Perspectiva de Género
Perspectiva de Género
Perspectiva de Género
19 DE MAYO DE 2023
2
Direccion Nacional de Economía e Igualdad de Genero
Las estadísticas demuestran que estas disparidades se manifiestan en brechas salariales,
segregación ocupacional, limitaciones de ascenso profesional y una persistente
subrepresentación de las mujeres en puestos de liderazgo.
El presente trabajo tiene como objetivo examinar y analizar las múltiples dimensiones de
la desigualdad de género en el ámbito laboral de la administración pública provincial, así como
explorar las diversas estrategias y medidas adoptadas para promover la igualdad de
oportunidades y de trato entre hombres y mujeres en el entorno laboral.
A lo largo de la historia, las mujeres han enfrentado barreras y estereotipos de género que
han limitado su participación plena y equitativa en el mercado laboral. Estas barreras incluyen la
discriminación directa e indirecta, los roles de género arraigados en la sociedad y las
expectativas culturales que perpetúan la idea de que ciertos trabajos son más adecuados para
hombres o mujeres.
Sin embargo, en los últimos años, se ha producido un cambio significativo en el
reconocimiento de la importancia de la igualdad de género en el ámbito laboral. Las
organizaciones y los gobiernos han implementado políticas y programas para abordar estas
desigualdades y promover un entorno laboral más inclusivo y equitativo.
En la actualidad contamos con una herramienta producto del compromiso con la
concreción de una igualdad real a nivel mundial denominada el índice Atenea. El índice
ATENEA surge del marco normativo internacional de derechos humanos de las mujeres a partir
del Consenso de Quito (2007), según el cual se establece el horizonte de una democracia
paritaria y la necesidad de avanzar hacia la total integración de las mujeres en las sociedades
democráticas.
En este trabajo, se examinarán diferentes aspectos relacionados con la igualdad de género
en el ámbito laboral, como la brecha salarial de género, la conciliación entre el trabajo y la vida
personal, el acceso a oportunidades de desarrollo y promoción, y la eliminación de estereotipos
y prejuicios de género en el lugar de trabajo.
Asimismo, se analizarán las mejores prácticas y políticas implementadas en diferentes
países y organizaciones para fomentar la igualdad de género, destacando casos exitosos y retos
pendientes. Se examinarán también las implicaciones económicas y sociales de la igualdad de
género en el ámbito laboral, resaltando los beneficios tanto para las organizaciones como para la
sociedad en su conjunto.
Este trabajo tiene como objetivo contribuir al debate sobre la igualdad de género en el
ámbito laboral, destacando la importancia de superar las desigualdades de género y promover
un entorno laboral inclusivo y equitativo para hombres y mujeres, al explorar los desafíos y las
oportunidades.
LA SITUACIÓN DE LA MUJER Y DEL COLECTIVO TRANS DENTRO DE LA ESFERA
LABORAL DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA CENTRAL DE LA PROVINCIA DEL
CHUBUT.
Uno de los principales enfoques críticos que vislumbramos en torno a la perspectiva
de género dentro de la Administración Pública Central regida por la Ley I N° 74 – excluyendo
aquellos ámbitos que ostentan convenios colectivos de Trabajo particulares – se circunscribe a
la ubicación y/o participación que se le da a la mujer y al colectivo trans ( travestis, transexuales
y transgénero) dentro de las estructuras orgánico-funcionales ministeriales, y especialmente
dentro del nomenclador de cargos vigente en esos ámbitos.
Primeramente, y en relación a las mujeres, percibimos que algunos puestos –
recepción y maestranza (cafetería, limpieza) dentro de los Agrupamientos de Personal Servicios
y Obrero - están cubiertos, y han sido históricamente cubiertos por mujeres, lo cual se encuentra
intrínsecamente relacionado con una asignación de esos cargos en base – claramente – al rol
social, familiar y cultural que – según la concepción biologicista y patriarcal – tienen las
mujeres, circunstancia que hoy mantiene plena vigencia dentro del Estatuto de Personal de la
Administración Pública Provincial.
Así del análisis minucioso del nomenclador de cargos de la administración de pública
provincial, y dentro de este de las misiones y funciones de esos cargos asignados a las mujeres,
pude cotejarse un marcado señalamiento e inclinación a que los mismos sean cubiertos por ellas,
por la sencilla razón que suponen – en razón de aquellas concepciones perennes – que la mujer
solo podría desempeñar ese tipo de roles, y por ende, no es apta para llevar a cabo otras labores
que históricamente fueron atribuidas al hombre, respecto a las cuales ha quedado relegada y
absolutamente excluida.
En este sentido, se aprecia - a modo de ejemplo – que la cobertura de cargos tales
como chofer, mantenimiento, informático, maquinistas, Peón – entre otros – están
intrínsecamente vinculados al sexo masculino en cuanto a su desempeño, y la mujer no solo no
ha podido acceder a los mismos por ese prejuicio sexista – que hoy rige en la normativa de
personal - sino que – y más importante – aunque así lo deseara no podría ya que para poder
ingresar a los mismos se exigen condiciones como experiencia, antigüedad y/o conocimientos
propios del rubro, de los cuales lógicamente carecería toda mujer a la que nunca se le permitió
inmiscuirse en esas labores y ser considerada en igualdad de condiciones para su asignación, lo
que conlleva a que las agentes públicas se auto limiten – techo de cemento – y no se interesen
en cubrir esos cargos ante las exigencias que el sistema impone para su acceso.
Es decir, entendemos que el vigente nomenclador de cargos provincial – a partir del
cual se asignan los cargos – se encuentra delineado con aquella marcada, prejuiciosa y
retrógrada visión machista y patriarcal que considera que las mujeres presentan características
y/o condiciones que las hacen más aptas para esos puesto que para otros, lo cual – desde ya –
justifica un urgente replanteamiento de ese vetusto status quo jurídico-normativo imperante por
medio de una reforma integral y estructural del mismo que tome la perspectiva de género como
enfoque troncal.
Otra de las cuestiones detectadas, se enmarca en el hecho de que si bien, existe un
importante número de cargos políticos (Ministeriales, Secretarías, Subsecretarías, Direcciones
Generales y Direcciones) que se encuentran actualmente ocupados por mujeres – por razones
más vinculadas a su capacidad técnica que a una visión de igualdad de género - ello no deja de
ser una inclusión engañosa y aparente, porque al carecer ese tipo de cargos de estabilidad y
encontrarse por fuera de la carrera administrativa, esa ocupación transitoria deja a esas mujeres
que los ocupan en una absoluta inseguridad laboral, quedando al arbitrio y discrecionalidad de
la decisión y gestión política de turno, sin importar el desempeño concreto de esa mujer en ese
cargo y el aporte que su mirada feminista puede irrogar en la cotidianeidad del funcionamiento
de cada Ministerio del cual forma parte.
Por su parte, desde otro ángulo, también advertimos - en el ámbito laboral bajo
análisis – la marcada tendencia de eternizar a la mujer en esos puestos asignados por rol y la
poca o nula posibilidad de ascenso, lo que las obliga a permanecer en los mismos a pesar de que
tengan la capacitación y la aptitud educativa suficiente para mejorar su situación laboral y
acceder a un cargo más técnico o que implique un mayor poder de decisión – techo de cristal –
lo que, a nuestro criterio, implica una clara decisión de las gestiones políticas de turno de
controlar el crecimiento laboral de las mujeres y evitar su empoderamiento en ese ámbito en pos
de mantener el status quo laboral de tintes patriarcales que rige actualmente.
En este caso no hablamos de las desigualdades en cantidad de mujeres y hombres en
lo cargos de jerarquía, sino justamente a la inversa en cargos de menor relevancia que implican
el estancamiento de las mujeres dentro de la carrera administrativa, a pesar de tener las
condiciones académicas para ascender a otro agrupamiento de personal, crecer y diversificarse
laboralmente y ampliar la esfera de su actuación operativo-funcional.
Sin dudas, una realidad mucho más desigual y estigmatizante - desde el punto de vista
del acceso al empleo público provincial – vivencia hoy el colectivo Trans, ya que si bien en la
provincia tenemos desde el año 2018 una ley de cupo laboral (Ley N° I – 621) – que asegura un
0,5 % de vacantes en el sector público para ese colectivo - la misma ha carecido de una
implementación plena, óptima, efectiva y dignificante para los integrantes de ese colectivo.
Ello así, por cuanto por un lado, la insuficiencia de la norma en su faz empírica, es
resultado una serie de obstáculos estructurales que dificultan el acceso a derechos básicos
anteriores al derecho al trabajo, como el acceso a la educación, a la salud, el acceso a la justicia,
a la identidad, a la vivienda, siendo estos obstáculos causa de que el acceso al empleo por parte
del colectivo trans en el ámbito provincial - a pesar de contar con una protección legislativa
particular - sea de difícil cumplimiento.
En este sentido, la barrera principal y más difícil de derribar para el colectivo trans en
el ámbito provincial es la cultural, ya que en el imaginario social la persona trans no figura
ocupando empleos estables y con salarios dignos o teniendo acceso a estudios secundarios,
terciarios o universitarios, siendo la deserción escolar un común denominador de las personas
que integran el colectivo.
Por ello, deviene insuficiente tener una legislación inclusiva, si ante el gran flagelo
educativo los integrantes del colectivo trans, conlleva forzosamente a que – ante una formación
escasa - no puedan competir en el sector público provincial con personas que poseen estudios
secundarios, terciarios, universitarios o de posgrado, limitando sus posibilidades laborales a
puestos de trabajo de baja jerarquía.
Concretamente, nos referimos al tema de la “idoneidad académica o educativa”,
exigida actualmente en el esquema del empleo público provincial, equiparado a la acreditación
y/o certificación de educación formal como parámetro para acceder a determinados cargos
dentro del mismo, lo cual se transforma en un obstáculo insalvable para la mayoría.
Así, en el ámbito local el panorama respecto a esta problemática no es promisorio, ya
que si bien – reitero - la Ley de Cupo Trans es absolutamente operativa e interpela a los Poderes
de Estado, la realidad indica que, no obstante haberse creado un sitio web donde la persona
integrante del colectivo trans puede registrarse y subir su CV
(https://cupolaboraltrans.chubut.gov.ar/) en el marco de dicha Ley, el precitado nomenclador de
cargos vigente a la fecha (según Ley I – N° 74) constituye un obstáculo a la aplicación plena de
la Ley, ya que sigue exigiendo para acceder a los cargos de mayores ingresos dentro del
Agrupamiento Técnico Administrativo – ni hablar del Agrupamiento Profesional - el “título
primario o secundario” (idoneidad académica), lo que lleva a que el campo laboral para el
colectivo trans dentro de la administración central provincial quede netamente circunscripto y
limitado a cargos que mayormente están dentro de los Agrupamientos Obrero y Servicios, que
claramente vuelven a estigmatizar, revictimizar y someter al ingresante trans ya no solo por la
particularidad de las tareas que están involucradas en esos agrupamientos, sino especialmente lo
baja remuneración que tiene esos cargos, lo cual al no permitirles gozar de un nivel de vida
suficiente y no solucionarles su necesidades económicas cotidianas, no logran dignificarse como
personas.
Todo lo cual se devela y percibe como una evidente desigualdad y discriminación en
contra de la mujer y del colectivo trans, promoviéndose la segmentación horizontal basada
manifiestamente en tipologías de género.
CONCLUSIÓN
El enfoque de este trabajo busca identificar y corregir las brechas de género en el acceso a
servicios básicos, como salud y educación, así como en la participación laboral y política.
Creemos que la correcta asignación de recursos económicos, sería la manera más equitativa
para garantizar la igualdad de oportunidades y el empoderamiento de las mujeres, el colectivo
LGTBQ.
El presupuesto con perspectiva de género es una herramienta de vital importancia,
implica no solo asignar recursos específicos para programas y políticas destinadas a abordar las
desigualdades de género, sino también evaluar cómo se distribuyen los recursos en todas las
áreas del gobierno y cómo impactan en hombres y mujeres de manera diferenciada. En nuestra
provincia el mayor obstáculo para la implementación de lo que el bloque normativo que
garantiza una función pública con perspectiva de género es la falta de presupuesto, por ello el
PPGYD resulta el principal instrumento promotor de igualdad de género, traduciéndose en la
distribución de los recursos atreves de un enfoque que persiga corregir las desigualdades
existentes, garantizando la equidad de género en todas las áreas de la administración pública.
Dentro de las soluciones que proponemos para concretizar lo expresado por las leyes están:
La Acreditación de ley Micaela o curso de perspectiva de género como requisito
excluyente para acceder a cualquier empleo de la Administración Publica en cualquiera
de sus Poderes.
Igualdad en quienes componen los jurados, igualdad en cuanto a cantidad de hombres y
mujeres que son designados por concurso, o tribunal evaluador para ingresar a trabajar.
Participación de integrantes de alguna Comisión de Género de cualquiera de los poderes
del estado Dirección de Género Provincial, como parte del jurado que evaluara un
ingreso ya sea por concurso, o entrevista simple.
MUJER
1. ROL DE LA MUJER:
2. ACCESO AL PUESTO LABORAL A TRAVÉS DE CONCURSOS:
3. CARGOS POLÍTICOS: (tema de la estabilidad)
4. PRESUPUESTO:
5. LICENCIA POR “VIOLENCIA DE GÉNERO”:
COLECTIVO TRANS