Documento A4 Hoja de Papel Delicado Blanco y Negro
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Estado de Tabasco
La última ANP decretada en el estado fue la Reserva de la
Biosfera Wanha’ en Balancán el 31 de agosto de 2023.
Tabasco tiene la fortuna de contar con 18 Áreas Naturales
Protegidas (ANP) que resguardan la gran biodiversidad que existe
en nuestro estado.
Actualmente el estado cuenta con seis Reservas Ecológicas,
cuatro Parques Estatales, cuatro Áreas Destinadas
Voluntariamente a la Conservación, dos Reservas de la Biosfera y
un Área de Protección de Flora y Fauna.
Te presentamos las ANP que existen en Tabasco:
Reserva Ecológica
Reserva Ecológica Laguna de las Ilusiones
Municipio: Centro
Extensión: 259.27 m
Fecha de decreto: 8 de febrero de 1995
Cárdenas
13 de junio. Fiesta de San Antonio: procesiones, bailes, danzas y
fuegos artificiales.
Comalcalco
15 de mayo. Festividad religiosa de San Isidro Labrador: danzas,
fiesta, música y fuegos artificiales.
Huimanguillo
12 de septiembre. Festividad de San Román: música, feria y danzas.
Paraíso
2 de febrero. Festividad de la Virgen de la Candelaria:
procesiones, danzas y música.
25 de abril. Fiesta de San Marcos.
16 de julio. Celebración en honor de la Virgen del Carmen.
Sánchez Magallanes
26 de julio. Fiesta de Nuestra Señora Santa Ana: bailes,
música y procesiones.
Tenosique
19 de enero. Comienza el Carnaval y se bailan las danzas
de “El Pochó” y la de “los blanquitos”. Este carnaval
termina el martes anterior al Miércoles de Ceniza.
Teapa
3 de mayo. Festividad de la Santa Cruz: feria y fuegos
artificiales.
Villahermosa
14 y 15 de julio. Fiesta tradicional de la ciudad. Fiestas
de Carnaval en Jonuta, Villahermosa y Tenosique.
LITERATURA
La literatura es una de las Bellas Artes y una de las más antiguas formas de expresión
artística, caracterizada, según el Diccionario de la Real Academia Española, por la
“expresión verbal”. Es decir que alcanza sus fines estéticos mediante la palabra, tanto oral
como mayormente escrita.
Sin embargo, nunca resulta fácil justificar qué cosa es y qué cosa no es literatura, ya que
éste se trata de un concepto construido históricamente (es decir, que se escribió literatura
antes de que la idea de literatura existiera). Así, fue revisado y redefinido numerosas
veces a lo largo del tiempo, y existen múltiples posibles definiciones.
Uno de los rasgos singulares de la literatura es su uso del lenguaje, que a menudo se
denomina la “lengua literaria”, y que se diferencia del uso ordinario o cotidiano. Su uso
particular del lenguaje persigue la belleza y la reflexión sobre sí mismo, no sólo mediante
el empleo de tropos y figuras retóricas, sino también de un sentido particular del ritmo y el
sentido.
A esto, además, deben sumarse los permisos que da la ficción: situaciones, imágenes y
relatos provenientes de la imaginación o de la realidad misma, pero filtrados a través de la
subjetividad.
La literatura es un campo de estudio en sí misma: sirve de objeto de estudio a la teoría
literaria y a la crítica literaria, así como a la filología e historia de la literatura. Por otro lado,
puede hablarse también de literatura en un sentido no vinculado con el arte, sino referido
a un conjunto organizado de saberes y textos en torno a un tema: “literatura médica” o
“literatura técnica”, por ejemplo.
Historia de la literatura
La palabra literatura proviene del latín littera, término para “letra”, común en vocablos
como litterator, que correspondía al maestro de las escuelas, encargado de la
alfabetización. Sin embargo, la noción de literatura en la antigüedad se conocía como
poesía u oratoria, dado que los inicios mismos de la literatura son, paradójicamente,
previos a la invención de la escritura.
Por otro lado, los primeros textos escritos no fueron precisamente literarios. Es difícil
precisar cuándo y dónde surgieron las primeras formas de literatura de la historia. Sin
embargo, se sabe que la primera tradición formal fue la épica, que cumplía con roles
fundacionales y contenía no sólo gestas militares, sino también las visiones cosmológicas
y religiosas de sus pueblos.
En ese sentido, son importantes ejemplos la Epopeya de Gilgamesh (2500-2000 a. C.),
uno de los textos más antiguos conocidos, compuesto en tabletas de arcilla en la antigua
Sumeria; o el Libro de los muertos egipcio, empleado en ritos fúnebres del Imperio nuevo
(1540 a. C.) hasta más o menos el año 60 a. C.
Sin embargo, la tradición literaria occidental tiene su inicio formal en la Grecia Clásica, con
la trascripción de los textos épicos atribuidos a Homero (c. siglo VIII a. C.): la Ilíada y la
Odisea, enmarcados en los eventos de la Guerra de Troya. Estos textos fueron
probablemente recitados oralmente, por lo que se componían en verso. Por otro lado,
inspiraron a creadores posteriores de la misma tradición cultural a componer las grandes
tragedias griegas: los grandes dramaturgos Esquilo (c. 525-c.456 a. C.), Sófocles (496-406
a. C.) y Eurípides (c. 480-406 a. C.).
A la misma tradición pertenecen comediantes como Aristófanes (444-385 a. C.) y el primer
teórico de la literatura, el célebre alumno de Platón: Aristóteles “El Estagirita” (384-322 a.
C.). Su Poética es el primer intento en la historia de organizar, clasificar y comprender
metódicamente la creación literaria. La importancia de este texto es tal, que aún hoy
muchos de sus términos son de uso corriente en la crítica y teoría literarias.
La literatura griega fue luego heredada por los romanos, quienes perpetuaron su tradición
estética en más de un sentido. Destaca la épica fundacional del poeta Virgilio, Eneida, en
la que vinculaba la fundación del Imperio Romano en los sobrevivientes troyanos de la
guerra.
Sin embargo, la tradición grecolatina fue rechazada durante el Medioevo europeo, en que
el cristianismo impuso su imaginario religioso y sus valores, así como sus propias formas
literarias. Así, la literatura cristiana medieval se centró en la experiencia divina, la
hagiografía (vida de los santos) y la poesía mística, así como la lectura de la Biblia y de
otros textos sacros. Un buen ejemplo de ello lo constituyen las Confesiones de San
Agustín, en las que relata su descubrimiento de dios y su conversión a la Iglesia, además
de reflexionar sobre diversos conceptos religiosos y filosóficos.
Recién en el siglo XV, a finales del Medioevo y comienzos del Renacimiento europeo,
nació algo semejante a lo que hoy en día comprendemos como literatura. El arte poético
hizo eco de las transformaciones propias de la llegada del Humanismo y proliferó en muy
distintas vertientes. En este período destaca la literatura del Barroco (especialmente en
España), cuyo máximo representante es Miguel de Cervantes (1547-1616) con su Don
Quijote de la Mancha, obra que dio nacimiento al género de la novela moderna. También
fue importante la literatura isabelina con la dramaturgia de William Shakespeare (1564-
1616), central en la tradición de Occidente hasta hoy.
Desde entonces, la literatura prosiguió una marcha de constante innovación y renovación,
de la mano de las corrientes filosóficas que imperaron en adelante. Así, hubo una literatura
de la Ilustración (en la que predominó el Realismo), una literatura del Romanticismo, y
finalmente un posromanticismo que, a mediados del siglo XIX y comienzos del XX,
inauguró la literatura moderna (que bien podría llamarse contemporánea).
Con los cambios que trajo el capitalismo del siglo XX y la revolución científico-tecnológica,
nacieron las vanguardias artísticas, entre las que está la literatura como protagonista, en
una búsqueda constante de nuevas y más libres formas de expresión.
La novela fue el género más visible de la época contemporánea. Así, dio pie al surgimiento
de formas mixtas o transgenéricas, características de los inicios de la globalización de
finales del siglo XX y comienzos del XXI.
Características
La literatura, en general, se caracteriza por lo siguiente:
Consiste en el uso del lenguaje verbal con fines estéticos, es decir, alejándolo del uso
cotidiano comunicativo, y concentrándose más bien en sus formas.
Acude a herramientas retóricas (figuras o tropos), al ritmo y a la imaginación o la fantasía
para componer piezas de distinta naturaleza.
Las distintas manifestaciones literarias existentes se clasifican en géneros literarios. Los
tres géneros antiguos eran la épica, la tragedia y la lírica; mientras que los géneros
modernos son la narrativa, la dramaturgia, la poesía y el ensayo.
Aquello que en una época se entiende por literatura puede cambiar en la siguiente,
incorporando o perdiendo textos a lo que se considera canónico. Esta es la razón por la
cual muchos textos escritos originalmente como textos científicos o religiosos, se tienen
hoy por literatura.
Hoy en día se la divulga y reconoce más que nunca antes en la historia, gracias al
surgimiento de un aparato literario-editorial masivo, y a los elevados márgenes de
alfabetización del mundo contemporáneo.
Importancia de la literatura
La literatura es una de las grandes formas de expresión artística de todos los tiempos, cuyo
material de trabajo es uno de los más característicos de la humanidad que hay: el lenguaje.
A lo largo de su vasta y compleja historia, la literatura no sólo ha experimentado en sus
formas expresivas, sino también se ha hecho eco de los cambios profundos en la cultura y
la forma de pensar del ser humano, convirtiéndose en un poderoso espejo de la época.
Tipos de literatura
La literatura no posee una clasificación universal o estándar, dado que se la suele clasificar
más bien conforme a su época de producción, o a las técnicas o recursos empleados,
conformando así distintas “escuelas” literarias que, a grandes rasgos, podemos resumir en:
Literaturas antiguas. Aquellas que pertenecen a la Edad Antigua, lógicamente, y que en
su mayoría se componen de textos religiosos, épicos o de naturaleza similar.
Literaturas clásicas. Aquellas que pertenecen a la era clásica grecorromana, o sea, a la
Grecia Antigua y a la civilización romana.
Literatura moderna. Aquella que es propia de la Edad Contemporánea, o sea, de los
siglos XIX y XX.
Literatura vanguardista. Aquella que responde al mandato de las vanguardias artísticas,
que buscaba nuevas y revolucionarias formas de comprender el hecho artístico.
Literatura mística. Aquella que responde a una cultura religiosa, y que aborda temas
religiosos o relata episodios místicos. La literatura cristiana forma parte de ella.
Literatura romántica. Aquella propia del romanticismo, cuyos valores tendían a la
exaltación de la subjetividad del artista, del mundo de las emociones y de la
irracionalidad. El término también se usa popularmente para la literatura popular del
romance o las relaciones afectivas.
Literatura de ciencia ficción. Aquella en la que se plantean dilemas propios de la
sociedad industrial, a partir de la exageración o extrapolación de las posibilidades
técnicas o científicas contemporáneas.
Literatura erótica. Aquella que relata episodios sugerentes o excitantes desde un punto
de vista erótico o sexual.
Literatura realista. Aquella en la que se representan ficciones que responden a los
mismos principios del mundo real.
Literatura fantástica. Aquella que se aleja del mundo real y crea las normas de su
propio universo, dando cabida a eventos mágicos, irreales, etc.
Literatura oral. Aquella que es previa a la escritura, o propia de tradiciones populares
ajenas a la escritura, y que se transmite oralmente de generación en generación.
Géneros literarios
Los géneros literarios son un horizonte de expectativas de lectura, es decir, una
clasificación previa de los tipos de obras literarias que se componen y se consumen, que
nos dice antes de siquiera abrir un libro qué tipo de contenido hallaremos.
Además, los géneros le ofrecen a los escritores un conjunto de reglas por las cuales
guiarse a la hora de componer sus obras. Sin embargo, los escritores pueden llegar a
romper esas reglas, y esa dinámica es la que introduce el cambio en el concepto de
literatura.
Los géneros literarios modernos son cuatro:
Poesía. Originalmente escrita en versos rimados (aunque ahora predomine el verso
libre), la poesía es hoy el género más libre de todos, cuyo único rasgo común parece
ser el de la descripciónsubjetiva de una realidad cualquiera, empleando para ello
metáforas, imágenes y juegos de palabras cuyo sentido no necesariamente ha de ser
claro o comprensible.
Narrativa. El arte de relatar, de contar una historia, sobrevive hoy desde los tiempos
más remotos de nuestra historia como especie. Este género se caracteriza por la
presencia de un narrador, sea o no un personaje también, y comprende tres
subgéneros:
Cuento. Una composición narrativa breve o mediana, que puede leerse de una sola
vez y que avanza hacia su propio final, en un universo cerrado de acontecimientos.
Novela. El género narrativo más híbrido y complejo, que compone piezas de
mediano a largo aliento en las que se aborda un relato desde muy distintas
perspectivas, pudiendo incorporar información suplementaria, ripios, desvíos,
demoras, y ofreciendo una experiencia de lectura más larga y morosa que el
cuento.
Crónica. A caballo entre literatura y periodismo, este género cuenta eventos reales
mediante técnicas narrativas propias de la ficción literaria, y en él suelen incluirse,
aunque no sean técnicamente lo mismo, subgéneros como el diario o la
correspondencia. Por eso a veces se prefiere hablar de “No-ficción”.
Dramaturgia. El arte de la composición de piezas teatrales, es decir, textos destinados
(o no) a una representación escénica, o sea, en un escenario, con personajes
realizando acciones en un presente continuo, desprovisto de narrador.
Ensayo. El arte de la digresión o la reflexión poética, es un género moderno en el que
un autor diserta sobre un tema de su interés, ofreciendo información y conclusiones de
tipo subjetivo, sin ningún otro fin que el de abordar el tema y expresar un punto de
vista.
Figuras literarias
Las figuras literarias o figuras retóricas son las formas no convencionales del uso de las
palabras y que las cargan de expresividad, emotividad o sensibilidad. Incluso, pueden
denotar belleza, asombro, drama o exaltación.
En este sentido, las figuras literarias son ampliamente utilizadas en la literatura porque
potencian las descripciones y narraciones de una novela, cuento, entre otros. Una de las
figuras literarias más empleadas es la metáfora.
Corrientes Literarias
Las corrientes literarias son el conjunto de obras literarias que se han categorizado como
representativas de un periodo histórico o momento en específico, ya que comparten una
serie de características comunes como la temática, la ideología o el estilo, entre otros.
Teoría literaria
La literatura es el objeto de estudio de la teoría literaria, una ciencia que analiza el discurso
literario. Los primeros tratados de esta teoría los realizó Aristóteles, uno de los filósofos
griegos más destacados, en sus textos Poética y Retórica.
LAS IDEAS DEL
HUMANISMO
El Humanismo fue un movimiento filosófico, intelectual y cultural, que se inició en el siglo XIV
en Italia, especialmente en las ciudades del centro y norte de la península y se difundió por
el resto de Europa entre los siglos XV y XVI. Significó un cambio radical con respecto al
pensamiento medieval que imperaba en Europa y fue una de las causas del surgimiento de
la Edad Moderna.
El Humanismo se enfocaba en la capacidad de los seres humanos de conocer el mundo e
interactuar con él mediante la razón. Se difundió rápidamente a partir de la invención de la
imprenta y de la formación de academias, espacios de discusión de las nuevas ideas. Las
universidades continuaron la tradición escolástica, excepto algunas, como Padua y Bolonia
que incorporaron los principios humanistas.
Características
Las principales características del Humanismo son las siguientes:
Surgió entre la sociedad burguesa de las prósperas ciudades italianas.
Reemplazó la concepción teocéntrica del universo propia del mundo medieval por una
forma de pensamiento antropocéntrica.
Los humanistas proponían desarrollar un pensamiento crítico en lugar del pensamiento
dogmático que explicaba el mundo a través de la revelación divina.
Consideraban al ser humano como la más perfecta creación de Dios y en ese sentido,
afirmaban que la naturaleza estaba subordinada a lo humano.
Retomó los valores estéticos y filosóficos de la cultura clásica (Antiguas Grecia y Roma)
centrados en las manifestaciones humanas más que en las divinas. Los humanistas
recuperaron las antiguas obras filosóficas y las estudiaron en sus lenguas originales.
Pretendió utilizar la razón y la experiencia en vez de la fe para conocer y explicar el
mundo. Esta forma de pensamiento dará lugar al surgimiento del método científico en
los siglos siguientes.
El interés por el conocimiento y la representación de lo humano tuvo como
consecuencia el desarrollo deinnovaciones científicas y técnicas. Se produjeron
grandes avances en matemática, astronomía, anatomía y medicina. También se
aplicaron nuevos conocimientos en la representación artística.
Se comenzó a abandonar el latín como lengua de la literatura y la filosofía para usar las
lenguas locales.
El pensamiento humanista dio lugar al surgimiento del Renacimiento en cultura.
La educación de la dimensión socio humanista ha sido objeto de atención de maestros y
pensadores de todos los tiempos. Sin embargo, el presente siglo le imprime en sello peculiar
en la medida en que no se concibe ya un proceso educativo centrado únicamente en la
adquisición de conocimientos, sino que es entendido como un proceso dinámico de
liberación de las capacidades creadoras en cada personalidad, que reclama de un cambio
de orientación dirigido a la búsqueda de nuevos nexos y relaciones, de mayores niveles de
flexibilidad y originalidad en los enfoques y de una ampliación en cuanto a los índices de
colaboración e integración con la finalidad de responder a los retos que dimanan del
proceso de formación de las generaciones presentes y por venir, acorde con los tiempos
que corren.
Por ello la formación del ser humano será deficiente en la medida en que no responda a los retos
actuales de la educación, como también lo será sino incluye la adquisición funcional y más
completa de las consideraciones fundamentales del humanismo.
En el universo del pensamiento filosófico, científico y social la cuestión de la compresión del
componente humanístico siempre ha estado presente, por lo que resulta importante analizar las
ideas humanistas en su historia.
“Asumir el humanismo en sus más altos y nobles ideales, su esclarecimiento, se constituye en una
necesidad cada vez más apremiante en el mundo de hoy y en especial hacia el mañana”. (Hart. A
2001; VII)
La inclusión de la adquisición funcional y más completa de las consideraciones fundamentales del
humanismo en su génesis histórica es una condicionante obligada para alcanzar la formación
suficiente del ser humano.
Los orígenes del humanismo se remontan a la cultura grecolatina. Este término proviene de la
humanitas latina que es equivalente al griego paideia el cual evoca por principio su origen
helenístico y romano: homohumanus como contrapartida del homobarbarus, una manera nueva
de ser y de vivir del ciudadano (civis) con dignidad de hombre. El componente humanista ha
estado por tanto presente como elemento inherente a toda reflexión cosmovisiva desde que la
filosofía se constituye en actividad intelectual específica, aunque como término se menciona en
la antigüedad por Cicerón.
Corrientes del pensamiento filosófico como el estoicismo y el epicureísmo florecidos para esta
época en la antigua Grecia y Roma, al abordar la problemática tendieron a buscar una solución a
los problemas existenciales a partir de encontrar modelos de conducta y de vida para los
individuos que les permitieran escapar de los males del mundo con base en la ética como cúspide
de todas las investigaciones filosóficas. A partir del referente ético los griegos nos trasmitieron
una imagen del hombre que piensa y crea y los romanos una imagen del hombre que crea en los
dominios de la historia, el derecho y el orden.
Ambas imágenes son coincidentes en cuanto al fundamento ético-político que orienta hacia el
bien común el pensamiento y las acciones de los mejores hombres. Así mismo, existe comunidad
en lo relativo a la necesidad de relación de la imagen del hombre y la conducta de la vida con el
dominio trascendente de lo divino.
El humanismo es un fenómeno histórico cuyo contenido concreto ha cambiado cualitativamente
en las distintas etapas del desarrollo social. El florecimiento de concepciones que incluyen el
reconocimiento de la igualdad de los hombres, los valores humanos de las personas y los ideales
morales con su correspondiente reflejo en la conciencia humana, atestiguan acerca de la
amplitud que como totalidad adquiere este concepto, a la vez que revela la existencia de las
tendencias ideológicas humanitarias en los distintos niveles del devenir del humanismo en las
épocas históricas.
Las distintas etapas del desarrollo de la humanidad reportan la existencia de formas de
humanismo: la comunidad primitiva, el antiguo, el cristiano, el utópico, el burgués y el proletario
socialista.
A decir de Guadarrama P(2001:14) las manifestaciones del humanismo están asociadas en su
historia con el momento en que el hombre comenzó a tomar conciencia de su especial
circunstancialidad en el mundo, con ello se iniciaron precoces consideraciones ontológicas como
ser cualitativamente diferente en el plano laboral, moral, político, estético, etc. Todo lo cual pasa
a formar parte del acervo humanista del pensamiento universal, a partir más que todo del
reconocimiento de la autenticidad del ser, específicamente en el plano ético y axiológico en su
sentido más amplio, en tanto el hombre mismo fuese considerado valor y fin supremo de todo
criterio y actividad humana.
Desde fines del siglo XIII hasta el siglo XIV la crisis en el seno de la iglesia y las
contradicciones con los reyes se agudizaron, lo cual favorece la decadencia de la
escolástica, unido al nacimiento en el seno de la sociedad feudal de la clase cuya
misión histórica consistía en revolucionar el orden social existente: la burguesía,
propulsora de una nueva forma de humanismo: el burgués que sirve de fundamento
a las ideas y realizaciones de esta clase, que es contraria por su naturaleza a las
prácticas de la escolástica.
Reaparecen y se difunden concepciones artísticas, científicas, éticas y filosóficas
provenientes de la antigüedad y olvidadas durante siglos por la represión y la
ignorancia imperante. Ello da paso a una visón del mundo sustentada en el
individualismo característico de la ideología burguesa del humanismo del siglo XV y
XVI que perneó y trasformó todas las esferas de la cultura.
Empero el humanismo burgués no significó un simple retorno al humanismo antiguo
sino que desarrollaron ideas ya manejadas en la antigüedad en correspondencia con
las exigencias del hombre nuevo. (Galindo.C y Isac S. 2000.138)
El humanismo surgió fundamentalmente en Italia aunque rápidamente ganó espacios
en el resto de Europa. Además del antropocentrismo que representa trajo
aparejada una nueva visión del mundo en cuanto a la naturaleza y su conversión en el
único objeto de estudio científico, de imitación artística y de reflexión filosófica junto
con su núcleo, el hombre.
Propugna como tendencia al analizar al hombre como ente natural para despojarlo
del carácter sobrenaturalista promovido por el cristianismo, un hombre dotado de
razón, conocimiento y capacidad para construir una vida digna. De este modo se
exalta el valor del hombre como personalidad, su derecho a la felicidad, a la libertad
y el libre juego de sus capacidades. Prolifera el optimismo a partir de la creencia en
el hombre y en las posibilidades para acometer grandes empeños, propulsa el
contraste de opiniones, el debate intelectual y la comunicación de ideas, el disfrute
de la vida, el amor, la belleza, el respeto y la alabanza por la mujer y la búsqueda de
una espiritualidad más humana e interior.
Dante Alighieri (1265 – 1321) fue el primero en situar a la antigüedad en el centro de
la vida cultural y Franchesco Petrarca (1304 – 1374) es conocido como el padre del
humanismo, por el significado que le atribuía, al considerarlo como amor a nuestros
semejantes, unido al reconocimiento de que para adquirir una verdadera humanidad
y una cultura, era imprescindible el estudio de las lenguas y las letras de los clásicos.
A Giovanni Picodella Mirándola (1463 – 1494) se le concede la primacía en la
utilización del término humanista para referirse al nuevo movimiento
La entrada del siglo XIX trajo consigo la creación del Neologismo Germánico
Humanismus para designar a una teoría de la educación vigente para 1808. Ya para
los años 1841 este mismo término se utilizó en oposición a la escolástica, finalmente
en 1859 se aplica para connotar el período del resurgir de los estudios clásicos.
EL RENACIMIENTO Y
SUS PROTAGONISTAS
El Renacimiento fue un amplio e importante movimiento cultural
producido en Europa en los siglos XV y XVII. Sirvió de transición entre el
Medioevo y la Edad Moderna, trayendo consigo una profunda
renovación del pensamiento, las artes y las ciencias.
El Renacimiento se caracterizó por el retorno a las raíces grecolatinas
clásicas de Occidente, lo cual significó una revalorización de sus mitos,
sus discursos y su filosofía, luego de siglos de pensamiento dogmático
religioso.
Su nombre le fue otorgado en el siglo XIX, por el historiador francés
Jules Michelet (1798-1874) en 1855, rescatando el término que usó por
primera vez el escritor y arquitecto italiano Giorgio Vasari (1511-1574).
El Renacimiento no fue un movimiento homogéneo, ni unitario, desde el
punto de vista cronológico o geográfico. De hecho, surgió de manera
desordenada en Europa y se transmitió luego a las recientes colonias
europeas en América.
El Renacimiento se caracterizó por el retorno a las raíces grecolatinas
clásicas de Occidente, lo cual significó una revalorización de sus mitos,
sus discursos y su filosofía, luego de siglos de pensamiento dogmático
religioso.
Su nombre le fue otorgado en el siglo XIX, por el historiador francés
Jules Michelet (1798-1874) en 1855, rescatando el término que usó por
primera vez el escritor y arquitecto italiano Giorgio Vasari (1511-1574).
El Renacimiento no fue un movimiento homogéneo, ni unitario, desde el
punto de vista cronológico o geográfico. De hecho, surgió de manera
desordenada en Europa y se transmitió luego a las recientes colonias
europeas en América.
Por otro lado, los cambios políticos y sociales que trajo esta época
fueron de importancia en todo Occidente: el fin del pensamiento
religioso medieval y del sistema feudal aristocrático, el surgimiento de
las culturas burguesas y el inicio, algo después, del capitalismo.
Muchos de los grandes artistas y pensadores occidentales a los que
rendimos culto hoy en día formaron en su momento parte del
Renacimiento, y algunas de sus obras constituyen hoy en día íconos de la
cultura moderna Occidental. De alguna forma, el mundo que hoy
conocemos comenzó a construirse con el Renacimiento.
Características del Renacimiento
A grandes rasgos, el Renacimiento se caracterizó por:
Su punto de partida fue una época marcada por el debilitamiento del poder eclesiástico,
a causa de la Reforma protestante y de la caída del Sacro Imperio Romano Germánico.
Además, se desarrolló una pronunciada crisis económica que acusaba el fin del modo de
producción feudal, lo cual trajo consigo un decaimiento en las artes y las ciencias.
En medio de la decadencia medieval, muchos centros de poder europeos buscaron
refugio en un nuevo modelo de Estado, comandado por un autoritarismo monárquico,
así como las artes buscaron refugio en la antigüedad clásica.
Además, en el siglo XVI, además tuvieron lugar los grandes descubrimientos geográficos
europeos, a manos de Cristóbal Colón, Fernando de Magallanes y Vasco da Gama. Así se
abrieron nuevos mercados y nuevas rutas comerciales, otorgándole cada vez más
poder a una nueva clase social en ascenso: la burguesía, encargados de tender las bases
del capitalismo venidero.
¿Portugal o España?
Portugal y España se disputaban la propiedad del
continente «descubierto» por Colón. Llegó a tal punto la
discusión que tuvo que intervenir el Papa Alejandro VI
Borgia quien a través de la Bula Intercétera, de mayo de
1493 dividía los dominios españoles y portugueses a través
de una línea imaginaria trazada de Norte a Sur a 100 leguas
al Oeste de las Islas Azores y de cabo Verde. Las tierras al
Oeste de esa línea serían de España y las del este a
Portugal. Pero Portugal no se quedó conforme y hubo que
firmar un nuevo acuerdo, el Tratado de Tordesillas el 7 de
Junio de 1494 por el cual la línea se corrió a favor de
Portugal a 370 leguas al Oeste de las islas del Cabo Verde.
Esto les dio derecho a los portugueses para establecerse
en América y ocupar un extenso territorio que con el
tiempo se llamaría Brasil.