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Del Ejército en La Vida Política Que Se Intensificó en La Guerra de Marruecos

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Bloque 9: La crisis del sistema de la Restauración y la caída de la monarquía

(1902-1931)
9.1. El reinado de Alfonso XIII y la crisis del sistema político de la Restauración: los
partidos dinásticos. Las fuerzas políticas de oposición: republicanos, nacionalistas,
socialistas y anarcosindicalistas.
1. Introducción
El reinado de Alfonso III (1902-1931), estuvo marcado por la crisis definitiva del sistema de
Restauración. Se comenzaron a producir divisiones internas en los partidos de turno, lo
que provocó una creciente inestabilidad política y constantes cambios de gobierno. Se
dio un aumento de la conflictividad social debido a la desigual industrialización del país;
un incremento y desarrollo de la oposición política a manos de los republicanos,
nacionalistas, y el movimiento obrero; el intervencionismo del Rey en la vida política
incrementó su desprestigio y debilitó la monarquía; y por último hubo un intervencionismo
del ejército en la vida política que se intensificó en la Guerra de Marruecos.

2. Regeneracionismo y revisionismo político.


Los primeros años de su reinado estuvieron marcados por los intentos de reforma o
regeneración, mediante dos vías: movilizando la opinión pública, y desde el
regeneracionismo intelectual y literario, donde sus principales representantes fueron
Unamuno, Gavinet, Maeztu, Ortega y Gasset, y Joaquín Costa. Estos proponían reformas
económicas y educativas para modernizar la sociedad.
Desde el propio sistema de la Restauración, destacaron Francisco Silvela y Antonio Maura,
del partido conservador, y José Canalejas del partido liberal.

3. Reformismo conservador y crisis de 1909.


El primer intento modernizador fueron las tentativas regeneracionistas de Silvela, sucesor
de Cánovas. Tras su fracaso, al no lograr vencer los obstáculos e intereses existentes
dentro de su propio partido, abandonó y el partido Conservador quedó en manos de Antonio
Maura. Su proyecto pretendía poner fin al caciquismo con la Ley de Administración Local,
dando más autonomía a los ayuntamientos, y con la Ley Electoral (1907), que estableció el
voto obligatorio.
Por otra parte se adoptaron medidas proteccionistas para impulsar la actividad industrial
española, y se mejoró la legislación laboral. Se creó también el Instituto Nacional de
Previsión (1908). El talante autoritario de Maura, su falta de entendimiento con el Partido
Liberal, y sobre todo la dura represión de la Semana Trágica (1909) supusieron el fin de su
principal etapa frente al gobierno.

La Semana Trágica.
A partir de 1906, España inició su penetración en el Norte de África. La conferencia de
Algeciras ese mismo año supuso el establecimiento de un protectorado franco-español en
Marruecos. Una de las zonas ocupadas por España era el Rif, donde existían intereses
económicos y una voluntad de restaurar el prestigio del ejército.
Los continuos ataques de los rifereños obligaron a mantener una fuerte presencia española.
En 1909, la derrota del ejército español en el Barranco del Lobo, supuso el incremento de
soldados en el Rif, y el envío de tropas reservistas.
Esta guerra de Marruecos determinó el estallido de una protesta popular en Barcelona, la
Semana Trágica, apoyada por anarquistas, socialistas y republicanos. Estalló el 26 de julio
con la huelga general convocada por UGT en Barcelona. La revuelta tuvo un fuerte
componente antimilitarista, y un gran rechazo a la iglesia. Tuvo un brutal coste humano, y
culminó con la ejecución de Ferrer y Guardia, librepensador y fundador de la Escuela
Moderna.

La Semana Trágica acabó con el programa reformista de Maura y obligó al rey a que
entregara el gobierno a los liberales, encabezado por José Canalejas. Llevó a cabo el último
intento regeneracionista iniciando el Reformismo Liberal. Sus acciones reformistas, como el
servicio militar obligatorio en tiempos de guerra, la Ley Candado, y la Ley de
Mancomunidades, acabaron con su asesinato en 1912. Eduardo Dato, del partido
Conservador, tomó el relevo y formó gobierno en 1913, pero murió en un atentado en 1921.

4. Oposición política

El republicanismo.
En 1903 nace la Unión Republicana a manos de Nicolás Salmerón, en cuyo programa se
recogía la proclamación de la república. El acercamiento entre este partido y el catalanismo
dio lugar, a partir de 1908, a la fundación del Partido Republicano Radical (partido
populista) liderado por Lerroux. Defendía entre otras cosas un estado laico. Hacia 1910,
perdió buena parte de su influencia, tras el fin de la Semana Trágica.
También se constituyó la Conjunción Republicano-Socialista en 1909, que integraba a
diversos grupos republicanos y el PSOE, que en las elecciones de 1910, Pablo Iglesias
consigue ganas como diputado en Madrid.

El carlismo
Se concentraba en Navarra, País Vasco y Cataluña. El carlismo se dividía en tres grupos:
carlistas, integristas y tradicionalistas, los cuales se consiguieron unificar en un solo partido
que se llamaría Comunión Tradicionalista, laico y ultraconservador.

Nacionalismos
La evolución de los nacionalismos catalán y vasco se va uniendo más a las posturas
republicanas. En Cataluña, los nacionalistas se vuelven independentistas y republicanos. En
el País Vasco, se centró en zonas como Vizcaya, donde había un predominio del PNV.
Cabe destacar también la fundación de la Unión Valencianista Regional, en Valencia.

Anarquismo y socialismo
En 1910, se funda la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), que contó con
numerosos afiliados. A partir de 1919 ésta se reafirmó en el apoliticismo, la negociación
directa entre obreros y empresarios, y la acción directa, lo cual dio lugar a un incremento de
las acciones violentas o el pistolerismo.

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