Examen de Parménides-KBF
Examen de Parménides-KBF
Examen de Parménides-KBF
Sabio le llamamos aludiendo a Cordero (2005). Este filósofo nos cuenta como no
sería nada inverosímil un poema como única obra, pues, la idea de un “filósofo” que
llevaba una vida contemplativa no aparece hasta Aristóteles. Lo cierto es que, los
presocráticos tenían otros oficios que nos lo encajaba exclusivamente en ese término, y
como ya hemos mencionado, Parménides tenía muchos otros conocimientos (p. 25-26).
Estos eran generalmente “sabios”. El impacto que produjo su poema fue suficiente para
establecer su autoridad, ya que precedió todas las discusiones de la filosofía griega y la
filosofía occidental hasta el día de hoy.
Ahora bien, en cuanto a la otra parte, volvemos a aceptar lo que no dice Cordero
con respecto al lugar de lo que “es” como una forma verbal y plural del tiempo presente
en el verbo ser. El ente que funciona como uno, que es continuo, denotaría la capacidad
de la realidad de los entes para existir y seguir existiendo. La realidad que contempla un
todo, precisamente como un “todo lo que es” (2005, p. 33). La mirada debe fijarse en el
uso novedoso de decir que “hay cosas”, y los entes como aquellos que poseen el hecho
de ser. Como se mencionó anteriormente, la forma plural del ser corresponde a los
“entes”. Un ente, un solo ser denotaría totalidad. En la realidad, existe el ser como
principio, es decir, existen las cosas que están siendo. Son totalidad en cuanto a que
están siendo en tiempo presente. La unidad del ser denota el continuo de lo que “es”.
“Hay, lo que está siendo” es otra forma de plantearlo que puede ayudar a la
interpretación.
Según el fragmento segundo, la verdad sería que existen los dos caminos, de lo que
“es” y lo que no “es” y el válido es el de lo que “es”. Como explicamos anteriormente, éste
sería el camino del Ser. Nuestra investigación se dirigiría al Ser y a la realidad de los entes.
Si volvemos a Cordero (que me parece muy útil en este caso) nuestra investigación entraría
a revisar una premisa que fue obvia para muchos pensadores: hay cosas. ¿Cómo hay cosas?
Es evidente, sí, pero ¿por qué? ¿Sería por la posibilidad de un principio regidor de todo,
creador de toda la realidad?
Bibliografía.
Chendo, M. (2017). “La prohibición de ir más allá del límite. Una lectura del
fragmento 8 de Parménides”. Disputatio 7 pp. 257–276.