Tema - 3
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1. Introducción
La victoria musulmana en la batalla de Guadalete (711) supuso la división de la Península
Ibérica en dos zonas con modelos sociales diferentes y fronteras cambiantes:
- Al-Ándalus.
- Y los núcleos cristianos. Parte de los visigodos se refugiaron en el norte de la Península,
donde surgieron los primeros núcleos de resistencia cristiana. La aparición de estos reinos fue
el origen de la llamada “reconquista”. La “reconquista” es el proceso de expansión territorial
progresiva de los reinos cristianos frente al enemigo musulmán. Dentro de la “reconquista” se
dieron relaciones muy importantes entre reinos, con procesos de división (herencia…) y unión
(matrimonio).
2. Desarrollo
2.1. Origen y evolución territorial de los reinos cristianos durante la Edad Media
La evolución de los territorios cristianos peninsulares se puede dividir en dos fases:
1ª) El origen de los reinos cristianos (siglos VIII-X). Los reinos cristianos vivieron una fase
defensiva frente a la superioridad musulmana. Diferenciamos:
- Reinos occidentales: en la zona cantábrica se refugiaron nobles visigodos huyendo de los
musulmanes. Destacó un líder, Pelayo, que venció a los musulmanes en la batalla de
Covadonga (722). Desde ahí comenzó la fundación y consolidación del reino astur con los
reyes Alfonso I, Alfonso II y Alfonso III. Se trasladó su capital a León, convirtiéndose en el
reino de León, que llegó hasta el río Duero (“Tierra de nadie”). En la zona oriental del reino
surgió el condado de Castilla, que consiguió independizarse de León con Fernán González y
Fernando I (siglos X y XI).
- Reinos orientales: tienen su origen en la “Marca Hispánica” creada al sur de los Pirineos por
Carlomagno. Esta zona se dividió en varios condados dependientes del imperio carolingio.
Los Condados Catalanes fueron adquiriendo más poder hasta su independencia a finales del
siglo IX con Wilfredo el Velloso. A finales del siglo IX, navarros (reino de Pamplona) y
aragoneses (Sobrarbe, Ribagorza y Aragón) se independizaron de los francos.
2ª) Evolución territorial de los reinos cristianos (siglos XI y XV). Desde el siglo XI la
división de Al-Ándalus en taifas permitió a los reinos cristianos desarrollar la “reconquista”.
En el siglo XI, el reino de Navarra vivió un gran desarrollo. Sancho III, rey de Navarra a
principios del siglo XI, dividió su herencia entre sus hijos: García Sánchez III se quedó con Navarra,
Fernando I con Castilla (después también obtuvo León) y Ramiro I con Aragón.
Desde el siglo XI, los reinos de Castilla y de León vivieron fases de unión y de separación:
esto ocurrió con Alfonso VI, Alfonso VII y Alfonso VIII. Castilla y León iniciaron su expansión hasta
el siglo XIII. Especial importancia tuvo la conquista de Toledo (1085) por Alfonso VI. En el siglo
XIII, los reinos cristianos se aliaron contra los musulmanes (almohades) y vencieron en la batalla de
las Navas de Tolosa (1212). Esto supuso la desintegración de los poderes de Al-Ándalus en cuarenta
años. La unión definitiva de Castilla y León ocurrió con Fernando III, creándose la Corona de
Castilla. Los cristianos conquistaron Córdoba, Murcia, Jaén y Sevilla. Al-Ándalus quedó restringido
al reino de Granada, conquistado por los Reyes Católicos en 1492.
Aragón se expandió hacia el valle del Ebro y la costa mediterránea. Alfonso I de Aragón
conquistó Zaragoza a inicios del siglo XII. Aragón y los Condados Catalanes se unieron, creando la
Corona de Aragón, con el matrimonio entre Ramón Berenguer IV y Doña Petronila. El primer rey de
la Corona de Aragón fue Alfonso II. Aragón avanzó en la reconquista con Jaime I, haciéndose con
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Valencia y Mallorca en el siglo XIII. Aragón centró su expansión en el Mediterráneo: Sicilia, Cerdeña,
Nápoles...
El reino de Navarra fue perdiendo importancia, pues quedó bloqueado en su avance hacia el
Sur por Castilla y Aragón.
Asociado a la reconquista, se dio el proceso de repoblación. La repoblación es la ocupación
por manos cristianas de territorios ganados por las armas a los musulmanes, mediante el
establecimiento permanente de gentes que se instalan en esos territorios. Existieron varias formas de
repoblación: presura o aprisio (es el sistema que se utilizó para el asiento de población en zonas
vacías), concejil (fueros), repartimiento (asiento en zonas ya pobladas que consiste en el reparto de
casas y tierras entre los que participaban en la conquista), órdenes militares (importante la Submeseta
Sur)...
2.2. Aspectos políticos e institucionales de Castilla y Aragón en la Baja Edad Media
Evolución política de Castilla y Aragón
En Castilla, durante la Baja Edad Media, se dio un periodo muy convulso con:
- Periodos de reforzamiento de la autoridad real: Alfonso X, Alfonso XI y Pedro I.
- Periodos en los que se debilitó el poder de los reyes y aumentó la fuerza de la alta nobleza:
un ejemplo fue la guerra civil entre Pedro I y su hermanastro Enrique II de Trastámara (al que
apoyó la nobleza). Enrique ganó, y se coronó como Enrique II, comenzando una nueva
dinastía en Castilla: la de los Trastámara. A cambio del apoyo de la nobleza, Enrique otorgó
importantes concesiones a la nobleza. A partir de ese momento existía un conflicto entre los
reyes, que querían acumular cada vez más poder, y la nobleza, que no quería perder sus
privilegios. En el siglo XV, Juan II y Enrique IV vivieron importantes conflictos internos en
los que la nobleza reforzó sus posiciones. A Enrique IV le sucedió su hermana Isabel de
Castilla, la futura Isabel la Católica.
En la Corona de Aragón, en los siglos XIII y XIV, lucharon los reyes, que querían aumentar
su poder, y la nobleza, que quería aumentar sus privilegios. La muerte de Martín I el Humano (1410)
sin descendencia supuso la llegada de la dinastía Trastámara también a Aragón, con la proclamación
como rey de Aragón de Fernando de Antequera en el Compromiso de Caspe (1412). Los reyes de la
nueva dinastía intentaron reforzar su autoridad frente a la nobleza. Desde ese momento, hubo periodos
de gran esplendor (Alfonso V) y otros momentos convulsos, como la guerra civil del rey Juan II
contra la nobleza y el clero catalanes (siglo XV). A Juan II le sucedió Fernando II de Aragón
(Fernando el Católico).
Aspectos institucionales
Castilla, desde las Partidas de Alfonso X, basó su derecho en el derecho romano, con una
concepción autoritaria del poder del rey. Durante los siglos XIV y XV se centralizó el poder,
disminuyendo los poderes locales. El rey se encargaba de gobernar, aplicar y cambiar las leyes e
impartir justicia. Existían varias instituciones:
- La Real Audiencia y Chancillería de Valladolid: fundada por Enrique II. Era el órgano o
tribunal supremo de justicia del reino. Administraba justicia.
- El Consejo Real: órgano consultivo del rey. Asesoraba al rey en el gobierno.
- La Real Hacienda: encargada de los impuestos y administrar la economía del reino.
- La Contaduría Mayor de Hacienda y la Contaduría Mayor de Cuentas: creadas para
reorganizar la Hacienda y aumentar la recaudación de impuestos.
- Las Cortes: nacieron en el siglo XII. Las Cortes eran una asamblea estamental formada por
los representantes de la nobleza, el clero y las ciudades. En Castilla tuvieron poco poder porque el rey
las convocaba para votar nuevos impuestos y jurar fidelidad al nuevo monarca. No tenían poder
legislativo, solo podían presentar peticiones al rey.
- Ejército permanente.
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- Administración territorial: los grandes territorios eran controlados por adelantados, con
poder militar y representando al rey. Existían muchos fueros y derechos locales que hacían difícil la
centralización del poder real. Para resolver ese problema Alfonso XI promulgó el Ordenamiento de
Alcalá (1348). Se establecía que el poder real tenía preferencia sobre el local. Los municipios estaban
administrados por los Concejos, formados por los regidores y los representantes del rey. Con el
tiempo los Concejos quedaron controlados por unas pocas familias. Los corregidores, surgidos en el
siglo XIV, eran los representantes del rey en los municipios y su papel fue cada vez más importante
(funciones judiciales y militares).
La Corona de Aragón tenía un sistema institucional diferente a Castilla, ya que era una
confederación formada por varios reinos: Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca. Cada reino tenía sus
propias leyes e instituciones. Los distintos reinos de la Corona de Aragón sólo tenían una institución
en común: la monarquía. En Aragón existía un modelo pactista frente al modelo centralista y
autoritario de Castilla. El poder del rey en Aragón era menor que el del rey en Castilla, porque tenía
que pactar con la nobleza, los representantes de las ciudades y la Iglesia, y respetar las leyes de cada
reino (fueros) cuando quería tomar una decisión. Los reyes aragoneses crearon:
- El cargo de virrey: para representar al rey en cada reino.
- El Consejo Real: no tuvo labores de gobierno.
- La Audiencia: institución de justicia.
- El Justicia de Aragón: existió en Aragón. Era un miembro de la nobleza que trataba de
mantener los privilegios estamentales frente al poder del rey.
- Reforma de la Hacienda: existía un recaudador de impuestos (bayle) en cada reino. La
Hacienda estaba controlada por las diputaciones y las generalidades.
- Las Cortes: defendían los intereses del reino frente a los del rey. Las Cortes nacieron en el
siglo XIII en los reinos de Cataluña, Aragón y Valencia. Existían Cortes independientes en cada reino
y estas fueron aumentando su poder. Podían proponer leyes al rey a cambio de aprobar las
aportaciones económicas que les pedía.
- Diputación de Aragón, la Generalidad de Cataluña y la Generalidad de Valencia. Su función
era controlar el gobierno mientras las Cortes no estaban reunidas. La Generalidad de Cataluña
adquirió mucho poder.
- Municipios: fueron controlados por las familias más poderosas. El órgano de poder en las
ciudades fue el municipio. En Cataluña el municipio era gobernado por unos magistrados locales
asesorados por un consell (consejo), el ejemplo más conocido es el Consell del Cent de Barcelona.
3. Conclusión
A modo de conclusión, quiero indicar que es muy importante conocer la evolución política e
institucional de la Corona de Castilla y la Corona de Aragón durante la Baja Edad Media.
Comprendiendo esa evolución política e institucional podremos llegar a entender los diferentes
modelos políticos e institucionales que se crearon en Castilla y en Aragón. Mientras Castilla aparece
como modelo de Corona multirregional unitaria (centralista), donde el poder del rey era manifiesto, en
la Corona de Aragón se configura un modelo plurirregional, con territorios diferentes, distintas leyes y
parlamentos. Por eso en Aragón los distintos reinos sólo compartían su rey, con el llamado pactismo.