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La Ilustración

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UNIDAD 3 “Conocemos la época del absolutismo y los problemas ambientales”

SESIÓN 1 “LA ILUSTRACIÓN”

Entre los siglos XVII y XVIII ocurrieron cambios fundamentales en la mentalidad de los europeos. Luego de un periodo de avances
científicos, apareció una nueva corriente de pensamiento: la Ilustración.

La revolución científica en el siglo XVII. En el siglo XVII en Europa se generó una revolución en los campos
de las ciencias y las humanidades. Entre los científicos más importantes de ese periodo estuvieron:
 Galileo Galilei (1564-1642), científico italiano que demostró la exactitud científica de la teoría
heliocéntrica. También logró avances en el campo de la mecánica y enunció el principio de inercia.
 Johannes Kepler (1571-1630), científico alemán que formuló las leyes de las órbitas de los
planetas e introdujo el lenguaje matemático en la astronomía.
 Isaac Newton (1643-1727), científico inglés que realizó investigaciones sobre óptica y la luz, y
formuló la ley de gravitación universal.
La filosofía también se puso al servicio de la ciencia. El inglés Francis Bacon (1561-1626) formuló el método experimental, según el cual
todo lo que sea demostrable por la experiencia puede ser considerado cierto. El francés René Descartes (1596-1650) estableció la duda
metódica como base del conocimiento, exaltando así el uso de la razón. Por ello, a su pensamiento se le conoció como racionalismo.

Las bases del pensamiento ilustrado


Las características esenciales del pensamiento ilustrado fueron:
• El predominio de la razón como fundamento principal del conocimiento frente a la tradición, lo sobrenatural y la superstición.
• El espíritu crítico, que cuestionaba los rasgos de la sociedad, la cultura o la religión que se oponían a la razón.
• La defensa de la autonomía del poder civil, que incluso debía controlar al poder eclesiástico.
• La educación como instrumento para difundir la razón, por lo que era conveniente que fuese dirigida por el Estado.
• El afán de aplicar los descubrimientos científicos y los aportes filosóficos a la realidad humana.

La expansión de la Ilustración. Desde la primera mitad del siglo XVIII, el pensamiento ilustrado se expandió por toda Europa, y Francia se
convirtió en el centro de esa difusión. Los focos principales fueron las ciudades portuarias (Amberes, Londres o Hamburgo) y las grandes
capitales europeas: París, Viena, Madrid, Lisboa, Berlín y San Petersburgo.
Los ilustrados se apartaron de las universidades y de las academias oficiales. El principal lugar de encuentro de los intelectuales fueron
los salones de la burguesía, donde se celebraban tertulias. Como medios de difusión emplearon la prensa y los libros. La edición de libros,
folletos, revistas y periódicos prosperó, pues a pesar de las censuras y las prohibiciones, siempre encontraron un lugar para imprimirlos
y una organización para distribuirlos.

El nacimiento de la opinión pública. La Ilustración se distinguió de los otros movimientos intelectuales precedentes por el destinatario
de su mensaje: las mayorías letradas. Esto no hubiese sido posible sin el progreso de la alfabetización en la Europa del siglo XVIII, lo cual
permitió el desarrollo de lo que ahora se conoce como opinión pública. Así, las discusiones y debates de ideas ya no se restringían a los
espacios cerrados de la élite, sino que alcanzaban a una población más amplia.
La Ilustración fue un fenómeno básicamente europeo, pero pronto sus ideas se extendieron por muchos de los territorios coloniales de
las potencias europeas, en especial en la América hispana y británica.

La Enciclopedia. En la segunda mitad del siglo XVIII, apareció en Francia la Enciclopedia o Diccionario razonado de ciencias, artes y oficios,
cuyo objetivo fue volcar todo el saber humano en una gran obra. Fue dirigido por dos de los académicos más destacados de la época:
Jean Le Rond d’Alembert y Denis Diderot, y constaba de 28 volúmenes. En la redacción intervinieron unos 130 colaboradores de distinta
procedencia y pensamiento, entre ellos los mayores sabios y científicos de la época. Además de exponer la cultura de su época, la
Enciclopedia postulaba las nuevas ideas económicas y la igualdad entre la burguesía y la aristocracia, a la vez que criticaba la religión, la
Iglesia y la filosofía medieval. Estas ideas generaron la reacción de la Iglesia y del poder secular. La Enciclopedia fue condenada por la
Inquisición y prohibida en muchos países (Francia, España y sus colonias americanas).

Los teóricos políticos de la Ilustración


Los grandes pensadores políticos y sociales del siglo XVIII fueron los siguientes:
El barón de Montesquieu (1689-1755). Propuso una sociedad en la cual la ley limitase la autoridad, pues afirmaba que el uso del
poder tiende a originar violencia y abuso de quien lo detenta. En su obra El espíritu de las leyes (1748), Montesquieu analiza
distintas formas de gobierno y las clasifica en tres: republicana, monárquica y despótica. Él prefería la monarquía parlamentaria
de tipo inglés, y pensaba que la autoridad debía descomponerse en fuerzas diferentes que tendieran a equilibrarse.
Esto dio origen a la teoría de la división de poderes: el legislativo, que dicta las leyes; el ejecutivo, que las pone en práctica, y el
judicial, que controla su cumplimiento. Se opuso al absolutismo, pues este concentraba en el rey los tres poderes.
Voltaire (1694-1778). Es el más genuino pensador de la Ilustración francesa. En su obra Cartas filosóficas sobre los ingleses,
escrita durante su exilio en Inglaterra, analizaba el sistema político inglés, al cual consideraba superior al absolutismo francés.
Voltaire contemplaba la necesidad de una política fuerte para salvaguardar la libertad, y señalaba como indispensable la
jerarquización de la sociedad. Sus obras más representativas fueron el Tratado sobre la tolerancia (1763) y el Diccionario
filosófico (1764), dos bastiones en defensa de la razón ilustrada frente al dogmatismo religioso y la intolerancia representados
por la Iglesia.
Jean-Jacques Rousseau (1712-1778). Este pensador puso énfasis en la libertad humana y en su bondad originaria Doc. 8.
Postulaba que en el estado de naturaleza no existía desigualdad, ya que el hombre es esencialmente bueno. Rousseau señalaba
que con la aparición de la propiedad el hombre se deshumanizó y se alejó del orden natural. En El contrato social (1762),
Rousseau sostiene que la sociedad se establece por un contrato entre las personas. Además, afirma que el gobierno surge cuando
estas, libres e iguales, delegan la soberanía en las autoridades, quienes tienen la obligación de legislar y gobernar para el bien
común; de lo contrario, las personas legítimamente pueden rebelarse y deponerlos.
Estos pensadores, aunque no plantearon la sustitución inmediata del régimen existente, indudablemente inspiraron las ideas que, a fines
de siglo, culminaron en la Revolución francesa.

Los avances tecnológicos. La ciencia en el siglo XVIII experimentó grandes avances en todas las ramas del saber. La característica principal
de este periodo fue la necesidad de aplicar las innovaciones y los descubrimientos científicos en la mejora de las condiciones de vida de
los individuos a través de la tecnología y los inventos prácticos.

La tecnología para la producción. Los nuevos inventos fueron la base del desarrollo de la futura Revolución Industrial. Así, por ejemplo,
la máquina de vapor creó la posibilidad de emplear una fuente de energía tanto en bombas para desaguar minas inundadas como en
máquinas para hilar, tejer y desmotar algodón. La utilización del carbón tostado (“coque”) para fundir hierro evitó, a su vez, que siguieran
talándose bosques en Inglaterra para usar la leña como combustible.

Los avances en biología


La preocupación por medir y cuantificar llevó a la invención del termómetro de
mercurio para tomar la temperatura del cuerpo humano y de la escala centígrada
para medir la temperatura ambiental; asimismo, se empezó a utilizar el sistema
métrico decimal. Los avances en química, medicina y ciencias naturales también
fueron muy importantes. Antoine Lavoisier creó la nomenclatura química. El
sueco Carlos Linneo elaboró una clasificación de vegetales y animales usando el
latín. Edward Jenner descubrió en 1796 los principios para combatir una
enfermedad muy contagiosa: la viruela.

Las innovaciones en el transporte y las comunicaciones. En 1783, los hermanos Joseph y Jacques Montgolfier idearon globos aerostáticos
impulsados por aire caliente que podían llevar tripulantes en una barquilla. Por otro lado, la creación de un “cajón neumático” permitió
crear zonas secas en el lecho de los ríos para
construir el basamento de los puentes, mientras se difundía la construcción de canales.

Las reformas ilustradas


Algunos monarcas europeos implementaron reformas inspiradas en las ideas ilustradas. Sin embargo, continuaron reprimiendo las
demandas por una mayor libertad y participación del pueblo en las decisiones del Estado; por ello, fueron llamados déspotas ilustrados.
Su filosofía se resume en la frase: “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo”.
Las políticas reformistas abarcaron estos ámbitos:
 La administración. Dentro de la burocracia estatal se fomentó la centralización y la uniformidad de las instituciones, así como la
promoción de funcionarios técnicos sin distinción por su origen social.
 La economía. Se realizaron reformas como la liberación de la propiedad y la libertad del comercio, debilitando así el
intervencionismo de las corporaciones. Asimismo, se impulsó la colonización de nuevas tierras y el fomento de la industria.
 La educación. Se amplió la educación a las clases populares mediante la creación de nuevas instituciones, orientándolas hacia
las ciencias con aplicación práctica en la producción. Además, se apoyó la investigación y se fundaron sociedades científicas.
 La religión. Se aplicó una política de tolerancia religiosa. Asimismo, el Estado buscó ejercer un mayor control sobre la Iglesia
(regalismo). Esa tendencia no resultó difícil en los países protestantes y ortodoxos, cuyas iglesias eran nacionales. En los países
católicos, en cambio, se produjeron enfrentamientos con el papado, lo cual dio origen a medidas drásticas, como la expulsión
de los jesuitas.

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