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2022 La Ciguatera Un Riesgo Potencial

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La Ciguatera Un riesgo potencial para la salud

humana: Preguntas frecuentes. 3ra Edición.

Item Type Book/Monograph/Conference Proceedings

Authors Arencibia, Gustavo; Mancera, José Ernesto; Delgado, Gilma; Díaz,


Lisbet

Publisher Francisco Álvarez de Icaza Ciudad de México. México

Download date 15/12/2022 00:31:45

Link to Item http://hdl.handle.net/1834/41838


© 2022. Derechos reservados. Gustavo Arencibia Carballo,
José Ernesto Mancera Pineda, Gilma Delgado Miranda y Lisbet
Díaz Asencio.

Federico Londoño González Sindy Moya, ilustraciones de la


1era y 2da edición.

Diseño editorial:
Alexander López Ba sta y Gustavo Arencibia Carballo.
Ilustraciones:
Alexander López Ba sta.
Diseño de carátula, Diagramación y Composición:
Alexander López Ba sta (DIMAGEN│Diseño y Audiovisual)

ISBN: 978-958-8437-08-8

Impresión: Fábrica de Libros.


Dirección: Calle Francisco Álvarez de Icaza # 15-b, Col. Obrera,
05800, Ciudad de México. México.

3ra Edición.

Queda prohibida la reproducción parcial o total de esta obra


por cualquier medio, sin permiso escrito de los autores.
Todos los derechos reservados.

Los autores son responsables por la elección y presentación de los he-


chos contenidos en esta publicación y por las opiniones expresadas en
ella, las cuales no son necesariamente las de la UNESCO y no compro-
meten a la organización.
3
A mis padres con mucho amor,
Gustavo

Este libro es amorosamente dedicado a mi


esposa Brigi e y a mis dos hijos Alice y Gabriel,
Ernesto

A mi padre, que de estar presente junto a


mí sería el primero en leer este libro,
Gilma

A mis padres y a mi hijo,


Lisbet
Contenido Pág.
Prólogo ........................................................................ 7
Reseña de los autores ................................................. 9
1. ¿Qué es la Ciguatera? .............................................. 12
2. ¿Qué son los dinoflagelados? ................................. 13
3. ¿Cómo se produce la Ciguatera? ............................. 14
4. ¿Qué factores favorecen la aparición de brotes de
Ciguatera?.................................................................... 16
5. ¿Qué organismos producen las toxinas de la Cigua-
tera? ............................................................................ 17
6. ¿Pueden las Floraciones Algales Nocivas causar Ci-
guatera? ...................................................................... 19
7. ¿Qué biotoxinas están asociadas con la Ciguatera? 22
8. ¿Qué especies producen la intoxicación por Cigua-
tera? ............................................................................ 24
9. ¿Puede iden ficarse un pez ciguato? ...................... 27
10. ¿Son todas las picudas ciguatas? ........................... 30
11. ¿Puede eliminarse el efecto de las ciguatoxinas
en el pescado? ............................................................ 32
12. ¿Cuáles son los síntomas manifiestos de la Cigua-
tera? ............................................................................ 33
13. ¿Cuánto empo dura el período de incubación? .. 36
14. ¿Qué hacer ante una potencial intoxicación por
Ciguatera? ................................................................... 37
15. ¿Cómo se cura la Ciguatera? ................................. 39
16. ¿Es mortal la intoxicación por Ciguatera? ............. 41
17. ¿Deja secuelas la intoxicación? ............................. 42
18. ¿Es un fenómeno exclusivo del Caribe? ................ 44
19. ¿Son las áreas arrecifales las únicas donde se
puede encontrar peces ciguatos? ............................... 47
20. ¿En qué época del año se presenta la intoxica-
ción? ............................................................................ 48
21. ¿Qué grupos de la población son más vulnerables
a la intoxicación por Ciguatera? .................................. 50
22. ¿Qué factores sociales influyen en el control de la
Ciguatera? ................................................................... 51
23. ¿Existen controles en los países del Caribe para
prevenir la Ciguatera? ................................................. 53
24. ¿Desde cuándo se conoce la Ciguatera? ............... 55
Glosario ....................................................................... 57
Bibliogra as consultadas ............................................. 60
Prólogo

¿Es acertado embes r a los lectores con 24 preguntas sobre


la Ciguatera? ¡Sin lugar adudas!

La Ciguatera es un problema serio, un peligro demostrado,


una intoxicación alimentaria originada por el consumo de pe-
ces, mayoritariamente en la tudes intertropicales, y que se
distribuye en diferentes zonas marinas a lo ancho de todo
el planeta. La Ciguatera afecta a numerosas personas, y no
temporalmente, sino con persistencia, de forma crónica, al-
terando la salud, el po de vida y el humor de las personas
intoxicadas y de sus familias.

La propuesta que nos hacen Gilma Delgado, Lisbet Díaz,


Gustavo Arencibia y José Ernesto Mancera, cuatro cien fi-
cos, cuatro inves gadores de reputación internacional, es una
apuesta de futuro basada en la prevención como estrategia.

Los estudios de Análisis de Riesgo alimen cio se dividen en


tres etapas: Evaluación del riesgo, su ges ón y su comunica-
ción. “LA CIGUATERA UN RIESGO POTENCIAL PARA LA SALUD
HUMANA: Preguntas frecuentes” responde a las actuales ca-
rencias en relación a la ges ón y la comunicación del riesgo de
Ciguatera y contribuirá a entenderla mejor y reducir el núme-
ro de futuros casos.

El trabajo que nos presentan Delgado, Díaz, Arencibia y


Mancera, recoge y organiza numerosas informaciones proce-
dentes de una amplia bibliogra a actualizada y de esta ma-
nera consigue ampliar los horizontes de esta vasta temá ca.
Los autores, con una orientación didác ca y directa, definen y
responden aquellas preguntas más frecuentes que los consu-
midores, los gestores, el personal médico y los inves gadores

7
nos planteamos cuando de una u otra manera abordamos el
tema de la Ciguatera.

“LA CIGUATERA UN RIESGO POTENCIAL PARA LA SALUD HU-


MANA: Preguntas frecuentes” propone igualmente, actua-
ciones de interés para la ges ón global de la Ciguatera. Los
autores, con una prudencia sensata, ma zan las disparidades
regionales que pueden exis r en cuanto a toxinas presentes,
especies de peces implicadas, hábitos de consumo, etc. Con
ello, aportan una visión de prudencia a aquellos que, por una
u otra razón, se ven obligados a tomar decisiones, en su re-
gión y enen que actuar ante intoxicaciones por Ciguatera.
Los autores proporcionan a los gestores nociones globales
para que éstos puedan adoptar las mejores medidas que sólo
ellos podrán implementar tras un análisis de las caracterís -
cas regionales par culares.

El presente material no es una fórmula mágica para erradi-


car la Ciguatera (los cien ficos no creemos en duendes), pero
sí un valioso instrumento que permi rá al lector estar mejor
preparado para afrontar La Ciguatera de cara.

Jorge Diogène Fadini

8
Reseña de los autores

Gustavo Arencibia Carballo

Graduado en Licenciatura en Bioquímica de la Universidad


de La Habana en 1980. Tiene maestría en hidrobiología, rea-
lizada en el Centro Nacional de Inves gaciones Cien ficas,
Cuba. Hizo el doctorado en el Centro de Inves gaciones Bio-
lógicas de Noroeste (CIBNOR), Baja California Sur, México en
la temá ca de contaminación marina. Trabaja como inves ga-
dor y jefe de proyecto en el Centro de Inves gaciones Pesque-
ras (CIP) de Cuba y cuenta con 40 años de experiencias en los
temas de inves gaciones de ecotoxicología en la zona costera.
Fue director del CIP desde 2016 hasta 2019. Fue editor de la
Revista Cubana de Inves gaciones Pesqueras. Es el fundador
y director de El Bohío bole n electrónico (ISSN 2223-8409).
Organizó todas las ediciones de cursos y talleres internaciona-
les Contaminación y Medio Ambiente (CONyMA) dedicados a
problemas ambientales en manglares, algas toxicas y ecotoxi-
cología marina. Ostenta el Premio Nacional de Ciencias del
Mar 2018 y Premio Nacional Carlos J. Finlay de primer grado
otorgada en 2019. Es fundador del Grupo de Trabajo de Al-
gas Nocivas del Caribe (ANCA, IOCARIBE), el cual pertenece al
Programa Harmful Algae Bloom (HAB) de la Comisión Ocea-
nográfica Intergubernamental de la UNESCO (COI) y es presi-
dente de ANCA para el presente periodo.

José Ernesto Mancera Pineda

Doctor en Biología Ambiental y Evolu va de la Universidad


de Louisiana – Lafaye e, USA. Magister Science, línea, Bio-
logía Marina de la Universidad Nacional de Colombia, Espe-
cialidad en acuicultura del Reino de Bélgica y Licenciado con
estudios Mayores en Biología de la Universidad Pedagógica

9
Nacional. Fue Presidente del Grupo de Trabajo de Algas Noci-
vas del Caribe (ANCA IOCARIBE), el cual pertenece al Progra-
ma Harmful Algae Bloom (HAB) de la Comisión Oceanográ-
fica Intergubernamental de la UNESCO (COI). Tiene más de
30 años de experiencia en inves gación durante los cuales ha
sido inves gador principal de proyectos en las áreas de eco-
logía estuarina, ecología de la restauración, florecimientos
algales, humedales y ecología trófica. Ha publicado ar culos
cien ficos, libros y capítulos en libros en temas de produc vi-
dad primaria, secundaria, manglar y HAB. Ha organizado y di-
rigido cursos nacionales e internacionales sobre modelación
ecológica, ecología marina y zonas costeras. Ha par cipado
como revisor de ar culos cien ficos y es evaluador reconoci-
do por el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología que dirige
Minciencias - Colombia. Dirige el grupo de inves gación en
Modelación de Ecosistemas Costeros y actualmente es profe-
sor tular de la Universidad Nacional de Colombia, pertenece
al Departamento de Biología, Facultad de Ciencias de la sede
Bogotá.

Gilma Delgado Miranda

Graduada en 1978 de Licenciada en Ciencias Biológicas en


la Universidad de La Habana. Maestra en Ciencias en Ecología
Marina en el Centro de Inves gaciones Marinas de la Univer-
sidad de la Habana y Doctora en Ciencias en el uso, mane-
jo y preservación de los recursos naturales en el Centro de
Inves gaciones Biológicas del Noroeste, Baja California Sur,
México. Tiene 40 años de experiencia como inves gadora del
fitoplancton marino de la plataforma cubana, y de otros paí-
ses del área del Caribe y Centro América con más de 20 dedi-
cados a los dinoflagelados potencialmente tóxicos asociados
a la Ciguatera. Ha desempeñado diferentes responsabilidades
como Inves gadora Titular, que van desde jefa de tarea, de

10
proyectos de inves gación, de Programas Ramales, así como
subdirectora de inves gación de la División de Camarón Ma-
rino del Centro de Inves gaciones Pesqueras, donde desarro-
llo su vida profesional. Miembro del Consejo Cien fico, del
Comité Editorial de la Revista Cubana de Inves gaciones Pes-
queras, ha impar do cursos de postgrado, tutora de tesis de
diploma de la enseñanza media superior, de pre grado de la
Universidad de La Habana y maestrías y oponente de docto-
rado, arbitro de ar culos de revistas nacionales e internacio-
nales. Cuenta con más de 30 trabajos publicados en revistas
nacionales e internacionales. Miembro del Comité organiza-
dor y cien fico por 10 años del Taller Internacional de Conta-
minación y Medio Ambiente (CONyMA) y en el PESCA2007.

Lisbet Díaz Asencio

Es graduada de Licenciatura en Ciencias Biológicas en la


Universidad de La Habana en 1999 y de Máster en Ciencias
en Manejo Integrado de Zonas Costeras en la Universidad de
Cienfuegos en 2006. Culminó este año un Doctorado en Cien-
cias Biológicas en la Facultad de Biología de la Universidad
de La Habana y ostenta la categoría de Inves gadora Auxiliar.
Tiene 20 años de experiencia como inves gadora en temas
relacionados con indicadores químicos y biológicos de la con-
taminación en el medio marino, de ellos más de 10 dedicados
al estudio de los dinoflagelados asociados a la Ciguatera y al
análisis de toxinas en organismos marinos. Ha asumido res-
ponsabilidades administra vas y cien ficas en proyectos de
inves gaciones territoriales, nacionales e internacionales y
cuenta con más de 15 trabajos publicados en revistas inter-
nacionales. Se ha desempeñado en la formación de nuevas
generaciones de cien ficos con la impar ción de cursos y en-
trenamientos prác cos y con el asesoramiento a varias tesis
de diploma y maestría.

11
1. ¿Qué es la Ciguatera?

La Ciguatera es una forma de intoxicación alimentaria cau-


sada por el consumo de peces marinos y mariscos que han
acumulado ciguatoxinas en sus tejidos, inicialmente produci-
das por determinadas especies de dinoflagelados, microalgas
que habitan en diferentes ecosistemas como arrecifes, ma-
croalgas y pastos marinos.

Esta intoxicación de la que se reportan cifras de unos 50 000


casos al año es considerada una pandemia, debido a su mag-
nitud y alcance geográfico, el cual se localiza en las regiones
del trópico y sub-trópico, entre las la tudes 35° N y 35° S.

La Ciguatera no es meramente un fenómeno clínico o bio-


lógico, en realidad es un complejo evento que involucra as-
pectos ecotoxicológicos, químicos, ecológicos, económicos,
sociológicos y antropológicos.

12
2. ¿Qué son los dinoflagelados?

Los dinoflagelados cons tuyen un conjunto amplio y diver-


so de organismos microscópicos unicelulares, que integran el
fitoplancton y fitobentos marino.

Están clasificados como pro stas, enen dos flagelos o ex-


tensiones en forma de lá go de diferente tamaño, los cuales
le confieren locomoción y permiten la natación en espiral ca-
racterís ca de los dinoflagelados. Algunas especies son foto-
sinte zadoras mientras que otras son heterótrofas e inclusive
pueden ser depredadoras. Algunas son de vida libre, otras pa-
rásitas y otras hacen simbiosis con corales.

El ciclo vital de muchas especies de dinoflagelados presenta


dos estadíos principales, uno móvil en el cual la célula está en-

13
vuelta en una membrana llamada anfiesma y ocasionalmente
por una estructura celulósica denominada teca.

En el otro estadío, la célula es inmóvil y se encuentra dentro


de un quiste, el cual en ocasiones está formado de un mate-
rial proteínico muy resistente que es fosilizable. Las formas
más comunes de dinoflagelados fósiles son los quistes y re-
presentan especies relacionadas con los géneros vivientes:
Peridinium, Gonyaulax y Cera um. Se reportan quistes de di-
noflagelados encontrados en los sedimentos fósiles del perío-
do Triásico que datan de unos 200 millones de años. Grandes
floraciones de dinoflagelados del fitoplancton a veces impar-
ten un color rojizo a las aguas causando las conocidas mareas
rojas o Floraciones Algales Nocivas (FAN).

Estos eventos son generalmente mono específicos; en Flori-


da por ejemplo, son causados principalmente por el dinofla-
gelado Karenia brevis, mientras que en la parte norte de la
costa occidental de Norteamérica son generadas por el di-
noflagelado Alexandrium fundyense.

3. ¿Cómo se produce la Ciguatera?

Se han planteado diferentes hipótesis para explicar las for-


mas o vías a través de las cuales las toxinas llegan al ser huma-
no y producen la enfermedad. La basada en la cadena alimen-
taria es la que cuenta con mayor evidencia. Especies tóxicas
de los géneros de dinoflagelados bentónicos Gambierdiscus
y Fukuyoa sinte zan las ciguatoxinas precursoras y colonizan
sustratos como corales, macroalgas y pastos marinos. Estas
microalgas son ingeridas por peces herbívoros, que adquieren
de esta forma las ciguatoxinas, las cuales son concentradas

14
y transformadas en hígado, cerebro y gónadas de los peces
carnívoros que consumen a los herbívoros.

Alrededor de unas 400 especies de peces marinos pertene-


cientes a 60 familias han sido reportadas por acumular cigua-
toxinas. Los principales vectores para la enfermedad son los
peces pelágicos y los que habitan en los arrecifes coralinos;
entre ellos se encuentran la aguja, pez vela, barracuda, do-
rado, peto, coronado, cubera, algunos pargos (pargo del Gol-
fo, jocú, rabonegro), el medregal, el carite, algunos meros (el
Americano, pintarroja), chernas (criolla, pintada, aleta ama-
rilla), el pez perro, entre otros. En la región del Pacífico, con-
sumidores primarios como peces e invertebrados herbívoros,
han sido también implicados en brotes de Ciguatera.

El riesgo de contraer Ciguatera varía ampliamente entre es-


pecies, dependiendo del balance entre la frecuencia y tasa de
consumo de ciguatoxinas y la capacidad de absorber, metabo-
lizar y eliminar las toxinas. Aún dentro de una misma especie
puede haber grandes variaciones; se afirma que los peces de
mayor talla o más viejos son los principales vectores de la Ci-
guatera, debido a que portan can dades importantes de ci-
guatoxinas como resultado de haber tenido más empo para

15
consumirlas y acumularlas en sus tejidos. No obstante, la hi-
pótesis del movimiento de las toxinas a través de la red trófica
no descarta la posibilidad de adquirir Ciguatera por peces de
menor talla, pues una pequeña can dad de toxina (1.0 µg/kg)
es capaz de enciguatar a un ser humano.

4. ¿Qué factores favorecen la aparición de brotes


de Ciguatera?

La can dad de ciguatoxinas que entran a las tramas tróficas


marinas están determinados por una combinación de facto-
res gené cos y factores ambientales lo cual, unido a la alta
movilidad de los peces vectores, explica la naturaleza esporá-
dica e impredecible de la Ciguatera espacial y temporalmente.
Un área que es ciguatóxica hoy puede en el futuro no serlo y
viceversa. La degradación de los arrecifes coralinos, ya sea
por causas naturales o antrópicas, parece ser uno de los fac-
tores ambientales más importantes en este sen do. Se ha ob-

16
servado que los disturbios naturales como huracanes, mare-
motos y aquellos ocasionados por el hombre como dragados
y otros que afectan la estructura de los arrecifes, resultan en
una recolonización rápida de las macroalgas y por tanto de los
dinoflagelados epífitos, lo que puede aumentar la incidencia
de Ciguatera en esas áreas.

Por otra parte, existe evidencia que las poblaciones de di-


noflagelados experimentan fluctuaciones naturales duran-
te ciertas épocas del año; en Hawaii y las Islas Vírgenes hay
evidencias que estos alcanzan su mayor densidad durante las
temporadas de lluvia, mientras que en Puerto Rico y Cuba
algunas especies enden a alcanzar su mayor crecimiento a
finales de verano y otoño.

5. ¿Qué organismos producen las toxinas de la Ci-


guatera?

Por las tramas tróficas de los arrecifes coralinos fluye una


extensa variedad de toxinas, que se originan en especies de
varios géneros de dinoflagelados bentónicos como Gambier-
discus, Fukuyoa, Ostreopsis, Prorocentrum, Coolia y Amphidi-
nium que cohabitan en estos ambientes. Es por ello que la
asociación circunstancial de Ciguatera con este grupo de orga-
nismos ha llevado a la opinión histórica que esta intoxicación
se presenta debido al efecto sinérgico de los metabolitos pro-
ducidos por estos dinoflagelados. Sin embargo, las ciguatoxi-
nas precursoras de la Ciguatera son solo producidas por espe-
cies de Gambierdiscus y Fukuyoa, por lo que se consideran los
agentes causales primarios de esta enfermedad.

A par r de la descripción formal del género en 1977 y has-


ta 1995 todas las células de Gambierdiscus eran reconocidas

17
como Gambierdiscus toxicus; para 1999 solo tres especies ha-
bían sido descritas morfológicamente. En las úl mas dos dé-
cadas, la aplicación conjunta de métodos morfológicos y mo-
leculares ha permi do iden ficar otras 16 especies así como
varios ribo pos. El nuevo género Fukuyoa fue recientemen-
te propuesto para las especies globulares, en el que actual-
mente se incluyen tres especies. A diferencia, las células del
género Gambierdiscus son aplanadas en eje anteroposterior,
len culares, el poro apical es pequeño y en forma de gancho.
El criterio principal u lizado para diferenciar entre especies es
la morfología de las placas de la teca, u lizando el sistema de
tabulación propuesto por Besada.

Las similitudes morfológicas de las especies de estos géne-


ros limitó por muchos años la posibilidad de abordar con clari-
dad importantes interrogantes ecológicas como por ejemplo,
si el aumento en los registros de Ciguatera está relacionado
o no con el incremento en la abundancia total de especies
tóxicas y/o si existen factores ambientales que influyen en el
aumento de la concentración de toxinas producidas por de-

18
terminadas especies o cepas. Estas interrogantes siguen sien-
do válidas en la actualidad ya que la aplicación de métodos
moleculares para la iden ficación de especies en estudios de
campo es aún insuficiente.

6. ¿Pueden las Floraciones Algales Nocivas causar


Ciguatera?

No, las FAN son decoloraciones producidas por la concen-


tración de microalgas en determinado empo y espacio, en
los que una especie domina en más de un 50 %, en relación
a todo el fitoplancton. Resultan del excesivo crecimiento de
microalgas con efectos deletéreos en salud humana, medio
ambiente, turismo y acuicultura.

Las FAN corresponden a fenómenos naturales conocidos


por siglos tanto en mares tropicales como fríos y han recibido
diferentes denominaciones como: Mareas Rojas, florecimien-
tos, erupciones, estallidos, brotes, proliferaciones, decolora-
ciones o manchas. Las FAN pueden ser tóxicas sin cambio apa-

19
rente en la coloración del agua y de manera inversa grandes
proliferaciones de microalgas con coloraciones catalogadas
de espectaculares pueden no ser tóxicas, aunque sí pueden
ser perjudiciales por su alta demanda de oxígeno en el área
donde se producen. De las aproximadamente 5000 especies
conocidas de microalgas a nivel mundial, más de 300 pueden
formar FAN, de éstas sólo se conocen aproximadamente 80
que producen toxinas. Entre las especies que conforman las
FAN, los dinoflagelados ocupan una fracción importante, ya
que se han iden ficado alrededor de 22 especies como pro-
ductoras de toxinas (hepatotóxicas, neurotóxicas, citotóxi-
cas), que afectan a animales marinos, terrestres y al hombre,
algunas de las cuales se encuentran entre los venenos más
potentes de naturaleza no proteica conocidos.

En México, por ejemplo, se puede hablar a la fecha de más


de 157 especies diferentes de microalgas marinas iden fica-
das pero sólo 45 de ellas son señaladas como potencialmente
tóxicas. Las costas de los países templados del cono Sur y sub-
tropicales padecen de manera sistemá ca de florecimientos
algales siendo las especies más mencionadas los dinoflagela-
dos pertenecientes a los géneros Alexandrium, Pyrodinium y
Gymnodinium (Alexandrium catenella, Alexandrium tamaren-
se, Prorocentrum lima) y a diatomeas del género Pseudo-nit-
zschia australis, entre otras muchas especies.

Existe un importante interés cien fico en entender las cau-


sas y efectos de la distribución espacial y temporal de especies
de microalgas que conforman las FAN, debido a los efectos
nega vos en ecosistemas, salud pública, economía (turismo,
pesca), por lo que países de Europa y Norte América se ven
obligados a inver r importantes sumas de dinero anualmen-
te. De otra parte, en las pasadas dos décadas los eventos de
FAN parecen haberse incrementado en frecuencia, intensidad

20
y distribución geográfica debido a procesos de eutrofización,
cambios en la hidrodinámica de los cuerpos de agua y descar-
gas de aguas de lastre, principalmente.

A pesar de lo expuesto, las FAN son independientes a la in-


toxicación por Ciguatera, ambos fenómenos presentan carac-
terís cas de desarrollo ecológico diferente, disímiles especies
de microalgas y toxinas específicas. Las FAN son eventos que
enen una amplitud geográfica mayor a la presentada por la
Ciguatera y a pesar de que sus efectos pueden ser muy tóxicos
y letales, su dinámica es mejor conocida.

Por estas razones aunque las personas no conocen y en-


den a confundir estos dos aspectos de los florecimientos de
algas, son bien dis ntos por los sustratos y los organismos a
los cuales afectan en el movimiento de las toxinas por la tra-
ma trófica.

En algunos ecosistemas los florecimientos de especies no


tóxicas de elevada biomasa, producen efectos deletéreos que
afectan significa vamente a todo el ecosistema. La disminu-
ción de oxígeno que sigue a la degradación de la materia orgá-
nica originada en los florecimientos masivos puede producir
la muerte no sólo de especies comercialmente importantes
sino también de otros animales y plantas.

Por otra parte, además de su impacto directo en la salud


humana, las algas tóxicas también afectan a los organismos
marinos produciendo mortandades de aves, peces y mamífe-
ros marinos, además de ejercer efectos nega vos sobre la via-
bilidad, fecundidad, reclutamiento y crecimiento de diversos
organismos marinos entre los que se incluyen los primeros
estadíos de peces de valor comercial.

21
7. ¿Qué biotoxinas están asociadas con la
Ciguatera?

Una caracterís ca notable de Gambierdiscus lo cons tuye


su maquinaria biosinté ca única, responsable de la produc-
ción de múl ples toxinas de po poliéter estructuralmente
complejas, además de las ciguatoxinas, como gambieroles,
gambierone, óxido gambiérico, ácido gambiérico y maitoto-
xinas (MTXs).

Las ciguatoxinas o CTX son compuestos clasificados como


poliéteres liposolubles y están cons tuídos por agrupaciones
de 13 o 14 anillos con una estructura muy estable. La mo-
lécula que origina las CTX es la gambiertoxina 4B (GTX-4B o
CTX4B) producida por especies de Gambierdiscus y Fukuyoa,
de ella se deriva el resto de las variaciones o transformaciones
oxida vas que ocurren cuando transitan a través de la cadena
trófica.

Así la CTX-1 que es la principal de todas, se ha encontrado


en los peces carnívoros, cuyos especímenes son los de mayor
captura y comercialización, cons tuyéndose en un peligroso
riesgo para la salud pública.

Las biotoxinas presentan diferentes formas de actuar, pue-

22
den afectar numerosas funciones del cuerpo humano, hasta
incluso, ocasionar la muerte. Algunas, como las maitotoxinas
son excretadas y causan problemas solo si se consumen los
intes nos de peces infectados. Por el contrario, la CTX que es
una molécula muy estable y extremadamente potente, ende
a acumularse en varios tejidos incluyendo músculos y órganos
internos generando ac vación persistente de los canales de
sodio en el cuerpo humano.

Las ciguatoxinas del Pacífico y del Caribe presentan diferen-


cias sustanciales en su nivel de toxicidad, siendo las CTX del
Pacífico las más potentes en su acción tóxica. Los episodios de
Ciguatera en el Pacífico, Caribe y océano Indico difieren en los
síntomas, mientras en el Pacífico se encuentra predominio de
los neurológicos que son además los de mayor afectación al
ser humano, para el Caribe los síntomas gastrointes nales e-
nen prevalencia, sin que ello signifique que no hay aparición
también de síntomas neurológicos, aunque menos drás cos.

En cuanto al Índico las caracterís cas son ligeramente dife-


rentes a las áreas geográficas anteriores y se puede describir
una secuencia de síntomas que aparecen como pérdida del
equilibro y coordinación general, alucinaciones y depresión.
8. ¿Qué especies producen la intoxicación por
Ciguatera?

Son numerosas las especies de peces que se han relaciona-


do con Enfermedades Transmi das por los Alimentos (ETA).
Desafortunadamente el desconocimiento y falta de informa-
ción para el diagnós co y tratamiento, han generado errores
en la clasificación de posibles peces ciguatos o el tratamiento
de la enfermedad.

De manera frecuente aparecen citados en reportes de es-


pecies que han provocado Ciguatera, peces oceánicos como
los dorados, atunes e inclusive citas ocasionales de peces de
aguas frías como bacalao, salmón, lenguados y abadejos, y de
agua dulce como lapia, trucha y bagre. Sin embargo, estos
reportes se basan por lo general en los síntomas y no en la
iden ficación indiscu ble de las toxinas en los tejidos y vísce-
ras de los organismos.

La intoxicación por Ciguatera es provocada por diferentes


especies de peces tropicales y subtropicales de regiones del
mar Caribe, océano Índico Oriental, Pacífico y el Atlán co,
que acumulan las toxinas generadas por algunas especies de

24
dinoflagelados bentónicos. Se es ma que unas 400 especies
íc cas entre herbívoros, carnívoros y omnívoros podrían estar
implicados, aunque son los carnívoros los más popularmen-
te conocidos e iden ficados no solo por el nivel que ocupan
dentro de la red trófica, sino por ser productos directos de la
ac vidad pesquera.

Los temas relacionados con las especies potencialmente tó-


xicas, es un asunto ampliamente discu do pero pueden ci-
tarse a nivel mundial especies iden ficadas sin lugar a dudas
como la picúa (Sphyraena barracuda), el capitán (Lachnolai-
mus maximus) y de las familias de los jureles (Carangidae),
pargos (Lutjanidae), meros (Serranidae), sierras (Scombridae)
y loros (Scaridae).

A con nuación se presenta un listado de especies de peces


que habitan los arrecifes coralinos o se alimentan de peces de
arrecifes que están implicadas en la Ciguatera.

Especie Nombre común


Sphyraena barracuda Picúa, Picuda
Mycteroperca bonaci Aguají
Mycteroperca gris Bonací gato
Seriola dumerili Coronado o Coronado de ley
Seriola rivoliana Coronado
Seriola zonata Coronado de bandas
Seriola falcata Medregal
Lydocon s javanicus Morena
Scomberomorus commersoni Macarela española
Mycteroperca venenosa Arigua
Caranx fallax Jurel
Caranx sexfasciatus Gallego
Caranx lugubris Tiñosa, Jurel negro

25
Caranx hippos Jiguagua
Caranx latus Gallego
Caranx bartholomaei Cibí amarillo
Caranx ruber Cibí carbonero
Lutjanus jocu Pargo jocú
Lutjanus cyanopterus Caballerote
Scomberomorus regalis Pintada
Scomberomorus cavalla Sierra
Lachnolaimus maximus Pez perro, Capitán
Gymnothorax funebris Morena
Diodon hystrix Puerco espín
Lagocephalus laevigatus Tamboril gigante
Sphoeroides testudineus Tamboril rallado
Sphoeroides sp. Tamboril
Ogcocephalus vesper lio Pez diablo narizón
Ryp cus saponnaceus Jaboncillo máximo
Canthidermis sufflamen Sobaco común
Sparisoma sp. Lora
Epinephelus adscensionis Cabra mora
Tarpon atlan cus Sábalo
Katsuwonus pelamis Bonito
Bothus sp. Lenguado

Los invertebrados marinos como langostas, camarones, ca-


lamar, cangrejos y pulpos no se consideraban vectores de la
Ciguatera, sin embargo en la úl ma década esta realidad ha
comenzado a cambiar con varios reportes de brotes de Cigua-
tera y detección de brotes de Ciguatera en mariscos, como
de erizos de mar (Tripneustes gra lla) y gasterópodos (Tectus
nilo cus).

26
9. ¿Puede iden ficarse un pez ciguato?

Entre las caracterís cas de los peces ciguatos se mencionan


debilidad de las escamas y cambio de apariencia, debilidad
manifiesta del ejemplar durante la captura, ojos con secrecio-
nes, cabeza afinada, piel con mucha flacidez, cuerpo flaco y
aspecto sanguinolento, etc. Por ejemplo, en la Isla San Andrés
– Colombia, los pescadores manifiestan que al abrir una picu-
da el flujo sanguíneo de los dos capilares que corren junto a
su vértebra dorsal, debe tener un color rojizo de lo contrario
se trata de un pez enfermo, y de ser negro el color del flujo
sanguíneo es un animal ciguato y no debe consumirse.

Existen muchas pruebas en la creencia popular sobre la for-


ma de iden ficar a un pez ciguato, como la de pasar por su
cuerpo una moneda de plata o alambre y observar cambios
en la coloración del objeto. Así mismo se supone que una cu-
chara de plata se deslustrará si se pone en una cazuela donde
se cocina frutos del mar contaminado, y que en un pescado
contaminado con ciguatoxina no se ve un arco iris cuando se
expone al sol un trozo de su carne. Hasta el momento no es-
tán demostradas cien ficamente ninguna de las teorías popu-

27
lares sobre iden ficación de peces ciguatos y resulta evidente
que especímenes de la misma área, especie y tamaño, pue-
den estar mezclados y presentar o no biotoxinas de la Cigua-
tera. Esto deja en evidencia lo complejo que resulta manejar
el problema. Igual sucede con un área de riesgo que puede en
un momento dado, ser considerada de alto riesgo por Cigua-
tera y posteriormente no serlo, sin razón aparente para que se
hayan producido tales cambios.

Aunque está muy generalizada la opinión de que los peces


no parecen ser afectados por la acumulación de estas toxinas,
ya han comenzado a aparecer evidencias de lo contrario. No
obstante, no hay aún evidencia que permita diferenciar los
peces sanos de los enfermos en cuanto a tamaño, sabor, olor
o coloración, ni por su fisiología interna ni comportamiento.

Una pregunta frecuente y generalizada es sobre el por qué


no se determinan químicamente las toxinas para evitar la co-
mercialización de productos contaminados. Las razones están
relacionadas con las limitaciones analí cas existentes, pues
debido a las bajas concentraciones en que se presentan y pue-
den ser efec vas las toxinas, se requieren técnicas analí cas
muy sensibles y específicas. Esto hace muy costoso el análisis
de laboratorio e inoperante su uso en análisis de monitoreo y
de control. Esto sugiere que hay que emplear mayores esfuer-
zos en desarrollar una prueba directa sobre el pescado, de
amplia u lización, bajo precio y garan a de calidad.

Muchas regiones del Caribe desconocen los mínimos esen-


ciales del problema y en áreas de Centro América con costas
al Caribe, donde aparentemente nunca se ha presentado el
problema, hay un desconocimiento prác camente a todo ni-
vel y en muchos sectores.

28
Por lo tanto, seguirá teniendo una importancia vital la di-
vulgación de conocimientos en la población y capacitación
de los pescadores y de toda la cadena de comercialización de
productos marinos, no solo aquellos que puedan tener accio-
nes directas sobre el pescado potencialmente tóxico, sino de
todos aquellos que puedan en determinado momento, dispo-
ner de conocimientos básicos para que la población conozca
los riesgos y elementos que le den libertad de opción y segu-
ridad. Será entonces adecuado como una de las estrategias a
corto y largo plazo, la divulgación masiva de conocimientos
sobre la Ciguatera. En ese entorno han crecido muchos mitos
todos ellos muy peligrosos, dicen que si a la carne de pescado
se le frota una moneda y esta brilla ene Ciguatera, la deva-
luación de los navegantes hizo que al principio se creyera en
las monedas de oro, luego en la plata, y ahora parece que
cualquier aleación funciona.

29
En el hemisferio norte se dice que el riesgo de contraer Ci-
guatera solo existe en los meses que no enen la letra “r”. Lo
que sí es cierto es que cuando aumenta la temperatura del
agua aumenta el riesgo de intoxicación con Ciguatera. Para
evitar la intoxicación en caso de sospecha de un pescado con-
taminado con ciguatoxinas se emplean diferentes métodos.
En algunos casos se ofrece a gatos, aves o tortugas para ver
si es consumido. En otros el pescado se expone a moscas y
hormigas para ver si es repelido. También se acostumbra a to-
car con la boca el pescado o mariscos y considerarlos ciguatos
en caso de sen r hormigueo en los labios; o se u liza el coco
rallado para cocinar el pescado, considerado ciguato si el coco
se vuelve verde.

10. ¿Son todas las picudas ciguatas?

No todas las picudas son vectores de la Ciguatera, esto es


categórico y bien demostrado, incluso en la misma área es po-
sible encontrar individuos ciguatos y no ciguatos. El hábitat de
la barracuda comprende diversos ambientes de la zona coste-
ra y se encuentra a diferentes niveles de la columna de agua.

Varios autores mencionan que en algunas oportunidades la


barracuda forma cardúmenes y puede presentar cooperación
interespecífica con jureles, que persiguen a la picuda como

30
defensa ante otros depredadores. La presencia de los jureles
puede orientar a la barracuda en la búsqueda de alimento.

Hay una gran diversidad de criterios sobre la dinámica y flu-


jo de las biotoxinas en el medio marino. Por razones desco-
nocidas, hay regiones donde los peces como la barracuda son
de forma casuís ca portadores de la biotoxina o no, y no hay
aparentemente hasta hoy un criterio válido que proporcione
la trazabilidad de la toxina de una matriz a otra. También hay
regiones como las costas de Dzilam de Bravo, un asentamien-
to costero del estado de Yucatán, México; con una población
de casi 5000 habitantes, su gran mayoría se dedica a la pesca y
la comercialización de pescado par cularmente a las capturas
de barracudas.

Y vale comentar que no hay reportes de Ciguatera en más


de cinco décadas en esta población hasta donde alcanza la
memoria de muchos pescadores, familiares de los mismos y
personas del lugar, los cuales alegan no conocer, o ni siquiera
saber detalles de la intoxicación. No obstante hay restriccio-
nes para su pesca y su comercialización. Aún así, esta especie
es degustada en diferentes formas de preparación de manera
sistemá ca y con alta preferencia por pobladores y visitantes.
11. ¿Puede eliminarse el efecto de las ciguatoxinas
en el pescado?

Debido a que en general las biotoxinas marinas presentan


una estructura química muy estable, no es posible eliminar-
las, reducirlas o destruirlas por efecto de congelación, cocción
o ahumado. En algunos casos, procesos de enlatado desesta-
bilizan toxinas paralizantes. La ciguatoxina tampoco es des-
truida por las enzimas del tracto gastrointes nal, afectando
al sistema nervioso central mediante la interrupción de la
transmisión de los impulsos nerviosos, sin afectar las funcio-
nes cogni vas.

Existen innumerables mitos sobre la Ciguatera. Con relación


a la eliminación de la toxina en el pescado, uno de los mitos
dice que si la cocción se hace con leche no hay riesgo, mientras
que otro, par cularmente riesgoso afirma que si se le agrega
mucho limón o vinagre la toxina se inac va. La realidad es
bien dis nta pues los ácidos aumentan la absorción y la gra-
vedad del cuadro clínico. Por lo anterior programas como Sea

32
Grant ha enfa zado especialmente el riesgo de comercializar
y consumir picúa (Sphyraena barracuda), medregal (Seriola
dumerili), jurel negro (Caranx lugubris) y capitán (Lachnolai-
mus maximus). Así mismo, en países como Cuba la posesión
y mercadeo de picúa, medregal y jurel negro está prohibida.

De otra parte, muchos manuales de cocina recomiendan no


preparar pescado que haya sido capturado en arrecifes corali-
nos, sobre todo aquellas especies más conocidas en la trans-
misión de la Ciguatera.

12. ¿Cuáles son los síntomas manifiestos de la


Ciguatera?

Aunque cada biotoxina ene un mecanismo fisiopatológico


diferente, todas inducen la despolarización de la membrana
en los nervios al abrir los canales de sodio y actuando también
sobre los de calcio. Debido a múl ples factores incidentes en
el suceso, los síntomas descritos por intoxicación de peces ci-
guatos son muy variados, reportándose más de 175 síntomas
que pueden ser agrupados en tres categorías fundamentales:
gastrointes nales, neurológicos y cardiovasculares.

Los síntomas se presentan generalmente entre una y tres


horas luego de consumir pescado contaminado, no obstan-
te, en algunos casos pueden aparecer muy rápidamente, 10
minutos después de adquirir las ciguatoxinas, o pueden de-
morarse hasta 12 horas o más en aparecer. Normalmente los
síntomas duran dos o tres semanas pero algunos se pueden
hacer crónicos y durar por más de un año.

Los síntomas gastrointes nales, incluyendo diarrea, dolores


abdominales, náuseas, vómitos, pérdida de las sensaciones en

33
las extremidades y los alrededores de la boca, son los prime-
ros en aparecer y pueden conducir a deshidratación y shock.

Otros síntomas relacionados incluyen salivación excesiva


y dolores abdominales. Los síntomas neurológicos aparecen
después de los gastrointes nales e incluyen súper sensibili-
dad al frío, inversión de las sensaciones de frío y calor, entu-
mecimiento o cosquilleo en las extremidades y/o en los labios,
mareo, ataxia, temblores, rigidez en los músculos, hipersen-
sibilidad en los pezones, depresión, picazón, dolor muscular,
alucinaciones visuales y audi vas, convulsiones y parálisis in-
tes nales. Ciertos pacientes también se quejan de debilidad,
mal sabor y visión nublada. A veces también se observan sín-
tomas cardíacos tales como pulso lento, irregular o acelerado,
reducción de la tensión arterial y taquicardia, especialmente
en pacientes de mayor edad o con sobrepeso. Cuando la in-
toxicación es muy aguda se presentan síntomas como caídas
de dientes, pérdida del cabello y en caso extremo la muerte.

34
Es importante señalar que estos síntomas no son exclusi-
vos de la intoxicación por ciguatoxinas, otras afectaciones por
consumo de alimentos marinos pueden presentar una sinto-
matología del paciente muy similar, más solo la Ciguatera evo-
luciona hacia un cuadro clínico persistente y progresivo en el
empo.

Si el diagnós co diferencial es adecuado debe considerar


y descartar otras enfermedades relacionadas con el consu-
mo de productos marinos como la alergia aguda ocasionada
por la histamina, la cual es producida por ciertas bacterias en
pescados de carne roja o de la familia de los escómbridos,
o las infecciones producidas por parásitos; botulismo po E,
envenenamientos ocasionados por pes cidas a base de orga-
nofosfatos, y envenenamiento producido por la tetrodotoxina
(TTX), entre otros. El diagnós co se hace sobre la base de la
sintomatología presentada en conjunto con el más reciente
y fiel historial de consumo de alimento. En el historial deben
considerarse los eventos que llevaron a la condición clínica
que el paciente presenta como el po de pescado consumido,
las partes y can dades que fueron ingeridas, el manejo reci-
bido después de capturado el pescado, síntomas presentados
y empo transcurrido entre el consumo del alimento y la pre-
sentación de síntomas.

La duración, severidad y orden de ocurrencia varían consi-


derablemente en cada paciente, según la can dad y porción
de pescado ciguato ingerido. Las manifestaciones neurológi-
cas se prolongan semanas o meses, y se pueden presentar
remisiones y reagudizaciones cuando se ingieren pescados,
mariscos, bebidas alcohólicas y nueces. Así mismo se han re-
portado recaídas tras la inges ón de carne de pollo, huevo y
pescado enlatado. Entre otros síntomas se incluyen exacerba-
ción del acné, hipo, sialorrea, fotofobia, sabor metálico en la

35
boca, o almoplejia, agitación, delirio, parálisis de los múscu-
los faciales, espas cidad muscular, hiporreflexia, lesiones cu-
táneas, ceguera temporal, caída del pelo, uñas y descamación
de la piel. La mortalidad es escasa (0.1 %) y siempre ocurre
por fallo respiratorio. Las áreas geográficas donde aparece la
Ciguatera están bien determinadas hasta el momento, afec-
tando especialmente a una franja de la población de mucha
pobreza, que se alimenta de lo que pesca. Esto no significa
que estas áreas sean las únicas de alto riesgo, pues el fenóme-
no ha ido modificándose con el paso de los años con múl ples
factores incidentes. Otras formas de envenenamiento alimen-
tario, aunque presentan los síntomas gastrointes nales ma-
nifestados por la Ciguatera en su fase inicial, no progresan ni
afectan otros sistemas como si lo hace esta intoxicación.

Para el caso de intoxicación neurológica o neurotóxica por


mariscos (NSP) e intoxicación paralí ca por mariscos (PSP) es
posible confundir los síntomas neurológicos con la Ciguate-
ra, siendo el po de producto ingerido un elemento decisivo
para definir el correcto diagnós co diferencial. En el área del
Caribe, aunque las manifestaciones clínicas presentadas por
los pacientes intoxicados por Ciguatera son múl ples, priman
las diges vas y neurológicas y estas por lo general mejoran en
breve empo.

13. ¿Cuánto empo dura el período de incuba-


ción?

Son diversos los empos que se plantean como consecuen-


cia de los estudios de pacientes intoxicados. En estudios de
Cuba y otros países del área del Caribe se habla de períodos
que van desde los 10 minutos hasta las 36 horas, lo cual de-
pende mucho del nivel de toxinas ingeridas así como los fac-

36
tores sicos y circunstanciales que acompañan al paciente.
Por ejemplo el haber ingerido el alimento con consumo de
alcohol agudiza los efectos de intoxicación.

Sin embargo, el período de incubación comúnmente co-


mienza 24 horas después de la ingesta. Casi todos los enfer-
mos se curan en cues ón de semanas, pero a veces se obser-
va recrudescencia intermitente de los síntomas en un lapso
de meses a años.

14. ¿Qué hacer ante una potencial intoxicación


por Ciguatera?

La forma de actuar ante una intoxicación que se presupo-


ne Ciguatera dependerá mucho de la situación del paciente o
del brote en cues ón. En caso de sospechar de una intoxica-
ción por Ciguatera, hay que consultar al médico. Desafortu-
nadamente en muchas zonas costeras los servicios médicos
especializados están alejados y en lugares donde la toxina no

37
es endémica, muchos médicos no están familiarizados con su
diagnós co y tratamiento. Esta situación puede determinar la
incapacidad de suministrar primeros auxilios especializados,
por lo que es necesario describir muy bien los síntomas y lo
más recomendado en ese caso es inducir al vómito.

Subes mar los cuadros de intoxicación puede traer conse-


cuencias desastrosas para la salud y la vida. Las medidas gene-
rales ante el paciente intoxicado enen validez aún después
de las 24 horas siguientes a la instauración del cuadro clínico.
Los cuadros neurotóxicos no hacen necesariamente parte de
la intoxicación aguda sino que se presentan un empo des-
pués. Por eso algunos pacientes requieren de un seguimiento
prolongado y específico.

La mayoría de las intoxicaciones no enen un an doto espe-


cífico para su manejo. Por este mo vo su pronós co depen-
derá de la pron tud en el diagnós co y la certeza con que se
instauren las medidas terapéu cas. Ya el asunto de lo que es
más conveniente al paciente según edad, estado sico, enfer-
medades crónicas que se padezcan durante el evento toxico
dependerá de los especialistas. La iden ficación del pescado
consumido generalmente es muy ú l para el médico o toxicó-
logo, así mismo es importante obtener porciones de alimento
y en par cular de pescado para confirmar el diagnós co. Es-
tas porciones deben empacarse y congelarse para su poste-
rior análisis.

Dado que la iden ficación certera del pescado consumido


muchas veces resulta di cil, pues la población no reconoce
con exac tud las especies o usa diferentes nombres comunes
para las mismas, una foto digital del po de pescado consumi-
do, podría ayudar en este proceso.

38
15. ¿Cómo se cura la Ciguatera?

No existe tratamiento estandarizado para la Ciguatera, los


métodos u lizados varían entre regiones dependiendo tam-
bién de los síntomas o del estado de gravedad de cada pa-
ciente. Aún no existen medicinas de venta en farmacia que
permitan resolver, al menos primariamente, los males que se
presentan por esta intoxicación, normalmente a los pacientes
se les da tratamiento de apoyo y terapias para disminuir los
síntomas. En lugares como Cuba, Puerto Rico y Florida, don-
de existe una vasta experiencia y conocimiento sobre la Ci-
guatera, se aplica posterior a la catarsis del paciente, lavados
gástricos y se man enen permeadas las vías respiratorias. En
otros lugares se u liza carbón ac vado (1 g/kg de peso) para
descontaminar el tracto diges vo, el cual adsorbe las toxinas
presentes.

Este procedimiento puede ser beneficioso si se hace dentro


de 3 o 4 horas posteriores a la inges ón de la toxina. Para con-
trarrestar la pérdida de fluidos causada por vómito y diarrea,
se aplican terapias en las que se reemplazan volúmenes. Así
mismo mientras que el uso de an emé cos puede controlar
vómitos y el de atropina la bradicardia, los analgésicos son
usados para controlar
dolores y los an hista-
mínicos para reducir pi-
cazón.
Los an histamínicos
se u lizan además para
tratar los síntomas alér-
gicos tales como el pru-
rito y el edema, así como
por su efecto sedante.
Dentro de estos está la

39
Benadrilina, en dosis de 25 a 50 mg cada 6 u 8 horas, por vía
intravenosa (IV), Intramuscular (IM) u oral; Ciproheptadina 4
mg cada 8 ó 12 horas por vía oral; Hidroxyzina 0.5-1 mg/Kg ó
25-100 mg cada 12 ó 24 horas por vía oral ó IM.

Los analgésicos, an piré cos y an nflamatorios son usados


para el alivio de las mialgias, las artralgias, así como la cefa-
lea y la fiebre, que pueden verse en estos pacientes. Dentro
de los medicamentos de este grupo más usados está el Ace-
taminofen/Paracetamol, la Indometacina y el Ibuprofeno. Se
ha u lizado el Gluconato de calcio al 10 % administrado vía
endovenosa cada 8 horas durante la fase aguda y posterior-
mente por vía oral en el tratamiento ambulatorio. En el caso
de la ciguatoxina se piensa que inhibe la absorción de calcio
mediante membranas excitables y este aporte pudiera mejo-
rar la sintomatología.

Recientemente se ha descrito para el tratamiento de la Ci-


guatera, el uso de Gabapen na en dosis de tres veces al día.
La Gabapen na es una droga an epilép ca estructuralmente
relacionada con el ácido Aminobu rico, el cual se ha usado en
el tratamiento del dolor neuropá co. Para los síntomas cróni-
cos, que a veces duran semanas o meses, se ha recomendado
la amitrip lina, 25 mg 2 veces al día. La Amitrip lina actúa
bloqueando los canales de sodio, que son ac vados por la
ciguatoxina, mejorando los síntomas de la Ciguatera crónica,
como la fa ga y las parestesias. La dosis es de 25 a 75 mg al
día por vía oral.

No obstante lo anterior, la administración intravenosa de


manitol es la única terapia conocida que revierte los síntomas
de la Ciguatera. Aunque su modo de acción aún no se conoce,
los problemas neurológicos generalmente mejoran en pocos
minutos luego de suministrado el medicamento y se resuel-

40
ven completamente luego de un par de días. Se le adjudica
al Dr. Neal Palafox y a su grupo de trabajo en el año 1998,
el descubrimiento del manitol en el tratamiento de pacientes
afectados por Ciguatera.

El manitol es un diuré co osmó co obligatorio con una vida


media de 100 minutos que puede aumentar a 36 horas en
presencia de insuficiencia renal aguda. Está limitado al espa-
cio extracelular, aumentando su osmolaridad, lo cual da como
resultado un desplazamiento de agua del compar miento in-
tracelular al extracelular y al espacio vascular. La base farma-
cológica del uso del manitol permanece en la especulación,
su efecto se cree que es debido a una reducción osmó ca del
edema neuronal de las células de Schwann, pero se ha sugeri-
do una propiedad barredora de la molécula.

La dosis del manitol al 20 % es de 1 g/Kg de peso ó 10 mL/Kg


de peso, administrado lentamente en infusión intravenosa, en
no menos de 30 a 45 minutos. Si el paciente está deshidrata-
do, como parte de la fase aguda de la enfermedad, esta debe
corregirse y luego administrar la infusión de manitol. Si los
síntomas mejoran, una segunda dosis puede administrarse
dentro de 3 a 4 horas y repe rla al día siguiente.

16. ¿Es mortal la intoxicación por Ciguatera?

Las estadís cas de Ciguatera indican que en el mundo se


presentan alrededor de 50 000 casos al año, no obstante,
hay que tener en cuenta que es un trastorno sub-reportado
y algunas veces sub diagnos cado, con lo cual la cifra podría
variar considerablemente. La mortalidad atribuida a paro res-
piratorio, está entre 2 y 5 % anual, con variaciones entre las
zonas Pacífico y Caribe, las cuales se atribuyen a diferencias

41
en la naturaleza química de las biotoxinas en cada región.

En el área del Caribe la Ciguatera generalmente no es mortal


cuando se acude a empo al médico, en el Pacífico donde son
más potentes las biotoxinas, el número de muertes es ma-
yor. Las personas que padecen la intoxicación por lo general
no eliminan con facilidad las toxinas, por lo cual los efectos
varían en el empo en dependencia de un grupo de factores
del individuo intoxicado y las can dades y composición de la
mezcla de toxinas consumida. Por esta razón la intoxicación
puede durar desde días hasta años, aunque por lo general sus
efectos se ubican en semanas o meses.

17. ¿Deja secuelas la intoxicación?

La Ciguatera generalmente deja secuelas, quienes la han


padecido manifiestan síntomas variables y menos intensos a
través del empo, que son atribuidos a una hipersensibilidad
a la ingesta de pescado ciguato. Entre los factores que pueden
dar una recaída o repe ción de síntomas ya una vez padeci-
da la enfermedad, están el consumo de alcohol, consumo de
pescado o mariscos.

Se ha documentado que los síntomas pueden persis r des-

42
de unas pocas horas hasta años y que pueden ser ac vados
por el consumo de pescado, aunque no presente toxinas. La
disminución de peso corporal puede liberar pequeñas can -
dades de toxinas acumuladas en el tejido graso, poniéndolas
en circulación a través del sistema sanguíneo y causando efec-
tos nega vos y persistentes en el paciente.

La toxina presente en suero sanguíneo puede estar en circu-


lación por largos periodos de empo, hasta 22 semanas pos-
teriores al episodio tóxico.

La transmisión de la toxina puede ocurrir durante el acto


sexual entre personas sanas y personas que hayan padecido
la enfermedad manifestándose en dolores en los órganos se-
xuales y pélvicos abdominales en la mujer; esto concuerda
con la capacidad de la toxina de atravesar la piel y los fluidos
corporales de peces y humanos según se ha descrito.

En el caso de los peces durante la manipulación de los mis-


mos se presentan cosquilleos de las manos, sensaciones ner-
viosas, emocionales o sensoriales en la boca, entre otros sín-
tomas menores cuando es un pez ciguato, lo cual está dado
por esta caracterís ca de la penetración en la piel de las to-
xinas. Estas también pueden afectar al feto durante el perío-
do de gestación al atravesar la placenta, así mismo la madre
puede pasar la toxina al bebé en la leche materna durante la
lactancia.

A demás de las secuelas sicas que deja la Ciguatera, el pa-


ciente se ve impactado también en lo emocional y en lo eco-
nómico, teniendo en cuenta los gastos en los que debe incu-
rrir y las horas perdidas en sus ac vidades económicas.

43
18. ¿Es un fenómeno exclusivo del Caribe?

La Ciguatera es un fenómeno situado geográficamente en


las zonas costeras del trópico y sub-trópico entre los 35°N
y 35°S, donde se encuentran arrecifes, praderas de pastos
marinos, lechos de macroalgas y bosques de manglar. Estos
ecosistemas ofrecen un sustrato adecuado para el desarrollo
de las microalgas productoras de toxinas y son hábitat de nu-
merosas especies íc cas que funcionan como vectores de la
intoxicación. En el Atlán co la Ciguatera es común en Florida,
las Bahamas, Cuba, República Dominicana, Hai , Puerto Rico,
y las islas de Sotavento, incluyendo las Islas Vírgenes.

También se ha descrito un caso de intoxicación en las Islas


Canarias en el Atlán co Este en 2004, que se considera el ini-
cio de la aparición de la intoxicación en ese archipiélago. En
el Pacífico, ocurre en Polinesia Francesa, las Filipinas, Fiji, Sa-
moa, Tonga, Vanuatu, Hawaii, las Islas Cook y Marshall, Nueva
Caledonia, y Australia. En el océano Indico, la Ciguatera ocurre
comúnmente en Reunión, Madagascar, Mauricio y las Seyche-
lles, y también se ha reportado en Sri Lanka, las Maldivas y en
los archipiélagos Comorro y Chagos. Hay que notar, que peces
y mariscos importados de estos si os pueden causar Ciguate-
ra en cualquier parte del mundo. Se reporta mayor poder de
las toxinas de la Ciguatera en algunas islas tropicales donde
es mayor la fuerza de las olas al golpear a los arrecifes en los
que se encuentran macroalgas. Así mismo fenómenos como
frecuentes tormentas o ciclones tropicales con lluvias abun-
dantes, terremotos y olas gigantescas, preceden a los brotes
de Ciguatera. Los arrecifes ciguatos pueden luego permane-
cer tóxicos durante muchos años.

Teniendo en cuenta la globalización inherente al mundo de


hoy, el alto dinamismo de la navegación, las grandes movilida-

44
des turís cas y el intenso comercio de especies de una región
a otra, la Ciguatera se está convir endo en un fenómeno de
envergadura mundial. Países como Canadá reportan casos de
brotes de Ciguatera por inges ón de pescado en restaurantes
locales, que han u lizado productos pesqueros provenientes
de las regiones endémicas de esta enfermedad. Para tener
una idea de cuántos casos de Ciguatera y dónde se pueden
encontrar casos de Ciguatera fuera de las áreas geográficas
caracterís cas de estos eventos, resulta ú l mencionar 18 ca-
sos reportados entre 1997 y 2002 por el Centro de Control de
Venenos de Marsella, Francia.

Separando estos casos por región, nueve provinieron de


islas del océano Atlán co, ocho de islas del océano Pacífico
y uno de las costas egipcias del mar Rojo. Los síntomas gas-
trointes nales estuvieron presentes en todos los casos del
Atlán co, pero prác camente ausentes en los del Pacífico.
Todos los pacientes presentaron perturbaciones sensoriales
y dos de ellos mostraron afecciones sensoriales motoras de
los músculos respiratorios. Un hombre de 73 años que había

45
viajado a Cuba murió, mientras que los 17 pacientes restantes
que retornaron a Francia padecieron síntomas como artral-
gias, mialgias o prurito en períodos de empo entre los 2 y
18 meses.

Es di cil saber con exac tud la prevalencia de la enferme-


dad dado que en muchos si os no hay ningún po de estadís-
ca y en muchos otros son comunes los diagnós cos errados.
No obstante, se sabe que la Ciguatera es frecuente en Cuba,
Santo Domingo, Puerto Rico, la costa sur de USA y algunos
países con costas en el Indo Pacífico. Dentro de las poblacio-
nes más afectadas están los turistas y aquellas que prac can
la pesquería en estas zonas reportadas. Es maciones de la
frecuencia de Ciguatera varían ampliamente, en parte debido
a que muchos casos son mal diagnos cados o no reportados.

Por ejemplo, los centros para la Prevención de Enfermeda-


des de los Estados Unidos es man que solo del 2 % al 10 % de
los casos de Ciguatera son reportados en los Estados Unidos.
Algunos autores es man que el número anual de casos de Ci-
guatera es por lo menos 50 000. En los Estados Unidos se re-
portaron 60 brotes y 205 casos entre 1993 y 1997; en Hawaii
los promedios anuales entre 1990 y 1998 fueron 8 brotes y 29
casos, mientras que en Florida fueron de 5.4 brotes y 21 casos
entre 1994 y 2003.

Dentro de los factores que han venido ocasionando el au-


mento del problema está el de la amplia disponibilidad de pe-
ces tropicales de diverso po en el mercado internacional, su
alta movilidad, el aumento del turismo mundial (2.1 % en el
2006 y 2.0 en el 2007 en América) y el mayor acceso a zonas
de riesgo, las cuales son actualmente muy visitadas.

46
19. ¿Son las áreas arrecifales las únicas donde se
puede encontrar peces ciguatos?

No, y además la mayoría de los arrecifes de coral no son ci-


guatóxicos. Cuando es posible determinar el origen de brotes
de Ciguatera, estos presentan distribución limitada en espacio
y empo. Aunque, peces ciguatos pueden ser encontrados en
regiones del Pacífico, Indo Pacífico y el Caribe su distribución
no es homogénea en todas las áreas, ni la probabilidad de
obtener Ciguatera es la misma en cada si o. En el océano Ín-
dico las áreas endémicas conocidas están alrededor de Isla
Reunión, Madagascar e Indonesia. Para la determinación de
áreas tóxicas es necesaria la experiencia local de inves gado-
res, pescadores y consumidores.

Los arrecifes son ecosistemas caracterizados por una gran


biodiversidad que incluye no solo la existencia de múl ples
especies de todos los niveles tróficos, sino también la presen-
cia de diversas estrategias o mecanismos de reproducción y
alimentación, la mayoría de estas úl mas de al simo grado

47
de especificidad. La movilidad de peces como la barracuda es
amplia en la zona costera, entre arrecifes, praderas de pas-
tos marinos, macroalgas y humedales de manglar, sustratos
ideales sustratos ideales para Gambierdiscus y Fukuyoa, prin-
cipales géneros productores de ciguatoxinas. Esto implica que
las áreas arrecifales no son las únicas de riesgo para contraer
Ciguatera.

20. ¿En qué época del año se presenta la intoxica-


ción?

A diferencia de otras intoxicaciones alimentarias causadas


por microalgas tóxicas, los brotes de Ciguatera rara vez siguen
un patrón estacional. Esto se debe principalmente a la tasa
lenta de depuración de las ciguatoxinas en los ecosistemas y
al retardo natural que existe desde el crecimiento excesivo de
Gambierdiscus hasta la acumulación de ciguatoxinas en los
peces depredadores tope. Es por ello que la Ciguatera se pre-
senta como un fenómeno de ocurrencia durante todo el año,
aunque con aumento o predominio en algunos meses. En la
región Caribe los meses de mayor incidencia de la Ciguatera
corresponden a la época de verano. Aunque está demostrado
que factores sico-químicos como el incremento de la tem-
peratura y la concentración de nutrientes pueden favorecer
de forma significa va la proliferación de las microalgas ben-
tónicas productoras de toxinas, hay factores sociales como el
período vacacional, propio del verano, que propician el incre-
mento del consumo de pescado y mariscos especialmente en
zonas costeras, incrementando así la probabilidad de adquirir
esta intoxicación.

De acuerdo con las estadís cas del Centro Nacional de To-


xicología de Cuba (CENATOX), se puede observar que entre

48
1989 y 1996 el promedio anual fue de 298 casos, y que en el
periodo entre 1992 y 1996 el mayor porcentaje de incidencia
de la intoxicación por Ciguatera ocurrió en los meses com-
prendidos entre mayo y sep embre, teniendo su máximo en
junio del año 1994 cuando se presentaron 89 casos.

El análisis de series de empo a par r de la información


procesada de la estadís ca del CENATOX para los casos de Ci-
guatera, reportado para la ciudad de La Habana entre 1989 y
1996, permi ó conocer que existe estacionalidad en la inci-
dencia del fenómeno. El mayor número de casos de Ciguatera
ocurre entre mayo y sep embre, sin tendencia, lo cual implica
que no se observa un incremento o decremento en el núme-
ro de casos anuales reportados. Esto podría deberse a causas
sociales influidas por factores biológicos ambientales como la
presencia de algunas especies, la temperatura del agua y la
presencia del agente transmisor de la intoxicación. En la re-
gión noroccidental de Cuba se ha reportado la presencia de
Gambierdiscus sp., P. lima, P. concavum y P. hoffmannianum.

49
La mayor incidencia de estas especies se presenta entre
mayo y sep embre, siempre Prorocentrum en mayores den-
sidades que Gambierdiscus sin observar alguna preferencia
por el sustrato. En algunas áreas de la región sur central se
ha detectado recientemente a presencia de varias especies
de Gambierdiscus, con picos de abundancia en los meses de
junio y julio.

21. ¿Qué grupos de la población son más vulnera-


bles a la intoxicación por Ciguatera?

Un estudio de 24 pacientes realizado en Cuba en el 2005,


arrojó que las edades entre 45 a 60 y el sexo femenino fueron
los más afectados. Aunque desde el punto de vista epidemio-
lógico puede ser real que las mujeres estén siendo más afec-
tadas por Ciguatera, desde el punto de vista médico no hay
razón sustentada que lo demuestre.

De otra parte es indudable que la edad cons tuye un fac-


tor de riesgo en los seres humanos pues la predisposición del

50
estado sico del paciente puede ser un elemento de agudiza-
ción de los síntomas o de resistencia moderada al transcurso
de la intoxicación. Los infantes suelen estar más expuestos al
agravamiento de la enfermedad, pero según los hábitos ali-
mentarios, y la región donde tengan una menor tendencia al
consumo de pescado, lo cual puede deberse a la economía
familiar o solo a costumbres alimen cias muy arraigadas, lo
que puede disminuir en cierta medida el rango de exposición
por este grupo etario.

Entre los aspectos que pueden influir en el desarrollo de la


toxicidad se puede citar:

• Edad de la persona.
• Sexo.
• Condiciones ambientales.
• Antecedentes previos de la enfermedad.
• Caracterís cas individuales.
• Toxinas presentes.

22. ¿Qué factores sociales influyen en el control de


la Ciguatera?

Desde la perspec va social, este es un proceso muy influi-


do por razones de costumbres, hábitos alimentarios, econo-
mía de la familia, fiestas tradicionales, desconocimiento de
los problemas e ignorancia de la población, todos estos ele-
mentos gravitan en grados diferentes sobre un mejor enfren-
tamiento de la enfermedad. Las polí cas de los países de las
regiones afectadas no siempre asumen una ac tud enérgica
en los planes de con ngencia acerca del combate contra las
acciones sociales que propician las condiciones para la apari-
ción de ETAs.

51
El conocimiento de la población acerca de todos los ma ces
del problema social es importan simo para poder controlar la
Ciguatera, ya que la venta ilegal puede favorecer este comer-
cio subterráneo, o las pesquerías por pescadores ilegales en
áreas conocidas de riesgos y capturas de especies prohibidas
legalmente, o por conocimiento de los propios pescadores.

Cuando ocurren eventos tóxicos en las islas del Caribe u


otras áreas como Florida, islas del Pacífico y Australia, donde
la economía de las poblaciones costeras se sustenta básica-
mente en el comercio de pescado y el turismo, los impactos
son muy fuertes, dado por la propaganda que alarma a toda
la sociedad y el turismo. Las pérdidas económicas en Puerto
Rico entre 1997 y 1998, fueron entre 8 y 10 millones de dóla-
res, muestra el impacto económico que puede llegar a causar
la Ciguatera. Por otra parte un estudio de Donald M. Ander-
son y colaboradores en el año 2000 concluyen que para los
áreas y países como la Florida, Hawaii, Puerto Rico, Islas Vír-
genes americanas, Guyana, y las Islas del Mariscal, el impacto
económico por Ciguatera oscila de 18 a más de 24 millones de
dólares/año, con promedio anual de 21 millones.

52
23. ¿Existen controles en los países del Caribe para
prevenir la Ciguatera?

Son pocos los países del Caribe que han adoptado polí -
cas públicas para la prevención de las enfermedades causa-
das por biotoxinas marinas. Estas enfermedades son de di cil
control pues todas las toxinas son de naturaleza no proteica y
extremadamente estables. Así, la principal medida preven va
es la inspección y el análisis de toxinas en zonas de pesca,
mediante técnicas analí cas como el bioensayo en ratón y la
cromatogra a líquida de alta resolución (HPLC). Para el caso
de la Ciguatera, el riesgo de contraer la enfermedad es gene-
ralmente pequeño, pero existe y la única manera segura de
evitar la intoxicación es el no consumo de pescado o mariscos
provenientes de zonas de riesgo, lo cual es muy poco prác co.
El riesgo se puede disminuir evitando el consumo de los ór-
ganos internos de peces donde frecuentemente se acumulan
las toxinas.

En el listado de peces potencialmente tóxicos se encuentra


un grupo numeroso que hace parte de las pesquerías comer-
ciales del mar Caribe y el Pacífico. En algunos países se pro-
híbe la importación de pescado de zonas de riesgo, en otros
existe regulación pesquera. En Cuba la resolución No. 457/96
del Ministerio de la Industria Alimentaria (MINAL), prohíbe
para todo el territorio nacional la captura, el desembarque y
comercialización de las especies consideradas potencialmen-
te tóxicas. De igual manera, el análisis detallado de los archi-
vos epidemiológicos de envenenamiento por ciguatoxina, ha
permi do establecer relaciones funcionales o límites crí cos
para talla y peso para cinco de las especies más importantes y
la toxicidad potencial para otras 15 especies.

53
Especies de peces potencialmente tóxicos prohibidos de
acuerdo a su peso.

Familia Especie Nombre común Restricción


Mycteroperca bonaci Aguají > 4.5 kg
Serranidae M. venenosa Arigua > 4.6 kg
Mycteroperca gris Bonací gato Cualquier peso
Caranx bartholomaei Cibí amarillo > 1.4 kg
Caranx lugubris Tiñosa prieta Cualquier peso
Caranx latus Gallego > 1 kg
Carangidae
Seriola rivoliana Coronado
Seriola dumerili Coronado de Ley Cualquier peso
Seriola zonata Coronado de banda
Lutjanus cyanopterus Cubera > 6.8 kg
Lutjanidae
Lutjanus jocu Pargo jocú > 1.4 kg
Chilomycterus atringa Guanábana
Diodon dae Diodon holacanthus Pez erizo
Diodon hystrix Puerco espín
Grammis dae Ryp cus saponaceus Jaboncillo
Ogcocephalidae Ogcocephalus vesper lio Pez diablo Cualquier peso
Muraenidae Gymmothorax funebris Morena verde
Sphyraenidae Sphyraena barracuda Picúa
Lagocephalus laevigatus Tamboril gigante
Tetraodon dae
Sphoeroides testudineus Tamboril rayado

En Puerto Rico, los jureles de mayor tamaño y las barracu-


das enen la mala reputación de ser portadores de can da-
des perjudiciales de las biotoxinas que causan la Ciguatera. La
venta de estos peces está prohibida en la isla.

En otros países el problema es poco conocido y por tanto se


adolece hasta de la más mínima norma, lo cual no implica que

54
no exista riesgo de intoxicación. En muchas localidades de es-
tos países los controles son ejercidos por los mismos pesca-
dores y se basan en creencias populares sobre cómo detectar
un pez ciguato.

24. ¿Desde cuándo se conoce la Ciguatera?

Todo parece apuntar a que la intoxicación por ingesta de


pescado y existencia de la Ciguatera es tan an gua como la
necesidad de alimento en el hombre y ya desde la época de
la Odisea de Homero (800 A.C.), se encuentran citas sobre
problemas alimentarios relacionados con los peces marinos.
Los chinos la describieron en el año 600 A.C. y el propio con-
quistador Alejandro el Grande (323-356 A.C.) prohibió a sus
soldados el consumo de pescado para evitar que enfermaran
por indiges ón gástrica severa y afectaran su desempeño en
las campañas de conquista. Referencias de Ciguatera o enfer-
medades similares se encuentran desde 1555 en la Crónica
de las Indias del humanista italiano Pedro Martyr de Anglería.

Reportes más específicos aparecieron en 1601 en el océa-


no Índico y 1770 en el Pacífico Sur, cuando la tripulación del
navegante Fernández de
Quirós presento síntomas
de intoxicación por consu-
mo de pescado. Así mismo
en 1792 fue reportada en
la Polinesia Francesa. No
obstante, el primer relato
detallado del cuadro clíni-
co fue realizado en 1774 en
las islas de Nueva Caledo-
nia, por el navegante inglés

55
capitán James Cook. También se sabe que en el año de 1880
el Dr. Juan Vilano reportó criterios sobre aquellos peces que
producían Ciguatera.

Así aparecen reportes para dis ntas áreas geográficas. En


Cuba por ejemplo, se ene conocimiento a par r de las bi-
tácoras de los marinos españoles, aunque es descrita y pu-
blicada de forma cien fica por primera vez, en La Habana en
1787 por el portugués Antonio Parra, quien narra los proble-
mas ocasionados a su familia por la inges ón de pescado.
Puede señalarse entonces que durante los siglos XVIII y XIX
el término Ciguatera es usado de forma indis nta para todas
las intoxicaciones por consumo de pescado ( pos de ic osar-
cotoxismo), menos las producidas por tetrodotoxina, pero la
evolución y conocimiento hacen en la actualidad que el tér-
mino Ciguatera sea solo empleado para esta intoxicación. En
cuanto a la e mología de la palabra Ciguatera se han dado
varias explicaciones, entre ellas la del ciudadano Inglés quien
declaró que contrajo la enfermedad luego de consumir en
Cuba, “seawater fish” (pez de agua de mar). Así el término
proviene del siglo XVIII y derivó del vocablo aborigen Sigua o
Cigua, nombre común de un molusco gastrópodo (Ci arium
pica), llamado siwa en el Caribe de habla inglesa.

Este molusco es muy abundante en las costas rocosas y es


comúnmente consumido, par cularmente en cebiche. Los
síntomas de la indiges ón de este caracol son muy similares
a los de la Ciguatera y de ahí que los conquistadores españo-
les generalizaron el término asociándolo a este gasterópodo
y su consumo. La palabra Ciguatera fue usada en 1787 por
el naturalista portugués Don Antonio Parra en su descripción
de la intoxicación, y luego por el ic ólogo cubano Felipe Poey
para describir similares casos provocados por el consumo de
peces. El conocimiento sobre la Ciguatera ha progresado sig-

56
nifica vamente en las úl mas cinco décadas. En 1959 Randall
propuso como hipótesis la transferencia trófica de la toxina,
ingresando a la red alimentaria por peces herbívoros que con-
sumían microalgas tóxicas, y que a su vez, eran consumidos
por peces depredadores.

En 1967 Scheuer aisló e iden ficó una ciguatoxina y diez


años después, Yasumoto y colaboradores, iden ficaron una
especie de dinoflagelado productor de toxinas. A pesar de lo
que se ha avanzado, aún hay muchas preguntas sin dilucidar
completamente, entre ellas la transferencia y biotransforma-
ción de las estructuras químicas de las biotoxinas y la pre-
sencia de más de una de ellas en peces vectores del suceso.
Tampoco está claro por qué y cuándo se generan las toxinas,
ni su relación con las variable ambientales, todo lo cual es ob-
jeto de inves gación cien fica en varios lugares del mundo.

GLOSARIO

Algas epífitas: Alga que vive sobre un sustrato bió co.


Algas sésiles: Alga que vive fija a un sustrato.
ANCA: Algas Nocivas del Caribe, Grupo de Trabajo de Algas Nocivas del
Caribe (ANCA, IOCARIBE), el cual pertenece al Programa HAB (Harmful
Algae Bloom) de la IOC (Intergovernmental Oceanographic Comisión of
UNESCO).
Artralgias: Dolores musculares.
Bradicardias: Persona con menos de 60 pulsaciones por minutos o por
debajo de su ritmo normal.
Cadena o trama trófica: Es la formada por un grupo de seres vivos que
enen entre si relaciones de alimentación y que van subiendo en niveles
jerárquicos o relacionándose, como por ejemplo: vegetales, herbívoros y
carnívoros.
Citotoxicidad: Cualidad presente en algunas células para ser tóxicas
frente a otras células las cuales pueden y están alteradas. Además es un
mecanismo de ciertos tejidos celulares especializados del sistema inmu-
nitario, que poseen capacidad para interaccionar con otras células y des-

57
truirlas.
Brote de ETA: Episodio en el cual dos o más personas presentan una en-
fermedad similar después de ingerir alimentos, incluida el agua, del mis-
mo origen y donde la evidencia epidemiológica o el análisis de laboratorio
implica a los alimentos o al agua como vehículos o fuente primaria de la
misma.
Contaminación cruzada: Es la transmisión de un peligro biológico, quí-
mico o sico a un alimento por suciedad, trapos de limpieza, contacto con
otros productos crudos, contacto con superficies sucias o suciedad de las
manos de los manipuladores.
Dinoflagelados: algas microscópicas unicelulares, con dos flagelos que
pertenecen al grupo de las Dinophyceae, que es uno de los grupos de ma-
yor aparición en fitoplancton y principal responsable de los fenómenos de
marea roja.
Disestesia: Sensación inversa de la temperatura.
Disfagia: Se nombra así a la dificultad de digerir.
Disurias: Dolores durante la micción.
Endémica: Animales o plantas propios de una región, zona o país. Se
dice también de la enfermedad que imparta de manera sostenida en el
empo una región o zona determinada o grupo de países.
Estudio de cohorte: Estudio en el cual los sujetos están listados sobre la
base de su presencia (expuestos) o ausencia (no expuestos) a los factores
de riesgo. Los sujetos son seguidos en el empo para el desarrollo de la
enfermedad de interés.
ETA: Enfermedad Transmi da por Alimentos. Esta sigla se u liza tanto
para el singular, como el plural. Síndrome originado por la inges ón de
alimentos o agua, que contengan agentes e ológicos en can dades tales
que afecten la salud del consumidor a nivel individual o grupos de pobla-
ción. Las alergias por hipersensibilidad individual a ciertos alimentos no se
consideran ETA.
Fuente de infección: La persona, animal, objeto o sustancia de la cual
un agente infeccioso pasa al hospedero o a otro ente biológico dentro de
la trama trófica.
Higiene de los alimentos: Todas las condiciones y medidas que aseguran
la inocuidad de los alimentos en todas las fases, desde la producción, ela-
boración, distribución, hasta la preparación y el momento de ser servido.
Incidencia: Número de casos en un período de empo en una población
específica, dividida por la población en riesgo.
Infecciones alimentarias: Son las denominadas ETA que se producen
por la inges ón de alimentos o agua contaminados con agentes infeccio-
sos específicos tales como bacterias, virus, hongos o parásitos, que en la

58
luz intes nal pueden mul plicarse o lisarse y producir toxinas e invadir la
pared intes nal y alcanzar otros aparatos o sistemas.
Mialgias: Dolor en los músculos.
Morbilidad: Es la suma de las enfermedades que afectan a uno o más
individuos durante un empo determinado.
Parestesia: Se define como la sensación anormal de los sen dos o de
la sensibilidad general que se traduce por una sensación de hormigueo,
adormecimiento, acorchamiento.
Período de incubación: Es aquel empo que transcurre entre la ingesta
del alimento con algún po de toxina y la aparición de los primeros sínto-
mas. De manera general estos empos ocurren entre 30 minutos y hasta
30 horas, pero pueden oscilar en función de los factores de la toxina, for-
ma de ingesta y el estado del paciente.
Prevalencia: se define como el Número de personas las cuales enen
una enfermedad en un período de empo específico.
Prurito: Picazón o comezón en el cuerpo producto de contacto sico
con plantas o productos químicos o por efectos de alimento ingerido que
provoca intoxicación.
Síntomas: Son aquellas manifestaciones de moles as generales o gas-
trointes nales variables como náuseas, vómitos, diarrea, etc. o también
manifestaciones neurológicas o cardiovasculares, las cuales están en de-
pendencia del po de toxina, los peces la región y/o la can dad ingerida.
Sistema de Alerta Temprana (SAT): Se define como el conjunto de ca-
pacidades, instrumentos y procedimientos, integrados y ar culados, de
información compilada en torno a un tema que pretende como obje vo
avisar de un peligro potencia para que se preparen y tomen medidas pre-
ven vas de forma apropiada y an cipada. Para el control en comunida-
des, ecosistemas y por autoridades competentes.
Taquicardias: Cuando el corazón presenta una frecuencia de su ritmo
cardiaco superior a la que es normal para una persona en cues ón.
Toxinas: Se denomina a todos aquellos compuestos que producen per-
turbaciones sicas, sico-químicas o químicas en el organismo humano,
atacando sus procesos vitales o interfiriendo en su funcionamiento nor-
mal, de manera permanente o transitoria.
Transvector: Dícese del hospedero marino de las toxinas las cual se
transmite dentro de la cadena trófica.
Zona de surgencia: Es aquella área marina donde se produce un fenó-
meno de afloramiento de nutrientes, lo cual hace favorable las condicio-
nes que se produzcan proliferaciones de algas aunque estas condiciones
no son definitorias.

59
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Cigua (Ci arium pica) Molusco al cual se le atribuye el origen


del nombre Ciguatera
El libro
LA CIGUATERA UN RIESGO POTENCIAL PARA LA SALUD HUMANA:
Preguntas frecuentes
se terminó de imprimir y encuadernar en los Talleres de Fábrica de Libros en
enero de 2022.
Esta edición consta de 1200 ejemplares.
Impreso en Francisco Álvarez de Icaza # 15-b,
Col. Obrera, 05800, Ciudad de México. México

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