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Las Religiones Como Vector de Humanización o Deshumanización

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FILOSOFÍA DE LA RELIGIÓN

“LAS RELIGIONES COMO VECTOR DE HUMANIZACIÓN


O DE DESHUMANIZACIÓN”

Comentario a un artículo sobre filosofía de la religión

Autor: Gonzalo Vitoria Bores

Profesor: Maximino de Lucas del Ser

León, 22 de mayo de 2019

TRABAJO DE FILOSOFÍA DE LA RELIGIÓN: LEÓN, 22 DE MAYO DE 2019. CSET


GONZALO VITORIA BORES 2

Ya en la introducción, el autor de este artículo, Jean-Paul Willaime, señala dos


elementos importantes de nuestra época, “las mutaciones antropológicas” y el desafío de
la socialización en las sociedades secularizadas, y nos advierte de que va a tratar el tema
desde un punto de vista sociológico, abordando la cuestión de saber en qué lo religioso
puede ser vector de deshumanización y en qué puede ser también factor de
humanización.

1. ALGUNAS CONSIDERACIONES PRELIMINARES

Desde el punto de vista de la sociología, la religión aparece en todas las épocas de


formas muy variadas. El autor define las religiones como sistemas simbólicos que
remiten al más allá. Nos dirigirnos a dios porque uno se siente deudor, puesto que él
afirma que ser religioso es reconocer no ser dueño de todo sino beneficiario de un don
inicial. Este lenguaje simbólico crea un vínculo social, genera un “nosotros” y esta
generación de un nosotros provoca también la aparición de un “otros”. Las tradiciones
religiosas cumplen diversas funciones en la sociedad, la religión remite a lo vivido y
atañe a todos los aspectos de la vida. Esta tradición se inicia (o no) en la esfera familiar
y posteriormente el sujeto elige seguir perteneciendo a ella o rechazarla.

El autor dice que si bien la expresión de “hecho religioso” se ha impuesto, esto no debe
verse como una reducción a lo más visible, si bien se ha de tener muy en cuenta el
aspecto social y cultural, señalando las diferentes dimensiones del fenómeno.

Según las estadísticas para el año 2060 el número de personas arreligiosas habrá
descendido hasta el 13%. La cuestión en occidente es saber si transmitir una religión es
humanizar. Actualmente uno es religioso por elección en un entorno secularizado, es un
no-conformista. Además se ha de sumar una pluralidad religiosa propia de un mundo
globalizado, en el que la religión es algo ignorado y difícil de comprender.

Este pluralismo lleva aparejado un pluralismo antropológico y axiológico que complica


la situación. Las relaciones intrafamiliares se han diversificado. Existe un pluralismo
antropológico acentuado por un pluralismo axiológico en el que se cuestiona la
humanidad misma del ser humano. La bioética da testimonio de ello.

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3 “LAS RELIGIONES COMO VECTOR DE HUMANIZACIÓN O DESHUMANIZACIÓN”

2. LA RELIGIÓN QUE DESHUMANIZA

En Europa a la largo de la historia las religiones han causado grandes atrocidades,


deshumanizando tanto al verdugo como a su víctima, según Denis Crouzet; si bien a
partir del siglo XX esta violencia se ha atenuado en gran medida. En el siglo XXI aún
no se ha logrado acabar con el fanatismo religioso y las religiones asesinas, si bien
actualmente imperan el estado de derecho, los derechos del hombre y la separación de
lo político y lo religioso, contribuyendo a humanizar así las religiones.

Aun así no debemos olvidar que la violencia religiosa sigue existiendo hoy en día en el
mundo y a escala mundial la religión es frecuentemente un factor que deshumaniza al
hombre en vez de humanizarlo, lo que repercute en su percepción social.

Élie Barnabi llega a hablar incluso de “religiones asesinas” y Claude Hagège si pregunta
porque las religiones están lejos de ser factores de paz. Y es que, como dice el autor, las
religiones pueden entrañar diversos riesgos cuando las libertades fundamentales de una
persona se ven comprometidas, por eso algunas sociedades se dotan de determinadas
instancias que les permitan vigilar y prevenir ciertos abusos. Es la cohesión social la que
está amenazada y la integración de los individuos en la sociedad, sobre todo con las
sectas. Ejemplo es el yihadismo, interpretado como una islamización de la
radicalización. En algunas circunstancias la religión puede deshumanizar al hombre,
fanatizarlo, pero es importante reconocer que tal es el caso de toda actividad humana.

3. LA RELIGIÓN QUE HUMANIZA

Las religiones pueden humanizar en la dimensión absoluta con la que se identifican y


realizar múltiples aportaciones útiles para las sociedades. Las religiones humanizan,
según el autor, a los hombres y mujeres que las practican y contribuyen a civilizarlos.
También han sido elementos de paz y reconciliaciones. Las religiones no pueden
reducirse a realidades de las que las sociedades deberían defenderse y protegerse;
pueden producir lo mejor y lo peor. Según el autor, respetando la libertad fundamental
de creer o no creer, las sociedades pueden y deben notificar ciertos límites para proteger
el carácter laico del estado y velar por los derechos fundamentales del ser humano. Las

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religiones humanizan al hombre porque facilitan el transformar las cosas. Estructuran al


hombre inscribiéndolo en un horizonte de sentido. Las creaciones artísticas se verían
muy pobres si se les quitaran todas las obras de inspiración religiosa. Según el autor, se
puede decir que las religiones humanizan al hombre despertándolo a lo bello.
Actualmente, las autoridades religiosas movilizan la ética de la fraternidad que
promueve su religión, y se implican también en el terreno de la diversidad cultural y
religiosa. Las religiones han intensificado las relaciones interreligiosas en los últimos
tiempos. Según la ONU, pueden desempeñar el papel de mediación de los conflictos.
Se pueden discutir sus posiciones o combatirlas, pero ello no impide reconocer su
preocupación por salvaguardar la humanidad del hombre. Además pueden contribuir a
socializar a las jóvenes generaciones, siendo factor de humanización y de paz.

4. CONCLUSIÓN

Según el autor, la religión humaniza al hombre si él no se toma por Dios. La religión


enseña a poner límites, a descentrarse de uno mismo. El autor afirma que la religión
humaniza si permite al hombre reconocer que, aun siendo libre, es deudor de lo que ha
recibido; que la autonomía del hombre no significa independencia absoluta sino
dependencias asumidas. Las religiones cambian, tienen una historia. Es un desafío
inscribirse en la historicidad y en un contexto pluralista. Cada religión debe aprender a
expresarse sin satanizar las otras pretensiones de verdad. Para el autor, transmitir es
interpretar y las religiones no escapan a su condición histórica. Las religiones elevan al
hombre enseñándole la humildad, contribuyen a luchar contra las injusticias del siglo
XXI y podrían convertirse en el mejor garante del humanismo de las democracias
europeas.

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