Bianchi El Tesoro Escondido de Aparecida
Bianchi El Tesoro Escondido de Aparecida
Bianchi El Tesoro Escondido de Aparecida
RESUMEN
Aparecida representa el punto más alto en la consideración del magisterio sobre
la piedad popular latinoamericana. El artículo comienza con un somero recorrido
histórico desde Medellín, donde se considera la religiosidad popular como algo
positivo, hasta Aparecida, donde se enseña que esta forma de vivir la fe de grandes
mayorías de pobres latinoamericanos es una verdadera espiritualidad cristiana.
Luego se detiene a presentar las novedades del documento de la V Conferencia del
Episcopado latinoamericano (Aparecida) y termina explicitando algunas cuestiones
abiertas.
Palabras clave: Aparecida, religiosidad popular, pobres, magisterio
latinoamericano, espiritualidad popular.
ABSTRACT
Aparecida represents the highest reaching point in the magisterial theology
regarding popular piety. The article starts with an initial historical span starting with
Medellin where popular piety is judged as something valuable and ending with
Aparecida that considers the popular expresion of faith a truly christian sprituality.
In the last part of the article the author shows the new aspects brought forth by the
Vth Conference of Latin American Bishops in Aparecida and some newly presented
questions that remain open.
Key Words: Vth Conference of Latin American Bishops, Popular Piety, Popular
Christian Spirituality, Latin American Bishops Magistrate.
7
Nican Mopohua, 119.
8
DA 398.
9
Cfr. DA 263.
10
DA 263.
11
Cfr. FERMÍN LABARGA GARCÍA, "La religiosidad popular", J. SARANYANA, Teología en América
Latina III: El siglo de las teologías latinoamericanistas (1899‐2001), Iberoamericana, Madrid,
2002, 393‐441, 396.
12
Cfr. Ibid., 397.
13
Cfr. Ibid., 396.
15
Esta expresión ‐que acuño Justino para rescatar lo bueno del paganismo‐ sí resulta
feliz para referirse a las religiones pre colombianas, como lo hace Juan Pablo II al hablarles a
los indígenas americanos: “Las semillas del Verbo estaban ya presentes y alumbraban el
corazón de vuestros antepasados para que fueran descubriendo las huellas del Dios Creador
en todas sus criaturas: el sol, la luna, la madre tierra, los volcanes y las selvas, las lagunas y
los ríos” (JUAN PABLO II, Mensaje del Santo Padre Juan Pablo II a los indígenas del continente
americano, Santo Domingo, 12/12/1992 [en línea] <http://www.vatican.va/holy_father
/john_paul_ii/messages/pont_messages/1992/documents/hf_jpi_mes_19921012_indigeni‐
america_sp.html>[Acceso: 5/5/2009].
16
SEBASTIÁN POLITI, Teología del pueblo: una propuesta argentina a la teología
latinoamericana, 1967‐1975, Ed. Castañeda ‐Ed. Guadalupe, Buenos Aires, 1992, 196.
17
CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA, Declaración del Episcopado Argentino sobre la
adaptación a la realidad actual del país de las conclusiones de la II Conferencia General del
Episcopado Latinoamericano, Buenos Aires, Paulinas, 1969.
18
Cfr. LUCIO GERA, "San Miguel: una promesa escondida", en VIRGINIA RAQUEL AZCUY‐JOSÉ
CARLOS CAAMAÑO‐CARLOS MARÍA GALLI, Escritos Teológico‐Pastorales de Lucio Gera. II. De la
Conferencia de Puebla a nuestros días (1981‐2007), Agape Libros ‐ Facultad de Teología
UCA, Buenos Aires, 2007, 271‐295, 283.
19
La Comisión Episcopal de Pastoral (COEPAL) estaba dirigida por los obispos Marengo,
Zaspe y Angelelli. Entre los peritos convocados figuraban Lucio Gera, Rafael Tello, Justino
O’Farrel, Gerardo Farrel, Alberto Sily y Fernando Boasso, entre otros. Para más información
sobre el trabajo de la COEPAL cfr. POLITI, Teología del pueblo: una propuesta argentina a la
teología latinoamericana, 1967‐1975, ; MARCELO GONZÁLEZ, La reflexión teológica en la
Argentina, 1962 ‐ 2004: apuntes para un mapa de sus relaciones y desafíos hacia el futuro,
Universidad Católica de Córdoba, Córdoba, 2005, 61‐106; FERNANDO BOASSO, ¿Qué es la
pastoral popular?, Patria Grande, Buenos Aires, 1974; GERA, "San Miguel: una promesa
escondida", 271‐295.
20
El equipo de peritos también trabajó en los documentos Pobreza de la Iglesia y
Pastoral de conjunto. (cfr. GERA, "San Miguel: una promesa escondida", 277).
21
Ibid., 287.
22
Ibid., 289.
En este marco es que los obispos, “para ser fieles al pueblo”, desean que
la Iglesia acompañe al pueblo, “amándolo, escuchándolo y ayudándolo a
expresarse y organizarse” (VI, 5), todo esto con una especial “solicitud por
los pobres, intensificando la atención de las zonas menos desarrolladas” (VI,
5.5).
Es así que la consideración sobre la religiosidad popular queda
enmarcada en una reflexión más amplia, que contempla al sujeto de dicha
religiosidad –el pueblo– y que propone un modo concreto –la pastoral
popular– de acompañar y hacer crecer estas expresiones religiosas presentes
en la vida del pueblo argentino. Después de San Miguel no volvemos a
encontrar en el magisterio latinoamericano el tema de la religiosidad
popular tratado en este contexto.
23
Cfr. LABARGA GARCÍA, "La religiosidad popular", 402.
24
JUAN LYDON, "Aparecida y la religiosidad popular: Cumbre de un desarrollo de
reflexión", Medellín 132 (2007), 537‐549, 538.
25
Cfr. LABARGA GARCÍA, "La religiosidad popular", 424.
26
Cfr. Ibid., 431.
34
Este hermoso neologismo había sido inaugurado por Juan Pablo II en Catechesi
Tradendae 53. Esto fue en 1979, pocos meses después de la Conferencia de Puebla.
35
Una especie de status quaestionis, aunque parcial, de lo reflexionado hasta el 2001
puede verse en el estudio que ya citamos en repetidas ocasiones: LABARGA GARCÍA, "La
religiosidad popular", 392‐441.
2. Cuestiones terminológicas
Para hablar sobre este “modo propio de vivir la fe” (DA 398) que tiene el
pueblo pobre de Latinoamérica se han usado distintos términos. Lo más
frecuente en la literatura especializada sobre el tema es usar la expresión
religiosidad popular. 37 La Evangelii Nuntiandi, en su célebre definición del
número 48, da cuenta de este uso preferencial de “religiosidad” popular,
pero quiere ampliar la riqueza de este concepto incluyendo otros aspectos,
como –por ejemplo– las actitudes internas de esta religiosidad: “paciencia,
sentido de la cruz en la vida cotidiana, desapego, aceptación de los demás,
devoción”. Por eso prefiere llamarla “piedad” popular más que religiosidad
popular. 38 Otros documentos ligados al magisterio papal, como Ecclesia in
America y el Directorio sobre piedad popular y liturgia 39 también se
inclinan a usar la expresión “piedad” popular. El término piedad tiene una
rica historia en la tradición de la Iglesia. Desde sus orígenes bíblicos ya se la
considera como incluyendo en sí los deberes hacia Dios y hacia el prójimo,
destacando a su vez los principios interiores de los gestos externos. Un
Vocabulario de Teología Bíblica 40 en su voz piedad nos dice: “La piedad así
comprendida designa finalmente la vida cristiana con todas sus exigencias”.
Evangelii Nuntiandi también utiliza la expresión religión del pueblo. Lo
mismo hará Puebla, que –en un fragmento citado por Aparecida (DP 444)–
hablará de catolicismo popular.
También hay quienes –como Rafael Tello– prefieren hablar de
cristianismo popular. Dentro del marco tomista, este autor distingue
claramente entre religiosidad popular, que mira a la virtud de religión, y
36
Por ejemplo, a nivel local: Líneas pastorales para la Nueva Evangelización, Navega
mar adentro. A nivel de la Iglesia universal: Ecclesia in America, Directorio sobre piedad
popular y liturgia.
37
Cfr. LABARGA GARCÍA, "La religiosidad popular", 393.
38
Así lo testimonia Víctor Manuel Fernández en la entrevista que le realicé durante el
primer cuatrimestre de 2009, cuya transcripción original conservo. En adelante, la citaré
como: Entrevista a Víctor Fernández.
39
Este documento no tiene por intención estudiar la piedad popular en sí sino en su
relación con la Liturgia. Por eso utiliza piedad popular pero resaltando más el aspecto
cultual de la misma (cfr. DPL 9; Entrevista a Víctor Fernández, 2)
40
XAVIER LÉON‐DUFOUR ‐ ALEJANDRO ESTEBAN LATOR ROS, Vocabulario de teología bíblica,
Herder, Barcelona, 1996[17a.
55
Discurso Inaugural a Aparecida, 1. Ya Juan Pablo II había dicho que la piedad popular
es el auténtico tesoro espiritual de América Latina (Ángelus del 12/07/92, citado por LABARGA
GARCÍA, "La religiosidad popular", 435).
56
Entrevista a Víctor Fernández, 3.
57
GERA, "San Miguel: una promesa escondida", 287.
objeciones más comunes que se han usado para criticar la piedad popular”. 58
A quienes piensan que la piedad popular no es auténtica fe católica, que no
tiene inserción eclesial y que no lleva a un compromiso misionero, los
obispos les enseñan que:
“La piedad popular es una manera legítima de vivir la fe, un modo de sentirse
parte de la Iglesia, y una forma de ser misioneros.” (DA 264)
Hasta aquí hemos pretendido dar cuenta del camino recorrido por la
reflexión magisterial latinoamericana sobre la piedad popular. Un camino de
casi treinta años en que fue madurando la comprensión que se tiene del
fenómeno, desde considerarlo como algo positivo hasta llegar a verlo en
Aparecida como un modo válido de espiritualidad cristiana. En ese trayecto
58
Cfr. Entrevista a V. Fernández, 6.
59
Cfr. Entrevista a V. Fernández, 6.
60
Entrevista a Víctor Fernández, 5.
61
Remarco de modo deliberado la palabra efectivamente. Vemos muchas veces que los
agentes de pastoral realizan acciones con mucho esfuerzo de su parte (y que exigen mucho
esfuerzo a los sectores populares), y que no tienen ninguna repercusión en los destinatarios
de esas acciones, tan solo sirven como tranquilizadores de conciencia para los agentes de
pastoral (p.e. exigir la asistencia a charlas prebautismales en ambientes populares).
62
JUAN CARLOS SCANNONE, "Religión del pueblo y teología", CIAS 274 (1978), 10‐21, 20.