Orientaciones Didácticas. Alfabetización Inicial
Orientaciones Didácticas. Alfabetización Inicial
Orientaciones Didácticas. Alfabetización Inicial
Ministro de Educación
VÍCTOR HUGO DEBLOC
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ISBN 978-987-8909-37-0
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ÍNDICE Página
INTRODUCCIÓN 5
I. LOS CONTENIDOS DEL PRIMER CICLO 6
Primer grado 11
Segundo grado 13
Tercer grado 14
II. METODOLOGÍA 15
1.- Un proceso con historia 15
2.- Enfoques equilibrados 17
3.- Secuencias didácticas y talleres 19
III. ORIENTACIONES DIDÁCTICAS 19
ALFABETIZACIÓN INICIAL
1.-Características de las secuencias didácticas 20
2.- Componentes (estructura) de la secuencia didáctica 22
2.1.- Un primer componente discursivo y global 23
2.2.- Un segundo componente analítico 23
2.3.- Un tercer componente de cierre de la secuencia 25
3.- El error es previsible 25
IV. EVALUACIÓN 27
Evaluación en los aprendizajes 28
Evaluación de la enseñanza 31
V. EJEMPLOS DE ACTIVIDADES 33
Algunas actividades globales 33
Actividades analíticas 34
Una actividad de cierre 40
VI. BIBLIOGRAFÍA 41
ANEXO 1 El abecedario o alfabeto pedagógico 42
ANEXO 2 Sobre la complejidad de las palabras 47
4
INTRODUCCIÓN
Las lenguas escritas, tanto como las lenguas orales, se aprenden en situa-
ciones de uso, es decir que se aprende la lengua y la práctica social en la
que ella se usa para resolver situaciones. Los usos escolares (y más adelan-
te académicos) de la lectura y la escritura se aprenden en la escuela, com-
partiendo prácticas cotidianas de uso.
6
tre las unidades mínimas de escritura (letras) y las unidades mínimas de la lengua
oral (fonemas). Ni grafemas ni fonemas tienen significado aisladamente pero sirven
para distinguir significados, por ejemplo amar y arar que son dos acciones distintas,
difieren en una sola letra. Las correspondencias entre fonemas y grafemas o corres-
pondencias fono-gráficas, pueden ser biunívocas (relación entre un grafema con un
solo fonema) o multívocas (relación de un grafema con varios fonemas o de varios
grafemas con un solo fonema). Y todo esto hay que aprenderlo, porque el alfabeto
es un sistema estable y finito, pero las correspondencias con los fonemas tienen
variaciones dialectales, es decir que el alfabeto se corresponde en cada lugar con
diferentes formas de pronunciación.
Para alfabetizarse hay que comprender simultáneamente las convenciones de la
escritura, arbitrarias y heredadas, a saber: escribimos en una línea (linealidad) de
izquierda a derecha y de arriba hacia abajo (direccionalidad), escribimos de modo
continuo las letras de una palabra (sucesividad) pero antes y después de cada
una dejamos un espacio en blanco (separación de palabras, discontinuidad);
escribimos con un conjunto finito de grafemas y con ellos producimos miles de pa-
labras porque los combinamos ubicando los mismos elementos en posiciones di-
ferentes (recursividad del sistema). Algunos de los grafemas son letras, pero otros
no, como la tilde, la diéresis, el punto, la coma, los signos de exclamación e interro-
gación, el guion de diálogo, entre otros. Todos ellos son grafemas, marcas gráficas
con formas, tamaños y orientación (rasgos distintivos), que hay que aprender a
reconocer con las variaciones de forma en textos escritos en imprenta y en cursiva,
en mayúscula y minúscula (diferentes tipografías).
El conocimiento del principio alfabético no alcanza por sí solo para escribir bien ni
siquiera palabras frecuentes y comunes, aparentemente sencillas como mamá
(que oralmente tiene cuatro fonemas pero se escribe con cinco grafemas (cuatro
letras y una tilde), o los nombres propios que se aprenden desde el Nivel Inicial: Lu-
cía, Guido.
Conocer las correspondencias fono-gráficas tampoco alcanza para distinguir Mora
de mora, o Luz de luz, puesto que las mayúsculas son solo diferencias gráficas que
no se perciben en la palabra hablada. Algo similar ocurre con los signos de entona-
ción y puntuación que cambian el significado de los enunciados, pero no se corres-
ponden con un solo fonema sino con una entonación o curva tonal que se produce
junto con los otros fonemas, por ejemplo en ¡Lo encontró! y ¿Lo encontró?
La exploración de las funciones de la escritura y la del sistema alfabético que aca-
bamos de describir se realiza a través de la lectura y escritura de palabras, oracio-
nes y fragmentos breves de textos. En este proceso se producen innumerables erro-
res, propios del aprendizaje, que analizaremos más adelante.
7
El Primer Ciclo está destinado a consolidar el aprendizaje de la lectura y la
escritura inicial y es un tiempo suficiente, cualquiera sea el estado inicial de
conocimiento, si se enseña con una propuesta didáctica adecuada para lo-
grar que niñas y niños puedan leer y escribir palabras y oraciones y revisar
su escritura hasta que sea completa y correcta.
Una vía o ruta subléxica o fonológica, indirecta, que frente a una palabra es-
crita, identifica los grafemas y los convierte en fonemas para luego componer
la palabra total y acceder al significado,
y una vía o ruta léxica, directa, que es un reconocimiento inmediato de las
palabras que han sido memorizadas con su forma ortográfica completa, sin la
recodificación de grafemas en fonemas.
Cuando niñas y niños aprenden a leer, todavía no han memorizado las palabras,
entonces arriesgan significados (“leen”), atendiendo solo a algunos grafemas que
reconocen, por ejemplo cuando ya identifican su nombre (por caso, Mora) toda pa-
labra que empiece con M o con Mo será leída como Mora. Esta estrategia de lectura
se denomina logográfica y consiste en el reconocimiento de palabras desconoci-
das a partir de la identificación de índices o cualidades de palabras conocidas pero
todavía sin relación con los fonemas.
Para que la lectura siga avanzando será necesario profundizar el análisis de las
palabras en letras hasta comprender el principio alfabético que organiza las corres-
pondencias entre fonemas y grafemas. Esta estrategia de lectura se conoce como
decodificación o estrategia alfabética y es fundamental para el avance. Aunque
tampoco es el punto de llegada puesto que la lectura fluida se produce cuando el
lector ha logrado memorizar las palabras con su ortografía (estrategia ortográfi-
ca de lectura) en el léxico mental y accede directamente al significado a través de
una ruta léxica directa. Esta ruta léxica, será cada vez más utilizada a medida que el
lector logre automatizar el procesamiento de la información visual de cada página
(realizando escasas fijaciones del ojo por renglón), para concentrarse solo en el alto
nivel de la lectura que es la construcción de sentido. Leer es construir sentido a partir
del procesamiento de información visual (textual, alfabética).
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Por su parte, la escritura, que niñas y niños realizan letra por letra desde el princi-
pio -habitualmente pronunciando la palabra que están escribiendo una y otra vez
en voz alta - es similar al deletreo oral inicial en la lectura. Pero tanto el deletreo en
lectura como la escritura que representa fonemas en grafemas no son el punto de
llegada de estos procesos. Son solo el principio. En el caso de la lectura como ya di-
jimos, se trata de memorizar las formas ortográficas de las palabras y en el caso de
la escritura superar la escritura alfabética para producir escritura ortográfica. La
práctica diaria de la escritura y revisión de la misma, sirve para tomar conciencia de
los elementos de la lengua escrita y su principio de funcionamiento, y esto a su vez,
contribuye con la lectura alfabética y el progresivo aprendizaje de la lectura orto-
gráfica.
La ortografía merece una atención especial en el Primer Ciclo porque, si bien es
cierto que se aprende a escribir escribiendo, también es cierto que si se escribe todo
el tiempo sin revisión, se aprende a escribir mal y se pierde el valioso tiempo fun-
dante de los primeros años, en espera de una mejoría que no llegará nunca porque
no puede construirse sobre ninguna base. ¿A qué “base” nos referimos?
Distinguir con claridad la comunicación y la lengua oral, de la comunicación y la
lengua escrita es la base para aprender a escribir ortográficamente. La ortografía
es una propiedad constitutiva de la escritura y no del habla. Si la escritura se enseña
como continuidad del habla, solamente como una transcripción de sonidos a letras,
niñas y niños lamentablemente aprenden que se escribe como se habla y no cons-
truyen la base para edificar allí la escritura (que es un proceso diferente del habla) y
la ortografía de su lengua.
Por este motivo, en Primer Ciclo la exploración del sistema alfabético se realiza para
aprender los componentes, el principio de funcionamiento y las correspondencias
fonográficas biunívocas y multívocas, con el propósito de saber desde un buen
principio que el sistema de escritura contiene ambas correspondencias (biunívoca s
y multívocas). Ocultar este conocimiento es como si en matemática se ocultara que
uno de los sistemas de numeración que utilizamos, enseñamos y aprendemos es
decimal o de base diez. Se continuaría sin base alguna y en segundo ciclo encon-
traremos niñas y niños escribiendo arollo por arroyo, avlar por hablar, o en séptimo
grado, yurayar por subrayar o NOCE por no sé.
Para que la escritura ortográfica no sea una casualidad que ocurre con algunos
niños y niñas, sino que sea un aprendizaje para todos, se requiere un trabajo espe-
cífico, articulado y sostenido que implica que las y los estudiantes escriban, revisen
y corrijan desde el primer grado, teniendo en cuenta que la valoración de la buena
escritura no se enseña con palabras, se actúa con el ejemplo docente (cuidadoso
con su propia escritura), la práctica cotidiana, el reconocimiento de los pequeños
progresos y la alegría en la superación de los errores.
9
¿Cuál es el proceso de enseñanza en Primer Ciclo que permite la construcción de
las relaciones que la escritura mantiene con la oralidad? Es una enseñanza que
explora sistemáticamente las correspondencias entre grafemas y fonemas y por lo
tanto permite una precoz construcción de la ortografía. Son solo tres tipos de co-
rrespondencias, a saber:
En primer lugar, los casos de correspondencias biunívocas: una vez que se es-
tablecen las correspondencias entre fonemas y grafemas, lo primero que pueden
resolver niñas y niños es la escritura de palabras que solo requieren el conocimiento
de las correspondencias biunívocas, uno a uno, entre un fonema y un grafema, por
ejemplo: paloma, monito, duda, ola, nada, foto.
1 Escribir palabras con ayuda y empezar a preguntar frente a la duda, con qué
letra se escribe.
2 Ubicar el lugar de la duda. (La secuencia didáctica que se propone más ade-
lante, contiene varias actividades destinadas a acotar el lugar de la duda orto-
gráfica)
3 Conocer las opciones que son posibles en el lugar de la duda. Por ejemplo,
para escribir lluvia los lugares son –u-ia, entonces hay que aprender las opcio-
10
nes y/ll en el primer lugar y b/v en el segundo. También se aplica para decidir
cuándo una palabra va con mayúscula, o cuando la vocal es con tilde o sin tilde.
4 Finalmente memorizar la opción correcta. (La secuencia didáctica contiene
varias actividades para ello). Este es el momento de plantear reglas para aque-
llas palabras que las tienen, y de crear algunas para las que no.
Primer grado
Lectura compartida con los compañeros y el docente en taller (de manera habi-
tual y sistemática) de textos literarios organizados en itinerarios que permitan co-
nocer autores y temas diversos. Escucha de la lectura en voz alta y conversación
sobre los textos leídos. Escucha reproductiva de textos para jugar, para memorizar
y recitar grupalmente. Escucha de los textos para renarrar y/o dramatizar. Lectura
de textos breves seleccionados, en voz alta para el desarrollo de la fluidez lectora.
Conversación sobre los textos literarios para identificar similitudes entre personajes,
escenarios e historias, como base para establecer relaciones intertextuales.
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Títulos de cuentos y de poemas, versos de poesías, fórmulas de inicio y cierre
de narraciones, estribillos de canciones, diálogos de un cuento, coplas, répli-
cas de diálogo, parlamentos de un personaje en una historieta, respuestas a
adivinanzas.
Palabras clave de las rutinas escolares: firma de trabajos con el nombre pro-
pio, nombres de los días de la semana, meses y estaciones del año; nombres
de los espacios curriculares. Palabras y enunciados propios de los espacios
curriculares referidos a los contenidos de las ciencias, artes y tecnología.
Palabras de las consignas cotidianas más comunes de los distintos espacios
curriculares: pegá, pintamos, recortar, leemos, escribí, copiá, leímos, revisa-
mos, etc.
Lectura y escritura diaria de palabras y textos breves para explorar las convencio-
nes de la escritura (linealidad, dirección, sucesión, rasgos distintivos de grafemas,
tipografías, espacio entre palabras) y las diferencias entre la comunicación oral y la
escrita. Lectura de palabras escritas para analizar su relación con la palabra ha-
blada, sus grafemas (letras, tilde, diéresis) y correspondencias fono-gráficas.
Lectura y comparación de palabras para descubrir regularidades: cantidad de
letras de las palabras, vocales con tilde y sin tilde, consonantes, sílabas, desinencias
regulares de género y número. Lectura y comparación de palabras en imprenta y
cursiva.
Escritura y revisión de palabras con ayuda. Copia y revisión de palabras y frases
con ayuda. Escritura con procedimientos alfabéticos de formación de palabras por
agregado y eliminación de letras y/o sílabas; sustitución y cambio de lugar de letras
y o sílabas.
Escritura de palabras al dictado (palabras con correspondencias fonográficas biu-
nívocas: un fonema, un grafema). Escritura de palabras para ubicar el lugar de la
duda ortográfica. Escritura de palabras en letra cursiva.
Dictado a la/el docente de palabras, oraciones y textos. Relectura, revisión y correc-
ción de la escritura.
Escritura de breves textos con palabras conocidas previamente trabajadas en la
secuencia didáctica. Revisión de las propias escrituras con la guía dla y el docente.
Nombres de las letras y orden en el abecedario común de la lengua española.
Uso de fuentes de consulta que proveen buenos ejemplos: diccionarios infantiles
y escolares, carteles con colecciones de palabras, hojas del cuaderno destinadas a
guardar las palabras “difíciles” de cada niña/o.
Nota: Entre las fuentes de consulta, es importante el uso del abecedario peda-
gógico4, un abecedario didáctico para las situaciones de escritura, que sirve
para para conocer las opciones ortográficas al ubicar el lugar de la duda e ir
memorizando la opción correcta en cada caso, es decir, una fuente de consul-
ta imprescindible durante el proceso de aprendizaje de la lengua escrita.
12
Segundo grado
En relación con el léxico anterior, en segundo grado también se plantean con el ob-
jetivo de mayor autonomía, la copia y revisión guiada de la copia. Estas situaciones
se producen apuntando al logro de agilidad y cuidado en ese proceso de reproduc-
ción fiel de un escrito. Sabemos que escribir no es copiar, pero la copia de textos es
una práctica social y escolar cotidiana que se aprende y agiliza en el Primer Ciclo.
5 ¿Qué textos? Hacemos referencia a los textos pertenecientes al Plan Nacional de Lectura, el Programa Libros
para aprender, algunos de los cuales también se leerán en el taller de lectura y en el de escritura.
13
Lectura y comparación de palabras para descubrir regularidades en su cantidad de
letras, principios y finales, sílabas con grupos consonánticos6, diptongos, tilde.
Lectura y escritura diaria de palabras con ajuste progresivo a las convenciones
de la escritura (linealidad, dirección, sucesión, rasgos distintivos de grafemas en
imprenta y en cursiva). Lectura de palabras escritas para analizar su relación con
la palabra hablada, sus grafemas (letras, tilde, diéresis) y correspondencias fo-
no-gráficas biunívocas y multívocas en palabras de uso común. Descubrimiento,
reconocimiento y aplicación de convenciones ortográficas propias del sistema (Ej.:
r, rr; bl, que – qui, gue - gui, etc.)7 en las que se plantea correspondencia biunívoca
restringida.
Escritura y revisión de palabras y oraciones con ayuda. Escritura de palabras y ora-
ciones para ubicar el lugar de la duda ortográfica.
Lectura en voz alta, a coro o en eco, de textos previamente trabajados en secuen-
cias didácticas o en los talleres de lectura y escritura.
Lectura, escritura y revisión diaria de oraciones respetando las convenciones de la
oración escrita (mayúscula inicial, punto final y espacio entre palabras). Escritura de
oraciones en letra cursiva con revisión de la ortografía de cada palabra.
Escritura de palabras con procedimientos alfabéticos de formación por agregado
y eliminación de letras y sílabas; sustitución y cambio de lugar de letras y sílabas.
Reformulación de oraciones por agregado, recolocación y eliminación de palabras.
Comparación de palabras para descubrir regularidades en la tildación, en los mor-
femas raíz, de familias de palabras. Morfemas de género y número en casos regula-
res e irregulares. Concordancia en género y número en la construcción nominal.
Escritura de palabras y oraciones al dictado (palabras con correspondencias fono-
gráficas biunívocas -un fonema, un grafema- y multívocas).
Escritura de textos con palabras conocidas, previamente trabajadas en secuencias
didácticas. Revisión de las propias escrituras para evaluar lo que falta escribir, pro-
poner modificaciones y realizarlas con la guía de la/el docente.
Memorización del alfabeto. Distinción de maýúsculas y minúsculas. Reconocimiento
de los rasgos distintivos de grafemas en letra cursiva.
Tercer grado
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Lectura compartida con los compañeros, el docente en taller (de manera habitual
y sistemática) de textos literarios organizados en itinerarios. Escucha de la lectura
en voz alta y conversación sobre los textos leídos. Escucha reproductiva de textos
breves para memorizar y recitar grupalmente. Escucha de los textos para renarrar
y/o dramatizar.
II- METODOLOGÍA
En los enfoques teóricos actuales sobre alfabetización inicial existe consenso sobre
un conjunto importante de aspectos metodológicos, a saber: la lectura asidua de
buena literatura y diversidad de textos, el desarrollo de experiencias compartidas
con lectores expertos, la información precisa frente a preguntas e intereses de ni-
ñas y niños, los beneficios del juego. Todos estos aspectos gozan de reconocimien-
to desde la alfabetización temprana, en particular la idea de que el principio de la
alfabetización debe estar siempre ligado al trabajo con unidades significativas y no
con letras o sílabas descontextualizadas, es decir, que se requiere desde el comien-
zo involucrar a niñas y niños en situaciones de comprensión y construcción activa
de significados que les permitan ir comprendiendo para qué sirve la escritura, cómo
es y cómo funciona.
16
2- Enfoques equilibrados
En este proceso histórico se produce a finales de la última década del siglo XX, la
evaluación de diferentes metodologías que a lo largo de la centuria se habían man-
tenido sin contacto -y hasta enfrentadas en algunos casos- para enunciar nuevos
consensos respecto de la complementariedad de algunas de ellas, y del equilibrio
necesario en las propuestas de alfabetización inicial (siempre referidos a lenguas
alfabéticas), en un mundo con aulas cada vez más diversas y plurilingües, fac-
tores no conisderados un siglo atrás. Los aspectos más relevantes que se impulsan
desde los enfoques equilibrados son los siguientes:
Equilibrio entre la enseñanza directa y explícita dla y el docente para toda la clase
sobre un mismo contenido y el aprendizaje por descubrimiento del alumno.
18
En el caso de la presente propuesta para la enseñanza de los contenidos del pri-
mer ciclo, impulsamos el trabajo en el marco de metodologías muy conocidas que
cuentan con desarrollos importantes: secuencias didácticas y talleres.
ORIENTACIONES DIDÁCTICAS
ALFABETIZACIÓN INICIAL
Toda secuencia didáctica plantea un trabajo que enlaza experiencias de aprendiza-
je; anticipa un recorrido, organiza la sucesión de actividades, los tiempos y espacios
para realizarlas, propone los recursos necesarios y las formas de organización de la
clase para resolver las actividades; en resumen imprime dirección, orden y ritmo a
las actividades que, en la sucesión didáctica, adquieren un sentido de totalidad que
resulta algo más que la suma de sus partes.
Si bien una secuencia se hace visible en cuadernos y carpetas, no es una construc-
ción práctica como frecuentemente se considera. Es en principio, una construc-
ción de naturaleza didáctica y teórica que constituye el nivel de decisión previo a
la práctica institucional (este caso, a la práctica institucional de la alfabetización)
que explicita decisiones para lograr la mejor intervención pedagógica en el aula. A
partir de su implementación o desarrollo en este escenario, podrá ser analizada en
términos de práctica institucional pero también en términos de texto previo, siempre
sujeto a modificaciones emanadas de su implementación.
La y el docente involucra a los estudiantes en situaciones ricas de interacción con
la escritura, propone interrogantes, desafía los saberes previos construidos sobre
la lengua oral (o de señas), provee nuevas nociones, propone la sistematización o
institucionalización de los conocimientos en juego en las actividades. Niñas y niños
aprenden por lo que resuelven en actividades y lo que logran explorar y pensar a
partir de la situación planteada, siempre significativa y contextualizada, por la posi-
bilidad de integrar información nueva en concepciones previas y porque comunican
a sus pares lo que hacen en cada actividad.
19
1.- Características generales de las secuencias didácticas9
1.1.-Actividades sucesivas, contextualizadas, enlazadas
Cada actividad es una unidad de trabajo y aprendizaje para alumnas y alumnos y
una unidad de enseñanza para la y el docente; por eso, estas sesiones de trabajo no
están pensadas para ser resueltas individualmente en la casa. Se desarrollan pre-
sencialmente en el aula y con la guía docente.
En toda secuencia didáctica, las actividades tienen que enlazarse sucesivamente
por dos motivos; el primero es de orden pedagógico: que los alumnos puedan en-
contrar sentido en lo que hacen;el segundo motivo proviene de la didáctica espe-
cífica de la alfabetización: para aprender procesos (leer y escribir) hay que experi-
mentarlos, vivirlos, actuarlos como procesos. La sucesión articulada de actividades
que constituyen la secuencia, si bien es flexible, se presentan en un orden que es
importante conservar10 durante el desarrollo.
20
Esta decisión de trabajar de manera recursiva hace que puedan experimentar la
sensación de comprensión creciente en cada contacto, sensación que aumenta la
confianza y el gusto por el aprendizaje de la lectura y la escritura.
22
El orden de desarrollo de estos componentes que va del texto y la palabra a
unidades sin significado (como las letras y silabas) es muy importante, en
particular para niñas y niños que no han gozado de gran cantidad de lectu-
ras en su primera infancia.
23
en el análisis a partir de segundo grado. En los plurigrados, no hay ninguna objeción
para que niños de primer grado participen de las reflexiones que los “más grandes”
hacen sobre sus lecturas y escrituras. Por el contrario, la escucha atenta de estas
conversaciones suele resultarles muy interesante.
La palabra escrita es una unidad completa de significación, que se lee y se escribe
en una dirección, linealmente, con letras sucesivas, puede ser escrita en distintos
tipos de letras, se separa del resto con un espacio, y tanto para leerla como para
escribirla es necesario conocer cómo está compuesta, qué correspondencias man-
tiene con la palabra hablada, cómo funciona el sistema en el que ha sido codificada
(su principio alfabético de base), con qué elementos (grafemas) y cómo se cons-
truye ortográficamente. Toda palabra tiene morfemas que aportan su significado,
pertenece a familias y mantiene relaciones semánticas con otras dentro del mismo
texto. Por eso es la primera unidad sobre la que se plantea el análisis.
24
El componente analítico incluye actividades de lectura, escritura, refor-
mulación y revisión de frases u oraciones sencillas
Escritura de frases sin ayuda, con ayuda y al dictado (con y sin ayuda), revi-
sión con la guía de la o el docente de la separación de palabras en la frase;
lectura y escritura de oraciones para revisar mayúscula, punto; orden sintác-
tico y concordancia; completamiento de frases con palabras dadas, armado
de oraciones con palabras dadas, escritura de oraciones con palabras cono-
cidas y desconocidas. Reformulación de oraciones por agregado de palabras.
Revisión guiada de la escritura de oraciones, con ayuda de la o el docente.
Y también actividades de reflexión sobre lo aprendido
Esta parte de la secuencia se trabaja desde finales de segundo grado y a
partir de tercero (hasta el final de la escolaridad primaria) con la presentación
de problemas con casos de reflexión sobre el léxico: palabras que nombran
(sustantivos comunes y propios, sus diferencias semánticas y ortográficas);
palabras que califican (adjetivos calificativos); palabras que indican accio-
nes (verbos de acción); palabras y expresiones que indican el lugar y paso del
tiempo en las narraciones; relaciones semánticas de sinonimia y antonimia;
formación de familias de palabras derivadas de una raíz común. Las relacio-
nes semánticas entre las palabras de los textos y el reconocimiento de la red
semántica de textos leídos. Las funciones de la coma en enumeraciones; el
punto en las oraciones y los signos (de exclamación e interrogación) en ora-
ciones interrogativas y exclamativas.
25
de “problemas” de ellos? ¿Todos cometen errores en la escritura o solo algunos/
as alumnos/as? ¿Los errores que se producen al escribir, son siempre los mismos?
¿Tienen alguna relación con el conocimiento que están construyendo? ¿Mantienen
relación con la enseñanza? ¿Cuáles son esos errores? ¿Por qué se producen?
Las anteriores son preguntas que deben estar respondidas institucionalmente antes
de emprender la alfabetización inicial (de niños, adolescentes y adultos), si quere-
mos evitar el riesgo de trabajar basándonos en prejuicios. Los errores que se produ-
cen durante el proceso de alfabetización inicial se denominan errores sistemáticos
porque se producen siempre e inevitablemente mientras se desarrolla el aprendiza-
je. Están estrechamente relacionados con las cualidades de la lengua escrita alfa-
bética y con los saberes previos de niñas y niños que están referidos a la lengua que
conocen, es decir, la lengua oral, sea cual fuere.
Como sabemos, la lengua oral y la escrita son absolutamente diferentes, solo com-
parten el universo del significado, por lo que todo lo demás, debe ser aprendido (y
enseñado puesto que se trata de convenciones arbitrarias heredadas). Hay que
enseñar las convenciones de la escritura, los componentes y principio de funciona-
miento y propiedades del sistema alfabético y la ortografía.12 ¿Quién dijo que hay
que sentarse a esperar que ocurran naturalmente?
Algunos errores se producen cuando alumnas y alumnos todavía no conocen las
convenciones de la lengua escrita y entonces escriben en cualquier parte de la pá-
gina (renglones o márgenes), de abajo hacia arriba, de atrás hacia adelante, alte-
ran la dirección de la escritura (por ejemplo escriben palabras “en espejo”) y produ-
cen separaciones y uniones incorrectas de palabras.
Otros errores se producen porque alumnas y alumnos desconocen los componentes
del sistema alfabético, entonces mezclan grafemas con números o elementos de
otros sistemas y con otros símbolos similares, existentes o no, confunden los rasgos
distintivos de los grafemas y/o los trazan con diferente orientación o forma (escriben
grafemas “en espejo” por ejemplo p,b,d,q). Lo mismo ocurre con los signos auxiliares.
Algunos errores se producen porque alumnas y alumnos todavía no han construido
el principio alfabético, entonces omiten grafemas, agregan grafemas que no per-
tenecen a la palabra, alteran el orden de los mismos, sustituyen un grafema por otro
cuando todavía no han memorizado las correspondencias fonográficas, producien-
do escrituras incompletas, que suelen conservar solamente las vocales, dado que
en español son altamente perceptibles en las sílabas.
26
cubierto el principio alfabético y producen escrituras como si el sistema funcionara
con un solo tipo de correspondencias fonográficas (la más simple, que correlacio-
na un fonema con un grafema) y así producen escrituras a partir de pronunciar y
deletrear la palabra oral antes de escribir y/o durante la escritura. Con este proce-
dimiento, como hemos señalado anteriormente, se generan innumerables errores
de tipo ortográfico, atribuibles al desconocimiento de los defectos de paralelismo
entre la lengua oral y la lengua escrita. Como hemos visto, fonemas y grafemas no
mantienen solo relaciones regulares biunívocas (un fonema con un grafema) sino
también multívocas (un fonema con varios grafemas o varios grafemas con un úni-
co fonema).
En este sentido, asumido que la lengua escrita no es codificación paralela y regular
de fonemas en grafemas, sabemos que se van a producir errores ortográficos en
las poligrafías, es decir cuando hay más de una letra para representar un fonema
(como ocurre con visión, jirafa, viento, llovizna, etc.) y las polifonías, es decir cuando
hay más de un fonema en relación con una misma letra (yuyo, buey, ronda, amor,
etc.). Además en la h, que es un grafema que no se asocia con ningún fonema; la
tildación que coloca un grafema (tilde) sobre otro (las vocales) y las mayúsculas.
Pero también aparecerán errores en la separación de palabras en sílabas al final
del renglón para lo cual, en español, hay que tener en cuenta tildación, diptongos y
triptongos.
IV.- EVALUACIÓN13
Para evaluar los aprendizajes debemos asumir que niñas y niños cometen errores
cuando aprenden a leer y escribir. Si no los cometen es porque ya aprendieron, por-
que alguien les enseñó antes, dentro o fuera de la escuela. Frente a esos casos no es
correcto sostener que están alfabetizados, ni tomarlos como la “medida” de los de-
más aprendices, como tampoco pensar que ya no tienen necesidad de volver sobre
lo aprendido, o que revisar y practicar sobre lo sabido es una pérdida de tiempo.
13 En este apartado se retoman conceptos desarrollados en la Acción Formativa N°64: “La evaluación en el pro-
yecto alfabetizador institucional.”
27
Avanzar en alfabetización consiste en volver una y otra vez sobre lo ya
aprendido, desde la alfabetización inicial hasta la académica.
No todos los chicos y chicas aprenden del mismo modo y en el mismo tiempo. Por
eso la propuesta de alfabetización inicial que presentamos en estas páginas im-
pulsa un enfoque equilibrado que conjuga un espectro amplio de actividades para
realizar en el aula cotidianamente. Esta propuesta asume que durante el proceso
de construcción del sistema de escritura, y el aprendizaje de la lectura y la escritura
inicial, niñas y niños atraviesan por diferentes etapas de apropiación y construcción
cuyo estado final es el dominio de la lectura y escritura ortográficas. Estos errores
han sido y son investigados en diferentes campos de estudio, que arrojan coinci-
dencias en las oscilaciones que atraviesa este aprendizaje.
Desde esta perspectiva, los errores o dificultades se conciben como parte del proce-
so de aprendizaje. Pero eso no significa que esperemos que ocurran y que alumnas
y alumnos salgan solos del error. Por el contrario, sin enseñanza específica pueden
permanecer para siempre en ese estado. Para evitar que esto suceda, alcanza con
una propuesta didáctica que trabaje sobre los errores, acompañada de una sencilla
evaluación de seguimiento que provea información sobre los avances. En eso con-
siste el cuidado de las trayectorias escolares.
28
Lo que sigue responde a una evaluación de seguimiento de plurigrado. Requiere una
especificación para los grados. No obstante, la clave para cada grado está en la
autonomía con que niñas y niños resuelven las actividades propuestas, ya sean con
ayuda o sin ayuda; y también en la calidad y cantidad de léxico y textos conocidos o
desconocidos.
29
den en casos de correspondencias biunívocas y biunívocas restringidas (con-
sultando/no consultando fuentes, es decir, con y sin ayuda).
Completar palabras conocidas con las letras que corresponden en casos de
correspondencias multívocas (con y sin ayuda).
Escribir oraciones con mayúscula inicial y separación de palabras.
Reformular frases con palabras dadas.
Usa la lectura y la escritura en las actividades propuestas en los talleres.
Muchas mamás y papás han fracasado en la escuela y saber que sus hijos avanzan
tiene un significado doblemente valorado por las familias. La alfabetización es un
proceso incluyente por naturaleza. Pero es a su vez un proceso excluyente, porque
si un estudiante en cualquier nivel no logra leer y escribir los textos que se requieren,
no puede estudiar ni mantenerse como alumna/o aprendiendo. Es muy directa la
relación entre la solidez de la alfabetización y la permanencia en el sistema educa-
tivo. Y también sabemos que esto se pone en tensión en particular cuando se trata
de niñas y niños que dependen absolutamente de la escuela para aprender, porque
sus familias no pueden, no saben o no quieren ayudar.
En estos casos, es tan excluyente no enseñar lo que corresponde o enseñar como
se hacía antes de que la escuela secundaria fuera obligatoria, como promover a
niñas y niños sin los saberes necesarios esperando que ocurran por el simple paso
del tiempo. Por eso, no solamente se deben evaluar los aprendizajes sino también la
enseñanza que se ofrece para lograrlos. El aprendizaje de la lectura y la escritura es
un proceso cultural y psicológico superior avanzado que depende de la enseñanza
para producirse, ya que no se obtiene por maduración ni se genera solo por com-
partir el ambiente alfabetizado. Requiere maestra o maestro y trabajo didácti-
co articulado, sistemático, sostenido y evaluado a lo largo de grados y ciclos,
sumado al compromiso de que todos/as aprendan porque se trata de educación
obligatoria, no de educación para estudiantes seleccionados que aprenden fá-
cilmente con cualquier propuesta. De estas decisiones dependen las trayectorias
escolares de niñas y niños.
30
2.- Evaluación de la enseñanza
Aunque habitualmente solo se evalúa el aprendizaje de las y los estudiantes, es pre-
ciso evaluar además el modo en que han sido enseñados para lograr los aprendiza-
jes que deseamos en cada grado y ciclo.
Si bien no existe la metodología ideal para enseñar a leer y escribir, existen propues-
tas con mayor o menor adecuación al objeto de conocimiento que se aborda, a los
sujetos que aprenden y al contexto en el que se actúa con la propuesta didáctica.
Así podemos distinguir por lo menos tres tipos de propuestas bien diferenciadas:
propuestas insuficientes o de baja intensidad, propuestas apenas suficientes y pro-
puestas suficientes o de alta intensidad. A continuación se presentan los criterios
más definitorios de cada una de ellas.
31
Hay un trabajo analítico mínimo y mecanizado sin reflexiónsobre el léxico.
Se utilizan escasamente los recursos (abecedario pedagógico, abecedario,
libros, textos de programas y planes de lectura, palabras escritas en carteles).
Se trabaja escasamente el lugar de la duda.
Se implementan escasas evaluaciones de seguimiento o no se realizan sobre
los indicadores propuestos o adecuados a la enseñanza ofrecida.
Se avanza sin evaluar los aprendizajes para conocer avances y dificultades.
Debemos admitir que siempre hay chicas y chicos que logran aprender a pesar
de atravesar propuestas insuficientes. Algunos lo hacen porque encuentran ayuda
fuera de la escuela, en familiares o maestros particulares, otros porque les resulta
más fácil que a los demás o porque pueden y están dispuestos a hacer un esfuerzo
grande.
Pero una propuesta de alfabetización tiene que ver con el hoy que transita
el/la alumno/a pero además con su futuro, porque en algún momento to-
dos/as van a necesitar una buena base para seguir construyendo saberes
más complejos sobre ella. Para y por eso se necesitan propuestas suficien-
tes o de alta intensidad desde el primer ciclo.
https://www.colihue.com.ar/autores/fichaAutor?authorId=114
Exploración de elementos paratextuales de la tapa
En la tapa: identificación del título, autor, editorial y colección. Reflexión sobre el
lugar donde están ubicados y la tipografía (tamaño y grosor de las letras) de cada
uno. Observación de la ilustración de tapa. Lectura del título. Comparación de los
elementos paratextuales analizados en este cuento con los de otros cuentos leídos
para llegar a la conclusión de que mantienen las mismas características y que se
trata de una colección (Libros del malabarista de Ediciones Colihue). Relectura del
título y nueva observación de la ilustración de tapa. ¿De qué tratará el cuento?
Leer en voz alta, comentar, releer
https://www.educ.ar/recursos/157984/leer-x-leer-libro-1-lecturas-para-compartir-
en-voz
La o el docente lee el texto completo (Leerxleer Tomo 1 página 57) y luego lo comen-
tan. Se retoman las ideas que se habían imaginado a partir del título. Se dialoga
sobre el cuento. Los chicos copian del pizarrón, el título del cuento y el autor en el
cuaderno.
Relectura. ¿Quieren volver a leer alguna parte? La relectura se realizará a partir del
comentario de niñas y niños. Se retomarán en principio las partes que hayan gusta-
do más o aquellas sobre las que exista un interés particular. Se leen los fragmentos
solicitados y algunos propuestos por la o el docente.
Luego se divide el grupo en dos; uno de ellos asume la voz de Santiago y el otro, el
de alguno de los personajes. El diálogo (a leer en voz alta) es el siguiente:
La o el docente asume la voz del narrador y lee: “Santiago iba pedaleando por la
vereda y en el camino se encontró con un perro y un gato, que le preguntaron:” Los
grupos se organizan para leer cuando les toca el turno; se mantienen atentos y la o
33
el docente marca el cambio de voces en la lectura. La lectura en voz alta se repetirá
varias veces hasta lograr fluidez en la lectura del diálogo. Las partes a leer pueden
estar escritas en el pizarrón o bien en fotocopias para cada estudiante.
Estas actividades no son solo para niñas y niños que ya saben leer. Son para to-
dos/as los/las que están aprendiendo, desde el primer mes de primer grado.
Renarrar
Renarración. Niñas y niños renarran el cuento y la o el docente a través de preguntas
ayuda a recuperar la estructura narrativa y sul orden, destacando la repetición de
acciones encadenadas y acumulativas. Esta característica ayuda mucho a la evo-
cación del relato, por eso la sugerimos en primer grado. Se brinda ayuda a quienes
la necesiten. Las preguntas de la o el docente orientan la renarración –utilizando el
vocabulario del cuento- a la identificación de los elementos de la estructura narra-
tiva: la situación inicial, la secuencia de acciones, el final, y el relato en sus dos di-
mensiones, la explícita (El personaje da una vuelta a la manzana en triciclo y vuelve
a su casa) y la inferencial (el personaje da una vuelta al mundo sumando amigos
en su recorrido y luego vuelve a su casa).
El cuento comienza con “Una vez...” pero no termina con una frase canónica. Se
recuerdan las frases de apertura o inicio que conozcan o se hayan trabajado en
cuentos anteriores. Luego se propone agregar al cuento una fórmula de cierre. Se
copia en el cuaderno el párrafo correspondiente introduciendo las fórmulas o se
trabaja esta parte de escritura en las horas de taller de escritura.
Dramatizar
Se propone a los niños representar el siguiente pasaje del cuento, asumiendo las
voces de cada personaje y el diálogo entre ellos. Se organiza sobre un fragmento
del texto seleccionado previamente: “iba pedaleando por la vereda y en el camino
se encontró con... y le preguntaron:”. En esa parte de la narración se produce un diá-
logo en el que una pluralidad de voces de varios personajes preguntan y Santiago
responde para seguir su camino..
Ilustrar
Los niños ilustran alguna de las acciones del cuento. Luego comparten la ilustración
con sus compañeros y verbalizan, cuentan qué ilustraron y por qué.
Renarración, dramatización e ilustración son actividades que se profundizan en las
horas del taller de lectura de textos literarios.
ACTIVIDADES ANALÍTICAS
Las actividades analíticas pueden desarrollarse sobre las cualidades de los perso-
najes del cuento. En este caso, se propone un trabajo a partir de algunas caracte-
rísticas de los animales reales, para lo cual se observan imágenes de animales (en
láminas o pantalla), pero recomendamos trabajar las cualidades ficcionales de
cada personaje, que si bien no figuran en el cuento, pueden recrearse a partir de la
imaginación o de otros textos: caballos alados, vacas estudiosas, grillo cantor. Loro
charlatán,etc. Esta actividad es propia del contenido del Primer Ciclo que propone
un trabajo sobre los adjetivos, es decir palabras que califican.
El léxico seleccionado para las actividades analíticas es el siguiente:
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perro conejo caballo
gallo jirafa camello
grillo tortuga elefante
vaca hormiga pingüino
gato caracol cigüeña
loro paloma cordero
león mono
Para primer grado se propone profundizar el conocimiento de las siguientes:
paloma mono león loro vaca perro gato conejo cordero elefante
caracol
Para segundo grado se propone profundizar el conocimiento de las siguientes:
gallo caballo grillo jirafa camello tortuga hormiga pin-
güino cigüeña
Estas palabras estarán impresas y en un sobre que los alumnos sacarán cada vez
que se trabaje con ellas. Se van pegando, copiando o escribiendo en el cuaderno a
medida que se trabajan. El sobre también contendrá letras para armar y desarmar
algunas palabras seleccionadas.14
Comparación de palabras
Cada una de las actividades de comparación de palabras se resuelve de la siguien-
te manera:
El docente plantea oralmente la consigna. Chicas y chicos colocan sobre el ban-
co los sobres con las palabras para trabajar. Resuelven la consigna sobre el banco
con la o el compañero o solos. Revisan colectivamente en el pizarrón. Luego copian
la consigna en el cuaderno (a veces se pega ya impresa, provista por el docente) y
abajo se pegan las palabras trabajadas, en el mismo orden que aparecen en el pi-
zarrón, donde ya se ha resuelto colectivamente la tarea. Se revisa la copia y se corri-
ge si hay errores.
Recordemos que se propone la comparación de palabra para encontrar similitudes,
regularidades y diferencias.
Buscar palabras que empiezan con la misma letra
Buscar palabras que terminan con la misma letra
Dentro de estas últimas, buscar las palabras terminadas en “o” (que indiquen géne-
ro masculino):
perro, gato, gallo, conejo, grillo, camello, caballo, pingüino, loro, cordero,
león, mono
14 La producción de estos recursos es una buen actividad para involucrar a las y los estudiantes del profesora-
do en las primeras prácticas, ya que requiere un conocimiento lingüístico importante (que tienen que estu-
diar) y ubicarse muy bien en el tipo de tamaño, papel, letra, etc. que requiere cada tarjeta para ser fácilmen-
te manipulable y satisfacer las condiciones didácticas de las actividades analíticas.
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Y luego buscar las palabras terminadas en “a” (que indican femenino):
hormiga, vaca, paloma, tortuga, jirafa, cigüeña
Buscar palabras que riman, es decir, que terminan con las mismas letras
gallo, caballo, grillo, camello
Buscar la palabra que contienen dos r:
perro
Buscar las dos palabras que se escriben con j
jirafa, conejo
Buscar las dos palabras que contienen gü (se utiliza en nombre “diéresis” sobre la u):
pingüino, cigüeña
Buscar palabras escondidas. En las siguientes palabras hay otras palabras escondi-
das. Las buscamos: ato, oro, miga, no, palo, loma, cara, col
gato, loro, hormiga, mono, paloma, caracol
Análisis de palabras
La enseñanza del análisis de palabras (y de oraciones) se realiza en situación colec-
tiva con el docente trabajando en el pizarrón.
Se toma una de las palabras seleccionadas, por ejemplo, para primer grado pueden
ser mono y paloma. Para segundo pueden ser gallo, jirafa, conejo, hormiga. Se lee la
palabra en voz alta varias veces. Se analiza la cantidad de letras (¿Cuántas letras
tiene esta palabra? Las contamos). ¿Cuál es la primera? ¿Cómo se llama esta letra?
¿Cómo suena? Se lee la palabra arrastrando los sonidos de cada grafema. Se des-
arma la palabra y el docente pide a los chicos que le digan cómo armarla (escri-
birla) nuevamente. Los chicos dictan la palabra letra por letra y el docente pega las
letras en el orden que le dicen. Lee el resultado hasta que la palabra quede correc-
tamente escrita. En el cuaderno los chicos usan las letras para armar la palabra tal
como quedó escrita en el pizarrón y la pegan.
paloma loro
gato león
mono vaca
león paloma
loro gato
vaca perro
perro mono
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Lectura de palabras en el texto
Buscamos en el texto el nombre del personaje: Santiago. Resaltamos, subrayamos,
recuadramos (explicar en cada caso qué significa cada uno de estos verbos). La o
el docente relee el texto para recordar (llamar la atención) que la palabra “Santia-
go” aparece muchas veces. Pronuncia la palabra con énfasis cada vez que aparece,
para que las y los estudiantes sepan que están buscando una palabra que efecti-
vamente está escrita allí en el texto.
LA VUELTA AL MUNDO
Javier Villafañe
Había una vez, un chico que se llamaba Santiago, salió de su casa en un triciclo para dar la vuelta
alrededor del mundo.
Iba pedaleando por la vereda y en el camino se encontró con un perro y un gato, y le preguntaron:
—¿A dónde vas, Santiago?
Y Santiago respondió:
—Voy a dar la vuelta alrededor del mundo.
—-¿Podernos ir los dos?
—Si, vengan.
Y el perro y el gato se pusieron detrás del triciclo. Santiago siguió pedaleando y se encontró con un
gallo, un conejo y un caracol, y le preguntaron:
——¿.A dónde vas, Santiago? Y Santiago respondió:
—Estoy dando la vuelta alrededor del mundo.
—¿Podemos ir los tres?
—Sí, vengan.
Y el gallo, el conejo y el caracol se pusieron detrás del perro y del gato, que iban detrás del triciclo.
Santiago pedaleaba y el triciclo iba a toda velocidad. En el camino, se encontró con una hormiga, una
vaca, un grillo y una paloma, y le preguntaron:
—¿A dónde vas, Santiago? Y Santiago respondió:
—Estoy dando la vuelta alrededor del mundo.
—¿Podemos ir los cuatro?
—Sí, vengan.
Y la hormiga, la vaca, el grillo y la paloma se pusieron detrás del gallo, del conejo Y del caracol, que
iban detrás del perro y del gato.
Santiago pedaleaba y el triciclo iba a toda velocidad. En una curva se encontró con un camello, una
tortuga, un caballo, un elefante y un pingüino, y le preguntaron: —¿A dónde vas, Santiago? Y Santiago
respondió:
—Estoy dando la vuelta alrededor del mundo.
-¿Podemos ir los cinco? —Si, vengan.
Y el camello, la tortuga, el caballo, el elefante y el pingüino se pusieron detrás de la hormiga, de la
vaca, del grillo, de la paloma, del gallo, del conejo y del caracol, que iban detrás del perro y del gato.
Santiago siguió pedaleando y, de pronto, freno el triciclo. Se detuvo para ver un charco que había
hecho la lluvia y dijo:
—Es un; río que está buscando barcos.
Y el perro, el gato, el gallo, el conejo, el caracol, la hormiga, la vaca, el grillo, la paloma, el camello, la
tortuga, el caballo, el elefante y el pingüino se detuvieron y miraron el río que había hecho la lluvia.
Santiago puso el triciclo en marcha y se encontró con una jirafa, un loro, un cordero, un león, un mono
y una cigüeña, y le preguntaron:
—¿A dónde vas, Santiago? Y Santiago respondió:
—Estoy dando la vuelta alrededor del mundo.
—¿Podemos ir los seis? —Sí, vengan.
Y la jirafa, el loro, el cordero, el león, el mono y la cigüeña se pusieron detrás del camello, de la tortuga,
del caballo, del elefante, del pingüino, de la hormiga, de la vaca, del grillo, de la paloma, del gallo, el
conejo y del caracol que iban detrás del perro y del gato.
Santiago siguió pedaleando y frenó el triciclo para ver un molino. Todos miraron el molino.
—Está quieto— dijo el caballo. No mueve las aspas.
—No mueve las aspas porque no hay viento— dijo el gallo.
—Es inútil—se lamentó la hormiga—. Por más que me ponga en puntas de pie jamás podré ver un mo-
lino. Está muy alto.
Y la jirafa le dijo a la hormiga:
—Lo verás subiéndote sobre mi cabeza.
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La jirafa inclinó el cuello y apoyó la cabeza a un lado del triciclo. La hormiga avanzó unos pasos y su-
bió por la frente de la jirafa. Entonces, la jirafa levantó el cuello, desde lo alto, la hormiga exclamó:
— ¡Qué hermoso es un molino! Nunca había visto un molino. La jirafa encogió el cuello, bajó la cabeza
al ras del suelo y la hormiga volvió a pisar la tierra. Y cuando la hormiga se puso en fila, detrás de la
vaca, Santiago siguió pedaleando, y al llegar a la puerta de su casa frenó el triciclo y dijo:
—Hemos dado la vuelta alrededor del mundo. Y allí se despidieron. Unos se fueron caminando, otros,
volando.
Santiago entró en su casa. Había dado la vuelta alrededor de la manzana.
Escribe o cuelga en el pizarrón un cartel con la palabras Santiago para que la bus-
quen en el texto.
Insistimos en que esta actividad no es para niñas y niños que ya saben leer. Es una
actividad para todos/as los/las que están aprendiendo, desde el primer mes de pri-
mer grado.
Otra forma de presentar la lectura entre distractores es la siguiente.
Se elabora un cuadro con todo el léxico seleccionado y se usa para buscar palabras
diferentes en cada ocasión. Se puede utilizar la misma tarjeta para primero y reto-
marla en segundo grado, como vemos en eel siguiente ejemplo:
O bien se proponen tarjetas con menor cantidad de palabras, con mayor o menor
grado de similitud, lo que complejiza la actividad, como vemos a continuación:
38
escrita con corrección. La copian o pegan si es que fue armada con letras móviles.
De la misma manera se procede con la revisión de oraciones.
Otra forma más autónoma de revisión es que alumnas y alumnos busquen la pala-
bra correctamente escrita en tarjetas, libro, cuento, fichero y la comparen letra por
letra con su propia escritura para hallar diferencias si las hay.
Cuando chicas y chicos escriben al dictado, y no saben cuál es la letra correcta,
trazan una rayita en ese lugar (el lugar de la duda) y luego la completan cuando
revisan la escritura.
Escritura, completamiento y revisión de oraciones con palabras conocidas (es
decir, palabras que ya se han trabajado)
La o el docente selecciona palabras que se han trabajado y propone la escritura de
oraciones. Se piensan, se arman oralmente. Se escriben con ayuda, sin ayuda y al
dictado, con letras móviles, lápiz y teclado si es posible.
La revisión de la escritura de oraciones se realiza en el pizarrón a partir de la escri-
tura de las y los estudiantes. Se comienza por el orden y la cantidad de palabras;
luego por la mayúscula inicial y el punto, y finalmente la ortografía de cada una de
las palabras, colocando especial atención a la concordancia entre artículos, sus-
tantivos y adjetivos y entre el número del núcleo del sujeto (sintagma nominal) y
del verbo núcleo del predicado o sintagma verbal. Una vez revisada la escritura, los
alumnos copian en el cuaderno la oración escrita con corrección.
Otra forma más autónoma de revisión es escribir una oración al dictado y luego
alumnos y alumnas busquen la oración en el cuento y la comparen con su propia
escritura para hallar diferencias si las hay.
Cuando escriben oraciones al dictado, y no saben cuál es la letra correcta, trazan
una rayita en ese lugar (el lugar de la duda) y luego la completan cuando revisan
la escritura.
Formación de palabras15
Por agregado de grafemas. (La flexión nominal de número agrega –es o –s. La for-
mación de diminutivos agrega –ito, -ita)
mono/monos, monito, león/leones,
Por eliminación de grafemas
miga/hormiga; cara/col caracol; papá/papa; oro/loro; palo/loma/palo-
ma; no/mono, etc.
Por sustitución de vocales y/o consonantes. (La flexión nominal de género en casos
regulares se produce por sustitución de vocal final)
perro- perra- pera- pero, mono- nono, gato-gota, loro-lora-toro, etc.
Por trueque o recolocación de sílabas de una misma palabra
loma/malo, gato/toga, etc.
15 La expresión “formación de palabras” es una denominación didáctica de la actividad, en la que niñas y niños
arman, componen o hacen palabras operando con los elementos alfabéticos como foco. No es un término
que haga referencia a composición o derivación de palabras en sentido estricto. No obstante, estos procedi-
mientos alfabéticos están en la base de una posterior exploración de morfemas y de los procesos de flexión,
derivación y composición.
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Por duplicación de sílabas de una palabra (atención que al duplicar para formar
una nueva palabra es preciso agregar tilde o mayúscula por sustantivo propio)
papa, nono, Toto, Pepe, baba, coco, etc.
Estas mismas actividades se proponen con la oración a partir de segundo
grado. En lugar de letras y sílabas se trabaja con palabras. Esto no significa que
no se pueda comenzar en primer grado con el desarrollo de estos contenidos. Quie-
re decir que en segundo grado este trabajo debe ser sistemático y sostenido has-
ta que todos puedan realizarlo. Recordemos que se relee el cuento, para evocar la
situación, antes de proponer las consignas. Por ejemplo para resolver las siguientes,
se hace necesaria la relectura.
Por eliminación de palabras
Santiago pedaleaba, pedaleaba y pedaleaba a toda velocidad.
Por sustitución: Sustituí las palabras subrayadas por otras sin perder el sentido.
En una curva Santiago se encontró con otros.
Unos se fueron caminando, otros, volando.
Santiago volvió a su hogar.
Por trueque o recolocación de palabas
En el camino, Santiago se encontró con una hormiga, una vaca, un grillo y una
paloma.
Con una vaca…
Santiago se encontró…
BIBLIOGRAFÍA
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neral y de la Historia de la Escritura. Especialización Docente de Nivel Superior en Alfabetiza-
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nal Autónoma de México.
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Giammatteo, M. y Albano, H. (2006) ¿Cómo se clasifican las palabras? (2006), Bs. As.,
Ed. Littera, Reed. 2009, Bs. As.: Biblos.
ANEXO 1
/https://campuseducativo.santafe.edu.ar/accion-formativa-n-89-el-alfabe-
to-pedagogico/
“Hasta mediados del siglo XIX, los pocos niños o adultos que aprendían a leer lo
hacían utilizando fundamentalmente tres instrumentos: la paleta (horn-book) donde
estaban escritos el alfabeto, algunas sílabas y una oración cristiana; las cartillas o
silabarios conteniendo el abecedario y la combinación de sílabas; y por último, los
catecismos y los manuales de urbanidad que eran utilizados una vez que se habían
memorizado las series de ejercicios del silabario. A comienzos del siglo XIX, se enseñaba
a leer tal como hacían los griegos veinticinco siglos atrás.”
María C. Linares. “Abecedario escolar. Historia de objetos y prácticas”
Museo de las escuelas, M.E., 2007
-historia de objetos y prácticas-
El abecedario ha estado presente desde el comienzo de la historia de la alfabeti-
zación. Y si bien a principios del siglo XX se produjeron enormes cambios en la en-
señanza de la lectura, que trajeron aparejada la desaparición de la mayoría de los
instrumentos que se usaban hasta entonces, el abecedario sigue siendo un objeto
imprescindible. Hoy está naturalizado en las paredes de muchas aulas y en otras,
despojado de su habitual naturalización, provoca una pregunta por parte de docen-
tes, equipos directivos y formadores:
¿Es necesario usar el abecedario y colgarlo en el aula para enseñar a leer y escribir?
Lo que sigue es una respuesta fundamentada a esta pregunta, que comienza por
una primera y sencilla afirmación: sí, es absolutamente necesario que esté presente,
42
colgado en el aula y en papel o cartón del tamaño del cuaderno para que el alumno
lo manipule cotidianamente en las actividades de escritura y de juegos.
¿Qué es un abecedario?
El abecedario o alfabeto es una serie ordenada de letras de una lengua o idioma
en el orden que se les ha asignado en dicha lengua. Es parte del sistema alfabético
necesario para leer y escribir. Necesario pero no suficiente porque no se puede leer
y escribir bien sabiendo solo las letras: hace falta además, conocer los signos de
puntuación (punto, coma, dos puntos, punto y coma, puntos suspensivos, parén-
tesis, raya de diálogo), los signos de entonación (de exclamación y de pregunta) y
los signos auxiliares (tilde, diéresis, guion de separación de palabras). También es
imprescindible conocer las relaciones que las letras mantienen con los fonemas o
sonidos de la oralidad y fundamentalmente la construcción ortográfica de las pa-
labras. En resumen, el abecedario es solo una parte de lo que debemos enseñar en
alfabetización inicial. Una parte importante, heredada y transmitida de generación
en generación con los lentos cambios que va sufriendo a través del tiempo.
¿Qué es un abecedario pedagógico o abecedario didáctico?
Es un abecedario que contiene facilitadores del aprendizaje, es decir que no repite
el alfabeto oficial de la lengua escrita que se trate (en nuestro caso el español) sino
que produce una transposición didáctica a partir de la cual se introducen modifica-
ciones en beneficio del aprendiz, (sea niño, adolescente o adulto) que transita la al-
fabetización inicial. El abecedario (tanto el oficial de la lengua como el pedagógico)
es un objeto relevante y de gran ayuda en contextos de aprendizaje de segundas
lenguas y de lenguas extranjeras, en alfabetización inicial y un objeto de consulta
permanente en todas las etapas de la alfabetización.
1. Uno de los descubrimientos más importantes (no solo para los niños) es que con
esas pocas letras del abecedario se forman las más de 93 000 palabras del es-
pañol que figuran en el diccionario de la lengua.
2. Por otra parte, tanto letras como signos son grafemas y tienen rasgos distintivos
propios que los diferencian entre sí y que permanecen a pesar de los diferen-
tes diseños o fuentes. El abecedario permite descubrir y memorizar los rasgos
distintivos de cada letra (orientación, largo, ancho, redondeces y flacuras, di-
ficultosas curvas, recordar “para dónde tiene la patita o el rulo”; descubrir letras
con “un mosquito en la frente” o “un gracioso peluquín”-como dice M. E. Walsh del
puntito de la i y la virgulilla de la ñ-, etc.).
3. El uso cotidiano del alfabeto permite memorizar gradualmente el nombre de
cada letra. Ese conocimiento opera en varios sentidos: por un lado como estra-
tegia de lectura para abordar textos ordenados por completo o en parte a partir
del orden alfabético; por otro lado conocer el nombre de la letra que le co-
rresponde a cada sonido cuando se está escribiendo (componiendo, constru-
yendo) las primeras palabras; en tercer lugar y no por eso menos importante, la
consulta permanente del abecedario brinda un modelo seguro de letras para
reproducir.
43
4. Una de las funciones más importantes del abecedario pedagógico es conocer
las correspondencias fono-gráficas, es decir qué sonido (o seña en el caso de
las lenguas de sustancia gestual) se corresponde con cada letra. Pero más im-
portante todavía es que el abecedario muestra las posibles alternativas de es-
critura frente a un único sonido que tiene más de una representación, como es el
caso de la s, c, z. La pregunta ¿Con cuál va, seño? se responde con una búsqueda
guiada en el abecedario pedagógico.
5. El abecedario pedagógico también contiene los dígrafos “ch”, “ll”. Un dígrafo es
una secuencia de dos letras que se corresponden con un solo sonido. Si bien los
sonidos de la ch y la ll son diferentes según las regiones de nuestro país, siempre
representan un solo sonido. Desde 1803 estos dígrafos han figurado en la confec-
ción de todas las listas alfabéticas del diccionario de la Real Academia Española
(R.A.E.) pero en el Congreso de 1994 se quitaron como letras independientes y
desde entonces figuran dentro de la c y la l respectivamente. No obstante, para
facilitar el aprendizaje, incluimos los dígrafos de modo independiente.
6. El abecedario pedagógico presenta los otros dos dígrafos del sistema: “qu” y
“gu”. La q en español no se escribe nunca sin u. Por eso el abecedario pedagó-
gico evita el enredo de enseñarla “sola” para luego de aprendida agregarle una
u, y la demora que acarrea todo ese proceso. Al figurar “qu” en el abecedario, el
aprendiz se familiariza con la forma completa y correcta del dígrafo cada vez
que lo usa o que lo busca para escribir o jugar. Lo mismo ocurre con el dígrafo
“gu”. En este caso, la g también puede escribirse sola, en cuyo caso representa
otro sonido. Cuando ambas opciones figuran como posibilidades en el abeceda-
rio pedagógico, los aprendices se refieren a ellas como la “gue” y la “ge”. Esta di-
ferenciación precoz facilita la reflexión sobre los lugares donde se usa una u otra
opción, lo cual constituye una gran ayuda para distinguir los casos de correspon-
dencias biunívocas restringidas (gu- antes de –e, –i como en gueto y guiso).
7. Los alfabetizados no advertimos que al escribir árbol, Ana o hamaca, no repre-
sentamos el fonema inicial /a/ de una sola forma: escribimos árbol con dos gra-
femas en el mismo lugar (la a y la tilde), en Ana usamos la A mayúscula, y en
hamaca escribimos una h antes de la a, aunque no suena. Esas son situaciones
importantes a descubrir y resolver en los primeros grados. Por eso en relación
con las vocales, el abecedario pedagógico recupera la visión del aprendiz (que
debe descubrir regularidades y excepciones en el sistema) e incluye las habi-
tuales vocales sin tilde pero también las vocales con tilde, mostrando que
¡existe la tilde! y que solo recae sobre esos cinco elementos. Le hacemos prever
al aprendiz que esas son opciones presentes en el sistema de escritura. No
esperamos que cometa el error y lo practique durante años para después corre-
gir. Por el contrario, enseñamos –ofrecemos, mostramos, presentamos- las dos
posibilidades de escritura de fonemas que suenan igual: a con tilde y a sin tilde. El
error aparecerá igual, pero no persistirá para siempre, porque en las situaciones
de escritura autónoma de palabras y oraciones, los niños (jóvenes y adultos en
alfabetización inicial) aprenderán precozmente a preguntar y luego a preguntar-
se ¿Con cuál va? ¿Con a? ¿Con a con tilde? ¿Con a minúscula o mayúscula?
8. Entonces, las posibilidades de escritura de las vocales en español son las si-
guientes (atención, hablamos de escritura y no solo de pronunciación, ya que en
la pronunciación siempre suenan igual; las diferencias solo aparecen en la escri-
tura):
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a, e , i o, u AEIOU
á, é, í, ó, ú ÁÉÍÓÚ
ü
¿Es positivo que los niños crean durante años que las vocales escritas son
solo las de la primera línea? La clasificación de vocales y consonantes es una
clasificación de fonemas, pero en la escritura, las vocales tienen todas las
representaciones anteriores. Una de las funciones de la alfabetización inicial es
que los aprendices comprendan la estructura y las relaciones de los elementos
del sistema alfabético. Con ese objetivo, es importantísimo que sepan desde el
principio que estas formas son posibles y que gradualmente aprendan a usarlas
donde corresponde.
45
´
46
ANEXO 2
Sobre la complejidad de las palabras
En la escuela argentina se enseñan simultáneamente la lectura y la escritura desde
principios del siglo XX. Además, durante el desarrollo de las secuencias didácticas,
se trabajan textos y palabras que presentan diverso grado de complejidad, dado
que se presentan textos reales y no textos producidos con unas pocas letras del tipo
“Susi asea su oso”. Además en el plurigrado se trabaja con estudiantes de distintos
grados a la vez. Por estas cuatro razones principales, cuando alfabetizamos convie-
ne tener en cuenta qué es más fácil y más difícil de conocer por su grado de com-
plejidad. Hemos dicho repetidas veces que leer unidades lingüísticas con significado
(textos, palabras) es más fácil que leer unidades sin significado (letras o sílabas).
Pero también es más difícil leer y escribir provincialización o transatlántico que
nana, vida o sol; y es más fácil leer y escribir palabras que son muy frecuentes.
En el mismo sentido, las palabras tienen diferentes grados de complejidad según la
composición de las sílabas y su cantidad, y en ello también residen las dificultades
que pueden encontrar lectores/as y escritores/as con las palabras en español. Esta
complejidad debe tenerse en cuenta de modo relevante para todas las niñas y ni-
ños, pero en particular, en aquellos casos de niñas y niños con escasas experiencias
lectoras previas, o bien cuando no son hablantes nativos de español (cualquiera
sea su nivel de bilingüismo) y cuando la distancia entre la lengua oral y la escrita es
muy grande. Este un aspecto importante del cuidado de sus trayectorias.
Palabras con alta frecuencia de vocales: formadas por sílabas de una vocal y por
consonante y vocal (c-v)
Palabras con tilde y sin tilde.
Palabras con las consonantes m, n en sílabas formadas por consonante y vocal (c-v)
Palabras con mayúscula inicial.
Palabras con consonantes p, s, l en sílabas formadas por consonante y vocal (c-v).
Palabras con consonantes b, d, en sílabas formadas por consonante y vocal (c-v).
Palabras con consonantes t, f en sílabas formadas por consonante y vocal (c-v).
Palabras con h.
Palabras con m, n, p, s, l en sílabas directas (c-v) e inversas (v-c).
Palabras con j, v en sílabas c-v.
Palabras con ch.
Palabras con k, ñ y z.
Palabras con sílabas formadas por consonante, vocal y consonante (c-v-c).
Palabras con r inicial, intervocálica y final. Palabras con rr intervocálica.
Palabras con x, y, w.
Palabras de dos y tres sílabas de los siguientes tipos(c-v), (v-c), (cvc) y (cvv).
Palabras con los grupos consonánticos bl – br – pl – pr - cl – cr – dr – fl – fr – gl – gr
– tl – tr en sílabas (c-c-v), y en sílabas (c-c-v-c).
Palabras con y, ll.
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Palabras con s, c y z.
Palabras con b, v.
Palabras con ca, ce, ci, co, cu y que, qui (c es un grafema y qu- es un dígrafo, es de-
cir dos grafemas que se corresponden con un solo fonema).
Palabras con ga, go, gu y gue, gui.
Palabras con gü.
Palabras con j, ge, gi.
Palabras de tres y más sílabas de diferente tipo.
Conocer esta complejidad también sirve para advertir que los palotes o grafismos
de cualquier naturaleza no se ubican en ningún nivel de complejidad. No son “lo
más simple” de ninguna lengua escrita. Por lo que, cuando hay problemas, en nin-
gún caso se justifica producir dibujos en lugar de trabajar con palabras de la len-
gua. No se debe perder el valioso tiempo reproduciendo grafismos de ningún tipo. La
palabra plena de significado es el principio, porque alfabetizar es impulsar la apro-
piación de la palabra, siempre.
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