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VINCULOS

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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA

EJE GEOPLITICO REGIONAL KEREPAKUPAI VENA

PERIODO: 2020-2 / UC: ANATOMÍA DE UNA EDIFICACIÓN /

SECCION: AQ2-M1-CA

DOCENTE: MG. HERNÁN PÉREZ

VINCULOS

ALUMNA:

DALISKA BELLORIN
LOS VÍNCULOS Y SU APLICACIÓN A SISTEMAS ESTRUCTURALES EN LA
REALIDAD

Estudio de la Estática Aplicada

Vínculos en el Plano

Es común representar diversas estructuras en el plano, esto hace más práctico su


análisis con respecto a considerar las tres dimensiones, según Norris y Wilbur
(1973):

“El análisis de las estructuras tridimensionales o espaciales no contiene ningún


principio fundamental nuevo, respecto de los que necesitan para el estudio de las
planas, pero los cálculos numéricos resultan mucho más complicados, por las
características geométricas introducidas por la tercera dimensión”.

Por consiguiente, el estudio de las vinculaciones o conexiones entre los distintos


elementos de un sistema estructural se realiza fundamentalmente en el plano, esto
facilita la comprensión y el análisis de las mismas. A través de la siguiente
analogía se pretende dejar una explicación más didáctica de los vínculos en el
plano y su efecto:

Considérese un cuadro en la pared, el mismo representa un cuerpo


rígido al cual despreciaremos su dimensión más pequeña
(perpendicular a la superficie de la pared), de esta manera podemos
clasificar al cuadro como chapa (cuerpo rígido coplanar).
Figura N°1: cuadro idealizado como cuerpo rígido plano (chapa) |

En cuanto a los grados de libertad, tenemos que el cuadro tiene la


libertad de desplazarse y rotar libremente a través de la superficie de
la pared si lo tomamos con una mano y le damos movimiento.
Estamos despreciando los movimientos en dirección perpendicular a
la superficie, es decir, el cuadro puede
desplazarse horizontalmente, verticalmente y rotar, en total tres
grados de libertad.

Figura N°2: grados de libertad del cuadro en el plano

Si añadimos un clavo, estaríamos restringiéndole al cuadro la


posibilidad de presentar traslación pura tanto verticalmente como
horizontalmente, solo podría presentar un grado de libertad: la
rotación alrededor del clavo. Estaríamos en presencia de un polo, es
decir, el punto sobre el cual el cuadro gira (el clavo).
Figura N°3: al añadir un clavo, el mismo se convierte en un polo (punto fijo) para el cuadro

Si añadimos otro clavo, el movimiento del cuadro queda totalmente


restringido.

Figura N°4: cuadro fijo en la pared mediante dos clavos

Esta situación se puede representar mediante dos apoyos articulados, tal como se
ve en la Fig. N°5, vínculo que se describió en la publicación anterior (Referencia
[5]), el cual cumple la función de “fijar” el cuadro respecto al sistema
tierra (representado por la pared y remarcado mediante líneas diagonales
adyacentes al vínculo) y permitiendo la rotación respecto a la pared.

Figura N°5: idealización del cuadro con dos clavos mediante dos vínculos articulados a tierra.

De esta manera logramos respaldar el concepto de vínculo que se tiene según


Hernández (1998): “Condición geométrica que limita o restringe el movimiento de
los cuerpos”. (p. 5). Lo que quiere expresar Hernández con esto, es que un
vínculo cumple la función de restringir el movimiento de un cuerpo respecto
a otro cuerpo, para el caso de la analogía anterior, hemos dicho que el clavo
restringe parcialmente el movimiento del cuadro respecto a la pared, es decir,
estamos en presencia de dos cuerpos: el cuadro y la pared. La pared puede
modelarse como un cuerpo rígido infinito que no tiene posibilidad de movimiento,
por lo cual podemos asumir que la misma representa un sistema de referencia fijo
llamado sistema tierra. El vínculo (clavo) se encarga de restringir el movimiento del
cuadro (cuerpo rígido) respecto a la pared (otro cuerpo rígido que representa al
sistema tierra).
Vínculos externos

Figura N°6: los vínculos externos en el plano, caso general.

Hasta ahora hemos descrito vínculos que restringen el movimiento de un cuerpo


respecto al sistema tierra, estos vínculos se denominan vínculos externos. Más
adelante veremos lo que son los vínculos internos, los cuales restringen total o
parcialmente el movimiento relativo entre dos cuerpos. Según Hernández (1998),
los vínculos externos en el plano se clasifican en tres categorías según su grado
de restricción: “De primera especie, de segunda especie y de tercera especie”. (p.
7), los cuales restringen 1, 2 y 3 movimientos respectivamente.

Ya habíamos hablado en la anterior publicación (Referencia [5]) de las unidades


de vinculación (UV), no son más que el número de grados de libertad que un
vínculo restringe. Recordemos que en el plano los cuerpos rígidos son láminas
planas (chapas) y los vínculos poseen tres posibilidades de restricción
(desplazamiento paralelo a dos ejes ortogonales y la rotación alrededor de un eje
perpendicular al plano que forman estos dos ejes).

Vínculos Externos de primera especie

Son vínculos que poseen un grado de restricción, es decir añaden una unidad de
vinculación al sistema. Ya hablamos del apoyo simple en la anterior publicación
(Referencia [5]), el cual puede representarse ya sea mediante una articulación
móvil (patín) o un rodillo pero cabe destacar que aunque restrinjan el mismo
movimiento, no hacen exactamente lo mismo. En la Figura N°7 una descripción
más detallada.
Figura N°7: apoyo simple, representación usual mediante el “patín” y el “rodillo”. El patín puede separar dos chapas ya que también puede ser

un vínculo interno articulado mientras que el rodillo permite la continuidad de una chapa. Un objeto apoyado sobre una superficie puede

modelarse mediante un apoyo simple si se desprecia la fricción que pueda presentarse en contra del desplazamiento.

La biela simple externa, es un modelo de barra rígida de longitud despreciable


cuya restricción es el desplazamiento en dirección del eje de la misma, su efecto
es idéntico al de un apoyo simple por lo que se puede introducir como una
representación alternativa del mismo tal como se ve en la Figura N°8. Cabe
destacar que esta afirmación es solo válida para movimientos infinitésimos, según
Norris y Wilbur (1979): “…para movimientos pequeños reproduce eficazmente la
acción del soporte de rodillos...”. (p. 71), es decir, si imaginamos que la biela
externa logra ejecutar toda su rotación entonces existiría desplazamiento de la
chapa en dirección paralela a la posición inicial de la biela, lo cual no cumpliría con
el concepto de apoyo simple.

Figura N°8: la biela simple puede funcionar como apoyo simple solo para rotaciones infinitésimas y desplazamientos de pequeña magnitud.
Desde el punto de vista del análisis estructural, los desplazamientos son muy
pequeños en comparación a las dimensiones de una estructura, por lo que se
desprecian los efectos de curvatura debido a grandes desplazamientos.

Ya vistos los vínculos externos que se usan para restringir una dirección de
desplazamiento, solo nos queda hablar del que restringe únicamente la rotación:
el empotramiento libre. Si se le añade este vínculo a una chapa, la misma tendría
la posibilidad de presentar traslación pura en cualquier dirección pero no rotar.

Figura N°9: el empotramiento libre no permite a una chapa ningún tipo de rotación, ya que la chapa está obligada a rotar de forma similar al

sistema tierra, el cual no rota.

Vínculos externos de segunda especie

La articulación a tierra o articulación fija es uno de los vínculos más comunes.


Restringe el desplazamiento en cualquier dirección del plano (generalizadas
mediante dos direcciones ortogonales cualesquiera) por lo que tiene dos unidades
de vinculación, permitiendo solo la rotación de la chapa respecto a tierra. En la
Figura N°10 más detalles.
Figura N°10: la articulación fija representa una restricción de todo desplazamiento y permite rotación sin fricción, esta idealización debe verse

como un vínculo que permite cierta libertad de rotación y no rotaciones de gran magnitud.

El vínculo externo que restringe solo un desplazamiento y la rotación es por


excelencia el empotramiento móvil. Solo permite una dirección de desplazamiento
la cual depende de la posición del vínculo.

Figura N°11: el empotramiento móvil solo permite una dirección de desplazamiento, una forma alternativa de representarlo es mediante bielas

paralelas pero solo para desplazamientos de pequeña magnitud.

La forma alternativa de representar un empotramiento móvil es mediante un par de


bielas paralelas. Análogamente con la biela simple externa su efecto solo puede
considerarse similar al del empotramiento móvil para desplazamientos de muy
pequeña magnitud.

Vínculos externos de tercera especie

Cuando se restringe tanto el desplazamiento en cualquier dirección como la


rotación estamos en presencia de un empotramiento. Su colocación añade tres
unidades de vinculación o lo que es equivalente decir reduce tres grados de
libertad al sistema. Su aplicación en una chapa libre en el plano anula todo su
movimiento.

Figura N°12: la restricción idealizada de todo movimiento es el empotramiento, también representado por una barra anclada al suelo hasta una

profundidad determinada.
Vínculos Internos

Figura N°13: los vínculos internos, caso general.

Cuando hablamos de vínculos internos, las restricciones son relativas de un


cuerpo respecto a otro. Análogamente como en los vínculos externos se observa
que restricción presenta un cuerpo respecto al sistema tierra, en los vínculos
internos se observa que restricciones presenta un cuerpo respecto a otro cuerpo al
cual está vinculado. Para conocer el grado de vinculación interna basta con fijar o
restringir el movimiento de uno de los dos cuerpos y analizar qué sucede con el
otro, que movimiento se restringe y que movimiento es libre de realizarse.
Teóricamente se puede decir que los vínculos externos son un caso particular de
los vínculos internos. Según Hernández (1998), los vínculos internos en el plano
se clasifican en tres categorías según su grado de restricción: “De primera
especie, de segunda especie y de tercera especie”. (p. 5), los cuales restringen 1,
2 y 3 movimientos respectivamente.

Vínculos internos de primera especie

Tenemos un apoyo simple interno, que puede ser representado de dos


maneras: patín interno o el rodillo interno. Restringen solo una dirección de
desplazamiento la cual va a depender de la posición del vínculo. Esta vez
encontramos que ambos cumplen exactamente la misma función, no hay
diferencias, permiten la rotación relativa y una dirección de desplazamiento.

Figura N°14: el apoyo simple interno se puede representar mediante un “rodillo”, un “patín” o una biela simple.

La biela simple interna es una representación alternativa del apoyo simple interno,
también restringe solo una dirección de desplazamiento la cual es paralela al eje
de la biela. Análogamente con la biela simple externa, la misma representa un
modelo infinitesimal de barra rígida articulada en sus extremos con dos chapas de
tamaño finito y su categorización como apoyo simple interno se cumple solo si los
desplazamientos que sufre el sistema son lo suficientemente pequeños para
despreciar la trayectoria curva que se generaría si se dan rotaciones de gran
magnitud. Cabe aclarar que en el estudio de la estática aplicada los vínculos
tienen dimensiones despreciables y solo representan la forma en que un cuerpo
está vinculado respecto a otro.

Pasamos al vínculo interno de primera especie encargado de restringir solo la


rotación relativa: el empotramiento libre interno. Al ver la similitud que se viene
presentando con los vínculos externos, se empieza a reforzar la afirmación de que
los vínculos externos no son más que un caso particular de los vínculos internos.
Según Hernández S. (1998): “El lector debe estar consciente que más importante
que la forma de indicar el vínculo, hecho este en cual se difiere con regularidad,
esta todo el aspecto teórico que encierra”. (p. 7). Teóricamente, se debe tomar en
cuenta que al no permitir la rotación relativa, ambas chapas están destinadas a
rotar de forma similar, es decir, si una de las chapas sufre una rotación, la otra
debe presentar la misma magnitud y sentido de rotación, pero si una no puede
rotar entonces la otra tampoco.

Figura N°16: ya que la rotación relativa es restringida por este vínculo, ambas chapas deben rotar de forma similar.

Vínculos internos de segunda especie

Articulación o rótula: su función es permitir la rotación relativa entre chapas


restringiendo cualquier desplazamiento relativo. ¿Entre chapas? Si, también
pueden vincularse más de dos chapas. Si una de dos chapas vinculadas entre sí
por una articulación se restringe de todo movimiento la articulación pasa a ser un
punto fijo sobre el cual la otra chapa puede rotar, es decir, se convierte en un polo
para esta chapa, por esta razón este vínculo representa un polo relativo o en otras
palabras un punto de velocidad cero entre ambas chapas.
Figura N°17: la rótula permite la rotación relativa entre dos o más chapas.

Empotramiento móvil interno o par de bielas paralelas: cuando se restringe la


rotación relativa y solo una dirección de desplazamiento entre dos chapas,
estamos en presencia de este vínculo, el cual es muy temido por los estudiantes
por su dificultad para el análisis tanto en el estudio de la estabilidad de sistemas
materiales como para el cálculo de reacciones externas e internas mediante
ecuaciones de equilibrio. De nuevo cabe decir que la equivalencia entre uno y otro
es solo válida para desplazamientos muy pequeños debido a la posibilidad que
presentan las bielas paralelas internas de presentar una componente de
desplazamiento en dirección de la posición inicial de las mismas, es decir, si
imaginamos que ambas bielas sufren una rotación significativamente grande
entonces la dirección de restricción cambiaría con respecto a la inicial, ya que la
misma es paralela a las bielas, y el estudio de estos mecanismos no está dentro
del enfoque de la Estática.
Figura N°18: las bielas paralelas internas restringen la rotación relativa, por lo que ambas chapas deben de sufrir la misma rotación y además

presentar desplazamientos en direcciones opuestas.

Vínculos internos de tercera especie

Cuando se vincula al sistema tierra un cuerpo imposibilitando todo su movimiento


se suele representar mediante un vínculo externo de empotramiento las
restricciones que el cuerpo posee. Esta restricción también puede suceder entre
dos o más cuerpos mediante una junta rígida o nodo rígido. Una particularidad de
este vínculo interno es que puede unir dos o más cuerpos rígidos y hacerlos uno
solo. Ya que permite conservar la rigidez de todo el conjunto y recordando el
concepto de cuerpo rígido:

“Un conjunto infinito de puntos que unidos entre si logran conformar


un cuerpo, los cuales están unidos uno de otro bajo total restricción
de movimiento. Es decir, la distancia entre dos puntos cualesquiera
de un cuerpo rígido permanece constante o inalterable si el mismo
sufre un movimiento cualquiera o es sometido a cualquier conjunto
de fuerzas externas” Referencia [5].
Entonces podemos afirmar que este vínculo no solo restringe todo movimiento
relativo sino que permite extender los límites de una chapa y crear un cuerpo
rígido plano único.

Figura N°19: la junta rígida permite extender los límites de una chapa ya que permite conservar la rigidez de todo el conjunto.

Estos han sido todos los vínculos que pueden presentarse teóricamente hablando
si tomamos en cuenta todas las posibles restricciones en el plano. En la vida real
puede que algunos de estos vínculos no tengan una aplicación práctica, pero
conocer su comportamiento corresponde a una mayor versatilidad para el
Ingeniero Estructural a la hora de analizar problemas.

Hemos hablado de los vínculos como una representación idealizada de


restricciones puntuales en el plano, pero cabe destacar que esta restricción puede
ser lineal como es el caso de las losas apoyadas sobre vigas donde la viga
restringe el movimiento de la losa a lo largo de la propia viga y esta restricción
puede ser modelada mediante un apoyo simple o incluso empotrada, además de
restricciones superficiales, como puede ser el contacto suelo-losa de fundación o
suelo-muro de contención. Ciertos apoyos en estructuras pueden modelarse como
"resortes" los cuales dependen de la rigidez del mismo pero estaríamos tomando
en cuenta deformaciones. Estas condiciones abarcan temas más avanzados de
estructuras y estática aplicada nos centraremos en los vínculos puntuales.
Ahora vamos aclarar algo que se mencionó en varias ocasiones a lo largo de la
descripción de los vínculos en el plano: lo movimientos infinitesimales y la validez
de representar un vínculo de una manera u otra.

Movimientos Infinitésimos

Como ya se mencionó, los desplazamientos en estructuras son muy pequeños en


comparación a las dimensiones de las mismas, por ello debemos pensar en los
vínculos como condiciones restrictivas que pueden admitir cierto grado de
desplazamiento y/o rotación y no como mecanismos diseñados para permitir
grandes desplazamientos. Según Rodríguez (2003): “Considérese una chapa…
que rota un ángulo “φ” alrededor de un punto…considerando que la rotación “φ” es
infinitésima…”. (p. 17). Cuando se habla de movimientos infinitésimos, la magnitud
de la rotación que puede sufrir una chapa es de orden infinitesimal, esto genera
desplazamientos muy pequeños en los puntos de la misma, haciendo que se
desprecien los efectos de trayectoria curva. De esta manera, en el caso de la
Figura N°20 el desplazamiento de los puntos B y C será únicamente horizontal ya
que se desprecia la componente vertical del movimiento de los mismos.

Figura N°20: ilustración del movimiento infinitésimo.


Si tomamos el triángulo que se genera con el radio vector AB y el vector
desplazamiento del punto B, y tomamos en cuenta que para ángulos muy
pequeños la tangente es igual a la magnitud del ángulo, entonces podemos llegar
a la siguiente expresión:

Así entonces se cumple la validez de representar ciertos vínculos de una manera


u otra y se cumple la hipótesis de que las chapas son indeformables, ya que al
presentarse una rotación tan pequeña la hipotenusa del triángulo en la Figura
N°20 se puede asumir de prácticamente igual magnitud que la longitud original de

la chapa, es decir, podemos asumir que no se está deformando.

Aplicación a Sistemas Estructurales en la Realidad

Si bien en la realidad no existen condiciones ideales de desplazamiento o rotación


sin fricción o fuerza que se oponga al movimiento, los apoyos y las conexiones
entre elementos estructurales se pueden modelar con suficiente exactitud
mediante vínculos idealizados. Según expresa Hibbeler (2012): “Al seleccionar un
modelo concreto para cada soporte o junta, el ingeniero debe estar consciente de
cómo afectarán los supuestos al desempeño real de los elementos y si los
supuestos son razonables para el diseño estructural”. (p. 35). Por consiguiente el
ingeniero estructural debe seleccionar un modelo que se corresponda con la
realidad y obtener resultados que garanticen la seguridad y un buen desempeño
de la estructura durante su vida útil. Es por ello que un buen criterio en el diseño
estructural es indispensable y la comprensión de los vínculos en el plano facilita
este trabajo.

Las estructuras se diseñan para mantenerse de pie, estables, lo ideal sería que
fueran totalmente rígidas y resistan cualquier carga externa que se les aplique sin
que la estructura sufra movimiento alguno, pero esto acarrea elevados costos de
construcción por la cantidad de materiales que debe de usarse para garantizar
esta rigidez y los problemas que esto conlleva. Según expresa Hibbeler (2012):

"Los elementos estructurales de unen de diversas maneras


dependiendo de la intención del diseñador. Los tres tipos de juntas
que se especifican con mayor frecuencia son la junta articulada, el
soporte de rodillo y la junta fija. Las juntas articuladas y los soportes
de rodillo permiten cierta libertad de rotación, en tanto que una junta
fija no permite la rotación relativa entre los elementos conectados y,
en consecuencia, su fabricación es más costosa". (p. 34).

Además, permitir ciertos grados de libertad en las juntas de una estructura puede
traer consigo ventajas con respecto a una estructura completamente rígida en sus
juntas, como por ejemplo, la manera en que se transmiten las fuerzas internas
entre elementos, evitar que se generen fuerzas debido a la expansión o
contracción por cambios de temperatura o asegurar la estabilidad con un menor
número de restricciones (unidades de vinculación).

Veamos un ejemplo común de junta rígida: la unión viga-columna en estructuras


de concreto armado (Figura N°21). Podemos asumir que es despreciable la
rotación relativa entre viga y columna, ya que están vinculadas por un nodo del
mismo material y por las características del concreto.
Figura N°21: la conexión entre las vigas y las columnas puede modelarse mediante una junta rígida.

En cuanto a estructuras de acero, la idealización de las conexiones va a depender


de que tanta rotación relativa admita la junta, si la misma admite rotaciones de
magnitud significativa entonces se puede modelar como articulación o rótula, sino
se trataría como junta rígida, el límite lo establecen las Normas especializadas
para la construcción en acero y el criterio del ingeniero. Para estructuras de
madera según expresa Hibbeler (2012):

“Para la mayoría de las estructuras de madera, se supone que todos


los elementos deberán ser articulados ya que el hecho de
atornillarlos o clavarlos no es suficiente para restringir la rotación de
un elemento con respecto a los demás”. (p. 35).

Figura N°22: en estructuras de acero, las conexiones entre elementos suelen ser una placa de rigidez relativamente menor a la de los

elementos, por lo que pueden permitir una rotación relativa significativa entre los mismos, esto puede modelarse mediante una rótula.
Figura N°23: las barras diagonales están articuladas a la viga de acero superior en su parte media, esto se evidencia al ver que las

mismas están unidas mediante pernos a una placa que sobresale.

Figura N°24: cuando una junta corresponde a la continuidad de un elemento de acero (parte superior de la estructura) estamos en

presencia de una junta rígida. También se considera junta rígida en acero cuando la unión entre los elementos es no solamente mediante

pernos sino mediante soldadura y otras medidas que reduzcan la posibilidad de presentarse rotación relativa.

En cuanto a vínculos externos o soportes, un buen ejemplo de empotramiento


sería una fundación superficial en concreto armado, asumiendo que se encuentra
sobre suelo firme, la misma restringe todo movimiento de la columna respecto a
tierra (Figura N°25). Cuando un soporte permite cierta rotación se puede modelar
como articulación fija, un ejemplo representativo sería en puentes (Figura N°26).
Figura N°25: las fundaciones superficiales de concreto armado pueden modelarse como empotramientos a tierra, ya que la columna presenta

total restricción de movimiento respecto al sistema tierra

Figura N°26: apoyo articulado en puente

Los apoyos simples son también muy comunes, los puentes usualmente poseen
un extremo articulado a tierra y otro simplemente apoyado, esto es, entre otras
razones, para permitir la libre expansión térmica debido a temperatura. Una viga
puede estar simplemente apoyada de una columna tal como se aprecia en la
Figura N°29, el soporte que sobresale de la columna se denomina
comúnmente ménsula.
Figura N°27: ejemplo de apoyo simple en puente.

Figura N°28: ejemplo de rodillo en vigas de concreto armado.

Figura N°29: otro ejemplo de rodillo.

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