Examen Rafa
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VELO DE LA IGNORANCIA→ Así, la elección que las personas racionales, libres y auto
interesadas (no envidiosas) harían en esta situación hipotética de igual libertad determina
los principios de la justicia e implica que la elección de principios morales no debe estar
influenciada por nuestras situaciones particulares. Es por ello que para imposibilitar la
influencia de las circunstancias propias de cada uno, los sujetos se encuentran situados
detrás de un “velo de la ignorancia”. Este velo impide a los individuos conocer cuál es su
lugar de clase, su estatus social, o la fortuna o desgracia que han tenido en la distribución de
capacidades naturales. Tampoco conocen sus concepciones del bien o sus particulares
inclinaciones psicológicas. En suma, los agentes desconocen toda aquella información que
les podría permitir orientar las decisiones en su propio favor.
De este modo, las partes en esta posición original se orientan a alcanzar un acuerdo capaz
de considerar imparcialmente los puntos de vista de todos los participantes. Podría decirse
que la posición original es el status quo inicial apropiado y que, en consecuencia, los
acuerdos fundamentales logrados en ella son justos.
Se intenta ocupar el VACÍO DEJADO POR LAS EXPLICACIONES RELIGIOSAS sobre la moral y
la autoridad. Existe un contrato hipotético: un acuerdo que funciona bajo ciertas
“condiciones ideales” frente al contrato histórico formulado por Hobbes, Locke y Rousseau.
Los principios resultantes del contrato deben aplicarse a “sociedades bien ordenadas”
(orientadas a promover el bien de sus miembros), donde prevalezcan “circunstancias de
justicia”:
1. No existe ni una extrema escasez ni una excesiva abundancia
2. Las personas, en términos generales, son semejantes en sus capacidades físicas y
mentales
3. Las personas son vulnerables frente a las agresiones de los demás
PRINCIPIOS→ Los sujetos terminarán por comprometerse con dos principios básicos de
justicia: (PÁG 227)
1º PRINCIPIO: Cada persona ha de tener un derecho igual al esquema más amplio de
libertades básicas iguales, compatible con un esquema similar de libertad para todos.
(-Esto es consecuencia clara de que los agentes desconocen los datos vinculados con su
propia concepción del bien, con lo que todos estarán
interesados en que cualquiera sea la concepción del bien que terminen
adoptando, las instituciones básicas de la sociedad nos les habrán de
perjudicar ni discriminar. )
Crítica libertaria → Una de las principales y más recientes críticas a la teoría de la justicia de
Rawls provino de quien era su colega en la Universidad de Harvard, Robert Nozick, filósofo
liberal conservador, que reaccionaba frente al tipo de igualitarismo defendido por Rawls. La
teoría de Nozick va a requerir de un Estado mucho menos ambicioso en cuanto a sus
pretensiones: un estado mínimo dedicado exclusivamente a proteger a las personas contra
el robo, el fraude y el uso ilegítimo de la fuerza, y a respaldar el cumplimiento de los
contratos celebrados entre tales individuos.
Defiende que el Estado no puede usar su aparato coercitivo con el propósito de hacer que
algunos ciudadanos ayuden a otros o para prohibirle a la gente actividades para su propio
bien o protección.
Lo que para Rawls representa un sistema institucional justo constituye para Nozick un
sistema temible: según Nozick se violenta el principio de la autopropiedad al punto tal de
que cobre sentido hablar de una nueva forma de esclavitud, defendida en el nombre de la
justicia. Nozick defenderá una sociedad organizada como un
«MARCO PARA LA UTOPÍA» —> un marco dentro del cual quienes quieran vivir de acuerdo
a pautas liberales, conservadoras, comunistas, socialistas, podrán hacerlo, en tanto sepan
respetar los derechos de los demás. El primer paso que va a dar Nozick, entonces, es el de
mostrar la posibilidad de que el Estado se desarrolle sin incurrir en violaciones de derechos
fundamentales.
PRESUPUESTO PERSONAS ESCOGEN SUS FINES→ Sandel objeta, ante todo, el presupuesto
rawlsiano conforme al cual las personas escogen sus fines, sus objetivos vitales.
Este presupuesto, según el autor comunitarista, conlleva una visión descriptivamente pobre
del ser humano. La adopción de dicho presupuesto implica dejar de lado una visión de la
persona como sujeto que reconoce la importancia de los valores de la comunidad, valores
que las personas no eligen sino que descubren y reconocen mirando hacia las prácticas
propias de los grupos a los que pertenecen.
IDEA SEGÚN LA CUAL YO ANTECEDE FINES→ Sandel objeta, además, otro aspecto propio de
la concepción rawlsiana: la idea según la cual ‘el yo antecede a sus fines’. Establece en este
sentido Sandel que esta idea lleva implícito que, por más intensa que sea mi identificación
con un determinado fin, el mismo nunca será visto como algo constitutivo de mi persona.
Dicha visión parece excluir, también, la posibilidad de que atribuyamos obligaciones o
responsabilidades a una determinada comunidad, en su condición de tal.
Por otra parte, los republicanos cívicos podrían sostener que la neutralidad del estado de
RAWLS es una utopía, ya que esa neutralidad es imposible de alcanzar en una sociedad
pluralista, como la que defienden los republicanos.
La posmodernidad puede ser definida como una ruptura de las complejas relaciones entre la
condición social presente y la formación que la antecede y origina. Esta ruptura se
manifiesta en una serie de fenómenos, como la crisis de los grandes relatos, la
fragmentación de la identidad, la proliferación de los simulacros y la pérdida de confianza en
la razón.
La posmodernidad puede interpretarse como la modernidad desarrollada que se percata de
las consecuencias de sus actos, de lo que ha producido. Como una relación causa-efecto, la
posmodernidad no fue planeada sino un infortunio producto derivado de la modernidad. La
condición posmoderna se constituye en el espacio del movimiento y cambio continuo que
sin embargo no tiene una dirección claramente definida. Este aspecto refleja
adecuadamente la metáfora de los “movimientos de Brown”: ningún estado temporal
resulta necesariamente de uno anterior ni es causa suficiente del estado posterior. La
condición posmoderna es no-determinada y no-determinante.
Lo que para Karl Marx era consecuencia de la acción corrosiva del capitalismo, puede
generalizarse respecto a la modernidad: el desmantelamiento de la venerable tradición y la
incesante búsqueda de nuevas formas de hacer las cosas producen el cambio permanente.
Zygmunt Bauman, reacio al término “posmodernidad” (ya que estimaba que falta
perspectiva histórica para dar por terminada la modernidad), clamaba: “La nuestra es una
versión privatizada de la modernidad”. Hoy la esfera pública “no tiene otra sustancia que ser
el escenario donde se confiesan y exhiben las preocupaciones privadas". Y advertía contra
las “comunidades perchero”, de quita y pon, declaraba “el fin de la era del compromiso
mutuo”, advertía de que “ya no hay líderes sino asesores”. Y concluía: “Cuando las
creencias, valores y estilos han sido privatizados (…), los sitios que se ofrecen para el
rearraigo se parecen más a un hotel que a un hogar”.