Cautivas
Cautivas
Cautivas
¿Qué motivaba a los indios a raptar mujeres blancas? Porque les gustaban más las cristianas
porque “esa cristiana, más blanca, más alta, más pelo fino, ese cristiana más linda…”. La
presencia de la mujer cristiana significó para los indios un incentivo propiciado por sus
“mórbidas líneas, la blancura de su cutis, su sedosa cabellera, su presencia angustiada y
dolorosa [que] le trastornaban la mente despertando toda su sensual masculinidad”.
Independientemente de esta consideración tan fantasiosa, no se debe olvidar que desde
tiempos lejanos, las mujeres raptadas eran incorporadas a las distintas actividades económicas
y servían para procrear hijos que aumentarían el número de individuos del grupo en cuestión;
de hecho, en el caso argentino, se sabe que los hijos de cautivas y caciques podían ocupar el
cargo de su padre al morir éste. Estos mestizos tenían iguales derechos y obligaciones que el
resto del grupo al que pertenecían.
Ya teniendo una base sobre la historia y el significado de las cautivas, invitamos a continuar
el análisis y la reflexión sobre el tema en cuestión en el cuerpo del trabajo. La estructura de
este trabajo se dividirá en tres partes principales. En primer lugar, profundizaremos en el
análisis de cada obra presentada para comprender el protagonismo de cada cautiva
analizandolas una por una. Luego, desarrollaremos nuestra conclusión en base a lo analizado
con anterioridad y en nuestra investigación e interpretación. Por último, en la tercera y última
parte, concluimos el trabajo con el anexo, en donde agregaremos información relevante con
el tema pero que no coincide con los relatos presentados.
Análisis
En el relato de Borges “La Historia de Guerrero y la Cautiva”, podemos caracterizar a una
mujer inglesa que fue raptada por indios en un malón, en dicho evento también comenta
haber perdido a sus padres. La historia genera un dilema en nosotros los lectores, ¿Es una
cautiva blanca o una india adoptada?. Se torna difícil encasillar su identidad, ya que por un
lado aún sigue manteniendo su conexión con su origen europeo y la civilización occidental,
pero por el otro admite haber asumido la cultura de aquel pueblo originario y haberla tomado
también como propia.
Podemos suponer que debido al extenso tiempo que ha pasado con los indios, olvido su
lengua y sus costumbres europeas. “A esa barbarie se había rebajado una inglesa.” expresa el
autor en una parte del relato, demostrando la colectiva opinión de la época sobre las
costumbres y cultura de los pueblos originarios y, en cierto modo, afirmando el desprecio que
le tenían a ellos y a quienes volvían del cautiverio.
“La figura de la mujer europea que opta por el desierto”, ella asegura haber sido feliz en
aquel lugar de ‘cautiverio’, con una familia incorporada por su esposo ‘el capitanejo’ y sus
dos hijos. Se destaca aquí el deseo de volver a reunirse con su familia, la tristeza que la
separación provoca y la importancia que es para la cautiva tener a ellos a su lado, tanto que
renuncia a su identidad e ideologías anteriores para convivir libremente con su familia.
Borges en esta narración nos invita a reflexionar sobre los cambios en cada uno a lo largo de
nuestra vida, siempre dependiendo de experiencias propias. Sugiere que la identidad no es
inherente, sino que está en constante cambio y evolución bajo la influencia de las
circunstancias y las experiencias.
Esta canción de Mercedes Sosa, “Dorotea, La Cautiva”se relata la historia de Dorotea Bazán,
una mujer cautiva que fue rescatada por las tropas nacionales, pero que aun así sigue
expresando el sentimiento de cautiverio. Ella lucha por mantener su identidad gaucha y su
conexión con el pueblo originario, lazo que logro encontrar en dicho lugar a pesar de su
situación de cautiverio. “Yo no soy huinca”, manifiesta Dorotea al inicio del primer verso,
nombre que los mapuches daban a toda persona que no pertenecía a su pueblo, esto nos da
una idea de lo significante que fue su estadía en el sur.
Gracias a varias frases destacables de la canción podemos llegar a la conclusión de que ella
no quería ser rescatada. “Yo me hice india”, en esta oración notamos un proceso de
transformación personal, ella ha pasado a sentirse identificada con la cultura y costumbres de
aquel pueblo indígena, reconoce su verdadera identidad y la admite a voluntad propia.
“Ahora estoy mas cautiva que ayer”, aquí sugiere una sensación de aumento en la sensación
de cautiverio o restricción en la vida en comparación con su vida en la naturaleza. Allí ella
era mas libre, no esta conforme con retomar sus costumbres anteriores al cautiverio, desea
volver a sentir dicha libertad de lo que podemos interpretar como su nuevo yo.
En “La Cautiva” de Esteban Echeverría, se nos presenta a Maria, una mujer esposa y madre,
pura e intachable, protectora, asexuada. Ella no lora. Desde su inicial aparición en el poema
parece estar guiada por una energía emprendedora. Es más, en los primeros versos se mueve
con la eficacia de un felino más que una delicada doncella. Ciertamente se ha producido una
alteración del canon romántico puesto que María en vez de aguardar la fatal conclusión, se
rebela contra las circunstancias y haciendo alarde de fuerza e iniciativa no propias de su sexo,
rescata al amado de una muerte segura y emprende la huida a través del amenazador desierto.
La transformación ocurre entre los cantos tercero y noveno. María está poseída por las
fuerzas que la rodean y de las que intenta huir. Su energía es la del esposo al que carga en sus
espaldas, su intuición y agudeza la del indio capaz de abrirse camino en el inmenso desierto,
su coraje el de la fiera, a la que se enfrenta y hace huir en la escena con el tigre.
El cautiverio de María es doble. Por una parte, es un cautiverio material que la ha arrancado
del lado de Brian y su hijo empujada por un destino superior a sus fuerzas. Por otra, está
cautiva del texto romántico, que a pesar de las transgresiones narradas en los actos
mencionados, acabará sometiéndola. La prisión ideológica a la que María está sometida no
ofrece muchas alternativas y su transgresión la pagará con la muerte.
En “La Vuelta de Martín Fierro” el personaje de "la cautiva" representa un arquetipo que
simboliza la tragedia y las dificultades que enfrentaron muchas personas en el contexto de la
Argentina del siglo XIX. La cautiva, cuyo nombre nunca se revela en el poema, es una mujer
blanca que ha sido ganada en un malón, ocasión en la que habían asesinado a su marido. La
cautiva era la esclava del indio, sometida a abusos sexuales, físicos y morales. Obligada a
trabajar de la mañana a la noche. Una noche, Fierro vio a un indio está golpeando a la cautiva
blanca, para luego darse cuenta que en la escena también se encontraban los restos
sanguinolentos del hijo de la cautiva que el indio ha descuartizado sin compasión
A lo largo del poema, la cautiva desempeña un papel importante en la trama, ya que es ella,
quien con su historia motiva las acciones del protagonista, Martín Fierro. El personaje de
Martín Fierro se convierte en una especie de "caudillo" y líder gaucho en su búsqueda por
liberar a la cautiva y reunirse con su familia, lo que refleja el rol importante de la cautiva sin
nombre en la vida de Fierro.
Conclusión
En estas obras literarias, se exploran las complejas experiencias de mujeres que han sido
capturadas o han vivido en circunstancias de cautiverio en el contexto de la Argentina del
siglo XIX. Cada una de estas narrativas aborda la transformación y la identidad de las
cautivas de manera única, lo que nos lleva a reflexionar sobre la naturaleza fluida de la
identidad humana y cómo las experiencias pueden moldearla.
A lo largo de estas obras, las cautivas simbolizan la lucha por la libertad y la preservación de
su auténtica identidad. Incluso después de ser liberadas, algunas cautivas siguen sintiéndose
"cautivas" de su experiencia pasada, lo que destaca la importancia de la libertad personal y la
conexión con la propia cultura. Sugieren que la identidad no es estática ni predefinida, sino
que está en constante evolución bajo la influencia de las circunstancias y las experiencias
vividas. Además, resaltan la importancia de la lucha por la libertad y la preservación de la
propia identidad, incluso en situaciones de adversidad.
En conjunto, estas narrativas nos recuerdan la capacidad de adaptación y resistencia del ser
humano, así como la persistencia de la identidad a pesar de las circunstancias cambiantes. La
cautiva en la literatura argentina del siglo XIX se convierte en un símbolo de la lucha por la
autenticidad y la libertad en un contexto histórico complejo y desafiante.
Anexo
Mujer cautiva o simplemente la cautiva, es el nombre con que se conoce en Chile y Argentina
a las mujeres raptadas como botín en acciones militares y de pillaje, práctica que fue habitual
entre los siglo XVI al XIX en el marco de la Guerra de Arauco, la Guerra a Muerte y la
conquista de las Pampas.
El rapto de mujeres fue una práctica ocupada principalmente por grupos de la etnia mapuche
en contra de las poblaciones españolas, y luego chilenas y argentinas, como parte de los
llamados malones. El malón fue una táctica militar ofensiva empleada por los indígenas de
Sudamérica, como por las etnias mapuche y charrúas en los actuales territorios de Argentina,
Uruguay y Chile, que consistía en el ataque rápido y sorpresivo de una nutrida partida de
guerreros a caballo contra un grupo enemigo, ya fueran otros pueblos o parcialidades
indígenas, o poblaciones, fortificaciones y estancias de los criollos, con el objetivo de matar
adversarios y saquear para hacerse con ganado, provisiones y prisioneros, sobre todo mujeres
jóvenes y niños.
El rapto de mujeres españolas y luego criollas fue una práctica habitual en los llamados
malones que las poblaciones indígenas acometieron contra la sociedad española y luego
chilena desde muy temprano. Las noticias vagas de la incierta vida de estas mujeres entre las
sociedades indígenas, dieron origen a leyendas cargadas de exotismo, que cautivaron la
fascinación de escritores y pintores. Así fue el caso de Raymond Monvoisin, autor de una de
las famosa pintura que muestra el cautiverio de Elisa Bravo. Por su parte la historia de
Trinidad Salcedo fue recogida por el escritor inglés Thomas Sutcliffe, en su obra "Sixteen
years in Chili and Peru: from 1822 to 1839", fue a través de esta obra que la historia fue
conocida por Juan Mauricio Rugendas quien dedicó varias pinturas y dibujos a esta historia.