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Miguel Olmo - Gorgias-Alfa 5

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COMENTARIO DIDÁCTICO AL GORGIAS DE PLATÓN

Miguel Olmo García*

El presente trabajo está pensado para que sea trabajado directamente por los alumnos
que cursen Historia de la Filosofía en el bachillerato LOGSE. El texto es uno de los
seleccionados para las pruebas de acceso a la universidad. Incluye una guía de lectura para
el alumno, así como una serie de actividades que deben realizarse paralelamente. También
incluye una contextualización del texto. Espero que pueda ser de utilidad para mis
compañeros en esta ardua tarea de enseñar.

COMENTARIO DE TEXTO: GORGIAS, 481 c –522 e.

1. LA OBRA:
El Gorgias lleva el subtítulo de acerca de la retórica. Es un diálogo de transición
escrito por Platón probablemente después de su primer viaje a Siracusa (388 a c. aprox). El
diálogo presenta varias novedades respecto a los diálogos de juventud. Desde el punto de
vista de su estructura formal es mucho más largo que los anteriores, y el personaje de
Sócrates discute no con uno, como era acostumbrado, sino con tres interlocutores: Gorgias,
Polo y Calicles. Conforme son acosados y refutados dialécticamente interviene el siguiente.
Pero, ¿quiénes son estos personajes con los que discute Sócrates? Gorgias es bien conocido
por todos, es el famoso sofista de Leontini (Sicilia) y con él discute Sócrates sobre retórica.
Polo es presentado como un ferviente admirador y seguidor de Gorgias. Cuando le sucede en
la discusión el debate se centra en las implicaciones morales y políticas de la retórica.
Después irrumpe bruscamente Calicles para tratar a fondo la cuestión de la justicia y los
fines mismos de la vida humana. Pero de Calicles nada sabemos. Platón nunca más habló de
él. Tampoco se tienen referencias sobre este personaje en la literatura del momento.
Seguramente es un personaje inventado por Platón. En cualquier caso, en el diálogo aparece
como un joven con ambiciones políticas que ha estudiado con los sofistas (487 c), pero que
no es un sofista. Es demasiado ambicioso para dedicarse a la enseñanza y desprecia tanto a
los sofistas (520 a) como a los que siguen filosofando una vez pasada la juventud (485 d).
Platón le da el papel de un ferviente amoralista para exponer las últimas consecuencias de la
utilización de la retórica y su peligrosidad cuando se utiliza con fines políticos.
Otra de las novedades que presenta este diálogo es referente a la imagen misma de
Sócrates. Platón no presenta a este personaje con su acostumbrada profesión de ignorancia.
Sócrates se enfrenta a los sofistas y a Calicles con una actitud firme y resuelta en su rechazo
de la retórica y del hedonismo. En sus discusiones con los tres interlocutores forma una
arrolladora argumentación en pro de la tesis de que lo que se necesita para gobernar la ciudad
no es habilidad retórica, sino auténtico conocimiento y amor a la justicia. Al final del diálogo
no quedan las acostumbradas dudas ni aporías que aparecían en los diálogos de juventud.
Sócrates defiende con firmeza la vida dedicada a la filosofía, porque sólo el filósofo, el
conocedor de la justicia, puede ser un buen político. Ni las enseñanzas de los sofistas ni el
poder y las riquezas conducen a la verdadera felicidad. Sólo quien induzca a los ciudadanos
a cuidarse de su propia alma, llevará a la ciudad a la justicia y felicidad. El verdadero político
es un educador del pueblo. La tarea política es una tarea educativa.

*
Profesor del I.E.S. “Las Salinas” de San Fernando, Cádiz.
Antes de comenzar a leer el Gorgias hay que tener en cuentas varias
consideraciones.
En primer lugar, el Gorgias es un diálogo donde se tratan cuestiones éticas y políticas
esencialmente. Pero hay que tener presente que el pensamiento ético-político de Platón se
apoya en una teoría del conocimiento, en una psicología y éstas a su vez en su teoría de las
ideas. Sólo teniendo en cuenta estos aspectos de su pensamiento podemos apreciar su
posición en el terreno moral y político. Platón es un pensador político, pero es mucho más
que eso. Su pensamiento conforma un sistema perfectamente engarzado en el que la clave es
la teoría de las ideas.
En segundo lugar, el Gorgias es un diálogo de transición y por tanto hay que verlo
dentro de la evolución del pensamiento ético-político de Platón. Los diálogos de juventud se
ceñían cada uno de ellos al tratamiento de una virtud. En el Lisis se trataba de definir la
amistad, en el Laques, el valor, en el Cármides, la prudencia, en el Eutifrón, la piedad, en el
Hipias Mayor, la belleza. En los diálogos posteriores, se avanza en este asunto hacia la
relación de las virtudes y su posible fundamentación en una unidad. La culminación de la
teoría ético-política de Platón se encuentra en la República, en la cual se relaciona las tres
famosas virtudes (prudencia, valentía y moderación) con la justicia, como virtud que da
fundamento y unidad al resto. Pues bien, el Gorgias hay que situarlo a medio camino entre la
dispersión de los diálogos de juventud y la teoría madura de la República.

2. DESARROLLO DEL DIÁLOGO Y GUÍA DE LECTURA:

Discusión de Sócrates con Gorgias y Polo


Dado que Gorgias es maestro de retórica, Sócrates comienza interrogándole acerca
de su profesión. En opinión de Gorgias la retórica es el arte de la discusión y es el mayor de
los bienes que el hombre puede desear dado que el que la domina puede persuadir al
auditorio sobre cualquier asunto. La capacidad de persuasión es "la más grande de las cosas
humanas” puesto que en los debates públicos no domina el experto, sino el mejor orador.
Pero Sócrates replica que la superioridad del retórico sobre el experto es sólo aparente, ya
que sólo la tiene ante los ignorantes, pues ante un auditorio instruido prevalece siempre la
opinión del experto. Por otro lado, comenta Sócrates, el objetivo de la política es la justicia y
a ella deberían subordinarse todas las demás cosas. Gorgias se ve obligado, en el curso de la
discusión, a admitir que también el orador debe de ocuparse de lo justo e injusto. Finalmente
llega a reconocer, derrotado dialécticamente, que la retórica debería subordinarse a la moral.

Entonces interviene Polo para proclamar la excelencia de la retórica. En su réplica,


Sócrates niega el carácter científico de la retórica. La considera una práctica encaminada a
obtener el aplauso de la mayoría ignorante y a suscitar en ella emociones placenteras. Es un
falso arte fundado en la adulación, en el halago servil y así obtiene esa apariencia de
dominio, apoyada en la persuasión irracional. Frente a la retórica, Sócrates coloca a la
justicia. La justicia sí que es una verdadera ciencia, un verdadero saber basado en razones
que busca mejorar el alma del ciudadano; en cambio, la retórica es un saber aparente (un
pseudosaber) que busca la adulación. A la tesis de que la retórica es sólo adulación, Polo
sólo puede objetar que los oradores son gente poderosa. El debate se centra entonces en la
idea de poder. Polo pone como ejemplo de poder y felicidad a Arquelao, el tirano de
Macedonia. Pero Sócrates se niega a admitir que sea feliz, pues la felicidad, según él, no se
basa en el poder. Paradójicamente, Sócrates defiende que sólo el hombre justo puede ser
feliz, y que es mejor sufrir injusticias que cometerlas. Cometer injusticia es peor que sufrirla,
puesto que al cometerla se empeora el alma, y este es el mal mayor que puede padecer un
hombre. Además, el cometer injusticia impunemente es lo peor de todo ya que confirma al
alma en el mal, en cambio el castigo podría reformarla. La felicidad según Sócrates se funda
en la justicia y educación. Arrastrado por el acoso dialéctico, Polo, muy a pesar suyo,
reconoce que es mejor sufrir injusticias que cometerlas. Polo acaba derrotado y entonces le
reemplaza Calicles... (en este lugar comienza el texto seleccionado para las pruebas de
selectividad)

Discusión de Sócrates con Calicles. (481 c- 522 e)


Calicles, el amoralista: el derecho se basa en la fuerza.
Calicles (482 d) acusa a Sócrates de confundir a sus oponentes al no distinguir entre
lo que es justo en un sentido convencional (nomos) y lo que es justo según la naturaleza (el
dominio del más fuerte); pues al reconocer Gorgias que el retórico debe enseñar qué es justo
y al admitir Polo que es peor (más feo) cometer injusticia que sufrirla, hablaban en sentido
convencional.
Calicles (483 a) rechaza la moralidad tramposa del nomos y defiende la justicia
basada en la naturaleza, la ley del más fuerte. Hacer el mal puede ser vergonzoso desde el
punto de vista de los convencionalismos sociales, pero esto no es más que una moral
gregaria. El nomos, con su sentido igualitario, lo establecen los débiles para defenderse de
los fuertes, responde por tanto al acuerdo interesado de la masa. Los débiles que son la
mayoría se juntan para modelar y esclavizar a los mejores y más fuertes de los hombres y
proclaman como justas las acciones más convenientes para ellos. Calicles defiende
cínicamente el derecho basado en la fuerza, justificando que el fuerte pisotee y transgreda las
leyes de la ciudad impunemente.
Como es bien sabido, Platón en sus obras se opone frontalmente a esta concepción de
la justicia defendida por Calicles. La justicia, efectivamente, debe fundamentarse en la
naturaleza humana como dice Calicles, pero lo propio y natural del hombre no es la
búsqueda del placer y de dominio, sino el predominio de la razón. Es, por tanto, el ejercicio
de la razón el que determinará el comportamiento justo tanto individual como socialmente.
Calicles (484 d) exhorta a Sócrates amistosamente para que deje de dedicarse a la
filosofía dado que es un pasatiempo impropio de sus años. Acepta su valor en la etapa
formativa del hombre, pero le advierte en un tono dramático de qué poco le serviría si le
acusasen injustamente ante un tribunal y no supiera defenderse. Le recomienda
amigablemente que se dedique al “buen concierto de los negocios” y que imite a los que
tienen “riqueza, estimación y otros muchos bienes”.
Sócrates (488 c) comienza a argumentar: puesto que la multitud es más fuerte que
cualquier individuo, y ella es quien impone las leyes (nomos), no se puede dejar de
reconocer que la moral impuesta por la masa –igualdad, moderación, etc., - es ya una moral
del más fuerte y, por tanto, natural. Calicles responde que con la expresión “más fuerte” no
se refería a más fuerte de cuerpo (fortaleza física), él se refería a los más decididos, a los más
juiciosos en el gobierno de la ciudad, al más poderoso. Sócrates reprocha a Calicles sus
constantes cambios de opinión (491 c).
Calicles, el hedonista:
Sócrates (491 d) pregunta si el más poderoso es necesario que se domine a sí mismo,
que sea moderado en sus pasiones y deseos. Calicles le responde que entonces los
moderados serían idiotas (“de este modo las piedras y los muertos sería felicísimos”). La
felicidad para Calicles consiste en la plena satisfacción de los deseos, en el placer (ideal de
felicidad al que sólo los poderosos pueden aspirar).
Sócrates: el bien no se identifica con el placer.
Sócrates (493 b) pasa a comparar el alma pasional con un tonel agujereado por su
carácter insaciable. El hombre de deseos ilimitados es como un recipiente agujereado que
deja escapar todo su contenido. Nunca puede llenarse y por tanto nunca está satisfecho.
Calicles se niega a aceptar esto. El fondo de la argumentación de Sócrates es que la
identificación que hace Calicles del bien con el placer es totalmente equivocada.
Efectivamente, si se identifica el bien con el placer entonces se siguen consecuencias
absurdas como que pasar una vida entera rascándose es bueno (494 c). La conclusión de
Sócrates es clara: no todo placer es bueno, o sea que bien y placer no se identifican. Para
demostrarlo Sócrates utiliza distintas argumentaciones (495 c en adelante) y Calicles no
tiene más remedio que admitir que unos placeres son mejores que otros (499 b).
La retórica frente a la justicia:
Sócrates (500 a) considera que para precisar la distinción entre placeres buenos y
placeres malos, es necesario el saber de un técnico en esa ciencia del bien y del mal.
Recuerda que respecto al cuerpo hay dos prácticas: una, la cocina o culinaria, que busca el
placer exclusivamente y otra, la medicina, que busca la salud o el bien del cuerpo. Esta
última es muy superior a la primera. Pues bien, respecto al alma también hay dos actividades
(“dos clases de retórica” dice el texto, 503 b): una, la retórica, que es pura adulación y que
busca halagar servilmente al pueblo (busca el placer); la otra, (la filosofía), que busca el bien,
hacer mejores a los ciudadanos, que sus almas sean moderadas y justas. Son dos tipos de
actividades que vienen a distinguir al orador del verdadero político. Sócrates ya había hecho
anteriormente una distinción en el diálogo con Gorgias entre el tipo de persuasión que
engendra conocimiento en el hombre persuadido y el que no lo hace. En el primer caso, la
persuasión consiste en ofrecer razones. En el segundo, en someter al auditorio a una presión
psicológica que produciría una convicción infundada (la base es la distinción platónica entre
el saber y la opinión). A esta tesis se añade ahora otra razón descalificadora para la retórica:
el auténtico saber busca el bien, en cambio el pseudosaber busca meramente el placer.

CUERPO ALMA
Saber (busca el bien) Medicina Justicia (filosofía)
Pseudosaber (busca el placer) Cocina Retórica

Sócrates está oponiendo dos tipos de vida. ¿Se debe elegir la retórica del político
orador o se debe elegir la filosofía? Una perseguiría el placer y el aplauso, descuidando el
interés público, la otra procura que las almas de los ciudadanos se hagan mejores y se
esfuerza en decir lo más conveniente, sea agradable o desagradable para los que oyen.
Sócrates pregunta a Calicles si conoce a algún buen político y éste cita a los afamados
Temístocles, Cimón, Milcíades y Pericles. Sócrates se niega a reconocer que éstos sean
buenos políticos.
Un alma buena y virtuosa:
La cuestión anterior lleva a Sócrates a determinar en qué consiste el bien del alma.
Un alma buena es un alma ordenada, moderada y justa, en cambio el alma desenfrenada,
inmoderada e injusta será mala (504 b).
Sólo la virtud puede llevar a la felicidad:
Sócrates da un paso más en su argumentación y llega a conectar la virtud y la
felicidad (507 c). El hombre moderado y justo no sólo es bueno sino que también feliz,
pudiera ser abofeteado o ultrajado pero es mucho mayor el perjuicio para el que causa la
injusticia que para el que la recibe. La manera de evitar sufrir alguna injusticia sólo es
ponernos de parte del poderoso, del tirano, pero esto nos convertiría en injustos y esto, como
se ha comentado ya, es el peor de los males (511 a). La retórica no ayuda a nada. Sí, puede
ayudarte a salvar la vida ante un tribunal que te acusase injustamente, pero una vida larga no
implica el que una vida sea buena y justa. El vivir mucho o poco tiempo no debe preocupar
al hombre justo, en cambio cuanto más larga sea la vida del injusto mayor será su desgracia
(512 e).
Crítica a los políticos y sofistas:
Sócrates pasa a comparar los saberes técnicos como la edificación y la medicina con
el saber político (514 b). Así como el constructor mejora los edificios y el médico mejora a
los enfermos, el político también debería mejorar a los ciudadanos (515 d). Desde esta óptica
Sócrates critica duramente a los políticos afamados de Atenas. Pericles, Cimón, Temístocles
y Milcíades se ocuparon de enriquecer y fortificar la ciudad, pero no de educar a sus
ciudadanos y los hicieron más codiciosos, cobardes y egoístas. Buscaron saciar sus apetitos,
pero no se ocuparon de moderar y reprimir sus pasiones El verdadero político es el educador,
aquel que se dedica a mejorar el alma de los ciudadanos.
Es absurdo que los políticos se quejen
de ser tratados injustamente por los ciudadanos
y que los sofistas, que afirman enseñar la ATENAS S. V. a C.
virtud, digan que sus discípulos actúan
- 480. Fin de las guerras médicas.
injustamente con ellos y no les pagan sus Victoria definitiva de los griegos contra
remuneraciones. Cuando acusan a sus los persas. Atenas sale fortalecida
discípulos se están acusando a ellos mismos respecto a las demás polis griegas.
que no han sabido enseñarles a ser justos. Atenas representaba la libertad griega
Sofista y orador son cosas iguales o semejantes frente al bárbaro y también la libertad
política, pues encarnaba la democracia
(519 c). desde el inicio de siglo.
Sócrates, político y educador:
El texto acaba (521 e) considerándose - 478. Liga de Delos. Las polis griegas se
Sócrates un benefactor del pueblo ateniense, el unen ante el futuro peligro persa. En las
único verdadero político y educador. Añade décadas siguientes, Atenas ejercerá
una política imperialista dentro de la liga
que no le extrañaría, a pesar de todo, que un que será vista con recelo por los
tribunal pudiera condenarle a muerte, pero el aliados. Esta situación llevará
hombre justo no debe temerle a la muerte. finalmente a la guerra contra Esparta.
(...) Platón acaba el diálogo con un
mito sobre el futuro de las almas en el Hades. - 450. Protágoras llega a Atenas y se
relacionará con Pericles. El auge del
En el más allá serán recompensadas o movimiento sofístico aparece con la
castigadas según sus méritos. grandeza de Atenas y desaparecerá
con su decadencia.
3. CONTEXTO HISTÓRICO, FILOSÓFICO
Y CULTURAL. - 431-404. Guerra del Peloponeso
(Atenas-Esparta).

El Gorgias es uno de los más - 429. Muerte de Pericles y de su política


impetuosos e impresionantes de los escritos de inteligente.
Platón y debe contemplarse dentro del debate
ético-político que mantiene con los sofistas. - 427. Nace Platón. Gobierno de los
demagogos (Cleón, Nicias, Alcibíades).
Toda la discusión gira en torno a la idea Éstos, políticos educados en el espíritu
fundamental de que lo que se necesita para el sofista, llevarán a Atenas al desastre
buen gobierno de la ciudad, no en habilidad con su política ambiciosa e irracional.
retórica, sino auténtico conocimiento y amor a
la justicia. Desde esta óptica, Platón criticará - 404. Derrota definitiva de Atenas.
Gobierno de los treinta tiranos.
tanto la retórica como la actividad política y a
los sofistas. - 403. Restauración de la democracia en
a) La retórica constituye el arma Atenas.
fundamental de los políticos-oradores para el
dominio de la masa. Con ello viene el poder y - 399.Un torpe gobierno democrático
condena a Sócrates.
con el poder la posibilidad de satisfacer los
deseos y caprichos (conexión retórica-poder- - 388 aprox. Platón viaja a Siracusa,
Poco después escribe el Gorgias.
placer). Pero la retórica no es un verdadero saber, sino un pseudosaber que busca la
persuasión por medio de discursos (infundir opiniones en los que escuchan). El verdadero
saber busca el bien, en cambio el pseudosaber busca el placer.
b) Los políticos del momento son unos demagogos que buscan a toda costa sus intereses
particulares pero no el bien de la ciudad; tampoco los que mayor prestigio tuvieron, como
Pericles, fueron buenos políticos, pues aunque hicieron grande a Atenas, no hicieron más
moderados y justos a sus ciudadanos, sino cobardes y perezosos.
c) Los Sofistas lo que enseñan es retórica, son “maestros” de un aparente saber.
Esta crítica ha de contemplarse, a su vez, dentro del contexto de la crítica platónica a
la democracia ateniense. Como muchos otros escritores del siglo V a C., Platón es hostil a la
democracia. En la República la cataloga como la forma de gobierno más alejada de la
constitución ideal si exceptuamos la tiranía. Y es que la democracia fue considerada como la
responsable de la derrota de Atenas contra Esparta en la guerra del Peloponeso. Atenas en
este período estuvo gobernada por políticos educados en el espíritu sofista (Cleón, Nicias,
Alcibíades). Comenta Tucídides, en la Historia de la guerra del Peloponeso que mientras
gobernaba Pericles todo iba bien, pero los que le sucedieron practicaban la política del salto
adelante, buscando acciones que inclinaran la victoria del lado ateniense en una puja
desesperada a la cual no era ajena la búsqueda de prestigio y poder personal. Esparta en
varias ocasiones tiende la mano pero Atenas la rechaza. No es extraño que en estas
circunstancias los escritores del momento se muestren críticos con el sistema político que dio
lugar al desastre y con los gobernantes de la época, educados por los sofistas.

Por otra parte, Platón siente un enorme recelo y miedo por la muchedumbre de la
democracia, esa masa inculta y apasionada que gusta del halago y que se deja aconsejar por
los demagogos, esa masa que torpemente condenó a muerte a Sócrates, “el más justo de los
hombres de su tiempo”. Sin lugar a dudas, la condena y muerte de Sócrates fue un hecho que
influyó decisivamente en la vida de Platón y en su visión política. En el Gorgias son
continuas las referencias a la peligrosidad que entraña la actividad filosófica cuando difiere
frente al poder establecido y el tono dramático del diálogo se consigue con las continuas
alusiones a la condena socrática.

La crítica a la democracia puede hacerse también desde una perspectiva más


filosófica. El igualitarismo democrático conlleva cierta irracionalidad desde el punto de vista
platónico: algunos cargos importantes se sorteaban, podían decidir todos en algunos asuntos
difíciles, la asamblea se dejaba aconsejar por incompetentes, etc. En definitiva, en
democracia las decisiones se toman por mayoría, pero el hecho de que sean mayoritarias no
quiere decir que sean acertadas, porque el saber decidir es cosa de expertos, de sabios. No
cabe duda de que la democracia, para Platón, es el gobierno de los ineptos. Por tanto, el
principio fundamental de esta crítica es la concepción platónica de la política como saber
riguroso o ciencia; saber del cual carecen la multitud que decide, los oradores que aconsejan
y los sofistas que enseñan. Se trata en definitiva del intelectualismo socrático que concibe la
virtud y la política como conocimiento o saber.

4. ACTIVIDADES:

Actividad 1: Texto 483 b


Calicles.- Por esta razón, con arreglo a la ley se dice que es injusto y vergonzoso
tratar de poseer más que la mayoría y a esto llaman cometer injusticia. Pero, según yo
creo, la naturaleza misma demuestra que es justo que el fuerte tenga más que el débil y el
poderoso más que el que no lo es. Y lo demuestra que es así en todas partes, tanto en los
animales como en todas las ciudades y razas humanas, el hecho de que de este modo se
juzga lo justo: que el fuerte domine al débil y posea más. En efecto, ¿en qué clase de
justicia se fundó Jerjes para hacer la guerra a Grecia, o su padre a los escitas, e
igualmente, otros infinitos casos que se podrían citar? Sin embargo, a mi juicio, estos
obran con arreglo a la naturaleza de lo justo, y también, por Zeus, con arreglo a la ley de
la naturaleza.
Cuestiones:
1. Señala la idea más importante que se expone en el texto y coméntala.
2. ¿Cómo la justifica Calicles?
3. ¿Está de acuerdo Sócrates con ella?

Actividad 2: Texto 500 e


Sócrates.- Continuemos; respecto a lo que antes decía yo a éstos, dame también tu
asentimiento, si es que entonces te pareció que decía la verdad. Decía, poco más o menos,
que la culinaria no me parece un arte, sino una rutina, a diferencia de la medicina, y
añadía que la medicina ha examinado la naturaleza de aquello que cura, conoce la causa
de lo que hace y puede dar razón de todos sus actos, al contrario de la culinaria, que pone
todo su cuidado en el placer, se dirige a este objeto sin ningún arte y, sin haber examinado
la naturaleza ni la causa del placer, es, por así decirlo, completamente irracional y sin
cálculo. Solamente guarda por rutina y práctica el recuerdo de lo que habitualmente suele
suceder, por medio del cual procura los placeres. Así pues, examina en primer lugar si
crees que estas palabras son acertadas y si hay también, respecto al alma, otras actividades
semejantes, unas sistemáticas, con previsión de lo mejor con respecto al alma, otras que
no se preocupan de esto, sino que, como en el cuerpo, buscan solamente de qué modo se
puede procurar el placer de ella, sin examinar qué placer es mejor o peor, ni preocuparse
de otra cosa que de causarle agrado, sea beneficioso, sea perjudicial. Yo creo, Calicles,
que sí existen estas actividades y afirmo que todo ello es adulación, se trate del cuerpo,
del alma o de cualquier otra cosa cuyo placer se procure sin considerar lo beneficioso y lo
perjudicial. ¿Eres tú del mismo parecer que yo acerca de esto o dices lo contrario?.
Cuestiones:
1. En el texto se diferencia primero entre dos actividades. ¿Cuáles son y cuáles
son sus diferencias?
2. Después habla Sócrates de otras dos actividades que no nombra. ¿Cuáles son y
cuáles son sus diferencias?

Actividad 3: Texto 502 e


Sócrates.- Sigamos; ¿y qué es, a nuestro juicio, la retórica que se dirige al pueblo
ateniense y a los pueblos de otras ciudades, a los hombres libres? ¿Piensas tú que los
oradores hablan siempre para el mayor bien, tendiendo a que los ciudadanos se hagan
mejores por sus discursos, o que también estos oradores se dirigen a complacer a los
ciudadanos y, descuidando por su interés particular el interés público, se comportan con los
pueblos como con niños, intentando solamente agradarlos, sin preocuparse para nada de si,
por ello, les hacen mejores o peores?
Calicles.- Tu pregunta no es sencilla, pues algunos pronuncian sus discursos
inquietándose por el bien de los ciudadanos, pero otros son como tú dices.
Sócrates.- Es suficiente. Pues si hay estas dos clases de retórica, una de ellas será
adulación y vergonzosa oratoria popular; y hermosa, en cambio, la otra, la que procura
que las almas de los ciudadanos se hagan mejores y se esfuerza en decir lo más
conveniente, sea agradable o desagradable para los que lo oyen. Pero tú no has conocido
jamás esta clase de retórica; o bien, si puedes citar algún orador de esta especie, ¿por qué
no me has dicho ya quién es?
Calicles.- Por Zeus, no puedo nombrar a ninguno de los oradores, por lo menos de
los actuales.
Cuestiones:
1. ¿En qué contexto político se está hablando en el texto? ¿Qué sistema político
sirve de fondo a este texto?
2. Explica la importancia de la retórica en ese contexto.
3. Explica los dos usos que se puede hacer de ella según Sócrates.

Actividad 4: Texto 507 b


Sócrates.- Pues digo que si el alma moderada es buena, la que se encuentra en
situación contraria es mala y ésta que llamamos insensata y desenfrenada. Así es, sin
duda. Y, además, el hombre moderado obra convenientemente con relación a los dioses y
a los hombres, pues no sería sensato si hiciera lo que no se debe hacer. Es preciso que sea
así. Y, sin duda, si obra convenientemente respecto a los hombres, obra con justicia, y si
respecto a los dioses, con piedad; y el que obra justa y piadosamente por fuerza ha de ser
justo y piadoso. Así es. Y, además, también decidido, pues no es propio de un hombre
moderado buscar ni rehuir lo que no se debe buscar ni rehuir; al contrario, ya se trate de
cosas, hombres, placeres o dolores, debe buscar o evitar solamente lo que es preciso y
mantenerse con firmeza donde es necesario; por consiguiente, es absolutamente forzoso,
Calicles, que el hombre moderado, según hemos expuesto, ya que es justo, decidido y
piadoso, sea completamente bueno; que el hombre bueno ejecute sus acciones bien y
convenientemente, y que el que obra bien sea feliz y afortunado; y al contrario, que sea
desgraciado el perverso y que obra mal; este hombre es precisamente todo lo contrario del
moderado, es el desenfrenado al que tú alababas.
Cuestiones:
1. Explica el significado de los términos en negrita.
2. Expón y explica las ideas más importantes del texto.
3. Compara las virtudes que aparecen en el texto con las que aparecen y expone
Platón en la República.
4. ¿Qué relación existe entre la virtud y la felicidad?

Actividad 5: Texto 519 c


Sócrates.- Sin embargo, veo que sucede en estos tiempos algo absurdo y eso
mismo lo oigo referir en relación con las gentes del pasado. Observo, en efecto, que
cuando la ciudad procede contra alguno de los políticos por creer que ha cometido una
falta, éstos se irritan y se lamentan de que se les trate indignamente, y dicen que, después
de haber hecho multitud de beneficios a la ciudad, ésta intenta perderlos injustamente.
Pero todo eso es falso; nadie que gobierne una ciudad puede jamás perecer injustamente
condenado por la misma ciudad que gobierna. Parece que con los que se jactan de ser
políticos sucede lo mismo que con los sofistas. En efecto, los sofistas, que son sabios en
todo lo demás, cometen, sin embargo, este absurdo. Aunque afirman que son maestros de
la virtud, con frecuencia acusan a sus discípulos de obrar injustamente con ellos, por no
pagarles sus remuneraciones ni dar otras pruebas de agradecimiento a cambio de los
beneficios recibidos. Sin embargo, ¿qué puede haber más absurdo que estas palabras?
Unos hombres que han llegado a ser buenos y justos, a quienes su maestro ha dejado
limpios de injusticia, que tienen dentro de sí la justicia, ¿podrían causar daño con lo que
no tienen? ¿No te parece que esto es absurdo, amigo? Me has obligado a hablar como un
verdadero orador popular, Calicles, por no querer responderme.
Cuestiones:
1. Explica el significado de las expresiones en negrita.
2. ¿Por qué dice Sócrates que “nadie que gobierne una ciudad (justamente) puede
jamás perecer injustamente condenado por la misma ciudad que gobierna”?
3. ¿Cuál es el fundamento de la crítica que Sócrates hace a los políticos y a los
sofistas?

Actividad 6: Texto 521 e


Sócrates.- Creo que soy uno de los pocos atenienses, por no decir el único, que se
dedica al verdadero arte de la política y el único que la practica en estos tiempos; pero
como, en todo caso, lo que constantemente digo no es para agradar, sino que busca el
mayor bien y no el mayor placer, y como no quiero emplear esas ingeniosidades que tú
me aconsejas, no sabré qué decir ante un tribunal. Se me ocurre lo mismo que le decía a
Polo, que seré juzgado como lo sería, ante un tribunal de niños, un médico a quien
acusara un cocinero. Piensa, en efecto, de qué modo podría defenderse el médico puesto
en tal situación, si se le acusara con estas palabras: «Niños, este hombre os ha causado
muchos males a vosotros; a los más pequeños de vosotros los destroza cortando y
quemando sus miembros, y os hace sufrir enflaqueciéndoos y sofocándoos; os da las
bebidas más amargas y os obliga a pasar hambre y sed; no como yo, que os hartaba con
toda clase de manjares agradables.» ¿Qué crees que podría decir el médico puesto en ese
peligro? O bien, si dijera la verdad: «Yo hacía todo eso, niños, por vuestra salud», ¿cuánto
crees que protestarían tales jueces? ¿ No gritarían con todas sus fuerzas?
Cuestiones:
1. Explica el significado de los conceptos que aparecen en negrita.
2. ¿En qué consiste el “verdadero arte de la política” para Platón?
3. ¿Por qué se considera Sócrates el único que la practica? ¿Qué razones da en el
Gorgias para decir esto?
4. ¿A qué “ingeniosidades” se refiere Sócrates? Explica qué quiere decir Sócrates
cuando pone el caso del médico acusado por el cocinero ante un tribunal de
niños.

BIBLIOGRAFÍA. Las obras utilizadas son las siguientes. Las referencias a estas obras
deberían haber sido continuas pero por cuestiones pedagógicas no aparecen.
- La traducción del Gorgias utilizada corresponde a la edición de los Diálogos de
la Biblioteca Clásica Gredos, Madrid, 1983.
- Calvo Martínez, T.: De los sofistas a Platón: política y pensamiento. Cincel,
Madrid, 1986.
- García Gual, C.: “Platón” en Victoria Camps: Historia de la Ética, vol. I.
Editorial Crítica, Barcelona, 1988.
- __: “Los sofistas y Sócrates”, en idem.
- Romilly, J. De: Los grandes sofistas en la Atenas de Pericles. Seix Barral,
Barcelona, 1997.
- MacIntyre, A.: Historia de la Ética. Paidós, Barcelona, 1981.

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