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El Rol de Los Padres en La Elección de Una Carrera

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El rol de los padres en la elección de una carrera

Por María Soledad del Río, psicóloga clínica y vocacional de la Universidad de Chile.

La elección de una carrera es una de las decisiones más importantes que un joven debe tomar en
su vida, ya que define su futuro profesional. Mientras más joven, más difícil es decidir, por la falta
de conocimiento de las carreras y experiencia en el mundo laboral. Así, la elección vocacional en la
enseñanza media implica un esfuerzo mayor de proyección en un área para los estudiantes
desconocido. De ahí que en la mayoría de los casos la decisión se base en el mayor o menor nivel
de conocimiento sobre sí mismo, y es que mientras menos datos tenga de la carrera y su campo
ocupacional, mayor es la influencia de la fantasía sobre la realidad.

En este proceso, a los padres les corresponde un rol fundamental, pues son una importante fuente
de información sobre los rasgos de personalidad de sus hijos, intereses, aptitudes y dificultades
que han tenido en su desarrollo educacional. Ellos los conocen y pueden aportar mucho a la hora
de proyectarlos en alguna carrera profesional.

A su vez, los progenitores son fuente de identificación de sus hijos, proveen modelos y modos de
concebir la vida, traspasan valores, funcionan de determinada manera en el mundo ocupacional.
Tienen una concepción acerca de la sociedad y cómo debería ser, están más o menos felices con
su propia elección profesional, y son un ejemplo para sus hijos de lo que les gustaría ser o no en el
plano laboral.

Es cierto que los padres desean lo mejor para sus hijos y quieren evitar que tomen una mala
decisión. Por otro lado, los jóvenes exigen libertad para elegir. Ambos puntos de vista son
razonables y es aquí donde el adulto debe advertir sobre los pro y contra de la elección, y permitir
que el joven tome conciencia de su opción vocacional y de las consecuencias que ésta tendrá en su
desarrollo como profesional.

Claves para orientar

Los jóvenes deben reflexionar acerca de si mismos, de sus fortalezas y debilidades en términos
de personalidad. Por ejemplo, su capacidad de compromiso con una carrera corta o larga,
persistencia frente a las dificultades y tolerancia a la frustración, motivación e interés por la
carrera elegida, control de los impulsos para no tomar decisiones apresuradas, y aspiraciones de
logros en términos académicos y económicos.
Es importante el conocimiento de la malla curricular de la carrera de su interés y de las distintas
opciones de instituciones. Así como saber si la entidad y la carrera seleccionadas están o no
acreditadas.

Los padres debieran informarse junto a sus hijos sobre las perspectivas laborales de la carrera
elegida. Conocer su campo ocupacional, nivel de empleabilidad y las remuneraciones esperables
una vez que el joven se titule.

Asimismo, los padres pueden ayudar a sus hijos a completar la imagen de sí mismos con
recuerdos de la infancia, y la clarificación de los intereses que se han mantenido en el tiempo.
Pueden apuntar a sus cualidades y defectos, aptitudes y dificultades de aprendizaje a lo largo de
su enseñanza escolar. Además, a través de su experiencia pueden aportar información sobre la
realidad del mundo laboral y las expectativas económicas en la actualidad.

Por último, es importante dejar que los hijos tomen su propia decisión vocacional, que se hagan
responsables de la elección de la carrera, conociendo las implicancias que ésta tiene para su futuro
profesional y personal.

PSICOLOGÍA - ¿Cómo orientar la vocación de los hijos?

Elegir un camino profesional es probablemente la decisión más difícil que enfrentan los jóvenes al
concluir su etapa escolar. Desorientación, falta de información, presiones familiares y sociales, a lo
que muchas veces se suman factores económicos, pueden convertirse en demasiadas variables
para manejar a los 17 ó 18 años.

ImagenPara el presidente de la Unión de Orientadores Católicos, Sergio Candia, muchos de los


problemas que surgen a la hora de elegir una carrera tienen su origen en la confusión que se hace
entre la orientación vocacional, que es la orientación de la persona hacia la vida -sus proyectos y
valores- , con la orientación profesional, que es nada más que la elección de la continuación de sus
estudios después del colegio con el fin de estar preparado para desempeñarse laboralmente.

"Estamos acostumbrados a preguntar a los niños ¿Qué te gustaría ‘ser' cuando grande?, cuando lo
correcto sería preguntarles ¿Qué te gustaría ‘hacer'?. Porque un individuo no es ‘abogado', sino
que se desempeña como tal, ya que además es una persona que se expresa en muchas otras
dimensiones. Un simple cambio en el lenguaje puede darnos una visión completamente distinta, y
no centrar todo el sentido de la vida en una profesión".

A juicio del orientador, tener claridad en este punto, lejos de restarle importancia al tema de la
elección académica, puede ayudar al joven a tomar una elección más coherente y menos
presionada.

Orientación y apertura, la mejor ayuda

Tomando en cuenta lo anterior, la orientación comienza desde que el niño ingresa al colegio. Es
tarea de la familia y el colegio darle las posibilidades para que encuentre su misión en la vida, para
que clarifique sus intereses y vaya poco a poco elaborando su proyecto vital.

Las actividades extraprogramáticas, clubes y, en general, el contacto y apertura hacia al mundo le


permiten probar sus capacidades y descubrir con qué tipo de actividades se siente más a gusto. A
medida que crece, tanto la familia como el colegio deben estar atentos a tres elementos básicos
que permitirán una mejor orientación al momento de elegir:

- Sus aptitudes: habilidades físicas, intelectuales y sociales.

- Sus intereses y aspiraciones: cosas o actividades que lo impulsan a comprometerse e invertir su


tiempo y esfuerzo.

- Personalidad: manera de ser y comportarse.

Las actividades que el joven realiza son un buen indicador de sus intereses y las notas, de algún
modo, reflejan sus aptitudes. "Si tiene sólo rojos en matemáticas y quiere ser ingeniero civil, es
obvio que ese no es el camino más adecuado. Pero también hay que tomar en cuenta que cuando
el alumno tiene un gran interés por un área específica, es capaz de superar sus limitaciones", dice
el orientador.

Por otra parte, los tests que se aplican en los colegios también pueden contribuir a dar más
claridad en estos puntos, siempre que quienes los evalúen los enmarquen en un contexto de
conocimiento previo y de entrevistas con el joven.
La influencia familiar

La función de los padres es acompañar a sus hijos en el proceso de elección de su carrera, pero la
decisión debe ser libre y personal del alumno. Los padres y el colegio sólo deben orientar,
mostrando las distintas alternativas a las que puede optar.

Sin embargo, la familia siempre ejerce influencia sobre la decisión del hijo, la que no siempre es
negativa. Los problemas se producen cuando el hijo quiere estudiar una carrera que no es del
gusto de los papás o que los hace temer por su seguridad económica futura, como normalmente
ocurre con el área artística.

Para evitar estos conflictos es muy importante la forma en que se conversa con los hijos acerca del
tema. Algunos padres temen que el joven está tomando una elección equivocada, por inmadurez
o influenciado por las "carreras de moda". Pero el orientador enfatiza que la familia puede sugerir
sin imponer, puesto que la opción del joven debe ser tomada en conciencia y libertad, ya que una
opción forzada puede traer consecuencias negativas.

Un simple "me gustaría que fueras ingeniero" es una forma sutil de ejercer presión, por lo tanto, la
recomendación es a plantear preguntas como "¿Qué te gustaría estudiar?", y luego dar el punto
de vista propio, respetando la elección del hijo o hija.

El año sabático

A pesar de recibir orientación vocacional, muchos jóvenes aún se sienten inseguros al salir de
cuarto medio, y optan por esperar un año antes de postular o matricularse en un centro de
estudios. Esto puede tener grandes ventajas, porque permite al adolescente definir mucho mejor
qué quiere hacer. Durante ese tiempo puede estudiar en un preuniversitario, o hacer estudios y
cursos que antes no pudo realizar por falta de tiempo. Desde ese punto de vista, puede
considerarse un año ganado y no perdido.

Comunicación y buena información son las claves para poder orientar a nuestros hijos al momento
de decidir sobre su futuro profesional.

Como padres tenemos la responsabilidad de orientar a nuestros hijos pero no por ello tenemos
que sabérnoslas todas. Por fortuna cuando se trata de guiarlos para su ingreso a la universidad no
estamos solos.

Orientar es brindar información a alguien que la desconoce, como nuestros hijos adolescentes que
con la búsqueda de carrera y universidad empiezan a sufrir la angustia de no saber qué camino
elegir.

Lo primero es brindarles tranquilidad, escuchar sus inquietudes, ofrecerles nuestro apoyo y sobre
todo nunca juzgarlos por lo que estén pensando.

Incluso de sus errores es posible que aprendan, así que lo mejor es darles las herramientas para
que tomen una decisión acertada.

Orientar también es dirigir el interés de alguien hacia un tema específico y además indicarle cómo
alcanzar sus objetivos.

Aquí la tarea de los padres se hace cada vez más compleja y tal vez sea momento de buscar apoyo
en los profesionales de la materia.

"Son varios las personas que pueden orientar al estudiante en su proceso de elección de carrera,
especialistas y no especialistas. Entre los especialistas más reconocidos se encuentran los
psicólogos y/o psicorientadores, sean aquellos que se encuentran en las instituciones educativas o
aquellos que trabajan la orientación vocacional desde la consultoría en empresas privadas que se
especializan en el tema", señala la Dra. Juliana Ojeda, Psicóloga de Promoción y Divulgación de la
Universidad del Rosario.

Nuestros hijos tienen acceso permanente a orientadores especializados en materia educativa. Los
colegios cuentan con áreas de psicología que ayudan a organizar el proyecto de vida y las
universidades han desarrollado programas de acercamiento que brindan igual apoyo.

Pasos para una orientación vocacional desde la familia


La orientación vocacional es un proceso sencillo siempre y cuando existan lazos de comunicación
fuertes y todos en la familia tengamos claro que lo que está en juego es el futuro de nuestros
hijos. Para esto las recomendaciones son:

* Hablar siempre con los jóvenes, no permitir que con la adolescencia se abran brechas. La
comunicación es lo primero.

* Tener claridad sobre sus competencias. No idealizarlo ni tampoco restarle valor a sus talentos y
saberes.

* Conocer su proyecto de vida o brindarle los mejores consejos para que construya uno que lo
haga feliz.

* Apoyarlo en la búsqueda de información sobre programas académicos e instituciones


universitarias.

* Hablarle con claridad sobre los temas financieros y hacerle ver la importancia de la decisión que
está tomando.

* Apoyarlo en la decisión que tome y acompañarlo en el proceso de ingreso a la universidad sin


presionarlo.

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