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Muerte en El Nilo

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MUERTE EN EL NILO

(Adaptación teatral de la novela de Ágatha Christie)


PERSONAJES
BOUC: Jesús, Raúl
HÉRCULES POIROT: Jesús, Raúl, Julio
DR. LINUS WINDLESHAM:
MARIE VAN SCHUYLER:
SRTA. BOWERS:
LOUISE BOURGET:
ANDREW KATCHADOURIAN: Raúl
EUPHEMIA BOUC:
SALOMÉ OTTERBOURNE: Marina, Julio
ROSALIE OTTERBOURNE: Lucía, María
LINNET RIDEGWAY: María
SIMON DOYLE: Jesús, Julio
JAQUELINE DE BELLEFORT: Marina, María

JESÚS: Me gustaría mucho hacer tanto de Simon, como Puke o Poirot


RAÚL: Poirot, Bouc, Andrew Pennington
MARINA: Salomé Otterbourne, La madre del fallecido y Jaqueline de Bellefort
LUCÍA: Rosalía Otterbourne y cualquier personaje femenino
JULIO: Poirot. Simon. Salomé
MARÍA: Linnet, Rosalie o Jacqueline
ALICIA:
CRISTINA:
LAURA:
MANU:
PILAR:
(En escena Bouc, después Poirot y debajo del escenario van apareciendo
todos los personajes de los que van hablando)

BOUC: (Viendo a Poirot pasear por abajo) ¡Querido Poirot! Suba por
favor. Le invito a compartir conmigo el viaje.
POIROT: ¡Querido Bouc! Si no es inconveniente... (Sube a escena)
BOUC: Por supuesto que no. Estoy en este barco con mi madre. Pero no
estamos solos. Estamos celebrando con unos amigos una fiesta nupcial
POIROT: ¡Vaya! Hace apenas unos días presencié un compromiso en
Londres. Sería una casualidad que fuese la misma pareja.
BOUC: Por ahí vienen los invitados. ¡Aaayyy! El desconsolado. Siempre
hay uno en todas las bodas. El buen Doctor Windlesham se declaró a la
actual Señora Doyle cuando aún estaba soltera. La prensa y él mismo
daban por hecho el enlace. Entonces, apareció el gran semental y ahora
es la Señora Doyle. Yo, en su lugar, sólo habría venido aquí para meterle
un balazo al novio.
WINDLESHAM: (Hablando consigo mismo) Me siento calmado, en paz y
cuerdo. (Respira profundamente) Dignidad. (Entra)
BOUC: entre los invitados, también está la madrina de la Señora Doyle,
Marie Van Schuyler, que desprecia la fortuna de su ahijada. Y la
enfermera de la madrina, la Señorita Bowers que la ansía.
MARIE: (Cuando el botones va a cogerle las maletas, se lo impide) ¡No!
¡Lo haré yo! Ya me incomoda sobre manera tener que viejar en esta
pesadilla burguesa de crucero como para participar en la opresión a la
clase obrera. (Entra en el barco)
BOWERS: Salvo conmigo, claro. Entonces no tiene inconveniente. (Coge
las maletas y entra)
BOUC: También está la criada francesa de la Señora Doyle, la pobre
Louise Bourget.
LOUISE: ¿Ha llegado todo el equipaje? ¿Incluso el collar? (El botones
asiente y le da la caja, ella la abraza con anhelo y se la devuelve) C’est
parfait!
BOUC: También está Andrew Pennington. Administra todos los asuntos
de la familia de la Señora Doyle, tanto fuera como dentro del país. Es
prácticamente de la familia. De hecho, Linnet le llama primo. Es un tipo
escurridizo. Nadie, excepto la Señorsa Doyle, se fía de él.
ANDREW: (Al botones) ¿Lo tiene todo? Bien. Quiero que envíe este
telegrama lo antes posible. (Le da un telegrama) Y... (le da un billete y le
agarra fuerte de la mano y lo atrae) Nadie puede verlo. (Entra)
BOUC: Creo que mi madre y yo somos las únicas personas cuerdas que
hay aquí.
EUPHEMIA: (Saliendo de dentro del barco) ¡Querido! La señorita Van
Schuyler es la monda. Ella dice que odia el dinero y yo le he dicho que el
dinero es el único amigo fiable de una mujer. (Entra entre risas)
BOUC: La única persona que parece tenerle aprecio a la Señora Doyle es
Rosalie Otterbourne, su amiga de la escuela. Es sobrina de Salomé
Otterbourne. Por lo visto cantaba el día que se conocieron los novios. Su
sobrina lo dispuso todo para que pusiera su voz melodiosa como banda
sonora de nuestro trayecto.
SALOMÉ: Vamos Rosalie. Estoy deseando llegar al camarote. Menuda
ocurrencia traerme aquí a trabajar.
ROSALIE: Tía. Es mi amiga de la infancia. No podía perdérmelo. Además
estaremos en el camarote 42. Me han asegurado que es el mejor de la
embarcación.

(Entra Rosalie y Salomé se queda bebiendo. El Camarero la ve)

SALOMÉ: (Disimulando) La medicina, el elixir que... a duras penas me


mantiene viva (El Camarero asiente y se aleja) Joven, camarero... soy
una mujer... muy débil, frágil... enferma. ¡Nadie debe saberlo! No quiero
que me tenga pena. No quiero preocupar a mi sobrina. Tengo la presión
muy baja. Puedo, fácilmente, caer en estado de coma si no tomo mi
medicamento... cosa grave... Se me ha terminado la medicina. ¡Y no
puedo llevar conmigo una cantidad suficiente para que mi sobrina no se
entere! Sé que usted me ayudará. ¿Puede guardar mi secreto? No
quiero que se me trate como lo que soy, casi una inválida. Ayúdeme a
conseguir la medicina (Abre el bolso y saca dinero) Lo que mejor me
sienta es el Vodka ruso. Aquí tiene (Le da el dinero) Le garantizo también
una buena propina. (El Camarero se aleja perplejo) Gracias por guardar
mi triste secreto (Abre el bolso, saca el espejo y se retoca el maquillaje y
entra en el barco)
BOUC: Y... por supuesto... los protagonistas. (Anunciándolos) ¡Señoras y
señores! Recibamos con un fuerte aplauso a nuestros anfitriones. El
Señor Simon Doyle y señora.
(Todos aplauden)
POIROT: ¡Ah, el amor! Siempre cambiante. Sí que presencié el principio
de una historia, pero no eran los mismos protagonistas.
SIMON: (Iniciando un brindis) Amigos. Sé que todos piensan que aquí
hay un tremendo misterio. El caso de “¿Por qué diantres querría Linnet
Ridegway casarse con él?” (Risas) Y, sinceramente, no sé por qué. No soy
inteligente, ni romántico. No tengo labia, ni tengo dinero, ni tengo clase,
pero sé que te quiero. Y, ahora, no me atrevo ni a decirlo no sea que
vengan unos ladrones y te secuestren.
BOUC: ¡Por los novios!
TODOS: ¡Por los novios!

(Aparece Jacqueline despampanante)

LINNET: Ha vuelto a seguirnos. Perdonad. (Se va corriendo y todos los


invitados, menos Simon, la siguen)
JACQUELINE: (Acercándose a Simon) ¿Cómo está Linnet?

(Simon se va indignado. Jacqueline sonríe y también se va)

BOUC: Va a resultar que hay dos desconsolados en la boda.


POIROT: Da comienzo el siguiente acto.

(Negro. Se van todos)

(Aparece Poirot en escena. Después salen Linnet y Simon)

SIMON: (A Poirot) Monsiur Poirot. Siento el drama de anoche. Denos


usted otra oportunidad. Verá Poirot. Queríamos pedirle ayuda. Se trata
de Jacquie de Bellefort. Nos persigue desde que empezó nuestra luna de
miel. Ellla y yo... estábamos prometidos, ¿sabe?
POIROT: ¿Les ha amenazado o les ha agredido?
LINNET: No. Nunca dice nada. Únicamente aparece, se sienta y nos mira.
POIROT: Pardonne moi. No hay caso que yo pueda aceptar. No ha
cometido ningún crimen.
SIMON: Lo que ella está haciendo es indecente y melodramático y se
está poniendo en ridículo. Mire. Cuando estaba con Jacquie, ella me
gustaba, así es. Pero, conocí a Linnet, y Jacquie dejó de existir para mí.
Desde aquella noche, (mirando a Linnet) no puedo imaginar mi vida sin
ella y mi amada sintió lo mismo. (Los dos sonríen) Mi sueño hecho
realidad.
POIROT: ¡Humm! Pero... rompió su compromiso. (Simon y Linnet dejan
de sonreír)
LINNET: ¿Está obligado a pasar el resto de su vida con alguien a quien no
ama para no hacerle daño? ¡Ja! Esto es amor. No es un juego limpio.
Aquí no hay regla alguna. Es posible que ella aún no haya cometido un
crimen. Pero conozco bien a Jacquie. Y lo hará. Siempre ha saldado sus
cuentas. (Se va indignada y casi llorando)
SIMON: (A Poirot) Replantéeselo. (Se va)

(Jacqueline entra en escena y Poirot se le acerca)

POIROT: Madamoiselle.
JACQUELINE: ¿Le conozco?
POIROT: ¿Me permite hablar con usted un momentito?
JACQUELINE: Por supuesto. Era de suponer. Linnet le ha pagado un
dineral para que deje de seguirla.
POIROT: Me lo ha ofrecido, pero lo he rechazado.
JACQUELINE: (Sorprendida) Pobrecita (con ironía). Madame siempre
obtiene lo que quiere. Su padre actuaba como un gánster.
POIROT: ¿Cuándo conoció a Madame Doyle?
JACQUELINE: En el colegio. En una obra de teatro. Antonio y Cleopatra.
Yo era Cleopatra hasta que la maestra, una semana antes del estreno, le
dio mi papel a Linnet. Yo me quedé con Carmiana, la sirvienta de
Cleopatra.
POIROT: Tiene usted a los recién casados en vilo.
JACQUELINE: Porque quería estar cerca de él. Eso era al principio. Luego
perdí el miedo y dejé que me vieran. La sonrisa de Linnet se heló y las
arrugas surcaron su frente.
POIROT: Mademoiselle de Bellefort debe dejarlo. Lo hecho, hecho está.
La amargura no lo podrá deshacer. Él está casado. Está enamorado de su
mujer.
JACQUELINE: (Desquiciada) simon me ama a mí. Simon me ama. Lo sé.
Aunque él lo haya olvidado. Deslumbrado por ella. Un amor tan intenso
no se desvanece. Le quiero (casi llorando). Le quiero con locura. Cada
minuto del día. No es algo que yo pueda evitar. (Aguantando el llanto)
Por algo el corazón es el símbolo del amor. Si se para, morimos al
momento. Y no pienso morir sola. Se lo puedo asegurar. (Sacando un
arma del bolso) es de calibre 22. Parece un juguete. Tal vez, para reparar
un corazón roto sólo se necesite una bala. (guarda la pistola y se va)

(Vuelve a entrar el matrimonio Doyle)


SIMON: ¿Se lo ha pensado?
POIROT: Si me permiten un humilde consejo, si duda la Señora Doyle
tendrá una preciosa casa. Vayan allí ahora. Construyan su nido.
Empiecen su vida juntos
LINNET: ¿Por qué no? Simon. Podríamos ir a casa y cerrar las puertas.
Podríamos ser felices.
SIMON: ¿Lo dejamos y ya está? ¿Qué pasa con nuestra luna de miel?
POIROT: Considérenlo el precio del amor. Y les va a salir muy barato.
Discúlpenme. (Se va)
SIMON: Me niego a dejar que fastidie nuestra luna de miel. No te
preocupes, querida. Estaré siempre contigo. Todo va a ir bien.
LINNET: Está bien, mi amor. Si tú lo dices...

(Simon se va y vuelve Poirot)

POIROT: ¿Y bien? ¿qué han decidido?


LINNET: Yo quería marcharme, como usted dijo. Aquí no me siento
segura. Ni yo ni simon. A pesar de lo que él diga.
POIROT: Pero estad usted entre amigos.
LINNET: Cuando se es rica, nadie es de verdad tu amigo. Ahora recuerdo
antiguas envidias y... peleas. Y tomo pastillas para dormir. No me siento
a salvo con ninguno de ellos. Esperaba que usted pudiera cuidarnos.
(Tras una pausa, Poirot asiente) Gracias.

(Poirot se queda en segundo plano. Entra Simon y abraza a Linnet. En


segundo plan también están Rosalie y Marie y Bowers. Entra Andrew con
una carpeta)

ANDREW: Ya lo sé. Ya lo sé. No es delicado hablar de negocios con una


novia en su luna de miel.
SIMON: Mal abogado. Nos lo prometió.
ANDREW: Simplemente son unas cuantas firmas.
LINNET: Lo comprendo. Mi matrimonio conlleva algunos cambios, sin
duda.
ANDREW: La próxima vez, avisa con tiempo. Je, je, je. (Linnet lee los
papeles) Todo está muy bien explicado. Esa es la concesión de terreno
de Ceilán y los cambios evidentes en el testamento. El arrendamiento de
la propiedad de Londres. (Bowers se va) Todo... todo está muy bien
explicado.
LINNET: Lo siento primo, ya me conoces. No ha habido un contrato en el
que no haya hecho alguna corrección. Papá me enseñó muy bien.
(Linnet y Andrew sonríen)
SIMON: Pues yo soy todo lo contrario. Jamás he leído un sólo contrato.
Para cerrar un trato me basta un simple apretón de manos. Anda Linnet,
adelante, firma y nos podremos ir a la cama. (Linnet va a firmar y Rosalie
la interrumpe)
ROSALIE: Fuiste la primera chica que me dijo que una mujer puede llevar
sus asuntos igual o mejor que un hombre. No me digas que has
cambiado de idea sólo por tener maridito.
LINNET: Ve a vestirte para la fiesta Simon. Te prometo que no tardaré
mucho.
ANDREW: (Quitándole los papeles a Linnet) Soy muy maleducado. No
hay prisa. Lo haremos mañana.

(Sale Andrew. Seguido de Linnet y Simon. Entra en escena Jacqueline)

ROSALIE: (A Poirot) Menudo detective está usted hecho. ¿Son mis


cuentas? Se ha llevado mi libro. (Dándole otro libro)
POIROT: Pardonne moi, mademoiselle. Debí confundirlo con mi libro de
lectura. Veo, por su caligrafía, que rivaliza con Dickens en precisión.
ROSALIE: Ajam. (Coge su libro y se va)

(Entra el matrimonio Doyle)

LINNET: Monsieur Poirot, queremos que sepa que ya no tendrá que


seguir velando por nosotros.
SIMON: Quizá Jacquie no atienda a razones, pero nosotros sí. Nos
vamos. Después de un viaje en coche, otro en burro, otro en tren y otro
en barco, por fin, dormiremos en nuestra cama. ¡Al infierno Jacquie de
Bellefort! (Jacqueline se va muy enfadada) Brindemos juntos.
POIROT: No suelo beber, pero de acuerdo.
SIMON: Por la vuelta a casa.
LINNET: Por la vuelta a casa. Gracias Monsieur Poirot. (Beben los tres)

(Entra Bouc buscando)

POIROT: ¿Qué ocurre mon ami? ¿Has perdido algo?


BOUC: Yo no. Mi madre. Ha perdido su bote de pintura rojo carmín y me
está volviendo loco con que sin él no puede captar los colores del Nilo.
Pero no hay manera de encontrarlo.

(Se va de escena, Poirot se encuentra mareado y se asoma a respirar y


entra Jacqueline)

JACQUELINE: El barco no es lo suyo.


POIROT: Ni el champán tampoco.
JACQUELINE: ¿Sabía que a las esposas de los faraones muertos las
enterraban vivas con ellos? Debían de gritar mientras las encerraban.
Pero seguro que alguna lo aceptaba porque no soportaba separarse.
¿Lamenta usted verme? Sé que me tiene en sus pensamientos. Simon
me tiene miedo.
POIROT: Mademoiselle, usted todavía puede elegir. Puede destruir la
vida de Simon o iniciar una nueva. Tal vez no se la vida que usted había
imaginado, pero tal vez sea la vida que Dios le tenía reservada.
JACQUELINE: El amor importa demasiado para creer en Dios. En cuanto
conocí a Simon tuve una certeza absoluta. Separarme de él sería la
muerte.
POIROT: Una vez yo sentí lo mismo. La amaba muchísimo. Creía que
perderla sería la muerte. La perdí.
JACQUELINE: ¿Por otro hombre?
POIROT: Un proyectil de mortero. Al venir a verme al hospital. Estaban a
punto de darme el alta en un mes, pero yo le pedí que viniera a verme
por Navidad, para estar juntos. Ella vino, pero el tren... (se emociona,
pero contiene las lágrimas) Después de Katherine... me convertí... en lo
que sea que soy ahora. Yo iba a dedicarme al campo. (Jacqueline le
sonríe) Le pido que me perdone, el champán... desata la... la memoria y
la lengua.

(Se va Poirot. Entra Bouc y Rosalie y se ponen al fondo. Entra el


matrimonio Doyle haciéndose arrumacos. Jacqueline se va a servirse una
copa, pero no queda. Llama al timbre insistentemente)

SIMON: Son más de las doce. La tripulación está descansando.


JACQUELINE: Pues yo quiero otro cocktail.
LINNET: Yo tengo bastante por hoy. Me voy a la cama amor mío. Tomaré
una pastilla. No te molestes en despertarme. (Se dan arrumacos)
JACQUELINE: (Con sorna) ¿No vas con ella, Simon?
LINNET: Tranquila. Hoy ya hemos hecho el amor. Dos veces.
SIMON: Tres veces.

(Linnet se va, pero se detiene con la siguiente frase)

JACQUELINE: Que descanses. Reina Linnet.


LINNET: (Se da la vuelva y se enfrenta a Jacqueline) Jacquie, te deseo lo
mejor. En serio. No me arrepiento de lo que hemos hecho, pero me
duele muchísimo el daño que te ha hecho a ti. Ojalá todo fuera distinto.
Tú eras la única a la que no le importaba el dinero. (Se emocionan las
dos) buenas noches Jacquie.

(Linnet se va y Jacqueline se seca las lágrimas con rabia)

SIMON: Esta es la última vez que nos verás.


JACQUELINE: No desapareceréis.
ROSALIE: Déjalo ya Jacquie. (Bouc y Rosalie se van a ir, pero Simon los
interrumpe)
SIMON: Quedaos un rato. Está preparando una escena. ¡Dios! Me siento
tan liberado. Y, al tiempo, tan estúpido por no haberte dejado antes.
JACQUELINE: No te vas a librar de mí Simon. Éramos uno. Te lo dí todo.
Me entregué en cuerpo y alma.

(Se van moviendo para quedar en el centro Simon y Jacqueline


enfrentados y, en un segundo plano, Rosalie y Bouc cada uno a un lado
de la pareja)

SIMON: ¿Unos pocos meses de diversión? ¿Um? ¿Y de verdad fueron


tan buenos? Te juro que verte ahora así amarga todos los gratos
recuerdos. Es como acordarse de una fiesta en la que caíste enfermo.
ROSALIE: Simon no seas cruel.
SIMON: Ya se me ha agotado la compasión. ¿Creías que con tu numerito
me recuperarías? Estás loca si piensas que podría volver a quererte. Creo
que nunca te quise.

(Jacqueline se ríe nerviosa)

BOUC: ¡Ya basta!


JACQUELINE: ¿De verdad? (Simon asiente y Jacqueline se pone serie y va
hacia su bolso) ¡Di que no es verdad! (Saca la pistola y dispara a Simon
en la rodilla)
SIMON: (Cayendo al suelo) ¡AH!
JACQUELINE: Simon. Simon.

(Simon se queja con un pañuelo rojo de sangre apretándose la rodilla.


Jacqueline se apunta a la cabeza, pero Rosalie se lo impide tirando la
pistola)
ROSALIE: ¡No!
BOUC: Rosalie, llévala con Bowers.

(Rosalie se lleva a Jacqueline que llora desesperadamente. Bouc se


acerca a Simon)

SIMON: ¡No, no no!


BOUC: Iré en busca del médico.

(La escena va a negro. Cuando vuelve la luz, está el Doctor Windlesham


con Simon y entra Bouc)

BOUC: He encontrado a Bowers, estaba en el camarote de Marie. He


dejado a Jacqueline con Bowers y Rosalie en el camarote de Bowers.
SIMON: Me ha disparado. No puedo mover la pierna.
WINDLESHAM: Bouc, ayúdeme. Levántele. (Lo ponen en el sofá) Le daré
un calmante.
SIMON: ¿Seguro que no quiere que me duela más? Así se vengaría.
WINDLESHAM: Tiene el hueso roto. Hay que ir a un hospital.
SIMON: Ha sido una estupidez por mi parte irritar a Jacquie.

(Aparece Rosalie)

ROSALIE: Sí. Ya. A buenas horas. Quizás merecías esa bala.


SIMON: No la dejéis sola. Podría hacerse daño.
ROSALIE: No lo hará. Bowers le ha dado un calmante que la tranquilizará
y está con ella.
BOUC: Ve con ellas Rosalie.
ROSALIE: Sí. Será lo mejor.
WINDLESHAM: Bouc, ayúdeme. Llevaremos a simon a mi camarote para
que pueda observarle la herida durante la noche.
(Salen todos de escena. Negro. Se oye un grito de Louise. Entran en
escena Windleshan y Poirot)

WINDLESHAM: (Devastado) Dios mío.


POIROT: ¿Hora de la muerte?
WINDLESHAM: Hace 6 horas. 8 a lo sumo. Entre la media noche y las 2
de la madrugada. No hay indicios de forcejeo. Murió mientras dormía. Al
menos, no se enteró. Acercaron el arma a la cabeza. Hay quemaduras en
la sien... Dios (respira). Una sola bala. Pistola de calibre pequeño.
Posiblemente un 22.
POIROT: Parece un juguete.
BOWERS: ¿Podría venir alguien a relevarme? ¿Qué pasa? ¿Hay alguien
enfermo?
POIROT: Alguien ha muerto. Linnet Doyle.
BOWERS: ¡¿Linnet?! ¡¿Qué?! ¡¿Qué dice?! ¡¿Cómo?!
POIROT: Me temo que Jacqueline de Bellefort ha llevado a cabo su
amenaza.
BOWERS: No. Eso es imposible He pasado la noche con ella. Ha dormido
en mi camarote. Como un tronco.
POIROT: ¿Salió usted aunque fuera un momento? ¿Se ha alejado de su
lado o se ha dormido?
BOWERS: ¡No! Ni un segundo. ¡No! No he pegado ojo. Y de haber sido
así, como temía que podía hacerse daño, le di morfina como para
tumbar a un elefante.
POIROT: ¿Estuvo alguien más con usted?
BOWERS: Rosalie Otterbourne. Le diré que venga y yo volveré al
camarote con Jacquie.

(Salen Bowers y entran Rosalie y Bouc)

POIROT: ¿En algún momento perdió de vista a Mademoiselle de


Bellefort?
ROSALIE: Nunca. No.
BOUC: Así que Jacquie no pudo haberla matado.
POIROT: ¿Qué hizo usted cuando la dejó con la Señorita Bowers?
ROSALIE: Volví al salón para buscar el arma y guardarla. La lancé de las
manos de Jacquie hacia el suelo. Pero cuando vinimos ya no estaba.
BOUC: Yo quería despertarle a usted.
ROSALIE: Yo no le dejé.
POIROT: ¿No deseaba mi ayuda?
BOUC: No siga por ahí. Ella era amiga de Linnet.
ROSALIE: Tranquilo. Es un sabueso, deja que olfatee. Simon estaba con
el médico y Jacquie con la enfermera. Me pareció una riña de
enamorados, no un caso para un detective.
POIROT: ¡Ah! Sin embargo, el misterioso caso del arma desaparecida.
Alguien la localiza en algún momento entre que ustedes llevan a Simon
Doyle al camarote del médico y su vuelta. Y, presuntamente, la usa para
cometer el asesinato de Linnet Doyle y separar a los amantes para
siempre. Bouc, que el capitán drague la zona que rodea al barco.
Informaré a Simon Doyle. (Se oye el llato de Simon desde dentro) Parece
que alguien lo ha hecho por mí.

(Rosalie se va de escena. Entra Simon desconsolado)

SIMON: Linnet, ¡no! ¡Fue Jacquie! Ojalá se muera. ¡La mataré!


POIROT: Jacqueline de Bellefort no es la asesina.
SIMON: ¡Anoche me disparó!
POIROT: Tiene coartada para toda la noche desde el momento en que
disparó el arma contra usted.
SIMON: Ayúdeme, por favor. Le suplico que descubra quién mató a mi
mujer.
POIROT: ¿Sospecha usted de alguien?
SIMON: Todo el mundo quería a Linnet.
POIROT: Aún así, su esposa dijo que no se sentía a salvo con nadie.

(Pausa)

SIMON: Había... algunas cosas. A mí no me entusiasmaba que su antiguo


pretendiente estuviera en el barco suspirando por ella continuamente.
Linnet dijo algo de Salomé. Algo de un incidente que pasó hace años.
Pero no sé más.
POIROT: ¿Qué me dice de su criada Louise Bourget? ¿Hubo alguna
discrepancia?
SIMON: Simplemente se le olvidaron algunas cosas en el hotel.
Tonterías. El esmalte de uñas... Nada... Louise lleveba muchos años con
Linnet. Incluso se encargaba de su collar.
POIROT: (A Bouc) Traiga el collar.
SIMON: Está junto a la cama.
POIROT: Merci Bouc.
(Bouc sale de escena)

SIMON: Todo el mundo quería a Linnet.


POIROT: Quizás no fuera así, Señor Doyle.

(Entra Bouc)

BOUC: El collar no está.


POIROT: Dígale a Louise que pase.
BOUC: (Llamando) Señorita Bourget.

(Entra Louise a escena)

POIROT: ¿Vió el collar cuando entró esta mañana cuando entró en el


camarote?
LOUISE: Lo que vi fue a la Señora... muerta. Tiré todo y salí corriendo.
POIROT: ¿A qué se refería ella el otro día cuando dijo que venir a Egipto
para su luna de miel fue idea suya?
LOUISE: Ah... (mira a Simon incómoda)
POIROT: Quizá la Señorita Bourget necesite más intimidad para
responder a estas preguntas. (A Bouc) Lleve al Señor Doyle...
LOUISE: Mais non. Prefiero que Monsieur Doyle se quede. Así no me
podrá acusar de tener secretos.
POIROT: ¿Acusarle de tal cosa?
LOUISE: Oui. Ella puso fin a mi compromiso. El año pasado la Señora
Linnet dió una fiesta. Un hombre habló conmigo y... y luego se me
declaró. Yo se lo comuniqué a la Señora. La Señora sospechaba de sus
intenciones conmigo. Yo era... Una simple criada. Hizo que le
investigaran. Tenía deudas. Ella le propuso pagárselas si me abandonaba
para saber si su cariño era verdadero. (Pausa) Él me abandonó. Por mi
bien, según dijo ella. Si me hubiera dado a mí ese dinero, como dote, yo
habría hecho mi vida.
POIROT: ¿Qué hizo usted anoche cuando dejó a la Señora?
LOUISE: Fui directamente a mi camarote.
POIROT: ¿Fue a algún otro sitio? ¿Vió u oyó algo más?
LOUISE: (Llorando. A Simon) Perdóneme Señor. De haber salido de mi
camarote a fumar, podría haber visto al asesino entrar o salir de su
camarote.
POIROT: ¿Pero salió o no salió? ¿Qué es esto?
LOUISE: No. Es que... Sí... Sí que fumé, pero en el camarote. No me
miren de ese modo, me pongo muy... (A Simon) Por favor. Usted sabe
que éramos confidentes. A veces yo era muy infantil, pero sólo eso.
Dígaselo. Yo nunca le haría daño a la Señora.
SIMON: (Mirando a Louise fijamente) Sí. Por supuesto. Tranquila. Aquí
nadie te está acusando de nada. Sé que todos estos años has cuidado de
Linnet y te garantizo que yo me ocuparé de ti. (Mirando a Poirot y Bouc)
Ya es suficiente. Creo que podemos dejar que se vaya, ¿no?
POIROT: Claro que sí. Puede marcharse Señorita Bourget.

(Louise se va de escena)

BOUC: ¿Cree que el móvil del asesinato es el collar?


POIROT: He visto envenenar por menos. Bouc, mande registrar todos los
camarotes en busca del collar. Y pregunte cómo va el drenaje del río.
Llévese al Señor Doyle a descansar y haga llamar al Doctor Windlesham.

(Se va Bouc ayudando a Simon. Entran Bouc y Windlesham)

POIROT: Doctor Windlesham, usted acudió a este evento a pesar de su


evidente... afecto. ¿No le importaba verla con otro hombre?
WINDLESHAM: A Linnet no podías decirle que no. Ella me invitó.
POIROT: Permítame una pregunta sobre... su pasaporte. Se hace llamar
Doctor Windlesham, pero ese no es su apellido natal.
WINDLESHAM: No.
POIROT: Lord Windlesham.
WINDLESHAM: De nacimiento. No adquirido. Lo que hago como Lord
Windlesham pertenece al mundo de la aristocracia. Lo que hago como
médico, es mío.
POIROT: Y el Doctor Windlesham vieja mucho, ¿eh? La India... África...
WINDLESHAM: Gran parte del mundo no tiene acceso a la medicina
moderna a la que estamos acostumbrados.
POIROT: La nobleza suele dedicarse a disfrutar de su nobleza.
WINDLESHAM: Linnet se burlaba de mí por eso. Decía que no pensaba ir
de luna de miel a una choza de barro.
POIROT: Siempre fue tierno con ella. ¿Qué piensa de su marido?
WINDLESHAM: No le conozco bien. Pero, lo que conozco, no lo
recomiendo.
POIROT: Es lo propio. El Señor Doyle dirige las sospechas hacia usted.
WINDLESHAM: ¿Hacia mí? Estuve con él toda la noche.
POIROT: Sin duda. Le inyectó un opiáceo muy fuerte y lo durmió. Pudo
haberlo dejado en cualquier momento sin que nadie lo viera. ¿Él le pidió
esa inyección?
WINDLESHAM: Le dolía mucho.
POIROT: En su maletín había medicinas más fuertes que habrían
bastado. Aprovechó la oportunidad que se le presentó.
WINDLESHAM: ¿Qué? Yo no aproveché nada.
POIROT: Ella fue cruel, ¿no? Alardeó de su amor y le hizo venir como a
un perrito faldero. Verlos le hacía daño. Y, al igual que un narcótico, una
bala podría acabar con su dolor. Un Lord exige obtener lo que quiere y
usted lo es.
WINDLESHAM: ¡¿Qué quiere que le diga?! ¡¿Qué quiere que le diga?!
¿Que sé que hago el ridículo? (Respira profundamente) No soy un necio.
Yo no era lo que ella quería. Lo sabía. Eso me daba igual. Pero, cuando se
casó con Simon, reconozco que estuve pensando en suicidarme. Todos
creían que nuestro compromiso era por las familias, por la prensa, por la
maldita parafernalia del mundo aristocrático. La lástima es que... yo la
amaba.

(Windlesham se marcha con la cabeza agachada)

POIROT: (A Bouc) Haga llamar al Señor Katchadourian.


BOUC: (Llamando) Señor Katchadourian.

(Entra Andrew Katchadourian)

POIROT: La pequeña Linnet y el primo Andrew.


ANDREW: La conocía desde que éramos niños.
POIROT: ¿Sabía del rencor que despertaba la familia?
ANDREW: Mucho más que rencor. Su padre se hizo rico arruinando a
personas ricas. Linnet continuó esa práctica.
POIROT: ¿Oyó usted algo del ajetreo de anoche?
ANDREW: A las 11 ya estaba roncando.
POIROT: Los contratos que le dió a firmar, ¿son importantes?
ANDREW: Sí. Lo son. (Mirando la carpeta) Lo eran. Sin Linnet habrá que
replantear la propiedad.
POIROT: ¿Puedo verlos?
ANDREW: Discúlpeme. Son confidenciales. Debo pedir respeto por la
fallecida.
POIROT: Da igual. Sé lo que contienen.
ANDREW: Eso lo dudo mucho.
POIROT: Creo que amplían su derecho a administrar la propiedad de
Madame Doyle, a pesar del matrimonio.
ANDREW: ¿Cómo? ¿Quién se lo ha dicho?
POIROT: Yo soy Hércules Poirot. Nadie me dice nada. Tengo ojos que
ven y un cerebro que piensa. Y lo que piensa de usted no es bueno.
ANDREW: (Indignado) ¿Cree que yo la maté?
POIROT: ¿La mató usted?
ANDREW: Yo no obtengo ni un solo dolar por esa muerte, Señor Poirot.
Lea usted el testamento que revisé. La madrina de Linnet es quien
hereda. Su marido hereda el resto por ley. No verá mi nombre en
ninguna parte.
POIROT: Tal vez la intención no era heredar, si no más bien ocultar.
Usted tenía el control de su inmensa fortuna. No había problema alguno
mientras no hubiera nada impropio, ¿no? Ninguna especulación por
parte del fiel primo Andrew cuando los mercados se hunden.
ANDREW: Eso no es nada que usted pueda probar en un barco.
POIROT: Usted pretendió obtener una firma mediante artimañas de la
pequeña Linnet y fracasó. Sabía que sólo era cuestión de tiempo que la
vista aguda de Linnet descubriera sus robos. A no ser que le cerrara los
ojos para siempre.
ANDREW: Verá. Dado mi trabajo, Señor Poirot, a menudo tengo que
transportar artículos como cuadros que valen millones y requieren
protección. De ahí que, si hubiera querido matarla (sacando una pistola),
habría utilizado esto.
POIROT: Una 45.
ANDREW: Sí.
POIROT: Puede irse.

(Andrew se va)

BOUC: Una 45. ¿Por qué volver a por el arma de Jacquie si tenía esa?
PIOROT: No lo hizo. Llame a la Señorita Bowers. Ella podría saber algo
importante.
BOUC: (Llamando) Señorita Bowers. (Van a entrar Bowers y Marie y
Bouc para a esta última y se la lleva fuera) Sólo ella, si no le importa.
MARIE: (Yédose a regañadientes) Pues claro que me importa.
POIROT: Cuando estuvo en vela con Mademoiselle de Bellefort,
¿recuerda si ella lanzó amenazas contra Linnet Doyle?
BOWERS: No. Eran contra ella misma. Quería refugiarse en el alcohol y
no salir de ahí. Por eso le di tanta morfina.
POIROT: Es una suerte que usted haya venido. ¿Cuánto tiempo lleva de
enfermera acompañante?
BOWERS: (Pensando) Ummmm. Pues ya va... para 10 años. Todos con la
Señora Van Schuyler, así que... es como si fueran 20. El trabajo me llegó
tarde en la vida.
POIROT: Ajam. Tras haber perdido su fortuna.
BOWERS: ¿Fortuna? ¡Ja!
POIROT: El gusto refinado hay que adquirirlo y aquí está suspirando por
las trufas y el cangrejo boreal. Además su... vestido Channel, su equipaje
Vuitton... todo el sumun de la abundancia de hace una década usado y
remendado. ¿Cuántos años dijo usted que llevaba sin tomar caviar?
BOWERS: (Pausa) Fueron muchos los que perdieron la fortuna en el
crack.
POIROT: Muchos por culpa de papá Ridegway y sus prácticas
comerciales agresivas. Tal vez eso explique su reacción ante... el alquiler
de la propiedad de Linnet en Londres, ¿eh?
BOWERS: (Pausa. Agacha la cabeza y cierra los ojos recordando. La
levanta como con vergüenza) En su día... lo llamaban el edificio Bowers.
POIROT: (suspirando y entendiendo la pérdida) Ajam.
BOWERS: Empleábamos a más de mil personas. Buenos sueldos.
Repartíamos riqueza, cuando la había. Muchos eran... como de la
familia. Hubo quien ya no encontró trabajo. Y sí. Añoro el caviar. Pero a
ellos mucho más.
POIROT: Y usted. Con ese sentimiento. Y cuidando a Mademoiselle de
Bellefort dormida por la morfina. Tenía libertad para volver y buscar el
arma
BOWERS: ¡No!
POIROT: ¡Y matar a Linnet Doyle mientras dormía!

(Interrumpe Marie, seguida de Bouc)

BOUC: Ha pedido verla a solas.


MARIE: Deje de entrometerse.
POIROT: ¡Ah! Tenemos visita. No puede estar sin la Señorita Bowers ni
un momento. Por favor, siéntese con nosotros.
BOWERS: Acaba de acusarme de haber matado a Linnet.
POIROT: No, no, no, no, no. Simplemente he sugerido... eh... una
posibilidad.
MARIE: No estoy de acuerdo con este interrogatorio. ¿Quién es usted
para hacernos preguntas?
POIROT: No soy más que el trabajador. El jornalero cualificado. El héroe
de sus fantasías económicas.
MARIE: Eso me tiene sin cuidado. Igual que usted. Se supone que debe
encontrar a la persona que ha matado a mi ahijada. Nunca tuve (se
emociona) mis propios hijos. Tenía a Linnet.
POIROT: Sin duda sabrá que es usted la principal beneficiaria del
testamento de Linnet.
MARIE: (Indignada) ¿Me está acusando de asesinato?
BOUC: ¡Oh, no! Él acusa a todo el mundo.
POIROT: Es un problema. Lo admito.
MARIE: (Indignada) ¿Cree que yo sería capaz de matar a mi propia
ahijada por dinero? En su día, renuncié a una fortuna. A mí me importa
un bledo el dinero. No veo porqué seguir con esta conversación. (A
Bowers) ¡Vámonos! (Bowers se leventa)
POIROT: el servicio de este barco tiene los camarotes impecables. ¿No
es cierto? Un personal de limpieza de primera clase.
BOWERS: Está desvariando.
POIROT: Hacen las camas a diario doblando las sábanas por la esquina
45 grados tipo hospital. Es perfecto. Salvo, por ejemplo, el día de nuestra
partida, cuando las camas estaban permitiendo que el cubrecama
quedara suelto por los lados. Pero, ¿saben?, cuando vi a Mademoiselle
de Bellefort dormida en su camarote el tercer día de travesía, la cama
estaba exactamente igual que el primer día de viaje. Todavía intacta.
Bouc, ¿en qué camarote encontró a la Señorita Bowers cuando buscaba
su ayuda?
BOUC: En el de la Señora Van Schuyler.
POIROT: Me hago una pregunta. Una mujer, en quien el ardor contra las
clases y el materialismo es muy intenso, ¿y aún así tiene una sirvienta?
No. Su sirvienta no es sirvienta. Ni enfermera. Sólo compañera.
Pongamos nombre al motivo. Amor.

(Bowers agacha la cabeza y se abraza a Marie llorando)

MARIE: No. Tranquila, tranquila. Estaremos bien.


POIROT: Y sé una cosa. Las personas matan por amor.
CAMARERO: (Trayendo una pistola envuelta en un pañuelo mojado)
¡Hemos encontrado algo!
BOWERS: Es tu fular.
MARIE: Pero... lo había perdido el día que fuimos al templo.
BOWERS: Cierto. No sabíamos donde estaba.
POIROT: (Desenrollando el fular) Ha vivido una aventura en su ausencia.
Su fular tiene ahora agujeros de bala.
BOUC: Con él amortiguaron el sonido del disparo.
POIROT: Y un pañuelo manchado de sangre y el arma de calibre 22 que
pertenece a Jacqueline de Bellefort.
BOUC: (Abriendo la pistola) Faltan dos balas.
CAMARERO: Regresamos de inmediato a Asuán.

(Se van el Camarero, Marie y Bowers)

POIROT: (A Bouc) Haga llamar a Salomé Otterbourne.

SALOMÉ: (Flirteando) ¡Uuuhhh! Me encanta esto. Toda la fuerza de su


poderosa atención. Su gran mente. Toda para mí.
POIROT: El flirteo, aunque es gustoso, no le servirá.
SALOMÉ: (Con la misma actitud) Una mujer le muestra un poquito de
interés y usted cree que es sólo para ocultar una culpa. (Poirot se ríe)
fuera quien fuera, debió de hacer estragos en usted. Esa máscara le
cubre toda la cara, ¿verdad?
POIROT: (Hace una pausa y se pone serio) Usted conocía a Linnet Doyle
antes de venir a este barco, ¿no?
SALOMÉ: De pasada.
POIROT: ¿No le caía bien?
SALOMÉ: Quiero ser educada.
POIROT: Monsieur Doyle mencionó un incidente con la víctima hace
mucho tiempo. Un motivo para una posible animadversión.
SALOMÉ: Una piscina. Verano del ‘24. Todavía yo no era nadie. Había
actuado en el hotel y... quise que Rosalie se bañase antes de
marcharnos. Entonces, una niñita se quejó a su papá por tener que
bañarse con alguien de clase baja. Nos dijeron que nos fueramos, pero,
como no hice ningún caso, nos echaron a empujones. No estaba segura
de que ella se acordara. Yo sí.

(Entra Rosalie)

ROSALIE: Fue en el ‘25.


SALOMÉ: Y ella también.
POIROT: Ella la humilló delante de su pupila.
SALOMÉ: Monsieur Poirot, si hubiera metido un balazo a todos los que
me han despreciado por no aceptar sus normas, el mundo estaría
repleto de mujeres blancas muertas.
ROSALIE: En aquel entonces Linnet era una niña... que aprendió de un
mal padre. Pero se hizo mi amiga en el internado y permitió que el resto
también lo fuera. A decir verdad... era tan fácil... odiarla como quererla.
(Emocionada) Yo hice ambas cosas.
POIROT: Ha sido una respuesta sincera. Gracias por su tiempo.

(Salomé y Rosalie se van a ir y Poirot las interrumpe)

POIROT: ¡Ah! Una última pregunta. Es una curiosidad que tengo. Su


tocado. Je, je, je. Al estilo de un turbante. Todas las veces que la he visto
siempre ha llevado uno así, peo está un poco pasado de moda, ¿no?
SALOMÉ: No si soy yo quien lo lleva.
POIROT: Si tuviera... la bondad, por favor, de quitárselo.
ROSALIE: No, no.
SALOMÉ: Ja, ja. No pasa nada Rosie. Está buscando una respuesta que ya
conoce. (Se quita el turbante y dentro hay una pistola)
POIROT: Calibre 22. Igual que la que mató a Linnet Doyle.
SALOMÉ: La he utilizado tres veces. Dos en defensa propia y una por ira.
Le aseguro que anoche no fue esa última. Dígame usted si miento.

(Euphemia interrumpe)

EUPHEMIA: ¡Señor Poirot! Monsieur.


POIROT: Interrumpe en el peor momento.
EUPHEMIA: (Mostrando el collar) Se supone que usted es el detective y
yo he encontrado esto.
POIROT: Pueden retirarse Señoritas Otterbourne.

(Rosalie y Salomé se van. Entra Bouc)

EUPHEMIA: Estaba en un cajón de mi neceser. Perfectamente colocado.


Sabe que yo no lo he cogido.
POIROT: No. Por eso nuestro asesino lo ha confiado a su cuidado. Para
devolverlo. A no ser...
BOUC: ¡Poirot!
EUPHEMIA: ¿A no ser qué?
POIROT: A no ser que usted se llevara el collar para desviar las
sospechas. Es fácil lanzar las pruebas por la borda del barco. Aquel que
lo halla puesto en su neceser, hace ostentación del descubrimiento.
BOUC: ¿Por qué iba mi madre a asesinar a Linnet?
POIROT: Según usted, su madre estaba furiosa con Linnet por haberle
emparejado con Rosalie. Linnet presentó a su hijo a una chica de la que
usted no se fía Madame.
EUPHEMIA: Tenga usted por seguro que si llevara una bala en el bolsillo
para corregir el mal gusto de mi hijo no la emplearía con la Señora
Doyle.
BOUC: Madre, no lo complique, por favor.
POIROT: Quizá, pero he visto sus excelentes cuadros. Son los de una
mujer paciente que, con el tiempo acaba obteniendo los efectos que
pretende y que, con diligencia, planeó que yo estuviera a bordo de este
barco, aunque desviando, sin embargo, mis sospechas hacia otra
dirección.
EUPHEMIA: Ese es un asunto privado.
POIROT: Ese es un asunto concluído, Madame.
EUPHEMIA: ¡Ya basta!
POIROT: Sí, Ya basta. Ahora ya puedo presentar las conclusiones de mi
otro caso. El caso más secreto. Y ponerle fin.
BOUC: El caso más secreto. ¿Qué? ¿A qué se refiere? ¡Madre!
POIROT: (Se asoma) Entren por favor. (Entran Rosalie y Salomé a escena)
Bouc. Es a mí a quien le toca confesar. Cuando nos encontramos “por
casualidad” le dije que me había tomado unas vacaciones cuando, en
realidad, estaba y he estado trabajando en un caso.
BOUC: ¿En qué caso?
POIROT: Usted. A petición de su madre, Madame Bouc, que me envió un
telegrama angustiada unas semanas antes.
BOUC: ¿Mi madre angustiada?
POIROT: Se me solicitó que siguiera a las Otterbourne para determinar el
caracter de la empresaria que le había robado el corazón.
BOUC: (A su madre) ¿Has sido capaz?
EUPHEMIA: ¡Soy tu madre! He hecho cosas peores.
POIROT: Para ello, tuve que consumir muchas horas de música blues que
debo... confesar que... no creí que me gustase, pero me gustó mucho tal
como la interpreta Madame Otterbourne. Fue algo muy... muy insólito
en mí, pero me sentó bien. (A Bouc) Lo siento.
EUPHEMIA: Tenía que conseguir que vieras lo que es ella ¡Dígaselo
detective!
POIROT: Se lo diré Bouc. Observando a Rosalie Otterbourne. Revisando
sus libros de contabilidad. Sí, le pido perdón Señorita.
ROSALIE: Sabía que no era un error.
POIROT: Puedo decir que juega a menudo, aunque es verdad que a
menudo gana. Además, bebe poco, da buenas propinas, paga bien a sus
empleados y paga sus impuestos siempre a tiempo. Rosalie es diligente.
Es franca y directa. En los negocios roza el virtuosismo. Una pena que al
piano no de la nota.
ROSALIE: (Sarcástica) ¡Ja!
POIROT: En cuanto a su madre adoptiva. Bebe con exceso dos veces por
semana. Fuma cigarrillos de composición diversa. Y afirmaría que, por lo
menos, dos de sus matrimonios no acabaron de forma estrictamente
legal. Pero posee una personalidad magnífica. (Salomé sonríe adulada)
Todavía no sé quién mató a Linnet Doyle, pero sé una cosa. Rosalie está
profundamente enamorada de su hijo y sus virtudes superan a las de él.
Es más que apta. Es una joya. (Rosalie se emociona)
CAMARERO: (Interrumpiendo abruptamente) ¡Hemos encontrado un
cuerpo!

(Salen todos y se va a negro. Vuelve la luz. Entra Poirot seguido de


Windlesham y el resto)

POIROT: Confirmado. Es Louise Bourget.


WINDLESHAM: No murió ahogada. El cadáver lo arrojaron después.
Debió de quedar atrapada en la paleta del barco. La mataron a bordo.
Hace una hora, como mucho. En su bolsillo tenía dinero, manchado de
sangre.
POIROT: Louise Bourget insinuó que quizás podría haber visto al asesino
de Linnet escapar. Si, efectivamente, así hubiera sido, podría haber
ofrecido su silencio por una cantidad de dinero. Un chantaje. Pero el
asesino prefirió que su silencio fuera sepulcral.
WINDLESHAM: El corte es limpio. En la garganta. Una hoja corta. Muy
afilada. Como... como un...
POIROT: Como un bisturí.
ANDREW: (A Windlesham) ¡Usted! ¡Usted las mató a las dos! El bisturí es
suyo. Él mató a Louise porque le vió salir del camarote de Linnet. ¡Desde
entonces no ha hecho más que mentir!
WINDLESHAM: Usted es en quien Linnet nunca debió confiar. Siempre
le decía que su bufete le estaba estafando millones.
ANDREW: (A Windlesham) ¡Asesino!
POIROT: ¡Basta! Debo llevar a cabo una última entrevista. LE pido que
esté presente como testigo Señor Doyle. (Simon asiente) Márchense
todos. Bouc, usted no.
BOUC: ¿Qué?
POIROT: ¿Cuándo conoció a Linnet Doyle?
BOUC: ¿Ahora soy sospechoso?
POIROT: ¿Cuándo conoció a Linnet Doyle?
BOUC: Conozco sus trucos. Ya he visto este espectáculo desde el otro
lado de la mesa. (Pausa) La conocí hace mucho. No éramos... íntimos.
Sólo conocidos. Mis padres consideraban a los suyos de la misma
categoría, así que... Nos criamos en las mismas fiestas y acabamos...
besando a amigos comunes. No puede pillarme en nada Poirot porque
no he hecho nada. Pregunte lo que quiera.
POIROT: ¿Dónde está su gabardina? (Pausa. Poirot escribe en su
cuaderno) ¿Por qué no despertó a Linnet cuando Simon resultó herido?
BOUC: Poirot. Por favor.
POIROT: Habían disparado a su marido. Usted ha demostrado siempre
tener una gran empatía. No mostró esa empatía con Linnet.
BOUC: Supuse que estaría dormida, ella... ella dijo que había tomado un
somnífero.
POIROT: ¡Memeces! Con lo que yo me había alegrado al verle, Bouc.
Pero me está mintiendo. ¡Me miente a la cara! Y ahora se convierte en
mi presa.
SIMON: ¿Qué pasa? ¿Mató el a Linnet?
POIROT: ¿Fueron usted y Rosalie? No, ella es honrada. No viviría
tranquila. Lo hizo usted solo.
BOUC: No. No fui yo.
POIROT: Volvió usted al salón con la intención de buscar la pistola y la
encontró y después fue a informar a Linnet de lo de Simon. Ella dormía.
Usted vió el collar y le asaltó la tentación. Ella despertó, le vió y le
disparó.
BOUC: Eso no es lo que pasó.
POIROT: Sólo que Louise Bourget le vió salir del camarote y le reclamó
dinero. Pero usted le ofreció un corte en el cuello.
BOUC: No. Yo no le maté.
POIROT: ¡Dos asesinatos! ¡Todo para conservar lo robado y no necesitar
permiso para la boda! Sólo la bendición.
BOUC: Yo no he matado a nadie. No encontré la pistola. Eso no fue lo
que pasó.
POIROT: No. Usted no mató a nadie. Porque la muerte de Linnet
precisaba una sincronización perfecta. Robar un fular... Usted no la
mató, pero... Sí fue al camarote de los Doyle y encontró a Linnet, ya
muerta. Supo antes de todos nosotros que la habían matado y, en lugar
de pedir ayuda, ... cogió el collar. Al decirle que había que inspeccionar
los camarotes, quiso devolverlo, pero se topó con Louise Bourget
discutiendo con alguien. Exigiendo... dinero. Vio cómo le cortaban el
cuello. Vió cómo la asesinaban.
SIMON: ¿Sabe quién mató a Louise?
POIROT: Pero no podía decirlo sin confesar su robo y escondió el collar
en el neceser de su madre. A ella nadie la acusaría. Y guardó silencio.
Pero tenía sangre de Louise en la gabardina
BOUC: En caso de que decidiera... confesarlo todo ¿Qué me pasaría?
POIROT: Afrontará una condena por robo, le espera la cárcel.
BOUC: Perderé a Rosalie.
POIROT: Ella le quiere.
BOUC: No puedo.
POIROT: No permita que un asesino quede libre para salvarse usted.
BOUC: (Llorando) Quise contárselo a usted. Únicamente pensaba en lo
feliz... En lo feliz que podría ser. Podríamos huir y casarno. Sin
obligaciones. Seríamos libres
POIROT: ¿Cuándo conoció a Linnet Doyle?
BOUC: ¿Ahora soy sospechoso?
POIROT: ¿Cuándo conoció a Linnet Doyle?

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