CEst Sec4 27472 2023
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CONSEJO DE ESTADO
SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
SECCIÓN CUARTA
ANTECEDENTES PROCESALES
Demanda
La Sala precisa que el Tribunal declaró que el requerimiento especial, cuya nulidad
se pretende, no es susceptible de control judicial en la audiencia inicial celebrada el
26 de enero de 20163.
Antes de desarrollar el concepto de violación, el actor solicitó la suspensión del
proceso por prejudicialidad porque, a su juicio, es necesario que de forma previa se
decida la demanda que instauraría contra los actos administrativos que modificaron
la declaración de renta del año gravable 2010. No obstante, esta petición fue negada
por el Tribunal en la audiencia inicial antes referida.
Precisado lo anterior, se observa que el demandante invocó como normas violadas
los artículos 2, 4, 29, 95 numeral 9, 150, 209 y 228 de la Constitución Política; 1849,
1851 y 1857 del Código Civil; 13 de la Ley 153 de 1887; 3, 5, 651 y 661 del Código
de Comercio; 647, 683, 684, 705-1 y 722 (literal c), 742, 744, 745, 771-2 y 774 del
Estatuto Tributario; 3 y 188 de la Ley 1437 de 2011; y 122 y 124 del Decreto
Reglamentario 2649 de 1993.
Puso de presente que, aunque fue fiscalizada la declaración del IVA del segundo
bimestre de 2010, el procedimiento derivó de la investigación iniciada en su contra
con relación a la declaración del impuesto sobre la renta y complementarios el
mismo año. Así las cosas, dijo que no entendía el motivo por el cual fueron
desconocidas las facturas adjuntadas a la respuesta al emplazamiento para corregir
expedido en dicho trámite administrativo, lo que a su juicio desconoce el artículo 29
de la Constitución y los artículos 742 y 771-2 del Estatuto Tributario.
Agregó que la DIAN también violó los artículos 174 y 187 del Código de
Procedimiento Civil, pues las pruebas aportadas no se apreciaron en conjunto y, por
lo tanto, la decisión enjuiciada no se basó en las pruebas allegadas. En adición,
manifestó que el hecho de que la demandada no haya recaudado los documentos
de Comercializadora de Metales Jovanny S.A.S. y de Metales Tatto S.A.S. no
significa que las compras no existan. Precisó que esta aseveración demuestra una
falta de valoración de los elementos de juicio recaudados en el proceso, así como
el traslado indebido de la carga de la prueba al demandante, lo cual está prohibido
a la luz del artículo 746 del Estatuto Tributario.
Añadió que tampoco es de recibo desconocer la realidad de las operaciones por el
hecho de que la DIAN no encontró la dirección registrada en el RUT de algunos
proveedores de Comercializadora Todo Metales y Metales S.A.S., Comercializadora
El Guajiro S.A.S., Comercializadora de Metales Jovanny S.A.S., Metales Tatto
S.A.S. y Victoria Eugenia Godoy Mora. Lo anterior, porque, a su parecer, lo que se
fiscalizó fueron las operaciones realizadas entre el señor Daniel Reyes y los 5
proveedores descritos en los actos administrativos demandados, pero no las
operaciones de estos con sus respectivos proveedores.
Al respecto, manifestó que en los artículos 786 a 791 del Estatuto Tributario no se
encuentran los impuestos descontables en el IVA, ni las compras de un bien o
servicio, como un hecho que debe ser demostrado por el contribuyente. En
consecuencia, alegó que es la DIAN la que debe probar la inexistencia de la
operación. Puntualizó que la autoridad demandada olvida que es válido pagar en
efectivo o mediante cheque el valor de un contrato de compraventa. Adicionalmente,
recalcó que, con el recurso de reconsideración, solicitud la práctica de una
inspección tributaria, sin embargo, esta solicitud fue desatendida.
5. Procedencia de la condena en costas
Planteó que, en este caso, procede la condena en costas en contra de la entidad
demandada con fundamento en todas las irregularidades cometidas en el desarrollo
de la vía administrativa, las cuales provocaron que este asunto debiera ser dirimido
por la Jurisdicción de lo Contencioso Administrativo, con lo que se produjo un
desgaste en los recursos del Estado y del contribuyente.
Oposición de la demanda
Citó los artículos 722, 726 y 728 del Estatuto Tributario y el artículo 68 del Decreto-
Ley 19 de 2012 y, con base en ellos, afirmó que los recursos en materia tributaria
pueden ser presentados directamente por el contribuyente o mediante apoderado
especial que sea abogado.
Para el caso, puso de presente que Daniel Reyes otorgó un poder general a Eliana
Reina Reyes mediante escritura pública, por lo que su representante debió otorgar
poder especial a un profesional del derecho para interponer los recursos previstos
por la ley.
Destacó que este requisito no infringe el derecho sustancial porque busca garantizar
a los contribuyentes una defensa técnica ante las autoridades tributarias y que los
procedimientos administrativos no son una mera formalidad, tal y como lo afirmó el
Consejo de Estado en la sentencia del 9 de diciembre de 2010 (Exp. 16882, C.P.
William Giraldo Giraldo). En consecuencia, solicitó que se confirme la inadmisión
del recurso de reconsideración.
4 Concretamente citó las sentencias de la Sección Cuarta del 3 de mayo de 2007, exp. 4628, C.P. Héctor J.
Romero Díaz y del 16 de septiembre de 2010, exp. 16802, C.P. Carmen Teresa Ortiz de Rodríguez; de la
Sección Segunda del 3 de febrero de 2011, exp. 0880-10, C.P. Víctor Hernando Alvarado Ardila; y de la
Sección Primera del 20 de septiembre de 2007, exp. 995-01227-01, C.P. Rafael E. Ostau de Lafont Planeta.
5 En este punto hizo referencia a la Sentencia C-319 de 2002.
6 Sobre el particular invocó las Sentencias C-832 de 2001 y C-115 de 1998.
7 Al respecto invocó las sentencias del 12 de diciembre de 2006, exp. 14826, C.P. Ligia López Díaz; y del 12
de mayo de 2010, exp. 16448, C.P. Hugo Fernando Bastidas Bárcenas.
6
Agregó que varias de las personas que efectúan los cobros no se encuentran
inscritas en el RUT y que el actor no puede pretender «que con el pago de los cheques
girados por las sociedades que aparecen como clientes a favor del señor Reyes y éste a su vez por
explicación dada por el mismo contribuyente a los funcionarios comisionados en el Auto de
Verificación de la Seccional de Cali y para evitar el pago del 4% (Gravamen a los movimientos
financieros) los gira a sus proveedores (situación no probada por el contribuyente, los cheques
seleccionados para la muestra no lo prueban, son cobrados por personas que no figuran como
proveedores del aquí investigado, ni con ninguna transacción entre las personas)».
Sostuvo que las sociedades que figuran como proveedores del actor se inscribieron
el mismo día en la Cámara de Comercio de Bogotá con un capital de $20.000.000
y que su domicilio y revisora fiscal son los mismos, además que las certificaciones
expedidas por dicha Cámara de Comercio demuestran que estas personas no
poseen la capacidad económica para realizar las operaciones que aparecen
registradas en su contabilidad y soportadas en facturas.
Manifestó que el reporte de información exógena del año gravable 2010 evidencia
que el actor realizó operaciones con la sociedad Comercializadora Internacional
Metal Trade S.A.S. por $6.495.496. Sin embargo, el demandante indicó que realizó
operaciones de ventas durante el segundo bimestre del año por $2.521.782.360. De
igual forma, dijo que mientras que el actor afirma haber realizado operaciones con
la Comercializadora Internacional C.I. Metales la Unión por valor de $2.490.695.940,
esa sociedad no reporta información en medios magnéticos.
Con fundamento en todo lo anterior, argumentó que, en este caso, se aprecia que
si bien los documentos soporte cumplen con los requisitos de orden formal se
comprobó que estos no prestan credibilidad al haber sido desvirtuada por medios
probatorios directos o indirectos permitidos por la ley. Además, dijo que la figura del
fraude fiscal entraña una responsabilidad objetiva por la elusión de obligaciones
tributarias que acarrea sanciones para el implicado, en este caso, la sanción por
inexactitud.
Puntualizó que los asuntos tributarios son de interés público y, por lo mismo, la DIAN
no debe ser condenada en costas, más aún si se tiene en cuenta que actuó ajustada
al debido proceso.
Sentencia apelada
El Tribunal Administrativo del Valle del Cauca negó las pretensiones de la demanda
relacionadas con la nulidad de los actos que inadmitieron el recurso de
reconsideración y, además, declaró probada la excepción de inepta demanda por
falta de agotamiento de la vía gubernativa con relación al acto de liquidación oficial,
por los siguientes motivos:
En ese orden, dijo que el artículo 722 del Estatuto Tributario debía interpretarse
atendiendo lo dispuesto en el artículo 68 del Decreto 019 de 2012 y, por ende, afirmó
que, «para la interposición de recurso, específicamente el de reconsideración en actuaciones
tributarias, se requiere acudir a través de abogado en ejercicio cuando se interviene a través de
apoderado».
Recurso de apelación
Por consiguiente, solicitó que, en segunda instancia, se profiera una sentencia que
resuelva de fondo los cargos planteados en la demanda en contra de la liquidación
oficial, de manera que se garanticen los derechos fundamentales referidos y libre
de todo formalismo. Lo anterior, más aún si se tiene en cuenta que la DIAN siempre
tuvo conocimiento de que Daniel Reyes actuaba a través de su apoderada general.
En segundo lugar, pidió la aplicación del principio de favorabilidad «en forma subsidiaria
al momento de proferir el fallo definitivo, habida consideración que por expreso mandato
constitucional (artículo 29) la ley favorable así sea posterior, prevalece sobre la desfavorable».
Indicó que los artículos 287 y 288 de la Ley 1819 de 2016 modificaron los artículos
647 y 648 del Estatuto Tributario, respectivamente, y redujeron el monto de la
sanción por inexactitud al 100% de la diferencia del saldo a pagar o saldo a favor,
según el caso. Aclaró que, con esta petición, no está afirmando que haya lugar a la
imposición de la sanción, sino que, en el evento en que se mantenga la sanción,
esta se «atempere a la nueva disposición que estableció Ley 1819 de 2016».
Advirtió que el artículo 188 de la Ley 1437 de 2011 dispone que «se evaluará» la
condena en costas cuando la demanda se haya presentado con carencia de
fundamento legal. No obstante, dijo que, según se advierte en el expediente, dentro
del proceso sí existió objeto y fundamento legal para proceder con la presentación
del medio de control, lo cual desvirtúa la procedencia de la condena en costas.
Agregó que el actor no tuvo mala fe al incoar la demanda, sino que, por el contrario,
acudió ante esta jurisdicción «con el fin de encontrar justicia y equidad dentro del proceso de
Nulidad y Restablecimiento del Derecho».
CONSIDERACIONES DE LA SALA
Para decidir este cargo de la apelación, se pone de presente que el numeral 2 del
artículo 161 del Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso
Administrativo establece que, cuando se pretende la nulidad de un acto
administrativo de carácter particular, es necesario que se haya presentado y
ejercido el recurso administrativo obligatorio según la ley.
Esta Sección10 destacó que, conforme a esta norma, el recurso debe ser «ejercido y
decidido», por lo que el interesado tiene la obligación de «interponer el recurso cumpliendo
todos los requisitos legales porque, de lo contrario, no podrá ser resuelto el recurso por la
administración y no se entenderá cumplido este requisito». En todo caso, debe tenerse en
cuenta que el inciso segundo de la norma bajo estudio establece una excepción a
este presupuesto procesal, pues señala que no es exigible cuando la autoridad no
da la oportunidad de interponer los recursos procedentes contra el acto
administrativo.
Con relación a lo expuesto, el artículo 720 del Estatuto Tributario establece que el
recurso de reconsideración procede contra liquidaciones oficiales, las resoluciones
que interpongan sanciones o que ordenen el reintegro de sumas devueltas y los
demás actos relacionados con impuestos administrados por la DIAN. De esta forma,
esta Sección ha concluido que «la interposición del recurso de reconsideración contra el citado
acto liquidatorio resultaba obligatoria, pues con ello se cumplía con el requisito de procedibilidad para
el ejercicio del medio de control de nulidad y restablecimiento del derecho» 11.
Teniendo presente lo anterior, se observa que el literal c) del artículo 722 del
Estatuto Tributario prevé, dentro de los requisitos del recurso de reconsideración,
«Que se interponga directamente por el contribuyente, responsable, agente retenedor o declarante,
o se acredite la personería si quien lo interpone actúa como apoderado o representante». En
concordancia, el artículo 559 ibidem dispone que los recursos que deban
interponerse ante la DIAN pueden presentarse personal o electrónicamente.
Cuando se trata de presentación personal, la norma señala que deben presentarse
en la Administración a la cual se dirijan, personalmente o por interpuesta persona,
10 En este sentido ver: Consejo de Estado. Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección Cuarta. Proceso:
47001-23-33-000-2018-00270-01 (25246). Sentencia del 22 de julio de 2021. CP: Myriam Stella Gutiérrez
Argüello.
11 Consejo de Estado. Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección Cuarta. Proceso: 13001-23-33-000-
2014-00134-01 (23482). Auto del 12 de febrero de 2020. C.P. Stella Jeannette Carvajal Basto.
11
En armonía con esta última disposición, el artículo 68 del Decreto-Ley 019 de 201212
expresamente prevé que las actuaciones ante la Administración Tributaria pueden
cumplirse directamente por las personas naturales o jurídicas, estas últimas a través
de su representante legal, sin necesidad de apoderado. Y, adicionalmente, agrega
que «Salvo para la interposición de recursos, en cualquier otro trámite, actuación o procedimiento
ante las administraciones tributarias, no se requerirá que el apoderado sea abogado» (subrayado de
la Sala).
La Corte Constitucional explicó que las normas que exigen la calidad de abogado
para intervenir en los procedimientos administrativos «obedecen al designio del legislador
de exigir una especial condición de idoneidad -la de ser abogado- para las personas que van a
desarrollar determinadas funciones y actividades que por ser esencialmente jurídicas y requerir, por
consiguiente, conocimientos, habilidades y destrezas jurídicos, necesariamente exigen un aval que
comprueba sus calidades, como es el respectivo título profesional»13.
Siguiendo esa misma línea, esta Sección expuso que «El artículo 29 de la Constitución
Política señala que el debido proceso se aplicará a toda clase de actuaciones judiciales y
administrativas, para el efecto se deben seguir las “formas propias de cada juicio”, razón por la cual
no puede entenderse que los términos procesales y los procedimientos administrativos
contemplados en la ley, sean una cuestión meramente formal, ya que como atañen a la efectividad
de los derechos fundamentales sustanciales, son protegidos igualmente en la Constitución Política,
al consagrar el mismo artículo 228 que “los términos procesales se observarán con diligencia y su
incumplimiento será sancionado” (…)»15.Y, más recientemente, enfatizó que:
«Esta Sala precisa que, para aplicar el principio de prevalencia del derecho sustancial sobre
el formal, que proclama el artículo 228 Constitucional, no se pueden dejar de lado las reglas
fundamentales que enmarcan el procedimiento tributario, ya que todas las actuaciones deben
surtirse en la oportunidad procesal indicada por la ley.
Así las cosas, la prevalencia del derecho sustancial sobre el formal, que pide la demandante,
no pueden llevar al extremo de modificar todo el ordenamiento procedimental tributario, con el
fin de adecuar una actuación administrativa a situaciones particulares de un contribuyente,
pues de hacerlo se vulnerarían postulados constitucionales superiores, como el debido
12 «Por el cual se dictan normas para suprimir o reformar regulaciones, procedimientos y trámites innecesarios
existentes en la Administración Pública».
13 Corte Constitucional, Sala Plena, sentencia C-069 de 1996. M.P. Antonio Barrera Carbonell.
14 Ibidem.
15 Consejo de Estado. Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección Cuarta. Sentencia del 9 de diciembre
de 2010, Exp. 16882. C.P. William Giraldo Giraldo.
12
• Mediante Auto Nro. 900039 del 29 de mayo de 201319, la DIAN inadmitió el recurso
porque no cumplió con el requisito establecido en el literal c) del artículo 722 del
Estatuto Tributario, en la medida en que la apoderada no acreditó «personería y
competencia para actuar en su condición de profesional del Derecho» . En este mismo auto,
la DIAN le advirtió al contribuyente que «El presente caso es subsanable» dentro del
término para interponer recurso de reposición.
• El 8 de julio de 2013, Eliana Reina Reyes, de nuevo actuando como representante
general del contribuyente, presentó recurso de reposición en contra del auto
inadmisorio, donde advirtió que adjuntaba «copia autenticada de la Escritura Pública Nro.
4464 del 30 de noviembre de 2011, otorgada en la Notaria 21 del Círculo Notarial de Cali, con
el certificado de vigencia subsanando el error cometido en la presentación del recurso de
reconsideración contra la Liquidación Oficial de Revisión aludida» 20.
• Mediante Auto Nro. 900015 del 17 de julio de 2013, la DIAN confirmó el auto que
inadmitió el recurso de reconsideración. A estos efectos, indicó que cuando se trata
de la interposición de recursos y el contribuyente actúa a través de apoderado, se
requiere que este último sea abogado, condición que no fue acreditada en este caso.
la DIAN. Así mismo, la Sala concluye que es irrelevante que la autoridad tributaria
supiera que el contribuyente actuaba a través de su representante general durante
el trámite administrativo, pues esta situación no es una excepción a la obligación de
interponer el recurso mediante abogado, en atención a la jurisprudencia de la Corte
Constitucional y de esta Sección antes expuestas.
FALLA
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