto están concentrados en los municipios
restantes.

No se observaron daños estructurales en las viviendas de mampostería, las cuales


resistieron adecuadamente los vientos del huracán. En pocos casos se observaron bardas
volteadas, pero en la mayoría de estos casos se pudo corroborar que el diseño de las
bardas no fue el adecuado. Los castillos, cuando existían, no estaban espaciados
debidamente o no tenían el acero de refuerzo requerido. En contraste, se observó el
caso de una barda de más de 5 m de altura completamente aislada y con gran exposición
al flujo del viento, en perfectas condiciones, con un diseño adecuado por medio de
castillos y dalas.

188
8.2 Descripción de los daños

8.2.1 Vivienda de construcción informal

En la Fig 8.1 se muestra una vista panorámica de una zona con vivienda informal de La
Paz. Se distinguen los techos de lámina desprendidos, techos de madera que estaban
recubiertos de lámina y viviendas totalmente destruidas por el huracán.

Fig 8.1 Vista de daños en viviendas ubicadas en asentamientos irregulares

189
Se hizo un recorrido por colonias de bajos recursos de la ciudad de La Paz, como La
Rinconada, Flores Magón, Francisco Villa, 3 de Mayo, entre otras. Las viviendas en estas
colonias eran, en el mejor de los casos, de mampostería con techos de lámina. En los
casos más desfavorables, estas eran completamente de lámina o madera, construidas
de manera rudimentaria. El principal daño observado en las viviendas de mampostería
fue la pérdida de sus techos. Esto provocó que el contenido en su interior fuera
totalmente dañado por el huracán. Las viviendas precarias no resistieron el impacto del
meteoro y fueron completamente destruidas. En el capítulo 4 se muestran los sitios
inspeccionados.

En otro ejemplo (Fig 8.2) se observa una estructura de mampostería sin daños, rodeada
de viviendas de lámina totalmente destruidas. Esta concentración de daños se debió a
que algunos de los terrenos donde se encontraban asentadas estas colonias habían sido
invadidos, y por la incertidumbre de no saber si en algún momento pueden ser
desalojados, los pobladores evitan construir viviendas de mejor calidad y por ende más
resistentes.

http://goo.gl/S1uXn

Fig 8.2 Vista de una vivienda de mampostería rodeada de


viviendas informales destruidas

En general, las viviendas informales de lámina sufrieron los mayores daños. En la


Fig 8.3 se muestra el daño total de una de esas viviendas de lámina. En la Fig 8.4 se
observan daños en techos de lámina, y la mampostería, en buenas condiciones. En la
Fig 8.5 se aprecia el daño total de la techumbre de una estructura en donde la
mampostería sufrió daños de consideración debido a que se trataba de mampostería
simple, sin ningún tipo de refuerzo. No se observan castillos en los extremos de los
muros ni dalas para recibir a los largueros donde se conectan los techos de lámina.

190
Fig 8.3 Daño total en viviendas precarias (http://goo.gl/x9mPMW)

Fig 8.4 Vista aérea de algunas viviendas en La Paz (izquierda) y


en una zona rural (derecha)

Extremo de muro sin castillo, Sin castillo


no se observa dala en el
extremo superior

Fig 8.5 Daños en viviendas de mamposteria no reforzada en Todos Santos

191
En la Fig 8.6a se presenta el caso de una vivienda de mampostería con cubierta de
láminas de fibra de vidrio acanaladas soportadas por perfiles PTR que resistió el huracán.
Su buen comportamiento se atribuye a la presencia de castillos en los extremos de los
muros e incluso en los bordes de ventanas. En la Fig 8.6b se muestra la vista interior de
esta estructura con leves muestras de deterioro debido a corrosión. Sin embargo, los
perfiles están apoyados en elementos de concreto y, aunque endeble, la sujeción del
techo a los largueros fue suficiente al ser uniformemente espaciada. La lámina del techo
en estos tipos de estructuras sufrió daños reparables. Aunque los daños en techos de
lámina fueron una constante, pudieron observarse algunos casos en que estos
resistieron las acciones del viento.

Dala

Castillos

a) b)

Fig 8.6 Vivienda de mampostería con techo de lámina de fibra de vidrio que resistió al
huracán en San José del Cabo: a) vista exterior y b) vista interior

Otro tipo de daño muy común en viviendas de mampostería con cubiertas de concreto
fue la rotura de vidrios de ventanas donde, como en el caso de los techos, una vez
perdida la protección externa de la construcción, el interior sufre grandes daños en los
componentes no estructurales y contenidos. Aunque la visita se realizó varios días
después de ocurrido el meteoro, se pudieron apreciar muchos objetos esparcidos por el
viento. Se presume que dichos objetos causaron, en muchos casos, las roturas de
vidrios, en parte por los impactos observados en muros que dejaron marcas en los
recubrimientos. También se encontraron casas en donde los vidrios de las ventanas aun
después de diez días de ocurrido el huracán tenían adheridos cintas adhesivas. Estas son
para evitar que, si se llegara a romper el vidrio, los pedazos no se dispersen al interior
(Centro Meteorológico UADY, 2014) (Fig 8.7).

192
Fig 8.7 Refuerzo en ventana con cinta adhesiva

En la Fig 8.8 se observa una barda colapsada, donde es evidente que el elemento de
concreto que podría haber sido un castillo está reforzado, al parecer, con una armadura
de acero prefabricada de diámetro inferior a 3/8” que resultó inadecuada para resistir
las fuerzas debidas al viento. El castillo falló al ser sometido a un esfuerzo mínimo de
tensión debido a la flexión en el muro fuera del plano. En la Fig 8.9 se muestra una
barda con un castillo debidamente reforzado, aunque no se aprecia la dala; el refuerzo
fue suficiente para resistir las fuerzas debidas a la acción del viento. La falla en bardas
se discute ampliamente en el capítulo 10.

Armadura prefabricada de acero

Fig 8.8 Barda colapsada por un inadecuado acero de refuerzo en castillos

193
Armadura de acero
prefabricada en combinación
con acero de refuerzo
longitudinal de 3/8”

Fig 8.9 Barda sin ningún problema, con castillos, aunque sin dala de remate

8.2.2 Vivienda de construcción formal

En las viviendas formales no se apreciaron daños estructurales (Fig 8.10), solo algunas
hendiduras en el recubrimiento de las paredes debidas al impacto de proyectiles y rotura
de ventanas y puertas.

Fig 8.10 Vista de conjuntos habitacionales

194
Un caso particular de daño observado en conjuntos habitacionales ubicados en las
márgenes de ríos transitorios fue el daño de bordos construidos para prevenir
inundaciones. Aunque este daño no ocurre precisamente en las viviendas, su efecto
puede ocasionar severos daños en ellas. Este tipo de ríos permanecen la mayor parte
del tiempo prácticamente secos (efímeros), pero con la llegada de Odile, el caudal tuvo
una crecida violenta que provocó la socavación de estas estructuras, tal y como se
observa en la Fig 8.11. La falla pudo deberse a que el bordo aún estaba en construcción
y parte de él no contaba con el recubrimiento de concreto reforzado para evitar la
socavación.

Fig 8.11 Socavación de bordos construidos para la prevención de inundaciones

En viviendas residenciales tampoco se observaron daños estructurales importantes. El


tipo de daño presentado fue similar al resto de las viviendas formales. Los daños que
sufrieron fueron principalmente debido a la rotura de puertas y ventanas generadas por
la presión del viento y el impacto de proyectiles (Fig 8.12a). Otro tipo de daño muy
recurrente fue la pérdida de las tejas de las azoteas, aunque estas son decorativas o
para la protección térmica de los inmuebles, instaladas como recubrimiento de losas de
concreto reforzado; su desprendimiento puede ocasionar severos daños en otras
estructuras o mobiliario urbano al salir proyectadas (Fig 8.12b). El procedimiento de

195
instalación de las tejas varía; en algunos casos solamente son sobrepuestas o clavadas
o ligadas a la losa mediante un mortero de cemento, o en el caso de techos a dos aguas,
sujetas con alambre y colgadas, para permitir el flujo de aire a través de ellas y favorecer
la protección térmica. Estos procedimientos deben ser revisados, y también es necesario
proponer anclajes eficientes que reduzcan la posibilidad de que ocurra algún
desprendimiento de las tejas y, en este caso, mitigar los daños que estas puedan causar
a construcciones cercanas.

a)

b)

Fig 8.12 Daños en vivienda residencial: (a) rotura de ventanas y


(b) desprendimiento de tejas

Los contenidos de las viviendas que presentaron rotura de vidrios, que permitieron la
entrada del viento, sufrieron importantes daños (Fig 8.13a). Algunas de estas viviendas,
a pesar de contar con cortinas antihuracanes, no fueron suficientes para soportar la
presión y la succión del viento y el impacto de proyectiles (Fig 8.13b). Por el tipo de
vivienda es probable que los contenidos tuvieran gran valor y las pérdidas fueran aún
más cuantiosas. En otras viviendas se encontraron habilitaciones para colocar
protecciones de madera o láminas metálicas en las ventanas (Fig 8.13c). Al parecer este
tipo de protección tuvo resultados adecuados.

196
a)

b)

c)

Fig 8.13 Viviendas residenciales: (a) daños en contenidos, (b) daños en cortinas
antihuracanes y (c) protecciones en ventanas que tuvieron un
comportamiento adecuado

197
Finalmente, en la ciudad de La Paz se observó que era común la pérdida de las tapas
sobrepuestas de los tinacos de agua que se encuentran en las azoteas de las casas, por
no contar con rosca para su sellado (Fig 8.14). Por un lado, estas tapas al salir volando
se convierten en proyectiles que llegan a impactar otras estructuras. Por otro, el agua
contenida en los tinacos sin tapa puede llegar a contaminarse. Esto último, al
conjuntarse con las altas temperaturas propias de la zona, eleva el riesgo de
contaminación del agua y la proliferación de enfermedades.

Fig 8.14 Tinacos de agua sin tapas

8.3 Conclusiones y recomendaciones

Los daños observados en la vivienda causados por el paso del huracán Odile en Baja
California Sur se pueden clasificar en daños a la vivienda informal, que fueron muy
severos con pérdidas totales en muchos casos, especialmente los de viviendas de lámina,
y los daños a la vivienda formal, que se pueden considerar como menores o reparables.
Las estructuras de mampostería confinada en general mostraron un comportamiento
adecuado. No fue el caso de la mampostería sin reforzar.

Sería útil incrementar los esfuerzos que han hecho algunas instituciones, como la
Sociedad Mexicana de Ingeniería Estructural, en la realización de guías de
autoconstrucción de vivienda. Estas guías desarrolladas en forma simple y didáctica,
presentan recomendaciones para la construcción de la cimentación, reforzamiento de
muros con castillos y dalas, y otros aspectos estructurales de importancia, de viviendas
de uno o dos niveles. Estas guías pueden repartirse en casas distribuidoras de materiales
de construcción o directamente en colonias populares. De esta forma podrían reducirse
los daños a estas estructuras informales y, a su vez, reducir el desastre social que la
pérdida de la vivienda significa.

Finalmente, mientras las recomendaciones de códigos de construcción recientes han


reducido las fallas estructurales en viviendas durante eventos huracanados, la intrusión
de viento y agua debido a un ciclón tropical es un problema recurrente en las viviendas
localizadas en zonas propensas a huracanes. El ingreso del viento y el agua es un peligro
significativo para las construcciones y sus contenidos. Por lo tanto, es necesario crear

198
guías consistentes con la práctica actual de construcción para mitigar este problema no
estructural en áreas propensas a este tipo de amenaza.

8.4 Referencias

CONAVI (2010), Código de Edificación de Vivienda, México

Centro Meteorológico UADY (2014), Recomendaciones para la Temporada de Huracanes.


http://goo.gl/SwF2k4.

199
9. ESTRUCTURAS HISTÓRICAS Y ANTIGUAS

Coordinador

Fernando Peña Mondragón

Colaboradores

Marcos Mauricio Chávez Cano David Murià Vila

201
9.1 Introducción

En este capítulo se describe el comportamiento que tuvieron las estructuras históricas y


antiguas de la península de Baja California Sur ante el embate del huracán Odile.
Primeramente se debe definir la diferencia entre estructuras históricas y estructuras
antiguas. En este trabajo se entiende como estructura histórica aquella que por sus
características posee algún valor intrínseco que sea necesario conservar; mientras que
una estructura antigua es aquella en la que se ha superado su vida útil varias veces y
fue construida principalmente con métodos o materiales que no se utilizan en la
actualidad, pero que por sus características no posee algún valor intrínseco que sea
necesario conservar.

Cuando hablamos de los valores intrínsecos de una estructura histórica nos referimos a
todo aquello que se podría perder, sea tangible o intangible, en caso de la desaparición
de dicho inmueble. Grosso modo podemos clasificarlos en cinco valores (Peña, 2010):

 Arquitectónico. Además del estilo arquitectónico, la distribución de espacios, usos


y modificaciones a lo largo de su historia forman parte del valor cultural del
edificio histórico.
 Artístico. El valor artístico reside tanto en su arquitectura, como en todos los
demás elementos que le proporcionan una identidad al edificio, como frescos y
pinturas murales, elementos de adorno (cielos rasos, adornos en columnas y
muros, pisos, etc.), bienes muebles conservados en el interior del edificio, etc.
 Económico. Los edificios y centros históricos son, muchas veces, la atracción
principal de una ciudad, ya que crean beneficios económicos directos e indirectos.
 Histórico. El valor cultural histórico de un inmueble no se refiere únicamente a la
época en que fue construido, sino también a todos los hechos de que ha sido
testigo mudo. Como por ejemplo, la casa en donde vivió cierto personaje de la
historia, o lugar donde se redactó o firmó cierto acuerdo.
 Ingenieril. La concepción estructural de un edificio histórico es también parte de
su valor cultural. Este valor muestra en forma tangible las antiguas técnicas de
construcción y los materiales usados. Las estructuras de los monumentos
constituyen sin duda alguna un documento histórico y un legado vivo de las
habilidades de los antiguos constructores.

Asimismo, tanto las construcciones históricas como las antiguas se pueden dividir en
tres tipos: religiosas (iglesias y conventos), civiles (edificios urbanos, residenciales o
bodegas) y especiales (chimeneas, torres, bombas de agua). La mayoría de estas
edificaciones se realizaron de mampostería sin reforzar (de piedra o ladrillo), algunas de
adobe y la mayoría presentan techos de madera; sin embargo, no es raro encontrar
algunas construcciones de hierro o acero (como en el caso de las bombas de agua
eólicas) e incluso algunas estructuras de concreto.

En general, las estructuras históricas y antiguas son masivas, pues son estructuras de
gravedad donde se buscaba que todos los elementos estuvieran sometidos únicamente

202
a esfuerzos de compresión. Esto se observa principalmente en las estructuras de
mampostería. Debido a lo anterior, los efectos del viento son poco significativos para
este tipo de construcciones. Sin embargo, las construcciones ligeras de madera o de
mampostería con techos ligeros son vulnerables a los efectos del viento, así como
también las estructuras altas y esbeltas como las torres de mampostería.

Un ejemplo de esto se observó con los daños generados en algunas estructuras históricas
en Estados Unidos de América por el huracán Sandy, en 2012 (FEMA, 2012). En este
caso, la iglesia de All Saints Episcopal, ubicada en Bay Head, Nueva Jersey, resultó
inundada, pues en esa zona las aguas pluviales alcanzaron aproximadamente 2 m de
altura. Dentro de la iglesia el agua alcanzó una altura de más de 1.3 m, lo cual destruyó
el piso del santuario. La inundación y el flujo del agua destruyeron parte de los muros
de la parte trasera de la iglesia (Fig 9.1a). La casa parroquial, situada en un punto de
menor altura que la iglesia, fue arrasada en su totalidad por el flujo del agua debido a
la tormenta.

a) b)

Fig 9.1. Daños en la iglesia All Saints Episcopal (FEMA, 2012): (a) vista del conjunto y
(b) detalle de uno de los muros de madera

Debido a que la construcción es en su totalidad de madera, parte de los esfuerzos de


intervención consistieron en la limpieza y el secado del inmueble. Se retiraron los pisos
de madera, así como los paneles de yeso y aislamiento desde el nivel del suelo hasta
1.5 m de altura fueron retirados. Para que el edificio se secara poco a poco se usó
ventilación natural (Fig 9.1b), el revestimiento exterior de cedro y el aislamiento térmico
fueron también retirados desde la base hasta una altura de 1.5 m. Finalmente se hace
notar que en este caso los daños principales se debieron al efecto del agua y a la
inundación, debido al huracán y no a los efectos propios del viento sobre la estructura.
El techo ligero de madera no sufrió daños de consideración.

203
Otro ejemplo fue el auditorio de Ocean Grove, New Jersey, construido en 1894 con una
variante del estilo gótico Ruskinia (FEMA, 2012). Una de las características principales
de este auditorio es su acústica, la cual destaca por haber sido diseñada en el siglo XIX,
así como un sistema de ventilación donde la brisa del mar cruza a través del piso y sale
por el techo por medio de conductos circulares. El principal daño se presentó en el techo,
donde una ráfaga de viento de 143 km/h levantó una sección de unos 370 m2, la cual
corresponde a un 20 % del área total del techo (Fig 9.2). El techo había sido
recientemente sustituido en 2007 y estaba formado por una base de madera
contrachapada, cielo raso de madera y un acabado de techo de metal de acero
inoxidable.

Fig 9.2 Vista de los daños del auditorio Ocean Grove (FEMA, 2012)

A continuación se describirá el comportamiento observado en este tipo de construcciones


durante el huracán Odile. Las estructuras se dividieron en tres tipos: construcciones
religiosas (iglesias), construcciones civiles (edificios, casas habitación, bodegas) y
especiales (chimeneas, bombas de agua).

9.2 Construcciones religiosas

Las edificaciones religiosas que se visitaron fueron las misiones jesuitas de Nuestra
Señora de La Paz, en La Paz, y la iglesia de Santa Rosa de Todos Santos, así como
también la capilla de Nuestra Señora de Guadalupe, en El Triunfo. Las iglesias de La Paz
y el Triunfo cuentan con un techo a dos aguas, soportado por elementos de madera; las
cubiertas son de tejas, para la primera, y de láminas metálicas, para la segunda. La
iglesia de Todos Santos cuenta con una bóveda de concreto.

La Fig 9.3 muestra la iglesia de Nuestra Señora de La Paz, en La Paz, la cual fue una
misión jesuita fundada en 1861, mientras que las torres fueron añadidas en 1910 y

204
1920. Es una iglesia de mampostería de piedra con techumbre de madera. A lo largo del
tiempo ha sido intervenida, como se puede observar al comparar los dos campanarios
(Fig 9.3). Estructuralmente hablando no presentó daños debido al huracán. Los daños
que se presentaron fueron la caída de la cruz del imafronte, en la fachada principal y
unas tejas de madera del techo principal y de la cubierta de unas de las torres (Fig 9.4).

a)

b)

Fig 9.3 Iglesia de Nuestra Señora de La Paz: a) fachada principal y b) interior

a) b)

Fig 9.4 Daños en la techumbre de madera: a) nave principal y b) torres

205
La iglesia de Santa Rosa de Todos Santos fue inicialmente una misión jesuita construida
en 1733. Sin embargo, el templo que se conserva actualmente no es el construido en el
siglo XVIII (Fig 9.5). El conjunto religioso consta de una iglesia principal, de marcos y
techo de concreto reforzado (Fig 9.6a) y una capilla a la entrada de la iglesia principal
más antigua de mampostería y techo de madera (Fig 9.6b).

Fig 9.5 Exterior de la iglesia de Santa Rosa de Todos Santos

a) b)

Fig 9.6 Interior de la iglesia: a) iglesia principal y b) capilla

La iglesia no sufrió daños estructurales debido al huracán; sin embargo, recibió el


embate de proyectiles lanzados por los vientos huracanados. La fachada presenta
diversos desprendimientos del recubrimiento por el impacto de los proyectiles (Figs 9.5
y 9.7a), y una de las puertas laterales de la iglesia quedó dañada por el impacto de un
proyectil (Fig 9.7b).

206
a) b)

Fig 9.7 Daños en la iglesia debido al impacto de proyectiles: (a) fachada y


(b) puerta lateral

La parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe de El Triunfo data de la segunda mitad


del siglo XIX. La iglesia tiene forma de cruz latina y las paredes son de mampostería de
piedra y de ladrillo, aunque hay algunos muros de adobe. La techumbre es de dos aguas
con vigas de madera y cubierta a base de láminas (Fig 9.8). A diferencia de las iglesias
de La Paz y de Todos Santos, la iglesia de El Triunfo sufrió daños significativos en la
cubierta (Fig 9.9). Asimismo, en la fachada principal se aprecian daños por impacto de
proyectiles (Figs 9.8 y 9.10b).

Este daño se debió principalmente a la acción del viento, el cual levantó las láminas del
techo, arrancando en algunos casos las láminas con parte de las vigas de madera
secundarias donde estaban clavadas, mientras que el sistema de vigas de madera
principal permaneció en su posición original. Esto indica que la falla se debió al sistema
de anclaje de las láminas con la viguería de madera y probablemente al deterioro de la
madera de las vigas secundarias (Fig 9.10). Es interesante que las láminas que se
desprendieron fueron las que se encontraban en los extremos de la nave. Es decir, una
zona corresponde a la fachada principal y la otra al ábside, mientras que la techumbre
del centro permaneció sin daño. Esto puede deberse a la dirección con que golpeó el
viento a la estructura.

207
Fig 9.8 Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe de El Triunfo

a)

b)

Fig 9.9. Daños en la cubierta de la iglesia: a) vista exterior y b) vista interior

208
a)

b)

Fig 9.10 Detalles de los daños en cubierta: a) ábside y b) fachada

La parroquia está localizada junto al cauce de un arroyo, donde existe un muro de


contención de reciente construcción. Este muro solo abarca la dimensión del templo,
pero no todo el lindero del predio colindante con el cauce del arroyo. En el tramo donde
no hay muro, el talud del cauce del arroyo evidencia deslaves y se aprecian indicios que
durante el paso del huracán Odile continuó este deslave, lo cual incrementa el riesgo de
un posible deslizamiento del talud y daño a las edificaciones de la parroquia (Fig 9.11).

Fig 9.11 Zona colindante con el arroyo: (a) vista desde el puente El Triunfo y
(b) detalle del deslave del terreno colindante al arroyo

209
9.3 Construcciones civiles

En la comunidad de El Triunfo se visitó el edificio municipal que funciona como biblioteca


y cuenta con un patio central. Este edificio es de adobe, aunque presenta intervenciones
de mampostería de ladrillo (Fig 9.12). La estructura principal del edificio no sufrió daños
significativos. Sin embargo, la techumbre que rodea al patio principal sufrió daños
severos y una de sus alas se colapsó (Fig 9.13). Dicha techumbre es una estructura
ligera de vigas de madera cubiertas con láminas metálicas.

Si bien el daño observado fue a causa de los vientos huracanados, cabe mencionar que
la casa municipal mostraba signos de falta de mantenimiento y en algunas partes de
abandono, por lo que se combinaron ambos efectos. La Fig 9.14 muestra dos detalles
de la techumbre. En la Fig 9.14a se observa cómo parte de las vigas de madera del techo
se encuentran podridas y las láminas oxidadas, por lo que todo el sistema de techo se
colapsó. El sistema de anclaje es con clavos y rondanas, el cual en algunos casos resultó
insuficiente. La Fig 9.14b muestra cómo falló un apoyo de la techumbre y la falta de
mantenimiento del sistema de vigas.

Fig 9.12 Casa municipal de El Triunfo

210
a) b)

c)

Fig 9.13 Patio principal de la casa municipal de El Triunfo: a) vista general, b) sistema
de apoyo de un ala del patio y (c) detalle del sistema de techumbre

Fig 9.14 Detalles de la techumbre: a) sistema de conexión y b) apoyo

211
Dentro de las construcciones civiles hay dos ejemplos interesantes en la comunidad de
Todos Santos, las cuales presentaron comportamientos diferentes. El primero es el
teatro-cine General Manuel Márquez de León, el cual es de mampostería con un techo
ligero de lámina a cuatro aguas. Este teatro, edificado en 1943, tuvo un desempeño
correcto, pues no sufrió daño alguno en su techo de lámina (Fig 9.15). Por otra parte,
en contraesquina de la plaza del teatro, se encuentra la casa histórica de adobe de la
revolucionaria Dionisia Villarino La Coronela, la cual tuvo serios daños al desprenderse
por completo el techo de paja (Fig 9.16). Así mismo, se observa cómo una de las
esquinas de la construcción fue removida para su reconstrucción en mampostería de
ladrillo con el fin de tener una mejor unión entre los muros de adobe.

Fig 9.15 Teatro-cine General Manuel Márquez de León, Todos Santo

Fig 9.16 Casa de adobe de La Coronela, Todos Santos

Un daño típico en las construcciones de adobe y mampostería es la pérdida de los techos,


los cuales son ligeros y generalmente son de dos aguas, de vigas de madera y cubiertas

212
de paja o de tejas. Por ejemplo, la Fig 9.17 muestra una casa típica de mampostería en
La Paz que perdió las tejas de madera debido a la acción del viento.

Otro tipo de construcciones civiles antiguas son las fábricas y bodegas de la época. Por
ejemplo, en La Paz se visitó una antigua fábrica, una parte de la cual está abandonada,
mientras que otra tiene uso comercial. Se hace notar que la parte de la construcción que
se encuentra en uso, tiene un mantenimiento adecuado y prácticamente no se
detectaron daños. La construcción es de mampostería de ladrillo, con techo a dos aguas
de armaduras de madera y techos de lámina (Fig 9.18). El comportamiento satisfactorio
se debió principalmente al estado adecuado de conservación de la construcción, así como
a un detallado y anclaje correcto de la lámina al sistema de armaduras de madera, como
se observa en la Fig 9.19.

Fig 9.17 Daño típico en casas de mampostería en La Paz,


por pérdida de techumbre ligera

Fig 9.18 Estructura antigua de mampostería de ladrillo y techos de lámina

213
Fig 9.19 Detalle del sistema de techo

Por otra parte, los daños presentados en la fábrica en la zona abandonada se pueden
correlacionar más por el estado de abandono de la estructura y su falta de
mantenimiento que por el fenómeno del huracán propiamente (Fig 9.20).

Fig 9.20 Zona abandonada de la antigua fábrica

El abandono y la falta de mantenimiento de una estructura son unas de las causas


principales de la falla y, en algunos casos, del colapso de la estructura ante un evento
de esta naturaleza. Un ejemplo de esto es la antigua bodega de concreto que se
encontraba en la marina de Cabo San Lucas frente a las instalaciones de la Armada de
México. Por el estilo arquitectónico, pudiera ser de los años 50 del siglo pasado. De
acuerdo con una fotografía de Google Maps tomada en mayo de 2014
(http://bit.ly/18gravb) se observa que esta bodega se encontraba abandonada y en
desuso (Fig 9.21). Tras el paso del huracán quedó prácticamente destruida por completo
(Fig 9.22). En la Fig 9.23 se puede observar que los elementos de concreto se
encontraban dañados por la sal del mar, así como el refuerzo se encontraba ya oxidado.

214
Fig 9.21 Antigua bodega de concreto en la marina de Cabo San Lucas, fotografía de
Google Maps, mayo de 2014 (http://bit.ly/18gravb)

Fig 9.22. Antigua bodega de concreto en la marina de Cabo San Lucas después del
paso del huracán Odile

a) b)

Fig 9.23 Daños de la antigua bodega en la marina de Cabo San Lucas: a) caída del
sistema de techo y b) corrosión de los elementos de acero

215
9.4 Estructuras especiales

Dentro de las estructuras especiales se observaron dos tipos: chimeneas de


mampostería y bombas eólicas de agua. En particular se observaron tres chimeneas,
dos en el Triunfo y una en La Paz (Fig 9.24). A pesar de que este tipo de construcciones
pueden ser vulnerables al viento, debido a su altura y esbeltez, en las chimeneas de El
Triunfo no se pudieran apreciar daños estructurales debido al huracán. Sin embargo,
como se observa en la Fig 9.25, la chimenea de La Paz presenta un daño en la parte
superior. Parte de este daño ya se apreciaba en 2009 de acuerdo con imágenes de
Google Maps (http://bit.ly/1zbfMGv). Se hace notar que este tipo de daños es típico de
torres y es debido a los modos superiores de vibrar (Ivorra, 2014).

a) b)

Fig 9.24 Chimeneas de mampostería: a) El Triunfo y b) La Paz

a) b)

Fig 9.25 Daños en la chimenea de La Paz: (a) en 2009 (http://bit.ly/1zbfMGv) y


(b) en 2014

216
Otro ejemplo bastante interesante de estructuras antiguas especiales son las bombas
eólicas de agua. En La Paz se encontraron dos ejemplos de este tipo de bombas frente
al teatro de La Paz (Fig 9.26), una de las cuales falló en su parte superior debido al
pandeo de sus elementos estructurales, y se desprendió toda la parte superior. La otra
torre solo sufrió daños en unas de las aspas de la rueda. Por la forma como quedaron
los elementos colapsados parece que la falla se debió principalmente al golpe de un
proyectil, el cual impactó la rueda y la hizo caer. Esto se aprecia al ver como quedaron
las aspas de la rueda de la bomba que no alcanzó a colapsarse (Fig 9.27).

Fig 9.26 Bombas de agua eólicas en La Paz

Fig 9.27 Detalle de la parte superior de las bombas

217
9.5 Conclusiones

En este capítulo se describió el comportamiento observado por este tipo de


construcciones durante el huracán Odile. En general, no se presentaron daños
estructurales significativos, lo cual se debe principalmente a que este tipo de
construcciones son masivas y poco vulnerables a la acción del viento. Los principales
daños encontrados fueron de tres tipos: voladura de techumbre ligera, impacto por
proyectiles y colapsos parciales o totales.

La falla más recurrente en este tipo de estructuras fue la pérdida parcial o total de su
techumbre debido a la falta de mantenimiento de su sistema de viguerías de madera o
por un deficiente sistema de anclaje de las láminas. El sistema más común de anclaje
es a base de clavos y rondanas, el cual se ha visto que es poco eficiente. Por lo tanto,
sería conveniente sustituirlos por un sistema de pijas o de anclas que garanticen un
mayor agarre con la madera.

Los daños por el impacto de proyectiles en este tipo de fenómenos meteorológicos son
inevitables. Por lo tanto, ante una alerta eminente de huracán se debe tratar de asegurar
las partes más propensas a salir proyectadas para reducir el riesgo.

En las estructuras históricas y antiguas, al igual que en cualquier otro tipo de estructuras,
el mantenimiento es indispensable para reducir el posible daño por el impacto de un
huracán.

9.6 Referencias

FEMA (2013), Mitigation assessment team report: hurricane Sandy in New Jersey and
New York, Building performance observations, recommendations and technical guidance,
FEMA P-942, USA

Ivorra, S. (2014), Old industrial masonry chimneys: repairing and maintenance, 9th
International Conference on Structural Analysis of Historical Constructions – SAHC2014,
Keynote Lecture, Peña y Chávez editores, México

Peña, F. (2010), Estrategias para el modelado y el análisis sísmico de estructuras


históricas, Revista de Ingeniería Sísmica, 83, 43-63.

218
10. EQUIPAMIENTO URBANO

Coordinadores

Fernando Peña Mondragón Marcos Mauricio Chávez Cano

Colaboradores

Eduardo Reinoso Angulo Adrián Pozos Estrada


Miguel Ángel Jaimes Téllez David Murià Vila

219
10.1 Introducción

El equipamiento urbano se puede definir como el conjunto de objetos y piezas instalados


en la vía pública, en los que se realizan actividades complementarias a las de habitación
y trabajo, o bien en las que se proporcionan a la población servicios de bienestar social
y de apoyo a las actividades económicas (SAHOP, 1978). En este conjunto se pueden
incluir señalizaciones, alumbrado público, bancas, botes de basura, anuncios, esculturas
urbanas, fuentes, árboles, jardineras, paradas de transporte público, bardas,
parquímetros, elementos en parques y jardines, entre otros (Fig 10.1). El equipamiento
urbano contribuye considerablemente para mejorar la calidad de vida en los centros
urbanos, por lo que la pérdida de este no solo tiene un costo económico, sino también
un impacto en el bienestar de la sociedad y el buen funcionamiento de una población.

El equipamiento urbano es un factor indispensable en la imagen urbana. La falta del


equipamiento, de un funcionamiento inadecuado o un mal diseño pueden generar
problemas de urbanismo. Entre estos problemas se pueden mencionar (Bazant, 1998)
espacios incómodos y desagradables, falta de pertenencia al lugar, falta de orientación
o indefinición de espacios, inseguridad, pérdida de espacios de esparcimiento, entre
otros. Debido a lo anterior, un adecuado diseño estructural del equipamiento urbano es
indispensable para reducir las pérdidas después del paso de un huracán.

Fig 10.1 Ejemplo de un lugar público con equipamiento urbano.

A lo largo del recorrido se observaron diferentes tipos de falla en el equipamiento urbano.


El tipo de falla depende fundamentalmente del tipo de equipamiento que se trate, pero
hay tres factores fundamentales que influyen en la falla:

1. Velocidades de viento superiores a las de diseño

220
2. Un diseño estructural inadecuado (principalmente en empotramientos o
conexiones)
3. Falta de mantenimiento (corrosión, vandalismo, etc.)
4. Impacto de proyectiles por el paso del huracán, que puede llegar a ser letal, por
la fuerza con que viajan los proyectiles.

A continuación se describe el comportamiento observado del equipamiento urbano,


asimismo, se describen los tipos de daño y sus causas. Para esto, el equipamiento
urbano se dividió en señalizaciones y anuncios (señales de tránsito, anuncios
espectaculares y marquesinas, etc.), alumbrado público (postes y lámparas), parques y
jardines, bardas y cercas, entre otros rubros.

10.2 Señalizaciones y anuncios

En general, gran parte de las señalizaciones y anuncios sufrieron daños por el paso de
los vientos huracanados debido a:

1. Velocidades de viento superiores a las de diseño


2. Sujeción insuficiente de materiales de cubierta. Por ejemplo, hubo algunos casos
en que la estructura principal de las señalizaciones no fue afectada, pero sufrieron
pérdidas parciales de las láminas sobre las que se encuentra el contenido de la
señalización o anuncio por una inadecuada sujeción (Fig 10.2)
3. Diseño deficiente del anclaje que ocasionó la falla de las señalizaciones en la
conexión de la placa base con el dado de la zapata de cimentación (Fig 10.3)
4. Diseño deficiente de la cimentación que provocó el desplomo de la estructura o
la falla de la cimentación (Figs 10.4 y 10.5)
5. Diseño inadecuado por torsión de los postes que soportan las señalizaciones
sobre todo en las señalizaciones que están apoyadas en un poste, pues debido a
la presión del viento sobre la superficie de la señalización, algunos fallaron por
no tener la capacidad para resistir el momento de torsión en su extremo
inferior (Fig 10.6)
6. Diseño inadecuado por flexión de algunos postes (Fig 10.7).

Aunque estas estructuras no son vitales para el reinicio de actividades de una población
después del paso de un huracán, su falla debe evitarse, no solo por el costo directo que
esta representa, sino por los efectos que el impacto de elementos desprendidos (como
las láminas) puede provocar en edificios y vehículos, así como, en el peor de los casos,
en personas que pudieran estar buscando refugio, ocasionándoles heridas e incluso la
muerte.

221
Fig 10.2 Daño parcial en señalizaciones por una sujeción insuficiente de los letreros

Fig 10.3 Falla de la conexión atornillada con la zapata

Fig 10.4 Desplome de anuncio espectacular

222
Fig 10.5 Falla por volteo debido a una zapata de cimentación insuficiente

Fig 10.6 Falla por torsión de los postes

Fig 10.7 Falla por flexión en la base de los postes

La mayoría de los anuncios publicitarios perdieron su cubierta formada por materiales


textiles, policarbonatos o de láminas de acero, debido principalmente a una sujeción
insuficiente o por la baja resistencia que ofrecieron ante la presión inducida por el viento.
Una gran parte de estas estructuras están construidas con perfiles ligeros y en muchas
de ellas se observó que no habían sido diseñadas para resistir las fuerzas debidas a

223
vientos fuertes (Fig 10.8). Hubo algunos casos en que los anuncios fallaron por una
combinación de momento de volteo y por la degradación de la resistencia en la base de
los postes que los soportaban, debido a la corrosión (Figs 10.9 y 10.10).

Fig 10.8 Ejemplo de desprendimiento de elemento de cubierta


en un anuncio publicitario

Fig 10.9 Falla por corrosión en la base de los postes

Fig 10.10 Falla por corrosión en la base de los postes

224
Gran parte de los anuncios espectaculares que se observaron se mantuvieron en pie,
pues la estructura que los soporta junto con su conexión a la cimentación no presentaron
problemas. Sin embargo, las estructuras de perfiles ligeros en donde se apoya la
publicidad en la parte alta de las columnas presentaron pérdidas del material donde se
despliega la publicidad (láminas o lonas que al salir volando se convierten en
proyectiles), y en algunos casos quedaron completamente destruidas (Fig 10.11).

a) b)

Fig 10.11 Tipos de fallas en anuncios espectaculares: a) pérdida del material


anunciante y b) colapso de la estructura soportante

10.3 Alumbrado público

Una gran parte del alumbrado público sufrió daños tanto en la ciudad de La Paz como
en San José del Cabo y Cabo San Lucas. Las fallas más recurrentes fueron similares a
las de los anuncios espectaculares:

1. Desplome de los postes


2. Volteo total con la zapata de cimentación
3. Volteo inducido por el impacto de objetos arrastrados por los vientos
huracanados
4. Problemas en el anclaje de la placa base con el dado de la zapata de cimentación
por la presencia de corrosión o por insuficiencia del anclaje.

En general, el desplome y el volteo completo de los postes se debieron a que la


cimentación no fue suficiente para resistir el momento de volteo producido por los
vientos huracanados (Fig 10.12). Otro factor que influyó en la falla de estos postes fue
la corrosión acumulada por falta de mantenimiento, principalmente en la base del poste
donde van soldados a una placa base que les permite conectarse hacia el dado de la
zapata de cimentación (Fig 10.13). También el anclaje para sujetar los postes a la
cimentación resultó insuficiente (Fig 10.14). En muchos casos, quedó evidenciado que
el armado de los postes de concreto no resultaba suficiente para resistir el momento
producido por los vientos intensos (Fig 10.15). Una falla similar ocurrió con los postes

225
de acero, pues también se presentó la falla por flexión en la base del poste (Fig 10.16).
Algunos postes de madera fallaron por corte de la sección (Figs 5.2.13 y 5.2.18).

Fig 10.12 Desplome de postes de alumbrado público

Fig 10.13 Ejemplo de corrosión en la base del poste

Fig 10.14 Falla por sujeción deficiente de los postes con la zapata de cimentación

226
Fig 10.15 Fallas típicas en postes de concreto

Fig 10.16 Falla en poste de acero por flexión en la base

10.4 Parques y jardines

Los parques y los jardines sufrieron daños en sus bancas, jardineras y demás
instalaciones, principalmente por el impacto de diversos objetos que se fueron
desprendiendo de otras estructuras o que simplemente se encontraban en la trayectoria

227
del paso del huracán (Fig 10.17). Las canchas de baloncesto presentaron el volteo de
los postes que soportan sus canastas desde su cimentación. Este tipo de daño fue muy
común y fue debido principalmente a un anclaje insuficiente de la placa base del poste
con el dado de la zapata de cimentación o de un empotramiento deficiente de la zapata
de cimentación (Fig 10.18a). Aunque también fue posible encontrar daños debido al
impacto de proyectiles, como se observa en la Fig 10.18b.

Fig 10.17 Falla de jardineras debido a impacto de proyectiles

Fig 10.18 Ejemplo de falla de instalación deportiva:(a) falla de cimentación y


(b) daño por impacto de proyectiles

Dentro de las instalaciones deportivas de la Universidad Autónoma de Baja California


que prestan sus servicios a toda la comunidad en general, se encontraron daños en las
puertas de los cuartos de resguardo de los tableros eléctricos (Fig 10.19). Las puertas

228
se desprendieron con la fuerza de los vientos debido a un anclaje deficiente con la
superficie de soporte.

Fig 10.19 Fallas en cuartos de resguardo de tableros eléctricos del alumbrado de una
instalación deportiva

Otro de los elementos dañados fue la flora que forma parte del mobiliario urbano.
Algunos árboles sufrieron cortes por el impacto de proyectiles (Fig 10.20), mientras que
otros se cayeron debido a que no resistieron los vientos huracanados o el impacto de
proyectiles. Se observó que las palmeras se dañaron más cuando estaban plantadas en
banquetas con poco espacio para echar raíces, comparado con parques y zonas donde
las raíces se expandían naturalmente. Algunos otros perdieron sus ramas
(principalmente las palmeras) o se quedaron inclinados por la acción del viento.
Solamente en la ciudad de La Paz el huracán derribó cerca de 200 mil árboles (periódico
Reforma, 30 de noviembre de 2014).

229
Fig 10.20 Ejemplo de daño por impacto en flora (http://bit.ly/1Gzjvn3)

10.5 Bardas y cercas

Un caso particular de equipamiento urbano son las bardas, cercas y mallas para delimitar
alguna propiedad o terreno. Las bardas están construidas generalmente con
mampostería de ladrillo o de bloque; son elementos muy largos y esbeltos, los cuales
generalmente están dotados de castillos y en algunos casos de dalas de confinamiento.
El tipo de falla predominante fue fuera del plano, lo que generó el volteo del muro. Se
observó que en algunos casos los castillos no fueron suficientes para resistir la fuerza
del empuje de los vientos huracanados, y que en otros, no había dalas de cerramiento
(Fig 10.21). En otros casos el volteo se debió a una deficiente cimentación, en donde los
castillos mostraron refuerzo longitudinal y confinamiento inexistente o muy pobre
(Figs 10.22 a 10.24).

230
Fig 10.21 Falla típica en bardas por falta de dala de cerramiento

Fig 10.22 Falla en bardas por falla en la cimentación

Fig 10.23 Falla por escasez de armado

231
Fig 10.24 Evidencia del escaso refuerzo de acero de los castillos de las bardas

En algunos casos se encontraron cercas de colindancia formadas por columnas con rejas
empotradas entre ellas. Las columnas contaban con una zapata de cimentación y estas
se unían al resto de las otras columnas mediante una pequeña trabe. Este tipo de cercas
también fallaron por volteo junto con las zapatas y trabes de cimentación, y en algunos
casos, por el empuje de elementos caídos o el impacto de proyectiles (Figs 10.25 y
10.26).

Fig 10.25 Fallas en cercas de colindancia

Fig 10.26 Falla en cerca por impacto de elementos caídos o de proyectiles

232
Los terrenos cercados con sistemas de malla ciclónica fallaron por volteo, principalmente
por el impacto de diversos objetos proyectados por el viento. Otro tipo de cercas,
compuestas por paneles de acero cubiertos con lámina de acero sin perforaciones,
también fallaron por volteo. Esto debido a que este tipo de cubierta recibió el empuje
total del viento y los postes no contaban con contrafuertes lo suficientemente resistentes
para soportar este empuje (Figs 10.27 y 10.28).

Fig 10.27 Colapso de cercas metálicas

Fig 10.28 Falla en cercas metálicas

10.6 Otros tipos de mobiliario urbano

Un tipo de falla recurrente fue el volteo de elementos del mobiliario urbano que carecían
de elementos de sujeción adecuados para resistir el embate del huracán, por lo que al
ser impactados por los fuertes vientos o por proyectiles, dichos elementos simplemente
se volteaban, se colapsaban o salían proyectados (Fig 10.29).

233
En algunos casos, estos elementos, al salir proyectados (junto con las partes de otro
tipo de estructuras que también se desprendían), se impactaban en muros, automóviles
o con cualquier objeto que se encontrara a su paso (Fig 10.30).

Fig 10.29 Volteo y colapso de equipamiento urbano

Fig 10.30 Daños en vehículos por impacto de proyectiles

Otro tipo de mobiliario urbano que es común encontrar en zonas cálidas y de playas son
las palapas y techumbres cubiertas de hojas de palma. Este tipo de estructuras pueden
tener un adecuado desempeño si son dotadas de elementos de sujeción adecuados,
como el caso de las mallas (Fig 10.31).

234
Fig 10.31 Palapa cubierta con mallas

10.7 Conclusiones y recomendaciones

De acuerdo con el recorrido realizado, entre la ciudad de La Paz y el municipio de Los


Cabos, se puede concluir que el daño en el equipamiento urbano dependió, además de
la intensidad del viento, del tipo de equipamiento y su ubicación.

Aunque el daño en este tipo de estructuras es frecuente durante los huracanes, este
puede reducirse si se diseñan para trabajar bajo esas condiciones. Se sugieren las
siguientes recomendaciones:

1. Debido a que la falla predominante de los postes de anuncios, señalizaciones o


alumbrado público fue el volteo, debe revisarse que las zapatas de cimentación sean
diseñadas tomando en cuenta las condiciones del tipo de suelo y exposición del
viento, siguiendo las indicaciones de los reglamentos y las normas estándar de diseño
por viento, pues en algunos casos pareciera que en la práctica se emplea un mismo
diseño, independientemente de la zona donde se ubicarán. En el caso de los
señalamientos existe la Norma Oficial Mexicana NOM-034-SCT2-2011, que establece
los lineamientos y las consideraciones de diseño de los señalamientos. Se debería
revisar si las velocidades de diseño por viento fueron superadas por el huracán Odile.

2. El uso de lonas para el despliegue de publicidad favoreció a la reducción del daño en


sus estructuras soportantes, pues las lonas, al ser de menor resistencia que el resto
de la estructura, tienden a rasgarse, lo que reduce así la presión que actúa sobre la
estructura donde se apoyan. Sin embargo, debe evitarse que los restos de las lonas
salgan proyectadas pues los desechos pueden provocar mayores daños en cualquier
objeto, estructura o persona que se encuentre en el área circundante.

235
3. Debe brindarse mantenimiento periódico a los postes metálicos, principalmente ante
la corrosión, pues la aparición y el progreso de esta reduce significativamente su
capacidad de resistir el momento de volteo generado por los vientos. Asimismo, en
el diseño de estos postes no debe omitirse la colocación de elementos que eviten la
filtración de agua, pues en muchos casos se encontraron postes sin una tapa en la
parte superior que evite la filtración y la acumulación de agua en el fondo de este, lo
que provoca la corrosión del acero.

4. El volteo fue la falla predominante en las bardas. Esto evidenció que en la mayoría
de los casos en el diseño de estos elementos se subestimaron o se omitieron los
efectos de empuje lateral provocado por la acción del viento. Por lo tanto, es
necesario proveer de un adecuado confinamiento mediante la colocación de castillos
y dalas con la separación y el refuerzo de acero requerido. También, debe dotársele
de zapatas de cimentación acordes con los empujes de viento esperados.

5. Cualquier elemento del equipamiento urbano debe contar con el anclaje adecuado a
la superficie donde se apoya para evitar que, por la acción de los vientos, este salga
proyectado y ocasione un mayor daño a otras estructuras, vehículos o personas que
se encuentren en los alrededores de este.

6. En regiones propensas a huracanes, las distintas dependencias de gobierno,


especialmente el gobierno municipal, encargadas del equipamiento urbano deben
aceptar su responsabilidad hacia el público para cumplir con un código de
construcción; cualquier código de construcción es solamente efectivo cuando este se
sigue. Como se presentó en este capítulo, los severos daños observados debido al
huracán pueden ser atribuibles a que el equipamiento urbano se construye de forma
intuitiva, no ingenieril, y a una posible carencia de mantenimiento.

10.8 Referencias

Bazant J. (1998), Manual de diseño urbano. Trillas, México

SAHOP (1978), Glosario de Términos sobre Asentamientos Humanos. Secretaría de


Asentamientos Humanos y Obras Públicas, México

Diario Oficial (2011), NOM-034-SCT2-2011, “Señalamiento horizontal y vertical de


carreteras y vialidades urbanas”.

236
11. NORMATIVIDAD

Coordinadores

Alberto López López Adrián Pozos Estrada


Jorge Sánchez-Sesma

Colaboradores

Eduardo Reinoso Angulo Miguel Ángel Jaimes Téllez


David Murià Vila Ulises Mena Hernández
Oscar López Bátiz Juan José Pérez Gavilán

237
11.1 Introducción

Desde hace dos siglos los efectos del viento han sido de interés con fines de diseño de
estructuras. Sin embargo, no es hasta la década de los años cuarenta y finales de los
cincuenta cuando se empezaron a plantear los procedimientos para estimar las fuerzas
de viento en estructuras (Liepmann, 1952; Farquharson, 1958). En esos años, motivados
por los desarrollos de la ingeniería aeronáutica, se hicieron los primeros ensayes para
determinar los coeficientes de presión para diferentes tipos de perfiles estructurales y
estructuras con diferentes formas, con el fin de evaluar los efectos estáticos producidos
por el viento. A partir de la década de los años sesenta, Alan Davenport (1961), profesor
de la Universidad de Western Ontario, en London, Canadá, propuso una formulación para
evaluar los efectos dinámicos máximos generados por las ráfagas de viento,
introduciendo el concepto de factor de respuesta dinámica. Desde entonces, miles de
investigaciones y publicaciones se han generado con el fin de establecer la respuesta de
las estructuras ante la acción dinámica del viento (véanse las memorias de congresos y
conferencias de la IAWE -http://iawe.org/-).

Con base en esos desarrollos, en la ingeniería de diseño de estructuras por viento se ha


establecido que si la estructura es muy rígida, la componente dinámica de la respuesta
estructural puede ser despreciable con respecto a la componente estática; por el
contrario, si la estructura es flexible, la componente dinámica de la respuesta debida a
la interacción dinámica entre el flujo del viento y la estructura puede ser muy
significativa, al grado de provocar un comportamiento de resonancia en la estructura,
fenómeno que ha causado la falla de construcciones. Además, se sabe que la forma de
la estructura también es un factor importante en la respuesta local ante el viento. Por
ejemplo, se conoce que el flujo del aire se acelera en las aristas de las construcciones,
lo que ocasiona grandes succiones en estas zonas, y provoca que los elementos no
estructurales, tales como los recubrimientos, puedan fallar, y con ello cambiar las
condiciones para las cuales la construcción fue diseñada originalmente.

Sin embargo, aun cuando existe un vasto conocimiento de los efectos del viento, este
no ha sido aplicado de manera rigurosa por los ingenieros diseñadores de la práctica,
sobre todo en zonas de huracanes, como el caso de las costas de México. Por otra parte,
los daños por huracanes durante las últimas décadas se han incrementado
significativamente en el mundo, lo cual se explica esencialmente por el aumento de la
población y la infraestructura en las regiones expuestas a estos fenómenos
hidrometeorológicos (Knutson et al., 2013). En el caso de México, huracanes como Liza
en 1976, Olivia en 1967, Juliette en 2001, Ignacio en 2003, Marty en 2003, Wilma en
2005, John en 2006 y Dean en 2007, han causado pérdidas y daños importantes tanto
en la infraestructura civil como en los sistemas de servicio o sistemas extendidos (ver
definición de sistemas extendidos en el capítulo 5).

En la primera parte de este capítulo se presenta una reseña de los estudios encaminados
a la estimación de las velocidades del viento con fines de diseño estructural en México.
En la segunda parte se presentan los criterios para el diseño por viento previstos en la
normatividad actual aplicable al estado de Baja California Sur (BCS).

238
11.2 Reseña de estudios sobre la estimación de velocidades del viento para
fines de diseño estructural y respuesta de estructuras sensibles al
viento

En México, el primer estudio para determinar velocidades máximas para diseño de


estructuras se inició en 1964 (Rodríguez, 1964) con la elaboración de la regionalización
eólica de la república mexicana. Dicho estudio dio como resultado los primeros mapas
de isotacas (mapas con líneas de igual velocidad de viento) asociados con periodos de
retorno de 30 y 50 años (Fig 11.1), donde solo se consideraron los vientos causados por
tormentas fuertes (vientos sinópticos).

Fig 11.1 Mapa de isotacas asociado con un periodo de retorno de 50 años

Posteriormente, se presentan las versiones de diseño por viento del Manual de Diseño
de Obras Civiles (MDOC) de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) con la edición de
1969, continuando con varias actualizaciones, incluidos los mapas de isotacas; la última
edición es la del capítulo de “Diseño por viento”, de 2008 (MDOC-DV, 2008).

Los resultados de los estudios realizados por Sánchez-Sesma y otros (1988, 2003) para
estimar las velocidades de viento producidas por ciclones tropicales en las costas de

239
México, se utilizaron para hacer las actualizaciones mencionadas. Dichos estudios
consistieron en aplicar un modelo de dinámica de fluidos del flujo ciclónico con base en
la información de trayectorias e intensidades de los ciclones tropicales reconstruidas por
la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) de los Estados Unidos de
América, para la cuenca del noreste del océano Pacífico desde 1949 a 1984 (Sánchez-
Sesma et al., 1988).

Los resultados de velocidades máximas estimadas en forma preliminar para BCS se


muestran en la Fig 11.2a para el caso de vientos sostenidos, y en la Fig 11.2.b, para los
vientos de ráfagas de 3 s; estas últimas velocidades consideran los vientos ciclónicos
conjuntados con vientos fuertes no ciclónicos.

a) b)

Fig 11.2 Velocidades máximas del viento de ciclones tropicales y otros tipos de viento
no ciclónicos para un periodo de retorno de 100 años: (a) Estimación
preliminar de velocidades máximas ciclónicas sostenidas en m/s (Sánchez-
Sesma et al., 1988) y (b) estimación de velocidades de ráfaga en km/h
(Aguirre y Sánchez-Sesma, 1987)

En la Fig 11.3 se muestran las isotacas de velocidades máximas del viento para un
periodo de retorno de 200 años. Las velocidades corresponden a las ráfagas de 3 s, a
una altura de 10 m sobre un terreno con poca rugosidad en los alrededores y sin
accidentes topográficos (categoría 2). Estas corresponden aproximadamente al mapa de
isotacas del MDOC-DV en su edición de 1993, después de algunos ajustes locales en la
zona central del país (Sánchez-Sesma et al., 2003).

240
Fig 11.3 Isotacas de velocidades máximas del viento para un periodo de retorno de
200 años (Sánchez-Sesma et al., 2003)

Las figuras anteriores muestran que desde hace varios años se tiene conocimiento de
las altas velocidades de viento que los ciclones tropicales pueden generar en BCS, y que
también se han elaborado recomendaciones de análisis y diseño por viento, como las
contenidas en el Manual de Diseño de Obras Civiles de la CFE (MDOC-DV, 1993 y 2008).
Cabe señalar que se observan diferencias entre las velocidades estimadas para la
península de Baja California en las versiones de 1993 y 2008; estas diferencias son
mayores para la parte norte del estado que para la parte sur. Esto es debido a que dentro
del periodo de registros de ciclones tropicales pueden haber diversas oscilaciones
climáticas que influyen en la estimación de los valores máximos, lo que hace que estos
puedan aumentar o disminuir; sin embargo, dado el evento de Odile y otras tormentas
ciclónicas ocurridas recientemente, los mapas de isotacas se deben actualizar
nuevamente y realizarse las calibraciones necesarias al modelo de huracanes.

El Distrito Federal es una de las pocas ciudades que ha realizado estudios de


microzonificación eólica para definir la velocidad máxima del viento para diseño; estos
son de carácter local. Para el caso del estado de BCS, existe un reglamento de
construcciones editado por la Dirección de Obras Públicas del Gobierno del Estado
(RCBCS, 2005), donde se especifica una velocidad para todo el estado de 170 km/h para
estructuras del grupo B, y para las del grupo A se multiplicaría esta velocidad por 1.5.
No se hace mención a qué periodo de retorno se refiere, pero se observa que es del
mismo orden de la velocidad que se indica en el MDOC-DV (2008) correspondiente a un

241
periodo de retorno de 50 años. El Colegio de Ingenieros Civiles de Baja California Sur
está en proceso de actualizar las normas técnicas complementarias de su reglamento;
en estas normas se indican los valores de velocidades por municipio, las cuales se
presentan en la Tabla 11.1.

Tabla 11.1 Velocidades regionales propuestas por el Colegio de Ingenieros


Civiles del Estado de Baja California Sur, km/h

A B Temporal

Periodo de retorno, años 200 50 10

Zona I 216 198 180

Zona II 198 180 162


* Zona I: Los Cabos y La Paz; Zona II: Comondú, Loreto y Mulegé.

Con fines de comparación, en la Tabla 11.2 se reproducen los valores de velocidades


regionales para algunas ciudades de BCS de acuerdo con el MDOC-DV (2008). Nótese
que la velocidad regional propuesta en la edición de 2008 del MDOC-DV, correspondiente
a un periodo de retorno de 200 años para estructuras del grupo A de 208 km/h, es
similar a la que estuvieron sujetas las construcciones durante el huracán Odile, según
se señaló en el capítulo 3.

Tabla 11.2 Velocidades regionales propuestas en el MDOC-DV (2008), km/h

Importancia
de la A B C
estructura
Periodo de
200 50 10
retorno, años

Los Cabos 208 170 -

La Paz 197 164 -

Loreto 157 131 180

Ensenada 120 105 162

Nota: las velocidades de esta tabla son de ráfaga de 3 s a 10 m sobre el terreno


y para un terreno categoría 2

242
Como se observa en las tablas anteriores, es deseable actualizar las velocidades
regionales y hacer compatibles los reglamentos locales y del MDOC-DV.

Para la última actualización de los mapas de isotacas del MDOC-DV (2008) se empleó
información de 74 estaciones meteorológicas, las cuales correspondieron a 68 estaciones
meteorológicas administradas por el Servicio Meteorológico Nacional de México, la
estación meteorológica de la Central Nuclear de Laguna Verde, en Veracruz, la
información de cuatro estaciones de los Estados Unidos (San Diego, California; Phoenix,
Arizona; San Antonio y El Paso, Texas) y, por último, se consideró información de la
estación de la ciudad de Belice. La base de datos que integró esta información abarcó el
periodo de 1940 a mediados de 2006.

A partir de esta información, depurada y homogenizada, se realizó un análisis con base


en ajustes de distribuciones de probabilidad de extremos; los datos de velocidades de
ráfaga depurados corresponden a una altura estándar de 10 m de altura y terreno
categoría 2 (terreno abierto). Con los ajustes de dichas funciones, para cada una de las
estaciones meteorológicas consideradas, se obtuvo un primer mapa de isotacas, sin
considerar los efectos de huracanes. En el caso de las estaciones costeras, las
distribuciones de probabilidad fueron complementadas con las de velocidades debidas a
huracanes, dado que los eventos de estas tormentas se consideran independientes. Para
ello, y con base en el modelo fluido-dinámico del campo de vientos de la república
mexicana, se estimaron dichas velocidades en las regiones costeras, con base en la cual
se realizó la conjunción probabilista para tomar en cuenta tanto las velocidades de los
vientos máximos sinópticos como las debidas a los huracanes, considerando factores de
tierra adentro para simular la protección que ofrecen las cadenas montañosas del este y
oeste del país (López et al., 2008). Para esta actualización, la base de datos de
velocidades de huracanes abarcó el periodo de 1851 a 2005 para el Atlántico (golfo de
México y mar Caribe) y de 1949 a 2005 para el Pacífico, proporcionada por la NOAA.

Con un procedimiento iterativo de conjunción probabilista, se generaron tres mapas de


isotacas para periodos de retorno de 200, 50 y 10 años, publicados en el MODOC-DV
(2008) (López et al., 2008). En las Figs 11.4 y 11.5 se presentan los mapas
correspondientes a periodos de retorno de 50 y 200 años, respectivamente. Estos mapas
se asocian con la importancia de las estructuras, por lo que las construcciones del grupo
B (de mediana importancia) se diseñan para las velocidades del viento asociadas con el
mapa de 50 años y las construcciones del grupo A (de gran importancia) para las del
mapa de 200 años. El mapa de 10 años de periodo de retorno se aplica para el diseño
de estructuras provisionales, elementos secundarios y componentes no estructurales
(grupo C); el mapa asociado con 10 años de periodo de retorno se puede consultar en
el MDOC-DV. Los recubrimientos pueden diseñarse para este periodo de retorno de 10
años, siempre y cuando su desprendimiento no cause daños importantes, de lo contrario
se diseñarán para las velocidades del grupo B.

Cabe señalar que los mapas de las Figs 11.4 y 11.5 tienen una escala diferente para las
intensidades de las velocidades; sin embargo, el color rojo identifica las velocidades de
mayor intensidad y el verde las velocidades de menor intensidad.

243
Fig 11.4 Mapa de isotacas asociado con un periodo de retorno de 50 años

Fig 11.5 Mapa de isotacas asociado con un periodo de retorno de 200 años

244
A la fecha, estos son los mapas de isotacas que deben emplearse para definir las
velocidades medias y sus correspondientes presiones con fines de diseño de estructuras.

Para el estudio y el diseño de estructuras sometidas a viento, además de definir la


velocidad regional (Figs 11.4 y 11.5), también es indispensable identificar algunas
características de la estructura en estudio. Las estructuras muy flexibles y con bajo
amortiguamiento son susceptibles al efecto dinámico del viento turbulento (conocido en
inglés como: Gust Buffeting), tal es el caso de torres, chimeneas, edificios altos, postes,
puentes colgantes, cubiertas soportadas por cables, entre otras. Por tanto, su diseño
debe realizarse considerando dichos efectos dinámicos. Para fines prácticos la respuesta
máxima ante la acción del viento puede descomponerse en una estática y una dinámica,
según si la estructura es rígida o flexible. En el caso de las estructuras rígidas, la
respuesta máxima estática se calcula considerando la hipótesis de Bernoulli que
establece que la presión sobre una superficie perpendicular al flujo de un fluido es
proporcional al cuadrado de la velocidad. Para el caso de la respuesta dinámica, se han
establecido formulaciones que permiten estimar la respuesta máxima en función de las
características dinámicas de la estructura, así como de la intensidad y la turbulencia del
viento en el sitio de interés. Con respecto a la respuesta dinámica, Liepmann (1952) fue
uno de los predecesores en el tratamiento de la respuesta de sistemas mecánicos ante
fuerzas aleatorias empleando conceptos estadísticos, basado en la teoría de vibraciones
aleatorias presentada por Rice (1945). Davenport (1961, 1967a, 1967b), con base en
los trabajos mencionados, fue el primero en proponer el factor de carga por ráfagas
(FCR, conocido en inglés como Gust Loading Factor) o factor de amplificación dinámica
(FAD), para estimar la carga máxima sobre las estructuras ante las fluctuaciones del
viento. Para fines de diseño por viento, dicha carga máxima dinámica se evalúa a partir
de la fuerza estática equivalente por viento (FEEV), la cual se obtiene al multiplicar la
fuerza media estática del viento por el FAD. Por tanto, el FAD representa una función de
transferencia, la cual amplifica los efectos estáticos para considerar los efectos dinámicos
máximos. Este criterio es práctico, ya que finalmente la respuesta máxima se puede
separar en dos componentes: la respuesta de fondo (cuasi estática) y la respuesta en
resonancia. Otros investigadores, como Vellozzi y Cohen (1968), Solari (1990, 1993a y
1993b), Simiu y Scanlan (1996), Solari y Kareem (1998) y Zhou y Kareem (2001) han
propuesto modificaciones al método planteado por Davenport.

Desde el planteamiento espectral propuesto por Davenport (1967a, 1967b) para evaluar
la presión o FEEV, la mayoría de los códigos internacionales aplican el concepto del FAD
para evaluar el efecto o respuesta máxima debida a las fluctuaciones del viento y a la
amplificación de la respuesta generada por la interacción dinámica con la estructura
(AS/NZ, 2005; BS EN 1, 2005; ISO 4354, 2009 E). Este enfoque es práctico y por ello
ha sido ampliamente difundido; sin embargo, está basado en definiciones tradicionales
que limitan su aplicación. Asimismo, aunque en diferentes códigos internacionales se
aplican bases teóricas similares, se pueden observar diferencias en los resultados al
comparar ejemplos bajo condiciones similares de dicho flujo. Las diferencias provienen
principalmente de las definiciones que cada código establece, relacionadas con la
velocidad media (según el tiempo de promediado), los perfiles de velocidades y la
turbulencia con la altura, y el espectro de turbulencia del viento, así como de la
admitancia aerodinámica (Zhou et al., 2002). En el MDOC-DV (2008) se ha adoptado la

245
formulación propuesta por Solari (1990, 1993a y 1993b), la cual ha sido aceptada en
diferentes códigos de países con altos niveles de desarrollo en cuanto a la ingeniería de
viento.

A continuación se exponen los criterios de diseño por viento que se aplican para la zona
de BCS.

11.3 Criterios para diseño por viento

En México, la CFE ha sido pionera en el desarrollo de criterios de diseño por viento para
las diferentes obras civiles, principalmente las empleadas en el sector eléctrico. Dada la
escasa normatividad desarrollada en los estados de la república mexicana, el MDOC-DV
se ha convertido en la referencia principal para el diseño por viento de las estructuras
en el país.

Por otra parte, las Normas Técnicas Complementarias del Reglamento de Construcciones
del Distrito Federal (NTC-RCDF, 2004) contienen una sección de diseño por viento que
ha evolucionado también con varias actualizaciones; a la fecha se ha hecho compatible
con las recomendaciones y los criterios del capítulo de diseño por viento MDOC-DV
(2008), pero particularizada a las condiciones de la ciudad de México.

En este apartado se presentan los criterios para el diseño por viento basados en las
recomendaciones MDOC-DV, ya que son aplicables a toda la república mexicana. En caso
de la falta de normatividad local en los estados, podrá utilizarse el MDOC-DV con la
correspondiente autorización de las autoridades municipales.

El diseño de estructuras por viento, basado en velocidades regionales de ráfaga (se


asocian generalmente con intervalos de medición de 3 s) relacionadas con periodos de
retorno específicos y niveles de importancia de las estructuras, ha sido una práctica
común en el ámbito internacional y en México. Sin embargo, un punto de controversia
entre diseñadores de estructuras ha sido recomendar o no periodos de retorno para
diseñar diferentes tipos de estructuras, ya que estos pueden asociarse con diferentes
niveles de confiabilidad. Aunque la distribución del peligro en México ha sido bien
establecida para diferentes periodos de retorno, las fallas en diferentes tipos de
estructuras se siguen presentando, principalmente debidas a los efectos de huracanes
que ocurren con frecuencia, tanto en las costas del Pacífico, como en las del Caribe y el
golfo de México. Esto ha llevado a iniciar estudios de diseño óptimo por viento enfocados
en el balance entre el costo y el nivel de confiabilidad, que conduzca a una práctica de
diseño por viento basada en criterios de optimización reconocidos y que ya han sido
aplicados al diseño sísmico en México (López et al., 2008, López et al., 2010).

En la siguiente sección se hace énfasis en la aplicación del criterio basado en mapas de


isotacas asociados con periodos de retorno fijos. En cuanto al criterio de diseño óptimo,
el cual emplea mapas de velocidades de viento óptimas, induce a un diseño tal que las
pérdidas generadas por un evento extremo sean mínimas en caso de presentarse la falla
estructural. Este criterio es recomendable para el diseño de estructuras que tienen un

246
comportamiento lineal y su respuesta es primordialmente en flexión (López et al., 2008).
Para mayor detalle en la aplicación de estos criterios, consúltese el MDOC-DV (2008).

11.3.1 Efectos estáticos del viento

11.3.1.1 Determinación de la presión de diseño

La presión que ejerce el flujo del viento sobre una superficie normal a este puede
escribirse como:

1
p  V 2 (11.1)
2

donde
ρ es la densidad del aire, en (kg/m3)
V es la velocidad del viento, en (m/s)

Si los efectos de temperatura y altura con respecto al nivel del mar son tomados en
cuenta, la densidad debe corregirse, y si se toma en cuenta la forma de la estructura, la
ecuación anterior puede reescribirse como:

p  0.047GV 2 C (11.2)
z D p

2 C (en kg/cm2 )
pz  0.0048GVD p

donde
p es la presión de diseño a una altura z sobre el nivel del terreno, en
z
Pa (N/m2)
VD es la velocidad de diseño a la altura z, en km/h
G es un factor adimensional para la corrección de la densidad del aire por
temperatura y por altura con respecto al nivel del mar
Cp es el coeficiente de presión, adimensional. Cabe señalar que la velocidad
de ráfaga máxima para diseño proviene de la velocidad regional de los
mapas de isotacas (Figs 11.4 o 11.5).

Esta presión de diseño corresponde a la condición de velocidad de ráfaga uniforme, es


decir sin turbulencia. Para estructuras pequeñas, esta sería la presión estática para el
diseño. Sin embargo, para estructuras grandes los coeficientes de reducción que se le
aplican consideran que el viento cambia no solo en el tiempo, sino también en el espacio.
El coeficiente de presión determina el efecto de la variación de la presión acorde con la
geometría o forma de la construcción, así como de la intensidad de la velocidad y la

247
turbulencia del flujo del viento. En el MDOC-DV (2008) se definen con detalle todos los
parámetros de la ecuación 11.2.

Cabe señalar que si fuera necesario cambiar de intervalos para establecer las velocidades
medias, por ejemplo de 10 min a 3 s, o viceversa, se recomienda utilizar el criterio de
Durst (1960), el cual se describe en el MDOC-DV (2008).

Si la estructura tiene una relación de esbeltez menor o igual a 5 y su periodo de vibración


no excede de 1 s, entonces se aplica el criterio de presiones estáticas a partir de la
ecuación 11.2. De lo contrario, se aplica el criterio de presiones dinámicas, el cual se
describe en la siguiente sección.

11.3.2 Efectos dinámicos del viento

11.3.2.1 Determinación de la presión dinámica de diseño

El MDOC-DV (2008) recomienda calcular la presión dinámica máxima a partir de una


presión estática equivalente con base en la formulación de Solari (1990).

Dicha presión estática equivalente se calcula como:

peq  pz FAD (11.3)

donde
FAD es el factor adimensional de amplificación dinámica. En el MDOC-DV
(2008) se definen a detalle todos los parámetros de la ecuación
(11.3). El cálculo de la presión
p es con base en la velocidad asociada con 3 s, por lo que el FAD
z
convierte esta velocidad media asociada con un tiempo de promediado
de 10 min, de manera implícita para evaluar la respuesta amplificada

Los techos con formas inusuales y flexibles, como las lonarias o velarias, son muy
vulnerables a los efectos dinámicos del viento, por lo que se recomienda no emplearlas
en zonas de huracanes, a menos que se hagan estudios específicos avalados por
expertos en la materia y las autoridades correspondientes.

11.3.2.2 Presiones locales

En las aristas de las construcciones se concentran presiones mayores a las de sus


superficies que la conforman, como se muestra en la Fig 11.6. Estas presiones se
denominan locales y para tomar en cuenta este efecto comúnmente se definen
coeficientes de presión local, los cuales son función de la forma y dimensiones de la
construcción, así como de la dirección del viento actuante.

248
Fig 11.6 Zonas de afectación en bordes de muros y techos, por coeficientes de
presión local ( es el ángulo de inclinación del techo)

En el MDOC-DV (2008) se definen con detalle dichos coeficientes de presión local y la


forma de aplicarlos. Para el cálculo de los empujes dinámicos transversales al flujo del
viento, se pueden emplear los procedimientos descritos en el MDOC-DV (2008).

11.3.2.3 Presiones interiores

Cuando el flujo de viento penetra al interior de una construcción por puertas, ventanas
o aberturas pequeñas se generan presiones interiores, las cuales cambian la distribución
de presiones resultantes en muros y techos. Las presiones resultantes exteriores e
interiores pueden contrarrestar o aumentar los empujes sobre las superficies, lo cual
debe tomarse en cuenta durante el diseño. Además, si se prevé que puedan
desprenderse ventanas o fachadas que cambien las condiciones de las presiones en las
superficies, sobre todo en zona de huracanes, estas situaciones adicionales se deberán
considerar durante el diseño de la estructura.

Asimismo, la posibilidad de rotura de ventanas o fachadas por proyectiles de escombros


lanzados por la fuerza del viento tendrá también que considerarse.

Las condiciones y coeficientes para el cálculo de estas presiones se describen en forma


detallada en el MDOC-DV.

11.4 Conclusiones

El buen uso de la normatividad y las prácticas adecuadas de diseño por viento conlleva
a una minimización de la probabilidad de falla y por ende a una reducción de las pérdidas,
por lo que es imprescindible, sobre todo en zonas de huracanes, calcular cualquier tipo
de estructuras apegándose a la normatividad y criterios de diseño por viento.

249
Es indispensable contar con una normatividad vigente que, por un lado, proporcione la
información y los procedimientos de cálculo para determinar los efectos del viento y, por
el otro, que obligue su aplicación. Esta norma deberá incluir el diseño de elementos no
estructurales. Solo de esta manera se tendrán diseños y construcciones seguros, ante
vientos de ciclones tropicales en las zonas costeras de México, como los que ocurren en
BCS. Por otro lado, es necesaria una revisión de los coeficientes de presión para
estructuras comunes.

Es imprescindible la actualización de las velocidades máximas debidas a ciclones


tropicales en BCS, como parte del noreste de la cuenca del Pacífico. Esta acción debe
realizarse periódicamente, pero sobre todo cuando el registro de eventos ciclónicos es
corto, como el caso del noroeste del Pacífico. En esta subcuenca oceánica los registros
de trayectorias e intensidades de ciclones tropicales empezaron en 1949, por lo que a la
fecha se cuenta con más de 65 años de información, que es 20 % mayor que el periodo
analizado para la última regionalización eólica de 2008.

De esta manera se lograría transmitir a la comunidad ingenieril los últimos


conocimientos, teóricos y prácticos, para definir de mejor forma las presiones inducidas
por el viento. En particular las presiones locales e interiores deben analizarse con detalle.
Estos trabajos deberán utilizar los túneles de viento y los modelos numéricos del flujo
de manera conjunta, para utilizar de forma complementaria las ventajas particulares de
cada técnica.

No es aceptable que en los edificios modernos se empleen materiales en fachadas que


fallen como ocurrió en BCS, y además que se fracturen en pequeños pedazos
punzocortantes que ante los vientos fuertes se conviertan en proyectiles. Habría que
normar en este sentido, limitando el uso de materiales que fallen de esta forma en zonas
de huracanes intensos como BCS. Estos objetos y materiales, además, se convierten en
basura que afecta de manera importante a los ecosistemas, lo que debe evitarse.

Por otro lado, los diseños arquitectónicos con formas irregulares que se emplean para
edificaciones comerciales, tales como las agencias de automóviles con techos y muros
ligeros o ventanales grandes, deben de diseñarse con la supervisión necesaria para
evitar fallas y pérdidas importantes.

Es necesario desarrollar literatura complementaria para difundir los conocimientos a


diferentes niveles de complejidad. Se debe generar, adaptar y difundir desde artículos,
manuales y libros técnicos, hasta folletos y documentales no técnicos que transmitan los
estudios, las ventajas y las economías alcanzadas con un diseño adecuado por viento.

Los gobiernos estatales y municipales deberán tomar las acciones preventivas


conducentes para el desarrollo de normas de diseño por viento locales. La intención debe
ser lograr una uniformidad tanto de criterios como de la calidad de la información
climática y aerodinámica que contengan las normas.

250
11.5 Referencias

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253
12. IMPACTO SOCIOECONÓMICO

Coordinadores

Sarai Nava Sánchez Norlang Marcel García Arróliga

Colaboradores

Eduardo Reinoso Angulo Alberto López López


Ulises Mena Hernández Oscar López Bátiz

255
12.1 Introducción

El 14 de septiembre de 2014 el huracán Odile categoría III en la escala Saffir-Simpson


(con vientos máximos sostenidos de 205 km/h y rachas de hasta 240 km/h) ingresó a
la porción sur de la península de Baja California, por Cabo San Lucas, municipio de Los
Cabos, y desató vientos huracanados y lluvias torrenciales durante los días 14 y 15 de
septiembre. Durante su recorrido por Baja California Sur ocasionó severos daños a todo
tipo de infraestructura en los cinco municipios de la entidad, principalmente en los
municipios de Los Cabos y La Paz (CONAGUA, 2014).

Debido a este fenómeno, lamentablemente perdieron la vida seis personas, todas en el


municipio de Los Cabos. Se trató de dos funcionarios de una minera de origen coreano,
un hombre y una mujer británicos que se reusaron a abandonar su velero, así como un
alemán y un mexicano que intentaron cruzar arroyos crecidos.

El monto total de daños y pérdidas por este fenómeno ascendió a más de 24 mil millones
de pesos. El 86 % de esta cifra corresponde a los daños, mientras que el 14 % restante,
a pérdidas1. El sector que se vio más afectado fue el productivo, principalmente el
turístico, con el 42 % del total. Cabe mencionar que este monto, estimado por el Centro
Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED), incluye tanto los efectos en sector
privado, con un 73 % de los efectos totales, como del público, con el restante 27 %
(Tabla 12.1).

A pesar de la intensidad del huracán, no se detonó la cobertura del bono MultiCat


contratado por México con el Banco Mundial, debido a que este bono se contrató con
ciertos parámetros que este evento no cubrió de acuerdo con la Agencia Certificadora
(AIR Worldwide) (Agroasemex, 2014).

1
La metodología para evaluar el impacto socioeconómico empleada en el presente capítulo está basada en la
que desarrolló la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la cual distingue los efectos en
los daños, los cuales son fundamentalmente la destrucción de acervos, y las pérdidas, es decir, las afectaciones
en la producción de bienes y servicios o lucro cesante, resultado de la paralización de las actividades
económicas ocurridas a raíz del desastre.

256
Tabla 12.1 Daños y pérdidas estimadas por el CENAPRED
a causa del ciclón tropical Odile

Daños Pérdidas Total Porcentaje


Concepto
(Miles de pesos) del total

Sectores sociales
Vivienda 1,171,844 8,244 1,180,088 4.9
Educación 337,598 91,187 428,785 1.8
Salud 136,949 4,127 141,076 0.6
Infraestructura hidráulica 2,094,060 37,900 2,131,960 8.8
Subtotal 3,740,451 141,458 3,881,909 16.1
Infraestructura económica
Comunicaciones y transportes 864,907 118,251 983,158 4.1
Infraestructura vial y urbana 907,000 - 907,000 3.8
Infraestructura eléctrica 520,000 1,647,000 2,167,000 9.0
Subtotal 2,291,907 1,765,251 4,057,158 16.8
Sectores productivos
Sector agropecuario, pesquero y
acuícola 610,208 - 610,208 2.5
Comercio 1,627,300 20,300 1,647,600 6.8
Industria 1,961,054 - 1,961,054 8.1
Turismo 9,075,862 1,064,163 10,140,025 42.0
Otros giros asegurados2 1,504,669 - 1,504,669 6.2
Subtotal 14,779,094 1,084,463 15,863,557 65.7
Atención de la emergencia 0 330,543 330,543 1.4
Total General 20,811,452 3,321,715 24,133,167 100.0
Fuente: CENAPRED, con información de diversas fuentes y de la Asociación Mexicana de Instituciones de
Seguros (AMIS)

12.2 Atención de la emergencia

El 15 de septiembre se llevó a cabo la sesión de instalación del Comité de Evaluación de


Daños, en la cual el gobierno del estado de Baja California Sur presentó la Solicitud
de Declaratoria de Desastre Natural y posteriormente declaratorias de emergencia
extraordinaria para los cinco municipios.

Para la ayuda a la población fueron repartidos los insumos mostrados en la Tabla 12.2,
cuyo monto sumó 86.7 millones de pesos.

Asimismo, las secretarías de Gobernación, Defensa Nacional, Marina, Turismo y


Comunicaciones y Transportes establecieron un puente aéreo para trasladar a los
turistas varados en San José del Cabo y Los Cabos. Con aviones de las Fuerzas Armadas

2
Cifras al corte del 16 de diciembre de 2014.

257
y de líneas aéreas comerciales los traslados se realizaron a diversos destinos de manera
gratuita para los visitantes nacionales y extranjeros afectados, desde los aeropuertos de
Los Cabos y La Paz (Secretaría de Turismo, 2014). La misión de evaluación estimó que
el costo de transportar a los 32 653 turistas a través de dicho puente aéreo fue de
aproximadamente 81.6 millones de pesos.

Tabla 12.2 Insumos repartidos a la población

Insumo Cantidad
Despensas 83 104
Láminas tipo b 150 000
Cobertores 27 000
Colchonetas 27 000
Kits de limpieza 6 750
Kits de aseo
27 000
personal
Agua 630 000
Costales 30 000
Toallas sanitarias 86 400
Pañales 217 600

Fuente: Fondo de Desastres Naturales (FONDEN)

Fuente: SEMAR http://bit.ly/1PadJuQ

Fig 12.1 Víveres transportados por el buque El Zapoteco

Cabe señalar que en Los Cabos se presentaron actos de pillaje y saqueo. En entrevista
con diversos funcionarios estatales, la misión de evaluación pudo constatar que estos se

258
llevaron a cabo tanto en grandes cadenas comerciales como en instalaciones públicas,
como escuelas u hospitales. Ante ello, en San José del Cabo y Cabo San Lucas se inició
un operativo especial encabezado por la Gendarmería, la Marina, Policía Federal y el
Ejército. Se desplegaron 5792 elementos, 397 vehículos, dos aviones y cuatro
helicópteros. Se brindó seguridad a instalaciones estratégicas, como instalaciones de la
Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), la Comisión Federal de Electricidad (CFE),
tiendas de autoservicio, sucursales bancarias y el aeropuerto. De esta manera, el monto
autorizado para el rubro de seguridad fue de 162.2 millones de pesos, como se puede
apreciar en la Tabla 12.3, el cual solamente incluye el gasto o el costo del operativo
instaurado.

Tabla 12.3 Monto autorizado por el fonden para seguridad

Monto (Miles de
Concepto pesos)
Ejército mexicano 96,700
Seguridad y sistemas
penitenciarios 63,000
Secretaría de Marina 2,500
Total 162,200
Fuente: Velasco, 2014

En resumen, la suma total de recursos destinados a la atención de la emergencia


ascendió a 330.5 millones de pesos; el 50 % de estos se destinó a la seguridad, 24 %
al puente aéreo y 26 % a los insumos repartidos a la población.

12.3 Sectores sociales

Los sectores sociales representaron el 16 % del total de daños y pérdidas en el estado;


dentro de este componente destacan las afectaciones en la infraestructura hidráulica.

12.3.1 Vivienda

Los trabajos de evaluación en el sector vivienda se iniciaron el 19 de septiembre. Se


reportó que un total de 5046 viviendas sufrieron algún tipo de afectación en los cinco
municipios. La Fig 12.2 muestra el número de casas de acuerdo con el tipo de daño que
presentaron. Sobresale el municipio de los Cabos con el 69.6 % del total de casas
afectadas. El 59 % de las viviendas tuvieron daño parcial, seguido del 28 % de casas
con deterioro menor.

259
Fuente: delegación estatal de la SEDATU (2014)

Fig 12.2 Número de viviendas afectadas según tipo de daño y municipio

El monto total de daños en vivienda ascendió a 212.8 millones de pesos; dicho monto
solo incluye las viviendas apoyadas por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y
Urbano (SEDATU), es decir, las que se encuentra en pobreza patrimonial sujetas a reglas
de operación del programa. Cabe mencionar que esta cifra incluye las afectaciones en
enseres domésticos, la cual se calculó en 6.7 millones de pesos, como se puede apreciar
en la Tabla 12.4.

Tabla 12.4 Daños en infraestructura de vivienda y enseres

Tipo de daño (número de viviendas) (Miles de pesos)


Total de
Municipio viviendas Enseres Enseres Monto
Menor Parcial Total Reubicación
afectadas totales reubicación total

Comondú 34 21 1 110 166 10 1,100 20,755


La Paz 131 872 32 36 1071 320 360 37,377
Loreto 32 58 10 7 107 100 70 4,860
Mulegé 60 32 8 90 190 80 900 18,866
Los
1135 1994 252 131 3512 2,250 1,310 131,015
Cabos
Total 1392 2977 303 374 5046 3,030 3,740 212,872
Fuente: delegación estatal de la SEDATU (2014)

Además de las afectaciones anteriores, en el municipio de los Cabos se contabilizaron


5932 viviendas afectadas, las cuales por estar ubicadas en zonas irregulares no fueron
objeto de ningún apoyo; de estas, 4850 sufrieron daño parcial, mientras que 1082
tendrían que ser reubicadas al estar en una zona de alto riesgo, según información de
autoridades locales.

260
La Tabla 12.5 muestra el resumen de afectaciones estimadas para este rubro, incluidos
los daños en viviendas aseguradas que fueron de poco menos de 959 millones de pesos,
representando cerca del 82 % del total en este sector. De esta manera, el monto total
de daños y pérdidas en vivienda fue de 1180.1 millones de pesos.

Tabla 12.5 Resumen de daños y pérdidas en el sector de la vivienda

Daños Pérdidas Total


Concepto
(Miles de pesos)
Daños en vivienda 206,102 - 206,102
Daños en enseres 6,770 - 6,770
Gastos de operación y
supervisión - 8,244 8,244
Daños en viviendas
aseguradas 958,972 - 958,972
Total 1,171,844 8,244 1,180,088
Fuente: SEDATU estatal y De la Rosa (2014)

Fuente: Secretaría de Salud

Fig 12.3 Afectaciones a vivienda

12.3.2 Salud

Personal de la Secretaría de Salud arribó el 11 de septiembre de 2014 a San José del


Cabo para desplegar el operativo para atender la contingencia. Se establecieron tres
comandos operativos para la Seguridad en Salud: en el norte, Santa Rosalía, para cubrir
los municipios de Mulegé, Comondú y Loreto; y en el sur, dos sedes: San José del Cabo
y Cabo San Lucas. En estas acciones participó tanto personal permanente en la entidad
como 134 personas que se trasladaron de otros estados para atender a la población. En
total se contó con 1070 especialistas, entre médicos, epidemiólogos, psicólogos, etc.;
asimismo, con 72 vehículos, entre ellos 22 que pertenecen al estado y 23 de otros
estados.

261
Fuente: Secretaría de Salud

Fig 12.4. Acciones de vigilancia epidemiológica

Fueron otorgadas un total de 72 111 consultas tanto en unidades pertenecientes al IMSS,


ISSSTE, Secretaría de Salud, como en refugios temporales y unidades móviles; los
padecimientos que se atendieron se detallan en la Tabla 12.6. Adicionalmente se dieron
2030 consultas odontológicas y 2973 personas participaron en las acciones de salud
mental, las cuales incluyeron actividades didácticas, intervención en crisis, trabajo de
contención individual y trabajo de contención grupal, esta última con 157 acciones
(Secretaría de Salud).

Fuente: Secretaría de Salud de Baja California Sur, 2014

Fig 12.5 Atención médica

262
Como parte de las acciones de vigilancia epidemiológica se visitaron 12 859 casas, de
las cuales 6610 fueron promocionadas3; se encuestó a 23 756 personas; se detectaron
18 casos de diarrea y dos de síndrome febril. Además de ello se aplicó un total de 6036
dosis de vacunas contra tétanos y difteria, entre otras enfermedades, y de vacunas
pentavalente y contra el neumococo, entre otras. Según las autoridades estatales, no se
registró ningún brote epidémico asociado al meteoro (Tabla 12.6).

Tabla 12.6 Vigilancia epidemiológica y promoción de la salud

Acciones Número Actividades Total


Casas visitadas 12 859 Pláticas individuales 10 409
Casas promocionadas 6610 Pláticas grupales 694
Población encuestada 23 756 Asistentes 6361
Casos de diarrea detectados 18 Folletos 1210
Casos de síndrome febril
2 Sobres de vida suero oral 8099
detectados
Hisopos rectales obtenidos 18 Frascos de antiparasitarios 37
Antimicóticos 140 Frascos de plata coloidal 5113
Sobres de alcohol-gel 799
Fuente: Secretaría de Salud de Baja California Sur, 2014

De acuerdo con la Secretaría de Salud, fueron activados nueve refugios temporales, con
una capacidad para 1955 personas (Tabla 12.7). La mayor parte de ellos fueron
instalados en el municipio de Los Cabos.

Tabla 12.7 Refugios temporales activados

Localidad Refugio temporal Capacidad


Escuela secundaria técnica no. 14 100
Escuela primaria Felipe Pedroza 400
San José del Cabo
Jacinto Rochín Pino (El Zacatal) 300
Telesecundaria 42 Braulio
50
Maldonado (La Playita)
Escuela primaria Lázaro Cárdenas 210
Cabo San Lucas
Escuela primaria Héroes del 47 540
Todos Santos Casa del Estudiante 80
El Pescadero Escuela primaria Emiliano Zapata 115
La Paz UABCS 160
Total 1955
Fuente: Secretaría de Salud de Baja California Sur, 2014

3
Se refiere a las casas en las cuales se dio una atención más amplia en cuanto a dotación de información e
insumos por así requerirlo.

263
Dentro de las actividades de control de enfermedades fue relevante el seguimiento del
dengue, derivado de que en 2013 comenzó un brote. Así que se realizaron nebulizaciones
tanto aéreas como terrestres, actividades de control larvario y rociado residual, con lo
que la población protegida total fue de 558 416 habitantes.

Por otra parte, el huracán afectó directamente a 14 de las 131 unidades de salud con
las que cuenta el estado. Se estimó que estos daños ascendieron a casi 137 millones de
pesos; la Tabla 12.8 hace un resumen.

Tabla 12.8 Resumen de daños de las unidades de salud afectadas

Monto (miles
Unidades de salud afectadas Descripción
de pesos)
Daños en puertas y techado,
C. S. Todos Santos, hospital ocasionando fisuras en varios muros de
general con especialidades exteriores e interiores. Afectaciones en 98,398
Juana María de Salvatierra el falso plafón y en el equipo de
cómputo.
H. G. Raúl A. Carrillo, H. G.
subzona no. 38, H. G. de
Daños en plafones, cancelería y
subzona con medicina familiar
cristalería. La mayoría de los hospitales
no. 26, H. G. Cabo San Lucas,
resultaron con afectaciones en el
Subdelegación de Cabo San
sistema de aire acondicionado, así como
Lucas, unidad médica familiar 38,281
en sistemas electrónicos y circuito
no. 6 y 7, C. S. San José del
eléctrico. Afectaciones en contenidos
Cabo, C. S. Los Cangrejos,
como casas de máquinas y equipos
oficinas jurisdiccionales 4 y
especializados.
UNEME de Salud Mental San
José del Cabo
C. S. Heroica Mulegé Afectaciones en contenidos. 270
Total 136,949
Fuente: Secretaría de Salud de Baja California Sur (2014)

El monto total de afectaciones en el sector salud fue de 141 millones de pesos, de los
cuales un 97 % correspondió a los daños a las unidades de salud mencionadas
(Tabla 12.9).

264
Tabla 12.9 Resumen de daños y pérdidas en el sector salud

Total de
Total de daños Monto total
Concepto pérdidas
(Miles de pesos)
Daños en unidades de salud
136,949
afectadas 136,949
Gastos de operación y supervisión 1,864 1,864
Gastos de supervisión externa 1,864 1,864
Acciones de limpieza y desazolve 400 400
Total 136,949 4,127 141,076
Fuente: elaboración propia con datos de Secretaría de Salud de Baja California Sur, 2014

12.3.3 Educación

De acuerdo con el Instituto Sudcaliforniano de la Infraestructura Física Educativa, debido


al fenómeno meteorológico se vieron perjudicados 117 815 alumnos, 8863 docentes y
3530 trabajadores administrativos. Además, de los 1210 planteles con que cuenta el
estado, 923 resultaron con daños, casi el 50 % de estos pertenecientes al municipio de
La Paz, seguido del municipio de Mulegé con 293. El 71 % de estas escuelas son de
sostenimiento federal, y el 30 %, estatal.

Fuente: Instituto Sudcaliforniano de la Infraestructura Física Educativa, 2014

Fig 12.6 Escuelas afectadas por municipio

Seis planteles tuvieron que ser reubicados por localizarse en una zona de riesgo, de
acuerdo con información de autoridades de los tres órdenes de gobierno; tres de ellos
se localizan en Comondú, dos en Palobolo y uno en San Miguel Comondú. Asimismo tres
escuelas fueron usadas como albergues.

265
El monto de afectaciones en el rubro educativo fue de 428.8 millones de pesos. De estos,
el total de daños ascendió a 337.6 millones de pesos, 99 % de este monto correspondió
a la reconstrucción, mientras que solo el 1 % se destinó a mobiliario y equipo. Por otro
lado, las pérdidas ascendieron a 91 millones de pesos, el 80 % se debió a acciones de
limpieza y desazolve, mientras que el restante 20 % se destinó a gastos de evaluación
y supervisión.

Los municipios de Loreto, Mulegé y Comondú solo tuvieron entre una y una semana y
media sin actividades escolares; posteriormente La Paz las reanudó y finalmente Los
Cabos permaneció tres semanas y media sin clases, y una con actividades parciales, la
mayoría por afectaciones a la infraestructura fundamentalmente. Aun cuando las
instalaciones educativas no sufrieron graves daños, la falta de servicios, como la energía
eléctrica, dificultó el regreso de los alumnos a las aulas. Como un esfuerzo para retomar
actividades se rentaron 36 aulas móviles por seis meses; sin embargo, estas no fueron
del todo aceptadas por la comunidad, pues las consideraban inseguras.

Tabla 12.10 Resumen general de daños y pérdidas en el sector

Daños Pérdidas Total


Concepto
(Miles de pesos)
Daños en infraestructura educativa y
equipo 337,598 - 337,598
Limpieza, desazolve y gastos de
supervisión - 91,187 91,187
Total 337,598 91,187 428,785
Fuente: elaboración propia con base en información del Instituto Sudcaliforniano de la
Infraestructura Física Educativa, 2014

12.3.4 Infraestructura hidráulica

Debido al huracán Odile se vieron afectados los sistemas de agua potable (pozos de
captación, equipo electromecánico, instalaciones eléctricas, líneas de conducción,
cárcamos de bombeo, redes de distribución) y saneamiento (plantas de tratamiento,
colectores, emisores, red de atarjeas, pozos de visita, cárcamos de bombeo, equipo
electromecánico, instalaciones eléctricas).

Además, debido a fallas en el suministro eléctrico y daños a la infraestructura se colapsó


el servicio de agua potable y el servicio de saneamiento se suspendió al detenerse la
operación de todas las plantas de tratamiento del estado; se generaron azolves en las
redes de drenaje, provocando desbordamiento de aguas residuales y pluviales; además,
las cuatro principales presas del estado presentaron vertimientos por sobrepasar su
capacidad de almacenamiento, sin consecuencias. Así mismo, hubo afectaciones a obras
de encauzamiento de arroyos (CONAGUA, 2014).

266
Fuente: Comisión Nacional del Agua, Baja California Sur

Fig 12.7. Camino de acceso a la Presa San Lázaro, Los Cabos

Para solventar los efectos sobre la infraestructura hidráulica, la CONAGUA se desplazó


hacia los cinco municipios de la entidad, con personal de distintos estados de la república
y con equipo especializado; además se utilizaron plantas generadoras de electricidad en
tanto la CFE restablecía el servicio de energía eléctrica. Se distribuyó agua potable en
pipas y se suministró a la población de plata coloidal, entre otras acciones.

El total de daños y pérdidas en infraestructura hidráulica federal ascendió a poco más


de 2,059 millones de pesos (Tabla 12.11).

Tabla 12.11 Afectaciones en infraestructura hidráulica federal

Los Cabos La Paz Comondú Loreto Mulegé Total


Daños
(Miles de pesos)
Azolvamiento de cauces 394,165 206,880 482,700 - 778,400 1,862,145

Daños a caminos de acceso a


1,250 - 7,300 - - 8,550
presas
Daños a infraestructura del
SMN (rehabilitación de 35,000 11,000 - - - 46,000
estaciones climatológicas)
Daños a obras de protección
60,000 - - - - 60,000
hidráulicas
Daños a infraestructura
electromecánica de uso
10,000 31,000 31,820 5,000 5,000 82,820
agrícola, bombeo y pozos
agrícolas

Monto 500,415 248,880 521,820 5,000 783,400 2,059,515

Fuente: elaboración propia con base en información de la CONAGUA, Baja California Sur, 2014

267
Gracias a las acciones realizadas, en menos de dos semanas se restableció la operación
de la totalidad de las fuentes de captación de agua que venían operando antes de que
se presentara el huracán. En la Tabla 12.12 se muestra un resumen de las afectaciones
totales, las cuales ascendieron a 72 millones de pesos.

Tabla 12.12 Diagnóstico de afectaciones en agua potable, drenaje y saneamiento

Municipio
Monto
Concepto Los
La Paz Comondú Loreto Mulegé total
Cabos
(Miles de pesos)
Acciones de desazolve de
5,500 9,100 1,600 350 2,350 18,900
alcantarillado, entre otras
Reconstrucción 4,000 42,500 4,000 400 2,650 53,550
Total 9,500 51,600 5,600 750 5,000 72,450
Fuente: elaboración propia con base en información de la CONAGUA, Baja California Sur, 2014

12.4 Infraestructura vital

La infraestructura económica fue la segunda más afectada a causa de Odile,


representando casi un 17 % del total de daños y pérdidas del estado; destaca la
infraestructura eléctrica con un 9 % del total.

12.4.1 Infraestructura eléctrica

El huracán Odile causó los mayores daños a la infraestructura de transmisión y de


distribución de la Comisión Federal de Electricidad en su historia, tanto por la cantidad
de infraestructura económica como por el monto financiero. Como resultado de ello, el
95 % de los usuarios del estado resultaron sin energía eléctrica.

La Fig 12.8 muestra parte de la infraestructura eléctrica dañada. La CFE dividió al estado
en tres zonas: la zona Constitución, que comprende los municipios de Comondú, Loreto
y Mulegé; la zona la Paz y la zona Los Cabos. Se observa que el 83 % de los circuitos
eléctricos resultaron afectados, debido principalmente a la caída de un gran número de
postes y transformadores.

268
Fuente: CFE Zona Baja California, 2014

Fig 12.8. Infraestructura dañada en el sector eléctrico

Para restablecer la energía eléctrica se pusieron en marcha plantas de emergencia


gracias a la coordinación de la Secretaría de Salud, Petróleos Mexicanos y la CONAGUA,
comenzando por la infraestructura estratégica, como hospitales, clínicas de salud,
aeropuerto y bombeos de agua. PEMEX suministró oportunamente el combustible
necesario para poner a funcionar estas plantas de emergencia.

Gracias al plan de trabajo implementado, el 100 % de la energía eléctrica se restableció


el 2 de octubre. Para ello se contó con 6199 trabajadores en Baja California Sur, 525 de
la División Baja California y 5674 trabajadores del resto de las divisiones del país, así
como 2229 vehículos. Además hubo 451 plantas de emergencia, 34 de esta división y
417 de distintos puntos del país.

269
Fuente: CFE Zona Baja California, 2014

Fig 12.9 Postes afectando la circulación

El monto total de daños y pérdidas en el sector eléctrico fue de 2,167 millones pesos;
de estos, el 76 % correspondió a la atención de la emergencia, mientras que un 24 %,
a los daños directos (Tabla 12.13).

Tabla 12.13 Resumen de afectaciones en el sector eléctrico4

Daños Pérdidas Total


Concepto
Monto (miles de pesos)
Postes, torres, cables, fibra óptica y
520,000 - 520,000
trabajos de aislamiento
Combustibles, víveres y gastos
- 467,000 467,000
inmediatos
Adquisición de turbinas - 1,180,000 1,180,000
Total 520,000 1,647,000 2,167,000
Fuente: Medina, 2014

12.4.2 Infraestructura de comunicaciones y transportes

De acuerdo con la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), se registró


un monto de 583.8 millones de pesos por daños por el concepto de aviones y aeropuertos
asegurados5. Seguido de este rubro, se encuentra la infraestructura de la carretera
federal, cuyo monto ascendió a 399.3 millones de pesos.

4
Cifras al corte del 25 de noviembre de 2014.
5
Cifras al corte del 16 de diciembre de 2014.

270
Las pérdidas en el sector carretero federal correspondieron principalmente a la
ocurrencia de deslaves y derrumbes, así como a la caída de señalamientos y afectaciones
de obras de drenaje; el monto por este concepto fue de 96.8 millones de pesos, mientras
que los gastos de operación y supervisión fueron de 21.4 millones.

De acuerdo con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) en Baja California


Sur, resultaron además dos puentes colapsados y ocho más dañados. La Tabla 12.14
muestra un resumen del diagnóstico en acciones de reconstrucción en los distintos
tramos carreteros; en esta se puede apreciar que el municipio que requirió mayor
inversión fue el de Los Cabos, seguido por el de La Paz y en tercer lugar Mulegé.

Tabla 12.14 Acciones de reconstrucción

Costo total de la obra


Municipio Tramo carretero
(miles de pesos)
San Pedro-Cabo San
Los Cabos 5,500
Lucas
Cabo San Lucas-La Paz 103,000
Toda la Red Carretera
La Paz 40,970
Federal
San Pedro-Cabo San
20,000
Lucas
Lucas-La Paz 9,254
Ramal a San Juan de la
9,000
Costa
La Paz-Ciudad
14,000
Insurgente
La Paz-Ciudad
Comondú 15,000
Insurgente
Ciudad Insurgente-
3,500
Loreto
Mulegé Loreto-Santa Rosalía 26,867
Santa Rosalía-Paralelo
34,000
28
Total 281,091
Fuente: SCT estatal, 2014

La Tabla 12.15 muestra el resumen de afectaciones en comunicaciones y transportes, el


cual fue de 983.1 millones de pesos.

271
Tabla 12.15 Resumen de afectaciones en comunicaciones y transportes

Daños Pérdidas Total


Concepto
(Miles de pesos)
Infraestructura carretera federal 281,091 118,251 399,342
Aviones y aeropuertos
583,816 583,816
asegurados
Total 864,907 118,251 983,158
Fuente: elaboración propia con base en datos de De la Rosa y SCT estatal, 2014

12.4.3 Infraestructura vial y urbana

El monto total por daños en obras del sector vial y urbano fue de 907 millones de pesos.
Para este rubro se realizaron 189 acciones para el total del estado, y la mayor parte de
ellas fueron realizadas en el municipio de Los Cabos (Tabla 12.16).

Tabla 12.16 Acciones y obras del sector vial y urbano

Calles gobierno del


Municipio Calles SEDATU %
estado
Comondú - 1 1
La Paz 10 15 13
Loreto 3 - 2
Los Cabos 34 118 80
Mulegé 7 1 4
Total de acciones 54 135 100
Fuente: SEDATU BCS, 2014

12.5 Sectores productivos

12.5.1 Sectores primarios

El paso del huracán afectó tanto a la infraestructura agrícola como a cultivos anuales y
perennes. El monto total de estos daños ascendió a 521 millones de pesos; el 43 % de
esta cifra corresponde al municipio de La Paz, mientras que el 33 % a Comondú, el 20
% a Mulegé y 4 % a Los Cabos.

Las Figs 12.10 y 12.11 muestran los tres municipios que tuvieron mayores afectaciones
en cultivos; por otro lado, el municipio de Loreto solo registró daños en infraestructura
acuícola. Los cultivos sufrieron por el exceso de agua y por los fuertes vientos.

272
9000
8000
7000
6000
5000

Hectáreas
4000
3000
2000
1000
0
La Paz Comondú Mulege
Esparragos 288 1463
Naranja 52 2467
Alfalfa 32 3600
Tomate 277 152
Sorgo 1 400
Maiz 53 1000
Hortalizas 150 438
Chile 324 96
Fuente SAGARPA BCS 2014

Fig 12.10 Principales cultivos afectados

Fuente SAGARPA BCS 2014

Fig 12.11 Infraestructura agrícola dañada

273
En cuanto a la ganadería, el monto de los daños fue de 22.37 millones de pesos.
El 59 % correspondió al municipio de Comondú, mientras que el 26 % a La Paz, el 11 %
a Los Cabos y solo 4 % a Mulegé. Mientras que el ganado fue afectado por el arrastre
(afectando a un total de 41 997 cabezas, Tabla 12.17), la infraestructura ganadera se
vio afectada por el viento, que derribó cercos, corrales, entre otros.

Tabla 12.17 Ganadería. Cabezas afectadas

Cabezas
Municipio
Aves Bovinos Caprinos Ovinos Porcinos Total

Los Cabos - - - - - -
40
La Paz - - 35 - 40 085
050
Comondú - 300 1000 500 - 1800
Mulegé - 32 38 - 42 112
40
Total 332 1038 535 42 41 997
050
Fuente: SAGARPA estatal, 2014

La falta de energía afectó al sector pesquero, arrojando daños por 22.8 millones de
pesos. El municipio de La Paz tuvo daños por el 58 % de ese total, mientras que
Comondú y Mulegé tuvieron afectaciones por 4.7 millones cada uno.

Tabla 12.18 Infraestructura pesquera y producto pesquero


dañado por falta de energía

Unidades de
equipo
Embarcaciones Artes de Equipo
Producto (placas
Infraestructura pesqueras con pesca de pesca Total
Municipio pesquero solares,
pesquera daños y con con (unidades)
dañado baterías) y
pérdidas daños daños
motores
dañados
Los Cabos 2 - - - - - 2
La Paz 25 45 32 110 13 65 290
Comondú 11 2 3 380 13 1 410
Mulegé 7 - 75 - - - 82
Total 45 47 110 490 26 66 784
Fuente: SAGARPA estatal, 2014

274
La infraestructura acuícola también se vio afectada por la falta de energía eléctrica,
principalmente en La Paz, ya que de los 26.8 millones de pesos por daños en este
subsector el 54 % corresponde a este municipio, seguido por Comondú y Mulegé con 24
% y 18 %, respectivamente. Como se puede observar en la Tabla 12.19, se perdió un
gran número de semillas debido a la falta de energía eléctrica, cabe señalar que la
producción acuícola se ha incrementado en el estado en años recientes. Adicionalmente
las embarcaciones aseguradas tuvieron daños por 17.15 millones de pesos.

Tabla 12.19 Infraestructura acuícola y producto acuícola dañado por


falta de energía eléctrica

Infraestructura Equipamiento Pérdidas de Total


Municipio
Acuícola acuícola semillas/piezas (unidades)
Los Cabos - - - -
La Paz 10 28 1 015 000 1 015 038
Comondú 2 24 3 181 000 3 181 026
Loreto - 1 18 000 18 001
Mulegé - 4 9000 9004
Total 12 57 4 223 000 4 223 069
Fuente: SAGARPA estatal, 2014.

El total de daños en el sector primario ascendió a 610.2 millones de pesos. El subsector


agrícola fue el que se vio más afectado, con un 85 % del total de ese monto
(Tabla 12.20).

Tabla 12.20 Resumen del total de daños sector primario

Monto (miles de
Concepto
pesos)
Cultivos e infraestructura agrícola 521,034
Cabezas de ganado e infraestructura 22,365
ganadera
Infraestructura pesquera 22,821
Infraestructura acuícola 26,835
Embarcaciones aseguradas 17,152
Total 610,208
Fuente: elaboración propia con base en la SAGARPA estatal y De la Rosa, 2004

12.5.2 Comercios

Debido a las afectaciones en el comercio, un total de 58 millones de pesos fueron


entregados como apoyo a las micro y medianas empresas. Los requisitos para tener
acceso a estos apoyos eran ser empresas formales y dar evidencias fotográficas del daño

275
que habían sufrido. Un total de 5928 personas fueron atendidas en las mesas de atención
para empresarios; sin embargo, muchas de estas no cumplían con los requisitos. En el
caso de empresas que rebasan diez empleados, hubo otro tipo de apoyos, para lo cual
se les canalizó a instituciones como Nacional Financiera.

Por otro lado, de acuerdo con la AMIS, el daño a comercios asegurados fue estimado en
1,589.6 millones de pesos. De esta manera, el monto total de daños y pérdidas en este
sector ascendió a 1,647.6 millones de pesos.

Tabla 12.21 Resumen de daños y pérdidas en comercios

Total de Total de daños y


Total daños
Concepto pérdidas pérdidas
(Miles de pesos)
Micro y medianas empresas 37,700 20,300 58,000
Comercios que cuentan con
seguro 1,589,600 - 1,589,600
Total 1,627,300 20,300 1,647,600
Fuente: Secretaría de Desarrollo Económico y De la Rosa, 2004

Fuente: Secretaría de Turismo de Baja California Sur

Fig 12.12 Daños en comercios

12.5.3 Turismo

El 42 % del total de daños y pérdidas originadas por el huracán se presentaron en este


sector; esto no es sorprendente, ya que gran parte de la economía del estado está
sustentada en el comercio y los servicios de alojamiento temporal, sectores íntimamente
ligados a la actividad turística. Cabe señalar que Los Cabos es el segundo destino
nacional más visitado por turistas extranjeros, solo por debajo de Cancún; durante 2013

276
recibió 1 421 498 turistas, la mayoría procedentes de Estados Unidos (86 %). Para
atender la emergencia se instalaron refugios temporales para los turistas; además
algunos hoteles, al estar certificados para ello, fungieron con este fin para sus propios
huéspedes.

Fuente: Secretaría de Turismo de Baja California Sur

Fig 12.13 Infraestructura portuaria turística dañada

De acuerdo con el Consejo de Promoción Turística de México, el nivel de ocupación


promedio en el mes de septiembre, cuando se presentó el fenómeno, se redujo a 36.38
%, mientras que en 2013 esta cifra fue de 43.19 %. La mayoría de los hoteles de cinco
estrellas y gran turismo están amparados por seguros que cubren la infraestructura y,
en algunos casos, también el lucro cesante, por lo que la reconstrucción se inició con
celeridad. Cabe señalar que los daños de los hoteles fueron principalmente en los
contenidos y los elementos externos, como la jardinería, rubro que no todos los hoteles
tenían cubiertos por las pólizas.

La caída de la actividad turística generó, además, la pérdida de fuentes de ingreso para


la población que trabaja en ella, ingresos como propinas y utilidades. Sin embargo, este
personal realizó temporalmente labores de limpieza y remoción de escombros.

Se estimó que para el periodo vacacional de diciembre de 2014 estaría funcionando


prácticamente el 100 % de los cuartos hoteleros con los que cuenta Los Cabos. No
obstante, existe un sector de hoteles de tarifas que alcanzan los 700 u 800 dólares por
noche, que tardarán mucho más en abrir, ya que dado que sus instalaciones son de
mayor lujo, llevará más tiempo tener listo el contenido apropiado para ellos.

Para analizar el impacto en el sector, se consignan a continuación las informaciones


recabadas en el estado y que sirvieron de base para la estimación de los daños y las
pérdidas.

277
Los ingresos que se dejaron de percibir por concepto de cuartos hoteleros no habilitados
y por consiguiente, no ocupados, ascendieron a poco más de 1.6 millones de dólares, en
el periodo que va desde mediados del mes de septiembre de 2014 hasta fines de
noviembre del mismo año (véase nota metodológica)6.

Fuente: Consejo de Promoción Turística de México S. A. de C. V., 2014

Fig 12.14 Niveles promedios mensuales de ocupación de julio de 2013


a septiembre de 2014

Para la estimación de pérdidas se consideró la tarifa promedio de los hoteles, la cual es


de 256 dólares, de acuerdo con la Asociación de Hoteles de Los Cabos (Paloma Palacios,
Directora Ejecutiva, entrevista personal, 26 de noviembre de 2014). Adicionalmente se
estimó que de no haber ocurrido el huracán, para los meses de septiembre a diciembre
se habría tenido un 1 % más de nivel de ocupación que en 2013. Tomando en cuenta
toda esta información se calculó que las pérdidas en este rubro fueron de 548 mil dólares
al mes, en promedio.

6
Nota metodológica. La misión de evaluación aplicó los siguientes criterios y estimaciones, de acuerdo con
información obtenida en el estado.
1.
Solo se calcularon las afectaciones para Los Cabos, el municipio de mayores afectaciones y con una
mayor importancia en términos de actividad turística.
2.
De acuerdo con el Consejo de Promoción Turística de México, el porcentaje de ocupación en
septiembre cayó 7 % respecto al año anterior, mientras que en el mes de noviembre, en el que se
realizó la misión, de acuerdo con la Asociación de Hoteles de Los Cabos el porcentaje de ocupación
era del 50 %, lo que significó una caída de 16 puntos porcentuales respecto al mismo mes de 2013.
Tomando en consideración estas cifras se estimó que en el mes en octubre la tasa de ocupación fue
de 38 %. Cabe señalar que para no tener una caída en el porcentaje de ocupación posterior al
huracán, se tomaron medidas como la no cancelación de eventos, como torneos de pesca. La
Fig 12.15 muestra estos datos.
3.
Se consideró el tipo de cambio promedio mensual publicado por el Banco de México.

278
Además, considerando que el promedio de ocupación es de 2.2 turistas por habitación
(Consejo de Promoción Turística de México, 2014) y que el gasto diario promedio de un
turista es de 180 dólares diarios (Secretaría de Turismo, 2014), se estimó que los
ingresos dejados de percibir fueron de 25 millones de dólares mensuales en promedio.
Por la forma en que han sido estimadas, estas pérdidas engloban las ventas de los
restaurantes y tiendas de artesanías que se vieron disminuidas.

Tabla 12.22 Estimación de las pérdidas en infraestructura hotelera de los cabos a


consecuencia del huracán Odile

Ingresos dejados de percibir


Por gasto de turistas Por ocupación hotelera
Mes
(Miles de (Miles de (Miles de
(Miles de pesos)
dólares) pesos) dólares)
Septiembre 11,984 158,545 258 3,416
Octubre 36,713 494,898 791 10,664
Noviembre 27,649 376,574 596 8,115
Total 76,346 1,030,017 1,645 22,196
Fuente: estimaciones propias de la misión con base en informaciones de la Secretaría de Turismo
de Baja California Sur, Asociación de Hoteles de los Cabos, A.C. y De la Rosa, 2004

De los 13 650 cuartos hoteleros con los que cuenta Los Cabos, solo 283 estaban en
condiciones adecuadas después del huracán Odile. De acuerdo con la AMIS, el monto
estimado de afectaciones en infraestructura del sector de hoteles y servicios de
hospedaje fue de 8,969 millones de pesos, lo cual representa en 53.7 % del total que
se pagará por el huracán Odile. Por otro lado, las pérdidas en el sector restaurantero
apenas ascendieron a 94.8 millones de pesos.

Tabla 12.23 Datos para la estimación, cuartos de hotel de los Cabos

Cuartos de hotel antes de Cuartos Cuartos en buen


Hoteles
la afectación dañados estado
64 13 650 13 367 283
Fuente: Asociación de Hoteles de los Cabos, A. C.

Además de lo anterior, la infraestructura portuaria, directamente ligada al turismo,


también registró daños, como en la malla perimetral del recinto portuario, cableado y
luminarias, balizas, plumas de acceso, entre otros. Mientras que entre las pérdidas se
contabilizaron labores de limpieza, el centro de atención a cruceristas, etc. Los daños y
las pérdidas en este rubro ascendieron a 23.87 millones de pesos.

279
Tabla 12.24 Daños y efectos del huracán Odile en el sector turístico

Daños Pérdidas Total


Concepto
(Miles de pesos)
Infraestructura hotelera 8,969,162 - 8,969,162
Ingresos dejados de percibir 7 - 1,052,213 1,052,213
Administración portuaria
integral de Cabo San Lucas 11,923 11,950 23,873
Restaurantes asegurados 94,777 - 94,777
Total 9,075,862 1,064,163 10,140,025
Fuente: estimaciones propias de la misión con base en informaciones de la Secretaría de
Turismo de Baja California Sur, la Asociación de Hoteles de los Cabos, A. C. y De la Rosa, 2014

12.5.4 Otros giros asegurados

La penetración del seguro en el estado de Baja California Sur, y especialmente en Los


Cabos, la zona más afectada, es alta; por ello, la suma que tendrá que pagar la industria
aseguradora resultó mayor que la pagada para otros eventos, como los huracanes
Manuel e Ingrid, por ejemplo. La Tabla 12.25 muestra el monto para otros sectores
además de los mencionados párrafos arriba.8

Tabla 12.25 Otros rubros cubiertos por el sector asegurador

Giro Monto (miles de pesos)


Otros 835,046
Oficinas 257,708
Autos asegurados 162,624
Almacenes de depósito o recinto fiscal 116,998
Agencias automotrices 90,347
Gasolineras 25,601
Bancos 15,070
Transporte (carga) 1,276
Total 1,504,669
Fuente: De la Rosa, 2014

7
El cálculo que se presenta en la tabla 12.24 toma en cuenta lo que se dejaría de percibir en forma
acumulada hasta fines de noviembre de 2014, fecha en que se habría repuesto integralmente el
funcionamiento de la infraestructura hotelera.
8
Cifras al corte del 16 de diciembre de 2014.

280
Fuente: Secretaría de Salud de Baja California Sur

Fig 12.15. Ejemplo de autos dañados

12.6 El bono Multicat Mexico Ltd

En octubre de 2012 México adquirió en el mercado financiero un bono catastrófico para


contar con recursos económicos inmediatamente después de la ocurrencia de un huracán
o un sismo (http://bit.ly/1gaB3ha). Este bono, pionero en su tipo, consistía en que, a
cambio de una prima, la Secretaría de Hacienda podría recibir cincuenta o cien millones
de dólares si ocurría un huracán en determinada zona geográfica con una presión en el
ojo del huracán igual o menor a 932 mb y 920 mb, respectivamente. En la Fig 12.16 se
muestra la zona 1, en la costa del Pacífico, en donde si se presentan dichas condiciones
de presión se activaría el bono.

Fig 12.16 Zona 1, en la costa del océano Pacífico, en donde si se presentan presiones
en el ojo de un huracán menores que 932 mb se activa el bono
catastrófico Multicat Mexico Ltd

281
En las reglas de emisión del bono está acordada la forma como se medirá la presión
central. La NOAA mide y reporta dicha presión con sus criterios y métodos, y lo que esta
institución publique, aun cuando haya correcciones, es incuestionable.

Al momento en que el huracán Odile toca tierra, el reporte de la NOAA indicaba una
presión correspondiente a huracán categoría III; estos datos se muestran con símbolos
rojos en la Fig 12.17 (ver trayectoria en Fig 3.2). Como los reportes que realiza la NOAA
los hace cada tres horas, era necesario hacer una interpolación lineal para ver cuál pudo
haber sido la presión de Odile justamente al momento de entrar a la zona 1. En ese
momento, interpolando los puntos rojos, la presión (930 mb) era suficientemente baja
como para activar el pago de cincuenta millones de dólares. Sin embargo, en el recálculo
publicado semanas después, la NOAA modificó las presiones iniciales con información
del vuelo cazahuracanes, mismas que se muestran en la Fig 12.17 con puntos negros.
Existe una corrección de la presión a la alza (941 mb) al momento de tocar tierra, que
fue suficiente para que la presión no disparara el bono catastrófico. Por este reajuste, el
país no contó con esos recursos que habrían sido muy útiles para la recuperación y pago
de daños.

Fig 12.17 Presión atmosférica reportada por la NOAA cada tres horas (puntos rojos) y
presión corregida y reportada varias semanas después del paso de Odile
con toda la información disponible (puntos negros); nótese la diferencia al
momento de tocar tierra entre ambos reportes, diferencia que fue suficiente
para que no se activara el bono catastrófico Multicat Mexico Ltd

12.7 Conclusiones

Por su posición geográfica, el estado de Baja California Sur posee características muy
diferentes a las del resto de la república, principalmente en lo referente a la

282
interconexión eléctrica o comunicaciones por vía terrestre. Además la dispersión de la
población dificulta el acceso a los mecanismos de ayuda gubernamentales.

Este evento trajo consigo vientos que provocaron que un gran número de postes cayeran
sobre los caminos, lo que afectó la circulación tanto de las personas como de ayuda a
los afectados, además la falta de energía eléctrica exacerbó las afectaciones, pues la
población dejó de tener agua potable, y se aprovechó esta situación para perpetrar actos
vandálicos. No obstante, la CFE hizo un gran esfuerzo para restablecer la situación.

El huracán Odile fue el evento que provocó el mayor impacto económico en el año 2014;
no obstante la afectación en muchos sectores, se trató de preservar la vida humana; el
número de fatalidades fue bajo, si se toma en cuenta la intensidad del fenómeno; de
acuerdo con información de autoridades locales se debieron a la falta de precaución de
las personas que no atendieron las indicaciones oportunas que se realizaron.

Este tipo de eventos se seguirán presentando con intensidades variables, pero en


muchos casos serán mayores tanto en viento como en oleaje e inundaciones, por lo que
es importante que todos los actores involucrados hagan un esfuerzo por construir una
comunidad resiliente.

12.8 Referencias

AGROASEMEX (2014), Estados financieros por los años que terminaron el 31 de


diciembre de 2014 y 2013, e Informe de los auditores independientes,
http://bit.ly/1DZLvNl, [30 de abril de 2014]

CONAGUA- Dirección local Baja California Sur (2014), Informe de avances de acciones
implementadas por CONAGUA derivado de la contingencia que se vivió en el estado por
el paso del huracán “Odile”, 31 de octubre, Baja California Sur, México

Consejo de Promoción Turística de México S.A. de C.V (2014), Diagnóstico de Actividad


Hotelera Los Cabos 2014, http://bit.ly/1Q3UzZX, [9 de diciembre de 2014]

De la Rosa, M. (2014), RE: Apoyo CENAPRED, Asociación Mexicana de Instituciones de


Seguros (madrosa@amis.com.mx), 24 de diciembre

Instituto Sudcaliforniano de la Infraestructura Física Educativa (2014), Evaluación y


validación de daños a la infraestructura física educativa afectada por el paso del huracán
“Odile” los días 14 al 15 de septiembre del 2014 en cinco municipios, 4 de noviembre

Medina, E. (2014), ‘Ha aplicado CFE 2,160 mdp en BCS tras paso de "Odile"’, La prensa
12 de octubre, http://bit.ly/1Q3UzZX, [12 de diciembre de 2014]

283
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación Baja
California Sur, (2014), Estimación de daños ocasionados al sector acuícola en Baja
California Sur

Secretaría de Comunicaciones y Transportes Baja California Sur (2014), Resumen del


diagnóstico y propuesta definitiva de obras y acciones del sector carretero de
competencia federal para la mitigación de daños ocasionados por huracán “Odile” del 14
al 15 de septiembre de 2014 en 5 municipios, 8 de octubre

Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano-Delegación Baja California Sur


(2014), Evaluación de daños sector vivienda, los 5 municipios afectados B.C.S., 25 de
noviembre

Secretaría de Salud del estado de Baja California Sur (2014), Informe de Actividades
Operativo Federal de Salud por Huracán “Odile”, 06 de octubre 2014

Secretaría de Turismo (2014), Información Estadística Turismo BCS,


(iestrada@visitbajasur.travel), 24 de noviembre

Secretaría de Turismo- Dirección General de Comunicación Social (2014), Comunicado


de Prensa 196/2014, 15 de septiembre, [8 de octubre, 2014], http://bit.ly/1Ewvlyc

Velasco, B. (2014), ‘Daños a BCS por Odile ascienden a 7 mil 863 mdp: Fonden’, El
financiero 6 de octubre, http://bit.ly/1Ewvlyc, [17 de octubre de 2014].

12.9 Reconocimientos

Los autores agradecen la colaboración brindada para la elaboración de este estudio a los
representantes de las siguientes dependencias de Baja California Sur: Dirección de la
Unidad Estatal de Protección Civil, Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano,
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, Instituto
Sudcaliforniano de la Infraestructura Física Educativa, Comisión Federal de Electricidad,
Comisión Nacional del Agua, Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Secretaría de
Promoción y Desarrollo Económico, Secretaría de Salud. Y un agradecimiento muy en
especial al Lic. Carlos Miguel Enríquez Rincón, director de la Unidad de Protección Civil
de Baja California Sur; al Lic. Ricardo García Castro, director de Planeación y Desarrollo
Turístico de la Secretaría de Turismo de Baja California Sur; y al Lic. Luis Álvarez,
director de Daños y Autos de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros por
todo su apoyo.

284
13. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

13.1 Conclusiones

Los efectos del huracán Odile en la infraestructura del sur de la península de Baja
California evidenciaron nuevamente la vulnerabilidad de muchas de sus construcciones,
aun aquellas concebidas con los procedimientos de diseño y construcción actuales. Los
daños más relevantes fueron en la infraestructura eléctrica, principalmente en las torres
de las líneas de transmisión, los postes y los transformadores de las líneas de
distribución, donde se observaron problemas relacionados con efectos aerodinámicos
influidos por la topografía local y rugosidad del terreno, fallas de cimentaciones y
desempeño estructural inadecuado de las estructuras de soporte de madera y de acero.
Además, no pueden descartarse problemas de deterioro acumulado por eventos previos
o velocidades de viento superiores a las de diseño. Tales daños ocasionaron la
interrupción del suministro de energía eléctrica total o parcial por varios días en diversas
regiones del estado de Baja California Sur. El abastecimiento de agua potable fue
también interrumpido en parte por la falta de energía eléctrica y por varios daños en su
infraestructura. En la planta desaladora de Los Cabos se inutilizaron dos de sus pozos,
y el restablecimiento normal del suministro de agua se logró ocho días después.

El Aeropuerto Internacional de La Paz, el Aeropuerto Internacional Los Cabos y el


Aeródromo Internacional de Cabo San Lucas sufrieron daños que obligaron a interrumpir
total o parcialmente el servicio de vuelos comerciales por varias semanas. Daños severos
se evidenciaron en hangares, cubiertas, ventanales, fachadas, contenidos e instalaciones
diversas, lo que muestra indicios de elevadas solicitaciones del viento. En el puerto de
Cabo San Lucas, el huracán ocasionó daños en un gran número de muelles, cubiertas de
diversas estructuras, postes de alumbrado e instalaciones diversas, de tal forma que se
requirió la suspensión de llegadas de cruceros por 18 días. En el sector agrario se
observaron daños significativos en grandes extensiones de hectáreas cultivadas, así
como en las naves industriales de varias empacadoras de productos agrícolas que se
localizan en la carretera federal 19. Los daños en las carreteras federales 1 y 19 en el
sur del estado fueron esencialmente en los señalamientos y el azolve de drenes. En la
autopista del libramiento entronque al Aeropuerto Internacional Los Cabos, en San José
del Cabo, los daños fueron en los señalamientos y en la caseta de cobro. El desempeño
de los elementos estructurales de edificaciones y puentes fue aceptable, con la excepción
de contados casos, como el colapso del puente Caduaño, aparentemente por problemas
de socavación que provocó la falla de la pila central.

285
En cuanto al desempeño de los elementos no estructurales, este fue deficiente en un
gran número de casos; por ejemplo, varias edificaciones que contaban con materiales
novedosos en sus fachadas para lograr un adecuado aislamiento térmico, perdieron
parcial o totalmente sus recubrimientos. Los daños en fachadas fueron consecuencia del
uso o colocación de materiales inadecuados para la resistencia de los vientos
huracanados que se presentaron. Algunos materiales novedosos fallaron en sus anclajes
o por fractura en pequeños pedazos punzocortantes que ante los vientos fuertes se
convirtieron en proyectiles. Respecto a daños en cubiertas, hubo numerosos casos en
escuelas, comercios, naves industriales, estadios y estaciones de gasolina, en contraste
con otras que tuvieron un desempeño aceptable. Las fallas parciales y colapsos
observados fueron ocasionados por grandes presiones y succiones inducidas por el
viento, las cuales variaban en intensidad y ubicación de acuerdo con el tipo de
estructura. Aunado a ello, algunas cubiertas evidenciaron una deficiente estructuración
y, en otras, deterioro por falta de mantenimiento. El impacto de diversos objetos y
escombros desplazados por los fuertes vientos provocó múltiples daños en diversas
estructuras, en mobiliario urbano y en vehículos. Incluso sistemas modernos de
protección contra huracanes (cortinas antihuracanes) instalados en ventanas y portales
en zonas residenciales y hoteleras fallaron ante el impacto de objetos.

Debido a las elevadas velocidades del viento, las cubiertas y las fachadas fueron
sometidas a succiones y sobrepresiones importantes. En algunas edificaciones también
se detectó que cuando la presión inducida por el viento o el impacto de algún objeto
lograba romper ventanas o puertas, este fluía al interior de la edificación junto con la
lluvia e incrementaba las fuerzas de succión o presión en las paredes y el techo, y
ocasionaba que algunos elementos estructurales se dañaran y generaran además
severos daños en sus componentes no estructurales (elementos de fachada, acabados,
sistemas de aspersores, de aire acondicionado y de techo suspendido con plafones) y
contenidos del edificio. Estas pérdidas de componentes no estructurales y contenidos de
edificios podían, en algunos casos, llegar a ser significativas y exceder el valor de la
pérdida estructural del edificio. Otros elementos altamente vulnerables ante el efecto de
altas velocidades de viento fueron los anuncios espectaculares, señalamientos viales,
postes de alumbrado público y bardas, entre otros, que presentaron severos daños y
colapso total en algunos casos. Afortunadamente no hubo consecuencias fatales para la
población por este hecho, pero hubo varios heridos a consecuencia del impacto
provocado por los numerosos escombros esparcidos por el viento, particularmente
pequeños escombros en playas.

Respecto a las estaciones meteorológicas, las afectaciones mayores se observaron en la


inspección de la estación Los Cabos, en Cabo San Lucas. Se encontró que la estructura
metálica donde están colocados varios aparatos de medición, entre ellos el anemómetro
y la conexión de los aparatos de medición con el sistema de registro, estaba dañada. La
instalación eléctrica y varias antenas de transmisión habían sido perjudicadas. El
reducido número de estaciones meteorológicas en la zona afectada por el huracán Odile
y los daños sufridos en algunas de ellas impidieron el registro de las velocidades
máximas de viento que se presentaron en la región y correlacionarlas con los daños
observados en la infraestructura de las zonas afectadas.

286
A pesar de que huracanes como Odile han afectado en el pasado a la península de Baja
California y están bien documentadas las amenazas que estos eventos traen consigo,
como vientos, inundaciones y marejadas, ni los atlas publicados por el CENAPRED ni los
realizados por la SEDATU permiten hoy tomar decisiones para conocer y mitigar el
riesgo; esto es porque estos atlas son, en el mejor de los casos, informativos sobre la
amenaza, y no sobre el riesgo. Conocer el riesgo implicaría documentar bien la amenaza
y la exposición, además de caracterizar correctamente la vulnerabilidad de la
infraestructura.

El huracán generó mucha basura, resultado de edificios y letreros dañados, que es muy
probable que no se recoja de las zonas naturales, que son muchas en el área. Esta
basura permanecerá allí por muchos años.

El grupo de trabajo considera que las principales causas de daño fueron las siguientes:

 El empleo de elementos de fachada, tipos de cubierta, tipos de acabados,


materiales y anclajes con un deficiente desempeño ante las altas velocidades de
viento
 Daño acumulado previo
 Fallas en el diseño o construcción de conexiones de elementos estructurales y no
estructurales
 Falta de mantenimiento en diversos elementos estructurales y no estructurales
 Impacto de proyectiles lanzados por el viento

El monto estimado por las afectaciones de este fenómeno ascendió a más de


24 mil millones de pesos. El sector que se vio más afectado fue el productivo,
principalmente el turístico, con 42 % del total. Cabe mencionar que este monto,
estimado por el Centro Nacional de Prevención de Desastres, incluye tanto los efectos
en sector privado, con un 73 % del total, como del sector público, con el restante 27 %.

Sobresale, sin embargo, el excelente trabajo de las autoridades, la iniciativa privada y


la población en general en atender la emergencia de una manera adecuada; esto se
reflejó en un número muy reducido de muertos y heridos.

13.2 Recomendaciones

Cabe destacar que recientemente los daños por huracanes se han incrementado
significativamente en el mundo, lo cual se explica esencialmente por el aumento de la
población y la infraestructura en las regiones expuestas a estos fenómenos
hidrometeorológicos. Por tanto, valorar sus implicaciones en el desempeño de la
infraestructura del país e identificar las posibles zonas de riesgo es prioritario para
determinar en cuál de ellas se requiere implementar programas de evaluación y
reforzamiento, con el fin de reducir las afectaciones socioeconómicas. De este modo, y
de las observaciones realizadas, se derivan las siguientes recomendaciones para mitigar

287
los efectos de huracanes en futuros eventos que se pueden implementar en el corto
plazo:

 Trabajar conjuntamente con las instituciones desarrolladoras de infraestructura


del país para establecer estrategias de mitigación para que este tipo de eventos
extremos no interrumpa los servicios esenciales en ninguna región del país por
más de 72 horas, que es el plazo que la comunidad internacional está tomando
como máximo aceptable.
 Elaborar normas de diseño específicas para las diferentes regiones afectadas por
huracanes. En ellas se deberá considerar, además de la frecuencia y la intensidad
de los huracanes, el efecto de su duración. Se incluirán disposiciones para regular
el empleo de materiales ligeros, elementos de fachadas y cubiertas de
estructuras, para controlar o reducir los objetos y escombros ante su eventual
daño. Los gobiernos estatales y municipales deberán tomar las acciones
preventivas conducentes para el desarrollo de normas de diseño por viento
locales. La intención debe ser lograr una uniformidad tanto de criterios, como de
la calidad de la información climática y aerodinámica que contengan las normas.
 Realización en el corto plazo de un manual de buenas y malas prácticas
constructivas ante el embate de huracanes dirigido al público en general,
arquitectos, autoconstrucción, entre otros. El manual incluirá una serie de
recomendaciones con los siguientes objetivos: mejorar el diseño estructural del
anclaje en los componentes no estructurales (marcos de ventanas, ventanales,
puertas, cubiertas ligeras, anuncios espectaculares); evitar el daño en ventanas
instalando marcos de apoyo reforzados y anclados correctamente a la estructura
para fijar cubiertas resistentes a presiones de viento e impacto de objetos; evitar
la reinstalación de los mismos elementos estructurales y no estructurales que
fallaron durante el huracán. Estas normas deben incluir políticas para que no se
genere basura que afecte a los ecosistemas después de un huracán.
 Modernizar y ampliar la red de instrumentación eólica de las zonas que año con
año son afectadas por huracanes, para incrementar el entendimiento de estos
fenómenos hidrometerológicos y que envíen información en tiempo real y de
acceso generalizado. Debido a que los registros de viento en estaciones son una
fuente de información fundamental para mejorar la reglamentación sobre el
diseño eólico de las construcciones, es urgente revisar el diseño de las estaciones
meteorológicas en las zonas de huracanes del país con el fin de lograr garantizar
un desempeño óptimo de sus estructuras e instalaciones durante el paso de
huracanes.
 Dar mantenimiento regular a las estructuras para prevenir pérdidas de resistencia
debidas a envejecimiento.

Además de lo anterior, deben tomarse en cuenta las siguientes acciones a desarrollarse


a mediano y largo plazo:

 Revisar las velocidades de viento medidas en las estaciones meteorológicas


respecto a las establecidas para el diseño y la actualización de mapas de
velocidades máximas para el diseño de estructuras.

288
 Correlacionar los daños observados con las velocidades de viento que los
causaron, tomando en cuenta el posible daño acumulado por eventos previos.
 Actualizar los criterios de diseño de sistemas extendidos (infraestructura
eléctrica, portuaria, aeroportuaria, agrícola, telecomunicaciones, etc.). Establecer
planes de contingencia para reparar y reconectar estos sistemas (repuestos de
elementos estructurales, material de construcción, cuadrillas de trabajadores,
etc.).
 Revisar las estructuras rehabilitadas esenciales de la región para verificar la
adecuada consideración del estado físico de la estructura y de las velocidades de
viento.
 Perfeccionar los sistemas de predicción y alerta de huracanes.
 Comparar los modelos de estimación de pérdidas respecto a lo ocurrido en este
huracán que permitan contar con un sistema de estimación temprana de daño
por huracanes más confiable.
 Desarrollar pruebas experimentales en túnel de viento para evaluar el
comportamiento de estructuras y sus componentes ante vientos intensos;
ejecutar estudios analíticos de estructuras sensibles al viento, similares a las que
sufrieron daño o se colapsaron.
 Hacer pruebas a escala real de sistemas de anclaje y cristales para evaluar su
rendimiento ante presiones y succiones ocasionadas por vientos huracanados, así
como pruebas de elementos de fachadas o cubiertas protectoras de ventanales
para evaluar su resistencia al impacto de objetos.
 Realizar políticas sobre el ingreso de turistas cuando es inminente el impacto de
un huracán, puesto que muchos turistas llegaron solo para ser evacuados unos
días después.
 Implementar refugios temporales para atender la emergencia que no sean
escuelas, puesto que esto retrasa el restablecimiento de las actividades escolares.

289
La obra El huracán Odile y sus efectos en la infraestructura del sur
de la península de Baja California fue editada por el Instituto de
Ingeniería, de la Universidad Autónoma de México (IIUNAM), en
Ciudad Universitaria, CP 04510, México, DF. El cuidado de la
edición estuvo a cargo de Israel Chávez Reséndiz, de la Unidad de
Promoción y Comunicación del II UNAM. Esta obra está
gratuitamente disponible para consulta e impresión, en archivo
pdf de 55.3 MB, en la sección de Publicaciones del portal
electrónico del IIUNAM, http://www.iingen.unam.mx, desde que
se terminó de editar en octubre de 2015.

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