Cuento Pete 2
Cuento Pete 2
Cuento Pete 2
Cuando llegó a su apartamento prendió la televisión y se desplomó en la alfombra del living boca
abajo. Se quedó llorando y después de un rato tuvo que empezar a respirar por la boca porque
se le había tapado la nariz con los mocos y no podía moverse para sonárselos.
Al otro día despertó ahí tirada y se desplazó hasta el baño como pudo sintiendo breves
adormecimientos en distintas partes del cuerpo. Llegó y se miró al espejo apoyándose con los
brazos sobre la palangana; tenía los párpados hinchados y rojos de tanto llorar, estaba llena de
lagañas y mocos. Las anteriores veces que le habían roto el corazón…
Luego de secarse, vestirse y peinarse fue a la cocina de nuevo con dificultad y con mucho
esfuerzo se preparó un café, éste le despertó las piernas, los brazos y las manos pero el torso, el
cuello y la cabeza quisieron seguir doblados hacía adelante, dejó el edificio con la cabeza al revés
y caminó hasta la librería donde trabajaba.
Atender a los clientes no le resultó difícil puesto que hoy le tocaba en la caja, podía apoyar su
columna en el respaldo de la silla y cumplir con sus tareas normalmente. Terminado su turno se
acordó que ya no podía ir a la casa de Germán, invitarlo al cine o a la plaza o a tomar algo y se
puso más triste, quería hablarle a Germán de lo triste que se sentía. Quiso pensar en otras
personas con quienes charlar pero no se le ocurrió nadie, se dio cuenta en ese momento de que
ya no tenía a nadie, hacía tiempo que había dejado a todas sus amistades de lado por él.