El Centro de La Piedra Del Sol Representa Los Cinco Soles
El Centro de La Piedra Del Sol Representa Los Cinco Soles
El Centro de La Piedra Del Sol Representa Los Cinco Soles
Al centro aparece el rostro de Tonatiuh, que simboliza el Quinto Sol. Sus dos garras
toman corazones para fijarse en el universo. Su lengua simbolizada por un cuchillo de
obsidiana representa el sacrificio de sí mismo, fuente de vitalidad y de creación de la
quinta era.
Los cuatro glifos que lo rodean representan las épocas anteriores ligadas a los cuatro
elementos y donde aparecen las fechas correspondientes al fin de las eras
cosmogónicas aztecas. Se leen de izquierda a derecha, siguiendo el movimiento
aparente de las estrellas:
El glifo ubicado en la parte superior derecha del Quinto Sol, es el 4-Jaguar. Representa
el elemento tierra.
Era muy cálido e inclemente, impidiendo que la vida crezca sobre la Tierra, marchitaba
cualquier sembradío. Durante el tiempo del Primer Sol, los gigantes humanos
(Tzocuilac Que) recorrían la Tierra, comiendo raíces y semillas, y Tezcatlipoca reinaba
supremo, tenía el honor de cargar el Sol durante su diario viaje por los cielos,
iluminando el cielo arriba y la Tierra abajo.
Era más benévolo con la vida, permitiendo que las cosechas se dieran con abundancia,
y que los hombres fueran felices.
Ahora era Tezcatlipoca el celoso, para reconquistar sus dominios subió a los cielos y
derribó a su hermano de un zarpazo. En su caída Quetzalcoatl provocó un vendaval
que desgarraba los cerros, y destruía todo a su paso, los hombres debían caminar
encorvados, aferrándose a la que podían. Algunos sobrevivieron convirtiéndose en
monos. El final ocurrió el día 4-Viento, luego de 376 xiuhmolpillis, fuertes vientos
desgarraron los cerros y destruyeron todo a su paso.
Tercer Sol: Quiauhtonatiuh (Sol de
Lluvia)
Los dioses enojados con la batalla destructiva entre Quetzalcoatl y Tezcatlipoca que
habían provocado la destrucción de la Tierra en los dos Soles anteriores, decidieron
que otro dios tendría el honor de llevar al Sol a través del cielo. Eligieron a Tlaloc, dios
de la lluvia.
La gente se corrompió, desatendían los preceptos morales que los dioses les habían
impuesto y se dedicaban a los placeres malsanos.
Una vez más los dioses intervinieron para recrear la Tierra, por órdenes de
Huitzilopochtli, Chalchihuitlicue la de las faldas esmeraldas, se corporiza en el Sol.
Los hombres poblaron nuevamente la Tierra, esta vez bajo la tutela de los
sobrevivientes de la pasada destrucción, y siguieron la conducta que les dictaron los
dioses.
Así, los dioses decidieron levantar una enorme hoguera, si bien ninguno de ellos se
atrevía a sacrificarse. Finalmente la decisión la tomaron dos divinidades creadas por el
supremo Ometeotl: los dioses Nanahuatzin y Tecciztecatl. Ellos se convirtieron en el
Sol y la Luna.
Los aztecas creían ser el pueblo elegido para mantener al Sol con vida, sin su ayuda
este Quinto Sol, terminado un ciclo de 52 años, no volvería a salir. Para ellos la sangre
es un elemento fundamental, que del mismo modo que mantiene vivo al ser humano,
también puede dar vida al actual Sol. Entonces para mantenerlo vivo le
proporcionaban como alimento la sangre de las madres muertas en el parto, de los
guerreros muertos en combate y de los prisioneros sacrificados.