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Lotito 2008

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Lotito, Ornella

Informe sobre la Conversión


Religiosa en la Argentina Actual

V Jornadas de Sociología de la UNLP

10, 11 y 12 de diciembre de 2008

Cita sugerida:
Lotito, O. (2008). Informe sobre la Conversión Religiosa en la Argentina Actual. V
Jornadas de Sociología de la UNLP, 10, 11 y 12 de diciembre de 2008, La Plata,
Argentina. En Memoria Académica. Disponible en:
http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.6197/ev.6197.pdf

Documento disponible para su consulta y descarga en Memoria Académica, repositorio


institucional de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FaHCE) de la
Universidad Nacional de La Plata. Gestionado por Bibhuma, biblioteca de la FaHCE.

Para más información consulte los sitios:


http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar http://www.bibhuma.fahce.unlp.edu.ar

Esta obra está bajo licencia 2.5 de Creative Commons Argentina.


Atribución-No comercial-Sin obras derivadas 2.5
Informe sobre la Conversión Religiosa en la Argentina Actual

Facultad de Ciencias Sociales - Universidad de Buenos Aires

Ornella Lotito – ornellalotito@yahoo.com.ar

Introducción

Todo orden social es regido por normas y reglas ya sean o no instituidas,


tradicionales o equitativas. Pero normas al fin, reguladoras de las acciones de los
individuos que conforman ese orden social particular. Estas reglas constituyen el marco
a partir del cual toda conducta que vaya en contra o por fuera de ellas, es considerada
una desviación (Becker, 1971).
Cuando se da el auge de las investigaciones acerca de la conversión religiosa,
surge una tendencia a entender a la misma como desviante, en tanto convertirse
implicaba contrariar las normatividades propias de una espiritualidad determinada.
Justamente a partir de la década de 1960, en pleno desenvolvimiento de la Guerra Fría,
entre los teóricos (de procedencia norteamericana, sobretodo) surgió la inquietud de
poder encontrar la explicación acerca de la generalización de este fenómeno en los
distintos países. En este contexto resulta comprensible el hecho de entender como
desviado a aquello que cuestionara o pareciera poner en peligro la integridad de las
instituciones fundamentales de la sociedad moderna occidental como la familia, la
Iglesia, etc.
Pero lo cierto es que en la actualidad bajo ningún punto de vista esto puede ser
planteado así. Difícil resulta considerar a la conversión religiosa como un acto desviado.
La interpretación negativa sobre lo que implica este fenómeno, no es tan fuerte como lo
era, no resulta ser en absoluto una amenaza directa a la institucionalidad moderna.
Muchos investigadores han tratado de conceptualizarla a lo largo de los últimos
50 años, pero aún no se llega al acuerdo respecto de lo que verdaderamente implica la
conversión. Si realmente existe, cuánto cambio supone, y qué es lo que efectivamente
cambia, si las creencias, los valores, los comportamientos o algo más fundamental. A
pesar de esto, parecería haber consenso acerca de que sería la cosmovisión del sujeto la
que se transforma a lo largo de un proceso gradual que involucra una socialización

1
progresiva. Entrelazado este proceso, con un cambio de la percepción de la propia
identidad de la persona (Frigerio, 1997).
Pero esto no ha sido siempre así. Muchas han sido las interpretaciones y
contrapuestas. Alejandro Frigerio en su texto Não se nasce batuqueiro: A conversão às
religiões afro-brasileiras em Buenos Aires (Frigerio, 1997) desarrolla la historia de la
concepción de la conversión como una forma de socialización. Plantea que
tradicionalmente la misma fue entendida como un cambio súbito y dramático en las
creencias religiosas del individuo, el cual vería transformada por completo su vida
(“experiencia Paulina”). El individuo es propuesto entonces como un sujeto pasivo que
debido a sus características sociales y psíquicas presentaba una inclinación a integrarse
a nuevos movimientos religiosos. En contraposición a esto, surgen modelos más
recientes, que inspirándose en los “factores de predisposición” y “situacionales” de los
teóricos Lofland y Stark, proponen la importancia de la interacción y el establecimiento
de vínculos afectivos con miembros de diferentes grupos religiosos en el proceso de
conversión. Concebirla como un proceso reconoce lo evolutivo y gradual del mismo a la
vez que acentúa el rol activo del individuo que decide si afiliarse o no.
Finalmente, la teoría del “lavado de cerebro” intenta explicar cómo por medio de
engaños, los nuevos grupos religiosos reclutan a sus adeptos, generando y permitiendo
la explotación económica de los mismos, la división familiar y la existencia de
liderazgos autoritarios. Este mecanismo sería posible sólo ante individuos de vulnerable
personalidad y generaría sobre ellos consecuencias psicológicas negativas.
Esta última consideración, si bien ha ganado su lugar entre los medios de
comunicación y en la sociedad, no ha ocurrido lo mismo en el ámbito académico. Más
que una explicación, es interpretada como una metáfora útil para deslegitimizar y
desvalorizar a las nuevas religiones consideradas desviantes (Frigerio, 1993) y para
sacar de la discusión el hecho de que las instituciones sociales resultan insuficientes
ante la resolución de las necesidades de los sujetos. Sobretodo, esta postura es tomada
por familiares de conversos, por miembros de las religiones tradicionales y por
individuos que han atravesado un proceso de desconversión violenta (desprogramación)
en manos de estos otros.
Frigerio particularmente interpreta a la conversión como una “modificación de la
visión que el individuo tiene de sí mismo, del mundo y de Dios que pasan a ser
interpretados en la mayor parte de las situaciones por las que atraviesa, según los
conceptos proporcionados por la nueva religión”(Frigerio, 1997: 3). Parándose en el

2
marco teórico proporcionado por el interaccionismo simbólico, entiende a ésta como
una transformación de la identidad personal subjetiva del individuo. Ésta reúne
diferentes identidades sociales, a la vez que aglutina un conjunto de cualidades propias
del accionar del individuo, que se manifiestan en el desempeño de estas identidades
sociales en distintas situaciones.
Constituye así, lo que el individuo entiende de sí mismo como un ser tanto
físico, social, espiritual como moral. Esta actividad reflexiva que representa la
conversión religiosa, implica la redefinición de todo esto, la redefinición de la
cosmovisión del individuo, que siendo constante y estable, se ve fragmentada. En este
proceso, el individuo pasa a considerarse otro diferente del que creía ser antes.
La socióloga francesa Danièle Hervieu- Léger, por su parte plantea que los
convertidos son creyentes en busca de una identidad religiosa que no se les da
conformada cuando nacen, sino que cada vez con mayor frecuencia deben
proporcionárselas ellos mismos. Según su parecer, la sociedad atraviesa una situación
de crisis de las identidades heredadas en lo que respecta a la religión, convirtiéndose en
algo perteneciente al ámbito de lo privado y de materia opcional. La conversión es una
expresión de la autonomía del individuo creyente. Cuya identidad religiosa no remite a
una herencia, ni a la transmisión de generación en generación de un patrimonio de
saberes y creencias religiosas donde el destinatario permanece pasivo, sino que se ve
atravesada por la multiplicidad de ofertas simbólicas, el peso de la individualidad propia
de la Modernidad (de los sujetos modernos) y el cambio cultural de una generación a
otra (Hervieu-Lèger, 2004).
Variedad de cuestionamientos podrían surgir al respecto, pero en este informe en
el cual serán presentados los datos obtenidos en el Proyecto Agencia: Religión y
Estructura Social en la Argentina, realizada por CEIL-PIETTE en el año 2008, el
objetivo es desarrollar, acerca del tema de la conversión religiosa, los motivos que
llevan a los individuos a convertirse, en busca de qué lo hacen. Y si efectivamente una
vez atravesado este proceso, consiguen lo que estaban buscando.

3
Desarrollo empírico y análisis:

La teoría de la secularización que tan profesada ha sido desde los inicios de la


Modernidad, ha recibido múltiples críticas: Si bien la religión puede haber perdido
importancia en varias áreas de la vida social, no necesariamente ha disminuido su
relevancia para los individuos1. Puede parecer muy evidente que las instituciones
religiosas han perdido el poder que tenían en el ámbito gubernamental, que la
restricción de la esfera de lo sagrado es cada vez más intensa, que ya no es fuente de
legitimación tan indiscutida y que la existencia de variadas religiones despliega un
mercado religioso en el que los individuos escogen qué fe profesar. Pero esto
supuestamente evidente, no es tan indiscutido en la vida privada de los individuos. La
diferencia entre lo religioso y el resto de las actividades diarias no resulta tan nítida para
estos (Frigerio, 1998). Actualmente sigue siendo una alternativa en la vida de las
personas, buscar la solución a los problemas diarios en lo divino (ver Cuadro Nº 3).
Por otro lado esta pluralidad que se encontraría como expresión de la
secularización, más que eso, fortalecería la influencia de las diferentes religiones entre
las que se emprendería una competencia en torno a la disputa por la “correcta
interpretación del mundo”. Entonces no sería una falta de religiosidad o el “colapso de
la cosmovisión” como lo llaman, sino, el fortalecimiento de la influencia de la religión
aunque en formas variadas.
Y siendo que el objetivo de este informe es el de centrarse en lo conversos,
consideraremos a la aparición de los “nuevos movimientos religiosos” en lo que
respecta a estos.
Dentro del universo estudiado, de los 2403 individuos respondentes, un total de
249 se consideraron a sí mismos como conversos, es decir, un 10.4% del total.

A continuación, el Cuadro Nº 1 presenta la distribución porcentual de la


Religión Actual de los conversos de la Argentina.

1
Al respecto, Karl Marx en su texto de 1843 de crítica a Bauer, “Sobre la Cuestión Judía”, deja claro que
la emancipación religiosa del Estado, no supone en lo más mínimo el mismo proceso a nivel individual.

4
Cuadro Nº 1 Distribución porcentual de los conversos.
Religión Actual Porcentaje
de Conversos %

Catolicismo 25,3%

Evangélica/
36,1%
Pentecostal

Baptista 4,5%

Testigos de
6%
Jehová
Mormona/ de
3,3%
los últimos días
Umbanda/
1,2%
Africanista
Iglesia Universal
2,4%
del Reino de Dios

Ateo 4,8%

Agnóstico 2,8%

Ninguna 9,6%

Otros 4%
Total % 100%
Base: 249 casos Fuente: CEIL-PIETTE, CONICET

Así, del 10.4% del total que respondió haber pasado por un proceso de
conversión, el 36.1% se convirtió al Pentecostalismo, mientras que el 25.3% lo hizo al
Catolicismo. Se convirtieron en Testigos de Jehová el 6% y en Baptistas el 4.5%. Bajos
porcentajes presentan los conversos a la Iglesia Universal del Reino de Dios y a la
Mormona, con un 2.4% y un 3.3% respectivamente. Pero el más bajo porcentaje de
conversión se encuentra en los conversos a la religión Umbanda o Africanista, con un
1.2%. Por otro lado, consideran que han pasado por un momento de conversión
también, aquellos que profesando una religión se convirtieron en Ateos (4.8%),
Agnósticos (2.8%), o directamente Ninguna –religión- (9.6%) ha sido su opción. Y
finalmente en el restante 4% se aglutinan el conjunto de las otras religiones.
A continuación, se presentará el cuadro Nº 2 en el que se verá la distribución de
los convertidos, según la religión o religiones que profesaban antes.

5
Cuadro Nº 2 Religión Actual de los conversos según Religión Anterior.2

Religión Actual
Testigos
Católica Evangélica/ Baptista Umbanda/
de
Pentecostal Africanista
Jehová
Católica 3.4% 95.9% 63.8% 81.1% 100%

Evangélica/ 52.4% 0.6% 12% 14.1% 44%


Religión Pentecostal
Anterior Testigos de 18.9% _ _ _ _
Jehová
Mormona/Santos
15.5%
de los últimos _ _ _ _
días
Adventista/del 9.8% 1.4% _ _ _
Séptimo día
Ninguna _ _ _ 6.3% _

Otros 12.1% 2.8% 37.3% 1.8% _

Total %
112.1% 100.7% 113.1% 103.3% 144%
Base: 249 casos Fuente: CEIL-PIETTE, CONICET

Considerando las cuatro religiones que más porcentaje de conversos tuvieron, y


la Umbanda/Africanista que fue la que menos porcentaje obtuvo, se realizó este cuadro.
Cuando se indagó a los respondentes acerca de la religión que profesaban con
anterioridad, se consideró la posibilidad de que dieran más de una respuesta. Así, por
ejemplo algún individuo que se haya convertido al Catolicismo puede haber respondido
que provenía tanto de la religión Evangélica como de la Adventista, y esto tiene que ver
tanto con la convivencia de distintos cultos en la misma persona como con su
percepción acerca de la religión profesada.
Entre las cosas que pueden decirse de este cuadro, el acentuado porcentaje de
individuos que profesaron como religión anterior al catolicismo es algo que salta a la
vista muy claramente. Así, en el caso de los conversos a la religión Evangélica o
Pentecostal un 95.9% de ellos aseguró provenir del Catolicismo, mientras que sólo un

2
En el caso de este cuadro, como las respuestas a la pregunta que constituyó la variable Religión
Anterior, eran múltiples, los totales exceden el 100%, porque no hacen referencia a los casos sino a la
cantidad de respuestas, lo mismo ocurrirá con el Cuadro Nº 3.

6
1.4% profesó con antelación la religión Adventista, un 0.6% la Evangélica o Pentecostal
(otra variante dentro de esta) y un 2.8% perteneció a otras religiones.
Entre los convertidos en Testigos de Jehová y los convertidos en Umbandas o
Africanistas también es muy marcada esa tendencia, el 81.1% y el 100%
respectivamente tuvo como religión anterior al Catolicismo. Y en el caso de los
Baptistas, si bien el porcentaje no es tan alto como el de los dos anteriores, es
claramente uno elevado (63.8%).
Por su parte, el 44% restante de los Umbandas provino de la religión Evangélica
Pentecostal, al igual que el 12% de los Baptistas y el 14.1% de los Testigos de Jehová.
Entre estos últimos, un dato que llama la atención, y que no se repite en el caso de las
otras religiones, es que un 6.3% de los mismos, anteriormente no profesaba ninguna
religión. Cabe aclarar, que siendo que sobre estas religiones no se posee una base
estadística suficiente, dado que los porcentajes de conversos a éstas son bajos, estos
datos presentados, son indicadores de tendencias acerca de la procedencia (religiosa) de
los sujetos en cuestión.
De los convertidos al Catolicismo, (que es la “Religión Anterior” que presenta el
mayor porcentaje), el 52.4% fue Evangélico/Pentecostal anteriormente, el 18.9%
Testigo de Jehová, el 15.5% Mormón y el 9.8% Adventista. Dentro de los actualmente
Católicos sólo el 3.4% anteriormente pertenecía a otra rama del Catolicismo, y el 12.1%
a alguna de las otras religiones.
Respecto de los datos obtenidos en el Cuadro Nº 1, puede retomarse a Alejandro
Frigerio. En “Desregulación del Mercado Religioso y Expansión de las Nuevas
Religiones: Una Interpretación desde la Oferta” (Frigerio, 1998), el mismo plantea que
particularmente las Iglesias Pentecostales y los templos Umbandas (agrupaciones
ubicadas dentro de los Movimientos de la Nueva Era), presentan características en
común que explicarían el por qué se han propagado con tanto éxito sobretodo en
Latinoamérica. Si bien el porcentaje de los conversos al Pentecostalismo, de 36.1%,
resulta ser el más elevado, no ocurre lo mismo con los Umbandas que sólo presentan un
1.2% del total de los conversos. Esos elementos que el autor identifica como propios de
la Religiosidad Popular son: “la ubicuidad de la intervención de lo sobrenatural en la
vida cotidiana de las personas; la comunicación directa con la Divinidad tanto durante
los rituales como fuera de los mismos; la relación estrecha y personal que se establece
con ella, caracterizada por la protección divina y el amor filial; la importancia de lo
emotivo y lo afectivo en esta relación y además, la posibilidad de un rol activo del fiel

7
en la propiciación de sus favores” (Frigerio, 1998: 12). Y todo esto enfatizado y
proveído institucionalmente.
Por otro lado, el hecho de que dentro de la institución se permita a los fieles
diferentes formas de participación, y hasta incluso la posibilidad de poder constituirse
como líderes religiosos dentro de ella, de una manera más accesible que en las
religiones tradicionalmente instituidas, se convierte en una gran alternativa al momento
de realizar la elección y convertirse.
“Se produce un desfasaje entre la oferta religiosa (secularizada) de las iglesias
instituidas, y la demanda de los individuos, para quienes la religión debe ayudar
también a resolver problemas cotidianos y personales” (Frigerio, 1998: 13)
Primero, de esta cita puede decirse que al considerar al Catolicismo dentro de lo
que Frigerio llama la “oferta religiosa secularizada de las iglesias instituidas”, y
tomando en cuenta el Cuadro Nº 1, si bien esta religión presenta el segundo porcentaje
más alto de conversos, también es cierto que en conjunto, los conversos al resto de las
otras religiones superan ampliamente ese porcentaje. Por otro lado, refiriéndonos al
Cuadro Nº 2, este muestra claramente, que es de esta religión de donde proviene la
mayor cantidad de conversos, tanto de los Pentecostales (95.9%), como de los Testigos
de Jehová (81.1%), de los Baptistas (63.8%) y de los Umbanda (100%).
Esta afirmación obtenida del texto de Alejandro Frigerio, también nos permite
reflexionar acerca de los motivos que conducen a los individuos a convertirse. Nos
permite preguntarnos qué es lo que buscan, por qué motivos se convierten. Para lo cual
a continuación se expondrá el Cuadro Nº 3 que vincula los motivos de cambio con las
religiones elegidas por los conversos.
En estos cuadros a continuación (N° 3, 4, 5 y 6), se analizarán los motivos de
cambio aducidos por los conversos al catolicismo y los conversos a cultos evangélicos
en general, sin establecer ninguna clasificación entre ellos. Como se dijo con
anterioridad, la base estadística que se tiene sobre la totalidad de los conversos no es
suficiente como para referirse a cada uno en particular, por eso se reduce la
consideración a estas dos religiones que presentan una base estadística apropiada para el
análisis.

8
Cuadro Nº 3 Motivos de Cambio de los conversos según Religión Actual.3

Religión Actual

Católica Evangélica
Motivos de Crisis
Cambio Espiritual
25.5% 44.4%
Situación de
Pareja/familiar 14.6% 26.8%
Situación de
Salud 21.5% 15.7%
Situación eco-
nómico/laboral 2.5% 19.4%
Valores
Positivos 11.3% 6.5%

Otros
22.7% 4.6%

Ns/Nc
10.7% 11.1%
Total Casos 63 108
% 108.8% 128.5%
Fuente: CEIL-PIETTE, CONICET

En el caso de los conversos tanto a la religión católica como a la evangélica (en


general), el mayor porcentaje presentado por los mismos corresponde al motivo de
cambio “crisis espiritual”, 25.5% y 44.4% respectivamente. Aunque ambas representan
la cifra más alta, entre ellas hay una clara diferencia. Dado que por su parte, los
católicos obtuvieron porcentajes similares en otras dos categorías: el 21.5% de ellos
adujo a una “situación de salud” el motivo, y el 22.7% a “otros” motivos no
especificados.
En cambio, en el caso de los evangélicos, es muy marcada la diferencia entre la
categoría elegida por la mayoría y la que le sigue. Como se dijo anteriormente, el 44.4%
de ellos eligió a la “crisis espiritual” como la cuestión movilizante para la conversión
mientras que el 26.8% aseguró que lo que lo movilizó al cambio fue una “situación de
pareja o familiar”. Este último motivo fue elegido por el 14.6% entre los nuevos
católicos, seguido por “valores positivos” con un 11.3%.

3
Idem. Nota al pie 2. Las respuestas múltiples en este caso corresponden a la variable “Motivos de
Cambio”.

9
Con un valor similar al que los conversos a la religión católica presentaron para
el motivo de cambio “situación de pareja o familiar”, los nuevos evangélicos eligieron
la categoría “situación de salud” (14.6% los primeros, 15.7% los segundos).
Según los datos presentados por del cuadro, dentro de los conversos a ambos
cultos, un porcentaje similar prefirió abstenerse a responder. Y es justamente éste en el
único caso donde presentan valores similares para la misma categoría: 10.7% los
católicos y 11.1% los evangélicos.
La “situación económica o laboral” ha sido elegida como motivo de cambio por
el 19.4% de los evangélicos, mientras que esta misma categoría representó,
curiosamente entre los conversos al catolicismo, la menos elegida entre sus miembros
(conversos), sólo el 2.5% de ellos optó por esta opción.
Frigerio retoma en varias instancias a Finke y Stark para hacer referencia a lo
que ellos entendieron como el modelo de costo-beneficio en relación al mercado
religioso. Explican que “el crecimiento de las religiones poco secularizadas se debe a
que su doctrina permite la oferta de una mayor cantidad de "servicios" religiosos: Dios
puede sanar, ayudar a encontrar pareja, proporcionar prosperidad económica o
conseguir trabajo” (Frigerio, 1998: 10). De algún modo la doctrina de estos nuevos
movimientos religiosos, ofrece al público creyente una mayor oferta para resolver
cuestiones ligadas a su vida cotidiana, mientras que las iglesias tradicionales, presas de
la modernización y la secularización (a nivel institucional) creciente, ven disminuir sus
fieles al dejar estas instancias de intervención a diferentes profesionales especializados
en el tema. Como se explicó anteriormente, es del Catolicismo de donde provienen la
mayor parte de los conversos, y es hacia los cultos evangélicos, y en particular al
Pentecostalismo, hacia donde van las mayor parte de estos. La búsqueda de efectos
“mágicos – religiosos”, y de una relación directa con el mundo espiritual es lo que
Alejandro Frigerio resalta que tienen en común estas variantes religiosas que crecieron
con mucho vigor en Latinoamérica (Frigerio, 1998). Esto se ve claramente reflejado en
los altos porcentajes que obtuvo la “crisis espiritual” como el gran motivo que condujo
a los conversos a desafiliarse y a entrar en un proceso de búsqueda de una nueva
religión o culto que profesar. Incluso en los conversos al catolicismo.
Más siendo éstos los motores movilizantes de este “proceso de socialización
secundaria, gradual y voluntaria” (Frigerio 1993: 59), presenta una notable importancia
el hecho de detenerse en los datos obtenidos en los cuadros referidos a la percepción de
mejoras o no respecto de aquellos que se adujeron como los motivos de cambio (aunque

10
las mejoras o no, pueden ser percibidas por los individuos, más allá de si aquello en lo
que notan un cambio no haya sido lo que los condujo a convertirse). No se tomarán
todos para el análisis, sino que se trabajará sólo con algunos de ellos.
Aquí entonces los Cuadros Nº 4, Nº 5 y Nº 6.

Cuadro Nº 4: Mejora o no en la salud según religión actual.

Religión Actual

Católica Evangélica
Mejora/ no Mucha 43.4% 57.4%
mejora en
la salud Alguna 13.1% 25.9%
Ninguna 40.4% 12.03%
Ns/nc 3% 4.6%
Casos 63 108
Total
% 100% 100%
Fuente: CEIL-PIETTE, CONICET

Cuadro Nº 5: Mejora o no en lo económico o laboral según religión actual.

Religión Actual

Católica Evangélica
Mejora/ no Mucha 28% 50.9%
mejora en lo
económico/ Alguna 16.2% 31.5%
Laboral Ninguna 48.2% 12.9%
Ns/nc 8.10% 4.6%
Casos 63 108
Total
% 100% 100%
Fuente: CEIL-PIETTE, CONICET

Cuadro Nº 6: Mejora o no en lo espiritual según religión actual.

Religión Actual

Católica Evangélica
Mejora/ no Mucha 44% 79.6%
mejora en
lo Alguna 17.6% 10.2%
espiritual Ninguna 28.2% 6.5%
Ns/nc 10.8% 4%
Casos 63 108
Total
% 100% 100%
Fuente: CEIL-PIETTE, CONICET

11
La lectura de estos cuadros va a establecerse en comparación al Cuadro Nº 3. El
cuadro N° 4 es el referente a las mejoras percibidas, o no, respecto de la salud. En
ambos casos, tanto los conversos al catolicismo, como al evangelismo, “mucha” ha sido
la categoría que presentó el mayor porcentaje, 43.4% y 57.4% respectivamente. Más
allá de esta similitud, en el caso de los conversos al evangelismo, podría decirse, que
aparentan ser más optimistas respecto a sus percepciones de mejoras en este rubro, dado
que el 25.9% de los mismos dijeron haber percibido “alguna” mejora y sólo el 12.3%,
“ninguna”. Por su parte, en cambio, los nuevos católicos, con una cifra similar a la que
presentaron para la categoría “mucha” mejora, eligieron la opción “ninguna”: 40.4%. Y
sólo un 13.1% optó por “alguna” mejora, como respuesta.
En comparación con los motivos que adujeron al cambio de religión, puede
decirse, que mientras que los católicos presentaron un mayor porcentaje ante la
“situación de salud” que los evangélicos (ver Cuadro N° 3), estos últimos percibieron
mejoras al respecto con mayor porcentualidad.
En el Cuadro Nº 5 que refiere a la mejora o no de la situación económico -
laboral, a simple vista se verifica que entre los conversos al culto evangélico, la mayoría
dijo haber obtenido “mucha” mejora respecto de esta situación, presentando un 50.9%.
Seguido en orden por aquellos que optaron por la categoría “alguna” mejora con un
31.5% y un 12.9% “ninguna”. Como se anticipó anteriormente, resulta interesante
interpretar estos datos arrojados por la investigación, a la luz de los obtenidos respecto
de los motivos de cambio aducidos por los conversos. Si bien no fue le porcentaje más
alto entre los nuevos evangélicos, no deja de pasar por desapercibido que casi un 20%
de ellos encontró a la situación económica – laboral como el motivo que los condujo a
cambiarse de religión (ver cuadro N° 3). Y si bien se distancia bastante del motivo
elegido en primer lugar por estos (“crisis espiritual”, 44.4%), representa una cifra
bastante mayor que la presentada para tal motivo por los conversos al catolicismo. Sólo
el 2.5% de estos últimos encontró en la situación económica – laboral la razón de su
cambio de religión. Y esto, vinculado al porcentaje obtenido de entre los mismos
respecto de las mejoras, es muy consecuente, siendo que el 48.2% aseguró que
“ninguna” ha sido la mejora, el 28% “mucha” y el 16.2% “alguna”. Se vuelve
imprescindible retomar en este punto la referencia a que las “iglesias más
secularizadas”, donde entraría la Católica, no proveen de esa fusión entre magia y

12
religión, ni de la sensación de que la divinidad puede intervenir en los problemas
cotidianos y personales como lo son la cuestión del dinero o del trabajo.
Finalmente, el Cuadro Nº 6, que trata sobre la mejora o no en lo espiritual, nos
obliga a recordar que la “crisis espiritual” fue el motivo más elegido entre los conversos
a las diferentes opciones religiosas consideradas (ver Cuadro Nº 3).
Nuevamente ambos casos (como en el cuadro N° 4) de conversos considerados,
presentan el mayor porcentaje en la misma categoría. Los mayores porcentajes en cada
variante religiosa corresponden a que “mucha” ha sido la mejora luego de atravesado el
proceso de conversión: el 44% de los Católicos, y el 79.6% de los Evangélicos. Aunque
claramente en el caso de los últimos, la cifra es mucho mayor. Esto demuestra que de
alguna manera, la decisión de cambiar de culto por parte de los conversos, cumplió con
las expectativas de mejorar su situación espiritual. Aunque también es cierto, que en el
caso particular de los conversos al catolicismo, no es bajo el porcentaje que no percibió
“ninguna” mejora: 28.2%. Con respecto a los evangélicos, es mucho más marcada la
diferencia, dado que entre los mismos, sólo el 6.5% eligió esa categoría.

Para finalizar, es imperativo hacer mención al caso particular de los conversos


baptistas. Si bien han sido englobados en la categoría “Evangélicos” en los últimos
cuadros, resulta necesario hacer unos breves comentarios respecto de los datos arrojados
en la encuesta, sobre los mismos. A diferencia del resto de los conversos, los nuevos
miembros de esta religión, ha optado mayoritariamente, por una categoría diferente
referente a los motivos de cambio de culto. Mientras que como se dijo en reiteradas
ocasiones la “crisis espiritual” fue elegida por la mayoría de cada variante religiosa, en
el caso ahora considerado en particular, el motivo elegido con un mayor porcentaje ha
sido la categoría “situación de pareja o familiar”.
Ya se ha hecho la aclaración pertinente acerca de la insuficiente base estadística
que dificulta el tratamiento de las distintas religiones receptoras de nuevos miembros,
en particular. Del total de conversos, 249, los que se convirtieron a la religión Baptista
son sólo el 4.5%. Con lo cual, esta referencia que se está haciendo sobre los mismos, da
cuenta de un comportamiento a tener en cuenta como una tendencia.
Cuando se analizan las respuestas que los mismos dieron (disgregándolos de la
categoría aglutinadora “Evangélicos”), a los cuadros referentes a las percepciones de las
mejoras (N° 4, 5 y 6), se evidencia que presentan altos porcentajes en la opción
“mucha” mejora, lo cual permite entender que aquello que los movilizó a cambiar

13
(porque tanto la “situación económica”, como la “crisis espiritual” y la “situación de
salud” estaban entre los motivos que eligieron, aunque no con el alto porcentaje
presentado para la “situación de pareja o familiar”) se ha visto resuelto ampliamente.
Pero en ninguno de estos cuadros se plantean las mejoras percibidas de lo que para ellos
fue el motivo de cambio más elegido. Lo que resulta paradójico y que aún no se dijo, es
que justamente en lo referente a las mejoras percibidas en la “situación de pareja o
familiar”, es donde los mismos presentaron el porcentaje más alto en la categoría
“ninguna” mejora.

Conclusiones finales y nuevas preguntas:

Los cuadros presentados hasta aquí, han servido al objetivo de percibir cuáles
son los motivos por los que una persona decide atravesar por un proceso de conversión
respecto de su vida religiosa. Crisis referidas a la espiritualidad, problemas económicos,
de trabajo, personales, familiares o de pareja, cuestiones de salud, son por sobretodo lo
que los individuos considerados interpretan como razones por las cuales entrar en una
búsqueda de eso que sienten carente. Esta elección privada combinada con la
multiplicidad de ofertas simbólicas (que ofrece el mercado religioso) se constituye
como un proceso complejo de redefinición de la identidad del sujeto creyente. Donde la
tradición religiosa familiar ya no tiene el peso que tuvo, ni la transmisión de generación
en generación es siempre exitosa, sino que intervienen otros lazos y relaciones afectivas
con sujetos vinculados a distintos cultos, en la definición.
Por qué eligen más unas variantes que otras, no es algo simple de explicar. Pero
ciertos elementos pueden rastrearse en común entre éstas. Lo que uniría a todos y cada
uno de estos cultos religiosos es que en ellos se supone que los individuos en busca,
encontrarían aquello que no les fue brindado por su religión anterior (heredada o no).
Como lo han mostrado múltiples trabajos realizados sobre el tema4 y los datos
analizados en este trabajo en particular, los nuevos movimientos religiosos de la Nueva
Era son los cultos más receptores de los conversos (principalmente el caso del culto
Evangélico – Pentecostal), y ellos constituyen esa gran oferta simbólica a la que nos
referíamos antes. Frigerio resalta la particularidad de estos movimientos de lograr

4
Ver por ejemplo Frigerio, Alejandro (1999). “Estableciendo puentes: Articulación de significados y
acomodación social en movimientos religiosos en el Cono Sur”. Alteridades. Revista de la Universidad
Autónoma Metropolitana, México. 18, 5-18.

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legitimar bajo su doctrina ciertos elementos de religiosidad popular que son los que
resultan más atrayentes al enfatizar la intervención divina en la vida cotidiana, al
establecer lazos estrechos y personales de comunicación directa con la divinidad y al
demandar de sus fieles una participación más comprometida (Frigerio, 1998).
Pero afirmar que existen determinadas condiciones que fomentan la conversión a
determinado grupo religioso, no implica asegurar que aquello que condujo a la
necesidad de enfrentarse a una carrera de conversión, suponga su cumplimiento o
resolución una vez convertido. Muchos pueden aducir a esa “transformación espiritual”
determinados cambios y mejoras, pero muchos pueden sentirse igual respecto a sus
problemáticas. No hay unanimidad en la satisfacción de expectativas ni en la existencia
de severos cambios, y esto lo hemos apreciado en los datos abordados en este informe.
Aquí se vuelve pertinente retomar los conflictos referidos a la conceptualización
de la conversión. Qué es lo que ésta implica, cuánto es lo que se cambia y si
verdaderamente existe tal cambio. Richardson asegura que los conversos “pueden
formar parte de un grupo y comportarse como tales sin necesariamente compartir todos
los presupuestos del mismo” (Frigerio, 1993: 54) y uno puede agregar a partir de los
datos de esta encuesta, que a su vez tampoco, necesariamente vean reales cambios y
transformaciones en su vida.
Esto, sumado al fenómeno contrapuesto a la conversión, que es el de la
desconversión religiosa, intensifica los cuestionamientos y las nuevas preguntas. Los
análisis sobre este tema se centraron en atender a los comportamientos tanto
individuales como colectivos, de miembros conversos a nuevas religiones. Allí
encontraron entre otras cosas, que se producían desafiliaciones voluntarias (tanto
individuales, pero sobretodo colectivas) provocadas por determinadas crisis. Stuart
Wright propone que existen cuatro factores que influyen en el momento de la crisis que
induce a la desafiliación: “una disminución en el aislamiento respecto del mundo
exterior; el desarrollo de un fuerte lazo afectivo con otro individuo; la duda sobre la
capacidad de lograr el cambio social ambicionado y desilusión con respecto al
comportamiento del líder del grupo religioso” (Frigerio, 1999: 58)
Así, entonces, a partir de la década de 1980 se evidencia que el crecimiento de
estas nuevas religiones o movimientos religiosos no era tan contundente como se
suponía, debido a que si bien sumaban adeptos con relativa facilidad, también con
facilidad los mismos los perdían al poco tiempo. Constituyéndose ésta en una
participación generalmente transitoria casi para todos los miembros. Entonces si la

15
desafiliación voluntaria toma tanta importancia como la conversión, ¿existe realmente
ésta?, quizá esto nos permite poner en duda a este proceso.
A su vez, nos permite inquietarnos respecto de la concepción que los individuos
conversos tienen de sí mismos. ¿Acaso no podría ser cierto también, que el concebirse
convertido sea un mecanismo de promoción para estos nuevos movimientos religiosos
(que pretenden difundir el crecimiento de sus afiliaciones), y no una real transformación
en las personalidades de los sujetos conversos? Este cuestionamiento, más la poca
duración de los conversos en sus nuevas religiones5, y más la débil coincidencia entre
los motivos que los movilizaron al cambio y la mejoras respectivas, surgen como
tentativas para una nueva investigación.
A modo de cierre también resulta interesante proponer como posible
problemática a abordar, el hecho de que si bien los conversos a la religión Evangélica
parecen presentarse más optimistas ante la percepción de mejoras en las situaciones
traumáticas que los condujeron a cambiar de culto (según los datos presentados por la
encuesta realizada), sería propicio considerar cómo se comportan específicamente los
conversos a cada culto evangélico en particular (tomando como ejemplo de esto lo
postulado al final del análisis sobre los conversos baptistas).

Bibliografía Selectiva:

• Algranti, Joaquín (2007). “Globalización religiosa y desencantamiento del


mundo. Estudio sobre la afinidad electiva entre el capitalismo y el universo
pentecostal”. En Aronson, Perla Notas para el estudio de la globalización. Un
abordaje multidimensional de las transformaciones sociales contemporáneas.
Buenos Aires: Editorial Biblos.
• Bastian, Jean-Pierre (1997). “La mutación religiosa en América Latina. Para
una sociología del cambio social en la modernidad periférica”. México: Fondo de
Cultura Económica.
• Becker, Howard (1971). “Los extraños”. Buenos Aires: Editorial Tiempo
Contemporáneo S. A. (trabajo publicado originalmente en 1963).

5
Esto surge de lo explicado anteriormente desde el fenómeno de la desconversión religiosa, donde se
hace evidente que la generalización de este fenómeno no resultaba tan intensa como se suponía y que la
estadía de los conversos en sus nuevas religiones se presentaba, más bien como una participación
transitoria.

16
• Forni, Floreal (2002). La lucha por las almas: católicos y evangélicos en el
conurbano bonaerense. Dos estudios de caso en el partido de Moreno, II Jornadas
de Ciencias Sociales y Religión, Buenos Aires. http://www.ceil-
piette.gov.ar/areasinv/religion/relpub/jornadas/IIcom2/2forni.html
• Frigerio, Alejandro (1993). “Perspectivas actuales sobre conversión,
desconversión y lavado de cerebro”. En Alejandro Frigerio, María Julia Carozzi y
Mónica Tarducci (Eds.), Nuevos movimientos religiosos y ciencias sociales, I (pp.
46-80). Buenos Aires: Centro Editor de América Latina.
• Frigerio, Alejandro (1997). “Não se nasce batuqueiro: A conversão às religiões
afro-brasileiras em Buenos Aires”. Religião e Sociedade. Revista del Instituto de
Estudos da Religião (ISER). Rio de Janeiro. 30, 71-94.
• Frigerio, Alejandro (1998). “Desregulación del mercado religioso y expansión
de nuevas religiones: Una interpretación desde la oferta”. XXII Encuentro Anual
de ANPOCS: Religião e Sociedade no Fim do Milenio. Caxambu.
• Frigerio, Alejandro (1999). “Estableciendo puentes: Articulación de
significados y acomodación social en movimientos religiosos en el Cono Sur”.
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• Hervieu-Lèger, Danièle. (2004). “El Peregrino y el Convertido”. México:
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• Marx, Karl (2004), “Sobre la Cuestión Judía”. Buenos Aires: Prometeo Libros
(trabajo publicado originalmente en 1843).
• Semán, Pablo (2007). “Bajo Continuo. Exploraciones Descentradas sobre
cultura popular y masiva”. Buenos Aires: Gorla.
• Wynarczyk, Hilario y Semán, Pablo (1994). “Campo evangélico y
pentecostalismo en la Argentina” en Frigerio, Alejandro –comp- El pentecostalismo
en la Argentina. Buenos Aires: Centro Editor de América Latina.

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