Avogadro
Avogadro
Avogadro
Entre 1806 y 1807 publicó una memoria sobre los cuerpos aislantes, posteriormente denominados
dieléctricos por Faraday, donde admitía que en estos cuerpos se generan alternativamente
estados moleculares negativos y positivos que acaban adquiriendo una carga neutra en su
conjunto.
Apuntó también, que todos los fenómenos eléctricos pueden resumirse en fenómenos químicos.
Además, estudió el concepto de acidez de base de las sustancias, describió los hidrácidos como
ácidos sin oxígeno y creó la primera tabla de potenciales electroquímicos de los elementos,
distribuyendo los ya conocidos en una sucesión en cuyos extremos se encontraban los elementos
más electronegativos y los más electropositivos.
EL PRINCIPIO DE AVOGADRO
En 1811 enunció el conocido principio o ley de Avogadro, basado en la teoría atómica de John
Dalton y la ley de Gay-Lussac sobre los vectores de movimiento en la molécula.
Dicho principio afirma que: “En las mismas condiciones de volumen, presión y temperatura, todos
los gases contienen el mismo número de moléculas”. Esta ley se cumple sólo para los llamados
gases ideales.
Una aplicación práctica de esta hipótesis proporciona la determinación de las masas moleculares y
atómicas relativas de las diversas sustancias en estado gaseoso.
Avogadro demostró que la molécula de agua tenía dos átomos de hidrógeno por cada átomo de
oxígeno, y si el peso del oxígeno recogido en total era ocho veces mayor que el peso del
hidrógeno, el átomo del oxígeno pesaría dieciséis veces más que el del hidrógeno.
También definió el concepto de equivalencia de los átomos. Así, por ejemplo, tomando en
consideración las relaciones combinatorias, un átomo de cloro equivale a un átomo de hidrógeno;
un átomo de oxígeno equivale a dos de hidrógeno o a dos de cloro; un átomo de nitrógeno
equivale a tres de hidrógeno y así sucesivamente.
El concepto de equivalencia nos permite entender que las reacciones químicas se producen por
intercambio recíproco de moléculas de los diferentes elementos y, además, nos proporciona una
confirmación indirecta de la validez de las leyes de ponderales y volumétricas de Proust y Gay-
Lussac.
El número de Avogadro fue introducido por primera vez en el siglo XIX, concretamente en 1811,
de la mano de Amadeo Avogadro, un científico italiano. Este científico demostró por primera que
un volumen de un gas a una presión y temperatura concreta contiene la misma cantidad de
átomos o moléculas, independientemente de la naturaleza misma del gas.
El valor de la constante de Avogadro fue indicado por vez primera, indirectamente, por Johann
Josef Loschmidt en 1865. Loschmidt estimó el diámetro medio de las moléculas en el aire, por un
método equivalente a calcular el número de partículas, en un volumen determinado de gas. Este
último valor, la densidad numérica de partículas en un gas ideal, ahora se llama en su honor
constante de Loschmidt. Esta constante es proporcional al número de Avogadro y se relaciona con
Loschmidt por ser la raíz del símbolo L. En la literatura alemana en ocasiones pueden referirse a
ambas constantes con el mismo nombre, distinguiéndolas solamente por las unidades de medida.
Sin embargo, el número de Avogadro en sí no fue postulado hasta 1909, cuando el físico francés
Jean Perrin, determinó el valor exacto de la Constante de Avogadro, empleando para ello diversas
técnicas y métodos experimentales. Este hallazgo, que sigue aprendiéndose en institutos y
universidades de todo el mundo en la actualidad, hizo que ganase el Premio Nobel de Física en
1926 por la determinación de la constante de Avogadro mediante varios métodos diferentes.
Saber qué es la constante de Avogrado y conocer su valor nos ha permitido utilizarla en física y
química desde su descubrimiento. Una de las características principales del número o constante
de Avogadro es tener un valor adimensional, que proporciona un valor de proporción o vínculo
entre una serie de útiles constantes físicas cuando nos movemos entre la escala atómica y la
escala macroscópica.
la constante de los gases (R) y la constante de Boltzmann (kB), medida en J mol−1 K−1: R = Na·kB
Pero, sin duda, una de las mayores aplicaciones de la constante de Avogadro es la definición o
establecimiento de la constante de masa atómica (mu) a partir del conocimiento de la constante
de masa molar (Mu): mu= Mu/Na.
Además, conocer qué es la constante de Avogadro y cuál es su valor también sirve para establecer
una relación de masa entre reactivos y entre reactivos y productos de las reacciones químicas.
Mediante la escritura de la reacción equilibrada que describe cualquier proceso químico, podemos
saber el número de moles implicados en la misma. Gracias a esto y al conocimiento de las masas
atómicas de los elementos (y por tanto, de las masas moleculares), somos capaces de transformar
el valor de los moles de reactivos y productos en sus respectivos valores de masa.