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Gustav Mahler en Tratamiento - Documentos de Google

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‭03‬ ‭Gustav Mahler y su tratamiento‬

‭psicoanalítico, en una sola sesión, con Sigmund Freud.‬

‭ ólo algunos se casan con su alma. Fue el caso del músico Gustav Mahler, cuyo‬
S
‭matrimonio con Alma Shindler respondió a sus experiencias más primitivas, lo mostró en su‬
‭más soberbia mezquindad y desembocó en un dolor enloquecido. En esa crisis, intervino‬
‭Freud: fue una sola sesión, inolvidable para ambos. La historia se narra en esta nota.‬

‭ ustav Mahler nació en 1860 en Bohemia y murió en 1911 en Viena."No me gusta que el‬
G
‭mundo deba oír estas canciones tan tristes."‬

‭ n 1879, en Viena, nació Alma Shindler, que habría de ser esposa de célebres artistas:‬
E
‭Gustav Mahler, Walter Gropius y Franz Werfel. Su padre, afamado paisajista vienés, marcó‬
‭con el Fausto de Goethe el alma de la pequeña. Cuando, a los 12 años, quedó huérfana, ya‬
‭había sido formada con la gracia y la astucia necesarias para moverse en la Viena del‬
‭1900.Adolescente, en plena ebullición de la Nueva Escuela Vienesa de Compositores, los‬
‭placeres de la música movilizaron su vida.‬

‭ n largo coqueteo con su maestro Zemlinsky, promovido en sus inicios por Brahms, y una‬
U
‭sólida amistad con Schoenberg atesoraron, para Alma, cien canciones y una carta del‬
‭destino escrita para siempre en la clave de la música. A los 21 años conoció al director de la‬
‭Opera Imperial y compositor más destacado de Viena, Gustav Mahler. El, con inusitado‬
‭interés, se ofreció a oír las canciones compuestas por Alma, pero muy pronto, por escrito, le‬
‭hizo saber que en su mundo había lugar para un solo compositor.En la superficie pulida de‬
‭un espejo, la vanidad de Mahler colma en el fantasma la ilusión de ser el amo del objeto.‬

‭ lma, condenada a un goce ignorado, abrocha el descentramiento de su existencia,‬


A
‭reducida a una repetición apagada del deseo de vivir. Decidió que su juventud había‬
‭terminado y escribió en su diario: Nada ha fructificado en mí: ni mi belleza, ni mi espíritu, ni‬
‭mi talento.La resignación de Alma, su sensación de que mi marido, concentrado en su‬
‭propia vida como un fanático, simplemente me ignoraba, fue conmovida por la enfermedad‬
‭de su hija Marie que, a los cinco años, tras una larga agonía, murió de difteria. Gustav‬
‭Mahler, durante esa enfermedad, escapaba, por sentirse incapaz de soportar el sufrimiento‬
‭de su hija. En el dolor de Alma se erigía para él la fantasmagoría de sus ocho hermanos‬
‭muertos y la tristeza de su madre, que, como homenaje póstumo, tradujo en‬
‭Kindertotenlieder, Canciones a la muerte de los niños. Dijo de ellas: No me gusta tener que‬
‭escribirlas y no me gusta que el mundo tenga que oírlas algún día, ¡son tan tristes!.‬

‭ ara Sigmund Freud, ningún compositor ha expresado de modo más conmovedor ãla lucha‬
P
‭entre el Eros y la muerte, como se presenta en la especie humanaä. Tiempo después,‬
‭mientras Malher se entretenía con la idea de una orquesta propia, Alma, otra vez‬
‭embarazada, perdía a su bebé. En la tristeza de su duelo, buscó un retiro en Austria y, en‬
‭los brazos del joven arquitecto Walter Gropius, encontró consuelo. (Recordemos que con él,‬
‭años más tarde, contrajo matrimonio y tuvo otra hija a quien, en homenaje a la heroína de‬
‭Puccini, llamaron Manon, y que murió a los 18 años de poliomelitis en Venecia; Alma tuvo‬
‭otro hijo, extramatrimonial, con el escritor Franz Werfel; este niño también murió, cuando‬
‭tenía 10 meses.)‬
‭ ahler, absorto como siempre en sus composiciones, tuvo que enfrentarse a los hechos‬
M
‭cuando el impetuoso amante de Alma envió una carta al ãseñorä en vez de la señora‬
‭Mahler. Este desliz freudiano le hizo comprender que el amante de Alma le había escrito la‬
‭carta para pedirle su mano. Ante la certidumbre de un mal irreparable, un dolor enloquecido,‬
‭testimonio de un fantasma desmoronado, paralizó la escritura de la partitura de su Décima‬
‭Sinfonía. Finalmente decidió consultar a Sigmund Freud. En el verano de 1910, éste recibió‬
‭un telegrama urgente en que le pedía una cita. Freud era muy reacio a interrumpir sus‬
‭vacaciones, pero no podía negarse a ver a Gustav Mahler.‬

‭ e todos modos, al telegrama original de Mahler le siguió otro que lo anulaba, luego otro‬
D
‭pidiendo una nueva cita, y una segunda cancelación. Mahler sufría de locura de la duda por‬
‭su neurosis obsesiva y repitió esta actuación tres veces, explica Ernest Jones. Finalmente‬
‭Freud lo intimó y se encontraron en Leiden. Durante toda una tarde pasearon por la vieja‬
‭ciudad universitaria mientras Freud realizaba un psicoanálisis de urgencia, condensado en‬
‭una sesión de un día. Fue como sacar una viga única de un edificio misterioso, recordaba‬
‭Freud años después en carta a Theodor Reik: Si doy crédito a las noticias que tengo,‬
‭conseguí hacer mucho por él en aquel momento. En interesantes expediciones por la‬
‭historia de su vida, descubrimos sus condiciones personales para el amor... tuve muchas‬
‭oportunidades de admirar la capacidad psicológica de aquel hombre genial. Reik señaló que‬
‭la mayoría de los colegas se llevarían las manos a la cabeza por lo poco ortodoxo de una‬
‭sesión analítica tan maratónica, pero las situaciones y circunstancias extraordinarias exigen‬
‭medidas extraordinarias. En aquella sesión de Leiden, Freud le dijo a Mahler que él‬
‭buscaba una mujer como su madre, pero, además de trabajar sobre cuestiones vinculadas‬
‭con los nombres de ambas, recortó del objeto un inquietante rasgo: Con una madre tan‬
‭agobiada por inquietudes, como por un gran dolor, usted desea que su mujer sea igual .Por‬
‭fortuna, Alma tenía una fijación complementaria:Ella amaba a su padre y sólo puede elegir y‬
‭amar a un hombre como usted: su edad, que tanto le preocupa, es precisamente lo que le‬
‭atrae. No tiene por qué angustiarse.Años después, Freud recordaba que las experiencias‬
‭infantiles de Mahler tenían una importancia especial en su neurosis y en su música: Su‬
‭padre, aparentemente un bruto, trataba muy mal a la madre de Gustav y, cuando éste era‬
‭pequeño, hubo una escena particularmente dolorosa: el niño no lo pudo soportar y se fue‬
‭corriendo de la casa; en aquel momento un organillo callejero estaba tocando una popular‬
‭tonadilla vienesa y desde entonces quedó fijada en su mente la conjunción de la gran‬
‭tragedia con la frivolidad; un estado de ánimo traía consigo al otro. La contribución de‬
‭Mahler a la música clásica era esta polifonía de estados de ánimo. En las variaciones del‬
‭andante de la Cuarta Sinfonía, Mahler encuentra una melodía que pone en movimiento la‬
‭sonrisa de Santa Úrsula: mientras la escribía, se le aparecía la cara de su madre tal como la‬
‭recordaba de niño, con profundas marcas de dolor; ella, que había sufrido sin fin, había‬
‭decidido perdonarlo todo por amor.‬

‭ ahler fue al encuentro de su enigma en la ciudad elegida por Freud, Leiden, que en‬
M
‭alemán quiere decir sufrimiento. Sufrimiento que entra en el cálculo transferencial del‬
‭analista, cuando Freud deliberadamente hace recaer en el significante la zona de la cita.‬
‭ n año después de su experiencia analítica, Mahler fue llevado en estado agónico a Francia‬
U
‭con un diagnóstico de endocarditis incurable y, días después murió, como Beethoven,‬
‭durante una tormenta.‬

‭ l encuentro entre Mahler y Freud abre un surco en el cuerpo del sufrimiento,‬


E
‭otorgando letra a un dolor que en sí mismo sólo es la extraña expresión de un‬
‭errático real. Leiden entra en concordancia con el deseo del analista; su presencia‬
‭aloja un dolor inasimilable para el sujeto. La lectura sensible, producida en el‬
‭encuentro, dibuja en letras la cicatriz de una pasión indecible. Franqueado el umbral‬
‭de la separación traumática y salvaje del objeto amado, el dolor del Otro primordial‬
‭echa raíz en tierra de Leiden. La verdad para Mahler se aloja en el duelo ignorado por‬
‭el Otro. El sentimiento de la presencia, con todo lo que ella implica de misterio, toma‬
‭cuerpo en la exacta ambigüedad de la intervención freudiana; la extracción de una‬
‭viga única de dolor recorta el excedente imaginario de un barroco deseo de pecado,‬
‭devolviéndole al sujeto la implicación en su enigma, vía regia que soporta una‬
‭incertidumbre vital. El acto psicoanalítico, artesano de la castración, pone al sujeto en‬
‭relación con lo real de la transferencia; contorneando el dolor de Alma, la pulsión‬
‭extenúa su textura, hasta el punto donde el cierre efectúa el corte. A partir del‬
‭hallazgo del objeto, el sujeto cambia su relación al goce, pudiendo abordar su‬
‭declaración de sexo y muerte.‬

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