PEC Literatura Hispanoamericana Uned
PEC Literatura Hispanoamericana Uned
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Lorente-Medina, A. (2019) “Algunas precisiones sobre la vida y la obra de Fernán González de Eslava”,
Nuevas de Indias. Anuario del CEAC, IV, pp. 41-80.
Lorente-Medina, A. (2018). Letras hispanoamericanas coloniales.
Oviedo, J. M., (1995) De los orígenes a la Emancipación. Historia de la literatura hispanoamericana. 2.
Alianza Editorial S.A.
3. El Martín Fierro de José Hernández: un poema políticamente comprometido (2
páginas).
José Hernández nació en 1834 en Chacras de Pedriel (Argentina) y falleció en
Buenos Aires en 1886 fue un poeta, periodista y militar argentino, que sobresale por ser
el autor de Martín Fierrro, poema épico que tiene dos partes publicadas en 1872, El
gaucho Martín Fierro, y en 1879, La vuelta de Martín Fierro. Son obras cumbre del
género gauchesco, una de las manifestaciones más características del Romanticismo
hispanoamericano. Este género se caracterizaba porque era escrito por hombres de la
cultura urbana que creaban personajes gauchescos acompañados de su peculiar lenguaje.
Habla del mundo rural, sus problemas, y tiene un carácter crítico. Se diferencia de la
poesía tradicional que trajeron los colonos y de la poesía gaucha, basada en
improvisaciones de payadores, que existía desde un siglo atrás.
El nombre Martín Fierro, ya nos indica el carácter del poema, pues Fierro se
refiere a hierro, y al cuchillo que marcará varios de sus episodios. Martín es el
protagonista y en el se refleja al típico gaucho cantor libre y pastor-jinete. Es noble de
espíritu y fugitivo de la justicia. Sus andanzas comienzan cuando se ve forzado a ir como
soldado a un fuerte fronterizo.
Podemos justificar que es un poema políticamente comprometido por su carácter
romántico, como la exaltación de la rebeldía, el destino trágico, el sentimentalismo, la
marginalidad o ya más personales del protagonista en su estoicismo ante lo irremediable
o sus fuertes valores familiares y de amistad. Pero lo que más nos hace ver su compromiso
político es la conciencia social del poema, manifestada a través del canto y que permite
enlazar numerosos comentarios de crítica social de la época.
Es la voz de Martín la que utiliza el autor como altavoz de su crítica social,
primeramente, con el reclamo de respeto para los gauchos, y buscando un papel activo en
la economía y política de un país que avanzaba a pasos agigantados en el siglo XIX.
En la segunda parte del poema, La Vuelta de Martín Fierro, vemos un giro radical
desde la rebeldía de la primera parte, a una resignación estoica de las injusticias que se ve
reflejada en los consejos que les da a sus hijos. Esto es debido a la intención didáctica de
la vuelta, algo que no se aprecia en la ida, además, de por los cambios políticos que
experimenta el propio Hernández y por el deseo de este de la adaptación de los gauchos
en la vida normal.
También habría que destacar en el Martín Fierro, la excesiva violencia, el rechazo
a la ley, las seco fobia y el racismo, las alusiones al alcohol, etc.
Martín Fierro interactúa también con otros personajes, pero ninguno de estos le
hace sombra en su protagonismo, algo que queda bastante claro en el propio título del
libro. Uno de los más importantes es Cruz, nombre cargado de simbolismo al igual que
el de Martín Fierro, en este caso, Cruz hace referencia encrucijada, este personaje es el
encargado de intentar capturar a Martín Fierro, aunque termina convenciéndose de las
ideas de Martín y abandona el Ejército y se cambia de bando, huye con el a tierras de los
indios. Las ideas políticas de Martín hoy influye profundamente en Cruz y dan lugar a
este cambio hoy en su antagonista. En Cruz también apreciamos un fuerte machismo
respecto a otros personajes del poema.
Otro de los personajes importantes hoy es el hijo mayor de Martín, además, es el
encargado de reavivar la crítica social en la segunda parte de la obra frente al
conformismo si estoicismo de su padre. También su hijo introduce otros personajes, y
desea través de ellos como vamos viendo la crítica social del poema, pues nos presenta
nuevas situaciones que son aprovechadas para reflejar realidades y criticarlas, como por
ejemplo hoy el juez se le busca un tutor, el propio tutor Viscacha que tiene similitudes
con la picaresca española o la mujer que recoge.
Picardía, el hijo de Cruz, da pie a la entrada de numerosos personajes que, como
hemos dicho nos mostrarán la realidad social y permitirán al autor seguir expresando sus
ideas políticas. Moreno es otro de ellos, este reta a Fierro a competir en una payada y
acaba resultando ser el hermano de uno de los negros que murió en la primera parte
asesinado por Fierro, con esto el autor pretende tratar cuestiones más filosóficas con
Fierro y exponer su sabiduría y la del pueblo gaucho.
El compromiso político del poema se ve reflejado como hemos dicho en los
propios personajes, a través de ellos el autor nos muestra la realidad social existente y
vemos cómo introduce sus ideas a través de los propios personajes que se van cruzando
con Martín Fierro a lo largo del poema.
Hernández, J., & De Medrano, L. S. (1979). El gaucho Martín Fierro: La vuelta de Martín Fierro. Catedra
Ediciones.
Oviedo, J. M., (1995) De los orígenes a la Emancipación. Historia de la literatura hispanoamericana. 2.
Alianza Editorial S.A.
B. Comente uno de estos tres textos (2 páginas):
Al que ingrato me deja, busco amante; 11A
al que amante me sigue, dejo ingrata; 11B
constante adoro a quien mi amor maltrata; 11B
maltrato a quien mi amor busca constante. 11A
Al que trato de amor, hallo diamante, 11A
y soy diamante al que de amor me trata; 11B
triunfante quiero ver al que me mata, 11B
y mato a quien me quiere ver triunfante. 11A
Si a éste pago, padece mi deseo; 11C
si ruego a aquél, mi pundonor enojo: 11D
de entrambos modos infeliz me veo. 11C
Pero yo por mejor partido escojo, 11D
de quien no quiero, ser violento empleo, 11C
que de quien no me quiere, vil despojo. 11D
(Sor Juana, Poesía)
Sor Juana Inés de la Cruz fue una religiosa jerónima y escritora novohispana más
importantes del Siglo de Oro de la literatura española, que se caracterizó también por incorporar
el náhuatl en sus creaciones. Se duda si nació en 1648 o 1651 en territorio del territorio actual de
México, aprendió a leer y escribir desde una edad temprana y se la considera la décima musa,
cultivó lírica, teatro, prosa y auto sacramental, estuvo en la corte de Antonio Sebastián de Toledo
Molina y Salazar, vigésimo quinto virrey novohispano. Para continuar su estudio ingresó en la
vida monástica en 1669 y tuvo numerosos mecenas a lo largo de su vida, como los virreyes de la
Nueva España contemporáneos a Sor Juana. Parte de su obra se conoce gracias al obispo de
Yucatán, Juan Ignacio María de Castorena Ursúa y Goyeneche, el cual publicó en España la parte
inédita de la misma que fue condenada a ser destruida. La Décima Musa murió en 1695 a causa
de una epidemia en el convento de San Jerónimo.
Sor Juana tiene un lugar destacado en la literatura hispanoamericana novohispana junto a
Bernardo de Balbuena, Juan Ruiz de Alarcón y Carlos de Sigüenza y Góngora. Su obra dramática
evoluciona de lo religioso a lo profano. Pero es en la lírica donde sobre todo destacó Sor juana,
esta parte abarca la mitad de su obra y se juntan la cultura de una Nueva España que nacía, el
culteranismo gongorino y el conceptismo de Calderón y Quevedo. Inundación Castálida (1689)
y Segundo Volumen (1692) son sus únicas recopilaciones poéticas que publicó en vida Sor Juana.
Su poesía es puramente barroca, de perfección técnica y temas novedosos, destaca en la
versificación, muy natural; su uso de la mitología saturado y el hipérbaton, con una brillantez e
ingenio propias. La poesía amorosa no es autobiográfica y sigue los modelos de la época, idealiza
a la amada y no al varón. Realiza también poesía de circunstancias y poemas de homenaje, y en
la poesía filosófica-moral están sus sonetos de mayor calidad. Su poema “El sueño” es el más
importante, sobre si el hombre puede comprender la realidad que le rodea.
El soneto a comentar se enmarca dentro de la poesía amorosa de Sor Juana, donde
describe, desde la perspectiva de la autora, dos amores, donde ella es el centro, dos amores no
correspondidos, el primero es el suyo por la persona a la que ella ama, y la cual no lo valora y
deja ingrata a la autora, y el segundo, donde es ella la que rechaza a su pretendiente y le deja
ingrato, cambian las tornas durante todo el poema para llegar a su conclusión con el desarrollo
del soneto: quedarse como está, sin correr detrás de quien no la quiere, ni intentar querer al que
la quiere, pero ella no lo quiere. La estructura del soneto es la rigurosa de este tipo de composición:
dos cuartetos iniciales y dos tercetos encadenados entre si con el siguiente esquema: 11A, 11B,
11B, 11A, 11A, 11B, 11B, 11A, 11C, 11D, 11C, 11D, 11C, 11D. La rima es consonante en todo
el poema, con lo que la autora aporta mayor énfasis en las rimas y da mayor sonoridad a los finales
de verso.
También utiliza el modo típico de contar y transmitir a través de un soneto, en los dos
cuartos, expone su situación, sus vaivenes entre los que puede tener y lo que realmente quiere,
aquello que le lleva a ese estado de insatisfacción amorosa, y es en los tercetos donde, en el
primero, reflexiona sobre su situación, y en el tercero muestra su decisión final: ni con el amor
que ella quiere, ni con el amor que a ella la quiere.
Para contar su situación amorosa utiliza numerosas figuras retóricas. Vemos como utiliza
una anáfora con “Al que” (vv. 1. 2 y 5), con ello da armonía al poema y musicalidad, además de
hacer referencia concreta a la persona que se refiere. También en los dos primeros versos vemos
como utiliza un paralelismo con la siguiente estructura: preposición + artículo + pronombre
relativo + adjetivo + pronombre posesivo + verbo, + verbo + adjetivo, lo que permite poner énfasis
en la comparación constante que hay entre los dos hombres que trata el poema.
En los dos versos (3 y 4) siguientes vuelve a emplear un paralelismo y además entre
medias utiliza una anadiplosis con “maltrata” y “maltrato”, y al principio y al final de esos mismos
versos vemos la figura contraria, una epanadiplosis con la palabra “constante”, de esta manera la
autora pone un marcado énfasis en la pausa entre los dos versos por la práctica repetición del
verbo, únicamente cambiando la forma verbal del mismo (también estaríamos ante un políptoton),
metáfora de su posición entre medias, pues en uno es actora y en otra receptora de la acción, y
con la epanadiplosis, marca un principio y un fin que acentúa la musicalidad del poema. En los
vv. 5 y 6, nos encontramos con un quiasmo, la estructura del verso 5 se invierte en el 6 , lo que da
una sensación aclaratoria y expositiva de la encrucijada en que vive la autora, siempre con la
comparación entre ambos hombres, y la antítesis sentimental que tiene hacia ellos. Por un lado
quiere estar con el que no la hace caso, y el que la hace caso, ella no quiere estar con él, pero se
compadece del mismo y le surgen dudas al respecto, que aclara en los dos últimos versos, no
quiere sufrir por quien no la quiere, ni quiere hacer sufrir por no querer. La idea de la antítesis
está presente en todo el poema, y es ella la que acaba con ella saliendo de su encrucijada final.
Vemos más paralelismos y quiasmos en los siguientes versos, con las mismas funciones que los
anteriores, y otras dos anáforas con “si” (vv. 9 y 10) e “y” (6 y 8).
El lenguaje que utiliza es sencillo, siempre relativo al amor y al desamor que le produce
esta situación, los sustantivos (“deseo”, “pundonor”, “amor”), verbos (“trata”, “mata”, “escojo”)
y adjetivos (“ingrato”, “diamante”, “amante”, “brillante”) que emplea son utilizados para
describir y muchos de ellos, para realizar el juego de palabras los usa como adjetivo unas veces y
como sustantivo después o viceversa (como por ejemplo en los dos primeros versos con “ingrato”
y “amante”). Es importante destacar las numerosas pausas que se dan en el poema, todas ellas
sirven para enfatizar y bajar el ritmo de la lectura, la autora nos invita a reflexionar, a acompañarla
en su discurrir, y por ello no vemos ningún encabalgamiento, y sí que vemos comas en medio de
muchos versos que marcan las pausas para enfatizar ciertas ideas.
El poema es muy sonoro, pero no es rápido, con los juegos de palabras que utiliza,
paralelismos y anáforas tiene mucha musicalidad, favorecida también por la rima consonante, y
de esta manera la autora nos traslada a su mente, a su largo y pausado discurrir por el que nos
conduce a su decisión final: de estar al principio entre dos posiciones, toma el camino de en medio
y opta por no sufrir y por no hacer sufrir.