Hermandad
Hermandad
Hermandad
Murió a manos del marqués de Weiden. El crimen, fue realizar culto al mal.
“¡Ahh! ¡Duele!”
No es muy notorio, pero el interés es una buena forma de cegar a las personas.
Ralph Wissen era un hombre tan transparente que la gente no tenía de donde
recoger migas y comerlas. Pero el marqués Weiden comparado con él, era muy
poco humano. La gente fingió no conocer las buenas prácticas del vizconde
Wissen y las acusaron con un negro corazón. Y los pocos conocidos de Wissen,
que no se dejaron comprar por el dinero, fueron manipulados y presionados por
la opinión pública y finalmente dejaron de defenderlo.
Bajo el ejército del marqués Weiden, el vizconde Wissen fue destruido. Fue
decapitado y su esposa Eliza Wissen se suicidó arrojándose al vacío.
“Hermano, Hyung…”
“Maxim…”
Cruzó las montañas con lágrimas en sus ojos, sin embargo, Maximillian aún era
demasiado joven.
Jürgen, lo miró con una expresión sombría y después se mordió sus pequeños
labios con fuerza.
“Hermano, es difícil”.
Jürgen miró por encima de los arbustos. Una tenue luz iluminaba la cresta. Las
tropas del marqués de Weiden los estaban buscando.
“Amo a mi hermano…”
Jürgen tenía paciencia y sabiduría, sin embargo, no tenía la fuerza suficiente para
correr con su hermano menor en sus brazos. Jürgen abrazó a Maxim en silencio.
El rostro decidido del niño era tan sólido como un árbol de raíces profundas.
Volvió a la vereda de la que había llegado y escondió a Maximilian en una
pequeña cueva por lo que ya habían pasado.
“Jürgen hermano”.
¿Por qué lo pensaba tanto? Maximilian trató de no caer y colocó sus pequeños
brazos alrededor del cuello de Jürgen. Esté susurró en voz baja mientras obligaba
a Maximilian a alejarse de su cuerpo, el pequeño, gimiendo y tratando de no
separarse de la calidez de su hermano mayor sollozó.
“Hermano”.
“Hermano…”
“Aunque no te guste, tienes que hacerlo. Maxim, escucha bien, cuando el sol
vuelva a salir, baja de esta montaña”.
“Más tarde, cuando te encuentres conmigo de nuevo, tienes que recordarme, ¿lo
prometes?”
“Ohhh…”
El hombre gritó.
Jürgen con lágrimas alrededor de sus ojos asintió y abrió lo más que pudo su
pequeña boca.
“¡Ni siquiera vales lo que he pagado! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Me siento estafado!”
Al escuchar esas palabras, Jürgen jadeó. Derramó sus lágrimas transparentes
mientras rodeaba con su lengua el grotesco pene de ese viejo. El olor repulsivo le
daba ganas de vomitar.
Un chorro de agua brillante recorrió sus suaves mejillas. El hombre que golpeó
sus nalgas sin delicadeza de repente movió la mano para agarrar fuertemente esa
pequeña cabeza. El cuerpo de Jürgen se estremeció fuertemente. La mitad de ese
feo pene estaba perforándolo.
Woolriver se rió.
***
El líder de la los Mercenarios Black Eagle era famoso por sus violentos actos en
la cama. Había muchos prostitutos que acababan al borde de la muerte después
de pasar solo una noche con él. El viejo que compró a Jürgen esperaba que por lo
menos tuviera un cierto nivel de técnica y experiencia para darle placer.
“¡Él es una basura! ¿Cómo puedes decir que es de tus mejores agujeros? ¿Eh?”
Sin embargo, las altas expectativas se fueron abajo cuando Jürgen no pudo
aguantar más y colapsó repetidas veces durante el feroz acto. La aparición de
delgadas membranas de hilo carmesí comenzaron a teñir las desgastadas sábanas.
Jürgen no podía mover su cuerpo adecuadamente, sentía un escozor y dolor
punzante en su agujero.
Incapaz de saciar los deseos de Woolriver por completo, Jürgen lloró mientras
Woolriver volvió a perforar su desquebrajado trasero. Era más que obvio. Jürgen
no tenía experiencia. Ël era solo una cara suave, tierna, con ojos brillantes.
Aunque para Woolriver, solo era basura. Por esa razón el mercenario se enojó
con el propietario del lugar, Wingel.
Wingel era el dueño de ese lugar, que tenía en su fachada un letrero que
anunciaba era “La Casa del Ángel.” Ese cartel fue diseñado al día siguiente que
Jürgen llegará.
El negocio de Wingel era muy popular, mientras tuvieras con que pagar,
realmente no importaba qué uso le dabas a la mercancía. Pero Woolriver era
especial, era conocido por ser rudo y uno de los mercenarios más violentos.
Wingel era solo una mosca y tuvo que agachar su cabeza y disculparse por el mal
servicio. Woolriver estaba enojado y se retiró después de recibir un reembolso.
Por supuesto, que cuando el cliente se fue, Wingel estaba enfurecido y golpeó a
Jürgen.
“¿Ya no puedes usar correctamente tu agujero? ¿Eh? ¿Tenías que abrir las
piernas y dejar que te cogiera? ¡¿No puedes hacer eso?!”
Jürgen, que era golpeado por una escoba, sollozó, mientras sentía como una
mano sujetaba fuertemente su cabello y lo sacudió, tirándolo al suelo y gritándole
con frialdad.
“¡Consigue más clientes ahora mismo! ¡Gana dinero para tu propia comida!”
Aunque se puede decir que Jürgen era una belleza típica por sus mejillas como
una rosa, su raro cabello platinado y su piel blanca como la nieve. Había muchos
otros chicos en la casa de los ángeles que eran como él. Y la mayoría de ellos
eran más incluso más jóvenes. Por lo que con el paso del tiempo, comenzó a
parecer más maduro. A medida que la grasa de sus pechos fue creciendo
gradualmente. Al cumplir los veinticinco años, su cuerpo era muy esbelto y
diminuto, sin embargo, había nacido con un útero masculino.
Al final, Jürgen salió a la calle. Para atraer a un invitado con esa ropa traslúcida y
vulgar. De hecho era el acto más bajo en el que podía caer un prostituto. Había
muchos riesgos en la calle, desde borrachos, hasta mercenarios a los que no les
importaba matar mientras perforaban un agujero. Podría ser acosado, secuestrado
o golpeado.
Pero nada de eso importaba y fue obligado a salir casi desnudo por la calle.
“Daño”.
WIngel dijo que le daría el trato más ruin y cruel si él no llegaba con una cierta
cantidad de dinero. Eso era realmente repugnante y escalofriante a la vez. Jürgen
no quería interactuar con los bastardos cerdos de allá afuera.
“¡Alejate!”
Ni siquiera podía hablar con un policía, nada, estaba completamente solo. Wingel
lo mataría si su nombre se veía involucrado en un escándalo.
Hoy podría evitar los azotes de Wingel. En el momento que escuchaba eso,
escuchó una voz.
“Dado que ahora todos los Wissen han muerto, no tiene otra opción”.
“¿Cuánto cuestas?”
“¿Qué?”
Después de hacer esa solicitud, el hombre miraba el rostro de Jürgen con una
mirada molesta. ¿No le agradaban los hombres que vendían sus cuerpos?. Luego
Jürgen pudo sentir un escalofrío ante esa mirada feroz.
“Uh, oye…”
“¿Qué es esto?”
Jürgen no era así, en otras circunstancias ese era uno de los mejores clientes que
podría haber conseguido, sin embargo estaba muy asustado. Él había sido
domesticado por un proxeneta feroz y perdió toda esperanza desde su infancia.
Aprendió a vivir en un burdel y a soportar el dolor de ser perforado una y otra
vez, hasta que su ano se desgarrara. Nadie se preocupaba por él.
Jürgen accidentalmente chocó con uno de los mercenarios, era algo inevitable.
“¡Oye Patrick, creo que esa perra quiere coger contigo! Abrele las nalgas y coge
con él”.
A simple vista, fue un acto imprudente correr hacia ellos. Esos mercenarios,
estaban perdidos de borrachos por el alcohol y si regresaba con hematomas en su
cuerpo Wingel estaría molesto.
“¿Puedo meterla primero? ¡Oh! ¡Mira esas nalgas!”
Jürgen, que estaba nervioso, se dio cuenta demasiado tarde que su muñeca había
sido sujetada con fuerza por uno de los mercenarios. Era demasiado tarde para
correr. Los hombres se burlaron de él y tocaron todo su cuerpo sin delicadeza.
Jürgen sollozo. Su rostro era realmente hermoso, y eso provocó que una lasciva
sonrisa se dibujara en el rostro de esos hombres.
“¡Déjame ir!”
La escena era terrible. Jürgen estaba sollozando y gritando, mientras los hombres
se reían de él y lo tocaban sin consideración. Esa situación por muy mala que se
viera, era algo común de ver en las calles circundantes a los burdeles. La gente
simplemente ignoraba la revuelta. Jürgen se convirtió en presa de esos lobos, de
una manera muy estúpida y fue acosado sin poder hacer nada al respecto.
Una llama feroz se asomó por los ojos de un mercenario llamado Patrick.
“¡Este Perro!”
Era un insulto para cualquier mercenario que un patético prostituto viera su
sangre correr. El hombre que estaba riendo hace unos momentos, levantó los
puños contra Jürgen. La rabia lo había vuelto una bestia.
“¡Patrick!”
***
“Uh, Uh …”
“¡¿Qué diablos…?!”
Fue un hombre muy alto, con un cuerpo tonificado quien había protegido a
Jürgen. Se veía docenas de veces más escalofriante que los mercenarios ahí
reunidos. El hombre de pelo castaño, había apretado tan fuerte la muñeca de
Patrick que la había roto. Sus compañeros estaban impresionados y corrieron
hacia él, pero su final no fue diferente al del otro mercenario.
“¡Espera!… ¡Detente!”
El cuerpo del hombre que estaba alejándose se detuvo. Jürgen corrió hacia él y
rápidamente le tomó el brazo.
“Estás sangrando”.
No era una situación normal, sin embargo, Jürgen no podía dejarlo ir así nada
más. Trató de mostrarle su agradecimiento de la única forma que podía.
“Lamento traerte a un lugar como este, pero solo te curare, no te haré nada
malo”.
Jürgen lamento francamente llevar a un hombre que parecía ser una buena
persona a ese horrible lugar. “¿Qué tipo de persona creerá que soy al entrar a
ese lugar?” Ese hombre había barrido el suelo con un grupo de violentos
mercenarios, con tremenda facilidad. Todo pasó en cuestión de segundos. A
primera vista, era un hombre peligroso, pero ¿no fue él el primero en actuar
imprudentemente?.
Incluso con esos pensamientos, Jürgen negó con su cabeza y se acercó al hombre
pensando que solo era una cuestión de gratitud, nada más. Aunque
desafortunadamente fue obligado a vender su cuerpo desde una edad muy
temprana, aún tenía unos vagos recuerdos de una vida como noble. Recuerdos
que estaban enterrados y confusos tras una caída que sufrió de niño. La nostalgia
de aquellos vagos y difuminados recuerdos no era comparable con el pequeño
niño que fue vendido y obligado a entrar en la madriguera del ratón, para ser
despedazado.
Ante eso, Jürgen solo estaba intentando dar una misera gratitud.
Al retirar la camisa, Jürgen pudo ver el pecho bien formado del hombre. Era un
cuerpo entrenado, musculoso, con cicatrices de lo que debieron haber sido
terribles heridas. Parecía ser tan duro como el acero. Jürgen dudo un poco, pero
después sacó un paño y lo humedeció con agua y una mezcla de hierbas que
utilizaba para cicatrizar su ano cuando se rompía por su trabajo. Comenzó a curar
y limpiar la herida en el cuerpo de ese hombre.
Cuando Jürgen notó esa mirada insistente, frotó los nudillos ensangrentados con
el paño. Los ojos azules de ese hombre parpadeaban lentamente. El paño se fue
tiñendo de rojo carmesí y cuando terminó de limpiar toda las zonas lastimadas lo
retiró sonriendo gentilmente.
Jürgen, que tenía un rostro pálido, puso su mano sobre la del hombre y
gentilmente la empujó.
Limpio rápidamente su cuerpo con una toalla húmeda. Jürgen cerró los ojos con
fuerza, esta situación era tan patética. El hombre no dejaba de mirarlo, y Jürgen
comenzaba a sofocarse.
“Pagame…”
Tener dignidad no le serviría de nada. Así que Jürgen escupió esas palabras con
urgencia.
No tenía otra opción, era ganar el dinero de hoy por medio de ese hombre o tener
que ser perforado por una bestia y después golpeado por Wingel.
Aún así, el hecho de que se involucró en una pelea pronto llegaría a los oídos de
Wingel. Era cuestión de tiempo para que lo castigaran. Wingel no lo iba a dejar
escapar libre de esta.
“¿Vas a…?”
“¿Servicio?”
El hombre extendió su mano y rodeó la estrecha cintura de Jürgen con uno de sus
brazos. Jürgen hizo una pausa por un momento, abrió sus piernas y colocó sus
caderas sobre el hombre, estaba acostumbrado a levantar sus talones y apoyar sus
manos en las rodillas del cliente.
Sus nalgas eran suaves y blandas como la nieve, al abrirse de piernas su agujero
quedó abierto. El ano de Jürgen no estaba completamente sanado y menos con lo
que habían hecho en la pelea. El hombre colocó un dedo en la suave cavidad
interior de Jürgen. Al moverse notó que la cavidad estaba inflamada y rasposa,
parecía desgarrada.
Suaves caricias lo envolvieron, los dedos del hombre eran suaves en su tacto.
“Oh, si…”
“¿Cuál es tu nombre?”
Sus manos temblaban, mientras sus nalgas estaban siendo abiertas. Todo su
cuerpo se retorcía con un placer desconocido. La mandíbula de Jürgen tembló
finamente. El hombre estuvo estimulando su ano con sus dedos un buen rato.
“Oh”.
Por supuesto que Jürgen conocía ese nombre, pero tenía décadas que no lo
escuchaba salir de ninguna boca.
Jürgen se tocó sus labios con el rostro sonrojado. Y emitió un murmullo casi
inaudible.
“Si”.
El hombre no se movió ni dijo una sola palabra por un rato. Jürgen estiró
suavemente su mano hacia atrás y tocó el ano dilatado.
Era enorme, con ese tamaño, podría cobrar el doble o el triple, su cuerpo no lo
soportaría. Pero Jürgen simplemente decidió callar. El hombre no tenía malos
modales en el sexo y recibir dinero por esas suaves caricias no era tan malo.
Jürgen gritó mientras apretaba la sábana. El hombre había sido muy considerado
con él, sin embargo, Jürgen notó como la sangre comenzaba a salir de su roto ano
de todas formas. Habría sufrido mucho y no importa qué tan cuidadoso fuera, al
final él ya estaba roto.
“¡Oh! ¡Woow!”
Todo su cuerpo fue sacudido debajo del enorme cuerpo del hombre. Era una
sensación que nunca había experimentado con ningún otro cliente. Jürgen dejó
que la mano del hombre frotara su trasero, sin pensar en detenerlo o cerrar su
agujero.
“Bien”.
“¿Eh…?”
Parecía que el hombre lo deseaba demasiado. Si, lo había hecho con anterioridad,
pero pensaba que era incapaz de poder sentir placer.
El hombre levantó su mano y barrió los labios de Jürgen mientras se reía. Jürgen
lo miró y pensó que esa sonrisa era encantadora. Dudando Jürgen se arrodilló y
lo miró fijamente y en silencio. En poco tiempo, el hombre extendió su mano
señalando la mesa.
Jürgen asintió, tomó la vela, y abrió sus piernas. Se apoyó en los hombros del
hombre para no caer y pudo vislumbrar sus propias extremidades abiertas ante
ese hombre. La mano de Jürgen bajó lentamente hasta su agujero y él mismo
colocó la vela en su cavidad. Su húmedo agujero succionó la larga y delgada vela
sin dificultad.
“Ah…”
“Ah…”
Jürgen, con las manos detenidas, se acostó en la mesa y abrazó una se sus
piernas, dejando expuesto su agujero al hombre.
“Mucho mejor”.
Luego murmuró.
sus piernas estaban completamente extendidas, con la mirada del hombre que no
se despegó de ese ano rojo.
“¡Ohhhhhh!”
“¿Eh?”
***
El hombre dijo ser Mac Miller, un caballero del nuevo marqués de Wissen.
“¿Qué?”
La voz era contundente. Jürgen yacía en la cama y lo miraba sin comprender bien
la pregunta. El rostro bañado por los suaves rayos del sol suavizó la fría
expresión y lo que parecía una lúgubre atmósfera se fue suavizando.
Jürgen bajo la manta oscura, chupaba la gran erección del hombre. Sus labios
eran delgados y podía sentir como la erección estaba palpitando. Con la sangre
comenzando a circular, Jürgen trató de tragar esa gruesa vara de enorme grosor,
sin embargo, ni siquiera podía meterla por completo en su pequeña boca, trataba
de hacerlo lo mejor posible.
La mano que estaba sobre su cabeza, comenzó a presionar cada vez con más y
más determinación.
“Ohhhh”.
El pene bloqueaba su garganta, su boca estaba completamente abierta y trató de
introducirlo hasta su úvula. EL tamaño del pene que entraba aumentó y presionó
a Jürgen. Éste, que estaba temblando, se movió. El semen comenzaba a
derramarse desde su boca, su rostro estaba sonrojado y cubierto de saliva,
mientras que sus ojos estaban humedecidos.
“¡Due…! ¡Puag!”
Jürgen jadeó. Se apoyó en las piernas del hombre y lo miró. la sangre comenzaba
a escurrir de la comisura de la boca de Jürgen. Sus mejillas estaban convexas. El
hombre estaba llevando su mano a la boca de Jürgen, pero este rechazó el
contacto y negó con la cabeza mientras tragaba el semen restante en su boca. En
ese momento se arrugó la frente del hombre.
“¿Quien eres?”
Jürgen escupió una risa sarcástica ante esa absurda pregunta. Ahora ya estaba
acostumbrado a la frialdad de ese hombre. Sabía que él aunque en el exterior
parecía rudo, era realmente muy amable con él.
“Gracias”.
“¿Gracias?”
“Si, gracias”.
“Gracias Mac”.
“¿Qué?”
Ante esa pregunta, Mac no dijo nada más. Simplemente mordió el cigarrillo en su
boca un par de veces y luego lo frotó en el cenicero de la mesita de noche.
En esos momentos, Jürgen estaba más que listo para romper con ese hombre. El
hombre, que había llegado a la capital por órdenes de ese marqués, tenía que
regresar en algún momento no muy lejano.
“Wingel”.
El hombre, que miró fijamente los ojos nublados durante un rato, soltó unas leves
palabras.
“Bien”.
“Yo, yo…”
Tenía un nudo en su garganta y por unos momentos tartamudeó.
Mac era la única persona que lo trató como ser humano, se mostró amable y
nunca fue violento. Con las yemas de sus dedos limpió las lágrimas de Jürgen.
Incluso en ocasiones lo llevaba a cenar. Hubo noches donde pagó por su
compañía y no tuvieron relaciones sexuales.
“Te seguiré”.
“¿Sabes?”
“¿Qué?”
El cuerpo del hombre se tensó de inmediato, sin embargo, al poco rato se relajó
nuevamente.
“Oh”.
Jürgen habló.
“No estoy seguro, pero puede ser que sienta algo por ti”.
Jürgen sonrío amargamente, mirando el rostro de un estúpido hombre. Ni
siquiera tenía el valor de decirlo claramente. ¿Por qué? ¿Por qué? El no era un
cobarde.
Mac no era un hombre hablador, ni amistoso. Era un poco tosco en la cama, pero
para él, que estaba acostumbrado a ser desgarrado todas las noches hasta que su
ano sangrara, simplemente sintió que, comparado a eso, el tacto de Mac eran
como unas suaves plumas.
A diferencia de su fría apariencia, las yemas de sus manos limpiaron con dulzura
las lágrimas que recorrían las mejillas de Jürgen y acariciaron su rostro
suavemente.
Era muy posible que este fuera un sentimiento unilateral. De todos modos Jürgen
estaba preparado para ser rechazado. No tenía nada que perder. Mejor dicho,
nunca había tenido nada en primer lugar.
“No pienses que quiero algo a cambio o que deseo que correspondas esto”.
Jürgen habló con cautela mientras miraba con atención la expresión en el rostro
de Mac, que se había endurecido con la repentina confesión.
“Esta bien.”
Jürgen tuvo que mirarle a los ojos. Quizás sus palabras fueron innecesarias e
hicieron sentir incómodo a Mac. Comenzó a sentir remordimiento, ¿Qué pasaba
si se arrepentía de sacarlo de ese lugar?…
Sin embargo, no pasó mucho tiempo, cuando un imponente carruaje llegó afuera
de la casa del ángel.
***
Jürgen Wissen sintió su cabeza hecha añicos cuando vio esa bandera y comenzó
a correr presa del pánico. Su mente estaba mezclando recuerdos negros,
dolorosos, terribles, ¿ese era su pasado?.
No pudo correr muy lejos, fue capturado por las manos de Maximilian en una
montaña en la cual ya había estado, hace muchos, muchos años.
Una mirada de hielo se apoderó de los ojos de Maximilian. Jürgen miró a ese
hombre con una expresión de terror en su rostro.
“Tu me usaste”.
“Maximilian…”
Maximilian
Un prostituto había pronunciado el nombre de su hermano.
El enemigo que había matado a sus padres y quemado su casa. El que mató
cruelmente a su amado hermano mayor que en ese entonces era muy pequeño.
Mientras vivía como un guerrero errante, nunca olvidó su venganza.
Para él, la vida después de eso era absurda, no importaba cuanda riqueza
acumulara, cuan poderoso fuera ahora, nada regresaría de la muerte a su hermano
mayor.
Fue entonces que decidió deambular una noche por las calles de la capital.
***
“¡Ahhhhhhhh!”
Un prostituto vulgar que abría las piernas a quien pagara unas pocas monedas y
escupía palabras venenosas con esos labios adornados como pétalos de hermosas
rosas. Tenía un corazón miserable con una apariencia lastimera.
“¡No!… ¡Qué!”
Tan pronto como supo eso. Maximilian no pudo soportar la ira que aumentaba en
su cabeza. No podía matarlo, pero tenía que confirmar sus terribles sospechas.
Esas fueron las palabras que pronunció cuando vio a Jürgen en manos de sus
soldados. Jürgen luchaba por liberarse. Luego tembló al escuchar las terribles
palabras de Maximilian.
“Si”.
No importa lo que dijera, no había nadie que creyera sus palabras.
“…”
“Lo siento”.
Jürgen fue capturado de esa manera y fue encerrado en una prisión secreta dentro
del territorio de Wissen. La prisión estaba conectada a la habitación de
Maximilian. Entonces, al confinar a Jürgen en esa prisión, Maximilian podía ir y
venir por ese pasillo todas las noches.
No habría manera de que escapara. Solo así Maximilian pudo dormir más
tranquilo.
“¿Maxi…?”
Luego lo violo.
Maximilian mordió los suaves labios que gritaban de dolor. Aplastaba el cuerpo
herido de ese delgado joven de pelo platinado con su gruesa erección. Apretó su
pene entre las suaves nalgas y lo sacó hasta que Jürgen se desmayó. Él no podía
dejar de gritar.
“Yo te usé”.
Y cada vez que Maximilian escuchaba esas palabras, sentía un impulso terrible
por hacer daño a Jürgen.
“…”
Entonces Maximilian Wissen, que había enfriado su ira, se encontró con una
mirada irresistible y nuevamente su cólera explotó.
Quería tenerlo tan sólo para él. Era algo tan puro, tan hermoso que no podía
imaginar cómo era que lo podían lastimar tanto. ¿Cómo era posible que un ser
tan hermoso vendiera su cuerpo a esos puercos? ¿Cómo acabó un ser tan inocente
en un sucio callejón?
Pero incluso dándose cuenta de eso. Maximilian no hizo nada. No liberó a Jürgen
ni le confesó su amor.
Traición e ira.
Revivió el sentimiento de ser abandonado por él ser que más amaba en la vida,
con esos sentimientos de odio, aceptó que sus sentimientos eran deseos
retorcidos, pero no se detuvo.
“Jürgen”.
Eso era una muestra de generosidad, algo que ni el mismo Maximilian podía
comprender.
No podía imaginar lo que había vivido el hombre que quemó y mató a la familia
del marqués de Weiden.
“Entonces perdóname”.
Solo una palabra, era todo lo que pedía Maximilian, pero para Jürgen, era todo lo
que le quedaba.
***
‘Amor’.
“Es amor”.
“Tuk, Tuk”.
Jürgen, que llevaba un parche en el ojo, tembló. Lo colgaron del techo con las
muñecas atadas a la espalda. Con el cuello atado a una estructura fijada al
suelo, la cintura y las manos estaban colgando de cadenas conectadas al techo.
La fina erección blanca y redonda parecía sacudirse cuando los chorros de agua
helada lo bañaban.
Jürgen gritó.
Una más.
Una más.
Y otra más.
“¡No! ¡No! ¡Detente!”
Jürgen notó como el suelo tenía un pequeño charco de color rojo carmesí y la
expresión en su rostro fue de terror. Sentía sus paredes internas arder, mientras su
rostro estaba empapado de sudor. No, era cierto, todo su cuerpo estaba atado al
techo. Su apariencia era verdaderamente desvergonzada.
Maximilian tragó saliva al ver ese hermoso cuerpo, era sensacional ver como la
sangre corría de la ingle de Jürgen y se unía a la sangre encharcada en el suelo.
Movió su mano al entremedio de las nalgas del sollozante Jürgen. Abrió los
labios mientras empujaba con su dedo índice las cuentas que habían salido de la
presión.
Las manos de Maximilian frotaban las suaves nalgas de Jürgen. al poco tiempo,
le insertó un tapón en forma de cono en el ano. Fue el momento en el que Jürgen
gritó agonizante. Sabía el significado de ese tapón. El tapón estaba conectado a
una manguera.
“Después de esto, estarás completamente limpio de todo rastro que otros hombre
haya dejado en ti”.
EL agua comenzó a fluir. Jürgen gritó. El pánico estaba esparcido por todo su
rostro. Sin importar que tuviera el tapón, el agua comenzaba a derramarse de su
agujero.
“Jürgen”.
Si, era muy doloroso, ni siquiera Wingel fue capaz de hacerle eso cuando quedó
embarazado por primera vez a sus 15 años.
Jürgen gritó. Las suaves nalgas se agitaron frente a los ojos de Maximilian. quien
parpadeó lentamente, sintiendo un doloroso palpitar en su ingle.
“¡Ay! ¡Ahhhhh!”
Maximilian vio como el agua se comenzó a derramar como una hermosa fuente
humana. Mientras las enormes canicas caían, fue tomándolas, una a una.
Maximilian abrazó la espalda de Jürgen y descendió sus brazos hasta su vientre,
el cual apretó.
“¡Ah! ¡No!”
Jürgen gritó, tirando su trasero hacia atrás. Las manos que colgaban de las
cadenas sujetas al techo revolotearon. Casi todas las cuencas de vidrio habían
salido, solo quedaban unas pocas, en ese momento, Maximilian metió de un solo
golpe su gruesa erección.
Jürgen gritó.
Jürgen gritó y gritó. Llegó un punto en el que todo ese terrible dolor se
desvaneció.
Cuando Jürgen despertó, estaba en los brazos de Maximilian. Jürgen casi le decía
a Maxim, por su apodo nuevamente, sin darse cuenta. Pero se despabiló
rápidamente y pudo cerrar fuertemente sus labios.
“Tú…”
Una mano áspera frotó la cabeza de Jürgen. El cuerpo se encogió con esa caricia
extraña. Sus ojos estaban nublados como si estuviera borracho. Jürgen se frotó la
cara contra el pecho de Maximilian, como si fuera una especie de mimo
romántico.
“…”
“Dime la verdad”.
“¿No me usaste?”
“¿Me amaste?”
La gran mano se apoderó de su mejilla con fiereza. Una sonrisa blanca fluyó.
Maximilian habló con voz temblorosa.
“Pero me traicionaste”.
Hasta entonces, Jürgen sentía que había perdido algo importante en su vida. A
Maximilian.
Un cuerpo sucio.
Su vida era miserable. Desde que tenía memoria había sido obligado a vender su
cuerpo por tan solo una moneda de plata. Jürgen no era él mismo niño tenaz del
pasado. Al recordar los ojos puros de su hermano menor, a quien abandonó en
esa cueva. La mente de Jürgen comenzó a colapsar.
Cuando escuchó que habían aparecido los descendientes del vizconde Wissen, se
alegró pero nuevamente su mente colapsó. Maximilian estaría mejor sin él.
Nuevamente su mente bloqueo todo recuerdo.
Estaba convencido que su vida siempre había sido así y que los recuerdos eran su
imaginación, se convenció a sí mismo que solo estaba soñando.
La culpa lo consumía.
***
Poco después de que Mac Michell resultara ser el marqués de Wissen. Jürgen no
pudo emitir ninguna palabra durante el trayecto. Jürgen estaba en el carruaje,
junto a Maximilian, que parecía haberse quedado dormido con los brazos
cruzados, pero de repente abrió los ojos en silencio.
“…”
Jürgen estaba temblando con un rostro pálido. Extirpando la carne de sus uñas
haciéndolas sangrar. Maximilian abrió los labios mientras lo miraba, era evidente
que estaba hecho un lío de nervios.
“El ducado de Wissen es ahora un lugar hermoso. Tú… estás volviendo a casa”.
En ese momento, Jürgen apenas podía respirar, sentía una gran opresión en su
pecho. La puesta de sol empapó el rostro inexpresivo de Maximilian. Ese rostro
era frío, pero los ojos irradiaban calidez.
Parecía que le habían clavado una daga en su corazón. Jürgen inclinó la cabeza,
reprimiendo los sollozos. Maximilian extendió su mano y agarró a Jürgen del
brazo. Lo abrazó y sentó en su regazo. Jürgen estaba aturdido.
Luego lo abrazó con fuerza y tocó su sien con sus labios. Con una suave caricia,
Jürgen comenzó a derramar lágrimas.
“Te amo”.
Desde que fue vendido a su primer cliente, la vida de Jürgen fue un infierno,
hasta que apareció Mac frente a él. Maximilian abrazó el cuerpo enfermo de
Jürgen y lo reconfortó en silencio. Secó las gotas de sudor frío de la frente de
Jürgen y le dio de comer un pan suave y esponjoso.
“Eres mío”.
Jürgen pensaba que era una pena que esos hermosos ojos azules tuvieran un
semblante tan frío. El rostro de Maximilian era sutilmente iluminado por la tenue
luz de las velas.
‘Te amo’.
Su hermano menor, Maximilian Wissen, del que se separó cuando era niño.
Miró confuso el rostro de su hermano menor, que había crecido tanto, y ahora era
un hombre adulto.
En ese momento, Jürgen estaba en conflicto con las sensaciones extrañas dentro
de su estómago.
“Sí”
‘Maxin, te odio’.
“Lo siento”.
***
“¿Qué?”
“¿Comiste?”
“¿Dormiste bien?”
“¿Eso es todo?”
“Ah”.
“¿Podemos ir afuera?”
Eso fue algo que el propio Maximilian dijo y lamentó haberlo hecho. Ante las
estúpidas palabras, Maximilian contuvo la respiración y se calló por un
momento. Entonces Jürgen abrió sus labios.
Pero Jürgen negó con la cabeza. Fue el acto que detuvo el pensamiento de
Maximilian.
Maximilian arqueó las cejas y lo miró confundido. Jürgen lo miró con una leve
sonrisa.
Maximilian hizo una pausa por un momento, sintiendo el extraño sentido de las
palabras, pero tuvo que evitar actuar como un loco borracho o como un completo
idiota por la inmaculada y pura sonrisa de Jürgen.
“Bien”.
Jürgen respondió con una sonrisa ligera como la niebla. Por lo tanto, Jürgen
aceptó a Maximilian y ya no lo rechazaría. Lo abrazó suavemente y separó sus
piernas.
“Te amo”.
Habló con voz conmovedora y sonrió con esos suaves labios que ocupaban la
mente de Maximilian.
Pero de alguna manera, Maximilian se percató que estaba ahora más ansioso que
antes.
Se siente como si estuviera en una línea estrecha donde al más mínimo error todo
colapsaría.
Jürgen encantador.
Parecía que no podía separarse de él, era doloroso siquiera pensar en ello.
“¡Señor, tenemos noticias de que hay un pequeño rastro de Jürgen. Podría estar
vivo!”
“Movilizalos a todos”.
“…”
Jürgen Wissen, quien lo dejó en esa cueva con una promesa detrás. Le habían
dicho que cayó por un acantilado y murió. En ese momento Maximilian derramó
lágrimas. “¿Jürgen estaba muerto?” Maximilian levantó ese delgado cuerpo con
una suave voz.
Jürgen miró a Maxim con una expresión adormilada. Tan pronto como miró el
rostro de Maximilian, Jürgen dejó de frotarse sus ojos adormilados.
“Jürgen”.
“Hermano…”
Jürgen miró a Maximilian.
“Maxim”.
“Maxim”.
“Ah”.
Maximilian besó los labios de Jürgen, que soltó un breve suspiro cuando recibió
el feroz y profundo beso, mientras era sujetado por el cuello.
“Si, marqués”.
Durante su vida Jürgen Wissen no pudo escapar de las secuelas de Wissen y fue
confinado a una mazmorra.
Sin embargo, extrañamente, nunca había sentido tanta felicidad como ahora.