6 Freud Topicas
6 Freud Topicas
6 Freud Topicas
El ser humano se rige básicamente por lo que Freud llama "el principio del
placer". Cuando un bebé nace es el principio del placer en estado puro. El bebe no
tolera no obtener placer, quiere lograr el placer pero sin esfuerzo, (que siempre implica
displacer) para llegar al logro de sus satisfacciones. El bebé que nace es puro ello,
pura energía pulsional, regida por dos grandes pulsiones (es decir, dos grandes fuerzas
por ahora usemos ese término)
fuerzas de naturaleza sexual
fuerzas de naturaleza agresiva.
Esas fuerzas son las que reclaman la realización del placer, a cualquier precio y
sin postergaciones.
Ahora, si este principio del placer se realizara tal como el sujeto lo exige y en su
forma pura, sería sumamente peligroso para el sujeto y sumamente peligroso para la
vida básicamente, sería imposible vivir en sociedad.
Freud dice que, entonces, los hombres tuvieron que encontrar otra forma de en-
cauzar ese principio del placer, y por lo tanto nuestra conciencia crea lo que él llama
"principio de realidad". Que no se opone al placer, sino que busca encauzarlo de
acuerdo a lo posible. El principio de realidad es el que va induciendo al sujeto a pos-
tergar ciertas gratificaciones, a renunciar a ciertas gratificaciones, o a realizarlas pero
de la manera que corresponde.
Segunda Tópica Ello – Yo - Superyo
Freud plantea una segunda tópica del aparato psíquico que es la diferenciación
entre Yo, Superyo, y Ello.
El Ello
El Ello es el reservorio de lo pulsional. El Ello es una instancia que está en el límite
entre lo somático y lo psíquico.
La pulsión, el impulso, viene del cuerpo y accede a lo psíquico como un desafío, como
una exigencia de que algo debe hacer con este impulso.
El Ello; dice Freud; en contacto con el mundo externo; o sea en contacto con otros
sociales va desarrollando al Yo.
El Yo
El Yo es una organización psíquica que trata de sintetizar los intereses de la personas.
Es una estructura psíquica, que intenta armonizar las exigencias del ello, de la realidad
y del super-yo.
Pichón Rivière le va a llamar self y lo define como “el estratega del mundo interno”, el
que trata de conciliar los requerimientos pulsionales y las exigencias de la realidad. Hay
impulsos que si se realizan se recibe una sanción social. Los niños aprenden a ser
piadosos con el otro, a ser considerados con el otro o a ser pulcros, a adquirir ciertas
formas de comportamiento porque si no reciben una sanción social. Y la peor sanción
social que puede recibir un niño o una niña es el retiro del afecto de los padres. Esa es
la sanción que teme y frente a la cual el niño o la niña declinan sus impulsos más
espontáneos.
Ideal del Yo
Freud distinguió el Superyo del Ideal del Yo, pero quien más remarca la importancia de
esta distinción es Lacan. El Ideal del Yo contiene también preceptos, leyes, normas, la
ética, las identificaciones con aquello que se valora pero es una instancia motora. El
Ideal del Yo es diferente del Superyo, porque el Ideal del Yo es impulsor. Esa imagen
del espejo a la cual quiero mirarme y parecerme. El ser humano quiere cumplir sus
ideales. El Ideal del yo marca un camino, voy hacia ahí, es la meta a lograr. Por
supuesto tiene que ver con la sociedad, tiene que ver con las leyes, tiene que ver con
las normas, tiene que ver con aquello que también concilia con los ideales sociales; de
alguna manera, o los ideales de una porción de la sociedad.
La libido
Otro concepto importante tiene que ver con la pulsión sexual es el concepto del Libido.
La Libido es la energía psíquica de la pulsión sexual. La Libido es una energía, que
Freud identificaba con el amor. La libido podríamos sintetizarlo como amor. Proviene de
la pulsión sexual, y es un lazo amoroso. Este lazo amoroso puede estar recubriendo al
Yo o puede estar recubriendo a un objeto amoroso.
Cuando es una energía que liga a objetos del mundo externo (cuando digo “objetos”
estoy diciendo “objetos y sujetos”)… es una “libido objetal”, cuando recubre el Yo es
una “libido narcisística”.
Freud dice que la libido; ese reservorio de energía; es como una ameba. Tiene su
núcleo en el Yo, recubre al Yo. Esta energía puede, como las amebas, desarrollar un
seudópodo y recubrir un objeto. Ese objeto entonces va a ser un objeto amado.
Pero él dice: “hay una cierta cantidad de energía”; por lo cual este seudópodo que
recubre al objeto significa menor libido narcisística. En otra palabras, cuanto mayor es
el interés amoroso del sujeto por el mundo menor carga narcisística hay.
Esta es la idea de Pichón Rivière, nada más que él lo traduce en términos
comunicacionales. Cuando él dice: “la ruptura progresiva de los vínculos con el mundo
exterior va creando una lógica intrasistémica, que va centrando al sujeto en los objetos
del mundo interno, y lo va alejando del mundo externo”.
Pichón tiene todo una descripción en ese sentido del proceso del enfermarse a partir de
frustraciones y rupturas vinculares con el mundo externo.
Por ejemplo: tomemos algunos casos más o menos recientes: desocupados, sobre
todo hombres. La persona pierde su trabajo y vive esto como un fracaso personal. Si
esta significación de fracaso aparece corroborado por la familia, si tiene un entorno que
no le da un apoyo vincular para que vuelva a conectarse al mundo exterior, sino que de
alguna manera acentúa esta vivencia de fracaso y de impotencia el conflicto deja de
ser un conflicto de búsqueda laboral y empieza a volverse subjetivo. Comienza a
trasladarse, progresivamente esta sensación de impotencia y fracaso del mundo
externo al mundo interno. Y ahí empieza un circuito de un progresivo alejamiento de la
realidad. El problema del mundo interno desconectado del mundo externo es que es un
mundo fantasmático, es un mundo de fantasmas. Lo único que puede regular esa
actividad fantasmática es la praxis, es el contacto con los otros, es la comunicación con
el mundo externo.
Pichón dice: “La praxis con el mundo externo es aquello que vuelve a otorgar
objetividad a estas representaciones del mundo interno”. Sin una praxis son solo
fantasmas subjetivos desconectados de la realidad. Por lo cual el hombre que ha tenido
un traspié en el mundo puede transformarse, al final en una piltrafa humana. Ese
primitivo conflicto dialéctico con el mundo externo se interioriza y se internaliza como
circulo vicioso.
Freud plantea ejemplos más ligados a lo amoroso. Por ejemplo él describe el
amor romántico como ese amor en el cual la libido que recubre al objeto es tan intensa,
se proyecta en el objeto amado tantos ideales, valores, tanta belleza, y perfección, que
no queda libido en el Yo. Entonces este amor romántico donde el hombre se siente
indigno frente a las maravillas de la dama, esa dama que es el sumun de la perfección,
de todos los valores y de los ideales, ese hombre que sufre este amor romántico puede
llegar al suicidio. Como ese objeto está tan idealizado y no me corresponde no soy
digno de vivir. El suicidio romántico se debe a estas razones. De todas maneras Freud
dice que en todo enamoramiento hay algo de esto. Esa persona de la cual alguien se
enamora tiene que ser depositaria de ideales y valores aunque no llegue al extremo del
amor romántico. Y además después del periodo del enamoramiento, con los años, se
vuelve a regular la libido en términos más equitativos.
Concepto de transferencia
Es un concepto técnico que surgió de la práctica analítica luego se extendió a la
vida cotidiana. Cuando Breuer analizaba a Anna O., lo que lo llevó a abandonar el
tratamiento con ella fue que Anna O. se enamoró de Breuer e hizo un falso embarazo.
Esto fue muy escandaloso, en una sociedad victoriana Una mujer enferma, que no
salía de su casa y el único hombre al que recibía era su médico. Era un embarazo
histérico.
Esto hizo que Breuer definitivamente cortara el tratamiento con Anna O. Pero al
mismo tiempo, este trastorno significó el descubrimiento del fenómeno de la
transferencia. El hecho frecuente que sufre todo terapeuta sobre su persona, el
paciente desplaza deseos que originariamente pertenecieron a otra relación, desplaza
sobre el médico otras figuras amadas del pasado.
Más adelante la noción de Transferencia se extendió a cualquier situación de la
vida cotidiana. Transferencia tiene que ver con condiciones vinculares que facilitan el
desplazamiento de una figura interna sobre la externa. Por ejemplo las relaciones
docentes tienden en general a generar esta transferencia. Los alumnos en general se
enamoran de la maestra de primer grado o de la maestra de jardín, o luego de algún
profesor a pesar de que no es una situación terapéutica. Toda relación asimétrica
promueve estos impulsos amorosos.
Bibliografía
FREUD S.(1923- 1925) “El Yo y el Ello y otras obras” Tomo XIX Amorrortu editores.
Buenos Aires-1994. Teoría Psicoanalítica, primera y segunda tópica