(Traducido) Deglusión
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com
ARTÍCULO ORIGINAL
de Down
Abstracto
El estudio tuvo como objetivo definir los problemas relacionados con la
deglución de los niños pequeños con síndrome de Down (SD) comparando a los
niños pequeños con los niños con desarrollo típico (TDC). Un total de 127 niños
(96 DS, 31 TDC), y sus madres incluidos en el estudio. La presencia de trastornos
de masticación, selectividad alimentaria, babeo, tos durante la deglución se
puntuó como'ausente' o 'presente'. Se utilizó la versión pediátrica de Eating
Assessment Tool-10 (PEDI EAT-10) para determinar la gravedad de los síntomas
de disfagia, y la versión turca de Feeding/Swallowing Impact Survey (T-FS-IS) se
utilizó para medir el impacto de la deglución. trastornos en los cuidadores. Las
madres de DS informaron tasas más altas de trastornos de masticación (n=39,
40,6%), babeo (n=30, 31,3%) y tos durante la deglución (n=50, 41,7%) que las
madres de TDC (p<0,01). La puntuación media del PEDI-EAT-10 de los niños con
SD fue superior a la TDC (p=0,006). Hubo diferencias significativas entre los
grupos en términos de T-FS-IS. Se detectaron correlaciones de moderadas a
fuertes entre PEDI-EAT-10 y las puntuaciones totales y de subescala de T-FS-IS
(p<0,001). Este estudio prospectivo define los problemas relacionados con la
deglución de los niños pequeños con síndrome de Down.
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Facultad de Terapia Física y Rehabilitación, Universidad Hacettepe, 06100
Altındağ, Ankara, Turquía
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Revista de discapacidades físicas y del desarrollo
Esta población experimenta una amplia gama de problemas relacionados con los sistemas
neurológico, cardíaco, gastrointestinal y pulmonar (Bull,2018). Además, en el SD también se
observan anomalías estructurales y funcionales relacionadas con la región craneofacial, que
afectan las funciones motoras orales, de deglución y de alimentación (van Dijk & Lipke-
Steenbeek, 2018; Stanley et al.,2019; Narawane et al.,2020; Jackson et al.,2016,2019).
Las dificultades para alimentarse y tragar incluyen un marco amplio que va desde problemas de
succión hasta problemas para masticar, coordinación deficiente para tragar y aspiración de las vías
respiratorias. Hay varios estudios realizados en SD para describir los problemas relacionados con la
deglución (Stanley et al.,2019; Narawane et al.,2020; Jackson et al.,2016,2019). En un estudio
retrospectivo en lactantes de 0 a 6 meses de edad, se informó que el 57 % de los lactantes presentaba
signos clínicos de trastornos de la alimentación y la deglución, y el 55 % presentaba problemas en la
fase oral y/o faríngea de la deglución (Stanley et al.,2019). Otro estudio retrospectivo indicó que los
problemas de succión, formación y control del bolo, residuos orales y faríngeos fueron los problemas
más frecuentes en el SD con 4 meses de edad (Narawane et al.,2020). En otro estudio
videofluoroscópico retrospectivo de deglución de niños con SD con una edad media de 2 años, el 56,3
% tenía problemas de protección de las vías respiratorias, lo que dio lugar a la aspiración de las vías
respiratorias (Jackson et al.,2016).
Se sabía que las dificultades para tragar son comunes en los niños con síndrome de Down, pero la
mayoría de los estudios investigaron este problema con diseños de estudios retrospectivos con
tamaños de muestra pequeños y grupos de edad relativamente jóvenes. El período de los niños
pequeños, que representa las edades entre 1 y 3 años, es un período de transición desde la infancia
hasta los años preescolares, y es un período importante por varias razones. En primer lugar, este
período de tiempo es crítico para el desarrollo motor, intelectual, social y emocional de los niños
(Mahmoud et al.,2021). Los problemas de alimentación y deglución en la primera infancia pueden ser
marcadores de futuros problemas de salud y desarrollo, y pueden provocar estrés en los padres (van
Dijk & Lipke-Steenbeek,2018; Lindberg et al.,1994). Las funciones de alimentación y deglución se
encuentran entre las principales actividades de la vida diaria de los niños, y los padres de los niños,
especialmente entre 1 y 3 años, tienen un papel principal durante las comidas. La función de
alimentación exitosa y asegurar una nutrición adecuada se perciben como indicadores de competencia
para los padres (Silverman et al.,2021). La interrupción de este proceso y el aumento de la carga del
cuidado de los padres con respecto a las dificultades para alimentarse y tragar debido a (i) sus signos
(es decir, tos, ahogo, vómitos, etc.), (ii) la necesidad de preparación de alimentos apropiados y líquidos
para los niños, (iii) mayor tiempo de preparación de comidas y duración de las comidas, (iv)
interacciones negativas entre los niños y los padres, (v) el sentimiento de incompetencia puede
resultar en un aumento del estrés de los padres (Hewetson & Singh,2009; Taylor et al.,2022). Por lo
tanto, la identificación temprana de las dificultades para alimentarse y tragar es importante para
beneficiarse de este período de desarrollo y desarrollar un plan de manejo potencial que incluya tanto
a los niños como a sus padres (Arts-Rodas & Benoit,1998; Wieseke et al.,2008; Prasse & Kikano,2009).
Para el manejo apropiado y oportuno de las dificultades para alimentarse y tragar, es necesaria la
colaboración de los padres (Smith et al.,2015). Las experiencias de los padres pueden proporcionar
información valiosa para definir las dificultades de alimentación y deglución y mejorar el enfoque de
manejo. Por lo tanto, es importante definir las dificultades para tragar con diseños de estudios
prospectivos según el informe de los padres. En consecuencia, este estudio se planeó para describir
los problemas generales relacionados con la deglución, incluidos los trastornos de la masticación, la
selectividad de los alimentos, el babeo, la gravedad de los síntomas de disfagia de los niños pequeños
con síndrome de Down mediante la comparación
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niños pequeños con niños con un desarrollo típico, y también el impacto de los trastornos de la
deglución en los cuidadores de niños.
Método
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y validez discriminante, y excelente consistencia interna y fiabilidad test-retest (Serel Arslan et al.,2018).
El T-FS-IS tiene 18 preguntas y tres subescalas que incluyen actividades diarias, preocupación y
dificultad para alimentarse. La subescala 'actividades diarias' refleja la calidad de vida de los cuidadores
con respecto a las actividades diarias, es decir, 'a mi familia le cuesta hacer planes o salir a comer'. La
sección de preocupaciones indica las preocupaciones de los cuidadores sobre el bienestar de los niños,
es decir, 'Me preocupa que mi hijo nunca coma ni beba como los demás niños'. La sección de dificultad
de alimentación refleja los desafíos durante la prestación de atención específica para la alimentación/
deglución, es decir, 'Es difícil alimentar a mi hijo porque no sé cuánto durarán estos problemas'. Cada
pregunta se puntuó entre 1 y 5 puntos. La puntuación '1' indica 'Nunca', y la puntuación '5' indica 'Casi
siempre'. Todos los puntajes de cada pregunta respondida se sumaron y dividieron en el número total
de preguntas respondidas para obtener el puntaje total. Para mantener las puntuaciones de las
subescalas, se sumaron las puntuaciones de todas las preguntas respondidas dentro de cada
subescala y luego se dividieron por el número total de preguntas respondidas en la subescala. Las
puntuaciones más altas indican una baja calidad de vida.
Análisis estadístico
Para el análisis estadístico se utilizó IBM-SPSS para Windows versión 20 (IBM Corp., Armonk, NY,
EE. UU.). Se utilizaron métodos visuales (histograma y gráficos de probabilidad) y analíticos
(pruebas de Kolmogorov-Smirnov/Shapiro-Wilk) para examinar la conformidad de las variables
con la distribución normal. Las estadísticas descriptivas se calcularon como un número/
porcentaje (n/%) para datos cualitativos y la media±desviación estándar para datos
cuantitativos.
Se utilizó la prueba U de Mann-Whitney para comparar grupos. Se utilizó el coeficiente de
correlación de Spearman no paramétrico para determinar las correlaciones entre PEDI-EAT-10 y T-FS-
IS. Un coeficiente de correlación de Spearman inferior a 0,30 muestra una correlación débil, entre 0,30
y 0,70 muestra una correlación moderada y superior a 0,70 muestra una fuerte correlación (Mukaka,
2012). Se utilizó un valor de p inferior a 0,05 como significación estadística.
Resultados
Un total de 127 niños y sus madres participaron en el estudio. Había 96 niños con
síndrome de Down y 31 niños con desarrollo típico. La edad media de las madres de niños
con SD fue de 33,29 años.±6,39 (mín.=20, máx.=47) años, y la edad media de las madres
de niños con un desarrollo típico fue 33,90±5,93 (mín.=26, máx.=40) años. No se encontró
diferencia en cuanto a la edad de las madres entre los grupos (p=0,710). Mesa1
representa características demográficas e información sobre la historia de la función de
alimentación y deglución del niño. No se detectó diferencia en cuanto a edad y sexo entre
grupos (p>0,05). La altura y el peso de los niños con síndrome de Down fue
significativamente menor que el de los niños con desarrollo típico (p=0,016, p=0,006,
respectivamente).
En cuanto a la historia de la función de alimentación y deglución del niño, no se encontraron
diferencias en cuanto al tiempo de transición a alimentos adicionales y la duración de las
comidas entre los grupos (p>0,05). El número de comidas de los niños con SD fue mayor,
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máximo
relacionado
caracter-
terísticas
(mes)
Comida- 26.97±15.70 5–60 21.95±9.73 10–40 0.400
tiempo
duración
(min)
Número 5.34±1.83 3–10 3.77±0.99 3–7 <0.001
de comidas
(mes)
Número 5.78±6.99 3–20 20.37±4.13 12–26 <0.001
de dientes
ders
Alimento 49 (51) 22 (71) 0.071
selectivo
idad
Babear- 30 (31,3) 0 <0.001
En g
Tos- 40 (41,7) 0 <0.001
En g
durante
tragar
mugiendo
el tiempo de dentición inicial fue más tardío y el número de dientes fue menor que el de los niños con un
desarrollo normal (p<0,01).
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Discusión
El estudio actual se centra en niños con síndrome de Down de 1 a 3 años de edad para describir los problemas
relacionados con la deglución en este grupo particular de niños mediante la comparación de pares sanos de la
misma edad y sexo. Los niños con SD de 1 a 3 años tenían medidas antropométricas significativamente más
bajas, tiempo de dentición más tardío y menos dientes. Los niños con síndrome de Down han experimentado
tasas significativamente más altas de tos durante la deglución (41,7 %), trastornos de la masticación (40,6 %) y
babeo (31,3 %). Casi la mitad de los SD tenían una función deglutoria anormal, y la calidad de vida de las
madres relacionadas con la función deglutoria era peor que la de las madres de pares sanos. Se encontró que
la gravedad de los síntomas de disfagia de los niños con síndrome de Down estaba relacionada con la calidad
de vida de las madres.
Los problemas de deglución se observan comúnmente entre personas de todas las edades con síndrome
de Down (Nordstrøm et al.,2020). En este estudio, investigamos los problemas relacionados con la deglución
en niños con SD de edades comprendidas entre 1 y 3 años. Los niños con SD en este grupo de edad tenían
medidas antropométricas más bajas en comparación con sus pares sanos. Aunque el sobrepeso podría ser
una preocupación para muchos niños con síndrome de Down después de los 4 años (Nordstrøm et al.,2020;
Osaili et al.,2019), no se debe subestimar la menor altura y peso de los niños con SD en comparación con sus
pares sanos. El estudio informó que las tablas de crecimiento de niños turcos con síndrome de Down
mostraron que la velocidad de crecimiento se redujo especialmente entre los 6 meses y los 3 años (Tuysuz et
al.,2012). Por lo tanto, se deben considerar y manejar las posibles razones que incluyen una capacidad de
alimentación deficiente, trastornos de la deglución o enfermedades concomitantes, como defectos cardíacos o
problemas gastrointestinales relacionados con parámetros de crecimiento más bajos en este grupo de edad,
para mantener un crecimiento adecuado.
Al observar el historial de la función de alimentación y deglución del niño, el tiempo de transición a
alimentos adicionales y la duración de las comidas fueron similares con los compañeros sanos, sin embargo, la
cantidad de comidas por día fue mayor, el tiempo de la dentición fue más tarde y el tiempo actual.
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Tabla 2Las puntuaciones de los grupos de la Encuesta turca sobre el impacto de la alimentación/deglución
Encuesta sobre el impacto de la alimentación/deglución en Turquía Síndrome de Down Niños con desarrollo típico pag
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(n=96) (n=31)
Significar±Dakota del Sur mínimo máximo Significar±Dakota del Sur mínimo máximo
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Tabla 3Las correlaciones entre la versión pediátrica de Eating Assessment Tool-10 (PEDI-EAT-10) y la Encuesta turca
sobre el impacto de la alimentación/deglución (T-FS-IS) en el síndrome de Down
T-FS-IS T-FS-IS T-FS-IS T-FS-IS
Actividades diarias Preocuparse Alimentación Total
dificultades
r pag r pag rp r pag
PEDI-EAT-10 0,65<0.0010,69<0.0010,67<0.0010.76<0.001
T-FS-IS: Actividades diarias T- 0,67<0.0010,65<0.0010.82<0.001
FS-IS: Preocuparse 0.71<0.0010.91<0.001
T-FS-IS: Dificultades de alimentación 0.87<0.001
Problemas relacionados con la deglución de los niños pequeños con síndrome de Down
número de dientes era menor. Las madres informaron tasas más altas de tos durante la deglución (41,7 %),
trastornos de la masticación (40,6 %) y babeo (31,3 %). En la literatura, se mencionan los trastornos de la
masticación en el SD debido a la lengua y los labios hipotónicos, la lateralización lingual ineficiente y la función
motora oral alterada (O'Neill et al.,2005; In't Veld et al., 2020). Como resultado, las texturas masticables y
firmes de los alimentos se mencionaron con frecuencia como difíciles de manejar para los niños con síndrome
de Down (Ross et al.,2019). Además de estos posibles factores, el momento de la dentición y el número de
dientes también podrían ser un factor para los trastornos de la masticación en el síndrome de Down. Casi un
tercio de los niños con síndrome de Down han experimentado babeo, que tiene varias complicaciones, como
deshidratación, infección, problemas de higiene, maceración perioral y aislamiento social (Leung & Kao,1999).
Los posibles factores que causan los trastornos de la masticación también pueden contribuir al control de la
saliva en estos niños.
La selectividad de los alimentos fue el problema más común informado por las madres para ambos grupos, ya que
el 51% para el SD y el 71% para los niños con desarrollo típico. La selectividad alimentaria, que se caracteriza por el
rechazo de alimentos, se define como el consumo de una variedad limitada de alimentos (Bandini et al.,2019). Los niños
pequeños se encuentran en un período para aprender a alimentarse por sí mismos, probar nuevos alimentos y texturas
y, por lo tanto, la selectividad de los alimentos también podría verse en los niños con un desarrollo típico (Fishbein et al.
2006). Aunque la selectividad alimentaria se informó anteriormente en niños con un desarrollo típico, nuestro estudio
muestra que los niños pequeños con síndrome de Down también experimentaron selectividad alimentaria, lo que
puede resultar en diversos grados de dificultades de alimentación.
Uno de los problemas informados con mayor frecuencia fue la tos durante la deglución en niños
con SD. Como complemento a este resultado, casi la mitad de los SD tenían una función de deglución
anormal y se encontró que la gravedad de los síntomas de disfagia era mayor en comparación con sus
pares sanos. En la literatura, se informó que la alimentación no oral era del 13 al 40 % de los niños con
síndrome de Down durante el período de la infancia (Ergaz-Shaltiel et al.,2017), 52% de los niños de 6 a
12 meses.7En nuestro estudio realizado prospectivamente en el grupo de edad entre 1 y 3 años, los
niños con SD también experimentaron problemas en la fase faríngea de la deglución. Desde la infancia
hasta la primera infancia, los niños con SD tienen riesgo de trastornos de la deglución, por lo que se
deben tener en cuenta los síntomas clínicos de disfagia durante las comidas y, si es necesario, se debe
evaluar en detalle la función de la deglución. En este contexto, el informe de los padres es crucial y
valioso para definir las dificultades de la deglución y planificar un manejo adecuado y oportuno.
Cuidar a un niño que tiene una discapacidad del desarrollo provoca un alto nivel de estrés y una
disminución de la calidad de vida, y varios factores que incluyen el nivel de discapacidad del niño,
problemas de comportamiento, dificultad para cuidar a un niño con una discapacidad del desarrollo.
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discapacidad mental, factores específicos de la discapacidad (Plant & Sanders,2007). Los trastornos de la
deglución podrían ser uno de los factores contribuyentes para la calidad de vida de los cuidadores. Sin
embargo, no hay ningún estudio que muestre las preocupaciones relacionadas con la deglución de los
cuidadores de niños con síndrome de Down. Hasta donde sabemos, este es el primer estudio que examina el
impacto de los problemas de alimentación y/o deglución de los niños con síndrome de Down en sus madres.
La calidad de vida de las madres de niños con SD era peor que la de las madres de compañeros sanos, y se
encontró que la gravedad de los síntomas de disfagia de los niños con SD estaba relacionada con la calidad de
vida de las madres, lo que muestra que una mayor gravedad de la disfagia está relacionada con mayores
percepciones problemáticas de padres, y la disminución de la severidad de la disfagia está relacionada con una
menor percepción problemática de los padres. Las madres de niños con SD tenían tiempo insuficiente para las
actividades diarias, se preocupan por el bienestar de sus hijos, y dificultades en el cuidado de las dificultades
de alimentación de sus hijos, de los cuales todos también estaban relacionados entre sí. Se encontró que las
características del cuidador (es decir, sexo, estado), la edad del niño, el sexo y las enfermedades que lo
acompañan estaban asociadas con la carga de los cuidadores del síndrome de Down (Alam El-Deen et al.,2021
). Los resultados de nuestro estudio destacan que los problemas de alimentación y/o deglución afectan no solo
a los niños con SD, sino también a las madres con SD. Por lo tanto, las preocupaciones de los padres deben ser
consideradas y evaluadas durante el plan de manejo de niños con síndrome de Down.
Este estudio tiene algunas limitaciones. Proporciona experiencias de madres de niños pequeños con
síndrome de Down relacionadas con la función de deglución, pero falta una evaluación clínica y/o instrumental
de la deglución para confirmar los hallazgos del informe de los padres. Los problemas como los trastornos de
masticación, el babeo y los problemas de protección de las vías respiratorias que enfrentan los niños con
síndrome de Down son muy diferentes entre sí, por lo que cada problema y los factores contribuyentes deben
investigarse por separado. Además, los niños con síndrome de Down experimentan con frecuencia
comorbilidades médicas que incluyen neurológicas, cardíacas, gastrointestinales, pulmonares, etc. (Desai,1997
). Sin embargo, las comorbilidades no se cuestionaron en el historial realizado en este estudio, por lo que las
comorbilidades asociadas con el síndrome de Down también podrían registrarse en estudios futuros para
investigar su contribución a las funciones de deglución y alimentación.
Conclusión
Este estudio prospectivo describe las experiencias de las madres de niños pequeños con síndrome de Down en
relación con la función de deglución al comparar a los niños pequeños con niños con un desarrollo típico. Los
niños pequeños con síndrome de Down sufren tasas más altas de selectividad alimentaria, tos durante la
deglución y función anormal de la deglución, trastornos de la masticación y babeo, y la calidad de vida de sus
madres era peor que la de las madres de sus compañeros sanos. Los resultados del estudio apuntan a la
importancia de la investigación temprana de los problemas de alimentación y deglución, así como de la calidad
de vida de los cuidadores, para definir los problemas y planificar un programa de manejo adecuado.
FondosSin financiación.
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Declaraciones
Aprobación éticaTodos los procedimientos realizados en estudios con participantes humanos se realizaron de acuerdo
con los estándares éticos del comité de investigación institucional y con la declaración de Helsinki de 1964 y sus
enmiendas posteriores o estándares éticos comparables.
Consentimiento informadoSe obtuvo el consentimiento informado de los participantes que participaron en este estudio.
Número de ensayo clínico=Este estudio no requiere un número de ensayo clínico porque es un estudio realizado a
través de encuestas en línea que no implica ninguna intervención.
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