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Cautivas

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INTRODUCCIÓN

LAS CAUTIVAS EN LA LITERATURA


En este trabajo desarrollaremos el tema de “Las cautivas en la literatura”, dentro de el
también analizaremos diferentes tópicos, los cuales son:

“El destino y la suerte”


“Logros personales”
“Reconocimiento de su verdadera identidad”

Iniciaremos explicando brevemente varios conceptos que ayudaran a interpretar de mejor


forma el trabajo. Como primer punto tenemos a los malones, este rapto de personas
(principalmente niños y mujeres) que fue una práctica ocupada principalmente por grupos de
la etnia mapuche en contra de las poblaciones españolas, y luego chilenas y argentinas;
consistía en el ataque rápido y sorpresivo de una nutrida partida de guerreros a caballo contra
un grupo enemigo, con el objetivo de matar adversarios y saquear para hacerse con ganado,
provisiones y prisioneros.

El siguiente punto a describir es el de cautivas, según la etimología de la palabra procede del


latín captivus, es un adjetivo que se utiliza para calificar al ser humano o el animal que, por
algún motivo, no es libre. El concepto refiere a quien se encuentra en cautiverio. La noción
suele usarse para nombrar a la persona que fue capturada por secuestradores, terroristas,
invasores o enemigos.
La figura de la cautiva se representa como una mujer blanca secuestrada por los indios y
arrancada de la “civilización”, en los relatos podemos notar como se destaca el miedo al
mestizaje, a la contaminación de culturas y a ‘cruzar la frontera’. Se considera mejor cautiva
a aquella que se inmoló, que prefirió morir antes de ser tocada y manchada por el oscuro y
salvaje indígena. Las mujeres capturadas por los aborígenes se veían obligadas a elegir entre
dos mundos. Constantemente se preguntaban “¿Para qué volver? ¿Para ser despreciadas?”.
Muchas mujeres tenían sus hijos criados en las tolderías. Para la sociedad civilizada, se
volvían “impuras”, “avergonzadas”, “manchadas”.
Miles de mujeres fueron raptadas en los pueblos argentinos por los sangrientos malones que
las tenían como principal objetivo. La inmensa mayoría desapareció para siempre. Las que
fueron rescatadas luego de años de cautiverio, nunca pudieron sacarse las huellas indelebles
de la vejación y el desarraigo. Sin dudas la idea de violación de mujeres por parte de un
"salvaje" resultaba insoportable para los varones blancos. Se llega a culpabilizar a la mujer
que acepta la convivencia con los indios o prefiere seguir viviendo en la "barbarie" por no
abandonar a sus hijos mestizos. Muchas mujeres preferían no volver a la "civilización" por
temor y vergüenza. De hecho se hacía difícil su reinserción en la sociedad de los blancos
luego de haber sido concubinas de un indio.
Con respecto a este tema nos gustaría citar una reflexión de la conocida periodista venezolana
Susana Rotker "la cristiana que ha permanecido largos años en cautiverio y ya ha tenido hijos
mestizos está en definitiva, condenada. Una vez cruzada la frontera ya no pertenecerá más ni
a un mundo ni al otro: entre los indios siempre será una prisionera, vivirá intentando escapar
o esperando ser liberada. Luego, en el mundo de los blancos tampoco tendrá escapatoria. Es
ahora un personaje de frontera, una mujer sin identidad, condenada por su transgresión, no
importa que ésta haya sido involuntaria y forzada".

¿Qué motivaba a los indios a raptar mujeres blancas? Porque les gustaban más las cristianas
porque “esa cristiana, más blanca, más alta, más pelo fino, ese cristiana más linda…”. La
presencia de la mujer cristiana significó para los indios un incentivo propiciado por sus
“mórbidas líneas, la blancura de su cutis, su sedosa cabellera, su presencia angustiada y
dolorosa [que] le trastornaban la mente despertando toda su sensual masculinidad”.
Independientemente de esta consideración tan fantasiosa, no se debe olvidar que desde
tiempos lejanos, las mujeres raptadas eran incorporadas a las distintas actividades económicas
y servían para procrear hijos que aumentarían el número de individuos del grupo en cuestión;
de hecho, en el caso argentino, se sabe que los hijos de cautivas y caciques podían ocupar el
cargo de su padre al morir éste. Estos mestizos tenían iguales derechos y obligaciones que el
resto del grupo al que pertenecían.

Ya teniendo una base sobre la historia y el significado de las cautivas, invitamos a continuar
el análisis y la reflexión sobre el tema en cuestión en el cuerpo del trabajo. La estructura de
este trabajo se dividirá en tres partes principales. En primer lugar, profundizaremos en el
análisis de cada obra presentada para comprender el protagonismo de cada cautiva
analizandolas una por una. Luego, desarrollaremos nuestra conclusión en base a lo analizado
con anterioridad y en nuestra investigación e interpretación. Por último, en la tercera y última
parte, concluimos el trabajo con el anexo, en donde agregaremos información relevante con
el tema pero que no coincide con los relatos presentados.
Análisis
En el relato de Borges “La Historia de Guerrero y la Cautiva”, podemos caracterizar a una
mujer inglesa que fue raptada por indios en un malón, en dicho evento también comenta
haber perdido a sus padres. La historia genera un dilema en nosotros los lectores, ¿Es una
cautiva blanca o una india adoptada?. Se torna difícil encasillar su identidad, ya que por un
lado aún sigue manteniendo su conexión con su origen europeo y la civilización occidental,
pero por el otro admite haber asumido la cultura de aquel pueblo originario y haberla tomado
también como propia.
Podemos suponer que debido al extenso tiempo que ha pasado con los indios, olvido su
lengua y sus costumbres europeas. “A esa barbarie se había rebajado una inglesa.” expresa el
autor en una parte del relato, demostrando la colectiva opinión de la época sobre las
costumbres y cultura de los pueblos originarios y, en cierto modo, afirmando el desprecio que
le tenían a ellos y a quienes volvían del cautiverio.
“La figura de la mujer europea que opta por el desierto”, ella asegura haber sido feliz en
aquel lugar de ‘cautiverio’, con una familia incorporada por su esposo ‘el capitanejo’ y sus
dos hijos. Se destaca aquí el deseo de volver a reunirse con su familia, la tristeza que la
separación provoca y la importancia que es para la cautiva tener a ellos a su lado, tanto que
renuncia a su identidad e ideologías anteriores para convivir libremente con su familia.
Borges en esta narración nos invita a reflexionar sobre los cambios en cada uno a lo largo de
nuestra vida, siempre dependiendo de experiencias propias. Sugiere que la identidad no es
inherente, sino que está en constante cambio y evolución bajo la influencia de las
circunstancias y las experiencias.
Esta canción de Mercedes Sosa, “Dorotea, La Cautiva”se relata la historia de Dorotea Bazán,
una mujer cautiva que fue rescatada por las tropas nacionales, pero que aun así sigue
expresando el sentimiento de cautiverio. Ella lucha por mantener su identidad gaucha y su
conexión con el pueblo originario, lazo que logro encontrar en dicho lugar a pesar de su
situación de cautiverio. “Yo no soy huinca”, manifiesta Dorotea al inicio del primer verso,
nombre que los mapuches daban a toda persona que no pertenecía a su pueblo, esto nos da
una idea de lo significante que fue su estadía en el sur.
Gracias a varias frases destacables de la canción podemos llegar a la conclusión de que ella
no quería ser rescatada. “Yo me hice india”, en esta oración notamos un proceso de
transformación personal, ella ha pasado a sentirse identificada con la cultura y costumbres de
aquel pueblo indígena, reconoce su verdadera identidad y la admite a voluntad propia.
“Ahora estoy mas cautiva que ayer”, aquí sugiere una sensación de aumento en la sensación
de cautiverio o restricción en la vida en comparación con su vida en la naturaleza. Allí ella
era mas libre, no esta conforme con retomar sus costumbres anteriores al cautiverio, desea
volver a sentir dicha libertad de lo que podemos interpretar como su nuevo yo.
En “La Cautiva” de Esteban Echeverría, se nos presenta a Maria, una mujer esposa y madre,
pura e intachable, protectora, asexuada. Ella no lora. Desde su inicial aparición en el poema
parece estar guiada por una energía emprendedora. Es más, en los primeros versos se mueve
con la eficacia de un felino más que una delicada doncella. Ciertamente se ha producido una
alteración del canon romántico puesto que María en vez de aguardar la fatal conclusión, se
rebela contra las circunstancias y haciendo alarde de fuerza e iniciativa no propias de su sexo,
rescata al amado de una muerte segura y emprende la huida a través del amenazador desierto.
La transformación ocurre entre los cantos tercero y noveno. María está poseída por las
fuerzas que la rodean y de las que intenta huir. Su energía es la del esposo al que carga en sus
espaldas, su intuición y agudeza la del indio capaz de abrirse camino en el inmenso desierto,
su coraje el de la fiera, a la que se enfrenta y hace huir en la escena con el tigre.
El cautiverio de María es doble. Por una parte, es un cautiverio material que la ha arrancado
del lado de Brian y su hijo empujada por un destino superior a sus fuerzas. Por otra, está
cautiva del texto romántico, que a pesar de las transgresiones narradas en los actos
mencionados, acabará sometiéndola. La prisión ideológica a la que María está sometida no
ofrece muchas alternativas y su transgresión la pagará con la muerte.
En “La Vuelta de Martín Fierro” el personaje de "la cautiva" representa un arquetipo que
simboliza la tragedia y las dificultades que enfrentaron muchas personas en el contexto de la
Argentina del siglo XIX. La cautiva, cuyo nombre nunca se revela en el poema, es una mujer
blanca que ha sido ganada en un malón, ocasión en la que habían asesinado a su marido. La
cautiva era la esclava del indio, sometida a abusos sexuales, físicos y morales. Obligada a
trabajar de la mañana a la noche. Una noche, Fierro vio a un indio está golpeando a la cautiva
blanca, para luego darse cuenta que en la escena también se encontraban los restos
sanguinolentos del hijo de la cautiva que el indio ha descuartizado sin compasión
A lo largo del poema, la cautiva desempeña un papel importante en la trama, ya que es ella,
quien con su historia motiva las acciones del protagonista, Martín Fierro. El personaje de
Martín Fierro se convierte en una especie de "caudillo" y líder gaucho en su búsqueda por
liberar a la cautiva y reunirse con su familia, lo que refleja el rol importante de la cautiva sin
nombre en la vida de Fierro.
Conclusión
En estas obras literarias, se exploran las complejas experiencias de mujeres que han sido
capturadas o han vivido en circunstancias de cautiverio en el contexto de la Argentina del
siglo XIX. Cada una de estas narrativas aborda la transformación y la identidad de las
cautivas de manera única, lo que nos lleva a reflexionar sobre la naturaleza fluida de la
identidad humana y cómo las experiencias pueden moldearla.
A lo largo de estas obras, las cautivas simbolizan la lucha por la libertad y la preservación de
su auténtica identidad. Incluso después de ser liberadas, algunas cautivas siguen sintiéndose
"cautivas" de su experiencia pasada, lo que destaca la importancia de la libertad personal y la
conexión con la propia cultura. Sugieren que la identidad no es estática ni predefinida, sino
que está en constante evolución bajo la influencia de las circunstancias y las experiencias
vividas. Además, resaltan la importancia de la lucha por la libertad y la preservación de la
propia identidad, incluso en situaciones de adversidad.
En conjunto, estas narrativas nos recuerdan la capacidad de adaptación y resistencia del ser
humano, así como la persistencia de la identidad a pesar de las circunstancias cambiantes. La
cautiva en la literatura argentina del siglo XIX se convierte en un símbolo de la lucha por la
autenticidad y la libertad en un contexto histórico complejo y desafiante.
Anexo
Mujer cautiva o simplemente la cautiva, es el nombre con que se conoce en Chile y Argentina
a las mujeres raptadas como botín en acciones militares y de pillaje, práctica que fue habitual
entre los siglo XVI al XIX en el marco de la Guerra de Arauco, la Guerra a Muerte y la
conquista de las Pampas.
El rapto de mujeres fue una práctica ocupada principalmente por grupos de la etnia mapuche
en contra de las poblaciones españolas, y luego chilenas y argentinas, como parte de los
llamados malones. El malón fue una táctica militar ofensiva empleada por los indígenas de
Sudamérica, como por las etnias mapuche y charrúas en los actuales territorios de Argentina,
Uruguay y Chile, que consistía en el ataque rápido y sorpresivo de una nutrida partida de
guerreros a caballo contra un grupo enemigo, ya fueran otros pueblos o parcialidades
indígenas, o poblaciones, fortificaciones y estancias de los criollos, con el objetivo de matar
adversarios y saquear para hacerse con ganado, provisiones y prisioneros, sobre todo mujeres
jóvenes y niños.
El rapto de mujeres españolas y luego criollas fue una práctica habitual en los llamados
malones que las poblaciones indígenas acometieron contra la sociedad española y luego
chilena desde muy temprano. Las noticias vagas de la incierta vida de estas mujeres entre las
sociedades indígenas, dieron origen a leyendas cargadas de exotismo, que cautivaron la
fascinación de escritores y pintores. Así fue el caso de Raymond Monvoisin, autor de una de
las famosa pintura que muestra el cautiverio de Elisa Bravo. Por su parte la historia de
Trinidad Salcedo fue recogida por el escritor inglés Thomas Sutcliffe, en su obra "Sixteen
years in Chili and Peru: from 1822 to 1839", fue a través de esta obra que la historia fue
conocida por Juan Mauricio Rugendas quien dedicó varias pinturas y dibujos a esta historia.

El rapto de Trinidad Salcedo por Naufragio del «Joven Daniel» por


Mauricio Rugendas. Raymond Monvoisin, 1859.
La figura de la cautiva, de relevancia en la historia de la
literatura argentina como mujer blanca secuestrada por los
indios y arrancada de la “civilización”, se actualiza en los
textos contemporáneos que la representan. Algunos de ellos
configuran al personaje a partir de la recuperación explícita
de sus huellas decimonónicas y coloniales, y otros se alejan
de las características tradicionales del mito para ahondar en
las significaciones múltiples que derivan de su vigencia.
La presencia constante de la cautiva en la historia y en la
literatura argentina conduce a reflexionar sobre una serie de
sentidos que se vinculan con la conformación nacional.
Elisa Bravo Jaramillo de Bañados,
mujer del cacique o Elisa Bravo en
cautiverio por Raymond
La cautiva blanca, mancillada por el indígena, significó un sujeto fronterizo peligroso,
Monvoisin,1858
símbolo del miedo permanente hacia el Otro: miedo a la sexualidad, al mestizaje indeseado, a
la contaminación. Por eso, la mejor cautiva fue aquella que se inmoló, que prefirió morir
antes de ser tocada y manchada por el oscuro y salvaje indígena.
La pervivencia de la cautiva en la literatura argentina puede leerse como un cuestionamiento
al rol de la mujer en la historia nacional. Sujeto-objeto migrante entre espacios antagónicos,
fronterizo, fisurado, siempre extranjero, la cautiva sería un símbolo de la mujer argentina,
forzada siempre a formar parte de las disputas masculinas pero sin lograr una verdadera
integración en los proyectos políticos y sociales del país.
La sexualidad forzada o violación, puede ser
entendida, en todas las épocas, como forma de
delimitación de la fuerza del poder masculino
y de concreción de una jerarquía política,
cultural y sexual. Desde los inicios de la
historia del país y hasta hoy en día, de una
representación del cuerpo de la mujer como
digno de ser apresado, delimitado, acallado y
“La vuelta del malón”, obra maltratado.
artística en pintura al óleo del
pintor argentino Ángel Della Valle, En la historia de la guerra contra el aborigen
realizada en el año 1892.
Presenta la figura de una mujer hubo pocas experiencias más dramáticas que
blanca raptada por un malón de
las pampas para ser convertida la de los cautivos. La escena se repitió casi sin
en “cautiva”.
variantes durante los siglos de lucha fronteriza. Después de cada malón, los indios se llevaban
consigo no sólo los ganados de las estancias, sino también un grupo de hombres y mujeres
para los cuales comenzaba una nueva vida: una vida entre sus captores, allá, en las lejanas
tolderías de "tierra dentro".
La lista de los sectores que aportaron cautivos a la sociedad indígena era más amplia de lo
que podría creerse y no todos fueron blancos, como se ve, aunque los araucanos los preferían
de tez pálida y ojos azules, especialmente si eran mujeres.
¿Qué tareas realizaban los cautivos en las tolderías? Lucio V. Mansilla las sintetizó muy bien
en su célebre "Excursión a los indios ranqueles": debían lavar, cocinar, cortar leña con las
manos, hacer corrales, domar potros, cuidar los ganados y servir "de instrumentos para los
placeres brutales de la concupiscencia".Eran ante todo objeto de comercio intertribal. Había,
en efecto, intercambio entre las distintas etnias aborígenes. También eran empleados como
baqueanos y mensajeros. Las cautivas, especialmente, introdujeron en la cocina indígena
comidas de origen criollo.Todo intento de escape era severamente castigado; peor para los
hombres. A pesar de ello, era frecuente que, ante la menor oportunidad, los prisioneros
buscaran liberarse. El destino de la mujer cautiva fue muy distinto. Convertidas en esposas o
concubinas de los indios, formaron familia en los toldos. Los vínculos afectivos arraigaron a
muchas de ellas en la pampa, por lo que ya no quisieron volver.
Regresar, ¿para qué?, ¿para ser despreciadas por haber vivido y procreado entre los
indígenas, entre los bárbaros? Algunas de las mujeres que convivieron con los indios, a pesar
de todo, retornaron a sus hogares. Sin embargo, con el tiempo, muchas optaron por desandar
el camino y reencontrar la familia que habían abandonado. Una vez en la frontera y
reintegrado a la sociedad de origen, el ex cautivo encontraba rápidamente una salida laboral:
era contratado como lenguaraz -una especie de traductor de la lengua de los aborígenes.
Los cautivos fruto del malón, eran destinados por los indios a trabajos forzados dentro de las
tolderías mientras duraba el cautiverio, hasta que podían negociar la libertad de los mismos o
intercambiarlos por indios tomados como rehenes por los cristianos.
En el caso de las mujeres y niños eran incorporados como mano de obra y asimilados dentro
del grupo. La suerte de la mujer estaba ligada a la de un indio que la raptaba para tomarla
como su pareja y con la consiguiente consecuencia de engendrar sus hijos. Este rapto lo
llevaba a cabo aquel que no podía pagar el precio o dote de la novia y también porque tener
una esposa blanca daba estatus social.
Ahora, nos gustaría terminar el anexo agregando las letras de la canción “Dorotea, La
Cautiva” de Mercedes Sosa:
Yo no soy huinca, capitan
Hace tiempo lo fui
Deje que vuelva para el sur
Dejeme ir alli.

Mi nombre casi lo olvide


Dorotea bazan
Yo no soy huinca, india soy
Por amor, capitan.

Me falta el aire pampa y el olor


De los ranqueles campamento
El cobre oscuro de la piel de mi señor
En ese imperio de gramilla
Cuero y sol.

Usted se asombra capitan


Que me quiera volver
Un alarido de malon
Me reclama la piel.

Yo me hice india y ahora estoy


Mas cautiva que ayer
Quiero quedarme en el dolor
De mi gente ranquel.

Me falta el aire pampa y el olor


De los ranqueles campamento
El cobre oscuro de la piel de mi señor
En ese imperio de gramilla
Cuero y sol.
Quiero quedarme en el dolor
De mi gente ranquel
Bibliografía consultada

● “La Cautiva” Esteban Echeverría.


● “La Vuelta de Martín Fierro” José Hernández.
● “La Historia del Guerrero y La Cautiva” Jorge Luis Borges.
● “Dorotea, La Cautiva” Mercedes Sosa.

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