24-Texto Del Artículo-81-1-10-20200610
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Resumen
Zarzuela y banda son dos conceptos vinculados con una historia cercana a los ciento setenta
años. El repertorio para banda de música vio un potencial en los arreglos de las zarzuelas Palabras clave
que se escuchaban en los teatros españoles durante el siglo XIX y XX. En el presente artículo Zarzuela, Barbieri,
se plantea buscar las primeras manifestaciones, no del empleo de la banda en el teatro sino Música militar,
del uso de la música del teatro fuera de este. Francisco Asenjo Barbieri, uno de los padres de Transcripciones, Siglo XIX.
la zarzuela isabelina, será responsable en el proceso. Dos son las obras vinculadas a su pro-
ducción que se estudiarán: Seguidillas de la zarzuela Gloria y peluca y Tanda de rigodones
de la zarzuela Jugar con fuego.
Abstract
Zarzuela and the wind orchestra are phenomena with intertwining histories for nearly 170
years. The potential for expanding the repertoire for wind orchestra transpired in the prac- Keywords
tice of transcribing popular zarzuelas performed in Spanish theatres during 19th and 20th Zarzuela (Spanish opéra-
centuries. The present article considers early manifestations of the use of theatre music comique), Barbieri, Military
outside of these institutions. Francisco Asenjo Barbieri, one of the prominent figures of the Music, Transcriptions,
zarzuela isabelina, features prominently in this process. Two works linked to its production 19Th Century
are examined: Seguidillas de la zarzuela Gloria y peluca and Tanda de rigodones de la
zarzuela Jugar con fuego.
Miguel Ángel Ríos Muñoz
rís–, se vio reforzado con el asociacionismo 6 de octubre de 1851 en el Teatro del Circo,
de la segunda mitad del siglo XIX, lo que fo- con libreto de Ventura de la Vega y música
mentó la creación de orquestas y bandas1. de Francisco Asenjo Barbieri. La historio-
Los intentos de crear una ópera grafía ha tratado a este compositor como
nacional llevaron a los compositores que uno de los padres de la zarzuela por dicha
estaban activos en la década de los 40 del obra –compartiendo paternidad con Her-
siglo XIX a implantar esa zarzuela «restau- nando y Joaquín Gaztambide–, y así lo de-
rada», con obras como El duende o Cole- muestra la numerosa documentación que
gialas y soldados de Rafael Hernando. Pero de él se conserva en su propio legado de
la obra que asienta las bases del género, la Biblioteca Nacional de España2. Dentro
dándole el prestigio y la fama necesaria de este fondo, que donó a la institución, se
para perdurar en el tiempo, sería Jugar con conservan varias obras para banda como
fuego, zarzuela en tres actos estrenada el se aprecia en la tabla 1.
1
soBrIno, Ramón. «La música sinfónica en el siglo XIX». La 2
Casares, Emilio. Francisco Asenjo Barbieri. 1. El hombre y el
música española en el siglo XIX. Emilio Casares, Celsa Alonso creador. Madrid. ICCMU, 1994.
(eds.). Oviedo, Universidad de Oviedo, 1995, pp. 279–323. 3
IglesIas, Nieves. La música de Francisco Asenjo Barbieri en
la Biblioteca Nacional. Madrid, Biblioteca Nacional, 1998.
también el primero en llevar esa música de Cristina, pero en versión para orquesta. La
la orquesta a la banda, ya que sus circuns- que había sido regente de España y madre de
tancias laborales y las relaciones que enta- Isabel II había encargado a Barbieri esta com-
bló en esa primera etapa de su vida propicia- posición para un baile en su palacio de la calle
ron que así fuera. de las Rejas tras el enorme éxito de su estre-
Con respecto a la Tanda de rigodones no. El manuscrito autógrafo de la versión para
de «Jugar con fuego» para banda, tampoco orquesta se conserva también en la Biblioteca
sabemos las circunstancias de su estreno –si Nacional, por lo que podemos constatar que
es que se llevó a cabo–. Sí es conocido el en- las dos obras son iguales, simplemente lo que
cargo que hace de esta pieza la reina María cambia es la instrumentación7.
Imagen 2: Primera página del manuscrito de las Seguidillas de la zarzuela Gloria y peluca
Sabemos por las fechas de estreno marco cronológico, que oscila por lo tanto
de las zarzuelas que estas partituras no entre 1850 a 1859, podemos plantear la hi-
pueden ser anteriores a 1850 y 1851, por pótesis de que su ejecución debió de llevar-
lo que tenemos delimitado un lado de la se a cabo en fechas próximas a los estrenos
línea temporal en la que datar las obras. de las respectivas zarzuelas. Pese a no sa-
Las normativas que regulaban las planti- berlo con exactitud, gracias a la franja tem-
llas de las bandas militares colindan el fi- poral en la que se puede circunscribir las
nal de esa línea, pues van variando con el obras, sí podemos hablar de las primeras
empleo de nuevos instrumentos y el aban- manifestaciones de zarzuela en el reperto-
dono de otros. Este hecho queda reflejado rio para banda.
para nuestro caso en la nueva plantilla de
1859, en la que aparece el empleo de flauta Tratamiento y funcionalidad
en re bemol, así como fagot y contrafagot,
entre otros, siendo estos instrumentos los El tratamiento que tienen las dos
más significativos para su datación8. En este obras es completamente diferente y respon-
de cada una a dos tendencias de la época
8
Archivo General Militar (Segovia), sección 2ª, división 10ª, le- dentro del repertorio para banda. Las Se-
gajo 291 en santoDomIngo, Antonio. La Banda de Alabarderos guidillas de Gloria y peluca, si se comparan
(1746–1939). Música y músicos en la Jefatura del Estado. Tesis
doctoral. Director: Víctor Sánchez Sánchez. Madrid, Universi- con el original de la zarzuela, son una trans-
dad Complutense de Madrid, 2015, p. 135. cripción literal para banda. Encontramos
abundantes partituras de números sueltos siguiente esos elementos son más recono-
de óperas, instrumentados para banda de cibles, para acabar con la última en que los
obras sobre todo de Verdi, por lo que estas materiales son casi literales, salvando al-
seguidillas se adhieren a ese nutrido reper- guna modificación rítmica–. Los rigodones
torio de piezas líricas. entrarían dentro del repertorio de bailables
El procedimiento para los rigodones, tan de moda en los años centrales del si-
sin embargo, es totalmente diferente, pues- glo XIX, que nutrieron de música los salones,
to que no se centra en un solo número de la cafés, ateneos y demás centros de reunión
zarzuela Jugar con fuego. Toma los moti- y esparcimiento. Como en el caso ante-
vos más llamativos de la misma, transfor- rior, encontramos muchas obras bailables
mándolos o presentándolos sin modifica- dentro del repertorio para banda, pues las
ciones como podemos observar en la tabla diferentes danzas como polkas, valses, ri-
2. La elaboración de los mismos se puede godones y demás bailes eran del gusto del
clasificar en libre, apegada o estricta –en momento y fueron evolucionando según el
la primera se toman algunos elementos capricho del público.
modificándolos considerablemente, en la
Orden Origen de material Elaboración Base textual
Nº 1 Final Acto I (nº 5) Libre -
Transición del nº 2 Libre -
Nº 2 Final nº 2, con coro y repetición Apegada Marquesito, qué dulce victoria
Nº 3 Final coro nº 1 Estricta Donosa tapada
Nº 4 Introducción Acto I Estricta -
Final nº 12 «Coro de los locos» Suene, suene
Nº 5 Nº 12, «Coro de los locos» Estricta Oh, marqués de Caravaca
Final Acto II, nº 8 Libre Y pudo tal mandato
Según el pensamiento de Barbieri, la obras estudiadas, puesto que los ritmos, las
música ejerce una acción directa e inmedia- melodías, así como la agógica no despiertan
ta sobre nuestra alma y sobre nuestros sen- en el alma ese sentimiento belicoso del que
tidos10. La ideología de Hegel, omnipresente habla Barbieri, sino todo lo contrario. El baile
durante el siglo XIX, está vigente en los diver- es entretenimiento y sociabilidad, y las segui-
sos testimonios que Barbieri dejó en vida, y dillas despiertan sentimientos pacíficos.
más aún en uno titulado Las músicas mili-
tares11. En esta conferencia, que impartió en Conclusiones
el Centro Militar en 1885, hace un recorrido
de la presencia de la música desde la épo- Pese a no poder atribuir la autoría
ca bíblica de Moisés hasta el siglo XVII. Para de las dos transcripciones a Barbieri, sí po-
él, la música tiene el poder de «despertar demos afirmar que las primeras manifes-
el sentimiento belicoso, de excitar valor, de taciones de zarzuela en el repertorio para
inspirar a todos los que combaten por la banda –encontradas hasta la fecha–, toma-
patria una noble emulación, un santo entu- ron como referencia dos obras del composi-
siasmo, sustituyendo en ellos el temor del tor madrileño, siendo estas Gloria y peluca
peligro, a la idea de la muerte, a todas las y Jugar con fuego. La zarzuela traspasó con
vagas y funestas preocupaciones»12, todo estas piezas el umbral del foso de la orques-
ello con la melodía precisa y el ritmo espe- ta para llenar de música las bandas milita-
cífico. Pero no en todo momento se necesita res, un hecho que se acrecentará a lo largo
despertar este tipo de pasiones destinadas de todo el siglo XIX y primera mitad del siglo
al campo de batalla y las maniobras, sino XX. El tratamiento literal de un número y la
que debe haber momentos de descanso adopción de temas para convertirlos en una
y esparcimiento dentro de la vida militar y tanda de rigodones fue la manera de pre-
musical, por lo que se distinguen dos espa- sentarse la zarzuela en los años centrales
cios para la música militar. del siglo XIX siguiendo el gusto del público, lo
La función de la música fuera del cam- que derivará en el empleo de la miscelánea
po de batalla contribuye a la alegría en el de temas en años sucesivos. Barbieri, pa-
campamento o guarnición, según indica Bar- dre de la zarzuela en el teatro, puede con-
bieri, algo totalmente opuesto a la primera siderarse también padre de la zarzuela en
propuesta. Dentro del júbilo de la música para la banda, nutriendo el repertorio para banda
el esparcimiento podemos encuadrar las dos de seguidillas, rigodones, temas y coros por
muchos años más.
11
La conferencia se puede leer en: Casares, Emilio. Francisco
Asenjo Barbieri. 2. Escritos. Madrid. ICCMU, 1994, pp. 420-431.
12
Ibid, p. 420.