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24-Texto Del Artículo-81-1-10-20200610

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Del teatro a la milicia, las primeras manifestaciones

de zarzuela en el repertorio para banda


From the Theatre to the Military: First Manifestations
of Zarzuela in the Wind Orchestra Repertoire

Miguel Ángel Ríos Muñoz


Universidad Complutense de Madrid
Fecha de recepción: 2 enero 2017
Fecha de aceptación: 7 febrero 2017

Resumen
Zarzuela y banda son dos conceptos vinculados con una historia cercana a los ciento setenta
años. El repertorio para banda de música vio un potencial en los arreglos de las zarzuelas Palabras clave
que se escuchaban en los teatros españoles durante el siglo XIX y XX. En el presente artículo Zarzuela, Barbieri,
se plantea buscar las primeras manifestaciones, no del empleo de la banda en el teatro sino Música militar,
del uso de la música del teatro fuera de este. Francisco Asenjo Barbieri, uno de los padres de Transcripciones, Siglo XIX.
la zarzuela isabelina, será responsable en el proceso. Dos son las obras vinculadas a su pro-
ducción que se estudiarán: Seguidillas de la zarzuela Gloria y peluca y Tanda de rigodones
de la zarzuela Jugar con fuego.

Abstract
Zarzuela and the wind orchestra are phenomena with intertwining histories for nearly 170
years. The potential for expanding the repertoire for wind orchestra transpired in the prac- Keywords
tice of transcribing popular zarzuelas performed in Spanish theatres during 19th and 20th Zarzuela (Spanish opéra-
centuries. The present article considers early manifestations of the use of theatre music comique), Barbieri, Military
outside of these institutions. Francisco Asenjo Barbieri, one of the prominent figures of the Music, Transcriptions,
zarzuela isabelina, features prominently in this process. Two works linked to its production 19Th Century
are examined: Seguidillas de la zarzuela Gloria y peluca and Tanda de rigodones de la
zarzuela Jugar con fuego.
Miguel Ángel Ríos Muñoz

Introducción función desempeñaba esta música; con lo


que ya desde el principio adelantamos al
Hoy en día nos parece algo habitual, lector algunas pinceladas de la respuesta a
casi de marcada obligación, que en el reper- la pregunta planteada.
torio para las bandas que pueblan todo el
territorio español se encuentre en muchos A la búsqueda de los primeros indicios
de sus conciertos algún título que haga
referencia a la zarzuela. Las galas líricas, El uso del término zarzuela se re-
tan del gusto del público, suelen recurrir a monta al siglo XVII, cuando en el palacio que
romanzas, dúos y coros de obras tan cono- comparte nombre con el género se inter-
cidas como El barberillo de Lavapiés o La pretaban obras que aunaban partes can-
verbena de la Paloma, incluyendo además tadas con otras habladas. Estas obras del
preludios y pastiches del canon de la zar- siglo XVII y XVIII no tuvieron relación con las
zuela. Es la zarzuela por tanto un género bandas del momento, o por lo menos no
lírico del que se han nutrido las bandas de se han encontrado referencias. Habría que
música para generar parte de su repertorio. esperar hasta mediados del siglo XIX para
Con cierta perspectiva temporal, he- que concurrieran varias circunstancias que
mos sido capaces, desde los estudios de harían que la zarzuela ampliara su espacio
musicología y desde otras ópticas como la de desarrollo, no limitándose únicamente a
filología, de buscar cuáles fueron los oríge- los teatros. La creación de la denominada
nes de la zarzuela y crear una historia que zarzuela restaurada, isabelina o decimo-
sitúa sus comienzos en el siglo XVII, con las nónica, cambiaría radicalmente la lírica
obras de Calderón y Lope de Vega, hasta lle- española, puesto que nace algo nuevo que
gar al siglo XX en el que, tristemente, desa- poco tiene que ver con la zarzuela ante-
parece la nueva producción para crearse el rior, excepto el nombre. En realidad no se
canon. Surge entonces una pregunta para mira hacia el pasado, la zarzuela del siglo
comprender mejor la permeabilidad de la XIX sigue los modelos de la opéra-comique
zarzuela en las bandas: viendo la dilatada francesa, con texto en español y ciertos to-
vida del género, ¿cuándo encontramos las ques de carácter autóctonos. Estas obras
primeras manifestaciones de la zarzuela en se abren a un público más general –en
el repertorio de las bandas de música? comparación con la del siglo XVII– que ha
Para intentar dar respuesta a dicha ido creciendo con el tiempo debido a los di-
pregunta nos centraremos en el estudio de ferente acontecimientos socio-económicos
las fuentes musicales conservadas, siendo de finales del siglo XVIII, lo que permite a
estas básicamente dos obras conservadas la burguesía, funcionarios, y en general, a
en la Biblioteca Nacional de España en el quien pudiera pagarse una entrada, asistir
fondo personal de Francisco Asenjo Barbie- a las representaciones. A esto habría que
ri. Las circunstancias que envuelven a estas sumar el creciente interés por el concier-
piezas nos acercarán al pensamiento mu- to público, que aunque fue bastante tímido
sical del considerado padre de la zarzuela al principio del siglo –en comparación con
decimonónica para poder comprender qué otros centros culturales como Viena o Pa-

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rís–, se vio reforzado con el asociacionismo 6 de octubre de 1851 en el Teatro del Circo,
de la segunda mitad del siglo XIX, lo que fo- con libreto de Ventura de la Vega y música
mentó la creación de orquestas y bandas1. de Francisco Asenjo Barbieri. La historio-
Los intentos de crear una ópera grafía ha tratado a este compositor como
nacional llevaron a los compositores que uno de los padres de la zarzuela por dicha
estaban activos en la década de los 40 del obra –compartiendo paternidad con Her-
siglo XIX a implantar esa zarzuela «restau- nando y Joaquín Gaztambide–, y así lo de-
rada», con obras como El duende o Cole- muestra la numerosa documentación que
gialas y soldados de Rafael Hernando. Pero de él se conserva en su propio legado de
la obra que asienta las bases del género, la Biblioteca Nacional de España2. Dentro
dándole el prestigio y la fama necesaria de este fondo, que donó a la institución, se
para perdurar en el tiempo, sería Jugar con conservan varias obras para banda como
fuego, zarzuela en tres actos estrenada el se aprecia en la tabla 1.

Obra Signatura (BNE)


Tanda de rigodones de la zarzuela Jugar con fuego M.BARBIERI/70
Seguidillas de la zarzuela Gloria y peluca M.BARBIERI/87/2
El soldado español: paso doble M.BARBIERI/103
Pieza para banda militar M.BARBIERI/105
Pieza para banda militar M.BARBIERI/106
Pieza para banda militar M.BARBIERI/107
Paso doble M.BARBIERI/119
Paso doble M.BARBIERI/120
Paso doble M.BARBIERI/121
Pieza para banda (1842) M.BARBIERI/125
Paso doble (1843) M.BARBIERI/130
El estudiante: paso doble (1848) M.BARBIERI/34
Paso doble (1848) M.BARBIERI/64
Il bajocco: paso doble (1850) M.BARBIERI/67/2
Sinfonía para orquesta y banda militar M/4216
compuesta sobre motivos de zarzuelas (1856, ed.1873)
La artillería española: polka (1859) M.BARBIERI/78
Jota del regateo: coro y banda (1861) MC/4420/64
Marcha triunfal (1866) MP/225/6
Oración (C. Cor)
La batalla de Garigliano: paso doble (C. Cor)
Cazadores de Talavera: paso doble (C. Cor)

Tabla 1: Listado de obras para banda de F. A. Barbieri3

1
soBrIno, Ramón. «La música sinfónica en el siglo XIX». La 2
Casares, Emilio. Francisco Asenjo Barbieri. 1. El hombre y el
música española en el siglo XIX. Emilio Casares, Celsa Alonso creador. Madrid. ICCMU, 1994.
(eds.). Oviedo, Universidad de Oviedo, 1995, pp. 279–323. 3
IglesIas, Nieves. La música de Francisco Asenjo Barbieri en
la Biblioteca Nacional. Madrid, Biblioteca Nacional, 1998.

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Como se aprecia en el vaciado de Dos son las obras que pertenecieron


su obra para banda, los pasodobles tienen a Barbieri, las cuales se vinculan directa-
un lugar destacado dentro de su produc- mente con los primeros años de la zarzuela
ción para dicha agrupación. Esto se debe isabelina, a saber: las Seguidillas de «Gloria
principalmente a su vinculación con la mi- y peluca» y la Tanda de rigodones de «Jugar
licia nacional, ya que según informa Peña con fuego». Previamente al éxito de Jugar
y Goñi «se contrata de primer clarinete en con fuego en 1851, Barbieri había trabajado
la banda del 5º Batallón de la Milicia Na- en el terreno de lo lírico con Il Buontempo-
cional con el espantable sueldo de tres ne, una ópera en tres actos de 1847, pero
reales diarios»4. Sabemos muy poco sobre la primera zarzuela que estrena sería Gloria
su faceta como músico militar en compa- y peluca en 1850 en el Teatro Variedades.
ración con el resto de su vida, el Barbieri La composición se integra dentro del con-
musicólogo y cronista estaba todavía por junto de obras de los años 40 que buscan
emerger en su totalidad. Cuántos años es- un teatro lírico nacional, como Colegialas y
tuvo ejerciendo el puesto de clarinetista es soldados o El duende de Rafael Hernando.
una incógnita, pero es posible que se viera En ellas se da un gran protagonismo a lo
truncado por el robo de su clarinete cuan- cómico, a la alternancia de lo hablado y lo
do vivía en la calle de la Cruz nº 5; debía de cantado –como la opéra comique francesa–,
ser el año 1843 –según indica el profesor así como a elementos musicales españoles.
Emilio Casares–5. Así parece reflejarse en En este caso, son unas seguidillas que evo-
las últimas palabras en una dedicatoria del can la tonadilla clásica y que son cantadas
Paso doble de 1843 que reza: «Compuesto por los protagonistas, el peluquero y músico
y dedicado a la Banda del 5º Batallón de la Marcelo Pelusa y María, enamorada de este,
M. N. de Madrid y en particular a D. Carlos pero que no soporta sus pretensiones musi-
Leandro Majeste, clarinete principal y di- cales con una ópera que había compuesto.
rector de ella; por Franc[isc]o Asenjo Bar- Las seguidillas «Dejad al pensamien-
bieri, individuo cesante de dicha banda»6. to», tercer número de la zarzuela, son las
Su relación con la banda militar supone elegidas para la versión para banda que se
un periodo de producción centrado en los encuentra dentro del legado de Barbieri. La
años 40, que no retomará a lo largo de su elección de dicho número se adentra en el
carrera salvo en contadas ocasiones cuan- pensamiento nacional del momento, puesto
do compone alguna obra suelta, siendo la que se elige el número más ligado a la tra-
más popular su Sinfonía para orquesta y dición española y no otros vinculados más
banda militar compuesta sobre motivos de a la italiana, que no desaparece de estas
zarzuelas, que se interpretó en la inaugu- primeras propuestas de zarzuela. No sabe-
ración del Teatro de la Zarzuela en 1856. mos con exactitud la información relativa al
estreno y también desconocemos si se trata
de una adaptación para esta agrupación por
4
Peña y goñI, Antonio. «Barbieri», Boletín de la Real Academia
de San Fernando, I-1894, p. 12. el propio Barbieri o por otro músico, pues la
5
Casares, Emilio. Francisco Asenjo Barbieri…, p. 73. obra no está firmada. No parece descabella-
6
Paso doble 1843, E-Mn: M.BARBIERI/130. do pensar que el padre de la zarzuela fuera

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también el primero en llevar esa música de Cristina, pero en versión para orquesta. La
la orquesta a la banda, ya que sus circuns- que había sido regente de España y madre de
tancias laborales y las relaciones que enta- Isabel II había encargado a Barbieri esta com-
bló en esa primera etapa de su vida propicia- posición para un baile en su palacio de la calle
ron que así fuera. de las Rejas tras el enorme éxito de su estre-
Con respecto a la Tanda de rigodones no. El manuscrito autógrafo de la versión para
de «Jugar con fuego» para banda, tampoco orquesta se conserva también en la Biblioteca
sabemos las circunstancias de su estreno –si Nacional, por lo que podemos constatar que
es que se llevó a cabo–. Sí es conocido el en- las dos obras son iguales, simplemente lo que
cargo que hace de esta pieza la reina María cambia es la instrumentación7.

Imagen 1: Detalle de la portada de la Tanda de Rigodones de la zarzuela Jugar con fuego

Datación similar, aunque con un par de diferencias, lo


que podría manifestar la creación de estas
Al no tener disponer de la firma, ni la obras en dos momentos diferentes. Las ma-
fecha de la pluma del propio Barbieri, quien deras comparten el uso de requinto, flautín y
era muy detallista a este respecto en casi la clarinetes. En los metales, bugles, trompas,
totalidad de sus manuscritos, surge el proble- cornetines, clarines, trombones bombardino,
ma de datación para saber si realmente fueron figle y bajo aparecen en ambas partituras. Las
estas dos obras las primeras zarzuelas cuya diferencias radican en el uso de bombardo en
música, en parte, traspasó la orquesta para Jugar con fuego, así como la posibilidad de
adentrarse en el repertorio para banda. Para emplear fiscornos en vez de bugles. La planti-
ello, los reglamentos que intentaban estanda- lla se completa en ambos casos con la percu-
rizar las plantillas de las bandas y charangas sión, formada por bombo y redoblante.
nos pueden aportar luz al respecto. Las dos
7
Tanda de rigodones de la zarzuela Jugar con fuego para or-
composiciones comparten una plantilla muy questa. E-Mn: M.BARBIERI/67/1.

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Imagen 2: Primera página del manuscrito de las Seguidillas de la zarzuela Gloria y peluca

Sabemos por las fechas de estreno marco cronológico, que oscila por lo tanto
de las zarzuelas que estas partituras no entre 1850 a 1859, podemos plantear la hi-
pueden ser anteriores a 1850 y 1851, por pótesis de que su ejecución debió de llevar-
lo que tenemos delimitado un lado de la se a cabo en fechas próximas a los estrenos
línea temporal en la que datar las obras. de las respectivas zarzuelas. Pese a no sa-
Las normativas que regulaban las planti- berlo con exactitud, gracias a la franja tem-
llas de las bandas militares colindan el fi- poral en la que se puede circunscribir las
nal de esa línea, pues van variando con el obras, sí podemos hablar de las primeras
empleo de nuevos instrumentos y el aban- manifestaciones de zarzuela en el reperto-
dono de otros. Este hecho queda reflejado rio para banda.
para nuestro caso en la nueva plantilla de
1859, en la que aparece el empleo de flauta Tratamiento y funcionalidad
en re bemol, así como fagot y contrafagot,
entre otros, siendo estos instrumentos los El tratamiento que tienen las dos
más significativos para su datación8. En este obras es completamente diferente y respon-
de cada una a dos tendencias de la época
8
Archivo General Militar (Segovia), sección 2ª, división 10ª, le- dentro del repertorio para banda. Las Se-
gajo 291 en santoDomIngo, Antonio. La Banda de Alabarderos guidillas de Gloria y peluca, si se comparan
(1746–1939). Música y músicos en la Jefatura del Estado. Tesis
doctoral. Director: Víctor Sánchez Sánchez. Madrid, Universi- con el original de la zarzuela, son una trans-
dad Complutense de Madrid, 2015, p. 135. cripción literal para banda. Encontramos

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abundantes partituras de números sueltos siguiente esos elementos son más recono-
de óperas, instrumentados para banda de cibles, para acabar con la última en que los
obras sobre todo de Verdi, por lo que estas materiales son casi literales, salvando al-
seguidillas se adhieren a ese nutrido reper- guna modificación rítmica–. Los rigodones
torio de piezas líricas. entrarían dentro del repertorio de bailables
El procedimiento para los rigodones, tan de moda en los años centrales del si-
sin embargo, es totalmente diferente, pues- glo XIX, que nutrieron de música los salones,
to que no se centra en un solo número de la cafés, ateneos y demás centros de reunión
zarzuela Jugar con fuego. Toma los moti- y esparcimiento. Como en el caso ante-
vos más llamativos de la misma, transfor- rior, encontramos muchas obras bailables
mándolos o presentándolos sin modifica- dentro del repertorio para banda, pues las
ciones como podemos observar en la tabla diferentes danzas como polkas, valses, ri-
2. La elaboración de los mismos se puede godones y demás bailes eran del gusto del
clasificar en libre, apegada o estricta –en momento y fueron evolucionando según el
la primera se toman algunos elementos capricho del público.
modificándolos considerablemente, en la
Orden Origen de material Elaboración Base textual
Nº 1 Final Acto I (nº 5) Libre -
Transición del nº 2 Libre -
Nº 2 Final nº 2, con coro y repetición Apegada Marquesito, qué dulce victoria
Nº 3 Final coro nº 1 Estricta Donosa tapada
Nº 4 Introducción Acto I Estricta -
Final nº 12 «Coro de los locos» Suene, suene
Nº 5 Nº 12, «Coro de los locos» Estricta Oh, marqués de Caravaca
Final Acto II, nº 8 Libre Y pudo tal mandato

Tabla 2: Tanda de rigodones de Jugar con fuego9

La funcionalidad de estas dos obras un extracto del principio de las Seguidillas


viene determinada por elementos musicales, de Gloria y peluca, el compás utilizado es un
tales como el compás y la agógica. Recor- 3/8, además de emplear al final de la obra un
dando la vinculación de Barbieri con la mi- ritardando. Con estos dos simples elementos
licia nacional en esos años, deducimos que se llega a la conclusión de que la obra no fue
estas obras debieron estar destinadas a una pensada para ser utilizada en momentos de
banda militar y así se confirma en la porta- desfile, por lo que surge la siguiente pregun-
da de la tanda de rigodones. La finalidad de ta: ¿dónde tenían cabida estas obras?
mucha música para banda, sobre todo los
pasodobles, era la de ser utilizada para los 9
muñoz, marIo. El tragaluz instrumental de Barbieri: recupe-
momentos de desfile, en los cuales era ne- raciones de música sinfónica en un entorno lírico. Trabajo fin
cesario que el compás utilizado fuera binario de grado. Directores: Víctor Sánchez y Álvaro Torrente. Madrid,
Universidad Complutense de Madrid, 2015, p. 44.
y el pulso se mantuviera a lo largo de la obra. 10
BarBIerI, Francisco A. «Las músicas militares», La Ilustración
Como podemos apreciar en el ejemplo 1, en Nacional, Madrid, 30 mayo 1885, pp. 211-225.

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Ejemplo 1: Comienzo de las Seguidillas de Gloria y peluca, papel de requinto.

Según el pensamiento de Barbieri, la obras estudiadas, puesto que los ritmos, las
música ejerce una acción directa e inmedia- melodías, así como la agógica no despiertan
ta sobre nuestra alma y sobre nuestros sen- en el alma ese sentimiento belicoso del que
tidos10. La ideología de Hegel, omnipresente habla Barbieri, sino todo lo contrario. El baile
durante el siglo XIX, está vigente en los diver- es entretenimiento y sociabilidad, y las segui-
sos testimonios que Barbieri dejó en vida, y dillas despiertan sentimientos pacíficos.
más aún en uno titulado Las músicas mili-
tares11. En esta conferencia, que impartió en Conclusiones
el Centro Militar en 1885, hace un recorrido
de la presencia de la música desde la épo- Pese a no poder atribuir la autoría
ca bíblica de Moisés hasta el siglo XVII. Para de las dos transcripciones a Barbieri, sí po-
él, la música tiene el poder de «despertar demos afirmar que las primeras manifes-
el sentimiento belicoso, de excitar valor, de taciones de zarzuela en el repertorio para
inspirar a todos los que combaten por la banda –encontradas hasta la fecha–, toma-
patria una noble emulación, un santo entu- ron como referencia dos obras del composi-
siasmo, sustituyendo en ellos el temor del tor madrileño, siendo estas Gloria y peluca
peligro, a la idea de la muerte, a todas las y Jugar con fuego. La zarzuela traspasó con
vagas y funestas preocupaciones»12, todo estas piezas el umbral del foso de la orques-
ello con la melodía precisa y el ritmo espe- ta para llenar de música las bandas milita-
cífico. Pero no en todo momento se necesita res, un hecho que se acrecentará a lo largo
despertar este tipo de pasiones destinadas de todo el siglo XIX y primera mitad del siglo
al campo de batalla y las maniobras, sino XX. El tratamiento literal de un número y la
que debe haber momentos de descanso adopción de temas para convertirlos en una
y esparcimiento dentro de la vida militar y tanda de rigodones fue la manera de pre-
musical, por lo que se distinguen dos espa- sentarse la zarzuela en los años centrales
cios para la música militar. del siglo XIX siguiendo el gusto del público, lo
La función de la música fuera del cam- que derivará en el empleo de la miscelánea
po de batalla contribuye a la alegría en el de temas en años sucesivos. Barbieri, pa-
campamento o guarnición, según indica Bar- dre de la zarzuela en el teatro, puede con-
bieri, algo totalmente opuesto a la primera siderarse también padre de la zarzuela en
propuesta. Dentro del júbilo de la música para la banda, nutriendo el repertorio para banda
el esparcimiento podemos encuadrar las dos de seguidillas, rigodones, temas y coros por
muchos años más.
11
La conferencia se puede leer en: Casares, Emilio. Francisco
Asenjo Barbieri. 2. Escritos. Madrid. ICCMU, 1994, pp. 420-431.
12
Ibid, p. 420.

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