Consejo de Estado 2190 Del 30 Sept 2021
Consejo de Estado 2190 Del 30 Sept 2021
Consejo de Estado 2190 Del 30 Sept 2021
I. ANTECEDENTES
La demanda2
Pretensiones
1 Demanda presentada el 13 de enero de 2015, según obra a folio 1, en vigencia de la Ley 1437 de 18 de enero de
2011, por medio del cual se expide el Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo.
2 Demanda presentada el 21 de marzo de 2012, en vigencia del Código Contencioso Administrativo
[…] 1- Que son nulos los actos administrativos proferidos dentro del proceso de
responsabilidad fiscal No. 985 de 2008 de la Contraloría Departamental del Atlántico,
constitutivos del fallo de primera instancia de febrero 11 de 2011 y auto de reposición del
26 de mayo de 2011 proferidos por la Contraloría Auxiliar de Responsabilidad Fiscal de la
Contraloría Departamental del Atlántico, y de la resolución de suspensión No. 000330 de
agosto 26 de 2008, el fallo de segunda instancia auto del 2 de Septiembre de 2011 proferido
por el Contralor Departamental del Atlántico […].
[…]6- Se disponga que para todos los efectos legales hubo solución de continuidad en la
prestación de los servicios por mi representado, hasta cuando sea efectivamente
reintegrado o indemnizado […].
Presupuestos fácticos
10. La parte demandante invocó en su escrito como normas violadas las siguientes:
Concepto de violación
13. Señaló que: “[…] la parte demandante gozaba de inamovilidad relativa, por la
calidad de empleado de periodo fijo como lo señala la legislación que regula la materia
del sector salud, artículo 192 de la Ley 100 de 1993, decretos 1892 de 1994 y 139 de
1996, la competencia de la administración era reglada inequívocamente; y para poder
remover a un servidor público tenía que sujetarse a las normas que regulan estas
situaciones […] proceder que no acató el órgano estatal, vulnerando, por consiguiente,
la garantía del debido proceso consagrada en el artículo 29 de la Carta Fundamental y
del derecho al trabajo artículo 25 […]”.
14. Adujo que se infringieron los artículos 45 y 46 de la Ley 610 de 2000: “[…] De los
anteriores preceptos legales tenemos que la contraloría se extralimitó en sus funciones,
al adelantar el proceso y práctica de pruebas por fuera del término que autoriza la ley,
así que todas las pruebas practicadas con posterioridad al 8 de diciembre del año 2009,
son ilegales, por lo tanto las actas de inspección fiscales e informes técnico contables
anexos al procesos son ilegales en virtud de las normas anteriores […]”.
15. Señaló que se vulneró el artículo 27 de la Ley 610 de 2000: “[…] Así mismo,
también tenemos las irregularidades de la funcionaria comisionada, actuación que viola
el artículo 27 de la ley 610 de 2000. Comisión para la práctica de pruebas […] el
funcionario comisionado se atribuye unas atribuciones que no tiene como es el de
prorrogar el término de la investigación por tres meses más a partir del 9 de septiembre
de 2009 para practicar las pruebas, esta providencia es ilegal, esta funcionaria Ana María
Altamar fue comisionada para practicar pruebas no para prorrogar términos de la
investigación potestad que es exclusiva del contralor auxiliar de responsabilidad fiscal
(juez de primera instancia) y no otro funcionario delegado para la práctica de pruebas”.
16. Indicó que: “[…] Los fundamentos de hecho y derecho que contenía la resolución
de suspensión provisional No. 000330 del 26 de agosto de 2008 expedida por la
Contraloría y la materializada en los decretos No. 00404 y 00569 de 2008 expedidos por
la Gobernación del Atlántico, por un lado se profirieron con desviación de poder y falsa
motivación, violándose los PRINCIPIOS DE RAZONABILIDAD que señala el artículo 36
del C.C.A., y por otro lado el decreto de suspensión expedido por la Gobernación del
Atlántico No. 00569 de 2008, decayó el día 19 de marzo de 2009, y mi mandante no fue
reintegrado al cargo, máxime cuando mi mandante así lo requirió como consta en el acta
No. 1 del 20 de Marzo de 2009 suscrita en el hospital de Sabanalarga para reintegrarse
al cargo […]”.
17. Señaló que se vulneró el artículo 84 del Código Contencioso Administrativo: “[…]
Primero por esta basado en pruebas ilegales practicadas fuera de términos como fue
explicado en esta demanda y segundo por ser portador de falsa motivación, en cuanto
al supuesto faltante del cual se interrogó por valor de $2.300.000, y además que el
faltante se fue incrementando sin ninguna justificación legal de 2.300.000, luego a
64.000.000 (auto de imputación) y finalmente a más de 89.000.000 millones de pesos
(fallo), donde se demuestra la ferocidad y alevosía del fallador para sancionar a mi
mandante en este proceso, por no atender sus requerimientos de dadivas […]”.
18. Adujo que “[…] igualmente los actos impugnados también vulneran los artículos
22 y 23 de la Ley 610 de 2000, los que disponen que toda providencia dictada en el
proceso de responsabilidad fiscal debe fundarse en pruebas legalmente producidas y
allegadas o aportadas al proceso; y que el fallo solo procederá cuando obre prueba que
conduzca a la certeza del daño patrimonial y de la responsabilidad del investigado, lo
cual no ocurrió ni la Contraloría lo prueba quien es a esta quien le compete probar la
responsabilidad del investigado, aquí en este proceso, la carga de la prueba le
corresponde a la contraloría, porque es un ente sancionador y mi defendido lo cobija el
principio constitucional de la inocencia; y que además aplicó la responsabilidad sin tener
en cuenta el grado de participación de cada uno de los supuesto implicados en este caso
la empresa que suministra los medicamentos Suministros y Dotaciones Ltda, el
funcionario del hospital encargado del almacén de medicamentos, cuando lo cierto es
que ello es obligación en todo tipo de actuación judicial o administrativa […]”.
Contestación de la demanda5
19. Adujo que: “[…] Es menester señalar que la función constitucional de este ente de
control en virtud del artículo 267 consiste en la vigilancia de la gestión fiscal de las
entidades públicas así mismo con respecto al proceso de responsabilidad fiscal la
constitución en el artículo 268 # 5º señala que el mismo tiene por fin establecer la
responsabilidad que se derive de la gestión fiscal, imponer las sanciones pecuniarias que
sean del caso, recaudar su monto y ejercer la jurisdicción coactiva sobre los alcances
deducidos de la misma […]”.
20. Señaló que: “[…] Así, debemos señalar que por ministerio del artículo 268 # 8º de
la constitución es función del Contralor “Promover ante las autoridades competentes,
aportando las pruebas respectivas, investigaciones penales o disciplinarias contra
quienes hayan causado perjuicio a los intereses patrimoniales del Estado. La Contraloría,
bajo su responsabilidad, podrá exigir, verdad sabida y buena fe guardada, la suspensión
inmediata de funcionarios mientras culminan las investigaciones o los respectivos
procesos penales o disciplinarios […]”.
21. Indicó que: “[…] Con respecto a la suspensión debemos señalar como corolario
de lo anteriormente dicho que este no fue un acto arbitrario; 1º fue solicitada por los
funcionarios instructores y el fallador de primera instancia; 2º se estimó necesario acoger
la solicitud a fin de evitar que se entorpeciera el recaudo probatorio y que se continuara
comprometiendo el patrimonio público; 3º esta es una facultad que se ejerce por arbitrio
de la constitución verdad sabida y buena fe guardada bajo la responsabilidad del
contralor y, 4º gracias a esta suspensión se cumplió a plenitud la función constitucional
dada al ente de control de vigilar y salvaguardar el patrimonio público […]”.
22. La parte demandada indicó que “[…] si bien la actuación fue dilatada no fue por
causas atribuibles a esta contraloría, muy por el contrario tuvo como origen las diferentes
circunstancias que rodearon el desarrollo del presente proceso toda vez que no ha sido
fácil el recaudo del acervo probatorio debido a varios factores presentados tales como:
[…] Cese de actividades en la ESE Hospital de Sabanalarga durante aproximadamente
un mes […] Seguidamente el señor WALTER GONZALEZ SIADO en su condición de
investigado presentó acción de tutela contra esta entidad ante el Juzgado Promiscuo del
circuito de Sabanalarga, quien ordenó dejar sin efecto la auditoría y rehacer la actuación;
decisión que fue impugnada por este órgano de control, la cual fue revocada en todas
sus partes por el Tribunal Superior que ordenó seguir con la actuación transcurriendo
varios meses entre la presentación de la tutela y el fallo del tribunal dejando en vilo el
futuro del proceso; como consecuencia de la actuación de tutela el contralor auxiliar de
responsabilidad fiscal ordenó el archivo del expediente en cumplimiento del fallo; pero el
Contralor Departamental en consulta revocó la decisión y ordenó proseguir con la
actuación criterio que luego fue avalado por el Tribunal Superior; acto seguido el
accionante presentó una nueva tutela que volvió a dilatar el proceso, todas estas
circunstancias causadas por el accionante demoraron […]”.
24. Señaló que: “[…] conforme se evidencia en los manuales de funciones de este
ente de control y que aportó como prueba la funcionaria es la competente para realizar
las funciones a ella encomendadas y en la contraloría las comisiones realizadas
constituyen solamente actos de reparto y asignación de procesos a fin de comunicarle al
funcionario la asignación del mismo a su carga laboral y por tanto es de su resorte y
competencia la responsabilidad de la sustanciación e impulso del proceso desde que se
le comisiona hasta la culminación del mismo […]”.
25. La parte demandada indicó que: “[…] el instructor se limitó a dar cumplimiento a
lo ordenado por el Ad Quem que ordenó en auto de consulta del 13 de agosto de 2009
la práctica de pruebas tales como “los precios de referencia del CISA para la época o
con cotizaciones de otros proveedores o con el valor de compras realizadas por otras
entidades hospitalarias del departamento” y así fue como el instructor profirió auto de
buen proveer de fecha 22 de septiembre de 2009 y en su artículo primero decide con el
proceso y en su segundo artículo primero decide proseguir con el proceso y en su artículo
segundo continuar con la práctica de las pruebas ordenadas en el grado de consulta
[…]”.
26. Adujo que: “[…] la instructora no hizo más que dar cumplimiento a lo ordenado por
el superior, de otra parte, en cuanto a que ella se auto prorrogó extralimitó auto asignó
el proceso etc. Cabe señalar que el mismo demandante aporta a folio 38 de su demanda
el auto de 26 de agosto de 2009 por el que el contralor auxiliar le asigna el proceso entre
otros señalando que “ de conformidad con lo ordenado en la ley 610 de 2000 continúe
27. Adujo que: “[…] la naturaleza del proceso auditor; que por mandato constitucional
es posterior y selectivo y por tanto al reportar un hallazgo este obedece a una muestra y
el investigador del proceso de responsabilidad fiscal no debe limitarse a la misma porque
de hacerlo desconocería la razón misma del proceso de responsabilidad fiscal que es
lograr el PLENO resarcimiento del daño causado al patrimonio público […] por ello la
pretensión del accionante de que la investigación se ciñese a una sola factura resulta
francamente ilegal ello puede incluso evidenciarse en el dictamen técnico obrante a folio
276 del proceso de responsabilidad fiscal que claramente señala la existencia de
sobrecosto e indica que solo se menciona esa factura como una muestra representativa
pero el operador jurídico debe encontrar la totalidad del detrimento por lo que “se deberá
revisar el conjunto de facturas que soportan las entradas a almacén de la vigencia
correspondiente de este informe técnico” […]”.
28. Señaló que: “[…] “Al cotejar los valores de compra descritos en la entrada de
almacén No 193 visible a folio 2 y los anotados en la cotización referenciada existe un
presunto sobrecosto por la suma de $2.303.298 en solo la cotización de 10
medicamentos” Es por esto que se apertura la investigación por ese valor pero al
confrontar el valor de compra de todos los medicamentos con el valor de venta de la
misma empresa a terceros, el valor de compra de estos mismos medicamentos a los
demás Hospitales departamentales el operador jurídico encuentra el valor total del
detrimento causado ya no mediante una operación selectiva sino mediante la revisión y
cuantificación total del detrimentos […]”.
29. Adujo que: “[…] el accionante pretende impugnar una decisión de 26 de agosto
de 2008 es decir la suspensión provisional proferida por el señor contralor departamental
mediante resolución 00330 de 2008 la cual por demás ni siquiera fue recurrida. […] Ahora
bien el artículo del C.C.A señala en su numeral 2º que la acción de restablecimiento del
derecho caducará al cabo de 4 meses contados a partir del día siguiente al de la
notificación del acto la resolución 00330 de 2008 y tal acto le fue notificado al accionante
el 27 de agosto de 2008 […] La resolución 00330 de 2008 no es dependiente, del proceso
de responsabilidad fiscal, es autónoma y del mismo emana una facultad constitucional
es un acto administrativo en firme, de solicitud de separación del cargo que debió ser
demandado en su momento […]”.
35. Precisó que: “[…] es necesario invocar y por ende aplicar la caducidad de la acción
respecto del derecho reclamado, ya que los actos demandados datan del año 2011, lo
que significa que tienen más de cuatro meses desde su notificación al 21 de marzo de
2012, fecha de presentación de la demanda […]”.
Sentencia apelada6
QUINTO: SIN COSTAS en esta instancia (Art. 171 C.C.A, modificado por el artículo 55 de
la Ley 446 de 1998 […]”.
37. El a quo consideró que: “[…] los actos de suspensión adoptados con ocasión de
los procesos de responsabilidad fiscal, tiene como característica que: i) no son proferidos
por la misma autoridad que adelanta la investigación, ii) no es obligatoria su expedición,
iii) no son expedidos dentro del proceso, pues no obstaculizan o viabilizan alguna etapa,
iv) son de naturaleza instrumental o preparatoria, cuyo objeto no es otro que, el buen
desarrollo de la función investigativa, v) consecuencialmente con lo anterior, no son actos
de trámite, pues no afectan la continuidad de la investigación, y finalmente, vi) la
declaración contenida en ellos, no es objeto de control de legalidad ante la jurisdicción
de lo contencioso administrativo, así como tampoco lo son, aquellos actos que ejecutan
la decisión en ellos contenida, por cuanto es imperativa, de acuerdo con lo preceptuado
en la Constitución Política. Siendo ello así, como en efecto es, esta Sala se inhibirá de
hacer cualquier tipo de pronunciamiento concerniente a la legalidad, no sólo de la
Resolución 330 de 2008, sino también sobre la de los Decretos 0404 y 0569 de 2008,
expedidos por la Gobernación del Departamento del Atlántico […]”
38. Adujo que: “[…] el acto que dio por terminado el proceso administrativo de
responsabilidad fiscal 985 de 2008, en contra del actor, […] de fecha 2 de septiembre de
2011, notificado por edicto que fue desfijado el cinco (5) de octubre de 2011, por lo que
a partir del día siguiente comenzó a contabilizarse el término del fenómeno jurídico en
mención, el cual fenecía el 5 de febrero de 2012. No obstante, el mismo se interrumpió
por la solicitud de conciliación presentada por la parte actora el 14 de diciembre de 2011,
esto es, cuando restaban 1 mes y 22 días, de conformidad con lo dispuesto en el artículo
3° del Decreto 1716 de 2009, hasta el día 6 de marzo de 2012, cuando se expidió el acta
de no conciliación. […] a partir del 6 de marzo de 2012, se reinició el cómputo del término,
esto es, el mes y los 22 días restantes. Sin embargo, la demanda fue presentada el 21
39. Manifestó que: “[…] solo se configura la violación del debido proceso derivada de
la dilación o mora de la autoridad administrativa cuando en la razonabilidad de los plazos
empleados en las actuaciones realizadas al tenor del artículo 45 de la Ley 610 de 2000,
no medie causa justa, pues para que ellos sea así, habrá que tenerse en cuenta: i) el
incumplimiento de los términos señalados en la ley , ii) que la mora no atienda el concepto
de plazo razonable que involucra el análisis de la complejidad del asunto, la actividad
procesal del interesado, la conducta de la autoridad competente y, el análisis global del
procedimiento, y finalmente, iii) la falta de motivación o justificación razonable de la
demora. […] si bien es cierto, el término señalado en la norma referenciada se
encontraba vencido, la mora se debió, entre otras cosas, i) a lo ordenado por el fallo de
tutela de 15 de septiembre de 2008, ii) a la ardua recopilación probatoria entre las que
se encuentra el informe técnico, la inspección contable, la solicitud de cotizaciones a
distintas empresas y a entidades hospitalarias y a la misma que suministró los
medicamentos, la versión libre del investigado, iii) a la resolución de las solicitudes
presentadas por el actor y, iv) a la decisión de 3 de junio de 2009, de la Contraloría
Auxiliar de Responsabilidad Fiscal, que resolvió archivar el proceso, como quiera que se
consideró, que no existía sobrecosto en las compras realizadas y consecuencialmente a
la decisión del superior de 13 de agosto de 2009, que resolvió el grado de consulta,
revocando la decisión, al advertir que de las pruebas obrantes se podía extraer que en
sólo 9 productos de los comparados se presentó un sobrecosto de $ 22.816.901. Siendo
ello así, el incumplimiento alegado si bien se presentó; la tardanza de la imputación
obedece al concepto de plazo razonable demarcado por la jurisprudencia constitucional,
pues involucra la complejidad del asunto, la actividad procesal del interesado, así como
la conducta de la autoridad competente […]”.
40. Señaló que: “[…] las funciones de investigación o indagación de los servidores
encargados y de aquellos que se encuentren comisionados para la práctica de pruebas
al tenor del artículo 27 del Ley 610 de 2000, son idénticas, pues los segundos están
facultados para realizar todas las actuaciones que se requieran, entre ellas las
contempladas en el artículo 45 ibidem, que señala el término para practicar las diligencias
[…] esto en pro de los principios de celeridad y de economía procesal, cuyo objeto no es
otro qué, el proceso no sufra dilaciones injustificadas […]”.
41. Indicó que: […] con fundamento en el informe de 6 de agosto de 2008 que reporta
las novedades del proceso auditor practicado en la ESE Hospital Departamental de
44. Concluyó que: “[…] la congruencia del proceso de responsabilidad fiscal que nos
ocupa, se ciñe con los fines constitucionales y legales dispuestos como garantía de la
recuperación del patrimonio público que ha sufrido un menoscabo, en el que se hace
indispensable la cuantificación real del daño causado […]”.
Recurso de apelación7
46. Adujo que: “[…] todo el procedimiento por medio del cual se sanciona a mi
mandante es violador del debido proceso, a la defensa y a las normas que regulan el
proceso fiscal señalado en la ley 610 de 2000, dado que el proceso fiscal inicia por un
presunto detrimento de $2.302.398, como consta en el auto de apertura de proceso fiscal
del 20 de agosto de 2008 número 985, y versión libre de mi defendido Walter González,
muestro mi inconformidad, en el sentido de que el a quo no fue garantista, por no valorar
las defensas del imputado, pruebas y actuaciones del proceso fiscal comparándolas con
nuestro ordenamiento legal para determinar que el proceso fiscal se ajustaba o no a la
legalidad […]”.
47. Manifestó que: “[…] La Ley 610 de 2000, artículo 45 señala textualmente que el
período probatorio del proceso de responsabilidad fiscal es de tres meses prorrogable
hasta por tres meses más, en este proceso no existe auto de prórroga de término de
instrucción del proceso, ello si observamos elementalmente la fecha del informe mayo 5
de 2010, folio 275 donde se basa la Contraloría para sancionar y al que le da validez el
a quo para decretar la nulidad parcial, también ese informe es ilegal, primero porque se
originó fuera del término de instrucción, este informe tiene fecha del 5 de mayo de 2010
y la instrucción del proceso inició el día 20 de agosto de 2008, y fue revocada a
comienzos de noviembre de 2008, entonces no es justificación, para que se practiquen
pruebas por fuera de los términos de instrucción artículo 45 Ley 610 DE 2000, […] el
informe del 5 de mayo de 2010, comparó precios de forma aleatoria y haciendo
proyecciones, circunstancias que no pueden ser de recibo, porque todo informe debe
obedecer al principio realidad y no a suposiciones o proyecciones, de otras facturas de
suministro de medicamentos que no hacían parte de la investigación ni de la indagación
a mi mandante, como lo manifiesta el informe a folio 275, para corroborar lo dicho véase
FOLIO 168, versión de mi mandante Walter González, quien manifiesta que no se puede
hablar de sobreprecio de una factura No. 1970, […] por valor de $6.500.308, LA CUAL
HASTA LA FECHA NO HA SIDO CANCELADA, lo mismo véase folio 361 versión de la
señora Miriam Estrada Gerente de SYD, quien suministra los medicamentos, ella
manifiesta que las cotizaciones para los medicamentos varía según el suministro para
48. Señaló que: “[…] el fallo de responsabilidad fiscal No. 985 de 2008, es
abiertamente ilegal ya que no se sanciona a mi mandante por hechos reales sino con
meras suposiciones aleatorias y proyecciones que se realizan en el informe técnico, lo
mismo QUE NO SE DEMOSTRÓ SI SE PAGÓ O NO LAS FACTURAS DE LOS
SUPUESTOS SOBRECOSTOS, siendo así las cosas en nuestro ordenamiento jurídico
está proscrita toda responsabilidad objetiva sentencia SU-901 de 2005, o sea que no
existe nexo causal ente la responsabilidad y el resultado, por ello no se pueda hablar de
responsabilidad patrimonial si no está demostrado el resultado, DENTRO DEL
PROCESO NO ESTÁ DEMOSTRADO EL PAGO DEL SUPUESTO SOBRECOSTO EN
BENEFICIOS DE TERCEROS, y así lo manifestó mi mandante en su versión libre, la
contraloría COMO ENTE ACUSADOR fue omisiva ya que le correspondía demostrar que
el pago se surtió para indilgar daño o responsabilidad patrimonial a mi mandante. […]
SYD, quien suministraba medicamentos a créditos tuvo que demandar en procesos
ejecutivos los pagos de estas obligaciones, que hasta la fecha no le han cancelado,
anexo copia del auto admisorio de la demanda […]”.
Parte demandante10
Parte demandada11
53. El Ministerio Público señaló que “[…] el Contralor Departamental del Atlántico
actuó bajo el arbitrio de la Ley, quedando ampliamente documentado y fundamentado el
detrimento patrimonial en los diferentes informes técnicos y pruebas recaudadas de
manera regular y conforme a lo establecido por la ley, por los funcionarios competentes
para tal fin, por lo anterior, el proceso de responsabilidad fiscal No. 985 devino en una
declaratoria de responsabilidad fiscal, fruto de un detrimento y por tanto, ordenó un
resarcimiento, todo de acuerdo con la Ley y principios del derecho […]”.
54. Adujo que: “[…] se encuentra demostrado dentro del expediente que la suma de
“2.302.398 de pesos con que se inició la investigación de responsabilidad fiscal en contra
del actor, fue incrementada en el auto de imputación a la cuantía de $64.226.031 pesos,
por cuanto conforme el informe técnico rendido dentro del proceso de responsabilidad
fiscal, dentro del cual se evidenció: (i) que los mismos medicamentos comprados fueron
cotizados un año después de haberse realizado la compra a la misma empresa que los
vendió, advirtiéndose que tenían un precio inferior; (ii) que al comparar los precios
promedio de compra de insumos y medicamentos registrados en el Sistema Integrado
de la Contratación Estatal resultan diferencias porcentuales materiales y, (iii) que al
comparar las facturas físicas de compras de la ESE Hospital de Sabanalarga durante la
vigencia investigada con los precios de compra de los mismos medicamentos comprados
por la ESE Hospital Niño Jesús, se encontraron diferencias que ascienden a la suma
antes anotada […]”.
Competencia de la Sala
“[…] ARTÍCULO PRIMERO.- Solicitar al señor Gobernador del Departamento del Atlántico,
Dr. EDUARDO VERANO DE LA ROSA en su calidad de nominador, la suspensión
provisional inmediata del señor WALTER GONZALEZ SIADO del cargo de gerente de la
E.S.E. Hospital Departamental de Sabanalarga, de conformidad con la parte motiva de esta
Resolución, mientras culmina las investigaciones fiscales que cursan en su contra […]”.
12 “[…] Artículo129. El Consejo de Estado, en Sala de lo Contencioso Administrativo conocerá en segunda instancia
de las apelaciones de las sentencias dictadas en primera instancia por los tribunales administrativos y de las
apelaciones de autos susceptibles de este medio de impugnación, así como de los recursos de queja cuando no se
conceda el de apelación o se conceda en un efecto distinto del que corresponda, o no se conceda el extraordinario de
revisión. […]”.
13 Se procede a transcribir los apartes más relevantes, sin perjuicio de las citas que se hagan al analizar cada uno de
los cargos.
14 Cfr. folios 44 a 46 del cuaderno núm. 1 del expediente.
60. El acto administrativo de 26 de mayo de 201116, por medio del cual se resolvió el
recurso de reposición dentro del proceso de responsabilidad fiscal núm. 985, expedido
por la Contralora Auxiliar de Responsabilidad Fiscal de la Contraloría General del
Departamento del Atlántico, el cual, en su parte resolutiva señaló:
Problema jurídico
65. Visto el artículo 268 de la Constitución Política, sobre las atribuciones del Contralor
General de la República, en especial, el numeral 5.º que señala “[…] Establecer la
responsabilidad que se derive de la gestión fiscal, imponer las sanciones pecuniarias que
sean del caso, recaudar su monto y ejercer la jurisdicción coactiva sobre los alcances
deducidos de la misma […]”. Esta vigilancia de la gestión fiscal del Estado incluye el
ejercicio de un control financiero, de gestión y de resultados.
68. Del mismo modo, visto el artículo 3.° de la Ley 610 definió el alcance de la gestión
fiscal como el conjunto de actividades económicas, jurídicas y tecnológicas, que realizan
los servidores públicos y las personas que manejen o administren recursos o fondos
públicos y cuyo objeto, conforme el artículo 4.º ibidem, es el resarcimiento de los daños
ocasionados al patrimonio público17como consecuencia de la conducta dolosa o culposa
de quienes realizaron la gestión fiscal mediante el pago de una indemnización pecuniaria
que compense el perjuicio sufrido por la respectiva entidad estatal. A su vez, el parágrafo
1.º del citado artículo determinó que “[…] la responsabilidad fiscal es autónoma e
independiente y se entiende sin perjuicio de cualquier otra clase de responsabilidad […]”,
correspondiéndole a cada uno consecuencias diferentes.
71. Visto el artículo 5.° ejusdem, los elementos de la responsabilidad fiscal son los
siguientes:
72. Una conducta dolosa o culposa atribuible a una persona que realiza gestión fiscal.
73. Un daño patrimonial al Estado, entendido como la lesión del patrimonio público
por el menoscabo, la disminución, el perjuicio, el detrimento, la pérdida o el deterioro de
bienes o recursos públicos y de intereses patrimoniales públicos, generada por una
gestión fiscal antieconómica, ineficaz, ineficiente e inoportuna que, en términos
generales, no se aplique al cumplimiento de los cometidos y de los fines esenciales del
17Entendido como el menoscabo, disminución, perjuicio, detrimento, pérdida, uso indebido o deterioro de los bienes
o recursos públicos, o a los intereses patrimoniales del Estado, producida por una gestión fiscal antieconómica,
ineficaz, ineficiente, inequitativa e inoportuna, que en términos generales, no se aplique al cumplimiento de los
cometidos y de los fines esenciales del Estado, particularizados por el objetivo funcional y organizacional, programa
o proyecto de los sujetos de vigilancia y control de las contralorías. Dicho daño podrá ocasionarse por acción u omisión
de los servidores públicos o por la persona natural o jurídica de derecho privado, que en forma dolosa o culposa
produzcan directamente o contribuyan al detrimento al patrimonio público […]”17.
74. Del contenido de las normas citadas supra, en la responsabilidad fiscal confluyen
tres elementos: i) elemento objetivo, consistente en que exista prueba que acredite con
certeza, por un lado, la existencia del daño al patrimonio público, y, por el otro, su
cuantificación; ii) elemento subjetivo, que evalúa la actuación del gestor fiscal y que
implica que aquél haya actuado al menos con culpa y iii) elemento de relación de
causalidad, según el cual debe acreditarse que el daño al patrimonio sea consecuencia
del actuar del gestor fiscal.
76. Visto el artículo 1.° de la Ley 610, sobre el proceso de responsabilidad fiscal,
señala:
77. Del mismo modo, el artículo 3.° de la Ley 610 definió el alcance de la gestión fiscal
como el conjunto de actividades económicas, jurídicas y tecnológicas, que realizan los
servidores públicos y las personas que manejen o administren recursos o fondos públicos
y cuyo objeto, conforme el artículo 4.° ibidem, es el resarcimiento de los daños
ocasionados al patrimonio público19 como consecuencia de la conducta dolosa o culposa
de quienes realizaron la gestión fiscal mediante el pago de una indemnización pecuniaria
que compense el perjuicio sufrido por la respectiva entidad estatal. A su vez, el parágrafo
1.º del citado artículo determinó que “[…] la responsabilidad fiscal es autónoma e
82. Las normas citadas constituyen el marco general para el trámite de los
procedimientos administrativos a los que es aplicable esa normativa, salvo el evento en
que el trámite se encuentre regido por una norma especial, caso en el cual la
administración tiene la obligación de aplicar ese procedimiento, por disposición expresa
de los artículos 1.° del Decreto 1 de 1984 y de la Ley 1437.
83. Visto el Título II, Capítulo I de la Ley 610, sobre pruebas en el proceso de
responsabilidad fiscal, en especial los artículos 22 a 32, en las cuales se prevé lo
siguiente:
85. “[…] El investigado o quien haya rendido exposición libre y espontánea podrá pedir
la práctica de las pruebas que estime conducentes o aportarlas. La denegación total o
parcial de las solicitadas o allegadas deberá ser motivada y notificarse al peticionario,
decisión contra la cual proceden los recursos de reposición y apelación […]”22.
88. El investigado podrá controvertir las pruebas vencido, el término de traslado del
auto de imputación de responsabilidad fiscal de que trata el artículo 50 de la Ley 610, y
podrá presentar los argumentos de defensa frente a las imputaciones efectuadas, así
como solicitar y aportar las pruebas que se pretendan hacer valer.
21 Artículo 23
22 Artículo 24
23 Artículo 25
24 Artículo 26
25 Artículo 32
90. La parte interesada podrá interponer los recursos de reposición y apelación contra
el auto que rechaza la solicitud de pruebas.
91. Visto el artículo 30 de la Ley 610, las pruebas recaudadas sin el lleno de las
formalidades sustanciales o en forma tal que afecten los derechos fundamentales del
investigado, se tendrán como inexistentes, es decir, no podrán ser valoradas por la
autoridad para determinar la responsabilidad fiscal.
94. Visto el artículo 117 de la Ley 1474, los órganos de vigilancia y control fiscal
podrán comisionar a sus funcionarios para que rindan informes técnicos que se
relacionen con su profesión o especialización. Así mismo, podrán requerir a entidades
públicas o particulares, para que en forma gratuita rindan informes técnicos o
especializados que se relacionen con su naturaleza y objeto. Estas pruebas estarán
destinadas a demostrar o ilustrar hechos que interesen al proceso. El informe se pondrá
a disposición de los sujetos procesales para que ejerzan su derecho de defensa y
contradicción, por el término que sea establecido por el funcionario competente, de
acuerdo con la complejidad de este.
95. Visto el artículo 54 de la Ley 100 de 23 de diciembre de 1993, , “[…] Por la cual
se crea el sistema de seguridad social integral y se dictan otras disposiciones […]”, prevé
que el Estado intervendrá en el servicio público de Seguridad Social en Salud, y que
dicha intervención buscará principalmente el logro, entre otros, de los siguientes fines:
garantizar la observancia de los principios consagrados en la Constitución y en dicha ley;
asegurar el carácter obligatorio de la Seguridad Social en Salud y su naturaleza de
derecho social para todos los habitantes de Colombia; desarrollar las responsabilidades
96. Visto el artículo 194 la Ley 100, dispuso que la prestación de servicios de salud
en forma directa por la Nación o por las entidades territoriales se hará principalmente a
través de las Empresas Sociales del Estado (en adelante E.S.E.), que constituyen una
categoría especial de entidad pública descentralizada, con personería jurídica,
patrimonio propio y autonomía administrativa, creadas por la Ley o por las asambleas o
concejos, según el caso, sometidas al régimen jurídico previsto en dicha ley.
97. Visto el artículo 195 de la Ley 100, por la cual se creó el Sistema de Seguridad
Social Integral en Colombia, el régimen contractual de las E.S.E. se estableció en los
siguientes términos:
“[…] ARTICULO. 195.- Régimen jurídico. Las empresas sociales de salud se someterán
al siguiente régimen jurídico:
98. Visto el artículo 195 ibidem, las E.S.E. se someterán al siguiente régimen jurídico:
1) El nombre deberá mencionar siempre la expresión “[…] Empresa Social del Estado
[…]”; 2) El objeto debe ser la prestación de los servicios de salud, como servicio público
a cargo del Estado o como parte del servicio público de seguridad social; 3) La junta o
consejo directivo estará integrada de la misma forma dispuesta en el artículo 19 de la
Ley 10 de 10 de enero de 199026; 4) El director o representante legal será designado
según lo dispone el artículo 192 de esta Ley27; 5) Las personas vinculadas a la empresa
tendrán el carácter de empleados públicos y trabajadores oficiales, conforme a las reglas
del Capítulo IV de la Ley 10; 6) En materia contractual se regirá por el derecho privado,
pero podrá discrecionalmente utilizar las cláusulas exorbitantes previstas en el estatuto
general de contratación de la administración pública; 7) El régimen presupuestal será el
que se prevea, en función de su especialidad, en la ley orgánica de presupuesto, de
26 “[…] Por la cual se reorganiza el Sistema Nacional de Salud y se dictan otras Disposiciones […]”.
27 “Artículo 192. Dirección de los Hospitales Públicos. <Aparte tachado inexequible> Los directores de los hospitales
públicos de cualquier nivel de complejidad, serán nombrados por el jefe de la respectiva entidad territorial que haya
asumido los servicios de salud, conforme a lo dispuesto en la Ley 60 de 1993 y a la reglamentación que al efecto
expida el Gobierno Nacional, de terna que le presente la junta directiva, constituida según las disposiciones de la Ley
10 de 1990, por períodos mínimos de tres (3) años prorrogables. Sólo podrán ser removidos cuando se demuestre,
ante las autoridades competentes, la comisión de faltas graves conforme al régimen disciplinario del sector oficial,
faltas a la ética, según las disposiciones vigentes o ineficiencia administrativa definidas mediante reglamento del
Gobierno Nacional. […]”.
99. Ahora bien, respecto a los requisitos de existencia y formación de los contratos
celebrados por las empresas sociales del Estado, vale anotar que por tratarse de
entidades excluidas de la Ley 80, para predicar el nacimiento a la vida jurídica de los
negocios por ellas celebrados no se observarán las formalidades contempladas por los
artículos 39 y 41 de esa norma y para esos efectos deberá acudirse a las disposiciones
que la legislación comercial y civil contemple respecto de la tipología contractual que
corresponda.
102. De igual forma, al analizar los elementos de la esencia del contrato de suministro,
esta Corporación en la sentencia citada consideró:
28“[…] Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Primera; sentencia de 24 de febrero de
2016; C.P. Marta Nubia Velásquez Rico; número único de radicación 85001233100020070011602[…]”.
29LAFONT PIANETTA, Pedro, “Manual de Contratos”, Tomo I, Primera Edición 2001, Ediciones Librería del
Profesional, págs. 111 y 113.
103. De este modo, la Sala advierte que uno de los elementos de la esencia en el
contrato de suministro corresponde a la periodicidad y continuidad de la prestación,
también adquieren esa connotación el precio y el plazo, debido a que su ejecución se
pacte en función del primero o del segundo, agotado el precio o superado el plazo, el
contrato se extingue.
104. La E.S.E. participa del carácter de entidad pública, pero no por ello a los contratos
por ella celebrados les resulta aplicable la Ley 80, dado que en virtud de lo establecido
por el mismo legislador la actividad negocial de ese tipo de entidades, como de algunas
otras, se encuentra excluida de la cobertura de aquella preceptiva legal.
106. Visto el inciso final del artículo 150 de la Constitución, se encuentra reservada
exclusivamente al Congreso de la República la facultad de “[…] expedir el estatuto
general de contratación de la administración pública y en especial de la administración
nacional […]”, lo cual permite reiterar que las entidades públicas no pueden invadir, en
modo alguno, la órbita del legislativo en la expedición de sus Manuales de Contratación.
30“[…] Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Primera; sentencia de 9 de octubre de
2013; C.P. Mauricio Fajardo Gómez; número único de radicación 25000232600020020128201[…]”.
112. Copia del auto del auto de 20 de agosto de 2008, expedido por la parte
demandada, mediante el cual se declara abierto el proceso de responsabilidad fiscal
núm. 985-08 con fundamento en el Informe de Auditoría Integral de la vigencia
comprendida entre enero de 2007 a 30 de mayo de 2008, en la cual se tomó una prueba
31Artículo 1 de la Resolución No 1735 de abril 26, “por medio de la cual se reglamenta la presentación de cuentas de
las Misiones Diplomáticas y Oficinas Consulares de Colombia en el Exterior a través del Sistema de Información de
Servicio al Exterior, SISE”.
32 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Magistrado Ponente. Dr. Enrique Gil
Botero, acción de nulidad. procedimientos de selección de contratistas, sentencia de 14 de abril de 2010, radicación
número: 110010326000200800101 00 (36054), actor: Pablo Enrique Manrique Convers, demandado: Ministerio del
Interior y otros, referencia: acción de nulidad.
33El expediente administrativo fue aportado por la parte demandada. Cfr. Fls. 1 a 450 del cuaderno de antecedentes
administrativos.
113. Copia del oficio del 20 de agosto de 2008, mediante el cual se comisiona a la
Contralora Auxiliar de Responsabilidad Fiscal, por el término señalado en el artículo 45
de la Ley 610, con el objeto que adelante la práctica de pruebas y demás diligencias que
requiera la investigación ordenada en la E.S.E. Hospital de Sabanalarga, en virtud de la
cual quedó facultada para conocer, practicar y evaluar las diligencias ordenadas junto
con las que resulten pertinentes35.
114. Copia del auto mediante el cual se acoge la comisión antes referenciada36.
117. Copia del escrito presentado por la parte demandante en el que solicita a la
Contraloría Auxiliar de Responsabilidad Fiscal se allane al cumplimiento de tutela
proferido por el Juzgado Primero Promiscuo del Circuito de Sabanalarga, por
encontrarse vulnerados los derechos fundamentales de la parte demandante, el cual
anuló y dejó sin efectos toda la auditoría fiscal y sus consecuencias39.
118. Copia del fallo de tutela proferido por el Juzgado Primero Promiscuo del Circuito
de Sabanalarga el 15 de septiembre de 2008, mediante el cual se ampara el derecho
fundamental al debido proceso de la parte demandante y se deja sin efectos la auditoría
realizada en la E.S.E. Hospital Departamental de Sabanalarga ordenándose
34
Folios 17 a 21 del cuaderno de antecedentes administrativos.
35 Folio 10 ibidem.
36 Folio 11 ibidem.
37 Folio 12 ibidem.
38 Folios 13 y 14 ibidem.
39 Folios 17 y 18 ibidem.
120. Copia de las facturas generadas por la empresa SyD LTDA., a nombre de la E.S.E.
Hospital Departamental de Sabanalarga en la que se deja constancia de la compra de
insumos y medicamentos42.
122. Copia del Decretos núm. 00404 de 17 de septiembre de 200844, expedido por el
secretario privado encargado con funciones de Gobernador del Atlántico, mediante el
cual se da cumplimiento a la exigencia de la Contraloría de suspender provisionalmente
del cargo de Gerente de la E.S.E. Hospital Departamental de Sabanalarga a la parte
demandante haciéndose efectivo el 19 de diciembre de 200845.
123. Copia del Decreto núm. 00569 de 17 de diciembre de 200846, expedido por el
Gobernador del Atlántico47, mediante el cual se prorroga la suspensión provisional de la
parte demandante por el término de tres meses comprendido entre el 19 de diciembre
de 2008 y 19 de marzo de 200948.
124. Copia del Acta núm. 01 de 20 de marzo de 2009, en la que se deja constancia que
la parte demandante compareció a las instalaciones de la E.S.E. Hospital Departamental
40 Folios 19 a 30 Ibidem.
41 Folios 267 a 270 ibidem.
42 Folios 115 a 153 ibidem.
43 Folios 154 a 157 ibidem.
44
“[…] Por el cual se da cumplimiento a la exigencia dada por la Contraloría Departamental del Atlántico “mediante la
cual se solicita la suspensión provisional de un funcionario” […]”.
45 Folio 159 a 164 ibidem.
46 “[…] Por el cual se prorroga una suspensión provisional […]”
47 Folios 193 a 203 ibidem.
48 Folios 165 ibidem.
125. Copia de la versión libre rendida por la parte demandante de 17 de abril de 2009,
en la que manifestó que ocupaba el cargo de gerente de la E.S.E. Hospital de
Sabanalarga desde el 18 de abril de 2006 hasta esa hecha; que el proceso de compras
de medicamentos con todos los proveedores se hizo con el lleno de requisitos legales y
con el control de precios permitido, de los cuales inclusive se hicieron por valores
inferiores a los establecidos en el mercado por otras entidades, por lo que no puede
haber sobrecosto si no ha excedido por la Ley. Además, que no puede generarse un
sobrecosto sin que se hayan pagado las facturas. Indica que por compras superiores a
6 millones de pesos e inferiores a 100 millones de pesos se solicitaban tres cotizaciones
escogiéndose la mejor, documentos que obran en jurídica o en el almacén. Añade que
en lo referido a la auditoría realizada, esta debía ceñirse a las cotizaciones presentadas
para el contrato y no solicitar nuevas50.
126. Copia del auto de 3 de junio de 2009, expedido por la Contraloría Auxiliar de
Responsabilidad Fiscal, mediante el cual se resuelve archivar el proceso, comoquiera
que se consideró, que no existía sobrecosto en las compras realizadas. Indicando
además que la tardanza en la investigación se debió a causas atribuibles al investigado
y a circunstancias ajenas a la parte demandada51.
128. Copia del auto de 1.° de septiembre de 2009, expedido por la Contraloría Auxiliar
de Responsabilidad Fiscal, mediante el cual se acoge la comisión ordenada dentro de la
investigación fiscal núm. 985 y se ordena prorrogar los términos de actuación por el
término de tres meses a partir del 9 de septiembre de 200953.
130. Copia del auto de 31 de mayo de 2010, mediante el cual se le imputa a la parte
demandante a título de culpa grave o dolo el faltante de fondos públicos en la suma de
$64.226.031, correspondiente al valor del presunto sobrecosto generado en la compra
de medicamentos e insumos para la E.S.E. Hospital de Sabanalarga55.
131. Copia del escrito presentado por la parte demandante el 25 de junio de 2010, en
el que recurre el escrito de imputación en el que solicita la declaración jurada de la
representante legal de la empresa SYD LTDA56.
132. Copia del auto de 27 de julio de 2010, mediante el cual se niega la práctica de la
prueba solicitada57.
135. Copia de la declaración rendida por la señora Mirian Estrada Otero en la que
manifestó que la empresa SYD LTDA. al momento de presentar la oferta tiene diferentes
54
Folios 276 a 281 ibidem.
55 Folios 295 a 305 ibidem.
56 Folios 318 al 336 ibidem.
57 Folios 337 a 339 ibidem.
58 Folios 344 a 347 ibidem.
59 Folios 350 a 356 ibidem.
criterios sobre el precio final de los productos, como lo es si se trata de una entidad
pública o privada, dado que con las primeras hay que cancelar diferentes impuestos,
pólizas de calidad, cumplimiento y garantías, transporte, fletes. Además, el pago se da
incluso en plazos de 24 meses, entre otros. Indicó que los medicamentos vendidos si
aparecen en el CISE60.
136. Declaración jurada rendida por el señor Alci José Villanueva de Castro, en la que
manifestó, que el Contralor Departamental expresó ante distintos medios que el actor
defraudó y menoscabó el patrimonio público del Hospital de Sabanalarga por una cuantía
superior a la que se produjo en la condena. Afirmó que por los lazos de amistad que los
une conoció que sus hijos fueron objeto de burlas en el colegio y su esposa se separó
de él y quedó apartado de la vida pública. Sostiene que fue testigo de la defensa que
tuvo que desplegar el actor ante la Fiscalía por la actuación irresponsables del Contralor,
la cual fue una persecución con la finalidad de sancionar61.
137. Declaración jurada rendida por la señora Candelaria Sarria Issa quien manifestó
ser esposa de la parte demandante, que el mismo fue nombrado como gerente del
Hospital de Sabanalarga por un período de tres años, pero solo estuvo un año y medio
por ser suspendido por la Contraloría. Adujo que por los constantes ataques de la prensa
y radio su familia tuvo suplicios, su hijo menor tuvo que ser retirado del colegio por las
constantes burlas. Que por quedar desempleado el actor su hija que estudiaba una
carrera costosa tuvieron que endeudarse, a tener problemas en la casa y se divorciaron.
Al salir el fallo, su esposo no pudo volver a trabajar, dado que siempre desempeñó en
cargos públicos y empezó a sufrir de la presión62.
138. Certificación en la que se deja constancia que la parte demandante prestó sus
servicios a la E.S.E. Hospital Departamental de Sabanalarga desde el 18 de abril de
2006 hasta el 18 de septiembre de 200863 en la que se indican los factores salarios
devengados.
140. La Sala procede a pronunciarse sobre los argumentos expuestos por la parte
demandante en el recurso de apelación, de acuerdo con los problemas jurídicos
indicados supra.
141. La parte demandante adujo que el artículo 45 de la Ley 600 prevé que el período
probatorio del proceso de responsabilidad fiscal es de tres meses y que el informe de 5
de mayo de 2010 se originó fuera del término de instrucción, por lo que el informe es
ilegal y vulnera el debido proceso.
“[…] ARTICULO 45. TERMINO. El término para adelantar estas diligencias será de tres (3)
meses, prorrogables hasta por dos (2) meses más, cuando las circunstancias lo ameriten,
mediante auto debidamente motivado”66.
ARTICULO 46. DECISION. Vencido el término anterior, se procederá al archivo del proceso
o a dictar auto de imputación de responsabilidad fiscal, mediante providencia motivada,
según sea el caso […]”67.
145. Dispone el artículo 39 de la Ley 610 de 2000 que el plazo para adelantar la
indagación preliminar es máximo de seis (6) meses, al cabo de los cuales “[…] solamente
procederá el archivo de las diligencias o la apertura del proceso de responsabilidad
fiscal[…]”69.
65 “por la cual se establece el trámite de los procesos de responsabilidad fiscal de competencia de las contralorías”.
66 Artículo 45 de la Ley 610 de 2000.
67
Artículo 46 de la Ley 610 de 2000.
68 Artículo 39 de la Ley 610 de 2000.
69 Al respecto, en la sentencia C-840 de 2001, dijo la Corte Constitucional: “con arreglo a la nueva preceptiva legal el
proceso de responsabilidad fiscal se inicia formalmente a partir de la expedición del auto de apertura (art. 40 ib.) Por
contraste, la indagación preliminar, si bien puede contribuir a la precisión y determinación de los elementos
necesarios a la apertura del proceso de responsabilidad fiscal, formalmente no hace parte del mismo. Tanto es así
147. Igualmente, señala la Ley 610 de 2000, en el artículo 32, que “ […] a partir de la
exposición espontánea en la indagación preliminar, o a partir de la notificación del auto
de apertura del proceso de responsabilidad fiscal, el imputado puede controvertir las
pruebas […]”.
“[…] El proceso mediante el cual se declara la responsabilidad fiscal cuenta con una sola
fase, lo que contribuye a evitar dilaciones injustificadas en este tipo de actuaciones
administrativas, y que el mismo se inicia formalmente sólo a partir de la expedición del auto
de apertura. Por esta razón, la indagación preliminar, aun cuando puede coadyuvar a la
verificación de la conducta que afecta el patrimonio público y a la identificación de su autor,
en estricto sentido no hace parte integral del proceso de responsabilidad fiscal […]”71.
150. Una vez proferido el auto de apertura del proceso de responsabilidad fiscal,
conforme a los artículos 42 a 44 ibídem, el investigado podrá solicitar que se le reciba
exposición libre y espontánea, designar un apoderado y el funcionario competente
que en los casos en que a través de la indagación preliminar no se logren verificar los aspectos señalados por el
artículo 39 de la ley 610 dentro del término de 6 meses, se deberá concluir con un auto de archivo. Vale decir, en
tales hipótesis no existirá proceso de responsabilidad fiscal, ya que su presencia se anuncia sólo a partir del auto de
apertura. En consonancia con esto el artículo 9 de la misma ley sitúa la fecha de este auto como el extremo que
marca la consolidación quinquenal de la caducidad de la acción fiscal”.
70 En la sentencia C-131 de 2002, dijo la Corte Constitucional “La diligencia de exposición libre y espontánea puede
solicitarse durante la indagación preliminar, que es una etapa preprocesal encaminada a establecer si hay lugar
al ejercicio de la acción fiscal, o en el proceso de responsabilidad fiscal, pero, en éste caso, antes de que se profiera
auto de imputación de responsabilidad”. (Resaltado fuera del texto)
71 Corte Constitucional, sentencia C-382 de 2008.
153. El artículo 45 de la Ley 610, como quedo expuesto, prevé el plazo máximo – de
tres (3) meses, prorrogable por dos (2) meses más- que tiene el funcionario competente,
a partir del auto de apertura que da inicio al proceso de responsabilidad fiscal, para
recaudar las pruebas con base en las cuales, al finalizar el mismo, deberá adoptar la
decisión de archivar la investigación o de proferir auto de imputación de responsabilidad
fiscal conforme lo indica el artículo 46 ibidem.
154. Igualmente, cabe resaltar que la Corte Constitucional, al referirse a las etapas del
proceso de responsabilidad fiscal, en la sentencia C-512 de 2013, señaló:
“[…] El proceso de responsabilidad fiscal está regulado en la Ley 610 de 2000 y las leyes
que la modifican o complementan, como es el caso de la Ley 1474 de 2011, que contiene el
parágrafo objeto de este cargo de la demanda. La Ley 610 de 2000 define qué es la gestión
fiscal72, cuál es el objeto del proceso de responsabilidad fiscal73 y precisa qué se entiende
por daño, pérdida o deterioro de bienes74.
Según esta ley la actuación de los entes de control fiscal puede iniciar de oficio, por denuncia
o por queja75. En caso de no haber certeza sobre la ocurrencia del hecho, la causación
del daño patrimonial, la entidad afectada o los presuntos responsables, es menester
adelantar una indagación preliminar76, por un término máximo de seis meses. Tanto si
no se dan los anteriores presupuestos como si se dan y se cumple en anterior término, el
ente de control fiscal debe decidir si abre o no el proceso de responsabilidad fiscal. Esta
apertura se hace por medio de un auto de trámite, cuando hay evidencia de un daño
patrimonial e indicios u otros medios de prueba serios sobre quienes serían sus posibles
responsables. Con el auto de apertura inicia el proceso de responsabilidad propiamente
dicho77. Este auto se debe notificar a los presuntos responsables, cuando estén identificados,
para que puedan ejercer su derecho de defensa o de contradicción. Al vencerse el período
72
Artículo 3.
73 Artículo 4.
74 Artículos 6 y 7.
75 Artículo 8.
76 Artículo 39.
77 Artículo 40.
de prueba, el órgano de control fiscal debe decidir si archiva el proceso o si profiere un auto
de imputación de responsabilidad fiscal. Una vez notificado este auto, se puede presentar
argumentos de defensa, solicitar y aportar pruebas […]” (Resaltado fuera del texto).
“[…] Ahora, es cierto que la entidad demandada excedió el término concedido por el artículo
39 para proferir el auto de apertura del proceso de responsabilidad fiscal, empero, como lo
consideró el a quo, ello no constituye causal de nulidad de los actos acusados, pues la
norma no consagra esta consecuencia en caso de inobservancia del plazo allí previsto.
Mediante auto núm. 1257 de 8 de septiembre de 2008, se decretaron pruebas (folio 71);
se resolvió tomar versión libre a la señora Buitrago Aguirre y se ordenó notificar este acto.
En relación con este auto, observa la Sala que, contrario a lo que afirma la actora en su
recurso, el mismo estuvo suficientemente motivado en la existencia de un daño patrimonial
al Estado, en las pruebas, incluyendo las funciones de la actora, su testimonio rendido el 9
de noviembre de 2005 y su versión libre y espontánea rendida el 27 de octubre de 2009.
Al tenor del artículo 45 de la Ley 610 de 2000, el término para proferir el auto de imputación
era de tres meses prorrogables por dos más, el cual se excedió por parte del funcionario
instructor y, como ya se dijo, ello no constituye causal de nulidad […]”.
“[…] la Ley 610 de 2000 en la que se indica que para adelantar las diligencias de indagación
preliminar, apertura del proceso, vinculación de llamado en garantía el órgano de control
cuenta con 3 meses prorrogables hasta por dos meses más cuando las circunstancias lo
ameriten mediante auto debidamente motivado.
Sobre el asunto, se resalta que si bien la norma prevé el término citado por el a quo también
lo es que ese sólo hecho no invalida el proceso de responsabilidad fiscal porque no está
contemplado de esa manera en la norma.
78 “[…] Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Primera; sentencia de 26 de noviembre de
2015; C.P. María Elizabeth García González; número único de radicación 25000234100020130179901 […]”. En el
mismo sentido, ver “[…] Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Primera; sentencia de 21
de enero de 2021; C.P. Nubia Margoth Peña Garzón; número único de radicación 25000234100020140102402 […]”.
79 “[…] Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Quinta; sentencia de 5 de julio de 2018;
[…] Por lo anterior, la Sala encuentra que el argumento presentado por la entidad demanda
tiene vocación de prosperidad en el sentido de señalar que la ampliación de términos en el
curso del proceso de responsabilidad fiscal no constituye una causal para invalidar los
actos administrativos aquí cuestionados máxime si se tiene en cuenta que durante las
etapas procesales el demandante participó activamente en uso de derecho de defensa y
contracción. […]”.
158. Así las cosas, si bien se superó el término máximo de cinco meses señalado en
el artículo 45 de la Ley 610 entre el auto de apertura y el de imputación, ello no constituye
causal de nulidad de los actos acusados, por cuanto la norma no prevé esta
consecuencia en caso de inobservancia del plazo allí previsto según lo ha precisado esta
Corporación. Además, del informe de 5 de mayo de 2010, expedido por un funcionario
de la entidad demandada se corrió traslado a la parte demandante quien pudo ejercer su
derecho de contradicción y defensa frente al mismo.
159. Ahora bien, la Sala determinará si la parte demandante actuó en este caso como
gestor fiscal y si había lugar a imputarle responsabilidad fiscal a título de culpa grave.
Hecho generador
“[…] El procedimiento de compra consagrado en el contrato No. 121 de 2007 celebrado por
el gerente de la E.S.E. Hospital Departamental de Sabanalarga, no se ciñó a los principios
de transparencia y responsabilidad previstos en el Estatuto de Contratación Pública (Ley
80 de 1993).
[…] al revisar el SICE (Sistema de Información para la contratación estatal), encontró que
en este no reposa ningún registro de los precios de dichos medicamentos objeto de
investigación, hechos estos irregulares, denotándose por lo tanto la falta de sesgamiento
al sistema en el cual deben aparecer todos los precios de los medicamentos existentes, y
sobre el cual deben basarse y sujetarse los entes de control al contratar.
[…] la gestión realizada por el señor WALTER GONZALEZ SIADO, no se llevó a cabo
acorde con los principios rectores de la función administrativa. De hecho resulta
inconcebible que no se le hubiesen realizado los controles necesarios que permitieran
detectar a tiempo el cúmulo de irregularidades planteadas en la compra de medicamentos
para el Hospital Departamental de Sabanalarga. […] Está probado en el presente proceso
que el Ex Gerente de la ESE incurrió en un sobrecosto en la compra de medicamentos,
afectando así los intereses del Hospital. […] no tiene justificación alguna al no haber
realizado las gestiones necesarias y pertinentes a efectos de haber protegido los dineros
pertenecientes al Hospital Departamental de Sabanalarga, afectando así los intereses de
la entidad. Evento que se ha podido evitar, pues conforme a las funciones legales y
constitucionales asignadas a quienes manejan fondos o bienes del Estado, estaba obligada
a procurar el correcto manejo de los dineros y realizar las gestiones necesarias para poder
cumplir a cabalidad con sus labores, asegurar el cumplimiento de las funciones y la
prestación de los servicios a su cargo y manejar debidamente los gastos del Hospital.
[…] En el caso sub examine, tal daño se configuró al sufrir la ESE de Sabanalarga,
detrimentos de su erario, determinado en el sobrecosto en la compra de medicamentos
para uso del hospital, para una suma total de […] ($89.742.197). […] la conducta
desplegada por el ex gerente de hospital departamental de Sabanalarga, y el daño que se
causó a dicho municipio con los dineros arriba señalados se encuentra ligada de tal forma
que el nexo de causalidad se evidencia en el caso descrito configurándose el tercer
elemento de la responsabilidad fiscal […]”.
“[…] Obra en el plenario suficiente ilustración probatoria, tal como es el caso del Informe
Técnico rendido por el Profesional Universitario de esta Contraloría, en el cual nos
manifiesta que realizado un análisis comparativo de las facturas remitidas por el Hospital
Niño Jesús y las del Hospital Departamental de Sabanalarga, se observó un sobrecosto de
los productos resultando diferencias porcentuales materiales.
Los precios de adquisición con los cuales se compararon los insumos a la firma Suministros
y Dotaciones permanentes, distan en porcentajes significativos de los estándares de
precios enviados por la E.S.E. Hospital niño Jesús, como lo demuestra el cuadro que se
anexa en el presente proceso.
Primero que todo, se tomaron como base, los precios promedios de compra de los
productos de medicina, laboratorios e implementos médicos quirúrgicos, adquiridos
durante la vigencia 2007 por el hospital Niño Jesús.
Por otra parte es necesario mencionar, que en visita fiscal realizada a las instalaciones de
la E.S.E Hospital Departamental de Sabanalarga, el pasado 9 de abril de 2010, se pudo
observar que en el folder contentivo del Contrato de Suministro de Medicamentos No. 121-
07 de fecha primero (1°) de junio de 2007, las tres cotizaciones que reposan en dicho folder,
como indicio de que se escogió la que supuestamente más favorecía en los precios a la
E.S.E. de Sabanalarga, se pudo verificar que solo una de las tres fue emitida con fecha,
que fue la que respectivamente se escogió y las 2 restantes no presentaban fecha de
emisión alguna, por lo que este Despacho considera no deben ser tenidas en cuenta por
cuanto su expedición es incierta, no generando confianza en el proceso de contratación de
compra de insumos. En dicha inspección […] se le solicitó a la persona encargada de
atendernos, señor JUAN MARENCO, en su condición de almacenista […] el manual de
procedimientos de compras de la E.S.E. Departamental de Sabanalarga, informándonos
“que esto no existía”, por lo que nos deja entrever que al adquirir los medicamentos no se
tuvo en cuenta un procedimiento formal, lo que a su vez genera violaciones a la leyes y
decretos establecidos para tal fin […]”
“[…] Estima este despacho que no existe justificación alguna para que el investigado
comprara suministros por valores muy superiores a los reportados por otras entidades
hospitalarios en iguales circunstancias (pago de impuesto, estampillas entre otras) de tiempo,
modo y lugar […]”.
163. Por su parte, el a quo encontró probado que se encontraban acreditados los
elementos de la responsabilidad fiscal por las siguientes razones:
“[…] con fundamento en el informe de 6 de agosto de 2008 que reporta las novedades del
proceso auditor practicado en la ESE Hospital Departamental de Sabanalarga, el acta de
164. Ahora bien, como se advirtió en el marco normativo supra, para que se pueda
configurar la responsabilidad fiscal deben concurrir tres requisitos: una conducta dolosa
o culposa atribuible a una persona que realiza gestión fiscal, un daño patrimonial al
Estado y que el daño al patrimonio sea consecuencia del actuar del gestor fiscal.
Daño patrimonial
165. En relación con el primer elemento esencial para predicar la responsabilidad fiscal
del ex servidor público, es decir, el daño patrimonial al Estado entendido como la lesión
al patrimonio público representada en el menoscabo, disminución, detrimento, pérdida o
deterioro de los bienes o recursos públicos o de los intereses patrimoniales del Estado,
la Sala evidencia que este viene determinado según la parte demandada, por los
sobrecostos, los cuales encontró probados a partir de las conclusiones que arrojó el
informe rendido por los funcionarios de la parte demandada el 21 de mayo de 2010 en
el que se valoraron la pruebas obrantes (contrato de suministro núm. 121 de 1° de junio
de 2007, facturas correspondientes al contrato y entrada de almacén núm. 193 de junio
de 2007, facturación promedio de la E.S.E. Hospital Niño Jesús para la vigencia 2007,
visita de inspección de 1° de septiembre de 2008, cotización núm. 024376 de 26 de junio
de 2008) dentro del procedimiento de responsabilidad fiscal como se analizará a
continuación.
“[…] Se tomó una muestra representativa, la cual correspondió a la entrada de almacén número 193
donde se observó, la obtención de unos medicamentos por la suma de $6.500.308.00. Con el
propósito de confirmar si existía sobrecostos o no de estas compras, se solicitó una cotización el
día 26 de junio de 2008, a la empresa Sy D Ltda. con Nit 802.0006087 donde fueron comprados por
la E.S.E. Hospital de Sabanalarga, como consta en la entrada de almacén antes referenciada la cual
se adjunta. Como resultado de la solicitud, nos fue entregada la cotización No 024376 la cual es
visible a folio 1 del legajo. Cabe resaltar señor Contralor, que al comparar los valores de compra
descritos en la entrada de almacén NO 193 visible a folio No 2 y los anotados en la cotización
referenciada, existe un presunto sobrecosto por la suma de $2.302.398 en solo la cotización de 10
medicamentos […]”.
167. El 1.º de septiembre de 2008, la parte demandada realizó una visita de inspección
fiscal a la E.S.E Hospital Departamental de Sabanalarga en el acta correspondiente se
dejó constancia de lo siguiente:
“[…] se le solicitó que colocara a disposición de la suscrita todos los documentos de los
siguientes contratos de suministros Nos 121 de 1 de junio de 2007, con entrada al almacén
No. 201, 207, 230, 261, 294, con factura números 4406, 4405, 4408, 4406, 4981. Entrada
a Almacén Nos. 165, 166, 171, 172, 173, 174, 182, 183, 184, 185, 193, 198, 199, 200, 370,
371, 395 correspondiente a factura No. 1075, 1077, 1620, 1621, 1614, 1613, 2214, 2216,
2217, 2213, 1970, 1964, 1968, 1967, 4819, 4379, 4380, orden de compra 109, 105, 117,
114, 111, 119, 121, 126, 123, 129, 134, 141, 144, 137, 260, 247, 243. Documentos estos
que han sido entregados a la suscrita a fin de que sean analizados y revisados dentro del
proceso de responsabilidad fiscal relacionado, contentivo de 72 folios, los cuales quedan
bajo la responsabilidad de la suscrita y serán devueltos una vez aporten a la investigación
el valor probatorio respectivo […]”.
168. En el acta se dejó constancia que fue examinado el contrato de suministro núm.
121 de 1.º de junio de 2007, las correspondientes entradas al almacén, facturas y
órdenes de compra que serían devueltas una vez aporten el valor probatorio al proceso
de responsabilidad fiscal. Sobre el particular, para la Sala es importante precisar que no
obran dentro del expediente las órdenes de compra.
169. El contrato de suministro núm. 121 suscrito entre las partes el 1.º de junio de 2007
cuyo objeto era el suministro de insumos y elementos médicos, se pactó un valor del
contrato de $77.710.453 pesos los cuales serían cancelados 60 días después de la
entrega de los insumos y tendría un período de ejecución de 30 días contados a partir
de la suscripción, así:
según propuesta adjunta, la cual forma parte integral del presente contrato CLÁUSULA
SEGUNDA: VALOR DEL CONTRATO Y FORMA DE PAGO. El presente contrato tiene un
valor de […] (77.710.453), los cuales serán cancelados sesenta 60 días después contra
entrega de los insumos. CLÁUSULA TERCERA: TÉRMINO DEL CONTRATO. El contrato
tendrá una vigencia de treinta 30 días a partir de la suscripción del presente contrato. […]
CLÁUSULA DÉCIMO QUINTA: Hacen parte de este contrato el aviso público, las
propuestas con los requisitos de ley, la resolución de adjudicación del contrato, la póliza,
la resolución de aprobación de la póliza, el certificado de disponibilidad presupuestal, la
constancia de pago de los impuestos, el acta de entrega y recibo a satisfacción, y todos los
documentos que genere el desarrollo y ejecución de la Ley. CLÁUSULA DECIMA SEXTA.
LIQUIDACIÓN DEL CONTRATO: La liquidación del contrato se desarrollará conforme a
las regulaciones que sobre este tema trata la Ley 80 de 1993 […]”.
170. En el presente asunto, la Sala observa que el ente de control fiscal encontró
probado el daño al patrimonio del Estado con sustento en las conclusiones que arrojó el
informe técnico de 21 de mayo de 2010, que sirvió de fundamento para el auto de
imputación de responsabilidad fiscal de 31 de mayo del mismo año, el cual indicó, en
síntesis, que el valor de los bienes contratados y cotizados a Suministros y Dotaciones
Ltda., durante la vigencia 2007, tenían un sobrecosto por valor de $64.226.031, es decir,
por encima del valor del contrato celebrado, así:
“[…] El hallazgo se origina en una nueva cotización realizada por el equipo auditor realizada
por el equipo auditor a cliente no catalogado en fecha 26 de junio del 2008, de la entrada
de almacén No 193 de fecha 12 de junio del 2007, correspondientes a la factura No 1970,
por valor de $6.500.308 por el contrato de suministros de medicamentos No 134 entre la
E.S.E. y la firma Suministros y Dotaciones Limitada, la misma que proveyó los insumos en
el año 2007, la cual envía la cotización No 024376.
[…] En la revisión por parte del equipo auditor solo se menciona dicha factura como una
muestra representativa, aplicando el principio de selectividad, la cual correspondió a la
entrada de almacén No 193 donde se observó la obtención de unos medicamentos por la
suma de $6.500.308, por lo que procede a justificar el hallazgo, solicitando la cotización y
haciendo claridad que solo es una muestra representativa, por lo que se deberá revisar el
conjunto de facturas que soportan las entradas de almacén de la vigencia correspondiente.
Para realizar este informe se obtuvieron las pruebas pertinentes en la entidad E.S.E.
HOSPITAL DE SABANALARGA, materia de auditoría, al igual que se ofició a la firma
Suministros y Dotaciones Ltda., en cuanto a que se enviara la facturación de la vigencia
respectiva y se hizo un análisis de estas tomando como base comparativa los precios
promedios de compra, de insumo y medicamentos enviados por el HOSPITAL NIÑO
JESÚS, que corresponde a la anualidad de la vigencia 2007, y comparativamente con los
precios registrados en el SISTEMA INTEGRADO DE LA CONTRATACIÓN ESTATAL
(SICE), con el cual el estado debe contratar la adquisición y compre de los bienes, para el
cumplimiento del acometido estatal.
Los precios de adquisición con los cuales se compraron los insumos a la firma Suministros
y Dotaciones permanentes distan en porcentajes significativos de los estándares de precios
enviados por la E.S.E Hospital Niño Jesús como lo demuestra el cuadro siguiente.
[…] Para realizar el cuadro siguiente se procedió de la misma forma anterior y se tomó
como base, los precios promedios de compra de los productos de medicina, laboratorios e
implementos medico quirúrgicos, adquiridos durante la vigencia 2007, por el Hospital Niño
de Jesús.
Las facturas no pudieron ser revisadas en el un 100% ya que hubo unos medicamentos
que no pudieron identificarse, y el porcentaje de revisión se generó, con base en la
identificación del medicamento, laboratorio, y material médico quirúrgico, teniendo en
cuenta las especificaciones del producto, como son contenidos, display, etc.
Por otra parte en la visita fiscal realizada, a las instalaciones de la E.S.E. Hospital de
Sabanalarga se puso observar los folder contentivo del contrato de suministro de
medicamentos, más concretamente el contrato No. 121 -07 de fecha primero de junio del
2007 y que se aporta como prueba a este expediente, se constató que reposaban 3
cotizaciones como indicio de que se escogió la que más favorecía a los precios de la E.S.E.,
pero solo una de las tres fue emitida con fecha, que fue la que respectivamente se escogió
y las 2 restantes no presentan fecha de emisión alguna, por lo que considero no deben ser
tenidas en cuenta por cuanto su expedición es incierta, no generando confianza en el
proceso de contratación para la compra de insumos […]”84.
172. Ahora bien, la otra parte del análisis del informe, toma como base comparativa el
precio promedio de compra de insumos y medicamentos enviados por la E.S.E. Niño
Jesús de Barranquilla que corresponde a la vigencia 2007 con relación a las facturas por
la compra de insumos y medicamentos de la E.S.E Hospital de Sabanalarga. La Sala
evidencia que se toma únicamente como referencia este comparativo para cuantificar el
daño patrimonial por un valor de $64.226.031 en el auto de imputación de
responsabilidad fiscal de 31 de mayo de 2010.
173. Asimismo, en el informe se menciona que se compararon los precios del Sistema
Integrado de Contratación Estatal (SICE) con los precios promedio de facturación de la
E.S.E. Niño Jesús de la vigencia 2007 y los precios de facturación de la E.S.E. Hospital
de Sabanalarga. No obstante lo anterior, en el cuadro comparativo no existe una columna
que refleje los precios del SICE ni tampoco obra copia en el expediente de un lista del
mismo o una prueba que acredite que se consultó efectivamente el sistema. A su vez,
en el fallo con responsabilidad fiscal se menciona que: “[…] al revisar el SICE (Sistema
de Información para la contratación estatal), encontró que en este no reposa ningún
registro de los precios de dichos medicamentos objeto de investigación […]”. Para la Sala
lo anterior, no permite determinar la existencia del daño con relación a los precios del
mercado conforme al sistema de contratación pública vigente para ese momento.
176. En relación con la valoración probatoria del mencionado informe y sus soportes,
el a quo simplemente señaló que de conformidad con los mismos se encuentra
acreditado el daño sin entrar analizar de forma concreta cada elemento probatorio.
85
“[…] Corte Constitucional; sentencia C-648 de 28 de junio de 2002; M.P. Jaime Córdoba Triviño […]”
179. Para la Sala las actuaciones administrativas adelantadas por las distintas
Contralorías con el fin de determinar y establecer la responsabilidad de los servidores
públicos no resultan ajenas al control judicial en cabeza de la jurisdicción de lo
contencioso, en tanto esta se encuentra llamada a efectuar un examen integral y pleno
del mismo, para lo cual puede realizar un análisis sobre la valoración probatoria hecha
por el ente de control fiscal con el fin de garantizar que la apreciación de la prueba se
realice con plena observancia de los parámetros de la Constitución y la ley y con sujeción
a los criterios de razonabilidad, legalidad, racionalidad y motivación.
precio. La administración debe entonces hacer ‘las comparaciones del caso mediante el
cotejo de los diferentes ofrecimientos recibidos, la consulta de precios o condiciones del
mercado y los estudios y deducciones de la entidad o de los organismos consultores o
asesores designados para ello’ (art.29)”
Quiere ello decir que si un contrato estatal se celebra con desconocimiento de esos análisis
que debe efectuar la Administración antes de adjudicarlo, haciendo caso omiso de los precios
y condiciones del mercado, y se pacta en él un valor que vulnere estas limitaciones,
superando en forma exagerada el promedio de costos de los bienes, servicios, obras, etc.,
objeto del contrato, no sólo se estará desconociendo el principio de la selección objetiva, por
cuanto no se cumple la finalidad de seleccionar la oferta más favorable, sino que también se
vulnerarán los derechos colectivos a la moralidad administrativa y el patrimonio público88.
III- El sobrecosto:
De acuerdo con lo estipulado en el inciso segundo del artículo 29 de la Ley 80 de 1993, que
se refiere al deber de selección objetiva determinando que ésta se produce cuando la
escogencia se hace a la oferta más favorable a la entidad y a los fines que ella busca, sin
tener en cuenta factores subjetivos como afecto o interés, “Ofrecimiento más favorable es
aquel que, teniendo en cuenta los factores de escogencia, tales como cumplimiento,
experiencia, organización, equipos, plazos, precio y la ponderación precisa, detallada y
concreta de los mismos, (...) resulta ser el más ventajoso para la entidad, sin que la
favorabilidad la constituyan (...) el más bajo precio o el plazo ofrecido” (negrillas fuera
de texto), estableciendo que el administrador debe efectuar las comparaciones del caso
“...mediante el cotejo de los diferentes ofrecimientos recibidos, la consulta de precios o
condiciones del mercado y los estudios y deducciones de la entidad o de los organismos
consultores o asesores designados para ello”
De acuerdo con los términos de esta norma, el precio de las ofertas no puede ser el único
criterio de evaluación y calificación de las mismas, puesto que existen otros factores que
también resultan importantes para la Administración a la hora de contratar ya que inciden en
la debida ejecución del objeto del contrato que pretenda celebrar; en consecuencia, el solo
hecho de que la oferta seleccionada presente un precio superior al ofrecido por otros
participantes en el proceso de escogencia del contratista, bien sea licitación pública o
contratación directa, no significa que se esté violando el deber de selección objetiva.
¿Qué se debe entender entonces, por “sobrecosto” en los procesos de contratación?
Al respecto, se observa que el término ha sido manejado en materia de contratación estatal
para determinar esos mayores gastos e inversiones que tuvo que soportar el contratista en
la ejecución del objeto contratado, que no fueron previstos ni reconocidos por la entidad
estatal.
Sin embargo, para los efectos contemplados en la Ley 472 de 1998, la acepción de tal término
es otra, por cuanto tiene que ver con el valor del contrato celebrado, teniendo en cuenta los
precios reales del mercado, que en cumplimiento del deber legal impuesto, han debido ser
analizados y estudiados por la Administración de manera previa a la iniciación del proceso
de selección y contratación.
Los precios reales del mercado son “lo que, de acuerdo con las reglas del mercado, pueda
ser el costo de los bienes, servicios, suministros, etc. Es decir, del objeto u objetos a contratar,
en un lugar determinado, en un momento determinado, bajo determinadas circunstancias y
conforme a las variables que el objeto del contrato implique, tales como cantidad, calidad,
especialidad, etc. Lo anterior con el propósito ineludible de que la administración no pague
más, ni pague menos, de lo que verdaderamente cuestan en el tráfico jurídico ordinario dichos
bienes o servicios”89.
Quiere decir lo anterior, que el libre juego de la oferta y la demanda en el tráfico mercantil, es
el que determina en un momento dado los precios de los bienes y servicios, y en la medida
en que la Administración Pública participa como un operador más en ese mercado, al
88 Cita es original: “...por patrimonio público debe entenderse la totalidad de bienes, derechos y obligaciones de los
que el Estado es propietario, que sirven para el cumplimiento de sus atribuciones conforme a la legislación positiva;
su protección busca que los recursos del Estado sean administrados de manera eficiente y responsable, conforme lo
disponen las normas presupuestales” Sentencia Sección Cuarta, del 31 de mayo de 2002. Expediente No. 25000-23-
24-000-1999-9001-01
89 Cita original: SANTOFIMIO GAMBOA, Jaime Orlando; Tratado de Derecho Administrativo, T. IV, Contratación
demandar esos bienes y servicios, debe también atenerse a los precios del mismo,
cumpliendo además con el ya referido deber de estudiarlos previamente a la contratación,
con el fin de evitar “...pagar más respecto de la realidad del mercado, lo cual configuraría a
todas luces no sólo una situación de peculado, sino una afrenta al patrimonio público”90
(las negrillas no son del texto).
El estudio previo de los precios del mercado, permitirá entonces a la Administración
determinar, al momento de evaluar las propuestas que reciba, si las mismas guardan una
relación equilibrada con aquellos, o si resultan demasiado altas, de tal forma que deban ser
descalificadas.
Debe tenerse en cuenta también, como lo hace hoy el Decreto 2170 de 2002 (art. 6)91, que
“...el concepto de precio del mercado debe entenderse en su sentido amplio, en el entendido
que comprende una serie de variables de acuerdo a las condiciones, ambiente, lugares,
distancias, y demás elementos que puedan influir ciertamente en su conformación, si
entendemos que el mismo es variable y carente muchas veces de uniformidad […]”.
181. En ese sentido, el sobrecosto tiene ver con la comparación del valor del contrato
celebrado con los precios reales del mercado, por lo que la Administración de manera
previa a la iniciación del proceso de selección y contratación debe tenerlo como
referencia, analizarlo y estudiarlo.
“[…] nuestra empresa al momento de presentar una oferta a una entidad, se tiene en cuenta
diferentes criterios para el precio final de los productos ofertas, tales como. El tipo de
entidad a la cual estamos ofertando si es pública, estatal o privada, ya que con las
entidades oficiales se tienen en cuanta los diferentes impuestos que hay que cancelar, las
pólizas da calidad cumplimiento garantía, el transportes de las mercancías, los fletes para
asegurar la mercancía, también se tiene en cuenta la forma de pago de la entidad, ya que
los plazos de estas entidad varían entre una y otros, y hemos tenido experiencia que se ha
demoran hasta más de 24 meses para el pago de los mismos , al momento de presentar
oferta también tenemos en cuenta las marcas entre un laboratorio y otro son diferentes no
son estandarizados, ya que existen diferentes calidades unos son nacionales y otros son
importados y eso determina el precio al momento de presentar la oferta […]”
“[…] Por otra parte dejo bien claro que se manejan otros criterios entre clientes catalogados
y no catalogados, ya que un cliente catalogado sabemos exactamente cuáles son sus
condiciones comerciales al momento de emitir unas cotizaciones y en nuestros sistemas
están establecidos todo los parámetros para ese cliente, el cliente no catalogado se sobre
entiende no está dando ningún tipo de identificación, no están dados los datos básicos que
se requiere y se le cotiza estrictamente precio de contado y la mercancía que compra debe
ser recogida directamente en la empresa sin que la empresa incurra en ningún gasto por
flete ni seguro. Igualmente se tiene en cuenta lo que nos dice ese cliente no catalogado al
momento de solicitar esa cotización, si nos dice que es para una brigada de salud se
entiende que el producto va a ser consumido inmediatamente, por lo que se le ofrece
productos que estén próximos a vencer, ya que los laboratorios nos ofrecen un 50% de
descuento del costo de la mercancía, si le ayudamos a evacuar antes de que esta venza
[…]”.
185. Descendiendo al caso concreto, para la Sala las conclusiones del informe y sus
soportes no permiten llevar a la certeza sobre la existencia de los sobrecostos, por
cuanto: i) el listado de precios promedio de los medicamentos e insumos para la vigencia
del año 2007 de la E.S.E. Hospital Niño Jesús de la ciudad de Barranquilla no permite
discriminar la procedencia de la mercancía (nacional o extranjera), su marca ni el
laboratorio fabricante, por lo que no se puede establecer si corresponden a los mismos
elementos comprados por la E.S.E. Hospital Departamental de Sabanalarga según sus
facturas allegadas; ii) no obra prueba de los precios de los medicamentos en el SICE y
de que hayan sido verificados por la parte demandada; iii) algunos de los insumos y
medicamentos facturados por la E.S.E. Hospital Departamental de Sabanalarga tienen
IVA y los de la facturación promedio de la E.S.E. Hospital Niño Jesús de Barranquilla no
existe certeza si se calcularon con dicho impuesto, por lo que no es posible su
comparación; iv) no obran los contratos de suministro suscritos por la E.S.E. Hospital
Departamental de Sabanalarga para los meses de mayo, julio, agosto y septiembre a
septiembre de 2007 que permitan determinar si los insumos y medicamentos fueron
facturados para pago a 30, 60 o 90 días lo que puede variar sus precios, así como
tampoco los de la E.S.E. Hospital Niño Jesús y si coinciden en el plazo pactado para el
pago; v) no obran en el expediente los soportes contables (comprobantes de egreso),
financieros y contractuales de los contratos de suministro celebrados por la E.S.E.
Hospital Departamental de Sabanalarga y los soportes de pago de las facturas para la
186. En esas condiciones, el análisis del informe técnico con sus soportes no refleja el
sobrecosto, dado que no determinó los verdaderos valores en el mercado para la fecha
de compra de los insumos y medicamentos, por cuanto para su práctica se limitó a
efectuar aproximaciones basadas en precios promedio de la E.S.E. Hospital Niño Jesús,
no analizó los soportes contables de esa entidad pública y sus facturas para determinar
que se tratara de los medicamentos e insumos con las mismas características (marca,
laboratorio y origen (nacional o extranjero), así como la modalidad de compra.
187. Por otra parte, en al auto núm. 02 de 2 de septiembre de 2011, por medio del cual
se resolvió el recurso de reposición, expedido por el Contralor Departamental del
Atlántico, la parte demandada encontró demostrada la responsabilidad de la parte
demandante, por cuanto no existía justificación para que la parte demandante comprara
suministros por valores muy superiores a los reportados por otras entidades hospitalarios
en iguales circunstancias (pago de impuesto, estampillas entre otras) de tiempo, modo y
lugar.
188. Para la Sala no es cierta dicha afirmación, dado que no se compararon precios
con otras entidades hospitalarias diferentes a la E.S.E. Hospital Niño Jesús y no se
demostró que la parte demandante comprara suministros de las mismas características
a los adquiridos por ese hospital el cual solo allegó precios promedio de compra para el
año 2007, de los cuales no se puede determinar qué tipo de impuesto pago por su
compra y si fueron adquiridos bajo las mismas condiciones de tiempo, modo y lugar
pactados por la E.S.E. Departamental de Sabanalarga, por lo que no existe certeza del
sobrecosto.
“[…] para la Sala las conclusiones del dictamen y su complementación no permiten llevar
a la certeza sobre la existencia de los sobrecostos, toda vez que: i) no se encuentran
respaldadas en los precios del mercado al no haber incorporado como variables las
condiciones ambientales, la distancia, el modo de entrega, es más, de su análisis,
indiscutiblemente se evidencia que los valores cotizados corresponden a los de un almacén
en la ciudad de Bogotá D.C. y no a la ciudad en donde se adquirieron los mismos; ii) la
cotización del valor de los bienes no arroja el valor real de las mercancías para la fecha de
celebración del contrato -22 de noviembre de 1994- sino que reflejan la estimación de los
mismos del año posterior -13 de octubre de 1995- y, iii) no sustenta y no cuentan con
respaldos de carácter contable, financiero ni de mercado que corroboren las afirmaciones
de la pericia, hasta el punto de que dichos valores se fundan en la propia estimación de los
perito, por lo que las mismas resultan ser simples apreciaciones subjetivas […]
Conclusiones
94.- Por todo lo expuesto, la Sala de Decisión considera que el daño patrimonial que
se atribuyó al actor en los actos demandados no quedó demostrado, en tanto que el
proceso de responsabilidad fiscal se fundamentó en un dictamen pericial que no
otorga la certeza sobre la existencia de sobrecostos, aunado al hecho que los demás
elementos probatorios tampoco permiten concluir dicha circunstancia, siendo este
uno de los principales elementos axiológicos que estructuran la responsabilidad
fiscal.
95.- A título de restablecimiento del derecho, se ordenará al ente accionado que devuelva
las sumas que hubiere pagado el señor Álvaro Pérez Castro con ocasión del fallo con
responsabilidad fiscal No. 004 del 21 de noviembre de 1995, si a ello hubiere lugar, sumas
que deberán cancelarse debidamente indexadas. En relación con las demás pretensiones
resarcitorias, la Sala se abstendrá de acceder a ellas, con fundamento en las razones
precitadas.
F A L L A:
92“[…] Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Primera; sentencia de 30 de enero de
2020; C.P. Roberto Augusto Serrato Valdés; número único de radicación 41001233100019960859701 […]”.
SEGUNDO: DECLARAR la nulidad de los actos demandados, esto es, el fallo con
responsabilidad fiscal No. 004 del 21 de noviembre de 1995 y el auto del 6 de diciembre
de 1995, ambos expedidos por la Contraloría Municipal de Campoalegre -Huila-.
190. En ese orden, para la Sala es claro que en la actuación administrativa no reposan
las pruebas suficientes para establecer con certeza la ocurrencia de los sobrecostos que
se le atribuyen a la parte demandante, es decir, no se cuenta con las pruebas que lo
soporten, por cuanto no determinó los precios del mercado de los insumos y
medicamentos comprados por la E.S.E. Departamental de Sabanalarga el año 2007, no
utilizó parámetros comparables entre esta entidad pública con la E.S.E Niño Jesús y no
efectuó un estudio de mercado que de validez a sus afirmaciones.
191. Por lo expuesto, la Sala comparte lo señalado por el recurrente en tanto que el
informe técnico con sus soportes que sirvió de sustento probatorio para adoptar la
decisión no permite llegar a la certeza sobre la existencia de los sobrecostos en la
celebración del contrato de suministro. De igual forma, del análisis de sus afirmaciones
no se observa firmeza, precisión ni contundencia en sus conclusiones. Por todo ello, la
Sala concluye que no se demostró de manera efectiva el daño al patrimonio público como
elemento estructural de la responsabilidad fiscal proferido por la parte demandada.
192. En definitiva, la Sala concluye que no existe certeza del daño al patrimonio del
Estado, dado que no se acreditó un sobrecosto en la celebración del contrato por parte
de la parte demandante.
193. Por otra parte, en el caso sub examine, la Sala advierte que las empresas
Representaciones Sánchez Carpio Ltda93, Sumedic Ltda.94 y S y D LTDA95 presentaron
ofertas a la E.S.E Hospital Departamental de Sabanalarga por concepto de insumos y
medicamentos por valores de $83.140.739, $84.541.031 y $77.710.453 millones de
pesos, respectivamente y la entidad pública escogió la cotización que representaba en
195. Asimismo, para la Sala los actos acusados que contienen el fallo con
responsabilidad fiscal no se fundamentan en el proceso precontractual que dio lugar al
contrato núm. 121 de 1.º de junio de 2007, teniendo en cuenta que en los informes
técnicos elaborados por la parte demandada para determinar el detrimento patrimonial
no se realizó una evaluación o análisis exhaustivo de la etapa precontractual, así como
tampoco obra copia en el expediente de documentos que hagan parte del proceso de
selección, de modo que dicho aspecto no puede considerarse como el fundamento del
daño patrimonial.
196. Ahora bien, la Sala encuentra acreditado en el expediente que para la vigencia
2007 investigada no existía un manual de procesos y procedimientos el cual fue
implementado mediante Resolución núm. 000184 de 8 de julio de 2008 96, expedido por
la parte demandante en calidad de Gerente de la E.S.E Departamental de Sabanalarga.
198. Respecto a los suministros facturados entre el 8 de junio y octubre de 2007 según
el informe técnico de 2010, es decir, en vigencia del Manual de Contratación de la E.S.E.
Hospital Departamental de Sabanalarga, no obran en el expediente los soportes del
proceso precontractual, por lo que no se puede determinar si corresponden a un otro sí
del contrato núm. 121 el cual solo estuvo vigente en el mes de junio de 2007 o si hace
parte de otro proceso contractual, dado que no obran soportes documentales de ello en
199. La Sala advierte que la Ley 1150 de 16 de julio de 2007, “[…] Por medio de la cual
se introducen medidas para la eficiencia y la transparencia en la Ley 80 de 1993 y se
dictan otras disposiciones generales sobre la contratación con Recursos Públicos […]”,
no resulta aplicable al presente asunto, dado que fue expedida luego de que fuera
suscrito el contrato núm. 121 de 1º de junio de 2007 investigado. En ese sentido, el
artículo 33 de la Ley 1150, dispuso que la Ley empezaría a regir seis (6) meses después
de su promulgación, con excepción del artículo 6 que entraría a regir a los dieciocho (18)
meses de su promulgación, es decir con posterioridad al período de ejecución del
contrato núm. 121 de 1.° de junio de 2007, investigado en este proceso.
200. Así, para el contrato núm. 121 de 1º de junio de 2007 investigado no existe prueba
en el expediente de que existiera en la entidad reglamentación que estableciera un
procedimiento específico para la compra de medicamentos ni tampoco una norma
general aplicable para dicho fin, máxime si no se analizó el procedimiento de selección
y si existe mayor flexibilidad para la contratación de acuerdo con la Ley mercantil que
rige el contrato. En ese sentido, en los actos acusados se adujo que no se siguió un
procedimiento formal acorde con las normas y los decretos aplicables, pero no se
determinó específicamente que tipo de proceso de selección se realizó y que
reglamentación fue desconocida por la parte demandante, es decir, le faltó precisión
normativa y valoración probatoria de la etapa precontractual, lo que no permita a la Sala
realizar otro tipo de pronunciamiento.
201. La Sala debe precisar, además, que la parte demandada, en el fallo con
responsabilidad fiscal no efectuó ningún análisis sobre el dolo y la culpa del ex servidor
público, como si se tratara de un sistema de responsabilidad objetiva, dado que el ente
de control fiscal se centró exclusivamente en el estudio del daño patrimonial al Estado
sustentado en el presunto sobrecosto en la celebración del contrato el cual, tal y como
se advirtió anteriormente, no fue probado.
“[…] a) Se origina única y exclusivamente del ejercicio de una gestión fiscal, esto es, de la
conducta de los servidores públicos y de los particulares que están jurídicamente habilitados
para administrar y manejar dineros públicos; b) no tiene una naturaleza jurisdiccional sino
administrativa; c) La responsabilidad fiscal que se declara en el proceso es esencialmente
patrimonial y no sancionatoria, toda vez que tiene una finalidad exclusivamente reparatoria;
d) La responsabilidad fiscal es independiente y autónoma de otros tipos de responsabilidad;
e) La responsabilidad fiscal es de carácter subjetivo, pues para deducirla es necesario
determinar si el imputado obró con dolo o con culpa; f) Finalmente, los órganos de control
fiscal están obligados a obrar con observancia plena de las garantías sustanciales y
procesales propias del debido proceso, las cuales deben armonizarse con los principios que
gobiernan la función administrativa, es decir, con los principios de igualdad, moralidad
eficacia, economía, celeridad, imparcialidad y publicidad”.
203. En este contexto, no se probó el daño, como primer elemento sobre el cual se
sustenta la responsabilidad fiscal, de ahí que resulta innecesario el análisis de los demás
elementos.
205. Ahora bien, la Sala evidencia que el actor en el acápite de las pretensiones de la
demanda, visible a folio 1 del cuaderno núm. 1 del expediente, formuló las siguientes
pretensiones encaminadas al pago de:
98 Cabe destacar que en vigencia de la Ley 42 de 1994, el grado de culpa a partir del cual se podía establecer
responsabilidad fiscal era de culpa leve. En este sentido, se puede consultar la sentencia de 6 de junio de 2013,
Número de Radicado: 18001 2331 000 2002 00374 01, actor: Rodolfo Peña Cárdenas y otro, demandado: Contraloría
General de la República, Magistrado Ponente: Doctor Marco Antonio Velilla Moreno, en la cual se dijo: “[…] para la
época en que se profirió el fallo con responsabilidad fiscal (26 de octubre de 2001) y se resolvieron los
recursos de reposición (2 de mayo de 2002) y de apelación (3 de julio de 2002), era aplicable la normativa de
la Ley 42 de 1993, en virtud de la cual y por desarrollos doctrinales y jurisprudenciales, el grado de culpa a
partir de la que se podía establecer responsabilidad fiscal era el de la culpa leve, como se verá a continuación.
[…]” (Destacado fuera de texto).
99 Magistrado Ponente: Doctor Rodrigo Escobar Gil.
206. Sobre el particular, la Sala advierte que negará las anteriores pretensiones
resarcitorias deprecadas salvo la indemnización por daño moral con fundamento en las
siguientes razones jurídicas:
207. En primer lugar, la Sala precisa que en los actos acusados se ordena pagar a la
parte demandante por concepto del detrimento patrimonial en la compra de
medicamentos y suministros por una suma total de $89.742.197, de modo que como
consecuencia de la nulidad de los mismos se determina que la parte demandante no se
encuentra obligada a pagar dicha suma de dinero. Sobre el particular, en el expediente
no obra prueba de que la parte demandante haya pagado la suma correspondiente a la
condena en el proceso de responsabilidad fiscal, por lo que no se ordenará la devolución
de dicha suma de dinero.
“[…] los actos de suspensión adoptados con ocasión de los procesos de responsabilidad
fiscal, tiene como característica que: i) no son proferidos por la misma autoridad que
adelanta la investigación, ii) no es obligatoria su expedición, iii) no son expedidos dentro
100 “[…] Por el cual se da cumplimiento a la exigencia dada por la Contraloría Departamental del Atlántico “mediante
la cual se solicita la suspensión provisional de un funcionario” […]”.
101 “[…] Por el cual se prorroga una suspensión provisional […]”
102 Folios 193 a 203 ibidem.
del proceso, pues no obstaculizan o viabilizan alguna etapa, iv) son de naturaleza
instrumental o preparatoria, cuyo objeto no es otro que, el buen desarrollo de la función
investigativa, v) consecuencialmente con lo anterior, no son actos de trámite, pues no
afectan la continuidad de la investigación, y finalmente, vi) la declaración contenida en
ellos, no es objeto de control de legalidad ante la jurisdicción de lo contencioso
administrativo, así como tampoco lo son, aquellos actos que ejecutan la decisión en ellos
contenida, por cuanto es imperativa, de acuerdo con lo preceptuado en la Constitución
Política. Siendo ello así, como en efecto es, esta Sala se inhibirá de hacer cualquier tipo
de pronunciamiento concerniente a la legalidad, no sólo de la Resolución 330 de 2008, sino
también sobre la de los Decretos 0404 y 0569 de 2008, expedidos por la Gobernación del
Departamento del Atlántico […]”.
209. Al respecto, esta Corporación ha señalado que el acto administrativo que ordena
la suspensión provisional no susceptible de control judicial:
“[…] Es decir, que los actos demandados adoptan una medida que, a pesar de afectar los
intereses de un empleado público, no definen su situación laboral pues, se reitera, la
suspensión es transitoria.
Así las cosas, los actos que decretan la suspensión provisional del cargo no se profieren
por las mismas autoridades que adelantan las investigaciones disciplinarias, fiscales o
penales, en estricto sentido no se expiden dentro de estos procesos, ni obstaculizan o
viabilizan la sucesión de sus etapas. Sin embargo, a pesar de estas particularidades es
innegable su naturaleza instrumental, preparatoria, si se quiere, del buen desarrollo de
dicha función investigativa.
b) No deciden directa o indirectamente el fondo del asunto, por el contrario, decretan una
medida cautelar que protege la decisión final.
c) No son actos de trámite que impidan la continuación de una actuación; por el contrario,
son actos preparatorios que no afectan la continuidad de las investigaciones disciplinarias,
fiscales o penales, tan es así que la suspensión provisional no se adopta obligatoriamente
en todos los casos en que éstas se adelantan.
Finalmente, de aceptarse que los actos demandados definen una situación jurídica y, en
consecuencia, son objeto de vía gubernativa y de la acción de nulidad y restablecimiento
del derecho se pondría en riesgo la eficacia y urgencia de la medida y se pasaría por alto
su transitoriedad, amén de que se le vaciaría de contenido porque como los recursos en
vía gubernativa se conceden en el efecto suspensivo, (artículo 55 del Código Contencioso
Administrativo) y para acudir a la vía judicial debe agotarse previamente la vía gubernativa
(artículo 135, inciso 1º ibídem) no tendría eficacia ni operancia.
210. Ahora bien, esta Corporación también ha señalado que la demanda contra los
actos de responsabilidad fiscal no es la vía judicial para reclamar la indemnización por el
reintegro, los salarios y prestaciones sociales dejadas de percibir durante el período de
suspensión, dado que la persona interesada debe provocar la actuación administrativa
solicitando a la entidad su reconocimiento, decisión que si es susceptible de control ante
esta jurisdicción104. Por lo anterior, teniendo en cuenta que el acto acusado de
suspensión provisional no es susceptible de control judicial y que la demanda contra los
actos en que se define la responsabilidad fiscal no es el mecanismo judicial idóneo para
buscar su reconocimiento, la Sala negará el reconocimiento de los perjuicios materiales
pretendidos por la parte demandante.
103 “[…] Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Segunda; sentencia de 14 de noviembre
de 2013; C.P. Bertha Lucía Ramírez De Páez; número único de radicación 25000232500020060039301 […]”.
104 “[…] Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Segunda; sentencia de 26 de mayo de
2011; C.P. Bertha Lucía Ramírez De Páez; número único de radicación 05001233100019990281401[…]”.
105 Cfr. Folio 7 del cuaderno núm. 1 del expediente.
106
“[…] Consejo de Estado. Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Subsección A. Sentencia del 2
de diciembre de 2019. C.P. Marta Nubia Velásquez Rico, número único de radicación 25 000 23 26 000 2010 00788
01 […]”.
107 “[…] Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Segunda, Subsección b; sentencia de 5
de octubre de 2017, C.P. Sandra Lisset Ibarra Vélez; número único de radicación 41001-23-33-000-2012-00206-01
[…]”.
215. Declaración jurada rendida por el señor Alci José Villanueva de Castro quien
manifestó, que el Contralor Departamental expresó ante distintos medios que el actor
defraudó y menoscabó el patrimonio público del Hospital de Sabanalarga por una cuantía
superior a la que se produjo en la condena. Afirmó que por los lazos de amistad que los
une conoció que sus hijos fueron objeto de burlas en el colegio y su esposa se separó
de él y quedó apartado de la vida pública. Sostiene que fue testigo de la defensa que
tuvo que desplegar el actor ante la Fiscalía por la actuación irresponsables del Contralor,
la cual fue una persecución con la finalidad de sancionar110.
216. Declaración jurada rendida por la señora Candelaria Sarria Issa quien manifestó
ser esposa de la parte demandante, indicando que el mismo fue nombrado como Gerente
del Hospital de Sabanalarga por un período de tres años, pero solo estuvo un año y
medio por ser suspendido por la Contraloría. Adujo que por los constantes ataques de la
prensa y radio su familia tuvo suplicios, su hijo menor tuvo que ser retirado del colegio
por las constantes burlas. Que por quedar desempleado el actor su hija que estudiaba
una carrera costosa tuvieron que endeudarse, a tener problemas en la casa y se
divorciaron. Al salir el fallo, su esposo no pudo volver a trabajar, dado que siempre
desempeñó en cargos públicos y empezó a sufrir de la presión111.
108 “[…] Consejo de Estado, Sección Tercera, Subsección A; sentencia de 20 de noviembre de 2019, C.P. Marta Nubia
Velásquez Rico, número único de radicación 08001-23-33-000-2012-00489-01(50976) […]”.
109 Folio 414 a 419 cuaderno principal. CD audiencia de pruebas.
110 Folio 212 ibidem.
111 Folios 213 a 214 ibidem.
217. No obstante que los declarantes son familiares de la actora y cabría calificar sus
testimonios como sospechosos, la Sala no los desestimará habida cuenta que es posible
concluir que esta clase de sanciones causan en los encartados sentimientos de angustia,
congoja y preocupación, siendo precisamente su núcleo más cercano el que puede dar
cuenta de dicha situación, máxime cuando se trata de una sanción que se le impuso
desde el año 2011, lo que conllevó a que sus proyecciones laborales se vieran truncadas,
que fuera reportado en el boletín de responsables fiscales y se compulsaran copias por
estos hechos a la Fiscalía General de la Nación.
“[…] En ese sentido, la Sala en ejercicio de su arbitrio iuris tasará los perjuicios morales
atendiendo la naturaleza del hecho y por ello no los reconocerá en el quantum máximo
solicitado, que se aplica en los eventos en que el dolor alcanza su mayor intensidad,
verbigracia, cuando está comprometido el bien superior de la vida y por ello, ordenará el
pago por este concepto en el equivalente a treinta (30) salarios mínimos mensuales legales
vigentes […]”113.
218. En ese sentido, la Sala en ejercicio de su arbitrio iuris tasará los perjuicios morales
atendiendo la naturaleza del hecho y por ello no los reconocerá en el quantum máximo
solicitado, que se aplica en los eventos en que el dolor alcanza su mayor intensidad,
verbigracia, cuando está comprometido el bien superior de la vida y por ello, ordenará el
pago por este concepto en el equivalente a treinta (30) salarios mínimos mensuales
legales vigentes114. Solo se reconocerá la indemnización del perjuicio moral para el señor
Walter González Siado quien es la persona que actúa como parte demandante en este
proceso115.
112 “[…] Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Primera; sentencia de 21 de mayo de
2020; C.P. Oswaldo Giraldo López; número único de radicación 25000-23-41-000-2013-02566-01[…]”.
113 En el mismo sentido ver la siguiente sentencia. “[…] Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo,
Sección Primera; sentencia de 25 de febrero de 2021; C.P. Hernando Sanchez Sanchez; número único de radicación
50001233300020150009101[…]”.Al respecto, esta Corporación en sentencia del 20 de mayo de 2020 , al tasar el
perjuicio moral en un proceso de responsabilidad fiscal con características similares al objeto de estudio, determinó lo
siguiente:
“[…] En ese sentido, la Sala en ejercicio de su arbitrio iuris tasará los perjuicios morales atendiendo la naturaleza del
hecho y por ello no los reconocerá en el quantum máximo solicitado, que se aplica en los eventos en que el dolor
alcanza su mayor intensidad, verbigracia, cuando está comprometido el bien superior de la vida y por ello, ordenará
el pago por este concepto en el equivalente a treinta (30) salarios mínimos mensuales legales vigentes […]” .
Esta Corporación ha dicho respecto del quantum al cual deben ascender esta clase de perjuicios, que el juez debe
tener como fundamento el arbitrio judicial y valorar según su prudente juicio las circunstancias propias del caso
concreto. Consejo de Estado. Sección Tercera. Sentencia del 5 de marzo de 2020. C.P. Marta Nubia Velásquez Rico
(E). Expediente radicación nro. 76001-23-31-000-2006-00478- 01.
114 Esta Corporación ha dicho respecto del quantum al cual deben ascender esta clase de perjuicios, que el juez debe
tener como fundamento el arbitrio judicial y valorar según su prudente juicio las circunstancias propias del caso
concreto. Consejo de Estado. Sección Tercera. Sentencia del 5 de marzo de 2020. C.P. Marta Nubia Velásquez Rico
(E). Expediente radicación nro. 76001-23-31-000-2006-00478- 01.
Conclusiones de la Sala.
219. Para la Sala el daño patrimonial que se atribuyó a la parte demandante en los
actos acusados no quedó demostrado, en tanto que el proceso de responsabilidad fiscal
se fundamentó en pruebas que no otorgan la certeza sobre la existencia de sobrecostos,
aunado al hecho que los demás elementos probatorios tampoco permiten concluir dicha
circunstancia, siendo este uno de los principales elementos axiológicos que estructuran
la responsabilidad fiscal.
Condena en costas
220. La Sala considera que no hay lugar a condenar en costas en segunda instancia
en razón a que el artículo 171 del Código Contencioso Administrativo establece que, en
los juicios que se adelanten ante la jurisdicción de lo contencioso administrativo esta
condena procederá “[…] teniendo en cuenta la conducta asumida por las partes […]”, es
decir, corresponde al juzgador valorar el comportamiento de las partes, dentro del marco
de su arbitrio juris.
III. RESUELVE:
NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE
Se deja constancia, de que la anterior providencia fue leída, discutida y aprobada por la
Sala en la sesión de la fecha.
Se deja constancia de que la anterior sentencia fue leída, discutida y aprobada por la
Sala en la sesión de la fecha.