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Algarrobales y Atta vollenweideri: Una hormiga que configura un paisaje relictual en el litoral

oeste uruguayo
Alejandro Brazeiro, César Fagúndez, Beatriz Sosa & Matías Arim
Departamento de Ecología, Facultad de Ciencias, UDELAR

INTRODUCCIÓN

Sabanas (“Montes parque”) y “blanqueales” del litoral oeste del Uruguay


A lo largo del litoral oeste uruguayo (Soriano, Río Negro, Paysandú) se desarrollan sobre las planicies
aluviales del Río Uruguay, parches de sabanas arboladas, caracterizados por la presencia de algarrobos
(Prosopis nigrans, P. affinis), diseminados con baja densidad sobre un tapiz vegetal de gramíneas bastante
ralo (Chebataroff 1960, Lombardo 1964, Del Puerto 1987). A estas formaciones tipo sabanas, se les conoce
en Uruguay como “monte parque”, y en particular, a aquellas dominadas por Prosopis, se les denomina
“algarrobales”.

Muchos de estos montes se desarrollan sobre suelos halomórficos (Altamirano et al 1976), los cuales son
comparativamente poco abundantes en Uruguay. El carácter distintivo de estos suelos es la presencia de un
alto contenido de sodio de intercambio, que puede llegar a ser en algunos casos mayor al 15%. Esto hace
que estos suelos sean muy desfavorables para la vegetación, debido esencialmente a que la capacidad de
absorción de agua es fuertemente limitada por la alta presión osmótica, generándose un estrés hídrico
fisiológico (Buckman & Brady (1977). Por otra parte, el ión sodio promueve la dispersión de la materia
orgánica y de las arcillas, con la consiguiente pérdida de estructura, lo que conlleva a una baja porosidad y
lenta permeabilidad. Estas características físicas tampoco favorecen el desarrollo de la vegetación, lo que
contribuye a que el tapiz vegetal sea muy ralo, e incluso, puede faltar completamente en algunos parches.
Esto favorece la erosión superficial, de tal forma que los sedimentos finos son removidos, y la arena
remanente le da el típico color blancuzco a estos suelos ( “blanqueal”).

La biogeoquímica del sodio en estos ecosistemas, es el principal proceso modelador de la fisonomía y


apariencias semidesértica a estos ambientes (Fig. 1).

Figura 1. Fisonomía de las sabanas arboladas (“algarrobles”) que se desarrollan sobre suelos halomórficos en
el litoral oeste uruguayo. Foto del potrero pingüino (Río Negro).

1
El problema ecológico
En general, la formación natural de este tipo de suelo depende de dos condiciones esenciales: (1) presencia
de una fuente local de sodio, que puede ser la napa freática, depósito sedimentario fósil de origen salino o
salobre, o material madre rico en minerales sódicos, y (2) condición climática que permita la conservación de
las sales en el perfil (Duchaufour 1984, Brady & Weil 1996). Las sales de sodio, independientemente del
origen y forma del ión, son todas muy solubles, por lo cual, en climas húmedos son rápidamente exportadas
del perfil con las aguas de drenaje. Esto determina que los suelos halomórficos pueden desarrollarse en
climas áridos (< 500 mm.año-1), donde la fuerte evapotranspiración potencial impide el drenaje (Duchaufour
1984, Brady & Weil 1996).

En el caso de los blanqueales del litoral oeste uruguayo, el clima esta lejos de ser árido. De hecho, la
pluviosidad promedio anual es 1130 mm/año (Anónimo 1996). En tal sentido, el problema clave es la
persistencia del Na en los horizontes superficiales del suelo, donde cabria esperar que se perdiera con las
aguas de drenaje debido a la elevada pluviosidad.

La hormiga Atta volleinweideri como posible ingeniera ecosistémica


En este trabajo, se propone que la persistencia del sodio en el sistema, responde a algún mecanismo de
ingeniería ecosistémica. En este sentido, se ha sugerido que los organismos que afectan el suelo, pueden
tener fuertes impactos ecosistémicos en sistemas terrestres, ya que el suelo integra un gran número de
recursos, tales como hábitat, nutrientes, presas, etc. (Jones et al 1997).

Dentro de la biota edáfica, las hormigas pueden jugar un papel muy importante en la dinámica de los suelos,
ya que participan en el fraccionamiento de la materia orgánica, son importantes depredadores de
microartrópodos edáficos, y movilizan y mezclan el suelo (i.e., bioturbación) (Holldobler & Wilson 1990,
Coleman & Crossley 1996, Lindgren 2001). A través del fenómeno de bioturbación, las hormigas pueden
afectar los ciclos geoquímicos (Holldobler & Wilson 1990, Steven & Cole 1999), así como el drenaje,
compactación y aireación del suelo (Holldobler & Wilson 1990, Coleman & Crossley 1996, Lindgren 2001).

En las sabanas del litoral oeste uruguayo, habita una especie de hormiga cortadora, criadora de hongos, Atta
vollenweideri (Forel 1893), que construye nidos muy conspicuos en estos paisajes. Los hormigueros
construidos por A. vollenweideri son de tipo cónico, con una parte aérea que puede alcanzar el metro de
altura, y unos 8 m de diámetro, y una parte subterránea que puede llegar a los 5 m de profundidad, en la que
se encuentra un complejo sistema de cámaras (cultivo de hongo, residuos, reina) y túneles (Boneto 1959,
Jonkman 1980, Farji Brener 1992) (Fig. 2). El volumen de suelo movilizado por una colonia puede ser muy
importante, llegando a los 6-8 m3 (Boneto 1959, Jonkman 1980, Farji Brener 1992). En este sentido, Bucher &
Zuccardi (1967) estimaron que estas hormigas estarían removiendo unas 1.1 toneladas de suelo por hectárea
y por año.

Como consecuencia de la construcción de nidos, con sus túneles, galerías y cámaras, y la alta densidad de
colonias e individuos, los efectos producidos por A. vollenweideri en el suelo podrían ser de gran significancia.
En este sentido, se ha documentado en relación a las hormigas cortadoras, especialmente de los géneros
Acromyrmex y Atta, efectos claros en el suelo, tanto a nivel físico como químico (ver Farji Brener 1992).

2
Figura 2. Esquema (tomado de Jonkman 1980) y foto de un nido de A. vollenweideri, (Potro Pingüino, Río
Negro).

Por otra parte, las hormigas cortadoras son consideradas los principales herbívoros de los subtrópicos de
América del Sur, incluso, son catalogadas como plagas para la agricultura y silvicultura (Holldobler & Wilson
1990). En relación A. vollenweideri, se ha documentado que es gramínivora, y forrajea con tasas de 90-250
kg.año-1.colonia-1 en áreas de alimentación que varían entre 2.000 y 10.000 m2 (Fowler et al 1986b). De tal
manera, ya sea en forma indirecta a través de la modificación del suelo, o directamente por consumo, las
hormigas cortadoras afectarían en forma importante la estructura y dinámica de las comunidades vegetales
aledañas (ver Farji Brener 1992).

Las hormigas cortadoras son endémicas de Sudamérica, en el caso de A. vollenweideri, su distribución


geográfica se extiende en gran parte de la provincia del Chaco (sensu Morrone 2001), abarcando el litoral
oeste de Uruguay, norte argentino, extremo sur de Brasil, este de Paraguay y extremo sur de Bolivia (Fowler
et al 1986a). El límite sur de distribución en Uruguay se encuentra entre Fray Bentos y Mercedes. Los
paisajes tipo sabana constituyen los hábitats típicos de esta hormiga, lo que determina su asociación con los
bosques parque de algarrobos (Prosopis sp) en la provincia del Chaco.

Objetivo
En fragmentos de monte parque de la localidad de Fray Bentos y Nuevo Berlín, observaciones preliminares
indicarían que la densidad de colonias oscilaría entre 2-4.ha-1, y las dimensiones promedio de los nidos
variarían entre 4 y 9 m de diámetro y 0.4-0.9 m de altura. En tal sentido, tomando en cuenta la considerable
densidad poblacional, y los eventuales efectos de la bioturbación sobre las propiedades químicas y físicas del
suelo, es posible que la actividad de Atta tenga efectos de locales (101-2 m2), y eventualmente a nivel del
paisaje (103-4 m2) sobre la estructura de la comunidad vegetal.

Por otra parte, Atta genera heterogeneidad en el pasaje, ya que tanto los nidos vivos como los muertos (cono
colapsado), representan parches netamente distintos a la matriz de sabana. Los nidos vivos podrían
representar parches de perturbación, debido al eventual alto tenor de sodio. La escasa cobertura vegetal que
se desarrolla en los mismos apoya esta idea. Una vez que la colonia muere, la estructura de los nidos colapsa
generando una depresión en el terreno, la cual actúa como receptáculo de agua. Este nuevo tipo de parche
podría ser favorable para el desarrollo de especies vegetales con características más hidrófilas.

3
Considerando la alta densidad de hormigueros, los eventuales efectos de la bioturbación sobre las
propiedades físico-químicas del suelo, y de la heterogeneidad espacial generada por Atta, el objetivo general
del presente proyecto es: Evaluar el rol funcional de la hormiga Atta volleinweideri en sabanas del litoral
oeste uruguayo. En términos específicos, el estudio apunta a:

1. Evaluar el efecto de la bioturbación asociada a la construcción de nidos, sobre las propiedades fisico-
químicas del suelo, especialmente sodio
2. Evaluar el efecto local (101-2 m2) de los nidos activos sobre la vegetación (cobertura, riqueza y
composición de especies)
3. Analizar a nivel de paisaje (103-4 m2), el efecto de la heterogeneidad espacial generada por la introducción
de nuevos parches (nidos vivos y muertos), sobre la tasa de recambio (diversidad β) y riqueza de especie
(diversidad δ)

METODOLOGÍA

La investigación consistió en experimentos naturales (sensu Diamond 1986), desarrollados en la Estancia


Mafalda, propiedad de la Forestal Oriental, ubicada entre Nuevo Berlín y San Javier (Río Negro). Más
precisamente, el área de estudio se fijará en el potrero “Pingüino” (150 ha), en donde ya se han realizado
algunas experiencias piloto.

Objetivo específico 1
Para evaluar correlacionalmente el efecto de la bioturbación sobre las características del suelo, se analizó el
patrón espacial del porcentaje de sodio de intercambio a diferentes distancias a nidos activos. Para ello, se
tomaron muestras superficiales de suelo a lo largo de un transecto, a distancias crecientes (0, 0.5, 1, 2, 4, 8,
16 y 32 m) de 5 nidos (ntotal=40).

Objetivo específico 2
La evaluación del efecto local (101-2 m2) de los nidos activos sobre la vegetación (cobertura, riqueza y
composición de especies) se realizó siguiendo un protocolo idéntico al detallado en el caso del Objetivo
específico 1. Es decir, la comunidad vegetal fue muestreada a lo largo de un transecto, a distancias crecientes
(0, 0.5, 1, 2, 4, 8, 16 y 32 m) en 5 nidos (ntotal=40). Asimismo, se analizó la riqueza y composición de especies
en diferentes tipos de parches creados por Atta (nidos activos, muertos convexos y muertos cóncavos, o
charcos), a los efectos de realizar comparaciones respecto a zonas control.

Objetivo específico 3
La evaluación a nivel de paisaje (103-4 m2), del efecto de la heterogeneidad espacial generada por los nidos
(vivos y muertos), sobre la diversidad β y δ, fue evaluada en base a la comparación de curvas de
acumulación de especies, en 2 escenarios de heterogeneidad creciente: (1) paisaje de sabana sin nidos, y
(2) paisaje de sabana con nidos activos y muertos. La diferencia en la riqueza de especies máxima entre el
escenario 1 VS 2 permitió evaluar el efecto de Atta sobre la diversidad vegetal a escala de paisaje.

4
RESULTADOS

Descripción eco-botánica del algarrobal


Se registraron 70 especies vegetales, pertenecientes a 30 familias. Del total, 68 fueron angiospermas, una
gimnosperma y una pteridophyta. La familia con mayor riqueza específica fue Poaceae (gramíneas) con 21
especies, seguida por Compositae (compuestas) y Cyperaceae (ciperáceas) con 6 especies, Caryophyllaceae
y Scrophulariaceae con 3 especies, Acanthaceae, Cactaceae, Convolvulaceae, Malvaceae, Solanaceae y
Umbelliferae con 2 especies, mientras que las restantes familias contribuyeron con una especie. Es
importante resaltar que algunas de las especies listadas no son autóctonas (i.e., adventicias), como por
ejemplo Centaurim pulchellum, Cynodon dactylon y Poa annua.

La clasificación de las especies según su forma de vida mostró una dominancia de hemicriptófitas con 51
especies (72.9 %), seguidas por anuales 13 especies (18.6 %) y dos especies fanerófitas, nanofanerófitas y
trepadoras (2.9 % del total) (Fig. 3).

Desde el punto de vista ecológico, la mayoría de las especies fueron catalogadas como raras, ya que
presentan baja frecuencia de ocurrencia y al mismo tiempo baja cobertura (Fig. 3b). Solo 12 especies
superaron el 1 % de cobertura total y alcanzaron una frecuencia de ocurrencia mayor al 10 %, por lo cual
podrían ser catalogadas como las especies dominantes de la comunidad vegetal.

26
24 58: Selaginella sellowii 58
22 69: Tripogon spicatus
Cobertura promedio (%)

25: Evolvus sericeus


20
21: Eragrostis lugens
18 50: Portulaca gilliessi
16 2: Agalinis communis

14 n= 70 especies
12

Espectro Biológico (Raunkiaer) 10


8
6
Fanerófitas 69
4
Nanofanerofitas 50
2 21
Trepadoras 25
0 2
Anuales
Hemicriptófitas 0 5 10 15 20 25 30 35 40

70 especies, 30 familas (Poaceae > S) Incidencia (# sitios)

Figura 3. (a) Espectro de formas de vida, y (b) relación interespecífica entre la frecuencia y cobertura, de la
comunidad vegetal del algarrobal de potrero Pingüino (Río Negro).

5
Efectos de la bioturbación sobre el suelo
80
La distribución espacial de la concentración de Na en Na% = 45.46.e-0.018.Distancia
r=-0.44, r2=0.19, p=0.004, n=40
los niveles superficiales del suelo fue 70

significativamente afectada a nivel local, por la 60


presencia de nidos activos de Atta (Fig. 4). El tenor
de Na encima de los nidos fue en promedio un 60 %
50

Na(%)
mayor que en las inmediaciones del nido. De hecho, 40

la concentración de Na decreció significativamente, 30


de acuerdo a un modelo exponencial, con la distancia
al nido. 20

10

0
0 5 10 15 20 25 30 35

Distancia al hormiguero (m)

Figura 4. Relación entre la concentración de Na de intercambio


en el suelo, y la distancia a hormigueros activos de Atta.

Efecto local de la bioturbación sobre la vegetación

La distribución espacial de la riqueza de especies 18

fue afectada significativamente por la presencia de


Riqueza de especies vegetales

16

hormiguero activos de Atta (Fig. 5a). En promedio, 14

encima de hormigueros la riqueza fue 4 veces 12


menor que en las inmediaciones. Encima del 10
hormiguero (distancia cero) se encontraron 3
8
especies en promedio y se alcanzó un máximo de
12 especies a los 16 metros. De hecho la riqueza 6

específica se incrementó con la distancia al 4

hormiguero, de acuerdo a modelo cuadrático. 2 2


Riqueza = 4.17+0.78.Dist-0.019.Dist
r=0.69, r2=0.48, p<0.001, n=40
0
0 5 10 15 20 25 30 35

Distancia al hormiguero (m)

100
La cobertura vegetal también fue significativamente
afectada por la presencia de nidos activos, (Fig.
Cobertura vegetal (%)

80
5b). Se observó una variación importante en la
cobertura vegetal, siendo muy baja (<60%) entorno 60
de los hormiguero, hasta los 4 m, mientras que
desde los 8 y hasta los 32 metros permaneció 40
relativamente constante, entorno a un 80%. El
crecimiento de la cobertura con la distancia a 20
hormigueros se ajustó a un modelo logarítmico. Cobertura=30.0+36.66.log(Distancia)
r=0.70, r2=0.49, p<0.0001, n=40

0
0 5 10 15 20 25 30 35

Distancia al hormiguero (m)

Figura 5. Efecto de la distancia a nidos activos de Atta sobre:


(a) riqueza y (b) cobertura de especies, de la comunidad vegetal
en algarrobales del potrero Pingüino (Río Negro).

6
Generación de heterogeneidad espacial y efecto sobre la diversidad vegetal
La ontogenia de los nidos se traduce en la generación de una nítida dinámica de parches, en la cual se
pueden distinguir 3 tipos: nido vivo, muerto convexo y muerto cóncavo (charco), insertos en una matriz de
sabana arbolada (control) (Figura 6).

Control Nido Vivo

Charco relleno? Nido Muerto

Dinámica de parches
Trayectorias hipotéticas

Charco

Figura 6. Heterogeneidad espacial introducida por Atta en algarrobales del potrero pingüiño.

60
A nivel local, los parches generados por
Atta afectan significativamente la riqueza Charco: So=55

de especies vegetales, en comparación 50


Número de especies

con áreas no afectadas por los nidos de la Control: So=47


Nido muerto
hormiga (Fig. 7). En los nidos vivos 40
So=45
muestreados, la riqueza acumulada de
especies fue 33 especies, bastante menor Nido Vivo
que lo registrado en áreas control (47) y 30 So=33

nidos muertos de Atta (45). Sin embargo,


los charcos (55 especies) presentaron 20
una riqueza acumulada mayor que las
áreas control.
10
0 2 4 6 8 10 12

Número de replicas
Figura 7. Curvas de acumulación de especies vegetales en
nidos vivos, muertos, charcos y áreas control, en algarrobales
del potrero Pingüino (Río Negro).

7
Además de los efectos locales (101-2 m2) de los nidos sobre la riqueza de la comunidad vegetal, los parches
generados por Atta, que ocupan alrededor del 12% del área del potrero, introducen heterogeneidad espacial,
lo genera diversidad β (recambio de especies) y consecuentemente un aumento de la riqueza a escala de
paisaje (102-3 m2). Simulando la riqueza vegetal a nivel de paisaje, en escenarios con y sin la presencia de la
hormiga Atta, se detectó que la presencia de la hormiga da lugar a 16 especies nuevas, exclusivas de los
parches generados por ella (Fig. 8). En tal sentido, de las 70 especies registradas en el algarrobal, 16 (23%)
aparecerían exclusivamente como consecuencia de los nuevos hábitats generados por Atta.

70
Paisaje c/Atta
NV: 2 %
60
NM: 8 %
Número de especies

CH: 2 %
C: 88 %
16 especies extra
50

40

30 Paisaje s/Atta
Paisaje c/Atta

20 Paisaje s/Atta
C: 100 %

10

0
0 10 20 30 40 50 60

Número de replicas

Figura 8. Simulación la riqueza vegetal a nivel de paisaje, en escenarios con y sin la presencia de la hormiga
Atta. Para la generación de la curva de acumulación de especies con Atta, se respeto la proporción observada
de cada tipo de parche. En el caso de la curva sin Atta, se usaron exclusivamente las muestras en áreas
control.

8
CONCLUSIONES

En este trabajo se presentaron evidencias que sugieren que las sabanas arboladas (“algarrobales”) que se
desarrollan sobre suelos halomórficos del litoral oeste uruguayo, persisten como hábitats relictuales, al menos
en parte, debido a la actividad de la hormiga Atta vollenweideri. Atta contribuiría a mantener la configuración
de estos hábitats mediante 2 mecanismos. (1) La bioturbación asociada a la construcción de nidos (diámetro
≤ 9m, altura ≤ 1m y profundidad ≤ 5m) deposita en la superficie importantes cantidades de Na, lo que reduce
significativamente la cobertura y riqueza de la comunidad vegetal entorno a los nidos. (2) La ontogenia de los
nidos se traduce en la generación de una nítida dinámica de parches, en la cual se pueden distinguir 3 tipos:
nido vivo, muerto convexo y muerto cóncavo. Los parches generados por Atta, que ocupan el 12% del área,
introducen heterogeneidad espacial, lo que genera diversidad β y consecuentemente un aumento del 26% (16
especies) en la diversidad del paisaje. De acuerdo a estos resultados, Atta vollenweideri jugaría un rol
destacado en estos ambientes, contribuyendo a mantener un hábitat relictual muy diverso y con alto grado de
endemismos.

Desde el punto de vista de la conservación, los algarrobales como ambientes relictuales de alto nivel de
endemismo, constituyen un valioso patrimonio natural, que los uruguayos deberíamos conservar y preservar.
En tal sentido, las áreas protegidas serían la herramienta de conservación más adecuada. El manejo de estas
eventuales áreas, deberá tener especial consideración del rol funcional que la hormiga Atta vollenweideri
juega en estos ambientes como especie bio-ingeniera, si es que queremos conservar la fisonomía y
diversidad de las sabanas arboladas (“algarrobales”) que se desarrollan sobre suelos halomórficos del litoral
oeste uruguayo.

Agradecimientos: Al Sr. Rodolfo Beasley y a la Forestal Oriental, por permitirnos el ingreso al sitio
de estudio y facilitarnos las actividades de campo. A Felipe Lezama por su asistencia en el campo
y colaboración en la identificación taxonómica. A Pierre y a Martín Bollazi, por su ayuda en el
trabajo de campo.

BIBLIOGRAFÍA PRINCIPAL
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