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Energia Eolica-Informe de Exposicion-Electrotecnia

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ESCUELA MILITAR DE INGENIERÍA

MCAL. ANTONIO JOSÉ DE SUCRE


BOLIVIA

ELECTROTECNIA

ENERGIA EOLICA

INTEGRANTES: LIZBETH NOEMY BLANCO APAZA

DIEGO ANDRES CONDORI PATZI

JOEL CRUZ MENDOZA

ALAN RODRIGO MAMANI MAMANI

SERGIO JAVIER MARIÑO GABRIEL

PABLO DAVID MENDOZA VEIZAGA

HILDA DIANA SARCO CONDORI

ALAN FRANCO UCHAZARA CONDE

DOCENTE : ING. OMAR WINDSOR RAMIREZ MONTAÑO

LA PAZ , 2021
INDICE

1. INTRODUCCION

2. DESARROLLO

2.1. TECNOLOGIA

2.1.1. CUANTA ENERGIA CONTIENE EL VIENTO

2.1.2. MODELOS METEOROLIGICOS PARA PREDECIR EL VIENTO

2.2. EL AEROGENERADOR

2.2.1. COMO ES UN AEROGENERADOR

2.2.2. TIPOS DE TURBINAS EOLICAS

2.2.3. TECNOLOGIA PROPIA DE AVIONES PARA EL DISEÑO DE PALAS

2.3. LA ENERGIA EOLICA EN EL MAR

2.3.1. LOS RECURSOS EOLICOS EN EL MAR

2.3.2. EVOLUCION DE LA TECNOLOGIA MAR ADENTRO

2.4. OTROS USOS Y APLICACIONES

2.4.1. GENERACION ELECTRICA A ESCALA MINI

2.4.2. BOMBEO DE AGUA

2.4.3. HIDROGENO VERDE

2.4.4. DESALINIZACION

2.5. SOSTENIBILIDAD Y MEDIO AMBIENTE

2.5.1. ASPECTOS AMBIENTALES

2.6. ASPECTOS SOCIOECONOMICOS

2.6.1. ¿QUE SE QUEDA EN LOS MUNICIPIOS EOLICOS?

2.7. PERSPECTIVAS FUTURAS


2.7.1. EL PLAN DE ENERGIAS RENOVABLES

3. CONCLUSIONES

4. BIBLIOGRAFIA
1. INTRODUCCION

Frente a la mayoría de los pronósticos realizados hace apenas unos años, hoy la
energía eólica no solo crece de forma imparable en España y bate todos los récords,
sino que además se ha convertido en la mejor demostración de que las energías
renovables pueden contribuir a transformar el modelo energético tradicional. Y esto
en un momento en el que el precio del petróleo supera los 60 dólares el barril.
Cuando se escribía esta publicación eran más de 12.000 los aerogeneradores que se
recortaban en el horizonte nacional, y la potencia eólica acumulada rebasaba los
9.000 megavatios (MW); es decir, 80 veces más de la que había hace ahora casi
diez años, y de la que se hablaba con entusiasmo en la introducción de la anterior
guía sobre energía eólica editada por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la
Energía (IDAE) en 1996. Entonces eran muy pocos los que creían que una energía
renovable como la eólica llegaría a competir con las convencionales. Sin embargo,
este milagro se ha producido y en el año 2005 se han podido observar algunas
señales inequívocas de que así ha ocurrido.

Primera señal: A finales de 2004, España se convertía en el segundo país del


mundo con más megavatios acumulados (8.155) de energía eólica y el segundo en
megavatios instalados. Además, esta marca suponía un hito energético adicional
pues, por primera vez, la potencia eólica acumulada en el país superaba a la nuclear.
Aunque esto fuese solo sobre el papel, pues nunca sopla viento para hacer girar
todos los aerogeneradores simultáneamente; sobre todo, como se dice, cuando más
se los necesita: en los días más fríos del invierno y los más calurosos del verano.

Segunda señal: ¿Quién dijo que las turbinas eólicas no aportan energía cuando más
se las necesita? El 26 de enero de 2005, en medio de un intenso temporal y
temperaturas gélidas, la demanda peninsular de electricidad telemedida por Red
Eléctrica de España batía todos los récords y se situaba en 42.950 MW a las 19:30
horas. Si no sucedió nada fue porque afortunadamente los parques eólicos estaban
funcionando a pleno rendimiento y se estima que aportaron más de 5.000 MW que
cubrieron el 12% de la demanda. No se trató de una casualidad, pues solo unos días
después, el 15 de febrero, los aerogeneradores del país mejoraban su propia marca
y aportaban esta vez casi 6.000 MW, el 70% de toda la potencia eólica instalada
(cuando la media anual no alcanza el 30%), lo que permitió atender el 17% de la
demanda existente en aquellos momentos.

Tercera señal: Poco más de cinco años antes de que llegue a su fin el Plan de
Fomento de las Energías Renovables 1999-2010, en agosto de 2005, el Gobierno
aprobaba un nuevo objetivo para el desarrollo de la energía eólica, una vez superado
el que aparecía con anterioridad sobre el papel. La nueva meta fijada en el Plan de
Energías Renovables en España 2005-2010 son 20.155 MW de potencia: más del
doble de lo instalado hoy en día. Una potencia ya nada despreciable, incluso con los
parques funcionando al 30%. A pesar de estas señales, todavía hay voces que
cuestionan la energía eólica y argumentan que, por muchos récords que se logren,
los aerogeneradores no han servido para cerrar una sola central térmica en España.
Cada vez que se vierte la energía de los parques eólicos en la red eléctrica, esto
supone miles de toneladas de CO2 que se dejan de emitir a la atmósfera porque se
ha sustituido una o varias centrales térmicas de combustión convencionales que
estarían funcionando si no hubiese aerogeneradores.

En cualquier caso, tampoco hay que caer en triunfalismos, pues todo esto no implica
que la energía eólica no mantenga importantes retos por delante. Uno de los
mayores desafíos del sector es conseguir dar mayores garantías de estabilidad
conjunta al sistema eléctrico. Para ello, se trabaja en la mejora de la predicción de la
producción, en la adaptación de los parques a las crecientes exigencias de la red
eléctrica y en la búsqueda de soluciones para llegar a almacenar la energía extraída
del viento; como, por ejemplo, mediante hidrógeno a alta presión.

Del mismo modo, con 20.155 MW en el horizonte de 2010, otra cuestión por resolver
es encontrar emplazamientos para duplicar la actual potencia eólica. En este terreno,
el sector avanza hacia turbinas más grandes y eficientes que reemplacen a las
antiguas, o hacia máquinas que puedan aprovechar vientos más moderados. Por
otro lado, aunque la energía eólica sea mucho menos impactante que cualquiera de
las fuentes tradicionales, tampoco podemos dejar de cuidar la huella que deja en el
entorno, particularmente en el paisaje. Quizá el desafío esté entonces en dar el salto
al agua, con parques eólicos mar adentro. De estas cuestiones, y todo lo relacionado
con la energía eólica, se ocupa esta guía. Con ella el lector podrá realizar un
recorrido por la situación en el mundo, la tecnología, las aplicaciones, las
instalaciones, los planes de futuro, la historia o la normativa de esta fuente de
energía “limpia”, inagotable y autóctona como es el viento.
2. DESARROLLO

2.1. TECNOLOGIA

Si se colocan seis aerogeneradores imaginarios de última tecnología (1,5 MW de


potencia y 77 metros de diámetro de rotor) en cada kilómetro cuadrado de las áreas
terrestres con los mejores vientos del planeta, la potencia eléctrica que se obtendría
sería de 72 teravatios (TW)2, que son 72 billones de vatios, y podría reemplazar
54.000 millones de toneladas equivalentes de petróleo (Mtep). Es decir: el
aprovechamiento del viento cubriría diez veces el consumo de electricidad mundial
del año 2002 (14.700 TWh)3. Para ello, habría que colocar nada menos que 48
millones de turbinas, en un espacio de 8 millones de km2, una extensión equivalente
a 16 veces España, si bien el terreno realmente afectado por infraestructuras eólicas
no superaría los 250.000 km2: 0,0005 veces toda la superficie del planeta. Este es
un mero ejercicio teórico, pero sirve para hacerse una idea de los enormes recursos
eólicos disponibles sobre la Tierra. Para conseguir aprovechar la mayor parte posible
de ellos, resulta esencial entender el comportamiento de ese fluido transparente,
incoloro e inodoro, que se mueve paralelamente a la superficie terrestre: el viento.
En realidad, y una vez más, la existencia del viento en el planeta es consecuencia de
la acción del Sol, pues es la radiación de esta estrella, en combinación con otros
factores como la inclinación y el desplazamiento de la Tierra en el Espacio o la
distribución de los continentes y los océanos lo que activa la circulación de las masas
de aire en el globo al calentar de forma desigual las distintas zonas de la superficie y
de la atmósfera terrestres. El aire que más se calienta se vuelve más ligero (al
agitarse sus moléculas y perder densidad) y se desplaza hacia arriba, siendo
ocupado su lugar por masas más frías. A gran escala, existe una serie de corrientes
de viento dominantes que circulan por todo el planeta en capas de la estratosfera. Es
vientos globales se rigen por los cambios de temperatura y de presión atmosférica,
pero también por otros factores, como la fuerza de Coriolis, que hace que, visto
desde el Espacio, el viento del hemisferio norte tienda a girar en el sentido de las
agujas del reloj cuando se acerca a un área de bajas presiones y el del hemisferio
sur lo haga en dirección opuesta. Por otro lado, cerca de la superficie terrestre, a
nivel local, soplan otros vientos más específicos caracterizados por el relieve del
terreno y otras variables como la rugosidad o la altura.
• Rugosidad: Una superficie muy rugosa como un bosque o una aglomeración
de casas causará turbulencias y frenará el viento, mientras que otra muy lisa
como el mar o las pistas de un aeropuerto favorecerá el desplazamiento del
aire.
 Altura: Si el terreno es rugoso, se necesitarán aerogeneradores de mayor
altura para alcanzar la misma velocidad de viento que en otros
emplazamientos más lisos.
Para conocer el viento que hará en un punto determinado se deben analizar tanto los
vientos globales como los locales. A veces serán los primeros los que predominen
sobre los segundos, y otras, al revés.
Los dos valores clave para analizar el viento son su velocidad (medida con un
anemómetro) y su dirección (medida con una veleta). No todo el viento sirve para
generar energía. Por lo general, para que las palas de un aerogenerador giren se
necesitan vientos moderados por encima de los 4 m/s y por debajo de los 25. No
obstante, cada máquina está diseñada para una determinada velocidad de viento, a
partir de la cual generalmente se conseguirá la máxima potencia.

2.1.1. CUANTA ENERGIA CONTIENE EL VIENTO

Aproximadamente el 2% de la energía que llega del sol se transforma en energía


cinética de los vientos atmosféricos. El 35% de esta energía se disipa en la capa
atmosférica a tan solo un kilómetro por encima del suelo. Del resto se estima que por
su aleatoriedad y dispersión solo podría ser utilizada 1/13 parte, cantidad que hubiera
sido suficiente para abastecer 10 veces el consumo de energía primaria mundial del
año 2002 (10.000 Mtep), de ahí su enorme potencial e interés. La masa de aire en
movimiento es energía cinética que puede ser transformada en energía eléctrica. Al
incidir el viento sobre las palas de una aeroturbina se produce un trabajo mecánico
de rotación que mueve a su vez un generador para producir electricidad. La cantidad
de energía que contiene el viento antes de pasar por un rotor en movimiento
depende de tres parámetros:
la velocidad del viento incidente, la densidad del aire y el área barrida por el rotor.

La velocidad a la que el aire pase por las palas resulta determinante, pues la energía
cinética del viento aumenta proporcionalmente al cubo de la velocidad a la que se
mueve. Por ejemplo:
si la velocidad se duplica, la energía será ocho veces mayor (23).

En cuanto a la densidad, la energía contenida en el viento aumenta de forma


proporcional a la masa por unidad de volumen de aire, que en condiciones normales
(a nivel del mar, a una presión atmosférica de 1.013 milibares y a una temperatura de
15 °C) es de 1,225 kilogramos por cada metro cúbico. Esto quiere decir que, cuando
el aire se enfríe y aumente de peso al volverse más denso, transferirá más energía al
aerogenerador. Y, al contrario, cuando el aire se caliente o cuando se asciende en
altitud, será menor la energía cinética que llegue a la turbina. En lo que respecta al
área barrida, cuanto más aire en movimiento sea capaz de capturar un
aerogenerador más energía cinética encontrará. En el caso de un rotor de una
turbina de 1.000 Kw de potencia nominal, el rotor puede tener un diámetro de unos
54 metros, así que barrerá una superficie de unos 2.300 m2.
La energía cinética contenida en el viento es muy grande. Sin embargo, no puede ser
extraída toda por los aerogeneradores. Primero porque esto implicaría detener por
completo el viento, lo que impediría que éste pasara de forma continua a través de
las palas de la turbina; de hecho, y según el Límite de Betz, puede teóricamente
obtenerse, como máximo, el 59% de la energía que llega al rotor. Y segundo, porque
también se pierde parte en el proceso de transformación de la energía en la
máquina. Al final, hoy en día, un aerogenerador aprovecha cerca del 40% de la
energía almacenada en el viento. Un porcentaje muy alto, pues supone extraer la
gran mayoría una vez aplicado el Límite de Betz
Para cuantificar la cantidad de energía contenida en el viento antes de pasar a través
de un rotor se utiliza la siguiente fórmula:
P = 1/2 r S V3
P = potencia en vatios (W)
r = densidad del aire en kg/m3
S = superficie o área barrida por el rotor en m2
V = velocidad del viento en m/s

2.1.2. MODELOS METEROLOGICOS PARA PREDECIR EL VIENTO

El principal inconveniente a la hora de producir energía a partir del viento es que éste
no es un recurso del que se pueda disponer de forma constante. Igual aparece que
desaparece.

Esto resulta especialmente problemático para gestionar la oferta de energía dentro


de la red general de suministro, en especial cuando los parques eólicos superan ya
los 9.000 MW de potencia. Por este motivo, el Real Decreto 436/04 introdujo una
gran novedad en el sector eólico español, y es la obligación de predecir con
antelación cuánta energía se va a producir para poder participar en el mercado
energético (una obligación que se extenderá también a las instalaciones que
permanezcan en tarifa regulada en Enero de 2007 y tengan más de 10 MW de
potencia).

Esto está forzando a poner a punto sistemas de predicción meteorológicos que


ayuden a estimar con la mayor precisión posible el viento que soplará en cada zona.
Y dentro de este proceso, resulta especialmente interesante el Ejercicio de
Predicción, pionero en el mundo, puesto en marcha a mediados de 2004 por la
Asociación Empresarial Eólica (AEE) en España.

Este ejercicio, que también cuenta con la participación del Instituto para la
Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), consiste en analizar el estado actual
del arte de la predicción eólica (niveles de resultados alcanzables, detección de
variables con más trascendencia en los resultados, influencia del tipo de modelo de
predicción seleccionado, importancia de la cuenca eólica considerada, influencia del
tamaño y características del parque y de los aerogeneradores, etc.), además de
detectar fuentes de mejora de los modelos y del propio intercambio de información
entre los parques eólicos y los modelos de predicción.
.El ejercicio todavía no ha terminado. No obstante,
la AEE ha ofrecido ya algunos resultados:
• El promedio de error de producción hasta ahora entre la producción estimada y
la real es muy variable según el parque del que se trate y del modelo que se utilice,
rondando entre el 30% y el 60%, incluso superándose estos valores en
algunos casos.
• Con el estado del arte actual, resulta muy difícil reducir el error de producción
por debajo del 30%.
• Cuanto más baja es la producción de un parque, mayor es el porcentaje de error.
• No se ha encontrado una influencia apreciable de la complejidad del terreno.
Quizá porque la dispersión de parques y el diseño del Ejercicio no permite detectar
la influencia de este parámetro. En cualquier caso, sí se demuestra que otros
parámetros influirían de manera más decisiva que la complejidad, tales como el
Factor de Capacidad y la cuenca eólica donde se ubica el parque.
Paralelamente a este Ejercicio, se está llevando a cabo otro con un carácter más
científico a nivel europeo: el proyecto ANEMOS, en el que participan 22
organizaciones de 7 países, 5 de ellas españolas, entre ellas el IDAE, financiado con
cargo a fondos del extinto V Programa Marco de la UE, y se desarrolla un sistema de
predicción eólico a gran escala para la integración en la red de la mayor parte de la
potencia eólica onshore y offshore generada en la Unión Europea.

2.2. EL AEROGENERADOR

2.2.1. COMO ES UN AEROGENERADOR

La torre: Soporta la góndola y el rotor. Hoy en día suelen ser tubulares de acero. Las
de celosía (perfiles de acero soldados) son más económicas, pero han dejado de
usarse por estética y por ser más incómodas e inseguras para los trabajadores. En
terrenos rugosos, las torres más altas captarán vientos de mayor velocidad. Rotor:
Conjunto formado por las palas y el buje que las une. Sirve para transformar la
energía cinética del viento en energía mecánica. Cuanto mayor sea el área barrida
del rotor mayor será la producción. Los rotores pueden ser de paso variable (que
permiten girar sobre sí mismas a las palas) o de paso fijo (en el que no pueden girar).
También puede ser de velocidad variable (cuando la velocidad de giro del rotor es
variable) o constante.

Las palas: Las palas de un aerogenerador son muy similares a las alas de un avión.
Hoy en día, la mayoría de las turbinas cuentan con tres palas. Y suelen ser de
poliéster o epoxy reforzado con fibra de vidrio.
Góndola: En su interior contiene los diferentes dispositivos que van a transformar la
energía mecánica del rotor en energía eléctrica. Además, en su exterior cuentan con
un anemómetro y una veleta que facilitan información continua a todo el sistema para
su control. Multiplicador: Multiplica la velocidad de giro que llega del rotor para
adaptarla a las necesidades del generador. El movimiento de giro de los
aerogeneradores suele ser bastante lento. El rotor de una turbina de 1.500 kW de
potencia, por ejemplo, suele girar a una velocidad de entre 10 y 20 revoluciones por
minuto (r.p.m.). El multiplicador aumentará esta velocidad hasta las 1.500 r.p.m.
Generador: Transforma la energía mecánica en energía eléctrica, tal y como hace la
dinamo de una bicicleta, aunque generando normalmente corriente alterna. El
alternador puede ser síncrono o asíncrono. El primero suministra una energía de
mayor calidad, pero es más caro y complejo. Esta es la razón por la que el asíncrono
es el más extendido de los dos. Controlador electrónico: Un ordenador controla
continuamente las condiciones de funcionamiento del aerogenerador mediante el
análisis de las señales captadas por múltiples sensores que miden temperaturas,
presiones, velocidad y dirección del viento, tensiones e intensidades eléctricas,
vibraciones...
Sistemas hidráulicos: Elementos auxiliares que permiten el accionamiento del giro de
las palas sobre su eje, así como el frenado del rotor o el giro y frenado de la góndola.
Sistema de orientación: Los aerogeneradores disponen de un sistema de orientación
que, con ayuda de los datos recogidos por la veleta, coloca siempre el rotor de
manera perpendicular al viento.

2.2.2. TIPOS DE TURBINAS EOLICAS

El aerogenerador de eje horizontal con rotor tripala a barlovento es hoy el modelo


más utilizado para generar electricidad. Existen, sin embargo, variaciones en las
turbinas.

Aerogenerador Darrieus: Si bien el rotor de los


aerogeneradores más comunes gira sobre un eje
horizontal, otros modelos lo hacen sobre un eje
vertical, perpendicularmente al suelo. La máquina
más conocida de este tipo es la turbina Darrieus,
que fue patentada por el ingeniero francés George
Darrieus en 1931 y comercializada por la empresa
estadounidense Flowind hasta su quiebra en 1997.
El aerogenerador está compuesto por un eje vertical,
en el que giran varias palas con forma de C. Algo
similar a un batidor de huevos. Su ventaja principal es que no necesita ningún
sistema de orientación que lo dirija hacia el viento. No obstante, es menos eficiente
que un aerogenerador de eje horizontal, requiere ayuda para arrancar y recibe
menos viento al estar pegado al suelo.

Aerogenerador monopala , bipala, tripala o multipala: Una, dos, tres o muchas palas.
¿Qué resulta más eficiente para extraer la energía del viento? Los primeros
aerogeneradores tenían un gran número de palas, pero con los años se han reducido
a tres. Este es el número menor de palas que proporciona mayor estabilidad. Es
decir, el número que permite ahorrar más material y peso, sin complicar el sistema.
Algunos modelos utilizan rotores bipala o monopala, que logran un ahorro todavía
mayor, pero resultan menos eficientes y deben introducir sistemas de control más
complicados para mejorar la estabilidad. El multipala americano también sigue
utilizándose, aunque solo para vientos moderados.

Aerogenerador con rotor a sotavento: Normalmente, las turbinas tienen el rotor a


barlovento, es decir, delante de la góndola, para que no haya ningún elemento del
aerogenerador que pueda frenar el viento o crear turbulencias. Sin embargo, existen
también turbinas con rotor a sotavento, en las que las palas se encuentran en la
parte trasera de la góndola. En máquinas pequeñas, este sistema puede ser
interesante para que la carcasa de la góndola haga de veleta y oriente el
aerogenerador en dirección al viento sin necesidad de otros dispositivos.

2.2.3. TECNOLOGIA PROPIA DE AVIONES PARA EL DISEÑO DE


PALAS

Las palas de un aerogenerador no son


muy distintas de las alas de un avión.
Y es que el diseño de una turbina le
debe mucho a la tecnología
aeronáutica, aunque luego haya sido
adaptada de forma específica a las
condiciones en las que trabajan estas
máquinas. De hecho, los aerogeneradores modernos utilizan principios
aerodinámicos procedentes de la aviación para mejorar la eficiencia de los rotores,
como el de sustentación.
El principio de sustentación explica cómo el perfil
especial de un ala provoca que el aire fluya más
despacio por debajo del ala que por encima, lo que
conlleva que el avión sea empujado hacia arriba y
sostenido así por el aire. Esta sustentación depende
principalmente del área expuesta al flujo del aire, la velocidad con la que incide y la
inclinación del ángulo de ataque del ala .Si el área expuesta no es uniforme o el ala
se inclina demasiado, entonces el aire deja de sostener el avión o el aerogenerador
se frena.

Las aeroturbinas modernas usan la resistencia y la sustentación del viento no solo


para extraer la máxima energía, sino también para controlar el funcionamiento de la
máquina. Así, en los aerogeneradores de paso variable (en los que las palas pueden
girar sobre sí mismas en el buje) basta colocar las palas en un ángulo en el que
encuentren la fuerza suficiente para que comiencen a dar vueltas. Por el contrario, si
el viento se vuelve demasiado fuerte, entonces se giran en sentido contrario y el
rotor se irá frenando. En el caso de las palas de paso fijo, cuyo anclaje al buje no
permite moverlas, el diseño de la pala hace que, llegados a una velocidad de viento
alta, sean los propios perfiles los que entren en pérdida, controlando
aerodinámicamente la potencia de salida. Aunque sea como una aproximación, la
obtención de una velocidad media anual del viento en m/s (V) sí que permite realizar
una estimación de la producción neta de electricidad en kWh/año (E) para un único
aerogenerador, considerado como representativo del conjunto del parque, tomando
como referencia el diámetro del rotor en m (D):

E [2 - (V-7)/4)] D2 V3

Esta fórmula aproximada es válida para aerogeneradores convencionales de paso y


velocidad variable, situados a una altitud de entre 0 y 1.500 metros sobre el nivel del
mar, sometidos a un viento que sigue una distribución de Weibull con un factor de
forma cercano a 2. La relación es útil para velocidades medias de viento
comprendidas entre 7 y 10 m/s si la relación Área barrida / Potencia nominal (S/PN)
se acerca a 2,5; mientras que cuando la relación S/PN es cercana a 3 las
velocidades se hallan entre 6 y 8 m/s. En la expresión están implícitamente
consideradas todo tipo de pérdidas, mediante un coeficiente global de corrección del
85%: indisponibilidad técnica, pérdidas electromagnéticas (incluidos los
autoconsumos de la instalación), pérdidas por estela provocadas por el resto de
aerogeneradores, estado de conservación de las palas y envejecimiento de los
equipos, indisponibilidad por causas ajenas a la instalación (mantenimiento de la red
eléctrica de evacuación y gestión técnica del sistema), operatividad de la turbina
(estrategias de control, rearranques...) y ajuste de la curva de potencia del
aerogenerador al emplazamiento. La energía así calculada no varía generalmente
más de un 10% respecto a la que se obtiene en la realidad.

2.3. LA ENERGIA EOLICA EN EL MAR

2.3.1. LOS RECURSOS EOLICOS EN EL MAR

Con cerca de 600 MW acumulados al finalizar el año 2004, los parques eólicos
marinos representan todavía una proporción pequeña de la potencia instalada en el
mundo. No obstante, la industria eólica europea es consciente de que estas
instalaciones marinas constituyen uno de los grandes desafíos actuales y una de las
áreas con más proyección de futuro. Se han llevado a cabo diversos estudios para
evaluar los recursos eólicos de los mares europeos: algunos estiman en unos 3.000
TWh/año6 la cantidad de energía que se podría extraer, y de ellos, 140 TWh/año en
España. Otros rebajan este cálculo a alrededor de 500 TWh/año7 en el continente y
7 TWh/año en España, lo que sigue siendo un valor apreciable. En cualquier caso, el
dato que mejor refleja el potencial de esta tecnología es que en la actualidad son ya
más de 20.000 los megavatios propuestos en los mares del norte de Europa.
Greenpeace8, por su parte, estima que podría satisfacerse un 23% de la demanda
eléctrica prevista en la UE-15 para el año 2020 si para entonces se tienen instalados
en las costas 240 GW (720 TWh/año).
¿Por qué en el mar? Las condiciones especiales del medio marino suponen
importantes ventajas para el aprovechamiento de la energía eólica:
 En el mar la rugosidad superficial es muy baja en comparación con el medio
terrestre y no existen obstáculos que puedan reducir la velocidad del viento.
Esto favorece la circulación del viento a mayores velocidades y hace
innecesario el tener que subir la altura de la torre más de lo que obligue la
suma del semidiámetro del rotor y la altura máxima de la ola prevista. Por lo
general, los vientos van ganando en velocidad al separarnos de la costa.
 El recurso eólico es mayor y menos turbulento que en localizaciones próximas
en línea de costa sin accidentes geográficos. La existencia de menor
turbulencia ambiental en el mar disminuye la fatiga a la cual se encuentra
sometido un aerogenerador aislado, y aumenta su vida útil.
 Las áreas marinas disponen además de enormes espacios donde colocar
aerogeneradores, lo que ofrece la posibilidad de instalar parques mucho más
grandes que en tierra. El parque de Arklow Bank, en Irlanda, en el que
participa la empresa española Acciona, tiene proyectado ampliarse a 520 MW,
pero hay propuestas en Alemania y en Francia para crear instalaciones de
más de 1.000 MW.
 La vastedad de este medio, unido a su lejanía con los núcleos de población,
consigue reducir también el impacto visual sobre el paisaje.
 Su ubicación lejos de lugares habitados permite suavizar las restricciones
impuestas por las autoridades ambientales en relación con la emisión y
propagación de ruido e incrementar la velocidad de punta de pala, con la
correspondiente disminución de su peso y de las estructuras que las soportan,
consiguiendo una reducción significativa del coste de fabricación del
aerogenerador en su conjunto.
Sin embargo, no todo es tan sencillo; de ser así, habría hoy muchos más megavatios
offshore en funcionamiento. Estas instalaciones marinas tienen también importantes
desventajas respecto a las terrestres:
• La evaluación del recurso eólico en la Zona de Discontinuidad Costera (< 10 km) es
más compleja y mucho más cara que en tierra.
• No existen infraestructuras eléctricas que conecten las áreas con mayores recursos
eólicos en mitad del mar con los centros de consumo. La situación es semejante a lo
experimentado por el sector del gas natural cuando descubrieron importantes
yacimientos de este recurso en el Mar del Norte, antes de que hubiese gasoductos
con los que poder trasladarlos al continente.
• Los costes de la cimentación y las redes eléctricas de estas instalaciones
encarecen en gran medida la tecnología offshore: si en tierra los aerogeneradores
suponen del orden del 75% de la inversión total de un parque eólico, en el mar
representan aproximadamente un 55%.
Por su parte, el coste de la obra civil en un parque eólico marino tipo se estima en un
20% del total (frente al 5% en tierra firme) y el de las infraestructuras eléctricas en
otro 20% (15% en tierra).
Las limitaciones de acceso y las dificultades para trabajar en medio del mar en la
fase de montaje y en el mantenimiento de la instalación.
• El aumento de los costes y dificultades de construcción, según el proyecto vaya
alejándose de la costa o aumente la profundidad marina, siendo este último uno de
los principales argumentos esgrimidos para justificar la nula penetración de la
energía eólica marina en España (pues la mayoría de las aguas superan la
profundidad máxima económicamente viable en la actualidad: 25 metros).
• Debido a la mayor propagación de las turbulencias por la baja rugosidad del mar, el
efecto provocado por la propia estela de los aerogeneradores sobre el resto de las
máquinas de un parque eólico es más importante en este medio que en tierra, lo que
disminuye la vida útil de las turbinas. Para evitarlo, las máquinas requieren más
separación entre ellas y esto implica un aumento de la inversión.

2.3.2. EVOLUCION DE LA TECNOLOGIA MAR ADENTRO

A pesar de la lenta cadencia de


implantación de las instalaciones
offshore, lo cierto es que la tecnología
de energía eólica marina sí que ha
progresado de forma considerable en
los últimos años. Los aerogeneradores han llegado hasta los 5 MW de potencia
nominal y han incorporado mejoras para el trabajo en el mar, como una mayor
velocidad punta de pala (con palas más delgadas y menos pesadas) y un mayor
equipamiento en las góndolas para mejorar el trabajo de mantenimiento (helipuertos).
Los avances conseguidos hasta la fecha están esperando para ser implementados
en los grandes proyectos eólicos marinos. Los objetivos a conseguir para los nuevos
desarrollos de grandes aerogeneradores marinos en cuanto a características
técnicas son: 25 kg de peso de góndola más rotor (top head mass) por cada m2 de
área barrida y 50 kg por kW de potencia nominal.

Las mayores limitaciones de las máquinas son de tipo


logístico: el traslado de las piezas y el montaje en alta
mar. En cualquier caso, hoy el gran desafío de las
instalaciones mar adentro sigue siendo reducir los
costes de las cimentaciones, de las que existen
distintas variantes: monopilotaje, trípode, de gravedad
y flotante. Las de monopilotaje son las más utilizadas
para aguas de profundidad media (hasta 25 metros),
ylas de gravedad para profundidades pequeñas (de
menos de 5 metros) y las de trípode para mayores
profundidades (hasta 50 metros). Por su parte, las flotantes son todavía una
incógnita, pero pueden ser la solución para aquellas zonas de aguas más profundas.
Hasta la fecha todos los parques eólicos marinos instalados no superan los 20
metros de profundidad y su distancia a la costa es menor de 15 km. Para disminuir al
máximo las pérdidas electromagnéticas en los parques eólicos marinos debido a su
gran tamaño y a las considerables distancias entre el lugar de generación y los
puntos de consumo, se está analizando la posibilidad de generar en continua y
realizar el transporte a muy alta tensión tras la correspondiente transformación
(HVDC o High Voltage Direct Current). El primer parque eólico en el mar se
construyó en 1991 en Dinamarca. Es el de Vindeby, en el Mar Báltico, una
instalación de 4,95 MW, compuesta por once aerogeneradores Bonus (hoy Siemens)
de 450 kW. Entonces, la inversión necesaria fue de 2.200 Û/kW. Más de una década
después, en 2002, se construyó también en este país uno de los mayores parques
eólicos marinos de la actualidad, el de Horns Rev, que tiene 80 aerogeneradores
Vestas de 2 MW que suman una potencia de 160 MW, y el coste había descendido a
unos 1.700 Û/kW, aunque la modificación temprana de las máquinas tras su
instalación, por un defecto de diseño, implicó el desmontaje de la totalidad de los
generadores y transformadores eléctricos para su reparación en tierra firme,
incrementando la inversión de forma considerable, cuyo coste, asumido por
Vestas, puso en un serio aprieto a esta compañía. La inversión sigue siendo mucho
más alta que para una instalación en tierra, aunque con una tendencia decreciente.

2.4. OTROS USOS Y APLICACIONES

2.4.1. GENERACION ELECTRICA A ESCALA MINI

Si bien los aerogeneradores se han vuelto cada vez más grandes, hay una variante
de máquinas que se han negado a crecer. Son las turbinas de una potencia inferior a
los 10 kW, una de las joyas de los defensores de la generación eléctrica a escala
“mini”. Aunque la producción de energía de esta tecnología es limitada puede ser
suficiente para cubrir pequeños consumos, y tiene un buen número de ventajas con
respecto a la gran eólica:
• Puede suministrar electricidad en lugares aislados y alejados de la red
eléctrica.
• Causa mucho menor impacto visual que las máquinas grandes.
• Genera la energía junto a los puntos de consumo, por lo que reduce las
pérdidas.
• Es accesible a muchos usuarios, sin apenas necesitar obra civil, y su
instalación es sencilla.
• Funciona con vientos moderados y no requiere estudios de viabilidad
complicados.
Otra posibilidad consiste en utilizar estas máquinas para producir energía y verterla a
la red eléctrica aunque su coste resulta prohibitivo, al igual que en las instalaciones
de media potencia (entre 10 y 100 kW). Esta opción está muy poco desarrollada en
España; sin embargo, esto podría cambiar con unas condiciones más favorables en
la retribución de la venta de la electricidad, similares a las de la energía fotovoltaica.
Técnicamente, estas aeroturbinas tienen una estructura similar a las grandes, solo
que su diseño es mucho más simple (sistemas de orientación pasivos, generadores
eléctricos robustos de bajo mantenimiento, ausencia de multiplicadores...). Su
sencillez de funcionamiento hace que estas pequeñas instalaciones puedan ser
atendidas por los propios usuarios.

2.4.2. BOMBEO DE AGUA

Aparte de la generación eléctrica, la tecnología eólica puede tener otras importantes


aplicaciones. Tal es el caso de la extracción de agua del
subsuelo, para lo que resultan especialmente interesantes
los molinos multipala de bombeo, unas máquinas que no
han cambiado prácticamente desde hace más de un siglo.
Estas aerobombas, cuyo par de arranque es alto, funcionan
bien con vientos flojos o medios, muy estables y poco
racheados. Por lo general, cuentan con un número de palas
entre 12 y 24, aunque pueden tener más, y su
máximoVrendimiento aerodinámico alcanza el 30% (50% del
límite de Betz), manteniéndose dicho valor prácticamente constante desde el
arranque hasta una velocidad de viento incidente de 12 m/s, en la que se alcanza la
máxima potencia, para después disminuir rápidamente hasta la parada del molino a
unos 20 m/s.

Este tipo de máquina presta servicios importantes en las regiones con velocidades
medias anuales entre los 4 y los 5 m/s, aprovechando principalmente los vientos de
principalmente los vientos de velocidades comprendidas entre los 3 y los 7,5 m/s.
Las instalaciones de molinos multipala suelen emplearse en explotaciones
agropecuarias aisladas cuyas necesidades de agua no sean elevadas, ya que su
limitada potencia impide su aplicación con caudales grandes o a mucha profundidad.
Un molino de 5 m de diámetro, especialmente indicado para captar caudales medios,
a 7,5 m/s es capaz de impulsar 8.000 litros de agua por hora desde una profundidad
de 50 metros.

El sistema de funcionamiento es muy sencillo: El molino comienza a trabajar a partir


de vientos de 3 m/s y la rotación de la rueda multipala acciona solidariamente, a
través de la biela y los vástagos, la bomba de pistón colocada en el fondo del pozo
del que se quiere extraer el agua. La bomba cuenta con un pistón y un sistema de
válvulas que van impulsando el agua por el interior de los tubos hasta que ésta sale
finalmente a la superficie. Es común que la aerobomba se encuentre conectada a un
depósito donde almacenar el agua. Si el viento aumentara su velocidad de golpe, un
sistema automático frenaría la rueda para evitar daños.
Aunque esta es la tecnología más difundida existen otras posibilidades para bombear
agua como los aerogeneradores con electrobomba sumergida o con accionamiento
mecánico directo sobre una bomba de eje vertical o las aeroturbinas basculantes con
accionamiento oleohidráulico.

2.4.3. HIDROGENO VERDE

El hidrógeno, la sustancia más abundante en la naturaleza, que almacena la mayor


cantidad de energía por unidad de peso, puede ser el combustible que destrone al
petróleo, pero tiene un inconveniente: no se encuentra libre. Para obtenerlo se
requiere gran cantidad de energía. La energía eólica ya ha demostrado que puede
generar tanta electricidad como se quiera, y sin contaminar, pero tiene también un
inconveniente: como depende del viento no siempre produce la energía cuando se
necesita. Ahora bien, ¿por qué no juntar estos dos elementos? Los expertos están de
acuerdo en que la combinación del hidrógeno con las energías renovables puede
representar la revolución energética del siglo XXI: el “hidrógeno verde”. En el caso de
la eólica, cuando haya viento se podría utilizar la electricidad generada por los
aerogeneradores para extraer hidrógeno del agua mediante un proceso de
electrólisis. Esto tendría una gran ventaja y es que se podría
almacenar para utilizarlo como combustible
cuando no hubiese viento y los aerogeneradores
estuvieran parados. Además, la pila de
combustible permite utilizar el hidrógeno para
transformarlo en electricidad y con ella mover un
coche o calentar e iluminar un hogar.
Sin embargo, en todo este proceso se ocasionan
muchas pérdidas: la eficiencia termodinámica de
la conversión de electricidad a hidrógeno mediante un electrolizador supera
levemente el 50%. Producir hidrógeno a partir de agua (o de hidrocarburos) precisa
de un aporte energético superior a la energía que queda “almacenada” en el
hidrógeno. Además, hay que comprimirlo, almacenarlo, transportarlo y distribuirlo
para volver a utilizarlo, ya sea mediante “combustión limpia” o generación eléctrica
con una pila de combustible.

En este último caso la eficiencia de conversión final puede incrementarse


notablemente (hasta conseguir un 85%) si la pila forma parte de un sistema que
combine eficazmente la producción conjunta de electricidad y calor útil
(cogeneración) e incluso refrigeración (trigeneración). Vemos pues que el hidrógeno
se comporta como un “vector”, NO ES UNA FUENTE DE ENERGÍA sino un portador
de la energía primaria contenida en el viento, y no parece lógico pensar que, hoy por
hoy, para su obtención a gran escala se vaya a emplear la electricidad proveniente
de la red por su alto coste de oportunidad, más habiendo métodos como el
reformado del gas natural que cuesta menos de la mitad que el procedimiento
electrolítico, aunque emitiendo dióxido de carbono.
Aunque de momento se trata de hipótesis de futuro, son muchas las empresas y los
centros de investigación que tratan de poner a punto la pila de combustible y la
tecnología necesaria para la obtención del hidrógeno a partir de energías limpias,
como la eólica. Una posibilidad sería utilizar instalaciones eólicas marinas para la
generación in situ del hidrógeno a partir del propio agua de mar (la salinidad mejora
el proceso). De este modo se solucionarían los problemas de infraestructuras
eléctricas de los parques marinos, pues en lugar de transportar la energía producida
por los aerogeneradores a través de impactantes redes eléctricas, se podría trasladar
almacenada en barcos una vez haya sido transformada en hidrógeno. O a través de
las actuales redes de gasoductos, si se colocan los parques eólicos junto a estas
infraestructuras.

2.4.4. DESALINIZACION

El debate político en torno a la escasez de agua


en España ha espoleado la investigación para
el desarrollo de otra posible aplicación de la
energía eólica: la desalinización. Mediante la
aplicación del sistema de ósmosis inversa se
puede actualmente desalar agua de mar con precios cercanos a los 60 céntimos de
euro el metro cúbico9; sin embargo, las desalinizadoras no han resuelto todavía la
cuestión del consumo eléctrico. Hoy las mejores plantas necesitan un mínimo de 4
kWh10 para desalar cada metro cúbico, una cantidad mucho menor que hace unos
años, pero todavía demasiado alta en términos de contaminación y en emisiones de
CO2 para un uso masivo de esta tecnología si la electricidad procede de plantas de
combustión convencionales. La llave para solucionar este problema, y por tanto
buena parte también del de la escasez de agua, puede estar de nuevo en las
energías renovables, y en concreto la eólica, pues la cantidad de electricidad
consumida por estas instalaciones quedaría en un segundo plano si esta fuese
generada de una forma “limpia”.
Aunque las desalinizadoras deben estar junto a la costa y cerca de los puntos de
consumo para ser viables económicamente, en general las zonas del país donde
suelen instalarse no tienen un elevado potencial eólico, excepto en el litoral canario y
sur peninsular. Otra cuestión son los requisitos del suministro eléctrico para una
desalinizadora por ósmosis inversa, pues estas instalaciones requieren mucha
energía y que ésta sea constante, para hacer pasar el agua de mar a alta presión
(unas 70 atmósferas) por las membranas que “filtran” el líquido. Y la constancia no es
una de las virtudes de la energía eólica.

Los ingenieros han recogido el guante y son ya varios los proyectos dados a conocer
que logran unir estas dos tecnologías. Unos combinan la energía eólica con los
combustibles fósiles de forma que se vayan alternando según haya o no viento; otros
proponen utilizar los aerogeneradores para bombear agua y almacenarla en altura,
de manera que luego pueda aprovecharse en un salto hidráulico para generar
electricidad de forma constante, como en la proyectada central hidroeólica de la isla
de El Hierro; por último, también se ha planteado desalar el agua directamente en
instalaciones mar adentro, con aerogeneradores que bombeen agua de mar a
presión. Este sistema resolvería además la cuestión del impacto ambiental causado
en las costas por el vertido hipersalino (salmuera) generado en la desalación.

2.5. SOSTENIBILIDAD Y MEDIOAMBIENTE

2.5.1. ASPECTOS AMBIENTALES

Como el resto de energías renovables, la eólica es una fuente de electricidad


“limpia”, inagotable y autóctona, lo cual representa importantes ventajas ambientales
y socioeconómicas.
Esto no quita que, como cualquier otro sistema de generación eléctrica, esta fuente
de energía tenga impactos negativos sobre el medio ambiente. No obstante, hoy en
día el balance resulta mucho más que positivo en comparación con las energías
tradicionales que emplean combustibles fósiles o radiactivos. Proporcionalmente, y
según un estudio11 español basado en un sistema de “ecopuntos” en el que se
valoraban los efectos ambientales sobre los medios atmosférico,
hídrico y terrestre asociados a la generación de un kWh desde el principio hasta el
final del proceso que lleva a su obtención, producir un kilovatio-hora
con aerogeneradores tiene un impacto ambiental:
• 4 veces menor que con gas natural
• 10 veces menor que con plantas nucleares
• 20 veces menor que con carbón o petróleo
Estos valores, excepción hecha de la generación fotovoltaica, serían indudablemente
superiores si se tuvieran en cuenta otros efectos no considerados en el estudio,
como la ocupación efectiva del territorio, el desmantelamiento de las instalaciones y
la restitución de los terrenos a su estado original, la protección de la biodiversidad, la
seguridad y salud laboral, el calor residual…
A diferencia de los sistemas de generación tradicionales, la energía eólica no genera
residuos peligrosos radiactivos ni vierte a la atmósfera dióxido de carbono (CO2),
dióxido de azufre (SO2), óxidos de nitrógeno (NOx) o partículas sólidas. El SO2, el
NOx y los metales pesados son sustancias contaminantes con una importante
incidencia en la salud de los ciudadanos y el medio ambiente, mientras que el CO2
es uno de los principales gases de efecto invernadero causantes del calentamiento
de la Tierra, cuya reducción y control es uno de los mayores desafíos actuales de la
Humanidad.

Un parque eólico de 25 MW (potencia media de los instalados durante el año 2004


en España) que funcione 2.400 horas equivalentes evitará al año la emisión a la
atmósfera de 57.600 toneladas de CO2, 495 toneladas de SO2, 135 toneladas de
NOx y 99 toneladas de otras partículas, que sí habrían sido lanzadas a la atmósfera
en el caso de que esa misma energía generada lo hubiese sido mediante la
combustión de carbón en una planta termoeléctrica convencional. No obstante, esta
no es la única ventaja ambiental de la energía eólica. Este sistema de generación
solo requiere de un recurso gratuito e inagotable como es el viento, por lo que nunca
tendrá nada que ver con impactantes explotaciones mineras, enfermedades
profesionales, complicados y delicados procesos de transformación, mareas negras,
construcción de gasoductos, problemas de transporte, accidentes radiactivos o
almacenamientos subterráneos donde guardar peligrosos isótopos durante miles de
años.

Aun así, los parques eólicos no dejan de causar unos impactos medioambientales
que deben tenerse en cuenta para ser mitigados en la medida de lo posible:
Deterioro del paisaje: El mayor impacto provocado por
la energía eólica es de tipo visual. No en vano, los
emplazamientos más ventosos donde suelen
colocarse los aerogeneradores corresponden por lo
general a entornos naturales poco humanizados y, por
lo tanto, con preciados valores paisajísticos. Este es
un impacto muy subjetivo, pues depende de la
apreciación estética de cada persona. Además, si lo
justo es que las cargas de la producción de energía
se repartan entre toda la población en función del
consumo, todo el mundo debería preguntarse qué prefiere tener junto a su casa para
abastecerse de electricidad, si una planta térmica, una central nuclear o un parque
eólico. En cualquier caso, es evidente que hay muchos lugares del país en los que
por su especial interés paisajístico, ambiental, histórico, cultural o turístico nunca se
deberían instalar turbinas. Además, es de esperar que este impacto aumente cada
vez más, según vaya creciendo el parque eólico español, por lo que requiere de
mucha atención. Aunque esto podría mitigarse con el reemplazo de máquinas más
potentes en los parques existentes (“Repotenciación” o repowering). En zonas con
altitud sobre el nivel del mar superior a los 1.500 metros, el análisis ambiental deberá
extremarse. En estas áreas se producen frecuentemente tormentas con abundante
aparato eléctrico. Los aerogeneradores son puntos de atracción de rayos y las
pendientes pronunciadas acentúan más el alto riesgo de impacto en estos espacios
alejados generalmente de los medios de protección contra incendios; igualmente, el
rigor invernal influye en las actuaciones de las aeroturbinas, que algunas veces al
iniciar su operación pueden ocasionar serios percances por el desprendimiento de
hielo acumulado en las palas. Todos estos factores sugieren que se estudie
meticulosamente, tanto por parte de las autoridades ambientales como de los
promotores eólicos, la instalación de parques en estas zonas, en su mayor parte de
alto valor natural.
Efectos sobre las aves: La colisión de las aves con los aerogeneradores o las
molestias causadas a la avifauna por la construcción y funcionamiento de un parque
eólico constituyen en realidad impactos bastante limitados. Sin embargo, suelen
tener cierta importancia en lugares especialmente valiosos para el paso o la
nidificación de las aves.
Ocupación del territorio: La energía eólica necesita instalar muchos aerogeneradores
por todo el territorio para acercarse a la producción de las centrales térmicas
tradicionales. Aun así, las turbinas ocupan solo entre un 1% y un 3% de estos
terrenos, que pueden seguir aprovechándose para la agricultura o la ganadería. Por
otro lado, también se deben abrir o mejorar los accesos y trazar líneas de evacuación
de la energía (que en ocasiones llegan a soterrarse).
Ruido: A 200 metros de un aerogenerador se puede percibir un ruido moderado de
unos 50 decibelios, algo así como el ruido existente en una oficina. Cuando las
velocidades de viento son altas el propio ruido ambiente enmascara el originado
aerodinámicamente por las palas del aerogenerador. Para velocidades de viento
bajas el ruido que se percibe con más intensidad es el mecánico provocado por los
componentes de la góndola en rotación. Sin embargo, hoy en día, es en gran parte
atenuado por las mejoras en la calidad de los mecanizados y en los tratamientos
superficiales de las piezas que constituyen el tren de potencia del aerogenerador.
Impactos en el mar: En el caso de las instalaciones marinas, la separación de la
costa determinará el impacto visual o el ruido, pudiendo disminuir o desaparecer
alguna de estas afecciones. Por otro lado, puede que el impacto para las aves y
otras especies marinas sea importante, lo que deberá ser evaluado a la hora de
elegir el emplazamiento para el parque.
Consumo en la fabricación de
las turbinas: Los modernos
aerogeneradores recuperan
rápidamente la energía
invertida en su fabricación,
instalación, operación,
mantenimiento y
desmantelamiento. Según
los resultados de un estudio
del análisis del ciclo de vida
llevado a cabo por la Danish Wind Industry Association, para un aerogenerador de
600 Kw que funcione al año 2.400 horas equivalentes, el período de retorno
energético (o pay-back) es de unos 3 meses. Es decir, el aerogenerador genera unas
80 veces más energía de la que ha consumido a lo largo de su vida.

Un parque eólico puede generar otros impactos que, sin ser de carácter ambiental,
también deben
ser tenidos en consideración. Estos son:
• La interferencia electromagnética en la recepción de señales de
telecomunicaciones que, exceptuando en áreas de uso militar donde existen
zonas donde se prohíbe expresamente la ubicación de aerogeneradores por
razones de seguridad nacional debido a las incertidumbres ocasionadas en las
pantallas de los radares de vigilancia, en general son fácilmente remediables,
sobre todo en las de TV, mediante la instalación de discriminadores de
frecuencias.
• La afección en la navegación aérea, ya sea por el obstáculo que representan
en sí mismos los aerogeneradores o por su influencia sobre las instalaciones
radioeléctricas de ayudas a la navegación. El Decreto 584/1972 de
servidumbres aeronáuticas en su artículo 8º establece que deberán
considerarse como obstáculos los que se eleven a una altura superior de 100
metros sobre planicies partes prominentes del terreno o nivel del mar dentro
de aguas jurisdiccionales, y que las construcciones que sobrepasen tal altura,
al igual que para todas las situadas en las zonas de Servidumbres
Aeronáutica (definidas para cada aeropuerto o instalación radioeléctrica),
deberán ser comunicadas a la Dirección General de Aviación Civil, para que
por ésta se adopten las medidas oportunas a fin de garantizar la seguridad en
la navegación aérea. Recientemente, el Ministerio de Fomento ha aprobado
las normas para señalamiento e iluminación de aerogeneradores.

2.6. ASPECTOS SOCIOECONOMICOS

Para poder a finales de 2004 satisfacer la demanda del 6,5%


de la energía consumida en España a partir del viento, se han
tenido que fabricar antes e instalar por todo el territorio más de
11.000 aerogeneradores, algunos de ellos de tamaño
gigantesco. Como es de suponer, esto no ha sido tarea fácil y
ha requerido de un nuevo tejido industrial capaz de manejar
una tecnología avanzada y con potencialidad para desarrollarla a gran escala. Un
tejido industrial que no existía hace muy pocos años. Así pues, la energía eólica no
es solo buena para la economía y la sociedad española porque reduce la
dependencia exterior de energías como el petróleo o el gas natural, también los es
porque fomenta la creación de empresas y de empleo.

2.6.1. ¿QUE SE QUEDA EN LOS MUNICIPIOS EOLICOS?

La energía eólica no sólo contribuye a la creación de un nuevo tejido industrial con


una importante tasa de empleo, sino también al desarrollo de muchas zonas rurales
del país. Como se ha visto, una vez instalados los aerogeneradores los parques
eólicos tampoco suponen muchos puestos de trabajo, porque requieren de poco
mantenimiento.
Aunque en algunas poblaciones estos empleos pueden representar mucho, como
ocurrió en Higueruela (Albacete), un municipio con 1.350 habitantes que vio cómo los
cinco parques eólicos situados en su jurisdicción daban trabajo a 30 de sus jóvenes.
Aun así, los mayores beneficios dejados por un parque eólico para los municipios de
la comarca no suelen contarse en número de empleos, sino directamente en
cantidad de euros que reciben en concepto de impuestos (Actividades Económicas,
Bienes Inmuebles), conseción de licencias municipales (Actividad, Obras) y alquiler
de los terrenos donde se colocan los aerogeneradores.
Subyace, no obstante, un sentimiento en muchos Ayuntamientos: dentro de su
municipio existe un recurso que motiva inversiones millonarias pero que no
proporciona unos beneficios económicos suficientes. Esto ha supuesto que muchos
promotores lleguen a acuerdos particulares con los municipios mediante los cuales
se pagan tasas adicionales a las establecidas, ya sea en forma de un pago único con
la puesta en marcha del parque eólico o escalonadamente mediante pagos anuales
durante la vida operativa de la instalación. En ocasiones los promotores llegan a
abonar cantidades para realizar trabajos de mejoras en caminos o edificaciones de
propiedad municipal, ajenos al propio negocio eólico. Suele ser normal durante la
fase de explotación del parque patrocinar equipos deportivos, ferias o festejos,
incluso en algunos casos se realizan actividades de mecenazgo (fundaciones).
Finalmente, no se debe olvidar la recaudación del impuesto de sociedades, implícita
al beneficio económico del aprovechamiento de los recursos eólicos, ingresada en
Hacienda por las empresas productoras para que revierta solidariamente en
proyectos de todo tipo a lo largo y ancho de nuestra geografía nacional.
2.7. PERSPECTIVAS FUTURAS

2.7.1. EL PLAN DE ENERGIAS RENOVABLES

Desde la década del 80 en Bolivia se realizan varios intentos de uso de la energía


eólica en Bolivia. La iniciativa estatal más relevante quizás es la que ejecutó
CORDEOR (Corporación de Desarrollo de Oruro), que incluso contaba en su
momento con un taller propio para la fabricación de molinos eólicos para el bombeo
de agua. Estos molinos a través de un proyecto en la región se instalaron en varias
comunidades de Oruro y Potosí. También se empleó esta tecnología en Santa Cruz,
donde a través de molinos eólicos multipala, se bombeaba agua. Una entidad
impulsora En ese entonces era el Comité Central Menonita quienes difundían esta
tecnología en la región.
En cuanto al relevamiento del potencial eólico, la
información más relevante de la época data de 1990,
donde como parte del Programa de Regionalización
Energética de la OEA, se ejecutó el estudio de
Planificación Energética Rural para Bolivia del
Ministerio de Energía e Hidrocarburos y se obtuvo un
mapa de potencial eólico referencial.

El avance más importante de esa época en el campo


de la energía eólica se da en el año 1996, cuando se consolida una serie de estudios
por parte de PROPER – Bolivia un programa de difusión de energías renovables,
para implementar un parque eólico de 1,5 a 2 MW en ViruViru en conjunto con
distribuidora de electricidad local, bajo un carácter experimental. Inicialmente la
financiación de este parque tenía origen local, por su carácter piloto; pero, dado el
potencial eólico existente, otros actores apoyaron el escalamiento del proyecto a
tamaños mayores. El proyecto no llego a ejecutarse por inviabilidad financiera, pues
era evidente que dentro del marco legal existente(y aún vigente), dadas las
diferencias de tarifas con la generación a Gas Natural, las reglas existentes para el
despacho de carga, la ausencia de políticas para incentivar las fuentes renovables, y
al no existir ningún reconocimiento al aporte ambiental de esta tecnología, las
condiciones existentes no permitían rentabilizar este parque.

Doce años después, en 2008, se presenta el Mapa Eólico de Bolivia realizado por la
Transportadora de Electricidad (TDE), el mismo que tiene base en un modelo
matemático de simulación, ajustado con mediciones puntuales, el perfil de suelos y
otras particularidades geográficas y climáticas de Bolivia. Este mapa tiene la virtud
principal de señalar los sitios con mayor potencial eólico y, por tanto orientar futuros
estudios de detalle.

Durante estos últimos 5 años se ha dado cierto repunte en la instalación de


pequeños aerogeneradores para zonas aisladas, y también en la identificación de
posibles sitios en Oruro, Tarija, Santa Cruz y Cochabamba a través de diferentes
instituciones estatales y privadas. La Empresa Nacional de Electricidad ha detallado
un plan de mediciones de potencial eólico en diferentes zonas del país.

Finalmente en 2012 se hizo la presentación oficial del proyecto del Parque Eólico
Qollpana que desarrolla la empresa Corani S.A. y que con una potencia de 3 MW y
una inversión inicial de 7,6 millones de $US, podría expandirse fácilmente en 5
veces, dado el potencial de la región. Qollpana se encuentra ubicada en el Municipio
de Pocona en el Departamento de Cochabamba. El proyecto ya licitado debería
entrar en construcción y operación en esta gestión 2013.

Sin duda alguna, la importancia


del proyectoeólico Qollpana
radica en que, de facto,
permitirá resolver muchos
problemas existentes en
relación a la generación de
electricidad con energías
renovables y su inyección al
SIN:
En primer lugar permitirá el primer acercamiento de Bolivia a la tecnología eólica
de generación agran escala, dando un salto cualitativo en este campo y
constituyendo una fuente de aprendizaje imprescindible para la expansión de
la tecnología de generación eólica en el país, incluyendo todos los aspectos
técnicos de interconexión, seguridad y oscilaciones que puedan presentarse
en la generación y las respuestas del SIN a estas variaciones.
En segundo lugar, permitirá la discusión y toma de decisiones respecto a la forma
de inyectar la electricidad que se produzca con este tipo de fuentes renovables
intermitentes (la eólica y solar son de este tipo) cuyo aporte con potencia firme es
variable, esto implicará necesariamente un cambio de reglas en el despacho de
electricidad que se realiza desde el CNDC.
En tercer lugar permitirá estudiar con datos reales la productividad de estos
parques y los costos de generación, de manera de disponer de una experiencia
palpable que permita la construcción de normativas para estos casos.
Finalmente se espera que producto de esta experiencia se pueda diseñar un
marco legal para esta y otras fuentes renovables, que puedan entregar
electricidad al SIN y a las redes urbanas existentes, abriendo un camino también
para proyectos de generación distribuida en área urbanas.
El proyecto eólico de Qollpana cierra, así un ciclo de más de 30 años de intenciones
y esfuerzos destinados a lograr la inserción de la tecnología eólica en Bolivia,
plasmándola en realidad y, se constituye en una expresión de voluntad y signo de
cambio en la política energética nacional que demuestra la intención de incorporar
las energías renovables, para lograr el cambio de la matriz energética haciéndola
más sostenible y limpia.

3. CONCLUSIONES

La energía eólica es un tipo de energía eléctrica muy eficiente para la humanidad ya


que es una de las fuentes energía mas limpias que existe en el mundo aunque tenga
algunas desventajas ya sea en la instalación de generadores que ocupan territorio o
el impacto que provoca en la fauna aviaria etc. Pero mas que todas estas
desventajas que se mencionaron existen muchas mas ventajas que lo hacen mas
beneficiente por ej que es una energia que no contamina, es una fuente de energia
inagotable, es aplicable para otras actividades(bombeo de agua,desalinización
etc.),fomenta la creación de empleos etc.
4. BIBLIOGRAFIA

- http://www.energetica.org.bo/energetica/bbdd/v2_n1.htm
- www.iea.org
- www.worldenergy.org

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