Ejecuciones Fiscales
Ejecuciones Fiscales
Ejecuciones Fiscales
Art. 449º - Régimen. Las acciones especiales que se regulan en este título se rigen
por sus disposiciones y sólo supletoriamente por las restantes disposiciones del código.
Concordancias con el CPCCN: Este artículo no tiene concordancia expresa con el CPCCN,
aunque se observa a modo de ejemplo que el artículo 542 del CPCCN señala en su tercer y
cuarto párrafo la aplicación de normas contenidas en otros Libros de aquél cuerpo legal.
COMENTARIO
Las acciones especiales a las que se refiere el artículo 449 del CCAyT son: el juicio
de ejecución fiscal (Capítulo II), la desocupación de bienes del dominio privado del Estado
(Capítulo III) y la revisión de cesantías o exoneraciones a empleados públicos (Capítulo
IV).
Todas ellas se rigen, en primer término, por las disposiciones que las regulan en sus
respectivos capítulos y por las demás normas del Código ante la ausencia de norma
específica.
Así resultan de aplicación supletoria los Títulos: II “Las reglas procesales”, en
especial los capítulos I a VIII (excepcionalmente lo será el capítulo XI que trata sobre la
intervención de terceros); III “Actos procesales”; VI “Recursos”; VII “Modos anormales de
terminación del proceso”, X “De la prueba”, (excepto lo referido a la prueba de testigos y
excepcionalmente procederá la prueba pericial) y XII “Procesos de ejecución – ejecución de
sentencias”.
CAPITULO II
JUICIO DE EJECUCIÓN FISCAL
Concordancias con el CPCCN: Este artículo guarda cierta similitud con el artículo 604 del
CPCCN, aunque adaptado en su redacción a la realidad normativa de la Ciudad Autónoma.
COMENTARIO
5
TSJBA, 13/11/02, “Buenos Aires Container Services S.A. s/ queja por recurso de inconstitucionalidad
denegado en ‘Buenos Aires Container Services S.A. c/ GCBA s/ otros procesos incidentales’ ”; Cám. Cont.-
Adm. y Trib. CABA, Sala I, 26/8/03, “Selectora Géminis SA c/ GCBA s/otros procesos incidentales y Cám.
Cont.-Adm. y Trib. CABA, Sala I, 2/9/03, “Corporación de alimentos S.A.C.I.F. c/ GCBA s/impugnación de
actos administrativos”, entre otros.
Concordancias con el CPCCN: concordante parcialmente con los artículos 605 y 544 del
CPCCN
COMENTARIO
Las excepciones previstas por el CCAyT son más amplias que las contempladas en
el Código Procesal Civil y Comercial de la Nación y en la ley federal Nº 11.683. Éstas son
aún más acotadas.
En el CPCCN, el artículo 544 enumera como excepciones procedentes: la
incompetencia; la falta de personería en el ejecutante, en el ejecutado o en sus
representantes, por carecer de capacidad civil para estar en juicio o de representación
suficiente; litispendencia en otro juzgado o tribunal competente; cosa juzgada; falsedad
material o inhabilidad extrínseca del título; falta de legitimación para obrar pasiva en el
legitimado; pago total o parcial documentado, compensación de crédito líquido; quita,
espera, remisión, novación, transacción, conciliación o compromiso documentado y
prescripción.
La ley Nº 11.683, en el artículo 92, prevé como excepciones la de: pago total
documentado; espera documentada; prescripción e inhabilidad de título por vicio extrínseco.
Si bien la primera parte del artículo prevé la posibilidad de que el ejecutado pueda
pagar en el momento de la intimación, la totalidad de los Juzgados de primera instancia del
fuero contencioso administrativo y tributario de la CABA han decidido que la intimación de
pago se efectúe por medio de cédula, y otorgan un plazo de cinco días para depositar
judicialmente el importe reclamado, más lo presupuestado para intereses y costas.
Tal situación tuvo su origen en el hecho de que al iniciar el Fuero sus actividades
(02/10/2000), no se habían designado todavía oficiales de justicia, sino sólo oficiales
notificadores y el Reglamento General de Organización y Funcionamiento del Poder
Judicial de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Resolución Nº 152/99 del Consejo de la
Magistratura de la CABA), al determinar el procedimiento para la percepción de dinero u
otros bienes, dentro de las diligencias de notificación o secuestro, sólo menciona a los
primeros (Título II, Cap. IV, pto. 2.21). Puede sostenerse que los oficiales notificadores no
se encuentran facultados para recibir dinero por parte de los ejecutados6.
De tal manera, cabe señalar que el depósito efectuado dentro del plazo para oponer las
excepciones previstas en este artículo surte el mismo efecto que el pago realizado al
momento de la intimación.
Asimismo, la intimación que se realiza importa también que el ejecutado quedará
citado de venta, excepto que la intimación de pago resulte inválida por algún defecto o vicio
en su diligenciamiento. A partir de ese momento, entonces, corre el plazo para oponer las
siguientes excepciones:
15
art. 11 del Dec. 42/02.
16
Cám. Cont. Adm. y Tributario, Sala I, 25/11/04, “GCBA c/ Danisant SA s/ ejecución fiscal”.
17
BUSTOS BERRONDO, Horacio, “Juicio Ejecutivo”, 3ª. ed. actualizada, La Plata, Librería Editora Platense
S.R.L., 1981, página 207; URRESTI Patricio Esteban y PASQUALINI Ana Elisa Defensas admisibles en el
juicio de ejecución fiscal en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, XXXIV Jornadas
Tributarias, Colegio de Graduados en Ciencias Económicas. Noviembre de 2004, página 361.
18
Cám. Nac. Civ., Sala C, 7-III-1991, SJ691, D.J., 1993 –2-798; Juzgado Nº 5 Cont. Adm. y Trib. de la
CABA, Secretaría Nº 10, 10-09-02,“GCBA c/Castro Oscar s/ejecución fiscal”.
19
URRESTI, Patricio Esteban y PASQUALINI, Ana Elisa, ob. cit. página 362.
20
Al decir de URRESTI-PASQUALINI (ob. cit. página 362) por tratarse de un supuesto de extinción
documentada de la deuda, ya que las normas que regulan los planes consideran que, en estas condiciones, el
plan extingue por novación a la deuda originaria.
21
BALBIN, Carlos F. (director), “Código Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad de Buenos
Aires”. Comentado y concordado, comentario al art. 451, 1ª edición, Buenos Aires, LexisNexis/Abeledo-
Perrot, 2003, página 866.
de Pago mediante la presentación de los recibos correspondientes (...) y siendo que las
costas y gastos del juicio se encuentran incluidos en el citado plan, solo resta confirmar el
archivo de las actuaciones dispuesto a fs. 3322”.
En lo que se refiere al trámite que debe darse a las ejecuciones fiscales en las que se
suscribió un plan de facilidades, se consideró: “[e]l art. 24, decreto n° 2076/01 —
reglamentario de la ley n° 671— dispone que el acogimiento válido al plan de facilidades
previsto en la ley antes citada, produce la paralización de los juicios de ejecución fiscal
seguidos contra el contribuyente, hasta la cancelación total de la deuda. Asimismo,
(…) establece que el acogimiento implica el reconocimiento de la pretensión del fisco por el
ejecutado, encontrándose facultada la administración para solicitar el dictado de la sentencia
sin más trámite, cuya ejecución queda supeditada al total cumplimiento del plan de
facilidades solicitado23”, motivo por el cual, según dicha jurisprudencia, los magistrados
deben mandar llevar adelante la ejecución y supeditar la ejecución, o no, de la sentencia al
cumplimiento del plan de facilidades.
De esta manera, la Cámara del fuero resuelve cada caso de acuerdo a las normas que
regulan cada plan, que generalmente autorizan el dictado de una sentencia condicional,
supeditada al cumplimiento de las obligaciones asumidas por el suscriptor, o bien importan
el allanamiento del contribuyente a la pretensión fiscal24.
22
Cam. Cont. Adm. y Trib. CABA, sala II, 19/03/2003, in re “GCBA c/Estado Nacional Argentino
s/ejecución fiscal”; URRESTI, Patricio Esteban y PASQUALINI, Ana Elisa, ob. cit. páginas 362/363.
23
Cam. Cont. Adm. y Trib. CABA, sala I, 26/08/2003, in re “GCBA c/ Publicar Propaganda s/ ejecución
fiscal”; 23/09/03,“GCBA C/ Inmobiliaria Posadas s/ ejecución fiscal”, entre otros.
24
URRESTI, Patricio Esteban y PASQUALINI, Ana Elisa, ob. cit. página 363.
25
URRESTI, Patricio Esteban y PASQUALINI, Ana Elisa PASQUALINI, ob. cit. página 363.
26
GIULIANI FONROUGE y NAVARRINE Camila Susana, “Procedimiento Tributario y de la seguridad
social”, Buenos Aires, Depalma, 1999, página 496.
27
Cám. Cont. Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 11/03/2004, “GCBA c/Federico Calzetta e hijos S.A.
s/ejecución fiscal”; Sala II, 28/06/2002, “GCBA c/ Harrod’s Buenos Aires Limited S.A. s/ ejecución fiscal.
28
Cám. Cont. Adm. y Trib. de la CABA, Sala II, 21/05/2004, “GCBA c/ Hipódromo Argentino de Palermo
SA s/ ejecución fiscal”; URRESTI, Patricio Esteban y PASQUALINI, Ana Elisa Pasqualini, ob. cit. página
364.
29
Cám. Cont. Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 11/03/2004, “GCBA c/Federico Calzetta e hijos S.A.
s/ejecución fiscal”; URRESTI, Patricio Esteban y PASQUALINI, Ana Elisa, ob. cit. p. 364
La jurisprudencia del fuero también desechó la posibilidad de que exista
litispendencia cuando se pretende fundamentarla en la existencia de un recurso
administrativo pendiente de resolución30.
Sin dudas, el reclamo ejecutivo de este gravamen ha sido el que más ha generado la
interposición de esta excepción.
Resulta oportuno recordar que el Código Fiscal estipula que los sujetos obligados al
pago de este tributo son: “Los titulares de dominio, inscriptos en ese carácter en el
Registro de la Propiedad del Automotor, así como los poseedores a título de dueño son
sujetos pasivos del gravamen y deben abonarlo hasta que soliciten y obtengan la baja
fiscal pertinente…”33.
De tal manera, múltiples son las situaciones respecto de la titularidad, tenencia y
posesión de automotores, que han llevado a interponer esta defensa. Entre las más
importantes deben destacarse la suscripción de un boleto de compraventa, la denuncia de
venta inscripta en el Registro de la Propiedad Automotor, el robo o hurto del vehículo y el
desguace de éste.
El primero de los casos, esto es, sustentar la defensa por medio de la presentación de
un boleto de compraventa sin que la transferencia se haya inscripto en el Registro de la
Propiedad Automotor, no ha generado dificultad en tanto el sujeto pasivo resulta ser el
titular del automotor que consta en el Registro, siendo inoponible al Fisco dicho recibo de
venta (arts. 1195 y 1999 Cód. Civil) 34. Igual respuesta mereció la presentación de una
constancia de asunción de la responsabilidad civil por parte de un tercero como fundamento
de la excepción35.
Las mayores dificultades se han presentado en los casos de contribuyentes que
entregaron la posesión del vehículo sin inscripción de la transferencia en el Registro –
únicamente suscribieron un boleto de compraventa-, pero que realizaron ante ese organismo
la correspondiente denuncia de venta.
Al respecto, resulta importante destacar la sanción en el año 1999 de la ley 25.232 -
que reformó el artículo 27 del dec. 6582/58- que obligó a los Registros de la Propiedad
Automotor a comunicar –entre otros- a la Dirección General de Rentas de la Ciudad de
Buenos Aires, las denuncias de venta que efectúen los titulares de los automóviles,
desligando a estos últimos del pago del tributo, a partir de la fecha de tal denuncia de venta.
Sin embargo, incluso en códigos fiscales posteriores a 1999 se exigía la
comunicación y acreditación de esa denuncia de venta por parte del contribuyente ante la
30
Cám. Cont. Adm. y Trib. de la CABA, Sala II, 28/06/2002, “GCBA c/ Harrod’s Buenos Aires Limited S.A.
s/ ejecución fiscal.
31
FALCON, Enrique M., “Código Procesal Civil y Comercial de la Nación anotado, concordado y
comentado”, tomo III, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1997, página 347, con cita de PALACIO.
32
URRESTI, Patricio Esteban y PASQUALINI, Ana Elisa, ob. cit. página 365.
33
Artículo 264, Código Fiscal Texto Ordenado 2007, con similar redacción en Códigos y Ordenanzas Fiscales
de años anteriores.
34
Cám. Cont. Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 24/09/2003, “GCBA c/ Mascia Miriam s/ ejec. Fiscal”; Sala
II, 14/11/2002,“ GCBA c/ “Frare Claudio s/ ejec. Fiscal”.
35
Cám. Cont. Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 05/02/2002, in “GCBA c/ Sanguino Oscar s/ ejecución
fiscal”.
Dirección General de Rentas36.
El tema que se debatió era si resultaba o no suficiente la denuncia de venta para
acreditar la falta de legitimación pasiva, y qué pasaba si el contribuyente no cumplía con la
comunicación a la Dirección General de Rentas que exigía el Código Fiscal.
Incluso para períodos anteriores a la entrada en vigencia de la ley nacional 25232,
algunos juzgados de primera instancia del fuero señalaron que era suficiente la denuncia de
venta para desobligar del pago de períodos posteriores de patentes; ello por cuanto –el
automotor– salió del patrimonio del contribuyente, por lo que intentar perseguir su cobro
implicaba gravar una capacidad contributiva inexistente.
Sin embargo, la Cámara del fuero sostuvo que dicha normativa no era aplicable
cuando las circunstancias producidas se encontraban regidas por las disposiciones vigentes
antes de 199937.
No ofrece mayores dificultades la solución cuando se trata de períodos posteriores a
1999 y el ejecutado realizó la respectiva denuncia de venta, puesto que al respecto se torna
aplicable plenamente la norma antes mencionada38.
Idéntica es la solución cuando la transferencia se inscribió en el Registro de la
Propiedad Automotor39, debido a que el contribuyente no es sujeto pasivo del tributo con
posterioridad a dicha transferencia. Al respecto se ha dicho que, en el impuesto de patentes
sobre vehículos en general, el sujeto pasivo obligado al pago es el dueño o poseedor a título
de dueño del vehículo, por lo cual el reclamo de períodos posteriores a la inscripción de la
transferencia resulta improcedente, toda vez que el demandado ya no era dueño ni poseedor
del rodado al momento de devengarse el impuesto correspondiente a dichos períodos y la
inscripción de la transferencia le es oponible al Fisco, conforme lo previsto en el artículo 1º
del decreto Nº 6582/58, por tratarse de un tercero. Así, se estableció que la baja a la que
alude el Código Fiscal no puede ser otra que la inscripción del cambio de titularidad ante el
Registro, pues de otro modo aquella norma del Código Fiscal resultaría inconstitucional por
contravenir otra de rango superior (artículo 31 de la Constitución Nacional)40.
Similar criterio se adoptó cuando el automóvil fue hurtado y tal circunstancia se
inscribió en el Registro de la Propiedad Automotor, por cuanto el contribuyente dejó de
revestir el carácter de titular inscripto del rodado y no resulta responsable del pago del
gravamen41. No obstante ello, si el ejecutado no realizó la denuncia ante la Dirección
General de Rentas las costas del proceso se impondrán en el orden causado42.
En lo que se refiere a los automotores que se entregaron para desguazar, en muchos
casos con motivo del llamado “plan canje”, se dijo que si se encontraba acreditado que el
contribuyente inscribió la baja definitiva del dominio en el Registro de la Propiedad
Automotor, dicha inscripción le era oponible a cualquier tercero –incluido el Fisco-, a partir
de esta fecha. Así las cosas, la falta de comunicación a la Dirección General de Rentas no
torna la deuda exigible en tanto ya se había procedido a desguazar el vehículo generador de
la deuda43.
36
Verbigracia el artículo 234 del Código Fiscal (t.o 2002).
37
Cám. Cont. Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 30/09/2002, “GCBA c/ Sneideroff Carlos H. s/ ejecución
fiscal”.
38
Artículo 27 del decreto Nº 6582/58 reformado por ley Nº 25.232.
39
Debemos tener en cuenta el carácter constitutivo de la inscripción.
40
Cám. Cont. Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 13/08/02, "GCBA c/ Luri, Lino R. s/ ejec. fiscal- radicación
de vehículos", en igual sentido: Sala II, 22/04/2003,“GCBA c/ Gomila, María Gemma s/ejecución fiscal". En
una línea similar: Sala I, 29/04/2004,"GCBA c/ Bernardino Rivadavia s/ ejecución fiscal-radicación de
vehículos"; íd., 01/07/2002,"GCBA c/ Gorbea, Laura Mabel s/ ejecución fiscal”; Sala II, 14/02/2002,"GCBA
c/ Cohen, Moisés León s/ejecución fiscal".
41
Cám. Cont. Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 10/09/2003, in re “GCBA c/ Cacciatore María Elisa s/
Ejecución Fiscal”, entre otros.
42
URRESTI, Patricio Esteban y PASQUALINI, Ana Elisa, ob. cit. página 366; Cám. Cont. Adm. y Trib. Sala
II, 30/12/2003, in re “GCBA c/ Campora Rodolfo s/ ejec. Fiscal”.
43
Cám. Cont. Adm. y Trib. de la CABA, Sala II, 24/05/2005, in re “GCBA c/ Ttes. Del Tejar S.A. s/ ejec.
Fiscal”. En igual sentido, la Sala I, 25/02/2005, resolvió in re “GCBA c/ MODO S.S. TTE. AUT. s/ejecución
fiscal”, que “una interpretación armónica del decreto 2345/99 permite decir que, en los casos en trámite
judicial, basta la presentación de la documentación original entregada por el RNPA, sin que sea necesaria
efectuar la baja ante Rentas”.
El pago es el modo de extinción de la obligación por excelencia. Sobre el particular,
el artículo 725 del Código Civil de la Nación dispone que “…es el cumplimiento de la
prestación que hace el objeto de la obligación”.
Sin embargo, la norma local va más allá y prevé como excepciones válidas la
configuración de cualquier otro modo de extinción de la obligación.
Para que proceda la excepción, el pago o la extinción de la obligación por otra
modalidad, requiere que esté documentado; ello podrá ser mediante la constancia expedida
por autoridad administrativa, entidad pública o privada autorizada a percibir el tributo en
su nombre o una certificación –de autoridad competente– de donde surja la inexistencia de
deuda.
La excepción resulta más amplia que la que rige para los tributos nacionales a los
que se aplica la ley Nº 11.683, ya que la norma local recoge como excepción al pago
parcial. En efecto, el artículo 92 de la ley Nº 11.683 sólo contempla la excepción de pago
total, lo que ha llevado a la doctrina a considerar el pago parcial como una excepción
implícita44.
Tal como se ha adelantado más arriba, para que prospere la excepción, el pago debe
estar documentado y cancelado el tributo antes del inicio de la demanda, si no se da este
último presupuesto, será de aplicación lo dispuesto en el artículo 452 del CCAyT.
Un ejemplo de constancia emitida por entidad privada, serían los certificados que
emite el responsable obligado por ley a realizar una retención. En una causa tramitada en el
fuero local, se consideró que procedía la excepción con la simple certificación de las
compañías de seguro emitidas como constancias de pago del impuesto sobre los ingresos
brutos45.
Además, la excepción abarca “cualquier otro modo de extinción de las
obligaciones…”. En materia tributaria, el Código Fiscal prevé dos modos de extinción de la
obligación, a saber: el pago y la compensación. Al admitir la compensación como modo de
extinción de la obligación, la normativa fiscal se aparta de lo dispuesto en el artículo 823
apartado 1) del Código Civil. Ello en virtud de la reconocida autonomía calificadora del
derecho tributario.
Existen otros modos de extinción de las obligaciones en el Código Civil de la
Nación, algunos con algún andamiaje en esta materia (novación y confusión), otros cuya
aplicación la doctrina –en general– ha rechazado de plano (transacción) 46. Para determinar la
procedencia de la excepción será necesario cotejar, por las características propias de la
materia tributaria, la viabilidad para el derecho tributario local de cada uno de los supuestos
contemplados en el artículo 724 del Código de fondo.
Como se ha anticipado, el código de forma local prevé la posibilidad de sustentar la
excepción en la expedición por autoridad competente de “… una certificación de
inexistencia de deuda que comprenda el período reclamado…”. Así, ha resultado habitual
la presentación, por parte de los contribuyentes, de certificaciones o constancias que daban
cuenta de que la deuda se encontraba abonada o bien era inexistente. Asimismo, aún cuando
esas constancias no se encontraran en poder de los ejecutados al momento del planteo de la
excepción, se requirió estos certificados por medio de prueba informativa dirigida a la
Dirección General de Rentas, e incluso los llamados “hard-copys” emitidos por la
Administración, que daban cuenta del pago de la deuda o bien de su inexistencia.
47
Cám. Cont.-Adm. y Trib. de la CABA, Sala II, 28/6/01, “Alvear Palace Hotel S.A. c/GCBA s/impugnación
de actos administrativos –incidente para elevar a Cámara–,Daniele, Centanaro (en disidencia) y Russo.
48
Cám. Cont.-Adm. y Trib. de la CABA, Sala II, 19/10/2001, “GCBA. c/Cronos SAIC s/ejecución fiscal”.
49
Cám. Cont.-Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 27/8/2004.
50
URRESTI, Patricio E., La excepción de inhabilidad de título y los requisitos de la boleta de deuda, ED, t.
210, páginas 275 a 286.
51
Estos requisitos de adaptarán según el concepto que dé origen a la boleta de deuda.
52
La Sala II del fuero, 20/03/2002, en autos “GCBA c/Egües Ignacio Julio s/ejecución fiscal”, Cám. Cont.-
Adm. Sala II, 20/3/2002 “GCBA c/Bosch Jesús”, Cám. Cont.-Adm. y Trib. CABA, sala I, 05/07/2005
“GCBA c/Durán Teresa Virginia s/ejecución fiscal” y de Sala II, 25/02/2005 “GCBA c/Scoppa Carlos
Octavio y Carlevato s/ejecución fiscal”.
53
Cám. Cont.-Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 12/12/2003, “GCBA c/ Banca Nazionale del Lavoro SA
s/ejecución fiscal” y de la misma Sala, del 30/10/2003, “GCBA c/Publicar S.A. s/ejecución fiscal, entre
otros”.
54
Cám. Cont.-Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 26/7/2005, “GCBA c/Piglia, Ricardo s/ejecución fiscal”.
La excepción por vicios extrínsecos ha tenido una amplia aplicación a casos
judiciales. Ejemplos de ello son: error al consignar en la boleta de deuda el número de
caducidad del plan de facilidades55 y falta de coincidencia entre el monto consignado en la
boleta de deuda con el que surgía de la actuación administrativa que le diera origen 56.
55
Cám. Cont.-Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 31/10/2005, “GCBA c/plan de facilidades solicitud 602107
s/ejecución fiscal”.
56
Cám. Cont.-Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 14/11/2005, “GCBA c/Mercuri Carlos Alberto s/ejecución
fiscal”.
57
CSJN, T 324 P 1924, “GCBA c/Roman S.A”, CSJN, T 325 P 1008, “DGI c/Banco 1784”, CSJN, T 327 P
4791, “Administración Federal de Ingresos Públicos c/Templar S.A.”, CSJN, T 327 P 4832, “Municipalidad
de Paraná c/Reula Emilio R.”, CSJN, T 327 P 4474, “Municipalidad de Santiago de Liniers c/Irizar, José M.”,
entre muchos otros precedentes. Cabe recordar el comentario al fallo Irizar de CASAS José Osvaldo,
Sentencia descalificada por no haber acreditado la publicación de ordenanza impositiva, La Ley 10/02/2005-
3-PET 2005, 25.
58
Cám. Cont. –Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 15/05/2003, “GCBA C/Laboratorios Beta S.A.”; Sala I, Sala
I, 23/05/2003, “GCBA c/River Plate” y Sala I, 20/04/2004, “GCBA c/Francella Guillermo”.
59
CSJN, T 324 P 1924, “GCBA c/Román S.A. Comercial”, Cám. Cont. –Adm. y Trib, de la CABA, Sala I,
30/3/2004, “GCBA c/Cohen Daniel Alejandro”, Cám. Cont. –Adm. y Trib, de la CABA, Sala I, 7/05/2004,
“GCBA c/ Lombardi Pedro Luis y ots”, Cám. Cont. –Adm. y Trib, de la CABA, Sala II, 15/05/2003, “GCBA
c/González Nora Graciela, González Cristina Mónica y Aída Teresa Meligrana”, Cám. Cont. –Adm. y Trib,
de la CABA, Sala II, 03/12/2004, “GCBA c/ Pastorini Diego” y muchos otros.
60
Cám. Cont. Adm. y Trib. de la CABA, Sala II, 08/11/2006, “GCBA c/Pixel S.R.L.”. Con similar alcance
cabe mencionar, Cám. Cont.-Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 21/09/2005, “GCBA c/La Montovana”; Sala I,
07/11/2005, “GCBA c/Orlando Néstor” y Sala II, 07/11/2005, “GCBA c/Gran Ferrari S.A”.
61
Cám. Cont. –Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 29/08/2005, “GCBA c/Bouzo Juan Carlos”.
62
TSJBA, 13/11/02, “Buenos Aires Container Services S.A. s/ queja por recurso de inconstitucionalidad
denegado en ‘Buenos Aires Container Services S.A. c/ GCBA s/ otros procesos incidentales’ ”.
efectos de determinar si el contribuyente no había realizado actividades en la jurisdicción de
la Ciudad durante el período reclamado63.
VI) Prescripción;
Las normas fiscales, tanto en el ámbito nacional (ley Nº 11.683) como en el local,
se apartan de lo dispuesto por el Código Civil de la Nación, en materia de prescripción.
Surgen diferencias en cuanto al plazo de prescripción (artículo 4027 C.C.) y el modo en que
se inicia el cómputo del mencionado plazo (artículo 24 C.C.).
La autonomía calificadora del derecho tributario 64 tiene como consecuencia la
aplicación, en primer término, de las reglas de esta rama del derecho y, luego, las de las del
derecho privado.
Este principio se plasmó expresamente en el artículo 10 del Código Fiscal (t.o.
2007).
Tal como lo tiene resuelto el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires, la temática referida a la prescripción de los tributos es una materia local.
Por tanto, las normas que rigen dicho instituto son las del Código Fiscal de la Ciudad.
Ello por cuanto se refiere a la prescripción de tributos locales, que constitucionalmente
corresponde sea normada por las autoridades locales y no por las nacionales.
Las diferencias apuntadas en el régimen de prescripción de las obligaciones
tributarias por la normativa fiscal y el previsto en el derecho civil han sido debatidas por la
doctrina tributaria65.
Sin perjuicio de que el diseño normativo de los códigos fiscales locales es similar al
que la ley 11.683 tiene en este tema, el carácter federal de esta última normativa disipa el
conflicto que pudiera plantearse cuando el enfrentamiento se da entre una norma provincial
o municipal con las normas del Código Civil de la Nación.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación no ha mantenido un criterio uniforme al
respecto, más de las veces ha hecho prevalecer las normas del Código Civil de la Nación y,
en forma aislada, las de las normas fiscales locales.
Más recientemente, en el caso “Filcrosa S.A. s/quiebra s/incidente de verificación
de Municipalidad de Avellaneda66”, el más Alto intérprete de la Constitución señaló que
resultan inconstitucionales ciertas normas municipales que determinaron un plazo de
prescripción para deudas fiscales, más allá del plazo establecido en el Código Civil 67.
Para ello ha sostenido la mayoría del Tribunal que las normas que sobre
prescripción tiene el Código Civil de la Nación constituyen derecho de fondo, y no puede
ser regulado, en forma diferente, por las autoridades locales (artículo 75 inciso 12 de la
Constitución Nacional).
Luego de que el Alto Tribunal expresara su criterio en el fallo reseñado, se planteó
una causa en la que se discutía una cuestión similar en el ámbito de la CABA. El Tribunal
Superior de Justicia, con nuevos y sólidos fundamentos, se apartó de lo resuelto en
“Filcrosa” en la causa: “Sociedad Italiana de Beneficencia en Buenos Aires s/ queja por recurso
de inconstitucionalidad denegado en: Sociedad Italiana de Beneficencia en Buenos Aires c/ DGC
(Res. nº 1881/DGR/2000) s/ recurso de apelación judicial c/ decisiones de DGR (art. 114 Cod.
Fiscal)”68.
En este sentido, resulta razonable que quien posea la facultad de crear el tributo, posea
también la facultad de determinar cuándo prescribe su cobro69.
63
Cám. Cont. –Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 31/10/2005, “GCBA c/Comaco SRL”.
64
GARCIA BELSUNCE, Horacio A. "La autonomía del derecho tributario. (A cuarenta años de mi primera
clase universitaria)", Buenos Aires, Depalma, 1996. JARACH Dino, “Finanzas Públicas y Derecho
Tributario”; Buenos Aires, Cangallo, 1993.
65
GIULIANI FONROUGE, Carlos María, “Procedimiento Tributario y de la Seguridad Social”, Buenos
Aires, Depalma 1999, página 371 y VILLEGAS, Héctor, “Curso de Finanzas, Derecho Financiero y
Tributario”, Buenos Aires, Depalma 1983, página 262.
66
CSJN, 326:3899.
67
CSJN, 326:3899, Municipalidad de Avellaneda s/ Verif. en Filcrosa SA p/ quiebra; LL 12-11-03.
68
17 de noviembre de 2003.
69
El máximo Tribunal de la Ciudad en “Sociedad Italiana” señaló: “La Ciudad de Buenos Aires goza
y ejerce facultades tributarias propias, como las provincias junto a las que integra el sistema federal
argentino y con las que concurre en el régimen de coparticipación previsto en el artículo 75, inc. 2°,
de la Constitución Nacional" (Del voto de la Dra. Conde). "La CN -por ciertas razones políticas- se
apartó de su modelo americano del norte en tanto las provincias cedieron parte de la legislación
común (no federal) a la competencia del Poder Legislativo nacional (Art. 75, inc. 12). Empero,
según también observo, no cedieron específicamente la institución de la prescripción liberatoria, ni
la fijación de los plazos de esa prescripción. Lo cedido en la norma constitucional citada es el
desarrollo de la llamada legislación material, más específica y literalmente, la sanción del Código
Civil. De tal manera, cuando el Art. 75, inc. 12 (numeración actual), menciona los diferentes
En la mencionada causa “Sociedad Italiana”, el Dr. Maier expresó: “Cuando el art. 75, inc. 12
(numeración actual), menciona los diferentes códigos de Derecho material, tan sólo ha establecido una pauta
de distribución de competencia legislativa entre la Nación y las provincias respecto del Derecho común, pauta
que, interpretada racionalmente, no sólo debe obedecer al texto de los actuales arts. 121 y 126 de la CN -
legislación local la regla, legislación nacional la excepción-, sino que, en el caso particular de los gobiernos
locales, debe respetar las autonomías legislativas reconocidas. Conforme a ello, si el poder de legislación de
ciertos tributos reside en las legislaturas locales, también el poder de ceñir a plazo ese deber tributario o su
ejecución reside en la legislatura local creadora del deber, puesto que el art. 75, inc. 12, de la CN, no
encomienda al Congreso la regulación exclusiva de la institución de la prescripción y sus plazos, sino, muy
por lo contrario, le atribuye el poder de legislación sobre las relaciones civiles, de Derecho privado, aun
cuando en esas relaciones intervenga el Estado (CC, 3951)”.
Tiempo más tarde, el Tribunal Superior de Justicia local tuvo oportunidad de
analizar un planteo en el que se discutía el momento a partir del cual debía computarse el
plazo de prescripción. Se trató del caso “GCBA c/ Constructar SA s/ ejecución fiscal s/
recurso de inconstitucionalidad concedido70”. El Tribunal local, con nueva integración,
mantuvo el criterio sostenido en “Sociedad Italiana”.
El artículo 68 del CF (t.o. 2007) establece que las acciones y poderes del fisco para
determinar y exigir el pago de los tributos prescriben: a) por el transcurso de cinco años para
el caso de contribuyentes inscriptos, así como en el caso de contribuyentes no inscriptos que
no tengan obligación legal de inscribirse o de denunciar su condición de sujeto pasivo de la
obligación tributaria ante la Dirección General, o que, teniendo esa obligación y no
códigos de Derecho material, tan sólo ha establecido una pauta de distribución de competencia
legislativa entre la Nación y las provincias respecto del Derecho común, pauta que, interpretada
racionalmente, no sólo debe obedecer al texto de los actuales arts. 121 y 126 de la CN -legislación
local la regla, legislación nacional la excepción-, sino que, en el caso particular de los gobiernos
locales, debe respetar las autonomías legislativas reconocidas" (Del voto del Dr. Maier). "La
prescripción puede ser regulada tanto por la legislación de fondo como por la legislación local. El
criterio de distribución de competencia no puede construirse a partir de priorizar las normas del
Código Civil sin atender al tipo de relaciones jurídicas involucradas. Como sostiene mi colega el
juez Julio B. J. Maier en el apartado 1 de la primera parte de su voto, "el Congreso de la Nación se
ha pronunciado ya hace tiempo acerca de los plazos de prescripción de "Las acciones del Fisco
para determinar y exigir el pago de los impuestos..." (Art. 56, ley 11.683, t. o. al 13/7/1998, B. O.
20/7/1998; y, antes aún, Art. 1º, ley 11.585 para los restantes impuestos nacionales, tasas y
contribuciones de mejoras, no incluidos en la ley 11.683)". También a través de "la ley Nº 19.489,
dictada también por la autoridad nacional, pero ésta vez como legislatura local (entonces Art. 67,
inc. 27, CN), para la entonces Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires". Los plazos fijados -y
las razones y presupuestos en que se sustentan y diferencian- por el Congreso de la Nación como
poder legislativo nacional, coinciden con los distintos plazos de prescripción contemplados en la
norma que dictara en su carácter de legislador local, aplicados en la sentencia que se recurre (10 y
5 años, según el contribuyente esté o no inscripto)" (Del voto de la Dra. Alicia Ruiz). "Tengo para
mí que la primera de las articulaciones, consistente en la pretensión de que se aplique la
prescripción quinquenal prevista en el Art. 4027 inc. 3º del Código Civil, a expensas de la
contemplada en la ley Nº 19.489, no puede prosperar, habida cuenta de que: a) la autonomía
dogmática del Derecho tributario -dentro de la unidad general del Derecho- es predicable respecto
de tal rama jurídica tanto en el orden federal como local; b) la unidad de legislación común,
consagrada por el Congreso Constituyente de 1853, quedó ceñida a las materias específicas a que
se alude en la Cláusula de los Códigos, no pudiendo trasvasarse dichas disposiciones, sin más, al
ámbito del Derecho público local; c) la "sumisión esclavizante" del Derecho tributario local al
Derecho privado, podría conducir a consecuencias impensadas, reproduciendo desconceptos
como los que se observan en el voto de la mayoría recaído en la causa: "Doña Tomasa Vélez
Sarfield" -ya citada-, del año 1882, en que se reputó el Impuesto a las Herencias como una legítima
forzosa impuesta al causante. A modo de ejemplo sirva efectuar una breve reseña de
consecuencias disvaliosas: el Impuesto de Sellos, como no se paga por años o por períodos más
cortos, prescribiría para todos los otorgantes de los instrumentos, aunque no tengan obligación de
inscribirse, a los diez años; las uniones transitorias de empresas, al carecer de personalidad
jurídica, no podrían ser contribuyentes del Impuesto sobre los Ingresos Brutos, a pesar de revestir
tal carácter en el Impuesto al Valor Agregado (impuesto también genérico al consumo); y los
gravámenes que pesan sobre inmuebles en condominio con tasas progresivas parcelarias,
deberían reliquidarse, de volver a cobrar vigencia la tesis civilista adoptada in re: "Ana Masotti de
Busso y otros v. Provincia de Buenos Aires" (Fallos: 207:270), sentencia del 7 de abril de 1947; d)
se afectaría el principio de igualdad esencial entre el Estado Nacional y las provincias como entes
gubernativos, en cuanto la potestad tributaria normativa -atributo iure imperii-, sufriría menoscabo
en el segundo de los supuestos, a diferencia del primero; e) se quebraría la actual unidad y
uniformidad de legislación sobre prescripción en el ámbito específicamente tributario, a tenor de las
disposiciones análogas contenidas en la ley Nº 11.683; f) en subsidio, se pasaría por alto que la ley
local Nº 19.489 -lex posterior y lex specialis-, ha sido sancionada por el órgano titular con la
atribución de dictar los Códigos de fondo y; g) también en subsidio, se convertiría en Ley Suprema
una interpretación sólo posible y no pacífica de un artículo del Código Civil para menoscabar la
autonomía de los Estados locales, con lesión palmaria al federalismo que sustenta la Carta Política
de 1853 (del Voto del Dr. José Osvaldo Casás)."
70
23 de febrero de 2005.
habiéndola cumplido, la regularicen espontáneamente; b) por el transcurso de diez años en
el caso de contribuyentes no inscriptos, que tuvieren obligación de hacerlo; c) por el
transcurso de dos años a contar a partir de la fecha de presentación en concurso del
contribuyente.
El plazo de prescripción comienza a correr a partir del primero de enero del año
siguiente al que se produce el vencimiento de los plazos generales para la presentación de
las declaraciones juradas o ingreso del gravamen (artículo 69 del Código Fiscal t.o. 2007).
Deberá tenerse en cuenta si se ha producido alguna causal suspensiva de la
prescripción en sede administrativa, para lo cual será necesario contar con el expediente
administrativo a fin de constatar la causal (artículos 76 y 77 del Código Fiscal, t.o. 2007).
Además, la normativa fiscal establece los supuestos en que la prescripción se interrumpe
(artículo 78 Código Fiscal, t.o. 2007).
Ante el silencio normativo, el modo de contar los días es el previsto en el artículo
25 del Código Civil.
Otro supuesto relativo a la prescripción ocurre cuando la ejecutada plantea la
aplicación de la prescripción prevista en la ley concursal. En el caso de la Ciudad de
Buenos Aires ello no genera inconvenientes, atento que el artículo 68 inciso c) del Código
Fiscal (t.o. 2007) establece un plazo de prescripción idéntico al de la ley de concursos.
Distinto es el caso en el ámbito nacional, dónde la legislación fiscal federal no
prevé un plazo especial para el supuesto de concurso o quiebra del demandado. En ese
contexto, la Sala III de la Cámara Nacional Federal en lo Contencioso Administrativo, en
autos “Valle de las Leñas c/ DGI”71 se ha pronunciado en favor de la preeminencia de la
prescripción establecida por la ley tributaria contra la establecida en la ley 24.522 72.
Esta defensa tiene su origen en la “exceptio rei iudicatae” del Derecho Romano,
siendo su objetivo proteger al demandado de una nueva acción y una nueva sentencia,
puesto que existe una necesidad de certeza a partir del dictado de una decisión judicial que
pone fin a un conflicto.
Eduardo Couture definió a la cosa juzgada como la autoridad y eficacia de una
sentencia judicial cuando no existen contra ella medios de impugnación que permiten
modificarla73.
En el juicio ejecutivo, esta excepción procede, en primer lugar, cuando habiéndose
denegado la ejecución en virtud de haber prosperado una excepción perentoria (falsedad de
título, prescripción, pago, etc.), la parte actora interpone una nueva pretensión ejecutiva
basada en el mismo título que la anterior. Pero no procede si el rechazo de la ejecución
obedeció a la circunstancia de haberse acogido una excepción dilatoria (incompetencia, falta
de personería, espera, etc.), pues en tales supuestos cabe, una vez subsanado el defecto que
determinó la excepción, la prosecución del proceso o la iniciación de uno nuevo74.
El concepto de cosa juzgada está previsto en el Título XII, Capítulo III “de las
excepciones previas”, artículo 282, inciso 7 del CCAyT: “Cosa juzgada. Para que sea
procedente esta excepción el examen integral de las dos contiendas debe demostrar que se
trata del mismo asunto sometido a decisión judicial, o por existir continencia, conexidad,
accesoriedad o subsidiariedad, la sentencia firme ya ha resuelto lo que constituye la materia
o pretensión deducida en el nuevo juicio que se promueve”.
La jurisprudencia del fuero contencioso administrativo y tributario hizo plena
aplicación de ese precepto en un caso sometido a su conocimiento75.
71
Allí señaló: “El plazo de prescripción de la acción de cobro del Fisco Nacional, respecto de un
contribuyente debe regirse por la ley 11.683 y no por el artículo 56 de la ley 24.522, pues el proceso tributario
no queda afectado por la fuerza atractiva de los procesos universales, previstos en la ley de concursos y
quiebras, ya que de lo contrario, las normas tendientes a regular relaciones de derecho privado, avasallarían el
régimen instaurado para el ejercicio de las acciones y poderes fiscales para determinar impuestos y aplicar
multas” (“La Ley” del 05/12/2005).
72
Un buen análisis de esta problemática puede verse en el trabajo de VILLANUEVA, Alejandro,
FERNANDEZ VALLE, Rodrigo y MAINARDI, Karen, “La prescripción de los obligaciones tributarias en
los concursos de acreedores”, P.E.T. Nº 275.
73
COUTURE, Eduardo, “Fundamentos del derecho procesal Civil”, 16ª reimpresión, Buenos Aires, Depalma,
1993, página 401.
74
PALACIO, Lino, “Tratado de Derecho Procesal Civil”, T VII, 4ª reimpresión, Buenos Aires, Abeledo-
Perrot, página 460/461.
75
Cám. Cont. –Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 11/3/04, “GCBA c/Pomato Mario s/ejecución fiscal”.
La cosa juzgada puede definirse, en general, como la inmutabilidad o
irrevocabilidad de la decisión jurisdiccional —incluso determinadas decisiones
interlocutorias—, cuando no procede contra ella ningún recurso susceptible de modificarla.
Se trata, por lo tanto, de una cualidad que la ley confiere a la resolución a fin de dotarla de
estabilidad76.
Según se ha dicho, la decisión judicial consentida o ejecutoriada deviene
inmutable77.
La Cámara de Apelaciones en lo Contencioso-administrativo y Tributario local ha
señalado: “El fundamento de dicho instituto reside en valoraciones de seguridad jurídica
que aconsejan la estabilidad de las decisiones judiciales. Su sentido no consiste tanto en
impedir la apertura de nuevos debates, cuanto que en estos no se desconozca lo resuelto con
anterioridad, o, dicho de otra manera, procura evitar que en una nueva resolución se decida
en modo contrario a como se ha fallado antes. Se trata, en definitiva, de impedir que la
jurisdicción se vea expuesta a la posibilidad de contradicción, lo cual evidentemente podría
ocurrir si se sometiera a juicio dos veces la misma pretensión. Para determinar si existe cosa
juzgada, el juez debe realizar un examen de la decisión con el nuevo asunto que se plantea,
que entraña una comparación entre ambos debates —el ya resuelto y el que ahora se
pretende— tendiente a determinar si existe coincidencia entre el contenido de la resolución
y la nueva situación que se intenta someter a juicio. El magistrado, al realizar este análisis,
debe guiarse por el propósito del legislador al crear el instituto de cosa juzgada, es decir,
asegurar la eficacia del caso juzgado. Entonces, es oportuno puntualizar que los límites
objetivos de la cosa juzgada —esto es, la materia alcanzada por la resolución— están
representados por el objeto de la decisión, que comprende dos elementos, a saber, el objeto
—la pretensión o pretensiones controvertidas en el litigio— y la causa —el fundamento de
la pretensión y los elementos básicos que la constituyen78".
En el fuero local la excepción de cosa juzgada es procedente ante dos procesos de
ejecución fiscal; no se daría cuando lo fallado en una ejecución fiscal pretende hacerse valer
en un proceso ordinario en el que se discuta la validez del tributo, su constitucionalidad o su
vigencia.
Aún cuando la norma nada dice, corresponderá que el ejecutado acompañe, al
momento de oponer la excepción, testimonio o copia certificada de la sentencia firme que se
invoca, o bien identifique con precisión el juzgado y secretaría en donde tramitó el otro
proceso, a los fines de que se requiera la remisión del expediente.
Si se declara procedente la excepción de cosa juzgada, ello implicará el rechazo de
la ejecución y el archivo del expediente.
Art. 452º - Pago. Requisitos. Archivo.- Los pagos efectuados después de iniciado el juicio,
los pagos mal imputados por el/la contribuyente o no comunicados por el contribuyente o
responsable en la forma que se establezca, no son hábiles para fundar excepción. Acreditado
el pago, procede el archivo de los autos o reducción del monto demandado.
COMENTARIO
76
PALACIO, Lino, “Derecho Procesal Civil”, ob.cit. t. V, Nº 678, página 497 y ss.
77
CHIOVENDA, Giusseppe, “Instituciones”, vol. I, p. 437; CARNELUTTI, Francesco, “Eficacia, autoridad e
inmutabilidad de la sentencia”, en “Estudios de derecho procesal”, vol. II, página 365 y ss., autores citados
por MORELLO Augusto y otros, “Código Procesal Civil y Comercial”, tomo IV-B, Buenos Aires, Abeledo-
Perrot, 1998, página 228.
78
Cám. Cont. -Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 29/06/2006, “Varani Eluchanz, Teresa Gladys c/GCBA y
Otros s/Daños y Perjuicios”. Del voto de los Dres. Carlos F. Balbín, Horacio G. A. Corti y Esteban Centanaro.
En caso que el pago realizado con posterioridad al inicio del juicio haya sido
efectuado en forma total, corresponde que las costas estén a cargo del demandado, por haber
sido la falta de pago la causal del inicio de la acción de ejecución fiscal.
Se han dado en el fuero numerosos casos en los cuales, si bien el pago (incluidos
los honorarios del mandatario) fue efectuado por el contribuyente con posterioridad al inicio
de las actuaciones, se realizó antes de ser intimado de pago por el mandatario. En estos
casos se decidió imponerle las costas a la parte actora por cuanto el contribuyente no debía
cargar con los costos procesales ocasionados por la incomunicación entre la administración
tributaria y sus mandatarios a los que no daba instrucciones de desistir del proceso.
Concordancias con el CPCCN: Guarda similitud con el artículo 547 del CPCCN. Se ha
eliminado en su redacción, el último párrafo del Código de forma nacional, en tanto
dispone: “No se hará declaración especial previa acerca de la admisibilidad o
inadmisibilidad de las excepciones”.
COMENTARIO
Concordancias con el CPCCN: este artículo resulta concordante con el artículo 548 del
CPCCN La única salvedad que cabe realizar es que en el ámbito nacional, el código de
forma impone que de no contestarse el traslado el plazo para resolver desde que se hubiere
requerido la resolución; mientras que en el CCAyT dicho plazo corre automáticamente, sin
necesidad de que la parte pida la resolución.
COMENTARIO
Concordancias con el CPCCN: Guarda similitud con lo dispuesto en el artículo 549 del
CPCCN
COMENTARIO
79
Cám. Cont. -Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 20/08/2003, “GCBA c/ Tonda I. s/ejecución fiscal”.
80
Cám. Cont. -Adm. y Trib., de la CABA, Sala II, 12/10/01,“GCBA c/Monkobodzky Rubin s/ejecución
fiscal”.
81
Cám. Cont. -Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 05/7/02, “GCBA c/ Galante Alberto s/ejecución fiscal”;
ídem del 07/08/03, “GCBA. c/Bunge, Guerrico Enrique s/ejec. Fiscal”.
Concordancias con el CPCCN: Presenta cierta similitud con los artículos 550 y 242 del
CPCCN El monto fue fijado en primer lugar por Resolución del Consejo de la Magistratura
N 149/1999, cuyo artículo 2º fue derogado posteriormente por la Resolución del Consejo de
la Magistratura Nº 487 del 13 de julio de 2004.
COMENTARIO
En lo que respecta al monto a ingresar, será el nominal más los intereses. Éstos
incluyen los resarcitorios y los punitorios.
Los intereses resarcitorios surgen ante la falta total o parcial de pago de las
deudas que no se abonen dentro de los plazos establecidos al efecto sin necesidad de
interpelación, según expresa disposición del artículo 64 del Código Fiscal (t.o. 2007). Es de
la esencia de este tipo de intereses retribuir al acreedor por la indisponibilidad del dinero
adeudado, que el deudor mantiene en su poder82.
Los intereses punitorios, surgen cuando es necesario recurrir a la vía judicial y
se devengan a partir de la iniciación del juicio (artículo 65 del Código Fiscal, t.o. 2007). La
naturaleza de estos últimos es castigar el incumplimiento.
Ambos intereses, son fijados por resoluciones del actual Ministerio de
Hacienda. En algunas ocasiones se ha cuestionado en sede judicial la constitucionalidad del
monto de estos intereses y dicho planteo ha sido rechazado hasta el momento83.
El recurso de apelación se concede en relación, en atención a las características
propias del proceso de ejecución fiscal, que impiden, en principio, calificar la sentencia
dictada en ella como definitiva 84. Resulta, por ende, de aplicación para su interposición y
fundamentación las reglas contenidas en el CCAyT.
En cuanto al mínimo para la apelabilidad de la sentencia, el artículo 2º de la
Resolución Nº 487/04 del Consejo de la Magistratura, reglamentaria en la materia, fijó en
pesos cinco mil ($ 5.000.-) el monto mínimo en concepto de capital a partir del cual es
procedente el recurso de apelación contra las sentencias definitivas recaídas en procesos de
ejecución, con excepción de los recursos interpuestos contra la regulación de honorarios
profesionales.
En consecuencia, no se computan los intereses de la boleta de deuda para la
base de cálculo85.
Por su parte, el artículo 1º de la Resolución Nº 149/99 del Consejo de la
Magistratura, aún vigente, dispone el mismo límite de apelabilidad para los juicios de
conocimiento, con excepción de los casos de obligaciones de carácter alimentario y en los
que se controvierta la procedencia de multas, en los que no habrá límite de monto.
La cámara del fuero ha entendido que las multas en procesos de ejecución fiscal
están excluidas del límite de apelabilidad, conforme lo dispuesto en el artículo reseñado 86.
Un tema a considerar es la medida en que será procedente la apelación de la
sentencia en aquellos casos en que el demandado no hubiera opuesto excepciones, o su
presentación no contenga defensas que puedan ser tratadas como excepciones por el
tribunal. Sin duda, la apelación de la sentencia, cuando no se ha presentado el demandado a
oponer excepciones, podría obligar a la Cámara a la revisión de alguna nulidad procesal en
cuanto a la notificación de la intimación de pago, si de ello surgiere que se le cercenó al
ejecutado el derecho de defensa.
Pero ¿qué ocurre si el demandado pretende hacer valer defensas no esgrimidas
oportunamente? ¿Corresponde, en este supuesto, concederle el recurso de apelación?
El CCAyT no contiene una cláusula similar a la del artículo 554 del CPCCN.
Este último establece que la sentencia de remate será apelable cuando: a) el juez desestima
las excepciones opuestas; b) las excepciones tramiten como de puro derecho; c) se hubiere
producido prueba respecto de las excepciones o d) versare sobre puntos ajenos al ámbito
natural el proceso o causare un gravamen irreparable en el juicio ordinario posterior.
82
BOCCHIARDO José Carlos, Derecho Tributario Sustantivo o Material en obra colectiva “Tratado de
Tributación”, Tomo I, “Derecho Tributario”, Volumen 2, dirigido por Horacio GARCIA BELSUNCE,
Astrea, 2003, página 181.
83
Cam. Cont. –Adm. y Trib. de la CABA, Sala II, 23/04/02, “GCBA c/DOTA S.A. de Transporte
Automotores y Cam. Cont. –Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 12/08/03, “GCBA c/Comellas Marcelo
Angel”, entre muchos otros.
84
Cám. Cont. -Adm. y Trib. de la CABA, Sala II, 16/0/01, “GCBA c/Wainerman y Gonilska, Julio Pablo
s/ejecución fiscal.
85
86
Cám. Cont. -Adm. y Trib. de la CABA. Sala II, 11/10/06, “GCBA c/Charles Henry SRL s/queja por
apelación denegada”.
No surge de la norma referenciada la posibilidad de apelar una sentencia en un
expediente en el que no se ha opuesto ninguna excepción. Sin embargo, en el ámbito local,
a pesar del silencio normativo, en lo que respecta a ejecuciones fiscales, ha prevalecido la
aplicación del principio de preclusión, salvo en los supuestos de manifiesta inexistencia de
deuda87.
No olvidamos, la manda genérica del artículo 247 del CCAyT que dispone que
el tribunal no puede fallar sobre capítulos no propuestos a la decisión del tribunal de
primera instancia.
El Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad –por mayoría– no ha hecho lugar a
un recurso de queja por denegatoria de un recurso de inconstitucionalidad de la Cámara, en
el que se debatió este tema. Aquel recurso se fundó, precisamente, en el rechazo de la
apelación de la sentencia por haber dejado vencer el plazo para oponer excepciones 88.
En el Título XII que trata sobre los Procesos de ejecución–ejecución de
sentencias, capítulo III, los artículos 406 y 407 podrían brindar el marco normativo para la
postura sostenida por el más Alto Tribunal local.
El artículo 406, que versa sobre la prueba, señala que si no se acompañasen los
documentos el tribunal rechaza la excepción sin sustanciarla; esa resolución es irrecurrible.
El artículo siguiente dispone que, vencidos los cinco días sin que se planteen
excepciones, se continúa la ejecución, no pudiéndose interponer ningún recurso.
Concordancias con el CPCCN: No guarda similitud con el CPCCN Los requisitos para la
procedencia de esta acción están expresamente previstos en el Código Fiscal de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires.
COMENTARIO
Concordancias con el CPCCN: No guarda similitud con un artículo en especial del CPCCN
COMENTARIO
COMENTARIO
Esta norma reafirma el derecho de los representantes y/o patrocinantes del Fisco
a cobrar honorarios por la labor judicial desarrollada, siempre que se cumplan dos
requisitos: a) que el pago de las costas se encuentre a cargo de los ejecutados, puesto que no
corresponde que la autoridad administrativa le abone honorarios a sus representantes; b)
que previamente se haya satisfecho el crédito fiscal.
Entendemos que ello se debe a que la Administración no puede hacerse cargo de
honorarios de sus propios letrados en juicios en los cuales no se hizo lugar a su pretensión.
En forma coincidente, el decreto 42/02, que regula la relación entre los mandatarios y la
Administración, estableció que estos reciben “…como única retribución los honorarios y
gastos que deba satisfacer el deudor moroso por las diligencias judiciales o extrajudiciales
realizadas”96. Además, resulta lógico que, toda vez que el objetivo de la ejecución fiscal es
satisfacer el crédito que tiene el Estado respecto de los contribuyentes morosos, se supedite
el cobro de los honorarios al efectivo ingreso de las sumas debidas al fisco.
Asimismo, en el marco del decreto 42/02 se estableció: “en los casos en que el
contribuyente opte por abonar la deuda en forma extrajudicial, el mandatario podrá liquidar
en concepto de honorarios un siete por ciento (7%) del total de la deuda hasta el dictado de
la sentencia; tanto por su labor extrajudicial como judicial; el doce por ciento (12%) cuando
el juicio se encuentra en etapa de ejecución de sentencia y diez por ciento (10 %) cuando se
otorgan planes de facilidades de pago, con excepción de aquéllos que se encuentren
regulados y firmes. Esta escala de honorarios deberá fijarse en lugar visible en las oficinas
de atención al público. Excepto los supuestos de otorgamiento de planes de facilidades, no
se admite el cobro de honorarios hasta la íntegra satisfacción del crédito fiscal 97”.
Sin embargo, la jurisprudencia ha señalado que no es necesario que se haya
satisfecho el crédito fiscal para que pueda regularse los honorarios de los mandatarios. Su
ejecución futura, sí estará condicionada a la satisfacción del crédito98.
95
Reglamento Gral. de Organización y Funcionamiento del Poder Judicial de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires (Res C.M N° 152/99 con las modificaciones introducidas por las Res. C.M. Nº 138-00, 175-00, 405-00,
36-01 y 251-02) T. IV, cap. III, pto. 2.11.
96
art. 6º del Dec. 42/02.
97
art. 12 del Dec. 42/02.
98
Cám. Cont. –Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 7/12/2004, “GCBA c/ Pizzurno Inés s/ ejecución fiscal” y
Sala II, 30/11/2004, “GCBA c/ Luchesi Sergio s/ ejecución fiscal”.
1) Por carta certificada con aviso especial de retorno, a cuyo efecto se tiene la carga
de convenir con el correo la forma de hacerlo con la mayor urgencia y seguridad; sirviendo
el aviso de retorno de suficiente prueba de la notificación, siempre que la carta haya sido
entregada en el domicilio del/la contribuyente aunque aparezca suscripto por un tercero;
2) Personalmente, por medio de un/a empleado/a de la Dirección General de Rentas
o autoridad equivalente, quien deja constancia en acta de la diligencia practicada y del lugar,
día y hora en que se efectuó; exigiendo la firma del/la interesado/a. Si éste/a no supiere o no
pudiera firmar, puede hacerlo, a su ruego, un/a testigo.
Si el/la destinatario/a no estuviese o se negare a firmar, deja igualmente constancia
de ello en acta. En días siguientes, no feriados, concurren al domicilio del/la interesado/a
dos funcionarios/as de la actora para notificarlo. Si tampoco es hallado/a, dejan resolución o
carta que deben entregar en sobre cerrado, a cualquier persona que se hallare, haciendo que
quien lo reciba suscriba el acta.
Si no hay persona dispuesta a recibir la notificación o si el/la responsable se negare
a firmar, proceden a fijar en la puerta de su domicilio y en sobre cerrado el instrumento de
que se hace mención en el párrafo que antecede.
Las actas labradas por los/las empleados/as notificadores/as hacen fe mientras no se
muestre su falsedad.
COMENTARIO
Esta norma dispone, como principio general, una remisión a los distintos tipos
de notificación previstas en el Código de forma en comentario (Título III, Cap. VI, arts. 117
a 132, CCAyT), pero establece una serie de alternativas de notificación como, por ejemplo,
la carta certificada con aviso de retorno y la notificación personal, por intermedio de un
empelado de la Dirección General de Rentas.
No obstante ello, estas dos alternativas no han tenido mucha aplicación desde la
puesta en funcionamiento del fuero. Remitimos a lo dicho en el comentario a los artículos
451 (primera parte) y 459.
COMENTARIO
También se aplican en este punto las reglas generales del CCAyT. Resulta
interesante el juego de las cláusulas del código de forma local, con las disposiciones
contenidas al respecto en el Código Fiscal. En efecto, este último le otorga carácter de
constituido al domicilio fiscal, denunciado por el contribuyente ante la administración
tributaria99.
Ello así pues existe como deber formal en cabeza del contribuyente mantener
actualizado, en la forma que dispone la mentada administración, tal domicilio. Su
observancia coadyuva al cumplimiento del aspecto sustancial de la obligación tributaria: el
pago del tributo.
Si bien no se trata de un domicilio constituido ad litem, sino del denunciado
ante la administración tributaria, éste goza con arreglo de expresa disposición legal, de los
efectos del domicilio constituido, en el ámbito judicial100.
Las consecuencias de otorgar dicho carácter al traslado del inicio de la
ejecución fiscal a la otra parte, saltan a la vista. De no darse el carácter de constituido al
domicilio, serán de aplicación las reglas contenidas en el artículo 287 del C.C.A. y T.
Para que proceda la notificación al domicilio con carácter de constituido, se
deben dar algunas de las siguientes circunstancias: a) que de la boleta de deuda surja
expresamente el domicilio fiscal y el nombre del contribuyente; b) que del documento
emitido por el sistema informático de la Dirección General de Rentas, agregado a la
demanda, surja el nombre del demandado y domicilio fiscal 101; o c) que se encuentre
agregado el informe de dominio en el caso de ABL.
El tema del domicilio del demandado y sus efectos en el trámite del
procedimiento de ejecución fiscal permite extraer algunas conclusiones, basadas en la
experiencia del funcionamiento del fuero. El Código Fiscal prevé, y así lo ha entendido la
jurisprudencia local, que el domicilio denunciado por el contribuyente ante la Dirección
General de Rentas genera en el trámite de ejecución fiscal, los efectos del domicilio
constituido. Es decir que se tendrán por válidas las notificaciones efectuadas en él,
debiendo proceder el oficial notificador a diligenciar la cédula, como si se tratara de un
99
TSJCBA, 05/03/2003, “Inversora Quillén S.A. s/quiebra por recurso de inconstitucionalidad denegado en
“GCBA c/Inversora Quillén S.A. s/ ejecución fiscal”.
100
CSJN, T289 P 89, “Fisco Nacional c/Loterszpil, Samuel s/ejecución fiscal”.
101
Cám. Cont.Adm. y Trib. de la CABA, Sala II, 06/08/02, “GCBA c/Blousson Alfredo s/ejecución fiscal –
radicación de autos”.
domicilio constituido por la parte demandada en autos. Esta cuestión no ha generado mayores
inconvenientes y ha sido adoptada por la totalidad del fuero.
La Cámara de Apelaciones ha resuelto: “El domicilio fiscal es el lugar en donde se encuentran
los contribuyentes a efectos de la fiscalización tributaria, y que determina la sede del cumplimiento de sus
obligaciones y deberes. Surge del artículo 24 del Código Fiscal (texto según Ley Nº 541) que entre los efectos
formales del domicilio fiscal se destaca el de constituir el lugar donde serán cursadas válidamente las
notificaciones al contribuyente. En tal sentido, la Corte Suprema de Justicia de la Nación tiene dicho que,
aunque no se trate de un domicilio constituido ad litem, sino del fiscal denunciado ante las autoridades
administrativas, éste goza, con arreglo a una expresa disposición legal -refiriéndose al artículo 13 de la Ley Nº
11.683, equivalente al artículo 24 del Código Fiscal local-, de los efectos propios del domicilio constituido,
incluso en el ámbito judicial102”.
Un supuesto especial respecto del domicilio de la parte demandada se planteó
ante la invocación por parte de los mandatarios del GCBA, de una norma contenida en el
artículo 23 de la ley 745 (Código Fiscal t.o. 2002, hoy existe una norma similar en el
artículo 24 de Código Fiscal t.o. 2007). Pretendía el GCBA que pudiera notificarse al
demandado, utilizando la figura del domicilio fiscal, en la sede de la DGR, esto es el de la
calle Viamonte al 900. Es decir, que se consideraran válidas las notificaciones efectuadas a
la parte ejecutada, en el domicilio de la propia actora.
Los Juzgados del fuero rechazaron tal solicitud y entendieron que la norma
invocada se refería a la actuación en sede de la autoridad administrativa, pero que no
resultaba aplicable en sede judicial.
Las formulas utilizadas para el rechazo resultaron similares, por ejemplo:
“Asimismo, respecto de la solicitud de notificación a Viamonte 900, teniendo en cuenta que
el art. 23 de la ley 745 regula el supuesto de falta de denuncia del domicilio fiscal, que se le
denuncie incorrectamente o que el domicilio que se denuncia sea inexistente; ello a los
fines de que al domicilio se lo tenga por constituido en la sede de la Dirección General de
Rentas, corresponde puntualizar que tal directiva no otorga el carácter de domicilio fiscal.
En efecto el art. 23 que se invoca, se configura a efectos de llevar a cabo las notificaciones
del procedimiento administrativo, que se tramita en sede administrativa y no es aplicable al
proceso judicial desarrollado en los presentes actuados, por ello, no ha lugar a lo
solicitado103”.
Monto Mínimo.
El artículo 56 del Código Fiscal (t.o. 2007), establece que la DGR puede no
realizar gestiones administrativas de cobro, provenientes de las obligaciones tributarias,
cuando el monto de los tributos adeudados sea inferior al fijado por la ley tributaria.
A pesar de que la redacción del artículo se ha ido modificando, la norma generó
dudas interpretativas, por cuanto no resultaba claro si la ejecución fiscal iniciada por un
monto menor podía ser rechazada in limine por el tribunal, por entenderla dentro del
principio de bagatela o si, una vez que la Administración optaba por emitir la boleta de
deuda y transferirla al mandatario, había que continuar con la tramitación en sede judicial de
la ejecución. Algunos juzgados del fuero optaron por rechazar las demandas, invocando el
Código Fiscal y razones de economía procesal.
Con una redacción anterior del Código Fiscal, la alzada resolvió la cuestión al
sostener: “...que nos encontramos ante una facultad discrecional otorgada por el Poder
Legislativo a la Administración, para iniciar –a su arbitrio– los procesos judiciales de esta
naturaleza. En consecuencia, corresponde inferir que el organismo recaudador ha utilizado
la facultad otorgada por el Legislador, iniciando la demanda pertinente, por lo que la suerte
del recurso se encuentra definida104”.
Es de interés resaltar que la Cámara, en el fallo comentado, realzó la aplicación
del principio pro actione. A igual conclusión, por sus propios fundamentos llegó la Sala
II105.
En la redacción actual del Código, la facultad de iniciar o no la ejecución fiscal,
102
Cám. Cont. Adm. y Trib. de la CABA, Sala II, 03/07/01, “G.C.B.A. c/Louis, Pedro Gastón
s/Ejecución Fiscal”, del voto de los Dres. Nélida M. Daniele, Esteban Centanaro y Eduardo A.
Russo.
103
Juz. Nº 4, Sec. Nº 7, Cont.- Adm. y Trib. de la CABA, 01/03/2004, “GCBA c/Torsby SA s/ejecución
fiscal”.
104
Cám. Cont. Adm. y Trib. de la CABA, Sala I, 11/07/01, “GCBA c/Spurio Omar Norberto s/ejecución
fiscal”.
105
Cám. Cont. Adm. y Trib. de la CABA , Sala II, 20/02/2002, “GCBA c/Deglauy Rached s/ejecución fiscal”.
parece quedar más clara en cuanto la norma establece que la DGR “puede no realizar
gestiones administrativas de cobro por deudas provenientes de las obligaciones tributarias”.
Y agrega que, para el supuesto de promoverse la acción judicial, la Ley Tarifaria también
fija los importes pertinentes. Es decir que la Legislatura de la CABA, ha autorizado a la
autoridad administrativa a no procurar el cobro de deudas tributarias, siempre que su monto
sea inferior al que se fija anualmente en la ley tarifaria.
Queda entonces a criterio del sujeto legalmente autorizado - la DGR- el intento de
percepción del crédito, y no podrían los jueces rechazar las ejecuciones iniciadas que
persigan el cobro de un monto menor al fijado.