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Libro de Deuteronomios

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Introducción a Deuteronomio

¿Por qué debemos estudiar


este libro?
El libro de Deuteronomio contiene las palabras finales de
Moisés a los hijos de Israel antes de que entraran en la tierra de
Canaán con Josué como su líder. El título del libro significa
“segunda ley” o “repetición de la ley” (véase la Guía para el
Estudio de las Escrituras, “Deuteronomio”), ya que en esos
discursos finales Moisés les repitió a los israelitas muchas de las
leyes y los mandamientos que formaban parte de su convenio
con el Señor. Moisés también exhortó a los israelitas a recordar
y guardar su convenio al enseñarles las consecuencias de
obedecer o desobedecer las leyes y los mandamientos del Señor.
A medida que estudies Deuteronomio, aprenderás la importancia
de recordar las experiencias espirituales pasadas y de acordarte
de guardar las leyes, los convenios y los mandamientos del
Señor, para que puedas tener las mismas promesas de
prosperidad y protección que tuvo el antiguo Israel.
¿Quién escribió este libro?
Moisés es el autor de Deuteronomio. A lo largo del libro vemos
a Moisés cumplir su función divinamente señalada como “el
gran legislador de Israel” (D. y C. 138:41). Moisés también fue
un prototipo del Mesías, Jesucristo (véase Deuteronomio 18:15–
19). El último capítulo de Deuteronomio relata la muerte de
Moisés; sin embargo, otros pasajes de las Escrituras aclaran que
Moisés no murió sino que fue trasladado. Moisés “vino al Monte
de la Transfiguración y allí confirió las llaves del sacerdocio a
Pedro, Santiago y Juan (Mateo 17:3–4; Marcos 9:4–9; Lucas
9:30; D. y C. 63:21). De ese acontecimiento, que ocurrió antes
de la resurrección de Jesús, adquirimos la comprensión de que
Moisés fue un ser trasladado y que no murió como se registra
en Deuteronomio 34 (Alma 45:19)” (Bible Dictionary, “Moses”;
véase también la Guía para el Estudio de las Escrituras,
“Moisés”). La explicación de la supuesta muerte de Moisés y el
tributo consiguiente (véase Deuteronomio 34:10) se añadieron
después de que Moisés fue trasladado. En esta dispensación,
Moisés apareció como un ser resucitado en el Templo de
Kirtland (seguido por Elías y luego Elías el profeta) y le confirió
las llaves del sacerdocio a José Smith y a Oliver Cowdery
(véase D. y C. 110:11–16).
¿Cuándo y dónde se escribió?
Hay diferentes opiniones sobre cuándo se escribieron
Deuteronomio y los otros libros de Moisés, y no sabemos
exactamente dónde estaba Moisés cuando escribió este libro.
Moisés pronunció los discursos registrados en Deuteronomio
unos 40 años después de que el Señor sacó a los hijos de Israel
de Egipto. Cuando Moisés pronunció esos discursos, él y los
hijos de Israel estaban acampados en el lado este del río Jordán,
en las afueras de la tierra prometida (véase Deuteronomio 1:1–
5). Sin embargo, no sabemos con exactitud dónde se encontraba
Moisés cuando escribió este libro.
¿Cuáles son algunas de las
características distintivas de
este libro?
El libro de Deuteronomio contiene los tres grandes discursos
finales de Moisés a los hijos de Israel. “El primer discurso se
encuentra en los capítulos del 1 al 4, y es una introducción. El
segundo discurso (caps. del 5 al 26) se compone de dos partes:
(1) del 5 al 11, los Diez Mandamientos y una exposición
práctica de éstos; y (2) del 12 al 26, un código de leyes que
constituye el núcleo de todo el libro. El tercer discurso (caps. del
27 al 30) contiene una renovación solemne del convenio (pacto)
entre Dios y el pueblo de Israel y un anuncio de las bendiciones
que acarrea la obediencia y de las maldiciones que se reciben
por la desobediencia” (Guía para el Estudio de las
Escrituras, “Deuteronomio”). Esos discursos contienen las
súplicas sinceras de Moisés por que los israelitas recordaran al
Señor y vivieran Sus leyes en la tierra prometida. Las
instrucciones registradas en Deuteronomio se dirigían
específicamente a una nueva generación cuyos padres habían
muerto en el desierto después de rebelarse (véase Números
14:26–33; 26:63–65).
Una de las características más notables del libro de
Deuteronomio es la frecuencia con la que se lo cita en otros
pasajes de las Escrituras. De los cinco libros de Moisés,
Deuteronomio es el que citaron con mayor frecuencia los
profetas del Antiguo Testamento. También se cita o se alude a él
casi 100 veces en el Nuevo Testamento. Jesús utilizó versículos
de Deuteronomio para desechar las tentaciones de Satanás
(véase Deuteronomio 6:13, 16; 8:3; Mateo 4:1–11) y para
explicar cuál era el gran mandamiento de la ley
(véase Deuteronomio 6:5; Mateo 22:36–38).
Bosquejo
Deuteronomio 1–4. Moisés hace un repaso de los
acontecimientos significativos de los israelitas durante los 40
años previos, incluyendo el convenio que el Señor hizo con ellos
en el Horeb o monte Sinaí.
Deuteronomio 5–11. Moisés exhorta a los israelitas a que
enseñen a sus hijos a amar al Señor, guardar los mandamientos y
casarse dentro del convenio. Les recuerda que deben ser un
pueblo santo y escogido del Señor. Moisés también da cuenta a
los israelitas de las lecciones que deben recordar de su
peregrinación por el desierto y les advierte lo que sucederá si las
olvidan. Él narra sobre las ocasiones en las que los israelitas se
rebelaron y de la forma en la que él intercedió por Israel ante
Jehová. Les enseña a los israelitas que si aman y sirven al Señor
serán bendecidos en la tierra prometida; si no lo hacen, entonces
serán maldecidos.
Deuteronomio 12–17. Moisés le da instrucciones al pueblo de
que destruyan los dioses falsos de los cananeos y sigan siendo
un pueblo separado, libre de las prácticas e influencias
mundanas. Les recuerda a los israelitas los mandamientos del
Señor. Advierte a Israel en contra de tener reyes, pero luego les
da instrucciones en caso de que decidan tener un rey a pesar de
su consejo.
Deuteronomio 18. Moisés da instrucciones a Israel de que
eviten las supersticiones y prácticas ocultas de otras naciones.
Profetiza de Jesucristo y les dice a los israelitas cómo pueden
reconocer a un verdadero profeta.
Deuteronomio 19–28. Moisés da leyes y mandamientos
específicos con respecto a las acciones judiciales y la guerra, así
como también instrucciones para la vida diaria. Alienta a los
israelitas a que recuerden la deuda que tienen con el Señor al
ofrecer las primicias de la tierra de Canaán, pagar los diezmos y
guardar sus convenios.
Deuteronomio 29–30. Israel hace un convenio con el Señor.
Moisés les advierte que quienes desobedezcan al Señor serán
maldecidos y profetiza que quienes obedezcan al Señor serán
bendecidos temporal y espiritualmente.
Deuteronomio 31–34. Moisés les dice a Josué y a los israelitas
que sean fuertes y se animen. Les enseña a los israelitas una
canción que ayudará a Israel a recordar al Señor y los
mandamientos. Bendice a cada una de las tribus de Israel y ve
toda la tierra que Israel heredará.

Unidad 14: Día 2, Deuteronomio 1–13


Unidad 14: Día 3, Deuteronomio 14–19


Unidad 14: Día 4, Deuteronomio 20–26


Unidad 15: Día 1, Deuteronomio 27–34

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