Muerte en El Nilo
Muerte en El Nilo
Muerte en El Nilo
BOUC: (Viendo a Poirot pasear por abajo) ¡Querido Poirot! Suba por
favor. Le invito a compartir conmigo el viaje.
POIROT: ¡Querido Bouc! Si no es inconveniente... (Sube a escena)
BOUC: Por supuesto que no. Estoy en este barco con mi madre. Pero no
estamos solos. Estamos celebrando con unos amigos una fiesta nupcial
POIROT: ¡Vaya! Hace apenas unos días presencié un compromiso en
Londres. Sería una casualidad que fuese la misma pareja.
BOUC: Por ahí vienen los invitados. ¡Aaayyy! El desconsolado. Siempre
hay uno en todas las bodas. El buen Doctor Windlesham se declaró a la
actual Señora Doyle cuando aún estaba soltera. La prensa y él mismo
daban por hecho el enlace. Entonces, apareció el gran semental y ahora
es la Señora Doyle. Yo, en su lugar, sólo habría venido aquí para meterle
un balazo al novio.
WINDLESHAM: (Hablando consigo mismo) Me siento calmado, en paz y
cuerdo. (Respira profundamente) Dignidad. (Entra)
BOUC: entre los invitados, también está la madrina de la Señora Doyle,
Marie Van Schuyler, que desprecia la fortuna de su ahijada. Y la
enfermera de la madrina, la Señorita Bowers que la ansía.
MARIE: (Cuando el botones va a cogerle las maletas, se lo impide) ¡No!
¡Lo haré yo! Ya me incomoda sobre manera tener que viejar en esta
pesadilla burguesa de crucero como para participar en la opresión a la
clase obrera. (Entra en el barco)
BOWERS: Salvo conmigo, claro. Entonces no tiene inconveniente. (Coge
las maletas y entra)
BOUC: También está la criada francesa de la Señora Doyle, la pobre
Louise Bourget.
LOUISE: ¿Ha llegado todo el equipaje? ¿Incluso el collar? (El botones
asiente y le da la caja, ella la abraza con anhelo y se la devuelve) C’est
parfait!
BOUC: También está Andrew Pennington. Administra todos los asuntos
de la familia de la Señora Doyle, tanto fuera como dentro del país. Es
prácticamente de la familia. De hecho, Linnet le llama primo. Es un tipo
escurridizo. Nadie, excepto la Señorsa Doyle, se fía de él.
ANDREW: (Al botones) ¿Lo tiene todo? Bien. Quiero que envíe este
telegrama lo antes posible. (Le da un telegrama) Y... (le da un billete y le
agarra fuerte de la mano y lo atrae) Nadie puede verlo. (Entra)
BOUC: Creo que mi madre y yo somos las únicas personas cuerdas que
hay aquí.
EUPHEMIA: (Saliendo de dentro del barco) ¡Querido! La señorita Van
Schuyler es la monda. Ella dice que odia el dinero y yo le he dicho que el
dinero es el único amigo fiable de una mujer. (Entra entre risas)
BOUC: La única persona que parece tenerle aprecio a la Señora Doyle es
Rosalie Otterbourne, su amiga de la escuela. Es sobrina de Salomé
Otterbourne. Por lo visto cantaba el día que se conocieron los novios. Su
sobrina lo dispuso todo para que pusiera su voz melodiosa como banda
sonora de nuestro trayecto.
SALOMÉ: Vamos Rosalie. Estoy deseando llegar al camarote. Menuda
ocurrencia traerme aquí a trabajar.
ROSALIE: Tía. Es mi amiga de la infancia. No podía perdérmelo. Además
estaremos en el camarote 42. Me han asegurado que es el mejor de la
embarcación.
POIROT: Madamoiselle.
JACQUELINE: ¿Le conozco?
POIROT: ¿Me permite hablar con usted un momentito?
JACQUELINE: Por supuesto. Era de suponer. Linnet le ha pagado un
dineral para que deje de seguirla.
POIROT: Me lo ha ofrecido, pero lo he rechazado.
JACQUELINE: (Sorprendida) Pobrecita (con ironía). Madame siempre
obtiene lo que quiere. Su padre actuaba como un gánster.
POIROT: ¿Cuándo conoció a Madame Doyle?
JACQUELINE: En el colegio. En una obra de teatro. Antonio y Cleopatra.
Yo era Cleopatra hasta que la maestra, una semana antes del estreno, le
dio mi papel a Linnet. Yo me quedé con Carmiana, la sirvienta de
Cleopatra.
POIROT: Tiene usted a los recién casados en vilo.
JACQUELINE: Porque quería estar cerca de él. Eso era al principio. Luego
perdí el miedo y dejé que me vieran. La sonrisa de Linnet se heló y las
arrugas surcaron su frente.
POIROT: Mademoiselle de Bellefort debe dejarlo. Lo hecho, hecho está.
La amargura no lo podrá deshacer. Él está casado. Está enamorado de su
mujer.
JACQUELINE: (Desquiciada) simon me ama a mí. Simon me ama. Lo sé.
Aunque él lo haya olvidado. Deslumbrado por ella. Un amor tan intenso
no se desvanece. Le quiero (casi llorando). Le quiero con locura. Cada
minuto del día. No es algo que yo pueda evitar. (Aguantando el llanto)
Por algo el corazón es el símbolo del amor. Si se para, morimos al
momento. Y no pienso morir sola. Se lo puedo asegurar. (Sacando un
arma del bolso) es de calibre 22. Parece un juguete. Tal vez, para reparar
un corazón roto sólo se necesite una bala. (guarda la pistola y se va)
(Aparece Rosalie)
(Pausa)
(Entra Bouc)
(Louise se va de escena)
(Andrew se va)
BOUC: Una 45. ¿Por qué volver a por el arma de Jacquie si tenía esa?
PIOROT: No lo hizo. Llame a la Señorita Bowers. Ella podría saber algo
importante.
BOUC: (Llamando) Señorita Bowers. (Van a entrar Bowers y Marie y
Bouc para a esta última y se la lleva fuera) Sólo ella, si no le importa.
MARIE: (Yédose a regañadientes) Pues claro que me importa.
POIROT: Cuando estuvo en vela con Mademoiselle de Bellefort,
¿recuerda si ella lanzó amenazas contra Linnet Doyle?
BOWERS: No. Eran contra ella misma. Quería refugiarse en el alcohol y
no salir de ahí. Por eso le di tanta morfina.
POIROT: Es una suerte que usted haya venido. ¿Cuánto tiempo lleva de
enfermera acompañante?
BOWERS: (Pensando) Ummmm. Pues ya va... para 10 años. Todos con la
Señora Van Schuyler, así que... es como si fueran 20. El trabajo me llegó
tarde en la vida.
POIROT: Ajam. Tras haber perdido su fortuna.
BOWERS: ¿Fortuna? ¡Ja!
POIROT: El gusto refinado hay que adquirirlo y aquí está suspirando por
las trufas y el cangrejo boreal. Además su... vestido Channel, su equipaje
Vuitton... todo el sumun de la abundancia de hace una década usado y
remendado. ¿Cuántos años dijo usted que llevaba sin tomar caviar?
BOWERS: (Pausa) Fueron muchos los que perdieron la fortuna en el
crack.
POIROT: Muchos por culpa de papá Ridegway y sus prácticas
comerciales agresivas. Tal vez eso explique su reacción ante... el alquiler
de la propiedad de Linnet en Londres, ¿eh?
BOWERS: (Pausa. Agacha la cabeza y cierra los ojos recordando. La
levanta como con vergüenza) En su día... lo llamaban el edificio Bowers.
POIROT: (suspirando y entendiendo la pérdida) Ajam.
BOWERS: Empleábamos a más de mil personas. Buenos sueldos.
Repartíamos riqueza, cuando la había. Muchos eran... como de la
familia. Hubo quien ya no encontró trabajo. Y sí. Añoro el caviar. Pero a
ellos mucho más.
POIROT: Y usted. Con ese sentimiento. Y cuidando a Mademoiselle de
Bellefort dormida por la morfina. Tenía libertad para volver y buscar el
arma
BOWERS: ¡No!
POIROT: ¡Y matar a Linnet Doyle mientras dormía!
(Entra Rosalie)
(Euphemia interrumpe)