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1.3 Tarea Collage Sobre La Organización de Los Espacios para La Educación Infantil

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SANTO

DOMINGO
UASD-SAN JUAN

TEMA:
Reporte de Lectura sobre la conceptualización de la
Educación Infantil

ASIGNATURA:
Didáctica Especial Pre-escolar para docente

ESTUDIANTE:
Alejandrina Rosario Perez

MATRICULA:
100379587

PROFESORA:
Miladys Audelencia Sánchez Pérez

FECHA:
22/02/2024
Introducción

La educación a nivel preescolar debe favorecer a los niños/a su desarrollo integral


en los aspectos biológicos, cognoscitivo, sicomotriz, socioafectivo y espiritual.
Para favorecer el desarrollo integral de los niños/a, propiciando experiencias
recreativas en su proceso educativo, es necesario crear espacios para que el
educando participe en actividades, no solo con otros niños sino también con
adultos permitiéndole disfrutar y aprender de las actividades.

Las actividades deben favorecer el trabajo en grupo sea con otros niños o con la
participación de la comunidad educativa en su proceso de socialización, para el
aprendizaje de las prácticas democráticas, los valores, el logro de formas de
expresión y relaciones de reciprocidad teniendo en cuenta las normas de respeto,
convivencia y solidaridad.
Collage sobre la organización de los espacios para la
Educación Infantil.

Los lineamientos deseados


para la organización de un
centro educativo y del aula
incluyen:
1. Una visión clara y
coherente: es importante
tener una visión
compartida y
comprensible acerca de lo que
se desea lograr en el centro
educativo y en el aula.
2. Participación de todas las
partes interesadas: la
participación activa de los
padres
de familia, los estudiantes, los
profesores y el personal
administrativo es esencial
para la toma de decisiones
efectivas.
3. Planificación estratégica:
la planificación estratégica
es necesaria para definir
objetivos a largo plazo,
establecer prioridades y
asegurar la alineación de
recursos
con objetivos.
4. Flexibilidad y
adaptabilidad: es importante
ser flexible y adaptable para
responder
a los cambios y desafíos
que surgen en un entorno
educativo en constante
evolución.
5. Comunicación efectiva: una
comunicación abierta, clara y
regular entre todas las
partes interesadas es esencial
para el éxito del centro
educativo y del aula.
6. Aprendizaje
personalizado: es importante
ofrecer un aprendizaje
personalizado
que respete el ritmo y las
necesidades individuales de
cada estudiante.
7. Ambiente de aprendizaje
seguro y respetuoso: es
importante fomentar un
ambiente de aprendizaje
seguro y respetuoso que
permita a los estudiantes
explorar, descubrir y crecer de
manera positiva.
8. Tecnología educativa: la
incorporación de tecnología
educativa de manera
estratégica puede mejorar la
eficacia y la eficiencia del
aprendizaje.
9. Evaluación formativa: es
importante utilizar
evaluaciones formativas para
medir el
progreso y el éxito del
aprendizaje, y para ajustar
y mejorar la enseñanza
en
consecuencia.
Estos son solo algunos de los
lineamientos deseados para la
organización de un centro
educativo y del aula. La
implementación de estos
lineamientos puede mejorar la
calidad
de la educación y fomentar el
éxito de los estudiantes
1. Una visión clara y
coherente: es importante
tener una visión
compartida y
comprensible acerca de lo que
se desea lograr en el centro
educativo y en el aula
En primer lugar, el tiempo en la etapa de Educación Infantil debe caracterizarse
por la flexibilidad, es decir, podemos establecer un horario para la jornada
semanal pero este debe estar abierto a posibles modificaciones por incidencias o
acontecimientos que aparezcan y que no teníamos previstos, por ello, debemos
organizar la jornada entorno a una serie de ejes vertebradores que constituyen las
rutinas. Estos momentos o ejes también deben ser flexibles en cuanto a su
duración, ya que esta dependerá de la atención o interés que ponga el alumnado
pero debe ser completamente fijo en su secuencia para que la rutina pueda ser
aprendida por el alumnado.

Además, no podemos olvidar que la organización temporal debe respetar las


necesidades de los menores y los ritmos individuales siendo estos ritmos de
actividad, de descanso y de juego, teniendo en cuenta que, según Lurcat
(1986): “Para tratar de los derechos y necesidades, se partirá de la siguiente idea:
los derechos son los mismos para todos los niños. Las necesidades, en cambio,
pueden ser comunes a todos, específicas de ciertas categorías y particulares de
los individuos. De tal manera que, para que los derechos de todos sean
respetados, hay que satisfacer las necesidades que se manifiestan como
prioritarias en ciertas situaciones.

En el primer ciclo de Educación Infantil, esta organización debe tener como


objetivo solo la satisfacción de necesidades básicas pero en el segundo ciclo ya
debe potencias los aprendizajes y socialización del alumnado.

En cada comunidad, existe un Decreto u Orden que establece el horario lectivo


para la etapa de Educación Infantil pero la temporalización de las actividades
durante un curso escolar es responsabilidad del docente y debe estar basada en
los objetivos previamente establecidos, las características psicoevolutivas del
alumnado y la legislación actual.

En cuanto a los criterios más importantes para la distribución y organización


adecuada del tiempo destacan:

 Debe respetar la globalidad del niño y del centro educativo: respetar su


edad, las características del grupo-clase, la duración de la jornada, los
recursos de los que disponemos, los espacios educativos, etc.
 El horario debe ser conocido y comprendido por el grupo-clase para ir
adquiriendo la noción del tiempo y orientarse en él.
 Las familias también deben conocer esta organización.
 Programaremos las actividades atendiendo a la curva de fatiga de los niños
y niñas.
 Alternaremos actividades que requieran mayor esfuerzo de concentración
con aquellas que estén más centradas en sus intereses.

Además del tiempo que dedicamos a la jornada escolar, también debemos tener
en cuenta otros tiempos.

Por un lado, el tiempo que dedicamos a las familias puesto que si queremos
cumplir con el objetivo de formar personas autónomas y de consolidad valores y
relaciones democráticas se hace imprescindible una relación permanente entre
familia y escuela. En este tiempo nos encargaremos de proporcionarles la
información necesaria, formar y orientar a los padres y proporcionar situaciones y
cauces de colaboración y comunicación, así como permitir su participación y
presencia en la vida del centro.

También necesitamos tiempo para nosotros, como docentes. Nuestra labor


educativa es muy importante y, por tanto, muy compleja, puesto que no solo
trabajamos durante la jornada escolar sino también antes o después de ellas. Por
este motivo necesitamos un tiempo para planificar o evaluar (elaborar la
programación o el proyecto educativo de centro, hacer un seguimiento del
alumnado, evaluarlo, etc), hacer los intercambios de información con los padres
(reuniones, encuestas, entrevistas…) y seguir formándonos (realización de cursos,
asistencia a congresos, conferencias o jornadas, etc). Esta última función es muy
importante, puesto que no somos obras concluidas, debemos seguir formándonos
como educadores, aprender cosas nuevas cada día ya que tanto los niños como el
mundo en general va cambiando.

Por último, también debemos dedicar un tiempo a los niños, paralelamente a la


jornada escolar, para atender a la diversidad (diferentes intereses, necesidades,
estilo de aprendizaje, ritmos, situaciones sociales, étnicas, de inmigración, de
salud…), a sus necesidades especiales… Esto lo conseguiremos dedicando un
tiempo al diseño de actividades de apoyo, refuerzo y ampliación. También
debemos dedicar un tiempo fuera del horario escolar a fiestas, visitas,
excursiones…

Siguiendo en esta línea, especial atención merecen las rutinas, que como se viene
diciendo a lo largo de este artículo, permite al niño tener una referencia para
adquirir las nociones temporales. Las rutinas son aquellas actividades que repiten
cada día en la misma secuencia y permite el desarrollo de hábitos y de la
autonomía personal. En un aula de infantil, las más importantes suelen ser: la
llegada al aula, la realización de la asamblea, el desarrollo de actividades, el
desayuno y recreo, vuelta al aula y hábitos de higiene, sesión de relajación,
rincones y, por último, recogida del material y despedida.

En segundo lugar, resulta fundamental organizar el aula de manera que atraiga la


atención de los niños, que respete sus necesidades básicas y sobre todo que esté
organizada de un modo que proporcione seguridad y confianza. De esta forma,
también conseguiremos que lo más pequeños amplíen y afiancen adecuadamente
las relaciones entre iguales, desarrollándose en un entorno caracterizado por el
respeto.
En este sentido, Sallán (1996), sostiene que el espacio educativo es un elemento
que permite que la acción educativa esté organizada y, para ello, debemos tener
en cuenta como docentes el espacio físico donde se va a actuar, el tiempo del que
vamos a disponer para desarrollarla y los recursos, tanto didácticos como
materiales, que necesitamos para iniciarla.

En el aula, cada objeto debe tener un sitio fijo para que los alumnos sepan
siempre donde ir para disponer de ese material y, además, la distribución espacial
debe permitir a los niños moverse libremente. En cuanto a los materiales, deben
ser muy variados y tener múltiples posibilidades y, aunque sean proporcionados
por le centro, es función del docente distribuirlos por toda el aula.

Existen muchísimos modelos para organizar el aula. Entre ellos, el más destacado
es el de Zabalza (1987):

 El modelo de los rincones de juego o actividad: consiste en dividir el aula en


diversos espacios donde se realizan diferentes actividades relacionadas
con las necesidades básicas del niño como, por ejemplo, el rincón del juego
simbólico, de la grafomotricidad, etc. Este modelo permite al niño reconocer
visualmente las posibilidades de actividad y los materiales de cada rincón.
 El modelo de Frabboni (1984): consiste en ocho centros de interés, seis que
se desarrollan en espacios comunes y dos que se desarrollan dentro del
aula. Estos centros son: el gráfico-pictórico, el teatral-musical, el plástico-
manipulativo y de los oficios, el familiar, el lúdico, el de lenguajes y el lógico-
matemático.
 El modelo High-Scope: basado en la teoría cognitivista del desarrollo
evolutivo de Piaget y consiste en dividir el aula en siete áreas: el área de la
casa, de los bloques, de las construcciones, del descanso, del recreo, de la
expresión artística y de la expresión musical.

También podemos hacer referencia a otros modelos históricos como


 “La casa dei Bambini” de María Montessori: esta autora sostenía que la
preparación del ambiente educativo es muy importante. Todo debe estar
organizado, reflejándose en este orden el tiempo y el espacio para que el
niño lo interiorice y respete el lugar donde se encuentras los materiales y la
distribución temporal de la jornada. Además, consideraba que tanto el
material como los muebles deberías despertar en el niño el interés por
observar, manipular e investigar.
 “Escuela materna” de Rosa y Carolina Agazzi: ambas establecieron que
tanto el espacio como el horario debían distribuirse tomando como
referencia el hogar materno y las actividades debían ser planificadas para
que no disturbaran el ritmo natural de la familia.
 “L’ecole d’Ermitage” de Decroly: esta organización se basa en proporcionar
al niño un ambiente adecuado y ofrecer las actividades en un orden que
permitan al niño adaptarse a los ambientes a los que el niño deberá hacer
frente fuera del aula y del centro educativo.

En cuanto a los criterios que debemos tener en cuenta para la distribución y


organización del espacio son:

 Necesidades de los alumnos:


 Fisiológicas: higiene, descanso, seguridad… Son las necesidades básicas
en la vida del niño.
 Afectivas: el docente debe tener una actitud de seguridad, tranquilidad,
disponibilidad para hablar con el alumno…
 Autonomía: la distribución del espacio debe permitir un buen acceso
autónomo a los materiales y espacios eliminando barreras.
 Socialización: el espacio debe propiciar las relaciones entre iguales, el
trabajo en equipo, el conocimiento del entorno, los intercambios lingüísticos,
etc.
 De movimiento: el espacio debe ser libre, es decir, que permita el libre
movimiento.
 De expresión: el docente debe despertar el interés en el alumnado por el
intercambio verbal a través de juegos de palabras, canciones, cuentos…
 De experimentación y descubrimiento: debe ser un ambiente rico en
estímulos, donde los niños tengan ganas de explorar, manipular, observar,
conocer y, sobre todo, aprender.
 La organización debe ser flexible.
 Debe atender a la diversidad y a los ACNEAE.
 Los materiales deben ser alcanzables para todo el mundo.
 Reflexionar sobre la colocación de los muebles que permita el libre
movimiento.
 Evaluar el uso que los niños dan al espacio para modificarlo si es
necesario.
 Dedicar un espacio a los adultos donde poder relajarse y planificar la
intervención.

Teniendo en cuenta estos criterios, resulta conveniente establecer una serie de


espacios que son más o menos imprescindibles en esta etapa dentro del aula:

 Zona de trabajo colectivo: debe favorecer el intercambio verbal y el trabajo


en grupo. Si el grupo-clase no es muy numeroso pueden formar un solo
grupo con todos los alumnos.
 Zona de trabajo individual: formado por mesas para los niños que faciliten el
trabajo individual.
 Zona de expresión plástica: dónde podrán dibujar, pintar, usar diferentes
técnicas y formas de expresión…
 Zona del juego simbólico: en ella los niños podrán interpretar diferentes
roles y desarrollar su creatividad e imaginación.
 Biblioteca de aula: debe disponer de una buena iluminación, evitar los
excesos de ruido y tener muchos libros y muebles que faciliten la lectura.
 Zona lúdica: debe tratarse de un espacio amplio que permita el movimiento.
 Zona de exposición: lugar donde se expondrán los trabajos del alumnado
tanto individuales como colectivos, así como carteles o dibujos relacionados
con sus centros de interés.

En cuanto a los espacios exteriores, también se consideran espacios educativos y


deben cumplir con una serie de requisitos que hagan que posibiliten la actividad y
el juego:

 Deben ser espacios amplios y con un acceso directo desde las aula.
 Debe disponer de pequeños espacios a la sombra para resguardarse de el
calor y con acceso a alguna fuente de agua potable.
 Deben crearse diferentes áreas donde se puedan realizar diferentes
actividades.
 Debe haber diferentes tipos de suelo según las actividades: arena,
hormigón…
 Deben disponer de objetos simbólicos.
 Debe haber zonas de silencio donde puedan descansar o relajarse y otras
donde puedan hacer ruido pero sin causar situaciones de agresividad o
estrés.
 Y, por último, se deben aprovechar los recursos naturales como las zonas
verdes.

Las zonas que se pueden establecer en el patio son: zona de transición aula-patio,
zona del huerto, zona del arenario, zona de descanso, zona de estructuras fijas,
zona de estructuras móviles, zona verde y zona de juego simbólico.
Conclusión

Organizar el espacio correctamente, da la posibilidad al alumnado de desarrollar


todas sus capacidades. También, les permite desenvolverse libremente, y por
tanto, participar individualmente y colectivamente en las diversas actividades y por
supuesto, facilita, la consecución de las intenciones educativas.

Por lo que, la organización de espacio es un poderoso instrumento docente. De la


misma manera, quiero destacar que el espacio, no sólo está definido de
dependencias arquitectónicas, sino también por la distribución de materiales,
objetos y mobiliarios. Del mismo modo, nunca nos debemos olvidar de
la organización del tiempo., ya que espacio, tiempo y materiales van unidos de la
mano para crear un ambiente educativo favorable.
Bibliografía

 Iglesias, L. (1996). La Organización de los Espacios en la Educación


Infantil. En M. A. Zabalza, F. Frabboni, B. Borghi, N. Garuti, J. Oliveira, H.
Vasconcellos , D. Brito y C. Parente (Eds.), Calidad en la Educación Infantil
(pp. 235-286). Narcea.

 Jiménez, J. (2003). Un Aula para la Investigación: cómo construir un


ambiente favorable a la investigación educativa. Investigación en la
Escuela, 51, 25-
26. http://investigacionenlaescuela.es/articulos/51/R51_2.pdf

 Jiménez, R. y Wamba, A. (2003). ¿Es posible el cambio en los modelos


didácticos personales?: Obstáculos en profesores de ciencias naturales de
educación secundaria. Revista Interuniversitaria de Formación del
Profesorado, 46, 113-131. http://www.redalyc.org/pdf/274/27417108.pdf

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