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History

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Introducción

Estamos acostumbrados a pensar que la modernización venezolana


comenzó con la explotación petrolera. Si bien hay sobradas
evidencias que confirma que el petróleo genero otra fisonomía en
un país tradicional, sin embargo, el peso de tales evidencias ha
ocultado o disminuido la importancia de modernización social PRE-
petroleros. Del mismo modo, intentos de desarrollo político-
institucional se llevaron acabo antes de la era petrolera, algunos
con ciertos existo, de allí que no se puede establecer una rígida
periodización de estos procesos, por ejemplo, a partir de la muerte
de Gómez, cuando empezaría para algunos el desarrollo político
contemporáneo y para otros, el mismísimo siglo veinte(xx)
venezolano.

Es importante trae a consideración los focos de modernización


PRE-petroleros por dos razones. La primera tiene que ver con un
tratamiento mas adecuado de la evolución histórica. Hay una
tendencia excesiva en el estudio de nuestra historia contemporánea
a hacer cortes radicales de nuestro devenir histórico, a partir de
hechos significativos como el arribo de Gómez al poder, la aparición
del petróleo, la rebelión estudiantil de 1928 o la muerte del mismo
Gómez a finales de 1935. La segunda razón es de mucho interés
para la comprensión de la modernización, por cuanto permite
revelar un hecho importante como es el del desempeño económico
en una fase en la cual lo predominante del mismo no es el
intervensionismo económico del estado, sino la iniciativa privada,
nacional y extranjera. Es una fase en la cual, si bien el estado tiene
injerencias en los procesos económicos, no obstante, dada su
debilidad financiera, hasta mediados los años veinte
aproximadamente, no esta en capacidad de ser el agente
económico fundamental como lo será una vez que el petróleo se
convierta en la principal fuente de recursos.

Si tuviéramos que situar históricamente los primeros y mas


coherentes intentos de modernización del país antes de la era
petrolera, ningún periodo mas indicado que el indicado por Antonio
Guzmán Blanco. En efecto, Guzmán Blanco no solo había
concebido lo mas próximo a eso que llamamos hoy en día,
proyecto de modernización, sino que durante los dieciocho años
que duro el guzmánato, se puso en practica una serie de políticas
que persiguen el sueño del llamado “Autócrata Civilizador” :
convierte a Venezuela en lo que se habían convertido los Estados
Unidos de Norteamérica hacia la década de los setenta XIX. Es
decir, incorporar a Venezuela en la onda capitalista internacional.
Los primeros intentos de modernización previos a la exportación
petrolera estuvieron dirigidos a incrementar el nivel de la economía
Interna. A tales efectos, el “proyecto” guzmancista, comenzó por
introducir un mayor grado de “administración” en el manejo de los
asuntos económicos en función de aprovechar las posibilidades de
capitales extranjeros dispuestos a venir por el país. Para ello tenia
que tratar de elevar el nivel institucional del país y estabilizarlo
políticamente a objeto de hacerlo atractivo al capital extranjero.

Auge y crisis del modelo petrolero y sus repercusiones


económicas y sociales en la Venezuela del siglo XX

La economía venezolana (dada su condición de país


monoproductor, dependiente del comercio exterior, en el siglo XIX,
de sus exportaciones petroleras) es muy vulnerable a las
fluctuaciones de los precios de tales productos en el mercado
internacional. En ese escenario, en que se registran periódicas
crisis, por la recurrencia de los ciclos económicos, las
consecuencias de tales crisis se reflejan sobre desarrollo de la
economía venezolana, agregándose a los enormes desajustes
internos provocados por la constante inestabilidad política y las
desacertadas políticas económicas. Cada vez que el sistema
capitalista mundial se resiente, los coletazos de ese malestar
repercuten directamente sobre Venezuela a través de las
fluctuaciones de su comercio exterior, del cual ha sido tan
dependiente, tanto en el siglo XIX como en el siglo XX. El desarrollo
del capitalismo industrial estuvo acompañado por una gran
inestabilidad, y a los periodos de prosperidad y expansión de la
producción, seguían períodos de depresión y de paro. Se trataba de
la recurrencia de los ciclos económicos que, hasta 1860, habían
sido estudiados como accidentes aislados en el desarrollo del
sistema. A partir de 1860, con los aportes del Frances Clement
Juglar, del ruso ND. Kndratieff, en 1926, y del Cartay, Rafael:
Revista Economía Nº 11, 1996. 37-45. 2 estadounidense Joseph
Kitchin, en 1929, quienes describieron sus causas y la duración
media de los ciclos, no existió la menor duda de que hubo una
regularidad de expansión y depresión en las economías. Al entrar
en depresión los países industrializados disminuyeron su demanda
de materias primas y productos alimentarios importados lo que
afecto severamente las economías de los países productores y
exportadores de esos bienes; así, a través del comercio exterior y
los movimientos internacionales de capital, las consecuencias de
las crisis capitalistas se trasladan a Venezuela. A parte de estos
factores de origen a la ocurrencia de la crisis contribuyen también
factores de orden interno, tales como las desacertadas políticas
económicas y sociales y la inestabilidad política existente.
En Siglo XIX :
La crisis de 1825, que deprimió económicamente a la Gran Bretaña,
redujo el precio del quintal del café en Venezuela de 11 pesos en
1825 a 7,50 en 1827, cuando el peso del quintal oscilaba entorno a
los 9 pesos. Entonces, Cartay, Rafael: Las crisis económicas y sus
repercusiones... 3 muchos productores prefirieron dejar perder los
frutos sobre los arbustos del café. La crisis de 1836, provocada por
la desmedida exportación de oro de Inglaterra a los Estados Unidos.
y las medidas tomadas por el Banco de Inglaterra para frenarla, así
como sus efectos sobre el mercado financiero de Nueva York, trajo
consigo el derrumbe de los precios del café‚ en los años sucesivos,
hasta principios de 1840. La crisis de 1857, que afecto a Inglaterra,
Francia y los Estados Unidos, iniciada a raíz de la disminución de
los beneficios de la exportación de las minas de oro de California y
de Australia y de ciertas líneas de ferrocarril, por cierto crisis
ocasionó en Venezuela la caída de los precios del café‚ en un 20
por ciento, del azúcar en un 50 por ciento y de los cueros en un 70
por ciento. El cierre casi total del mercado exterior para las
exportaciones venezolanas dejó como saldo una balanza comercial
desfavorable y un aumento en la deuda, tanto interna como externa.
En Siglo XX:
Venezuela nació a la vida republicana con grandes problemas
fiscales derivados de una costosa guerra independentista. Las
continuas guerras civiles o levantamientos armados aumentaron
sus deudas y convirtieron al país en un deudor crónico y moroso,
como lo llamó Rodríguez Campos ( 1977), que carecía de crédito y
que era objeto de continuas reclamaciones de indemnización,
algunas veces no fundamentadas, pero que fueron fuente de
amenazas internacionales. La crisis de 1902 fue el resultado de
esta situación. A principios del siglo XX, la deuda total del país más
su servicio, superaba en más de diez veces los ingresos fiscales de
la nación, e incapacitó al gobierno para cancelarla. Todo eso llevó al
bloqueo del país en diciembre de 1902, que se manifestó en la
captura y la destrucción de la marina de guerra, en el control de las
costas y los puertos venezolanos por la alianza europea,
concretamente anglo germana. La inestabilidad política
representada por la Revolución Libertadora, comandada por el
banquero y comerciante Manuel Antonio Matos, contribuyó,
además, a profundizar los efectos de la enorme crisis que conmovió
al país. A los elementos iniciales de la crisis (crisis cambiaría de
1983 contradictorias políticas económicas, insostenibles subsidios,
déficit fiscal, elevada deuda externa, deterioro de la situación social
política, aumento de la corrupción y de la inflación) se sumo nuevo y
peligrosísimo ingrediente: el colapso del sistema banca nacional. Ya
se tenían algunos antecedentes de ese desastre, que fueron
desoídos: el colapso de la banca pública y de las sociedades
financieras pequeñas desde 1984"1a quiebra de algunos bancos
como el BND en 1978, del BTV en 1982, del Banco de Comercio en
1985. La sostenida elevación de las tasas reales de interés, la
fraudulenta actividad de muchos bancos con balances
distorsionados y la pérdida de la capacidad de influencia política de
un sector de la banca, trae consigo el estallido de un enorme
escándalo financiero, comprometió aún más la capacidad de
recuperación del país.

Alternativas para la salida de la crisis del modelo petrolero

Ante la trampa del rentismo petrolero en la que se está adentrando


inexorablemente el país en la antesala de un inédito proceso
electoral, conviene insistir en las señales que evidencian esta
afirmación para poder entender la naturaleza de las propuestas
para enfrentar este sombrío panorama que se avecina, a fin de
evitar las graves consecuencias que pudieran derivarse si
permanecemos indiferentes.
Como sabemos, el tradicional modelo rentista petrolero que ha
signado el desarrollo venezolano se soporta fundamentalmente en
la renta derivada de las exportaciones de hidrocarburos, las cuales
están condicionadas por la capacidad productiva de Pdvsa y por las
realidades del mercado energético internacional, que define las
condiciones en términos de demanda y precios.

En las actuales circunstancias, y ante una marcada tendencia hacia


la baja de los precios y la incapacidad de Pdvsa para enfrentar esa
realidad con incrementos de producción, debido a su deterioro
operativo y elevado endeudamiento, no hay dudas de que el país va
a confrontar el colapso de este modelo, cuyas consecuencias se
van a reflejar en fuertes restricciones para el mantenimiento de los
programas (misiones) sociales que, con clara intención clientelar y
populista y una gestión poco transparente, se han venido
impulsando bajo el absurdo criterio de responsabilizar a Pdvsa de
los mismos, lo que ha generado que, para una producción petrolera
propia de 2.200 mbd, esta empresa tenga que mantener una
burocracia cercana a 100 mil trabajadores, cuando en los años 90,
con una producción superior a 3.5 mbd la nómina no superaba los
40 mil trabajadores.

Frente a este ciclo perverso del rentismo populista lucen absurdos


los razonamientos de quienes, afectos a este modelo, lo sustentan
en un ilusorio desarrollo del país financiado por recursos petroleros
que, según ellos podrían aprovecharse durante los próximos 200
años, ignorando la dinámica de cambios impuesta por la revolución
tecnológica y las presiones ambientalistas que señalan a los
hidrocarburos como la principal fuente generadora del llamado
efecto invernadero, y reclaman por la búsqueda de fuentes limpias
de energía que, en un mediano plazo podrían ser sustitutivas del
petróleo.

Para desmontar la trampa del rentismo se requiere impulsar una


estrategia energética integral con una propuesta consensuada de
reorientación de nuestro desarrollo, fundamentada en la promoción
de la cultura de la competitividad y el emprendimiento para
reemplazar el hábito de la búsqueda de la renta y del rentismo
populista como objetivos del crecimiento económico, lo que supone
impulsar un modelo de economía social y ecológica de mercado
basado en un gran esfuerzo educativo para acrecentar los valores
del capital social y formar los ciudadanos con principios éticos y
mentalidad creativa, emprendedora y competitiva que asegure ese
cambio, en un entorno democrático y de igualdad de oportunidades
para todos.

Se requiere reintegrar a Pdvsa a sus objetivos fundacionales para


recuperar su capacidad productiva, y profundizar la nacionalización
petrolera con un gran proyecto de industrialización interna de
nuestros hidrocarburos, para darle mayor valor agregado a las
exportaciones derivadas de esta industria y dinamizar la demanda
de empresas locales de ingeniería y servicios vinculados a estos
desarrollos.
Alternativas:

También en materia económica la Revolución Bolivariana exhibe


importantes logros. El primero de ellos es su determinación de
romper con el modelo rentista- petrolero de nuestra economía,
instaurado hace más de 80 años en la IV República.

El segundo, es el rescate y la reactivación de la economía nacional


sumida en una profunda crisis desde la década de los 70, situación
que tuvo su máxima expresión el 18 de febrero de 1983, el famoso
“Viernes negro”, cuando el bolívar fue devaluado en 74%, pasando
de 4,30 a 7,50 con respecto al dólar estadounidense, en una
Venezuela ahogada por un enorme déficit fiscal y una deuda
externa superior a los 80 mil millones de dólares.

Hoy, la Revolución Bolivariana está consolidando las múltiples


fortalezas de la economía nacional que permanecían asfixiadas,
precisamente, por el modelo rentista que, con orientación neoliberal,
la llevó al estado de postración en el que la encontró la triunfante
Revolución Bolivariana en diciembre de 1998.

Esta determinación del Gobierno Revolucionario es expresión clara


de la soberanía e independencia reconquistadas, y se manifiesta en
dos hechos concretos:

Hoy, ni la burguesía nacional ni las transnacionales del petroleo


usufructúan la renta petrolera nacional como se acostumbraron a
hacerlo en los años de la IV República.

El Gobierno Bolivariano soberanamente decide a quién y en qué


condiciones le vende su petróleo y como invierte las divisas
provenientes de este recurso.

Esto ha permitido que en los últimos 14 años, el Estado venezolano


haya podido invertir en programas y planes sociales cerca de 500
mil millones de dólares, 62% de los ingresos brutos por petróleo y
que, superados los escollos que representaron el Golpe de Estado
de abril de 2002 y el sabotaje petrolero de fines de 2002 y principios
de 2003, así como los efectos de la crisis capitalista de principios de
2008, la economía nacional pueda exhibir un respetable promedio
de crecimiento de su PIB de 3,0% en los últimos 14 años, siendo
del 5,5% en el 2012 y con perspectivas de ascender al 6% en en el
2013.

Algunas de las medidas adoptadas soberanamente por nuestro


Gobierno en el plano económico, son:

1. Mantenimiento de la política cambiaría para regular la compra y


venta de divisas (2003), el tipo de cambio oficial para cubrir las
necesidades esenciales de la sociedad como: medicinas, alimentos,
vivienda y educación, son administradas por el Centro Nacional de
Comercio Exterior (CENCOEX).
2. La verdadera nacionalización de la industria petrolera y la
eliminación de la “meritocracia” Pro yanqui de Petróleos de
Venezuela (2003).
3. La oportuna reubicación de las reservas internacionales del país,
ante la crisis bancaria estadounidense (2005-2006).
4. La repatriación de nuestras reservas internacionales en oro, en
manos de la banca internacional y la nacionalización de la industria
del oro.
5. Incremento del gasto público.
6. La migración de los convenios operativos establecidos por la
vieja PDVSA a empresas mixtas, en la faja del Orinoco, con
mayoría accionaria del Estado Venezolano.
7. EL aumento del impuesto de regalía 16,67% (Oct. 2004) a 30%
de los volúmenes de petróleo extraídos.
8. Establecimiento del nuevo Impuesto a la Extracción de 33,3% de
los volúmenes producidos
9. Nacionalización del Banco de Venezuela y fortalecimiento del
sistema bancario público nacional
10. El ingreso a MERCOSUR, la sexta economía del mundo que
abre las puertas a la energía y los productos venezolanos de un
mercado de más 275 millones de habitantes.
11. La inversión de otros 500 mil millones de dólares en gasto
público para el período 2013-2019, anunciada por el Ministro de
Planificación y finanzas Jorge Giordani.

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