Culto
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La historia de Don Nicanor Ochoa cuenta que este personaje proviene de una
familia bastante humilde, pero con mucha experiencia en los trabajos de
campo. Don Nicanor no fue una excepción de esta regla, al tener grandes
conocimientos acerca del cultivo y la agricultura.
Don Nicanor una vez estando en Nirgua no se olvidó de sus raíces, el amor por
la tierra y su pasión por las mujeres. Se dio la tarea de integrar a dos mujeres
importantes en su vida: Ofelia Ojeda y María Eustaquia Jiménez; la primera
mencionada fue su esposa y la segunda, su querida.
Con Ofelia concibió otros hijos, pero el más destacado o parecido a él resultó
Aristóbulo Ochoa. Sin embargo, son otras características las que resaltan en
este joven, como su forma religiosa por vestirse de color blanco en la mayoría
de las ocasiones. Hasta el día de su muerte fue conocido como el gran brujo y
no dejó de vestirse de este color hasta su lecho de muerte. Con Eustaquia
también tuvo un hijo de brillantes cualidades, llamado Simón Ángel Jiménez.
Rasgos personales
Según la historia de Don Nicanor Ochoa, este hombre siempre fue elegante en
su forma de vestir y estilo de cortejar a las mujeres que se acercaban a él. Se
valió de los caramelos y de unos pañuelos blancos para ofrecerlos como
obsequio a las damas. Tenía una manera peculiar de sacarse los pañuelos de la
boca para sorprender al público femenino y demás presentes.
Ese truco de los pañuelos y hacer aparecer de la nada una serie de serpientes a
su alrededor dejó estupefactos a muchos. Todas estas serpientes
conmocionaron a las personas, hasta el punto de sentirse aterrados por los
extraños dones dados a conocer en la historia de Don Nicanor Ochoa.
Cuando algunos de los osados intentaron matar a las serpientes, Don Nicanor
las hacía desaparecer, para más extrañeza de los presentes. Cuentan muchas
anécdotas que este brujo tenía un garrote con poderes mágicos que al darle
este artefacto en manos de otra persona, se tiraría en el piso a dar muchas
vueltas, como si se tratara de un caso de exorcismo. Estas extrañas, pero
asombrosas cualidades de Don Nicanor hicieron de él un brujo reconocido por
los habitantes de Nirgua y pronto en todo el país.
Por las calles siempre pasaba Nicanor en carreta junto a su burra, a la cual
menciona con mucho cariño en la mayoría de los casos. Se vio en algunas
ocasiones que se estacionaba en los bares para comprar cigarros y
posteriormente, para degustar el café amargo, tal y como le gustaba a este
caballero. Simón Jiménez también hacía encargos de cigarros Capitolio para él,
al tratarse de su marca favorita.
En cuanto a dulces favoritos, la historia de Don Nicanor Ochoa expone que fue
fiel amante de los caramelos de coco. Un dato bastante curioso para este
caballero lleno de vicios es que no tomó por el chimó ni el tabaco como parte de
ellos, a pesar que el cigarro si fue un gusto que jamás dejó de darse. La corte
yerbatera se caracterizaba por consumir chimó en muchas oportunidades, pero
Nicanor prefirió huir de ello.
Vida adulta
Ya en una etapa adulta, Don Nicanor ocupó parte de su tiempo a los rezos,
cánticos y al oficio de curandero, con lo cual ganó fama entre los habitantes de
Nirgua. Para ir más allá, este importante personaje famoso venezolano fungió
como partero, para traer al mundo a nuevas criaturas, siendo un gran
referente en los nacimientos de esa población. Muchas mujeres agradecieron
este detalle por traer al mundo a sus bebés, hasta alegar que los mismos
nacieron bajo una sana protección por parte de Nicanor.
Tampoco llegó a descuidar las labores del campo para preferir sus oficios de
brujo. Gracias a estos dos trabajos pudo vivir de manera decorosa, pero con
más recursos que en su niñez, al ser sus padres muy humildes y de poco poder
adquisitivo. Al ser un brujo, no podía dar diagnósticos a la ligera, porque se
basó en las aguas para determinar qué enfermedades tenían las personas para
tener su propia certeza.
Destacó por sanar las picaduras de las serpientes, porque conocía muy de cerca
cómo se reflejaban los síntomas o el tipo de mordedura en la piel. Para curar
este mal, Don Nicanor Ochoa solicitó de la persona un pañuelo de color blanco.
Él mismo indicó que sus pacientes tenían que colocar el pañuelo sobre la herida
en la noche anterior, para que al día siguiente se encargara de utilizar sus
famosos brebajes y rezos como acto complementario.
Las pocas veces que se observó sin su carreta y entrañable burra, Don Nicanor
prefería caminar por las calles de Nirgua en compañía de un morral en el cual
guardaba todas sus hierbas. De la misma manera, contenía «sus grandes
secretos» almacenados en ese bolso, de los cuales nadie tenía conocimiento,
por ser algo muy personal. En algunas escenas, los pobladores indicaron que al
caminar de Don Nicanor dejaba impregnado el olor de su perfume llamado Jean
Marie Farina.
Las mujeres no fueron el único amor por el que se inclinó Don Nicanor, porque
también mantuvo mucho fervor a las peleas de gallos. Todos los domingos no
dejó de asistir a una ceremonia de pelea junto a sus gallos Cari Cari y
Mantequilla, quienes dieron bastantes dividendos al gran brujo con sus
victorias. Don Nico al momento de llegar a la gallera imponía su presencia y la
de sus mejores gallos, por lo que era realmente difícil perder con sus mejores
armas de combate.
Cada domingo al asistir a sus rutinarias peleas de gallos, lo hacía con uno de sus
mejores amigos que pertenecía a la corte de los chamarreros. Apolinar Campos,
que así responde por nombre el mejor compañero de Don Nico, sin duda que
también tiene bastante que aportar por su historia extraordinaria. La única
diferencia respecto a Apolinar es que éste tuvo la fama de brujo mucho antes
que Don Nicanor, que con el tiempo fue perfeccionando la práctica con ritos y
oraciones.
Más tarde de ser reconocido como el curandero del pueblo, se designó como
Patrimonio Cultural de Nirgua. Este hecho ocurrió cuando se efectuó el primer
censo de Patrimonios Culturales en todo el país. Esta grandiosa luz que iluminó
los grandes corazones nirguenses y la de muchos venezolanos se apagó un 17 de
mayo de 1957.
Muerte
Por este acalorado enfrentamiento al día siguiente amaneció muy enfermo, con
fuertes malestares que ni él mismo logró comprender. Sin embargo, si bien es
uno de los motivos más resonados en la historia de Don Nicanor Ochoa,
tampoco es una fuente fideligna para creer.
A pesar que tuvo mucho éxito con las mujeres, siempre mantuvo a Ofelia Ojeda
en su corazón, hasta ser la acreedora de la mención de «esposa legal» hasta
ser respetada por todo el pueblo como la mujer de Don Nico. Fuera de Nirgua
se conoció bajo el nombre de María Eufemia. Con el resto de sus amantes, 6
para ser exactos, contrajo varias hijas de nombre María Antonia, María
Eustaquia, Sara María, entre otras más. Aunque poco se ha hablado sobre sus
hermanos, se considera que Jesuita y Nicomedes Ochoa fueron dos de ellos.
Se dice que el brujo Rafael Ochoa fue otro de sus hermanos, pero a éste le
fueron despojadas todas y cada una de sus virtudes espirituales. Otro
personaje reconocido como brujo fue Juan Pancho Ochoa, padre de Abdón y
abuelo de Don Nicanor. Cuenta la historia que Juan Pancho en una de sus
sesiones espirituales quiso enviar un mensaje a su nieto para prevenirlo de su
padre, que estaba dispuesto a hacerle daño, porque rompía los mecates en la
hamaca en la que dormía.
Como Don Nicanor en todo momento quiso liberar las almas en pena que se
encontraban encerradas en el purgatorio, todos los presentes tenían que
responder al Ave María purísima con la frase de sin pecado original concebida.
Por todas las obras a muchas personas, por cada uno de los favores cumplidos y
la sanación de enfermedades en muchas personas, Don Nicanor Ochoa es
reconocido por ser el brujo entre todos los brujos. Mata y cura las 24 horas.
Es el chamarrero entre todos los chamarreros. Mata todas las curiosidades,
pero al mismo tiempo cura todos los padecimientos de las personas, desde el
más simple hasta el más complejo. Es la máxima luz que iluminó a la corte
yerbatera por muchos años, junto a Toribio Montañéz y Francisco Duarte.
Con una pieza la canción María Lionza de Rubén Blades, comienzo este post,
dedicado a reina de la naturaleza de mi tierra natal.
Hermosa princesa indígena, de piel blanca, con ojos azules, hija del Cacique
Yaracuy, nieta del cacique Chilúa y biznieta del cacique Yare, considerada en el
mundo del espiritismo como monarca de cuarenta legiones, formadas por diez
mil espíritus cada una, es un icono importante en la cultura Venezolana,
específicamente en la Yaracuyana.
Cuenta la leyenda que en la montaña de Sorte, uno de los jefes indígenas tuvo
relaciones con una mujer blanca, a raíz de esta unión nace una hermosa niña de
ojos claros. Pero la tradición y las costumbres de la tribu, una niña de ojos
azules trae desgracias a la aldea, a raíz de esta razón se ordenaba ejecutar a
la persona con estas características.
La niña tenía hermosos ojos brillantes y piel morena. Sin embargo, después de
su nacimiento, la tribu dijo que la joven no tuvo suerte, por lo cual fue
sentenciada.
Antes de este acto, los espíritus de las montañas decidieron castigar al animal
que lo hizo hincharse hasta que explotó y murió. De esta manera, Yara se
convirtió en la dueña del agua y extendió sus poderes sobre la naturaleza, la
flora, la fauna y los espíritus naturales.
Para ingresar a las montañas sagradas del sur (sectores de Sorte, Quibayo u
Oro) debe solicitar permiso al guardián de las montañas sagradas para ingresar
a ellas. Hay dos paradas, Portal del Indio Macho y Portal Mayor de María
Lionza.
Con su condición y beneficios, puede ingresar a las montañas que protegen. La
creencia popular dice que necesitas una guía, porque si los grandes protectores
de estas montañas no quieren que entres, ¡te perderás girando sin razón!
Sus seguidores creen que el humo y la llama de la luz agrada a la diosa. Además,
a menudo hacen pruebas de devoción arrodillándose debajo de un segmento
para llegar a Sorte. Otro ritual es ir al carbón, y generalmente se realiza
durante el fin de semana de otoño.
Para el mundo espiritista, los tres poderes son la base básica de un círculo
divino. Estos poderes consisten en María Lionza, El Negro Felipe y Cacique
Guaicaipuro.