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Libro Herney Tobon 1

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CAMINOS

DE LA MEMORIA SIDERENSE
ANOTACIONES HISTÓRICAS PARA LA
MEMORIA LOCAL DEL MUNICIPIO DE
LA ESTRELLA, ANTIOQUIA.
ISBN: 978-958-48-4910-6
© 2018 Herney Tobón Mejía
Editor: Alejandro Herrán
Asesor y corrector de estilo: Abel Anselmo Ríos

Medellín, Colombia
Primera edición 2018

Imagen de Carátula: De izquierda a derecha, sentados: Deogracias Torres, Fran-


cisco Luis Mejía y Juan Mejía, el de pie sin identificar. Año 1934. Cortesía: Ga-
briela Mejía.

Impreso y hecho en Colombia / Printed and made in Colombia

Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del


copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o
parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento
CAMINOS
DE LA MEMORIA SIDERENSE

ANOTACIONES HISTÓRICAS PARA LA


MEMORIA LOCAL DEL MUNICIPIO DE
LA ESTRELLA, ANTIOQUIA.

GANADOR DE LA CONVOCATORIA EN CULTURA Y PATRIMONIO


INSTITUTO DE CULTURA Y PATRIMONIO DE ANTIOQUIA, 2018.
MODALIDAD: INVESTIGACIÓN PARA LA REALIZACIÓN Y PUBLICACIÓN
DE MONOGRAFÍAS MUNICIPALES, CORREGIMENTALES Y/O VEREDALES.

HERNEY TOBÓN MEJÍA


FALLIDOS EDITORES
2018
6 / Caminos de la memoria Siderense
Herney Tobón Mejía / 7

CONTENIDO

agradecimientos........................................................ 11
prólogo. un momento del tiempo para
herney tobón mejía.................................................... 15
presentación............................................................. 21

1. referentes bibliográficos y breve historiografía – las hue-


llas de anteriores caminantes....................................... 25
1.1 estudios sobre el municipio de la estrella. ....................25

2. aspectos generales sobre la estrella. –


sobrevuelo al paisaje que será recorrido..................... 31
2.1. símbolos municipales........................................... 31
2.2 gentilicio: . ........................................................ 34
2.3 geografía . ......................................................... 35
2.3.1 el alto del romeral ......................................... 37
2.3.2 el camino de herradura la estrella - angelópolis.39
2.4 esbozo histórico. ................................................ 41
2.5 hidrografía. ....................................................... 44
2.6 demografía......................................................... 45
2.7 notas históricas sobre la educación. .................... 48
2.8 fiestas tradicionales ........................................... 51
2.8.1 las fiestas de la virgen de la chinca..................... 51

3. referentes del patrimonio arqueologico siderense. -por


los caminos originarios.............................................. 53
3.1. estudios arqueológicos ...................................... 53
3.2. la fase ferrería ................................................. 57
3.3. la fase pueblo viejo............................................. 59
3.4. programa de arqueología preventiva del complejo
urbanístico ciudadela suramérica.................................. 62
3.5. reconocimiento regional sistemático (casa blanca,
8 / Caminos de la memoria Siderense

aguas claras y el pinar)............................................. 62


3.6. programa de arqueología preventiva proyectos inmo-
biliarios (tierra verde,
la estrella y panorama) ............................................ 63

4. periodo de la conquista.
- noticias de un cruce de culturas............................... 66
4.1. exploración del valle de aburrá .......................... 66

5. aspectos de la colonización y
fundación del municipio de la estrella
- señalando la ruta.................................................... 69
5.1. antecedentes de la creación del
resguardo indígena ................................................... 69
5.2. aspectos del proceso de fundación
de la estrella. .......................................................... 70
5.3. la parroquia de nuestra señora del rosario de chi-
quinquirá de la estrella............................................. 73

6. anotaciones históricas del resguardo indígena de nues-


tra señora de
la estrella - la vida en el camino................................ 77
6.1. el cobro de tributos .......................................... 77
6.2. el caso de los caminos de la ladera del romeral y el
camino de la playa .................................................... 81
6.3. el caso del alto san miguel
y la trocha de sinifaná .............................................. 84
6.5. la erección del municipio y una noticia etnográfica ..
89
6.6. enajenación perpetua de los terrenos del resguardo
indígena. .................................................................. 92

7. apuntes monográficos de finales del siglo xix - noticias y


encargos que van llegando........................................... 96
7.1. límites en 1873.................................................. 96
7.2. el servicio de correos y el telégrafo. impuestos de
guerra...................................................................... 97
7.3. el tranvía de mulas . .......................................... 99
7.4. el ingreso de la industria del hierro ................. 101
Herney Tobón Mejía / 9

8. algunos aspectos históricos de la vida cotidiana hasta


mediados del siglo xx - travesías y rutinas en el nuevo
siglo...................................................................... 105
8.1. la llegada del ferrocarril de amagá .................. 105
8.2. el apogeo de la cabuya, el café y la llegada
de la luz eléctrica................................................... 110
8.3. pueblo de veraneantes, comerciantes
y de cruce de caminos ............................................. 116

9. la calle real de la ferreria - un recorrido


guiado desde la vereda hasta el parque...................... 120
9.1. reseña histórica .............................................. 120
9.2. recorrido histórico y vivencias de la calle
de la ferrería. ........................................................ 123
9.2.1. el lindero con el paraje el tigre
(vereda san josé) ................................................... 125
9.2.2. la calle de los pistolines y el pomal..................... 128
9.2.3. el viejo café y la finca de tocayo estrada. ....... 130
9.2.4. la fonda y los telares de cabuya de pacho mejía.133
9.2.5. la chispa....................................................... 139
9.2.6. los chorritos. .............................................. 146
9.2.7. el paraje la ospina (el zanjón) ....................... 149
9.2.8. villa fátima. ................................................. 153
9.3. plaza principal de la estrella............................. 155
fuentes y bibliografía. . ........................................... 157
Esta investigación se la dedico a mis pa-
dres: Nelly Mejía Tobón y Pedro José
Tobón Maya. A la memoria de Laura Ma-
rulanda Campuzano. A mis hermanos: Ni-
colás, Amparo, Marina y Beatriz.
Herney Tobón Mejía / 11

AGRADECIMIENTOS

Son muchas las personas e instituciones que de


forma directa e indirecta aportaron al desarrollo de
esta investigación histórica. Quiero de todo corazón
manifestar un reconocimiento de gratitud:
- A la familia Tobón Mejía, a todas mis maestras y
maestros en los municipios de La Estrella e Itagüí.
- A las personas que me brindaron información por
medio de entrevistas: Gabriela Mejía ”La Conga”, Mar-
garita Acosta, Leticia Mejía, Inés Mejía, Ofelia Barrera,
Blanca Alzate, Inés Arenas, Jaime Gil, Aura Arenas,
Blanca Inés Rodríguez, Otilia Acosta, Libia Montoya,
Sacramento Flórez, Fabio Rivera, Eduardo Rivera, Je-
sús Cuartas, Jesús Hincapié, Arturo Alvarez Hernán-
dez, Eduardo Palacio y Miguel Piedrahita.
- Por el material fotográfico: Administración Mu-
nicipal Municipio de La Estrella, Casa de la Cultura
Francisco Carrillo de Albornoz y Red Municipal de Bi-
bliotecas Bernardo Arango Macías. Corporación Ancón
(Programa de Memoria Cultural). Fotógrafa María Ele-
na Vélez Gil. Historiador Edison de Jesús Parra Sier-
ra. Artista plástico Miguel del Valle. Líder comunitario
Federico Alzate. Familias tradicionales Mejía, Acosta y
Flórez.
- A la historiadora Margarita González Correa, al
arqueólogo Oscar Monsalve Salazar, Adriana Benju-
mea, Gabriel Jaime Bustamante, Andrés Arredondo y
los ex integrantes del periódico El Siderense, el grupo
12 / Caminos de la memoria Siderense

Anaconas y a los habitantes del barrio Camilo Torres,


quienes desde mi niñez me motivaron el amor por la
historia del municipio y el sentido de pertenencia.
- Al escritor Mario Escobar Velásquez y mis amigos
del Taller de Escritores de la Universidad de Antioquia,
Jairo Orrego y Santiago Arango, con quienes compar-
tía fragmentos de esta investigación alrededor de un
café en ”Tronquitos”.
- A los amigos con quienes inicié la tertulia literaria
”Kirame Ju” en La Estrella: Mauricio Vanegas, Otoniel
Medina, Luis Fernando Castro, Piero Piazini, Freyder
León Sánchez y Juan Restrepo Botero, quienes pun-
tualmente los sábados nos reuníamos en la casa de la
cultura a compartir la literatura Siderense.
- Al historiador Fernando Correa Uribe, y mis com-
pañeros del Grupo de investigación de tradición oral
-Historal- del Departamento de Historia de la Univer-
sidad de Antioquia: Indira Sánchez, Carlos Gaviria y
Carlos Andrés Orozco, con quienes adquirí herramien-
tas y experiencias en torno a la tradición oral y la mi-
cro-historia.
- Al profesor Jorge Iván Correa Vélez, por su apo-
yo, asesoría e intercambio de información durante el
proceso de esta investigación.
-Al Taller de Escritores Urabá Escribe y amistades de
la cultura en Urabá: Nanny Zuluaga, Isabel Carvajal,
Yomara Rúa, Juan Mares, Albeiro Flórez Villa, Willin-
ton Albornoz, Julio Martín Jaramillo, Galería Yanes,
Gonzalo Moreno, Luis Carlos Restrepo Ramírez, Wil-
son Moreno Palacios y Mauricio Escobar.
- A las personas que me apoyaron en esta labor
cultural en diferentes etapas del proceso: Consuelo
Mejía Muñoz, Margarita Colorado, Luz Mary Hinca-
pié, Janeth Guzmán Rivillas, Lina Pineda, Omaira Car-
dona Ríos, Laura Mesa Múnera, Ana María Bejarano,
Catalina Ángel, Lisardo Antonio Acevedo Ortiz, Alfa-
Herney Tobón Mejía / 13

ro Martín García Mejía, Carlos Alberto Muñoz Mejía,


Juan Diego Vélez Garcés, Carlos Manrique Jaramillo
, Diego Acosta Londoño, Pedro Nel Ospina Ramírez,
Edwin Rodríguez, Dubán Fernando Monsalve Salazar,
Juan Diego Echavarría, Carlos Mario Gutiérrez Arru-
bla, Aries Rowe Mateus, Ferney Hernández Chica, Iván
López Cardona, Juan David Lopez, Juan Davo Arley
Marulanda Tobón, Alexander Tobón Echeverri, Diego
López “Pigua”, Juan Guillermo Villa , Daniel Alvarez
Piedrahita, Juan David Bedoya, Julio César Vélez Hur-
tado, Elkin Rodolfo Ospina Ospina y mi asesor para la
presentación y ejecución del proyecto Abel Anselmo
Ríos Carmona.
- Gracias a la buena energía y el apoyo constan-
te en los últimos años de la poeta Marga López Díaz,
Alessandro Maiolatesi, Vanessa Palacio López, Melisa
Palacio López y Alfonso López Díaz.
- A la Gobernación de Antioquia, el Instituto de
Cultura y Patrimonio de Antioquia y la orientación de
la antropóloga Mónica Henao Libreros y la Fábrica de
Licores de Antioquia (FLA), por apoyar este tipo de
iniciativas culturales en torno a la difusión del patri-
monio cultural.
- Al personal y amigos de la Subsecretaría de Cul-
tura y Juventud del Municipio de La Ceja del Tambo,
Sociedad de Mejoras Publicas de La Ceja del Tambo,
Archivo Histórico de Antioquia, Fundación Antioque-
ña para los Estudios Sociales (FAES), Archivo Históri-
co de Medellín, Biblioteca Publica Piloto de Medellín,
Biblioteca Fundación Diego Echavarría Misas de Ita-
güí, Biblioteca Departamental Carlos Castro Saave-
dra, Biblioteca Carlos Gaviria Díaz de la Universidad
de Antioquia, Biblioteca Municipal Gregorio Gutiérrez
González (La Ceja del Tambo), Aluna Culture de la Co-
lombie en France, Corporación Otraparte y Corpora-
ción Teatro Bitácoras.
Herney Tobón Mejía / 15

Prólogo
Un momento del tiempo para Herney
Tobón Mejía

…Un momento en el tiempo / en el que


soy más de lo que pensé que podría ser
/ cuando todos mis sueños están a un
latido de distancia / y las respuestas
están a mi alcance (…) un momento
en el tiempo / en el que compito con el
destino…
Albert Hammond & John Bettis
(Fragmento de “One moment in Time”
interpretada por Whitney Houston)

Somos personas afortunadas los que hacemos parte de la


familia y los amigos de Herney Tobón. Pensaríamos que no
somos ni tan especiales porque somos muchos (no es sino
ver la lista insaciable de agradecimientos de este libro),
pero habérnoslo encontrado en la vida, en el momento que
haya sido, nos da derecho a pensar que algún hado funesto
o indigesto no se olvidó completamente de nosotros. Esa
es acaso su primera virtud enorme, la de tener una memo-
ria prodigiosa para la gratitud, y la de llevar al nivel de la
poesía el impulso enfermizo por agradecer, en este caso con
poesía.
16 / Caminos de la memoria Siderense

Herney es un hombre de mil travesías, un muchachito de 40


años con el entusiasmo de un viejo sabio de 8 años y medio,
las anécdotas de un adolescente octogenario y los callos de
un campesino de la calle y las ciudades. Un verdadero Si-
derense, que como personaje de Viaje a las Estrellas tele-
transporta continuamente su mente en un contrapunto de
vaivenes entre Apartadó y los Bullerengues; la Vereda La
Loma, en La Ceja, y sus aromas a café nostálgico; la misma
Ceja del Tambo donde ahora sobrevive al desenfado de la
existencia debajo de un cielo notable; y por supuesto su
natal La Estrella, donde comenzó a hacer literal y sideral-
mente de todo.
Una conversación con Herney es una conversación con
uno de esos que uno creería paisas enredadores, que sacan
anécdotas de cada bolsillo y que con solo un leve cambio de
la temperatura pueden evocar una, y otra y otra vivencia at-
ragantada, siempre memorable, muchas veces inverosímil,
pero para colmo cierta, documentable, a la larga incues-
tionable. Si el arte, la religión y la política son métodos para
hacer verdaderas las mentiras, el del mono es el método de
hacer que la verdad, previamente demostrada como cierta,
tenga que pasar por la certeza de que es increíble.
Seamos sinceros, no prejuiciosos, sino abiertamente consci-
entes de que la imagen que proyecta Herney, así menudo,
disparado y sonriente, a la defensa de la vereda, a la de-
fensa del patrimonio, no es la imagen del gigante que es,
del cronista y escritor formado en clases y tintos con Ma-
rio Escóbar Velásquez, del riguroso coleccionista de delicias
históricas que siendo niño se juntó con peligrosos antro-
pólogos, sociólogos e historiadores y hasta se atrevió a hac-
er periódicos infantiles. Seamos también generosos, la de
Herney es la imagen de un niño extremadamente juicioso,
casi grave, que asume todo con la vehemencia y la entereza
de los niños cuando juegan. También, si hacen memoria los
que se han disfrutado sus historias entre tintos y carcajadas,
podrán encontrar la aterradora imagen del querubín, aquel-
Herney Tobón Mejía / 17

los ángeles con rostros múltiples y aura cortopunzante.


Cierro los ojos y veo a Herney con un micrófono rapeando
en Medellín y Bogotá, lo veo llevándole las copias a Mario
Escobar en la de Antioquia, cuidando con una ruana la casa
de Marga López en este rincón de la Vía Láctea, fotoco-
piando su periódico infantil, entrevistando a los hermosos
viejos que le seguían la corriente o acaso presentían que sus
padres incluían en los mercados semanales cassettes y pilas
pa´ que el muchacho grabara sus interrogatorios sobre las
historias del pueblo. Yo veo a Herney preparando un motor
de alto cilindraje en la 33 o en Apartadó. Yo veo a Herney
en charlas de patrimonio y literatura en Urabá, el Valle de
Aburrá y el Oreinte antioqueño, metido en los archivos de
Medellín, en el FAES cuando se usaba… Veo a Herney cul-
tivando café, bananos y flores, su oficio más alto, su rostro
más diáfano de de entre todos.
Y así como veo a Herney como un terrible querubín con mil
rostros (bueno sí, siete o cuatro a la vez, pero muchos más
en su librería), lo veo habitando La Estrella como en un
juego de capas de la historia. Herney vive La Estrella desde
antes de Robledo y Albornoz, casi que Herney vio al primer
original establecerse para tomar su primer descanso y allí
mismo lo entrevistó. Aquí vivió con Nutabes y Aburráes y
les habló de periodos tempranos, marrón inciso y carbono
catorce. Aconsejó a los colonizadores sobre la conveniencia
de permitir a los indígenas ser propietarios de sus tierras,
entabló amistad con todo tipo de Anaconas extranjeros,
estrenó el telégrafo, reparó telares de cabuya y cables del
tranvía de mulas, fue a fiestas de primera comunión de las
que el Doctor Gil, el bisturí de oro, organizaba p ara los
niños vecinos. Conversando en una fonda caminera con ar-
rieros venidos de Guacas vio transformarse la Calle de la
Ferrería de un camino esencial a una carretera circundada
por futuro y urbanizaciones. Todavía Herney camina, via-
jando en el tiempo, recorriendo mil veces La Estrella por
cada vez que la visita y la camina. Por supuesto tiene clara
la referencia bibliográfica de cada paso que da en esta cam-
18 / Caminos de la memoria Siderense

inata vespertina por la que nos guía en este libro, desde la


vereda El Tigre hasta El Parque Principal de La Estrella.
Creo que el lector disfrutará de esta monografía a pie, aun-
que no sea de La Estrella (de las estrellas, eso sí, venimos
todos). Está contada por alguien que juega a la historia y,
como se dijo, no hay nada más metódico que un juego de
niños. Al lujo de detalles se suma el lujo de fuentes prima-
rias y el respeto, casi gratitud, a los autores que recorrieron
en sus momento parajes o capas de la historia que Herney
habita en esta investigación histórica, hecha a pulso, mien-
tras vemos pasar por la otra calle al tranvía de mulas.
Un libro dedicado a la madre, la de las herencias más ín-
timas y los regalos interminables aún en su ausencia, al-
cagüeta de un investigador que escudriñaba evidencias
del tiempo en cada esquina del pueblo. Un libro dedica-
do también al padre, a la familia y a los hermanos. Más
de nueve años de labor paciente que ahora finalmente dan
su cosecha, gracias a la política buena, la de dar oportuni-
dades a quienes en franca lid se las procuran. Un libro es un
momento, más o menos largo, pero solo un momento que
se eterniza. Este momento, nutrido de tiempos, historias,
épocas y noches de redacción, como quien teje un maguey
de fique, queda inmortalizado en letras. Ojalá inmortalice
la satisfacción de Herney, que se merece también un multi-
verso de alegrías. Que así como La Estrella tiene puntos car-
dinales, para que se oriente la inmortalidad, tal cual canta su
himno, así mismo este momento de Herney, compartido por
nosotros en sus letras, se extienda como él se ha extendido,
explayado, desparramado, por todas las épocas y caminos
de La Estrella.
De la misma forma en que vemos llegar a Froome, o a Nairo
o a Gaviria a la meta, de la misma forma en que vemos vo-
lar a la Ibargüen, paisanos todos de alguna forma de nues-
tro mono; ese momento de Gloria se lo deseo a Herney;
un momento en el tiempo prolongado como un libro. Ellos
entrenaron toda su vida para correr más rápido que el im-
placable cronómetro. Herney se toma su tiempo en recorrer
Herney Tobón Mejía / 19

las historias de este pueblo y hace detener al Tiempo para


mostrarle cuál es que era la casa del señor que hacía pólvo-
ra, oficio de aspirantes a estrellas, de donde viene Herney
y hacia dónde irremediablemente va, con un himno y una
canción de Gloria acompañándolo.

Abel Anselmo Ríos Carmona.


Herney Tobón Mejía / 21

Presentación

Mi jornada de camino hacia la realización de es-


tos apuntes monográficos acerca del Municipio de La
Estrella inició con lecturas aleatorias de literatura co-
rrespondiente a la historia local que se conservaba en
la Casa de la Cultura Francisco Carrillo de Albornoz y
la biblioteca municipal Bernardo Arango Macías, las
cuales me sirvieron para ubicarme en un contexto his-
tórico y referencial para iniciar la campaña hacia esta
publicación. Continuando la marcha empecé a realizar
entrevistas y a recopilar fotografías con algunos po-
bladores locales y luego fortalecí la investigación y el
contraste de fuentes con las visitas a centros de docu-
mentación patrimonial, bibliotecas, salas de prensa y
archivos históricos.
Del resultado de esta investigación se pueden re-
conocer a lado y lado del camino aspectos relativos a
la historia local de los Siderenses presentados de for-
ma cronológica, además de algunos aspectos como la
geografía, hidrografía, demografía, símbolos patrios y
generalidades sobre la educación. Se hace referencia
además a varias de las investigaciones arqueológicas
realizadas en las zonas rural y urbana, las cuales per-
mitieron encontrar evidencia lítica y cerámica que se-
ñala las rutas de nuestra historia aborigen. De igual
manera se transita por una breve descripción del pe-
riodo de la conquista del Valle de Aburrá y su influen-
cia en la historia municipal.
22 / Caminos de la memoria Siderense

Estas anotaciones históricas ofrecen algunos datos


relativos a la fundación del municipio y la parroquia.
Así mismo acercan un poco el pasado aborigen del res-
guardo indígena y varios aspectos referentes a su pro-
ceso histórico, entre ellos las problemáticas y litigios
constantes entre gobernantes y nativos por el cobro de
tributos y el mantenimiento de los caminos. El libro
está acompañado de unos apuntes monográficos de fi-
nales del siglo XIX en los cuales se hace referencia a los
límites de la época, la llegada del telégrafo y el tranvía
de mulas.
Para finalizar esta travesía por la historia local de
los Siderenses se presentan algunos aspectos de la vida
cotidiana hasta mediados del siglo XX, en los cuales se
relacionan acontecimientos e hitos históricos como el
Ferrocarril de Amagá, el apogeo de la cabuya, la arra-
cacha, el café y las fincas de veraneo. La última etapa
guiará al andante por una reseña histórica de la calle
real de La Ferrería en un recorrido acompañado foto-
grafías, vivencias de los personajes y visiones de los
lugares representativos de este camino.
Herney Tobón Mejía / 23

“Ayer estuve en las casas de Saldarriaga y de Aquiles, en


el Ancón, conversando de nombramientos. De la casa de
Saldarriaga subimos a pie, por las mangas a la plaza de
La Estrella, a sentarnos en la tienda de Antonio Abad. Se
trata, pues, del Valle de Aburrá. Allá al sur está el Ancón
de Aquiles, cortada bellísima que hace el río; pasa el agua
entre dos mamelones mejores que dos pechos. En ninguna
parte de la tierra hay los matices del verde que tienen este
valle, sus montañas y estribaciones laterales. Por eso, aquí
está el sitio de la esperanza … vamos con Aquiles, a pie,
para La Estrella extendida en la falda occidental, como
novia que espera a su amante, es decir al sol, poderoso
rey que sale por Las Palmas”

Cartas a Estanislao
Fernando González Ochoa
Filósofo Colombiano
Vecino
Herney Tobón Mejía / 25

1. Referentes bibliográficos
y breve historiografía – las hue-
llas de anteriores caminantes

1.1 Estudios sobre el Municipio de


La Estrella
Acerca de la historia local del municipio de La Es-
trella se cuenta con información que hace referencia al
poblamiento prehispánico, el período de la conquista,
la colonia y la república, todo esto en los diferentes
estudios monográficos realizados en torno a la historia
de los municipios del departamento de Antioquia, y a
publicaciones como las realizadas por Manuel Uribe
Ángel, Heriberto Zapata Cuencar, José Antonio Bení-
tez, Jorge Orlando Melo, Victor Álvarez y Álvaro Res-
trepo Euse. También son de mencionar las investiga-
ciones históricas y de campo dedicadas a los caminos
históricos en el departamento realizadas por: Sofía
Botero Páez, Norberto Vélez Escobar y Orián Jiménez
Meneses, en las cuales se menciona la Red de caminos
del Valle de Aburrá.
Por su parte, en 1941, Cervecería Unión publicó en
Medellín una recopilación de aspectos generales del
municipio de La Estrella como parte de las Monogra-
fías de Antioquia, documento que compartía la historia
local de los municipios y que había sido revisado por
el historiador Gabriel Arango Mejia, autor de las Ge-
nealogías de Antioquia y Caldas. En este documento se
26 / Caminos de la memoria Siderense

encuentran apuntes históricos, generalidades, y anota-


ciones sobre situación fiscal, educación pública, obras
públicas, instituciones de utilidad común, industrias y
principales necesidades de la época.
Durante la celebración del tricentenario de la fun-
dación del municipio Luis Fernando Correa González
publicó la monografía titulada”Pueblo de Nuestra Se-
ñora de La Estrella (1685-1985)”, en la cual se hace
referencia a la vida religiosa, educativa y política de
la localidad. Haciendo alusión a los personajes y el
proceso de fundación del municipio, las edificaciones
principales, la vida parroquial durante la colonia, en-
tre otras, ilustrada con algunos mapas y una galería de
personajes típicos del municipio.
La Sociedad de Mejoras Publicas de La Estrella, en
el año 1987, publicó el libro “Por Los Caminos de una
Niñez” de Bernardo Arango Macías, escritor y maes-
tro de juventudes en los departamentos de Antioquia
y Caldas. En este libro el escritor relata de una manera
poética parte del paisaje, algunos personajes, anécdo-
tas históricas de sus viajes y una descripción del reco-
rrido del camino que comunicaba a La Estrella con San
Antonio de Prado.
El profesor y músico Jose María García Mazo, ilus-
tre educador y autor del himno del Liceo Bernardo
Arango Macías, realizó un trabajo de recopilación de
información bibliográfica en el año 1996 el cual tituló
“Apuntes para una Monografía”, en el cual recopilaba
aspectos como la fundación del municipio, la educa-
ción, personajes ilustres y la vida religiosa.
El Centro de Historia del Municipio de La Estre-
lla ha realizado diferentes publicaciones periódicas y
recorridos patrimoniales en torno a la historia local y
su desarrollo en la vida cotidiana Siderense. Para la
celebración del tricentenario del municipio, en 1985,
el centro de historia redactó un documento en cual re-
Herney Tobón Mejía / 27

comendaba la realización del concurso para el diseño


del escudo y la bandera, y la composición del himno
municipal, además de otras sugerencias de índole pa-
trimonial y de la historia de la localidad.1 Este Centro
además ha participado activamente en encuentros de
centros de historia del departamento de Antioquia, en
varias Fiestas del Libro y la Cultura de Medellín, con-
tribuyendo también con la publicación de la Revista
Cultural del Centro de Historia que titulaba su primer
número: “Historia Estelar. Alimentación, una Mirada
Interdisciplinar”. Sobresale también su contribución a
la publicación “Entre Campesinos, Obreros y Empren-
dedores” de la Camara de Comercio Aburrá Sur, con
un artículo sobre estos menesteres en la historia de La
Estrella y alrededores.
La Corporación Ancón y la administración munici-
pal de La Estrella en el año 2000 realizaron el Proyecto
“Serie Memoria Cultural”, a partir del cual se impulsó
una campaña de sentido de pertenecía y se generó una
colección de fotografías y varias cartillas temáticas en
las cuales se describen aspectos de la historia religiosa
en torno a las fiesta patronales de la virgen de Chiquin-
quirá -La Chinca-, las historias de la montaña del Alto
del Romeral, el desarrollo económico de la cabuya y
consideraciones sobre la educación desde finales del
siglo XIX. Dicho proyecto estuvo acompañado de fun-
ciones de títeres en torno a la historia del municipio,
talleres de iniciación fotográfica, tertulias, recopila-
ción de fuente oral y exposiciones fotográficas.
En el año 2000 Rodrigo Santa Cardona realizó un
trabajo de postgrado para la especialización en edu-

1 Palacio de la Cultura Rafael Uribe Uribe. Biblioteca


Departamental Carlos Castro Saavedra. Documento: La Es-
trella 300 años (1685 – 1985) Recomendaciones del Centro
de Historia de La Estrella. Celebración del Tricentenario.
1985.
28 / Caminos de la memoria Siderense

cación ambiental de la Facultad de Educación de la


Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín Titula-
do “Relación de la comunidad del corregimiento de La
Tablaza (La Estrella -Antioquia) con su entorno, a través
del tiempo”. En esta investigación el autor realizó la
recopilación de fuentes orales, fotografías e informa-
ción bibliográfica basada en la vida cotidiana de los
pobladores del centro poblado La Tablaza al sur del
municipio. Su contenido hace relación a la arriería y su
estancia en la corraleja, las fondas del camino, las can-
tinas y los billares, los personajes típicos de la época, el
cruce de caminos y sus historias y las labores agrícolas
y de manufactura como la elaboración de ollas de ba-
rro, oficio que fuera tradicional en La Tablaza.
En el año 2007 la Alcaldía Municipal de La Estrella
publicó el libro de la historiadora local y miembro ho-
noraria del Centro de Historia del municipio de Itagüí,
Margarita María González Correa titulado: “Viajemos
al Pasado Siderense”, el cual contiene información y
apuntes que resaltan la vida cotidiana del municipio
en el siglo XX, personajes representativos, anécdotas y
memoria visual que ha recopilado la señora González
durante varios años.
Edison de Jesús Parra Sierra presentó en el año
2011 su tesis de grado ante el Departamento de His-
toria y la Facultad de Ciencias Sociales de la Universi-
dad de Antioquia titulada:”De la Tierra a la Olla: Vida
Cotidiana y Alimentación en el Distrito de La Estrella
1880 – 1920”. El contenido de la tesis está acompaña-
do de gráficos, imágenes y mapas, además contiene in-
formación de fuente primaria y secundaria referente a
este periodo: montañas, asentamientos humanos, po-
blamiento, algunos aspectos de la vida cotidiana como
viajeros, límites, organización política, instituciones
de orden público, educación, salud, medios de comu-
nicación, prácticas culturales, espacios alimentarios y
Herney Tobón Mejía / 29

cultivos.
En el año 2013 El Grupo de Vigías Exploradores del
Patrimonio Cultural del municipio de La Estrella rea-
lizó el proyecto “Bolsilibros”, pequeñas publicaciones
que contienen cuentos y narraciones cortas de algunos
abuelos del municipio. Este mismo grupo lideró en el
año 2015 el proyecto: “Aprendiendo a Leer y Escribir
con las Historias de mí pueblo - Cuentos de La Estrella”.
Ese mismo año la casa de la cultura Francisco Ca-
rrillo de Albornoz y el programa de voluntariado de Vi-
gías del Patrimonio Cultural, publicó la cartilla “Recono-
ciendo las Huellas de Nuestro Patrimonio Cultural”, por
medio de la Convocatoria de Iniciativas en Patrimonio
Cultural del Instituto de Cultura y Patrimonio de An-
tioquia. En esta cartilla están compilados los saberes,
sentires y experiencias de algunos de los voluntarios
del programa de vigías. El texto relata en contrapun-
to con la trayectoria del grupo, lugares y curiosidades
de la memoria local Siderense, saberes tradicionales,
fiestas, relatos de vida y una galería de fotografías en
donde aparecen personajes y lugares del pueblo.
En el año 2016 Iván Darío Cadavid Arango publicó
el libro “De Paso por La Estrella”, un libro con anécdot-
as de la vida cotidiana de los Siderenses. El libro cuen-
ta con ilustraciones a mano del mismo autor y de Jorge
Ivan Cadavid Aguirre, creador de la bandera del muni-
cipio, y está nutrido por una serie de imágenes históri-
cas del municipio como el paisaje campesino, los me-
dios de transporte y algunos emblemas arquitectónicos
como el cementerio municipal. La publicación presenta
su contenido histórico partiendo de la historia misma
de la casa paterna de la familia del autor, pasando por
la época de la telegrafía y el asilo de ancianos.
Sumado a estas investigaciones de la memoria lo-
cal, también se tiene referencia de estudios arqueoló-
gicos que se han realizados en diferentes sitios del mu-
30 / Caminos de la memoria Siderense

nicipio en las últimas tres décadas y que hacen parte


los diferentes programas y proyectos de arqueología
preventiva, investigaciones sistemáticas y ejercicios de
reconocimiento arqueológico regional. Estos estudios
han permitido establecer diferentes fechas del pobla-
miento aborigen del municipio, estableciendo fases
cronológicas, estilos cerámicos y dataciones por el mé-
todo de radio carbono Entre estos trabajos se encuen-
tran también referencias bibliográficas de revistas e
informes arqueológicos de proyectos inmobiliarios que
se han desarrollado en el municipio. En lo que al tema
respecta se encuentra información de varios autores:
Graciliano Arcila Vélez, Gustavo Santos Vecino, Neyla
Castillo Espitia, Oscar Monsalve Salazar, Pablo Aristi-
zábal Espinoza, Carl Henrik Langeback, Iván Darío Es-
pinoza Peláez, Gonzalo Castro, entre otros.
Herney Tobón Mejía / 31

2. ASPECTOS GENERALES SOBRE


LA ESTRELLA. –
Sobrevuelo al paisaje que será recorrido

2.1. Símbolos municipales2


Escudo

Autor: Hernán Escobar Escobar.

2 http://www.laestrella.gov.co/institucional/Paginas/Ga-
leriadeMapas.aspx
Pagina Institucional del Municipio de La Estrella, Antioquia.
Información del municipio. Símbolos Municipales.
32 / Caminos de la memoria Siderense

Significado (De acuerdo al autor del mismo):


“(…) La Estrella: Uno de los innumerables tí-
tulos que se le ha dado a la Santísima Virgen “Maris
Stella”.
Las Nubes: Son efecto de la naturaleza, sirven de
adorno y representación de nuestro cielo Antioqueño.
La Montaña: Es el símbolo más representativo de
la grandeza de Antioquia en toda {La} topografía que
lo rodea, y tal como lo describe el documento oficial
de su fundación, el pueblo está rodeado de montañas.
Tierra y sembrados que se sitúan en la base
de la cordillera: Representan el lugar fértil como
tierras de pan y ganadería en donde tuvo orígenes el
municipio.
El Hacha Indígena: Como tributo a los aboríge-
nes Anaconas (...)”
Este escudo fue establecido mediante el acuerdo
municipal 266 del 4 de octubre de 1984.

Bandera

Autor: Jorge Iván Cadavid Aguirre.


Herney Tobón Mejía / 33

Significado (De acuerdo al autor de la misma):


“(…) Está constituida por tres franjas horizontales
del mismo ancho y en la franja del centro tiene una
estrella de ocho puntas.
El Azul: Significa la justicia, la dulzura, lealtad y
la piedad.
El Blanco: Significa el sentido de la paz.
El Verde: Significa el paisaje que caracteriza al
municipio, también la esperanza, la integridad, el si-
lencio y la fraternidad (…)”

Esta bandera fue establecida mediante acuerdo


municipal 225 del 4 de octubre de 1984.

Himno

Letra: Jorge Robledo Ortiz


Música: José Longas Isaza

CORO
Sobre la montaña como una bandera
Que porta la Virgen de Chiquinquirá
Con su cielo al hombro avanza La Estrella
Buscando el futuro para la heredad

I
Indios Anaconas, viejo caserío
Donde Don Francisco Carrillo Albornoz
Sembró sobre el suelo nutabe y catío
La estrella más alta en honor a Dios.
34 / Caminos de la memoria Siderense

II
Salve noble pueblo donde la montaña
Es eco rebelde de una tradición
Salve patria chica donde la esperanza
Se hizo con la espuela de un conquistador.
III
Muchos años hace, pueblito querido
Que la voz del cura Mejía Tovar,
En latín antiguo bendijo el camino
Que unía las almas con el Romeral.
IV
Suenen los clarines, vibren los timbales
Encienda su triunfo la antorcha solar
Que La Estrella tiene puntos cardinales
Para que se oriente la inmortalidad.

2.2 Gentilicio:
Tradicionalmente a los habitantes del municipio de
La Estrella, se les ha reconocido con el gentilicio de Side-
rales o Siderenses, siginificado que corresponde y hace
alusión al nombre del municipio cuyo calificativo hace
relación al adjetivo “sideral” el cual se refiere a los astros
y las estrellas.
Herney Tobón Mejía / 35

2.3 Geografía
“…El municipio de La Estrella está ubicado sobre
la cordillera central colombiana y se localiza al sur del
Área Metropolitana del Valle de Aburrá. Se encuentra
a una distancia de 16 kilómetros de la ciudad de Me-
dellín, en las coordenadas 6° 09’ 30” de latitud norte y
75° 38’ 24”de longitud al oeste de Greenwich. El mu-
nicipio cuenta con 35 km² de área territorial, de los
cuales 3,68 km² corresponden al área urbana y 31,32
km² a la zona rural. Con una temperatura media de
20 °C, una altura aproximada de 1.775 m.s.n.m. y dos
pisos térmicos: medio y frío…”.3
Limita por el norte con los municipios de Itagüí
y Medellín, por el este con los municipios de Itagüí y
Sabaneta, por el sur con el municipio de Caldas y por
el oeste con el municipio de Angelópolis. La Estrella
cuenta con dos centros poblados, La Tablaza y Pueblo
Viejo, además de 23 barrios en el área urbana y 12 ve-
redas aledañas al Alto del Romeral.4 En años anterio-
res la localidad era de tendencia agrícola, con cultivos
de maíz, yuca, caña de azúcar, arracacha, fique, café y
árboles frutales como naranjas, zapotes y madroños,
además de otras prácticas económicas como la gana-
dería, servicios relativos a las fincas de veraneo y talle-
res de telares de cabuya.
En las décadas de los ochentas y noventas el mu-
nicipio inició sus primeras urbanizaciones en los alre-

3 Anuario Estadístico de Antioquia. ISSN 0120 –


3495. Datos Generales. Gobernación de Antioquia. Depar-
tamento Administrativo de Planeación. 2006. P, 1-46.
4 Antioquia Características Geográficas. Instituto
Geográfico Agustín Codazzi. Imprenta Nacional de Colom-
bia. Gobernación de Antioquia. 2007. p, 18.
36 / Caminos de la memoria Siderense

dedores del casco urbano. Sectores como El Cerrito,


Villa Campestre, El Pinar, Villa del Campo, entre otras,
fueron urbanizados en estas épocas. A partir del año
2007 la población presentó un crecimiento acelerado
en la construcción de viviendas y edificios definido por
la realización de proyectos inmobiliarios y de interés
social que fueron transformando el paisaje, la econo-
mía y la vida cotidiana de los Siderenses, convirtiendo
aquel pueblo agrícola, religioso y manufacturero en
uno de los centros más poblados del Valle de Aburrá,
atrayendo así un crecimiento demográfico e industrial.

Mapa 1 División política municipio


de La Estrella

División Política Municipio de La Estrella. Area Metro-


politana del Valle de Aburrá. 2011.5
5 http://www.laestrella.gov.co/institucional/Paginas/Ga-
Herney Tobón Mejía / 37

2.3.1 El Alto del Romeral


Este importante hito geográfico resultado de pro-
cesos geológicos y tectónicos,6 es un verdadero re-
ferente natural y cultural del municipio. Alcanza los
2850 m.s.n.m. de altura, similar a la de otros cerros
de la localidad como el Alto de la Bandera, El Silen-
cio y La Culebra, los cuales hacen parte de la Cuchilla
del Romeral, ubicada a un costado sur-occidental del
Valle de Aburrá en la cordillera central de Antioquia.
A la Cuchilla del Romeral se la ha denominado “Distri-
to de Manejo Integrado de los Recursos Naturales Re-
novables en la Divisoria Valle de Aburrá – Río Cauca”
leriadeMapas.aspx Página Institucional del Municipio de La
Estrella, Antioquia. Información del municipio. Galería de
mapas.
6 Seminario Una Mirada a Medellín y al Valle de Abu-
rrá. Editorial Lealon. Medellín. 1993. p.24. Nota: Según el
geólogo Michel Hermelin:”Desde el punto de vista estructu-
ral, el rasgo dominante de los alrededores de Medellín es la
Falla de Romeral, también llamada Sistema de Fallas Cauca.
Romeral y Zona de Megacizalladura de Dolores (Toussaint –
Restrepo 1984) Esa falla entra al Valle de Aburrá por el Alto
de Minas, sigue el eje del valle hasta La Estrella y allí cruza
la cordillera hacia el noroeste, pasando al sur del cerro del
Padre Amaya y llegando a San Jerónimo. La zona del Cauca
representa durante el Mesozoico un límite entre una placa
oceánica al oeste y una placa continental al oriente. La ma-
yoría están de acuerdo en que ese contacto funcionó como
una zona de subducción durante el cretáceo temprano;
Toussaint- Restrepo plantean que a continuación la colisión
de un arco de islas tuvo como resultado una obducción, con
el emplazamiento de las Dunitas, de la Formación Quebra-
da Grande y de las Anfibolitas de Medellín. A lo largo de
la Falla de Romeral se emplazaron plutones como el Stock
de AltaVista, también se formaron el Batolito Antioqueño y
el Stock de Ovejas. Durante el cretáceo tardío-terciario se
presentaron importantes movimientos de rumbo a lo largo
del Sistema de Fallas Cauca- Romeral.”
38 / Caminos de la memoria Siderense

por parte del Área Metropolitana del Valle de Aburrá y


cuenta con una superficie de 28.079 hectáreas, abar-
cando áreas de once municipios: Medellín, Amagá, An-
gelópolis, Bello, Caldas, Heliconia, Itagüí, La Estrella,
San Jerónimo, San Pedro y Ebéjico, los cuales compar-
ten terrenos protegidos de este distrito de protección
ambiental.7
Los reportes de las investigaciones realizadas en
esta reserva natural dan a conocer la existencia de 645
especies de plantas, llegando a sobrepasar las 1.100
especies de plantas vasculares. Se reportan 126 espe-
cies de aves de las cuales por los menos tres son endé-
micas en Colombia: Habia cristata (Habia copetona),
Chloropipo flavicapilla (Saltarín dorado) y Ramphoce-
lus flammigerus (asoma Candela, Toche pico de pla-
ta), especies que se encuentran en grado de amenaza,
mencionando que otras cuatro importantes especies
presentan disminución: Ortalis motmot (Guacharaca),
Campephilus pollens (Carpintero real), Psarocli us decu-
manus (Mochilero) y Diglossa brunneiventris (Diglosa
rabiazul). Se contabilizan 16 especies de mamíferos
pequeños, voladores y no voladores y 19 especies de
mamíferos medianos y grandes, entre los que se desta-
ca el venado Mazama (cf) Rufina.8
El Alto El Romeral fue el espacio natural y cultu-
ral de indígenas, colonizadores, cazadores, arrieros,
caminantes, extractores de madera y carboneros. En
este majestuoso y natural alto se talaron arboles como
robles, laureles, carboneros, cedros, encenillos, guá-
cimos, guayabos, caobos, quimulas, guaduas, carates,
romerones, lechosos, siete cueros, entre otros. Por su

7 Guía de Campo. Reserva El Romeral. Área Metro-


politana del Valle de Aburrá. Impresión Ediciones – For-
mas. Medellín, 2011. P, 8, 33.
8 Ibid. P. 19, 20,
Herney Tobón Mejía / 39

parte otras especies naturales fueron afectadas entre


las que vale la pena mencionar el oso hormiguero, el
venado, el oso perezoso, la guagua y el tigre lanchero.
En esta montaña se encuentran algunos de los atracti-
vos naturales del municipio: La Cascada de Quebrada
Grande, Pueblo Viejo, La Laguna, la Piedra del Oro y el
Cerro del Guayabo o El Indio a 2.300 m.s.n.m.9
El Romeral es un lugar de historias y mitos, como
la leyenda de la Piedra del Oro de la vereda Morrón,
en donde según la tradición oral del municipio los
indígenas de La Estrella habían escondido un teso-
ro ocultándolo de los invasores en las entrañas de la
roca. También se habla de la Laguna Encantada, en la
vereda El Guayabo, a una altura de 2.550 m.s.n.m. y
cerca del camino de herradura La Estrella – Angelópo-
lis: Según la leyenda en el fondo de la laguna habita
una gallina de cresta grande, cola abundante y espo-
lones pequeños en forma de cuerno, plumaje lustro-
so y menudo con visos brillantes, acompañada de sus
polluelos salidos de preciosos huevos de oro. Otra de
las historias de la laguna encantada relata el paso de
una recua de mulas cargadas de oro que venían de la
mina del Silencio las cuales cayeron a la laguna con
los arrieros y nunca pudieron salir de ella.10 Versiones
similares a este siniestro de mulas cargadas de oro se
conocen en varios ríos, cuerpos de agua y cañones del
departamento.

9 Ibid. P, 29.
10 Ibid, P, 8, 33
40 / Caminos de la memoria Siderense

2.3.2 El camino de herradura La Estrella -


Angelópolis
El antiguo camino La Estrella – Angelópolis cruza-
ba la divisoria de aguas en la margen occidental del Va-
lle de Aburrá, ascendiendo por la cuchilla divisoria de
la Quebrada Grande al Cerro El Guayabo a una altura
de 2300 m.s.n.m. El camino continuaba en dirección
oeste hasta llegar a la cuchilla El Romeral y luego des-
cendía al suroeste por la cuchilla divisoria de aguas de
las quebradas Las Ánimas y La Bramadora hasta llegar
al casco urbano del municipio de Angelópolis.11 Uno
de los referentes históricos relacionados con este ca-
mino fue la ordenanza número 5 del 25 de septiembre
de 1855, emitida por la Legislatura Constituyente de la
Provincia de Antioquia, que concedía el derecho para
abrir un camino de herradura desde la demarcación
del pueblo de La Estrella, subiendo por El Romeral,
hasta las márgenes del río Cauca, buscando mejorar el
transporte de cargamentos y el paso de bestias, pasaje-
ros y ganado. El artículo segundo de dicha ordenanza
manifiesta:

“El individuo o compañía que a virtud del privilegio


que se concede por esta ordenanza se haga cargo de la
apertura del camino mencionado en el artículo anterior,
deberá sujetarse a las condiciones siguientes: Primera.
A dar principio a los trabajos en la apertura del cami-
no dentro de seis meses contados desde el día en que se
adjudique el privilegio por el Gobernador de la provin-
cia. Segunda. A dar al camino la mayor anchura posible
para el transito libre de los cargamentos, en términos
{de} que en la parte más angosta no tenga menos de tres

11 Botero Páez, Sofía. Vestigios de una Red Vial Anti-


gua en el Valle del rio burra. Area Metropolitana del Valle
de Aburrá. Logos Litografía Ltda. Medellín. 2008. P, 158.
Herney Tobón Mejía / 41

metros. Tercera. A dar al camino la dirección más con-


veniente en su declive o pendiente de suerte, que esta sea
tal que el trazo en general pueda servir más tarde para
hacer por él un camino de ruedas”.12
2.4 Esbozo Histórico
En las últimas tres décadas el municipio de La Es-
trella, ha sido espacio para diferentes investigaciones
arqueológicas las cuales hicieron referencia del pobla-
miento aborigen de la localidad. La fundación del mu-
nicipio se dio el 4 de septiembre de 1685, mediante
la conformación de un resguardo indígena a petición
del gobernador de la provincia de Antioquia Francisco
Carrillo de Albornoz13, quien comisionó a José Vásquez
Romero, alguacil mayor interino de la Villa de La Can-
delaria de Medellín, para que realizara una visita al
lugar indicado y así lograra agrupar a los indígenas

12 Periódico El Constitucional de Antioquia. Nueva


Granada. Medellín 13 de octubre de 1855. N. 2.
13 Francisco Carrillo de Albornoz (Gobernador de la
Provincia de Antioquia Agosto 8 de 1685 – octubre 30 de
1690) fundador del municipio de La Estrella. Durante su
mandato como gobernador de la Provincia de Antioquia se
descargó de unas inculpaciones que le hacían y, para defen-
derse, demostraba sus méritos diciendo que había servido
toda su vida a su majestad en los ejércitos de Extremadura,
que además había fundado el pueblo de La Estrella y que
hizo construir el templo de la virgen de Chiquinquirá, que
redujo los indios salvajes y que además había organizado
una expedición cuando supo que los piratas franceses e in-
gleses estaban en las bocas del río San Juan y querían inva-
dir Antioquia. En: Monografías de Antioquia. Apuntes his-
tóricos. La Estrella. Cervecería Unión. Tipografía Sansón.
Medellín. 1941.
42 / Caminos de la memoria Siderense

que se encontraban dispersos por el territorio.


Posteriormente Juan de Piedrahita y Saavedra,
procurador general de la villa, al igual que Vásquez
Romero, dieron un informe favorable para la funda-
ción del pueblo de Nuestra Señora de La Estrella, sin
embargo se opusieron a este procedimiento los pobla-
dores Juan Zapata y Muñera, el bachiller Esteban Ja-
ramillo de Andrade y los herederos de Diego Muñoz.
Luego realizaron un padrón o censo de la población
designando como pobladores iniciales a los “Indios
Anaconas”, entre ellos, el capitán de los indígenas Die-
go Antonio de la Cruz y el indígena Eusebio Jiménez.14
Existen dos versiones acerca del origen del nombre
del municipio, la primera se relaciona con la tradición
oral de los Siderenses, según la cual unos indígenas
encontraron una estrella de oro en uno de los afluen-
tes de agua que nacen en el Alto del Romeral y a partir
de ese instante tanto la quebrada como la localidad
adquirieron el nombre de La Estrella. La segunda ver-
sión se remonta al periodo de la colonia y la fundación
del municipio por el gobernador Francisco Carrillo
de Albornoz, quien fundó el poblado en evocación de
una ciudad española (Provincia de Toledo) del mismo
nombre.

14 Archivo Histórico de Antioquia, En adelante


(A.H.A), Tomo 190. Doc. 4736. 1685. Folio 316 v. Docu-
mentos relativos a un expediente incompleto sobre testi-
monio de la fundación del pueblo de La Estrella, merced y
señalamientos de tierras para sus resguardos.
Herney Tobón Mejía / 43

Tabla 1
Algunos Acontecimientos históricos del mu-
nicipio de La Estrella

Año Acontecimiento
1685 Fundación del municipio de La Estrella
y creación del resguardo indígena

1692 Inicio libros parroquiales.


1808 Se presenta un motín por parte de los
pobladores del resguardo indígena.
1848 Disolución del resguardo indígena y
fundación del municipio de Caldas, An-
tioquia.

1876 Se inicia el proyecto del telégrafo.


1883 La Estrella es erigida como municipio de
Antioquia.
1886 Ingresa el tranvía de mulas.
1911 Llega el ferrocarril de Amagá y se inau-
guran las estaciones de Ancón y La Ta-
blaza.

1935 El Municipio de La Estrella ocupa el pri-


mer puesto en producción de costales
de cabuya en el departamento de Antio-
quia.
44 / Caminos de la memoria Siderense

Año Acontecimiento
1938 El Municipio de La Estrella ocupa el pri-
mer puesto en producción de costales
de cabuya en Colombia.

Festival de Ancón ( festival de música


rock)
1971
El arqueólogo Graciliano Arcila Vélez
encuentra un elemento lítico en el mu-
1977 nicipio.

Celebración de las Fiestas del Tricente-


nario del Municipio de La Estrella 300
1985 años (1685 – 1985)

Elección del primer alcalde por votación


popular: Oscar Ramírez Giraldo (Parti-
1988 do Liberal)

Se nombra alcalde militar y se declara


toque de queda en el municipio debido
1989 – a la problemática de orden público que
1990 se estaba presentando en esta época.

El municipio de La Estrella declara la


Reserva Ecológica de el Alto del Rome-
1996 ral con 485 hectáreas e inicia las fiestas
tradicionales del Romeral.
Herney Tobón Mejía / 45

Año Acontecimiento
2012 El Siderense Carlos Mario Oquendo ob-
tiene medalla de bronce en BMX mas-
culino en los Juegos Olímpicos de Lon-
dres, Inglaterra.

2.5 Hidrografía
Una parte del territorio del municipio es cruzada
por el rio Medellín, antes rio Aburrá, por donde se
transportaba parte de la madera que cortaban y ase-
rraban en la cuchilla y piedemonte del Romeral y que
eran conducidas en balsas para ser comercializadas en
los pueblos vecinos. El rio Medellín nace en el Alto de
San Miguel, municipio de Caldas y es un hito geográ-
fico considerado históricamente como parte de los ca-
minos o enlaces de transporte del resguardo indígena
que existió en La Estrella hasta mediados del siglo XIX,
teniendo en cuenta su conexión comercial con el sur
de Colombia.
En la cuchilla del Romeral y sus diferentes altos
nacen muchos de los afluentes hídricos que surten va-
rios de los acueductos municipales y veredales de Cal-
das, Angelópolis, Armenia Mantequilla, Titiribí y los
corregimientos de la parte occidental de Medellín. En
el caso de La Estrella, entre sus principales cuencas hi-
drográficas se encuentran las de Quebrada Grande, de
La Bermejala, de La Estrella, de La Ospina o El Zanjón,
de La Culebra, de Las Ánimas, de La María, de San
Martin, de La Llorona, de La Raya, de La Saladita, de
las quebraditas de La Chispa, de La Chocolata, de La
Chocha, de La Sucia, La Ramírez, de La Seca y de La
Tuerta, cuencas cuyos torrentes y escorrentías desem-
bocan en el rio Medellín.
46 / Caminos de la memoria Siderense

2.6 Demografía
La población Siderense está conformada actualmen-
te por mestizos, blancos y afro-colombianos, con una
población, hacia el año 2016, de 63335 habitantes, se-
gún proyecciones del DANE. Inicialmente el municipio
estuvo ocupado por grupos humanos de recolectores,
cazadores, agricultores y alfareros que corresponden las
fechas del periodo pre-cerámico y que se mantuvieron
hasta el periodo colonial y tardío. A partir de la funda-
ción del municipio en 1685 se realizó un padrón o cen-
so que registró una población inicial de 154 habitantes,
entre los que figuraban en los documentos de la época
aborígenes, esclavos, libres, un sacerdote y gobernantes
del cabildo como el alcalde y el fiscal, lo cual dio origen
al proceso del mestizaje en la localidad.
Entre los factores causantes del crecimiento demo-
gráfico histórico del municipio se puede señalar que
el proceso de independencia generó posteriormente la
disolución del resguardo indígena, a mediados del si-
glo XIX, permitiendo la llegada de nuevos pobladores
que venían principalmente de los pueblos del suroeste
antioqueño y de la ciudad de Medellín. Un factor pos-
terior se enmarca en las guerras civiles, cuyo escenario
provocó la venta de títulos de propiedad al distrito de
La Estrella como una forma de apoyar la causa.
Otro de los factores fue la violencia bipartidista
entre liberales y conservadores que se desató princi-
palmente a mediados del siglo XX, y que causó pulsos
de salida y llegada de población, desembocando en
la construcción de nuevos barrios que se establecie-
ron principalmente a la orilla del rio Medellín y de-
más fuentes hidrográficas, en calles, en callejones y a
la orilla de la carrilera del ferrocarril de Amagá. Acto
seguido, el conflicto armado entre guerrillas urbanas
o rurales y grupo paramilitares generó nuevos pulsos
de desplazamiento traducidos en olas de inmigración
Herney Tobón Mejía / 47

para La Estrella. Sumado a lo anterior el desarrollo in-


dustrial y urbanístico del sur del Valle de Aburrá sedu-
jo a un mayor número de inmigrantes propiciando que
en la actualidad el municipio haya aumentado consi-
derablemente el número de población en comparación
con los primeros años del siglo XX.
Tabla 2

Población Año
aproximada
154 1685
628 1808
879 1814
1.194 1824
2.353 1835
2.872 1846
3.512 1887
4.311 1912
5.760 1938
16.877 1964
23.619 1973
31.419 1985
41.592 1993
52.563 2005
57.446 2010
61.365 2014
62.348 2015

Evolución demográfica municipio de La Es-


trella 15
15 1685 A.H.A Tomo 190. Doc. 4736. 1685. Folio 316
v. Documentos relativos a un expediente incompleto sobre
testimonio de la fundación del pueblo de La Estrella, mer-
ced y señalamientos de tierras para sus resguardos.
1808- A.H.A. Tomo 343, 1808, Doc. 6538. Estadística y cen-
48 / Caminos de la memoria Siderense

2.7 Notas históricas sobre la educación.


Siendo el año 1890 en la cabecera municipal fun-
cionaba una escuela de niñas a cargo de la maestra
Dolores Araque, con 110 niñas matriculadas, presen-
tándose frecuentemente la inasistencia de algunas es-
tudiantes debido al mal tiempo y a las enfermedades16.

so.
1814 A.H.M. Fondo Concejo de Medellín. Tomo. 83, 1814.
F, 283ar-289r. Padrón del Pueblo de la Estrella.
1824 A.H.A. Tomo 337, 1824, Doc., 6483. Estado que ma-
nifiesta la población actual de la parroquia de La Estrella.
1835 Anuario Estadístico. Medellín. 1835. P, 45.
1846 Periódico El Amigo del País. Noviembre 15 de 1846.
N. 23. Movimiento de población en el cantón de Medellín.
1887 Anuario Estadístico. Medellín. 1888. P,p. 70, 92, 217.
1912 Dirección de estadística Departamental. Boletín de Es-
tadística, Medellín, Nro. 4, Julio de 1912, p.376
1938 Monografías de Antioquia. Cervecería Unión. Anota-
ciones Municipio de La Estrella. Tipografía Sansón. Mede-
llín. 1941.
1964. Anuario Estadístico de Antioquia. Población de los
municipios de Antioquia por Subregión 1964 – 2005. ISSN
0120 – 3495. Gobernación de Antioquia. Departamento Ad-
ministrativo de Planeación. 2006. P,34,35.
1973 Ibid, p, 4, 35.
1985 Ibid p, 34,35
1993 Ibid, p, 4, 35.
2005 Antioquia Características Geográficas. Instituto Geo-
gráfico Agustín Codazzi. Imprenta Nacional de Colombia.
Gobernación de Antioquia. 2007. p, 18.
2014 Ficha de Caracterización. Departamento Nacional de
Planeación. DNP. Gobierno de Colombia. 2014 Proyecciones
DANE Departamento Administrativo Nacional de Estadística.
2015 Proyecciones DANE Departamento Administrativo
Nacional de Estadística.
16 Parra Sierra, Edison de Jesús. De la Tierra a la Olla:
Vida cotidiana y Alimentación en el Distrito de La Estrella
1880 – 1920. Tesis de grado. Universidad de Antioquia. Fa-
Herney Tobón Mejía / 49

Hacia el año 1905 esta escuela continuaba en pie y


funcionando, y para 1916 se realizaba una ampliación
al plantel donde funcionaba la escuela urbana de ni-
ñas. Posteriormente en 1918 se reportó la ampliación
del local de la escuela de niñas de la cabecera, sin em-
bargo la obra se retrasó por falta de fondos.17
La escuela elemental de varones de la cabecera
municipal de La Estrella era dirigida en el año de 1890
por el señor Eulogio Correa E; con ciento once alum-
nos. En 1910 existió una escuela nocturna que era di-
rigida por el profesor Esteban Ochoa quien instruía a
veinticinco alumnos18. En 1916 a la escuela de varones
se le hicieron algunas reformas en los escusados con el
fin de mejorar la higiene de las instalaciones.
Hacia el año 1890 se reportaba el funcionamiento
de la escuela rural de la fracción de La Culebra que
estaba bajo la dirección de la señorita Isabel Mejía,
integrada por noventa y seis niñas y cuarenta y seis
niños. En 1903, el local de la escuela de La Culebra
fue clausurado por no contar con las instalaciones, ni
el personal adecuado. El Concejo Municipal propuso
que la escuela siguiera funcionando en el mismo local
de propiedad de Manuel Antonio Vélez, que accedió a
que le continuaran pagando los trescientos pesos papel
moneda mensual que venía cobrando. En 1918 la es-
cuela de La Culebra aún funcionaba en un local arren-

cultad de Ciencias Sociales y Humanas. Departamento de


Historia. Medellín. 2011. P.p, 26, 27.
17 Parra Sierra, Edison de Jesús. De la Tierra a la Olla:
Vida cotidiana y Alimentación en el Distrito de La Estrella
1880 – 1920. Tesis de grado. Universidad de Antioquia. Fa-
cultad de Ciencias Sociales y Humanas. Departamento de
Historia. Medellín. 2011. P.p, 27.
18 Instrucción Pública Antioqueña. Órgano de la direc-
ción de instrucción pública. Año 1 N 1-2. Abril de 1905. P. 17.
50 / Caminos de la memoria Siderense

dado.19 La educación privada se dio cita por primera


vez con la llegada de las Hermanas de La Presentación
en el año de 1917, las cuales educaban a las niñas del
pueblo, así como a niñas estudiantes de otros lugares
cercanos, con un auxilio de treinta pesos mensuales
autorizados por la Asamblea Departamental. Mientras
que la educación pública se clasificaba como de tercera
clase de las seis categorías que existían en el departa-
mento.20
En 1.938 funcionaban dos escuelas urbanas con
250 niñas en un local amplio y moderno y 200 varo-
nes que contaban con granja escolar para la enseñanza
de agricultura, horticultura, floricultura y avicultura.
Además de cinco escuelas rurales ubicadas en Inma-
culada, Morrón, La Raya, Tablaza y Pueblo Viejo y el
colegio San Jose para varones y el de señoritas de la
Presentación, con un número aproximado de 600 es-
tudiantes en la población. En este mismo año la educa-
ción contaba con una escuela para la enseñanza infan-
til privada manejada por católicos, sin embargo no se
daban instituciones educativas para hombres, ni mix-
tos, ni educación laica. Habían dos escuelas urbanas,
cuatro rurales y un establecimiento comercial privado
con treinta y cinco alumnas matriculadas.21
19 Parra Sierra, Edison de Jesús. De la Tierra a la Olla:
Vida cotidiana y Alimentación en el Distrito de La Estrella
1880 – 1920. Tesis de grado. Universidad de Antioquia.
Facultad de Ciencias Sociales y Humanas. Departamento
de Historia. Medellín. 2011. P.p, 28, 29.
20 Instrucción Pública Antioqueña. Órgano de la
dirección de instrucción pública. Serie VI. Abril de 1917.
N. 78 – 79. P. 414.
21 Monografías de Antioquia. Cervecería Unión.
Anotaciones Municipio de La Estrella. Tipografía Sansón.
Medellín. 1941.
Herney Tobón Mejía / 51

2.8 Fiestas tradicionales


Tradicionalmente en el municipio se celebraba la
Fiesta de Reyes en el mes de enero, aún se celebra el
mes del adulto mayor durante todo agosto, y en di-
ciembre se realiza el desfile de mitos y leyendas y el
Festival de Teatro, organizados por la Casa de la Cul-
tura Francisco Carrillo de Albornoz. Durante el marco
de la celebración del cumpleaños del municipio, el 4
de septiembre, se realizan las Fiestas de El Romeral,
tradicionalmente desde el 27 de agosto hasta el 5 de
septiembre, incluyendo en estas fiestas de conmemo-
ración histórica ingredientes de conciencia ambiental
inspirados en la reserva ecológica de El Romeral, resal-
tando su importancia, sus fuentes de agua, sus mitos
y sus historias. Durante esta fiesta, que es la antesala
de las fiestas patronales de la virgen de La Chinca, se
realizan muestras gastronómicas y artesanales, activi-
dades recreativas y deportivas, juegos callejeros Carri-
tos de Balineras, trompo, carreras de costales, canicas
y golosa, además de fuegos pirotécnicos y presentacio-
nes musicales de géneros y formatos diversos.
2.8.1 Las fiestas de la Virgen de La Chinca
Desde su fundación el municipio se consagró a los
aborígenes bajo la veneración y el culto a la virgen de
Chiquinquirá. No obstante, otras manifestaciones re-
ligiosas e iglesias cristianas han llegado al municipio
durante los últimos años como los testigos de Jehová,
la iglesia pentecostal unida de Colombia, los adventis-
tas, entre otras. Sin embargo la tradición católica se
ha mantenido en el municipio manifestándose popu-
larmente mediante la celebración de las fiestas patro-
nales de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá
o”La Chinca”, que normalmente se celebran entre el 6
52 / Caminos de la memoria Siderense

y el 19 de septiembre cada año. Esta celebración reúne


las veredas y los barrios en torno a rituales religiosos
y prácticas festivas manifestadas en la elaboración de
carrozas, la organización de desfiles y romerías, mues-
tras pirotécnicas, presencia de bandas músico marcia-
les y oferta gastronómica.
La historia local religiosa refiere que desde comen-
zado el siglo XIX se celebraban cultos y romerías en
honor a la Virgen de Chiquinquirá.22 Finalizando este
mismo siglo las fiestas patronales culminaban con tres
días de”corraleja”corridas de toros y carnavales, acom-
pañados de música indígena, licor, fuegos pirotécnicos
y comestibles.23 A partir del siglo XX estas fiestas co-
menzaron a distinguirse por prácticas como las rome-
rías, la decoración de la imagen sagrada con flores na-
tivas como agapantos morados, hortensias, cartuchos
y tulipanes y la procesión hasta la plaza del pueblo
en andas o a pie en donde era recibida con bandas
músico marciales como La Paniagua o la Marco Fidel
Suarez de Medellín y con artefactos de fuegos pirotéc-
nicos como la Vaca Loca, los Castillos y las Ruedas de
Muñecos Bailables.
Tras la declaración de la Virgen de Chiquinquirá
como reina de Colombia en 1919, los feligreses la ve-
neraron con romerías, desfiles y peregrinaciones. Una
de estas fue denominada la gran peregrinación a La Es-
trella realizada en julio de 1921, que fuera organizada
por la Juventud Católica de Medellín.24 Sin embargo,

22 Hincapié Hincapié, Luz Mary. Las Fiestas Patrona-


les en La Estrella: El Ritual de la Memoria. Jema Publici-
dad, Medellín, agosto de 2002. Pág.16, 17.
23 Correa González, Luis Fernando. Pueblo de Nues-
tra Señora de La Estrella 1685-1985. Pág.82, 84.
24 Periódico la Defensa Conservadora. Medellín.
N.86 del 15 de julio de 1921.
Herney Tobón Mejía / 53

uno de los momentos históricos más importantes para


la religión católica en el municipio fue la coronación
canónica de la virgen de Chiquinquirá de La Estrella,
acaecida en el mes de septiembre de 1959, por dispo-
sición del Papa Juan XXIII, evento que fue motivo de
celebración para los fieles católicos del pueblo, propi-
ciando la realización de congresos marianos, desfiles,
peregrinaciones y romerías.25

3. REFERENTES DEL PATRIMONIO


ARQUEOLOGICO SIDERENSE.
-Por los caminos originarios.

3.1. Estudios Arqueológicos


Las diferentes investigaciones arqueológicas reali-
zadas en el Valle de Aburrá dan a conocer la ocupación
de grupos de cazadores y recolectores que datan desde
hace aproximadamente 10.000 AP, hasta los grupos al-
fareros y agrícolas encontrados por los españoles en el
periodo de la conquista.26 Graciliano Arcila Vélez, en
su investigación”Introducción a la Arqueología del Va-
lle de Aburrá”realizada en el año 1977, reportó como
evidencia arqueológica un elemento lítico recuperado
25 Hincapié Hincapié, Luz Mary. Las Fiestas Patrona-
les en La Estrella: El Ritual de la Memoria. Jema Publici-
dad, Medellín, agosto de 2002. Pág.16, 17.
26 Santos Vecino. Gustavo. Diez mil años de ocu-
paciones humanas en Envigado (Antioquia). El sitio La
Morena. Alcaldía de Envigado, Secretaria de Educación
para la Cultura, Dirección de Cultura, Archivo Histórico
de Envigado. Envigado, Colombia. 2010.
54 / Caminos de la memoria Siderense

en La Estrella, sin embargo no se reporta el sitio del


hallazgo, ni tampoco la asociación estratigráfica ni
cronológica.27
A comienzos de la década de los noventas el De-
partamento de Antropología de la Universidad de An-
tioquia y el Área Metropolitana lideraron un programa
sistemático de investigación arqueológica en el Valle
de Aburrá, trazando como área de la prospección la
comprendida entre la cuenca de la quebrada La Iguana
hasta el extremo sur del municipio de La Estrella en la
cuenca de la Quebradagrande. Parte de los resultados
de esta investigación dieron a conocer los estilos cerá-
micos denominados Ferrería y Pueblo Viejo. Se men-
ciona la importancia del hallazgo de un raquis de maíz
que permitió una datación de 1860 AP encontrado en
el sitio El Ranchito, entre los límites de los municipios
de Itagüí y La Estrella.28

27 Arcila Vélez, Graciliano. Introducción a la arqueo-


logía del Valle de Aburrá. Museo Universitario. Universi-
dad de Antioquia, Medellín. 1977.
28 Castillo Espitia, Neyla”Reconocimiento Arqueoló-
gico en el Valle de Aburrá”. 1995. En: Boletín de Antropo-
logía. Vol. 9, No. 25, Universidad de Antioquia, Medellín.
pp. 49, 81, 82, 90.
Herney Tobón Mejía / 55

Tabla 3
Cronología absoluta del Municipio de La Estrella.
Fuente: Otero de Santos, 2003.29

Municipio Con- Fecha Fecha Fecha Perío- Labora- Fuente


texto o do/ torio
sitio a. P. a. C. d. C.
Estilo
La Estrella C a s a 4810 2860+ Pre- B e t a Lange-
Blanca +- - c e r á - 141057 baek et
70 mico
70 al., 2002

La Estrella Pueblo 2 2 3 0 280+ - Te m - B e t a C a s -


Viejo + - p r a - 118098 tro,1999:
60 60 no/
161
M a -
rrón
Inciso
La Estrella V A . 1 8 6 0 90+ - Te m - B e t a C a s t i -
126 + - 70 p r a - 46828 llo,1995:
70 no/ 78
Pueblo
Viejo M a -
rrón
Inciso
Itagüí/La VA 097 1 6 8 0 270+ - Te m - B e t a C a s t i -
Estrella + - p r a - 46826 llo,1995:
El Ran- 50 50 no/ 59
chito
Ferre-
ría

29 Aristizábal, Espinosa, Pablo. Programa de Arqueo-


logía Preventiva. Proyecto Inmobiliario La Estrella. Plan de
Manejo Arqueológico. Medellín, Agosto 25 de 2014. p, 45.
56 / Caminos de la memoria Siderense

Municipio Con- Fecha Fecha Fecha Perío- Labora- Fuente


texto o do/ torio
sitio a. P. a. C. d. C.
Estilo
Itagüí/La El Ran- 1 5 6 0 390+ - Te m - B e t a A c e v e -
Estrella chito + - p r a - 165481 do,2002:
50 50 no/ 59

F e -
rrería
y M.
Inciso
La Estrella A g u a s 2 8 0 1 6 7 0 + Colo- B e t a L a n g e -
Claras + - 60 nial 141054 b a e c k
et al.,
C o r t e 60 2002: 50
1

La Estrella Pueblo 2 2 0 1 7 3 0 + Colo- B e t a C a s -


Viejo +- - nial 118099 tro,1999:

Yac.1– 60 60 161
PS 12

La Estrella Pueblo 1 6 0 1790+- Colo- B e t a C a s -


Viejo + - 50 nial 118100 tro,1999:
Yac.2–
PS 57 50 161

La Estrella El Pi- 6 0 1890+- R e - B e t a Lange-


nar +- c i e n - 141052 b a e c k
100 te et al.,
100 2002: 51

La Estrella El Pi- 1 0 1940+- R e - B e t a Lange-


nar +- c i e n - 141058 b a e c k
60 te et al.,
60 2002: 51
Herney Tobón Mejía / 57

3.2. La fase Ferrería


Esta fase, dada a conocer mediante investigaciones
arqueológicas realizadas en el barrio La Ferrería entre
los límites de los municipios de Itagüí y La Estrella,
se prolonga durante aproximadamente ocho siglos, ya
que presenta dataciones que van desde el siglo V a.c,
hasta el siglo III de nuestra era. No obstante, eviden-
cias encontradas en el Cerro El Volador en Medellín
sugieren cierta continuidad de los rasgos de este tipo
de alfarería en los siglos XVI y XVII d.c.30 El estilo cerá-
mico Ferrería, se reconoce por su técnica decorativa, la
cual emplea la incisión en forma de escamas y puntos
profundos con líneas cortas sobre los bordes planos de
las vasijas o en el cuerpo de las mismas. Sus colores
predominantes son el negro y el marrón y sus formas
corresponden esencialmente a globulares, sub globula-
res, platos y cuencos.31 El arqueólogo Ivan Darío Espi-
noza Peláez, se refirió al estilo cerámico Ferrería de la
siguiente forma:

“La Cerámica Ferrería ha sido considerada como


un marcador de sociedades que presentaban
fuerte vínculos con grupos humanos de las tie-
rras bajas del Magdalena Medio; no obstante la
manera recurrente como se han reseñado varios
yacimientos arqueológicos en el Valle de Aburrá
y áreas aledañas, que durante el primer milenio
30 Melo, Jorge Orlando. Historia de Medellín. Tomo 1.
Las culturas indígenas pre-hispánicas Por: Neila Castillo Es-
pitia. Talleres gráficas de Panamericana. Formas e Impresos
S.A. Santa Fe de Bogotá, D.C. 1996. P. 48.
31 Melo, Jorge Orlando. Historia de Medellín. Tomo
1.”Las culturas indígenas pre-hispánicas”por: Neila Castillo
Espitia. Talleres graficas de Panamericana Formas e Impre-
sos S A. Santa Fe de Bogotá, d.c. 1996, Pag.60.
58 / Caminos de la memoria Siderense

de la era cristiana presentan material cerámico


Ferrería, íntimamente asociado a material cerá-
mico de otro estilo, denominado Marrón Inciso,
han puesto a prueba la hipótesis implícita de que
estos estilos cerámicos reflejan grupos cronológi-
ca y culturalmente diferentes… Este período que
incluye dos ocupaciones cuenta con el mayor nú-
mero de fechas en el Valle de Aburrá y presenta
un rango temporal que oscila entre el 1270 A.C.
y el 780 D.C32
Ilustración 1. Vasija estilo cerámico Ferrería

Fuente: Casa de la Cultura Francisco Carrillo


de Albornoz municipio de La Estrella, An-
32 Espinoza Peláez, Iván Darío. Artículos y fragmen-
tos de libros de mi autoría. Aproximación al proceso de
poblamiento del sector sur – occidental del Valle de Abu-
rrá. Tomado de: Prospección arqueológica y formulación
del plan de manejo del patrimonio arqueológico – Munici-
pio de Caldas – Departamento de Antioquia.
Herney Tobón Mejía / 59

tioquia. 2005. Fotografía: Ivan Dario Vélez.


Rasgos: Cerámica de pasta compacta y bien
cocida. Desgrasantes de grano fino y medio,
particularmente cuarzo. Presencia de engobes
y baños rojizos con acabados finos.

3.3. La fase Pueblo Viejo


En el centro poblado Pueblo Viejo las investigacio-
nes permitieron establecer una datación cronológica
de 1860 AP (90 d.c.), ubicando esta fase entre los si-
glos I D.C y II D.C. Las ocupaciones asociadas a esta
fase se dieron principalmente en las cimas planas de
las colinas pequeñas, en terrazas naturales y en aterra-
zamientos artificiales sobre la ladera, con rasgos tec-
nológicos y estilísticos del estilo Marrón Inciso identifi-
cado en la zona central de Antioquia y el eje cafetero.33
Se encontraron además artefactos que permitieron
establecer similitudes con la cerámica Ferrería y dos
fragmentos de volantes de huso que dieron a conocer
la elaboración de hilados y tejidos que se identifican
también por las impresiones de textiles en la parte ex-
terior de la base de algunas vasijas.34 Oscar Monsalve
Salazar, antropólogo de la Universidad de Antioquia,
quien participo de estas investigaciones en el Munici-
pio de La Estrella expresaría al respecto:
33 Melo, Jorge Orlando. Las culturas indígenas
pre-hispánicas. En: Historia de Medellín. Tomo 1, Por:
Neila Castillo Espitia. Talleres gráficos de Panamericana.
Formas e Impresos S.A. Santa Fe de Bogotá, D.C.1996. P.
48.
34 Boletín de Antropología U de A. ”Reconocimiento
Arqueológico en el Valle de Aburrá”. N.25, Vol., 9. Págs.
81,82
60 / Caminos de la memoria Siderense

(…) Durante esta investigación que iniciamos ha-


cia el año 1989 tuvimos la oportunidad de iden-
tificar un sitio con tres terrazas de viviendas de
grupos humanos que vivieron en el sector de La
Ferrería desde el siglo V a.c. También se registra-
ron evidencias en Pueblo Viejo, era gente que vi-
vía de actividades agrícolas, cultivaba maíz. Se
encontraron herramientas de piedra como cince-
les que hablaban de una actividad económica que
tiene que ver con la preparación de troncos para
viviendas, y un aprovechamiento de otros recur-
sos naturales a nivel de granos y tubérculos. Un
dato muy importante que quiero anotar es que el
tipo de cerámica que se encontró en La Ferrería,
es una cerámica muy elaborada, cerámicas que
nosotros llamamos globulares, de labios horizon-
tales y muchas decoraciones en líneas y puntos
incisos, es decir, con un objeto puntiagudo se ha-
cen líneas y puntos y con ello se logran diseños
estéticamente {notables} para las vasijas (…)35
En el año 1998 el arqueólogo Gonzalo Castro
realizó una investigación en Pueblo Viejo en las
zonas periféricas del centro poblado. Esta pros-
pección arqueológica permitió confirmar la pre-
sencia de materiales de los complejos Pueblo
Viejo y Ferrería. La datación por radio carbono
arrojó como resultado 2230 AP (280 a.c.). La
muestra de la cerámica recuperada en Pueblo
Viejo pertenece al estilo cerámico Marrón Inciso
que se remonta al siglo III a.c. El arqueólogo
plantea dudas acerca de las relaciones entre los
grupos Ferrería y Marrón Inciso, los cuales de
35 Entrevista con Monsalve Salazar, Oscar. Municipio
La Estrella. Barrio Las Brisas. Octubre 18 de 1996.
Herney Tobón Mejía / 61

acuerdo al registro arqueológico coexistieron


en dicho territorio durante varios siglos.36
Ilustración 2. Borde fase Pueblo Viejo

Fuente: Casa de la cultura Francisco Carrillo


de Albornoz, municipio de La Estrella, Antio-
quia. 2005. Fotografía Ivan Dario Vélez. Con
rasgos estilísticos propios de Antioquia y el
Eje Cafetero, también conocida como Marrón
Inciso y asociada con la orfebrería Quimbaya
Clásica.

36 Castro, Gonzalo. Prospección y valoración del


patrimonio arqueológico en el corregimiento de Pueblo
Viejo. Municipio de La Estrella.1998. Informe Final. Co-
rantioquia, Medellín. 206p.
62 / Caminos de la memoria Siderense

3.4. Programa de Arqueología Preventiva del


Complejo Urbanístico Ciudadela Suramérica.
En el año 2001 el arqueólogo Jorge Acevedo inició
el Programa de Arqueología Preventiva del Complejo
Urbanístico Ciudadela Suramérica, entre los límites de
los municipios de Itagüí y La Estrella. En la excavación
de 800 m2 se identificaron seis unidades de vivienda
circulares simétricas, con los postes en hexágono. Al-
rededor de las viviendas se reconoció un sistema de
canales artificiales de agua para abastecer el asenta-
miento y la conducción de las aguas de escorrentía.
Esta investigación contó con un análisis de fitolitos y
diagnóstico de polen para identificar las característi-
cas del medio, los recursos vegetales inmediatos y las
prácticas agrícolas. Sumada a estos hallazgos se re-
portó la presencia cerámica tipo Alfareros Tempranos
Cancana.37

3.5. Reconocimiento regional sistemático


(Casa Blanca, Aguas Claras y El Pinar)
La investigación arqueológica y el reconocimiento re-
gional sistemático, realizado por el arqueólogo Carl
Henrik Langebaek Rueda en La Estrella en el año
2002, dieron como resultado el reporte de tres sitios:
Casa Blanca, Aguas Claras y El Pinar. Casa Blanca (Ve-
reda San José) es un sitio pre-cerámico en donde se
hallaron artefactos líticos lascados y fragmentos de
cerámica que corresponden al periodo pre-cerámico
(cazadores, recolectores y horticultores) datados hacia

37 Acevedo Gómez, Jorge. Aldea y sistema de cana-


les del siglo III D.C en el Valle de Aburrá. Plan de Manejo
Arqueológico”El Ranchito”. Predios del Sur S.A. Medellín,
Colombia. 2003.
Herney Tobón Mejía / 63

2860 a.c. El sitio Finca Aguas Claras, ubicado entre


las veredas Tarapacá y Meleguindo, presentó una alta
concentración cerámica, la cual se asocia al estilo deno-
minado por los autores Cerámica Café del período Tar-
dío, este sitio permitió 2 dataciones arrojando los años
1670 y 1850 d.c, que corresponden cronológicamente
a los períodos colonial y republicano. En el tercer sitio,
ubicado cerca de la urbanización El Pinar, se recupe-
raron fragmentos de cerámica del tipo que los autores
denominan”Habano La Estrella”, con dos fechas corres-
pondientes a 1890 y 1940 d.c. lo que ubica este estilo
como perteneciente al período Reciente.38

3.6. Programa de arqueología preventiva


proyectos inmobiliarios (Tierra Verde, La Es-
trella y Panorama)
El arqueólogo Pablo Aristizábal Espinosa, en el año
2014, realizó el Programa de Arqueología Preventiva
en tres proyectos inmobiliarios en el municipio: Tierra
Verde, La Estrella y Panorama. En el proyecto Tierra
Verde (Finca Rancho Verde), en la margen derecha
de la quebrada La Culebra, se registró evidencia de
fragmentos de cerámica tardía, como bordes y cuer-
pos decorados con engobe; los cuales según las pastas,
colores, huellas de torno y formas de los bordes pue-
den corresponder con cerámicas tardías del período
Reciente (Siglo XX d.c.). Elementos cerámicos recupe-
rados muestran evidencias de una función utilitaria o
doméstica, ya que los fragmentos presentan rastros de
ahumado en sus caras externas.39
38 Aristizábal, Espinosa, Pablo. Informe Plan de Ma-
nejo Arqueológico. Programa de Arqueología Preventiva.
Proyecto Inmobiliario Panorama. Municipio La Estrella, An-
tioquia. Medellín, octubre 15 de 2014. p,p 86 - 96.
39 Aristizábal, Espinosa, Pablo. Informe Plan de Mane-
64 / Caminos de la memoria Siderense

La investigación por arqueología preventiva en el


proyecto inmobiliario La Estrella, ubicado en la mar-
gen izquierda de la Quebrada Grande, reportó la pre-
sencia de fragmentos cerámicos como bordes de va-
sijas, fragmentos con evidencias de uso (ahumado)
y fragmentos con cuerpo decorados con engobe, que
según las pastas, colores, huellas de torno y formas
de los bordes pueden corresponder a cerámicas tardías
del período reciente (Siglo XX d.c.). Además se reportó
una muestra de loza pintada a mano y decorada con
motivos florales, del período Reciente, la cual, a juzgar
por las pastas, colores y motivos decorativos pertenece
a la producción de lozas industriales del siglo XX, se-
gún la clasificación de los materiales del mismo perío-
do y del Valle de Aburrá.40
En las exploraciones preventivas del proyecto in-
mobiliario Panorama (Finca El Chuscal), ubicada en el
costado occidental del casco urbano, y las de la igle-
sia del centro poblado La Tablaza, se encontraron bor-
des biselados al estilo cerámico Marrón Inciso que la
ubican en el periodo Temprano. Se reconocieron en
otras piezas bordes evertidos con labio redondeado y
algunos con evidencia de ahumado en su superficie ex-
terna que corresponden al período Tardío, según las
clasificaciones llevadas a cabo por investigaciones pre-
cedentes en el Valle de Aburrá. Las muestras cerámica
recuperadas consisten en: bordes, un asa, una base y
varios fragmentos con huellas de uso como ahumado
y hollín, que según las pastas, colores, huellas de tor-
jo Arqueológico: Programa de Arqueología Preventiva. Pro-
yecto Inmobiliario Tierra Verde. Municipio de La Estrella,
Antioquia. Medellín, Julio de 2014. Págs. 12, 80, 81, 82,
83, 84, 85.
40 Aristizábal La Estrella. Municipio La Estrella, Antio-
quia. Medellín, Agosto 25 de 2014. Espinosa, Pablo. Infor-
me Plan de Manejo Arqueológico. Programa de Arqueología
Preventiva. Proyecto Inmobiliario La Estrella. P,p. 80 - 83.
Herney Tobón Mejía / 65

no y formas de los bordes pueden corresponder en su


mayor parte a cerámicas tardías del período Reciente
(Siglo XX d.c.).41

41 Aristizábal, Espinosa, Pablo. Informe Plan de Ma-


nejo Arqueológico. Programa de Arqueología Preventiva.
Proyecto Inmobiliario Panorama. Municipio La Estrella, An-
tioquia. Medellín, octubre 15 de 2014. P, p 86 - 96.
66 / Caminos de la memoria Siderense

4. PERIODO DE LA CONQUISTA.
- Noticias de un cruce de culturas.

4.1. Exploración del Valle de Aburrá


Se consideran de importancia dentro de la histo-
ria aborigen las evidencias arqueológicas de los grupos
humanos que ocuparon el territorio del municipio de
La Estrella, las crónicas del periodo de la conquista y la
información referente al resguardo indígena de Nues-
tra Señora de La Estrella, quienes ocupaban pequeños
y dispersos poblados sin conformar aldeas de grandes
tamaños. El sur-occidente del Valle de Aburrá demar-
caba una zona de frontera entre los grupos Aburráes y
las poblaciones de la provincia de Zenufaná, las cuales
fueron modificadas culturalmente debido al impacto
que provocó la ocupación europea a partir del siglo
XVI en el territorio del Departamento de Antioquia.42
Cabe anotar que entre las hipótesis de las investi-
gaciones acerca de los poblados que los cronistas men-
cionan durante su contacto con el Valle de Aburrá se
piensa que describen principalmente el tipo de pobla-
ciones o asentamientos humanos que se encontraban
ubicados alrededor o cerca de salados o desemboca-
duras de quebradas. Dicha anotación histórica ubica
42 Espinoza Peláez, Iván Darío. Artículos y fragmen-
tos de libros de mi autoría. Aproximación al proceso de po-
blamiento del sector sur – occidental del Valle de Aburrá.
Tomado de: P Espinoza Peláez, Iván Darío. Artículos y frag-
mentos de libros de mi autoría. Aproximación al proceso de
poblamiento del sector sur – occidental del Valle de Aburrá.
Tomado de: Prospección arqueológica y formulación del
plan de manejo del patrimonio arqueológico. Municipio de
Caldas. Departamento de Antioquia. Informe final 2012. –
https://idespinosa.wordpress.com/author/idespinosa/
Herney Tobón Mejía / 67

en los posibles referentes de primer contacto el sitio


Los Bermejales, que se situaba geográficamente entre
las quebradas La Bermejala y Quebrada Grande, y que
corresponde a la ubicación actual de Pueblo Viejo en el
Municipio de La Estrella.43
Las crónicas del siglo XIV, relatan que cuando in-
formaron al capitán Jorge Robledo, quien se encon-
traba en la provincia de Murgia o el Pueblo de la Sal
(actualmente Municipio de Heliconia) acerca de una
provincia que se ubicaba al otro lado de las sierras,
envió en el año 1541 al capitán Jerónimo Luis Tejelo,
con más gente a pie y a caballo para que explorara
aquellas tierras, las cuales según los estudios arqueoló-
gicos estaban habitadas por grupos humanos que eran
representados por culturas agro-alfareras y cazadoras.
En la Relación y Visitas a los Andes S. XVI, escrita por el
profesor Hermes Tovar Pinzón, se describen aspectos
de la alimentación de los indígenas que habitaban el
Valle de Aburrá, la cual incluía según las crónicas una
considerable variedad de raíces y yerbas así como de
ajíes, depósitos de maíz y frisol, e ingesta de curíes y
perros mudos.44
Antes del contacto con el Valle de Aburrá los con-
quistadores presumiblemente estaban enterados de
su abundancia de sal, y del mercado e intercambio de
productos como oro y ropa de algodón. La abundancia
de comida reseñada en las crónicas hace referencia a
las partes bajas que eran las más productivas del valle
y que correspondían geográficamente a las tierras ubi-

43 Vélez, Norberto. Antioquia Antigua. La Civilización


Ignorada. Historia y modelos posibles de la ocupación, la
sabanizacion y el despoblamiento antiguos de los territorios
del centro de Antioquia; y origen de la propensión al comer-
cio de sus pobladores.
44 Tovar Pinzón, Hermes. Relaciones y Visitas a los An-
des SXVI. Impresión Tercer Mundo Editores. P. 52.
68 / Caminos de la memoria Siderense

cadas desde Pueblo Viejo, en el Municipio de La Estre-


lla, hasta el barrio Guayabal en el Municipio de Mede-
llín.45 Sin embargo, una investigación histórica acerca
del poblado Aburrá y su asiento real refiere:

(…) No obstante la confluencia de hitos a fa-


vor de la ubicación del pueblo Aburrá en An-
cón Sur, el poblado divisado bien pudo estar
situado en algún lugar en las tierras del pie de
monte desde Pueblo Viejo en La Estrella hasta
la cuenca baja de la quebrada Aguasfrías en
Medellín. Esta última quebrada nace en el cerro
El Barcino, situado ligeramente al noreste de El
Chuscal, y corre igualmente en dirección noreste
atravesando la banda occidental del valle para
desembocar al norte del cerro Nutibara. Que-
bradas más al norte de la Aguasfrías implicaría
desplazamientos de los conquistadores en direc-
ción noreste, la cual ya se descartó en razón de
las consecuencias al movilizarse desde El Chus-
cal, hacia afuera del lecho de la quebrada Doña
María. (…).46

45 Vélez Escobar, Norberto y Botero Páez, Sofía. La


Búsqueda del Valle de Arví. La búsqueda del valle de Arví
y descubrimiento de los valles de Aburrá y Rionegro por el
capitán Jorge Robledo. Alcaldía de Medellín. Secretaria de
Cultura Ciudadana. Subsecretaria de Metrocultura. Progra-
ma de Memoria y Patrimonio. Impresión. Logros Litografía
Ltda. Medellín. 2009. Pág. P. 42.
46 Ibíd. Pags.49, 50.
Herney Tobón Mejía / 69

5. ASPECTOS DE LA COLONIZA-
CIÓN Y FUNDACIÓN DEL MUNICI-
PIO DE LA ESTRELLA
- Señalando la ruta.

5.1. Antecedentes de la creación del Resguar-


do Indígena
En el siglo XIX el de “Los Aburráes” era uno de
los grupos étnicos de la Provincia de Antioquia que se
encontraban ubicados en el Valle de Aburrá.47 El 2 de
marzo del año 1616 el visitador Francisco de Herrera
Campuzano conformó el Poblado de San Lorenzo de
Aburrá con indígenas procedentes de diferentes luga-
res de la provincia y del Nuevo Reino de Granada, el
cual sería el primer emplazamiento urbano de la ciu-
dad de Medellín.48 Posteriormente el 12 de noviembre
de 1675, se dio la fundación definitiva de la Villa de
Nuestra Señora de la Candelaria de Medellín49 sin que
deba olvidarse que para el momento aún quedaban
algunos indígenas del pueblo de San Lorenzo. Aconte-
cidos diez años de fundada la villa, los indígenas que
permanecían en el paraje de El Poblado fueron trasla-
dados hacia el actual municipio de La Estrella en donde
se había conformado el último resguardo indígena.50
47 Antioquia Características Geográficas. Instituto
Geográfico Agustín Codazzi. Gobernación de Antioquia.
Imprenta Departamental.2007., 81.
48 Álvarez M, Víctor M. ”Poblamiento y población en
el valle de Aburrá y Medellín, 1541-1951”. En: Historia de
Antioquia. Medellín, Suramericana de Seguros. p.p 57-84.
49 Duque Betancur, Francisco. Historia de Antioquia.
Editorial Albon. Interprint S.A. Medellín. 1967. P, 299.
50 Patiño Millán, Beatriz a. Riqueza, pobreza y dife-
70 / Caminos de la memoria Siderense

5.2. Aspectos del proceso de fundación de La


Estrella
El Municipio de La Estrella fue fundado un 4 de
septiembre de 1685, por el gobernador de la provincia
de Antioquia Francisco Carrillo de Albornoz en tierras
del Ancón de los Yamecíes. Según las Monografías de
Antioquia, cuando entraron los españoles al territorio
de La Estrella ésta estaba densamente poblada por los
indígenas de la nación Nutabe51. Esta práctica se do-
cumenta históricamente como un procedimiento em-
pleado por los colonizadores para mantener recogidos
en un lugar específico a los nativos o aborígenes que
habitaban en la villa de Medellín y sus jurisdicciones.
De esta manera se permitía la adoctrinaron católica, el
cobro de tributos y la mano de obra para el manteni-
miento y la apertura de caminos, el corte de maderas,
y las labores agrícolas como el cultivo de maíz y la
caña de azúcar. Un fragmento del documento de fun-
dación reza:
(…) se me ha dado vista de los autos sobre que
se yntenta hacer pueblo de los Yndios Anaco-
nas, que tiene esta villa, y su jurisdicción en el
sitio de la Sabaneta, por encima de Ytaguy, y
hallo que será muy combeniente al servicio de
Ambas Majestades, y bien común de esta re-
pública, el que se funde y haga dicho pueblo.
Donde los dichos Yndios piden para poblarce,
no perjudica a nadie porque están las tierras,
que piden yermas, y despobladas, solitarias,

renciación social en la Antioquia del S. XVIII. ”Los resguar-


dos indígenas”. Facultad de Ciencias Sociales y Humanas.
Universidad de Antioquia, 1985.p, 277.
51 Monografías de Antioquia. Municipio de La Estre-
lla. Apuntes Históricos. Cervecería Unión. Tipografía San-
son. Medellín. 1941.
Herney Tobón Mejía / 71

y emparte donde los dichos yndios, se podrán


conservar, y mantener, y multiplicar, por ser
las dichas tierras en el temple adecuados a la
naturaleza de los dichos yndios, fructuosas de
Maíz, y todas las demás raíces, y sementeras,
que los Yndios acostumbran, y que podrán te-
nerlas bastantes para su mantenimiento, y que
en la República abunde el maíz, que es el man-
tenimiento principal, conque se sustentan las
familias (…)52
Para llevar a cabo el proyecto de la funda-
ción del pueblo de La Estrella, a la mortuoria
de Diego Muñoz le habrían retirado tres le-
guas de tierra pertenecientes al Ancón de los
Yamecíes. Dicha petición había sido realizada
por los jefes de los indígenas Anaconas Foras-
teros53 entre ellos, el capitán Diego Antonio
de la Cruz y los alcaldes Pedro de Ibarra y
Domingo Hernández. Un fragmento referen-
te a los linderos del resguardo indígena dice:
(…) Desde luego elijo, y crió pueblo con nom-
bre de Nra. Señora de la Estrella en el sitio, que

52 A.H.A Tomo 190. Doc. 4736. 1685. Folio 316 v. Do-


cumentos relativos a un expediente incompleto sobre testi-
monio de la fundación del pueblo de La Estrella, merced y
señalamientos de tierras para sus resguardos.
53 El antropólogo Oscar Monsalve Salazar, se refiere al
termino Anaconas Forasteros:”Anaconas Forasteros incluso
es el nombre que se le daba a todos los extranjeros que
llegaban al Valle de Aburrá. La gente que por alguna razón
se venían de los resguardos de Sabana Larga, San Jerónimo
y San Pedro, de cualquiera de estas zonas, les decían Ana-
conas ósea que quiere decir extranjero, forastero, estamos
hablando de procesos históricos del siglo XVI”.
72 / Caminos de la memoria Siderense

piden de la Sabaneta, y les doy por resguardos


y linderos la quebrada que nombran [Nuestra]
Señora de la Estrella, que es la primera que
está enpasando la que llaman de Ospina, que
tendrá un corte de agua, desde el Rio de Aburrá
hasta donde más se acerca a la quebrada de
Ospina, y desde la Ospina, hasta las cumbres,
por una banda del Río, y por la otra desde di-
cho Río por el filo de la cuchilla, que llaman del
pan de Asúcar, hasta las cumbres de los Montes
y desde dichos linderos Río de Aburrá arribas
tres leguas de una banda, y otra de dicho Río y
hasta las cumbres Montes por una, y por otra
banda donde queda incluidos los potreros que
llaman de Biticoa con todo lo anexso a dichas
tierras de Aguas, pesquerías, montes, cañave-
rales, savanas (…).54

El resguardo también abarcaba el territorio del Mu-


nicipio de Caldas. La fundación del municipio estable-
ció nuevos límites en el territorio, el cual se extendió
por buena parte del sur del Valle de Aburrá y por las
cordilleras circundantes, principalmente hacia el cen-
tro oriente y sur oriente del valle. En la primera mitad
del siglo XVII la población indígena se hallaba dispersa
por las montañas del Romeral, cultivando, cazando y
recolectando materias primas. A partir de la creación
del resguardo indígena y según el antropólogo Iván
Darío Espinoza ocurrirían hechos como los siguientes:
(…) El territorio indígena presentó múltiples
litigios por la ocupación de sus tierras por parte
de colonos y españoles para el establecimiento
de sus labranzas y hatos; la situación fue crítica,
sobre todo cuando se protocolizaron ciertas po-

54 A.H.A. Tomo 190. Doc. 4736, 1685, Folio 316 v


Herney Tobón Mejía / 73

sesiones de tierras a españoles para el extremo


sur occidental del valle donde se localiza parte
del Municipio de Caldas y nuestra zona de estu-
dio… Este resguardo presentó varias modifica-
ciones en la extensión de las tierras y en la loca-
lización de los poblados indígenas; sin embargo,
el territorio de Caldas permaneció en sus delimi-
taciones, dándose una misma dinámica de arti-
culación proveyendo maderas hasta la segunda
década del siglo XIX (…).55

5.3. La parroquia de Nuestra Señora del Ro-


sario de Chiquinquirá de La Estrella
Siendo el año 1692 el presbiterio Juan Mejía de To-
bar inició el libro parroquial de la parroquia de Nues-
tra Señora del Rosario de Chiquinquirá de La Estrella.
56
Según constancia en las actas de visita del ilustrí-
simo señor Villafañe en 1702, el cuadro de la virgen
de Nuestra Señora de Chiquinquirá llego al municipio
de La Estrella por el encargo hecho a unos misioneros
quienes lo llevaron a una capilla en el sitio de Pueblo
55 Espinoza Peláez, Iván Darío. Artículos y fragmen-
tos de libros de mi autoría. Aproximación al proceso de po-
blamiento del sector sur – occidental del Valle de Aburrá.
Tomado de: P Espinoza Peláez, Iván Darío. Artículos y frag-
mentos de libros de mi autoría. Aproximación al proceso de
poblamiento del sector sur – occidental del Valle de Aburrá.
Tomado de: Prospección arqueológica y formulación del
plan de manejo del patrimonio arqueológico. Municipio de
Caldas. Departamento de Antioquia. Informe final 2012. –
https://idespinosa.wordpress.com/author/idespinosa/
56 Heriberto Zapata Cuencar. Monografías de Antio-
quia. Aporte de Cervecera Unión, 1978. p, 168. Nota: Juan
Mexía de Tobar, estuvo en la parroquia de La Estrella desde
1691 hasta 1772 cuando le recibe el cura Agustín de los
Ríos Dávila.
74 / Caminos de la memoria Siderense

Viejo57. El historiador y médico antioqueño Manuel Ur-


ibe Ángel, escribió en 1885 en el libro Geografía Ge-
neral y Compendio Histórico del Estado de Antioquia.
Acerca de la fundación del pueblo de La Estrella y la
creación de la parroquia menciona:

(…) No hemos podido averiguar a punto fijo


el año en que se fundó la población de este
nombre. Se sabe solamente que debe ser muy
antigua, pues en el año de 1692 existía ya en
ese caserío, situado un poco al sur del lugar que
hoy ocupa y más cercano al rio Medellín, un cura
doctrinero de indios, sobre el origen de los cuales
hay una versión que nos parece poco probable.
Dice la crónica que a tiempo de fundar la ciudad
de Medellín, había sobre la rivera izquierda del
riachuelo Santa Elena una tribu de naturales
llamados Alarifes (voz de procedencia árabe
que significa albañil), y que estos indios fueron
mandados a poblar en La Estrella para dejar
campo libre a los habitantes de la villa de la
Candelaria.
Dice la crónica, que cuando Jorge Robledo
llegó al Pueblo de la Sal (Pueblito o Guaca),
notando que la cordillera se deprimía conside-
rablemente por aquella parte, mandó a Jeró-
nimo Luis Tejelo en busca del ponderado Valle
de Arví. El conquistador trasmontó la depre-
sión, o por Malpaso para salir a Caldas, o por
Quebradalarga para salir a La Estrella. Si por
57 Seminario Taller. Cátedra Municipal. Pueblo de
Nuestra Señora de La Estrella. Jóvenes Siderenses líderes
del tercer milenio. Concejo Municipal La Estrella, 2000.
Págs. 7, 8.
Herney Tobón Mejía / 75

el primer punto encontró una tribu de indíge-


nas habitadora del vallecito de Caldas, como
lo hemos dicho, y si por el segundo, encontró
también un pueblo de indios en lo que es hoy el
pueblo de San Antonio, o en La Estrella, y tan
numeroso que le presentó combate y lo obligó
a retirarse.”58

En el año 1695, durante el proceso legal del esta-


blecimiento de los linderos del pueblo de indios de La
Estrella, se mencionaban las tierras de Juan Claudio
Sánchez y los aposentos de vivienda del cura doctri-
nero Juan Mejía de Tovar, referidos en un documento
de erección del pueblo de La Estrella y amparo de sus
naturales, en el cual además se informa la necesidad
de asegurar el cobro de tributos en la población, pues-
to que muchos de los aborígenes no pagaban porque se
mantenían ”vagando” por las montañas del Romeral,
en los retiros y límites del resguardo.59
Una de las estrategias para acceder más fácil al co-
bro de tributos era permitir que los indígenas tuvie-
ran asignadas tierras dónde construir la casa, labrar y
sembrar maíz. Así se lograba establecer una población
definida, con plaza principal, linderos, cabildo, calles
e iglesia delimitando y creando un poblado como lo
mandaba la ley. Se tenían entonces en cuenta las reco-
mendaciones de no inquietar, amenazar ni maltratar a
los aborígenes, sino al contrario permitirles gozar de
títulos de propiedad.60

58 Duque de la C. José, Juan Saldarriaga, Wenceslao


Montoya. Pequeños Apuntes Monográficos de La Estrella.
1939.
59 Archivo Histórico de Medellín, En adelante
(A.H.M), Tomo 13, 1695. F, 158r-168r.
60 Ibid.
76 / Caminos de la memoria Siderense
Herney Tobón Mejía / 77

6. ANOTACIONES HISTÓRICAS
DEL RESGUARDO INDÍGENA DE
NUESTRA SEÑORA DE
LA ESTRELLA - La vida en el camino.

6.1. El cobro de tributos


Para el año 1770 dentro de las divisiones colonia-
les La Estrella hacía parte de la Villa de Medellín.61 En
el año 1719, el resguardo indígena era regido por las
leyes de la corona española que realizaba el cobro de
tributos a los nativos o naturales del resguardo indí-
gena de La Estrella. Los tributos eran pagados con el
dinero que obtenían los aborígenes mediante el corte
de madera del piedemonte de El Romeral y con las co-
sechas de maíz. El cobro de estos se daba de acuerdo
a la legislación indiana, que cobijaba a naturales que
se encontraran en la que era consideraba la edad pro-
ductiva, ente los 17 y los 55 años de edad. Este sistema
económico de la colonización trajo consigo el aumento
de la construcción de viviendas y el nombramiento de
autoridades como párroco, alcalde, capitán y regido-
res, los cuales establecían las creencias religiosas, la
política, la ley y la administración de los recursos que
generaba el territorio aborigen.62

61 Antioquia, Características Geográficas. Instituto


Geográfico Agustín Codazzi. Gobernación de Antioquia.
Imprenta Departamental. 2007.
62 Patiño Millán, Beatriz. Riqueza, pobreza y diferen-
ciación social en la Antioquia del S. XVIII. Facultad de Cien-
cias Sociales y Humanas. Universidad de Antioquia. Mede-
78 / Caminos de la memoria Siderense

Los cobros de los tributos se realizaban dos veces


al año (Tercio de San Juan y Tercio de Navidad).63 A
finales del S. XVIII aumentaron las querellas judiciales
y se generó una disminución notable en la producción
agrícola y el corte de maderas, lo que causó problemas
con el pago de tributos por parte de los naturales pro-
vocando de tal suerte un afán desesperado por parte
de los gobernantes que no lograban recaudar lo pro-
yectado o esperado. Para mediados del siglo XVIII una
densa población indígena permanecía en el territorio,
sin embargo el número de indígenas distaba conside-
rablemente del original que había sido diezmado casi
en su totalidad durante el proceso de colonización. En
el año 1730 José Joaquín de la Rocha, abogado de la
Real Audiencia de la Provincia de Antioquia, al ver la
problemática que se estaba presentando en el resguar-
do, manifestó la necesidad de un nombramiento de
tipo administrativo para La Estrella:
“Por quanto Combiene que los naturales del
pueblo de La Estrella tengan perzona q los de-
fienda, proteja y amparen en los cassos y caus-
sa que se les puedan ofrecer pa que no peresca
su justicia por falta de defensor dando de la
facultad, que para la lei {natural de} yndias
se me consede, conscurriendo, en la perzona de
{Don} Pedro Leonil de Estrada las calidades de
celo, que se requieren pa este ministerio y nota-
ble desinterés por tanto le nombro por Protector
de los [dichos] naturales de el pueblo de La Es-
trella pa que los pueda defender, proteger y am-
pare en todas las cossas {que} se les pueda.”64

llín. 1985. p.279.


63 Ibíd., p. 6.
64 A.H.M. Tomo 6, 1730, F. 409 r – 409 v.
Herney Tobón Mejía / 79

En 1778 el gobernante del resguardo, Marcelo Ta-


mayo, fue denunciado y destituido por beneficiarse del
producto de los cultivos de maíz y por apoderarse de
la madera que había sobrado del arreglo de la iglesia y
el cabildo. El gobernador de la Provincia de Antioquia,
Cayetano Buelta Lorenzana en el año 1781 al ver la si-
tuación que se estaba presentando con la distribución
de tierras tomó la determinación de que ningún gober-
nador indígena estaba autorizado para efectuar repar-
tición de terrenos. Así, por orden suya solo se permitía
adujicar o señalar a los naturales el solar para la casa y
la huerta. Otro de los casos fue el pleito civil entre los
“indios del pueblo de La Estrella” y el alcalde Antonio de
Rojas, conflicto concerniente a los beneficios obteni-
dos por las maderas, leñas y cañas del resguardo, una
parte del documento manifiesta:

(…) Señor Gobernador y comandante general:


El protector de Naturales de esta provincia por
los del pueblo de La Estrella: ante v.s. (Vuestra
Señoría) con el más devido respeto, Dire: que
sin embargo de tener v.s. Declarado, pr. auto
proveydo, en visita Gral aquel pueblo, que to-
das las maderas, leñas, y cañas, que natural-
mente produsen las tierras de aquellos resguar-
dos, Deven ser comunes, entre aquellos yndios,
para que todos logren de su veneficio, asi en lo
q las hubieren menester pa. si, como pa vender,
y proveer, a otros libres, fuera de Dho Pueblo; q
tan justificada Declaratoria y arreglado man-
dato, lo resisten y contradicen algunos de los
mismos indios, {principalmente}, los q logran
tener de estos materiales, en lo q tienen o reco-
nozen p. espexial señalamto p q no todos, tie-
80 / Caminos de la memoria Siderense

nen de ellos en el terreno en q trabaxan; siendo


particularmente el mas opuesto, Antonio de
Roxas actual {Alcalde} de aquel pueblo, q con
el apoyo q a ello le contribuye el sr. corregidor
de {él}, por intereses particulares, no quiere
este yndio (…).65

En febrero de 1783 el Cabildo Indígena del pueblo


de La Estrella en nombre de los naturales del resguar-
do le manifestó a Francisco Silvestre Sánchez, juez, ca-
pitán de las milicias de Santa Fe y delegado de la real
venta de tabacos, llevar a cabo el nombramiento de
un nuevo corregidor para el resguardo indígena. Una
parte del documento que se refiere al nombramiento
de un sucesor para dicho cargo sostiene:
“Por quanto hecho cargo de la necesidad q ay
de nombrar subzesor a Dn Juan Ant. de La
Quintana, Corregidor que es G el S. mi ante-
cesor Don Cayetano Buelta Lorenzana del pue-
blo de La Estrella. Y q se persona de Calidad,
honradez, y buena conducta, y pueda zelar, y
cuidar del mayor arreglo y mejor gobierno a
sus naturales, lo q no es fazil en el dha a aquel,
y sus continuos achaques, y enfermedades”66.

En el año 1786 el cabildo del resguardo indígena


era conformado por el gobernador Remigio Contreras,
el alcalde Lucas Vélez y el regidor Pedro Herrera. La

65 A.H.M. Fondo Concejo de Medellín. Tomo 13,


1781.F. 78r-81v. Pleito civil entre los indios del pueblo de La
Estrella y su Alcalde Antonio de Rojas por los beneficios de
las maderas, leñas y cañas de su territorio.
66 A.H.M. Tomo 23, 1783, F. 222 r – 224 v.
Herney Tobón Mejía / 81

iglesia católica era la encargada de administrar los li-


bros parroquiales y los tributos del tercio de Navidad
y el tercio de San Juan, que para el año 1786 censaba
a un total de cuarenta y nueve naturales tributarios,
con un aporte de a dos pesos cada uno, sumando la
cantidad de 98 castellanos de oro que eran adminis-
trados por el cura doctrinero de la época, Salvador de
Upegui.67

6.2. El caso de los caminos de la ladera del


Romeral y el camino de La Playa
Desde la fundación del pueblo de La Estrella se
manifestaba en los documentos relativos a este proce-
so de colonización la necesidad de mantener abierto y
compuesto el camino de la Trocha de Sinifaná por el
Alto de San Miguel. Como parte de la solución se obli-
gó a los naturales del resguardo a trabajar en el cami-
no, permitiendo solucionar los perjuicios que recibían
los comerciantes que se dirigían hacia la provincia de
Popayán desde el Valle de Aburrá.68 En el año 1797
existía una casa de teja de barro cocido y un templo.69
Se contaba además con una red de caminos, trochas,
calles reales, servidumbres, que fueron parte esencial
para el desarrollo local. Uno de estos caminos, el de
La Ladera, que pasaba por el piedemonte del Romeral,
utilizado por los aborígenes, venía generando discor-
dias entre los pobladores del resguardo y sus gober-

67 A.H.A. Tomo 377, 1786, Doc. 6479. Estadística y


censo, testimonio de las matrículas de indios del pueblo de
La Estrella.

68 A.H.M. Tomo 60. F. 33 r.


69 Anuario Estadístico, 1888, p, 34.
82 / Caminos de la memoria Siderense

nantes, llegando estos últimos incluso a hacer un cie-


rre deliberado de este camino que había estado siendo
utilizado desde tiempos remotos.
La Real Audiencia de Santa Fé, el 16 de septiembre
de 1797, pedía el mejoramiento de los caminos de las
inmediaciones de Santa Fé de Antioquia, rechazando
la petición realizada por los aborígenes de La Estrella
de mantener abierto el camino de La Ladera que era
el más tradicional. Se ordenó mejorar, hacer puentes
y mantener abierto el camino de La Playa que se en-
contraba más cerca del río Aburrá. El corregidor del
resguardo manifestaba que el camino de La Ladera era
una trocha en mal estado, con abundantes raiceros y
sartenejales además de tres puentes deteriorados y sin
mantenimiento.70 La antropóloga Sofía Botero Páez,
en el libro “Caminos ásperos y fragosos para los caba-
llos”, cita un documento histórico del Archivo General
de la Nación (AGN). Este testimonio expresa de ma-
nera directa la posición de los indígenas de La Estrella
por la problemática que se estaba presentando con los
caminos para el periodo 1795 – 1799, una parte del
testimonio expresa:
(…) Lo que no acontece por el camino alto de
las laderas, pues aunque tienen tres amaga-
mientos en {los cuales} se hacen puentes hay
la provisión de fuertes maderos con qué cons-
truirlos estables y permanentes y tiene también
prontos desechos buenos y seguros. No hay ries-
go de aguas ni otros impedimentos que deten-
gan su tránsito; este es el camino antiguo
señalado y usado desde la conquista y

70 Botero Páez, Sofía. Caminos ásperos y fragosos


para los caballos (Apuntes para la historia de los caminos
en Antioquia). Imprenta Universidad de Antioquia. Mede-
llín. 2005. P, 110.
Herney Tobón Mejía / 83

fundaciones primeras sin haber varia-


do, sino que es ahora en este tiempo, además
de esto las asignaciones generales de caminos
de todo el distrito asignan y señalan dos pre-
cisos caminos para el mando y tránsito de las
gentes, el uno por el plan y tierras bajas del rio
y el otro por las referidas laderas con que no
se opone el que nuestras montañas los haya de
haber forzosamente, antes es muy conforme a
dicha asignación que haya con todas la aproba-
ciones necesarias y nosotros con la costumbre y
posesión antiquísima de caminar y servirnos del
camino alto para nuestra mayor comodidad todo
lo que hemos manifestado a nuestro corregidor y
a los señores que mandan la República de (…) y
no solamente no se nos {ha} oído sino que con
violencia se nos ha despojado de nuestro men-
cionado camino por lo que de común acuerdo
hemos resuelto como de hecho ocurrir {acudir}
a la superioridad del excelentísimo señor Virrey
Gobernador y Capitán (…).71

Fue entonces complicado para los gobernantes del


resguardo realizar el cobro de tributos entre los años de
1796 a 1799, puesto que la población se había suble-
vado, lo que generaría posteriormente consecuencias
fatales. Los miembros del cabildo manifestaban que el
pueblo había sido conformado por vagabundos, nati-
vos pobres, morosos, inválidos y prófugos. La cárcel se
atiborró de los nativos que no pagaban o eran morosos
mientras otro buen número debía mantenerse disper-
so y escondido en las montañas de Vitacua localizada
a cinco leguas del pueblo (Actualmente Municipio de
71 Ibíd. Págs. 109, 110, 111.
84 / Caminos de la memoria Siderense

Caldas, Antioquia) lo que causaba una dificultad para


que el corregidor los localizara.72

6.3. El caso del alto San Miguel y la trocha


de Sinifaná
A comienzos del siglo XIX continuaban los incon-
venientes entre los naturales y los gobernantes por los
caminos y el pago de tributos. Debido a la problemáti-
ca que se estaba presentando el cabildo indígena deci-
dió dar licencia a los morosos del resguardo para que
viajaran en busca de trabajo a otros lugares y pudieran
así cumplir con el pago de sus deudas. Tal fue el caso
del natural Juan de la Cruz Molina, que con licencia
de regidor se hallaba trabajando en 1801 como peón
jornalero en una mina en el pueblo de Anorí, mina que
era propiedad de Pastora Suárez, vecina del sitio San
Luis de Góngora (Hoy municipio de Yarumal).73
El mulato Cristóbal Maldonado, gobernador del
cabildo, fue acusado en 1802 por Antonio Uribe, pro-
tector de los naturales de La Estrella, por manejar inte-
reses propios, apoderarse de las rozas de la comunidad
y gastarse el dinero en cosas de su utilidad. Lo señala-
ba de ser el causante de la problemática del pueblo. De
acuerdo con Uribe cuando se presentaban crisis Mal-
donado acaparaba el maíz y lo vendía a los libres y a
sus deudores primero que a los nativos. En 1803 José
Nicolás de Ochoa, al ver la problemática y el motín
que se estaba generando por parte de los indígenas dio
por culpables y cabecillas del motín a los naturales Pa-
72 Patiño Millán, Beatriz A. Riqueza, pobreza y dife-
renciación social en la Antioquia del S. XVIII. ”Los resguar-
dos indígenas” Facultad de Ciencias Sociales y Humanas U
de A. p, 283.
73 Ibíd. Pág. 283.
Herney Tobón Mejía / 85

blo y Miguel Rojas, Mateo Sánchez, Pedro y Sebastián


Vélez.74
A diferencia de otros lugares del Valle de Aburrá
La Estrella, en el año 1808, contaba con una numerosa
población indígena. Dicha población se ubicaba en un
terreno desigual, elevado, fértil y seco, con cuarenta
casas de paja, una iglesia, una casa de teja y tapia,
con un total de seiscientos veintiocho habitantes, de
los cuales veintiocho eran esclavos.75 Algunos de los
apellidos comunes de la época que aparecen en los re-
gistros notariales abarcan Colorado, Morales, Rojas,
Contreras, Tangarife, Vélez, Tamayo, Taborda, Bedo-
ya, Sánchez, Maldonado, Molina, Muñoz y Martínez.76
En la primera década del siglo XIX continuaban los
conflictos entre los gobernantes del resguardo y los na-
turales para dar cumplimiento del auto del 8 de febre-
ro de 1788, que se refería a las obligaciones que tenían
los pobladores del resguardo con el mejoramiento del
camino de la Trocha de San Miguel. El oidor y visita-
dor Juan Antonio Mon y Velarde, luego de estudiar los
autos de la creación del pueblo de La Estrella (1685),
confirmó que en ellos constaba que los primeros en
poblar este paraje tendrían entre sus condiciones abrir
y mantener en buen estado el camino, reformándolo
cada seis meses, para mejorarlo y permitir el tránsito
desde el Valle de Aburrá hacia la provincia de Popa-
yan y Quito.77 Así se lograba la conexión de la Villa de

74 Ibíd. p, 283.
75 A.H.A. Tomo 343, 1808, Doc. 6538. Estadística y
censo.
76 A.H.A Tomo 373, 1825, Doc. 6486. Matrimonios
indígenas.
77 A.H.M. Fondo Concejo de Medellín. Tomo 74, 1808,
F, 106r-117r. Proceso sobre la participación de los indios
de la Estrella en la reparación del camino de trocha de San
86 / Caminos de la memoria Siderense

Medellín con otros sitios como Supía, Anserma, Cali y


Cartago. Para el mantenimiento de este camino se con-
taba en esos momentos con pocos naturales en el res-
guardo de La Estrella, por tal razón el oidor y visitador
Mon y Velarde decidió que era necesario traer pobla-
dores desde Santa Bárbara y Sabaletas. De esta forma
el camino estaba a disposición desde dos costados, un
primer “tránsito” o costado desde el paraje La Salada
hasta el Alto de San Miguel, que le correspondía a los
naturales del pueblo de La Estrella y el segundo “trán-
sito”, que cobjaba desde el Alto de San Miguel hasta el
paraje La Úrsula, el cual le correspondía a los vecinos
parroquianos de Santa Bárbara y Sabaletas.78 Un frag-
mento de este documento del año de 1808, acerca de
la reparación del camino, expresa:
(…) composición del camino nombrado de la
Trocha que gira por la Carrera de arriba, y pro-
vincia d Popayan, así pa {propiciar} el más fácil
y seguro tránsito de los viajantes, y transeúntes,
guiando al comercio, y público en {general},
respecto a que el cuerpo de mercaderes introduc-
tores, hayan en este camino vía más directa, y
breve pa sus yntroduciones mercantiles, evitán-
doles la vuelta considerable a q se ben obliga-
dos por la ciudad de Rionegro, pa de allí tomar
la dirección a esta villa, en lo que se aumentan
mas las incomodidades de trancito, el cansancio
de las muladas o caballerías, el costo de Basti-
mentos y otras varias penurias comunes a los
caminantes. Estos mismos ynconbenientes resul-
ta a los conductores de cacao, Arroses, cerdos y
Miguel que va hacia Santa Barbara. Nota: La medida de la
apertura del camino era de ocho varas de ancho, incluyen-
do en el auto la construcción de los puentes necesarios
78 A.H.A. Tomo 73, 1809, Doc. 2036, F, 155 r, Sobre la
apertura del camino de la trocha de San Miguel.
Herney Tobón Mejía / 87

novilladas de carniseria (…)79

6.4. El litigio del salado de Vitacua y los pa-


drones de población
Desde el periodo de la conquista del Valle de Aburrá,
en las crónicas, se mencionaban los salados, que al
igual que los caminos y el maíz eran temas de discu-
sión y litigios en el resguardo. Como ejemplo al escri-
bano José Miguel Trujillo de La Villa de Medellín se le
había conferido mediante una licencia, atender pleito
sobre laboreo de salado con los indios de La Estrella.80
De esta suerte en el año 1808 se presentó un litigio de
un salado ubicado en el sitio de Vitacua (Municipio de
Caldas) entre los pobladores y el escribano Trujillo.
Una parte de la petición de los nativos manifiesta:

(…) Don Nicolás de Lara


Nuestro Amado Protector y dueño de nuestras
Defensas, muy señor mío:
Por la presente se nos hace preciso ocurrir al
raciocinio de que nos dirija y defienda, sobre el
de no permitir que se nos haga despojo del sa-
lado que tenemos en nuestros terrenos, de que
somos poseedores; y habiendo llegado a tener
79 A.H.M. Fondo Concejo de Medellín. Tomo 74, 1808,
F, 106r-117r. Proceso sobre la participación de los indios
de la Estrella en la reparación del camino de trocha de San
Miguel que va hacia Santa Bárbara.
80 A.H.M. Fondo Concejo de Medellín. Tomo. 75,
1809. F, 153r-154v.
88 / Caminos de la memoria Siderense

noticia de que nos quieren hacer el grave per-


juicio, algunos señores libres, (…) esto es de
entablar registro movidos de la codicia y su-
geridos de la ambición con cuyo efecto quieren
que perezcamos siendo esto el alimento corpo-
ral de nuestras vidas. Por lo cual suplicamos a
su piadosa caridad y caritativo corazón se sirva
ver con los oficiales reales si ha habido algún
registro a favor de los expresados y en contra
nuestra lo que tantas permitirá ni nosotros
permitiremos (…).81

Durante el proceso de independencia de Colombia,


en el periodo conocido como la Patria Boba, más pre-
cisamente en septiembre del año 1811, la Junta de la
Ciudad de Cartagena manifestó que para las elecciones
de los diputados del Congreso General del Reino se
tenían que realizar padrones o censos de población en
todo el territorio. Este manifiesto con fines políticos de
utilidad común buscaba en los diferentes lugares del
territorio el exterminio de vagos, el control de “la po-
lilla del estado”, como una forma de conocer el origen
de los delitos y sus culpables.
El padrón de los naturales del pueblo de La Estre-
lla en el año 1811 sumaba un total de 435 censados.
Se diferenciaban dentro del censo de la población los
núcleos familiares de los pobladores que ejercían el
control político y administrativo del pueblo como el
gobernador Pedro Herrera de sesenta años, el alcalde
de primer voto Ramón Tamayo y su esposa Mercedes
Vélez, el alcalde de segundo voto Francisco Morales, el
regidor Manuel José Morales y su esposa María Anto-
nia Vélez, el regidor Pablo de Rojas y el fiscal Andrés
Vélez con su cónyuge Juana Tamayo.82 Estos núcleos
81 A.H.A. Tomo 36, 1808, Doc. 1227, F, 534r.
82 AH.M. Fondo Consejo de Medellín. Tomo 77, 1811.
Herney Tobón Mejía / 89

familiares eran compuestos por un número mayor de


diez hijos aproximadamente. Entre los apellidos que
aparecen registrados en el censo aparecen: Contreras,
Sánchez, Molina, Maldonado, Colorado, Taborda, Tan-
garife, Arenas, Jiménez, Rojas, Tamayo, Vélez, Herre-
ra, Flórez, Chiquinquirá, Román, Jiménez, Morales,
Gil, Bermúdez, Granada, Gómez, Bedoya, Zapata y
Tamayo.
Posteriormente, en el partido de Nuestra Señora de
Chiquinquirá de La Estrella, se realizó el 30 de marzo
de 1814 el padrón o censo de la población, en el que se
hacía ”…demostración de las almas que comprenden
el antecedente padrón del pueblo de La Estrella…” En
el censo de ese año aparecería registrado el presbítero
Salvador de Upegui y sus dos esclavos José Ignacio y
Ana María, además del registro de nuevos apellidos
en el padrón de la población: Acevedo, González, Re-
dondo, Valencia, Usma, Carmona, Arroyave, Montoya,
Villada, Moreno, Estrada, Osorio, Torres, Restrepo, Ri-
vera, Ceballos, Agudelo y Corrales. Este padrón arrojo
un total de 879 almas que habitaban en las laderas de
la montaña de El Romeral.83

6.5. La erección del municipio y una noticia


etnográfica
En 1824 el censo nacional registraba para la Estrella
una población total de 1194 habitantes distribuidos de
la siguiente manera: 805 indios y 389 pobladores en-
tre esclavos y blancos. El caserío estaba conformado

F. 258r-264r. Villa de Medellín. Padrón del pueblo de La


Estrella.
83 A.H.M. Fondo Concejo de Medellín. Tomo. 83,
1814. F, 283ar-289r. Padrón del Pueblo de la Estrella.
90 / Caminos de la memoria Siderense

por 300 viviendas de paja y dos de teja. 84 La economía


agrícola anual era representada principalmente por la pro-
ducción de panela con 46 toneladas y el maíz con 225 fane-
gadas y la crianza de toros, vacas, caballos, yeguas, mulas
y cerdos. 85

El 6 de septiembre de 1826 se emitió una noticia


etnográfica desde la parroquia de La Estrella. Esta noti-
cia inventariaba o describía las condiciones climáticas,
el pago de diezmos, las maderas que se comercializa-
ban hacia la Villa de Medellín y un registro de la flora
y la fauna, registrando algunas especies nativas como
cusumbíes, ardillas, guaguas, tatabras, guacamayas,
pericos, zorros, comadrejas, lobos, tigres gallineros,
águilas, gavilanes, pavas, tatabros, osos hormigueros,
cuervos, garzas, cotorras, chamones, gallina de monte
y dios tedé Una parte de la noticia firmada por Antonio
Usma, Melchor Guerra y Pedro Colorado integrantes
del cabildo expresaba:
(…) Minerales no los hay de ninguna clase de
metales. Salinas no hay, ni minas de breas, ni
de betumen. {El grano} de primera necesidad
que sirve de abasto y se cultiva en la parroquia
es el maíz. Advirtiendo que el presente año ha
sido de perdida común en el Distrito por causa
de las lluvias, heladas, y escarchas. Lo que si es
abundante es el plátano guineo. Los Diezmos se
remataron el año pasado de 25 en 441 pesos, y
el Diezmero salió perdiendo 100 pesos. Pesque-
rias no hay. Las maderas que hay para edificios
84 A.H.A. Tomo 337, 1824, Doc., 6483. Estado que ma-
nifiesta la población actual de la parroquia de La Estrella.
85 A.H.A. Tomo 337, 1825, Doc., 6486. Cuadros, esta-
dísticas, censo de población del sitio de La Estrella.
Herney Tobón Mejía / 91

son quatro clases de laurel, el comino que es


el amarillo y oloroso, el de peña, el colorado,
y el mono, estas maderas son útiles para las
armazones y lo mismo para trozos, son las que
en el día se husan después de haberse acabado
el cedro, y el caobo, quimula, y barcino. Estas
maderas se conducen a la capital de Medellín
por el Rio que pasa por en medio de las tierras
de los naturales, y esta dichas maderas bajan
en balsas desde las cabeceras de dicho rio. Aho-
ra padecen los balseros mucho perjuicio por
una cortada, por haver que (porque) desecha
el peligro arrastrando las maderas por fuera
con gravísimo costo; el beneficio mayor, que
pudiera hacerse fuera que volvieran a echar el
rio por donde antes corría”86.

En la década de 1830 se trazó la plaza pública con


base en los preceptos de las leyes de Indias, a partir de
la cual se reservó en el marco de la plaza central un
espacio para la iglesia, la plaza pública, las calles de la
demarcación, el cementerio, la casa consistorial, etc.
de tal forma que los pobladores notables del pueblo
se hicieron a predios dentro de este trazado87. En el
año de 1833, el distrito de La Estrella perteneciente al
cantón de Medellín fue erigido como Municipio, y du-
rante este mismo año contaba con una escuela de 45
alumnos y otra con dos niñas.88 En el año 1835 había
dos casas de teja y 232 de paja; buena parte de la po-
86 A.H.A. Tomo 337, 1826, p, 9, Noticia Etnográfica.
87 Parra Sierra, Edison de Jesús. De la Tierra a la Olla:
Vida cotidiana y Alimentación en el Distrito de La Estrella
1880 – 1920. Tesis de grado. Universidad de Antioquia. Fa-
cultad de Ciencias Sociales y Humanas. Departamento de
Historia. Medellín. 2011. P.p, 16, 17.
88 Anuario Estadístico. Medellín. 1888. P. 326.
92 / Caminos de la memoria Siderense

blación tenía a su cuidado 1900 toros y vacas, 131 ca-


ballos, 800 cerdos y el funcionamiento de 700 útiles de
agricultura. 89

6.6. Enajenación perpetua de los terrenos


del resguardo indígena
Luego de las guerras de independencia ocurridas
en el territorio antioqueño en el año 1848, se dio la
creación del municipio de Caldas, Antioquia, cuyo ori-
gen parte del pueblo de indios de Nuestra Señora de
Chiquinquirá de La Estrella. Mediante la promulgación
de la Ley de enajenación de tierras por parte de los
indígenas, dictada por la Cámara Provincial de Antio-
quia en 1848, se hizo posible que los herederos de los
antiguos habitantes del municipio de Caldas vendieran
sus tierras a terceros. Este mismo año el caserío de La
Valeria fue elevado a la categoría de Distrito, ya no
dependiente de La Estrella, sino con autonomía para
levantar parroquia y cabildo municipal. Esta ley estaba
relacionada con una serie de disposiciones del nuevo
gobierno, instaurado después de la independencia de
Colombia, que dictó ordenar la política relacionada
con la población indígena de la recién fundada repú-
blica90
Esta ley permitió aumentar la venta de tierras en
la población 91 lo cual provocó la llegada de poblado-

89 A.H.A. Tomo 337, 1835, Doc. 6486.


90 Herrera Atehortúa, Cenedith. 1848, venta de tierras
o de cómo se crea un municipio. El caso de Caldas, Antio-
quia.
91 A.H.A. Fondo Notarial Municipio de La Estrella. C,
128. Octubre 14 de 1848, F, 92r. Venta de un pedazo de te-
rreno en la parroquia de La Estrella por parte de María de las
Nieves Tangarife a Matías Escobar.
Herney Tobón Mejía / 93

res procedentes de otros pueblos como Fredonia, Ama-


ga, Titiribí, Heliconia, Medellín, Envigado e Itagüí. Se
presentaría un aumento en las actividades económi-
cas, agrícolas y manufactureras como la fabricación de
cuerdas de cabuya, la transformación del paisaje y los
caminos y el cambio en los límites. Este proceso his-
tórico provocó la disolución del resguardo. Se resalta
en este periodo el movimiento comercial de los pobla-
mientos de La Miel y La Valeria, los cuales presenta-
ban rasgos del mestizaje más amplios a comparación
de la parte norte del resguardo. El antropólogo Iván
Darío Espinoza manifestaría en uno de sus informes
de prospección arqueológica del sector sur del Valle de
Aburrá:
(…) Como elemento social importante de re-
saltar para este período, es el proceso de con-
solidación del mestizaje que se presentó en Cal-
das, situación que refleja una particularidad en
su conformación cultural; al parecer fue aquí
uno de los lugares donde confluyeron poblado-
res indígenas procedentes del Resguardo de La
Estrella con otras gentes, dando origen a una
población particular, que podría expresar parte
de esa identidad de la actual población (…)92.

Mediante la ley de enajenación de tierras el mu-


nicipio de La Estrella fue desarrollando un territorio y
92 Espinoza Peláez, Iván Darío. Artículos y fragmen-
tos de libros de mi autoría. Aproximación al proceso de po-
blamiento del sector sur – occidental del Valle de Aburrá.
Tomado de: P Espinoza Peláez, Iván Darío. Artículos y frag-
mentos de libros de mi autoría. Aproximación al proceso de
poblamiento del sector sur – occidental del Valle de Aburrá.
Tomado de: Prospección arqueológica y formulación del
plan de manejo del patrimonio arqueológico. Municipio de
Caldas. Departamento de Antioquia. Informe final 2012. –
https://idespinosa.wordpress.com/author/idespinosa/
94 / Caminos de la memoria Siderense

una toponimia compuesta por parajes, caminos, calles


reales y servidumbres que aparecen en los registros
notariales. Los parajes: La Tablaza, Morrón, Ancón,
La Bermejala, Pueblo Viejo, La Chocha, El Corazón,
La Ospina, El Hoyo Grande u Hoyo de Buga9319, El Pe-
drero, Matarredonda, Palo Blanco, El Canelón, Pan de
Azúcar, La Loma, La Cascajosa, La Patagonia, El Guai-
co, La Culebra, El Tigre y Charco Azul. Los caminos: El
Guayabo, Morrón, y el de Ignacio Herrera y además al-
gunas calles como: Matacaballo, la Calle Real a Amagá
y Caldas, la calle de Los Echavarría, la calle a Pueblo
Viejo, la Calle Real de la demarcación o Plaza del pue-
blo de La Estrella, la Calle del Tigre y las servidumbres:
La Horcona, Bautista Redondo y Humberto Acevedo.

Posterior a la ley de enajenación y la llegada de


nuevos pobladores (por ende la llegada de mano de
obra) se fue presentando un aumento notable en la
producción agrícola y la ganadería, documentada en
el periodo comprendido entre el 1 de septiembre de
1849 al 31 de agosto de 185094. Si bien en esta época
no se registra la existencia de fábricas, cobra impor-
tancia el funcionamiento de varias carpinteras y una
herrería. Por su parte, el registro de estadística depar-
tamental daba a conocer la existencia de quinientas ca-
ballerías y la producción de maíz, frijol, panela, yuca,
papa, trigo y plátano. 95 Entre 1851 – 1855, La Estrella
pertenecía a la Provincia de Medellín. El historiador

93 19
A.H.A. Caja 128, 1848. Análisis Notarial.
94 Periódico La Estrella de Occidente. Medellín. Mar-
zo de 1849. Nota: El número de esclavos existentes en el
distrito parroquial de La Estrella era de tres mujeres y dos
hombres.
95 A.H.A. Tomo 337, 1849, Doc. 6486. Cuadro de la
industria agrícola o movimiento de productos naturales del dis-
trito parroquial de La Estrella.
Herney Tobón Mejía / 95

Álvaro Restrepo Euse escribiría acerca del Municipio


de La Estrella:
(…) En 1850 tenía 2600 habitantes. Estos se
consagraban a la agricultura y a fabricar cuer-
das de cabuya lo que les proporciona grandes
rendimientos. El clima, la belleza del sitio y su
proximidad a la capital la llaman a ser uno de
los más notables lugares de recreo de los mede-
llinenses (…) 96.

96 Restrepo Euse, Álvaro. Historia de Antioquia. Desde


la Conquista hasta el año 1900. Imprenta Oficial de Antio-
quia, 1903, Medellín. p, 253.
96 / Caminos de la memoria Siderense

7. APUNTES MONOGRÁFICOS DE
FINALES DEL SIGLO XIX - Noticias
y encargos que van llegando.

7.1. Límites en 1873

Luego del proceso de enajenación perpetua, el pue-


blo de La Estrella fue perdiendo territorio notablemen-
te. La mayoría del territorio todavía se utilizaba princi-
palmente para la agricultura, la ganadería y el corte de
maderas de la cuchilla del Romeral, permitiendo abrir
potreros para la ganadería. El cabildo del distrito de La
Estrella, cumpliendo con lo ordenado por el gobierno en
la circular número 8, de marzo de 1873, daba a conocer
los límites de la localidad:

“(…) 1. con Itagüí partiendo el rio Medellín


en el punto denominado charco o la Peña, una
recta de oriente a occidente hasta el camino de
servidumbre llamado de Rafael Acosta y desde
allí este mismo camino y los siguientes, el de
Itagüí para Amagá, el de servidumbre de José
María Garcés, el parroquial de La Estrella para
Itagüí, el del Tigre hasta el primer paso de la
quebrada Justa, desde este punto la línea más
corta a la quebrada Limona, esta para arriba
hasta la cañada más honda y esta para arri-
ba hasta la sierra de Romeral.2. con Envigado
linda. Partiendo del rio Medellín en el punto
denominado charco o la Peña, este arriba hasta
el salto del Ancón, de aquí por la cima del cerro
del Ancón hasta el punto denominado Caña-
Herney Tobón Mejía / 97

veralejo, de aquí continúa con Caldas descen-


diendo por toda la cima de la cordillera hasta
el rio, hasta el punto en donde desemboca la
quebrada denominada Cano (…) ésta a sus
nacimientos y de éstos a la cordillera y por ésta
hasta los límites con Amagá, y por ella hasta
los límites con Eliconia, con esta hasta los lí-
mites con Itagüí, primer punto de partida”. 97

7.2. El servicio de correos y el telégrafo. Im-


puestos de guerra.

En 1874 el Servicio de Correos del departamento de


Antioquia prestaba sus oficios al distrito de La Estrella
el día miércoles utilizando la ruta del suroeste antioque-
ño.98

El 30 de marzo de 1876 llegó el telégrafo a La Es-


trella. El servicio tuvo suspensiones por varios años al
punto de que habría sido reinaugurado el 24 de junio
de 1897. 99 En 1892 el presidente del Concejo Munici-
pal comunicó a la gobernación departamental la gestión
adelantada en la oficina de telégrafos del distrito, des-
tinando un presupuesto de 38 pesos para el alquiler de
la pieza y 10 pesos para mesa y taburetes. De esta for-
ma se inició la oficina de telégrafos de la localidad y
la designación de un telegrafista. El 23 de febrero del
año de 1893 el Concejo Municipal y algunos pobladores
solicitaban el funcionamiento de esta oficina, que para
su funcionamiento necesitaba conectar nuevamente el

97 A.H.A. Tomo 2755, 1873, Límites.


98 Periódico Anuario Estadístico. Medellín. 1888. P, 219.
99 Zapata Cuéncar, Heriberto. Monografía de Antioquia.
Aporte Cervecería Unión, Medellín 1978, Pág., 169
98 / Caminos de la memoria Siderense

cable y nombrar al funcionario encargado. En el año de


1895 se realizaban peticiones a la gobernación de una
máquina telegráfica y un operador.100

Con la construcción de la red vial del sur del Valle de


Aburrá se fueron remplazando los viejos caminos y ca-
lles reales. En el año 1881 la empresa de Coches de Me-
dellín transportaba pasajeros de La Estrella hasta Mede-
llin.10132 Durante esta misma época, cuando el municipio
conservaba su vocación agrícola, se dio un testimonio
de Frederick Von Schenck, viajero alemán que en sus
Viajes por Antioquia en el año de 1880 hizo referencia a
la localidad Siderense:

(…) También se caracterizan por un fuerte


desarrollo nuevos pueblos; La Estrella y San
Antonio al pie de las montañas que limitan el
valle en el occidente. Al parecer la agricultura
es muy intensiva; en todas partes se ve caña,
plátano, maíz y frisoles (…) 102

Durante la Guerra civil ocurrida entre 1876 y 1877,


a pesar de no haber participación en La Estrella sí se
registra la participación de contribuyentes. En el año
de 1882 Francisco Garcés, vecino de La Estrella, ven-
día a Francisco Baena, vecino de Santa Bárbara, un

100 Parra Sierra, Edison de Jesús. De la Tierra a la Olla:


Vida cotidiana y Alimentación en el Distrito de La Estrella
1880 – 1920. Tesis de grado. Universidad de Antioquia. Fa-
cultad de Ciencias Sociales y Humanas. Departamento de
Historia. Medellín. 2011. Pág. 37.
101 Periódico El Estado de Medellín (Político, literario y
noticioso) Jueves 7 de julio de 1881, Nº 9.
102 Frederick Von Schenck. Viajes por Antioquia en el
año de 1880. Bogotá, Banco de la República, 1953, p. 26.
Herney Tobón Mejía / 99

lote de terreno ubicado en el distrito de La Estrella en


cuya escritura expresó haberlo adquirido en un remate
realizado por la junta de cobro del distrito por contri-
bución de Guerra103.

Ilustración 3. Coche en La Estrella - Medellín

Fuente: Periódico El Estado, de Medellín (Político, lite-


rario y noticioso) Jueves 7 de julio de 1881, Nº 9.

7.3. El tranvía de mulas


En el año de 1886 se inauguró en Medellín el tranvía
de mulas, el cual consistía en unos vagones de hierro y
madera que se desplazaban sobre unos rieles de hierro

103 Parra Sierra, Edison de Jesús. De la Tierra a la Olla:


Vida cotidiana y Alimentación en el Distrito de La Estrella
1880 – 1920. Tesis de grado. Universidad de Antioquia.
Facultad de Ciencias Sociales y Humanas. Departamento
de Historia. Medellín. 2011. Pág. 66.
100 / Caminos de la memoria Siderense

tirados por la fuerza de las mulas. Esta ruta pasaba por


los distritos de Envigado, Itagüí, La Estrella y Caldas104.
El historiador Edison de Jesús Parra Sierra en su tesis
“De la Tierra a la Olla: Vida cotidiana y Alimentación
en el Distrito de La Estrella, 1880 – 1920” resaltaba lo
siguiente para este periodo

(…) En los fragmentos hallados en la docu-


mentación de archivo, es posible percibir que
entre 1880 y 1920 una parte del campesina-
do siderense se encargaba del sostenimiento
de la economía local, otra dedicaba los frutos
del trabajo a la subsistencia, además había un
grupo de empresarios agrícolas que se dedicaba
a la explotación de cultivos comerciales y mano
de obra asalariada. El conglomerado urbano
se sostenía con el trabajo rural, este sector con-
trolaba el comercio, la concentración de pode-
res sociales y económicos, en una estructura
desigual donde la sociedad se dividía en unos
roles específicos, los productores de alimentos
y comerciantes eran la base fundamental para
el soporte de la estructura social dividida en
sectores o clases (…)105

En 1887 La Estrella todavía contaba con una red de


caminos y calles reales, un puente de madera y cinco
puentes construidos con cal y canto que eran utiliza-
dos para viajar y comercializar cabuya, ollas de barro

104 Parra Sierra, Edison de Jesús. De la Tierra a la Olla:


Vida cotidiana y Alimentación en el Distrito de La Estrella
1880 – 1920. Tesis de grado. Universidad de Antioquia. Fa-
cultad de Ciencias Sociales y Humanas. Departamento de
Historia. Medellín. 2011. Pág. 118.
105 Ibíd. Pág. 44.
Herney Tobón Mejía / 101

y greda, papa, cacao, café, frijol, maíz, caña de azúcar,


yuca, canastos de tallos y ganado.106 Al siguiente año
en La Estrella se continuaba notablemente la produc-
ción de panela, sin embargo no funcionaban tan bien
otras formas y actividades económicas como tenerías,
tejares y alambiques, los cuales de igual forma apare-
cían en los renglones económicos y agrícolas del Anua-
rio Estadístico del Departamento de Antioquia107.

7.4. El ingreso de la industria del hierro


En el año 1888, La Estrella no contaba con un mo-
vimiento comercial e industrial establecido como en
otros lugares del Valle de Aburrá, lo cual se reflejaba
en la falta de bancos, casas de juegos permitidos, bi-
llares, galleras, baños públicos, bodegas de mercancía,
fundiciones de oro y cobre, hoteles, peluquerías y la
realización de espectáculos públicos como bailes.108
Para este año se resaltaba en la escala agrícola la pro-
ducción del café, con una venta en el mercado de 110
arrobas de café por valor de 340 pesos, y que se expor-
taban 400 por valor de 1200 pesos.109 Manuel Uribe
Ángel, en un fragmento de la carta enviada a Bogotá a
Isidoro Laverde Amaya, expresó lo siguiente acerca del

106 Anuario Estadístico. Medellín. 1888. P. 305. Nota:


En 1887 habían 618 cabezas de ganado mayor y en 1888
con 752 cabezas del menor.
107 Anuario Estadístico. Medellín. 1888. P 219.
108 Anuario Estadístico. Medellín. 1888. Págs. 385-386-
387-388.
109 Parra Sierra, Edison de Jesús. De la Tierra a la Olla:
Vida cotidiana y Alimentación en el Distrito de La Estrella
1880 – 1920. Tesis de grado. Universidad de Antioquia. Fa-
cultad de Ciencias Sociales y Humanas. Departamento de
Historia. Medellín. 2011. Pág. 80, 81.
102 / Caminos de la memoria Siderense

paisaje y la historia de La Estrella para aquella época:


“En la banda occidental y el Suroeste de Medellín,
sobre la base en que descansa la pesada monta-
ña del Romeral, está asentado el pueblo de La
Estrella, cuya erección, según las crónicas locales,
se hizo dándole por vecinos a algunos indios yana-
conas, que habían hacia la parte izquierda de la
quebrada Santa Elena. El caserío de La Estrella
es de humilde apariencia, pero está favorecido
por situación pintoresca. La torre de la iglesia,
pintada de blanco, se alcanza a divisar desde la
carretera que conduce de Medellín a Envigado
y desde sus puntos vecinos, como la vela blanca
de una goleta que navegue con sosiego sobre las
olas de una mar tranquila”110

Durante esta época la utilización de los recursos


naturales generaba conflictos entre los pobladores del
municipio, ya que algunos al carecer de ciertos recur-
sos preferían ingresar a los predios vecinos para acce-
der a materiales como la leña. En una relación de la
policía de 1896 se asentaba una multa a los señores
Agapito González, José Ángel Arenas y Gumersindo
Bustamante, para que contuvieran a sus hijos y evita-
ran invadir y sacar yerba y leña de la finca de Marco A.
Mejía, la cual estaba cerca del paraje Morrón.111
A finales del siglo XIX La Estrella no era de voca-
ción industrial, solo se reportaba la producción agrí-
110 Uribe Ángel, Manuel. Colon - América - Medellín.
Imprenta Departamental. 1892. P.66
111 Parra Sierra, Edison de Jesús. De la Tierra a la Olla:
Vida cotidiana y Alimentación en el Distrito de La Estrella
1880 – 1920. Tesis de grado. Universidad de Antioquia.
Facultad de Ciencias Sociales y Humanas. Departamento
de Historia. Medellín. 2011. Págs. 60, 64.
Herney Tobón Mejía / 103

cola, la ganadería y el corte de maderas. En el caso de


las fundiciones de hierro, que tuvieron su apogeo en
varios lugares del país, hasta esos días solo se conta-
ba con una Casa Ferrería a la orilla del camino hacia
San Antonio de Prado. No obstante el auge industrial
del hierro propiciado por la Guerra de Los Mil Días
en Colombia (1896 – 1902) abrió las puertas a la que
sería la primera empresa del municipio: La Ferrería de
La Estrella o Molinos Estrella, en 1896. Allí se fabrica-
ban despulpadoras de café, estufas, carros de resortes,
tuberías, ruedas hidráulicas y otros tipos de artefac-
tos.11241
Ilustración 4. Talleres de fundición “Estrella
- Velilla & Escobar” (1905)

Tomado de: Gabriel Poveda Ramos. “Breve historia


de la minería”, Historia de Antioquia, Director general

112 41
Pineda, Orlando de Jesús. El Hierro en el desarro-
llo económico de Antioquia: de las ferrerías a Simesa. Tesis
de grado. Universidad de Antioquia. Facultad de Ciencias
Sociales. Departamento de Historia. 1997. P 28.
104 / Caminos de la memoria Siderense

Jorge Orlando Melo. Medellín, Suramericana de Segu-


ros, 1991, p. 219. (el autor es Gonzalo Escobar, esta
imagen hacía parte de la colección visual de FAES que
actualmente reposa en el Archivo Fotográfico de la Bi-
blioteca Pública Piloto)
Herney Tobón Mejía / 105

8. ALGUNOS ASPECTOS HISTÓ-


RICOS DE LA VIDA COTIDIANA
HASTA MEDIADOS DEL SIGLO XX
- Travesías y rutinas en el nuevo siglo

8.1. La llegada del ferrocarril de Amagá


A principios del siglo XX otros cultivos diferentes
al maíz y la caña de azúcar, como la arracacha, el café
y el fique, fueron tomando fuerza en la localidad. En
el año 1905 continuaba funcionando la oficina de te-
légrafos, pero con una mejor dotación compuesta por
dos máquinas telegráficas, dos mesas, cinco taburetes,
un pupitre, un archivo, una batería con su caja y un
conmutador para la línea telegráfica, además de un
equipo humano de trabajo que estaba integrado por la
telegrafista, el ayudante y el cartero113.
Uno de los acontecimientos más importantes en
la historia municipal a comienzos del siglo XX fue la
llegada de las locomotoras y la vía férrea del Ferro-
carril de Antioquia. Esta obra agilizaría el transporte
de pasajeros y carga, las comunicaciones, la economía
y la articulación de la actividad minera del suroeste
del departamento. En el año 1911 el movimiento co-
mercial del municipio no estaba bien definido y no era
constante, el censo registraba la presencia en la loca-
lidad de 97 personas que participaban de la actividad

113 Parra Sierra, Edison de Jesús. De la Tierra a la Olla:


Vida cotidiana y Alimentación en el Distrito de La Estrella
1880 – 1920. Tesis de grado. Universidad de Antioquia.
Facultad de Ciencias Sociales y Humanas. Departamento
de Historia. Medellín. 2011. Pág. 37.
106 / Caminos de la memoria Siderense

comercial.114 El distrito de La Estrella presentaba los


siguientes límites para este año:
(…) Por el norte con Itagüí, desde un punto
llamado “La playa de los Upeguis”, sobre el río
Medellín, sale a una calle de servidumbre y si-
gue esta hasta la calle vieja de Caldas, por toda
esta hasta encontrar la calle denominada “de
Marucha”, y por esta hasta la carretera depar-
tamental; esta abajo hasta encontrar la calle
de Patagonia, y por esta hasta encontrar la de
“La Ferrería”. Con Medellín por toda la calle de
“La Ferrería” hasta el alto de la “Guija” en la
cordillera del “Romeral.” Por el Oeste, con An-
gelópolis, desde el alto de la “Guija” siguiendo
por la cordillera del Romeral hacia el Sur, has-
ta los nacimientos de la quebrada “La Raya”.
Por el sur con Caldas desde el nacimiento de
la Quebrada ””La Raya” siguiendo esta hasta
la desembocadura del río Medellín y éste por
un filo hasta el alto de “La Miel” siguiendo el
mismo filo hasta el alto de Cañaveralejo, des-
cendiendo por un filo hasta el río Medellín y
este abajo hasta la playa de los Upegui, primer
lindero (…) 115

En el proyecto de la construcción del ferrocarril para


114 Parra Sierra, Edison de Jesús. De la Tierra a la Olla:
Vida cotidiana y Alimentación en el Distrito de La Estrella
1880 – 1920. Tesis de grado. Universidad de Antioquia. Fa-
cultad de Ciencias Sociales y Humanas. Departamento de
Historia. Medellín. 2011. Pág. 95.
115 Parra Sierra, Edison de Jesús. De la Tierra a la Olla:
Vida cotidiana y Alimentación en el Distrito de La Estrella
1880 – 1920. Tesis de grado. Universidad de Antioquia. Fa-
cultad de Ciencias Sociales y Humanas. Departamento de
Historia. Medellín. 2011. Pág. 16.
Herney Tobón Mejía / 107

el Estado de Antioquia, el ingeniero cubano Francisco


Javier Cisneros proyectaba dentro de los diseños de obra
en el año 1880 el paso por la población de La Estrella da-
das sus condiciones topográficas, ubicación geográfica,
crecimiento demográfico y distancia de la población, la
cual se encontraba a tres leguas de la denominada línea
centro del ferrocarril.116 El 2 de julio de 1909 se inician
los trabajos de la construcción del ferrocarril y el 8 de
febrero de 1911 se clavó el primer riel para un trayecto
inicial de 24 kilómetros comprendido entre los munici-
pios de Medellín y Caldas, teniendo en dicha línea a las
estaciones de Ancón y La Tablaza, esta última inaugura-
da el 16 de octubre de 1911.117
Esta obra agilizó en el distrito de La Estrella el mo-
vimiento de pasajeros, la conectividad con el suroeste
y con Medellín, la comercialización y el transporte de
sacos de cabuya para empacar el café de exportación,
productos agrícolas como café, arracacha y naranjas, las
ollas de barro de La Tablaza y los canastos de bejuco de
Pueblo Viejo que eran elaborados tradicionalmente en
estos lugares. Se comparte uno de los recuerdos acerca
del día de la inauguración del ferrocarril en La Estrella,
escrito por Bernardo Arango Macías:
“Llegó pues, el venturoso día, y todo el pueblo en sus dis-
tintas etapas y edades se consagró bullicioso, rebosante
de alegría, en la estación, en anhelante expectativa de
la hora en que se llevaría a cabo la histórica inaugura-
ción… Ya se aproxima la hora, el minuto, el instante.
Era verdad que íbamos a ver y tocar un tren y oíamos

116 Periódico Ferrocarril de Antioquia. Estados Unidos


de Colombia. Francisco Javier Cisneros. Nueva York. Im-
prenta y librería de N. Ponce de León, Broadway. 1880. P.
26.
117 Bravo B, José María. Monografía sobre el Ferroca-
rril de Antioquia. Ediciones Autores Antioquenos. Vol.82,
Medellín 1993.
108 / Caminos de la memoria Siderense

cercano el pito, y más cercano aún, el traqueteo de los


carros y el vigoroso ceceo de la locomotora. Se redoblan
entonces las aclamaciones y vítores, al Gobernador, al
Gerente, a los Ingenieros, al progreso, a Antioquia, a
Colombia. Así, muy arrogantes, muy embanderadas, van
asomando las locomotoras”118.

El ferrocarril, despertó en los dirigentes del distrito


la necesidad de un nuevo camino que conectara a la
cabecera municipal con la estación Ancón. En el año
1911 el Concejo Municipal de La Estrella en alianza
con la junta de caminos local solicitó a la junta de ca-
minos departamental la apertura de una vía desde la
cabecera hasta la estación Ancón.119 En el censo agríco-
la de 1911 entre las pequeñas parcelas de pan coger y
las empresas agrícolas, en la Estrella se contabilizaban
cerca de 250, seguidas por la empresa ganadera en la
que solo se reportaban 18. Estas manifestaciones eco-
nómicas empleaban una parte significativa de los 300
jornaleros censados.120 En este año se encontraban en
primer lugar de la producción agrícola del municipio
el cultivo de arracacha con una producción de 30000
kilos por valor de 600 pesos oro, del cual se enviaban
los excedentes a la ciudad de Medellín.
Seguido del cultivo de la arracacha se encontra-
ba el café, con 75 fincas que producían por día de la-
bor 750 kilogramos de café con jornales de $0.30, de
treinta jornales por día de 10 horas laboradas. Según

118 Arango Macías, Bernardo. Por los caminos de una ni-


ñez. Impresos el día, Medellín.1987, p, 74.
119 Parra Sierra, Edison de Jesús. De la Tierra a la Olla:
Vida cotidiana y Alimentación en el Distrito de La Estrella
1880 – 1920. Tesis de grado. Universidad de Antioquia. Fa-
cultad de Ciencias Sociales y Humanas. Departamento de
Historia. Medellín. 2011. Pag.120.
120 Ibíd., Pág. 68.
Herney Tobón Mejía / 109

el censo agrícola de 1911, en el distrito se contaron


40.000 árboles sembrados, 20.000 árboles cafetos ma-
yores de 10 años, 10.000 de 3 a 10 años y 10.000 me-
nores de 3 años. La producción anual de los árboles en
producción era de 20.000 kilos del grano121. En tercer
lugar se encontraba el fique, con dos mil kilos (2000
kg), puesto que el insumo para la producción de sacos
de cabuya provenía en su mayoría de otros lugares del
país y de los municipios del departamento, como Guar-
ne en el oriente antioqueño122.
En febrero del año 1912 se aprueba el comunica-
do que había realizado el ex gobernador de Antioquia
Pedro Justo Berrío, donde se facultaba el presupuesto
para la construcción de la carretera que conectaría la
cabecera del distrito con la estación Ancón. Sin embar-
go desde la inauguración, el alcalde de La Estrella, Ju-
lio Vélez, había estado enviando policías a la estación
para facilitar la vigilancia de las personas que transi-
taban cerca del tren, sobre todo los niños que se la
pasaban jugando por la carrilera. Uno de los casos de
emergencia acaecido en aquella época en el ferrocarril
sucedió en el año 1913, cuando Pedro Antonio Escobar
de más de setenta años se expuso en la carrilera con el
fin de quitarse la vida con el paso del tren. Según su
hermana Ana Francisca Escobar, lo había hecho en es-
tado de “enajenación mental” atribuida a su avanzada
edad y su estado de total locura123.

121 Ibid, Pág. 81.


122 Echeverri, José Julián. Cultivo de la cabuya en An-
tioquia. Medellín, abril de 1931. Secretaria de Agricultura y
Fomento. Imprenta Oficial. Pág.18, 19.
123 Parra Sierra, Edison de Jesús. De la Tierra a la Olla:
Vida cotidiana y Alimentación en el Distrito de La Estrella
1880 – 1920. Tesis de grado. Universidad de Antioquia. Fa-
cultad de Ciencias Sociales y Humanas. Departamento de
Historia. Medellín. 2011. P, 122.
110 / Caminos de la memoria Siderense

Ilustración 5. Estación Ancón. Década 1920

Proyecto de Memoria Visual, Corporación Ancón.


Municipio de La Estrella. 2001.

8.2. El apogeo de la cabuya, el café y la llega-


da de la luz eléctrica
En el año 1912 la población era conformada por:
2.300 mujeres y 2.011 hombres para una total de
4.311 habitantes. Entre la población solo 27 personas
ejercían profesiones liberales y algunos se estaban for-
mando en artes y oficios, por demás solo había dos po-
licías. Uno de los factores del crecimiento demográfico
de la población para esta época, fue el fenómeno de la
migración a causa de las guerras civiles y la violencia
regional, que hizo que muchas personas buscaran las
cercanías de la creciente ciudad de Medellín.124
Para esta época la mayoría de los pobladores de
La Estrella se dedicaban a la labor manufacturera de
la cabuya y la producción agrícola de maíz, caña de
124 Ibíd. Pág., 47.
Herney Tobón Mejía / 111

azúcar, yuca, arracacha, plátano y frijol; cultivos que


se habían visto afectados por las condiciones climáti-
cas y algunas plagas como la langosta que había afec-
tado cultivos durante ese año en los pueblos vecinos
de Medellín.125 En el año 1914 aparece entre las casas
del pueblo y los corredores campesinos el servicio de
energía eléctrica. Antes, comenzando el siglo XX ha-
bía una planta eléctrica de pequeña dimensión, que
era de unos particulares. Mediante el acuerdo 26 de
septiembre 11 de 1915, el concejo municipal declaró
la necesidad de instalar una planta eléctrica y ordenó
tomar el agua de la quebrada La Bermejala en Pueblo
Viejo, para una capacidad de veinticinco kilovatios y el
servicio de 168 focos.126
En 1915 el cultivo del café contaba en el territorio
con 53.450 árboles sembrados y una producción anual
de 1.756 arrobas. Esta producción cafetera no contaba
como en otros lugares con la utilización de maquina-
ria agrícola especial como trilladoras, despulpadoras
hidráulicas o estufas. El trabajo simplemente se reali-
zaba a partir de la utilización de 21 despulpadoras de
manubrio.127 En el año 1918 el territorio poseía 150
fincas o plantaciones de café con 200.000 árboles,
100.000 cafetos que aún no producían y 100 despul-
padoras de manubrio.128 La cabuya también represen-
125 Periódico. El Colombiano, Medellín, No-
viembre 6 de 1912, N. 83.
126 Zapata Cuencar, Heriberto. Monografías
de Antioquia. Aporte de Cervecería Unión, Medellín,
1978. p, 169.
127 Instrucción Pública Antioqueña. Mede-
llín. Serie VI. Abril de 1917. N. 78 – 79. P. 422. Nota: No
se registraba servicio de hospital en La Estrella.
128 Parra Sierra, Edison de Jesús. De la Tierra
a la Olla: Vida cotidiana y Alimentación en el Distrito
de La Estrella 1880 – 1920. Tesis de grado. Universidad
112 / Caminos de la memoria Siderense

taba el crecimiento económico de la localidad Sideren-


se con la cual además de la elaboración de costales,
permitía a la población la confección de alpargatas,
arritrancos, cinchas, enjalmas para las mulas, hisopos
y mochilas.129 El historiador Gabriel Jaime Bustamante
manifestó en una de sus investigaciones referentes a la
historia local de La Estrella:
(…) En la década de 1920, aseguran algunos
ancianos, se introdujo la rueca a la labor ca-
buyera. Un instrumento que también servía
para hilar, pero que a diferencia de la taraba
se manejaba con el pie y no requería de dos
personas.130 (…)

En la tradición agrícola del cultivo del fique o ma-


guey, después de la siembra y la recolección del fique,
las hojas eran pasadas por el carrizo el cual era com-
puesto por dos palos unidos en forma de ”V” y servía
para desfibrar las hojas de la penca. El proceso de la
hilada se realizaba en las calles y caminos por medio de
estacas. Una de las herramientas fundamentales en este
proceso agro industrial era la Taraba, una herramienta
manual de madera que servía para torcer los hilos. Estas
agotadoras jornadas de trabajo también incluían la labor
del urdido o de urdir que consistía en ubicar los hilos
longitudinalmente, es decir de extremo a extremo del
telar de cabuya. Jaime Gil, quien desde su niñez se crió
al lado de costales de fique y quien había sido operario
de Antioquia. Facultad de Ciencias Sociales y Humanas.
Departamento de Historia. Medellín. 2011. Pág. 81.
129 Corporación Ancón. La memoria económica en La
Estrella: Al vaivén de la cabuya y otros oficios. Serie 3 pro-
yecto memoria cultural. COPY Net Comunicación Integral,
Medellín, Pp.11- 13.
130 Ibíd. P. 11.
Herney Tobón Mejía / 113

de varios telares en La Estrella recuerda aquella época


cabuyera:

“El telar se tenía que manejar con todo el cuer-


po, con los pies, con las manos, hasta con la ca-
beza se tenía que manejar un telar de cabuya.
Las partes principales del telar eran: Los lisos
para abrir la trama que servía para pasar la
lanzadera; el peine para ajustar la trama, los
carreteles, las himbras. Mi papá hacia lanzade-
ras para los telares de donde Chucho y Moncho
Quiroz y para Gabriel Mejía en El Pedrero. Pri-
mero era un telar que no era de recorredora, era
de prensa, que se trabajaba hasta cierta parte
la tela y de ahí paraba y tenía que recorrer a
punta de mano, se bajaba la prensa y templaba
el tendido, después fue con recorredora, enton-
ces ya no había que hacer ése trabajo; sino que
uno con las mismas himbras iba recorriendo
la tela. Los telares de prensa no me tocaron,
me tocó ayudar a trabajarlos. Cuando me tocó
de operario manejaba el telar de recorredora.
Primero trabajé con Chucho Quiroz bajando a
Calle Séptima, después con Luis H. Toro en Vi-
lla Fátima; con Mariano Arenas por Chorritos
y de ahí salí para la fábrica de Coltejer.”131

En 1931 buena parte de la población se dedicaba a


la fabricación de sacos de cabuya. Para el pago de los
fletes de la cabuya en el ferrocarril de Amagá existía una
diferencia notable de precio que favorecía la cabuya, por
ejemplo, mientras el café pagaba desde Pie de Cuesta
hasta el pueblo de La Estrella por carga de 0.70 centa-
131 Entrevista con Jaime Gil realizada el 7 de julio de
2001.
114 / Caminos de la memoria Siderense

vos, la cabuya no pagaba más que 0.28 centavos. Rafael


Rivera escribió en el libro El Cultivo de la Cabuya en
Antioquia:
“El número de brazos que pueden ocuparse tan-
to en las labores del cultivo de la cabuya como
en la fabricación de sacos, de la cual derivan su
subsistencia numerosas familias en las pobla-
ciones de Guarne y La Estrella, es otro de los
más interesantes aspectos de esta industria.”132

En 1935 La Estrella ocupaba el primer lugar en el


Departamento de Antioquia con una producción de
cabuya de 393 mil sacos de cabuya. Al finalizar este
añ se registró en segundo lugar después del municipio
de Guarne con una producción semestral de 178.103
sacos,133 favoreciéndose a la vez de las pequeñas plan-
taciones de fique que habían por el territorio, princi-
palmente de la variedad Castilla, la cual no tenía espi-
nas y que daba un mejor rendimiento en la fibra y el
vástago floral (maguey) y afectaba menos al operario
de la desfibrada.134
En 1938 el municipio lindaba por el norte con Me-
dellín, Itagüí y Heliconia; por el oriente, con Envigado;
por el sur, con Caldas, y por el occidente, con Ange-
lópolis y Heliconia. Con una extensión territorial de
50 kilómetros cuadrados y una temperatura prome-
dio de 20 grados centígrados albergaba alrededor de
160 casas veraniegas.135 Para ese año el municipio era
132 Cultivo de la cabuya en Antioquia, Medellín, abril de
1931.Secretaria de Agricultura y Fomento. Imprenta Ofi-
cial. Pág.3, 4,11.
133 Uribe Álvarez, Ignacio. Anotaciones sobre la industria
de la cabuya. Tipografía Bedout, Medellín, 1938. P. 9.
134
135 Monografías de Antioquia. Cervecería Unión. Ano-
taciones Municipio de La Estrella. Tipografía Sansón. Mede-
Herney Tobón Mejía / 115

el mayor productor de sacos de cabuya en Colombia


con una producción anual calculada en 600.000 sacos.
Funcionaban 80 máquinas tejedoras que trabajaban
permanentemente, conservando la utilización de otros
sistemas más rudimentarios como el telar a mano. De-
bido a la poca producción de fique en el territorio, la
mayoría de la materia prima ingresaba de otros luga-
res del país. Sin embargo la industria casera de la ca-
buya estaba siendo remplazada por la introducción de
moderna maquinaria que fue reduciendo la necesidad
de la mano de obra.136

Ilustración 6. Telar de cabuya municipio de


La Estrella

Área Metropolitana. Patrimonio Cultural


Valle de Aburrá. 1989.

llín. 1941.
136 Ibíd.
116 / Caminos de la memoria Siderense

8.3. Pueblo de veraneantes, comerciantes y


de cruce de caminos
En las década de 1940 funcionaba en la demarca-
ción del pueblo o plaza principal la casa consistorial en
donde se instalaban las oficinas públicas, la cárcel y la
oficina de telegrafía. El paisaje cotidiano de la pobla-
ción era representado por el estilo aborigen y coloni-
zador, casas de techo de paja y paredes de bahareque,
viviendas de muro de tapia de primer y segundo piso,
techo de teja de barro cocido con aleros, corredores ro-
deados de chambranas, portones con jardineras, calles
empedradas y una pila o fuente de bronce en la plaza.
Como no existía hospital la atención médica era
brindaba por el doctor Nacianceno Vélez, un médico
práctico del pueblo, mientras que el servicio de las
boticas estaba a cargo de Antonio Abad, Delio Garcés
Sosa y Gustavo Garcés. Fue durante esa época que co-
menzaron a tomar fuerza entidades como la Sociedad
de San Vicente de Paul, la Cruz Roja Escolar y la So-
ciedad de Mejoras Publicas. La Parroquia por su parte
administraba el asilo y la Casa Restaurante donde se
atendía a los peregrinos que visitaban el templo y la
imagen de Nuestra Señora de Chiquinquirá, patrona
de la población Siderense.
Al sur de la cabecera municipal, en el centro po-
blado La Tablaza, existió un cruce de caminos en el
que confluían tres rutas: el camino de San Miguel, que
conducía a Monte Bonito, al municipio de Angelópolis
y a la laguna del Romeral; el camino de La Tablaza,
que comunicaba con la vereda La Miel y los municipios
de Sabaneta y El Retiro; y Calle Vieja, que comunicaba
con Peñas Blancas, Pueblo Viejo y la cabecera muni-
cipal de La Estrella. La Tablaza era un paso obligado
de arrieros, quienes tenían la costumbre de soltar el
ganado en una corraleja que era propiedad de Ricardo
Montoya.
Herney Tobón Mejía / 117

Entre los sitios que han permanecido en la memo-


ria como referentes históricos de este cruce de caminos
se cuentan la fonda de Guillermo González, la cantina
de Martín Ruiz, las enjalmas de cabuya de Jesús Vélez,
la máquina para hacer panela de Lázaro Montoya, la
carretilla de bestias que transportaba los pobladores
hasta Caldas, el automotor tipo “Escalera” de Tomas
Vélez y el automóvil de Miguel Montoya. Allí también
se congregaba la producción alfarera de ollas de ba-
rro, materas, cántaros y callanas para hacer arepas;
los “Chusqueros” que maniobraban bejucos y chusque
para elaborar canastos, y “Las Chusperas” que elabo-
raban chuspas o bolsas con la guasca o corteza de la
planta de plátano y las hojas secas de la caña de azú-
car, y que se vendían como empaque de las botellas de
cerveza.137
Durante este periodo el municipio se habían con-
vertido en el centro de veraneo de empresarios, políti-
cos, médicos e intelectuales de la ciudad de Medellín,
tanto que en el periódico La Defensa, de Medellín, se
anunciaba la salida y entrada de veraneantes en La
Estrella. Entre algunos de los veraneantes ilustres y
frecuentes se puede mencionar al cejeño José María
Bernal, gerente de Cervecería Unión; Ernesto Estrada,
empresario de Medellín; el abogado Guillermo Jara-
millo Barrientos, el médico Pedro Nel Carmona; Jorge
Saldarriaga, hombre de negocios; Gustavo Mejía Án-
gel, hombre público de Medellín, y Constantino Duque,

137 Santa Cardona, Rodrigo. Relación de la comunidad


del corregimiento de La Tablaza (La Estrella -Antioquia)
con su entorno a través del tiempo. Universidad Pontificia
Bolivariana. Facultad de Educación- Postgrados especiali-
zación en educación ambiental, Medellín, 2000, Págs.33, 44,
46, 47, 48, 49, 50.
118 / Caminos de la memoria Siderense

empresario del transporte.138 Algunas de las fincas de


veraneo memorables serían La Pilarica, de Juan Arbe-
láez Quijano: La Moradelia, del comerciante de Jesús
M. Mora; Villa Esther, de Carlos Peláez; La Nubia, de
Juan Saldarriaga; Sylvania, de Jorge Restrepo; El Lido,
de Bernardo Gaviria; Marinela, de Jesús Angulo; Vera-
cruz, de Francisco Ospina Pérez; Villa del Campo, de
Alfonso Villa, y Gibraltar, de Jenaro Medina. Margarita
Acosta, quien habito la mayor parte de su vida cerca de
una de esas fincas de veraneo relata:139
(…) Me acuerdo de la finca de recreo La Bal-
sora que quedaba subiendo por la Calle Empe-
drada, se llamaba así desde que empecé a tener
uso de razón. Allí sembraban mucho naranjo
injerto y con el tiempo sembraron un cafetal. El
propietario era Justiniano Moreno y la esposa
se llamaba Susana ¡Esa gente valía la pena!
Los viejitos se mantenían ahí. Sus nietos ve-
nían desde Medellín en las vacaciones, uno de
ellos era don Jorge Molina Moreno, un señor
especial. En esa finca nos manteníamos jugan-
do con el agua que bajaba por una zanja que
había en toda la mitad de la finca. Echábamos
barquitos de papel por el cauce y bajábamos a
cogerlos. Recuerdo que ellos me dieron una mu-
ñeca, un cofrecito con confites y pajitas como
regalo de primera comunión (…)140

En adición a este escenario turístico en la memoria


del pueblo de La Estrella vale la pena mencionar que
138 Periódico La Defensa. Medellín. Enero 14 de 1941.
S.XXII.
139 Periódico La Defensa. S.XVII. N. 137. P. 3.
140 Entrevista con Margarita Acosta realizada en agosto
de 2002.
Herney Tobón Mejía / 119

hacia 1941 el Dr. Juan Saldarriaga cabilaba el proyecto


de construir el hotel de la salud.141

Ilustración 7. Plaza del Municipio de La Es-


trella

Periódico La Defensa. Medellín. Enero 14 de 1941.

141 Periódico La Defensa. Medellín. Enero 14 de 1941.


S.XXII.
120 / Caminos de la memoria Siderense

9. LA CALLE REAL DE LA FERRE-


RIA - Un recorrido guiado desde la
vereda hasta el Parque

9.1. Reseña Histórica


Uno de los caminos de más importancia durante el
periodo de la colonia fue el que comunicaba a los pue-
blos de La Estrella y Heliconia.142 Desde la época de la
conquista del Valle de Aburrá, en el siglo XVI, se hacía
referencia del sitio de “Murgia”, que debió ubicarse en
la actual Heliconia de donde es conocida históricamen-
te la sal de Guaca. Su importancia en la producción de
sal se mantuvo vigente hasta mediados del siglo XX.143
Este antiguo camino permitía la comunicación desde
la plaza de La Estrella, pasando por las quebradas La
Estrella, La Ospina o El Zanjón, La Justa, La Limona y
Doña María, hasta lugares como: San Antonio de Pra-
do, Belén, San Cristóbal, Ebejico y Heliconia, y de allí
los altos de La Guija, El Manzanillo y El Moral.
En el año 1849 funcionaba una herrería en La Es-
trella.144 Una parte del camino hacia San Antonio de
142 Botero Páez, Sofía. Vestigios de una Red Vial Anti-
gua en el Valle del rio burra. Área Metropolitana del Valle
de Aburrá. Logos Litografía Ltda. Medellín. 2008. Pág. 92
143 Vélez Escobar, Norberto y Botero Páez, Sofía. La
Búsqueda del Valle de Arví. La búsqueda del Valle de Arví
y descubrimiento de los valles de Aburrá y Rionegro por
el capitán Jorge Robledo. Alcaldía de Medellín. Secretaria
de Cultura Ciudadana. Subsecretaria de Metro cultura.
Programa de Memoria y Patrimonio. Impresión. Logros
Litografía Ltda. Medellín. 2009. Págs. P. 42, 43.
144 A.H.A. Tomo 337. Doc. 6486. Cuadro de la industria
agrícola o movimiento de productos naturales del distrito
Herney Tobón Mejía / 121

Prado era denominado en 1870 como la Calle Real


de La Ferrería. Esta calle contaba entre sus poblado-
res a Manuel Mejía Orozco, Dimas Flórez, Pedro Ba-
rrera, Faustino Redondo, Ana María Morales, Tomas
Vargas, Vicente Mejía, Domingo Vélez, Eleuterio Gar-
cés, Emiliano Botero, Bautista Arenas, Josefa Barrera,
Rosa Montoya y Antonio Restrepo, quienes habitaban
en viviendas de techo de paja, de muros de tapia y de
bahareque, y de tejas de barro cocido y que se dedica-
ban principalmente a los cultivos de maíz, caña dulce
y yuca.145
Siendo el año 1872 también sería nombrado den-
tro de la toponimia de la Calle Real de La Ferrería el
sitio denominado “El Guaico”.146 Posteriormente, en
1879, se tiene noticia de un gravamen de un terreno
y utensilios de una ferrería en La Estrella que estaría
contenido por “…dos camas de cajón, dos mesas gran-
des de pino, cuatro taburetes, una mesa pequeña, dos
esquineras, dos fuelles de fragua, un yunque, un tornillo
grande, una entenalla, tres martillos…”147
En los límites de La Estrella, con Itagüí y San Anto-
nio de Prado, se mencionaba el “Punto de La Ferrería”
como referente geográfico del territorio.148 Sumado a
lo anterior, en este mismo año los linderos de San An-
tonio de Prado y La Estrella eran los siguientes:
(…) 1. Teniendo en cuenta el Decreto del Hmo
parroquial de La Estrella.
145 A.H.A. Fondo notarial municipio de La Estrella.
Caja N. 129. Escritura N. 55. Agosto 9 de 1870.
146 Ibíd. Caja N. 129. Escritura N.100. Septiembre 27
de 1872.
147 A.H.A. Fondo Notarial Municipio d La Estrella. Es-
critura N. 390. Septiembre 28 de 1879.
148 Repertorio Oficial de Antioquia. Enero 11 de 1887.
Medellín. N. 48.
122 / Caminos de la memoria Siderense

Señor Herrera n.48 de julio de 1887 y ponien-


do los ojos en el mapa que acompaño, se com-
prende que el lindero de Prado con La Estrella
empieza en el alto de “La Guija” y sigue por
“La Limona” hasta un camino que partiendo de
una casa que se llama Ferrería termina en “La
Limona” y esta misma calle o camino forma el
lindero de La Estrella y la Parroquia de Itagüí
(…)149
Mapa 2 Linderos La Estrella - San Antonio de
Prado 1907

Mapa en el que se relacionan los linderos de La Estre-


lla y San Antonio de Prado y aparece el punto de la
Calle Real de la Ferrería o “Punto de la Ferrería”. Ar-
chivo Arquidiócesis de Medellín. Año 1907

149 A.H.A. Copia de un documento de mayo 8 de


1907. Arquidiócesis de Medellín. Parroquia San Antonio
de Prado. En los cuales se relacionan los linderos de La
Estrella y San Antonio de Prado.
Herney Tobón Mejía / 123

9.2. Recorrido histórico y vivencias de la ca-


lle de La Ferrería
La Calle Real de La Ferrería, en la ruta que comuni-
caba a La Estrella con San Antonio de Prado, Armenia
Mantequilla y Heliconia, presenció la llegada de nue-
vos pobladores en las primeras décadas del siglo XX,
aumentando la mano de obra para la economía agrí-
cola de la cabuya y el café, la arriería y el transporte
de sal; oficios todos que hicieron parte de la historia
de este camino y lo convirtieron en uno de los sectores
más importantes en el movimiento comercial del mu-
nicipio. Su recorrido también sirvió como inspiración
para el escritor Bernardo Arango Macías, quien en su
libro “Por los Caminos de Una Niñez” resaltó diferentes
aspectos referentes a este camino que fue importante
para la vida cotidiana de la localidad y que iría despa-
reciendo posteriormente con la apertura de carreteras
y la construcción de viviendas
(…) De La Estrella se iba al apacible San An-
tonio de Prado, por un delicioso camino de
montaña. Decimos se iba porque ya no es aquel
sendero de entonces. Ahora es una carretera.
Las máquinas del progreso, la urbanización,
han ido acabando con los encantos salvajes de
la naturaleza. (…) A poco de salir de La Estre-
lla y cuando ya se habían perdido de vista las
agujas del campanario, se entraba como diji-
mos en una senda que corría por entre selva.
Recordemos cuando niños, a veces al bajar el
alba recorríamos esta vía, a ambos lados esta-
ba bordeada por los árboles variados del clima
medio, los matorrales, a manera de setos, en-
galanaban adustamente el camino. Por encima
124 / Caminos de la memoria Siderense

asomaban en profusión las moras chiquitas y


las de castillas. Se encontraban también las
piñuelas y muchos otros frutos silvestres que
contribuían a embalsamar aquel encantador
ambiente campestre. A esto se apegaba el aro-
ma escandido de una que otra colmenera de
“Angelitas” (Trigona Amalthea) y de “Enreda-
deras” (Trigona Familiaris).
En los árboles y en los arbustos veíamos colum-
piar los avisperos de las chepas (Polistes Car-
niflex) y de las quita calzón (Plybia Lasciata).
Particularmente éstas sufrían nuestros asaltos
a piedra, en los que casi siempre salíamos de-
rrotados, a pesar de la superioridad de nuestras
armas. La retirada era una fuga precipitada en
busca de refugio, sobre todo para cumplir sin nin-
gún recato el imperativo que entraña el nombre
de estos furiosos Himenópteros. Los toches, las
mirlas, los azulejos, los verdeazules, se veían re-
volcar a todo lo largo de la senda llenando el aire
de animados y evocadores trinos. Por los troncos
y ramas de los arboles corrían ligeras, fugaces,
las ardillas. De los matorrales salían los hui-
dizos armadillos, los conejos sabaneros (Lepus
Apolinaris) y las comadrejas (…)150

150 Arango Macías, Bernardo. Por Los Caminos de


Una Niñez. Sociedad de Mejoras Publicas municipio de La
Estrella. Impresos al día, 1987 Medellín. p.p.102, 103.
Herney Tobón Mejía / 125

Mapa 3. Recorrido Calle de La Ferrería. Munici-


pio de La Estrella

Recorrido histórico: desde la parte alta del barrio La


Ferrería, en límites con la vereda San José “Tarapacá” y
el corregimiento San Antonio de Prado de Medellín,
hasta la plaza o parque principal del Municipio d La
Estrella. Autor: Herney Tobón Mejía. Año 2000.

9.2.1. El lindero con el paraje El Tigre (Vere-


da San José)
Por el pie de monte del Romeral, lindando con el
paraje El Tigre (Vereda San José) habitaba la familia
Estrada Rivera, conformada por Marco Aurelio Estrada
y Florencia Rivera, quienes eran los padres de Mar-
co Aurelio “Tocayo”, Juan, José Luis, Maruja, Alberto,
Jairo y Adela. Esta familia se dedicaba al cultivo del
café y la ganadería. Habitaban en una casa de tapia en
forma de ele y utilizaban “Los Zurrones”, una especie
de morral de cuero en donde cargaban al hombro las
126 / Caminos de la memoria Siderense

hojas de tabaco que traían por las montañas desde los


pueblos de Armenia Mantequilla y Titiribí.151
Según la tradición oral había un sitio por el ca-
mino que subía para San José, cerca de la casa de las
cafeteras de Los Estrada Rivera y de los religiosos Ter-
ciarios Capuchinos (Luis Amigó) al que los pobladores
le tenían miedo de noche, porque decían que allí se
“mantenían las Brujas” y que se transportaban en for-
ma de bolas de fuego de una lado para otro. Otro de
los misteriosos personajes de este lugar fue denomina-
do “El Moreno”, quien “se le aparecía” a los pobladores
con traje elegante, saco, corbata y fumando tabaco en
pipa. Cuentan que cuando se le preguntaba - ¿Señor
usted qué está haciendo por aquí?- Él respondía, mien-
tras fumaba: -¡Cuidando a una familia!- y luego solta-
ba una carcajada.
Ilustración 8. Pobladores municipio de
La Estrella

En la fotografía aparecen Eduardo Rivera e Inés Me-


jía. Década de 1950. Barrio La Ferrería.
Cortesía: Gabriela Mejía.

151 Entrevista con Leticia Mejía realizada el 16 de fe-


brero de 2003.
Herney Tobón Mejía / 127

A un lado de este temible sitio se encontraba la


casa de tapia y de corredor con chambranas de maca-
na en donde vivían “Jesusa Ramírez” y Santiago Mejía,
padres de Sofía, Amelia y Ana.152 Más hacia arriba, cer-
ca de la vereda San José (Tarapacá) estaba la Casita
Blanca de los Gómez, quienes se dedicaban al negocio
de la madera de árboles de cariaño y comino que ex-
traían de la finca San José. Estas maderas eran utili-
zadas para la construcción de vivienda, la ebanistería
y la producción de hornos de carbón vegetal. En 1948
Eduardo Gómez le vendió por 40.000 pesos “La Casita
Blanca” y sus terrenos al cura Fausto Hernández, de-
legado general de la congregación en Colombia de los
Terciarios Capuchinos, la que sería la primera comuni-
dad religiosa que se ubicara en el barrio La Ferrería.153
Frente a la casa donde habitaba Jesusa Ramírez,
en el terreno que actualmente ocupa la comunidad re-
ligiosa Siervas del Santísimo y el hogar San José, se
ubicaba la finca de Heriberto Escobar. Allí se erigía
además una casa de paja donde vivía el mayordomo
encargado de cultivar yuca, maíz y frijol, y de cuidar
los árboles de manzana que eran apetecidos por los
vecinos del lugar. Más abajo, frente a la Calle de Los
Pistolines (Actual Urbanización Altos de San Gabriel,
Municipio de Itagüí) habitaban una casa de bahareque
y techo de paja, Alfonso y Hermelina Arboleda, quie-
nes hilaban la cabuya que producían en los telares de
Francisco Luis “Pacho Mejía”, colaboraban en la orga-
nización de la romería en la fiesta de la Virgen de La
Chinca y tenían árboles de zapote y mandarina; frutas
152 Entrevista con Ofelia Barrera realizada el 8 de abril
de 2002.
153 Maya, Guillermo. Documento. Seminario Seráfico
San José – Bodas de oro. 1949-1999. Municipio de La Estre-
lla, marzo 1999. Colegio Luis Amigo.
128 / Caminos de la memoria Siderense

que recogían en canastos para regalarle a los niños,


con la costumbre de recogerlas únicamente en la ma-
drugada o al final de la tarde, después de que pasaba
el sol, aduciendo que de otra forma los árboles se po-
drían marchitar. 154

Ilustración 9. Niños en la antigua Calle de La


Ferrería

Municipio de La Estrella. Barrio La Ferrería. Año


1934. Cortesía Gabriela Mejía.

9.2.2. La Calle de Los Pistolines y El Pomal


Al frente de la casa de paja de Los Arboleda, en
donde funcionaría la empresa Indoalancro Ltda. en la
década de 1980, se ubicaba la calle de “Los Pistolines”.
Esta calle comunicaba La Ferrería con San Antonio de
Prado, pasando la quebrada La Limona. Le decían Calle
de Los Pistolines porque los campesinos, como forma

154 Entrevista con Ofelia Barrera realizada el 8 de abril


de 2002.
Herney Tobón Mejía / 129

de proteger a los cultivos de los ladrones, amarraban


“pitas” o cuerdas delgadas a los gatillos de escopetas
y trabucos artesanales, los cuales se accionaban cuan-
do el ladrón se “trastabillaba” o tropezaba con la pita,
oculta entre la maleza y la hojarasca.155 Este paso, que
recibía la sombra de los árboles de pomas, conducía
hacia la vivienda de techo de paja de Saturnino y Ale-
jandrina Sánchez, quienes hilaban cabuya y hacían
pólvora. Los fines de semana Alejandrina se ceñía un
pañuelo blanco en la cabeza y sobre ella llevaba en un
canasto la morcilla que preparaba para venderle a los
vecinos de la Calle de La Ferrería pregonando ¡Salgan!
¡Salgan! ¡Gente del camino de La Ferrería! ¡Acá les tra-
je la deliciosa tubería negra!156
Cerca de la casa de paja de los Sánchez y de la
quebrada La Justa, donde actualmente se localiza la
cárcel de máxima seguridad del Municipio de Itagüí,
se encontraba la finca de veraneo del Dr. David Ve-
lásquez, médico antioqueño, nacido en Medellín en
1898.157 Profesional de la Facultad de Medicina de la
Universidad de Antioquia, este médico es recordado
porque tenía la costumbre de realizar consultas gra-
tis a los campesinos. Allí donde luego se construyó la
urbanización Altos de San Gabriel, estuvieron ubica-
dos Los Pomales. Fue en ese sector donde habitaban,
en una casa de bahareque y paja, la familia Cuartas:
José Domingo Cuartas y María Eloísa Franco, padres
de Jesús, Ricardo, Luis Eduardo, Pedro Nel, Amparo y
Esperanza. Las memorables empanadas de Doña Eloí-

155 Entrevista con Fabio Rivera realizada el 10 de octu-


bre de 1997.
156 Entrevista con Leticia Mejía realizada el 8 de febre-
ro de 2004.
157 Periódico La Defensa, Medellín. S.XXII. Enero de
1941.
130 / Caminos de la memoria Siderense

sa hacían parte obligada de los fines de semana en La


Ferrería durante aquella época.158 El Pomal era sitio de
encuentro, de jugarretas de dados y cartas, y de en-
cuentros de futbol. Ofelia Barrera, quien paso la niñez
de la década de 1930 en la calle de La Ferrería, mani-
fiesta acerca del Pomal:
(…) Jugaban mucho dado en los pomos y los
perseguía la policía. Cuentan que había un
señor ¡Tan tahúr! ¡Tanto! ¡Tanto! Que jugaba
hasta la ropa, y apenas perdía todo se despa-
rramaba a llamar al diablo… y un día dizque
se fue hasta la estación del tren de Yarumito, en
Itagüí, y empezó a gritar cosas. Entonces {se}
hizo un remolino a la media noche y soltó el
señor por la cañada de Calle Negra, por la finca El
Ranchito, del presidente Mariano Ospina, todo
vuelto trizas (…).159

9.2.3. El viejo Café y la finca de Tocayo Estrada


Lindando con los Arboleda, frente a El Pomal, jus-
to en donde se construyó la terminal de busetas de La
Estrella, vivía Sacramento Arenas, un agricultor que
cultivaba plátano, cebolla de rama, cilantro, aguacate,
banano y naranja. Después de Sacramento habitó la
propiedad Fabio Rivera, quien tenía la costumbre de
truequear pájaros y relojes en el corredor de la casa de
paredes de adobe macizo y techo de teja de barro co-
cido. Cerca al sitio funcionaba el Café de don Salvador
Cano, conocido después como El Viejo Café, que linda-
ba con la casa de la familia Barrera. En el Viejo Café,

158 Entrevista con Jesús Cuartas. Septiembre 19 de


2002
159 Datos ofrecidos por Ofelia Barrera el 13 de abril de
2002.
Herney Tobón Mejía / 131

los campesinos de la época escuchaban las melodías


de artistas celebres de la época de la talla de El Dueto
de Antaño, Los Cuyos, Carlos Gardel, Ospina y Martí-
nez, los trovadores Obdulio y Julián, Libia Mendoza,
Margarita Cueto y Juan Arvizo. También se llevaban
a cabo esporádicamente peleas de gallos y juegos de
mesa como dado, dominó y naipe, pese a que estaban
prohibidos en aquella época.160

Ilustración 10. Casas de tapia en el barrio La


Ferrería

Límites entre La Estrella e Itagüí. A la derecha, El Viejo


Café y la vivienda de tapia de la familia Barrera. Al
fondo, la demolida vivienda de la familia Estrada. En
la imagen aparece Albeiro Rivera Mejía montando bi-
cicleta. Fotografía: Federico Alzate. Año 1996.

Al lado de las tapias del Viejo Café vivía la familia


160 Tertulia realizada con Blanca Alzate y Gabriela”La
Conga”. 17 de mayo de 2004.
132 / Caminos de la memoria Siderense

Barrera, descendientes de Pedro Barrera, quien fuera


dueño de un yucal a la orilla del camino hacia San An-
tonio de Prado hacia finales del siglo XIX. Los Barrera
trabajaban la panadería mas, como la mayoría de los
pobladores de La Ferrería, tenían como sustento eco-
nómico principal la labor de la cabuya, Ofelia Barrera,
quien por su parte tuvo una miscelánea, relata:
“Nací en 1931 en La Estrella, mis padres eran Ge-
rardo Barrera y Carlina Diez. La niñez de nosotros
no se la llegan a imaginar ahora, una niñez sana.
¡Pobres! Y cogíamos café, añadíamos cabuya,
desbaratábamos costales, esa era la niñez de
nosotras. Esta casa en donde yo vivo es de tapia
y la hicieron mis abuelos Pedro Barrera y María
Barrera de acá de La Estrella, ellos trabajaban
la panadería, molían la parva en piedras y las
harinas las mezclaban en unas piedras grandes
como bateas (Metates). Esto aquí era de indíge-
nas, todo el pueblo de La Estrella, era todo de
chozas de indígenas, cuando los antiguos míos,
entonces se fueron desapareciendo los indíge-
nas y vinieron y colocaron la primera piedra
para hacer la iglesia”.161
Al frente de la casa de tapia de los Barrera y separados
por la Calle de La Ferrería, en los límites de La Estrella
e Itagüí, donde posiblemente estuvo ubicada la Casa
Ferrería, habitó Aurelio Estrada “Tocayo”, agricultor,
comerciante y directivo comunal, poseía una carbo-
nería o venta de carbón mineral traído de Amagá y una
tienda de víveres. Su vivienda era de tapia, si bien an-
tes había sido de paja. En su finca cultivaba naranjas,
bananos, caña de azúcar, guamas, café… allí, entre
161 Entrevista con Ofelia Barrera realizada el 8 de abril
de 2002.
Herney Tobón Mejía / 133

otras muchas cosas, se conseguían las varillas de caña


para hacer los bastidores de las cometas de papel. Fue
sobre esta propiedad donde se construyó la urbaniza-
ción Altos de Bariloche, del Municipio de Itagüí. Ga-
briel Mejía, recuerda este personaje en su niñez siendo
la década de los treintas:
“Antes de “Tocayo” Estrada, vivió en esa finca
don Luis Tirado, el hermano de Santiago Tira-
do, luego don Rafael Jaramillo, nos contaba mi
mamá Gabriela Mejía. Toda la propiedad de
Tocayo Estrada eran los cercos de los barrancos
en pencas de fique y echaban unas varas largas
de cañafístula. El fique picaba mucho cuando
lo estaban sacando, le quitaban eso verde a la
hoja y lo ponían al sol a secar mucho tiempo, y
salía la cabuya del Carrizo en rama y la proce-
saban en unas carretitas de madera pequeñas
llamadas Tarabas. Hilaban la cabuya y enton-
ces tenían que ser dos personas, una sentada
en el corredor de la casa con la carretita y la
otra ensartando la hebra por la calle en donde
colocaban las estacas”.162

9.2.4. La fonda y los telares de cabuya de


Pacho Mejía
Al lado de la finca de Tocayo Estrada, que tenía
en sus linderos pencas de fique o maguey, se ubicaban
hacia la plaza de La Estrella, la fonda y los telares de
cabuya de Francisco Luis Mejía “Pacho Mejía”, quien
le había comprado un lote a Nacianceno Vélez, y que
tenía entonces por lindantes a Gerardo Barrera, Teo-
162 Entrevista con Gabriela Mejía. 31 de julio de 2002.
134 / Caminos de la memoria Siderense

domiro Estrada, los herederos de Lázaro Carmona y


los terrenos de José Quiroz. En la década de 1920 esta
fonda era el sitio de encuentro de los cabuyeros, los
agricultores, los tahúres, y los arrieros que transporta-
ban la sal de Guaca desde Heliconia, así como de los
médicos, políticos y escritores que tenían sus fincas de
veraneo cerca a estos parajes.163
El taller de telares de cabuya de los Mejía contaba
con siete telares, cada telar tenía un operario y un ayu-
dante que se encargaba de envolver los carreteles. En
1942 la producción diaria de costales registrada por
Francisco Luis Mejía en su libreta de apuntes donde
consignaba el rendimiento de números de costales de
cabuya producidos por cada operario señalaba: Alfon-
so Arboleda (100). Conrado Usma (95). “Nano García”
(68) y Luis Garzón (65) a razón de empaques o costa-
les por ese día.164
Además de los telares, entre los negocios de los
Mejía se contaba el cultivo de café, la fonda caminera,
la venta de herraduras y servicio de herraje, y la venta
de carbón mineral que era distribuido por Alfonso Ar-
boleda en una carretilla de bestias. “Pacho Mejía” utili-
zaba alpargatas, sombrero y carriel, su esposa Gabriela
Mejía vestía con mantillas y vestidos largos, doblaba
hojas de tabaco con agua de panela, manejaba el telar
de cabuya y la máquina de coser de pedal. Gabriela
Mejía “La Conga” recuerda aquella época:

163 Escritura de la familia Mejía. Distrito de Medellín.


Oct. 31 de 1919. Ante el notario segundo Estanislao B.
Zuleta, compareció Nacianceno Vélez que le vendió un te-
rreno con sus mejoras y anexidades en el paraje La Ferrería
a Francisco Luis Mejía con derecho a tomar agua para sus
usos domésticos en predio de Gerardo Barrera.
164 Libreta de apuntes de Pacho Mejía conservada por
Gabriela (La Conga) desde la década de 1940.
Herney Tobón Mejía / 135

“Se ponían a jugar mi papa Pacho Mejía, los


hermanos mayores y nosotras aquí en la casa
con olladas grandes de corozos de ese chiqui-
to… Todas las noches en el suelo entablado a
jugar casitas de corozos. Pero todos mantenía-
mos unas olladas de barro grandísimas deba-
jo de las camas con corozos y les poníamos el
nombre. Como esto aquí era una fonda cami-
nera, entonces empezaban a poner casitas de
corozos y con una bola de cristal el que más
tumbara se llevaba los corozos, las casitas eran
de cuatro corozos: se ponían tres en el suelo
y otro aquí encima que era el que se caía y se
extendían los demás. Mi papa vendía la cerveza
en botellas, una se llamaba dizque cerveza Ta-
mayo y cerveza La Pola y vendían unos fresquitos
como en botellitas chiquitas de vinol y la tapa era
una bola de cristal, pero finísima. Entonces to-
dos los chiquitos y muchachos que les gustaba
jugar bolas se tomaban esa bebida que eso se
acababa rápido, se quebraba el pico y salía la
bola de cristal para jugar bolas y tumbar los
corozos”.165

En 1935 Francisco Luís Mejía le recibió a Agapito


Gil el título de alférez de la romería y la fiesta de la
Virgen de Chiquinquirá o La Chinca. Tradicionalmente
en las horas de la mañana los pobladores de La Ferre-
ría acompañaban al alférez a la plaza del pueblo por
el lienzo sagrado. Bajaban con el cuadro en andas por
la calle de Las Partidas o Calle Séptima, hasta llegar el
paraje La Patagonia donde estaba ubicada la casa de
Froilán y Roberto Acosta. Luego, en la casa de los Me-

165 Entrevista con Gabriela Mejía (La Conga) realiza-


da el 31 de julio de 2002.
136 / Caminos de la memoria Siderense

jía, decoraban el cuadro con flores nativas y velas de


cebo. Gabriela Mejía recuerda la romería de la virgen
en su niñez:
“Cuando eso no hacían carroza, ni nada, iban
por la virgen al parque, la traían en hombros
y la dejaban aquí en mi casa. la gente venía
a rezar, traían el cuadro, lo adornaban con flo-
res, le ponían dos palos al cuadro y lo llevaba en
hombros entre cuatro hombres”.166

Después de las largas y agotadoras jornadas de tra-


bajo en los cultivos, del movimiento y el esfuerzo físico
del cuerpo al manejar el telar, del peligro de las agujas
y los clavos del telar, los pobladores visitaban la fonda
de Los Mejía donde contaban anécdotas, jugaban car-
tas y dados, y compraban tapetusa o aguardiente de
caña y tabacos artesanales que hacia Gabriela Mejía
“La Madre”. Leticia Mejía recuerda algunos detalles de
la labor de la cabuya:
(…) Yo nací en la casa de La Conga, en La Es-
trella, por La Ferrería, en 1927, el 8 de enero.
Mis padres eran Francisco Luís Mejía y Gabrie-
la Mejía. Se vivía muy bueno, muy tranquilo y
esta callecita era estrechita, toda así, en pura
carretera destapada, y toda esta vuelta aquí de
la calle de La Ferrería era una trochita [por]
donde pasaban las mulas así, en filita. Uno
veía bajar las mulas, que venían de Heliconia
con sal, maíz y panela que iban a surtir a La
Estrella los graneros. Cuando la época de la ca-
buya yo tiraba la lanzadera para tejer el cos-
tal. Llenaba carreteles. Uno metía el carretel y
entonces uno empezaba a pedalear y la madeja

166 Entrevista con Gabriela Mejía realizada en junio de


2003.
Herney Tobón Mejía / 137

se iba desenvolviendo y uno llenaba el carretel


y el telar tenía un cajón; había una mesa con
clavos grandes y las puntas hacia arriba don-
de metían las carretas para hacer el tendido.
Cuando la tela estaba tejida el trabajador se
bajaba y levantaba la prensa con una mani-
gueta. El empaque era de pergamino para em-
pacar café de exportación y arroz, y el sencillo,
que lo hacían con cabuya ordinaria, era para
empacar la panela y el cacao.
(…)
Cuando eso se utilizaba una mesa de madera
para hacer La Guarda o rayas del costal, la
mesa llevaba tres guardas para que el empaque
se viera bonito, y mi papa mantenía anilina ver-
de y roja y al tejer el costal en toda la mitad que-
daba La Guarda. Yo recuerdo que en una mesa
grande mi mama doblaba el tabaco y con mañita
le quitaba la venita y lo lisaba y lo mojaba con
agua panela, y entonces empezaba a enrollar,
y ella hacia engrudo de almidón como para
pegar globos. Lo hacía para poder ganar algo
más de dinero. Por decir: les pesaban diez arro-
bas de tabaco. Sin embargo ellos mantenían en
el solar un cajón de madera en un hueco, mu-
chas veces debajo del cebollal y metían todo el
contrabando allí (…)167

167 Datos ofrecidos por Leticia Mejía el 8 de febrero de


2004
138 / Caminos de la memoria Siderense

Ilustración 11. Gabriela Mejía “La Madre”

En la fotografía aparece Gabriela Mejía “La Madre”,


matrona de la Calle de La Ferrería y esposa de Fran-
cisco Luis Mejía “Pacho Mejía”. Cortesía: Gabriela Me-
jía. Década de 1960.

Designar apodos y contar chistes de Cosiaca y Pe-


dro Rímales era una de las costumbres de “Pacho Me-
jía”, lo cual lo hacía principalmente para sus familia-
res, vecinos, empleados de los telares y transeúntes del
camino que pasaba por el borde de su casa. Gabriela
Mejía “La Conga” recuerda algunos de estos apodos.
“Mi papa a Saturnino Sánchez le decía “Mon-
dao” y a Horacio Ortiz “Cachetes de Marrana”,
Herney Tobón Mejía / 139

que era la manera como le gritaba por la ven-


tana cuando Horacio le llevaba las serenatas a
mi hermana Libia Mejía. Mi papa Pacho Mejía
le puso apodo a todo el mundo, el que se quedó
sin apodo fue porque mi papa no lo conoció.
A mi hermano Tiberio le decía “Juan Chucho”,
a Hernando le decía “El Pollo”, a Leticia “La
Loca”, a Inés “La Grilla” y a Libia “Tocino”. A
mí me dejó “La Conga” toda la vida y así me
quedé. Porque le dijo mi mamá a mi papá cuan-
do yo nací: -¡Ay! Ve cómo es de linda la niña,
Pacho, mirála toda peludita- Entonces mi papa
dijo: -!Peludita! Ve Gabriela, es una Conga de
por allí de Buga, una negrita exacta a las con-
gas de Buga…- Y así me quede “La Conga””.168

9.2.5. La Chispa
Más abajo de la casa y la fonda de Los Mejía, frente
al árbol de mango gigante donde estuviera la casa fin-
ca de recreo del Dr. Jaime Gil Sánchez, abogado y uno
de los fundadores de la Universidad Pontificia Boliva-
riana, se localizaba la choza de paja de Rodulfa, una
lavandera que se ponía pañolones blancos en la cabeza
y que además vendía bolitas de chocolate. Pasando las
quebraditas de La Chispa vivía Antonio José Arenas, un
boticario de San Antonio de Prado, cónyuge de Otilia
Cuartas y padre de Inés, Bernarda, Gilberto y Bernar-
do, quienes vivían en una casa de tapia que sería lue-
go demolida y en donde instalaría Ricardo Cuartas la
cantina “La Chispa” en la década de los cincuentas.169
Ricardo Cuartas, esposo de María Garcés, era un

168 Entrevista con Gabriela Mejía (La Conga) realiza-


da el 31 de julio de 2002.
169
140 / Caminos de la memoria Siderense

hábil albañil que habría trabajado en la construcción


del puente del Zanjón en la quebrada La Ospina. Fue él
quien abrió la cantina La Chispa o El Chispero, famosa
por las riñas de gallos, las jugarretas de dado y la venta
de chorizos de cerdo.170
Pasada la cantina La Chispa de Ricardo Cuartas,
se sitúa la casa de una de las primeras enfermeras del
municipio, Inés Arenas, hija de Antonio José Arenas.
En la década de los treintas Inés Arenas solía visitar la
finca Las Acacias, justo en frente de su casa en donde
jugaba balón y golosa con Nelly Gil Sánchez, hija de
Alicia Sánchez Angulo y del Dr. Juvenal Gil Madrigal
(Dr. Gil J. Gil, conocido en la historia de la medicina
colombiana como el Bisturí de Oro), abuelos ellos de
Doris Gil Santamaría, reina nacional de la belleza de
Colombia en 1957.171 El contacto de Inés Arenas con
esta familia veraneante le permitió acercarse al mun-
do de la medicina. Siguiendo los pasos de su padre
que era boticario y las enseñanzas del Dr. Gil, empezó
a trabajar en el hospital San Vicente de Paúl y en la
Clínica Noel Infantil de Medellín, luego compartió sus
conocimientos como una de las primeras enfermeras
que tuvo el centro de salud de La Estrella. Inés Arenas
170 Entrevista con Mario Carmona Cuartas realizada
el 23 de junio de 2003.
171 El Dr. Juvenal Gil Madrigal (Gil J. Gil) 1884-1948.
Nació en Yarumal (Ant.) y falleció en Medellín. Fue médi-
co-cirujano de la Universidad de Columbia en Nueva York,
presidente de la Sociedad de Mejoras Públicas de Medellín
(SMPM), profesor, decano y rector de la Universidad de An-
tioquia en el año 1947.. Proyecto Redescubriendo a Gil J.
Gil. Expo universidad. U. de A. 200 años. Octubre de 2003.
Grupo de Investigación de Tradición Oral (HISTORAL).
Facultad de Ciencias Sociales y Humanas. Departamento
de Historia U. de A. (Inédito).
Herney Tobón Mejía / 141

recuerda aquellas experiencias de su juventud:


(…) Había una casa grande, que era de tapia,
y allí en tiempos pasados los que llamaban
dizque los arrieros allí reposaban {con sus }
caballos, y venían de Heliconia y San Antonio
de Prado, y traían bultos de sal que traían de
Heliconia, y comida. Esa casa de los arrieros
después pasó a Tocayo Estrada, era una casita
campesina y ahí llegaban los arrieros de Armenia
Mantequilla. Toda la vida ha sido La Ferrería y
era un caminito estrechito por toda la manga y
era un pomal, y era muy bonito, los copos de
los pomos, formaban un túnel.
Antes había un herido en La Ferrería y yo man-
tenía mi botiquín de primeros auxilios. Si había
un quebrado también. A mí me llamaban para
hacerle la curación a un niñito o un adulto y yo
con esa caridad y a lo último yo les decía:- A us-
tedes eso no les vale nada, y me obligaban a re-
cibir dinero. Recuerdo mucho al Dr. Gil. J. Gil era
como un papá. Como yo era tan niñita le cau-
saba gracia y me llevaba para los pabellones de
los hospitales en Medellín y una vez mientras
hacía una curación delante de mí en el hospi-
tal San Vicente de Paul me decía: -Venga pon-
ga cuidado Inesita cómo se hace esta curación,
venga mi niña vea cómo se coge la jeringa, vea
cómo se extrae el líquido, cómo la va a colocar.
Me enseñó a colocar inyecciones en la cadera,
a hacer curaciones. Había un herido y decía el
Dr. Gil: -¡Vaya traigan a Inesita! Venga mija,
vamos a hacer esta curación, que más tarde
esto va a ser una experiencia para usted”.172
172 Entrevista con Inés Arenas realizada el 5 de mayo
142 / Caminos de la memoria Siderense

Continuando en dirección a la plaza del pueblo en


La Estrella, más allá de la casa del boticario, se encon-
traba “La Casa Roja” una vivienda de tapia y piso de
ladrillo que fue en su momento demolida. En la Casa
Roja vivían German Alzate y Dolores Grisales, proce-
dentes del Municipio de Guarne. Su descendencia es-
taba conformada por Martha, María Inés, María Jesús,
Moisés, Ángel María, Juan Nepomuceno, Pedro María
y Francisco Luis. Los fines de semana los Alzate tenían
la tradición de reunirse para saborear los platos ho-
gareños de la abuela Dolores Grisales: sancochos de
gallina, bollos de choclo envuelto en hoja de plátano,
jalea de pata de res, tamales, el pan o arepa en la ca-
yana y el dulce de vitoria o ahuyama. Blanca Alzate,
nieta de German Alzate relata:
“Era la Casa Roja de la calle de La Ferrería
porque el abuelito mío German Alzate era muy
liberal ¡Mucho! ¡Mucho! Y pintaba la casa de
rojo por todas partes y le tenía un letrero en un
paredoncito así para la calle y decía: “La Casa
Roja””173

Alicia Alzate, una de las descendientes de German


Alzate, había contraído matrimonio con Eduardo Pa-
lacio, un músico que había llegado del municipio de
Urrao al municipio de La Estrella. Además de la mú-
sica Eduardo Palacio se dedicaba a la elaboración de
rosetas de yeso que vendía para las construcciones y
que eran utilizadas para decorar los capiteles y las co-
lumnas; labor que le había aprendido a los españoles
Eugenio Murla y Benigno Pérez con quienes tuvo opor-
tunidad de trabajar. Un recuerdo de la vida musical de
Palacio es el siguiente:
de 2004
173 Entrevista con Blanca Alzate realizada el 17 d
mayo de 2004
Herney Tobón Mejía / 143

(…) Cuando yo tenía siete años me mantenía


en Urrao con mi papa, José Palacio, aprendien-
do a tocar el tiple, y así empecé mis primeros
tonitos. Después conformamos mi hermano y
yo que lo llamamos “Los Hermanos Palacio”.
Después me enamoré y me case con Alicia Alza-
te. Años después de casarme conformé un dueto
con Reinaldo Betancur, en 1949, y realizába-
mos presentaciones en La Estrella, Itagüí y en
Caldas. Y después grabamos algunas canciones
de música popular con el sello Zeida de Codis-
cos, algunos pasillos como en la Fosa del Ol-
vido y Ante Dios; también grabamos Corazón
Martirizado, Mis desengaños y Para Siempre, y
la ranchera Irresistible. También grabé con Los
Chaparritos algunas melodías como Pobres y
Fe, Media Vida, Tomemos más Trago, y repre-
senté a Antioquia en concursos nacionales de
música en Valledupar y en Manizales con So-
nolux. Y esa vez participamos con Los Tolimen-
ses y ambos éramos aficionados y también nos
llamaban de la Voz de Antioquia para que par-
ticipáramos en la emisora en Medellín (…)174

Con el pasar de los años el camino de La Ferrería


fue dando lugar a una vía pavimentada alrededor de la
cual se consolidó un desarrollo urbanístico importante.
La repartición de herencias también permitió la venta
de terrenos y la construcción de un barrio en estilo de
callejones estrechos, principalmente cerca de las fuen-
tes de agua. Este fenómeno iniciaría después de la dé-
cada de los cincuentas. Miguel Piedrahita, quien había
llegado del municipio de Montebello, se instaló cerca

174 Entrevista con Eduardo Palacio realizada el 10 de


noviembre de 2001.
144 / Caminos de la memoria Siderense

de la cantina La Chispa en la década de los setentas, al


frente de los galpones de “Pollos Apolo”. Cuidaba ani-
males, sacaba muelas y vendía jabón de tierra y palos
de guadua para las cremas en la tienda “La Cueva”.
Sobre su llegada a La Estrella Miguel Piedrahita relata:
(…) Cuando llegué a La Estrella la calle prin-
cipal del barrio La Ferrería era un pantanero
y había mucha piedra. Entonces pues, al ver
la necesidad de mejorar las vías, me metí a la
Junta de Acción Comunal y con mis compañe-
ros, madrugábamos desde las cinco de la ma-
ñana a traer escombros y arena en la volqueta
del municipio para mejorar la vía y el trán-
sito de automotores. Lo primero que hicimos
fue hacer el alcantarillado y la gente nos decía
que no éramos capaces de encementar la ca-
lle, y le pedimos ayuda a otras personas. A mí
me toco también añadir cabuya y coger café en
la finca de Tocayo Estrada cuando llegue por
acá. También le había aprendido a mi papá,
en Montebello, a curar animales {y} a sacar
muelas (…)175

Siguiendo la Casa Roja hacia el parque existió otra


vivienda de tapia con corredor de chambranas en don-
de viviera Agapito Gil, quien fue alférez de la romería
de la Virgen de Chiquinquirá de La Ferrería, antes de
Francisco Luis Mejía. Agapito era esposo de María Je-
sús Flórez. Una de sus hijas, Ana Jesús Gil Flórez, con-
trajo matrimonio con Rosendo Acosta, un agricultor
que también añadía puntas de cabuya. De este hogar

175 Entrevista con Miguel Piedrahita realizada el 24 de


noviembre de 2001.
Herney Tobón Mejía / 145

nacieron José Antonio, Javier, Arturo y Otilia, quien


combinaba las labores de la cabuya con la escuela. Oti-
lia recuerda acerca de aquella época en La Ferrería:
(…) Yo nací en San Antonio de Prado en 1920,
mi papá era de Prado y mi mamá de La Estre-
lla. Cuando eso nosotros jugábamos con una
carreta toda la semana y desde los tres años
nos ponían a Carretear hasta que entráramos
a la escuela. Veníamos a hacer la tarea y ahí
mismo cogíamos la carreta y a hilar cabuya.
Nosotros trabajábamos y estudiábamos tam-
bién. Yo estudiaba en la escuela Manuela Bel-
trán y estudie un solo año pero aprendí a leer
y escribir y muchas cositas con la profesora que
era la señorita Rosa. Mi papá Rosendo Acosta
era agricultor y también fue policía, y mamá
con la cabuya. En eso nos nacieron los dientes
a nosotros. Yo después de casada con Horacio
Acosta, trabajé mucho la cabuya aquí en La Fe-
rrería con Conrado Usma que tenía tres telares
en una ramadita y yo le cosía empaques con
mi esposo. A mis hijos no les tocó trabajar la
cabuya (…)176

Antes de llegar a la quebrada La Ospina o El Zan-


jón, existió una casa de techo de paja que era propie-
dad de Lázaro Carmona y Salvadora Londoño, padres
de Juanita, Benicio, Antonio, Eulogio y Ana Rosa. Ésta
última era la esposa de José Prudencio Acosta, padres
de Margarita y Eduardo Acosta “El Negro Terra”, quien
fue jugador, entrenador, y técnico de equipos de fútbol
en la década de los ochentas en el Municipio de La Es-
trella. Cuenta Margarita Acosta:

176 Entrevista con Otilia Acosta realizada el 29 de abril


de 2002
146 / Caminos de la memoria Siderense

(…) Doloritas Salazar se llamó mi partera y vivía


en El Pedrero, en La Estrella. Nací en 1923 en La
Estrella, nací en la casita de abajo, la casa era de
paja con mucho jardín y había un árbol que se
llamaba azuceno que ya no existe. Era un arbo-
lito de hojas verdes no muy alto y las florecitas
eran blancas y de mucho olor, como de perfume.
También había un arbolito de algodón. La casita
era de paja como la del presidente Marco Fidel
Suárez en Bello y las paredes eran como de caña,
emboñigadas, de bahareque. Cuando eso nosotras
jugábamos “La Rueda Del Ángel” y nos cogíamos
todos de las manos y hacíamos una rueda y a dar
vueltas y cantábamos: “Doncella del prado que
al campo salís, venid a escoger las flores de abri-
l”“(…)177

9.2.6. Los Chorritos


Al lado de la casa del boticario, en La Chispa, se
ubicaba la entrada del camino que comunicaba a La
Ferrería con el paraje La Patagonia (Actual Barrio San
Andrés) y Calle Negra, en Itagüí. Por allí se podía lle-
gar a la chichería de la familia Vélez y la polvorería
de Rubén Ramírez. Por este camino se instalaron los
telares de cabuya de Mariano Arenas, quien al fallecer
Francisco Luís Mejía, su amigo y colega en el negocio
de los telares de cabuya, recibió el título de alférez de
la fiesta patronal de la virgen de La Chinca, en 1945.
Mariano Arenas incorporó a la romería de La Ferrería
la carroza, el desfile y las bandas músicos marciales.
La carroza era decorada con adornos de papel y luces
177 Entrevista con Margarita Acosta realizada el 8 de
marzo de 2003.
Herney Tobón Mejía / 147

de neón. La niñez siderense participaba activamente


en los desfiles con vestidos de ángel, y las mujeres lle-
vaban un festón en la mano del que colgaban cintas
blancas y azules.
Al frente de los telares de Mariano Arenas, al otro
lado del camino de Chorritos, en territorio del Muni-
cipio de Itagüí, se encontraba la finca de veraneo “Las
Acacias” que desde el año 1917 se había convertido
en el sitio de veraneo del Dr. Juvenal Gil Madrigal
(Gil.J. Gil) y su cónyuge Alicia Sánchez. Los hijos de
este matrimonio fueron William, Iván, Jaime, Mario,
Alberto, Silvia y Nelly, quienes pasaban las vacaciones
montando a caballo, recogiendo café, elevando come-
ta y jugando balón. Esta familia de veraneantes tenía
la costumbre de celebrarle la primera comunión a los
niños que vivían a los alrededores de la finca. Ofrecían
tardes de recreación con juegos de rondas y Consultas
médicas. Además, celebraban la navidad con la comu-
nidad.
Los Arenas y los Montoya eran despertados al ama-
necer por el poeta Alberto Gil, autor de libro de poesía
“Universo”, editado en argentina, quien acostumbraba
declamar mientras caminaba por los corredores de la
casa de Las Acacias. En la memoria de Arturo Álvarez
Hernández, quien vivió por este camino de Los Chorri-
tos, quedó el siguiente recuerdo:
“Nací en Armenia Mantequilla, Antioquia el 28 de
junio de 1914 y me vine para La Estrella a los once
años de edad. Mis padres eran José Miguel Álva-
rez y Zoila Rosa Hernández y mis hermanos eran
José Manuel, Juan Bautista y Gerardo Antonio. An-
teriormente el barrio San Andrés se llamaba La
Patagonia, porque hace por ahí cincuenta años le
cambiaron el nombre por medio del sacerdote An-
drés Sanín. Al sitio le llama{ban} Los Chorritos,
desde que no había acueducto y se surtía de agua
148 / Caminos de la memoria Siderense

de una quebradita que pasa por el colegio de Los


Salvatorianos. El agua bajaba por canoas de gua-
dua y caía al muro. Los primeros habitantes de La
Patagonia fueron Froilán y Roberto Acosta, Aga-
pito Restrepo, Rafael Jaramillo, Emiliano Arango,
Rosa (Pájara) y Vicente Cuartas. Me acuerdo del
Dr. Juvenal Gil, en ese tiempo esta calle era de
herradura, no cabía sino un carretilla que era la
de Pacho Mejía, que vendía carbón. Así pues, el Dr.
Gil fue el promotor de empezar la carretera porque
él tenía en ese tiempo un Ford y una vez me dijo el
Dr. -Oiga Gerardo ¿Por qué no ensayamos a ver si
yo entro el carrito y usted se va adelante y me va
quitando las piedras más grandes?”. 178
Ilustración 12. Carretera Chorritos

En la imagen aparece la señora Nelly Gil de Vélez,


hija del Dr. Gil. J. Gil y Alicia Sánchez Angulo. Cor-
tesía: Archivo Fotográfico María Elena Vélez Gil. Año.
Década de los cincuentas.

178 Entrevista con Arturo Álvarez. 3 de agosto de


2003.
Herney Tobón Mejía / 149

9.2.7. El paraje La Ospina (El Zanjón)


Cuando se pasaba el puente de la quebrada La Ospi-
na o El Zanjón, camino a la plaza de La Estrella, se
reconocía la finca de Elvira Baena o “La Manga de La
Elvira”. Cerca al lugar, conocido en la documentación
histórica de los archivos notariales como el paraje “La
Ospina”, se encontraba la casa de tapia de Ana Rosa
Flórez “Rosita Flórez” quien fuera cuñada de Agapito
Gil, el alférez de la fiesta patronal, y madre de Luis
Gil “La Macha”, que era peluquero y tenía telares de
cabuya. Rosita preparaba y vendía unos pandequesos,
panes y hojaldras que lograron hacerse famosos por
el camino de La Ferrería. Un recuerdo de Jaime Gil
manifiesta:
“Yo nací en el barrio La Ferrería el 18 de noviem-
bre de 1937. Nací en el callejón de los Flórez y
[eso] era muy bueno. Solo habíamos seis casas
no más y ahora esta esto, que ya no se puede ni
habitar. Mis abuelos se llamaban Ana Rosa Flórez
y Alejandro Gil. Mi mamá se llamaba María Jesús
Gallo, esposa de Antonio Gil. Luis (La Macha) era
tío mío, él jugaba billar y cuentan que cuando hacia
una carambola gritaba: -¡Eso fue una carambola la
macha! Entonces así y lo dejaron en La Estrella ¡Una
carambola la macha!. La Macha era peluquero y
también trabajó la cabuya y tuvo telares; hacía
los dos oficios a la vez. Yo trabajé la cabuya con
Moncho Quiroz, con Chucho Quiroz y con el Mono
Toro en Villa Fátima, con Mariano Arenas y con
Gabriel Mejía del barrio El Pedrero. No eran sino
casas de bahareque y las que eran [de los] más
pudientes era en ladrillo. Las calles eran empe-
dradas, por eso era que en esa época abundaba
la “nigua” porque todos los pisos eran de tierra y
150 / Caminos de la memoria Siderense

el tipo que no tenía niguas en ese tiempo no era


ciudadano. Eso picaba mucho, mi papá nos cogía
con una tuza y nos lavaba bien los pies y luego
cogía con una cuchilla y una aguja y nos sacaba
las niguas”.179

Cerca de la Manga de La Elvira y más arriba de la


casa de Rosita vivió Reinaldo Flórez, un hábil polvo-
rero reconocido en 1920 por la misma Gobernación
de Antioquia. Flórez elaboraba fuegos pirotécnicos
como castillos de luces y pabellones de lucimiento de
colores. Reinaldo estaba casado con Todosia Herrera
y de su matrimonio habían nacido Leonsa, Apolinar,
José María y Manuel Salvador, quienes al igual que sus
padres continuaron con la tradición pirotécnica en La
Estrella. El primero de los hijos que trabajó con la pól-
vora en La Estrella fue Manuel Salvador, quien se esta-
bleció por este sitio en la década de los veintes en una
casa de paja y terrenos que le había comprado a Julio
y Antonio Gil. Sacramento Flórez “Mento”, uno de los
nietos de Reinaldo manifestó lo siguiente:
“Reinaldo Flórez el polvorero era mi abuelito y murió aquí
en La Estrella,y llegó del cerro de Pan de Azúcar cerca de
Envigado, la abuelita, no me acuerdo de ella, yo estaba
muy chiquito. Ellos conversaban, charlaban y jodíamos
mucho y de todo por una parte y la otra ¡Hola Mento!
Porque ellos me decían Mento y en esa época mis abuelos
se la pasaban recochando mientras hacían la pólvora.
A mí me salió el Diablo una vez, por travieso, cuando
estaba más joven, y me salió en tres veces. Me acuerdo
como si fuera hoy, era el diablo, y de pronto ¡Prunnn!
¡Prunnn! se perdía y dejaba como un olor a azufre y unos
círculos de humo. Nosotros en la polvorería primero hacía-
mos las ruedas de muñecos bailables con pólvora, y en

179 Entrevista con Jaime Gil. 10 de Marzo de 2003.


Herney Tobón Mejía / 151

Semana Santa, y en las fiestas de la virgen de La Chinca,


la gente comenzaba a dar vueltas mientras cantaban, y
hasta el mismo cura,y hasta el diablo ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja!”.180
Ilustración 13. Familia Flórez

De izquierda a derecha: Manuel Salvador Flórez, Rei-


naldo Flórez cargando a Manuelito y Teodosia Herre-
ra. Cortesía familia Flórez. Municipio de La Estrella.
Década de 1920.

Otro de los artefactos, casi un verdadero personaje


de la fiesta pirotécnica, en especial durante las cele-
braciones patronales de la Virgen de La Chinca, era la
Vaca Loca, una especie de bastidor de madera mane-
jado por una persona que simulaba por las calles una
corrida de toros, persiguiendo a la gente por la plaza
180 Entrevista con Sacramento Flórez. 19 de abril de
2003.
152 / Caminos de la memoria Siderense

del pueblo con explosivos y dos bolas de fuego en los


cachos. Blanca Inés Rodríguez, esposa de Alfredo Fló-
rez, quien era músico y polvorero, relató acerca de su
experiencia vivida con la pólvora en La Estrella:
“Nací en 1929 en San Jerónimo, Antioquia. Me casé
con un hijo de Manuel Salvador Flórez Herrera.
Mi marido, Alfredo, era músico y aparte de la mú-
sica, hacía la polvorita, y levantamos once hijos
nosotros con la música y con la pólvora. Reinal-
do Flórez, nació en el morro de Pan de Azúcar que
pasa uno el rio Medellín, y lo bautizaron en Envi-
gado. Ellos iban a quemar la pólvora en el parque
de La Estrella. Yo viví con mi suegro Manuel Flórez
cinco años y él era dueño de esto aquí, y esta casita
era un ranchito de tierra, y entonces Jesús María
Flórez alquilaba esta casa y casi no le pagaban.
Arrendó y se la cambió a Alfredo por una escope-
ta. Yo no conocía siquiera la pólvora. Eso fue aquí,
y les ayudaba a los Flórez, y hacía cartuchito para
“El Borracho” que hace ¡Chi! ¡Chi! ¡Chi! ¡Chi!. La
“pólvora de lucimiento” tiene ingredientes diferen-
tes a la de “tronamenta”: clorato, aluminio blan-
co y azufre. En cambio la pólvora de tronamenta
lleva otra composición distinta: clorato, antimo-
nio y aluminio negro”.181

9.2.8. Villa Fátima


Cerca de la familia Flórez habitaba, en una casa de
paja, Rubén Ortiz, que trabajaba la cabuya y elaboraba
esteras. Más adelante, antes de subir por la tradicional
Calle Empedrada que comunica con las veredas Tara-
pacá y Meleguindo y con el cerro El Romeral, habitaba

181 Datos ofrecidos por Blanca Inés Rodríguez. Abril


19 de 2003.
Herney Tobón Mejía / 153

la familia Bonilla. Por este lugar seguía la calle cono-


cida como Villa Fátima. Allí se ubicaba la fonda cami-
nera y la carnicería de Santiago Tirado. Así rememora
Aura Arenas esta fonda:
(…) Santiago Tirado tenía una tienda que llegó a
ser como una fonda. La gente que venía con sal
de por allá de la mina de Guaca de Heliconia, y
con sus productos del campo desde San Antonio de
Prado y Armenia Mantequilla venían por aquí, y
esa era la fonda donde comían, donde cambiaban
comidas, donde le daban la comida al caballo,
donde hacían sus cosas y organizaban los anima-
les (…).182

Después de la fonda y carnicería La España, de


Santiago Tirado, se situaba la casa finca Villa Fátima,
donde funcionaban los telares de cabuya de Luis H.
Toro, nacido en La Estrella el 24 de diciembre de 1889.
Fue personero municipal y concejal del municipio de
La Estrella. Cofundador de la Compañía de Empaques
S.A. Falleció el 14 de febrero de 1969 en Medellín.183
La calle Villa Fátima tenía un continuo movimiento
comercial debido a su cercanía a la plaza principal.
Por esta calle funcionaba además la casita del carbón o
carbonería de Arturo Gutiérrez, la peluquería de Suso
Londoño y la carpintería de los Londoño. También vi-
vía en esta calle “Kiko González”, quien hacía velas de
cebo y manejaba una carretilla de bestia, haciendo via-
jes desde La Estrella hasta Itagüí, Envigado y la plaza
de Cisneros en Medellín.184
Ilustración 14. Fonda y carnicería La España

182 Entrevista con Aura Arenas Noviembre 7 de 2001.


183 Revista Distritos. Bienestar de divulgación Munici-
palista. Agosto -Septiembre. 1969. p. 13
184 Aura Arenas Noviembre 7 de 2001.
154 / Caminos de la memoria Siderense

Fonda y carnicería de Santiago Tirado. Autor: Miguel


del Valle. Año, 1997.

Antes de llegar a la plaza principal, cerca de la que-


brada La Estrella, y el Colegio de Hermanas de La Pre-
sentación, se reconocían los telares de Ramón Quiroz
“Moncho Quiroz” que permanecieron allí hasta la dé-
cada de 1980, época en que se inicia la crisis cabuyera
en el país y desaparece del renglón económico de La
Estrella la producción de sacos de cabuya. Luego de los
talleres de los Quiroz, aparecía la finca de la familia
Vargas.
9.3. Plaza Principal de La Estrella.
Finalmente este recorrido por la Calle de La Ferre-
ría finaliza en la plaza principal del pueblo. Luego de
la casa de tapia de la familia Vargas, separada por la
quebrada La Estrella y en dirección de la tradicional
Plaza Dos y la Calle 10, reconocida por su movimiento
comercial, entre carnicerías y almacenes; se llega a la
plaza principal en donde funcionaran en otras épocas
Herney Tobón Mejía / 155

el estanco de Rafael Vallejo, la zapatería de Julio Agu-


delo y las tiendas de Juan Flórez, Ramón Álvarez, An-
tonio Vélez, Lucas Velásquez y Rafael Abad, así como
los almacenes de Timotea y Carmen Mejía, y el hotel
de María Antonia Restrepo “Toña”185.
Los fines de semana en la plaza principal se seguía
la tradición de sacar toldos de lona blanca, que se uti-
lizaban para comercializar mercancías, productos del
campo, carne, la chicha de la familia Vélez, las veli-
tas de panela con coco y los cacharros de ”Gallito”. En
aquellos años las necesidades principales de la locali-
dad obedecían a la construcción de un acueducto más
higiénico, la canalización de la energía eléctrica, una
planta eléctrica de energía propia y la reconstrucción
del edificio para la escuela de los niños que presentaba
un evidente estado de deterioro.186
De esta forma concluimos este último capítulo, ca-
minando entre la Vereda San José y el Parque Principal
por la Calle Real de la Ferrería y reconociendo cada
una de sus casas, callejones y demás hitos históricos
y urbanísticos, atestiguando el movimiento y la vida
continua de la Estrella a partir de quienes la vivieron
y habitaron, personajes que hacen posibles e inolvida-
bles estos espacios y épocas.

185 Correa González, Luis Fernando. Pueblo de Nues-


tra Señora de La Estrella 1685-1985, Medellín, Pág.35, 36
186 Monografías de Antioquia. Cervecería Unión.
Anotaciones Municipio de La Estrella. Tipografía Sansón.
Medellín. 1941.
156 / Caminos de la memoria Siderense
Herney Tobón Mejía / 157

FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA.

Fuentes primarias

1.1. Archivos consultados

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Palacio de la Cultura Rafael Uribe Uribe. Archivo Hi-


stórico de Antioquia.

1.2. Publicaciones periódicas

Anuario Estadístico. Medellín. 1835, 1888.

Boletín de Antropología Universidad de Antioquia. 1989.

Boletín de Estadística, Medellín. 1912.

El Amigo del País. 1846.

El Constitucional de Antioquia. 1855.

El Colombiano. 1912.

El Estado de Medellín. 1881.

Instrucción Pública Antioqueña. 1905, 1917.


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La Estrella de Occidente.1849.

Periódico Ferrocarril de Antioquia. 1880.

Repertorio Oficial de Antioquia.1887.

Revista Distritos. 1969.

1.3. Fuente oral (entrevistas)

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ACOSTA, Otilia. La Estrella.

ALZATE, Blanca. La Estrella.

ALVAREZ HERNANDEZ, Arturo. La Estrella.

ARENAS, Aura. La Estrella.

ARENAS, Inés. La Estrella.

BARRERA, Ofelia. La Estrella.

CUARTAS, Jesús. La Estrella.

FLOREZ, Sacramento. La Estrella.

GIL, Jaime. La Estrella.

MEJIA, Leticia. La Estrella.

MEJIA, Gabriela. La Estrella.

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MONTOYA, Libia. La Estrella.

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llín: Universidad Pontificia Bolivariana. Facultad
de Educación - Postgrados y especializaciones en
educación ambiental. 2000.
Este libro se terminó de imprimir en Medellín
en el mes de octubre de 2018.

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