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Alto Al Fuego

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NELSON CAULA-ALBERTO SILVA

ALTO
EL FUEGO
FF.AA. Y TUPAMAROS
'

(Página 2 a 5 en blanco)
A "Las Madres", por el coraje y la fe.
Al ''No'' del pueblo uruguayo en aquel noviembre de
1980.
A "la nicaragüita" por demostrar que se puede...

(Página 6 sin numerar- Pag. 7 en blanco)


Agradecimientos:

A Silvia, que se quedó sin pestañas acurrucando los


originales de este libro como si fuera propio.
A Jacqueline, por ponerse la camiseta y empujar al cuadro, por los innumerables
cafés, en especial los de interminables madrugadas.
A Armando, por su inigualable caja de Pandora y su empedernida confianza.
¿Que no quedan gauchos?, ¿quién dijo...!
A Raquel, por meter pa'delante a puro corazón.
A Sergio, por la triquiñuela.
A Quique, que se animó a descorchar la Fonde Cave.
A Alvaro, que le tocó bailar con la más fea y lo hizo con gallardía.

Página 8 sin numerar


Tiempo habrá para escribir sobre estos y otros
acontecimientos acaecidos en el transcurrir
de esas horas.

Dr. Amílcar Vasconcellos

La historia que se está gestando, si ha de ser genuina,


verdadera historia patria, no se produce en la
negociación oculta, en la transacción
reservada a unos pocos.
Gral. Líber Seregni

... hay, detrás de los hechos, en los hechos que se están


desarrollando, mucho más de lo que puede decirse
hoy. Algún día, que no será lejano, algún día
muy próximo, podremos decir en detalle, sin causar
daños a la República, precisamente aquello
que se quiere defender, cuánto hemos hecho
ininterrumpidamente, sin descanso, para preservarle
al país su sistema democrático de gobierno y
sus instituciones históricas, ésas que son
casi definidoras de la nación. Y cuando esa historia
se escriba, se verá con cuánta ceguera,
con cuánta obstinación,
con qué total ausencia de grandeza
tuvimos que enfrentamos; se verá cuánta carencia
de sentido político y de visión histórica encontramos
nuevamente, pero para eso, tiempo habrá.

Wilson Ferreira Aldunate

9
(Pág. 10 en blanco)
INDICE
Página

PREFACIO 15

INTRODUCCIÓN 19

EL PAÍS POLÍTICO EN 1972. 15


Cronología de un enfrentamiento
"Verano caliente" 29
La asunción y la guerra 31
Cuatro días en el abismo 33
Una denuncia y una investigación postergada... 38
"El Escuadrón de la Muerte" 40
Diálogo secreto en el invierno del 72 44
"No todo 10 que brilla es oro" 46
El "gran acuerdo nacional" 49
"La comparsa bolche" 52
"El plan setiembre" 54
"Octubre, el mes de los rumores" 56
Regalo de fin de año: "la ley Sanguinetti" 59
Año nuevo: ¿vida nueva? 61
MOVIMIENTO DE LIBERACIÓN NACIONAL - TUPAMAROS:
UN MOVIMIENTO POLÍTICO 63
Los "Robin Hood" 65
Los "innombrables" 67
"Revolucionarios o terroristas" 70
"LA DIALÉCTICA DE LOS CUARTELES" 75
"El ejército popular y las masas" 79
"Contaminarlos de las ideas" 81
"Anzuelo de torturado" 83

11
LA TREGUA 87
1
Los orígenes 91
Antecedentes lejanos 93
El año de las definiciones 106
Otra voz disidente en más del Ejército 108
Otra unanimidad, cierta y distinta 109
Octubre amargo 111
"Las banderas de la sedición" 113
2
El clamor por una tregua 115
El detonante: la muerte del Coronel Alvarez 119
"No hacemos tregua con asesinos" 122
Las Fuerzas Armadas desmienten mintiendo 123
"¿Por qué vamos a callar esto?" 126
Una tregua que siguió dando que hablar 130
La contrapropuesta tupamara 134
3 138
El tiempo de hablar con todas las palabras 138
El testimonio de los tupamaros 139
El testimonio de los políticos 145
El testimonio de los militares 152
4
El rompecabezas que perdió las piezas fundamentales 157
ILIClTOS ECONOMICOS 163
1
El porqué de una ley 169
Una ley que pereció al nacer 171
Algunos porqués de tanta mentira 176
2
Los ilícitos como problema en la interna militar 179
3

12
La "tupamarización" de las Fuerzas Armadas 185
El testimonio de Ettore Pierre 187
El lirio que floreció en otros cuarteles 192
"La escuelita" 193
"El problema de la carne" 197
"La Revolución Agraria" 200
El aporte de las Fuerzas Armadas 202
Actas de interrogatorio a empresarios detenidos
por presuntos ilícitos 204
4
Jorge Batlle contraataca 208
El fin de la "connivencia" 212
"Ni infidentes ni torturadores" 215
5
El reencuentro del carcelero y su detenido
en marzo de 1986 217
UN TRAIDOR, UN LIBRO, UN COMPLOT 225
1
Un personaje de historieta 227
Tal para cual 230
Auge y decadencia 231
"La baja" 232
Nuevo oficio: escritor 236
Cronología de las reuniones secretas 239
La hora de conspirar. 241
El ocaso de la bola de cristal 242
2
Fasano: "No tuve dudas de que había
que abortar el complot" 245
Ferreira Aldunate: "Esta era una operación
mucho más vasta" 249
Seregni: "Quizás, todo fue una cortina de humo" 255
3

13
Los documentos inéditos 257
I- La esquela manuscrita que Amodio envió a Fasano 257
II-Acta: conversación Amodio-Fasano en
Batallón Florida 258
Un delator como principal testigo para
desaforar a un Senador de la República 269 269
¿Desafuero a un Senador o juicio a un traidor? 271
4
La farsa continúa 273

EPÍLOGO 275
DOCUMENTOS 285
BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES 289

14
PREFACIO
Fue en el año 1972.
Alguien bien podría llegar a preguntarse por qué ese año y no aquél. Por qué no
los años conocidos como los "del pachecato", o el año "del golpe" o cualquier otro.
1972 fue el año de mayor enfrentamiento entre orientales desde principios de
siglo; también el de mayor contradicción: los líderes y grupos políticos o armados, en
apariencia tan definidos, vieron cómo los principios, en más de una oportunidad,
quedaron a un costado a un a pesar de ellos mismos. Fue el año de la guerra y, como
casi todos -con voluntad o sin ella- abruptamente, nos vimos envueltos en esta
circunstancia.
La metralla, la corrupción, la bomba, la emigración, la ilusión, la muerte, la
carestía, la prepotencia, los paros, las cadenas oficiales, la intransigencia, el fraude
electoral, las prohibiciones y clausuras, los ex ministros que marchaban a la cárcel
por estafas de diversa índole; entre muchas otras cosas, fueron jalonando la vida de
toda una generación de jóvenes que no reuníamos la suficiente edad para el sufragio,
pero sí, para ser los blancos de la muerte.
En el fragor de la batalla no había lugar, tiempo, ni espacio para la indiferencia;
actuar era la única alternativa por más que, día a día, se perfilaba el principio del fin.
Una vez llegado, las circunstancias (determinaron que uno de nosotros marchara al
exilio y el otro, pasara a la condición de detenido en una gigantesca cárcel de
176.215 kilómetros cuadrados. En esporádicos encuentros producidos fuera de
fronteras, una pregunta asomaba en forma constante en nuestras largas charlas: ¿por
qué?
Por eso -sin saberlo- este libro comenzó a escribirse por aquellas épocas.
No muy abiertas, pero abiertas al fin, las compuertas de la democracia, llegó el
tiempo del revisionismo a pesar de que esta palabra le cause escozor a muchos
demócratas.
1972 fue el año de los grises, estos se imponían a los contrastan-

15
tes blancos y negros imperantes del sesenta y ocho al setenta y uno, y del setenta
y tres en adelante. En esa película de 365 días no sólo no se sabía muy bien quiénes
eran los buenos y los malos, sino que, por momentos, unos parecían los otros y
viceversa. A veces los malos se hacían los buenos, o no eran tan malos ni los buenos
tan buenos; sin embargo como este largometraje no era de ciencia-ficción, la
contradicción mayor no fue entre buenos y malos.
La espesa nebulosa del tiempo que precedió quiebre institucional, resulta por
demás difícil de despejar -aún hoy- a muchos de los principales protagonistas de
aquellos sucesos. Muchos otros prefieren mantenerla tal cual. Por eso investigar,
configuró enfrentarnos a una serie de situaciones realmente insólitas. "Seria bueno
que se conectaran con algunos de nuestros legisladores para que se resolviera, en la
Cámara;" la apertura de los sobres lacrados de las sesiones secretas de aquella
época; porque esto que ustedes están investigando ya es historia", nos decía un
indiscutible líder de uno de los partidos tradicionales. Luego de los muchos escollos
que hubo que sortear, esta sugerencia a la par de digna, nos pareció inocente; para
unos cuantos estos temas -vaya uno a saber por qué- es preferible que sigan siendo
tabú.
Apenas traspasado el umbral de la casa de un ex Comandante en Jefe, su saludo
fue: "¡Olvido ya!': Un Coronel progresista fue determinante en su afirmación: "Los
militares están en los cuarteles, no conviene hacer nada que los pueda incomodar.
Convendría esperar unos años para hablar de estas cosas': Un ex candidato
presidencial por el Partido Colorado en las elecciones de 1966 y 1971, actual.
Senador, se negó en reiteradas oportunidades a tratar estos temas: "... yo sé mucho,
pero todavía no es el momento" nos dijo socarronamente. Un Mayor que accedió a
atendernos telefónicamente, en su domicilio, al tiempo que nos pedía disculpas nos
señalaba que acababa de recibir una llamada de alguien, que identificó por su
sobrenombre, que lo intimaba a que no brindara ninguna clase de información. Un ex
Ministro de gobierno en 1972, solicitó "dada la gravedad del tema" algunos días
para recordar. Transcurridos esos días dijo: "más que recordar, recordamos, pero no,
no, de ninguna manera"; nos acompañaba hasta la puerta sin decirnos nada y
seguramente ante la expresión de nuestras caras, sonrió, nos deseó buena suerte y
razonó en voz alta "¿Cómo se les ocurre? Por cualquier otro tima vengan a verme
nomás': Un alto jerarca castrense en si-

16
tuación de retiro y de nuestra confianza, se comunicó con nosotros en horas de la
madrugada: "es altamente inconveniente que vuelvan a ver al oficial con el que
estuvieron hoy”
En medio de todo esto vivimos involuntariamente una serie de hechos y
circunstancias, que nos resultaron entre tragicómicas y ridículas, en las cuales nunca
pensamos que podríamos llegar a vernos envueltos. Uno de los testimoniantes del
ejército, en el momento en que nos presentábamos cumpliendo con la formalidad del
"mucho gusto ", especificó "Siento no poder decir lo mismo, porque yo los conozco
muy bien" a la vez de enumerar algunos íten1s de un par de dossiers que nos
confirmaron que aún los servicios a veces, también fallan. Un jerarca policial, que en
alguna oportunidad subrayó su gran aporte a la derrota de la "subversión" luego de
mil y una excusas para no recibirnos, al final accedió. Producido el encuentro, para
nuestro asombro, no nos permitió el uso de nuestro grabador, pero simultáneamente
él sí usó uno que tenía sobre la mesa. Mucho le costó entender que quien tenía que
responder era él y no nosotros; después de un largo rato sin que se aclarase el mal
entendido, nos retiramos marcadamente defraudados y molestos por la inútil pérdida
de tiempo. Al despedimos nos dijo sonriendo:
"Si les queda algún puestito vacante en alguna de las revistas en que trabajan
ustedes, no se olviden de avisar'
Algunos oficiales que debido a las leyes vigentes no pueden hacer declaraciones
presentaban un obstáculo infranqueable para esta investigación, nos decían: "acá
estoy, vine con mucho gusto, como verán no tengo nada que esconder sino todo lo
contrario; respeto mucho todo lo que ustedes hacen; aquí estoy frente a ustedes,
porque no les tengo miedo, ni tampoco le temo a la verdad, no tengo nada que
esconder ni de qué avergonzarme. Eso si, no les puedo decir nada porque los
reglamentos son los reglamentos y como ustedes bien saben me prohíben hablar”
En estos casos proponíamos que los que habláramos fuésemos únicamente nosotros
y solicitábamos a nuestros peculiarísimos interlocutores que simplemente se
remitieran a golpear la mesa. Nosotros dábamos cifras nombres fechas y pedíamos
confirmaciones o agregados mediante determinada cantidad. Este método nos dio
excelentes resultados, sólo en un caso la charla fue de principio a final a percusión
pura; los demás ante lo inverosímil de este lenguaje a lo morse casero, a lo sumo
daban un par de golpecito s en la mesa y luego de soltar una carcajada,
17
como mínimo, contestaban con un sí o no.
Este breve raconto no sería completo si omitiéramos decir que en más de un
caso se nos negó todo tipo de posibilidad de diálogo, en pocas, pero concretas,
oportunidades fuimos directamente insultados e indirectamente amedrentados; no
faltó quien intentara pasarse de listo brindando pistas falsas ni quien luego de
brindar testimonio o aportar documentación, solicitara, a los pocos días, que
olvidáramos lo conversado y devolviéramos lo entregado.
Como contrapartida, muchos de los protagonistas de estos hechos se mostraron
dispuestos a brindamos su aporte personal. Esto ocurrió -es justo señalado y decirlo
con todo el reconocimiento de nuestra parte- en todos los estamentos consultados:
políticos blancos, colorados y frentistas en actividad y otros que desempeñaron
diversos cargos en la época que nos ocupa; militares de distinta graduación y en
variada situación jurídica, revistiendo o no en la institución castrense, identificados o
no como el proceso cívico-militar; dirigentes y militantes tupamaros, ex integrantes
de este nucleamiento y ex miembros de otros grupos armados; colegas y múltiples
personas que, fundamentalmente a título individual, de una u otra forma fueron
participantes o poseían conocimientos sobre estos hechos.
Para la confección de todo este trabajo se contó con innumerables testimonios
orales, fueron revisadas atentamente diversas publicaciones del momento: revistas,
diarios, semanarios, libros nacionales y extranjeros. Se urgaron a fondo diarios de
sesiones de la Cámara de Diputados, de Senadores y Asamblea General. Finalmente,
se accedió a voluminosa y calificada documentación inédita que se fue recopilando
pacientemente en ámbitos de distinta procedencia. Paradojalmente, ni estaba ni está
en manos oficiales ni del MLN, ni: de las. Fuerzas Armadas. .
Así, más de un año de intensa labor fue necesario para desentrañar parte de un
año -1972- e ir logrando que la nebulosa ni lo fuera tanto ni tan espesa.

18
INTRODUCCIÓN

G. Alvarez cabalga hacia el poder

(Pagina 19 sin numerar)


(Pagina 20-en blanco)
Cuando elegimos el año 1972, lo hicimos pensando en el enfoque globalizador de
un año plagado de acontecimientos tan evidentes como ocultos. A medida que
íbamos avanzando en los temas y en su problemática, nos fuimos dando cuenta que
en forma particular "merecían, cada uno en sí mismo, un pormenorizado y detallado"
estudio. "
Descubrimos que caer en generalizaciones nos podía llevar a hablar de todo un
poco sin aportar nada nuevo en realidad. Había que optar. La elección recayó sobre
hechos porfiadamente escondidos, de suma gravedad y trascendencia ocurridos en
el país. Por las características de los mismos nos atrevemos a decir que estamos
frente a situaciones inéditas en su género e irrepetibles. Todo lo ocurrido, cuarteles
adentro en 1972, entre las Fuerzas Armadas y la guerrilla pudo haber tenido un final
impredecible y pudo haber cambiado la historia en forma radical.
En 1972 se da entre tupamaros y militares tres tipos de "connivencia" que aún
hoy no sólo la opinión pública desconoce, sino también los analistas políticos, los
historiadores e incluso los principales actores de aquella época. Los más enterados
suelen unir en una sola estas tres situaciones que, de alguna forma, juntó a dos polos
distantes.
El primer tipo se da a raíz de conversaciones entre los principales líderes
tupamaros y las máximas jerarquías castrenses con el conocimiento del Poder
Ejecutivo. Establecen una tregua en las acciones y negocian un acuerdo de
pacificación del país que no llega a buen término. El segundo tipo tiene que ver con
el trabajo conjunto entre tupamaros detenidos y militares para detectar y actuar en
contra de los ilícitos de carácter económico y de quienes los impulsaban y llevaban
adelante, como así también, la elaboración de planes de desarrollo. El tercer tipo se
produce entre un dirigente tupamaro, dado de baja por la Dirección Ejecutiva de ese
movimiento, y un grupo de la oficialidad de las Fuerzas Armadas integrado por cua-

21
dros medios. Los dos primeros cuentan con el respaldo de las máximas
autoridades de un lado y otro. El tercero tiene otras características, estamos frente a
individualidades que actúan -tanto en uno como en otro bando- bajo su propia
responsabilidad. Los fines perseguidos por estos últimos carecen de la seriedad de las
vivencias en común anteriores.
Entendemos que no basta con enumerar y describir estos hechos a los que
hacíamos referencia, es necesario intentar desentrañar los por qué de los mismos,
cómo se llega a este tipo de situaciones que en principio aparecen como
inimaginables y al más mínimo atisbo de emerger a luz pública producen que
personas con intereses encontrados coincidan en no permitir, por distintos métodos,
el conocimiento, aunque más no sea parcial, sobre lo ocurrido. ¿Cuál fue la política
del MLN para con las Fuerzas Armadas desde sus orígenes y cómo repercute ésta en
los hechos a que hacemos referencia? ¿Hicieron a su vez las Fuerzas Armadas oídos
sordos a esa política tupamara sin elaborar la suya? ¿En qué contexto se desarrollan,
cuál era el real grado de enfrentamiento que vivía el país todo? ¿Cómo se entiende
que torturado y torturador pasen de la mesa del castigo a la mesa dé trabajo
compartido? Y por último y tal vez lo más importante ¿por qué falló todo esto?
Cuando se reflotaron algunos de estos temas, no habiendo transcurrido todavía el
primer acto de democracia después de la barbarie que nos tocó vivir entre 1973 y
1985, no faltaron quienes pregonaron "por un olvido necesario para la pacificación
nacional" puesto que él será indispensable para "encarar las urgentes tareas que el
presente y el futuro de la comunidad nos impone". Nos preguntamos cuál fue el
aporte sustancial de estos repentinos olvidadizos para la "pacificación nacional" en
los momentos cruciales de 1972, cuando muchos de ellos tuvieron en sus manos
evitar -tal vez-lo que vino después ¿No será eso lo que quieren esconder los que hoy
prefieren construir un país sobre la oscuridad y poniendo siempre la primera piedra
en mano ajena? ¿Estarán tan libres de culpa?
Como nuestra lente no es la suya, afirmamos y defendemos nuestro derecho a
estar informados e informar, sostenemos como un deber inalienable el saber,
entender, sacar conclusiones enseñanzas, reparar injusticias de todo nuestro pasado y
en especial el inmediato, que es el que paradojalmente, menos conocemos.
¿Hasta cuándo piensan algunos que van a poder seguir manejan-

22
do a su antojo nuestra historia, transfiriendo sistemáticamente sus errores hacia
otros sectores? No es que estos últimos no los tengan, pero acaso ¿son los únicos?
Es imposible cimentar una democracia que se base en una premisa tan irreal:
pensar que una mal llamada estabilidad, pueda crecer, regada de verdades a medias y
mentiras completas. Es como si hoy se quisiera mantener la censura como lo más
trascendente de aquel período.
Por una vez, 'tan sólo por una vez, cual excepción que confirme la regla,
recurrimos al célebre pensador, tantas veces invocado por el autoproc1amado
Proceso de Reconstrucción Nacional, cuando destacó una y otra vez que: "Los
pueblos que olvidan su pasado están condenados a revivirlo ': Nada mejor pues, que
una buena memoria.

23

(Páginas 24 y 26en blanco- Pag. 25 sin numerar)


EL PAÍS POLÍTICO EN 1972
Cronología de un enfrentamiento

14 de abril: cae “la casa de Amazonas”

17 de abril: saldo de la masacre en el Paso Molino


¡Qué triste es sentir que vivimos en un país
en el que el hombre ya no duele!

Hugo Batalla
29 de junio de 1972

1972 marca la ruptura de una cuerda que se venía estirando desde décadas atrás
cuando la paz se sustentaba en irreales premisas: el crecimiento de una industria
floreciente, resguardada por un estado proteccionista -palabra esta última, mediante
la cual se entiende por estas épocas a la otrora "paternalista"-; precios internacionales
sumamente ventajosos para nuestras materias primas, en una coyuntura de guerra
mundial; masiva absorción de mano de obra; una moneda fuerte...
Aquel Uruguay tan superficialmente armónico, con su clase media en auge,
espejismo que distorsionaba la imagen cuando se miraban en él ricos y pobres. El
Uruguay despreocupado y altanero que se "inflaba de patriotismo una vez cada
cuatro años, premiándolo a quienes consideraba los gestores de tanta opulencia y
felicidad.
Aquel Uruguay que garganteaba con su analfabetismo indiscriminado que no es
lo mismo, pero es igual, que unos cuantos alfabetos más que los que había en otros
países; el Uruguay de la laicidad; de las artes y las letras inigualables; de la gratuidad
tan democrática que permitía que las chapas de los abogados y los médicos se
multiplicaran en los barrios... en determinados barrios.
Aquel Uruguay que solían recorrer "los caudillos" de estampa señorial,
prodigiosos malabaristas verborrágicos, diestros en el arte de barajar y dar tarjetas,
consuetudinarios cultivadores del palmoteo de espalda; que no se despabilaron a
tiempo de que la economía es

27
la que mueve los hilos de la política y de que "las vacas gordas" algún día dejarían
de ser el alimento de aquellos foráneos que combatían en Corea.
La pequeña "RODELU" que sacaba pecho mirando por sobre el hombro a sus
hermanos menores del continente a tal punto que, no sólo éramos "los mejores de
América': sino también "del mundo".
Pero el sueño dorado llegó a su fin y al despertamos, nos encontramos con una
verdadera pesadilla.
Entre Nardone, los fondomonetaristas, los represores y Pacheco, se anudaron las
pocas hilachas que quedaban de una cuerda que inexorablemente reventó al llegar
1972...
"VERANO CALIENTE"
En las primeras horas del nuevo año, con los últimos brindis y el cielo surcado
por alguna que otra cañita voladora, la guerrilla tupamara emite la Proclama de
Paysandú donde expresa que pone punto final a la tregua unilateral con motivo de los
últimos comicios.
Con respecto a éstos continuaban las acusaciones de "un fraude nunca visto en el
país", que Pacheco intentaba atemperar con un acuerdo de "unidad nacional" con el
candidato más votado, Wilson Ferreira Aldunate -que ley de lemas mediante- resultó
perdedor. Según su propio punto de vista y el de su compañero de fórmula Carlos
Julio Pereira aun dentro del sistema electoral vigente, de no ser por tanta truculencia
del partido de gobierno, les correspondía el triunfo. A la pérdida de urnas a la
aparición de votos sin firma de los delegados de mesa en el escrutinio y otros sí
firmados encontrados en baldíos a la mayor cantidad de votos que personas inscriptas
para emitir sufragio y a registros electorales viciados de rarezas e impurezas se suma
una nueva denuncia.
El Coronel Walter Malán, vinculado al sector mayoritario del Partido Nacional
demostró, frente a un grupo de delegados y periodistas una nueva y sutil modalidad
de fraude: el voto doble. "Uno a la presidencia por el régimen actual, otro a
intendente por el régimen actual, el SI por la reforma y las otras dos hojas a la
presidencia e intendencia por el régimen proyectado".
El sórdido escrutinio duró setenta y cinco días, el Partido Colorado obtiene
catorce senadores y cuarenta y un diputados; el Partido Nacional doce senadores y
cuarenta diputados y el Frente.

28
Pacheco, Pirán y el general Chiappe Pose

Amplio cinco senadores y dieciocho diputados; Juan María Bordaberry se convierte


en el nuevo presidente uruguayo.
Para este año los Estados Unidos invierten 26 millones de dólares en asistencia
militar a sus aliados del Tercer Mundo, a Uruguay le corresponden 225 mil.
En cuanto a la ayuda policial, consistente en armas, comunicaciones,
asesoramiento e instrucción, los norteamericanos nos otorgaron la más voluminosa e
importante ayuda de toda América.
El semanario ultra derechista "Azul y Blanco", dirigido por Diego Ferreiro saluda
el nuevo año pregonando que la "dialéctica de las palabras, debe ceder su lugar a la
dialéctica de las pistolas" y mentaliza su setenta y dos de esta manera: "Si quieres
paz, prepárate para la guerra".
Un hecho circunstancial augura parte del legado de Pacheco a su delfín, el
descalabro civil y el avance militar por el lado que hace agua. A un mismo tiempo
embarcaciones uruguayas son embargadas en puertos europeos, otras se oxidan
amarradas en el exterior, varias son quitadas de servicio, alguna de las que queda
navega con tripulación coreana, produciendo distintos perjuicios e incrementando la
desocupación. En medio de este mare mágnun, el gobierno decide que el flamante
petrolero "Presidente Rivera" de nuestra Marina Mercante corra la misma suerte que
el "Oribe" y pase a manos de la Armada Nacional.

29
El 28 de enero el MLN libera al industrial Ricardo Ferrés Terra tras nueve meses
de cautiverio, manteniendo en su poder a Ulises Pereira Reverbel y Carlos Frick
Davies. Este mismo año serían secuestrados Nelson Bardesio, fotógrafo del
departamento técnico de la policía y Homero Fariña, redactor responsable del diario
Acción y diputado electo por la lista 15. También incrementan sus acciones el grupo
disidente del MLN "22 de Diciembre", las "Fuerzas Armadas Revolucionarias
Orientales" y la "Organización Popular Revolucionaria 33 Orientales”: Esta última
-avanzado este agitado año- secuestraría a Sergio Molaguero, hijo del propietario de
la Fábrica Seral.
Durante los primeros días de febrero, en acto público Seregni sentencia que
"Hemos enfrentado las elecciones más sucias que recuerda nuestra memoria: hemos
enfrentado la campaña electoral más desleal que pueda concebirse" al tiempo que da
sus "buenas nuevas" para el año:.. ¡Nos quieren acostumbrar a comportamos como
un rebaño, 'pero el pueblo oriental no nació para la mansedumbre! Esto implica
lucha, implica resistencia popular organizada. Lucha y resistencia que serán más
duras que ayer"
En el terreno de anuncios y perspectivas, la Juventud Uruguaya de Pie no le cede
la derecha a nadie y da a conocer el Plan Terremoto: "el operativo con todas las
previsiones y variantes habrá que instrumentarlo para que antes de terminar febrero
esté en ejecución en sus etapas de ablandamiento. 1972 será un año decisivo, o
salvamos al país o nos hundimos con el país". Hacen famosa la tragicómica frase de:
"Uruguay, ámelo o déjelo" que, como tantas cosas que pasaban sin pagar impuestos
aduaneros a través de la frontera, nos llegaba desde Brasil., país cuyo régimen tanto
admiraba Bordaberry. Allí decían "Brasil, ame o deixe". Estos tampoco fueron muy
originales, porque su verdadero creador había dicho: "USA: love it, or leave it".
Uno de los grupos del paramilitar Escuadrón de la Muerte, denominado
"Comando Caza Tupamaros" secuestra y asesina al estudiante Ibero Gutiérrez. Su
cadáver presenta golpes de todo tipo, fracturas de costillas y trece impactos de bala.
Este joven de 21 años, que no estaba requerido por actividad subversiva alguna y
vivía en forma legal, mereció el siguiente titular por parte del diario quincista
"Acción": "Sedicioso apareció acribillado".

30
LA ASUNCIÓN Y LA GUERRA
El primero de marzo toma posesión como Presidente de la República Juan María
Bordaberry; estanciero, hijo de uno de los fundadores principales del ruralismo, ex-
Senador del Partido Nacional, ex-Ministro de Ganadería y Agricultura por el Partido
Colorado, por este último, catapultado a la primera magistratura.
No habiendo terminado de acomodar sus pertenencias personales su primer acto
de gobierno es una devaluación monetaria del cien por ciento.
Ni lerdo ni perezoso, manda a la Asamblea General el primer proyecto de Ley de
Seguridad del Estado, como un aporte a la paz. El mismo propone: por el sólo hecho
de "asociarse para atentar contra la Constitución", una pena mínima de diez años de
prisión; el pasaje de los civiles a la "competencia militar", e interpretando -a su
manera- algunos reclamos para que los jóvenes tuvieran otro grado de participación,
estos podían ser condenados desde los 16 años. Como bien decía un dicho popular de
la época, si los que tenían esa edad hubieran votado otro hubiera sido el resultado
electoral.
A catorce días de asumir el nuevo gobierno, la Convención Nacional de
Trabajadores, en demanda de aumentos salariales y por la derogación de las medidas
prontas de seguridad, decreta su primer paro general. Siete días más tarde lleva
adelante una medida similar que reiteraría en otras cinco oportunidades a lo largo de
todo el año. En el mismo lapso, en la actividad privada y pública sé registraron 222
paros e infinidad de movilizaciones.
La clase trabajadora nucleada en torno a su central única, desarrolla a lo largo del
72 una actividad sin parangón en cuanto a movilización, concientización, inserción
real en el pueblo y profundización de su incidencia en el quehacer político. Llega
incluso a concretar su Primer Encuentro Nacional de Comités de Base, del cual
participaron dos mil delegados de todo el país. Todo este avance que había ido
acumulando quedó de manifiesto en el alto grado de responsabilidad con el que
enfrentaron a la crisis.
La aspiración de concretar "la libertad para todos los presos políticos" va
ganando a distintos sectores de la opinión pública. Sus familiares nucleados emiten
un informe detallando las torturas físicas y apremios de todo tipo a los que se somete
a sus parientes y los

31
atropellos que ellos mismos deben soportar cuando van a visitarlos: "Estando la cola
de familiares dentro del penal esperando la hora de la visita aparece sorpresivamente
y hace cola tras los mismos todo un piquete de guardias con sus máscaras antigases
puestas y aparatosamente equipados con cachiporras negras y lanza gases. Además
de intimidar y provocar a los presos políticos, se tortura moralmente a los familiares
que quedan con la angustia del ¿qué está pasando aquí?".
El nueve de abril el aumento del 26,6 % del boleto de ómnibus provoca distintas
manifestaciones estudiantiles que derivan en duros enfrentamientos con las fuerzas
policiales y un saldo de numerosos detenidos y contusos.
Un día después se produce la primera de una serie de mini devaluaciones del
peso uruguayo. En la semana de turismo una nueva etapa de la vuelta ciclista pasaba
desapercibida, no así el voraz pedaleo del gobierno que aprobó' dos decretos en su
embalaje hacia el abismo. El primero aumenta los precios de alrededor de
cuatrocientos artículos de consumo en un 37 %; el segundo, eleva los sueldos en la
industria privada en un 20 %, arrancándole otra tajada al salario real.
En estos primeros cuatro meses de gobierno se denunciaron en la capital casi
sesenta atentados; los centros favoritos de ataque se repartieron fundamentalmente
entre locales partidarios y de base del Frente Amplio, militantes de la coalición de
izquierda, abogados defensores de los presos políticos, familiares de detenidos,
profesores de la enseñanza media y librerías. Bombas incendiarias, baleamientos con
ráfagas de metralla, bombas de plástico y hasta bazucas fueron sólo algunos de los
elementos utilizados para conformar estos atentados. A pesar de que la cantidad de
acciones terroristas mes a mes se acrecentaban vertiginosamente durante todo 1972
no hubo un solo responsable de estos hechos que fuera detenido por las autoridades.
Sin embargo, en el mismo período las Fuerzas Conjuntas dieron parte de la
detención de 1.142 tupamaros.
La Gremial de Profesores de Montevideo al iniciarse un nuevo período dirige
una carta abierta que finaliza: "Lo que los educadores deseamos es que se ponga fin a
los atentados fascistas (quince bombas hechas estallar en domicilios de profesores,
baleo de estudiantes, etc.) que pretenden crear el caos en la enseñanza. Para ello,
padres, estudiantes, profesores y trabajadores deberán estrechar fí-

32
las, para que esa columna unida consiga hacer realidad los principios varelianos de
gratuidad y laicidad de la enseñanza."
El doce de abril, quince tupamaros y seis presos comunes escapan de la cárcel de
Punta Carretas a través de un túnel de casi sesenta metros que comunicaba con la red
cloacal, reeditando la anterior fuga que posibilitó el escape de 111 reclusos. En
aquella oportunidad jerarcas y funcionarios de institutos penales son separados de sus
cargos asumiendo el Comisario Alejandro Otero, policía especializado en la
represión del MLN. A pesar de su experiencia se produce una .nueva fuga, sin
embargo a partir de la misma ya no habrían más remociones de cargo, ni
funcionarios en apuros, ni escapatoria de ninguna clase; tan sólo dos días después
comenzaría -lo que podría adjetivarse- como el principio del fin para el
funcionamiento militar de la guerrilla.
CUATRO DÍAS EN EL ABISMO
Las 96 horas que transcurrieron entre el 14 y el 17 de abril marcaron a fuego -
masacre mediante- al país todo. En el primero de esos días posterior á un paro
general, el MLN desata una escalada de violencia "en respuesta al impune accionar
del Escuadrón de la Muerte que sumaba víctimas y atentados dentro de las filas del
campo popular". En las primeras horas de la mañana se produce una emboscada
contra un coche policial, caen abatidos los funcionarios Carlos Alberto Leites,
integrante de la Dirección de Información e Inteligencia; el subcomisario Oscar
Delega Luzardo, del mismo departamento y resulta herido el agente Segundo Goñi.
En la ciudad de Las Piedras el Capitán de Corbeta Ernesto Motto Benvenuto
muere ametrallado. El profesor Armando Acosta y Lara ex-interventor de
Secundaria, ex-subsecretario del Ministerio del Interior, fallece rumbo al Hospital
Militar a causa de los disparos producidos por un comando tupamaro.
Delega, Motto y Acosta y Lara serían acusados esa misma mañana, a través de
volantes, de pertenecer a diferentes grupos del Escuadrón de la Muerte. Con el correr
de las horas un grupo de legisladores recibe documentación del MLN y cassettes con
las confesiones del fotógrafo Nelson Bardesio, donde se abunda en detalles sobre la
actividad que habrían tenido -en forma clandestina e ilegal-

33
las personas a”ajusticiadas”
Ya sobre el mediodía, luego de espectacular persecución se entabla un tiroteo
entre las Fuerzas Conjuntas e integrantes del MLN, el coche en que estos huyen es
alcanzado, la zona completamente bloqueada, muere -producto de numerosos
disparos de metralleta-: una pareja de guerrilleros: Norma Carmen Pagliano y
Nicolás Grop Carbajal.
A primeras horas de la tarde las Fuerzas Conjuntas rodean la manzana que
circunda una casa ubicada en la calle Amazonas. Allí mueren alcanzados por gran
cantidad de disparos, fundamentalmente de ametralladoras, el escribano Luis
Martirena Fabregat y su esposa Ivette Giménez. Horas después de permanecer en la
finca, las Fuerzas Conjuntas se encuentran con la sorpresa de que, en un berretín que
no habían encontrado, estaban Eleuterio Fernández Huidobro, herido de bala y David
Cámpora.
Finaliza una reunión del Consejo de Ministros iniciada luego de los
enfrentamientos matinales donde se resuelve que "los detenidos por subversión
quedarán a disposición de las Fuerzas Conjuntas".
Una patrulla de éstas persigue una camioneta hasta la calle Pérez Gomar, donde
luego de un "confuso tiroteo" resultan muertos los tupamaros Alberto Candán
Grajales, Gabriel Schroeder Orozco, Horacio Rovira Griecco y Armando Blanco
Katras. En el mismo operativo, resultan heridos otros dos tupamaros e igual cantidad
de detenidos.

34
"En la casa de la calle Pérez Gomar -dijo el Senador Erro- las Fuerzas Conjuntas
asesinaron a Schroeder, a Candán Grajales, a Blanco Y a Rovira. Y eso es verdad,
porque no tenían armas; estaban comiendo. Digo además, que cuando tocaron a la
puerta del escribano Martirena, éste fue asesinado. Cuando su mujer salió, manos en
alto, le dijeron que con ella no tenían problemas, la dejaron caminar dos pasos y la
acribillaron por la espalda".
Ya en la noche, comienza una reunión de la Asamblea General que se extendería
hasta la tarde del otro día. El Presidente de la República emite un mensaje por cadena
de radio y televisión. Son allanadas las sedes del Partido Comunista y del
Movimiento de Independientes 26 de Marzo.
Durante todos estos años la opinión pública se formó el concepto de que fueron
los tupamaros los que tiraron el primer tiro que desembocó en esta crisis, sin
embargo, para el MLN ese disparo se efectuó con anterioridad al 14 de abril. Por ello
consultamos a Raúl Sendic, su máxima autoridad que nos dijo: "Se dio el asesinato
de varios compañeros, por el Escuadrón de la Muerte, luego de quebrarles varios
huesos. Nosotros obtuvimos una pista que nos condujo a Bardesio, sabíamos que era
un hombre clave. Mientras él estaba prisionero el Escuadrón mató a Ibero Gutiérrez
y entonces Bardesio, interpretando correctamente que buscaban que lo ajusticiaran,
se decidió a hablar, confesó ante Gutiérrez Ruiz. El había sido chofer en alguna de
las operaciones y denunció como organizadores del Escuadrón a algunos de los
muertos del 14 de abril, así como al ex Ministro Pirán, y también a los Comisarios
Campos Hermida y Víctor Castiglioni. Cuántas muertes se ahorraron con esa acción
del 14 de abril, se puede calcular por las que hicieron los sobrevivientes Campos
Hermida y Victor Castiglioni en automotores Orletti y otros lados. Cuando yo caí
herido en la calle Sarandí, en 1972, Campos Hermida vino corriendo, decía: '¡Hay
que matar a Sendic. Hay que matar a Sendic!' El oficial de la Marina, encargado del
operativo, dijo que él no tema esa orden. Lo último que recuerdo de este
sobreviviente del escuadrón esa noche, fue que subió a la ambulancia y dijo: 'Bebe,
estás frito, Bebe', viendo cómo estaba desangrándome. Era la extremaunción dada
por un especialista, pero no se cumplió. Al actual régimen le cabe una gran
responsabilidad por haber mantenido impunes y en cargos importantes a hombres
que han cometido tantos asesinatos y torturas. Incluso Sanguinetti, el primer 14 de

35
abril en democracia, proclamó 'mártires en defensa de las instituciones' a los
integrantes del Escuadrón de la Muerte caídos en esa fecha."
En pleno sábado 15, después de 20 ininterrumpidas horas de discusión, la
Asamblea General autoriza al gobierno a declarar el Estado de Guerra Interno y
suspender la vigencia de las garantías individuales en todo el territorio.
El domingo de madrugada estallan en distintos domicilios bombas de todo tipo y
tamaño y se dispara con bazucas. Entre otros; objetivos se atentó contra un templo
metodista, las residencias de Carlos Quijano, Carlos Martínez Moreno, Jorge Ares
Pons y Juan José Crottogini. En la casa de este último, a primeras horas de la noche
en medio del posterior acto de desagravio se produce un duro ataque por parte de las
fuerzas policiales; resultado-gases, apaleamientos y disparos mediante- numerosos
heridos.
En distintos puntos del país se viven situaciones similares contra militantes
frenteamplistas.
Al iniciarse el lunes 17 comienza a gestarse un muy cuidadoso; operativo que
tenía como centro la seccional 20 del Partido Comunista. Con gran despliegue de
tropas y armamentos de todo tipo y calibre, las Fuerzas Conjuntas montan un
despiadado sitio en torno al local. La burda provocación se lleva adelante hasta sus
últimas consecuencias: los comunistas Raúl Gancio Mora, Elman Fernández Dechi,
Ruben López Chensi, José Ramón Abreu, Ricardo González Gómez, Julio Sena
Castro, Héctor Cervelli y Luis Mendiola Hernández -sin oponer la más mínima
resistencia, completamente desarmados, algunos saliendo pacíficamente del lugar
con las manos en alto- son fríamente asesinados. Es la masacre.
Finalizados estos cuatro apocalípticos días de otoño se desata un nuevo campo de
batalla a través de comunicados, mensajes, discursos y debates. El fuego graneado de
las palabras sucede al de las balas. El vencedor sería dictaminado por la opinión
pública.
Algunos ya llevaban la ventaja: el 15 de abril, las Fuerzas Conjuntas, utilizando
un típico lenguaje bélico emiten varios "bandos", donde se limita el "derecho de
reunión" y "la crítica" y se prohíbe hacer comentarios sobre todas las palabras
formuladas en el recinto parlamentario; asimismo brindar información u opinión del
desarrollo de los acontecimientos, al tiempo que advertían que, "la violación de las
prohibiciones precedentes configuran delito militar y en

36
Alberto Candan Grajales

El Pueblo
una y otra vez
en tierra a sus muertos

todos los casos los infractores serán sometidos a la jurisdicción penal militar."
Un ridículo comunicado oficial -el No. 77- que no merece figurar en esta reseña,
es incuestionablemente desmentido por el Diputado Jaime Pérez: "se ordena echar
tierra sobre la sangre (hecho verídico y no metafórico) -dice el legislador-. Esta tierra
se hace de barro, pero un barro muy especial: es el barro de la sangre de trabajadores
que fueron asesinados. Pero esa sangre no se cubre con tierra, con disquisiciones, con
insultos, ni con debates políticos. No se puede asesinar gente inocente impunemente,
porque si llegáramos a la conclusión de que esto es así, entonces, ¿qué sería del
Uruguay?
El Ministro de Defensa, el veterano General Enrique Magnani, no supo qué
responder aparentando haber perdido el juicio, tal vez descontrolado por los
acontecimientos de la seccional comunista, fue tan incoherente como preciso: "Las
posiciones se están radicali-

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zando. El éxito no se puede vaticinar ni adelantar. Las operaciones deben continuar.
Eso es todo."
Otro Ministro, el Dr. Julio María Sanguinetti, reclamaba por sus caídos:
"Vivimos tiempos de forja ciudadana, tiempos en los que estamos amasando el futuro
del país", decía; a la vez de rendir emocionado homenaje al "soldado oriental", a los
"defensores del oro den"; a los que consideraba los verdaderos "mártires de esta
República".
Wilson Ferreira Aldunate haciéndose eco del pesimismo generalizado, precisó:
"no creo que la historia del país, registre tragedia mayor. No creo que episodio
alguno comprometa cosas tan importantes y que, además, siembre semilla tan
pródiga en horizontes cerrados."
Carlos Quijano -por su parte- pintó, como sólo él solía hacerla, el hoy por hoy, de
aquel país, sentenciando desde su pluma inmortal:
"Otra vez los cortejos fúnebres, transidos y tensos. Vivimos para enterrar a
nuestros muertos y en el desolador acecho de los que puedan caer. Montevideo es
ahora la ciudad de la angustia incierta. Angustia que es cifra de todas las angustias.
Como en territorio ocupado se está atento al golpe despiadado, sigiloso o aleve.
Por sobre ese fondo vitando de persecución, torturas y asesinatos, nada puede
construirse. La muerte nos ha ganado. Hay que vencer a la muerte que ha llegado a
ser, dueña y señora de nuestro que hacer. Porque el país se nos ha ido ya de las
manos y el tiempo de reconquistarlo no admite espera-o Nunca más será nuestro el
que pero damos.
Mientras enterramos a nuestros muertos, con ellos vamos enterrando al
Uruguay."
UNA DENUNCIA Y UNA INVESTIGACIÓN POSTERGADA
Pocos días después de haberse iniciado el año lectivo, el 7 de marzo, los
senadores Michelini, Enrique Rodríguez, Erro, Rodríguez: Camusso y Terra recogen
el eco de ciertos sectores de la población angustiados por la impunidad con que
venían operando bandas del corte ultra derechista, mocionando para que se designe
una comisión investigadora que desentrañe la actividad de estos grupos para-;
policiales. Y eso fue todo.

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"Es muy curioso que no se halle manera de lograr que el reeleccionismo o el
Partido Colorado aceptase la investigación sobre el Escuadrón de la Muerte", era el
15 de abril, ya estábamos en la cresta de la ola de violencia, Enrique Rodríguez
dejaba flotando esta suspicaz sospecha; Terra insistiría en su moción de reunir la
Comisión de Constitución de la Asamblea General para examinar la documentación
distribuida por los tupamaros y esa misma noche oír las explicaciones pertinentes del
gobierno. "20 en 94. Negativa".
Avanzada ya esta maratónica sesión el Senador Enrique Erro, ante las más
increíbles e inesperadas presiones -conspicuos y directos representantes de las
Fuerzas Armadas en pleno ambulatorio, amenazando a los legisladores con "el cuco
del golpe "; nerviosas reuniones con algunos de los integrantes de las bancadas
blanca y colorada, incluso en sedes militares; irrupción de una numerosa y bien
organizada patata que clamaba por la muerte inmediata del parlamentario de la Unión
Popular, sin que ésta fuera desalojada de las instalaciones del Legislativo- se decide a
poner en manos de la opinión pública, la documentación que obraba en su poder y en
la de otros tribunas, que consistía en las confesiones del secuestrado Bardesio.
Omitió de exprofeso revelar la numerosa lista de uniformados involucrados en este
escuadrón. El Ministro allí presente, aparentó tomar nota y una vez más, no pasó
nada.
En la sesión del 10 de mayo, Juan Pablo Terra insiste sobre sus denuncias, aporta
algunos nuevos datos recogidos directamente de un integrante del escuadrón ajeno a
Bardesio -con el cual coincide que testimonia por propia voluntad. Surgen nuevas
pruebas de injerencia extranjera y también, renovadas o interesadas indiferencias que
hacen que esta investigación se mantenga sin prosperar.
Por esa misma fecha fuentes fidedignas dan cuenta de tratativas sumamente
reservadas propiciadas por Wilson Ferreira Aldunate ante el Ministro de Cultura, el
Dr. Julio María Sanguinetti con el objetivo de ponerle punto final al Escuadrón de la
Muerte.
Recién entre el 7 y el 8 de junio, después de interminables horas de una cerrada
oposición y la negativa del cuerpo para que todo esto se canalizase, "en sesión
secreta", el Senador Terra logra su meta de dar lectura completa a toda la
información que obraba en su dominio. La misma se basa fundamentalmente en
declaraciones de Mario Benítez, ante el mismo Terra y "los testigos hábiles"; Daniel
Sosa Díaz, Hugo Batalla, Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruiz, Gui-

39
llermo Carcía Costa y escribano público. Se conoce la verdad, se y rechazan distintas
mociones y propuestas para profundizar la misma, finalmente se opta por la salida
más fácil: determinados senadores n se retiran uno a uno de sala. Nuevamente no hay
quorum para la justicia.
Parte de estas denuncias, anteriores y posteriores investigaciones periodísticas y
judiciales y diversos testimonios constituyen un voluminoso material a propósito de
las andanzas del Escuadrón.
"EL ESCUADRON DE LA MUERTE"
La enmarañada y sinuosa trenza contaba con varios hilos que le daban una
voluminosa contextura. Intentar desenredar esta situación ofrece enormes
dificultades que superan holgadamente al consabido simplismo de decir "la CIA es la
culpable de todo ': Sólo el paso del tiempo ha permitido ir dejando al descubierto los
distintos centros de poder intereses personales y posturas ideológicas de donde
abrevaron los distintos grupos que genéricamente se conocen con el nombre de
escuadrones de la muerte.
Además de la CIA y del FBI, la embajada norteamericana en nuestro país, monta
otros servicios ramificados a su vez internamente.
Uno de ellos, que fue el más importante aquí, respondía a la sigla AID (Agencia
para el Desarrollo Internacional). Sus oficinas ocupaban el entrepiso y primer piso
del edificio ubicado en la esquina de Río Negro y Paysandú. Una de sus reparticiones
abarcaba el área de Seguridad Pública, trabajaban allí elementos de la CIA, el FBI y
policías uruguayos. Recogían datos, cifras y material de inteligencia que luego de ser
clasificado y analizado era enviado por canales directos al Consejo Nacional de
Seguridad de los Estados Unidos.
En la calle Paraguay funcionaba el United States Information Service (USIS), allí
se desarrollaban tareas administrativas, se elaboraba la estrategia política local y se
mantenían estrechos vínculos con jerarcas policiales y prominentes personalidades
del campo civil uruguayo.
Pero además... la embajada de Paraguay también cumplió un activo papel, como
asimismo las dictaduras de turno de Argentina

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y de Brasil. Toda esta injerencia era correspondida y realimentada por connotados
jefes castrenses y fundamentalmente policiales, para nada descolgados o desligados
de un sector importante del gobierno, sino todo lo contrario.
"La primera vez que todo esto comienza a ser tímidamente conocido es a partir
de lo que se denominaría "el caso Púrpura". Este juez de la Nación, es investigado y
procesado por diversos delitos y maniobras fraudulentas. A raíz de este hecho, en
forma casi fortuita, se filtran una serie de informaciones, que podrían haber sido
muchas más de no haberse escondido celosamente el expediente. El ex juez propuso
a varios colegas y abogados su integración a la CIA. En su propio domicilio se halló
un verdadero arsenal a disposición de los que se denominaban "grupos de choque
anticomunistas" que se dedicaban, en su primera etapa, "al relevamiento de datos e
informes sobre los movimientos populares"; llegaron a introducir al país trescientas
ametralladoras procedentes de Paraguay. Se reunían en el céntrico hotel Victoria
Plaza y en el local del USIS en donde recibían orientación y pautas políticas para su
desenvolvimiento.
El propio Púrpura reconoció, en medio de su proceso, la formación de este
primerizo escuadrón que llegó a entrenar en las afueras de la ciudad de Florida,
basando su instrucción en manuales norteamericanos. Púrpura mantenía lazos
permanentes con los mandos policiales, entre ellos con el Sub-Inspector Orestes
Braida y con el Coronel Ballestrino.
Lo que en un principio fue un "aparato paralelo" que se dedicaba a tatuar cuerpos
humanos con "svásticas" tal cual le sucedió a Soledad Barret, en épocas de Nardone,
a cargo del grupo "Alerta"; con el tiempo logró perfeccionar y aceitar una poderosa y
compleja maquinaria. Nelson Bardesio -integrante del escuadrón- sindicó, no sólo a
Dan Mitrione como elemento clave de la A.I.D., sino también a Juan Noriega, César
Bernal y Richard Martínez.
Desde 1967 estaba en el país como asesor de investigaciones de la A.I.D.,
William Cantrell con el cometido esencial de organizar y modernizar la "inteligencia
policial", bajo el control directo de los Estados Unidos. En su proyecto de
elaboración participaron los agentes policiales Acuña, Galán y el propio Bardesio, y
los fondos que sustentaron toda esa actividad provenían de la embajada
norteamericana y de la propia Jefatura de Policía de Montevideo.
Una vez constituida la nueva "Dirección de Información e In-

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teligencia, sus gestores principales -Cantrell y Noriega- seleccionan los cuadros de
oficiales superiores con capacidad de pertenecer y de desarrollar "los grupos de
vigilancia", rótulo tras el cual se esconde el Escuadrón de la Muerte. Juan Noriega
cumplía así a la perfección su papel de "responsable de operaciones" de la "sección
política" de la A.I.D., para lo cual había montado su oficina en el mismo piso donde
pernoctaba el Estado Mayor Policial. Colaboraba con él, Bernal -un ex sargento de
Radio Patrulla en San Antonio, Texas- en las funciones de asesor en entrenamiento y
comunicaciones. La otra parte de su actividad consistía en su contacto personal con
los altos mandos militares y personalidades del gabinete ministerial.
Otras vías de comunicación, para la inexistente frontera entre las funciones
normales de un servicio de información e inteligencia y las paralelas actividades
clandestinas, se daba entre el Sub-Inspector Campos Hermida, el Sub-Comisario
Fernando Fleitas y el propio agente Nelson Bardesio. Por otra parte el Comisario
José Pedro Machi se puso, él mismo, al frente de uno de los grupos del Escuadrón de
la Muerte.
Al frente de otro de los grupos estaba el Dr. Angel Crasas Cuevas, de nacionalidad
paraguaya, quien más tarde -conjuntamente con Armando Acosta y Lara- serían
pilares en la conformación de la Juventud Uruguaya de Pie. Crasas Cuevas se
encargaba de "la tarea sucia"; su compatriota Atilio Fernández, embajador por su
país en Uruguay, considerado como "brazo derecho" de Stroessner instrumentó una
peculiar gira del concertista Felipe Sosa, recorriendo juntos los cuarteles de
Paysandú, Artigas, Paso de los Toros, Durazno, el Quinto de Artillería; alternando la
música culta con la conspiración en pos de un golpe de Estado. No es casual que la
custodia de este embajador estuviera a cargo de los funcionarios policiales,
integrantes del grupo de Bardesio: Estanislao Lamenza, Oscar Rodao. Silvera
Techera, Alberto Sosa y Mario Benítez. Esta ramificación del Escuadrón de la
Muerte se reunía en la misma embajada de Paraguay, en la calle que lleva el nombre
de ese país, número 1429; también lo hacían en Colonia 1607, domicilio particular
del activo embajador, financista del semanario ultra derechista "Azul y Blanco". El
también paraguayo, arquitecto Luis Giani, supervisaba e indicaba la cantidad, el tipo
y la ubicación" de los elementos explosivos necesarios para la realización de los
atentados intimidatorios. Un nefasto error de cálculo en la cantidad utilizada en uno
de estos trabajos le granjeó un se-

42
vera entredicho con el grupo de Campos Hermida.
Otro de los lugares de reunión de este grupo se centraba en el edificio
Panamericana. En este mismo edificio -que llegó a oficiar como base de operaciones-
se había instalado el equipo de laboratorio que los técnicos de la CIA montaron para
ser utilizado por la Dirección de Información e Inteligencia. Numerosas fiestas a las
que concurrían funcionarios de la A.I.D., de la embajada norteamericana y
personalidades del quehacer nacional, tenían lugar en el apartamento sito allí
perteneciente a Mary Bogan, la secretaria ejecutiva del director de la A.I.D.
En otro de los apartamentos tenía su residencia el Brigadier Danilo Sena,
Ministro del Interior, denunciado en el Parlamento de estar al tanto de estas
actividades parapoliciales.
El mismo grupo -el de más intensa preparación- a través de Bardesio se
entrevista con un oficial de alta graduación del Servicio de Información del Estado
(SIDE, en Argentina). De este primer encuentro surge la intención de colaborar en la
lucha antisubversiva del Cono Sur. Bardesio regresa con formularios para ser
llenados por los integrantes del escuadrón que viajarían para ser instruidos allí y tres
panes de gelinita, que una vez entregados en el Ministerio del Interior, debían ser
utilizados para atentar contra el exiliado argentino, mayor Pablo Vicente, como
primer tarea en común. La comitiva que viajó luego a Buenos Aires lo hizo con
documentación falsa, se hospedó en el Hotel Asturias y a pesar de los viáticos
otorgados en Montevideo, todos sus gastos fueron costeados por el gobierno
argentino. El curso, que incluía actividades antiterroristas, no contó con clases de
sabotaje a pedido expreso del por entonces Secretario de la Presidencia de la
República, Dr. Carlos Pirán.
Pacheco Areco y, el dictador argentino Marcelo Levinstong, concertaron este
curso como parte de un programa de cooperación mutua. Cuando Lanusse desplaza
del poder a Levinstong mantiene estos acuerdos con el gobierno uruguayo. Este tipo
de cooperación también fue proyectada hacia Brasil, Pacheco, también mantuvo
reuniones con su par Garrastazú Médici y otra muy llamativa con el general-
Presidente, sustituto luego de aquél: Costa e Silva. Como fruto de estas reuniones
viajan a ese país un grupo de funcionarios policiales que reciben instrucciones de
acción parapolicial. A su regreso traen consigo veinte revólveres calibre 38 que van a
parar a manos de la JUP. Este grupo viajero, ya instalado en Montevideo,

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planificaba sus actividades en una oficina de Estadística, Contralor y Difusión; ellos
serían los responsables de la suerte corrida por el estudiante Héctor Castagneto.
Como parte de todo este intercambio llega a nuestro país nada menos que Fleury, el
jefe de uno de los escuadrones más sanguinarios de América Latina, el de Río de
Janeiro.
Otro de los grupos parapoliciales denunciados era el conformado por la guardia
republicana, a cuyo frente, se ha sindicado, estaba el Dr. Carlos Pirán. Recién en
1986 -poco antes de entrar en máquinas este libro- el Dr. Carlos Pirán nos
aseguraba que "es absolutamente falso cualquier tipo de vinculación mía con
cualquier acto de violencia, ya sea con relación a atentados o a cualquier acción
negra o ilegal o como quiera llamársele. " Otro grupo paramilitar fue creado por el
General Juan Ribas, otro por el Capitán del Ejército Pedro Antonio Mato y
finalmente el conformado a instancias del Capitán de Marina Jorge Risso.
Otras personas acusadas de tener vínculo con todas estas actividades son Miguel
Sofía Abeleira, Jorge Grau, Saint Laurent, Pedro Fleitas, Washington Grignoli,
Capitán Nader, Yamil Wallace, Denis Falcon, Enrique Fernández Albano, el Capitán
de Marina Rossi, el Comisario Lucas, el Coronel Walter Machado -funcionario del
Ministerio del Interior- y Víctor Castiglioni, director del Servicio del Inteligencia y
Enlace, vinculado a la embajada de Estados Unidos.
Los hechos del 14 de abril sumados a la insistente denuncia parlamentaria
lograron -en parte- ponerle el punto final a tanta actividad clandestina de extrema
derecha. Del resto se encargarían los mismos hombres desde que, el devenir de los
acontecimientos políticos, les permitiría tener actividades similares sin necesidad de
esconder el uniforme policial o militar. Pero el Escuadrón de la Muerte no tuvo su
epílogo por arte de magia.
DIALOGO SECRETO EN EL INVIERNO DEL 72
- "Primero que nada esta conversación nunca ha existido, si usted algún día dice
que la misma ha ocurrido, yo diré que eso es mentira”
- "Eso va por cuenta suya, yo no me comprometo a ningún silencio”.
Con esta respuesta, el senador denunciante del Escuadrón de la Muerte, Juan
Pablo Terra se dirigía a su interlocutor, el por entonces

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Ministro de Educación y Cultura, Dr. Sanguinetti. Los entretelones de esta charla son
develados, por primera vez, como un aporte sustancial a esta cronología por el propio
ex senador democristiano.
"Me transmite -nos dijo Terra- de parte de Bordaberry, que éste estaba
consternado y que queda hacerme saber que deploraba las acciones del Escuadrón
de la Muerte y que ellos habían tomado las medidas pertinentes para que ello no
ocurriera nunca más".
Ante estas palabras de Sanguinetti, Terra preguntó: "¿Me gustaría saber cómo
es que una cosa que ustedes dicen que son fantasías mías, que no existieron nunca,
según sus propias palabras; cómo es que saben entonces, que una cosa que no existe
va a dejar de existir?", El actual Presidente de la República, respondió: "Si esto ha
existido o no, el Presidente no lo sabe ni va a dar opinión, pero puede decir que no
va a existir más. "
En este diálogo de sobreentendidos y mensajes entrelíneas, abordando de costado
una desnuda realidad, Terra inquirió: "Vamos a dejar de lado cómo es eso de que no
sabiendo que existe, sabe que va a dejar de existir; pero le preguntaría, le pediría
por lo menos que me dijera, qué tipo de medidas o disposiciones ustedes han tomado
que lo llevan a pensar que éso no va a operar más. " Finalmente el Ministro de
gobierno accede a decir: "Hay personas que han sido enviadas al interior del país,
alguno ha sido enviado al exterior y otro fue embarcado y ha salido a navegar... "
El arquitecto Juan Pablo Terra tuvo, en la práctica misma, las pruebas de que así
había sido efectivamente. "Yo sabía perfectamente -nos mencionó- que los tres
funcionarios policiales que habían sido compañeros de quien presentó testimonio en
la Comisión Parlamentaria, fueron trasladados al interior. Uno de ellos estaba en el
pueblo de El Carmen, en Durazno. También por esos días, un alto funcionario que
había ocupado el cargo de Director del Ministerio del Interior fue transferido como
agregado a nuestra representación diplomática en Brasil. A su vez el Capitán Nader
fue designado al frente del Huracán. Para mí, eran cosas que le daban consistencia
al hecho de que realmente se habían tomado medidas con quienes estaban
involucrados en los hechos que yo había denunciado”.

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NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO
Algo más había muerto en aquel patético abril, y -como suele ocurrir- tuvo que
pasar un tiempo para que la verdad asomara, aún así, pareciera que el país todo era
indiferente a su propio entierro.
"Para justificar la venta de oro en el mes de abril -según la acabada radiografía de
Vivián Trías- que fue el mes en que ocurrieron los famosos hechos del día catorce y
oportunidad en que se votó inconstitucionalmente el Estado de Guerra Interno, la
situación del Uruguay era la siguiente: según el Contador Amestoy (presidente del
Directorio Interventor del Banco Central) entre abril de 1972 y marzo de 1973, el
Uruguay tenía que pagar U$S 319.000.000 de vencimientos. Recién hoy, nos
enteramos de esta cifra, porque cuando varias veces el ex Ministro de Economía y
Finanzas, señor Forteza, nos informó sobre la deuda externa a corto plazo, nos dijo
cosas muy diferentes y mucho menores. Lo más grave es que de esta cifra, U$S
88.000.000 correspondían a compromisos vencidos, de los cuales U$S 63.000.000
pertenecían a atrasos comerciales, o sea, importaciones consumidas y no pagadas. Se
vaticinaba, además -y lo dijo el Contador Amestoy-, que esto iba a empeorar:
empeoró y se convirtieron en U$S 88.000.000.
¿Qué tenía el Banco Central para afrontar este compromiso? En abril tenía U$S
9.500.000 de los cuales, un poco más de U$S 6.000.000 eran DEG, o sea, Derechos
Especiales de Giro, papeles emitidos por la presión norteamericana por el Fondo
Monetario Internacional, que ahora no los emite más porque eran un factor
inflacionario y distorsionante de todo el sistema monetario mundial.
Vale decir, que el 64 % de lo que tenía en caja el Banco Central, no eran dólares:
eran papeles. Y el día 2 de mayo -son palabras del, contador Amestoy- la caja en
divisas del Banco Central era de U$S 3158.000. Esto es la indigencia. Una empresita
extranjera, no ya una empresa importante, maneja más dólares que el Banco Central
en este período. Además -y lo dijo también el contador Amestoy- había poco más de
U$S 111.000.000 de préstamos compensatorios, de los cuales el 42% tenían garantía
oro. Por lo tanto, si el Uruguay no los pagaba iba a perder ese oro.
Por otro lado, se corría el riesgo de que si se pasaba del 30 % de las tenencias en
DEG, que configura la norma que rige la emisión de estos papeles, el Uruguay tenía
que restituir en divisas fuertes. ¡Esto

(Páginas 46-47 sin numerar)


Testimonios de un Uruguay violento
es la ruina! Y, ¿esta ruina no tiene causas? ¿Esta ruina es un rayo o un trueno en un
cielo despejado? Yo digo que esta ruina, esta catástrofe -porque estamos en situación
de cesación de pagos- es el hundimiento del Uruguay n la más grave crisis
económica de su historia". .
Sobre este lado oscuro de la luna del mes de abril, el diputado Sosa Díaz,
sentenció: "En consecuencia, es necesario decir las cosas claras porque parece que
no entendiéramos: Bordaberry dejó de ser Presidente en abril de 1972, cuando no se
animó a decirle al pueblo que la era pachequista, en lugar del despegue, había sido
del pegue absoluto; que el país había llegado a la ruina y que por eso teníamos que
vender el oro. No se dijo la verdad al pueblo porque no se quiso estar atado a las
consecuencias de una elección presidencial que nao ció en el pachequismo y que se
quiso perpetuar. Ahora resulta que la situación del país en el año 1972 era desastrosa
y entonces se tuvo que vender el oro."
A falta de oro y vedadas vacas gordas, el gobierno no tiene mejor ocurrencia que
salir a pedir limosnas por el mundo. En su momento casi nadie se enteró, pero se le
rogó al Programa Mundial de Alimentos de la FAO, aunque más no fuera, una tajada
de los recursos que las Naciones Unidas destinan para paliar la hambruna de los
pueblos más pobres del, mundo. También pasó el sombrero por la ALALC, estos -
ante el estado del sombrero- inmediatamente dispusieron para Uruguay las dádivas
correspondientes a los países más carencia dos del continente.
Mientras tanto -en el lado visible de esta luna otoñal- Zapata Acuña resumía en
su caso, en declaraciones a la Justicia, una realidad vivida por miles: "Cuando
llegamos a Jefatura nos empezaron a golpear, recibí golpes durante todo el trayecto.
En Jefatura me hicieron pasar a una pieza donde me pegaban tres o cuatro. Me
encapucharon y me hicieron arrodillar en el piso, continuamente se sentían gritos de
dolor. Siempre encapuchado me hundían la cabeza en un tacho de agua y me
obligaban a tenerla sumergida hasta que creían que no resistía más". De esta manera
el submarino, todavía no conocido con esta denominación, se institucionalizaba a
partir de este año.
"Luego de romperme la ropa -sigue el declarante-me agarraban los testículos y me
los retorcían, me daban trompadas y golpes de cachiporra. Preguntas, prácticamente
no me hacían, más”bien, querían que yo declarara lo que me iban a preparar. Me
acostaron en el-

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piso y me saltaban encima. Cuando me presentaron mi declaración, me dijeron que
no sólo la tenía que firmar, sino que además en el Juzgado tenía que declarar
exactamente lo mismo, porque de lo contrario, como total, estamos en estado de
guerra, podemos decir que te quisiste escapar y' pegarte un tiro."
Los líderes de la oposición, unieron ambas caras de la luna: "El ama de casa -dijo
Seregni- que no consigue azúcar, el trabajador con su salario real abatido, el pequeño
productor estafado, el industrial fundido, porque no tiene materia prima que procesar,
el jubilado siempre mimado cada cinco años y siempre olvidado durante otros cinco,
a todos ellos se les hipnotiza con la horrible fascinación de la guerra y sus partes
diarios. El país sigue paralizado, que es la mejor manera de caminar hacia atrás".
Wilson Ferreira Aldunate, a su vez, clamó: "Si esta máquina no se destruye, nos
devora a todos. Le basta y le sobra con corromper el aparato estatal, con quitarle la
base moral. Ningún sistema puede mantenerse, defenderse, si no respeta las más
elementales reglas de la decencia humana."
Los Senadores Dardo Ortiz (en ese entonces integrante de "Por la Patria"),
Washington Beltrán (uno de los blancos que participaría del "acuerdo nacional" con
el gobierno de Bordaberry) y Paz Aguirre (de "la 15"), conjuntamente con el Coronel
Doctor Néstor Bolentini, terminan de dar forma a la Ley 14.068 del Poder Ejecutivo,
avalada por los votos de los partidos tradicionales en el Parlamento. Como resultado:
los militares detienen e interrogan; el fiscal y el juez pasan a ser militares y en
muchos casos también suele serlo, el defensor de oficio. Nace la Justicia Militar
violando groseramente la disposición constitucional que impedía el pasaje de civiles
a esa órbita.
EL GRAN ACUERDO NACIONAL
Transcurrían cinco meses de un año jalonado de enfrentamientos que
multiplicaban su intensidad y ferocidad. Diariamente, a la hora 20, una terrorífica y
aterrorizante cadena de radio y TV, daba cuenta -en medio de una burda sucesión de
mentiras- de las acciones bélicas. Si bien optamos por no hacer un estricto detalle
enumerativo del enfrentamiento armado, hay episodios que resultan convenientes
destacar como ya hemos hecho con algunos. Ateniéndonos a esta ló-

49
gica, el 18 de mayo, el MLN lleva adelante un operativo que aparece como
verdaderamente infeliz, donde resultan muertos cuatro soldados rasos que custodian
la casa del Comandante en Jefe del Ejército. Según las Fuerzas Armadas estos
soldados fueron sorprendidos en momentos que estaban durmiendo dentro del jeep
que montaba guardia y asesinados a mansalva, sin poder siquiera atinar a hacer-el
más mínimo gesto de defensa. Según el MLN las bajas las produjeron en el marco de
un enfrentamiento que tenía como objetivo la residencia -del General Gravina.
Con esta acción -no detenida a tiempo- se bajaba el telón de una prédica que los
tupamaros mantuvieron durante toda su existencia y que bien reflejaba una canción:
uno tires al policía, apunta un poco más alto, pegale a los de arriba”.
A mediados del mes de mayo es ardorosamente discutida y aprobada en la
Asamblea General la prórroga de la suspensión de las Garantías Individuales y del
Estado de Guerra: Interno, hasta el 30 de junio. Diez días después se vota
afirmativamente la "Ley de Seguridad del Estado". Ya había marcado, en la proclama
del último "Día de los Trabajadores", la clase obrera organizada en la CNT, que se
desplegaba "una gran ofensiva, por la libertad y la democracia, por el levantamiento
del Estado de Guerra y la suspensión de las garantías individuales, por el
levantamiento total de las medidas de seguridad y la libertad de los detenidos por ese
concepto. En -lucha radical a los intentos fascistas, así como a la sanción de ese
monstruoso proyecto de ley llamado de "Seguridad de Estado": Otros tantos
acalorados debates y nuevas e interminables prórrogas, pasarían a ser la tónica
parlamentaria de este 1972.
El Poder Ejecutivo dispuso que el General Esteban Christi asuma el mando de la
Región Militar No. 1 y que, de las dieciocho jefaturas policiales del interior,
diecisiete pasen a estar bajo el mando de militares de distinta graduación. Poco
tiempo después se suceden las declaraciones del Centro Militar, de la Fuerza Aérea y
del Club Naval.
La Asamblea del Centro Militar llevada adelante pese a la orden del comandante
en Jefe del Ejército, el general Florencio Gravina, dirigida "a los señores oficiales
superiores, jefes y oficiales del Ejército" firmantes de la misma "sobre la
inoportunidad e inconveniencia" de debatir sobre "problemas de actualidad, por
demás delicados, y en particular porque de la misma pudieran surgir posiciones
contrarias a los estatutos de la institución y fundamentalmen-

50
te a los intereses superiores de las Fuerzas Armadas"; respondió a una resolución de
la Cámara de Representantes aprobada con los votos de la mayoría nacionalista, el
Frente Amplio y la fracción colorada liderada por Vasconcellos que expresaba "su
confianza en las Fuerzas Armadas" y reclamaba a su vez "máxima celeridad en los
procedimientos y el público señalamiento de los culpables y de las penas que se les
apliquen" a los torturadores que albergaba en su seno. Con el voto cuasi unánime de
quinientos cincuenta y nueve .asociados, la respuesta del Centro consideraba, en su
parte medular, que "toda acción o manifestación corporativa o individual que tienda
a menoscabar u objetar maliciosamente los procedimientos de los integrantes de las
Fuerzas Armadas en la lucha contra la subversión, o lo que es lo mismo, traición a la
patria, constituye una complicidad embozada con los enemigos del régimen
republicano democrático que la ciudadanía ha elegido y reafirmado."
En este por demás extraño contexto, donde las Fuerzas Armadas a través de sus
distintos clubes y sedes partidarias emiten comunicados y proclamas, cual si fueran
un partido más y desplazan sistemáticamente de los lugares estratégicos a los
políticos, se cristaliza "el gran acuerdo nacional". El General Aguerrondo y Alberto
Heber -acusados en más de una oportunidad de conspirar contra las instituciones
democráticas junto al General Esteban Christi- se unen a los colorados encabezados
por el Presidente Bordaberry y los que respondían a "Unidad y Reforma". Se
reparten ministerios, conforman la mayoría parlamentaria, y los distintos sectores
que componen la oligarquía económica conforman un inquebrantable cerco, también
en lo político. Escudada en un vago planteamiento de seis puntos se producía una
alianza entre quienes defendían los intereses de los empresarios industriales, del
ruralismo nardonista, de la banca financiera, conjuntamente con quienes profesaban
la ideología más retardataria. En parte, lo que el mismo Bordaberry representaba -
pese a las pocas luces que demostraba para gobernar-: "hacendado, latifundista,
propietario de varias decenas de miles de hectáreas, integrante de un conocido grupo
económico familiar con importantes intereses en la agropecuaria, la banca y el
comercio exportador".
No era necesario disimular los ejemplos prácticos: ante un encendido discurso
pronunciado por Hugo Manini Ríos -líder de la JUP- en homenaje a "Chicotazo"; a
la hora de los aplausos, el propio Presidente de la República, resultó ser el más
enardecido.
51
La mayoría del Partido Nacional -los movimientos "Por la Patria" y "de Rocha"-
se vio excluida dada la intransigencia oficial a los más tenues cambios sociales.
Pretender hacer un gobierno "auténticamente nacional", según la propia óptica de
Bordaberry, suponía dejar fuera a "las antipatrióticas fuerzas de la izquierda". No
obstante -en medio de las bombas que estallaban por todos lados, el enfrentamiento
generalizado y en aumento y el recíproco desconocimiento- Bordaberry se sensibilizó
por los grandes temas nacionales y con unción patriótica convocó al Frente Amplio.
Presurosos los convidados comisionaron a los Doctores José Pedro Cardozo, Hugo
Batalla y Oscar Bruschera; punto a tratar: prospección del petróleo.
"LA COMPARSA BOLCHE"
La muerte por tortura del militante democristiano Luis Carlos Batilla, en la
ciudad de Treinta y Tres, no sólo dio lugar a las distintas manifestaciones de los
clubes militares, a una ola de indignación y estupor, sino que, además, produjo la
caída del General Magnani al frente del Ministerio de Defensa. Al no justificar a los
asesinos de Batalla -tal cual estos pretendían-, al reconocer, en pleno Parlamento, las
raras circunstancias que llevaron a esta muerte, y al ser ignorado por el Presidente
Bordaberry, el Ministro, que un día calificó de "impredecible" al final de las acciones
bélicas, confirmó que su destino personal también lo fue.
Otro que cayó -transformándose en el primer adelantado, un año después lo
seguirán todos los demás- fue el Diputado Walter Leonel Ferrer. Sus pares'
accedieron al pedido de desafuero.
La Iglesia Católica, a través de su obispado, emite una declaración donde
condena las torturas y vejámenes a que se somete en forma sistemática a los
detenidos. El gobierno, incluido el propio Bordaberry, puntual asistente todos los
domingos a misa, y otros sectores de la derecha, se manifiestan duramente -
contrariados y molestosante esta declaración. "Han llegado hasta nosotros múltiples y
concordante s testimonios relacionados al trato inhumano que reciben algunos
detenidos, vinculados o no a las actividades subversivas" dice la Conferencia Episco-

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pal Uruguaya. Bordaberry contesta: "Defiendo el rigor y la exigencia del
interrogatorio..."
"Nos están dando uno de los golpes más duros de la historia, sino el más -decía el
MLN en una documentación incautada por las FF.AA.-. Nos han declarado la guerra
-continúa- aprovechando una coyuntura dada por nosotros (se refiere a las acciones
del 14 de abril). La guerra se nos adelantó, y nosotros no supimos o no pudimos
responder adecuadamente. Lo que va de ésta nos contó en infla (estructura) y en
compañeros la mayor parte del aparato con el que íbamos a dar esa guerra. Es decir,
militarmente, hemos perdido una batalla; en lo político, la sucesión de caídas, golpes
y bajas se transforma, por su cantidad, en un gran golpe político, en la medida que no
hay nada nuestro que lo contraste, a esto hay que sumarle un golpe del calibre del de
la Cárcel del Pueblo..." Lo que de aquí se desprende se ,ajusta en mayor o menor
medida a la realidad existente dentro de la guerrilla a mediados de este 1972, no
obstante cuesta, y mucho, entender el asidero que tiene la reflexión final de este
párrafo: "sin embargo, -dice- la guerra no ha terminado; lejos de eso: recién ha
comenzado". Una realidad que rompía los ojos, indicaba que el aparato armado del
MLN ya estaba fuera de todo combate.
De todos modos los vientos de guerra no se disipan, comienzan a tronar con más
fuerza las bombas de papel y los ríos de tinta que desplazan a los de sangre: "así que
Wilson, Gutiérrez Ruíz, Michelini, Rodríguez Camusso y otros tantos de la comparsa
bolche pasean su iracundia por las asambleas estudiantiles -petardeaba
verborrágicamente la publicación "Azul y Blanco"- ya que a esta altura no es de
dudar que individuos como Wilson Ferreira y Carlos Julio Pereyra se encuentren
comprometidos con la subversión, al menos ideológicamente. Olvidan que nuestra
campaña tiene buenos orientales dispuestos a ultimar personalmente a quienes
ofenden sus tradiciones. Que no lo olviden tampoco los Wilson, los Gutiérrez Ruiz,
los Sanguinetti y compañía, porque también a ellos sabrán marcados y mandados a la
Tablada, cuando con las mentiras de siempre pretendan comprar sus votos
engañando, o quizás antes." Para este semanario citar a la violencia había pasado ya a
un segundo plano, lo que portaba ahora era impartir directivas precisas sobre cuáles
deberían ser los nuevos objetivos a golpear.
Protegidos de estos y otros vientos de guerra, a puertas cerradas

53
en el interior de una unidad militar -con el absoluto desconocimiento de toda la
población- el MLN, las FF.AA. y el gobierno de Bordadaberry, entablan tratativas de
un "alto el fuego “
"EL PLAN SETIEMBRE"
En este 72 hasta la primavera fue militarizada, el Diputado Jaime Pérez denuncia
un denominado "plan setiembre", "fríamente orquestado por los sectores de la ultra
derecha": el. diario "La Mañana" no sería ajeno al mismo, hasta el propio Presidente
de la República habría sido convencido de orquestar asonadas y medidas represivas
contra el movimiento sindical y diversas maniobras maquiavélicas contra la izquierda
en general, las fuerzas policiales son utilizadas como elemento de provocación, se
imprimen volantes apócrifos, se inventan supuestos inexistente s sindicatos, gatotas
organizadas ingresan en lugares de trabajo, amenazan y luego provocan golpizas a
"enemigos" de catorce y quince años. Todo esto debe entenderse como parte de una
elucubrada estratagema que buscaba mantener, a como diera lugar, la suspensión de
las garantías individuales y la adopción de nuevas medidas represivas.
Es tal el estado de arbitrariedad, insanía y violencia que se aplica desde todos los
resortes del poder que hasta el muy anciano Senador Martín Etchegoyen, enrolado en
posturas sumamente conservadoras y de neto corte derechista, levanta su voz con
singular magnitud que alguien, neófito en temas políticos, podría pensar que fue la
expresión de un "ultraizquierdista": "el pueblo está atemorizado, -dijo- están
convirtiendo a este Uruguay y principalmente a Montevideo en una gran cárcel, en
un campo de concentración, que es en lo que seguramente van a terminar si no se
pone freno a ello. Los requeridos por la Justicia Militar o las Fuerzas Armadas huyen
del país. ¿Cómo no van a hacerlo en estos momentos, si saben lo que les puede
acontecer o lo que les esperaría en las mazmorras en que serían encerrados? No hay
garantías para nadie. ¿O es que acaso se piensa que todos los que se van del país van
en busca de mejores horizontes? No; ahora se da esta circunstancia singular. La
juventud se iba de este país porque no encontraba medios de vida, porque las puertas
se cerraban, porque había un fracaso permanente y no existían posibilidades de
futuro. Pero además de esos jóvenes defraudados, que ven que en su patria no
encuentran la posibilidad de abrirse camino se suman ahora, estos otros que no tienen
en su país tranquilidad ni-

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manera de vivir felices con su familia. Saben que los están requiriendo, asediando y
que aun sin tener cargos contra ellos les espera la prisión, por días interminables, con
apremios, torturas y toda clase de vejámenes".
Un grupo de civiles, -algunos de ellos vinculados a "Azul y Blanco"- policías e
integrantes de las Fuerzas Armadas toma por asalto la Universidad de la República.
Esta práctica que ya era común desde los primeros meses del 71 a nivel de la
Enseñanza Secundaria se consuma, por primera vez, en el máximo recinto
universitario. Como participantes de este hecho se individualiza a varios de los
responsables de la asonada en el Liceo No. 8 donde fuera ultimado Rodríguez Muela
y en el Liceo Bauzá, donde resultó herido de bala por parte de los invasores, un
guarda de CUTCSA. Dada la cantidad de horas que permanecieron en el predio
universitario saqueando archivos y destrozando el mobiliario y el escándalo
parlamentario que esto suscitó, las mismas fuerzas policiales que apañaron esta
medida se vieron obligadas a detener a los intrusos a su salida. El Juez de Instrucción
Militar de Tercer Turno, Coronel Federico Silva Ledesma, uno de los encargados de
juzgar a los responsables de estos hechos, manifestó su emoción y adhesión al
izamiento del pabellón patrio por parte de los vándalos. En estas tomas, como en
todas las demás, los terroristas coreaban consignas de apoyo a "la Ley de Enseñanza"
y volanteaban, exigiendo su rápida aprobación por los legisladores.
Un artículo de análisis publicado en la Revista "Visión", de insospechable
tendencia conservadora (uno de sus dueños era el dictador nicaragüense Anastasio
Somoza), referido a este período uruguayo, fue expresamente prohibido en su
ingreso al país. Desde su óptica, señalaba: "La palabra crisis, parece débil para
describir un país desconcertado, empobrecido y azotado por la violencia y la muerte,
en descalabro económico total, con un pueblo abrumado por el infortunio y hasta por
el hambre, y con unas fuerzas armadas cada vez más predispuestas a rematar una
escalada que al parecer terminará inevitablemente en la conquista plena del poder. Si
bien la verdadera guerra interna que se ha estado desarrollando en los últimos meses
monopoliza las columnas de los diarios, el drama profundo del país se está dando a
nivel socio-económico. La inflación golpea incesantemente al Uruguay. A esta altura
del año, empleados y obreros se hallan con su salario mutilado en dos quintas partes
del poder adquisitivo que tenía en los últimos meses de 1971. Compro-

55
metido con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en un plan de austeridad
extremadamente severo, Bordaberry ha rechazado la demanda de los sindicatos de
aplicar urgentemente un nuevo reajuste salarial, de un mínimo del 40 % . La
situación de la agricultura, la industria y el comercio es, al mismo tiempo, casi
desesperada por la contracción del consumo, la elevación de los costos, la escasez de
materias primas y otros insumos esenciales, y por la imposibilidad legal de elevar los
precios a los niveles mínimos para la supervivencia empresaria. El Uruguay se halla
en una cesación de pagos parcial. Para ganar unos dólares más en las exportaciones,
se implantó una veda total de carne vacuna por el plazo de cuatro meses, las amas de
casa deben hacer milagros para conseguir y pagar alimentos de reemplazo, que
alcanzan precios insólitos en el mercado negro o desaparecen de los mostradores. Lo
más notable y novedoso del proceso, sin embargo, ha sido la rápida escalada militar
hacia el terreno de las decisiones políticas. Si por la acción defensiva del Parlamento,
o por acciones u omisiones del gobierno que resulten irritante s para la milicia, se
produce algún choque, es altamente probable el golpe militar, proceso en el cual los
nacionalistas derechistas y peruanistas actuarían unidos para dirimir ulteriormente
sus diferencias."
"OCTUBRE, EL MES DE LOS RUMORES"
"Octubre ha sido el mes de los rumores -comentó por esos días, Mario Benedetti,
con un humor digno de Damocles-. Golpes, golpazos y golpecitos. Fueros
amenazados y amenazas de desafueros. Reuniones confirmadas y reuniones
desmentidas. Batallas y escaramuzas de comunicados. Grandes redadas de presos por
ilícitos, seguidas de grandes libertades de presos idem. Posibles cambios en los
mandos militares. Cónclaves de hombres públicos, divididos en dos categorías:
secretos y supersecretos. El último rumor para exquisitos fue sobre un libro inédito,
al parecer escrito por un sedicioso disidente, libro en el que no sólo se enjuiciaría a la
organización subversiva, sino que además involucraría a connotadas figuras de todos
los partidos, incluidos los tradicionales." Ese sedicioso disidente, Amodio Pérez, en
compañía de un puñado de cuadros medios del Ejército se confabularon juntos y por
separado, para llevar adelante un
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plan que los unía aunque los diferenciaban en sus propósitos.
Como se ve el "plan setiembre” no fue el único, pero tampoco lo fue el de
Amodio y sus muchachos, porque otros sediciosos -en este caso no disidentes-
trabajaban intensamente con un grupo de militares para poner tras las rejas a los
causantes de "las causas de la subversión". Claro, eso recién se conoce ahora, más
allá de toda ironía, como la que en esos días manejó Benedetti en el mismo artículo
que describe este octubre tan peculiar: "de pronto sopló un viento pánico. Esa precisa
denominación 'ilícitos económicos, tan linda para crear comisiones y fomentar la
amnesia, dejó súbitamente su condición de metáfora. Cuando un ilícito se cruzaba en
la calle con' otro ilícito fraterno, miraba distraídamente hacia la vereda de enfrente,
donde, claro, circulaban varios ilícitos más. Nadie quería tener nada que ver con
nadie. Ciertos berretines llamados técnicamente cofres fort se abrían y cerraban con
histérica premura. 'Así no vale', murmuraba cada ilícito frente a su espejo de tres
lunas, 'la guerra era contra la sedición, no contra nosotros los demócratas'. La ilicitud
económica es una profesión tan difundida en el territorio nacional, que si, por
ejemplo, alguien decidiera aplicar el submarino al gremio de los ilícitos, habría por lo
menos que habilitar la piscina de Trouville".
Dentro de los rumores, y pese al clima de guerra -aunque parezca increíble-
hubieron algunos inconcebiblemente infantiles, Un Ministro fue y le dijo a Wilson
Ferreira que Bordaberry quería entrevistarse con él, luego hizo lo propio con el
primer mandatario pero al revés. Resultado: ambos líderes políticos se encontraron
frente a frente sin saber muy bien para qué y ambos creyendo que el interesado era el
otro. Se intercambiaron pocas palabras, el Presidente lucía, atravesada en el cinto una
pistola parabellum "enorme, imponente, un cañón negro inmenso" al decir de su
interlocutor, que sólo portaba una lapicera fuente con pluma de plata.
Jorge Batlle -y esto no fue un rumor, lo vio todo el que quiso por televisión y el
que no quiso no tuvo más remedio que escucharlo- barajó en el aire las cartas de dos
juegos diferentes y sumamente enmarañados. Mezcló naipes del póker que jugaba
Amodio con los del truco que le jugaban los militares a los tupamaros que seguían
siendo tupamaros y cantó cartón lleno. Los que entienden de trucos y de juegos
aseguran que valió la pena esta jugada antes de irse al mazo. A ley de juego todo
dicho: estuvo detenido unas pocas ho-

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ras y se frenó una partida llamada represión de ilícitos.
Tampoco fueron rumor los planes -otro plan y ya van que circularon entre los
altos mandos militares para "Incidir en las decisiones políticas que afecten al
desarrollo y la seguridad nacional, mediante el planteamiento firme de la posición
que las Fuerzas Armadas adopten .en cada caso.", según un documento secreto dado
a conocer por el Senador Amilcar Vasconcellos.
Los que jugaban entre ellos esta partida con estos planes, no sólo tenían las cartas
marcadas, sino que en muchos casos ya eran co-propietarios de los salones de juego.
Estos últimos planes tenían mucho de futuro inmediato, pero también de
presente; la Justicia decide que cuatro médicos que habían sido salvajemente
torturados recuperen de inmediato su libertad, las Fuerzas Armadas se oponen. El
propio. Ministro de Defensa ordena se efectivice la liberación, pero ni la Justicia, ni
el Ministro pueden con exhortos y palabras frente a la decisión y a las armas del
General Esteban Christi. Moraleja: otro Ministro que cae, el Dr. Augusto Legnani.
Para que se tenga cabal idea de la correlación de fuerzas, termina dimitiendo quien
había exigido la renuncia de un Coronel. . Este "documento de estudio", ese "trabajo
académico" al decir del ministro reemplazante Dr. Malet; tuvo los primeros quince
destinatarios en los integrantes de una peculiarísima Sorbone: Trabal, G. Alvarez,
Chiappe Posse, Vadora, Christi, Zubía, G. Rodríguez Verocay, Gravina, V.
Rodríguez, Pérez Caldas, Paladino, Forteza, C. Martínez y Zorrilla. De todo este
episodio surge un epitafio de puño y letra del Dr. Legnani para la posteridad "...la
imagen que de sus Fuerzas Armadas posee nuestro pueblo es la que corresponde a su
acendrado legalismo? Ninguna otra puede atraer la adhesión de una colectividad
edificada en el ejercicio de la democracia representativa que, por lo mismo, no vería
con agrado un desplazamiento del poder político hacia las fuentes de la fuerza."
Dentro de la izquierda se acentúa una discusión en torno a si el eje fundamental
de contradicciones en este año es: "oligarquía-pueblo" o "poder civil-poder militar".
A este último algunos sindicatos, a raíz de la situación de los presos políticos,
deciden enfrentarlo con nuevas armas: "la Bebida" no entrega mercadería a las
cantinas militares, los trabajadores de BAO hacen lo propio con los productos de
limpieza de las Fuerzas Conjuntas. En "Alpargatas" por decisión del sindicato se
cortan las entregas de uniforme y telas

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para la vestimenta castrense.
REGALO DE FIN DE AÑO: "LA LEY SANGUINETTI"
A raíz de la detención de Batlle, estalla en mil pedazos un acuerdo anterior al
"gran acuerdo nacional", por lo que abandonan sus ministerios, los tres
representantes de "Unidad y Reforma": Pintas Risso, Francisco Forteza y Julio María
Sanguinetti. Este último, nuevamente en funciones de diputado, interpela al Dr.
Malet, sustituto de Legnani en Defensa Nacional. Qué no pasó en este inverosímil
72: el que salía interpelaba al que recién entraba. Las Fuerzas Armadas continúan en
su juego, el Comando General del Ejército se solidariza con el General Esteban
Christi ante las durísimas acusaciones del hasta ayer ministro y ahora Diputado Julio
María Sanguinetti.
La folklórica detención de- Jorge Batlle, dejaba despejado el camino del poder,
para que Christi manipulara los hilos que le colgaban, por todas partes, a Bordaberry.
Antes de cerrar la puerta del Ministerio de Cultura, Sanguinetti dejó un presente
griego: la "Ley de Enseñanza". Según el destacado docente y no menos relevante
periodista -hoy día engrosando la lista de detenidos-desaparecidos en Uruguay- Julio
Castro, esta ley "va contra toda la tradición educativa del país; sirve, en primer
término, a una obsesión policial; esgrime constantemente la amenaza, el castigo, la
expulsión; acogota la espontánea y libre manifestación de la vida juvenil; distorsiona
-hasta exigir la delación y el espionaje- la fraternal relación entre profesor y alumno.
Es el fruto de una mentalidad enferma, obsesionada por la casa de brujas." En su
momento, Bordaberry explicó por qué uno de sus Ministros, autor de la misma, no
defendió a boca de jarro tan trascendente obra: "El señor Ministro -dijo-, en una
actitud que lo enaltece, revelando con ella su sentido de responsabilidad y
confirmando sus dotes de gobernante, ha rehusado toda, polémica pública sobre el
tema y se ha dedicado a trabajar firmemente en este proyecto". Hubo que esperar
hasta junio de 1983 para arrancarle a Sanguinetti algunas reflexiones de esta ley que
lleva su firma: "Fue una ley que tuvo mucha mala suerte -dijo en esa oportunidad-,
incomprensión. No se discutió ninguno de sus aspectos educativos, se discutieron
dos o tres

59
normas sobre problemas disciplinarios. La ley lo que pretendió en su tiempo fue
darle homogeneidad a una enseñanza que estaba totalmente compartimentada Y que
tenía una rigidez extraordinaria en sus diversos tramos. Lo que pretendía era
ampliar el margen de enseñanza de la educación obligatoria, rescatar la laicidad".
Tampoco lo entendieron así, en 1972, los estudiantes de Magisterio, que
iniciaron una huelga de hambre en contra de su aprobación.
Buena parte de estos últimos días de 1972 fueron consumidos en las cámaras
parlamentarias en la discusión y posterior aprobación de la Ley de Ilícitos
Económicos. El proyecto original que finalmente fuera sancionado con
modificaciones, tiene su origen en 1967 y la paternidad le corresponde al extinto
Presidente Oscar Gestido.
La misma, en forma parcial y prácticamente inoperante, pretendía atacar un
flagelo que asolaba al país, pero en realidad, era un envase muy bien presentado casi
carente de líquido.
En medio de todo esto se denunciaba la existencia de nuevos planes -como el que
nos ocupa- de características siniestras, provenientes ahora, de determinados sectores
políticos, según una crónica de la época "este documento viene a corroborar lo que
para los observadores políticos es, desde hace tiempo, una realidad que rompe los
ojos. El oficialismo, incluyendo dentro de él a la 15, que sigue participando, aunque
retiró sus ministros del gobierno, enfrenta dos problemas: por una parte la oposición
del Frente Amplio y del movimiento sindical y popular, por otro los militares, que se
encuentran desde hace algún tiempo impulsando la investigación de los ilícitos
económicos y adquiriendo creciente influencia política. Desde hace algún tiempo
para los observadores no se oculta que la mejor manera de resolver los dos
problemas, el de la oposición y el de las Fuerzas Armadas, es justamente enfrentarlos
entre “sí”. Entre otras cosas, este documento señala “la necesidad de usar al Frente
Amplio y desgastado contra el Ejército, creando situaciones que hagan inevitable la
tortura, promoviendo choques con sindicatos y estudiantiles y haciendo aparecer a las
Fuerzas Armadas como tiránicas.”
Wilson Ferreira Aldunate denuncia una entrega más, al hacer público “un
documento secreto de fecha 24 de febrero de 1972 que es la orden número 14
impartida por el anterior Comando General de la Armada a todas las unidades de
nuestra flota de guerra y que dispone la aplicación de las instrucciones dadas por el
Ministerio de

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Relaciones Exteriores. Un mandato estricto, expreso, que están obligados a cumplir
todos los barcos de la Armada Nacional. Según ella, quedan todos los barcos de la
Armada uruguaya obligados a violar las leyes nacionales, a permitir la realización de
actos prohibidos por nuestras normas y reglamentos, dentro de las aguas del país. Y
aun, quedan obligados, a permitir la comisión de delitos dentro de las mismas aguas.
Por esta orden, se obliga a todos los barcos de la Armada a permitir la realización de
actos que importan ejercer soberanía en las aguas del Uruguay, por naciones
extranjeras. Se obliga a los barcos de la Armada Nacional a permitir la pesca en
nuestras aguas en contravención y violación de la ley vigente." Agrega, por último
que "someten a las armas nacionales a humillaciones que no merecen y que nunca
habían soportado a través de toda la historia del país"; unas fuerzas navales que
estuvieron todo el año en constante oposición a los planes políticos del Ejército. Así
como se había entregado nuestra soberanía en reservas de oro, también se entregaba
la correspondiente a nuestras aguas jurisdiccionales.
Insólitamente, a los constantes reclamos que se multiplicaban y no cejaban por
parte de la CNT, la guardia Metropolitana especialista en reprimir, demanda aumento
de haberes resolviendo instrumentar un plan escalonado de lucha por distintas
mejoras.
¿AÑO NUEVO, VIDA NUEVA?
Desde el pasado primero de enero y hasta el último día de este año, el índice de
los precios de consumo aumentó en el orden del 82 %. La inflación fue del 95 %, el
aumento de los salarios llegó al 50%, por lo que el salario real se deterioró, tan solo
en este año, en un 45%. El producto bruto interno fue igual a 0%.
Según los Comandantes en Jefe en un resumen de los primeros siete meses de sus
operaciones realizaron 7.012 acciones, dan muerte a 62 tupamaros, apresan 2.873,
requieren a 844 y capturan 260 refugios; información, toda ésta, que vuelcan a la
población en 1.164 comunicados. Sin embargo, las cifras que se desprenden de los
voluminosos volúmenes publicados tiempo después por las Fuerza Armadas y que
abarcan todo el año, dan cuenta de 1.142 detenciones, descubrimiento de 123
"escondrijos", aseguran que murieron 28 tupamaros y diez fueron heridos y por su
parte, dan cuenta de

61
19 bajas y 28 heridos. Afirman que se produjeron 27 enfrentamientos y que la
guerrilla llevó adelante 162 acciones. Poco importa saber en cuál de los dos
resúmenes mienten o si mienten en los dos, porque la vida y la justicia -como nunca
en el Uruguay- registraban, al igual que el producto bruto interno, un valor del 0%.
La esperanza también acusó los niveles más bajos de su existencia, nadie llegaba
a preguntarse si el año nuevo traería vida nueva.
Este "sistema que estamos padeciendo -dijo Galeano- es una máquina de picar
carne, de deshacer gente, de destrozar esperanzas, de pulverizar la fe."
La pregunta clave la dejó flotando en el marco de una Asamblea General el
Senador Enrique Erro: "Cuando el 15 de abril -dijo- se apretó el botón y salió el
Ejército a la calle, yo me hice esta gran pregunta: ¿Cómo hará la Asamblea General
Legislativa para que ese Ejército vuelva a sus lugares naturales y constitucionales?
Supongamos que la suspensión de las garantías individuales se prorroga por sesenta
días, y que dentro de esos sesenta días haya dos mil, cuatro mil, cinco mil y
lleguemos a diez mil compatriotas más detenidos. Entonces tomo para mí la reflexión
que hizo un General del Ejército -no voy a cometer la imprudencia de mencionarlo-,
que dijo en un corrillo de amigos: 'Y después ¿qué hacemos?'. Creo que ésta es la
gran pregunta que la Asamblea General Legislativa aún no se ha planteado. Después
¿qué hacemos?"
62
Las credenciales de Dan Anthony Mitrione

(Página 63 sin numerar Pág. 64 en blanco)


"NELLY.- ¿Nosotros? Ah, la organización, ¿quiere decir?
Claro, es un momento de euforia. Pero no podemos
engañamos. Van a venir etapas muy difíciles. Y cada vez
podemos permitimos menos margen de error.
CARMEN.-Ustedes hicieron mucho porque el país
despertara, y ahora el país está despierto."
De la obra "Juan Palmieri" de Antonio Larreta
LOS "ROBIN HOOD"
Hasta nuestros días -aun con un Movimiento de Liberación Nacional totalmente
legal, con una Convención Nacional llevada adelante en este nuevo marco que vive
el país, transmitida radialmente a todo el territorio, no a través de un copamiento
armado, sino en un espacio contratado como es común lo haga cualquier grupo
político- todo lo referido a contactos. negociaciones, incluso meras conversaciones e
intercambios de ideas y/o infonnación, producidas entre esta organización y los
militares, como así también con dirigentes de la casi totalidad de los partidos
políticos uruguayos a lo largo de toda su historia, produce escozor, resquemores y un
tácito convenio de negar públicamente lo que confidencialmente y en privado, se
reconoce.
¿Por qué esta actitud generalizada, esta práctica común de esconder el bulto, esta
amnesia parcial y selectiva sobre la historia reciente?
A poco de andar esta organización, atípica para un Uruguay de fuerte raigambre
democrática –conservadora, no muy distante del período neo-batllista, último tramo
de esplendor de un sueño del que todavía hoya muchos les cuesta despertar, fueron
surgiendo voces que lenta, pero inexorablemente con el transcurrir del tiempo

65
se fueron radicalizando en su pro o en su contra.
. A través de las reacciones de la opinión pública se vislumbran tres etapas. Una
primera avalada por encuestas, muestra una abrumadora simpatía para quienes
repartían alimentos en los cantegriles, ponían en ridículo el accionar de las fuerzas
represivas, devolvían material explosivo expropiado por estar en mal estado, llevaban
adelante fugas masivas y espectaculares que eran recogidas en los cuplé de las
murgas y dibujadas con las plumas de los humoristas, o colocaban bombas como
cobertura, al finalizar un determinado operativo, que resultaban ser ruidosos cohetes
infantiles. A tal punto ascendía este fenómeno que se apostaba en la quiniela en
forma masiva a la chapa de los automóviles de notorias figuras secuestradas. Se
comparaba la actividad tupamara de esta etapa como la de "los Robil1 Hoods" del
siglo veinte, llegándose a filmar cortos publicitarios en el exterior donde se hacía
alusión a la marca de coches preferida por los tupamaros.
De cada dos personas que contestaron -según una encuesta de la Universidad-
una se manifestaba de acuerdo con los operativos llevados adelante contra la
financiera Monty y la casa de Mailhos. Otra consulta anterior, llevada a cabo por
Gallup, da cuenta de que

El Director de UTE disfrazado de apagón en Punta el Este

66
un 28 % de los encuestados integrantes de los partidos tradicionales simpatizaban
con el MLN. Al tiempo que integrantes de partidos de izquierda lo hacían en un 40%.
Por esa misma época Alfredo Lepra, Ministro del Interior y el General Francese
reconocían ante el Parlamento que los tupamaros "cuentan con la simpatía de
algunos sectores de la población, la prensa y el (mismo) Parlamento".
En la etapa intermedia surge una población algo desconcertada. En el campo
popular se produce una línea divisoria entre quienes apoyan o simpatizan y quienes
tanto desde la izquierda como desde la derecha, con distintas argumentaciones
cuestionan y enjuician este accionar.
A medida que las acciones son más cruentas la línea divisoria se profundiza, y
una última pasa por los más duros enfrentamientos, con la. intervención directa de
las Fuerzas Armadas, el estado de guerra interno, una larga nómina de mártires
dentro del campo popular, es el pico más bajo de simpatía y adhesión, a tal punto,
que hubo quienes llegaron a aplaudir la detención indiscriminada de militantes.
LOS "INNOMBRABLES"
Allá por 1971, en lo que podemos considerar como los últimos momentos de la
segunda etapa, Carlos Real de Azúa analizaba, haciendo gala de su conocido rigor
que "existe el peligro del enfoque policial o cualquier otro similar que, incluso por
necesidades funcionales, vea en todo el proceso de la acción clandestina una
manifestación de mera delincuencia común: a él se han aferrado los portavoces
oficiales y casi todos los medios de comunicación del sistema con un monopolio de
esta versión que es bueno no disputarles. Existe el peligro de enhebrar el análisis por
medio de variadas categorías -lo anecdótico, lo pintoresco, lo apocalíptico- y quedar
lejos de lo que tal vez sea 'categoría política' auténtica".
¿A qué se aferraban esos medios de comunicación (a los que hace referencia
Carlos' Real de Azúa), y los políticos que representaban esos mismos intereses'} Para
ellos los tupamaros eran una sucesión de adjetivos descalificativos: "malnacidos",
"fieras que habitan

67
en madrigueras", "apátridas", "asesinos con sed de sangre", "sinvergüenzas",
"monstruos", "degenerados”:
Aquí encontramos el antecedente al que luego se encadenarían las Fuerzas
Armadas y los gobiernos de Pacheco y Bordaberry para justificar todo su accionar
duramente represivo adhiriéndole causales políticas: "los terroristas", "los
sediciosos", "los subversivos".
Ya en 1969, el Ministerio del Interior, se erigía en dueño de la verdad absoluta al
disponer que todos los medios de difusión del país sustituyeran los términos
"Célula", "Comando", "Extremista", "Subversivo", "Delincuente político",
"Delincuente ideológico", "Tupamaro", por otros tales como "Reo", "Malviviente",
"Delincuente", y "Malhechor". Debido a esta situación parte de la prensa empieza a
denominados "Innombrables".
A la larga ¿quién podría consentir o admitir públicamente la más mínima
posibilidad de diálogo con innombrables?
De esta manera se intentaba sellar la suerte de esta organización.
Ya en su momento voces calificadas que emanaron del campo intelectual, como
así también de políticos y periodistas, sin dejar de correr el riesgo que significaba ser
acusados de cómplices, y pese a todas las limitaciones de la época, no cejaron en su
interpretación del movimiento tupamaro como un grupo político con causas
justificadas. La perspectiva del tiempo ha inclinado la balanza hacia esta última
postura, la menos escuchada en aquella época.
"Desde el general Seregni hasta el sociólogo Pérez Carcía es común la
afirmación que el movimiento tupamaro mostró el 'verdadero rostro' de Uruguay.
Aunque también es concebible que hayan modificado ese, rostro en forma
considerable, su mayor impacto estuvo, sin duda, en el haber habilitado una mejor y
como, prometedora percepción de la violencia larvada que operaba en los entresijos
de nuestra sociedad por medio de una acción catártica que no ha sido, meramente, la
de una simple revelación.
El allanamiento de la 'financiera Monty' (1969) y la sustracción masiva de la
documentación y los valores de la poderosa Familia Mailhos (1970) -en grado más
bajo el asalto al banco francés-Italiano y el apoderamiento de comprometedora
papelería (1970)- constituyeron, nos atrevemos a sostenerlo, las operaciones que más
esclarecedora resonancia suscitaron. Y ello es así por cuanto la difusión posterior de
parte del material apoderado constituyó la prueba

68
-nada fácil de obtener por vías regulares- de los turbios entresijos financieros y
administrativos del régimen y sus más notorios personeros, de su persistente
comportamiento de evasión de las obligaciones fiscales, de la pujante existencia, en
fin, de instituciones que, como las 'financieras' ya habían sido interdictas por ley (la
13.330) pero han continuado, prósperas y ostensibles a la vista y paciencia de un
gobierno tolerante, algunos de cuyos miembros más conspicuos eran o sus .gestores o
sus clientes de consideración. Por exhibir ante los ojos de un país descreído de este
'far west' financiero en el cual los grandes bancos y las sociedades financieras
sugieren o imponen, vigilan y violan -todo a un tiempo- las leyes que han de regirlas,
el movimiento clandestino registró, sin duda, sus mejores marcas. "
Un año antes de escritas estas consideraciones, Mario Benedetti sería categórico
al afirmar: "En un país como el Uruguay, donde la demagogia ha hecho estragos y ha
hecho escuela durante un siglo, el "rescate de la imagen de Artigas por un
movimiento que hace de la austeridad y la franqueza, dos palabras claves, tan
in1portantes como las armas que empuña, es algo profundamente significativo y en
buena parte da la exacta dimensión de Sendic y los tupamaros."
Previo incluso al accionar más espectacular del MLN, en su novela "Gracias por
el fuego" -donde en el seno de una familia se podía palpar alguno de los
enfrentamientos que presentaba el país desnudado en toda su crudeza y verdad-,
Edmundo Budiño, representando a uno de los notorios exponentes de las clases
dominantes, desafiaba a los tiempos por venir: "Este país es una porquería. La prueba
la tenés en que nadie haya tenido suficientes cojones para matarme. Anotá esto. Si
algún día alguien me mata, entonces puede ser que este país tenga salida, tenga
salvación. Tampoco es seguro, pero al menos habrá una posibilidad. Si en cambio
muero tranquilamente en mi cama, asistido por el imbécil de mi médico, el tarado de
mi hijo, las lindas de mis nueras, el avispado de mi nieto, el ave negra de mi albacea,
y también por los ojos brillantes de mis presuntos legatarios, si muero tranquilamente
de mi coágulo cerebral o de mi infarto privado, entonces querrá decir que este país
está frito, que ha perdido para siempre sus reflejos."

69
"REVOLUCIONARIOS O TERRORISTAS"
Desde una óptica comprometida, el periodista Carlos Núñez manejaba en 1968
los siguientes conceptos: "Los viejos grupos liberaloides que han usufructuado el
poder político y económico, al amparo de una fachada de hipócrita democracia, se
rasgan cínicamente las vestiduras ante un hecho que según ellos vulnera la
tradicional convivencia pacífica de los orientales.
Se trata de una apelación al sentimentalismo, fruto del miedo y la hipocresía.
Hasta ahora al parecer no habían tenido noticias de la violencia desatada por una
minoría de dueños de la riqueza del país, a través de sus personeros del gobierno."
El 9 de junio de 1972 en pleno fragor de la batalla- a través de un reportaje
público, Zelmar Michelini mantenía estos postulados: "Sumemos a todo eso, años de
violencia antipopular, de represión sindical y deterioro de las libertades. Es a ese
cuadro al que se enfrentan los jóvenes que ingresan en la lucha política.
Necesariamente tienen que sentirse angustiados por la realidad y por las perspectivas.
Sin medios de vida, sin trabajo, ¿cómo no sentirse inclinados a pensar que los
métodos tradicionales no funcionan?
¿Quién no conoce decenas de hechos de la realidad del régimen que pueden
agregarse para comprender por qué nace, en muchos, el descreimiento en las vías
tradicionales para el cambio?".
También desde el exterior -un exterior prohibido para nosotros- se escucharon
voces que se expresaban en este tenor.
El prolífico escritor francés Alain Rouquié, doctor en Ciencias Políticas,
especialista ten temas latinoamericanos, consideró a 1970 como "el año de los
tupamaros": "Su mito se engrandece -escribió-, Su presencia episódica invade toda la
escena política". Otro intelectual francés, estratega de la guerrilla, Regis Debray,
peculiarísimo integrante de la columna irregular del Che Guevara en Bolivia, ácido
crítico de las primeras acciones del MLN, manifestó, sin embargo, por estas épocas,
elogiosos comentarios basados en la "aleación de l paciencia y espíritu de decisión,
por la modestia, el deseo de independencia, el dominio del tiempo y de las tareas a
largo plazo su sobriedad y su imaginación, puede verse en los Tupamaros a los
primeros vietnamitas de la América Latina".
Estas pocas páginas podrían multiplicarse por cientos y ellas

70
por sí solas podrían ser motivo de un ensayo al respecto. Lo evidente, lo concreto, es
que nadie puede sostener con seriedad que no se estaba frente a un movimiento
político. Se puede sí polemizar, profundizar, tener puntos de vista nada afines sobre
la justeza y la oportunidad del accionar tupamaro. Los cuestionamientos varían según
sean de izquierda o derecha. Dentro de la primera se señala la falta de condiciones
para el desarrollo del accionar armado en nuestro país, el excesivo enfoque militar
que se le dio a esta organización, "de lo que están marginados, ausentes por completo
los tupamaros es de la aplicación de una política proletaria, la política que en realidad
aplican es una política burguesa." Estos sectores de la tradicional izquierda marxista-
leninista en nuestro país, como parte de sus argumentos, hacen hincapié en la frase
pronunciada por Ernesto "Che" Guevara en el Paraninfo de la Universidad: "Cuiden
esta democracia, no tiren ustedes el primer tiro". A esta frase se le suele replicar con
que el primer tiro fue disparado, justamente ese mismo día, a la salida del Paraninfo,
cuando se asesina a uno de los participantes de ese acto.
Desde la derecha la argumentación se apoya fundamentalmente en que la
democracia se basa en las instituciones y en el ejercicio pe-

La cárcel del pueblo Pereyra Reberbel sin disfraz

71
riódico del voto. Un abismo ideológico separa el pensar de estos últimos con el que
pueden sustentar quienes pretenden llegar al poder a través de las armas, partiendo de
la base de que violencia no es sólo una acción am1ada, sino que lo es también una
injusticia, un magro salario, una situación de dependencia, un anciano que recibe la
limosna de su jubilación. El enfrentamiento entre los polos "extrema izquierda-
extrema derecha", al que suele hacerse referencia, en realidad oculta la distancia que
existe entre extrema pobreza y extrema riqueza.
"Porque la violencia -dijo Wilson Ferreira Aldunate el 17 de abril de 1972- no es
sólo el enfrentamiento a tiros. Violencia es también, Y sobre todo (ya que la
existencia de esta peculiaridad precede siempre a las demás formas) el hambre, la
miseria. Violencia es el analfabetismo. Violencia. es esta mordaza que nos impide
hablar de todos aquellos temas que hoy aprietan la garganta y el corazón. Violencia
es el implacable contorno que obligó a un ciudadano de Paso de los Toros a acabar
con su vida porque su hijito de pocos meses había muerto de hambre y su compañera
estaba presa por haber intentado (sólo intentado) un mínimo hurto con el fin de
conseguir alimento para la criatura. Violencia es el hecho inocultable de que miles de
niños en este país no hayan tomado jamás un vaso de leche. Violencia es la
desnutrición, la falta de higiene, la delincuencia, a que diariamente son empujados
miles y miles de orientales".
Hay quienes sostienen que a la violencia de arriba se le debe oponer la violencia
de abajo; por el contrario, otros opinan que de esta forma lo que se logra es
incrementar la violencia de arriba sin cambiar las causas que le dan origen; a su vez,
están quienes rechazan todo tipo de violencia argumentando que la valla que r separa
a lo que genéricamente se denomina arriba y abajo, debe ser s sorteada a través del
diálogo, la negociación, la consulta popular.
Sea como fuere, se le dé la interpretación que se le quiera dar, una organización
política eligió un camino violento a recorrer. Planteadas así las cosas resulta ilógico,
casi infantil, suponer que las otras a fuerzas políticas no mantuvieran contacto con
ésta a los solos efectos, y aunque más no fuera, para saber qué querían y qué se
proponían. Aún las Fuerzas Armadas que constantemente acusaban, como si fuera un
delito, a los partidos políticos de mantener contactos con la guerrilla, desde el
comienzo mismo del funcionamiento de

72
ésta, mantuvieron los suyos en reiteradas oportunidades. Incluso en los momentos de
mayor enfrentamiento bélico.
Lo que queda claro, lo que debe ponerle el punto final a todas las polémicas es
que, militares, políticos, intelectuales o quienes fueran no sólo mantuvieron contactos
sino que no 'los tuvieron con una banda de delincuentes comunes. Lo hicieron con
una organización política con la cual se puede discrepar, disentir, o incluso combatir,
pero que no se puede ignorar. Guste o no y por más que moleste, en nuestro país una
determinada cantidad de uruguayos decidieron, equivocados o no, emprender un
camino de acción directa. Esto es un dato de la realidad.
Supongamos por un momento que el Sandinismo hubiera sido derrotado en
Nicaragua: no hubieran faltado dentro y fuera de sus fronteras quienes se rasgaran las
vestiduras diciendo no haber tenido jamás contacto con los mismos. La realidad es
mucho más compleja que buenos y majos, espacios blancos y negros. Quien es hoy
nuestro máximo prócer, en su momento fue : "bandolero ", "anarquista ", "salteador
de caminos", "terrorista", "enemigo público de la humanidad ", "delincuente ",
"contrabandista" y "sanguinario "El actual Presidente de Cuba, cuando asaltó el
Cuartel Moncada, no era más que un "loco aventurero". Los ejemplos pueden ser
múltiples: recordemos que Guillermo Ungo, representante de los alzados en armas de
El Salvador, fue invitado por el Presidente Sanguinetti el día de su asunción. Su
mismo gobierno no ha escatimado esfuerzos para estrechar vínculos con la China de
Mao Tse Tung, aquel "místico bandolero" que se fue a pelear a las montañas.
Cuando el 9 de setiembre de 1971 las Fuerzas Armadas -con el aval
parlamentario- irrumpen avasalladoramente en el escenario nacional para combatir la
subversión, se multiplican en un camino sin marcha atrás las descalificadotas
adjetivaciones con las que se conocería durante más de trece años al Movimiento de
Liberación Nacional El ruido a sables que iba in-crescendo desde 1964 comenzaba a
ser ensordecedor. Entre otros, el General Aguerrondo, vio allí una oportunidad
única para sus frustradas apetencias golpistas que se venían postergando desde casi
una década: "Ahora no nos para nadie" se le oyó decir alborozado.
De ahí en más los motes, los gruesos términos se sucederían en medio de un
hecho que, para bien o para mal, registra nuestra historia: las conversaciones, las
tratativas y hasta las tareas en común

73
emprendidas entre el MLN, las Fuerzas Armadas y los partidos políticos.
Los acontecimientos muestran, tanto en nuestro país como en el mundo, que
siempre hubo contactos cada vez que hubo bandos en pugna. Es imposible
desconocer la opinión de un sector de la población, sea pequeño, mediano o grande,
cuando éste, directa o indirectamente incide.
Cuando en 1984, guerrilla y gobierno se reúnen en la Palma y Ayagualo, en El
Salvador y -en 1985, lo mismo sucede en Colombia; buscando un alto el fuego a
través de tratativas de paz, un largo y, sinuoso camino se había recorrido, un camino
no exento de todo tipo de acusaciones que se cruzaron entre enemigos.
En nuestro país, guerrilla y gobierno en 1972 -entre bambalinas y en forma
secreta- intentaron "un alto el fuego" sin lograr superar los preámbulos.

74
“LA DIALÉCTICA DE LOS CUARTELES”

(Página 75 sin numerar, 76 en blanco)


- Yo quiero que vos me expliques qué siente un ser
humano cuando hace lo que vos hiciste conmigo.

-Muchas veces lo pienso... cuando llego a casa...

Diálogo' entre el tupamaro Vergara y el Capitán Camacho


al terminar una sesión de tortura.

Principios de agosto de 1972 en el Cuartel Florida.

"Como dije al principio, esto viene “de largo”. A partir de setiembre del 71 el
Ejército fue llamado a nuevas tareas. Y lo que antes veía quizá sólo un sector de las
Fuerzas Armadas, comenzó a resultar evidente para muchos. Poco a poco debieron
analizar todos los elementos del cuadro: la banca, las relaciones exteriores, los
factores de corrupción, todo lo que de una forma u otra ha incidido en el deterioro
nacional.
No se descarta en este proceso a la metempsicosis: la trasmigración de las almas.
A lo que se ha denominado también 'dialéctica de los cuarteles', fruto de la relación
entre militares y detenidos... Porque en toda guerra, además, no hay vencedores o
vencidos totales. ¿Quién termina una batalla con la victoria total? ¿Acaso puede
asegurarse que en los propios tupamaros no se han producido cambios de enfoque
como resultado de la influencia militar?.
En la crisis incidió, además, un factor básico: un deterioro tal, que me lleva a
creer que si San Vicente de Paul tuviera responsabilidad de mando en las Fuerzas
Armadas habría tomado actitudes parecidas".
En estos términos el Presidente de la Cámara de Diputados, por aquel entonces
Héctor Gutiérrez Ruíz, se refería al por demás complicado, ambiguo,.personal y
extremadamente particular contac-

77
to entablado entre los guerrilleros detenidos y sus carceleros.
Este diputado conocido popularmente como "el Toba" podía: explayarse sobre
estos temas con toda la autoridad que le confería no sólo el primario conocimiento de
todo político sobre la interna de las Fuerzas Armadas, sino que su participación en el
interrogatorio en la denominada "Cárcel del Pueblo", llevado adelante por los
tupamaros al integrante del "Escuadrón de la Muerte", el fotógrafo policial Nelson
Bardesio; sus constantes visitas al Penal de Punta Carretas, cuando estuvieron allí los
máximos dirigentes guerrilleros; sus intervenciones parlamentarias dando enfoques
documentados: y precisos sobre lo que también podría llamarse como la interna
tupamara, lo hacía asimismo, un experto en este último aspecto.
No en vano Zelmar Michelini, otro legislador de profuso conocimiento de esa
misma interna, que diera lectura en su Cámara a proclamas clandestinas -
expresamente prohibidas por el gobierno, que mantuviera contactos directos con esta
organización, lo que le permitía hacer gala de un exquisito dominio de la
información, fue asesinado junto a Gutiérrez Ruíz, con una saña indescriptible a tal
punto que el día que la opinión pública tome conocimiento a de la misma,
dimensionará cabalmente la patología de sus ejecutores.
En ese mismo ominoso día, también fueron criminalmente eliminados Rosario
Barredo y William Whitelaw, sindicados como pertenecientes al MLN y fue
secuestrado, continuando como desaparecido hasta estos días, Manuel Liberoff,
militante del Partido; Comunista. Habían quedado, muy atrás en el tiempo, varias
expectativas cobijadas en un amplio abanico de la izquierda, a propósito de
evolucionar en la lucha popular sin descartar, sino por el contrario incorporando
sectores, pretendidamente progresistas, de las Fuerzas Armadas.
A pesar del trágico epílogo personal de estos dos legisladores del no menos
trágico de la República toda, de errores compartidos de en distinta dimensión por
más de una corriente ideológica de izquierda, en torno al rumbo que imprimirían con
respecto así mismas las Fuerzas Armadas; la historia registra que hubo un período,
que bien podría definirse como, de metempsicosis.
Al revisar las acepciones de este término nos encontramos por ejemplo con la
"teoría según la cual un alma puede animar m sucesivamente a varios individuos
humanos, animales o vegetales"

78
Héctor Gutierrez Ruíz Zelmar Michelini

“EL EJERCITO POPULAR Y LAS MASAS”


Quien fuera Senador en el último período legislativo previo a la ruptura
institucional del 73, el Dr. Amílcar Vasconcellos, interpretaba en esos años a la
metempsicosis, de esta manera: "los sediciosos internados en los cuarteles, fueron
dejando caer progresivamente una labor de catequización en forma muy simple: 'El
problema no es con ustedes, es con los que cometen ilícitos económicos, es con la
oligarquía, etc.'. Los oficiales empezaron a hacerse eco involuntariamente de esa
campaña de propaganda y se les oye repetir: 'Limpiamos a los delincuentes, con las
armas .en la mano, del escenario nacional; ahora nos toca seguir con quienes
cometen ilícitos económicos'."
Un profundo analista de la realidad uruguaya como lo fue Vivián Trías, que
dejara documentado en varios libros y publicaciones sus puntos de vista,
responsable de una línea transformadora dentro del. Partido Socialista, reflexionó
sobre esta situación -extensamente- en una tumultuosa Asamblea General del año
73: "Muchos trabajos, entre otros uno que está recogido en un libro de 1956 -por lo
tanto de ese período- que se llama 'El Ejército popular y las masas', en el cual
expresábamos que en un país subdesarrollado la lucha por el desarrollo y por la
liberación -caras del mismo prisma y facetas del mismo proceso- no puede hacer la
presencia de las Fuerzas Armadas

79
Cuando en los países las crisis se profundizan, las contradicciones se agudizan y
llega la horade la verdad, las leyes históricas y la ley de la lucha de clases rigen en
todos los sectores y ámbitos de la comunidad humana, y también en los cuarteles. Y
los hechos nos habrán de dar la razón, porque nuestra oficialidad, las Fuerzas
Armadas, a poco andar entraron en un proceso en el cual; por supuesto, su contacto
con los guerrilleros, con los militantes del movimiento comunista, fue un factor muy
importante, por supuesto, pero no el único. En un proceso en el que se desataron
también grandes luchas obreras y en el que los paros decretados por la CNT
comenzaron a, ser verdaderos plebiscitos, envolviendo en su programa y
aspiraciones a amplios sectores del pequeño comercio y de la pequeña industria; en
momentos en que la lucha política empezó a demostrar en el Parlamento y en la
prensa los mecanismos, de corrupción, de enajenación y sometimiento que trababan
el desarrollo y la libertad plena de adoptar decisiones en favor de los" intereses y las
necesidades del país, todo esto fue apreciado por la oficialidad en el curso de esa
lucha. La nueva posición, la nueva tesitura de las Fuerzas Armadas es consecuencia
de su actuación en los acontecimientos del año 1972. Empezaron por reconocer que
las causas de la sedición no eran las que sostenía inicialmente el gobierno. Por
supuesto, vieron lo más visible, que son las llagas que, supuran en un régimen como
el que el Uruguay soporta, es decir"

Dr. Amilcar Vasconcellos.

80
los ilícitos, los grandes negociados. Luego, en poco tiempo, pasaron a profundizar
esos temas, es verdad. Y esos hechos objetivos, certifican de una u otra manera, que
se ha producido este proceso de transformaciones en el modo de pensar y en el modo
de interpretar la realidad de las Fuerzas Armadas."
Imbuido de una experiencia y una dinámica diferente a la nuestra vivida en el
Perú con la irrupción de los militares que llevaron adelante un vasto programa de
cambios revolucionarios, Vivián Trías, partícipe de la misma, en la medida que
formó parte del grupo asesor de Velazco Alvarado, centró expectativas en un
proyecto que caló hondo dentro de nuestras propias Fuerzas Armadas. Varios
oficiales de rango, incluso responsables de áreas, se definían como “peruanistas".
Algunos de ellos, recibieron personalmente del propio Trías, un pormenorizado
organigrama donde se señalaba el contubernio existente entre sociedades anónimas,
empresas, latifundio, y dueños de medios de comunicación. Aún hoy, a esta reducida
lista" de "dueños del país", unos cuantos jerarcas castrenses, en conversaciones
confidenciales, la llaman con el mismo término que usan nuestros partidos de
raigambre marxista: "la rosca”
"CONTAMINARLOS DE LAS IDEAS..."
Sin embargo, a diferencia de lo dicho por Vivián Trías, no fue en el 72 que esta
manera de entender la realidad política del país comienza a darse, ya en 1968, en una
sesión parlamentaria de la Cámara de Senadores, llevada a cabo el 24 de setiembre,
Zelmar Michelini señalaba en forma precisa: "digo que muchos dirigentes sindicales
de prestigio, no sé si comunistas o no, dialogaron con Tenientes, Capitanes y
Mayores, que no tuvieron inconveniente en sentarse a la misma mesa que ellos y que
departieron muchísimas veces sobre cuál es el porvenir del país, que no tuvieron
vacilación alguna en reconocer que eran uruguayos y tan patriotas como ellos, en
distintas trincheras, quizás, pero hablando un mismo lenguaje y sobre todo buscando
una comprensión para sacar al país de estas circunstancias tan difíciles.
Y los obreros reconocieron, señor Presidente, que encontraban - ¡oh, extraña
paradoja!- en aquellos integrantes de las Fuerzas Armadas, mayor comprensión,
mayor respeto, mayor tolerancia
81
y mayor acercamiento que en algunos políticos que se negaban al diálogo, porque
alguien dijo que dialogar es de "maricas".
Digo, señor Presidente, que ése es un reconocimiento a Las Fuerzas Armadas y
si cualquiera conversa hoy con los dirigentes más importantes del movimiento
sindical, va a encontrar la confirmación de estas palabras mías: se ha encontrado
mucha mayor comprensión y posibilidad de solucionar los problemas en el Ejército
de la República, del que fueron prisioneros -no sé si esa es la palabra exacta en
función de la militarización, ya que fueron detenidos para hacer instrucción militar en
los cuarteles y el Ejército tenía, naturalmente, la función de custodiarlos- que en
muchos gobernantes. Encontraron en ellos mayor posibilidad de diálogo, y un
intercambio fraterno, diría, como que todos nacimos en esta misma patria y hemos de
morir en ella. Algunos gobernantes se vienen cerrando constantemente, desde hace
tiempo a conversar, no sólo con los obreros sino con hombres de su propio partido.
No han vacilado -no es el tema de esta noche, pero tengo que decirlo porque me
surge solo- en hablar con hombres del Partido Nacional antes que conversar con
integrantes de su propio partido, como si tuvieran miedo a la discusión con nosotros,
o a que nosotros pudiéramos contaminarlos de las ideas que defendemos que no son
en última instancia, más que las que hemos defendido permanentemente.
Este diálogo llevado adelante fundamentalmente con el sector de militares de
raigambre batllista que se nuc1eaba en tomo al por el entonces Jefe de la Región
Militar No. 1, General Líber Seregni, era sumamente difícil de entender puesto que
tenía lugar en momentos en que el gobierno de Jorge Pacheco Areco desembozaba
una ostensible y creciente represión. Esta situación actuaría como un detonante para
el alejamiento de éste y otros militares; pero no todos se fueron, perdurando en el
tiempo esta convivencia entre dos polos ambivalentes del Ejército, hasta
prácticamente un par de años después de producido el golpe militar de junio de 1973.
Este general, una vez retirado y ya como líder político de la coalición de partidos
y grupos de la izquierda, diría en los álgidos días de 1972:
"A la posición dominante (de las Fuerzas Armadas) se agregó otro ingrediente:
el descubrimiento por amplios sectores –incluso de las Fuerzas Armadas- que los
problemas fundamentales del

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país no radican sólo ni tanto en la subversión armada, cuanto en la presencia de una
subversión más profunda y lesiva para los intereses nacionales. Me refiero a la
subversión económica que es la que se ve, por ejemplo, surgir bajo el rótulo de
ilícitos económicos.
Por otra parte, siempre estuvo presente en ellas como en otros sectores de la
población, un sentimiento de repulsa 'a los políticos', agudizado en los últimos
tiempos, que los lleva a buscar entre ellos los causantes y responsables del deterioro
económico que vive el país. Estos hechos han influido profundamente en las
actitudes de las Fuerzas Armadas."
"ANZUELO DE TORTURADO"
Toda esta semilla fue germinando lentamente con impredecible final, en la
reclusión de los Tupamaros y militantes de los partidos de izquierda en la cárcel de
Punta Carretas. El sistema imperante allí permitía el intercambio de opiniones, no
sólo entre los presos, sino también entre éstos y el mundo exterior: un considerable
desfile de abogados defensores, políticos, intelectuales, ministros de gobierno, tenían
en este recinto su epicentro.
La situación no sería la misma cuando muchos de estos presos, nuevamente
detenidos estuvieron alojados en unidades militares; no obstante la rigurosidad de la
detención qué incluía inimaginables torturas y .todo tipo de vejámenes la
metempsicosis tuvo su mayor expresión.
Pensemos por un momento. ¿cuál es la diferencia fundamental -más allá del trato-
entre un detenido encerrado las 24 horas del día y un soldado que permanece el
mismo tiempo en ese cuartel o un cuadro jerárquico, que vive incluso
permanentemente dentro de los límites de la unidad a su mando? El interrogador
termina sabiendo de la vida personal de los afectos de su interrogado pero éste, a su
vez, a través de vías distintas: cuando escucha sus diálogos, ve sus disputas o conoce
sus motes, hasta sus gustos personales termina manejando también información del
otro.
La relación siempre es distinta; los hombres, estén en el bando que estén también
son distintos entre sí; de ahí lo complejo, lo enmarañado de todas las posibilidades de
acercamiento que obligados por las circunstancias llevan a diversos individuos a
permanecer

83
todos juntos. En esta relación primaria, inicio de cualquier otra, de ambos lados de la
reja, alguien puede preocuparse por el otro ante que un problema determinado,
supongamos, por ejemplo, una 'situación familiar. Alguien puede sentir deleite en
entrar a una celda y si el a preso está autorizado a tomar mate, mezclarle la yerba con
sal; otro, sin embargo, puede llegar a convidar a un recluso con el mismo mate del
que él toma. El paso posterior es ya no hablar de situaciones personales: la familia; ni
situaciones circunstanciales: el tiempo; sino intercambiar, primero tímidamente, casi
como una curiosidad y, a medida que transcurre la relación con mayor profundidad"
temas políticos.
En lo que se denomina "la máquina" se puede dar información, al inventar datos,
insultar, guardar silencio y también intentar querer ser interrogador. "El hombre que
está en la 'máquina' -dice el tupamaro David Cámpora- y no quiere cantar, acude a
mil recursos para detenerla o entretenerla. Como los capitanes responsables de la
tortura emparejaban a los 'tupas asesinos' con los 'políticos corrompidos', se les
respondía: -sí, ustedes me dan la máquina a mí, pero si ellos no se animan; no se
atreven a dársela a los peces gordos, a los oligarcas que roban al país.
- ¿Cómo que no se la damos?; se la damos, sí.
-¡Qué se la van a dar!; ustedes son unos cobardes: me la dan a mí, pero con ellos
no se atreven.
Anzuelo de torturado, camino sin marcha atrás; decirse “por lo menos voy a
hacer titubear a éste, lo voy a quemar con sus iguales, les voy a cortar las manos; por
lo menos rompo a uno y en todo caso paro la máquina, esta máquina; dejame hacerlo
pensar en otra cosa, y distraerlo."
Observemos una situación diametralmente opuesta donde el custodio es un
tupamaro y el detenido -como efectivamente ocurrió- Sir Geoffrey Jackson,
embajador británico, en la Cárcel del Pueblo. Así narró este último su propia
experiencia de metempsicosis: "uno de los guardianes fue retirado porque los otros
parecían creer que yo ejercía demasiada influencia sobre él". Al despedirse de una
joven pareja señaló: "no podía quedarme sentado y dejarlos que pasaran hambre
mientras yo seguía observando mis reservas de viejo burgués prudente. Alguno de
mis secuestradores evidentemente consideraban que mi actitud era un truco, o un
intento de propaganda, y rehusaban compartir la comida conmigo. Otros no ocu1ta-

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ban que les parecía una excentricidad sentimental de mi parte. Sé que otros la
recibían con buena voluntad, quizás era esto último lo que animaba a la joven pareja
que, terminado su turno, volvieron a ponerse las capuchas y entraron nuevamente,
extendieron sus manos entre las rejas y quisieron estrechar la mía. 'Siempre andará
con nosotros, embajador', fueron las palabras de la muchacha. Con todo mi corazón
les digo lo mismo, a ella y a su joven acompañante, donde quiera que estén."
Esta relación se dio en más de una oportunidad y con distintos integrantes de la
guerrilla, según lo señaló el propio prisionero, a pesar de lo que cada uno
representaba y de una adversidad nunca ausente: "El flaco -escribió Jackson- para
quien yo representaba todo lo que el movimiento odiaba, al despedirse puso
repentinamente la mano en mi jaula y me explicó que deseaba despedirse. Fue el
último de mis carceleros que se permitió ese tranquilizador gesto de humanidad. Se
lo devolví recomendándole muy especialmente que se cuidara, que procurara que no
lo alcanzara un tiro y que volviera de algún modo a la vida normal, que se casara y
que tuviera hijos porque tendrían en él un buen padre".
Finalizando 1972, el Coronel Caballero, jefe de un importante destacamento,
manifestó en un diálogo confidencial: "Hay tres clases de tupamaros: los idealistas,
los delincuentes y los héroes. A uno de ellos le pregunté' por qué era tupamaro y no
supo qué decirme. Ese es un delincuente común. Los otros si son un caso serio y es
un peligro mantenerlos en contacto con los militares porque los terminan
convenciendo de lo que quieren':
"Y así, -dijo Zelmar Michelini- podemos citar el caso de oficiales que, en
conversación con padres de detenidos, no tuvieron reparo en señalar que se trataba de
buenos muchachos, que, aunque en - su concepto estuvieran equivocados, tenían una
absoluta y honrada convicción sobre lo que estaban defendiendo".
No es lo mismo el enfrentamiento de esquina a esquina, planificar una acción;
montar "una cuerda" o aguardar en una "ratonera" que convivir diariamente ya no
con un ser anónimo sino con alguien que deja de ser "un alias" para tener nombre y
apellido; con alguien que deja de ser "una bestia" y resulta que también es hincha de
un cuadro de fútbol, que se acuerda de la hija, que silba un tango y que sin capucha
mediante mira a los ojos.
Pero como bien dijo Héctor Gutiérrez Ruíz: "esto viene de largo..."
85
(Páginas 86 en blanco)
LA TREGUA

Zelmar Michelini y Ferreira Aldunate

Gral. Esteban Christi Julio María Sanguinetti

(Pág. 87 sin numerar)


(Pág.88 en blanco)
Pienso qué dirán mañana las Fuerzas Conjuntas
¿Cuál será su actitud? Tendrán que reconocer,
públicamente, que era cierto el hecho denunciado;
que hubo conversaciones entre el
Movimiento Nacional de Liberación, Tupamaros,
y determinados sectores de las Fuerzas Armadas.
Enrique Erro
Agosto 8 de 1972.
Ha llegado el momento de hablar claro de una vez
por todas, porque no vamos a seguir haciendo como
el avestruz, que esconde la cabeza en la arena.
W. Ferreira Aldunate
Agosto 8 de 1972.
¿Cuál es la razón por la cual debe silenciarse?
¿Cual es la razón por la cual no debe debatirse?
¿Cuál es la razón por la cual esto no debe ser conocido
por la opinión pública del país?
Zelmar Michelini
Agosto 8 de 1972.
(Página 90 en blanco)
1. LOS ORÍGENES

En distintas oportunidades y de diversas maneras, la guerrilla tupamara intentó y


en muchos casos logró, mantener vías de comunicación con las fuerzas de seguridad;
sin embargo, la iniciativa, no siempre corrió por cuenta exclusiva del MLN -como
podría sugerido un mayor caudal de documento, - ya que, desde diferentes
estamentos del poder se hizo lo propio.
Conversaciones, negociaciones y treguas se llevaron a cabo en más de una
situación, en varias épocas y circunstancias. A través de documentos y declaraciones,
quienes habían optado por la vía armada manifestaban reiteradamente un mismo
mensaje, sólo alterado en su redacción: "nuestra lucha no es contra ustedes, es contra
los dueños del país. En la medida en que ustedes los defienden pasan a ser nuestros
enemigos".
Esta prédica produjo un amplio abanico de repercusiones; entre sus extremos
podría ubicarse a quienes no les hizo la menor mella y aquellos que en ínfima
cantidad decidieron -de alguna u otra forma-integrarse al movimiento tupamaro. En
medio de estos dos polos los efectos producidos son por demás disímiles y resultan
difíciles de dimensionar aun en nuestros días. Tengamos en cuenta, también, la
existencia de una importante cantidad de oficiales, cuadros medios e incluso altos
jerarcas, que habían adquirido una sólida formación de neto corte constitucionalista y
republicana, muchos de ellos, inclusive, con sesgos progresistas.
Manuel Hevia, agente cubano infiltrado en la CIA, que operara como tal durante
un extenso período en nuestro país, al dar cuenta de las motivaciones de un
amotinamiento de la Guardia Republicana a principios de 'la década del setenta, nos
pone frente a un ejemplo concreto."La explosión de la Republicana -escribió- era
inevitable y podía haber ocurrido en otro cuerpo. El movimiento Tupamaro le había
hecho llegar varias proclamas a los agentes, mediante las cuales les hacía saber que
con su pasividad se estaban solidarizando con la política represiva del gobierno y con
los crímenes que se sometían en otras dependencias de la Jefatura. La inquietud
creció con la entrega -a punta de pistola- de una carta a un Sargento donde se
reiteraban los planteamientos en términos más severos," A tal punto llegó la situación
que los amotinados fueron acusados de "cobardes" y a su vez en una definición muy
a tono con el momento, el por enton-

91
ces Mayor Albornoz "los increpó por lo que calificó de sedición."
Un año antes de producirse el último golpe de Estado, estos contactos iban llegando a
su punto culminante, el Coronel Ramón Trabal, que ocupara el cargo de Jefe del
Servicio de Inteligencia de Defensa, se acercó a Jessie Macchi en su lugar de
detención, no sólo por su papel dentro de la guerrilla, sino también por la condición
de hija de un entrañable compañero de armas. "El intento de Trabal -dijo J. Macchi,
como resultado de las largas conversaciones mantenidas con este oficial- era sacar
algunos puntos comunes, en este caso con el MLN, en materia de medidas de
emergencia para aquel momento. Nos planteaban apoyar el accionar de las Fuerzas
Armadas, pero sobre todo del Ejército, orientado a instrumentar esas medidas de
emergencia. Una serie de oficiales en el Batallón Florida conciben la idea de una
negociación en la cual se podían unir algunas fuerzas de izquierda -como el MLN-
con fuerzas nacionalitas de las e Fuerzas Armadas para buscar una salida al
callejón en que se encontraba la situación política del país. Ese grupo de oficiales se
conecta con Trabal, obviamente necesitaban un oficial superior que los respaldara,
y Trabal en esos momentos, prácticamente era el Secretario de Álvarez. De modo
que Trabal consigue el consentimiento de Álvarez para entablar una serie de charlas
con compañeros de dirección que estaban presos y a través de ellos, con la dirección
del MLN que estaba afuera. Cuando las negociaciones fracasaron Trabal decide
trabajar junto con algunos compañeros en lo que eran los ilícitos económicos. Por
último, pretende nuclear políticamente a civiles y militares en tomo a un movimiento
nacionalista, incluso con oficiales que ya habían sido dados de baja”.
Antes, durante y después del amotinamiento de la Guardia Republicana y de este
intento de los altos jerarca s militares existe toda una sucesión de hechos -oculta por
diferentes motivos- de aproximaciones lejanas y cercanas. Una cronología no del
enfrentamiento, las bajas, las diferencias entre "la subversión" y "el orden" a la cual
nos tiene acostumbrados la información cotidiana, anterior y posterior a la dictadura;
sino del acercamiento por diferentes vías, que permite interpretar la reciente historia
de otra manera y en su total dimensión.

92
ANTECEDENTES LEJANOS
El 11 de enero de 1967 los Tupamaros dan a conocer un documento, manejando
los siguientes conceptos: "Debemos preparamos para introducir una cuña
psicológica y política entre los cuadros superiores, inferiores y tropa de las Fuerzas
Armadas. Es necesario tener presente que una guerra revolucionaria no se decide
sólo por las armas sino principalmente por la política."
En junio de ese mismo año un nuevo documento agrega que el "Ejército tiene
muy poca ingerencia en asuntos políticos. Es burocrático y de tradición civilista, con
corrientes internas mayoritarias de orden legalista."
En una "Carta abierta a la policía", publicada por Época, el, 7 de diciembre del
mismo año -hecho que le costó la clausura a este órgano socialista- un todavía
"desconocido" MLN aclara: “nuestra lucha no es contra los agentes policiales. (…) es
contra quienes utilitazan las instituciones armadas y a quienes las integran para reprimir al
pueblo y sustentar sus privilegios. (...) Contra ellos sí, apuntan sin vacilaciones las miras de
nuestras armas y apuntarán también contra quienes asuman su defensa consciente o
inconscientemente. (...) De ahora en adelante las cosas van a ser mucho más claras: con el
pueblo o contra el pueblo. Con la patria o contra la in patria. Con la revolución o contra la
revolución. En esa disyuntiva estarán; también los institutos armados y quienes los integran:
con el pueblo y la Patria o con la oligarquía y el extranjero."
Para el día 19 de ese mismo diciembre estaba fijada una reunión en el Centro
Militar. Un sector de la oficialidad propicia un acto de homenaje a sus camaradas
de armas bolivianas (que habían ultimado al “Che” Guevara) y de otros países
latinoamericanos caídos en el enfrentamiento con la floreciente guerrilla de fines
de la década del sesenta. El fallecimiento -ese mismo mes- del Presidente Gestido,
obligó a que la misma se postergara hasta el 4 de enero de 1968. Contó con 851
asistentes, entre los cuales había 19 generales, 200 coroneles y 150 tenientes-
coroneles.
Ribas, Aguerrondo y Christi -parte de los asambleístas convocantes- tuvieron
una severa oposición encabezada -entre otros- por Tognolo (actual Presidente de
la Corte de Justicia Militar) y Líber Seregni. Según éste último fue una Asamblea
"de las más numerosas que registran los anales del Centro Militar. La discusión
fue ardorosa. Entendimos que se trataba de un asunto político sobre el cual las
Fuerzas Armadas no podían pronunciarse” Sin embar-
93
go, quienes -como el Coronel Enrique Ribas, hijo del General Juan Pedro Ribas-
sustentaban la concreción del homenaje se preguntaban: "¿Constituye un acto
político la reafirmación de la misión del Ejército: defender la Constitución y las
Leyes? ¿Constituye un acto político el respaldo moral a los Ejércitos americanos
que defienden causas similares?': Según su propio punto de vista, ese día "ardió
Troya", especificando el clima por demás ríspido y tenso, donde campearon varias
voces destempladas y "una cosa insólita-dice Seregni- en el medio militar, hubo
abucheos a ciertos oradores y a ciertas posiciones personales”:
El resultado de la votación que registra 543 voluntades en contra de la
solidaridad para con ejércitos represores no manifiesta -como podría erróneamente
suponerse- por oposición, adhesión a la figura del guerrillero caído en un remoto
paraje de la selva boliviana. Por añadidura, esta resolución tampoco significaba hacer
causa común con quienes, en nuestro país, armas en la mano, estaban emulando; al
legendario guerrillero abatido.
Aquello tantas veces pregonado por el Movimiento de Liberación Nacional, de
que su lucha no era contra los militares, parecía: confluir con la actitud asumida por
estos últimos una vez culminada: ...la por demás comprometida asamblea que
siempre se intentó minimizar y mantener oculta.
El MLN -por su parte- opinó internamente: "La frustrada ofensiva política
llevada a cabo por los sectores gorilas del Ejército en esa oportunidad, que culminó
con la Asamblea del Centro Militar, donde fueron ampliamente derrotados, permitió
calibrar su fuerza y extraer dos conclusiones importantes, por lo menos para
nosotros: a) Que la división entre un sector legalista y progresista y un sector golpista
en la FF.AA. ha adquirido caracteres nítidos y públicos.
b) Que dado el panorama en el mando de las unidades no cabe esperar un golpe
militar inmediato, sino medidas dictatoriales tomadas por el gobierno legal, como
hasta ahora. La división en el seno de las FF.AA. y el cultivo de las contradicciones
entre sus miembros debe ser un factor estratégico a tener en cuenta en nuestra acción
contra las fuerzas represivas":
Pocos meses después, el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, el
Presidente Jorge Pacheco Areco iría acentuando un perfil en perfecta coincidencia
con aquellos 308 oficiales frustrados y derrotados un 4 de enero de 1968 en el Centro
Militar.

94
Al acentuarse ese perfil junto con la escalada represiva y las contradicciones que
la misma genera y agrava, el Jefe de la Región Militar No. l, el General Seregni,
enfrentado al Presidente y a su Ministro de Defensa, el General Antonio Francese,
solicita su pase a retiro. Un importante grupo de oficiales solidarios con el dimitente
decide violar la rígida norma castrense, haciendo circular una carta que desnuda un
marcado grado de politización de uno de sus sectores. El lenguaje utilizado por
quienes firmaron esa carta, la forma en cómo la hicieron circular, el estamento del
poder al cual se enfrentan, los conceptos manejados, el entorno que rodeó a la misma
y, por sobre todas las cosas, la raíz ideológica, traslucen más de un punto de
coincidencia entre estos militares y los tupamaros:
''Somos totalmente conscientes de que existen grupos de intereses que están observando
con sumo agrado la política del Poder Ejecutivo con respecto a las Fuerzas Armadas
tendiente a dividir a sus integrantes y vigorizar a sectores castrenses sindicados como ultra
conservadores y proclives a exteriorizar posturas golpistas. Todo ello enmarcado dentro de
un panorama más vasto que a nivel nacional se inscribe en una política digitada por las
fuerzas extrañas a los poderes nacionales constituidos, tendiente a destruir los organismos de
expresión popular y a transferir el poder político a poderosos grupos económicos nacionales
y extranjeros que usan del mismo en beneficio propio. Pero el Uruguay, el nuestro, no es
sólo Montevideo y Punta del Este. Es también, pese a muchos, las dilatadas extensiones de
latifundio, los pueblos de ratas, las poblaciones marginales. Los uruguayos no son sólo los
latifundistas, los banqueros, los grandes industriales, sino que aún se consideran también
uruguayos a los obreros y a los campesinos explotados, a los funcionarios públicos
movilizados, destituidos y manoseados, a los estudiantes apaleados, a las mujeres que gritan
(aún pueden, felices de ellas) a voz en cuello: "Libertad, libertad". Señores; el padre de la
Patria acusa: "Los orientales habían jurado en lo hondo dé su corazón un odio
irreconciliable, un odio eterno a toda clase de dictadura".
En marzo del año 1969 en un reportaje publicado por el semanario "Al rojo
vivo", el MLN reitera que: "Hemos logrado evitar enfrascamos en un duelo frontal
con la Policía, a pesar de que tenemos armas de exterminio colectivo, porque no
vemos en ellos nuestros verdaderos enemigos." Tres meses después en la proclama
emitida, juego del "copamiento" de Radio Sarandí, se escuchó: ".Así que sepan
ustedes señores soldados y guardias civiles que salen a la calle a imponer a punta de
bayoneta los frutos de devaluación monetaria, del decreto de la industria Frigorífica,
que ustedes no están defendiendo los intereses del país sino los intereses de parti-
95
culares, de cuatro o cinco especuladores."
Treinta días más tarde, en el noveno de "Diez puntos" dados a conocer
públicamente, "el movimiento se plantea la lucha contra los aparatos represivos
distinguiéndose y tratándose de agudizar las contradicciones que se mueven en su
seno. Buscando, por ejemplo, dentro del Ejército, la diferenciación de aquellos
sectores antagónicos que actualmente coexisten por carecer de alternatividad que los
obligue a definirse."
En ese mismo 1969, el Jefe de Inteligencia y Enlace, Comisario Alejandro Otero,
que tenía a su cargo la máxima responsabilidad de la "lucha antisubversiva" en la
época, manifestó que el MLN "tiene gente capaz, no sólo en la planificación sino en
su puesta en práctica con una notable organización", agregando "que la mayoría de
sus miembros no tienen antecedentes penales" y que, la "mayor de las diferencias es
que todos “los delitos cometidos por los integrantes de la organización, son llevados
a cabo desde el punto de vista ideológico, y que nunca se pudo probar que el dinero o
efectos se utilizaran en provecho propio."
El 29 de mayo de 1970 cuarenta guerrilleros logran copar el Centro de
Instrucciones de la Armada, de donde se llevan gran cantidad de armamento y
pertrechos. Esta acción da lugar a tres hecho paralelos a cargo del marino Fernando
Garín, cómplice de los tupamaros en este operativo: arenga a la tropa del lugar -a la
cual él pertenecía-, pase a la clandestinidad y por último, entrega de una carta abierta
dirigida "a mis compañeros y al pueblo":
"Estos últimos tiempos han servido para que los verdaderos soldados de la patria veamos dónde
está nuestro lugar. Para algo sirvieron tantas violencias y sacrificios que sufrieron los trabajadores en
el año pasado, cuando se entró en las casas de familias y se sacó a empujones a cientos de empleados
y obreros, en presencia de sus hijos y se les encarceló en cuarteles durante meses.
Cuando se apaleó y mató a mansalva en las calles.
Y por primera vez desde que yo conozco las fuerzas armadas, ensuciamos nuestros uniformes,
torturando en la vía pública a unos obreros de UTE para satisfacer el odio enfermo de su jerarca.
Muchos hemos comprendido que estamos viviendo en tiempos parecidos a aquellos que anunciaron
nuestra Primera Independencia. (...) nos pasamos con armas y bagajes a los patriotas.
Hasta pronto.
Un militar que se integra al MLN (Tupamaros)."

96
Ya se ha señalado, en base al testimonio de Manuel Hevia, una I visión interna
del amotinamiento de la Guardia Republicana el 5 de junio de 1970. Allí se hacía
referencia a una "carta a los policías que se negaron a aceptar órdenes superiores." El
Documento fue publicado en la revista chilena "Punto final" gracias a lo cual hoy,
puede conocerse en nuestro país.
El mismo incluye una carta al Dr. Caracé Hernández, abogado defensor de los
agentes insurrectos, para que oficie de intermediario con respecto a "las siguientes
aclaraciones":
1) Respecto al atentado que sufrió el agente (Nelson) Sosa de facción (servicio) en la
rambla y Comercio, el MLN desea aclarar que ningún miembro de de esta organización
cometió dicho atentado. Como hemos manifestado muchas veces, nuestra lucha no es contra
el modesto funcionario policial que cumple honestamente su deber.
2) Sin embargo, en los últimos tiempos, y por causas ajenas a su voluntad, los
funcionarios policiales no han estado sólo para cumplir con su deber, sino que han tenido que
manchar sus uniformes en todos los atentados a las libertades, torturas y asesinatos,
decretados por el gobierno de Pacheco.
Con la desventaja para ellos que los promotores de esta política se esconden y los que la
ejecutan y están en la calle son los funcionarios policiales.
3) Por eso hemos llegado a la firme conclusión de que no podemos echar abajo este
régimen liberticida sin atacar sistemáticamente a sus defensores, las fuerzas policiales (o
armadas en su caso) que lo defiendan y ejecuten su política.
Y nos hacemos responsables por lo tanto, de los atentados contra funcionarios policiales,
luego del asesinato a mansalva del compañero Fernán Pucurull (que estaba desarmado y del
ametrallamiento criminal a dos compañeros que salían con las manos en alto en el barrio El
Manga.
Somos conscientes que esta estrategia de atacar a funcionarios que no son nuestros
verdaderos enemigos puede ser injusta, pero no vemos forma de derrumbar un régimen sin
atacar a los que lo defienden.
En este momento en que hemos conseguido el máximo desarrollo y los mejores
pertrechos ofensivos para llevar a cabo esta estrategia, hemos resuelto hacer un compás de
espera de quince días en cualquier tipo de ataque a las fuerzas represivas, a la espera de que
sus integrantes recapaciten y comprendan cuál es su verdadero deber patriótico, como
existen indicios de que ya están haciendo.
Porque confiamos que con muchos de los que hoy, paradojalmente, nos estamos
enfrentando, mañana podremos marchar juntos en una gesta revolucionaria por la superación
de nuestro querido Uruguay".

La misma publicación extranjera aporta otros contenidos del informe del MLN.
97
El documento de los Tupamaros confirma además las versiones circulantes de que un diputado de
la oposición era el intermediario entre los policías
Sublevados y el gobierno de Pacheco Areco.
El documento de los Tupamaros señala que las acciones contra los policías culminaron con el
desarme de un sargento de la policía montada (Guardia Republicana) al que le perdonaron la vida y
explicaron que la lucha era contra los jefes y la oligarquía.
En la Guardia Republicana se hizo poco después una reunión de oficiales donde este sargento
expuso lo que le plantearon los Tupamaros.
Agrega: el comunicado del MLN que los oficiales resolvieron Que no estaban de acuerdo con
procedimientos corno el de Manga, donde fueron ametra1lados a mansalva dos revolucionarios
cuando salían con las manos en alto, y se negaron a salir a las calles para continuar los
allanamientos en esas condiciones.
De inmediato vino la sanción a los oficiales de la Republicana y se produjo la insubordinación
colectiva de oficiales de la guardia metropolitana, bomberos, inteligencia y enlace (policía política),
hurtos y rapiñas, quienes, incluso por algunas horas, bloquearon al Ministro del Interior, General
Antonio Francese, negándose a trasladar sus llamadas telefónicas.
El documento dice que "el gobierno apeló entonces al ejército, batallón "Florida" con sede en El
Buceo, para reducir a los sublevados, pero la oficialidad del ejército se negó a actuar contra la
policía".
"Los oficiales de la Republicana y de las otras unidades se acuartelaron, negándose a salir a
patrullar, operación que fue realizada al otro día por soldados del ejército y grupos de choque de las
comisarías".

En uno de los voluminosos libros editados por las Fuerzas Armadas, titulado
"Testimonio de una nación agredida" se da una breve y peculiar versión sobre estos
acontecimientos de la Republicana a la vez de derivarse hacia otros que -según la
misma- incluye la participación de políticos en determinada planificación:
"... surgen problemas disciplinarios en unidades militarizadas de la policía de Montevideo y el
abogado de los intervinientes, que habían sido sancionados, solicita contacto, por intermedio de los
presos de Punta Carretas, entre el MLN y el grupo político blanco.
Al mismo concurren Héctor Gutiérrez Ruiz y Alberto Gutiérrez Chirimelo, invocando el Partido
Nacional y Mansilla por los Tupamaros. Los políticos habrían señalado que ellos "veían con simpatía
la labor del MLN, al que comparaban con el grupo armado de Aparicio Saravia, uno de los líderes del
pasado del Partido Nacional o Blanco, y que entendían que sería conveniente mantener un estrecho
contacto a los efectos de profundizar el conocimiento mutuo que permitiera, en el futuro, acuerdos de
fondo. Le solicitaron además, al MLN, una tregua de 45 días en la que ellos, con las fuerzas que
tenían en los cuerpos de la policía y en otros centros de poder, promoverían el derrocamiento de
Pacheco Areco (Presidente). Cuando ello se diera, conversarían

98
con el MLN acerca de la adopción de un plan de gobierno común, con la amnistía de presos políticos.
La Dirección Tupamara recibió y aceptó el planteo, pero dando solamente una tregua de 20 días.
Luego de varias reuniones se decidió infiltrar un diario del Partido Nacional, El Debate. En él se
incluyó información sobre la tregua, violando el compromiso de guardar silencio, pese a lo cual
continuaron los contactos."

Aguerrondo y Alberto Heber no dudaron en iniciar negociaciones con el MLN


para solicitar de estos una tregua que les permitiera efectivizar un golpe de Estado en
contra de Jorge Pacheco Areco.
Por su parte Feitas, Ministro quincista en el gobierno de Pacheco no vaciló
realizar distintas conversaciones con la dirigencia tupamara recluida en Punta
Carretas en pos de un cese de las hostilidades.
Una nueva "carta a los militares" es enviada por el MLN a los domicilios de
integrantes de las Fuerzas Armadas en el mes de julio de 1970. Pese a que el
enfrentamiento se endurecía día a día, se insistía con la prédica del acercamiento y
con una de las banderas que los uniformados tomarían para sí y en parte compartirían
con sus enemigos un par de años después. "No se conoce -dice parte del documento- que
a las Fuerzas Armadas se les haya encomendado la misión de castigar a los ladrones, a lo s grandes
ladrones de este país, que hayan encarcelado a los responsables del 'crack' bancario o a los
responsables y usufructuarios de la incidencia, esa misma a la que ahora se le echa un manto definitivo
de olvido, ni terminar con la corrupción que campeó a todos los niveles, hasta extremos que nunca
conoció el país. Las Fuerzas Armadas tienen otro destino totalmente distinto al que pretenden
asignarle de verdugo del pueblo. Y ese destino, es, esencialmente, glorioso y político, no en el sentido
electoral o partidario de votos y divisas, sino en el otro. La política de rescatar al patrimonio nacional,
vendido a los intereses extraños; política es, por ejemplo, marina de cabotaje, explotación nacional de
nuestros recursos físicos y humanos política es salvar las Usinas y Teléfonos del Estado, la
Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland. Es terminar con el peculado y la
burocratización, y sacudirnos estos parásitos que enferman y matan a la nación."

Estando en poder de la guerrilla tupamara, Dan Mitrione, experto en seguridad


pública; el Cónsul de Brasil, Aloysio Días Gomide; el agrónomo norteamericano
Claude Fly, experto en suelos; y estando en poder de las fuerzas policiales -entre
mucho otro- Raúl Sendic, Raúl Bidegain, Jorge Candán Grajales y Efraín Martínez.
Platero transcurren los agitados meses de julio y agosto de 1970. Dada la

99
importancia y el peso político de los detenidos logrados por ambos bandos, se
proyecta una negociación de características especiales "con una proposición de canje
-según el comunicado doce del MLN -que quedó concretada en definitiva en: la
liberación de todos los detenidos por manifestaciones estudiantiles, sindicales, etc., el
inmediato pasaje a juez de los demás presos políticos y la publicidad de un
comunicado-programa por la libertad de los funcionarios' extranjeros detenidos por
nuestra organización."
El 5 de agosto los Tupamaros dan un plazo de 48 horas al gobierno para el
"ajusticiamiento" de Dan Mitrione, tiempo para que el Presidente Pacheco aceptara
las cláusulas de la negociación. Una vez cumplido el plazo el propio Pacheco, a
través de una cadena de Radio y Televisión, respondió que el gobierno "no negocia
ni negociará con los Tupamaros."
Esta es la posición a la cual se aferraba el Gobierno siendo la única que podía
manejar la opinión pública. Sin embargo en una entrevista publicada en el exterior en
setiembre de ese mismo año, un alto dirigente clandestino del MLN puntualizó que:
"la línea de Pacheco no fue tan intransigente como apareció a la luz pública: mientras Pacheco se
jactaba de no negociar con nosotros, el ministro Fleitas, que evidentemente no podía actuar sin su
consentimiento, negociaba con nuestros dirigentes detenidos la liberación de los secuestrados a
cambio de la libertad de los presos estudiantiles y de pasar 3 la justicia ordinaria a los últimos
compañeros detenidos. Hubo otra negociación a través del Juez Díaz Romeu, que solicitó a Sendic la
ampliación en 72 horas del plazo de ejecución a Mitrione, que se frustró por la negativa del Jefe de la
Policí
a, Coronel Rivero. Pienso que la respuesta negativa al canje y el haber dictado de hecho sentencia
sobre Mitrione (porque la sentencia sobre Mitrione, antes que la dictáramos nosotros, la dictaron el
gobierno y la Embajada norteamericana) estaba dentro de un plan de acciones que tenía por objetivo
poner al movimiento en desbandada y hacerlo desaparecer.
Los Estados Unidos en ese momento entienden que la muerte de Mitrione vale la posibilidad de
que las fuerzas represivas se larguen a la calle considerando que los Tupamaros hemos quedado
decapitados y que bien vale sacrificar a un Mitrione por un MLN desbaratado."

Poco tiempo después de ser liberado -en pleno) 1985- Eleuterio Fernández
Huidobro, especialmente consultado sobre esta negociación, amplió las razones de
su frustración asignándole suma importancia a un hecho fortuito: "un conocido
periodista que en ese momento era el Jefe de informativos de una importante
emisora al ir a levantar a Punta Carretas material de un preso común para un espa-

100
cio que existía, olfateó lo que ocurría y lanzó la primicia de esa negociación en el
noticioso central de la hora 13".
En este recuento de aproximaciones, negociaciones y tratativas de diversa
índole, nos parece importante incluir parte del diálogo entre Dan Mitrione y sus
secuestradores en la denominada "Cárcel del Pueblo", porque supera la frontera
entre los combatientes clásicos, involucrando a una altísima personalidad extranjera
que incursionaba en asuntos internos de nuestro país, con vasta experiencia en esa
materia. La cinta magnetofónica, en manos de "Prensa Latina", dio cuenta de que
estuvieron frente a frente "los que subvierten Y los que defienden el orden del
imperio':
"Como simple charla nada más, ¿qué piensa de nosotros?
- ¿Sobre los "Tupamaros"?
-Sí. Usted sabe bastante sobre nosotros. Estuvo viviendo aquí largo
tiempo. ¿Cuánto?
-Un año.
-Es suficiente.
-Ustedes hacen un buen trabajo. Están bien organizados. Deben tener
buenos líderes.
-Bueno, debo decirle -y espero que me crea- que no tenemos líderes.
Hay gente más o menos importante, pero nada de jefes. Discutimos todo. Nosotros somos sin
importancia, al menos yo, pero hay otros importantes. Todos somos compañeros.
-Bueno; es muy evidente para mí que su organización es una buena organización. Diría que hay
muy buena disciplina y que han sido muy exitosas.
-Somos uruguayos que no dejamos para mañana lo que se puede hacer hoy, ¿ y qué piensa sobre
nuestras opiniones acerca de política, Historia,
etc. ?
-Bueno; no sé. Veo difícil saberlo. Usted tiene que vivir mucho con las gentes antes que se sepa
los verdaderos problemas. Se puede decir que hay problemas aquí y que, en algunos puntos, ustedes
tienen razón, pero no puedo estar de acuerdo con la manera que lo hacen. Creo que es algo difícil de
ver para gente como yo,
- ¿y qué le parecen los otros movimientos guerrilleros? No somos todos iguales.
-Cada uno sabe trabajar según el medio, unos mejor que otros. Por lo que leí, los "Tupamaros"
son más inteligentes que otros grupos. No matan sino cuando es necesario, Hay otros que asaltan
indiscriminadamente, matan y preguntan después.

En un manifiesto del MLN leído en el Palacio Legislativo por Michelini y


Collazo, negada su publicación en varios me dios de prensa por las autoridades del
gobierno, en relación a los hechos que llevaron a la

101
muerte de Mitrione, se dice: "Señores Gobernantes: una vez más se han
equivocado; una vez más han sido irresponsables. La situación actual del país
exige soluciones políticas, económicas y sociales. No sirven para nada las
respuestas represivas".
En la parte final y en momentos que el MLN se encuentra con toda su
potencialidad de fuego intacta y en ascendente auge, desafía al gobierno a sentarse
en una mesa de negociaciones sobre la base de reivindicaciones por demás
mínimas:
"Estamos dispuestos a discutir un cese de las acciones armadas, por un lapso a acordar, sobre la
base de los siguientes puntos: 1) LIBERTAD PARA TODOS LOS PRESOS POLÍTICOS. 2)
RESTITUCION DE TODOS LOS DESTITUIDOS A SUS PUESTOS Y DEVOLUCION DE
TODOS LOS SALARIOS DESCONTADOS A LOS TRABAJADORES POR SANCIONES
GREMIALES. 3) ELIMINACION DE TODAS LAS LEYES Y DECRETOS DE CONGELACION
SALARIAL. 4) LEVANTAMIENTO DE TODAS LAS INTERVENCIONES, ESPECIALMENTE
AQUELLAS EJECUTADAS CONTRA LOS INSTITUTOS DE ENSEÑANZA. 5)
RESTITUCION DE TODOS LOS DERECHOS Y GARANTIAS INDIVIDUALES Y
COLECTIVAS CONCULCADAS POR EL ACTUAL GOBIERNO. 6) ELIMINACION DE
TODAS LAS MEDIDAS REACCIONARIAS Y REPRESIVAS TOMADAS POR EL ACTUAL
GOBIERNO.
Adelantamos que no aceptamos discutir bajo ningún concepto la tenencia de nuestras armas y
la existencia de nuestra organización, por considerar estas cosas corno la única garantía popular de
última instancia. Tornamos, pues, públicamente la iniciativa en este terreno. El gobierno tiene la
palabra; si acepta, discutiremos, asumiremos y cumpliremos los compromisos que corresponda."
Una nueva comunicación correspondiente a ese mismo mes reitera que "la
actual situación no se arregla con tropas en la calle, ni con discursos mentirosos
(...) tampoco con Pentotal ni con gigantescas coimas oficiales para la delación
pública. No se arregla con la policía. La actual situación reclama soluciones
políticas." Hacia fines de ese año se difunde el Documento 5, dice que las Fuerzas
Armadas ofrecen "contradicciones y posibilidades aprovechables" y la Policía
"contradicciones, debilidades y fisuras generales" obligando a "una inteligente
acción táctica y política por parte nuestra. "
En forma interna y a lo largo de una treintena de páginas, el MLN afina su
observación sobre las corrientes militares:
"se han constatado sectores con simpatías peruanistas pero no se puede pensar que
cuenten con una fuerza corno para adueñarse del poder. Sí se puede pensar en su
torna de posiciones con respecto a hechos de importan-

102
ciá revolucionaria y/o política: nuestra acción, el "Frentismo", el imperialismo, la
represión, etc" .
Un nuevo documento, fechado el 2 de agosto de 1971, analiza con mayor
profundidad la "extracción en los cuadros bajos" del Ejército:
Son hijos de "la miseria del régimen. Muchos vienen de la desocupación, dé la ignorancia.
Muchos fueron en su niñez y en su adolescencia, compañeros del hambre y del frío de otros iguales
que ellos pero que tuvieron más dignidad, más conciencia, y que integran hoy las filas de los que
luchan. Más de una vez se encontraron en un cuartel, en una comisaría, en una chancha, dos
muchachos, dos hombres. Vienen del mismo pueblo, respiran el mismo aire, comieron de la misma
escasez; pero uno es torturador y el otro es torturado. Cada cual es responsable de sus actos: el
militante social sabe por qué muere, el militante policial no sabe por qué mata. Le dieron un arma,
órdenes, impunidad y un sueldo para defender una patria de otros, un orden de otros. Lo han
engañado. El sueldo no pagará lo que le cuesta el crimen.
En un comando policial hay oficiales y tropa. Todos participan en el crimen. A todos les fue
decretada la impunidad por el poder de la Oligarquía. A todos les será decretada la sentencia del Poder
del Pueblo.
Sepan que con el Movimiento de Liberación Nacional (TUPAMAROS) se dialoga. Lo hemos
hecho y ustedes lo saben. Oficiales sentenciados por el
MLN recibieron la conmutación de la pena y trasladaron a su Cuerpo lo mismo que hoy decimos en
estas líneas. La actitud de muchos cambió. La de otros cuerpos no. Con ellos, con la Guardia
Metropolitana en particular, uniformados o disfrazados de escuadrón de la muerte, el lenguaje es otro.
Seremos sensibles a cualquier cambio de actitud por parte de ustedes, si se produce. Pero seremos y
somos implacables mientras sigan siendo el cuerpo criminal que han hecho de ustedes los oligarcas
que los mandan pelear para que a ellos no les falta whisky."

En el correr del mismo año a través de la editorial argentina "Schapire Editor" se


publica el libro "Actas Tupamaras". En las mismas se define el "Ataque a integrantes de
las Fuerzas represivas"

….como la guerra revolucionaria es una guerra política, deben analizarse bien sus consecuencias antes
de usar esta táctica. Por ejemplo, si hay una fundada esperanza de que un sector de las FF.AA. se pase
a la causa patriótica, debe medirse bien si el hostigamiento la ayuda a cumplir este proceso o por el
contrario, lo arroja en brazos del enemigo. El hostigamiento trasladado al medio urbano tiene un
enorme efecto psicológico sobre los integrantes de las FF.AA.: cuando reciben el plomo enemigo en
carne propia empiezan a razonar políticamente y a pensar si realmente vale la pena hacerse matar por
el régimen. A veces hasta llegan a interesarse por el programa de la guerrilla y llegan a verse a sí
mismos como meros instrumentos de una política. En realidad ellos "entraron", es decir, ingresaron en
la policía o en el Ejército

103
porque tenían necesidad de trabajar en algún lado, creyendo que se trataba de defender a la patria o de
luchar contra la delincuencia. Cuando se ven en otra situación sus reacciones inmediatas suelen ser
varias: reclamo colectivo de mejoras salariales, estatutos especiales, negativa a cumplir determinadas
órdenes. Es decir, al pasar de agentes pasivos a agentes activos de un régimen injusto empiezan a
tomar conciencia de su papel en las luchas sociales y entonces puede suceder una de estas dos cosas: o
que como decíamos, acepte seguir defendiendo el régimen oligárquico (previo reajuste de la
remuneración y condiciones de trabajo por hacer este "trabajo" sucio) o que simplemente se niegue a
hacerlo y aún se pase a la guerrilla, lo que significa el desgajamiento y hasta el desmoronamiento de
las FF.AA. Este efecto favorable puede ser malogrado por una mala administración de la táctica de la
emboscada a las fuerzas represivas...

El 9 de setiembre de 1971 el Poder Ejecutivo dicta un decreto que dispone que


las Fuerzas Armadas releven a las policiales en la conducción de "la lucha
antisubversiva". Este hecho generó diversas reacciones en todo el espectro político.
La fecha es considerada como clave puesto que legaliza la irrupción del poder
militar. Todos opinaron frente a esta nueva situación, sin embargo, nunca se conoció
la opinión del MLN al respecto. Según consta en los documentos recopilados y
publicados por INDAL en Venezuela, éste incluye uno denominado "El Movimiento
de Liberación Nacional (Tupamaros) a las Fuerzas Armadas". En él se reseña una
serie de "asesinatos", torturas, allanamientos sin orden judicial, maltrato a familiares
de presos" etc.; que da lugar a la siguiente pregunta:
"¿En nombre de qué, las Fuerzas Armadas realizan estos actos'?
Dicen que e n el nombre del mantenimiento del orden interno.
¿De qué orden?
¿Del orden que les garan tiee a los ministros banqueros como Frick Davies y Peirano Facio
acumular dólares para enviarlos al extranjero?
¿Del orden que le permite a Jorge Batlle obtener 250 millones de pesos del Banco de la República
para financiar su campaña electoral?
¿Del orden que le signifique al tandem Pacheco-Pereyra Reverbel comisiones varias veces
millonarias por la concesión de la represa del Palmar?
¿Del orden que impone a rajacincha la congelación de salarios, el asesinato de estudiantes y
guerrilleros de impunidad de los crímenes del escuadrón, la clausura de radios y diarios, el apoyo
oficial al fascismo de la JUP?
¿Para defender este orden ustedes han seguido cursos en la Escuela Militar?
¿Defendiendo este orden ustedes hacen honor a un uniforme que tiene una tradición heroica?
¿Qué tiene que ver lo que están haciendo con lo que hicieron Lucas Píriz y Leandro Gómez
defendiendo la soberanía a balazos en el sitio de Paysandú?

104
¿Qué tiene que ver lo que están haciendo con el heroísmo de Timoteo Domínguez que prefiere
morir antes que entregar un pedazo de tierra oriental?
Porque el orden que ustedes defienden es el de la entrega: el de la fuga de capitales al extranjero el
de la intromisión extranjera en el propio ejército donde a igual rango el yanki manda más: el de un
Uruguay para unos pocos oligarcas y no para todos.
¿Cómo se sienten tirando contra estudiantes allanando miles de casas, maltratando presos
políticos, custodiando al oligarca que les imparte órdenes para que él goce de impunidad?
Estas tareas las hizo antes la policía. Tuvieron asesores yankis como Mi. trione, torturadores como
Morán Charquero, y un cuerpo sanguinario como la Guardia Metropolitana. ¿Ustedes los piensan
heredar?
Ustedes saben que nuestra lucha no es ni contra la policía ni contra ustedes. Nuestra lucha es
contra quienes utilizan las instituciones armadas para reprimir a nuestro pueblo y para sostener
privilegios.
Sabemos que en nuestras fuerzas armadas -que en nuestro accionar hemos sabido respetar
evitando enfrentamientos- hay oficiales dignos que hacen honor a su rango, pero que hoy están
aceptando de hecho la misión mercenaria que el gobierno de Pacheco les ha conferido, y que en nada
los dignifica. Porque ningún oficial que se sienta oriental puede dejar de sentir indignación y
vergüenza cuando las tropas a su mando llevan la orden de aplastar la indomable rebeldía del pueblo
para satisfacer el ocio de los oligarcas.
Qué distinta fue la conducta del Capitán José Artigas que un 2 de febrero de 1811 desertara del
Cuerpo de Blandengues acompañado del Teniente Rafael Hortiguera para iniciar una patriada aún
inconclusa porque la tierra no es de los criollos sino de los malos orientales.
Ustedes en nombre del orden del privilegio de los oligarcas, están desatando la violencia
represiva.
En poco más de un mes, han detenido, herido, torturado y matado a hombres de nuestro pueblo.
Esas son las fuerzas armadas de Chiappe, y los Groppi, de los Sena y los Christi ¿Son también las
de ustedes?
Creemos que no.
Por eso hemos decidido reiniciar el diálogo. Ustedes saben quiénes somos, qué queremos, cómo
actuamos. Venimos de la tradición que iniciara el General Artigas. Su divisa es la nuestra: que los más
infelices sean los más privilegiados. Nuestras armas las mismas.
En el combate por la independencia definitiva hay dos opciones: o se está con el pueblo, o se está
contra él.
Para los integrantes de las Fuerzas Armadas, esta alternativa no es una excepción. La opción es
clara y está en vuestras manos."

105
EL AÑO DE LAS DEFINICIONES
Corrían los primeros días de 1972 y la población se enteraba a medias de un
nuevo y espectacular copamiento del MLN. La "Columna Leandro Gómez", cuando
aún no había terminado el año anterior, ocupa el aeropuerto Militar de la ciudad de
Paysandú, el Radio Faro situado a tres kilómetros de ese lugar, una cantera de calcita
y el poblado Constancia, distante diez kilómetros de la capital sanducera. Allí se
emite una proclama que lleva el nombre del departamento. En la misma, luego de
reseñar que hacía un siglo en esa misma zona habían combatido otros orientales y
que la situación económica y social del país no sufrió cambios importantes desde
aquel entonces, el MLN pone fin a una tregua otorgada para la normal realización de
los últimos comicios de noviembre de 1971.
Muchos políticos consultados a propósito de ese período de relativa tranquilidad,
fueron concretos en afirmar que buena parte de los años setenta, y setenta y uno
estuvieron signados por intensos contactos y conversaciones con los guerrilleros en la
clandestinidad, para saber con exactitud cuál sería la posición de estos últimos I ante
la elecciones de aquella época. Blancos, frenteamplistas y colorados reconocieron
que su preocupación iba mucho más allá del hecho circunstancial de una tregua. Se
encontraban .inquietos por saber qué ocurriría con esta organización armada una vez
conocidos los resultados electorales. En algunos casos se llegó -incluso- a tratar
formalmente diversas maneras de acercamiento y existieron acuerdos en algunos
puntos; los Tupamaros llegaron a flexibilizar su plataforma condicionándola a la
correlación de fuerzas que surgiera del comicio.
Un alto dirigente, el más alto dentro de su colectividad política -que solicitó
expresamente no ser nombrado- admitió esta realidad en estos términos: "Mire, seria
ridículo que nosotros como partido político no hubiéramos intentado, aunque más no
sea, saber en qué andaba esta gente y qué iban a hacer en el futuro. Fíjese que era
imposible para nosotros desconocer el pensamiento de personas que estaban
organizadas, que contaban con armamento y cuyo accionar podía repercutir de una
u otra manera en el panorama político".
Sin embargo el acto electoral de 1971 no fue la única excusa " para que se
posibilitara este diálogo ríspido y a su vez ineludible.

106
Deseable o no, pero puntual. El General Seregni -por ejemplo hablándonos sobre
este siempre delicado tópico, no rehuyó a la verdad: - "No se estila reconocer
ciertos contactos mantenidos, pero no se puede decir que no se hizo, porque al fin
de cuentas conversamos todos. A veces a sabiendas y muchas veces sin saberlo.
Pero contactos de búsqueda de la información los tuvimos todos". Wilson Ferreira
Aldunate por su parte, férreamente perseguido por la justicia militar durante épocas
de dictadura, entre otras cosas, por sus "contactos con la subversión", reconoció,
hablándonos con franqueza, que "aquí hacían cola para hablar con los tupamaros.
Aquello era una cosa colectiva." Y agregó: "hubiera sido de mi deber tener esos
contactos con los tupamaros, por qué no, si todo el mundo hablaba con ellos. Yo
soy uno de los 'raros' que no habló, y que no lo hizo porque no pudo. Realmente
porque no pude. "
Conocido aquel resultado electoral que el MLN definió fraudulento, y
quebradas las esperanzas de un futuro acuerdo en caso de haber triunfado otro
partido político u otro sector colorado, la proclama a la que hacíamos mención
culmina en estos términos:
"Hoy ponemos fin a la tregua que unilateralmente iniciamos antes de los
comicios. Ha quedado clara nuestra disposición, una vez más, de agotar todas las
instancias para llevar la paz al país .Queda claro también que este camino se re
emprende porque el gobierno no da, ni quiere otra salida. Queda, pues,
exclusivamente sobre sus hombros la responsabilidad de haber desencadenado esta
guerra civil".
Pocos meses antes que se desembocara en todo lo cruento del enfrentamiento y
aun cuando el MLN había decidido tener su "Día 'D' ", el Secretariado Ejecutivo
promueve "la elaboración de una línea de propaganda específica y Permanente
para las FF .AA.". Estamos en marzo y los duros al frente de la dirección habían
decidido pasar a la ofensiva, poniendo en marcha el "Plan 72':
Este año también fue clave para definiciones internas en las propias Fuerzas
Armadas agudizándose la pugna entre sus diferentes sectores. Los asociados que
el 4 de enero de 1968 fueron absoluta minoría en la "histórica" asamblea del
Centro Militar ya no lo eran. La declaración de este Centro del 4 de julio de 1972,
lo demuestra: acusaba de cómplices de la subversión a los legisladores, no
aceptaba -Como sí lo hizo el Ministro de Defensa- que un detenido había muerto
por torturas, y mucho menos que alguien objetara sus

107
"procedimientos", además de pasar por encima del Comandante en Jefe, General
Gravina.
Pero, de igual modo, no todo estaba definitivamente claro.
OTRA VOZ DISIDENTE EN FILAS DEL EJERCITO
La historia suele registrar voces solitarias que se alzan en contra de lo
establecido. Sería ingenuo imaginar que sólo representan un sentimiento individual.
A escasos quince días de esa de Historia declaración del Centro Militar ante el
poder político, el Mayor Tomás Cirio -asistente a la reunión, sintiéndose "un cuerpo
extraño entre los concurrentes "escribió una carta renunciando a su condición de
socio, que bien puede catalogarse como un verdadero documento. La misma está
dirigida al presidente, Coronel Carlos Irigoyen y expresa en algunos fragmentos:
“….la gente se pregunta ¿cómo es posible que tantos médicos, ingenieros, arquitectos, abogados,
profesores, estudiantes, hombres y mujeres del pueblo, en fin, que hasta no hace mucho tiempo eran
considerados, respetados y queridos por sus condiciones intelectuales y humanas, hayan pasado de
pronto a ser criminales de la peor especie y sean tratados como nunca antes en este país lo ha sido
delincuente alguno. Sin considerar los atentados contra sus domicilios, la invasión de sus hogares a
altas horas de la noche. el terror de los niños así sorprendidos, que esto lo sabe todo el mundo,
merecen que se les tenga incomunicados, aislados de sus familias, que por largo tiempo a veces ni
siquiera se enteran dónde están, maniatados, encapuchados, con los ojos y oídos tapados casi hasta
volverlos dementes; que se les apliquen "picanas", submarinos ", "plantones" interminables, golpes
feroces y cobardes?
¿Alguna de estas cosas no es tortura? Y si los sufrieran nuestros padres, esposas, hermanos, o
hijos, serían torturas? ¿Quién está a salvo? ¿Quiénes tienen derecho a que se les respete su condición
humana? ¿Quién está libre del miedo?
Recordemos a Artigas: 'Vaya y dígale a su amo que el General Artigas no es verdugo'. Ese no es el
camino, quien siembra vientos recoge tempestades, y estos procederes no van a traer la paz, que se
supone sea el fín último, el 'éxito final en la lucha empeñada' como reza la moción aprobada.
Yo no me olvido de los muertos por la subversión, y deploro sus asesinatos, especialmente los de
los humildes, envueltos en el engranaje de la máquina que otros echaron a andar; pero se ha dicho que,
en algunos casos, las víctimas lo fueron por torturadores. Y en tal caso, se "ha dicho hasta el cansancio
la violencia ha engendrado más violencia aún. ¿Y así seguiremos?
¿ Y qué destino brindaremos a nuestros hijos?

108
Por ello deben ser castigados en forma ejemplar quienes -una minoría pequeña, estoy seguro-han
mancillado uniforme del Ejército usándolo para encubrir sus desbordes sus tropelías y su sadismo. Y
sus nombres deben ser conocidos por el pueblo, como el de delincuentes que son, ya que ello sale de
la órbita disciplinaria, regida, ella sí, por la reserva con que deban protegerse la disciplina y la
subordinación.
Los militares no poseemos, al igual que los demás ciudadanos .en este país, esencia divina, no
somos semi dioses, ni infalibles ni puros; estamos, por el contrario, sujetos a los errores y a los vicios
a que puede estar expuesto cualquier ser humano, y, antes bien, ellos se agravan en nosotros ya que
somos dueños de un poder, en diversos órdenes, muy superior al del civil."

En un nuevo aniversario de la muerte de nuestro prócer Artigas, el Brigadier José


Jaume, comenzaba a delinear otro tipo de subversión que preocupaba al hombre
uniformado: "Es necesario combatir -dijo- aquellos factores que sin ponerse
abiertamente, traban, obstaculizan y frustran el desarrollo nacional... Tan enemigos
como (los tupamaros) son los agiotistas, los usureros, los contrabandistas, los
especuladores los estafadores del Erario Público".
En el mismo acto, el Coronel Pache al hacer uso de la palabra pronunció con
énfasis citas de Artigas que por esa misma época solían escucharse en los mitines de
izquierda: "la cuestión es sólo entre la libertad y el despotismo" -dijo, y agregó-,
"Amar la libertad es de seres racionales, perderla es de cobardes" y finalmente: "No
venderé el rico patrimonio de los orientales al bajo precio de la necesidad".
A esta altura los tupamaros ya habían planteado, tras su derrota militar, y en la
medida de sus posibilidades, la estrategia a seguir cuarteles adentro. Así quedó
documentado:
"... si hay un militar progresista, el avance de la lucha a favor del pueblo lo va ayudar a 'plantarse'
y la pérdida de fuerzas en las filas progresistas, lo va a amilanar. Nosotros pensamos que hay que
seguir hablando, en tratativas y en la mesa de negociaciones, y cuanto más fuertes vayamos, mejor.
Nosotros entendemos que la contradicción verdadera antagónica que podemos incrementar y llevar a
su máxima expresión, es la contradicción dialéctica oficialidad-tropa. Una forma es por elevación de
su grado de conciencia; eso requerirá un trabajo político inteligente. La otra que no se excluye con la
anterior, es que la tropa vaya al desacato porque siente que acotando se perjudica..."

OTRA UNANIMIDAD, CIERTA y DISTINTA


En medio de esta caótica y compleja situación, exactamente Un mes después del
pronunciamiento del Centro Militar, se sucede
109
otro, de un tenor muy diferente, el del Club Naval. Esa diferencia saltaría de la teoría
a la práctica en febrero de 1973, cuando los marinos se atrincheran en la Ciudad
Vieja para salvaguardar "la legalidad".
Analizando en profundidad lo emitido en el Club Naval, por "unanimidad y
aclamación", esta arma hace suyas varias de las "banderas" de "la subversión ".
Hasta la fecha no se había producido una declaración proveniente de las Fuerzas
Armadas, tan contundente y tan oficiosa que pautara un cercamiento tan tangible con
los postulados de quienes en la misma se señala combatir:
"Manifiestan su profundo repudio a cualquier forma de subversión, ya sea la que
empuña las armas para asesinar cobardemente, la que expolia la economía nacional,
la que usurpa al pueblo el producto de su trabajo, la que propende a la corrupción
moral, administrativa y/o política, la que practica el agio y la especulación en
desmedro de la población o la que compromete
la soberanía nacional.
Que acusan como traidores a la patria, -sin excepción, a los que tengan directa o
indirecta relación con cualquiera de las formas de despojo del patrimonio nacional.
Que expresan que el éxito de esta lucha contra la subversión y la corrupción está
asegurada, pese a los escasos medios con que cuentan las FF.AA., por la pureza de
sus intenciones, la demostrada rectitud de sus actos y el alto espíritu militar de sus
hombres."

Las marcas de la ejecución al Coronel Artigas Alvarez

110
Queda la sensación que cientos de presos -tantos como nunca hubo, hasta ese
momento- del otrora poderoso aparato político-militar del Movimiento de Liberación
Nacional, le pasaron la pelota a sus contrarios. El partido quedaba; ahora en sus
manos, enorme responsabilidad sobredimensionada por todo tipo de presiones
políticas, económicas y sociales. 11
Cuando -el l0 de octubre de 1912- el Dr. Jorge Batlle-realizó sugestivas
declaraciones: "Tengo confianza en las instituciones. En el Ejército la casi totalidad
de los oficiales están en una misma 1ínea: la de hacer las grandes transformaciones
del país respetando la Ley y la Constitución. Digo casi todos, ya que siempre hay
algún loco, como existen en todas las instituciones, capaz de algo inmaduro o
insensato, pero eso no es representativo de nada", muchos quisieron ver en ellas un
anticipo del Golpe de Estado. 'Sin embargo, con la perspectiva que da el tiempo es
probable que hiciera referencia a alguno de los locos que había estudiado en forma
conjunta con los tupal11aros detenidos diversos expedientes de ilícitos económicos,
entre ellos uno que hablaba de "una infidencia':
Diecisiete días más tarde, el Dr. Jorge Batlle caería preso, produciéndose uno de
los momentos más espectaculares y dramáticos de una pulseada dentro de las Fuerzas
Armadas de la cual la opinión pública muy poco conoce, incluso hoy cuyo resultado
perfiló, en gran medida el inmediato futuro de la República.
OCTUBRE AMARGO
Los graves sucesos por los que atravesó el país desde entonces conocidos como:
"La crisis de febrero", "el pre-golpe". "Febrero amargo". "Febrero caliente" y/o
"Nueve de febrero"; tuvieron su casi exacta realización cuatro meses antes.
Previo al "nueve de febrero" existió un "diecinueve de octubre".
Estuvieron en juego prácticamente los mismos elementos: resistencia al Ministro
de Defensa Nacional por parte del Ejército, se logra su renuncia se impone la
voluntad del poder militar ante el Poder Ejecutivo: la Armada no está de acuerdo con
el agregado, en este caso- de la Fuerza Aérea; y a falta de documentos como el
cuatrosietismo", se conoce, ese día "el planteamiento de los

111
ocho puntos". A diferencia de los sucesos de febrero, los de octubre, fueron, en gran
medida de carácter interno, a puertas cerradas y llevados adelante con el
desconocimiento de la opinión Pública.
Uno de los párrafos de un controvertido documento, donde las Fuerzas
Armadas, deciden "gravitar directamente en la vida del país" como así también
alguno de "los ocho puntos" que los militares entregan a Bordaberry, se inscriben
perfectamente dentro de las pautas establecidas en las reuniones del Centro Militar
y del Club Naval como la cadena evolutiva que conduce a los comunicados cuatro y
siete y forman parte de los mojones imprescindibles para esta cronología de una
aproximación a su etapa de definiciones: se da el gran paso para la eliminación de
"las causas que dan origen a la subversión" o no.
"Existe -dice el manifiesto dado a conocer por el Senador Vasconcellos portador
de tantas discordias- un enorme deterioro en los valores morales una economía
estancada, y aun en retroceso que incide directamente en los problemas sociales, una
conducción política que responde a intereses particulares sin buscar las grandes
soluciones nacionales una penetración ideológica que adquiere caracteres alarmantes
dentro de la Enseñanza y Sindicatos, y una sedición en derrota, surgida como
consecuencia de aquellas causas, todo lo cual configura el lúgubre panorama de
nuestra realidad nacional".
Cuatro de "los ocho puntos" reclaman una "absoluta independencia de la
Comisión para la Represión de ilícitos Económicos y de las Fuerzas Armadas para
investigar a fondo aquellos ilícitos que implican a políticos de notoriedad,
Participación de los militares en el control de la Administración Autónoma.
Procesamiento y depuración de jerarcas policiales presuntamente vinculados a
negocios ilícitos. Finalmente se exige la "intervención permanente de las Fuerzas
Armadas en los puestos claves del organismo policial".
Aquel día saltó Legnani también Gravina el resto de los mandos permaneció
incólume. Bordaberry daba un nuevo giro de ajuste al tornillo de su silla presidencial
el cerrojo se terminaba de conformar: los más notorios hombres del golpe de junio
del 73 dejaban sin embargo alguna simbólica silla del Comando a militares
constitucionalistas como por ejemplo el General César Martínez.
Durante la noche de aquel 19 de octubre de 197'2 la legalidad sobrevolaba en
helicópteros de la Marina -adelantando lo que seria su reducto de la Ciudad Vieja
cuatro meses después- la casona

112
presidencial del Prado, en momentos en que estaban reunidos quienes sellarían la
suerte futura del Uruguay.

"LAS BANDERAS DE LA SEDlCION"


Lentamente, el eje de las contradicciones dentro de unas Fuerzas Armadas en
avance, irremediablemente se va desplazando. Los polos de "legalistas" y golpistas"
a comienzos de 1973, se trasladan a "golpistas" a secas. Observándose entre los
mismos dos grupos ya definidos, por un lado los golpistas de extrema derecha, por el
otro una serie de corrientes sustentadas fundamentalmente por cuadros medios que,
básicamente, se nuclean en torno a la premisa de que subversión no es solamente
sinónimo de tupamaros. Dentro de este grupo, por demás heterogéneo y
descoordinado entre sí se encuentran quienes, en el combate y posterior negociación
con el MLN, eran proclives a importantes cambios estructurales.
Una de las cabezas más visibles de este último nucleamiento, el Coronel Ramón
Trabal fue el responsable de la elaboración y redacción original de los -por demás
polémicos- comunicados 4 y 7. Los mismos, indudablemente sintetizan en más de un
aspecto planteamientos de la guerrilla tupamara. Hay que tener en cuenta además, los
profusos contactos, y negociaciones mantenidas por el redactor de estos comunicados
y otros oficiales con los tupamaros en primera instancia y luego con otras fuerzas
políticas de la izquierda, a través del pensamiento de hombres del Partido Comunista,
el Partido Socialista y la agrupación escindida de Partido Colorado que lideraba
Zelmar Michelini. Una vez sobre la mesa de las jerarquías militares, este documento
fue sufriendo modificaciones que reflejaban el punto de vista de los distintos
intereses existentes en el seno de las Fuerzas Armadas. Se buscó que el mismo fuera
satisfactorio y aceptado por la mayoría de los uniformados, de allí que el borrador
original perdiera distintos sesgos de "nacionalismo" e "izquierdismo" e incluso
mostrara a la luz pública más de una incoherencia en sus postulados.
No obstante puede afirmarse que estamos frente al punto culminante de toda una
larga serie de aproximaciones en lo que hace a una definición concreta de las Fuerzas
Armadas como tales.
Estos comunicados manejaban fundamentalmente objetivos de carácter
ejemplarizante y moralizador, nacionalistas a ultranza, de

113
Los Senadores Juan Pablo Terra y Zelmar Michelini

reforma social y económica, populistas con altas dosis de demagogia, de


paternalismo militar y bosquejos ideológicos.
Con una represión jamás vista en el país y niveles de tortura que sólo fueron
superados con el correr de los años, es que se emiten los mismos, guardando un
absoluto silencio en torno a los temas de las libertades democráticas y los Derechos
Humanos más elementales vulnerados sistemáticamente.
Este collage reivindicativo, debe entenderse a partir de todos aquellos que
metieron mano en el original elaborado por quien, no por casualidad, fuera asesinado
años más tarde en París
De tal forma esto es así, que el versátil extinto Coronel Néstor Bolentini en su
carácter de Ministro del Interior, al solicitar formalmente a la Comisión Permanente
del Legislativo, la prórroga de "la suspensión de las garantías individuales", barajó,
entre sus incomprensibles argumentos, que la "subversión no es meramente una
forma delictual. Hay una variedad y diversidad de causas que la promueven en el
país y en el continente. La subversión, además de un problema delictual, es un
problema bélico y un problema ideológico. No es sólo una forma de delito, es una
manifestación organizada para imponer un estado determinado, una cierta
organización política, social o económica por la violencia."
Este coronel, que siempre tuvo la habilidad de acomodar su juego al de los
ganadores ¿no estaría una vez más haciendo malabaris-

114
mo para quedar bien parado, fuera cual fuera el sector gol pista que capitalizara esta
situación? ¿o fue simplemente un buen actor, interpretando a la perfección el libreto
(que le indicaran quienes en definitiva ocuparían el poder a partir de junio de 1973?
Cualquiera haya sido su intención, como bien señaló alguien en la época "estas
palabras, aunque el Ministro del Interior no se lo haya propuesto, harán historia en el
Uruguay". Ese alguien no se equivocó.
"La subversión -agregó Bolentini- tiene una finalidad política que va más allá del delito. El delito
es el medio, el fin está en la programática. Tenemos que resolver este problema con las medidas
acertadas; y éstas son la conquista de las banderas que la sedición ha utilizado en el país y de todas las
que puede utilizar en el futuro.
Nunca pudimos ser tan ilusos en pensar que con armas, con fuerza, con tiros y con prisión, íbamos
a solucionar este problema convulsivo de la sociedad uruguaya. La lucha contra la sedición es la lucha
contra el descreimiento, contra la falta de fe cívica.
Naturalmente que el peligro para la seguridad interna de un país se reduce en la medida en que se
disminuyen las contradicciones de la organización política, social y económica. Cuanto más acertadas
sean las medidas, cuanto más nos acerquemos al ideal de justicia en lo social y en lo económico,
lógicamente más probabilidades tenemos de contener y de evitar las contradicciones que en la
sociedad política, crea la organización subversiva.
Este es un hecho que, a la altura de los acontecimientos, con la información que existe en el año
1973, no puede nadie, a ningún nivel, discutir.
De manera que, pretender erradicar la subversión con reacción, con la aplicación de medidas de
fuerza, es un profundo error, y nosotros decimos que no, que eso no puede ser".
Tal, el espíritu que signó toda una época a fines del 72 y principios del 73: el de unas Fuerzas
Armadas que se habían adueñado del Poder y que despejaban sus propias contradicciones tomando
para sí "las banderas de la subversión".

2. EL CLAMOR POR UNA TREGUA

A mediados de 1972 se comentaba, en algunos corrillos políticos, la posible


realización de conversaciones entre quienes estaban enfrentados armas en mano.
Algunos razonaban, con cierto fundamento, que de avanzar estas tratativas se
corría el riesgo de que las Fuerzas Armadas, todavía

115
poco politizadas en comparación al MLN, pudieran llegar a hacer causa común con
la sedición. No menos razón tenían los que sostenían que los militares ya nunca
volverían a los cuarteles, pasando a integrar de una u otra forma el gobierno. Para
otros, este diálogo podía ser el comienzo de una paz negociada que pusiera punto
final al derramamiento de sangre entre uruguayos. En el marco de esta última tesitura
se inscribe una propuesta pú- blica del líder de la coalición de izquierda General
Líber Seregni, realizada el 29 de abril, pocos días después de haberse dado el pico
más alto del combate entre las fuerzas en pugna:
"Si es que estamos en guerra, ésta tiene dos modos fundamenta les de resolución:
por diálogo entre las partes, o por exterminio de una de las partes. En nuestra historia
patria, las guerras internas han terminado con un diálogo. Finalmente, aun los
victoriosos, nunca llevaron la guerra hasta el exterminio del otro bando. Este es un
hecho constante en nuestra historia: las autoridades públicas de turno, en la ocasión,
han dialogado con la subversión. Y no se pretenda introducir distinciones falsas entre
'revoluciones' en el siglo pasado y 'subversión' en nuestros días. Para cualquier
gobierno de cualquier tiempo, aquellos que se han levantado en armas en su contra,
han sido “subversivos”."
Según se desprende de este pensamiento desde los ecos de la historia podría
haber llegado la solución a la compleja coyuntura por la que atravesaba nuestro país:
"Por eso, ahora, proponemos concretamente -continuó expresando aquella noche en
el Gaucho, el General Seregni- que se intente la salida del diálogo. Proponemos a las
autoridades públicas y a los tupamaros que se establezca un período de tregua, en la
lucha armada. Y que en ese período de tregua se establezca un diálogo. Estamos
seguros de que interpretamos un sentimiento popular profundo, que desea un 'alto el
fuego' entre los orientales. Todos sentimos ese clamor: ¡basta de muerte entre
orientales!"
Una semana después, la siempre influyente opinión de Carlos Quijano urgaba en
los caminos de la paz, que inexorablemente tenían su punto de partida en nuestro
propio pasado:
"¿Qué nos enseña la historia?" se preguntaba. "Y bien, que la paz, en la mayoría
de los casos, llegó por el diálogo y por el reconocimiento y establecimiento de
determinadas condiciones -electorales u otras- que en las circunstancias históricas en
que se convinie-

116
ron, eran la garantía de una paz con justicia. Por el retorno, además, de todos los
orientales, como lo decía la bella fórmula del 72 y del 97, 'a la plenitud de sus
derechos políticos y civiles, cualesquiera que hayan sido sus actos políticos y
opiniones anteriores', en virtud de lo cual se mandaba 'sobreseer en toda causa
política ordenándose que nadie pueda ser encausado ni perseguido por actos u
opiniones anteriores al día de la pacificación' ". La incisiva pluma de Quijano, una
vez más, se nutría de la vertiente que llegaba del ayer, entreviendo el futuro para
apostar a las soluciones del presente: "Pero la historia, nuestra historia nos enseña
algo más. Nos enseña que la represión implacable conduce a la dictadura o es la
dictadura -ahí está Latorre-, pero que también a través de las derrotas, cuando una
causa se identifica con la Nación, conquista la victoria."
Por aquellos días, ni Monseñor Parteli eludió el tema. Las diversas lecturas que
se pueden hacer de su mensaje, adquieren una dimensión especial: "Pienso que hoy,
como ayer y en todos los tiempos, la salida está 'en deponer intransigencias, y buscar
los puntos de coincidencia, que los hay ciertamente, hasta encontrar el camino de un
encuentro de todos los orientales. La guerra sólo conduce a la destrucción y alodio.
Gane quien gane, el que pierde es el país, son todos los orientales. La paz en cambio
es necesaria para instaurar la justicia, la justicia a su vez, afirmará la paz."
Transcurridos algunos meses, otra voz se unía al coro de los que exigían poner
fin al desencuentro: "¿Por qué no buscar, por lo menos -dijo Ferreira Aldunate-, algo
que nos encuentre a todos por encima de nuestras divergencias? ¿Por qué no hacer
flamear la gran bandera detrás de la cual podamos militar absolutamente todos los
uruguayos? Digo todos. ¿Por qué vamos a reconocer ésta, nuestra total incapacidad
nacional de conjugar un verbo común?"
El por aquel entonces muy joven Senador Luis Alberto Lacalle, seriamente
enfrentado con el hombre más votado en su partido, sobre este otro enfrentamiento
opinó en forma por demás atendible:
"Al aparato político se le enfrenta con el poder político, legítimamente
constituido por las autoridades de la República. El Poder Ejecutivo tendrá que tener,
la firmeza combinada esencialmente con el diálogo y coronada por la máxima virtud
que se le puede pedir a Un gobernante: la imaginación."
Lástima que a la hora de conjugar el verbo común, la Cámara de Senadores, el
Legislativo, no le dio a la paz la misma trascendencia,

117
ni le dedicó el mismo tiempo, que le dispensaba a la guerra. Curiosamente, una
alusión hecha al pasar por el Diputado Vivián Trías en una Asamblea General fue
retornada e increíblemente apareció, como pidiendo disculpas a mil y un temas que
juntos y separados se discutían a la vez en la Cámara Alta. "Planteamos
concretamente, la pacificación en base a una tregua y un alto el fuego" propuso
Michelini fundamentando unos pocos minutos en medio de tantas horas que se
estaban dedicando a otros temas. Ni siquiera ocupó un espacio importante en alguna
crónica parlamentaria.
"¿Hay posibilidades?:-preguntó en su brevísima intervención el ex secretario
personal de Luis Batlle Berres- ¿Los señores Senadores están dispuestos a votar de
inmediato la consideración de un alto el fuego acordando una tregua, discutiendo
determinadas condiciones? Nosotros estamos dispuestos -a hacerlo. Nombremos una
Comisión con el número de miembros que se crea conveniente para que se estudie
esa posibilidad. Nos parece que éste es el paso más importante que podemos dar hoy.
Esta es la misión histórica que tiene el Senado en la sesión de la tarde de hoy. Lo
demás serán, naturalmente, palabras, frases, conceptos y ratificaciones de concepto,
pero nada hay más importante que lo que se ha planteado ahora".
El Senador Singer sugirió que "para empezar a examinar y a pensar sobre este
tema tendría que haber una actitud, una declaración de parte del movimiento
tupamaro diciendo: nosotros estamos dispuestos a aceptar una tregua" a la vez de
exponer a propósito de la guerra que él entendía, estaba envolviendo al país.
Entonces "si hay guerra no son delincuentes, sino guerrilleros. -respondió Michelini-
e intervienen las disposiciones de la Carta Orgánica de las Naciones Unidas. En fin;
son una serie de cosas laterales..."
Finalmente este Senador concretó su propuesta de esta manera: "Mociono para
que se nombre una comisión que analice las posibilidades de que se concerte una
tregua en el Estado de Guerra Interno declarado por decisión de la Asamblea
General".
Sólo siete manos de veinticinco se alzaron afirmativamente.
La historia atestigua que en el fragor de la batalla se elevaron voces para la paz.
Hubo quienes -parcialmente- las escucharon, tan sólo eso; al pasarlas por el tamiz de
sus propios intereses, des dibujaron el alto objetivo que aquellas perseguían. Pudo
más el bajo precio " de la necesidad.

118
Nuestro pasado pudo ser distinto de lo que, en definitiva, fue.
Sin embargo, todo quedó en un descolorido intento

EL DETONANTE: LA MUERTE DEL CORONEL ALVAREZ


Quedaba superado el tiempo de las propuestas, corría el 31 de julio de 1972. El
Senado de la República, en agitada sesión serviría como caja de resonancia para
confirmar un rumor que dejaba de serlo. Una moción para rendir homenaje al
Coronel Artigas G. Alvarez, a quien, en esos días, los tupamaros habían dado muerte,
fue el detonante para que la población comenzara a tomar un tibio conocimiento de
ciertas tratativas imposibles de creer.
El minuto de silencio solicitado para homenajear al Coronel, posibilitó la
ruptura de más de un mes de ocultamiento sobre todo lo que estaba detrás de este
hecho. ¿Fue un atentado más en este clima de guerra interna? En principio muchos
pensaron que sí, sin embargo...
En aquella sesión parlamentaria se sucedían las condolencias con matices
lógicos; a la par, determinadas puntualizaciones de los discursos dejaban entrever
algo más.
"Esta muerte no hará variar a las Fuerzas Armadas un ápice en el cumplimiento
de su deber; solamente afirmará, sí, su determinación de seguir cumpliendo con la
obligación que se les ha impuesto, hasta las últimas consecuencias", dijo el Senador
emocionante Nelson D. Constanzo.
No eran éstas, sin embargo, las únicas palabras que daban para más de una
lectura en el ámbito parlamentario. Vasconcellos no demoraría en agregar la suya:
"Hay mucha gente interesada en que, en vez de que las heridas se restañen y el país
vuelva a la paz, siga germinando el odio, porque saben que en una situación de
violencia van a ser muchos más los que sigan enfrentados".
Rodríguez Camusso sería el primero en no circunscribir el homenaje al reciente
caído; el segundo sería Michelini y a través de sus palabras se entraría en la piedra
angular de este debate. "... nos duele esta muerte -dijo el legislador del FIDEL-
como nos han dolido otras, de militares, soldados o policías; como nos han dolido
raptos y secuestros culminados en crímenes atribuidos a organizaciones del tipo de
la del Escuadrón de la Muerte; como nos

119
ha dolido el crimen lamentable de Batalla y como nos dolió la muerte de ocho
militantes del Frente Amplio en el Paso Molino."
El férreo polemista Singer tocó, quizás, más de un punto clave al exponer: "Aquí,
exclusivamente, se fue a buscar al Coronel Artigas Alvarez con el deliberado,
calculado y premeditado propósito de aniquilarlo., para obtener a través de este
asesinato, un determinado fin. Es decir, para quienes lo cometieron, el Coronel
Alvarez no era una persona, un ser humano; era un simple medio del cual fácilmente
podían deshacerse para alcanzar un determinado objetivo".
Una lectura atenta de algunos de los conceptos vertidos en estos discursos
permite evaluar una serie de entre telones superpuestos. Cuando se señalaba a mucha
gente interesada en este hecho, queda abierta la interrogante de si se trataba de una
alusión exclusiva al movimiento guerrillero, por más que en el contexto de esta
sesión así quedara establecido.
Sabido es que las bajas se sucedían en uno y otro bando, alcanzando también a
otros sectores políticos e inclusive a quienes careo cían de militancia; ¿por qué
entonces esta muerte -una más en esta realidad- hacía pensar a los legisladores en
otras derivaciones, en una actitud distinta que asumirían las Fuerzas Armadas?
Parece atendible suponer que el blanco no fue elegido al azar. En el como bate no
convencional que se estaba desarrollando, los alzados en armas venían sufriendo los
más serios reveses de su historia. Estos llevan adelante esta acción en momentos en
que se producen serias divergencias en sus cuadros directrices y se imponía una línea
más proclive al accionar bélico que al político. "El designio de no chocar con las
Fuerzas Armadas -reflexionaba Carlos Real de Azúa en julio de 1971- y aun al
principio de la ambiciosa intención de dividirlas, el propósito de eludir en lo posible
todo enfrentamiento abierto con la policía, el descarte de una acción de terror
indiscriminado, representaron líneas de conducta seguidas con rigor mientras la
organización estuvo plenamente en pie, en libertad sus jefes principales y
puntualmente en forma -es de creer- sus enlaces jerárquicos. Cuando estas tres
condiciones se alteran en forma grave, debe suponerse también que no fue regulable
la acción de elementos con instintos más duros o con otra convicción en la eficacia
de cualquier violencia, como lo atestiguan atentados y muertes de agentes policiales,
sólo capaces de convencer a los muy convenci-

120
dos. Cierto es, y digámoslo con toda la equidad posible, que ya habían ocurrido
muchas cosas y el movimiento tiene víctimas y resentimientos desde algunos
episodios..." A un año de expuestos estos puntos de vista, esta situación se hace más
patética y de trágica acentuación.
En esta coyuntura de real desventaja, de desarticulación, y cuando la derrota tal
vez estuviera ya a la vuelta de la esquina, la guerrilla urbana desde su óptica trata de
apuntar alto. Si nos atenemos a esta lógica no eran muchos los uniformados que
reunían todo lo que simbolizaba el por entonces Director General de la Defensa
Civil. Procedía de una familia de fuerte raigambre en la órbita castrense; entre otros
vínculos sanguíneos era hermano del General Gregario Alvarez, quien ya se perfilaba
como una pieza fundamental de ese momento y un hombre clave en las Fuerzas
Armadas y en su futuro "Proceso",
Con la perspectiva del tiempo transcurrido se podría deducir con certeza: este
golpe aplicado al corazón del Ejército sugería, aún en pleno eclipse, que el aparato
armado del MLN en una acción desesperada intentaba indicar que había dos
caminos; o éste o el de la paz negociada.
Vistas así las cosas, algunos políticos podrían haber advertido en lenguaje cifrado
o en conocimiento de ciertos entre telones, la peligrosidad que entrañaba la
connivencia entre guerrilleros y soldados: "Los militares -nos dijo, no hace mucho en
rueda informal, el actual Presidente Sanguinetti- siempre consideraron con respeto a
los tupamaros, porque dentro de sus códigos era un enemigo que iba de frente y que
peleaba cara a cara, y por lo tanto, eran dignos de tratarse de igual a igual,
militarmente hablando, por más que fueran el enemigo y estuvieran dispuestos a
combatirlos hasta el exterminio.
Quienes afirmaron aquel día, que le ponía fin al mes de julio, que con esta muerte
se buscaba un fin o un objetivo determinado, convalidan todas estas aristas, pero ellas
no eran las únicas, como se vio al entrar en el debate parlamentario Zelmar
Michelini.
"Si es que vamos a desnudar nuestras mentes y nuestras almas -dijo el
representante de la 99-, hablemos de todo; hablemos de esos días que van del 30 de
junio al 23 de julio, en que hubo una tregua en el país. No tengamos temor Que
llamar a las cosas por su nombre. Si hablo, es para establecer así, claramente, cuál es
mi posición con

121
respecto a la muerte del Coronel Artigas Alvarez y mi respeto y i dolor por esta
muerte de un uruguayo. Pero en ese mismo día murió otro hombre tan querido por
sus amigos y por su familia y tan prestigioso en su círculo. Murió, según expresaron
sus familiares, también asesinado. Fue el Dr. Carlos Alvariza, quien no tuvo
posibilidad de ser juzgado, y de ser enterrado con honores. Apenas se le dieron unas
pocas horas a los familiares para que hicieran desaparecer su cuerpo; no. pudieron
participar a sus amigos y tuvieron que enterrarlo con temor, eligiendo la hora para
poder hacerlo en medio de un silencio que ahondaba, aún mucho más, el terrible
sufrimiento que padecían. No hubo homenaje para ese hombre caído, y no se le
rendirán, seguramente, en este Cuerpo. Hablemos sobre todo de la tregua, de una
tregua que existió, de una tregua que se rompió y tuvo como sus dos primeras
víctimas: al Dr. Alvariza y al Coronel Alvarez. Hablemos de las conversaciones que
hubo entre los tupamaros y parte del Ejército, que son conocidas por todos los altos
círculos políticos del país, conversaciones trabajosas, donde por ambos lados se trató
de establecer las condicionantes para una paz que se presumía podía ser definitiva."
La tregua, la negociación entre el MLN y las Fuerzas Armadas; tabú hasta
nuestros días, daba a luz ante la opinión pública más informada, en esta sesión
parlamentaria.

"NO HACEMOS TREGUA CON ASESINOS"


Ya en uso de la palabra Zelmar Michelini, el homenaje pasó a un segundo plano;
las interrupciones, las campanas de orden, los gritos y epítetos de grueso calibre, se
sucedían unos a otros poniendo en relieve lo grave y dramático del trasfondo de toda
esta situación. El clima de escándalo generalizado que se vivió a partir de ese
instante, apenas tuvo sesenta segundos de pausa, el minuto en el cual todos se
pusieron de pie para el ya deteriorado, homenaje.
Algunos de los conceptos barajados eran de este tenor: "No hacemos tregua con
asesinos", señaló desaforadamente una y otra vez Caputti. "Me da vergüenza lo que
está pasando. Estamos honrando la memoria de un muerto", manifestó Ferreira
Aldunate tratando de encauzar la bataola parlamentaria. Vasconcellos se mostró
sorprendido y preocupado por las alusiones a la tregua: "Creo que el

122
tema tiene entidad suficiente -dijo- e importancia nacional adecuada para que
sepamos como han ocurrido estos hechos de los cuales nosotros nos enteramos por
primera vez en la noche de hoy." Seguidamente mocionó para que se diera cuenta al
Poder Ejecutivo de lo que allí se estaba denunciando, lo cual no prosperó: "Declaro
que no estoy dispuesto a votar un mensaje -sentenció Ferreira Aldunate- para avisarle
al Poder Ejecutivo sucesos que obran en su conocimiento, de los cuales está muy
bien informado y, además, sobre los cuales supongo que habrá tomado las actitudes
pertinentes en defensa de las Instituciones."
En medio de sorprendidos, conocedores que no conocían, verdades a medias,
aportó lo suyo en esta especie de juego de la mosqueta el Dr. Ravenna: "La denuncia
que ha formulado el Senador Michelini, consideramos que es gravísima, si se está
hablando de una tregua entre el Ejército y las fuerzas subversivas. Desde ya digo que
nuestro grupo, que es el que ha llevado al Presidente al poder, junto con otras
fracciones del Partido Colorado, desconocemos estos hechos que se han denunciado.
Esta información, nos pone en una dificilísima situación. Desde ya decimos que no
creemos y que tendríamos que tener pruebas muy firmes ala vista, para que nos
convenzan de una actitud tan irregular como la que se echa en cara al Ejército de
nuestro país, que no tiene una tradición de este tipo, sino todo lo contrario."
Todo este asunto, sin embargo, nunca fue aclarado debidamente. Una sesión
secreta que fue planteada lo fue tanto que nunca se hizo; un Ministro al que se le
pasó la versión taquigráfica de todo lo allí dicho y que fuera aludido constantemente,
no se dio por aludido; la forma en que se entendió necesario responder a estas
inquietudes de los legisladores provino de las propias Fuerzas Armadas que eran el
rey en el ajedrez del gobierno.

LAS FUERZAS ARMADAS DESMIENTEN MINTIENDO


"Ante lo expresado por el Senador Zelmar Michelini en la sesión de la Cámara
Alta del día 31 de julio próximo pasado, afirmando que 'del 30 de junio al 23 de
julio hubo una tregua' y que 'hubo conversaciones entre los tupamaros y parte del
Ejército', la Junta de Comandantes en Jefe hace saber a la opinión pública que en
nin-

123
gún momento las Fuerzas Armadas han llevado acabo tratativas de ninguna índole
con organizaciones criminales cuyos propósitos antipatrióticos son por demás
conocidos."
Así respondía tan sólo 24 horas después la Oficina de Prensa de las Fuerzas
Conjuntas. El tenue rayo de luz que significó la tajante revelación de lo que ocurría a
puertas cerradas dentro de los cuarteles expuesta por Zelmar Michelini avalado por
Wilson Ferreira Aldunate, era eclipsado por un manto de oscuridad. Como acotación
al margen, resulta interesante tener en cuenta, que durante el apogeo del proceso
cívico-militar; al querer hacer la historia de estos sucesos, la versión de los
ganadores, reza: "Ante manifestaciones formuladas en el Parlamento por
representantes pro-sediciosos, las FF.CC. libran un comunicado en el que aclaran que
no pactan con la sedición ni están realizando tratativas de tregua".
El lenguaje dirigido a la opinión pública solía hablar en términos de buenos y
malos; así se manejaban las cosas en lo que se podría catalogar como la superficie de
los hechos. En el fragor del combate que llevaban adelante las Fuerzas Conjuntas,
contra quienes calificaban como el enemigo de la patria, les espantaba la sola idea de
admitir una tregua. Cualquier tipo de intercambio presuponía algún flanco débil para
los entonces paladines del orden y la justicia nacional.
Los senadores que aseguraban que no se hacían treguas ni con asesinos ni
delincuentes, habrán respirado hondo al tomar conocimiento de este comunicado,
más allá de que -por ejemplo- resulta imposible comprobar la pretendida veracidad
de seiscientas once operaciones que, según el mismo, se llevaron adelante durante el
período en cuestión.
La historia -como ya veremos- no le pondrá acá el final al tema. El comunicado
tampoco. "... se rechazan por calumniosas tales expresiones -agrega la Junta de
Comandantes en Jefe, refiriéndose a la tregua- y deploran que el privilegio
constitucional de la inmunidad parlamentaria sea utilizado con el infame y vil
propósito de desprestigiar a las Fuerzas Armadas ante la opinión pública, siendo la
única finalidad de aquella defender los altos intereses del país, fuera de todo otro
objetivo que no sea el cumplimiento de tal propósito".
No nos detendremos en la endeble afirmación de que la única finalidad que
perseguían las Fuerzas Armadas era defender los altos intereses del país; "el
Proceso", por sí solo, desmentiría que el único

124
objetivo que se habían impuesto era el cumplimiento de tales propósitos. Pero en
aquellos años -cuando estaba en ronda una nueva prórroga del Estado de Guerra
Interna y la suspensión de las garantías individuales- el panorama no se presentaba
así de claro, máxime cuando a la población se la aturdía día y noche con
comunicados de igual tenor y declaraciones de políticos avalando esta ideología. Por
el contrario, las voces disidentes, incluso aquellas que se alzaban en el Senado, no
eran recogidas por los grandes medios de comunicación, teniendo apenas cabida en
alguna que otra publicación.
Curiosamente las Fuerzas Armadas, unos años más tarde, en su soberbia,
creyéndose eternamente victoriosas, desmintieron, en parte, sus propias afirmaciones.
En este juego de verdad-mentira, reinstaurada la democracia, cuando empezaron a
ser conscientes de lo efímero de su victoria y de lo relativo de la misma, los propios
Comandantes en Jefe, responsables de este comunicado, darían otra interpretación
del espíritu del mismo.
Michelini no dejaría pasar mucho tiempo para desmentir el desmentido: "Lo que
planteo tiene preeminencia sobre todos los temas, porque es una cuestión de fueros"
gritó con fuerza al otro día de conocido el comunicado de los mandos. Una semana
des-

Los Comandantes en Jefe de la Armada y la Aérea: Zorrilla y Pérez Caldas

125
pués -exactamente el 8 de agosto- se explayaría a gusto y gana, dividiendo su
exposición en dos partes.
La primera de ellas dirigida directamente al comunicado de las Fuerzas Armadas,
haciendo hincapié en la violación que se le hacía a la Constitución, puesto que éstas
no pueden hacer declaraciones políticas de ningún tenor y mucho menos cuestionar a
un legislador. Resulta instructivo, también, cotejar estas reflexiones de Michelini con
la realidad más actual que vive nuestro país: "¿Pueden acaso las Fuerzas Armadas
deliberar? ¿Pueden reunirse para expresar opinión? ¿Pueden los mandos transmitir a
los Ministros una opinión para que éstos la expresen en el seno de una Comisión del
Poder Legislativo? Sabemos que no, que toda disciplina de estructura castrense
indica otra cosa y es que las Fuerzas Armadas no pueden tener opinión sobre los
problemas del país".
La segunda parte en que dividió su exposición se refiere pura y exclusivamente a
este tema: la tregua. Expuso prácticamente todo lo que estaba en su conocimiento
con lujo de detalles, como para que no quedase la más mínima duda de la existencia
de la misma. A pesar de ello, durante más de una década no dejaría de ser la versión
de un Senador, más aún si tenemos en cuenta los conceptos manejados por otros
Senadores como Caputti (por citar uno) o las Fuerzas Armadas.

" ¿POR QUE VAMOS A CALLAR ESTO?"


"Yo deseo saber si esto se puede silenciar -se preguntó en voz alta Michelini-, si
se puede callar; en virtud de qué principio o de qué supremo interés puede silenciarse
algo que afecta a la propia vida del país, su orden de todos los días, donde está en
juego la vida de muchas personas. Cuando nosotros reconocemos públicamente que
integrantes, de las Fuerzas Armadas conversaron con miembros del MLN y
establecieron una tregua, lo que estoy diciendo es que esa tregua pudo haberse
convertido en paz."
El Senador Caputti interrumpió para reafirmar el espíritu del comunicado de las
Fuerzas Armadas señalando que "se pudo haber ofendido al Ejército de la Nación
porque desde ningún punto de vista es admisible que las Fuerzas Armadas
democráticas de nuestro país, estén considerando una tregua con los enemigos de la
Repú-

126
blica ".
Al retomar su exposición Michelini se fue acercando al centro de su denuncia:
"En el mismo momento en que las fuerzas del orden establecen una clara primacía
sobre el MLN, se producen las conversaciones. Sin dar un solo paso atrás en sus
convicciones, la mayoría de los oficiales que tomaron contacto con los integrantes
del MLN, fundamentalmente con maestros, con estudiantes, y con médicos,
comprenden ahora las causas que llevaron a esos hombres a hacer esta lucha,
equivocada o no, con acierto o con error, más allá del juicio de valor que merezca.
El 30 de junio hubo una propuesta concreta -entendí que del Ejército, después se
dijo que de algunos oficiales- a integrantes del MLN, en una determinada unidad. A
esos efectos, algún dirigente tupamaro que había estado detenido en Punta de Rieles
fue sacado de allí y llevado a esa unidad militar. El Ejército reclamaba la entrega
total de los dirigentes del MLN y estaba dispuesto a saber en qué condiciones se
podía conversar con esos dirigentes a los efectos de lograr ese fin. Pero se reunieron
los tupamaros que estaban detenidos y deliberaron.
Incluso más, uno de los tupamaros detenidos pudo salir al exterior a los efectos de
conversar con sus compañeros en la clandestinidad. Salió acompañado por un oficial
y no sólo una vez. ¿Por qué vamos a callar esto?"
La propuesta, que sólo contó con siete votos favorables en el Senado, igual se dio:
"Esa paz y tranquilidad se lograron durante 20 días, sin que el Ejército dejase de
desarrollar ninguna acción, pero las condiciones de la tregua, fueron con el
compromiso de que los tupamaros no realizasen ninguna acción o atentado de
carácter individual o colectivo. Y el Ejército se comprometió a dar a los prisioneros
un trato digno y correcto, reclamado por los tupamaros.
Tanto se conversó, que nadie pensaba que las conversaciones: pudiesen terminar
o se pudiese suponer deslealtad por alguna de las dos partes, por el hecho de que en
una acción muriese algún tupamaro o integrante del Ejército. No, eso quedó
establecido. Los tupamaros no se responsabilizaban por aquél que, siendo detenido o
queriendo defenderse, pudiese reaccionar de alguna manera. El Ejército, por
supuesto, de ninguna manera dejaba de lado lo que pudiese ser la actitud represiva,
de si en la acción tenía que matar a
127
… se habló no sólo del problema en sí mismo de las acciones, de la rendición de los
jefes tupamaros reclamados por el Ejército y de la entrega de las armas, sino de la
contrapropuesta, que vino de los tupamaros y que fue estudiada a nivel militar y,
posteriormente, de los grandes problemas del país, es decir, del problema de la
reforma agraria, de la promoción industrial, de la corrupción, de la especulación, del
endeudamiento externo, de la recuperación.
No sólo se habló de reforma agraria, de incentivación industrial, concretamente
de la industria pesquera, de la deuda externa, de la distribución de la riqueza, ni
solamente se estableció la forma en que podían entregarse las armas, no sólo hubo
contrapropuestas por parte de los tupamaros a los efectos de poder ver si se podía
llegar a una solución. Los tupamaros manifestaron que no se entregaría ningún jefe,
pero que estaban dispuestos a salir al exterior. Esa era una de las condiciones para la
paz. Manifestaron, además, que estaban dispuestos a regresar al país en el caso de
que las condiciones de una ley de recuperación social se los permitiese, sin empuñar
nunca más las armas, en la medida en que el país fuese progresando y dejando de
lado todos los vicios, defectos y errores que había tenido durante todo este tiempo y
que habían motivado su movimiento. Se discutió también .sobre las torturas. Y
mientras los tupamaros afirmaron la vigencia y la existencia de las torturas, los
militares las negaron. Y sobre este tema hubo un duro diálogo.
Me extraña muchísimo que quienes conmigo conversaron -autoridades del
gobierno-, y lo hicieron con otros hombres, no hayan comentado este mismo asunto
con los Senadores de su partido.
Porque nuestro país de lo que está harto -y ésa es una de las causas de la
sedición- es de los tapujos, de las mentirillas, de los escondites a los que juegan los
hombres, diciendo públicamente una cosa y haciendo otra en privado y callando,
negando o silenciando, muchas veces, las que eran realmente conocidas.
Se conversó sobre la corrupción administrativa en el país y la necesidad de
enfrentarla. En eso coincidieron plenamente los oficiales y los tupamaros. Hubo,
además, una exigencia por parte de los tupamaros con .respecto al tratamiento que se
podía dar a los elementos llamados periféricos que habían caído en manos de las
Fuerzas Conjuntas y que estaban sometidos a Juez Militar o ya habían sido
procesados. Y hubo prácticamente un reconocimiento

128
de que ése podía ser uno de los puntos en los que podía haber un entendimiento Y
establecerse finalmente, la paz definitiva."
De esta forma documentaba este Senador lo que consideró, sin ninguna clase de
equívocos ''uno de los hechos más trascendentes de los últimos tiempos".
Las interrupciones estuvieron a la orden del día en esta larga exposición. "La
expresión 'tregua' significa un entendimiento, una concesión recíproca, entre una y
otra parte, para cumplir determinadas obligaciones emergentes de ese acuerdo. Y
puedo afirmar que ese acuerdo jamás existió. Que los grupos sediciosos hayan
querido rendirse incondicionalmente o terminar su lucha subversiva en el país, es
otra cosa probable". Así se expresaba el Senador quincista Eduardo Paz Aguirre; su
colega de Partido, el pachequista Agustín Caputti, reafirmaba sus propios puntos de
vista ya sustentados anteriormente y que no deparaban un matiz muy distante del
expuesto por el representante de Unidad y Reforma: "Afirmamos rotundamente, en
representación del Gobierno de la República, de que todo lo que se ha dicho acá es
erróneo. Las informaciones que tiene el Senador Michelini, no son ciertas y nos
quedamos con el pronunciamiento categórico, enérgico y debidamente clarificado en
sus términos, de las Fuerzas Conjuntas. Yo, a las Fuerzas Armadas, no les hago la
ofensa de decir que están al servicio de la traición de las instituciones. Eso es lo que
estaría haciendo, definitivamente, el Comando de las Fuerzas Armadas, si las
informaciones del señor Senador fueran ciertas."
Como bien se le señaló al Senador Caputti cuando se lo invitó a no pronunciar
afirmaciones irreparables, la historia estaba observando ya, quienes se equivocaban y
quienes no, en la Cámara de Senadores.
El final de tan tensa como importante sesión tuvo el triste epílogo que solían tener
este tipo de episodios. Enrique Rodríguez sólo atinó a decir "Nosotros aspirábamos,
señor Presidente..." cuando se le indicó: "No hay número para continuar sesionando.
Se ha llamado a Sala insistentemente, y no hemos podido conseguir el quórum
necesario. Se levanta la sesión, por falta de número..."

129
UNA TREGUA QUE SIGUlO DANDO QUE HABLAR
¿Alguien puede creer que la falta de quórum Se debió al agotamiento físico de
los legisladores, a la urgencia por tratar otros temas y/o a la indiferencia que
habitualmente se tiene para los asuntos intrascendentes? Ni el más ingenuo de los
habitantes de este país puede sostener tales afirmaciones. Al desarrollarse esta sesión
inconclusa, la tregua ya era un hecho consumado, pero fundamentalmente lo que
resultó determinante para que no hubiera ningún tipo de resolución fue que, a la vez,
hubiese fracasado.
Nadie quiso satisfacer sus dudas y tampoco a nadie le preocupó el sinnúmero de
interrogante s -por demás candentes- que se abrían, que comprometían en más de una
forma, que llevaban a tomar posiciones, definiciones, apreciaciones que podían tener
derivaciones insospechadas a medida que el fantasma del golpe de Estado rondaba
las instalaciones del Palacio Legislativo.
Tan sólo a manera de ejemplo, Wilson Ferreira Aldunate, que había dicho el 31
de julio que el Poder Ejecutivo estaba al tanto de estas negociaciones, el 8 de agosto -
en cambio- manifestó que quería creer que era cierto lo que allí se estaba
denunciando.
El precipitado y dinámico transcurrir de los hechos que se sucedían por aquellos
días, conspiró para que esta coyuntura tan especial quedara sepultada por el alud de
otras.
Se especuló en el momento, y aún hoy muchos lo creen, que los parlamentarios,
por sugerencia del Poder Ejecutivo, liquidaron este tema en una sesión secreta, pero
lo cierto es que todo quedó en el intercambio fugaz de un disimulado acuerdo que
salió del ambulatorio rumbo al salón de los pasos perdidos.
Como todo lo que no queda definido, cada tanto volvió a emerger. Así ocurrió
antes y durante la dictadura militar.
El 22 de setiembre de 1972, el Senador Terra da lectura a un artículo aparecido
en .la publicación de análisis latinoamericano, Visión, que dice: "Un curioso proceso
se ha estado produciendo en la trastienda militar. Los altos y medianos jefes de las
Fuerzas Armadas han sostenido constantes y largas charlas con los tupamaros
detenidos, en un esfuerzo por entender sus motivaciones. Los resultados de estos
contactos, han sido explosivos. Los militares en privado reconocen, casi
unánimemente, que los tupamaros son parte de la elite del país y que su lucha es
justa pero, obviamente,

130
que su conducta y su método son insanablemente vituperables.”
El 30 de noviembre de ese mismo año, el Senador Enrique Erro lamentó la poca
importancia dada al tema. "En un momento determinado, se produjo un diálogo
entre quienes estaban con su uniforme Y los que habían sido detenidos por ellos.
Fue un diálogo no de simple intercambio de ideas sobre temas baladíes sino sobre
soluciones de fondo para la crisis del país, que puede haber recorrido desde el
problema de la tierra hasta el de la banca, del de la corrupción hasta los robos a alta
escala realizados a la República, del drenaje de divisas, hasta la falta de trabajo, los
salarios insuficientes y las jubilaciones ridículas para más de cuatrocientos mil
compatriotas. La historia del país siguió, desde aquel quince de abril penoso en que,
como quien aprieta un botón, se puso en funcionamiento la fuerza. Afirmamos
entonces y reiteramos ahora, que quien tenía la posibilidad de volver hacia el lugar
natural las cosas, no lo hizo, lo decimos a quienes por imperio de muchas
circunstancias votaron la declaratoria del Estado de Guerra Interno por primera vez
en la historia del Uruguay, haciendo que corriera sangre. Dijimos que esto tenía
que suceder en los enfrentamientos y en esta hora no se encuentra la salida a lo que
es, quizás, la más grande crisis del país.
Esto significa que aquellas conversaciones y aquellas presencias tenían un sentido de
profundidad, que siempre se quiso negar en la Asamblea General, y tengo para mí,
que ello ocurrió por falta de estudio de la realidad nacional, por vivir de espaldas a
ella, por no querer enfrentar las situaciones que se estaban dando dramáticamente en
el país, configurando, lo que yo llamaría con el título de una obra de quien fuera un
ilustre escritor compatriota: En la cruz de los caminos".
El 29 de marzo de 1973, el Senador Dardo Ortíz, en directa respuesta a un
extenso documento emitido por las Fuerzas Armadas, donde se señala con el dedo
acusador a casi todos los sectores políticos de haber mantenido conversaciones
secretas con representantes de "la subversión", invierte diametralmente los términos:
"Cuando se dice que ciertos sectores mantuvieron contactos con los sediciosos, debe
hacerse una precisión bien clara: ¿Qué sectores, qué contactos y para qué? Porque
seguramente a las Fuerzas Armadas no les gustaría y aún se sentirían ofendidas si se
les dijera que en el contacto que ellas tuvieron con los sediciosos detenidos, los
temas han excedido de lo que tendría que haber sido un mero interrogato-

131
rio a un acusado, para transformarse, en algunos casos, en intercambios de puntos de
vista, en argumentaciones y yo casi diría, en lecciones recibidas sobre temas político-
sociales. Puede que no les gustara que yo supusiera eso de su contacto con los
sediciosos y no lo suponemos porque no tenemos pruebas".
Ese mismo día y a propósito del punto de vista que sustentaban las Fuerzas
Armadas, otro legislador de los partidos tradicionales, en este caso colorado, el Dr.
Amilcar Vasconcellos -obviamente manejando distintos elementos de juicio que los
de su par blanco fue categórico y concreto al afirmar disipadas todas las dudas que lo
envolvían el 31 de julio del año anterior, cuando irrumpía por primera vez este tema,
"... aquello que afirmaba Michelini de que esas entrevistas se habían hecho, era
cierto. Efectivamente, las entrevistas se realizaron -ahora lo sabemos- entre los
principales jefes del movimiento tupamaro y altos jefes castrenses, en el Batallón de
Infantería número l. No sabemos qué se conversó; no sabemos el contenido, pero
sabemos que esas conversaciones fueron realizadas."
Abril de 1977. Acallado el Parlamento, amordazada la prensa, reducidos a su
mínima expresión los partidos políticos, transformado el país en una enorme cárcel,
bloqueadas las fronteras a toda información proveniente del exterior; como suele
ocurrir desde tiempos inmemoriales, los vencedores escribían la historia. Su historia.
A la única voz que secuestró a la verdad, no le alcanzó con disponer a gusto y
gana de la cadena de radio y televisión del país, de espacios gratuitos y obligatorios
en todos los medios de comunicación de la prensa oral y escrita, también tuvo que
editar sus propios libros. La Junta de Comandantes en Jefe produce su primera
voluminosa obra titulada: "La Subversión, las Fuerzas Armadas al pueblo oriental".
Más allá de la arrogante pretensión que se desliza en su denominación, su principal
caudal de lectores fueron los propios uniformados. A esa altura, aun quienes
acompañaron en un primer momento a los golpistas ya no encontraban justificativo a
tal adhesión, por más que se escribieran setecientas setenta y seis páginas de
argumentos muy bien impresos. Al ser casi exclusivamente una publicación de
circulación interna, poco o nada importaba que la versión que se da de las
negociaciones de 1972, entre el MLN y las Fuerzas Armadas, se aproximara en
alguna medida a la verdad.
La primera referencia que se encuentra sobre este tópico es por demás somera.

132
"Se producen así, en cadena, descalabro tras descalabro (descubrimiento de
refugios, berretines y centros de apoyo logístico y sanitario, caídas del 'Complejo', el
'Caraguatá' y las 'cárceles del pueblo', de las tatuceras y berretines del interior,
detención de Sendic y arresto de gran cantidad de otros sediciosos, desbaratamiento
de las columnas que operan en el interior y en Montevideo, etc.), lo que lleva a la
organización a formular propuestas de paz, que son rechazadas, 'finalizando la lucha
con su total derrota en el plano militar y un elevado número de detenidos."
Doscientas treinta y cinco páginas después, curiosamente, como culminación de
la obra, se pretende -con notorias reservas- ahondar sobre el tema:
"En el mes de julio de 1972 y ante la evidencia del creciente descalabro de la
organización, el Comité ejecutivo del MLN-T planteó la posibilidad de llegar a una
fórmula de paz. En su planteamiento habla de una posible solución que, además 'de
apaciguar a los distintos sectores y grupos en actitud de resistencia al régimen o en
armas contra él', signifique al mismo tiempo 'un avance en la producción del país y
la distribución de la riqueza nacional', extendiéndose sobre las bases, 'que todo el
mundo apoya', de acuerdo con las cuales debería ser atacado el frente económico:
reforma agraria, fomento de la pesca, plan de urbanización, vivienda, saneamiento
de la intermediación y el crédito, todo en poder del Estado, es decir, nacionalización
del comercio exterior y del crédito, a lo que debería añadirse la de todos los
escalones de la intermediación hasta llegar al producido. La rendición incondicional
no es posible: 'Un desmantelamiento del MLN sólo lo concebimos cuando
comiencen a atacarse los males que aquejan al país, y teniendo en cuenta que sus
miembros merecen un trato social honroso ya que no creemos ser delincuentes, sino
orientales que luchan por lo que consideran justo'. 'Con la entrega de los dirigentes
se lograría un gran impacto propagandístico pero en materia de pacificación se
lograría exactamente lo contrario de lo que se busca”, etc,"
En la cronología que los autores hacen de los hechos de acuerdo a su parecer, se
especifican fechas y se agregan algunos pequeños detalles, provenientes de la
documentación entregada por el MLN: "5 de julio. El Ejecutivo del MLN-T formula
una propuesta para la 'pacificación del país'. Ante la reclamación de una rendición
incondicional, responden que no es posible, pues 'no nos consideramos

133
derrotados y estamos seguros de que si la dirección se entrega, otros compañeros
seguirán la lucha y aun si estos se entregaran, los que hoy están en el exterior la
reemprenderán tarde o temprano..."
Lo primero que resulta llamativo en este puntilloso y por demás extenso
compendio sobre la subversión, es que se le dedique a este tema apenas estos
párrafos. No menos peculiar es la insistente utilización de "etcéteras", disponiendo de
tantas páginas para explayarse y siendo ésa la característica estilística del resto de la
obra. Si incluimos los otros volúmenes editados, de igual tenor, encontramos que en
más de dos mil páginas redactadas, las únicas referencias a la "tregua", son las ya
señaladas.
Pero además: ¿qué se escondía detrás de los "etcéteras"?; ¿por qué esta amnesia u
omisión deliberada?
A quién creerle: ¿al comunicado emitido por las Fuerzas Conjuntas el primero de
agosto de 1972, rubricado por la Junta de Comandantes en Jefe o a este libro
elaborado por otra Junta de otros Comandantes en Jefe?

LA CONTRAPROPUESTA TUPAMARA
"RESPUESTA DEL MLN 5 de julio (de 1972)
Ante la propuesta de rendición incondicional tenemos que contestar que ella no
es posible por las siguientes razones:
1) Nuestra lucha tiene origen en las circunstancias de atraso e injusticia que aquejan a
nuestro país. Estas circunstancias no han cambiado.
2) Un desmantelamiento militar del MLN sólo lo concebimos cuando comiencen a
atacarse los males que aquejan al país. Si esto no sucede, nuestro gesto de rendición
sería estéril. Estéril porque ningún compañero aceptaría hoy, por no comprenderlo,
un paso así. Estéril porque no conduciría a una PAZ REAL, desde el momento que
las causas de la protesta y disconformidad permanecerían intocadas.
Sin embargo, queremos dejar clara que nuestra voluntad es de pacificación y que
vemos con satisfacción y expectativa el paso dado por las FF.AA.
Como demostración concreta de esa voluntad, estamos dispuestos a detener nuestras
acciones e invitamos a las FF .AA. a dar un trato digno a todos cuantos hoy son sus
prisioneros.

134
Esto puede ser un primer paso efectivo hacia la paz que todos le anhelamos, ya
que con él estaríamos evitando que se agrande la distancia que hoy separa a los
orientales, hasta el punto que mañana sea infranqueable, lo que sería trágico para la
patria. Permitiríamos que el tiempo restaurara las heridas que hoy no podemos dejar
de constatar, hacen muy difícil la comprensión mutua. Crearíamos condiciones aptas
para que se avance o se comience a avanzar hacia medidas de una PAZ REAL y
tendríamos oportunidad de contestarle.
No duden que si las FF.AA. o quien sea, inician o ayudan a iniciar un camino de
Reconstrucción Nacional nos encontrarán a su lado incondicionalmente.
Quedamos a la orden para cualquier tipo de contactos y esperamos la respuesta a
esta nota hasta el 7 de julio a las 18.00 horas.
EL COMlTE EJECUTIVO DEL MLN (TUPAMAROS)
APORTE DEL MLN para un plan de pacificación real
Entendemos que se trata de lograr una fórmula que permita apaciguar a los
distintos sectores revolucionarios, y al mismo tiempo signifique un avance en la
producción del país y en la distribución de la riqueza nacional.
Pensamos que hay que institucionalizar la pacificación a través de una ley o
paquete de leyes de Pacificación Nacional que se vea como una salida,
simultáneamente a la situación de estancamiento económico, de injusticias sociales y
de lucha y odios político-sociales.
El frente económico sería atacado con las bases que todos proclaman: Reforma
Agraria, fomento de la pesca, retorno de los técnicos, etc., pero eso tendría que
concretarse hasta el detalle.
Para el desarrollo económico, vemos también de dar prioridad a dos rubros que
podríamos llamar:
1) Expropiación de todas las tierras en situación actual de latifundio para lograr
mayor productividad y una más justa distribución de su producido.
2) Montaje de una gran industria pesquera.
Lo primero, calculando el área total expropiada en unas 5:500.000 há que necesita
una mística nacional, ya que entre otras cosas necesita un traslado masivo de
población al campo (o

135
retorno a él) de cerca de 300.000 personas para el área afectada por la reforma, que
es apenas un tercio del territorio nacional.
Para calcular aproximadamente lo que significa en mano de obra y radicación de
familias, un plan de esta envergadura, multiplíquese el número de personas que
absorbe la Unidad Cooperaria No. 1 de Cololó en 3.000 há por las veces que estas
unidades deben repetirse en el área a expropiar.
Se verá que el primer problema de una Reforma Agraria en el país, es el de la
construcción de viviendas rurales y traslado masivo de la población (ya que en
campaña el aparato productivo se cubre penosamente con 100.000 brazos útiles y
300.000 habitantes en total).
Desde luego que el aliciente para crear semejante éxodo a la campaña, puede ser
casa y empleo remunerativo sin perjuicio de una mística de Empresa Patriótica que
se puede lograr en ciertos sectores.
Desde luego los planes de vivienda actuales, sufren una variación fundamental
por estos planes, ya que ahora están destinados a cubrir el déficit en las ciudades.
En síntesis, la Reforma Agraria implicaría como primeras medidas:
1) Expropiación paulatina, pero a gran ritmo, y reforma de las grandes estancias
(unas dos mil), manteniendo intocados el aparato productivo actual, por ahora, en los
otros sectores del agro.
2) Un plan de Urbanización (caminos, sanidad, escuelas, viviendas) parecido al
de la Unidad Cooperaria Cololó, para estos establecimientos, adaptados a cada
estancia para aprovechar lo ya existente.
3) Institutos de preparación masiva, elemental y sumaria para el trabajo del agro.
4) Medidas propagandísticas y de estímulo para provocar el éxodo de la mejor
mano de obra al campo. Se podría hacer una experiencia modelo con las 30.000 há
de Silva y Rosas (ya expropiadas y planeadas como complejo agro-industrial).
En lo que respecta a la Industria Pesquera que empiece a aprovechar lo antes
posible las fabulosas riquezas ictiológicas de la costa atlántica, serían medidas
concretas:
1) Suplir la precaria flota de lanchas de los pescadores de la zona del Chuy a La
Paloma por embarcaciones de gran calado y

136
puerto o puertos para las mismas.
2) Instalar una planta industrial para el aprovechamiento total de la pesca.
La ley o Leyes de Pacificación deberían contemplar también, medidas inmediatas
para sanear la intermediación y el crédito (ferias ganaderas, acopiadores de frutos del
país, frigorífico s compradores, barracas mayoristas, importadores y bancos), es
decir, debe quedar todo el poder en manos del pueblo o bajo su control. Entonces a la
nacionalización del comercio exterior y del crédito debe añadírsele la de todos los
escalones de intermediación hasta llegar al productor.
En cuanto a la pacificación de los sectores sociales desconformes, y en actitud de
lucha activa, ella depende de la convicción con que vean marchar estos planes como
auténticos, y la medida en que el gobierno sepa integrar a gremios y movimientos
políticos que agrupen a estos sectores a la vida nacional.
Para el caso concreto de los presos políticos y el M.L.N. vemos las siguientes
medidas:
Como personas que han sufrido un proceso de destrucción de su hogar, pérdidas
de empleo, etc. constituyendo una buena materia prima para incorporarlos al trabajo
antes mencionado en el agro (no hay que olvidar que la experiencia de los Kibutz en
Israel fue buena, en cuanto a incorporar a granjas colectivas a personas de la más
variada extracción y preparación intelectual).
Por lo tanto, la Ley de Pacificación a este respecto debería contener disposiciones
para instalar un instituto de preparación para el trabajo del agro en el Penal de
Libertad u otro lugar, y libertades de todos los presos políticos en seis meses, un año,
un año y medio, con destino a estos trabajos. Respecto a clandestinos y otras
personas organizadas o en exilio, se incorporarían inmediatamente a los trabajos sin
pasar por las prisiones; lo mismo los dirigentes.
La entrega de armas y materiales sería para cuando haya una garantía de que
marcha el Plan de Pacificación, por ejemplo cuando se apruebe la Ley, porque hay
cosas que se están manejando, como libertades de presos y grandes planes de reforma
que no pueden cuajar sino por ley, y dependen de mayorías parlamentarias.
Aceptamos cese de hostilidades, inmediatamente se manifiesten por las FF.AA.
que estas bases son viables, reservándonos el derecho de legítima defensa.

137
Queda entendido que la muerte de un compañero que no sea en combate o la
presión física, son equivalentes a una negativa a toda modificación y nos deja con las
manos libres.
MOVIMIENTO DE LlBERACION NACIONAL (TUPAMAROS)

3. EL TIEMPO DE HABLAR CON TODAS LAS PALABRAS

1985. Un año definitorio para la historia de nuestro país.


En lo formal finaliza la era militar y se restauran las instituciones republicanas.
El Uruguay intenta restañar todas sus heridas. El Palacio Legislativo deja de ser una
tumba solamente habitada por espectros; las organizaciones gremiales, estudiantiles y
sociales emergen a plena luz, siendo parte vital e irremplazable de la dinámica del
país. Se abren todos los cerrojos: los de las cárceles, los de las aduanas vedadas al
disenso, los que encorsetaron férreamente a la prensa, los que amuraron partidos y
movimientos políticos y por sobre todas las cosas, aquellos que impidieron la
concreción de todos los sueños.
Pocos advirtieron entonces que lo que se iniciaba tras toda la euforia de la caída
de la dictadura militar, era un camino plagado de dificultades; se trataba en definitiva
de una salida limitada, condicionada. Ninguna guerra mundial venía en nuestro
auxilio, hace décadas que no somos los uruguayos campeones de América y el
mundo; nos guste o no, Suiza es un país europeo y está muy bien ahí, siempre lo
estuvo.
Así como la "tacita de plata" era en realidad un sartén del cual no teníamos el
mango; no es lo mismo una dictadura derrocada que replegada.
Todas las energías puestas en juego para el alejamiento del arrogante militarismo
no fueron suficientes para evitar el continuismo económico, los privilegios del
sistema financiero, la dependencia internacional, como así tampoco para lograr la
anhelada justicia. Los ingenuos creyeron que al caer el autoritarismo, por añadidura
todo lo nefasto se iría con él. La porfiada realidad pone una vez más las verdaderas
cartas sobre la mesa.
Tal vez, el goce de la libertad de expresión sea el punto alto de éste ni nuevo ni
viejo Uruguay, con mucho de transición hacia

138
un destino que el horizonte no permite todavía, vislumbrar. Pero una cosa es cierta:
un país debidamente informado, exento de la tergiversación de los hechos y ajeno al
ocultamiento de la verdad, se ve debidamente amparado, a la hora de decidir, para
evitar caer en errores ya cometidos en el pasado inmediato.
En el marco de esta libertad de expresión, la historia que escribieron los
ocasionales vencedores del período militar vuelve a ser escrita, pasando por el más
riguroso tamiz revisionista.
Llegó el momento de hablar claro, con todas las palabras y todas las voces de lo
que sucedió cuarteles adentro entre tupamaros y militares.
Las interrogantes -pese a que algunos aún piensan lo contrario no pueden seguir
esperando. Trece años fue demasiado tiempo, más que suficiente.

EL TESTIMONIO DE LOS TUPAMAROS


Como resultado de los contactos naturales entre cautivo y carcelero, torturado y
torturador -como ya hemos visto-, se produce la mayor de las aproximaciones. Su
epicentro: julio de 1972.
- En el Batallón Florida, hoy derrumbado, se lleva a cabo uno de los primeros
encuentros que podría denominarse como formal, entre el entonces Teniente
Coronel Raúl Legnani -máximo responsable de la unidad- y el guerrillero Adolfo
Wassem Alaniz, que integraba la última dirección del MLN.
Simultáneamente se desarrollaron situaciones semejantes en el Noveno de
Caballería. Allí, según nos atestigua Mauricio Rosencof, él mantuvo dos reuniones
(una de seis horas y otra de ocho) con dos figuras claves del "proceso": los
generales Esteban Christi y Gregorio Alvarez. "Nadie ha tenido una actitud más
combativa en la lucha contra las fuerzas represivas que el MLN" nos dijo. "El
carácter de las negociaciones en las cuales nosotros participamos están en
marcadas en esa característica. Hay una regla de la lucha: se negocia únicamente
con el enemigo. La negociación con el MLN surge por un lado por parte de
sectores del Ejército más que preocupados, yo diría que espantados, por el
accionar de la organización en un momento en que ésta estaba dando respuestas
efectivas a la represión en todas sus formas, aún cuando no era para nosotros uno
de nuestros mejo-

139
res momentos. Aparte nosotros éramos conscientes que de seguir la feroz represión y
la tortura sistemática (estuve nueve meses en la máquina y soporté dos intenciones
debido a esto) podríamos con vertimos en un foco de resistencia esmirriado, que
podrá ser utilizado como pretexto, por los sectores mis gorilas de las Fuerzas
Armadas, para dar un golpe de Estado. Eso lo comprendieron, también, otros
sectores del Ejército que estimaban negativo el avance de los gorilas. "
Raúl Sendic estima que "hay que ponerse en el contexto de la época, donde las
torturas duraban días y meses, donde algunos como pañeros veían a otros deshechos
y entonces buscaban algún alivio haciendo o aceptando transmitir proposiciones
como ésa de una tregua, que se dio sólo esa vez y no cuajó”
En esos primeros tanteos que tuvieron lugar en el Noveno de Caballería "se
habló -continúa Rosencof- de la pacificación y de los problemas del país. También
de su futuro. Entre ellos se daban claramente algunas divergencias en el enfoque.
Christi ya tenia claro en su cabeza hacerse cargo del país a través de Bordaberry.
Utilizó una imagen muy graciosa, ante las posibles dificultades que podría oponer
Bordaberry a sus planes: la anécdota del italiano que trabajó tanto el duraznero que
finalmente logró un durazno sin carozo. Me plantearon entonces la rendición
incondicional del Movimiento y les respondí que, en esos términos, yo no movía un
dedo porque conocía muy bien a Sendic y a los compañeros que estaban libres, sabía
de antemano que eso, no era posible. Alvarez dijo que alguna cosa se podía
conceder y eso quedó allí. Al poco tiempo nos juntan en el Batallón Florida a los
dirigentes presos a instancias de Wassem y alli vamos a dar junto con Maneras y
Huidobro. "
Este último nos cuenta su experiencia personal a partir de ese momento "Me
sacaron encapuchado, yo creí que iba a la máquina, pero no; me llevaron al
Batallón Florida, por acuerdo entre los compañeros y las jerarquías militares se
había decidido citarme. Me encontré con una negociación en marcha, mejor dicho,
en una reunión con dirigentes del MLN detenidos; casi no tuvimos tiempo de hablar,
pero igual lo hicimos. Pocos minutos después de haber llegado entran el.
Comandante en Jefe del Ejército, en aquel entonces el General Gravina; el Jefe de la
División del Ejército número 1, Esteban Christi- el Subjefe de esa división, Pedro
Aranco; el Jefe del Estado Mayor Conjunto, Gregorio Álvarez; el Jefe de la División
de Ejér-

140
cito número 2, Zubía; el Jefe de Inteligencia, el Coronel Ramón Trabal; el Jefe de la
Marina, Zorrilla; y el de la Aviación, Pérez Caldas. También estaba el Jefe de esa
unidad, el Teniente Coronel Legnani y faltaban los Jefes de la División de Ejército
número 3 y también la número 4. Allí, se nos formula un planteamiento de rendición
incondicional. Ellos no tenían muy claro qué significaba eso, discutían mucho entre
ellos, para unos significaba la rendición de algunos dirigentes, para otros deponer
las armas, pero en realidad no lo teman muy claro". Como se ve, la reunión era
numerosa, y la concurrencia muy selecta.
"Esta reunión -aporta Manera Lluveras- fue la culminación de muchas otras,
donde varios puntos ya habían sido previamente acordados con los capitanes
Calcagno, Camacho, el Teniente Caubarrere y el Comandante de la Unidad, el
Teniente Coronel Legnani. Especialmente habíamos asegurado que no nos
torturaran, porque si salíamos afuera a establecer contactos, no era cosa de que
después nos apretaran. A Rosencof y a Wassem los torturaron igual en Paso de los
Toros, pero no los interrogaron sobre las negociaciones y nunca investigaron en qué
forma, nosotros, nos pusimos en contacto con la organización. Esos mismos oficiales
entraron en conversación con Sendic y con Engler, que estaban afuera. Con esos
capitanes se manejó la posibilidad de liderar juntos un proceso en forma común,
pero todo estuvo muy lejos de llegar a un acuerdo. En esas reuniones previas a la
que se hizo con todos los mandos, se podía apreciar fácilmente que el Ejército
estaba muy lejos de tener la coherencia ideológica que ahora -evidentemente- si
tiene. Cada oficial pensaba; en aquella época, de una manera diferente; los oficiales
jóvenes tenían mucho interés en conversar con nosotros, saber cuál era nuestra
ideología, nuestros proyectos o simplemente por curiosidad. Nuestra postura, como
se sabe, es política. Si se nos presentaba una remota posibilidad de sacarle punta
política a una conversación se hacia, aunque fuera con un torturador. Descubrimos
que muchos oficiales tenían una postura sinceramente nacionalista, muy poco
fundamentada políticamente porque su tónica era de una gran despolitización y
desconocimiento de los problemas nacionales; pero, tenían su venita nacionalista
que se la habían prendido con alfileres en la Escuela Militar como defensores de la
patria, cosa que algunos se la tomaban en serio. Cuando se hablaba con ellos del
fenómeno de la dependencia, del imperialismo,

141
de la explotación económica, muchos agarraban viaje y había un cierto acuerdo en
la necesidad de encarar la defensa del país. es cierto que nosotros lo hicimos para
dilatar la tortura, pero no desestimamos la posibilidad de un acuerdo. Incluso, si se
oficializaba la negociación ya era un éxito”
Ese éxito no debe entenderse como únicamente favorable al MLN, ¿cuántos
dolores se le hubiesen ahorrado al país en su futuro inmediato con la sola
"oficialización” de la negociación?
No obstante, otras cosas quedaron en evidencia: "Cuando publicaron la
resolución de la Cámara que investigó lo de las torturas y los desaparecidos -sigue
expresando Manera- una de las cosas que se decía era que no había podido
comprobar la participación del Ejército a nivel institucional en la tortura y estas
negociaciones prueban lo contrario. La tregua incluía la suspensión de las torturas
a cambio de que nosotros suspendiéramos las emboscadas mientras se negociaba.
De hecho, ellos reconocieron así, que existían las torturas. "
Volviendo al testimonio de Rosencof -y a la única reunión con todos los mandos-
éste fue contundente en un tema: "Rendición no, capitulación si” De las muchas
acepciones que tiene la palabra "capitulación", el MLN, seguramente le dio ésta:
"hacer un convenio con alguien". Entendida así la negociación, el acuerdo
contemplaba una amnistía para una cantidad importante de presos, el compromiso y
la aceptación de algunos puntos programáticos del MLN ("El plan de pesca, por
ejemplo, llevado adelante por el proceso, fue un proyecto original de la
organización"), los tupamaros requeridos quedaban amnistiados, pero tenían que
salir del país, más la puesta en marcha de la cooperativización agraria. "Nosotros
pedíamos la solución de lo que ellos llamaban la sedición causa -agrega Huidobro-,
es decir, la reforma agraria, la estatización de la banca y todo lo demás por lo que
siempre luchó el MLN. Si bien nosotros ya no teníamos mucha fuerza para negociar,
la discusión se dio a fondo sobre todos estos temas. Es más, tengo entendido que
incluso se realizó una especie de Congreso del MLN en la clandestinidad, para
obtener la opinión de las bases; sin su consentimiento no estábamos dispuestos a
negociar nada”.
Manera Lluveras aportó algunos elementos más de la noche que mantuvo
negociando a los principales líderes de ambos bandos: "Ellos insistían en que
fuéramos nosotros los que planteára-

142
mos la rendición incondicional y eso no era aceptado. Nosotros proponíamos
formas alternativas donde habían algunas condiciones políticas. Trabal no habló
nada. Alvarez dijo que ambas partes teman que ceder algo para llegar a un
acuerdo y los Comandantes en Jefe asumieron el papel de duros':
Entre esas formas alternativas "hay una posición que baraja la Dirección-nos.
dice Mujica Cordano- cuando Sendic y yo estábamos todavía afuera. Uno noche
llego 'el Bebe' del lugar donde estaba, que es donde cae, poco tiempo después, a un
monte de eucaliptos, pegado al Batallón 13 y a una fábrica textil, donde hicimos tres
o cuatro reuniones por aquello de que 'el lugar más seguro es abajo de la vela” En
lugar de lo que nos ofrecía el Ejército, que era una consideración personal, es
decir, una condición ventajosa en el campo de lo personal, para todos nosotros; se
nos ocurrió dar una respuesta de carácter político, que tuviera en cuenta la
problemática de la nación. La propuesta que se maduró ahí en el monte fue la de
obtener el compromiso por parte de las Fuerzas Armadas de jugarse, ante el
gobierno, para sacar adelante un plan de colonización que tuviera como base las
quinientas estancias principales para hacer una experiencia piloto: cooperativismo
colonizador en gran escalo. Nosotros estábamos dispuestos a participar junto a
cantidad de gente que necesitaba trabajo, apuntando a liquidar el latifundio.
Queríamos cambiarles una guerra -que a esa altura, se veía difícil para nosotros-
por un paso político y con uno posición de verdadero sacrificio, que le señalara al
país cuál era el problema central. Se trataba también de enfrentar un método de
tipo 'socializante' a las respuestas clásicas tradicionalmente 'capitalistas' ya
conocidas, impulsado por un conjunto de hombres motivados por un problema de
convivencia y de disputa en el campo de lo paz, pero tratando -a la vez- de
solucionar el problema del habitante del campo. Casi toda la plana mayor de las
Fuerzas Armadas pensó que estábamos locos, salvo alguien de la Fuerza Aérea que
dijo 'habría que pensarlo... ' "
- Las gestiones estuvieron plagadas de dificultades. Los dirigentes detenidos se
negaban a negociar en forma directa, puesto que, en toda organización guerrillera la
dirección la tiene quien está en pleno combate. Entre quienes combatían armados,
también se encontraba el grupo disidente "22 de Diciembre", el "OPR 33" y otros
grupos menores. A su vez, dentro de las Fuerzas Armadas se superponían
desinteligencias operativas y otras divergencias intestinas; además

143
de la actividad desplegada por "grupos paramilitares" y "parapoliciales". Una de las
tantas veces que salí del cuartel a instancias del 'Goyo' -dice Huidobro- me armaron
hasta los dientes y me pusieron un custodia que estaba a mi disposición, él era
responsable de garantizar mi vida” También Rosencof salía acompañado por un
capitán. En ambos casos, los dirigentes tupamaros decidían hasta qué punto podían
ser acompañados, para luego continuar solos y contactarse con la dirigencia
clandestina. Con amplias garantías contaron también esos dirigentes clandestinos
para ponerse en comunicación directa con las autoridades militares. Esta parte de la
negociación que era sólo su aspecto formal, se cumplió cabalmente por ambas partes.
"Justamente -dice Huidobro- una de las veces en que se cortó la negociación fue
cuando un sector de la vigilancia de las Fuerzas Armadas, obviamente no enterado
de lo que estaba pasando, me pesca a mí y al capitán que me acompañaba, a punto
de hacer un contacto, y lo denuncia. "
El propio Huidobro vivió en carne propia esas desavenencias internas del otro
bando negociante: "De repente estábamos negociando con un sector del Ejército y
después se presentaba otro sector y se nos pedía que no transáramos con el anterior
y nos salían hablando de un programa mucho más avanzado. Un día soy llevado
nuevamente al Batallón Florida y me someten a un interrogatorio, porque había sido
descubierta la otra negociación paralela. A raíz de ello, pasaron a un teniente y a un
coronel a la Justicia Militar, pero ése que me interrogó también estaba negociando
con nosotros ':
Ambos testimonios y muchos más, obtenidos en el ámbito del MLN, coinciden
en afirmar que mientras se desarrollaban estas conversaciones en el Batallón Florida,
en una pieza contigua, se encontraba el por entonces Ministro de Defensa Nacional,
al que se le daba cuenta de todo en forma inmediata. Se trata del Dr. Augusto
Legnani, quién -aseguran los Tupamaros- tuvo tal interés en el tema como para ser
considerado un participante más. "El 25 de agosto -según Rosencof- el Ministro,
acorde a lo que pude captar desde mi lugar de reclusión, propuso en discurso
televisivo una amplia amnistía y se refirió a una posible salida, por vías pacíficas, de
toda esa situación".
Para el dirigente tupamaro se trataba en la superficie lo que había sido el fruto de
esas conversaciones subterráneas.

144
EL TESTIMONIO DE LOS POLITICOS
En efecto, el 25 de agosto de 1972, el Dr. Augusto Legnani, Ministro de Defensa
Nacional, pronunció un discurso por demás significativo. Repasando la prensa de la
época encontramos que se omiten determinados conceptos que sin duda debieron
merecer ser titulares de primera plana.
Desde el mismo original, que obra en nuestro poder, subrayamos:
"... Nadie puede o debe ser ajeno a tales reformas, y transformaciones. Estas sólo
podrán cumplirse con la voluntad y el esfuerzo de todos. Entre los cuales entiendo
que deben tener participación, entre nosotros, incluso los propios sediciosos de hoy.
En efecto, erradicados, como es natural, por la justa aplicación de la ley, de entre
ellos serán muchos los que, al principio encuadrados en regímenes especiales, se
incorporen, luego, plenamente, a la vida útil y productiva del país."
Indudablemente esta parte del discurso lleva a pensar que se intenta poner en
conocimiento público fórmulas proclive s a la paz que abarcaban -sin excepción- a
todos los sectores del país, "incluso a los propios sediciosos de hoy".
Trece años después, en el seno de un confortable departamento céntrico
ambientado con muebles de estilo cargados de recuerdos, este hombre, surcado por
muchos años, finalmente accedió, con lucidez no exenta de buena memoria, a
rememorar aquellos álgidos meses del 72 que lo tuvieron como uno de los
protagonistas fundamentales.
Al tiempo que cotejaba el original y los borradores de aquella alocución realizada
con motivo de una nueva conmemoración de la Declaratoria de nuestra
Independencia -junto a otra documentación inédita- remarcó: "Cuando dije eso en
aquel discurso, nada tenía que ver con las conversaciones entre los sediciosos y los
mandos. El mismo obedecía a una real necesidad de: pacificar al país porque así lo
sentía personalmente. En el lapso en que fui Ministro -Continúa Legnani- estuve más
tiempo dando explicaciones al Parlamento que en la propia sede del Ministerio.
Pero en cierta oportunidad hablé infom1almente mi primo, el entonces Teniente
Coronel Raúl Legnani y él me dijo que existían conversaciones en el Batallón
Florida entre altos oficiales e integrantes del MLN

145
Otras referencias a esos contactos las obtuve por intermedio de algunos senadores y
diputados':
Astuto e intuitivo, como buen hombre del interior, al doctor Legnani no se le
escapa la extrañeza que causa su afirmación de que siendo Ministro de Defensa se
enterara de la tregua con los Tupamaros a partir de conversaciones casuales.
Uno de los primeros fusibles de recambio del gabinete asumido en marzo del 72,
en el marco de esta democracia, que ya no era tal, fue la sustitución del General
Enrique Olegario Magnani por el Dr. Legnani el 19 de julio, en medio de estas
negociaciones secretas entre tupamaros y militares. Pero el cortocircuito se seguiría
produciendo: .Los tapones seguían saltando: el 20 de octubre renuncia Legnani. El
cargo es ocupado interinamente por Benito Medero, hasta el primero de noviembre
en que asume Armando Malet. El 26 de enero no es aceptada su renuncia por
Bordaberry, hasta que, llegado el 7 de febrero, el entonces Presidente designa al
General Francese. Se desencadena allí la pulseada definitiva entre todas las fuerzas
en pugna en tomo al gobierno: los sectores ultra derechistas de las Fuerzas Armadas
no admiten ser relegados a ubicarse como mero brazo armado del poder político.
Quedó al descubierto lo grave de los sucesos en toda su desnudez. El pacto de
Boisso Lanza puso punto final a este capítulo al tiempo que abría otro, sellando la
suerte futura del país todo.
Si bien todo tambaleaba desde hacía ya mucho tiempo, el sismo se produce en
febrero de 1973, directamente vinculado a este Ministerio, pero registra sus primeros
temblores de inusitada virulencia, prácticamente, un año antes. Las Fuerzas Armadas,
años después de apoderarse del poder. enjuiciarían en términos muy duros tanto a
Francese, como a Legnani: "El ex-Ministro olvidaba por completo -afirmaron
refiriéndose a este último- la situación de estado bélico interno que en los hechos las
FF.AA. estaban afrontando contra la subversión, por expreso mandato del Poder
Ejecutivo al que en aquel momento él representaba. Pero, además, y como método de
conducción militar a distancia la novedosa modalidad empleada revelaba la
sorprendente desubicación funcional, militar y política de este señor ex-Ministro que,
alejado del país por varios al los de vida diplomática y aparentemente desinformado
de lo que en él había estado ocurriendo durante su ausencia, prefería enterarse de la
realidad por vías interesadas ajenas a la relación jerárquica directa para, so-

146
bre bases tan deleznables como sospechosas, extraer conclusiones y emitir
pronunciamientos carentes de seriedad y oportunidad. Las sutiles técnicas de la
subversión, lograban de este modo, deformando y desnaturalizando hechos,
circunstancias, información y documentación, introducir factores de desinteligencia y
distorsión en d ámbito parlamentario y, lo que es más grave, en el de los propios
representantes del Poder Ejecutivo."
Al ponerlo en antecedentes sobre la opinión que las Fuerzas Armadas tenían
sobre su persona y que él desconocía, sumamente molesto pese al paso de más de una
década, el Dr. Legnani se decidió a romper el silencio sobre los por qué de su
renuncia.
"Es preciso que la verdad se diga de una buena vez. Era totalmente al revés. El
Coronel Trabal tenía el cometido de informarme de todo lo que ocurría dentro o
fuera del ámbito castrense... y vean lo que son las cosas, eso generalmente me
ocurría leyendo los diarios... Un día me cansé y le dije a Bordaberry: Presidente, así
no podemos seguir. Entendí que era hora de prescindir de Trabal y poner en su
lugar a algún amigo de confianza. Bordaberry lo comprendió y me autorizó. La
consecuencia fue que Trabal se acuarteló en su Servicio de Inteligencia. Entonces
me vinieron a visitar el General Gravina y el propio Presidente para que dejara la
medida sin efecto y yo accedí para evitar una nueva crisis. Después me enteré que,
en el lapso que medió entre mi conversación con Trabal y mi ida a Casa de
Gobierno a informar al Presidente, habían estado esperándome para prenderme.
"De haberse concretado ese atropello, seguramente la cronología de los golpes que
marca como fechas claves febrero y junio del 73 se habría alterado, adelantándose
algunos meses. Legnani recuerda el episodio y piensa en voz alta: "Creo que
Bordaberry me respaldaba sinceramente, pero la fuerza ya estaba en otro lado."
Luego, los hechos se precipitaron y la escalada militar se tornó insoportable. "El
General Christi se negó a cumplir una orden que le había dado para que pusiera en
libertad a cuatro médicos ya excarcelados por el Juez militar y me contestó en el
expediente 'el suscrito ha dispuesto que los sediciosos continúen privados de su
libertad: Fue la gota que desbordó el vaso.
Esta vez no me detiene con nada, me voy de acá', le dije a Bordaberry.
Ahora ¿a ustedes les parece que yo pude haber estado en el Batallón Florida, en
alguna pieza, supervisando las conversaciones

147
de los tupamaros y los oficiales, cuando no sólo no me informaban de nada; sino que
además esas reuniones -según me enteré mucho después- se hacían por la noche,
justo en el momento que a mí me quedaba para ir al Ministerio?':
Si bien Augusto Legnani omitió referirse al hecho, voces oficiosas, provenientes
de la propia oficialidad del cuartel, confirmaron su presencia allí poco antes de ser
Ministro: "estuvo viviendo en la Unidad por invitación de su primo, el Jefe de la
misma. Había regresado al país y pidió protección porque lo querían matar. Su
primo se la dio, " Las mismas fuentes aseguraron que no se enteró en absoluto de las
negociaciones con los tupamaros. Podría afirmarse -entonces- con total seguridad
que no hubo Ministro supervisando tales conversaciones; éstas comenzaron mientras
estuvo al frente de la cartera de Defensa el General Magnani.
Mucho más duro y parco éste último, que su sucesor en el Ministerio de Defensa,
admitió haberse llamado a un voluntario y estricto silencio sobre ése y otros hechos
del pasado reciente. No obstante, aceptó declaramos: "Ese asunto lo manejó
directamente' el Presidente Bordaberry como Comandante en Jefe de las FF.AA.,
junto a los comandantes de cada arma. Yo no tuve intervención alguna':
Esta declaración adquiere capital importancia porque agrega un nuevo
elemento: la participación del propio Presidente de la Re. pública en la tregua con
los Tupamaros. "¡Taba visto!, pensar que él se jactaba de no tener en cuenta a
los que llamaba delincuentes y resulta que, como buen rabanito que era, estaba
enterrado hasta las orejas en este asunto': nos comentó, sorprendido, un veterano
líder político de un partido tradicional.
Juan María Bordaberry, en un tono amable pero fume, se negó a hacer todo
tipo de declaraciones.
Como parte de sus motivos esgrimió una frase por demás sugestiva: ''No somos
los protagonistas los que tenemos que escribir la historia”
¿Qué habrá querido decir? ¿Fue acaso un tácito reconocimiento de que fue
protagonista de estos hechos?
Además del General Magnani, otros hombres, entonces a su mando, contestarían
esta interrogante.
El rompecabezas comienza a conformarse a través de los testimonios de quienes
tuvieron directa responsabilidad en el poder Ejecutivo de la época. Tal como lo dijera
Wilson Ferreira Aldunate

148
el 31 de julio de 1972, este poder del Estado, participó activamente de las
negociaciones.
"Yo hablé con Bordaberry': nos dijo en 1986 Ferreira. Y agregó: "Con respecto a
la tregua, la información que teníamos nosotros era, lo que nos daban militares
constitucionalistas tanto del ejército como de la Armada, fundamentalmente de esta
última. Todos coincidían en que el Presidente estaba en conocimientos de las cosas;
pero además, era una conclusión que yo extraía personalmente de los contactos que
había mantenido con él. La información que nosotros habíamos recibido era
bastante precisa y en los hechos se veía. Ahí no hubo campaña de rumores de ésas
en que nosotros terminábamos sumergidos. Ahí los hechos demostraron que hubo
una tregua porque la hubo en realidad. Para que ustedes tengan una idea de lo que
les estoy relatando, el que obtuvo el documento que leyó Vasconcellos en la cámara
fui) o (ver página 285). Uno de los oficiales destinatarios me lo comunicó de
inmediato. En una de esas entrevistas con el Presidente, yo le exhibí ese documento y
recuerdo que me dijo, mientras lo ojeaba: 'si ya lo conocía; ¿no podrías prestarme
la página cuatro?, porque en mi ejemplar está bastante borrosa'. Ahí confirmé algo
de lo que nunca tuve la más mínima duda y es que estaba, como estuvo siempre,
detrás de la insurrección militar. A tal punto las cosas eran así: que en otra charla,
en la que hablamos de los apremios físicos que sufrían los detenidos, él reiteró su
tesis de que había que hacer los interrogatorios con dureza. El que crea que él fue
un títere en manos de un sector levantisco de las Fuerzas Armadas, comete un
gravísimo erro, Bordaberry, realmente, encabezó el movimiento. Fue tan tonto; que
creyó que podría ser el jefe civil de una dictadura militar':
El Dr. Dardo Ortiz, haciendo un alto a su nutrida agenda parlamentaria, en Su
despacho del Legislativo con inmejorable visión hacia la Avenida Libertador
Lavalleja, recapituló esforzando su memoria que 'era realmente abrumador el
cúmulo de rumores que nos llegaba de lo que estaba sucediendo dentro del Batallón
Florida, a tal punto, que nos interesamos y obtuvimos alguna información que me
permitió responderle, con cierta ironía a los militares cuando nos acusaron a los
políticos de estar en tratativas con la sedición' El Dr. Amílcar Vasconcellos,
recordado por haber tenido el coraje, al denunciar en el Senado, el plan militar de
copamiento del poder que se habría de cumplir, detalle por detalle, unos meses
después,

149
sentado en una húmeda y deteriorada pieza de su despacho, fue tan tajante como lo
había sido en el pasado al confirmamos la existencia de la tregua: "En el Parlamento
nunca afirmé nada que no estuviera absolutamente comprobado".
Monseñor Parteli, que durante un cuarto de siglo ocupó las máximas jerarquías
de la Iglesia Católica uruguaya, suele ser reticente a conceder entrevistas. El
funcionamiento propio de la Curia y la responsabilidad que pueden conllevar sus
palabras, han determinado que se mueva dentro de estos cánones. Sin embargo,
accedió a profundizar .sobre los conceptos que él mismo vertiera, en pleno fragor de
la batalla, clamando por un "alto el fuego'
Horas antes de emprender unas vacaciones, encendiendo y apagando cigarrillos
en un despacho enclavado en el primer piso de una casa colonial, testigo mudo de un
Montevideo que ya se fue, cuasi custodia de la capilla que da sobre la Avenida
Millán, nos dijo: "Cuando se llega a esos extremos, hay que pegar un grito 'Ehhh,
pare, pare...' Los problemas de la sociedad no se resuelven a tiros, sino por
consenso. Por lo menos, dentro de los cauces normales de un país democrático. A
eso aspirábamos. Tenemos toda una historia, una larga historia, gloriosa historia
del Uruguay, de haber ido afinando esa participación del pueblo en todas las luchas
del siglo pasado. Recuerde las revoluciones que hubo, violencias de todo tipo en
aquel tiempo, para poder organizar un país de modo que las instituciones sean las
que encaucen y conduzcan la vida nacional. Y, cuando viene y se rompe todo eso de
golpe, bueno, eso no puede ser y después viene toda esa espiral de violencia, uno
mata y el otro mata más y no terminamos más. Al final se terminan matando todos.
Es como el cuento del gato aquel, el de dos gatos que se apalearon y quedaron sólo
las colitas. Sobre negociaciones, lo único que sé es que hubo algún intento personal
de determinados hombres, pero no se llegó a convocar a una mesa para deliberar
sobre el asunto. Como Iglesia no fuimos convocados."
También buscamos la opinión del General Líber Seregni a propósito de esa
propuesta de tregua hecha públicamente, que en su momento causó asombro, y que,
observada tras la perspectiva del tiempo, parecía .ser el primer avance de las
negociaciones que se efectivizarían después. A los efectos de que todo quedara lo
suficientemente claro, se requirió su propia palabra para esta investigación:
"Frente a la realidad de violencia que se estaba viviendo -nos dijo-,

150
Los Generales
Julio César Martínez y
Liber Seregni
recuerden que se
había hecho
efectiva la
declaración del
Estado de Guerra
Interno, una
situación
completamente
distinta a todas las
vividas por el país,
creando una figura,
un estado jurídico
inexistente; lo que hicimos nosotros fue, no sólo alertar sino pedir un tiempo de
detención. Lanzamos la consigna de 'alto el fuego' frente a esa realidad. Sabiendo
ciertamente cómo es la dinámica de los hechos sociales, la dinámica de la violencia;
pedimos ese 'alto el fuego' para dialogar y resolver los problemas sobre las vías de
la negociación…
Yo no tuve ningún entendimiento ni conversación previa; propuse lo que propuse
porque era una cosa de tipo real que buscaba suspender la violencia.
Desafortunadamente la violencia no se suspendió; por el contrario, la intervención
de las Fuerzas Armadas, ya con todo su potencial, fue llevando a una agudización
del proceso de violencia.
De pronto se desencadenaron hechos políticos, sociales, con una intención
determinada, pero después los propios hechos en si con su propia dinámica, van
creando un orden de movimiento, se van creando órganos, mentalidades, van
desarrollando una propia acción, se termina por descontrolar todo. El Estado de
Guerra suponía: mentalizar a los subordinados, necesidad de impulsar una

151
mentalidad en los oficiales del Ejército; había que cultivar y hacerlo intensamente y
los resultado:: se vieron después... Tanto en biología humana como en biología
social, cuando se crea un organismo y ese organismo en sí mismo empieza a
desarrollarse, adquiere una necesidad vital, por un lado de mantenerse y por otro de
crecer.
Esa propuesta que hicimos allá en el Gaucho, que no la habíamos conversado
previamente ni con la Mesa, ni con el Plenario del Frente Amplio, pero que yo sabía
receptiva, la sentí como una necesidad y una obligación.
En cuanto a la tregua que se dio entre tupamaros y Fuerzas Armadas, tuvimos
referencia de ella, fundamentalmente de las que se mantuvieron en el cuartel del
Buceo. "

EL TESTIMONIO DE LOS MILITARES


Como contrapartida a los testimonios de los asistentes a estas conversaciones de
junio y julio del 72 en el Batallón Florida por parte del Movimiento de Liberación
Nacional, se obtuvieron declaraciones de parte de los principales actores y
participantes de las Fuerzas Armadas. Impedimentos legales del área castrense
imposibilitaron contar con la versión de algunos de los sindicados como partícipes
del encuentro llevado a cabo en el citado batallón. Gestiones llevadas a cabo ante el
Ministerio de Defensa para sortear estos obstáculos, no prosperaron.
Entre quienes no sólo concedieron las entrevistas, sino que también autorizaron
la publicación del contenido de las mismas figuran nada menos que los máximos
responsables de la Armada y el Ejército de aquella época.
"Los tres Comandantes en Jefe Gravina, Pérez Caldas y yo, concurrimos a esa
reunión a pedido del Presidente de la República; nos citó y nos pidió que fuéramos
al Batallón Florida a conversar con determinados dirigentes tupamaros", dijo,
concreto y seguro, como para que no quede la más mínima duda, el entonces
Contralmirante Zorrilla, Comandante en Jefe de la Armada. "Para mí -agregó
después- esto fue totalmente sorpresivo, porque no tenía la menor idea de que eso, se
estaba gestando ".
El principal artífice del copamiento armado de la Ciudad Vieja, realizado ante el
desconocimiento por parte de las otras armas.

152
de Francese como Ministro de Defensa, en los sucesos de febrero del 73, y actual
Senador del Partido de Gobierno, pese a su extrañeza de que se le consultara por
estos temas, no sólo no rehuyó hablar sino que lo hizo en forma por demás amable y
haciendo gala de un gran humor: “yo tenia preparado un buen verso para el viernes
-nos dijo- y ustedes me cayeron un lunes. Me embromaron, ahora me olvidé. "
Zorrilla confirmó plenamente la lista, dada por los dirigentes tupamaros, de
quiénes asistieron al Batallón Florida por las Fuerzas Armadas. Especificó también,
quiénes fueron aquéllos: "Wassem Alaniz, Mauricio Rosencof, Manera Lluveras,
Fernández Huidobro y Alicia .Rey Morales".
Llama la atención que un hombre tan locuaz como Zorrilla, tuviera una actitud
tan sobria en dicho encuentro: "En esa reunión -dijo- yo no hablé una sola palabra,
sólo me limité a escuchar. Se habló de hacer una especie de tregua, fue más bien un
intercambio, un tanteo previo. Se habló del por qué del Movimiento tupamaro.
Por lo que yo pude apreciar allí, los Tupamaros ya habían tenido otras
reuniones más concretas con otros oficiales de las Fuerzas Armadas. Seguramente
Bordaberry ya sabia de estos contactos por intermedio del Jefe del Estado Mayor de
aquella época, el General Gregorio Alvarez. Además, se notaba que él y Christi
estaban más metidos en la cosa y mejor informados de estos contactos”
Por su parte, el General Gravina, en el primer contacto telefónico que
mantuvimos con él, insistió en que no era "nada afecto a la publicidad" y que había
decidido en forma terminante declinar a hacer cualquier tipo de declaraciones
públicas:
-General Gravina, tenemos interés en conversar con usted.
-Si sabe algo de mi trayectoria, sabe que no me agrada la publicidad. Yo me he
trazado una norma de conducta con respecto a estas cosas muy desagradables que
han pasado y se dice de todo. A mi no me agrada la publicidad en absoluto. Además,
ya que están actuando elementos legales como la Justicia, pienso que lo mejor es
que la Justicia actúe en la medida que coresponde."
-General, lo que nosotros investigamos no tiene nada que ver con la Justicia;
simplemente investigamos un hecho que al parecer ocurrió en el país, ¿entiende la
diferencia?
- Vi que me nombran como Comandante en Jefe de la época,

153
pero yo quiero dejar bien establecido lo siguiente: yo actué en un periodo legal,
dentro de la ley, no tengo nada que reprocharme; se dicen tantas barbaridades que
uno no sabe finalmente si hay Justicia o no en estos casos.
-Si usted ha leído nuestros trabajos, como me dice, verá que nos interesa todo lo
que sea información veraz.
-Bueno, pero hay algo que es muy importante; yo era el Jefe en ese momento y
estaba luchando contra una fuerza que atacaba al país y que lo estaba atacando
justamente con una Constitución, con Leyes, con Cámaras funcionando, y yo recibí
un mandato a través de los canales correspondientes del propio Poder Legislativo y
de muchos de los políticos que en este momento están gobernando. Yo actué dentro
de ese marco y no tengo absolutamente nada, nada me entiende, de lo que pueda
arrepentirme. Lo mismo que si algo ocurrió que no fue de mi conocimiento, yo
acepto la responsabilidad de lo que sea, ¿me entiende?
-Yo lo entiendo a usted, pero le pediría me entendiera un poquito a mí. Creo que
usted se está refiriendo a otros hechos que se han denunciado y que si bien nosotros
los hemos tocado, no es el motivo de esta investigación.
-Yo quiero que usted se ubique bien respecto a cuál es mi posición frente a todas
estas cosas. Para empezar, una cosa bien clara, yo siempre fui legalista y me mandé
a mudar cuando las cosas no marcharon como correspondían, pero ¿qué es lo que
en concreto usted quiere...?
-Simplemente, que usted nos dé su versión sobre ese diálogo que se habría
mantenido con los tupamaros.
-Escúcheme una cosa, yo los entiendo porque ustedes son periodistas, yo leo
mucho, pero el problema es que yo me pongo en el mismo plano que los tupamaros
al hacer declaraciones. Vea usted, que en las páginas en que ustedes recogieron
declaraciones de estos señores -y yo voy a hablar si ustedes me hacen una interview
o lo que sea- me van a poner en un mismo plano que a ellos y eso, no puede ser. No
se olvide de una cosa, que yo estuve arriba de cuatro cadáveres en la puerta de mi
casa, ¿me entiende? Impotente. Usted no puede imaginarse nunca lo que se siente
cuando se ve a cuatro muchachitos despedazados a balazos con los sesos
desparramados en la vereda. Y yo, ¿voy a entrar en el diálogo de esas cosas cuando
ya opinaron estos señores?

154
Una vez en su casa, optó por hacer una excepción a esta rígida regla de silencio
que ya llevaba más de trece años.
Enfundado en una robe de chambre, quien fuera Comandante en Jefe del Ejército
reiteró muchos de los conceptos vertidos en la comunicación telefónica a la vez de
agregar, en más de una oportunidad, acompañado de ostensibles gesticulaciones con
sus brazos, un insistente: "¡Olvido ya!", a todo nuestro pasado reciente. Se mostró
sumamente contrariado por una caricatura sin rostro que mostraba a un gorila
uniformado acompañando parte de esta investigación que había sido publicada. "Me
miré varias veces en el espejo, ni me vi pelos ni pezuñas en las manos. Miren, miren
bien, ¿ven algo ustedes?.. "Sin embargo, finalmente accedió a brindar un
pormenorizado detalle de su participación en estos hechos, coincidiendo en gran
medida con el Contralmirante Zorrilla.
"La primera noticia que tuve -nos dijo: fue a través del Estado Mayor Conjunto,
por intermedio del General Gregario Alvarez. Me comunicó que había indicios de
que los Tupamaros pensaban buscar un arreglo, que ellos querían la paz, querían
terminar o negociar'.
''Más adelante llama el Presidente Bordaberry -se explayó-; nos habla de un
ofrecimiento ya concreto. El Presidente estaba muy al tanto de todo esto, entre otras
cosas porque nosotros le hadamos una apreciación de situación, a veces diaria, de
cómo iban las cosas. Nosotros nos reuníamos en el Estado Mayor Conjunto, y de allí
sacábamos la información que de inmediato elevábamos al Presidente. A veces él
mismo venía a buscarla, cosa que también hicieron algunos políticos':
Al panorama que ya nos dio Zorrilla, Gravina agrega ahora su propia versión: "Ya
en el Batallón Florida, empezó esa reunión, a la que ellos fueron traídos sin esposar
y sin nada. Empezó un intercambio de ideas en un tono de lo más cordial, no hubo la
más mínima violencia, ni imposición alguna por parte nuestra. Nada de ¡Cállese la
boca! 'o cosas así; eran nuestros presos, pero el trato fue de igual a igual. Yo les
dije: 'Bueno, ¿qué es lo que pretenden?'; entonces hicieron una serie de
exposiciones, que les importaba saber qué era lo que pensaban los que estaban
afuera y que querían presentar una planificación de lo que ellos esperaban y un plan
de renovación de las Instituciones, me quedó algo en la cabeza de un posible plan de
pesca. Ese documento no lo tenían ahí en ese mo-

155
mento '.
Zorrilla profundizó en parte este aspecto de la reunión: "empezó a eso de las
nueve de la noche y duró como hasta las doce, porque se estaba esperando a un
dirigente tupamaro que había ido afuera a buscar una contestación.
Allí se dijo que algunos detenidos salieron a la calle a hablar con sus dirigentes
para que trajeran los documentos con el contenido del plan y sus puntos de vista
para hacer la paz”
Como ya lo hemos dicho, cada uniformado tenía su propia visión de cómo
encarar este diálogo entre las partes. De las propias afirmaciones de Zorrilla 'yo no
era partidario de una tregua, y mucho menos, con condiciones", y también del
General Gravina se desprende uno de los tantos motivos de por qué estas
conversaciones no fructificaron. Este último afirmó al respecto: "El motivo por el
cuál yo había ido fue cambiando bastante. Entonces les dije: 'Bueno... a mí me
ordenaron que viniera acá porque me dijeron que ustedes se iban a rendir, porque
ustedes están derrotados, militarmente vencidos'; claramente les dije: 'Acá no tengo
más nada que hacer, vine por una cosa y ahora me salen con otra, hablando de
planes económicos y cuestiones por el estilo. Voy a trasmitirle esto, al Presidente a
ver qué dice él':
Si esperamos por el ex-Presidente, tal vez no lo sepamos nunca: suerte que de
vez en cuando alguien lo escuchaba hablar: "Una vez con el Presidente -sigue
contando Gravina- le dije: 'Acá lo que hay que hacer es aceptar la rendición y se
acabó, porque nosotros estamos combatiendo una sedición. Eso es lo que pienso yo;
ahora usted resolverá lo que corresponde hacer'. El Presidente decidió que había
que esperar a ver qué era lo que ellos traían. A los pocos días apareció ese
documento': Prueba irrefutable de que las conversaciones siguieron adelante. "Ahí
estaba toda esa planificación -continúa Gravina-, y además dejaban en claro que
ellos no se rendían. El. Presidente volvió a consultamos, yo insistí que esto era otra
cosa; esto significaba para nosotros entrar en el campo político, y eso no nos
incumbía ni a mí, ni a las Fuerzas Armadas. "
¿Estarían de acuerdo con esta postura Christi, Alvarez y Zubía? "Si otros
militares -dice Gravina- por su cuenta lo estaban haciendo, yo no lo supe porque a
mí nunca me lo dijeron. Yo actuaba en el plano de Comandante en Jefe, a nivel de
ministros, de

156
Comandantes de Región”
Como toda historia, ésta tendría su final. El epílogo no estaría para nada ajeno al
enredo, la mentira, las entrelíneas y la complejidad en todo el rigor, que lo precedió.

4. EL ROMPECABEZAS QUE PERDIO


LAS PIEZAS FUNDAMENTALES
Un día, finalmente, la tregua se rompió. "Fue una olla sobre la que presionaron
tantos que, como no podía ser de otra manera, reventó", nos dijo en forma gráfica y
elocuente un oficial directamente implicado en la misma. Por un lado conviene tener
en cuenta los hombres del "bando" militar, participantes de la misma. El mosaico era
dispar y contradictorio, convergían allí intereses políticos encontrados, apetencias
personales diferentes, buena y mala fe, conceptualizaciones sobre el papel del
Ejército desencontradas, trayectorias disímiles y proyecciones futuras que no
recorrían el mismo camino. En el otro lado, el que corresponde al "bando"
guerrillero, es pertinente precisar las profundas divergencias y la crisis, producto de
los reveses militares, direcciones casi en paralelo, enormes dificultades para una
comunicación imprescindible, iniciativas personales, evaluaciones encontradas y un
aparente desconocimiento de la interna militar.
En el "bando" del Poder Ejecutivo sobresalía: una mayor preocupación por el
resultado de estas conversaciones que por el control que le hubiera correspondido de
la marcha de la guerra; supeditación a lo que decidieran algunos generales; inquietud
por una aparente tupamarización de las Fuerzas Armadas; recelo a verse desplazado
por un nuevo eje de poder y actitudes dubitativas ante la diversidad de presiones
ejercidas por sectores del propio partido de gobierno, como así también de grupos
"aguerrondo ruralistas" .
En el "bando" político partidario, el partido de gobierno estaba en su peor hora,
acelerado en una loca carrera hacia el autoritarismo, prohijando conocidas figuras
acusadas de corrupción, y aun su hegemonía centenaria mostraba pronunciadas
grietas. El Partido Nacional, diametralmente dividido; sus sectores mayoritarios
carentes de fuerza para movilizar efectivamente a sus masas, sin

157
la energía necesaria para trastocar un norte cada día más cercano. Demás está
especificar la postura de los sectores minoritarios, marcadamente derechistas de este
partido, con respecto a la tregua. El sector mayoritario: ''Por la Patria" y
"Movimiento de Rocha", guardaron un absoluto silencio en el Parlamento. No
obstante, en declaraciones a la prensa, Wilson Ferreira consideró "absurdo" que "el
propio Estado" formalizara una tregua entre éste último y el MLN. La izquierda, en
pleno auge movilizador, duramente atacada por los sectores reaccionarios como una
"extensión de la subversión", inmersa en un marco de contradicciones internas, sin
un punto de vista común .en torno, a los militares como a los tupamaros, propuso -de
todos modos- públicamente y también a nivel parlamentario, la realización de una
tregua. La misma evidenció enorme debilidad y poco poder de convencimiento.
"Ese acuerdo lo hicieron, se hizo por escrito, el 8 de julio de 1972; ese
documento lo tiene Sanguinetti, allí firmó Alvarez por las Fuerzas Armadas y
Rosencof por los tupamaros. Fue un momento en que ellos creían que podían
viabilizar una cosa de esa naturaleza. Me parece que estaban muy engañados por
Trabal", nos dijo en forma segura y vehemente como para que no queden dudas, el
Dr. Jorge Batlle.
Ya en su momento a través de un informe "de las tratativas con las Fuerzas
Armadas", los tupamaros dan cuenta de la ruptura de la tregua y de los por qué,
según su punto de vista:
"A principios de julio próximo pasado, las FF .AA. nos hicieron llegar una
proposición que se puede resumir así:
1) 'Rendición incondicional' del MLN. Entrega de todas sus armas, pertrechos y
bienes. Entrega de la Dirección.
2) Estaban dispuestos a considerar un plan de 'reubicación social' (especie de
amnistía) para los presos políticos que serían liberados por tandas, en períodos que
fluctuaban entre seis meses y dos años y medio.
El día 5 de julio el "MLN contestó negativamente a la rendición pero haciendo
una propuesta para una real pacificación nacional en dos notas (como ya se vio). Al
mismo tiempo el MLN se comprometió unilateralmente a un cese de actividades
contra los militares, mientras cesaran las torturas a los prisioneros, ya que las torturas
se habían interrumpido, al parecer en forma general, durante los días que duraran las
negociaciones. El día 8 de julio las FF .AA. rechazan

158
nuestra proposición de pacificación, pero se comprometieron a dar un 'trato digno' a
los prisioneros, por el cual el MLN mantuvo su palabra de no realizar acciones contra
militares. A los pocos días nos enteramos que las FF.AA. no cumplieron su
compromiso, lo cua1 nos dejó un tremendo saldo de tres muertos en este período:
Jurado, Berreta y Alvariza.
Por eso el MLN denuncia esa traición de los militares a su palabra y se considera
liberado de todo compromiso y retira su proposición de pacificación del 5 de julio."
Terminada la tregua, volvió la guerra; cuántos hilos se cortaron para que esto
sucediera es difícil de clarificar. Cuando la acción que terminara con la vida del
hermano del general Gregorio Alvarez, el Coronel Artigas Alvarez, se efectivizó, las
conversaciones en aras de una posible negociación que pacificara al país quedaron
hechas añicos: "Esa acción se da en el marco del rompimiento de la tregua -nos dijo
la tupamara Alba Antúnez, responsable de ese operativo-, tregua que rompen los
militares. En medio de ella, los militares hacen un procedimiento -según sus propios
términos- donde rematan a mansalva a compañeros, Francisco, en concreto; y
después, mueren en tortura otros compañeros, Alvariza, concretamente. Estaba su
compañera en el calabozo y presenció cuando lo mataron a trompadas, y había
muerto Amilivia también; nos llegó una información precisa de quiénes y cómo lo
habían matado, tenemos el nombre del sargento y del cabo que lo agarraron
desarmado en la calle, lo reconocieron y lo mataron.
La muerte de Alvarez fue nuestra respuesta militar al rompimiento de la tregua.
El era un hombre que estaba vinculado a lo que sería la actividad política del
Ejército desde la década del sesenta; era un activo militante dentro de las filas del
Ejército. No era un militar más. "
Ya por el mes de mayo de 1972 los militares, a iniciativa de Christi y Alvarez, le
plantearon al Presidente Bordaberry las razones que tenían para dar un golpe de
Estado dado "el cambio del status legal actual", según su propia documentación.
Tan sólo por el momento, el Presidente lo considera inoportuno puesto que "dispone
de las mayorías parlamentarias necesarias". Según hemos podido saber, el énfasis
puesto de manifiesto por las Fuerzas Armadas para alterar el orden institucional fue
una de las razones de mayor peso -más allá de las conocidas- que dieron lugar a la
dimi-

159
sión del General Olegario Magnani como Ministro de Defensa. Recordemos que su
renuncia se produce el 19 de julio; no habían transcurrido diez días cuando en el
velatorio del Coronel Artigas Alvarez, aún en tan acongojada circunstancia, se
reaviva el espíritu golpista. Tal vez, éste sea el motivo de tanta preocupación
manifestada por determinados senadores el día que lo homenajearon en el
Parlamento.
Uno de los asistentes a ese velorio, luego de varias negativas a testimoniar para esta
investigación, brindó un elemento que es importante subrayar. Quien luego fuera el
último en presidir los destinos de la dictadura militar, "impecablemente vestido, como
era su costumbre -parece que lo estoy viendo: tenía un saco azul, con un elegante
escudo bordado, haciendo juego con un pantalón beige-, manifestó preocupado:
'ésta era para mí' ". Esta frase en boca del General. Gregorio Alvarez, ¿qué estaba
significando?, ¿cuál era su falta?
Otro de los asistentes fue categórico al relatamos algo que, por el entorno que se
vivía, no dejó de asombramos: "Se había establecido una suerte de código a
instancias del propio Gregorio Alvarez, según qué se anotara en las tarjetas de
condolencia por parte de otros militares; se estaba asintiendo o no, a instrumentar
el golpe de Estado” De acuerdo a lo que nos dijo este mismo testigo, el
singularísimo escrutinio resultó negativo a las expectativas de Alvarez.
Otra de las razones para que fracasaran estas negociaciones pueden encontrarse -
según la tupamara Jessie Macchi- en que "una organización de izquierda, con
objetivos revolucionarios, por más de "derrotada que estuviera, no podía nunca
dejar la conducción del proceso a unas Fuerzas Armadas que oscilaban entre
nacionalismos que tanto podían ir para la izquierda como para la derecha. ..
No solamente dependió de tupamaros y militares que estas tratativas llegaran a su fin.
No podía ser de otra manera cuando -como ya quedó claro- tuvo participación en las
mismas buena parte del Poder Ejecutivo: "Yo tengo el relato de un Ministro de la
época -nos dijo Juan Pablo Terra- que data de la época misma, según el cual, un día
de julio a las cuatro y media de la madrugada a Bordaberry lo despiertan los
Generales Christi y Alvarez; inmediatamente pidieron una reunión para consultar
sobre la suscripción o no del documento que sellaba la negociación con el MLN.
Más tarde, el Presidente con algunos de sus Ministros, informa de la

160
novedad. Un Ministro de la 15, enojado, se opuso radicalmente. Manifestó que era
una locura, que no debió haberlos recibido nunca, que de hecho estaban pasando
por encima del General Gravina que era el Comandante en Jefe, que al atenderlos
estaba convalidando esta situación, 'es como si te estuvieran dando el golpe: Este
Ministro le preguntó cómo podía ser que se firmara eso, entre tupamaros y gobierno
cuando había sido negociado solamente entre tupamaros y militares.
Según ese documento, los tupamaros deponían las armas y el gobierno se
comprometía a ejecutar los puntos que allí se enumeraban, con las Fuerzas Armadas
como garantes.
Evidentemente se invertía el orden constitucional: el Ejército quedaba
controlando la acción del gobierno sobre un documento cuya vaguedad permite
decir que se cumplió o no, según lo que uno interprete.
Este Ministro me contó que habló indignado, puesto que eso era el tutelaje
establecido, del Ejército sobre el Ejecutivo. Era el golpe.”
Los Ministros de la "15", en esa época, eran tres: Julio María Sanguinetti,
Pintos Risso y Francisco Forteza. Este último –actual diputado de la misma lista-
al ser consultado sobre dicha reunión, nos contestó, luego de muchas evasivas: "el
más indicado para hablar de esos temas es Sanguinetti. "
Hubieron hombres en todos los "bandos" que no supieron ver en su cabal
dimensión que el diálogo ya iniciado, entre quienes combatían con las armas en la
mano; pudo hacer sido una chispa que generara el tantas veces reclamando
"encuentro nacional", que como tal, debía contemplar y amparar a todos los
sectores -sin proscripción alguna- cobijados bajo la República Oriental del Uruguay.
Por otra parte, los sectores políticos que en aquel momento fueron los más
acérrimos opositores a ponerle un punto final a la guerra Ulterna cuando ésta ya
había terminado, son hoy - en pleno 1986 -los más fervorosos defensores de "echar
un manto de olvido" para los crímenes cometidos por los militares con posterioridad
a la misma. Como se puede apreciar con facilidad, ésta no deja de ser una misma
actitud.
En 1973, a unos casi tres meses de distancia del golpe militar, sus autores
insistieron en remarcar uno de los peores males que sacudían a la nación: "cuando la
sedición alcanzó su máxima ex

161
presión, en lugar de cerrar mas para combatirla decididamente para salvar el sistema
institucional que tanto dicen defender, muchos representantes de dichos sectores (de
los que tuvieran la responsabilidad por la conducción política del país durante tantos
años), salvo honrosas excepciones, iniciaron negociaciones secretas con ciertas
cabecillas del movimiento clandestino, pensando ubicarse en condiciones favorables
para el caso de que triunfara la sedición..."
Cuando en julio de 1972, Zelmar Michelini dijo en el Parlamento quiénes habían
sido en realidad los que "iniciaron negociaciones secretas" con los tupamaros, un
comunicado de las Fuerzas Armadas lo trató de embustero y enemigo de la patria. A
veces la mentira, la auténtica y deliberada mentira, no tiene patas cortas como se
cree. Tiene botas de siete leguas y puede dar pasos de hasta trece años.

162
Página 163 sin numerar
ILICITOS ECONOMICOS

Peirano Facio, Pacheco, Batlle.

Página 164 en Blanco


"En el Brasil, a la euforia del sistema se la denomina
'ufanismo'. Aquí no hay 'ufanismo' posible,
aquí no hay ninfluna victoria, ningún éxito económico,
ningún tipo de recurso movilizado, ningún proyecto
ambicioso, nada. Aquí no hay 'ufanismo',
aquí lo que hay es 'afanismo'''.

Eduardo Galeano
Julio de 1972

"Dice el señor Ministro (de Industria y Comercio) que en el año 1970 el producto
bruto aumentó un 4 o un 6 %. ¿Cuál fue el principal factor responsable de ese
aumento? En un 50 % lo fueron las exportaciones de carne. De 22 millones de
dólares, 11 se los llevó la economía de la carne, 8 los frigoríficos y 3 los ganaderos
en cifras redondas. Pero resulta que los frigoríficos que se llevaban la parte del león
del producto interno, al iniciarse el año 1971, se declararon en quiebra. Tres veces se
declararon en quiebra, y el Estado tuvo que atender con una cifra que supera los 21
mil millones de pesos a los frigoríficos extranjeros.
Uno pregunta ¿cómo es esto? Porque además media el informe de tres técnicos
extranjeros contratados por el Ministerio de Ganadería y Agricultura, que dijeron que
por cada una de las 170 mil toneladas exportadas, ganaban 69 dólares y cientos de
millones de pesos en el abasto. Y, ¿cómo es que están fundidos? Parece que les
deben mucho dinero a los bancos. ¿Qué Bancos? Bueno, al Mercantil, Comercial,
Aldave y Martínez, Holandés. Unido y UBUR. Además conviene averiguar quiénes
son los dueños de estos bancos, quiénes son los dueños de los frigoríficos deudores.
No crean que son las mismas personas o las mismas compañías. Están los intereses

165
Rockefeller y Adelatec, establecidos en el frigorífico Carrasco; y los del Chase
Manhatan, que era corresponsal fundamental de los Bancos Mercantil y Comercial.
Además está el grupo Ferrés, que tenía una gran ingerencia en EFCSA y en UBUR,
como.todos sabemos, y el del ex-ministro de Pacheco, AbacHe Santos, y otros como
Henderson, con intereses importantes en el Banco Aldave y Martínez, que tenían que
ver, también con el Frigorífico Cruz del Sur.
Parece como que hubiera una trampa por la que declararon pérdidas para que el
Estado les diera asistencia crediticia. Pero resulta que el Banco Mercantil cerró en
medio de un gran escándalo; que Aldave y Martínez, como todos sabemos cerró,
produciendo otro escándalo en 1970 y que el grupo Ferrés hizo un crac muy grave.
Entonces, ¿dónde están los 11 millones de dólares que ganaron, de acuerdo a lo
que dijeron los técnicos que contrató el gobierno? ¿Dónde están los 21 mil millones
de pesos que se les dio, mientras no se aplicaba la ley de Consolidación, mientras no
había créditos para los modestos productores y para otra gente que los necesitaba?
Creo que la respuesta es muy sencilla. En el balance de pagos del año 70, figuran 20
millones de dólares de evasión de capital. ¿Y quién tenía dólares para colocar en el
exterior, sino los frigoríficos extranjeros? ¿Quién había recibido el mayor "quantum"
de dólares? y ahí está el principal aumento del producto bruto interno; una fabulosa y
vergonzosa maniobra, especulativa y de saqueo del país. El producto bruto interno
vino a favorecer a un puñado de empresarios de los frigoríficos y de los bancos, que
no han hecho otra cosa más que robar a la República. Esa es la verdad. Yeso,
naturalmente, tiene que provocar rebeldía y reacciones como las que llevaron al
drama que vivió el país en el día de ayer."
Este verdadero ilícito es apenas un punto de otra característica que marcaba a
1972. Tan sólo a 24 horas de distancia del baño de sangre que vivió el país, el 15 de
abril, Vivián Trías urgaba en la llaga que corroía al Uruguay -y que; obligaba al
apresuramiento de tantos para imponer leyes represivas al efecto de disimularla-: la
corrupción. Esta se había hecho carne en la población. La bola de nieve que venía
creciendo desde varias décadas atrás era en el 72 un elemento cotidiano.
Todos los valores nacionales habían sido trastocados. La "coíma" más que un
reporte, una necesidad; la especulación, un modo de vida, pero también de
sobrevivencia; el contrabando "hormiga

166
siempre castigado, el "elefante" tan ufano...
En el año 1957, señaló el propio Vivián Trías, "'yo fui Vicepresidente de la
Comisión Investigadora que llegó a conclusiones categóricas y aplastantt'is en cuanto
a que los frigoríficos extranjeros cometían ilícitos contra la economía nacional. Ese
informe nunca pudo ser considerdo en el seno de la Cámara porque nunca hubo
quorum Y ni siquiera se pudo empezar a tratar". Esto no hablaba bien de los
políticos, que por añadidura, al ser el blanco más expuesto, iban a parar a una misma
bolsa con los popularmente denominados, "grandes jodedores dueños del país". En
esa bolsa no sólo tenían cabida el Poder Ejecutivo o Legislativo, sino también el otro
poder de la Nación, en apariencia, siempre en favor de "los poderosos". Cuando
alguno de ellos o sus testaferros iban a parar tras las rejas, cualquier excusa era buena
para soltados: "resulta -dijo Trías- que cuando llegaron las vísperas de la Navidad se
les dio la libertad por gracia, cosa que muy rara vez ocurre en este país, porque,
¿cómo los señores banqueros del Banco Transatlántico iban a pasar las navidades
lejos de su familia? Y, naturalmente se les concedió la libertad."
No había áreas donde se registraran excepciones a estas reglas: "hay nombres de
ganaderos que tienen sus tierras, parte en Brasil y parte en Uruguay, todos lo
sabemos. Ya denunciamos que hay 350.000 hectáreas en la frontera, y terratenientes
que poseen más de 5.000 hectáreas. Y nadie ha ido preso nunca". De todos modos
esta última apreciación de Vivián Trías, no es la única modalidad prácticamente
institucionalizada de contrabando. Es "notorio" 'agregaba Vasconcellos- "que se han
amasado inmensas fortunas a través de golpes momentáneos de contrabando, o sea,
una vez se compró la lana para firmas de Montevideo y como del otro lado de la
frontera de repente ese producto aumentó tres o cuatro veces, el comprador, en vez
de mandar la lana a las firmas de Montevidet) la envió para el Brasil, pagándole a las
firmas de Montevideo o devolviéndoles su dinero." En otros casos "el comprador
venía a la estancia, pagaba en efectivo y en ese momento era su dueño desvinculando
así de responsabilidad al propietario del establecimiento que lo vendía; aparece ahora
otra forma que es la de llevar el ganado a las ferias. Se vende en ellas y entonces el
propietario no tiene responsabilidad. En la frontera se comenta que más allá de la
feria aparente, existe un acuerdo previo entre el auténtico vendedor y el

167
auténtico comprador, o quienes simulan el remate, pero en realidad han concertado
previamente el negocio".
¿Qué camino le quedaba al habitante de este país cuando la resignación emanaba
de éste, como de otros legisladores? "Siempre -decía Vasconcellos- desde que el
Uruguay nació como país independiente, siempre ha habido contrabando y los
gobiernos han realizado grandes esfuerzos para tratar de impedirlo y siempre hemos
oído que éste no es .un hecho únicamente de carácter policial o de represión militar,
que es un hecho económico que no lo para nadie..."
Ahora bien ¿cómo parar el fraude, la corrupción, la estafa lisa y llana que se
llevaba adelante cuando esta provenía del propio Presidente de la República y su
gabinete de conocidos empresarios y hacendados? "El señor Pacheco no estuvo solo;
estuvo muy mal acompañado, por gente que hoy se ha pasado de la página social a la
crónica policial" -manifestó el diputado Sosa Díaz, en el correr de aquellos años
difíciles-. 'Jorge Peirano Facio -agregó- y el Directorio del Banco Mercantil, fueron
los privilegiados de la política del señor Pacheco Areco. El señor Charlone también
vinculado a grandes intereses económicos, fue un hombre mimado del gobierno
anterior. Y podríamos mencionar a otros, como a gente que estuvo en el Directorio
del Banco de Cobranzas y que la premiaron luego, designándola para integrar los
directorios del Banco Central y del Banco República, que el Estado tuvo que
intervenir, porque también allí, se habían producido irregularidades."
La descomposición del régimen era tal, que algunos legisladores llegaron a
suponer que "ciertos decretos dictados en el marco de las medidas prontas de
seguridad estaban dirigidos a favorecer a determinados grupos económicos que se
constituyeron en grandes empresas de construcción a las que se les concedieron
créditos que estaban diez o quince veces por encima de su respaldo económico".
Según el Diputado democristiano, se llegó al colmo de buscar a los culpables dentro
de las víctimas, "da la casualidad -dijo- que el compañero Turiansky fue uno de los
que aparecieron en los diarios requerido por el gobierno de Pacheco por delincuente,
porque era dirigente sindical. Hoy tiene la satisfacción de ver sentado en el banquillo
de los acusados a sus propios acusadores. ¿Quiénes integraban la empresa Mercadex,
que hizo una intermediación insólita entre la UTE y Sercobe, llevándose 700.000
dólares de comisión? ¿Y quiénes cometieron en UTE esos hechos vergonzosos que
se denuncia-

168
ron? Los amigos de Pacheco y algunos parientes..."
Esos "buenos" amigos y parientes, vaya casualidad, también tenían en sus manos
el imperio de la información. Se escandalizaba con "los ríos de sangre" en que se,
habían transformado nuestras calles, ocultando la constante y puntual hemorragia de
los depredadores de nuestra economía. "Los ilícitos económicos, sus sanciones, la
incorporación al derecho positivo de sus nuevas tipificaciones, son la respuesta que
tiene más a mano el poder político a otro tipo de sedición, que puede parecer, en su
manifestación, como caminando por la vía extrema de la otra; pero, en definitiva,
para quienes tenemos como pauta y como medida de nuestra acción política la
unidad patria, son tan peligrosas y dañosas la una como la otra." Este punto de vista,
del Senador Luis Alberto Lacalle alguien de inocultable posición moderada,
participante del "acuerdo nacional" de la época que le valiera el mote de "blanco
barato" prodigado por el máximo líder de su partido; coincidía con las
preocupaciones que en torno a los delitos de carácter económico sacudían al país, y
no eran ajenas a militares "envalentonados" por sus victorias contra ''una de las
formas de la subversión". "¿Es que acaso no hay una forma nueva y distinta de lo que
es la sedición? ¿Es que acaso vamos a creer que en este año 1972 se hace
exclusivamente con las armas en la mano?
¿Acaso no se compromete la propia fisonomía de un país no sólo con las armas
en la mano sino, precisamente, por movimientos de carácter económico?", se
preguntaba Zelmar Michelini y agregaba: "es bueno saber a qué juega el Ejército en
este problema, si es cierto o no que se han presentado varias carpetas con referencia a
algunos casos típicos de delito económico? ¿qué suerte han corrido? y ¿por qué el
apuro del Poder Ejecutivo en integrar la Comision de llícitos Económicos, incluso
con militares?"

1. EL POR QUE DE UNA LEY

"Cuando en los cuarteles grupos de oficiales resuelven llevar adelante, no sólo la


lucha contra los tupamaros sino también y fundamentalmente cuando la guerrilla
parecía derrotada, la lucha contra los ilícitos económicos, aparece el santo y seña de
la ley. Ahí no se puede hacer nada si no es bajo la ley. Cuando en la Ciudad Vie-

169
ja, las compañías de seguros son allanadas, por personal del Batallón Florida,
reaccionan el selior Presidente de la República y el Ministro de Defensa Nacional. En
tonces, es cuando el Ejército empieza a dar, se cuenta que ha sido utilizado". Un
proyecto de ley que permaneció más de treinta años' juntando polvo, viajando de
escritorio a escritorio; de golpe es "redescubierto" y en forma diligente es sancionado
en noviembre de 1972. Se trata de la ley de Ilícitos Económicos 14.095. El año y el
mes de características tan peculiares en que la misma se aprueba, hablan por sí solos
de la importancia capital, que tuvo para su sanción, la irrupción de las Fuerzas
Armadas, tal cual lo seiialaba Zelmar Michelini. "¿O vamos a ignorar que el Poder
Ejecutivo tiene un enfrentamiento con las Fuerzas Armadas en, virtud de que se
niega a que las Fuerzas Armadas investiguen directamente los ilícitos económicos?"
volvería a preguntar a viva voz Michelini, unos cuatro meses después de aprobada la
ley, lo que dejaba a las claras los puntos flojos del "pacto" de "Boizo Lanza" en
febrero de 1973. Tiempo después agregaría: "Cuando se dice que las Fuerzas
Armadas se 'tupamarizaron', se emplea una frase que pretende ser

Jorge Batlle y el general Eduardo Zubía

170
peyorativa. Yo la descarto. Lo que digo es que tras los tupamaros, las Fuerzas
Armadas conocieron muchísimas de las realidades del país y en el contacto de los
cuarteles, tomaron conocimiento de muchísimos problemas que antes no habían
apreciado en su total dimensión. Mucho antes que el gobierno, las propias Fuerzas
Armadas y grupos numerosísimos de oficiales, se dieron cuenta de que aquellos
jóvenes no eran monstruos, degenerados, sirvergüenzas ni malnacidos. Eso trajo,
naturalmente, la exigencia de reprimir, no sólo la violencia de las armas, sino la
violencia de arriba, que había motivado toda la subversión. Ahí comienza la crisis.
Estamos ya en setiembre y octubre de 1972, cuando el Poder Ejecutivo impidió que
los ilícitos económicos se sancionacen de otra manera".
Al cáncer que producían los ilícitos se lo quiso combatir con un piadoso
analgésico legal. "Muchos de estos ilícitos que preocupan a las Fuerzas Armadas son
inmoralidades y son ataques contra el país, pero desde el punto de vista legal, no son
ilícitos, porque hay un sistema que ha permitido que esto que es inmoral no sea
delito".

UNA LEY QUE PERECIO AL NACER


La raíz de esta ley debe buscarse a partir del 19 de noviembre de 1942 donde, a
través del decreto ley 10.279, se pretende legislar- en esta materia sin aplicación
ninguna en la práctica. En el ámbito del Poder Ejecutivo se conocen tres antecedentes
de proyectos, uno sobre la libertad de comercio, otro sobre delitos económicos y el
último sobre las tasas máximas de interés, elaborados en los años 1943 1947 y 1963
respectivamente. Súmense a estos otras iniciativas, provenientes de otro de los
poderes, el
Legislativo, presentados por el Diputado Legnani sobre usura y el Senador W.
Beltran sobre tasa máxima de interés.
En 1969 el gobierno, aprovechando las Medidas Prontas de Seguridad, pone en
vigencia a través del decreto 304/69, el denominado "Proyecto Bayardo" -presentado
en el Parlamento un par de años antes- en él cual venía incluido el montaje de la
Comisión de Represión de Ilícitos Económicos (CRIE).
El paso siguiente sería noviembre de 1972.
Repasando atentamente los distintos proyectos que sirvieron
171
como sustento del finalmente aprobado, puede observarse, no sólo la preocupación
por la gravedad de los delitos económicos que se venían operando, sino también,
pautas y modalidades de los mismos que van dando lugar a transformaciones
adaptándose a cada tiempo vivido por la República. Ya en el proyecto de 1947 se
señalaba que actúan "en nuestro país infinidad de trusts, con estructuras variadas,
pero con la única finalidad de alcanzar beneficios desmedidos en perjuicio del
consumo. Actúan en general en las sombras, en una impunidad casi absoluta, se
mueven en un mundo incoercible, por deficiencias de nuestra legislación". Por su
parte el proyecto del entonces diputado Augusto Legnani del año 65, da cuenta que:
"La reciente crisis bancaria; la voracidad generalizada por ganar mucho dinero rápida
y fácilmente: el desmedido afán de lucro; maniobras de especulación orientadas a
multiplicar bienes sin trabajo: el propósito que se extiende e intensifica día a día de
compensar la desvalorización monetaria con altos intereses; y otros hechos de la
misma índole, igualmente notorios, aún para el observador menos avezado, nos
llevan a considerar que no será posible asegurar la vigencia de valores éticos,
tradicionalmente respetados en nuestra sociedad, ni habrá de posibilitarse el proceso
material de la República, sin castigar severamente la usura y las maniobras
directamente destinadas a dañar el consumo".
En la exposición de motivos del original del año 1967, propuesto por el
Presidente Gestido, se dictaminan nuevos argumentos que alientan este flagelo: "La
guerra, la inflación, el cerramiento de los mercados, la escasez de artículos
esenciales, por una parte, y por otra las regulaciones que han hecho posible la
aparición de estos fenómenos, contribuyeron a generar condiciones económicas
absolutamente anormales, y crearon al mismo tiempo una serie de posibilidades de
grandes ganancias para quienes se colocaron al margen de lo permitido".
El debate, la polémica, se perpetuó en el tiempo. En el año 1970 en Cámara de
Representantes, por curiosísimos motivos, Posadas Belgrano le salió al cruce a la ley:
"Tenemos pocos capitales y éstos no encuentran facilidades para la inversión, en'
parte por la dimensión del mercado, pero en parte por la alta tasa de interés. Si a eso
le sumamos el riesgo de que el hombre esté incurriendo en un delito a cada momento,
puede ser que moralicemos al país, pero lo vamos a empobrecer en una forma
terrible. Por lo tanto todo lo que desalien-

172
te la inversión resulta perjudicial desde el punto de vista económico y patriótico. Me
parece que hubiera sido más efectivo orientarse hacia una labor de real protección al
particular con respecto a sus inversiones, dentro de la acción de las empresas
privadas, dándole garantías, que ir a esta jungla 'en materia de tipificación delictiva,
donde en definitiva nadie puede saber cuándo está en lo lícito o en lo ilícito."
El magistrado Figueredo, ese mismo año, en el seno de la Comisión de
Constitución, Códigos, Legislación General y Administración, también cuestionó
esta ley, pero sus reparos tenían un asidero ajeno a los intereses particulares: "Quien
suponga que una legislación sobre delincuencia económica puede ser remedio eficaz
para erradicar el agio, los monopolios, la usura, etc., se equivoca lamentablemente.
Ninguna ley puede ser tan completa como para prever todas las situaciones
merecedoras de represión, ni tan perfecta como para evitar el quebrantamiento de
sus nonnas. La razón es simple: los hechos económicos son complejos, obstinados y
cambiantes y no es posible atrapados en fórmulas jurídicas destinadas por lo menos
a cierta permanencia. Esta ley que se hace sobre el monopolio, va contra la ley de la
oferta y la demanda."
Ya en 1972 al aprobarse esta polémica y cuestionada ley un fundamento de voto
habla por sí solo del "entusiasmo" que la misma despertaba en algunos sectores:
"Esta ley no es una solución de fondo -dijo Enrique Rodríguez-. El Senado no ha
dicho hoy que tome una decisión de fondo para terminar con los ilícitos económicos
y la propia historia que aquí se ha contado, desde el Consejo Nacional de Gobierno
de no me acuerdo qué tiempos, hasta el proyecto de Ley de 1917, demuestra que
más allá de las leyes y de los papeles pintados y de la buena voluntad evidente que
en cada oportunidad pusieran los legisladores, los intereses privados, el secreto
comercial intangible, la maraña de los intereses entretejidos por expertos en
enriquecimientos, de intereses financieros y económicos, se meten en el bolsillo a la
ley, a los que hicieron la ley e incluso, a los gue tienen ganas de veras de reprimir
todo esto.
Votamos, entonces, este proyecto con cierta resignación. Algo hay que votar."
Una vez aprobada esta ley, la polémica no sólo no se redujo, sino que abarcó
otros espectros, algunos directamente relacionados con su aplicación. En las mesas
de estudio del Banco Central, el Dr.
173
Carlos Maggi precisó: "Esta no es una ley improvisada ni mal hecha; es, sí, a mi
entender, una ley que tiene defectos. Pero defectos justificados, porque procura
abarcar una materia nueva en el Uruguay; y en el mundo, y no es fácil, en este
campo, dar soluciones perfectas. "
Aún en 1974, y esta vez a través de la Fundación de Cultura Universitaria,
continúan sucediéndose los análisis. Una publicación' titulada con el nombre de esta
ley, recoge, el parecer, entre otros, de: Jaime Teitelbaum, Rodolfo Schurmann, Adela
Reta y Carlos Paysée. Este últimp dio su pauta personal: "proyecta así esta ley su
influencia sobre cuatro posibles y limitados aspectos de la actividad comercial: sobre
las operaciones cambiarias en su aspecto manual o trayectisio; sobre la liquidación
fraudulenta del patrimonio de una empresa sociataria; y sobre la onerosidad del
préstamo comercial.
Incide sobre una actividad comercial parcializada a determinada área. Si bien el
proyecto era más ambicioso en este aspecto, por cuanto era más amplia la figura del
agio que no ceñía exclusivamente al cambiario sino que abarcaba los de artículos y
servicios y era comprensivo también de las situaciones monopolísticas ilícitas, lo
cierto es que la labor compenetrada de legisladores y penalistas en comisión fue
reduciendo su ámbito de aplicación."
Pareciera que el aquelarre siempre rondó en torno a este tema “la CRIE, quince
meses después de su actuación por decreto reconoció: "Los casos en que ha
intervenido la Comisión, son mayoritariamente delitos de usura. Pero, si bien fueron
abundantes las denuncias y las investigaciones correspondientes, fueron
comparativamente escasas la oportunidades en que pudo configurarse la prueba de
los ilícitos. La razón está en las propias características de tales actividades, ya que
sus autores procuran, desde el comienzo de las mismas, la eliminación cuidadosa de
las pruebas. Y puede presumirse que mayores serán esas precauciones y, en
consecuencia, mayores las dificultades y más arduo el trabajo para la obtención de la
plena, prueba, cuando las normas en estudio obtengan fuerza de ley".
Efectivamente, una vez que las normas en estudio obtuvieron, fuerza de ley, el
panorama, lejos de aclararse, continuó enturbiándose. "Esta comisión -dijo el
Senador Vasconcellos- no tiene facultades otorgadas en ningún lado, para detener
personas. En cambio ahora, sí lo está haciendo, enviando a los cuarteles y en algunos
casos

174
motivando el éxodo de algunas personas del Uruguay, no porque se, sientan autores
ilícitos, sino porque tienen el temor de pasarse un tiempo dentro de los cuarteles.
Pero sostengo, que aun con esta redacción, no puede actuarse al margen de las
disposiciones legales; no sólo no puede hacer eso, que establece el texto expreso del
artículo 17° sin orden del juez sino que tampoco puede detener a ninguna persona sin
orden del juez."
Como corolario de esta recopilación de datos y opiniones resulta importante tener
en cuenta, la reflexión del Dr. José Korzeniak, que fuera asesor de la Comisión
parlamentaria encargada del análisis de esta ley y que participara además de las
Mesas de Estudio del Banco Central en Diciembre de 1972: "En realidad la ley de
Reforma Cambiaria y Monetaria del año 59, ya estaba echando por tierra, esta ley
del 72". El problema básico de la misma es que se aprueba en momentos que en todo
el mundo arrecia, lo que se conociera como "el boom de la escuela de Ozicago". El
"control de Estado como cometido central -nos decía Korseniak- se ve enfrentado al
liberalismo económico. La ley del 72, fue elaborada para actuar en otra línea
económica, los monetaristas, en auge en ese momento la consideraban un verdadero
obstaculo. En principio, pareciera que esta norma jurídica no puede ser calificada de
buena o mala a secas, sino pensando en el marco de referencia en que debía actuar "y
dependiendo en mucho de quienes fueran sus ejecutores. "No todos los que apoyaban
la ley tenian las mismas intenciones ni los mismos objetivos. Los militares -por
ejemplo- presionaron a algunos legisladores para su aprobación, la propulsaban
como parte de sus ambiciones de cambio, pero la Comisión de Represión, estaba
siempre enfrentada a otros militares, incluso a los que pusieron aM, no ,,los querian
mucho". Corrientes de militares hicieron de esta ley el "fundamento de su existir,
buscando a toda costa instrumentos para encarcelar a la mayoría de los políticos que
suponían implicados en ilícitos y a esta altura auténticos adversarios por el gobierno.
"Los controles fiscales se pensaron para ser usados políticamente. Los militares bien
intencionados, entre ellos los que integraron 'la Comisión de Represión, deben de
haber quedado bastante desilusionados, no sólo con los grandes intereses con los
que se estaban metiendo, sino también con los jueces, como el que condenó a
Peirano Facio por tres o cuatro tonterias dejando de lado lo realmente fuerte”

175
Tal vez, el meollo de todo este asunto es que, este tipo de ley supone controles y
para la escuela de Chicago, el abuso no es un ilícito. Su fIlosofía pauta que nadie
debe intervenir, todo es abierto: los mercados, las fronteras y como más tarde
veríamos, también la pobreza...
Entonces ¿cómo se entiende que con una ley inaplicable y una Comisión de
Represión casi inefectiva "las estirpes dueñas de h tierra, de la Banca, del comercio y
de la industria" -al decir de Vivián Trías- empezaran a "pasar sus vacaciones en San
José y Yi"? ¿Por qué las Fuerzas Conjuntas el ocho de octubre de 1972 a la hora
11.30 emitieron el siguiente comunicado?:
"Ante diversas versiones no oficiales difundidas por la prensa con respecto a los
procedimientos realizados por las Fuerzas Conjuntas, la Junta de Comandantes en
Jefe precisa lo siguiente:
1) La acción contra los delitos socio-económicos es de responsabilidad
primordialmente de la Comisión de Represión de Dícitos Económicos, cuya
integración actual ha sido dispuesta recientemente por el Poder Ejecutivo.
2) Las Fuerzas Conjuntas intervienen en esta actividad únicamente cuando como
consecuencia de las operaciones antisediciosas, surgen evidencias de la existencia de
este tipo de ilícitos y una vez comprobados los mismos con la realización de las
investigaciones correspondientes, se trasladan los resultados a la órbita de la citada
comisión, a quien compete determinar las responsabilidades pertinentes
3) En consecuencia las versiones sensacionalistas que se han difundido al
respecto, sólo conducen a confundir a la opinión pública y lesionan gratuitamente el
buen nombre de personas y empresas, ya que únicamente la sustanciación completa
de los respectivos procesos será la que conduzca a establecer la verdad de los
hechos."
Una vez más se recurre a esta práctica: mentir a través de un comunicado
oficial.

ALGUNOS POR QUE DE TANTA MENTIRA


"Hay muchos militares sancionados -otros fueron dispersados por distintos
puntos del país- por haber realizado con respecto a

176
gente que ellos creían que habían cometido ilícitos económicos, procedimientos que
era muy común aplicar a quienes pertenecían a los tupamaros.
Hay personas que siguen detenidas por haber cometido delitos económicos. Por
ejemplo, hace cuatro meses que está detenida una persona acusada de contrabando en
alta escala. Es un ilustre desconocido poseedor de una inmensa fortuna. Estuvieron
detenidos un contador y varias personas más. Hubo planteamientos de la colectividad
israelita con respecto a la situación de personas que, sin tener nada que ver con la
sedición, eran acusadas de ilícitos económicos y detenidas.
Muchas de las reacciones de las Fuerzas Armadas han sido de disgusto y de
repulsa contra determinados sectores políticos que estuvieron callándose
permanentemente la boca, alentándolas en los pasos que estaban dando y que un día
se alzaron, heridos, porque las cosas les habían llegado de cerca".
¿Será a esta afirmación-denuncia de Michelini, que quiso responder el falaz
comunicado de las Fuerzas Conjuntas? ¿O tal vez el mentís estaba dirigido a Vivián
Trías? Este último había señalado: "Esta oficialidad descubrió -no sin sorpresa- que
cuando sus inquietudes sobre ilícitos económicos se hicieron manifiestas algunos
sectores, especialmente de la prensa y de las clases dominantes, que las habían
colmado de elogios y aplaudido de manera incondicional -llegando al ditirambo-
todo lo que hacían cuando se trataba dc combatir a los guerrilleros urbanos, ahora,
cuando las inquietudes se dirigían a los traficantes de divisas, a los contrabandistas
de ganado a los banqueros usurarios, empezaron a ponerse nerviosos y les brotó un
sarampión de civilislllo realmente sorprendente. Empezaron a rezar apresuradamente
en los altares de la civilidad.
Hubo diarios que predicaron el golpismo y que, de repente transformaron en
civilistas, se transformaron de golpe, en los nuevos descubridores de los Derechos
Humanos y de las garantías individuales".
Juan Pablo Terra profundizó estas interrogantes sin escatimar detalle alguno: "A
esta altura -dijo- se nota que ya el panorama no se divide para los integrantes de las
Fuerzas Armadas en un blanco y negro, buenos y malos, como aparecían por
ejemplo, en los discursos de Pacheco."
En principio particularizó varias etapas como para ir entendien-

177
do esos grises y las distintas vicisitudes que le depararían las mismas:
"En esta primera etapa de reflexión aparece de manifiesto un sentido
nacionalista; aparece la voluntad de no estar al servicio de la parte corrompida de la
rosca, de los negociados; aparece la indignación contra los ilícitos económicos y
contra la impunidad de los ilícitas económicos; y aparece también la voluntad,
manifestada en algún caso, de no usar la fuerza contra los gremios que reivindican el
valor de un salario deteriorado y destruido por la catástrofe económica.
Se que en las Fuerzas Armadas hay quienes apoyándose en un decreto que les
encomendó la persecusión de los ilícitos económicos, piensan ,que pueden dar un
vuelco decisivo a la situación del país, buscando, investigando y trayendo a luz y
sancionando los ilícitos que permanecieron impunes mucho tiempo. Que los hay, los
hay. Están llenas las actas del Parlamento y de las Comisiones Investigadoras de
elementos que acercan, por lo menos, cuando no prueban, la comisión de tales
ilícitos. Pero también señalemos que tal vez, hay en esto una esperanza un poco
excesiva en la posibilidad que tienen las Fuerzas Armadas, esto fatalmente va a llevar
a otra etapa en el proceso político de las Fuerzas Armadas en que van a comprender,
más allá de los éxitos que hayan obtenido -y que no seremos nosotros seguramente
los que les privaremos de respaldo- que no siempre es fácil establecer las
responsabilidades individuales y el carácter individual de delincuente de los que
realizan este tipo de actividades, cuando se mueven en la maraña de una estructura
desquiciada y corrupta que no funciona más. Comprenderán que a veces no es fácil
tipificar los delitos y que menos lo es establecer las pruebas concretas y muchas
veces se pararán ante los hechos interrogándose dónde se traza la línea que separa lo
honesto de lo deshonesto, lo sano de lo corrompido, al ver que muchas actividades
lícitas se mueven moralmente en un terreno que por lo menos es profundamente
cuestionable y gravemente perjudicial para el país.
Comprenderán y descubrirán seguramente que la solución no está sólo en sentar
a algunos responsables en el banquillo de los acusados y en meter a algunos
individuos en la cárcel, y que las cosas no tendrán solución si no se atacan las
estructuras mismas.
Verán seguramente que una industria frigorífica como la actual no es sólo tema
para la Comisión Investigadora del Parlamento, porque haya en esa industria
delincuentes económicos; porque una in-

178
dustria privada que no puede funcionar más que en base al subsidio oficial y al
reparto de los dineros de todos, es un mecanismo insalvable.
Tendrán que plantearse, sí, que los ilícitos en la banca, en un país con las
condiciones del Uruguay, son inseparables de la subsistencia de una banca privada,
que ha funcionado como una forma de drenaje de la riqueza nacional hacia el
extranjero, y de drenaje del ahorro nacional hacia la especulación y la dilapidación.
Y comprenderán que sólo metiendo el bisturí a fondo en las grandes reformas
estructurales, podrá ser contenido lo que en un primer momento pudo pensarse que
eran sólo conductas individuales desviadas.
No hemos sido nosotros los que hemos puesto a las Fuerzas Armadas en el
campo de los grandes problemas políticos del país."
Perfilaba, en un horizonte cercano que estos días que corrían en la República
serían decisivos: "debemos reconocer a esta altura, o las Fuerzas Armadas renuncian
a gravitar y aceptan volver a los cuarteles, dejando intacto lo fundamental del
régimen corrompido; dejando las heridas abiertas y la gangrena intacta; reconociendo
que han funcionado exclusivamente para la represión de la subversión -que nacía, en
definitiva, de una voluntad de transformación y de renovación nacional por
equivocado que fueran los procedimientos-, y dejando en el país todas las causas
profundas de la violencia, que tuvieron que salir a la calle a combatir. O, si no llegan
a esa conclusión, si se proponen algo más, si pretenden llevar la toma de conciencia
política a una eficacia en otro plano, ¿a dónde vamos? ¿cuál es el futuro de nuestras
instituciones democráticas?"
2. LOS ILlCITOS COMO PROBLEMA EN LA INTERNA MILITAR
Para entender el problema de los ilícitos económicos en la interna militar, como
cualquier otro que se dé, desde esta institución hacia adentro, no basta con recurrir al
análisis de la documentación existente, sino que, resulta fundamental conocer las
posiciones en boca de integrantes de las distintas vertientes que la nutren
ideológicamente, en el diálogo personal. Más si tenemos en cuenta que fueron los
actores directos en aquellos turbulentos años.
Un destacado General a quien se lo podría calificar con el rótulo genérico de
progresista, da cuenta de cómo fue calando dentro de

179
su institución el tema de la ilicitud económica: "Antes de entrar en la lucha
antisubversiva hay un largo período de debate interno a nivel de los institutos
docentes como el IMES, la Escuela del Comando y el Estado Mayor Aéreo sobre
cuál es el papel que a la Institución le corresponde en la represión interna. La
discusión estaba centrada en dos temas, por un lado se trataba de determinar si el
país vivía un estado de guerra o si en cambio, los grupos insurreccionales habían
desbordado a los elementos policiales y si al Ejército le correspondía actuar como
una especie de segundo escalón policial. Por el otro lado se discutía el tema de la
corrupción, de lo que más tarde se llamó ilícitos económicos. Una de las cosas que
integra la doctrina de la seguridad nacional y en la que pocos reparan es la de crear
un profesional militar participativo. Para que el militar se imbrique en la cosa social
y política había que crear una nueva mentalidad, entonces se señala que la
subversión es un complot internacional del comunismo, pero no sólo eso, puesto que
esta simplificación solamente pocos la aceptarzan y se buscaba ganar para esta
doctrina a los militares más capaces y de mayor jerarquía. Ahora, la preocupación
por los temas económicos no era de exclusividad de ninguna de las corrientes que se
movían dentro del Ejército, sino de todos los altos oficiales sin mayor o menor signo
ideológico, en un proceso que empieza a darse lentamente a principios de los años
sesenta. "
Es bueno tener en cuenta siguiendo el razonamiento expuesto que el propio Mac
Namara llegó a reconocer que aunque no existiera el comunismo, la conflictividad
existiría, pues existen desigualdades sociales siempre latentes. El Capitán de Navío
(R) Oscar Lébel, firme opositor al golpe de Estado de 1973, nos manifestó que
este costado de la doctrina de la seguridad nacional ''fue lo que dio lugar a las
grandes transformaciones de la Repulución peruanista que comandara Velazco
Alvarado".
Un Coronel retirado, autoinscripto como activo participante "del proceso", nos
decía: "Los norteamericanos propugnaban aquello de la Alianza para el Progreso y
eso significaba mucho para nosotros. Ellos no ven con buenos ojos la Reforma
Agraria tal cual la pregonan los comunistas, pero si, un tipo más racional de
distribución de la tierra, situación que nosotros entendemos como lógica para
fortalecer un estado democrático moderno. Mucho antes de hacemos cargo del
gobierno se discutían muchos temas: la economía, lo social, la corrupción
administrativa, los problemas culturales,

180
el sindical, el estudiantil, el papel que juega el Partido Comunista, la izquierda en
general. Estos estudios los haciamos todos " cuando digo todos me refiero también a
los de la izquierda e incluso a los que gustan llamarse legalistas.”
Otro Coronel, en este caso Pedro Montañez, que fuera detenido por más de
diez años por sus pares cuando produjeron el golpe de Estado, agrega un nuevo
elemento a tener en cuenta para comprender hechos cruciales que se dieron en el
tiempo que abarca esta investigación: "Allá por los años sesenta el mando se hace
más deliberativo con los mandos subaltemos. La situación se empieza a complicar y
entonces los comandantes ya sean de División o comandantes en Jefe, recorren más
las unidades para conversar con los oficiales, cambiar ideas con ellos. Esta práctica
se empieza a institucionalizar. Seregni lo hace con mucha frecuencia cuando está al
frente de la región l. Se establece una relación en cierto modo novedosa y que se
inscribe dentro de un concepto del mando por cooperación, en lugar del mando
exclusivamente vertical. Esto, de todos modos, no significa que se rompa el
verticalismo, sino que los jefes tienen la oportunidad de conocer más lntimamente
las vivencias que tienen los oficiales subaltemos y a su vez, transmitirles el concepto
que se tiene de las cosas, de manera tal que cuando las órdenes tienen se hacen más
fluidas e incluso, la coordinación se formaliza mejor. Además esa época está
influida, no sólo por los cursos de Estados Unidos, sino por material que viene del
Perú. Este último es difundido dentro de la oficialidad y muchos de ellos empiezan a
unir la participación a estos conceptos. "
Una vez entablada la lucha frontal contra la subversión se incorpora un factor
determinante en la estructura castrense. El giro de los acontecimientos va haciendo
trastabillar toda la formación piramidal. La joven oficialidad, fundamentalmente los
cuadros intermedios toman un rol primordial de mando que, por un lado, los afianza
frente a sus subalternos y por el otro los hace "acortar distancias" con sus jefes e
incluso los pone en condición de superioridad. Un militar, por aquellos años Capitán,
fue categórico: "Le guerra la ganamos nosotros, no los generales". Ese era el
espíritu que campeaba a mediados de 1972.
La independencia llegó a tal extremo que cada grupo no sólo recababa
información y actuaba sino que daba cuenta solamente a sí mismo y fomentaba un
estado deliberativo a través de constantes

181
asambleas.
En toda esta situación -peculiar y única vivida en las Fuerzas Armadas- veamos
cuál fue el papel de los mandos en su relación con estos oficiales no tan subaltemos y
en especial la actuación de Gregorio Alvarez, vista por un compmiero de armas que
no quiso inscribirse, en su momento, a ninguno de los sectores uniformados: "Alvarez
no tenia un discurso detenninado dirigido a los oficiales. Su criterio era plantearles
problemas específicos, incentivarlos a estudiar -por ejemplo-la situación de la carne,
la realidad sindical, la problemática de los ferrocarriles, para de allí recabar
elementos que pudieran servir de impulso a soluciones. El fue el Jefe del ESMACO,
órgano de asesoramiento del mando superior, donde impulsó con mayor ahinco el
estudio de la problemática de todo el pais. Manda oficiales a dialogar con dirigentes
sindicales, a entrevistarse con politicos. Pensaba que de estos cuadros sumamente
dinámicos, surgiria -como en gran medida surgió- una suerte de aparato logistico
propio. "
Uno de los tantos militares que fueron entrevistados para conocer desde adentro
lo que ocurría en 1972, en forma sencilla y clara, comentó, desde su ángulo legalista,
cómo vivió este deliberativo período dentro de su arma: "Los operativos que se
realizaban no estaban centralizados por el mando superior, los propios factores de
la lucha requieren tener iniciativa, lo que conlleva a que las unidades en principio y
los capitanes después, adquieran relativa autonomia. Si había una pista habla que
seguirla y actuar enseguida, interrogar a quien tema un contacto previsto y habla
sido detenido porque de esta manera se agarraba a otro y asi sucesivamente.
Entonces, se establecen una serie de coordinaciones por abajo, colectivización de la
información sin perjuicio de que el mando recibe los informes. Por ejemplo, de
repente un sedicioso "o delicioso" -como les decíamos entonces- detenido en
Montevideo, tenia información que era utilizable rápidamente en Artigas, lo que
obligaba a tehcr un sistema muy rápido de comunicación. En los interrogatorios
comienza a salir a luz, información de los ilicitos socio-económicos que entró,
sin .mayor dificultad, en esta especie de circuito. "
El por entonces Comandante en Jefe del Ejército, General Gravina, en
oportunidad de ser entrevistado para brindar su testimonio sobre "la Tregua" entre
Fuerzas Armadas y MLN, reconoció que "la causa de la sedicón, no, otros ya la
conociamos perfectamente

182
raíz de toda la documentación que les habiamos incautado. Con respecto a
determinadas unidades militares, es bueno tener en cuenta que en periodo de gue"a,
usted no puede saber lo que hace mucha gente. Llega un momento que todo depende
de lo que es el hombre en si, de la ética personal que tiene. "
Juan Pablo Terra vivió muy de cerca esta experiencia "sui generis" dentro del
Ej'ército, donde las bases fueron más poderosas que sus propias cúpulas: "En
noviembre -dijo el arquitecto- ya el problema de los tupamaros había desaparecido.
No cxistia más y entonces, las Fuerzas Armadas estaban hablando con un tono
redentor.
Yo recuerdo que un capitán del Ejército, en el periodo en que estaban haciendo las
grandes torturas, en que estaban destruyendo el aparato tupamaro, allá por el mes
de mayo o junio, vino a verme para darme una versión sobre los ocho comunistas
fusilados en el Paso Molino. Más allá de ese episodio, la conversación derivó hacia
otros temas y en ese momento él me dijo -'Mire, nosotros vamos a terminar de
limpiar este pais de la subversión y de la guerrilla, luego vamos a limpiarlo de la
corrupción politica y de la corrupción económica. Yo le comenté alguna cosa
porque me llamó la atención semejante propósito y me dijo: -'Si los generales nos
acompañan, lo haremos con los generales y si no nos acompañan, sacaremos a los
generales y lo haremos igual'. Yo me quedé muy impresionado con la visita del
capitán porque me dio la impresión que esa gente había roto con las normas morales
de la sociedad en que vivimos, algo que no sólo era horrible para nosotros, sino que
lo era para ellos mismos. Rompían con toda la experiencia anterior, y cuando
alguien quiebra todas las nonnas morales, y todas las reglas que rigen en la
sociedad, necesita fundar y respaldarse en algo. Entonces, ellos se sentian
redentores. Habian roto con todo, estaban haciendo cosas juzgadas horribles por la
gente -hoy dia incluso-, pero ellos lo justificaban porque estaban salvando al pais y
lo iban a salvar por ese procedimiento. Creian haber encontrado una especie de
fuerza enorme que se llevaba por delante todos los obstáculos, que destruia todo lo
que encontraba delante, todo lo que se le oponia y pretendian con una cosa de
autojustificación y al mismo tiempo de idealización de su propia tarea, limpiar y
redimir al pais en todos los terrenos. Iban a lograr con los mismos procedimientos, o
con otros parecidos, la purificación del pais de todo tipo de corrupción. Es muy
asombroso eso, ¿cómo a través del crimen se puede pretender sanear y depurar?

183
Tenian pretensiones de limpiar al pais de ilicitos económicos. Y velan la tarea como
una cosa casi con nombre propio.
Este capitán me decía: 'Yo respeto a los politicos tal, y cual' y me dio una serie
de nombres. No coincidían con ningún grupo político, eran nombres al azar, hasta
yo estaba incluido, no sé por qué. No tema ni el comienzo de un pensamiento
politico, ni el comienzo de una interpretación más o menos consistente de lo que
pasaba en el pais. Pero eran odios personales, uno era bueno, otro era malo, una
cosa de pelicula de cowboy, una cosa de seriales baratas. Masacrando a los malos,
los buenos limpian la situación. No importa que lo hagan a través de crímenes o de
masacres. Todo aquello era un sueño loco, mejorar al pais suponía cambios
profundos de estructuras, muy meditados y no eso. La mayor parte de la población
cree que cuando los militares declan esas cosas en los comunicados cuatro y siete,
fimplemente mentian por propaganda. Algunos si lo hicieron asi; pero en ese año 72,
de sangre y de violencia, ellos vivieron también un mundo de ilusiones infantiles
grotescas, que después se convirtieran en lo que se convirtieron: en la sordidez de
una dictadura que deshizo al país.
Esta gente, estos militares, entendian mucho más de los métodos de represión
que de los vagos ideales a cuyo servicio estaba la represión.
Yo recuerdo que una vez un norteamericano decia 'para acabar con la guerrilla
hay que soltar los perros, pero el problema es cómo se hace luego para sujetarlos'.
Esos oficiales que salian a la caza de tupamaros, tenían servicios de inteligencia
centralizados con información y todo eso, pdo les habÜlIl dado las garantias de que
podlan aplicar los métodos quc quisieran que igualmente nllllca los iban a
responsabilizar
En su doble condición de General y político, resulta sumamente atendible la
renexn que nos brindara el General Líber Seregni, pensando en aquellos años: "En el
juego que se estaba viviendo hubo todo en tiempo en el cual hay una cantidad de
estudios hechos sobre las Fuerzas Armadas, su inserción en la sociedad, la
posibilidad de jugar papeles de vanguardia, papeles renovadores. Y a propósito de
eso se crean situaciones mentales que son de tipo ideal y no de tipo racional y real.
Responden a aquel 'ciego que soñaba que veía y no a la verdad que se estaba
desarrollando. Los hechos lo demuestran."
Los hechos demuestran muchas otras cosas, entre ellas el que los

184
ciegos que soñaban que veían eran unos cuantos, los había de uniforme y de civil,
dentro de estos últimos no faltaron -ni mucho menos- políticos, gremialistas,
analistas, intelectuales y oportunistas.
Cabe preguntarse: en esta autonomización lindante con la insubordinación ¿qué
papel jugó la izquierda en general y los tupamaros detenidos, en particular?

3. LA "TUPAMARIZACION" DE LAS FUERZAS ARMADAS


"Hay una camarilla de capitalistas especuladores atrás del poder -como sucede
ahora- en el mismo gobierno. Hay una desproporción permanente entre las penas que
se aplican a los luchadores sociales presos y las de otros delitos, como las grandes
estafas de los banqueros, por ejemplo". Esta frase bien podría pertenecer a cualquiera
de los capitanes "independentistas" a los que ya hicimos referencia; sin embargo la
misma corresponde a un tupamaro en declaraciones a la Revista "Al rojo vivo", allá
por marzo del año 1969. De alguna manera esto puede ir explicando cómo tupamaros
y militares llegaron a confluir en la extraña coyuntura de una connivencia -ya
abundantemente explicitada en el tramo de este trabajo denominado metempsicosis -
plasmada en lo que para unos eran operativos como los de la Financiera Monty y
para otros el ataque a los corruptos. Para graficar esta situación retornamos las
palabras de Michelini cuando hizo pública la negociación de una tregua, centramos la
atención en un punto donde se llevó a la práctica, parte de lo conversado entre
contendientes: "sobre la corrupción administrativa en el país y la necesidad de
enfrentarIa -dijo el Senador- coincidieron plenamente". Tan es así que "en las
reuniones previas a la negociación de la tregua -nos dijo el dirigente tupamaro
Maneras LIuveras- se iban estableciendo algunos puntos de acuerdo en lo que tenia
que ver con el combate en contra de la corrupción a nivel político y empresarial.
Eso era unos de los puntos más manejados, la necesidad de combatir los ilicitos
económicos. Ellos veían posible ponernos de acuerdo para luchar por algunas
medidas de tipo social y económico, por ejemplo una primera etapa de reforma
agraria".
En todo este enmarañado e irrepetible proceso, un grupo cada día más numeroso
de jóvenes oficiales comienzan a nuclearse, con distintos grados de compromiso en
torno a la figura del Coronel

185
Ramón Trabal, que emerge como una referencia visible de lo que podría
denominarse un peruanismo a la uruguaya. Este Coronel, sumamente vinculado al
General Gregorio Alvarez, obtiene vía libre de parte de éste, para negociar con
tupamaros y comenzar -lo que en su momento pensaron iba a ser- una profunda
campaña contra los ilícitos. El SID (Servicio de Inteligencia de Defensa) a cuyo
frente estuvo Trabal, luego de haber sido pieza clave en la derrota militar del MLN,
incorpora parte de la oficialidad afín a su ideología y comienza a actuar en forma
decidida en la represión de delitos económicos. El General Christi -hombre
radicalizado en sus concepciones ultraderechistas y de gran arraigo en la tropa por su
carismática figura y el trato para con sus dirigidos, visto por la joven oficialidad
ajena a su ideología política, como un hombre de irreductible integridad moral que
nunca lucró a expensas de su posición -da también luz verde al accionar de Trabal.
Eso sí, dejó por sentado que la lucha contra los ilícitos para él tenía un límite: estar
informado y tener la última palabra en torno a las detenciones que se produjeran.
Límite, que, como ya hemos visto, no siempre se respetó.
De esta forma los generales Alvarez y Christi y el Coronel Trabal son tres puntos
de referencia que emergen casi simultáneamente -en apariencia unidos- liderando el
accionar de los nuevos vientos pero, sumamente atentos y cuidadosos a las
constantes presiones a que eran sometidos por los capitanes autonomizados. El
alvarismo de Alvarez, la honradez de Christi, la negativa de Trabal a ser "perro
guardián del imperialismo y la burguesía" y "el sueño loco o el mundo de ilusiones
infantiles y grotescas" de los cuadros intermedios del Ejército, mantenían un fino e
intrincado equilibrio que tenía su punto de sustento en el rechazo a la corrupción.
"El primer indicio que yo tuve de que las cosas no eran como aparedan en la
superficie -nos dijo el líder nacionalista Wilson Ferreira Aldunate- fue un dio que un
amigo me dijo que vio pasar a Ettore Pierri en un automóvil, al lado de un oficial
del Ejército, cuando yo sabía muy bien que Pierri estaba en la cárcel detenido por
tupamaro. Yo me reí y no creí la información, sin embargo, mi amigo insistió
vehementemente. De todos modos no le di mayor importancia a la cosa hasta que
empecé a atarla con los cintillos que venían de varios lados y con las denuncias
concretas que se formuulaban de connivencia". Una de esas denuncias había sido
refrendada en

186
pleno Parlamento por Vasconcellos, reiterada luego por Jorge Batlle. "Me habían
infomlado que un tupamaro que estaba preso había venido con un oficial del Ejército
al ambulatorio a pedirle a un legislador determinada información. ¿Quién autorizó a
ese oficial a andar por la calle con gente que está sometida a la justicia y presa, e ir a
pedir informes a alguien?", manifestó eufórico un demasiado ingenuo legislador
Vasconcellos.

EL TESTIMONIO DE ETTORE PIERRI


"Cuando me detuvieron sabian que yo era periodista, que estaba escribiendo
contra "la rosca". Ese mismo di a, después del tratamiento de rigor y los
inte"ogatorios, me preguntaron si yo tenia información sobre lo que escribia:
banqueros, Jorge Batlle, Peirano, los frigorificos, las financieras... Les dije que sí,
que tenia y tenia mucha. Me dijeron si podia conseguir más y les respondí que sí,
que efectivamente podia conseguir mucha más. Eso fue durante los primeros dias de
agosto y por ahi quedó el asunto ".
Ettore Pierri no era un militante clandestino del MLN; sus notas periodísticas
publicadas en los diarios opositores y en el semanario Marcha, tuvieron una
destacada resonancia durante este período tan urticante. Al regreso de un largo exilio
mexicano nos relató los episodios vividos durante aquellos complejos meses del
invierno a la primavera del 72.
"Al día siguiente de mi arresto estando yo en la barraca me vienen a buscar
intempestivamente, dije para mi mismo: 'Bueno... me van a mover de vuelta: Eran
los capitanes Calcagno, González y Camacho y los tenientes Caubarrere y Méndez;
ahi vuelven a plantearme si tema información sobre "la rosca" y les dije nuevamente
que si. Me preguntaron si yo estaba dispuesto a dársela a las Fuerzas Armadas; yo
les respondi que si, que no tenia ningún problema en darles todo, pero pregunté para
qué era, para qué lo querian. Me respondieron que era para tomar medfdas, porque
el/os entendian que los fraudes, la especulación, "la jada" del gobierno con los
fondos públicos eran una de las causas que provocaban la subversión y que para
terminar con ella, habla que terminar con los tupamaros y también con las causas
que la engendraban: la corrupción, la inmoralidad de los politicos y la propia
acción de los resortes del Estado

187
y la economia nacional por parte de los empresarios. Yo les dije 'no me digan que
ustedes van a... " no me dejaron terminar, 'los vamos a llevar presos a todos' me
dijeron.
El comandante del cuartel, Teniente Coronel Legnani -más tarde- me repitió
todo ellnismo verso y agregó: 'Estamos dispuestos a tomar esas medidas'. Le
pregunté '¿quiénes? ustedes hablan en plural, digame quiénes'. Me dice: 'Yo y mis
amigos. Muchos hombres de dentro y fuera del Ejército, honorables, con afán
patriótico y empella mi palabra de honor de que esto es asi'. Me dejó frío. Bueno... le
dije, pero le aclaré que era un preso, que no podia tomar ninguna actitud de tipo
individual, que debia consultarlo con los otros, porque ellos me habian sugerido que
los otros presos estarian de acuerdo con eso. Se habia referido muy veladamente a
que era parte de una estrategia común. Entonces Legani me dijo: 'Eso si que no.
Esto es un cuartel y usted no me va a hacer una asamblea'. Le dije que por lo menos
me dejara hablar con algunos, accede: '¿Con quién quiere hablar?'. Como yo no
sabia exactamente quiénes estaban presos, él me mencionó una larga lista y al
cuarto o quinto dijo Marenales. 'Ah, bueno, con ése mismo', dije yo. Me preguntó el
por qué de esa elección y le señalé que entendia que era uno de los más
representativos de los que estaban ahi.
Me trajeron a Marenales, yo lo conocia de cuando los dos habíamos militado en
el Partido Socialista, hacia añares de eso. En presencia de los oficiales -que incluso
se ofrecieron a dejamos solos- le dije: 'Mirá loco, acaban de plantearme esto...', a lo
que Marenales respondió 'Bueno, yo estoy de acuerdo, pero... ésta es la última vez.
Ya gregó: 'Si esta vez fracasan, si esta vez no hacen lo que dicen, les cortamos la
cabeza a todos. 'Yo empecé a temblar, además relajó a todos los que estaban aM, yo
como un recién llegadito pensé 'acá nos fusilan '. En definitiva, la cosa quedó por
esa plata.
De una forma nada velada hubo consultas con el resto de los presos y todos
estuvieron de acuerdo. Diez días después aproximadamente, el por entonces
Teniente Méndez, vino a la barraca donde estábamos, habló con nosotros y dijo:
'Bueno... empezamos. Vamos a juntar información y a tomar medidas contra los
hijos de puta estos.' Eso significó habilitar una sala que se constituyó en el cuartel
general de los trabajos conjuntos, entre los presos y los militares, para investigar
ilícitos económicos.
Previo a todo esto, a la constitución del equipo y de los sub-

188
equipos y de echar a andar, hubo una reunión con el Capitán Camacho, el
torturador más prototípico del momento y el Capitán Méndez en la que participamos
Vergara, Lucía Topolanski y yo, donde planteamos fundamentalmente el cese
inmediato de torturas, si no, no había trabajo. Y cesaron las torturas en el Florida y
tuvimos datos fidedignos que también se pararon en muchos otros cuarteles.
Satisfecha esta demanda, manifestamos que necesitábamos gente experta en
distintas áreas y nos dieron la lista de los detenidos, cosa que obviamente nunca
nadie había visto en su vida y de ahí elegimos gente: éste que es bancario, éste que
es economista, éste que sabe mucho sobre la industria de la carne. No todos solo
algunos los trajeron al Florida.
El trabajo consistía en traer información, obtenerla, estudiarla, extraer de ahí
nombres de presuntos implicados en fraudes o en ilícitas y a partir de eso,
instrumentar operativos cuyo objetivo era agarrarlos presos. Ahí estaban todos,
piensen en los nombres de los políticos y empresarios de la época y puedo asegurar
que f!staban todos, obviamente Jorge Batlle, Peirano, Manini, los dueños de los
frigoríficas, todos.
El planteo de los militares fue en un principio un poco superficial, venía uno y
te decía: 'Hay un tipo, que tiene una exportadora de franckfurters, es un hijo de
puta, debe comprar caballos muertos... ' Yo les planteaba que podía ser que fuera
un estafador, pero que estaba muy por debajo de la cosa, que habían hombres más
importantes, que estaba el asunto de la industria frigorífica, los frigoríficas
extranjeros y entonces ellos empiezan a interesarse y a aprender sobre esos temas.
Venían y te hacían preguntas increíbles: 'Vo, cómo es eso de la plusvalía'...
En general, el material que se aportó al cuartel no tenía nada que ver con los
viejos operativos, tupamaros, era más bien material nuevo, incluso había sucedido
una cosa bastante extraña, había mucho material que los tupamaros habían
incautado y que se había publicado, pero a esa altura todo ese material había
desaparecido, no lo tema nadie.
Se fueron instrumentando varios operativos, el primero fue 'el operativo Fogata',
así se llamó y fue el único que se ejecutó. Nosotros no participamos, trabajábamos
dentro del cuartel, preparando el material, las pruebas y ellos saban a detener gente.
Este operativo

189
estaba referido a las compañías de seguro. En la investigación que se hizo,
descubrimos que estas compañías desde que se instalaron hasta hoy, están actuando
en forma ilegal. Teóricamente no podrían estar funcionando, pero lo están y cometen
fraude de todo tipo. Un día salieron y se trajeron a todos los gerentes de las
compañías de seguro para el cuartel. Inmediatamente dio orden, Bordaberry, que
los dejaran, en libertad. El enviado dei Presidente, un oficial, exigió que dejaran
libres a todos los detenidos, entonces los oficiales del Florida le dicen 'Cómo no,
pase' y lo ponen preso. Lo cual significaba un bruto escándalo, nada más y nada
menos que el delegado personal de Bordaberry detenido. Era más que un motín.
Hubo una serie de tires y aflojes, conversaciones, gestiones, pero al final, todos los
gerentes recobraron la libertad. La oficialidad del Florida se resistió todo lo que
pudo y se amotinó contra el Jefe supremo de las Fuerzas Armadas.
A esta altura, ya no era sólo el Florida el que estaba en el asunto, porque venzan
oficiales de alta y mediana graduación de prácticamente la mayoría de los cuarteles
y de las regiones militares a participar del mismo. La experiencia del Florida se
estaba repitiendo, sobresalla Punta Rieles, La Paloma, uno de los Regimientos de
Caballena y además, aunque no en todos los cuarteles se hicieran grupos de estudio,
o de trabajo, de todas formas la oficialidad participaba, porque venzan a las
reuniones, Generales e incluso gente de la Marina y la Aviación.
Yo estuve teóricamente preso hasta el 25 de agosto, ese dio Calcagno me dijo:
'Bueno, te vas eh, quedás en libertad'. A ml me pareció fenómeno. 'Te vas, pero
venís. Nosotros queremos seguir con esto y la única persona que puede conseguir
información sos vos. Vos estás en libertad, pero necesitamos que sigas viniendo al
cuartel a pasamos información. 'Tuve que volver a consultar a los presos y obtuve un
nuevo acuerdo que lo hiciera. Yo ya no estaba en el cuartel, pero iba todos los días
trayendo información, participaba en las reuniones de trabajo que se hacían en
equipo y me iba. En una de mis salidas, obtuve la documentación del Banco
Francés-Italiano, que se habla perdido, yo habla escrito sobre este tema y tenza
informantes, funcionarios de los bancos, gente a nivel parlamentario y ahí se fue
consiguiendo mucha información, incluso material tal, que los mismos tupas jamás
hubieran conseguido ni soñaron tener algún día. Los militares aportaron algo, pero
muy poco, no tenzan nada. Se fue

190
creando un fabuloso archivo, era un estante que ocupaba una pared de unos nueve
metros cuadrados. Una de las pocas cosas que aportaron los militares fue el texto
íntegro del expediente de la infidencia. Este era uno de los materiales más
codiciados de todos los que estaban ahí. Todo ese archivo desapareció cuando se
terminó todo esto, no se quién se lo habrá llevado. Muchos dicen que Trabal, pero
no lo creo, eso obviamente se quemó, porque ya estaría todo copiado. El material
que se procesaba ahí, una vez que los presos se iban a donnir, es fácil suponer que
alguien los fotocopiaba o los microfilmaba, así que no era necesario que lo robaran.
Obviamente iba a parar a manos de alguien importante, el Teniente Méndez -por
ejemplo- era del Servicio de Inteligencia. Yo, lamentablemente no pude quedarme
absolutamente con nada.
Cuando le preguntábamos a los capitanes quién era 'el hombre', si Trabal o
Christi, ellos responalan en fonna unánime: 'Trabal y Christi'.
La Comisión de Represión de Ilícitos Económicos, la CRIE, a cuyo frente estaba
el General Decillis, no tenía nada que ver con todo esto. La impresión que existía en
la oficialidad en el Florida, es que esa comisión estaba para no hacer nada,
solamente hacer creer que habían investigaciones sobre ilícitos cuando en realidad
no las había. Lo que hacíamos nosotros iba en serio.
Es importante destacar la atención que los oficiales prestaban a todo esto. Había
un pizarrón y gráficamente se le iba demostrando ciertas cosas a la oficialidad.
Recuerdo que en una oportunidad, les dijimos: 'Este es el Banco de Comercio, y en
su órbita giran tales y tales empresas. Lo dibujamos con unos redondelitos y unas
rayitas, y resulta, que el presidente del directorio de la Empresa tal, es el primer
miembro accionista del banco. Era para demostrar ese enjambre que gira alrededor
de los bancos. Intentábamos hacerles entender ciertas cosas y tenerlas claras
nosotros mismos para saber rápidamente a quién pertenecía cierta empresa, en qué
órbita giraba, o qué vinculación tenía con otros grupos. Era un poco la estructura
empresarial y sus ramificaciones. Tanto a nivel empresarial como a nivel familiar,
porque resulta que parte de algunos de esos conglomerados pertenecían al cuñado o
al sobrino, a la esposa o al hijo del que estaba arriba de todo.
A decir verdad los oficiales no se asustaron para nada de este panorama, muy
por el contrario les clarificó mucho el asunto, les re-

191
sultaba impactante todo esto. Ellos veían que quienes tenían el país para si, estaban
en los principales bancos, y a su vez en los puestos de gobierno. Un ministro -"por
ejemplo- era dueño de la mayoría de los bancos, y no cualquier ministro, sino de
repente, el que en ese momento estaba en Hacienda, o el ministro de Relaciones
Exteriores, estaba vinculado a ciertas empresas extranjeras. Al analizar los casos y
ver los grados de responsabilidad había que dar explicaciones sobre un montón de
cosas: cómo funcionaba la industria frigorífica, cuál debería ser el papel del
frigorífico nacional, para qué debería servir un banco del gobierno.
En todo este período muchos presos salían del Florida y de otros cuarteles; lo
mismo ocurría con los oficiales; otros venían por un tiempo y luego regresaban al
cuartel en que estaban. Entre todas esas idas y venidas, había intercambio de
información y de documentación, incluso algunos presos salían acompañados por
oficiales y otros sin acompañamiento ninguno con los mismos fines.
A fines de setiembre muere todo, se puede decir que todo dura lo que un lirio. En
definitiva, el momento fuerte fue entre el 25 de agosto y el 20 de setiembre. "

EL LIRIO QUE FLORECIO EN OTROS CUARTELES


Si bien el Florida aparece como el cuartel general de este trabajo conjunto entre
tupamaros y militares, el mismo, -como da cuenta el testimonio anterior- se extendió
por varios centros castrenses: "en el Quinto de Artillería -nos señaló Maneras
Lluveras- donde yo estuve, se formó un grupo de trabajo, pero no llegamos a
elaborar prácticamente nada. "
En el cuartel de La Paloma, en el Cerro, los detenidos conformaron diversos
grupos de trabajo y elaboraron una serie de documentos para el análisis de la realidad
económica del país y a su vez del control de ilícitos. "Concretamente, ellos lo que
querían, era saber en qué campos y en qué planos del espectro económico, nosotros
teníamos constancia que se producían ilícitos. Incluso en una segunda etapa venzan
oficiales de otras unidades y prácticamente se producían algunas mesas redondas
sobre el tema económico. Nosotros no señalábamos nombres, ni ilícitos concretos,
sino que declamas -por ejemplo- ilícitos se producen de ésta o de aquélla

192
manera ". Este testimonio pertenece a uno de los cuadros intermedios del MLN,
que había integrado este equipo de trabajo.
Otro integrante del MLN reseñaba para esta investigación los comienzos de dicha
actividad: "Estábamos en La Paloma, nos separaron a un grupo y llegó un
compañero que venia del Batallón Florida diciéndonos que, a partir de ese
momento, se paraba con lo tortura y que se estaba en situación de diálogo con las
FF.AA. Efectivamente, a partir de ese momento se nos saca la capucha y no vamos
más a la 'máquina'. Comienzan a entrar los paquetes, se flexibilizan las visitas y se
otorgan recreos. Comenzamos a trabajar en lo que se denominaba 'la escuelita', una
sala dentro del cuartel.
Se facilitan diarios, revistas, libros, grabadores, máquinas de escribir y todo lo que
era necesario para cumplir con el cometido solicitado".
Ambos testigos coincidieron en señalar el clima de nerviosismo y expectativa
que vivían la oficialidad y la tropa en esa unidad militar. Se llego a tal punto que se
le preguntó a estos detenidos si ellos estarían dispuestos a "defender armados la
unidad", ante un posible ataque de otra unidad militar.
Según todas las mentas un viejo conocido de la época más negra del país, el
Mayor Nino Gavazzo, fue con su conducta el responsable del desbaratamiento de lo
que hubiera podido concertarse en La Paloma.

"LA ESCUELITA"
Estas "escuelitas" fueron verdaderos centros de instrucción para saciar la voraz
curiosidad de aquellos militares que por distintas razones petendían "moralizar" al
país. Seguramente también significó un recinto -que por más que durara lo que un
lirio- le permitió a los tupamaros profundizar y perfeccionar su tesis política. No es
lo mismo elaborar un proyecto sobre Reforma Agraria, por citar un ejemplo, en la
clandestinidad, con todos los avatares de los enfrentamientos y la compartimentación
que este accionar exige, que en un lugar donde se disponen las 24 horas del día con
un único objetivo. Los militantes más jóvenes del MLN', los de menor bagaje teórico
también sacaron partido de esta experiencia.
Pese al escaso tiempo, la tarea desarrollada fue casi completa.

193
En lo que atañe a esquemas básicos de economía e ilicitud económica tendientes
a abrirles los ojos a los militares, llegaron a nuestro poder varios documentos.
Uno de ellos, por ejemplo, analiza el proyecto de Ley de Dícitos Económicos que
por esa fecha se estaba debatiendo en el Parlamento, desde la óptica tupamara: "En
general se puede decir que de los veinte artículos de la ley, cuatro, únicamente cuatro
pretenden tipificar delitos económicos; de los restantes, cinco se dedican al delito de
usura (el más fácil de tipificar) y el resto a penalidades, procedimientos (cinco
artículos) y cometidos del Banco Central (en dos artículos). En una palabra, en un
primer análisis sin mayor profundización surge claramente que se trata de una ley
para 'tapar el ojo"'. Luego de analizar los artículos uno por uno, sus autores
concluyen en que "la ley es tibia y superficial, no profundiza en los delitos socio-
económicos que pretende tipificar y como instrumento legal carecerá de toda eficacia
en la represión de los ilícitos que por ella se quiere penar. Sin perjuicio de que omite
una enorme variedad de maniobras e ilícitos", que se ennumeran "sin pretender
agotar la lista", según se acota en unos treinta y seis.
Una docena de páginas, tamaño oficio, se explaya en otra serie de
consideraciones, mucho más meditadas sobre la misma ley, al tiempo que propone
normas sustitutivas: parafraseando al Dr. Enrique Aftalión, los tupamaros dicen que
"es indispensable dotar al Derecho Penal, de un carácter particularmente severo,
intimidatorio y ejecutivo". Más adelante se agrega que "la estrategia global de
desarrollo implica acciones concretas contra quienes han sido los propulsores y
usufructuarios directos del desarrollo de nuestro país, y la lucha contra ese tipo de
delincuencia socio-económica, forma parte de la aspiración a crear un ordenamiento
social en verdad libre y justo que consideramos incompatible con la supervivencia de
los desequilibrios que han hecho de nuestro país una nación de grandes injusticias.
Frente a las nuevas formas de delincuencia económica que en defmitiva confluyen al
estancamiento general del país, era necesario suministrar una respuesta de Derecho
Penal, como instrumento para salvaguardar de todo riesgo al patrimonio nacional, y
como primer paso en la búsqueda de una respuesta autónoma a los problemas de una
realidad histórica, económica, social y cultural intransferiblemente uruguaya." En el
desarrollo de uno de los subtítulos puede verse “No puede aceptarse por parte del
desarrollo interno sirva

194
para sostener grupos económicos foráneos, obligando a la Nación a buscar recursos
por la vía de préstamos que muchas -o la mayoría de las veces-se obtienen sólo en
condiciones onerosas. y el endeudamiento externo, producido por determinadas
situaciones deficitarias de la balanza de pagos, responde a una progresiva inserción
financiera y productiva del Uruguay en el contexto del mercado mundial. O para ser
más precisos, en el área de absorción de capitales creada por la expansión
monopólica de los centros dominantes y ello determina su acorralamiento en la
condición del país subdesarrollado." Otro de los conceptos vertidos especifica que
"Reconocemos y respetamos el derecho a la propiedad y por ello mismo no creemos
que sólo grupos privilegiados deban tener acceso a ella. La grandeza de una nación
es imposible cuando los beneficios de la vida contemporánea sólo están al alcance
de unos pocos, y estamos seguros de que únicamente del bienestar material y
espiritual de la mayoría de una sociedad pueda derivarse el bienestar material y
espiritual de todos los hombres que la integran. También resulta cierto que la única
forma verdadera de libertad es aquella que existe inseparable de la justicia y por eso
la democracia auténtica sólo será cuando el hombre libre viva en la sociedad justa."
Otros dos documentos se inscriben más en un tono de relación entre profesor y
alumno. En el primero de ellos los tupamaros, muy suscintamente responden a las
siguientes interrogantes "¿Cómo se realiza la acumulación de capitales negros?
Dichos capitales ¿cómo es posible blanquearlos en caso de inversión? ¿Se puede
realizar una operación tal, que utilizando financieras del exterior -por ejemplo
panameñas-, no se movilicen capitales? ¿Cómo se forman capitales en cuentas
innominadas? ¿Cómo se realiza Una operación de swap?
¿Frente a una operación de swap puede ocurrir que este hecho responda a anteriores
operaciones de blanqueo?"
En el segundo se explican, en un lenguaje llano y con ejemplos elementales qué
es un "swap" qué es "un reintegro" y qué es una "admisión temporaria'.
En una línea de material de mayor envergadura y tratamiento más profundo se
encuentra -por ejemplo- uno denominado "La cuestión nacional", entre alguno de
sus párrafos sobresalientes se destaca: "Queremos dejar en claro que todo
nacionalismo a llevar a la práctica, sin tener en cuenta la lucha de clases, está
condenado a morir históricamente, toda concepción entonces, no debe despren-

195
derse de este objetivo estratégico. La tesis es que el nacionalismo va a estar imbuido
de lo revolucionario, única forma de existir históricamente en una relación recíproca.
Esta perspectiva es, hoy por hoy, real en América Latina, apareciendo como un
hecho nuevo, las Fuerzas Armadas, como fuerzas sociales dispuestas a llevarlas
adelante o a vanguardizar los procesos nacionalistas. Se puede agregar -y esta
opinión es discutible y particular- que este fenómeno puede tener perspectivas
positivas en este país. A pesar de que hace alrededor de una década que las FF.AA.
han comenzado a participar políticamente (fundamentalmente elecciones), han
tomado verdadera conciencia del hecho de un año a la fecha al pasar ellas a dirigir la
lucha antisubversiva. El nacionalismo en ellos, más que nada, es un problema de
actitud y se defmirá como consecuencia de la resolución de sus contradicciones
internas. De estas experiencias se pueden sacar conclusiones que pueden ser
transmitidas por corresponderles las generales de la ley político-social que las
determinan. La contradicción principal es imperialismo-nación, al oponerla en los
países subdesarrollados sacamos en conclusión que de hecho, las FF.AA. tendrán que
ser antiimperialistas y por ende antioligárquicas. Lo primero significa
estratégicamente tender a formar un bloque en América Latina, y lo segundo unirse
con las demás fuerzas progresistas del país para concretar los objetivos populares.
Dadas estas bases (condicionantes) y no partiendo radicalmente de una base
revolucionaria el proceso será más lento, en varias etapas, pero no perdiendo el norte,
igualmente positivo. Unido en el pueblo el nacionalismo será entonces la resistencia
activa a toda expoliación de nuestros valores, sean estos sociales, económicos y/o
culturales. Toda esta tesis no nos desvía de ninguna manera de nuestro objetivo
principal o sea la construcción de la sociedad socialista; sino que tomamos el
nacionalismo revolucionario como una etapa previa."
Otro documento que lleva por título el nombre de "Los rasgos modernos del
imperialismo", comiénza señalando: "El imperialismo de hoy tiene varios rasgos
inconfundiblemente nuevos. Estos son, en nuestro concepto: 1) el traslado del énfasis
central de la rivalidad en la moderación del mundo a la lucha por impedir la
contracción del sistema imperialista; 2) el nuevo rol de los Estados Unidos como
organizador y líder del sistema imperialista mundial; y 3) el surgimiento de una
tecnología cuyo carácter es internacional."
Otros dos voluminosos trabajos -imposibles de publicar com-

196
pletos, más allá de que ésa fue nuestra intención primaria, dada su importancia-
fueron rigurosamente sintetizados intentando comprimir los aspectos fundamentales
de los mismos. El primero reseña todo lo relativo al problema de la carne desde los
orígenes de la Banda Oriental hasta la década de 1970. En el segundo se da cuenta de
toda la problemática de la tenencia de la tierra, se instrumenta una Reforma Agraria,
se proyectan una serie de medidas en pos de concretar lo que denominan "La
Revolución Agraria".

EL PROBLEMA DE LA CARNE
(...)”…debemos estudiar cuál es la posición de nuestro país en el mercado
internacional de carnes, a la luz de los siguientes puntos: cuáles son los factores que
determinan la demanda internacional de nuestras carnes y los que determinan los
precios internacionales, qué capacidad tiene el país para determinar esos precios y
para colocar los productos en los distintos mercados.
El porcentaje de participación de Uruguay en la colocación de carnes
internacionales, se ha reducido permanentemente, alcanzando en la actualidad un 4
% para carnes fresca, fría y congelada y siendo una insignificancia en el rubro
conservadas. Y este problema se agrava si se tiene en cuenta que se considera al
mercado uruguayo, como vendedor marginal para cubrir saldos insatisfechos, y no
como competidor agresivo que incida o pugne para colocar sus productos. Ello se
traduce en el hecho de no poder incidir en la fijación de precios, necesariamente los
precios se le fijan desde el exterior. (...)... la venta de carne al exterior se encuentra
directa e indirectamente en manos de monopolios extranjeros, que establecen en
algunos casos una verdadera unidad económica que media entre el productor
nacional y el consumidor extranjero.
(...) ... existe una gran capacidad ociosa, totalmente desmedida, en las
instalaciones de las distintas plantas del sistema frigorífico nacional del país en su
conjunto. Eh el año 1964, año de exportación excepcional, se ocupó apenas el 55
%de la capacidad instalada. (...), hay que notar que las fábricas tradicionales han
entrado en estado de obsolescencia bastante grande, pues sus instalaciones son
inadecuadas para producir de acuerdo con los requerimientos actuales de la demanda
internacional.
(...) Resumiendo: una desocupación en el capital fijo provoca una mayor
desocupación o ineficiencia en la productividad del trabajo, lo que necesanamente
repercute sobre el costo de la industrialización de la carne.
(…) El mercado negro es la introducción clandestina de carne para el abasto de
Montevideo; es ilegal y clandestino porque por ley de 1928 de creación del
Frigorífico Nacional, éste tiene el monopolio de faena de todas las carnes des-

197
tinadas al consumo capitalino. La carne faenada en Canelones, tiene funda, mentalmente el
destino de ser introducida clandestinamente al abasto montevideano. (...)
En 1954 una Comisión Parlamentaria estudió el problema y arribó a esta conclusión: el
mercado negro es antieconómico, ilegal y subversivo.
(...) Se estima que en 1963, 15.000 toneladas fueron introducidas a Montevideo por el
mercado negro. Si hubieran sido procesadas por el Frigonal, al amparo de la legislación
tributaria, salarial y social, hubieran significado:

para el Estado, por impuestos que no paga el matadero………..$ 24:000.000


para los Institutos de Previsión Social …………………………$ 9:900.00
para la economía del país, por desperdicio de subproductos…..$ 6:000.000
para los trabajadores, por salarios pagados según laudos………$ 18:000.000
Esto en 1963 $ 57:900.000
(…) El Nacional perdió porque, obligado, pagó por el ganado precios más altos que los
que la tarifa de abasto le permitía, a pesar de todos sus requerimientos; en múltiples
oportunidades no pudo lograr del gobierno el reconocimiento en la tarifa de los mayores
precios pagados por el ganado.
(...) A esta altura cabe preguntarse: ¿quién protege al mercado negro? Sin duda deben ser
muchas y muy poderosas sus influencias para subsistir y progresar durante tantos años, a
pesar de tantas leyes y decretos que intentaron frenarlo.
La solución puede ser la expropiación de todos los mataderos y carnicerías del cinturón
montevideano. Sus permisos son precarios y revocables en todo momento, razón por la cual
no requiere indemnización. Costará millones el pago de locales y maquinarias (que son
aprovechables y constituyen una inversión), pero mucho más le cuesta al país su
permanencia. (...)
Partimos de una verdad: existe el contrabando de ganado en el Uruguay.
Asociaciones rurales, especialistas, Fuerzas Armadas y el gobierno lo saben:
(…) el contrabando es un fenómeno económico, hay contrabando cuando existen reales
ventajas económicas, reales y abultadas, tales que superen el riesgo que supone un accionar
ilícito.
(...) Varias son las causas que abarcan todo el ciclo económico, desde la producción a la
comercialización y pago. Sintéticamente en cuanto a la producción, ya hemos visto en otros
capítulos los déficits de tecnología y productividad de nuestra producción ganadera, que
llevan a una conclusión real: producimos poco y mal; necesitamos 3 y 4 años para preparar
un novillo. Estamos radiados de la competencia internacional por los altos costos de
producción, lo que a veces nos obliga a vender a pérdidas.
De allí que sea necesario inducir, en primer término, al productor, ya sea por medios
impositivos (poco o nada efectivos) o por la imposición estatal, pero naturalmente de
tomarse esta segunda línea de acción hay que ir a un reordenarniento agrario asistido por
crédito y tecnología suficientes.
(...) En esto hay que ser claros o nos resignamos a ser un país dependiente y por
consiguiente retrocedemos al "laissez faire, laissez passer", cerra-

198
sueldos básicos, precios minimos y máximos, en una palabra decidimos una política
de entrega sin condiciones a los monopolios internacionales de la carne, tipo ADELA
o nacionalizamos la industria Frigorífica, con el Nacional como defmitivo rector de
la industrialización y comercia1ización de la caro ne; lo que no sirve, lo que no
conduce a ninguna parte es esta actual política híbrida, hermafrodita, que quiere ser
liberal y no puede, que quiere ser nacionalista y se queda por el camino.
Si somos nacionalistas comencemos por nacionalizar la tierra, la tierra es oriental
y en manos de orientales debe estar. Prohibir a extranjeros, comprar tierras, expropiar
las que ya están en manos extranjeras es la base.
(...)... una industria nacionalizada sanamente nacionalizada, donde no intervenga
el favor político, el burocratismo electorero y desquiciante, el "negocio" para unos
pocos en detrimento de los más, entonces sí terminaremos con el contrabando y
nuestra principal industria será competitiva. Resumiendo: las soluciones de fondo
deben tender a la nacionalización de la Industria Frigorífica y del Comercio Exterior.
Esto requiere un proceso, un cambio de mentalidad.
Si aún nos decidimos a terminar con intermediarios internos y externos, si nos
decidimos a ser racionalistas en serio, si en defmitiva comprendemos que los mismos
que nos prohiben comerciar con países con sistemas políticos no acordes con nuestra
mentalidad son los primeros en hacer lo, si dejamos de tener miedo al futuro, si
entendemos que la carne es uruguaya y uruguayos deben comercializarla en el
mercado que más convenga a los superiores intereses de la Nación resolveremos no
sólo el problema del contrabando, si no que habríamos dado el primer paso para
resolver todos nuestros problemas.
Para ello puede indicarse un primer paso de soluciones inmediatas: estudiar los
costos de todos los frigoríficos exportadores, investigar sus procedimientos, sus
ganancias, su conducta, sus vinculaciones, establecer severos controles sobre las
exportaciones de carnes y su procedencia, combatir el mercado negro y el
contrabando al Brasil, y resuelto el mal llamado "problema de la carne", principal
rubro exportador, tendremos solucionado el sustento de toda nuestra economía.
(...)… también se reconocen causas de muy reciente data...
1) El Poder Ejecutivo a través de "la asistencia" pagó con creces el valor de todas
las plantas frigoríficas del país.
2) Los frigoríficos privados forman un "cartel" que abarca desde el productor al
distribuidor en el exterior. Caso COMARGEN cuyo titular es invernador, dueño de la
mayoría de las acciones del Frigorífico, titular de cinco barcos frigoríficos, titular de
financieras intermediarias y además con intereses en la empresa distribuidora en
Grecia. Pero no es el único, la mayoría de ellos de una forma u otra cierran la cadena
o se entrelazan en sus primeras o últimas etapas.
3) Los favorecidos con esta política: a) En el orden interno: los ganade-
199
ros, el contrabando, el mataderismo 'clandestino', los especuladores, en todos los
órdenes, pero principalmente quienes dominaban el mercado cambiario. Estos
últimos al tener la certeza de que el dólar no cambiaría su cotización oficial
compraban con el dólar o con otras monedas en baja y vendían con el dólar en alza;
en un juego contrario a la corriente de los menos avisados b) En el orden
internacional: la banca radicada en las plazas piratas (Bahamas) y los consorcios
multinacionales de la carne, pero contando con la complicidad de todo el aparato
interno inclusive el político,"
"LA REVOLUCION AGRARIA"
Después de estudiar exhaustivamente el asunto, hemos preferido hablar de
"Revolución Rural".
(...) Aquí no se trata de satisfacer sólo los reclamos de tierras propias por una
clase de campesinos; éste es un problema menor de nuestra realidad. Aquí se trata de
lograr en corto plazo un considerable incremento de la productividad agropecuaria, a
la vez que debe atacarse una situación de miseria y atraso que afecta a importantes
sectores de la población del campo, para poder incorporarlos al esfuerzo nacional. No
habrá crecimiento importante de la producción neta mientras a los campesinos y
trabajadores no se les proporcionen condiciones de vida y relaciones de producción
aceptables, y para ello es necesario movilizar una serie de estructuras no sólo propias
del agro, sino del aparato del Estado, ya que deberá constituirse éste en el
instrumento fundamental para impulsar el proceso.
Tampoco habrá aumento de la producción sin una agresiva política de facilidades
crediticias y para ésto es necesario eliminar el dominio privado y extranjero de las
instituciones de crédito y reorganizar la red bancaria,
Tampoco se trata de que la Reforma Agraria se transforme en un brillante
negocio para intermediarios ubicados en posiciones privilegiadas en el proceso de
comercialización de productos o para los dueños de la idustria frigorífica y sus socios
extranjeros o para los oligopolios dueños de la industria del aceite o del azúcar,
Habrá entonces que afectar la propiedad de esos bienes industriales
nacionalizándolos e intervenir directamente en la comercialización de varios
productos.
No es permisible tampoco que las nuevas ganancias que genere la Reforma
Agraria vayan a parar a manos de los tres o cuatro fabricantes y vendedores de
fertilizantes, cuya posición se vería enormemente fortalecida en el país. Esta
industria deberá ser regida directamente por el Estado, así como otras similares.
Estos ejemplos que demuestran la complejidad del problema, llevan a pensar que
el objetivo de la Reforma Agraria sólo puede ser cumplido por un gobierno
auténticamente nacionalista y revolucionario y contribuyen a que el MLN hable de
Revolución Rural y no de "Reforma Agraria" en su programa.
(…) La política de población (del campo) que se propone es la siguiente:

200
a) Mediante el incremento de los niveles de vida en el campo, cortar radicalmente la
emigración hacia las ciudades.
b) A través de la creación de nuevos empleos en actividades agropecuarias (aumento
de técnicas insumidoras de fuentes de trabajo), provocar un retorno masivo de los
habitantes de los 'cinturones' y de empleados improductivos en ciertos sectores, al
medio rural y especialmente a las zonas fronterizas.
c) La planificación industrial estaría fuertemente orientada a la descentralización, lo
que traería como consecuencia, una mayor actividad relativa de la construcción en
los centros poblados del interior y el consiguiente traslado del resto de la población
'sobrante' en Montevideo hacia esos puntos.
d) No promover sistemas de controles del índice de natalidad y por el contrario,
difundir las medidas de asistencia económica y social, que permita a las parejas criar
y educar descendencias numerosas.
(...) La primera medida sería Nacionalizar o Socializar una cantidad de tierra que
esté explotada en condiciones técnicas inferiores a las posibles. La mayor parte de la
tierra sería objeto de expropiación. (...) En principio se expropiarían de cinco a seis
millones de hectáreas de tierra (cuarta o tercera parte del terri torio nacional).
(...) En tres años se piensa tener los seis millones de hectáreas expropiadas (dos
millones anuales). Prioridad en el orden de expropiación:
1) Productividad (se elegirán las peores explotadas). Aquí los criterios serán: a) por
declaración fiscal, b} por inspección abierta.
2) Que la propiedad sea de extranjeros.
3) Faja de 50 quilómetros de la frontera abierta (frontera terrestre donde no hayan
accidentes geográficos).
4) Predios grandes en zonas de minifundios, de modo de proteger a los pequeños
productores.
5) El no cumplimiento con las leyes sociales. El no cumplimiento antes de la
Revolución y el no cumplimiento con las nuevas leyes de la Revolución.
6) Propietarios de más de un predio. Se les dejará un predio si lo tiene muy bien
explotado.
Indemnización: No habría, salvo que se le daría un cargo de asesor al
propktario con un sueldo de administrador si lo desea o una jubilación con una
remuneración mensual igual a ese sueldo. En caso de tranzar, se podría llegar a
indemnizar todo el capital y hasta un 50% de la tierra con bonos del
Estado no transferibles.
Destino de la tierra explotada: Se calculan unos cinco o seis millones de
hectáreas la cantidad de tierras expropiables. Se crearán dos estructuras nuevas para
solucionar el problema agrario:
1) Propiedad socialista: se le destinarán cuatro y media a cinco millones dl'
hectáreas.
2) Propiedad cooperativa: el millón restante se hará en la forma de propiedades por
un término de años, concluído el cual volverían al Estado.
Quedarían dos estructuras viejas: 1) Propiedad capitalista. 2} Propiedad
campesina.
(...) Proceso de Revolución Rural se llamaría este proceso de desarro-
201
llo agrario. La tercera parte del territorio que se expropiaría representan U$S 45
millones anuales (tercera parte del presupuesto nacional) de plusvalía. Esas hectáreas
significan el mantenimiento de 20 a 30 mil familias (120.000 personas, de las cuales
alrededor de 40 mil serían fuerza de trabajo.) Am bos datos serían para una
realización a mediano y largo plazo.
(...) Se prohibirá la compra-venta de tierras entre particulares. El único
autorizado para eso sería el 'Estado (posiblemente sea una de las medidas más
resistidas).
(...) Leyes sociales (dentro de la propiedad privada):
1) Derecho a la vivienda para el trabajador rural. Todos tendrán derecho a viviendas
individuales, sean solteros o casados, Estas viviendas reunirán determinadas
características: los trabajadores zafrales tendrán derecho a casas colectivas con las
mismas características de las individuales. El patrón tendrá derecho a cobrarle al
trabajador como alquiler, hasta el quince por ciento de sus ingresos mensuales. En el
caso de los zalrales la vivienda será gratis.
2) Derecho a la educación. El patrón está obligado a dar condiciones que posibiliten
la asistencia a la enseñanza primaria y secundaria. Tendrá obligación de suministrar
medios de locomoción a los hijos de los trabajadores para concurrir a los centros de
educación. Lo mismo para trabajadores adultos. Para los menores la jornada de
trabajo no podrá pasar de las cinco de la tarde, lo mismo para los adultos analfabetos,
para que concurran a escuelas nocturnas.
3) Obligación del patrón de tener al trabajador y familia afiliados al Seguro Nacional
de Salud.
La falta o incumplimiento de estas disposiciones hacen a la propiedad pasible de
expropiación.
(...) El organismo para llevar adelante el plan agrario será dependiente directo del
P. Ejecutivo y tendrá cierta autonomía. Será un Consejo Nacional integrado por: siete
u ocho integrantes del Poder Ejecutivo, representantes directos de los Ministerios de
Ganadería y Agricultura (éste presidirá el Consejo y tendrá doble voto en caso de
empate), Industria, Transporte, Obras Públicas, Trabajo y Salud Pública. Trece
representantes de sectores particulares: trabajadores, cooperativistas, empresarios
privados. Se distribuirán de acuerdo a la población censal. Las formas de elección de
estos representantes serán asignadas automáticamente a la Central de Trabajadores, a
la Federación de Cooperativas y a la Federación de Productores Rurales. Cada uno de
estos organismos hará su elección como quiera."

EL APORTE DE LAS FUERZAS ARMADAS


Aparte del ya descripto "Operativo Fogata" se efectivizaron otros, como por
ejemplo el denominado "Operativo Cofre Fort"; su premisa consistía en acceder en
forma rápida a supuesta docu-

202
mentación, valores y divisas ocultos en las llamadas cajas de seguridad de distintas
instituciones bancarias. Esta acción, planificada cuidadosamente, fue detenida por
una orden directa del Coronel Ramón Trabal, apenas cinco minutos antes de llevarse
a cabo. Los efectivos desplegados para esa actividad, que en algunos casos ya se
encontraban en las 'inmediaciones de los blancos preestablecidos, de inmediato,
aunque con disgusto, acataron la directiva.
El Coronel Trabal, en su momento, alegó como argumento para detener esta
tarea, según hemos podido constatar, que ello "significaba el golpe de Estado”
Como se denunciara en la Cámara de Senadores en la época, fueron detenidos
varios empresarios y un importante contador, a los efectos de ser investigados por
presuntos ilícitos económicos. El motivo de incluir parte de las actas de
interrogatorio que obran en nuestro poder -autenticadas ante escribano público- no
apunta a confirmar o desmentir los presuntos delitos cometidos por estas personas
que fueron privadas de su libertad, sino a revelar y comprobar a través de
documentos tangibles la existencia de interrogatorios desmentidos en su momento
por los mandos militares.
Las actas que se incluyen fueron elegidas para graficar la forma de interrogar,
que como se podrá apreciar no se diferenciaba demasiado a la aplicada para con los
presos políticos. A través de las mismas, se puede deducir que los interrogadores
mezclaban conocimiento (recientemente aprendido en “la escuelita") con dureza, e
ingenuidad con persistencia.
Por los motivos señalados es que hemos decidido no dar a conocimiento público
los nombres de más de una veintena de empresas, muchas de ellas sumamente
conocidas que se ven involucradas directa o indirectamente en dichas actas de
interrogatorio. Los nombres de las empresas en los documentos seleccionados fueron
reemplazados por el de empresa 1, 2, 3... Cada vez que la misma empresa es
nombrada, figura con el mismo número. Hemos adoptado el mismo criterio para
nombres y domicilios, tanto de los interrogados como el de las personas que surgen
en los interrogatorios, limitándonos a publicar sus iniciales. Razones de ética
periodística -que creemos innecesario explicitar- nos llevan a esta práctica, máxime
si se tiene en cuenta que la inclusión de las mismas sólo obedece al espíritu de
aportar las pruebas necesarias de la existencia de alguno de estos operativos.

203
ACTAS DE INTERROGATORIO A EMPRESARIOS DETENIDOS POR
PRESUNTOS DELITOS
ACTA: En Montevideo, a los 18 días del mes de agosto de 1972, comparece ante
mí en representación de las Fuerzas Conjuntas, la persona L.B., casado, de
nacionalidad nacido el de 1925. Contador Público. C.1. No. …,domiciliado en...,
para declarar sobre el siguiente tenor;
PREGUNTADO; ¿I. W. es inversor, accionista o qué es en empresa l? / CON-
TESTA: No es nada. PREGUNTADO: (se le muestra una letra librada por empresa
2 de U$S 227 mil, siendo beneficiaria empresa 1) ¿En qué momento pagó empresa 2
esa letra? / CONTESTA: Empresa 2 no tuvo dinero para pagarla. Esto no lo
pagó, o sea lo pagó sí, pero entonces sin pedirle dinero al Banco Central; en
definitiva fue una pérdida que tuvieron que absorber los accionistas; al final no
se pagó./ PREGUNTADO: Pero entonces, me estoy prestando a mí mismo, ¿no es
así? / CONTESTA: Sí, lo que usted dice puede hacerse./ PREGUNTADO: Esta
maniobra se repite en empresa 3, empresa 2, y en todas las empresas del grupo W.,
con lo cual el conjunto económico W., hace girar alrededor de sus empresas siempre
los mismos dólares, comprometiendo sus patrimonios y haciéndolas absorber
intereses en dólares que lesionan su economía, ¿no es así?/CONTESTA: Si la
maniobra se hiciera como usted dice, es así. Pero si esa plata fuera
efectivamente de empresa 1, o sea, si I.W.,fuera el dueño./ PREGUNTADO: Pero
I.W. dispone del patrimonio de empresa 1, tiene un poder general para ello y además
su hermano fue miembro del directorio./ CONTESTA: Bueno, pero que él
disponga del dinero no quiere decir que sea de él; él tiene autorización para
disponer, como tiene para disponer de la cuenta innominada en Ginebra que me
mostraron ustedes, pero eso no quiere decir que sea de él La plata es del titular
de la cuenta innominada, pero él puede tener una autorización para pedir al
banco que haga tal cosa./ PREGUNTADO; La lógica indica que esa cuen- ta es del
señor I.W., ¿no le parece?/ CONTESTA: Bueno, pero usted aúna todo un sistema
que encaja perfectamente bien en una situación como la que usted menciona de
autofinanciarse./ PREGUNTADO: (mostrándole una letra) Dígame. Sr. B., cómo
entiende usted que en esta letra aparezca el Sr. I.W. firmando por empresa 1./
CONTESTA: Entiendo que habrá obtenido una autorización verbal para
hacerlo. Además esta letra responde a un reclamo que le hizo su mujer por U$S
15.600 cuando se divorciaron./ PREGUNTADO; ¿Quién es el Sr. M. que fuma por
aval también esa letra? / CONTESTA: Bueno, es un viejo amigo de ellos, cliente
de mi estudio que tiene una industria y además fue socio de ellos en empresa 4.
Y todavía, como la exigencia es en dólares, tiene que hacerla fechada en
Panamá. Todo esto lo hace, sin lugar a dudas, por razones de amistad con la
gente de Panamá, por eso firma por empresa 1./ PREGUNTADO: ¿Qué
relaciones hay entre empresa 1 y empresa 4?./ CONTESTA: Caro, porque
empresa 4, que es fundamentalmente de origen argentino y esta (también)
empresa 4 (filial) paraguaya, es la misma sociedad que se puso aquí y le fue mal
y se fundió y esa misma sociedad pudo actuar en el Paraguay; pero para eso
necesitaban aportar, por las leyes paraguayas, una
204
cierta cantidad de dinero y ésta es la carta en la que se especificaba tal cosa./
PREGUNTADO: (mostrando una carta) Está dirigida a empresa 5. ¿por qué a
empresa 5?/ CONTESTA: Porque es de W., estaba tratando de realizar
exportaciones a Brasil, entonces era, razonable que la oficina que se pusiera en
el exterior mandara la información a empresa 5, si esa oficina que quería poner
en el exterior iba a tener conexiones con ellos, conexiones en cuanto a negocios
de exportación-importación. PREGUNTADO: En empresa l. ¿quiénes integraron el
capital? / CONTESTA: Es una sociedad anónima y no lo sé seguro. Entiendo que
fue el señor.I.C./ PREGUNTADO: Si el que integra el capital en empresa 1 es un
argentino, no hay problema; pero, ¿si es un uruguayo?./CONTESTA: Sí, si el
uruguayo integra el capital y no lo declara, defrauda a la
lmpositiva./PREGUNTADO: ¿Quiere decir que si hubieran sido los W. los que
hubiesen integrado el capital y por consiguiente empresa 1 fuera de los W.. éstos
hubieran tenido Problemas con la lmpositiva?/ CONTESTA: Que sí, si no
justificaran el capital./ PREGUNTADO: ¿Quién hizo los balances de empresa 1?/
CONTESTA.: Yo no los hice, ni siquiera los vi./ PREGUNTADO: ¿Y cómo
pueden hacerse balances si no están escriturados los libros? CONTESTA: Yo no lo
sé; pueden haber hecho balances en libros que están en Buenos Aires o en otro
lado. PREGUNTADO: Sí; ¿tiene algo más que agregar, quitar o enmendar?/
CONTESTA: Que no. Y en virtud de ello, después de leída la presente, se
ratifica el contenido, y firma de conformidad conjuntamente con el manuscnto,
original y cuatro copias del mismo tenor, con fecha y lugar indicado.
ACTA: En la ciudad de Montevideo, a los 8 días del mes de setiembre de 1972
se constituyen en el Sanatorio piso habitación los oficiales representantes de las
Fuerzas Conjuntas a efectos de Proceder a interrogar al detenido I.W. de acuerdo al
siguien te tenor:
PREGUNTADO: Usted en interroga tonos anteriores manifestó que empresa 1 son
una serie de capitales anónimos, ¿a quién corresponden esos capitales./
CONTESTA: Si puede apagar el grabador yo les digo los nombres, grabando
no. Pero ya les dije y un oficial compañero suyo ya los tiene, porque los anotó./
PREGUNTADO: ¿No se da cuenta que usted oculta una información?/
CONTESTA: Yo no oculto información Porque ya se lo dije a otro oficial/
PREGUNTADO: Entonces repítalos con el grabador prendido, si es que no oculta
nada./ CONTESTA: Con el grabador prendido no le puedo dar los nombres.
ACTA: En la ciudad de Montevideo, a los 24 días del mes de agosto de 1972,
comparece ante mí en represen~clon d~ las Fuenas Conjuntas, la persona J.W..
casado, nacionalidad..., nacido el día... de... de 1926, industrial, C.1…,
domiciliado en…..es interrogado sobre el siguiente tenor:
PREGUNTADO: ¿Quién puso los dólares para ese Swap?/ CONTESTA: Los puso
empresa 6, empresa 1, empresa 3, empresa 7 y empresa 8./ PREGUNTADO: No
me diga las compañías fantasmas sino los nombres, que los sabemos./ CONTESTA:
Son los nombres que yo le dije: M.. señor O., señor S. Sí, está la papeleta que los
dólares vinieron del exterior./ PREGUNTADO: Usted sa-
205
be que los dólares no vinieron del exterior./ CONTESTA: Sí, bueno, eso es lo que
yo sé. PREGUNTADO: ¿Esos dólares eran negros?! CONTESTA: No señor, los
puso empresa 6 y empresa 7./ PREGUNTADO: Diga nombres./ CONTESTA: M.,
C. y su grupo de Buenos Aires./ PREGUNTADO: ¿Cómo dice usted que los
dólares no eran negros, si los fumaron acá e interviene empresa 8, dónde estaban los
dólares?/ CONTESTA: Bueno, perfecto, empresa 8 también tiene swap; esos
dólares fueron girados por ellos, por medio de los bancos./ PREGUNTADO:
Conoce al señor K./ CONTESTA: No./ PREGUNTADO: Señor, ¿le prestó 20 mil
dólares y no se acuerda?/ CONTESTA: Conozco un K. de la calle... que tiene
mercería./ PREGUNTADO: Yesos dólares, ¿dónde fueron a dar?/ CONTESTA: No
sé./ PREGUNTADO: Ustedes contrataron un swap que se fumó dos días antes de las
elecciones. ¿verdad?/ CONTESTA: Sí, señor.
ACTA: En la ciudad de Montevideo….comparece ante mí en representación de las
Fuerzas Conjuntas, la persona J.W....
PREGUNTADO: ¿Usted nunca fue presidente de empresa l?/ CONTESTA: No
recuerdo, pude haberlo sido./ PREGUNTADO: ¿Por qué siendo usted presidente
de empresa 1 tiene los libros en blanco en Montevideo?/ CONTESTA: No sé, no
recuerdo haber sido presidente./ PREGUNTADO: ¿Qué papel juega el Contador
L.B. en relación a empresa l?/ CONTESTA: Según tengo entendido es el contador
o representante./ PREGUNTADO: ¿Qué contribución hicieron ustedes a los
partidos antes de las elecciones?/ CONTESTA: Dimos a casi todos los partidos./
PREGÚNTADO: ¿Por qué?/ CONTESTA: Porque casi todos los partidos
tradicionalmente vienen a pedir?/. PREGUNTADO: ¿Al Frente Amplio le dieron?/
CONTESTA: No señor./ PREGUNTADO: ¿Por qué?/ CONTESTA: Porque no
estamos de acuerdo con los postulados del Frente.
ACTA: En la ciudad de Montevideo, a los 20 días del mes de setiembre de 1972,
comparece ante mí en representación de las Fuerzas Conjuntas, la persona F.B.,
casado…años, nacido el... del... de..., CI…, empleado del Banco de Previsión Social.
domiciliado en..., para declarar sobre el siguiente tenor:
PREGUNTADO: Usted ha declarado que recibió obsequios por parte del Contador
L.B. en efectivo o botellas de whisky. Cuando el Contador L.B. le hacía esos
obsequios ¿había alguna persona adelante?/ CONTESTA: Las botellas de whisky
las mandaban a casa; no sé quién las dejó./ PREGUNTADO: ¿Y en el caso
concreto del dinero?/ CONTESTA: El cheque fue en el año 1969, me lo entregó el
señor Contador./ PREGUNTADO: ¿Y la entrega de 50 mil pesos?/ CONTESTA:
También./ PREGUNTADO: ¿En 1969, usted recibió algo?/ CONTESTA: Un
cheque obsequio./ PREGUNTADO: ¿Contra qué banco?/ CONTESTA: No sé. No
recuerdo, creo que era el Banco de la Caja Obrera, al portador./
PREGUNTADO: ¿Quién era el titular de la cuenta?/ CONTESTA: No sé, no
recuerdo./ PREGUNTADO: ¿Quién lo fumaba?/ CONTESTA: No sé./
PREGUNTADO: ¿La entrega de ese cheque correspondía a un favor especial que
usted le había hecho?/ CONTESTA:
206
No, como era fin de año, no lo tomé en cuenta para nada./ PREGUNTADO: ¿Esa
cantidad de dinero, no la asocia a ningún favor especial?/ CONTESTA: No./
PREGUNTADO: Si entre 1969 y 1972 hay sólo dos entregas, es lógico suponer que
corresponden a favores especiales./ CONTESTA: No, simplemente es porque uno
lo sirvió, y lo sirvió bien./ PREGUNTADO: ¿Cuánto demoran los trámites normales
y en cuánto se pueden acelerar? / CONTESTA: No sé qué trámite me pregunta,
hay expedientes atrasados seis meses o un año, el trámite normal son dos meses,
pero si se lo agilita puede llegar a salir en dos días./ PREGUNTADO: ¿El dinero
recibido es por algún trámite o expediente en especial? / CONTESTA: No; era por
las llamadas que el Contador L.B. me hacía con respecto al estado de los
trámites./ PREGUNTADO: ¿Los trámites eran exclusivamente su responsabilidad o
habían otros funcionarios responsables?/ CONTESTA: Siempre eran
responsabilidad mía.
ACTA: En la ciudad de Montevideo, a los 21 días del mes de setiembre de 1972,
comparece ante mí en representación de las Fuerzas Conjuntas, la persona F.B....
PREGUNTADO: ¿Usted tiene más que agregar?/ CONTESTA: Sí, recuerdo que
una oportunidad recibí 75.000 pesos de empresa 3 por asuntos relacionados con
el Banco de Previsión Social, aproximadaménte por el mes de julio./
PREGUNTADO: ¿En qué forma lo recibió?/ CONTESTA: En un cheque./
PREGUNTADO: ¿En qué banco?/ CONTESTA: No recuerdo, pero en el devenir
de los días lo recordaré con seguridad./ PREGUNTADO: ¿Por qué le pagó
empresa 3 esa cantidad?/ CONTESTA: Por asesoramiento./ PREGUNTADO:
¿Asesoramiento del Banco de Previsión Social?/ CONTESTA: Sí señor./
PREGUNTADO: ¿Puede decirse arreglos también?/ CONTESTA: La expresión es
correcta./ PREGUNTADO: ¿Quién le comunicó a usted que tenía ese dinero a
cobrar en empresa 3?/ CONTESTA: Por una comunicación telefónica del
Contador L.B. al Banco de Previsión SociaL./ PREGUNTADO: ¿Usted sabía que
esos asesoramientos aunque fueran legales, que no es el caso, debían ser gratuitos
para todas las empresas en su calidad de funcionario del Banco de Previsión Social? /
CONTESTA: Sí señor./ PREGUNTADO: Esos arreglos, ¿los hacía dentro de la
misma Caja?/ CONTESTA: Sí señor./ PREGUNTADO: ¿Cuánto recibe por el
asesoramiento de la empresa 9?/ CONTESTA: Treinta mil mensuales; tengo más
para cobrar./ PREGUNTADO: ¿Qué otra empresa, señor F.?/ CONTESTA:
Empresa 10./ PREGUNTADO: ¿Cuánto percibía por este asesoramiento de empresa
107./ CONTESTA: 50 mil pesos trimestrales./ PREGUNTADO: ¿Quiere decir que
usted es un instrumento del Contador L.B., por lo cual él se vale para ser un genio
financiero, aprovechándose de sus conocimientos en el Banco de Previsión Social? /
CONTESTA: Sí, señor; lamentablemente es así./ PREGUNTADO: ¿Tiene algo más
que agregar? / CONTESTA: Sí señor, que ni bien recuerde el banco donde
percibí el cheque de 75.000 pesos de empresa 3, lo comunicaré.
207
4.
JORGE BATLLE CONTRAATACA
A raíz de las detenciones que se estaban produciendo sin la participación de la
justicia ordinaria, de estos operativos de las Fuerzas Armadas y del trabajo en común
dentro de los cuarteles con la participación del MLN -como el desarrollado en más de
una "escuelita"- gana la opinión pública el insistente rumor de que sería inminente la
detención de Peirano Facio, ex-Ministro del gabinete de Jorge Pacheco Areco, y
también de Jorge Batlle, líder indiscutido de "Unidad y Reforma" y notorio
influyente en las decisiones del gobierno de Bordaberry. Ambos figuraban en la mira
de los militares que habían confeccionado una nutrida lista de personalidades
políticas que dividían, a grosso modo, en políticos corruptos (el caso de estos
últimos) y políticos subversivos.
"El 25 de octubre de 1972, después de haber hecho una experiencia previa en la
televisión de Rocha, hice lo propio en Montevideo, para celebrar mi cumpleaños:
lindo día para armar un buen lío. Era prácticamente renacer o morir, yo los iba a
acusar de una cantidad de cosas: de que estaban preparando el golpe de Estado, del
acuerdo que habían firmado Alvarez y la sedición y de que estaban lanzando
rumores contra los dirigentes políticos, uno de los cuales era yo" nos dijo Jorge
Batlle. Este hombre, pieza clave en la vida contemporánea de un país que siempre lo
tuvo directa o indirectamente ligado al poder, puso en juego toda su experiencia para
-tal vez- cambiar el móvil de su anunciada detención. Se adelantó a quienes querían
imputarle su papel "de infidente", y que debieron conformarse con procesarlo por
"vilipendio público y ataque injustificado a las Fuerzas Armadas en el estado de
peligro que actualmente vive la República".
En los pasajes fundamentales de lo que fue su participación en la cadena de radio
y televisión señaló: "... todos ustedes saben y saben la ola de rumores en las cuales el
país ha vivido en las últimas semanas. Rumores sobre inestabilidad institucional,
rumores sobre ilícitos económicos, rumores sobre la actividad de los partidos
políticos con relación a estos hechos. (...) paralelamente a toda esta serie de
conversaciones y anuncios que vivieron su intensidad y su clímax la semana pasada,
han surgido y se han extendido otra serie de rumores sobre otro conjunto de cosas,
fundamentalmente una campaña sobre ilícitos económicos y partidos políticos y
dirigentes

208
políticas que hasta han venido a sustituir o reemplazar a la atención pública a la
propia sedición. (…) pretenden encañonar y apuntar los cañones contra ese sistema
de vida... a través del desprestigio de los dirigentes políticos desprestigiar al sistema,
desprestigiar a las instituciones. A propósito de la vieja novela, de la vieja mentira de
la infidencia (...) como arte de magia, como si saliera de un sombrero, aparece de
nuevo todo este asunto de la infidencia y se dice cualquier cosa. (...) ¿no le han
dicho, no le han preguntado, si es verdad que yo estaba preso, o que me iban a poner
preso, que me había ido del país, que no me dejaban ir del país, o que n? me dejaban
salir de mi casa? Yo le vaya decir a usted quién lo inventó y escuche bien: hace
cuatro domingos, a las 12 de la noche, dos oficiales del Batallón de Infantería Florida
golpearon en la puerta de la casa del actuario del Juzgado donde se tramitó el
expediente. Golpearon, la puerta, y con el actuario al cuartel. En el cuartel hasta las
tres de la mañana, y de ahí a pedirle que entregara el expediente. Es ilegal llevarse
detenido a un Actuario cuando no se trata de asuntos de la sedición, y es ilegal querer
sacar un expediente del Juzgado. Porque el expediente es público; si usted lo quiere
ver, puede ir al Juzgado y verlo. Inclusive estos oficiales u otros, no sé quiénes son,
fueron varías veces al Juzgado. Yo tengo la fotografía, con el Actuario y el oficial
saliendo del Juzgado, que la tomó un reportero gráfico de un diario de esta capital.
Fueron a pedirle que les entregara el expediente, y yo pregunto, ¿para qué entregades
el expediente si lo pueden ver, o es que desconocen cómo funciona la Justicia y la
administración de la Justicia en el Uruguay? (…) Pero además yo tengo el derecho y
la obligación de preguntar, ¿por qué fueron esos oficiales; fueron por cuenta propia;
fueron por cuenta propia pero aconsejados por un sedicioso tipo Amodio Pérez, o
fueron por orden superior? Porque si fueron por cuenta propia, revela
indudablemente una falta de disciplina en un lugar donde la disciplina es
fundamental. Si fueron por consejo de Amodio Pérez dan pauta que alguna gente
puede decir verdad cuando dice que el contacto permanente entre algunos ideólogos
de la sedición y alguna gente les ha hecho creer un poco las razones que la sedición
aducía para matar oficiales y para matar civiles y para secuestrar gente. Y se fueron
por orden superior, entonces tienen que hablar claro. Se pretende decir y se pretende
insinuar que los políticos estamos en Contra que se repriman los ilícitos económicos.
No, de ninguna

209
manera ¿quién puede estar en contra de que se repriman los ilícitos en una nación?
¿quién puede estar a favor de un delito y querer el bien del país? Nadie. Pero de lo
que estamos en contra, sí, es que son pretexto de reprimir los ilícitos, se pase por
encima de los sistemas que han garantido permanentemente la libertad en el
Uruguay. Que se confunda la represión de los ilícitos con crear un clima de
inseguridad y de temor en la República y que se crea que llevarse a un actuario y
quererse llevar un expediente, es querer reprimir un ilícito. Eso es una arbitrariedad,
¿qué daño mayor se le puede hacer a una nación' que hacerle pensar a la gente que
está viviendo en un clima de inseguridad?".
Este explosivo discurso que finalizó con un "buenas noches" logró el fín que
buscaba: se inició con una serie de movimientos en el área militar y política. Los
primeros deliberan, tan sólo 24 horas después, en la Región Militar número 1,
participando su Comandante el General Esteban Christi y sus pares Eduardo Zubía,
Hugo Chiappe Posse, Julio Vadora, Gregorio Alvarez, Coronel Ramón Trabal y
otros altos oficiales; paralelamente otros lo hacen en la residencia presidencial de
Suárez, con el Presidente Juan María Bordaberry, el Ministro Interino de Defensa
Nacional Benito Medero, el Comandante en Jefe del Ejército, General César
Martínez, y el Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, Brigadier Pérez Caldas. Ese
mismo día, sobre horas de la noche, vuelven a reunirse en Casa de Gobierno el
Presidente de la República, el Ministro de Defensa, el Secretario de la Presidencia,
los Comandantes en Jefe de las tres armas y los Generales Esteban Christi y
Gregorio Alvarez. En la mañana del viernes 27 previo a la detención, se concentran
fuerzas del Ejército y la Marina frente a la Región Militar No. 1 armadas a guerra y
continúan las agitadas reuniones a las que también se suman Mario y Alberto Heber,
el Dr. Martín Etchegoyen, Juan José Gari, Craviotto, Porras Larralde, Caputti y el
Vicepresidente Jorge Sapelli, entre otros. La agrupación "Unidad y Reforma" hace
suyas las palabras de Jorge Batlle, y retira sus Ministros del gobierno. El General
César Martínez renuncia a su cargo y luego volvería a asumir. El también
renunciante Ministro de Cultura, el Dr. Julio María Sanguinetti, retornaría su banca
en Diputados para interpelar al Ministro de Defensa. Parte de sus palabras son
severamente cuestionadas por el comunicado militar que expresa:

210
"el Comandante en Jefe del Ejército, interpretando el sentir de los señores
Generales del Ejército y el suyo propio, pone en conocimiento de la población de la
República que rechazan por improcedentes, impertinentes y falsas las imputaciones
vertidas por el Diputado Julio María Sanguinetti en la sesión de la Cámara de
Representantes del día 23 de noviembre de 1972". Más adelante dice que "deploran
que la Cámara de Representantes haya sido arrastrada a votar una moción que
significa el cuestionamiento de los altos mandos del Ejército Nacional, que han
actuado y seguirán actuando fieles a los superiores intereses del país.
La investigación ante cualquier hecho anormal y ulterior sanción, son
atribuciones exclusivas de los mandos responsables, actuando dentro del marco de
sus respectivas competencias, no necesitando para ello ni estímulos ni imposiciones;
en consecuencia, en estas circunstancias el establecimiento de responsabilidades
reclamado en la moción aprobada afectaría las bases morales y disciplinarias del
Instituto armado, resultando inadmisible e inaceptable por ser ajeno a la libre
potestad del Mando Superior de las Fuerzas Armadas. "
Tanta reunión, marchas y contramarchas, renuncias, declaraciones y movimientos
de tropa, están pautando que lo que se estaba jugando no era solamente la detención
de Jorge Batlle. Este último denota -en lo que fue su alocución televisiva- un acabado
conocimiento de lo que sucedía cuarteles adentro, donde oficiales jóvenes en
connivencia con tupamaros venían desarrollando un severo cuestionamiento del
sistema que tenía a este político como uno de sus máximos sostenedores, a tal punto
que, pese a la renuncia de tres ministros, Unidad y Reforma mantiene intacto su
apoyo a Bordaberry.
Cuando hablamos con Jorge Batlle, fue muy claro al especificar: "mi intención
fue romper este esquema de golpismo militar que se avecinaba", y "ese esquema",
tenía mucho de parecido a lo que sucedía en el revolucionario Perú de Velazco
Alvarado, por lo menos en apariencia y en sectores del aparato militar ya descriptos y
comprobados en esta investigación. Ante la opinión pública, las Fuerzas Armadas
volvían a mentir: "que dichos señores oficiales -decían- hayan realizado operativos
militares por cuenta propia, (...) significa admitir indisciplina s, poniendo en tela de
juicio frente a la opinión pública, la eficiencia del mando militar en todos

211
los escalones de la jerarquía, hasta el señor Presidente de la República" y el que estos
oficiales "hayan actuado por consejo de un sedicioso (...) implica admitir posibles
connivencias con el enemigo del país, en el estado de guerra (...) hipótesis prevista
como delito de espionaje..."
En una determinada unidad militar se escuchó a un alto oficial confesarle a un
tupamaro detenido: "Nos jugamos el todo por el todo; si lo sueltan a Batlle se acabó
todo”.

EL FIN DE LA CONNIVENCIA
"Nuestro trabajo estuvo a punto de dar resultados positivos, dado que hubo toda
una corriente dentro del Ejército que se inclinó por la investigación de los ilicitos
económicos, que fue después desbaratada por los mandos superiores. Incluso después
que se suspendió el trabajo de las comisiones de ilicitos hubo otra instancia muy
interesante que fue la reunión del Círculo Militar de los oficiales medios. Alli se
decidió investigar a fondo aquel famoso problema de la infidencia de Jorge Batlle.
Esa fue una iniciativa de los cuadros medios, sin intervención de los mandos, fue una
especie de desacato. Al soltar a Jorge Batlle, los altos mandos ordenan suspender
todo tipo de investigación en ese sentido. Después de eso, se prohibe a los oficiales
que hablen con nosotros y se suspendía a quienes lo hacian, se cortó totalmente todo
tipo de diálogo. "Estas palabras, pertenecientes al Ing. Manera Lluveras, dan cuenta
de un posible final de la connivencia, desde la óptica tupamara. Otro de los
testimoniantes, en este caso Ettore Pierri, a propósito de la capital reunión ya
mencionada por Manera, agrega: "Esa asamblea estaba programada por los
Capitanes, queriendo pasarle por encima a Christi y a todos los mandos. Christi la
quiere evitar, y manda a acuartelar a las tropas, de forma que no pudieran salir del
cuartel. No la prohibe expresamente, pero acuartela las tropas. Sin embargo en todos
los cuarteles y fundamentalmente en el Florida deciden ir igual, lo cual implica ya la
posibilidad cierta de una sanción. Ahi se lee un documento muy fuerte, cuya sintesis
podria ser que hay intereses en parar la labor que se venía desplegando, lo cual
provoca entre otras cosas el arresto de algunos y ello ya creó condiciones muy
desfavorables para seguir adelante. Christi y compa-

212
Juan María Bordaberry en cadena de TV

ñía mandaron parar, y se paró, nomás; ahora, hay otra hipótesis y es que fue el
Partido Colorado el que realmente paró la cosa..."
A propósito de esta inusual reunión, uno de los Capitanes asistentes nos manifestó:
"llegaron superiores, quienes nos plantearon el la inconveniencia de este tipo de
reuniones, nos dieron la seguridad que nuestras inquietudes eran justas e iban a ser
tenidas en cuenta por los mandos. Se termina la deliberación y se comprometen a
accionar detrás de esta promesa estaban, entre otros, Christi y Aranco. A este último
lo veiamos como una especie de vocero de Alvarez. A los convocantes de la reunión
se les da destino en el interior, el mando los separa. Yo tengo la impresión de que, en
realidad, en ese momento, no es que no se quiera seguir contra los ilicitos sino que
se quiere evitar fraccionalismos dentro del Ejército. Más tarde, cuando se produce el
cierre del Parlamento, era normal que de manera formal o informalmente, en los
casinos o en las sobremesas, le planteáramos a los mandos nuestras preocupaciones
sobre los ilicitos. Era frecuente que algún oficial planteara ese tipo de
preocupaciones. Una vez, el General Eduardo Zubía -en una especie de esquema con
el cual se manejaban los generales- nos dijo con respecto a los ilicitos económicos
que 'ir más allá de ciertos limites ponía en peligro, incluso, el propio proceso
revolucionario que llevaban adelante las Fuerzas Armadas, porque se iban a tocar
intereses que iban más allá de las posibilidades, que ellos tenían de actuar':

213
Con respecto a Amodio Pérez -nombrado en la acusación pública de Jorge Batlle-
ya se sabía a esa altura que había hecho de la delación su nueva arma de lucha y en
ese contexto también mano tuvo acciones en común con los uniformados, pese a que
éstas no tuvieron nada que ver con los ilícitos económicos, pero sí con las razones
que le pusieron un punto fmal a la tarea común entre militares y tupamaros: "él
mantenía conversaciones con los mismos oficiales, pero no participó para nacía en
el asunto de los ilicitos -nos decía Ettore Pierri-, Yo tengo la casi plena seguridad
que él, en un momento determinado, empezó a enviar cartas que incluso, creo,
llegaron a politicos del Frente Amplio, alertando contra eso, diciendo que nosotros
estábamos colaborando con las Fuerzas Arma: das, dándole un sentido de que
nosotros nos habíamos dado vuelta, invirtiendo los papeles de lo que en realidad era
él. La publicitación de que existía un libro de Amodio y todo lo demás, crea dentro
del cuartel una situación muy tensa y es casi paralela con la destrucción del trabajo
y la extinción del equipo que teníamos ahí: "
Pero -de todos modos- no fueron éstas las únicas razones que culminaron con
este recodo de la historia que mantuvo juntos a tupamaros y militares.
Ya en el primer operativo preparado, "el Operativo Fogata", surgieron algunos
de los motivos que tendrían mayor peso: "descubrimos -dijo también Pierri- que
habían algunos militares involucrados en esos fraudes, altos oficiales; los tipos hab
ían incendiado la cocina de la casa y les habían dado hasta 22.000 dólares, por una
pieza, de seguro."
Un veterano militar, de tendencia legalista-progresista, actual estudioso de la
problemática de ese sector, nos comentaba que "esa embestida contra los ilícitos se
va frenando y a posteriori se va quedando en la nada, porque las mismas Fuerzas
Armadas se van deslizando hacia los ilícitos. Ya sea por figuras claves que fueron
franca y decididamente hacia ellos, como Márquez, por citar un ejemplo, o por
aquellos que manejaron de manera sana los dineros públicos fuera de toda norma,
aún cuando no se pusieran nada en sus bolsillos, se manejaban sin licitaciones ni
nada de eso, por una cuestión de ejecutividad y de ganar tiempo. Primero tenían que
frenar a los capitanes para que no se desfibrara el Ejército. Segundo, que la simple
marcha hacia la investigación de los ilicitos podía hacerlos llegar al propio
Pacheco, al que anduvieron

214
rondando. Contra esa figura, a muchos les hubiera gustado investir, pero también
desmantelaba un poco la imagen del esquema que ellos habían armado: el esquema
de un golpe donde mantenían a Bordaberry."
Sobre este último punto, la tupamara Jessie Macchi dio a conocer, de sus largas
conversaciones con Trabal mientras estuvo detenida en el Hospital Militar, lo que
éste último pensaba, en el sentido de que "las investigaciones no se podían quedar en
lo más chico, que habla que ir directamente a lo grande. Y el caso de Jorge Batlle
era en aquel momento un objetivo que estaba planteado como fundamental, así como
todos los personeros que estaban actuando a nivel de la banca”
Tocando estos puntos con el General Seregni, es importante considerar las
reflexiones que él hace en voz alta con respecto "al sano intento que por
determinado tiempo impulsó a las Fuerzas Armadas de cortar con la corrupción real
y sobre la cual tanto se había hablado y discutido en los casinos de oficiales. ¿Pero
qué sucede? Hay dos fenómenos que se dan casi en la misma forma, uno es la sana
voluntad de combatir la corrupción, pero por el otro lado se da el aspecto negativo
que es el de la corrupción que da el poder y ahí es donde empiezan a entreverarse
los cables de los intereses, porque el poder corrompe y tanto más corrompe cuando
es ejercido en forma más arbitraria y más total. Y acá, llegó un momento en que el
poder se ejerció sin ningún tipo de limitación y de contralor. "

"NI INFIDENTES NI TORTURADORES"


En aquellos meses de confusión y enredos, donde la pulseada por darle un vuelco
a las Fuerzas Armadas abarcaba prácticamente a todos los sectores del país con
tácticas y estrategias que oscilaban entre lo real y lo imposible, donde muchas veces
se confundía lo que se quería con lo que se podía, hubieron voces que, rescata- das en
el tiempo, emergen como apuntando hacia el centro de la verdad. Un Diputado del
interior, el Dr. Martínez Gallinal, con suma vehemencia en el fragor mismo de estos
hechos, un treinta de noviembre de aquel 1972, frente a sus pares en una Asamblea
General, sin saberlo, le estaba poniendo el punto final a esta investigación

215
cuando dijo:
"¿Qué pasó con Jorge Batlle? Lo llevaron detenido, por sus declaraciones; pero
las prometidas investigaciones a fondo de la infidencia, quedaron en nada. Todo se
ubicó en lo superficial.
Este Ejército no puede atacar a los inmorales porque se encuentra incapacitado
para hacerlo. Si los atacara uno a uno, tendría que llegar a las causas de fondo, lo que
llevaría de los casos individuales a la estructura, con sus bancos que han saqueado el
país, con sus frigoríficos especuladores de divisas, con sus grandes lucradores de la
deuda exterior, con sus evasores de capitales hacia el extranjero, y con todo lo demás
que conocemos. Ya no quedaríamos entonces en el plano individual del ladrón tal, o
del sinvergüenza cuál; entraríamos en la inmoralidad de un régimen que
necesariamente debe ser barrido, depurado y cambiado, porque es el que permite el
saqueo y el vaciamiento de nuestro Uruguay y de la riqueza de la nación, que va a
engrosar las arcas de los países poderosos, mientras el nuestro cada vez va
empobreciéndose más, por vía de las devaluaciones sucesivas y de un pueblo
acogotado y asfixiado por la congelación y el castigo económico que está sufriendo.
No pueden hacerlo; han demostrado ser incapaces de llegar a una limpieza a fondo.
Esta no la harán los militares implicados; la hará el pueblo o las fuerzas populares a
medida que vayan tomando poderío y entre, entonces, a limpiar. Y no lo hará,
solamente, en los casos individuales, sino en lo que tiene que ver con toda la
organización y todo el mecanismo que ha permitido y está permitiendo que el
Uruguay fuese y llegase ajo que es actualmente.
Por otra parte, los políticos cómplices, los que han tapado la infidencia, los que
han impedido que se investigara a fondo los negociados que han habido en los
últimos tiempos, han evidenciado ser incapaces de detener el militarismo, al que ellos
llamaron para que los protegieran, porque tenían miedo de que apareciera gente que
le cortara sus buenos negocios.
Veamos ahora, pues, el ridículo episodio de viejos liberales que, en épocas
pretéritas, andaban por ahí integrando comités de apoyo a los presos de otros países
donde había dictaduras y que, en otras épocas, firmaron manifiestos de repudio
contra Franco y otros gobiernos y que ahora, en nuestro país, caducos, son cómplices
del militarismo, de la represión, de las torturas. Cuando llegóei momento de la
verdad y de poner aquellos principios en el Uru-

216
guay, esos viejos liberales se sacaron la máscara, convirtiéndose en cómplices de
todo un Estado represivo, que nos agobia. Ellos son cómplices de las torturas, y no
pueden frenar a quienes las cometen.
Decimos, entonces, que debe sacarse esa conclusión histórica, de todo este
episodio negativo: ni los torturadores limpiarán a los infidentes, ni los
infidentes frenarán a los torturadores."
5. EL REENCUENTRO DEL CARCELERO Y SU DETENIDO
EN MARZO DE 1986
Trece años y cuatro meses atrás se habían visto por última vez frente a
frente.Ambos ocupaban cargos de enorme responsabilidad a un lado y a otro de la
contienda. Seguramente quedará grabado en sus mentes hasta el último de los días en
que vivan, la primera vez que intercambiaron palabras: uno de ellos -guerrillero-
yacía en el piso apenas cubierto con un poncho militar, llegaba una vez más de la
máquina; el otro -un alto oficial del Ejército- impecablemente vestido, venía no se
sabe de dónde, encendió dos cigarrillos...
Ninguno de los dos siquiera imaginó que tan sólo a dos meses de aquel crudo
momento, el destino los pondría a trabajar juntos.
Aun hoy, les cuesta clarificar el por qué. Ambos fueron piezas claves de un
ajedrez con reglas de juego que cambiaban día a día y, al final, nadie sabía a ciencia
cierta quién ganaba y quién perdía.
Trece años y cuatro meses después que uno pasó a cumplir nuevas
responsabilidades acordes a su mando, y el otro fue a parar al Penal de Libertad, un
abrazo tal vez formal, tal vez no, selló el reencuentro.
Negativas, recelos, mil y una excusas contra la posibilidad de este diálogo las
creíamos superadas. Sin embargo, la distancia física que marcaba la mesa que los
tenía nuevamente frente a frente -esta vez en condiciones distintas- se acentuó,
cuando el ex-preso respondió con un frío "usted" al tuteo del jerarca militar.
Luego de algo más de una hora de locuaz intercambio, un cenicero rebosante de
cigarrillos, el "record-play" del grabador, finalmente, se encendió. Entonces el
silencio pareció interminable...
-Bueno, ahora no se me callen.

217
Tupamaro -Bueno, pero tal vez seria mejor que ustedes empezaran
preguntando... Eso sí nos reservamos el derecho de contestación.
Militar -Por supuesto.
- ¿Por qué pasó lo que pasó?
T -Le cedo la derecha...
M -(larga pausa)... Y, es bravo, asi de golpe. ¿Por qué llegamos a trabajar
juntos? y, eso yo solo no lo puedo contestar... yo creo que fue a raiz de charlas
informales.
T -En mi caso personal no se trata de una decisión autónoma.
Se irradia desde otro lugar. Viene un compañero y me informa que empezamos
a trabajar con los oficiales.
-Concretamente, ¿ustedes cuándo se conocen?
T -Mmmm Uyuyuy... mejor vamos a dejarla por ésa...
-La segunda circunstancia, entonces.
T -Hay un primer acercamiento, digamos, supongo que en los prolegómenos de
la conversación ésa... Hay una especie como de distensión, donde me sacan la
capucha por primera vez... y donde puedo conversar -tete a téte- con los oficiales.
M -Yo tenia ciertos recelos pórque las posiciones eran totalmente disímiles y era
muy dificil conjugar tanto odio generado por los enfrentamientos que habían tenido
lugar, en un trabajo conjunto. Ese hielo se entra a quebrar, como en toda relación
humana, cuando nos entramos a conocer, y ni ellos piensan que nosotros somos unos
monstruos y nosotros no pensamos que ellos son tan monstruos como se dice. Somos
personas que por procedimientos distintos... buscamos la misma finalidad. Cuesta
entenderlo, pero la verdad es que se empieza a conocer cuando se interroga.
Primero está siempre este plano. Se conoce al integrante que puede aportar
información o puede descifrar información capturada. Imaginan ustedes,
seguramente, la dureza de este primer plano, previo a la etapa del trabajo conjunto,
en el cual nunca llegamos a confraternizar, pese a que se quiebran ciertas barreras.
Pero nada más que eso. Esto es oportuno señalarlo.
T -Había un escalafón: el calabozo, la barraca y la enfermeria. Cuando
llegabas a la enfermeria podias presuponer que ya el trato iba a ser mejor y
gozabas de ciertas prerrogativas, como estar en grupo, poder hablar...
- ¿En ningún caso hu bo confianza de uno al otro?
M -No, siempre hubo resquemor.

218
T -Podía darse, digamos, a nivel personal, entre dos personas; pero nunca a
nivel FF.AA. - MLN. En algunos casos, se llegó a bromear con la posibilidad de que
alguno de nosotros fuera Ministrode algo...
M -y algunos oficiales lo llegaron a pensar en serio eso.
T -Temas de índole personal jamás fueron tocados. Ellos tenían un conocimiento
en ese plano, a través de las cartas que nos leian.
M -De parte de ellos se mantuvo en todo momento un respeto tácito. Cada cual
se ubicó en el plano que tenía que ubicarse.
-Pero, por ejemplo, ¿ustedes se trataban, como ahora, de "usted"? .
M -En este caso yo lo tuteo porque me da la sensación de ser un viejo conocido.
El me sigue tratando de usted porque seguramente continúa con la mentalidad de
preso. El caso es que, generalmente, en la jerga militar se usa el tuteo al subalterno,
pero no se entienda por esto algo despectivo. A mí no sólo me llamaban de usted,
sino también por la jerarquía.
T -Eso ocurría en todos los casos.
M -Indisciplina no hubo en ningún caso, el trato al sedicioso fue en todo
momento respetuoso, dentro de los cánones que se pueden entablar entre alguien
que está preso y alguien que lo tiene preso. Tanto es asi, que aún cuando trabajamos
juntos, ellos tenían que mantener su horario estricto.
T -Nosotros habíamos adquirido un compromiso que creo fue respetado por
ambas partes. Ellos tenían su compromiso y a nosotros se nos dijo que el único
compromiso que teníamos era no abusar de esas presuntas prerrogativas para
intentar escapamos. La verdad que ganas de hacerlo no nos faltaron.
M -Debo ser sincero, nunca imaginé que ustedes estuvieran pensando en
escaparse; máxime teniendo en cuenta que la finalidad del trabajo tenía un fin alto,
no quiero decir patriótico porque está muy gastada la palabra.
T -Para nosotros tuvo una finalidad muy concreta: se paró la máquina.
Hablando en términos castrenses, para mí la situación era muy sencilla, me supongo
que a ellos les sucedería lo mismo; si a ellos un General les daba la orden que
tenían que hacer eso, por razones de jerarquía, lo hacian. A mi, vino alguien que por
razones de jerarquia me podia dar la
-Nos cuesta entender como llegaron a trabajar juntos sin que

219
haya habido en ningún momento algún grado de efectividad, por llamarlo de alguna
manera.
M -Lo que pasa es que la afectividad, en esos momentos, era un término que no
se podía aplicar. Para que un afecto se dé, tiene que estar rodeado de una serie de
circunstancias distintas. Aquello era un régimen duro. Además, la afectividad podía
dar lugar a otras implicancias: que el militar simpatizara con ellos, o que uno de
ellos simpatizara con un militar, entonces, a los ojos del resto de ambas fracciones,
quedaba como algo confuso.
- Y el odio ¿qué lugar ocupaba?
M -Ocupaba un tercer plano. Pero, imaginense que los hechos se siguen
sucediendo, me refiero a los enfrentamientos, entonces se plantean situaciones que
abren nuevamente las heridas. Al producirse nuevas bijas, otra vez se ponían tensas
las cosas y se reavivaba la discusión: ¿dónde estamos?, ¿qué se busca?, ¿en qué
habíamos quedado?, ¿no era que estábamos buscando un entendimiento común?
Ahora, los presos no tienen conocimiento de qué está pasando afuera. Ustedes, de
muchos enfrentamientos ni se enteraron...
T -Nosotros, por ejemplo, cuando trajeron de otro cuartel a un compañero en un
estado realmente indescriptible, decidimos suspender inmediatamente el trabajo.
Más tarde se nos dio una serie de explicaciones, el compañero se fue recomponiendo
y la situación lentamente se fue disipando. Y si, todo era una especie de tire y afloje.
-Supongamos que estamos en 1972 y usted está al frente absoluto de las Fuerzas
Armadas; la guerrilla- derrotada militarmente, ¿usted qué hace con él?¿lo mantiene
preso?, ¿le da un cargo importante en el gobierno?
M -Bueno... yo creo que (pausa) lo mantendría preso.
-y si la situación se hu biera dado a la inversa, que hubiera triunfado el MLN...
T -Lo primero que yo haría sería un saneamiento de la institución castrense.
Ahora, en el caso concreto y personal, de no mediar violaciones de Derechos
Humanos, no veo por qué tendria que detenérselo.
M -Casi nadie se planteaba esas cosas en aquellos momentos, la situación
cambiaba dia a dia. Uno era dinámico, evolucionaba constantemente. Ustedes están
planteando una situación de vencedor y vencido que es muy distinta a la que vivimos
nosotros, que

220
era de beligerantes. Esta situación empieza a cambiar cuando cae la Cárcel del
Pueblo... Hoy la óptica de la historia me lleva a pensar que no volvería a hacer lo
que hice...
T -¿Se refiere al trabajo que hicimos juntos?
M -Sí, pero no al objetivo final. En aquel momento -no sé cómo decirlo- parecia
plausible algo distinto a lo que vivíamos políticamente, una reforma total de
estructuras.
T -Quiere decir, entonces, que usted no tenía confianza en las FF.AA. como
institución.
M -No se trata de eso; había un poder económico que era muy poderoso, al cual
desconocimos en todo momento. A la larga, este poder, viéndose enfrentado a todo
lo que se venia, reacciona y mueve rápidamente sus piezas.
T -En eso estamos de acuerdo.
M –Y eso es lo que lleva todo a un rotundo fracaso. En un primer momento
pensamos que eso tenía futuro, nuestra meta era sanear. La subversión tenía una
causa y un efecto. Estábamos venciendo lo que podríamos llamar el efecto, pero no
la causa, que era lo fundamental para que no volviera a suceder. Sinceramente... yo
creía en los comunicados cuatro y siete.
T -Nosotros teniamos un dicho, esos comunicados de Sendic para abajo los
podia suscribir cualquiera. Ahora, los comunicados cuatro y siete, como todo lo que
se estaba haciendo, fue gestado por dos organismos prescindentes del pueblo,
fallaban por las bases. Mientras cualquier organismo adopte una actitud
mesiánica...
M -En las Fuerzas Armadas no habia mesianismo. El hace hincapié en una frase
que es un slogan muy típico de la izquierda que es "el pueblo dónde está': Y yo me
pregunto ¿por qué el nueve de febrero el pueblo estaba en la playa y a su vez van
diez viejitos a ver si Bordaberry renuncia o no? En aquel momento el pueblo era un
mero espectador de circunstancia. El pueblo estaba asqueado de los políticos y
buscaba un nuevo horizonte, los comunicados cuatro y siete fueron recibidos con
una salva de aplausos; puede ser que nosotros estuviéramos algo abstraidos del
pueblo, pero estábamos en el fragor de la batalla. Lo que en realidad buscábamos
era eliminar la corrupción en esta etapa, sin hacer causa común con la sedición. Los
que teníamos que estar al frente de este proceso éramos nosotros y nadie más.
- ¿Usted no se sintió traicionado por las Fuerzas Armadas?

221
M -(larga pausa) Bueno... prefiero reservarme la respuesta tal cual habíamos
convenido al principio que podía hacerla.
- ¿Y usted no traicionó a las Fuerzas Armadas?
M-No.
- ¿Y usted no se sintió traicionando al MLN o a sus ideales, colaborando con las
Fuerzas Armadas?
T -Yo no usana exactamente el término colaborando. Yo recibí una orden y me
limité a cumplirla. En el plano personal, yo diría que ameritaba la duda.
M -Yo nunca tuve dudas. Siempre estuve enfrentando a la subversión y
entiéndase que subversión no era sólo el MLN. Era también subvertir el orden
político y económico.
- ¿Y el militar?
M -En ese momento yo no estaba al tanto de ciertas cosas.
Y mejor la dejamos ahí.
-Llevar presos a gerentes de compañías de seguro, grandes contadores y
empresarios, ¿era legal?
M -Esa palabrita, legal, implica muchas cosas. Pero sí, era legal.
Y ya he explicado que por subversión no sólo entendíamos MLN.
T -Yo quiero hacer una precisión, porque esto queda grabado y el acuerdo que
aquí se ha contraído es que todo sea transcripto

El pacto de Boizo Lanza selló definitivamente el tema ilícitos económicos.

222
en forma textual; yo hoy dije que recibí una orden y la cumplí.
La cumplí en cuanto no afectara los derechos de terceros, porque el tema ése de:
“yo cumplia una orden", también lo usaron ustedes saben muy bien quiénes...
M-Sí.
-¿En algún momento usted se sintió "concientizado" por los tupamaros, por
utilizar la palabra más en boga para estos casos?
M -En absoluto; ni yo ni los que estaban a mi mando. Ellos si se lo creían, lo
cual no es lo mismo.
T -Nosotros en 24 horas de 24 intentábamos concientizarlos.
M -Si esto hubiese ocurrido antes de los hechos de sangre tal el... Esto era un
freno muy grande. De todos modos, alguno de nosotros se preparó como pudo,
porque dada nuegra formación militar, había mucha cosa que no dominábamos. Lo
de la corrupción, por ejemplo.
T-Sí, en ese sentido y sin el más mínimo ánimo de ofender, ustedes eran muy
burros. Ahora, lo que nosotros intentábamos hacer con esta politización, tenía
objetivos mediatos e inmediatos. A la luz de los acontecimientos posteriores si se
logró, fue muy parcial. Lo que se intentaba en el marco de una derrota, era que ésta
tuviera un precio alto. Donde, hasta por una razón de convivencia, fue más notorio el
tema de la politización, fue a nivel del soldado ruso. Se suponía, tie acuerdo a las
instrucciones que recibía, que teníamos cuernos y cola; después de estar ocho horas
de guardia al lado nuestro, se convencian de lo contrario.
M -No, eso no era tan así. Nunca pensaron que tenían cuernos y cola; sí que eran
un enemigo potencial, al cual no se le podía dar la espalda en ningún momento. Un
enemigo de temer.
-En alguna medida y desde ópticas distintas, ustedes tenían un punto en común, el
descreimiento en la clase política.
M -En el plano personal, si.
T -Yo no diría contra la clase politica. Esta terminó por repre lentar los intereses
de la oligarquía y no nacionales. Yo no confundiría clase polítíca con oligarquía; no
obstante la propia metodoloriaque nosotros elegimos estaba descartando a priori, lo
demás.
M -Quíero aclarar que mi adversión tiene un fundamento. Yo vi muy de cerca
negociados y acomodos de todo tipo, estafas que eran de gran envergadura y además,
que en medio de todo esto uno siente que puede ser utilizado por esta misma gente.

223
-Y las Fuerzas Armadas, ¿no cayeron en esa misma corrupción una vez que
estuvieron en el poder?
M -Y, será una cosa que se mete en la cabeza cuando uno se embriaga del poder.
Pero, para empardar al político hay que hacer mucho esfuerzo. Que conste, que no
todos los militares cayeron en corrupción.
-Ustedes nunca se hicieron ilusiones en el sentido de decir "nosotros ya nos
movimos bastante, ahora que lo hagan ellos. Nosotros somos la cabeza, que ellos
hagan de pies"...
T - ¡No! Eso hubiera sido pecar de una miopía política acalambrante. .
M -De parte nuestra tampoco. Lo que sí creo que fue como Un impacto para el
MLN, lo que les rompió más el esquema del concepto que ellos tenían de las Fuerzas
Armadas -más allá de que haya sido un sector pequeño o grande dentro de ellas, o de
que hayan sido sinceras o no- fue cuando vieron, por sí mismos, que se detenía gente
por la corrupción económica. Lo que pasa también es que cuando se es joven como
ustedes, se desconocen muchas cosas. Piensen en la edad que ambos teníamos en
aquellos momentos; los hilos los movÚln otros. Uno juega el partido y lo gana otro;
hay una mano que viene de otro lado que deja jugar el partido, como quien deja jugar
a los niños hasta que estos empiezan a molestar, entonces, se los manda a dormir. Y
el que los manda a donnir siempre es la misma persona, desde 1830 a la fecha.

224

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UN TRAIDOR, UN LIBRO, UN COMPLOT
La democracia llegó. Las cárceles se abrieron y los ciudadanos uruguayos que
ellas contenían volvieron a caminar por nuestras calles como todos los demás. Los
exiliados ya han vuelto o están empacando sus valijas. Como dijo un veterano de la
lucha contra la dictadura, 'ya estamos todos". Pero no es así. Falta uno, y quizá a ése
uno, demoremos en verlo transitar por la ciudad. Héctor Amodio Pérez, alias Ernesto
y Gustavo" fue un extraño personaje con la aureola de una leyenda a la vez mítica y
siniestra: activo sindicalista, trepó de fundador a pieza clave en la dirección del
Movimiento de Liberación Nacional, para después, con su traición, apresurar su
derrota militar.

1. UN PERSONAJE DE HISTORIETA

Allá por 1973, distintos legisladores -uno de ellos el Senador Amilcar


Vasconcellos- querían saber: "¿Dónde está ese señor? La prensa no lo ha preguntado,
porque si lo hace la cierran o la sancionan; pero en el Parlamento podemos
preguntarlo. ¿Es un sedicioso? ¿Fue detenido? ¿Fue procesado? ¿Por qué delitos?
¿Dónde está ahora? Si está en el país, ¿está procesado? Si está fuera del país, ¿quién
lo autorizó a salir? Si lo han amnistiado, ¿quién lo amnistió? Si le dieron gracia,
¿quien se la dio? Si le dieron pasaporte, ¿qué pasaporte? Si, anda con uniforme de las
Fuerzas Armadas como le ha dicho, ¿es decoroso para las Fuerzas Armadas?"
El Dr. Walter Ravenna, Mirústro de Defensa dela época no supo qué responder,
"desgraciadamente -dijo- no tengo legalmente poder para buscar esta información
directamente."
El actual Mirústro de Defensa, Dr. Juan Vicente Chiarino, ante un pedido de
informes de similar tenor por parte del legislador Nelson Lorenzo, optó -durante un
largo período- por mantener un cerrado silencio que sólo rompió, para no decir nada.

227
Buena parte de estas interrogantes estuvieron a punto de ser contestadas, mientras
se desarrollaba el sonado episodio del desafuero del Senador Enrique Erro, cuando
muchos legisladores cuestionaban la veracidad de las manifestaciones atribuidas
precisamente a Amodio. Sin embargo, Erro no perdió sus fueros, sobrevino el Golpe
de Estado y todo quedó -como tantos episodios oscuros- para ser aclarado en su
debido momento.
El ex Senador Dr. Washington Beltrán llevó a cabo una puntillosa recopilación
que daba lugar a tipificar varias figuras penales -según su punto de vista- a Amodio
Pérez; "Atentado contra la Constitución, artículo 132, inciso 6, penado con diez a
treinta afios de Penitenciaría; autoevasión, artículo 184, penado de 6 "a 24 meses de
prisión; incendio, artículo 206 del Código Penal, penado con 12 meses de prisión a
16 años de Penitenciaría; privación de libertad, artículo 161, penado con 1 año de
prisión a 6 años de Penitenciaría; uso de documento falso -tiene una escasa
sanción-;homicidio, artículo 310, de 20 meses de prisión a 12 años de Penitenciaría;
homicidio con circunstancias agravantes muy especiales, artículo 312, con penas
hasta de 30 años; rapiña, penado con 4 años de prisión a 16 años de Penitenciaría,
según el artículo 344 del Código Penal".
A pesar del tiempo transcurrido, Héctor Amodio Pérez continúa siendo un tabú;
nunca fue procesado. Y aunque resulte increi"ble, todo su caso se perdió en la
nebulosa del tiempo.
Fue un personaje rico en anécdotas, la mayoría de ellas alimentadas por la
leyenda popular. Para no caer en lo mismo, engrosando esa fantasía, con la intención
de" abstraerlos y limitamos a los hechos, recogimos algunos testimonios directos.
"Ustedes debieran haberlo visto -nos decía un linotipista, excompañero de
trabajo- eran los tiempos de BP Color, dirigido por Eduardo Sajón. " Tiempo
después, éste se convertiría en Secretario de Prensa del ex Presidente General
Alejandro Lanusse en la República Argentina. En época del dictador Jorge Rafael
Videla, una de las bandas paramilitares que supervisaba la Junta de Gobierno, decide
secuestrarlo, integrando actuahnente la lista de treinta mil desaparecidos.
"Imaginense a ese grandote de Sajón, -continúa el linotipista- que no quiero
exagerar, pero media dos metros, y era además muy prepo ten te. Quedamos todos
helados cuando Amodio, verdaderamente enfurecido -no se si ustedes saben que
Amodio es

228
flaquito y chiquito, medio cabezón-, bueno... agarró a Sajón de las solopas y lo puteó
todo. Le dijo que estaba tratando con seres humanos, con obreros, no con animales.
No me van a creer, pero desde ese dia Sajón fue otra persona... "
Quienes le conocieron de cerca están de acuerdo en que Amodio tenía muchas
agallas, era muy inquieto para todo lo que fuera acción. "No perdia tiempo en
discusiones, siempreestaba moviéndose " nos dijo alguien que militó con él en filas
del Partido socialista, durante los primeros años de la década del sesenta, “Era un
buen militante de base, pero un poco reticente a capacitarse te´óricamente, muy
poco amigo de la lectura”.
En los viejos talleres de BP Color, casi diez años después de registrado aquel
episodio con Sajón, en plena ocupación por parte de los trabajadores "estábamos
tomando mate con los compañeros gráficos -nos comenta un periodista- en "una
noche de perros, caia agua a baldes. De golpe y como en una pelicula, entró por las
ventanas que dan a la azotea una especie de James Bond. Con gestos
grandilocuentes se sacó un sombrero aludo, unos lentes oscuros, una larga bufanda,
un pilot gigantesco y todavia, abajo, un abultado sobretodo. "Frente a los obreros
quedó un ser delgadito metido' como adentro de unas enormes botas. "Muchachos -
nos dijo- vengo en persona a traerles la solidaridad del MLN. Quedamos realmente
impresionados, sabiamos que era superclandestino, uno de los dirigentes máximos
de los tupamaros, salía todos los dias en los diarios... y ahi estaba con nosotros,
nada más y nada menos que Amodio Pérez. Con la misma aparatosidad con que
vino, se fue. Se puso de vuelta todo ese disfraz y salió corriendo por las azoteas.
"Todo esto sucedía -además- a escasos metros de Jefatura Central de Policía.
Otro periodista, Federico Fasano, que dirigió varios diarios opositores a los
gobiernos de Pacheco y Bordaberry, todos ellos de enorme suceso y popularidad y
todos también, eliminados por la clausura, tuvo en su momento cierta amistad con
Amodio. Precisamente esta relación pondría luego a Fasano en su mira, como parte
de un plan gravemente siniestro. "Amodio -respondió Fasano- era de extracción
proletaria, obrero tipógrafo en uno de los diarios donde yo era jefe de información y
él, dirigente gremial. Era una persona siempre de armas tomar, belicoso, dirigente
nato. Fue un hombre enamorado del poder y de si mismo como pocas veces he visto
Pareciera que la prensa siempre ejerció en él una rara atracción:

229
"tenia la costumbre de abrir el diario en plena clase y ponerse a leer con total
descaro", nos dijo un ex compañero de estudios del Liceo Larrañaga.
"I"emediablemente era expulsado por los profesores. En esa épocá nunca milito. Era
muy huraño, no daba bola a nadie sumamente introvertido, lo que hacia que
nosotros, tampoco le dié: ramos mucho corte. Como alumno era bastante flojo".

TAL PARA CUAL


Alicia Rey Morales, la compañera de Amo.dio, tuvo una trayectoria similar a la
de éste. Algunos integrantes del MLN, creían que ambos se habían conocido dentro
de la organización. Sin embargo, suscompañeros de estudio asguran que se
conocieron en el liceo. "Por aquella época ya andaban medio ennoviados. Ella era
bastante feíta y le costaba mucho relacionarse, encajaba bien con Amodio", Uno de
sus ex compañeros del Centro de Estudiantes de Derecho dijo que "era una mujer
muy extraña, su fealdad la llevaba a reafirmarse en su personalidad, tal vez en esto,
también influyó su origen humilde. Un día nos sorprendió a todos la noticia de que
habia sido campeona nacional de tiro. Allá por el año 62, fue una buena y
disciplinada militante del Partido Socialista".
Integrada al MLN "notábamos que ejercia una fuerte dependencia sobre su
compañero -nos dice Julio Marenales-, era una chica muy joven con grandes
inquietudes politicas, superaba a Amodio en fonnación. Con él tuvimos algunos
problemas, porque hacia lo imposible para que ella estuviera con él en los
operativos y en la misma columna." Ambos, junto a Candán Grajales integraban la
columna 15. "Cuando ella cae detenida, Amodio se derrumba, su moral se vino al
suelo, emocionalmente queda deshecho. Creo que este hecho tuvo fundamental
importancia en su posterior conducta como traidor. Para mí todo esto fue muy duro,
él fue quien me reclutó e integró a los núcleos de base, durante los años que
apoyamos a los cañeros".
Raúl Sendic como suele hacer con los temas que le resultan un tanto molestos,
fue muy parco al referirse a esta mujer: "hacia una muy buena pareja con Amodio".

230
AUGE Y DECADENCIA
"Amodio Pérez que pertenecía al Partido Socialista igual que yo -manifestó
Marenales-: fue quien me integró al Comité Coordinador de Apoyo a la Revolución
Cubana. Era una época en la que nadie pensaba en organizar al MLN." Son los
primeros años de la década del sesenta. "Cuando las cosas se empiezan a poner feas
en este país -continúa- recuerdo que Amodio fue a mi casa y me preguntó: '¿Qué
pensás de la situación actual?' Mirá, yo creo -le dije-que nos vamos acercando a
una dictadura y habría que trabajar al respecto. 'Mirá, estamos trabajando -me
dice- apoyando a los cañeros'. Bueno -le dije- cuenten conmigo y no pregunté más.
Me integré a un núcleo de base conformado por compañeros socialistas, era un
coordinador primitivo en el que estaban también militantes de distintos movimientos
de izquierda: compañeros del MIR, un grupo desgajado del Partido Comunista;
compañeros del Movimiento de Ayuda Campesina y también estaban en aquel
momento, compañeros de la Federación Anarquista del Uruguay.”
Desde los orígenes y en los primeros afios de desarrollo del MLN el contacto
entre Amodio y Marenales fue bastante fluido. "El estuvo más tiempo que yo en la
dirección. Debido a sus méritos fue paulatinamente ubicándose en posiciones de
mayor responsabilidad. "
En las etapas de mayor intensidad del movimiento tupamaro, Amodio jugó un rol
gravitante. "Ponerme a determinar con exactitud en qué operativos participó -nos
dice Mauricio Rosencof- es sumamente difícil. Sería mejor buscar en cuáles no lo
hizo... De una u otra forma participó de todo.”
Tampoco es fácil definir cuándo empieza a enturbiarse su figura.
Algunos hechos, sean tal vez el inicio de una cadena de actitudes semejantes, y a su
vez, paralelas a su destacado accionar dentro de la organización tupamara. En 1966,
poco antes de pasar a la clandestinidad fue citado en una seccional policial, a raíz, de
una situación de delincuencia común. Un .reducidor allí detenido tenía una boleta de
compra-venta cuyo titular era Amodio. Todo fue aclarado y éste no llegó a ser
encarcelado. Poco tiempo después, desapareció un televisor de casa de una amiga
que él solía frecuentar.
"Siempre que objetos de algún valor pasaron por manos de Amodio se producían
situaciones vidriosas. Antes del operativo de

231
Pando -comenta Rosencoff- habian unas carpetas donde se trasuntaban estos tejes y
manejes de Amodio. El asesinato, en ese Operativo, de varios compañeros que
habian trabajado en este informe, sumado a los cambios de la zona donde estaban
ente"adas las carpetas facilitaron que este problema se dilatara". .
Raúl Sendic señala por su parte, que Amodio robó mucho dinero, porque siempre, en
las operaciones en que él intervenía, había diferencias; y "finalmente se quedó con un
lingote de oro de los expropiados a Mailhos, que se le dio para guardar". Este hecho
ya perfila al Amodio de los últimos días. "Es probable que él viera que la cosa se
estaba poniendo fea -agrega Marenales- y haya empezado a tomar recaudos para dar
un viraje en algún momellto. Cuando él ente"ó una parte de las libras de Mailhos
jamás las pudimos encontrar. Cuando estaba en Punta Ca"etas los planos que nos
suministró eran erróneos. "Una vez fugado se le vuelve a hacer el reclamo, “y
Amodio argumentó que por problemas de seguridad no podía dirigirse al lugar
donde las había ocultado ", complementa Rosencoff.

"LA BAJA"
El seis de enero de 1967, la policía libra una orden de captura contra cuatro
personas acusadas de pertenecer al movimiento tupamaro: Heber Mejías Collazo,
alias "Jaime"; Eleuterio Fernández Huidobro, alias "Jesús"; América García
Rodríguez, alias "Mariela" y fmalmente, Héctor Amodio Pérez, alias "Ernesto".
Se podría afirmar con cierta seguridad que hay un Amodio antes y otro después
de su primera detención en Punta Carretas, una vez fugado y en la clandestinidad,
asegura Marenales, empezaron a notarlo sumamente nervioso. "En una oportunidad
fui a verlo para pedirle que hiciera un análisis de las declaraciones de Nelson
Bardesio. Amodio exigió saber qué grado de seguridad presentaba ellugar a donde
lo quenamos llevar. No tuvimos más remedio que decirle: Mirá hermano, la
seguridad que hay allí es la que tenemos todos, no te vamos a poner un bunker
especial para vos... Posteriormente se precipitaron los hechos... "
Amodio Pérez continuó con sus críticas casi siempre carentes de una
fundamentación política sólida o contundente. Más de un militante que revistó bajo
sus directivas coincidió en que todas sus

232
enseñanzas e instrucciones eran de corte militar. Circula por allí una frase burlona:
"él no formaba cuadros, sino cuadrados". Tal vez esto, dé una pauta de los
dificultoso de discutir políticamente con Arnodio sobre estrategias a seguir. "Pensó
que la lucha iba a ser breve y sin tantas dificultades -señaló Rosencoff- es muy
probable que buscara bienes individuales para una salida individual".
En parte del testimonio que recoge la Comisión Legislativa que estudiaba el
desafuero de Erro, el propio Amodio señaló que cuando se fugó del Penal de Punta
Carretas ya tenía "diferencias serias de apreciación sobre la conducta y dirección de
la organización del MLN, con los dirigentes del mismo y que por ello solicitó ser
dado de baja, siendo su intención irse a Chile". Allí pretendía ponerse a cargo, de la
llamada "Columna Guacha': La dirección de entonces consideró que en Chile "había
compañeros que estaban trabajando perfectamente bien", dice Marenales, por lo
tanto "no era necesario que fuera nadie allí a reforzar la tarea".
Por ese entonces a Amodio se le escuchó decir: “A este movimiento yo lo hice y
yo lo vaya deshacer”. Sobre este punto en concreto: la baja de Amodio Pérez, es
donde, y desde hace mucho tiempo atrás, el MLN centra con mayor rigor parte de su
autocrítica. "El se aferró a que de igual forma le diéramos la baja y se la dimos

Amodio Pérez en conferencia de prensa

233
nomás", agrega Marenales, al tiempo que señala: "fue un error nuestro, yo diría que
cuando alguien tiene gran responsabüidad en un movimiento revolucionario y
clandestino no se pueden dar bajas. El asunto hay que considerarlo de otra manera.
El andaba muy mal, en el fondo se quebró. Como decimos nosotros, no le dio la
nafta. Según Sendic, "Amodio fue una persona deshonesta y con mucho ego que no
soportó ser retirado de cargos de responsabilidad cuando así lo resolvimos, antes de
que defeccionar ".
Cinco días más tarde de ser dado de baja, Amodio caía detenido por última vez.
"En el momento de la detención -manifestó un militar de activa participación en
la represión- Amodio estaba muy sereno, como indiferente: se limitó a tocar la sien y
expresar: 'esto tiene su precio…”El mayor desconcierto lo vivió la población, que
solía ser informada de cada triunfo que las Fuerzas Armadas obtenían en su
enfrentamiento a los tupamaros, pero que esta vez ni se enteró. Los reclamos del
Senador Dardo Ortiz así lo demuestran: "Recuerdo que cuando fue detenido por
primera vez Amodio Pérez, se le dio la publicidad correspondiente dado que ócupaba
una jerarquía importan te dentro de su movimiento. Luego se fugó de donde estaba
detenido, y también se le dio la publicidad que correspondía. Posteriormente fue
aprehendido y no se comunicó oficialmente su aprehensión".
Otra de las cosas que pretendió conocer el legislador fue dónde se encontraba
detenido Amodio. Pero... ¿estaba detenido? Veamos la experiencia que le tocó vivir
al tupamaro Julio Listre. Tuvo un encuentro con Amodio en plena calle. Vestía
uniforme de capitán, y creyéndolo camuflado y todavía su compañero, atinó a
saludado. Amodio no le dio tiempo: sacó su arma y le ordenó que se diera por preso.
"No jodas loco", fue lo único que atinó a decir Listre, cuando ya estaba con las
manos contra la pared.
Julio Marenales todavía tendría un par de encuentros con Amodio en el marco de
estas nuevas circunstancias. En la primera de ellas -paradojas de la vida- el mismo
hombre que lo reclutara para integrarse a mas del MLN, sería también su captor: "él
mf1 señaló a la patrulla que me detuvo ('la cuerda' como la llamamos nosotros).
Estaba vestido de soldado y me señaló. Vi la camioneta, vi a Amodio y les tiré una
granada... Esta no estalló, me tiraron unos cuontos

234
tiros, pero si salía corriendo me mataban como a un pajarito, así que la quedé” La
última vez fue en el Batallón Florida, a solicitud de Amodio, un Comandante y dos
Capitanes, que lo reunieron con Mujica Cordano y Marenales. "Yo le dije que era un
traidor, que estaba condenado a muerte y que no tenía nada que hablar con él” Por
su parte Mujica, a propósito de este episodio nos precisó: "Mientras Marenales
discutía con ei Capitán Calcagno, Amodio, como simulando esconderse de este
último, me pasa un nombre escrito sobre un papel de fumar grabado con la uña, me
anota a alguien que estaba colaborando en ese momento como si fuera un gran
secreto... Y quedó por ésa. Yo, anteriormente, en forma accidental ya lo había visto
portando un arma y con unas carpetas, no tenía ninguna duda .sobre su actitud, pero
adopté una posición distinta a la de Marenales, me hice el sorprendido, quería ver si
podía sacarle algo..."
Después de varios pedidos de informe, un día llegó a la Cámara de Senadores una
respuesta oficial más o menos coherente sobre el detenido que no era tal: decía que
estaba "a disposición del mando militar por motivos de información operacional
militar en la conducción de la lucha antisubversiva".

Los senadores Michelini y Dardo Ortiz se retiran del IMES

235
Zelmar Michelini sería más simple en sus interpretaciones: "Eso indica a las
claras, lo que ya se sabe; que es un informante del Ejército."
Pero acá no- termina la rustoria, Amodio quien ya se encontraba instalado en el
primer piso del Batallón Florida, lejos de las celdas, en las piezas destinadas
especialmente a los oficiales, daría mucho más que hablar todavía.

NUEVO OFICIO: ESCRITOR


Llegada la primavera del 72, el padre de Amodio se comunica con el periodista
Federico Fasano y lo consulta si aceptaría reunirse con "un militar amigo" que tenía
un importante mensaje para él, de parte de su rujo. A esta altura, todavía no se tenían
mayores noticias del vuelco que había operado Amodio. Fasano decidió aceptar la
inesperada entrevista que tuvo lugar en su propio domicilio. Una vez allí, el oficial le
traza un panorama político que curiosamente coincidía con el que este periodista
había pregonado en sus diarios; más adelante le entregarían unas sesenta carilIas
escritas a mano de puño y letra de Amodio. "Va a escribir un libro de memorias -le
dice y quiere que usted se las redacte y supervice". Luego le explica que por ese
trabajo le pagarían unos doscientos millones de pesos y por último, que Amodio
quería verlo en persona para conversar al respecto. Fasano pide unas cuarenta y ocho
horas de plazo para contestar, tiempo que aprovecha para realizar una serie de
consultas con Liber Seregni y Wilson Ferreira para contar con el aval de ambos y
poner en su conocimiento el manuscrito original de Amodio.
Por ese entonces, un alto oficial de la Marina -el Capitán de Navío Piñeyrúa,
actual Embajador de Uruguay en Cuba- avisa al Comandante en Jefe del Ejército
sobre la realización de una reunión de un grupo de oficiales de especialísimas
características: "Un núcleo de militares leales a las Instituciones democráticas nos
enteramos por intermedio de un integrante del Ejército que se iba a realizar un
encuentro de oficiales "que buscaban elementos para desprestigiar a los politicos,
información que a ellos les había proporcionado el sedicioso Amodio Pérez.
Determinamos que halla que tratar de impedir que las cosas ocurrieran, entonces,
suponiendo y suponiendo bien, que el General César Martínez ni estaba enterado, se
le dio cuenta”.

236
Sobre esta reunión también tuvo información Wilson Ferreira, que a su vez ya
contaba con los datos suministrados por Fasano.
Unos cuantos meses después de sucedidos los hechos, Ferreira se refirió a los
mismos: "El sábado 30 de setiembre de 1972 visité al Comandante en Jefe interino
del Ejército, General Martínez, y le hice entrega de la copia fotográfica de ese
documento. Le señalé la existencia de una reunión que se celebraba en ese preciso
momento en una Unidad Militar de la Capital. El General Martínez me manifestó,
que efectivamente, la reunión que yo había denunciado se había realizado. "
Ferreira también hizo mención al hecho de que "determinado sector de las
Fuerzas Armadas había hecho un pacto con Amodio Pérez, para conjuntamente
destruir el sistema político". Además hizo hincapié en "la existencia de una
organización que funcionaba dentro de una Unidad Militar, destinada a crear las
condiciones necesarias para realizar un golpe militar y que comenzaría por la
disolución del Parlamento. El estaba vinculado, además, al célebre intento de
publicación de un horo por parte del tupamaro o ex tupamaro Amodio Pérez, que
contenía una muy curiosa historia del movimiento, con el que aparecían vinculados
dirigentes de la ma yor parte de los partidos políticos del país."

237
En esencia esta vinculación entre tupamaros y dirigentes políticos, era lo que ese
sector de las Fuerzas Armadas quería comunicar, a la opinión pública a través de ese
libro, como el trampolín que los habilitaba a irrumpir con un golpe de estado.
Ha sido ya reconocido que ambas partes, Fuerzas Armadas en carácter' de tal y
representada por todos sus mandos, como así tamo bién el gobierno de Bordaberry;
dialogaron y negociaron con los tupamaros. Sin embargo, las autoridades negaron en
su momento tales conversaciones, al tiempo que acusaban a los partidos de sí
tenerlas, A tal punto llega este ocultamiento de la verdad que en una de las cartas que
Amodio le envía a Fasano le indica: "Como va con mi firma (se refiere a su libro),
no tengo más remedio que sacar lo de la negociación entre MLN-FF.AA.,
porque si no me cortan la cabeza".
Diferenciando esas negociaciones y la confluencia que se da entre militares y
guerrilleros para la lucha común en contra de "los ilícitos económicos", Michelini
dijo: "No había de modo alguno, a través de ese libro ninguna connivencia de los
tupamaros con las Fuerzas Armadas; simplemente en esos momentos, ya Amodio
Pérez había sido totalmente descartado de las mas tupamaras. Yo no involucro a las
Fuerzas Armadas en esto... Involucro a un grupo de oficiales o de integrantes de las
Fuerzas Armadas."
Fasano siguió adelante con su investigación y fue al encuentro solicitado por
Amodio; una reunión que duró más de siete horas, Cada uno de estos pasos los
comunicaba inmediatamente a los líderes políticos antes mencionados. Uno de ellos,
precisamente, Wilson Ferreira Aldunate, declaró al Juez Militar, Coronel Ramírez,
que lo interrogó pocas horas después de haber sido detenido el 16 de junio de 1984;
una vez que arribó a Montevideo con su ruidoso, esperado y conflictivo retorno:
"Cierto día cuya fucha será fácil de precisar por lo que diré seguidamente, recibí la
visita de un periodista al cual no tenía particular estima: Federico Fasano Martens,
quien me exhibió una carta fumada por Héctor Amodio Pérez, en la cual; éste lo
invitaba a visitarlo en ei Regimiento No. 1 donde estaba preso a los efectos de
discutir con varios oficiales de dicha unidad, la eventual publicación de un libro que
redactaría Fasano con información proporcionada por Amodio y que contendría una
historia del MLN que trataría de hacer aparecer vinculados al mismo a
personalidades de los partidos tradicionales. La invitación indicaba también que el
Sr. Fasano sería recogido a las 10 horas de la

238
noche por un jeep del Ejército.
A pesar de la protesta del Sr. Fasano me negué a devolverle el documento que
revestía una importancia fundamental."

CRONOLOGIA DE LAS REUNIONES SECRETAS


En medio de esta cuasi novela con ribetes inverosímiles que tuvo como principal
actor a Amodio Pérez, hubieron dieciocho días de contactos, reuniones,
intercambios, opiniones, entre el periodista y diversos dirigentes políticos: Para tener
una idea de lo agitado de esos días vale la pena reconstruir "la agenda" en forma
minuciosa, para que también queden documentados ante la opinión pública estos
datos, hasta hoy, desconocidos.

Miércoles 20 de setiembre de 1972: llegan los primeros emisarios de Amodio -


militares de graduación media del Ejército- al domicilio de Fasano y le informan
sobre la intención de la publicación de un libro.
Domingo 24: los emisarios entregan al periodista las sesenta carillas
manuscritas del libro que incluyen: un índice general y se encuentran separadas por
eapítulos.
Lunes 25: ante estos hechos, el periodista realiza consultas políticas informales a
distinto nivel, al tiempo que gestiona reuniones concretas.
Martes 26: reunión entre el periodista Fasano y el General Líber Seregni en el
domicilio de este último, donde se acuerda celebrar otro encuentro donde participen
otros dirigentes del Frente Amplio.
Miércoles 27: reunión entre Fasano y los emisarios de Amodio. Estos últimos le
hacen entrega de la misiva que más adelante utilizaría Ortíz en el grave incidente
ocurrido en el IMES.
Jueves 28: el periodista Fasano se reúne por la mañana con integrantes del Frente
Amplio: Seregni, Rodney Arismendi, José Pedro Cardozo, Héctor Rodríguez,
Zelmar Michelini, Nicolás Rey y Juan Pablo Terra. Por la tarde se traslada a la
Cámara de Diputados donde vuelve a reunirse en esta oportunidad con Wilson
Ferreira Aldunate y Héctor Gutiérrez Ruiz.

239
Viernes 29: luego de estas reuniones Fasano informa a los emisarios de Amodio su
aprobación a la reunión solicitada por aquel.
Sábado 30: los emisarios de Amodio se trasladan hasta el balneario la Floresta en
busca de Fasano. El mismo no se encontraba en su casa en momento que llegó la
comitiva de Montevideo.
Domingo 10: nuevamente los emisarios viajan desde Montevideo hasta el balneario
La Floresta, encontrando finalmente al periodista Fasano en el Country Club. Siguen
las tratativas sobre los detalles y particularidades del proyectado encuentro en el
Batallón Florida.
Lunes 2: por la mañana se produce la sexta y definitiva reunión entre los emisarios y
Fasano. Más tarde este último tiene sendas reuniones políticas, en la primera
participan Seregni, Arismendi, Benedetti, Héctor Rodríguez, Terra y Nicolás Rey, en
la segunda lo hace Wilson Ferreira. A la hora 22 se produce el contacto con un
emisario y posteriormente la dilatada reunión con Amodio Pérez.
Martes 3: hasta las primeras horas de la mañana continúa, dentro del Batallón
Florida, el encuentro comenzado la noche anterior. Por la tarde Fasano se reúne con
integrantes del Frente Amplio, entre quienes se encontraba Arismendi, que, por los
datos y sefías que se aportan, reconoce a tres de los militares que se encontraban
presentes en la reunión antedicha.
Miércoles 4: se producen sendos encuentros entre Fasano y Seregni, y más tarde
entre el primero y Ferreira Aldunate. Este último decide poner al tanto al General
Julio César Martínez sobre los entretelones de todas las irregularidades que se
estaban llevando adelante, incluidos los nombres de los principales responsables.
Jueves 5: nueva reunión entre el líder del Partido Nacional y el periodista Fasano.
Viernes 6: en horas de la mañana es detenido por orden directa del Coronel Trabal,
el periodista Fasano. Luego de un peculiar interrogatorio es liberado a las 16 horas.
Se reúne casi de inmediato con Ferreira Aldunate y más tarde con Seregni.
Sábado 7: extensa reunión entre Wilson Ferreira y Fasano.

240
LA HORA DE CONSPIRAR

Un comentario de la época en cuestión, llevado a cabo por la revista argentina


Panorama, dice que "Fasano todavía no contó a nadie los entretelones del diálogo
con Amodio, pero afirma que es mucho lo que conoció en ese lapso, lo suficiente
para comprometer radicalmente a las Fuerzas Armadas". El propio Fasano dice al
fmal de su libro "Paren las rotativas" que "el conocimiento prematuro de todos los
inimaginables entre telones de esta trama, repercutirían desfavorablemente en el
proceso de Liberación Nacional".
Por primera vez se da a conocer en forma completa un acta elaborada, apenas dos
días después de aquella extensa reunión, entre Fasano y Amodio, que en forma
fragmentaria habíamos hecho pública en un trabajo periodístico editado en 1985 (ver
página 257). De la lectura de ella se desprende el por qué de los recelos para que la
misma tomara estado público. Allí se da cuenta con claridad de cuáles eran los planes
de Amodio, sus apoyos, y entre mentiras y verdades a medias, queda al desnudo la
personalidad de este guerrillero de múltiple gravitación en 1972, al tiempo que se
reseña el espíritu, la intención, los aportes del tan mentado "manuscrito".
Esa acta también da cuenta de un extenso legajo de más de dosentas páginas
supuestamente elaborado por Pírez Budes, otro delator, que por esa época -según
hemos podido averiguar- mediante luna fuga fraguada se encontraba residiendo en
Estados Unidos. Este otro personaje fue quien tomó la decisión de eliminar en su
momento al peón Pascasio Báez de la Estancia Espartaco y se sumó a Amodio Pérez
y a Alicia -Rey Morales como principales testigos a favor del desafuero del Senador
Enrique Erro. Si bien Amodio no lo "dice en esta acta, él también sería en parte autor
de ese voluminoso legajo. Ese legajo fue una de las mejores fuentes en las que se
basaron los lutores de los tomos "Las Fuerzas Armadas al Pueblo Oriental."
La intervendón del General César Martínez y del Coronel Ramón Trabal, Jefe de
los Servicios de Inteligencia, le puso un freno a conjura y se sancionaron y
trasladaron a algunos oficiales.
Amodio negó no sólo su participación, sino también la existencia misma del
proyecto de libro Pero cuando el Senador Dardo Oriental cual nos lo confesara él
mismo: "por sugerencia de Wilson Ferreira Aldunate", en oportunidad de la visita
que la Comisión que etudiaba el desafuero de Erro hiciera al IMES, logró que el ex
tupa

241
maro escribiera "Estamos en una unidad militar", inmediatamente comparó su letra
con la del manuscrito del libro. Beltrán no logró entender la brillante jugada de su
colega Ortiz, y Trabal allí presente le dijo: "A lo mejor usted no sabe, pero yo sí sé
de qué se trata y el señor Senador Ortiz también sabe”. La letra obtenida era exacta:
mente la misma.
En una situación por demás tensa a Ortiz no lo dejaban retirar esas líneas del
Instituto Militar. El Senador, que estudiaba, el desafuero de otro legislador, se dio
cuenta que sus propios fueros ya no le eran muy útiles. "Tengo plena conciencia de
que estoy violando la Constitución, la Ley y sus fueros de Senador, pero obedezco
órdenes superiores", le aclaró Trabal. El Ministro de Defensa, Dr. Walter Ravenna,
encogió los hombros y agachó la cabeza. La autorización llegó luego de varios
ajetreos por parte del Comandante en Jefe, Hugo Chiappe Posse. El tiempo no había
corrido en vano, estábamos en mayo del 73, el grupo de frustrados golpistas en el
último diciembre, rápidamente había reagrupado sus fuerzas. Las palabras de Trabal
fueron inigualable análisis de la situación: ni la Ley, ni la Constitución, ni el
Parlamento, ni los Ministros, ni tampoco el Presidente, significaban demasiado en
este país. Estaba ya demasiado claro de dónde venían las órdenes.

EL OCASO DE LA BOLA DE CRISTAL


Desbaratado aquel complot, no del todo irreal como se comprobaría a partir del 27
de junio de 1973, Amodio acentuaría determnado perfil de su personalidad. Los
uniformados le decían "Mandrake" o la "Bola de Cristal". Sus ex compañeros del
MLN afirman por unanimidad que "cantó hasta la marsellesa". Cuando ya no le
quedaba nombre por decir, lugar por señalar, conjura de la cual participar, falso
testimonio para dar... se dedicó a enviar cartas a militantes periféricos donde les
advertía: "Si yo fuera traidor, vos estarías adentro; no te olvides que estuviste en tal
lado, que una vez dijiste tal cosa, que pensás de tal manera...”
Los oficiales que vieron en él una pieza clave en la derrota militar de los
sediciosos todavía le tenían cierto aprecio. En cambio, otros pensaban todo lo
contrario: “ A este limón ya le sacamos todo el jugo”

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Sin embargo se equivocaron, porque Amodio, comenzó a escribir un nuevo libro
sobre cómo podría resurgir la guerrilla y cuáles serían sus bases de sustentación.
Un alto jerarca militar ya desaparecido, después de una ríspida discusión con
Amodio, le puso punto final a la misma espectándole "Usted, rata de cloaca, mejor
se calla la boca". El episodio tuvo lugar una tarde en el IMES. El interrogatorio al
que fuera sometido por la comisión que estudiaba el desafuero de Erro y su aparición
pública a través de las cámaras de TV, habían puesto sumamente tenso al mentado
delator que exigió, inmediatamente y en forma por demás impertinente, un pasaporte
y su salida del país. Pese a la violenta respuesta del jerarca, éste por sí y ante sí -
tiempo después accedió al requerimiento de quien le había prestado tan buenos
servicios. Todas las fuentes consultadas en el ámbito castrense a este respecto,
coinciden en utilizar un término muy común a sus adversarios, a los que una vez
perteneció Amodio: "todo el operativo de su salida estuvo altamente
compartimentado".
Finalmente salió del país con pasaporte seguramente falso. Varios exiliados
uruguayos que vivieron en España, dan cuenta de una larga estadía de Amodio en
Madrid. Se lo vio en más de una oportunidad frecuentar la Embajada de Jorge
Pacheco Areco. Una prima hermana de Amodio, distanciada de éste, comentó en el
Bar "La Castellana" de Madrid: "Aquél que está sentado alli es Amodio. Está muy
cambiado, pero hay dos cosas que no puede disimular: la mirada y la forma de
camin”: Por esa época, cuatro ex integrantes del MLN que vivían en el exilio,
viajaron expresamente a España para saldar cuentas con Amodio.
Partieron desde París hacia Madrid donde se unieron al, operativo que se estaba
montando. En España se encontraban uruguayos que con distintos grados de
participación habían pertenecido al MLN. Unos provenían diretamente de
Montevideo, otros habían integrado la Columna Guacha en Santiago de Chile hasta
que sobrevino el golpe militar de setiembre, algunos habían llegado desde Buenos
Aires, otros lo hicieron desde Cuba. A esta altura el movimiento tupamaro no existía
como organización, quienes se encontraban en este país estaban totalmente
desconectados del Uruguay y sumamente fraccionados, primaba el voluntarismo, la
autocrítica y la confusión en cuanto a qué pasos dar: "era todo muy silvestre -nos
dice alguien que vivió directamente esta experiencia-, había muchas ga-

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nas de hacer cosas, pero no sabiamos para dónde agarrar. Algunos compañeros
hacían hincapié en las causales de la de"ota y la atribuían a la falta de un partido,
otros insistían con el movimiento armado, halla algunos compañeros que, hablaban
de la necesidad de integrarse a la lucha en otros paises, como el caso de Nicaragua.
Algunos pensábamos que era prioritario conseguir fondos y llevamos adelante más
de una acción en pos de finanzas, asaltando bancos, negocios y haciendo también,
algunos secuestros. Con ese dinero costeábamos los pasajes de- los compañeros más
necesitados, los tratamientos médicos de algunos compañeros que vinieron muy mal
después de la prisión y también ayudábamos a algunos movimientos guerrilleros
latinoamericanos.
También habían otras posturas, pero en realidad lo único que nos unía y en lo
que coincidiamos era en que teníamos que trabajar en todo lo atinente a la libertad
de los presos, una vez fuera la dirección, se veria... “
La única vez que se unieron todos tras un mismo objetivo, en tan caótico
período, fue para coordinar una acción conjunta a partir de la confirmación de la
presencia de Amodio en ese país.
"Un compañero muy antiguo del MLN -nos acota otro ex tupamaro de activa
participación en estos hechos- de la parte técnica, se encuentra frente a frente con
Amodio en un bar de la zona tribunal, cerca del Metro. Estaba desarmado y
sabiendo que Amodio es un tipo fria, de buena punteria y que todos éramos
conscientes de que cuando lo viéramos la cosa no iba a ser fácil, decide no hacer
nada y comunicarnos inmediatamente la novedad. 'Dentro de la marginalidad con
que nos moviamos, la falta de recursos y organización, montamos un operativo,
rotando guardias en la zona en que habia sido divisado; en Pintor Rosales 32, donde
ocupa un piso la Embajada uruguaya y tiene otro en el octavo, frecuentado por
militares, donde nunca pudimos saber muy bien qué era lo que hacian. Desde
Francia entramos armas cortas, entre ellas una pistola calibre 22, con balas DUM-
DUM. Todo muy artesanal, duró 20 dias".
El encuentro fracasó y el futuro de Amodi'o entra ya en el camino del rumor
imposible de comprobar, como su improbada participación en el atentado a Edén
Pastora.
Su última aparición pública en Montevideo fue el 8 de mayo de 1973, ante
cámaras de TV: "Soy Héctor Amodio Pérez, creo que está todo dicho. Acabo de
entrevistarme con la Comisión del Se-

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nado...querían hacerme unas preguntas... y las preguntas fueron contestadas" .
Dijo bien, él creía que estaba todo dicho.

2. FASANO: "NO TUVE DUDAS DE QUE HABlA


QUE ABORTAR EL COMPLOT"
Si bien Federico Fasano se encuentra ya instalado en Montevideo, después de
varios años de exilio, no sólo de Uruguay, sino también de Argentina, su país de
origen; sus constantes viajes a México, lugar donde vivió durante los años de
dictadura como así también algunos esporádicos a Centroamérica, Europa y Buenos
Aires; dilataron la posibilidad de obtener un testimonio directo por más tiempo del
presumiblemente previsto.
En su confortable residencia de Punta Carretas hizo un alto -que llevó buena
parte del día- a la ubicación de muebles y objetos personales, de su reciente
mudanza. De un archivo, todavía a medias en su clasificación, este periodista, en más
de una oportunidad extrajo material con el que fue ilustrando una charla en la cual
intentamos -y conseguimos- superar la barrera que le franqueaba el paso a lo que
Fasano sistemáticamente se había negado a decir y que iba más allá de dos o tres
conceptos reiterados en reportajes en distintas partes del mundo.
"No puedo creer que usted haya actuado con el respaldo del Frente Amplio,
todos los esquemas se me vienen abajo, me dijo Trabal el dia de mi detención -nos
manifestó Fasano- una vez que le expliqué que esto no tenia nada que ver, que era
totalmente ajeno al trabajo conjunto entre los tupamaros y los oficiales del Florida,
referente a los ilícitos económicos. Fui preciso en señalarle que entre esos
tupamaros, no se encontraba Amodio. Entonces Trabal me expresó 'Ahora SI', todos
estos elementos me aclaran el panorama'. De todos modos lo noté algo preocupado
ante la posibilidad que por este asunto, también, fuera desbaratado el tema ilícitos
que él apuntalaba. Sin embargo, siempre me quedó la duda de si Trabal, no era
también parte de este complot, del cual, a su cabeza, nunca pude enterarme quien
estaba, a pesar de que la propia referencia de Amodio, señala a OlriSti. Sea como
fuere se enteran de mis pasos, Trabal se me adelanta -según él por orden de
Bordaberry- y todo queda en

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apariencia bajo la responsabilidad de 'peces chicos '. En esa misma charla, como
buen hombre de inteligencia que era, Trabal, por un lado me dijo '¿Cómo puede ser
que el Presidente de la República sepa y yo no, lo que ha estado pasando?', y por el
otro 'No se trata de un complot golpista, eso no existe, la culpa de todo la tienen los
propios tupamaros que le han llenado la cabeza a algunos oficiales idealistas '. "
De toda la intensa actividad periodística de este hombre en nuestro país, ya por
su estilo incisivo, ya por todas las clausuras que debiera soportar, seguramente el
tema que aún lo apasiona como hubiera sucedido ayer, se relaciona con estos hechos:
"Si Bordaberry no me hubiera mandado detener -agrega- otra hubiese sido kl
historia... Por mis entrevistas posteriores con los militares, una de ellas con el
Coronel Caballero que era el Jefe del Regimiento Número 1, con el Mayor
Sambucetti y el Teniente Coronel Cánepa, puedo asegurar que el grupo legalista era
también fuerte. El Coronel Caballero me dijo textualmente: 'Si alguien quiere dar un
golpe yo y mi regimiento de más de mil hombres estamos dispuestos a defender la
Constitución'. También fue categórico en señalar: 'La policía está podrida, en mi
regimiento prohibí' que entraran'. Otra cosa que me llamó poderosamente la
atención fue cuando este Coronel me dijo: 'Hay que seguir contra los ilicitos,
Peirano Facio fue juzgado por kl Justicia Civil, como debe ser. Hasta ahí es donde
nosotros tenemos que llegar. No hagan huelgas, mantengan el orden y dejen que los
jueces pongan presos a los corruptos. Ese grupo, el de los legalistas, fue
desarticulado totalmente. Ellos no sólo no estaban coordinados entre sí, sino que
tampoco contaron con el apoyo civil necesario. La propia izquierda y los mismos
tupamaros, no estaban aportando pruebas a los legalistas, sino a los golpistas. Los
comunicados cuatro y siete provenzan de estos mismos. Si bien los escribió Trabal,
para mi, este Coronel jugó a dos puntas. No era un hombre dellegalismo, pudo
haberlo sido si el legalismo hubiese llegado a ser lo suficientemente fuerte y
poderoso. El hecho de ser un golpista 'nasserista o 'peruanista' le sirvió para
acomodar el cuerpo cuando vino el golpe y apostar a ganador. El era nasserista en
serio, pero el 'nasserismo no existió en este país. Fue el gran cuento chino. Los
tupamaros se equivocaron feo al creer que todo el legalismo era vieja oligarquía y
caímos en algo peor que fue el golpismo disfrazado de progresismo. En ese gran
cuento chino del 'nasserismo' fue que entraron los tupama-

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ros y gente del partido comunista y mucha otra gente de la izquierda. El legalismo si
existió, era fuerte y por supuesto que defendía a los viejos politiqueros y a un sistema
caduco, pero ¿la izquierda a quién tenía que apoyar en ese momento cuando el
golpe se avecinaba?, pues, a evitar que las instituciones burguesas democráticas se
derrumbaran. Porque en conjunto con ese derrumbe, la política de exterminio iba a
ser selectiva y lo fue contra la izquierda. Por eso Wilson no esconde el bulto al
hablar de estos temas, porque fue consecuente y natural con su manera de ser, no
inventó nada, porque él era la democracia burguesa, cosa que no era la izquierda.
Pero el socialismo estaba, dadas las circunstancias, cada vez más lejano, y entre
elegir por el cuento chino del 'peruanismo' y el 'legalismo' por otro lado, tomó el
camino errado. Ese camino no estaba en el mapa, era una ilusión óptica, y la
izquierda debió haberjugado al 'legalismo democrático burgués' con lo único que
tenía: las masas en la calle, presionando a ambos lados. "
Todo este análisis -discutible, polémico y a su vez sumamente atendible- fijó la
posición del periodista Fasano, para actuar como lo hizo en este episodio: 'yo nunca
tuve dudas de que habla que abortar el complot de Amodio con los militares -dijo
más adelante-aunque fueran progresistas los militares golpistas, terminaran como
terminaran, al final los iban a usar. "
Pero Fasano fue testigo de otras circunstancias el día de su detención: "Yo me
habla negado a declarar si no estaba frente a mí el Comandante en Jefe, General
César Martínez, pese a la notoria indignación de Trabal, el General finalmente se
hizo presente, me indicó que hablara tranquilo 'porque éste (Trabal) no lo va a dejar
avanzar en sus investigaciones'. Una vez finalizada una exposición detallada de todo
lo que yo sabia, comienza un operativo delante mío, de detención de oficiales. 'Nadie
sabe nada, niegan todo' me dijo Trabal. Esa misma actitud fue la asumida por el
General Christi. En medio de todas esas entradas y salidas, Trabal vuelve furioso y a
los gritos diciendo 'Son todos unos inútiles: Había dado orden de copar una casa
ubicada en la calle Regimiento Nueve, la orden había sido detener a todos sus
habitantes y descolgar el teléfono. Uno de los militares lo había vuelto a colgar, al
sonar atendió el Jefe del operativo quien le reconoció al interlocutor la voz. Este
también se la reconoció a él. Era un oficial del Batallón Florida que preguntó qué
era lo que hacían ahí, dándose cuenta de todo, desbaratándose

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esa ratonera. Yo le señalo a Trabal que justamente en este día se iba a certificar la
firma de Amodio en todos los originales del libro tal cual yo lo había solicitado.
Entonces Trabal se levantó de un salto y me dice que justamente en la ratonera
acababan de detener a un oficial que se presentó a retirar unos papeles; el oficial
desconoda este operativo. Trabal salió disparado reflexionando 'Hay que buscar al
escribano implicado', el cual nunca apareció. Eso de autentificar las firmas lo
arreglé yo con Amodio, porque yo, que ya tenía claro que no iba ser el autor de ese
libro, quería dejar constancia de todo.”
Con respecto a los temas centrales de su entrevista con Amodio: "el libro" del
tupamaro disidente y "el complot golpista" pautado para el mes de diciembre, Fasano
expresó respectivamente, "los hechos que cuenta el libro son verdad, ahora, si
Amodio adecuó determinadas partes con los militares diciendo 'vamos a meter esto
para joder a determinados políticos' es otra historia. En lo que miente es en los
matices, además se ubica en una posición donde él es el protagonista central y sus
posiciones son las que importan. El libro es por sobre todas las cosas muy 'anti
Sendic', está permanentemente cuestionándolo: sus debilidades, sus errores, cómo se
equivocó en tal o cual operativo, lo dubitativo que era, etc. El problema de él con
Sendic fue estrictamente personal. El empieza a perder poder, a quedar en minoría,
entonces no lo soporta, pero no tanto por cuestiones de línea ni nada que se le
parezca, simplemente por una relación de poder en la que va perdiendo. Esto,
sumado a la paliza que le estaban dando al MLN y al miedo que le viene en el
momento de la baja, le sirve para zafar culpando a la dirección y buscando una
salida personal. La principal contradicción del país en ese momento no era 'pueblo
vrs. rosca oligárquica' sino 'pueblo -fuerzas armadas'. El busca modificar el eje de
"esa contradicción para dar un golpe interno dentro del MLN, salir de la cárcel -él
me dijo que dos semanas después de aparecido el libro, andaría libre dirigiendo un
nuevo proyecto- llegar al poder apoyándose y apoyado en ese sector militar que él
definía como progresista. Esa era un poco su línea argumental central.
Aparentemente por los indicios que da Amodio 'el pez gordo' que estaba detrás era
Ozristi, Amodio hace una gran defensa de este General, además en ese momento
Christi estaba muy fuerte. El papel del Goyo en todo esto no me queda muy claro.
Justo el día que Trabal me detiene, era el fijado con Amodio para reunirme con ese
General. Así, que me quedé sin comprobarlo. Cuando a mi

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me detienen, nadie podía creer que fuera Trabal quien lo hizo, porque él estaba muy
conectado, creo que con Zelmar, pero ésas son las cosas de los militares. Una vez
que se quiebra el hilo conductor, lo único que quedó por hacer fue aprovechar mis
declaraciones para hacer un poco de mensajero de unos a otros, los militares
legalistas me decían 'digale a Seregni o digale a Wilson que tal cosa o tal otra:
Cuando me hicieron hacer el reconocimiento de la pieza donde me reuní con Amodio
en el cuartel Florida, resulta que ese cuarto y el de al lado estaban lacrados. Las dos
habitaciones se comunicaban por medio de una puerta. No me cabe la menor duda
de que en la pieza vecina estaban los Capitanes escuchando todo lo que hablé con
Amodio. En el mismo momento que estaba haciendo el reconocimiento, el Coronel
Caballero me dijo: 'Usted ni se imagina la que hemos tenido que pasar estos días'.
En la reunión que tuvimos con el Frente Amplio, se decidió abortar todo, se aprueba
la denuncia pública siempre y cuando se dé el momento oportuno, momento que
llega con el desafuero de Erro. Se llegó a la conclusión de que el Frente no podía
hacerla solo, en eso hubo unanimidad: 'sin el apoyo de Wilson no podemos'; no en
vano el que me saca de la cárcel es Wilson. Imperativamente llamó a Bordaberry y
le dijo: 'si en cuatro horas más Fasano no está en su casa, convoco urgente al
Parlamento..."

FERREIRA ALDUNATE: "ESTA ERA UNA OPERACIÓN


MUCHO MAS VASTA"
No es común que el líder máximo del Partido Nacional, Wilson Ferreira
Aldunate, haga declaraciones en forma más o menos asidua, más bien se muestra
reacio a largos reportajes exclusivos. Por esta razón adquieren inusitado valor las
palabras que conformaron este extenso testimonio de quien posee una verdadera
memoria de elefante, no obstante lo cual, no sólo repasó en su archivo
documentación referida a los hechos que nos ocupan, sino que comprometió a su
esposa en la misma tarea y le solicitó que participara de la cilllrla. El propio Wilson
Ferreira se tomó el trabajo de leer nuestras investigaciones ya publicadas para no
caer en reiteraciones y aportar elementos desconocidos. Quedaron superados con
creces diversos

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desencuentros con el carismático líder, producto del peculiar y agitado momento
político que vive el país y su propio partido a poco de andar esta democracia.
Después de mostramos su colección de "horribles" mates de cerámica importada,
que como bien él dice "de lejos y todos juntos son atractivos y recrean la vista";
comenzó a rememorar informalmente la época previa a] golpe de estado llevado
adelante por lo que defme "como una manga de chorizos increíble, lo peor de lo peor.
Se juntaron todos los nabos civiles que andaban sueltos y dieron un golpe. Esa gente
era tan naba y tan chorizaque cuando eran jóvenes si sacaban a bailar a una
chiquilina, la pobre quedaba quemada para toda la vida".
Quien intenta ir a la búsqueda de la verdad desconocida de situaciones que
pasaron apenas una década atrás, no puede menos que asombrarse cuando, tratando
un determinado tema sale a colación otro. En medio de una de las más dramáticas
situaciones vividas por Wilson Ferreira en la situación que nos ocupa -cuyos
nombres, lugares, fechas y circstancias mantenemos "off the record"- éste escucha sin
querer que "en momentos en que se había empezado a hablar de la eventual
repatriación de los restos de Latorre, en un marco diferente al que luego ocurriera,
el historiador XX se quejaba al General XX, de, que era tal el entrevero existente en
el panteón donde estaban los restos de Latorre, que él tenia la certidumbre de que
era del sexo femenino el cuerpo que iban a traer al país, porque no habían registros
de la presencia de los restos en el panteón. De manera que es muy probable que aquí
le hayan rendido honores militares a una mujer que nadie ha podido averiguar quién
es”
Este tipo de anécdota o recuerdo al margen, fueron jalonando el testimonio de
Wilson Ferreira Aldunate que por lo contundente, preciso y pormenorizado vale la
pena transcribir en fonna textual con la sola salvedad, de su síntesis y reducción
específica al tema en cuestión.
"El primer dato muy claro que tuve -nos explica- de que había algo debajo de
aquella guerra declarada, fue estando en el Parlamento cuando fui llamado al
despacho de la Presidencia de Cámara de Diputados por Héctor Gutiérrez Ruiz que
me dijo: 'esta aquí Fasano y tiene información', Fui hasta alli, él me mostró una
carta que había recibido de Amodio Pérez. Le pregunté si tenia la certidumbre de
que era auténtica, me dijo que no tenia duda alguna,

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porque él había sido de estudiante viejo amigo de Amodio y que éste, tenia una
grafia absolutamente inimitable: escribía todo en letras mayúsculas de imprenta, sin
embargo en un trazo corrido.
Además de entregamos la carta, nos dice que va a tener una reunión con
Amodio, que será recogido por dos oficiales en la casa del padre de Amodio, ahí me
enteré que Montevideo contaba con una calle llamada Regimiento número 9,
seguramente por un detalle de la historia que a mi se me escapó. Si me habrá
llamado la atención esa calle que recuerdo -aun hoy- el número de la casa, era el
1680.
Nos agregó Fasano detalles del propósito de la reunión y todo lo que se haMa
conversado con los militares amigos de Amodio. Era una mezcla muy curiosa de
realidad y fantasia, muy propia además de la mentalidad que pudimos comprobar
tenían algunos oficiales del Ejército en aquel entonces. Una idea del país,
constituida en torno a sus obsesiones y a sus alucinaciones. El objetivo de la
operación era escribir un libro que seria una historia interna del movimiento
tupamaro, pero que hiciera aparecer una vinculación muy clara entre este
movimiento y todo el sistema político. Más que dirigido a dañar la reputación de un
político u otro, aquello estaba dirigido a crear la imagen: tupamaros-políticos como
cosa que hierve en el mismo caldero. Inexplicablemente se quería hacer aparecer
como vinculados a la organización tupamara al conglomerado más sorprendente.
Algunos que parecían los candidatos más indicados para este tipo de acusaciones:
Michelini, la gente del Frente, Gutiérrez Ruiz, Carlos Julio Pereyra y yo; pero
increíblemente también aparecía el nombre de Aguerrondo. Indico esto, primero por
el absurdo de la afirmación, pero en segundo lugar porque puede dar alguna
pequeña pista, sobre cuáles facciones de militares andaba la cosa, aunque no estoy
muy seguro; creo que más bien se trataba de algo introducido allí para dorar ,la
píldora o para entreverar las cartas.
Se le había hablado a Fasano -además que allí había un montón de dólares muy
grande, que se había dado un contacto con eventuales editores del exterior y muy
probablemente sería editado simultáneamente en inglés y castellano. Amodio
proporcionaría la información y se le decía a Fasano que él pondría su talento
periodístico para la redacción.
En aquel momento yo pensé 'bueno... este documento queda, nuestro poder' y así
se lo dije a Fasano: 'Usted no sale de aquí

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con este documento; me va a perdontlF, pero yo no se lo doy más'. 'Pero ustedes se
dan cuenta -nos dijo- el riesgo personal que me hacen correr a mí' 'Sí señor, me doy
cuenta -le dije- del riesgo que le hago correr, pero esta carta yo no la suelto por
nada del mundo'. Hasta le tuve que reconocer que estaba actuando mal, pero le
señalé que estaban en juego cosas que son bastante más importantes que la
seguridad de cualquiera de nosotros. Pero también debo ser muy franco, Fasano
aceptó de muy buen grado la situación; comprendió que realmente era así como se
lo decía y aceptó dejar el documento en nuestras manos.
Algo desconcertado, preguntándome qué podía hacer, en forma inmediata hablé
con Zelmar Michelini, deliberamos él, Gutiérrez Ruiz y yo.
Más adelante, el día pautado para el encuentro entre Amodio Pérez y Fasano,
me dirigí al Comando del Ejército, ubicado entonces en la calle Soriano, donde
estaba el Comandante en Jefe, Julio César Martínez. Como no tenía una entrevista
previa concedida me llevó hasta allí el Contralmirante Filipini, un hombre de
nuestra absoluta confianza, demócrata a carta cabal, y era además en aquel
momento, en situación de retiro, el oficial que por graduación y antigüedad le
correspondía la máxima jerarquía. En su propio auto me condujo hasta el Comando,
me apersoné ante la guardia, hablé con un oficial, que me reconoció y me preguntó
para cuándo querza la entrevista, “inmediatamente tiene que ser” le dije yo.
Lamentablemente, el Comandante estaba ocupado; finalmente cuando me atendió le
señalé: 'General, desdichadamente se nos ha hecho tarde. Yo hubiera deseado tener
esta conversación con usted un poco mas temprano; pero dentro de quince minutos,
si usted quiere comprobar la connivencia de algunos oficiales del Ejército, con
algunos tupamaros, no tiene más que presentarse a las diez de la noche en el
Batallón Florida, donde los va a encontrar a todos reunidos.
Yo tengo un altísimo concepto del General Martínez, era realmente un hombre
de bien, un hombre de honor y un militar apegado a la defensa de las instituciones,
pero también tengo la seguridad de que en aquel momento él ya no controlaba las
fuerzas teóricamente bajo su mando.
Sobre la realización de esta reunión también me informó el Capitán de Navlo
Piñeyrúa, aunque en forma más genérica, porque en aquel momento, yo tenía algo
concretísimo con lugar, hora y

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nombres.
El General Martínez me dijo que tomaría cartas en el asunto inmediatamente. No
lo encontré muy dispuesto a constituirse personalmente en el Batallón Florida, desde
cierto punto de vista era una actitud prudente, porque para preservar la autoridad
que pudiera tener aún, parecía claro que tenia que evitar un desacato, una
desobediencia directa. Se dirigió al teléfono y habló en voz muy baja, yo no abusé
del oído, cuando volvió hacia mi me dijo: 'Acabo de hablar con el Coronel Trabal
quien va a ocuparse inmediatamente del asunto'. Yo salí a eso de las diez y diez del
Comando, confieso que con pocas ilusiones de que de allí, saliera algo. Lo
comuniqué a militares amigos en quienes tenia plena conlll11lza, también lo hice
con políticos amigos de todos los sectores democráticos de la vida nacional y pocos
días después volví a visitar al Comandante. El General Martínez me recibió con una
gran deferencia: 'Me ocupé de su asunto, se ocupó el Coronel Trabal. No tenía la
importancia que usted le atribuía, aunque se adoptaron medidas disciplinarias
contra algunos oficiales. Algunos de los nombres que usted me había dado no
coincidían en forma parcial o total' con lo cual me pareció que se refería a errores
en la forma de escribir los nombres.
Los amigos nos consultábamos, prácticamente, varias veces al día, por encima
de partidos políticos, intercambiábamos información, ideas y muchas veces,
ajustábamos las conductas que íbamos a asumir. Todos estuvimos de acuerdo,
entonces, que teníamos que evitar dar sensación de provocación o desafío y que era
preferible manejar algunas cosas en sesiones secretas. No sé si hacíamos bien o mal,
pero lo cierto es que en aquel momento vivíamos una gran incertidumbre. Nuestra
mayor preocupación radicaba en no difundir cosas que pudieran recibir desmentidos
drásticos; además, lo único que temamos sobre la autenticidad de la carta de
Amodio, era la palabra de Fasano, sabíamos perfectamente que la información era
exacta, pero en un debate público, eso no hubiera sido suficiente.
Por eso, cuando surge el episodio del desafuero de Erro se llegó a discutir si se
accedía o no a la exigencia de las Fuerzas Armadas de no realizar la entrevista con
Amodio Pérez en el Parlamento, sino en una unidad militar. Discutimos mucho, pero
yo hablé con el Senador Ortiz y le planteé la necesidad de obtener de cualquier
forma un documento que emanara de puño y letra de Amodio. Ortiz era el hombre
indicado para hacerlo, porque tiene un carácter muy firme.

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La consecuencia curiosa fue que pasamos una situación difícil frente a otros
legisladores, porque no pudiendo decir cuál era el objeto de nuestra insistencia de
aceptar que la entrevista fuera en una unidad militar, aparecíamos como cediendo
en algo que el Parlamento no podía aceptar. De ninguna manera el Parlamento
podía admitir la exigencia de los militares. Michelini estaba sumamente enojado,
pero terminó yendo porque yo le conté de qué se trataba. Con el afán de salvar la
operación, tuve que romper -sólo en parte- el más riguroso y estricto silencio de lo
que me proponía. Yo tenía la desesperación de obtener la pruebita.
¿Por qué razón molestaba que el escribano Ortiz saliera con un papel que decía
'Estamos en una unidad militar'?. Eso significaba una confesión muy nitida. El
Ministro Ravenna estaba con los legisladores y en un momento determinado dice:
'Pero esto es una barbaridad' y otro le señala: 'Entonces andá y decile', a lo que
Ravenna contesta: 'Es que a mi tampoco me dejan salir'. Trabal salía y entraba
rumbo a la habitación de aliado donde manifestaba que iba a hablar con los tres
Comandantes en Jefe...
Por inverosimil que resultara el eventual libro de Amodio, hubiera bastado que
apareciera. Por más disparatadas que fueran las acusaciones, en estas cosas salir a
desmentir no sirve. Bastaba la afirmación, en el clima que entonces se vivía, aquella
gente lo que precisaba no eran razones, sino meros pretextos; aquello hubiera sido
grave y todo este episodio destruyó una maniobra que estaba prácticamente
terminada.
El libro de Amodio no apareció, con ello no evitamos la destrucción de las
instituciones, sólo se logró frenarla, muy poco tiempo. Mirando hacia atrás me
conforma, por lo menos, el haber evitado que ingresaran un montón de dólares en la
cuenta de alguno...
Los militares en cuestión eran cinco o seis capitanes del Florida, pero quien
tenga la más mínima referencia de cómo funciona la institución militar, tiene que
llegar a la conclusión de que, es prácticamente imposible que en su seno hayan
operaciones individuales. La cadena de mandos es tan rígida; la vida de un inilitar
en actividad, que presta servicios en una unidad determinada, está tan regida por
ordenanzas, reglamentos, horarios estrictos, guardias, etc; que no creo que nadie
que cúnozca esto, pueda creer que uno cosa así no integre algo más vasto. Esto
funciona en una organización jerarquizada y se dispone jerárquicamente. No creo
que necesariamente

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tenga que comprometer a la totalidad de la institución militar, pero sí a un sector
muy importante, a todo un pedazo de ella que responda a un mando.
No me atrevo a dar nombres, pero creo que esto era importante. Estas cosas no
funcionan así, en base a actitudes individuales en que cuatro capitanes resuelven
hacer algo y... todos sabemos que era en conocimiento del Comandante de la
Unidad. No hay unidades aisladas, de manera que ésta era una operación mucho
más vasta. "

SEREGNI: "QUIZÁS, TODO FUE UNA CORTINA DE HUMO"


El General Líber Seregni -que curiosamente también andaba de mudanza
reciente, al igual que Wilson y Fasano, aunque en este caso la distancia fue de un
piso al otro del mismo edificio, casi en la esquina de los dos bulevares- nos recibió a
la hora del aperitivo de un lluvioso domingo. Al tiempo que Lilí habría para la
ocasión una botella de grappa, el entrevistado comenzaba a recorrer -grabador
mediante- y paso a paso, los años que, primero como militar y luego como político,
lo tuvieron presente como uno de esos protagonistas a los cuales la historia más
contemporánea debe recurrir con precisa asiduidad. A quien -sin lugar a dudas- se le
presentaron más de una oportunidad no buscada, para ser una suerte de Velazco
Alvarado a la uruguaya; pero que desechó debido a su respeto y fidelidad a las
instituciones. A tal punto las cosas fueron así que en medio del peligro cierto de que
no se efectivizara un normal cambio de gobierno su decidida acción lo llevó a
suspender una reunión y sacar del brazo al balcón presidencial al electo Presidente
que dudaba en hacerlo. Años después ante una coyuntura similar y reiterados y
calificados pedidos de que "se hiciera cargo de la situación", fue el primero en
saludar no al hombre en sí, sino al "Presidente" a quien le correspondía esa
responsabilidad.
Este General que no sólo no aceptó tan tentadoras propuestas, sino que por el
contrario le salió al cruce a más de una intentona de esta práctica entre sus pares; sin
falsa modestia ni demagogia alguna, es consciente del papel que le asignara el
destino: "Tengo setenta años -nos dijo- no tengo iracundeses de niña quinceañera

255
y tengo plena conciencia del papel que jugué en determinado momento, como del
que estoy jugando ahora, pero la historia no la hacen hombres solos':
De las casi cuatro horas de conversación subrayamos los conceptos esenciales
que sobre este tema: Amodio, su libro y la conjura golpista, vertiera este
testimoniante.
"Yo no sé hasta qué punto todo esto no fue o una visión equivocada o una
cortina de humo o un invento. Los personajes de la órbita militar involucrados en
esos hechos son gente que está muy separada de mí en el tiempo. Sin embargo, en
aquel momento, por distintos medios, intentamos averiguar a propósito de estos
Capitanes con nuestra gente del Ejército. Se intentó contrastar la información que
nos venía de afuera sin mayores resultados. Fasano -por sobre todas las cosas-
actuó en todos estos hechos como periodista. El estuvo conversando con el Frente y
también conmigo, pero... acá no era cuestión de tirar la bala, sino saber, intentar
saber qué era lo que había de real. Efectivamente. Fasano me acercó aquel
manuscrito, sin posibilidades en aquel momento ni de verlo en profundidad, ni de
sacar conclusiones. Lo vi, pero no lo tuve el tiempo suficiente como para poder
extraer cosas muy claras. "
Más allá del tema específico que requería una ineludible información por parte
de protagonistas directos en este episodio, tanto Fasano como Wilson opinaron al
respecto de la peculiar interna vivida en las Fuerzas Armadas durante 1972, ¿qué
mejor complemento a tales opiniones que la de un General? "Frente a los célebres
comunicados cuatro y siete y en las relaciones que mantenían dirigentes políticos y
también la dirigencia, los hombres del MLN, había un desconocimiento de lo que
eran las Fuerzas Armadas. Se pretendía incluso dar línea. Muchas veces escuché a
gente que decía que había hablado con oficiales de información. Frente a esto yo
afirmaba que en este país somos todos iguales. En todas las profesiones y en todos
los campos sociales hay bobos, medios bobos y vivos. Y claro está, las Fuerzas
Armadas eran también una representación de la sociedad uruguaya con todas sus
virtudes y todos sus defectos. "
Poco rato después, antes de devolver a Seregni a la compleja realidad de este
1986, disponiéndose a cerrar la puerta del ascensor, nos dijo: "Hay un viejo dicho
que creo debe ser versito de al-

256
manaque, lo decía mi madre que lo conoció de mi abuela 'soñaba el ciego que veía,
soñaba lo que quería'; ésto le pasó -incluso- a aquéllos que creían ver con lentes de
aumento a las Fuerzas Armadas”

3 LOS DOCUMENTOS INEDITOS

En las siguientes páginas damos cuenta en forma íntegra de la misiva escrita,


dentro del Batallón Florida, por Amodio Pérez, dirigida a Federico Fasano,
develando los entretelones y fines perseguidos por Amodio con sus escritos.
El mismo original fue el que el Senador Ortiz cotejara, dentro del IMES con sus
colegas y el propio Amodio, con la frase que especialmente le hiciera escribir en ese
momento.
En segundo lugar se incluye, también en forma textual e íntegra, el acta realizada
cuarenta y ocho horas después de la reunión mantenida entre Amodio Pérez y
Federico Fasano, entre este último y el Senador Wilson Ferreira Aldunate con la
presencia, además, del entonces secretario político del legislador, el Dr. Juan Carlos
Paysée -el mismo que fuera el último Intendente de la dictadura-, en el domicilio de
la madre del mencionado líder nacionalista.

I
LA ESQUELA MANUSCRITA QUE
AMODIO ENVIO A F ASANO
"Petiso: La forma periodística se la das vos, no hay problema por eso.
Lo que te pido que tengas en cuenta, es que hay una real oposición de dos líneas de
trabajo: en una estaba Sendic y en la otra, estaba yo (ni Sendic ni yo estábamos
solos, obviamente) pero la responsabilidad del trabajo la asumo yo, y nadie más.
Te digo esto porque de ninguna forma estoy dispuesto a que lo que yo haga, diga o
piense sirva para contener una falsa imagen. Otra cosa: como leerás en el
"prefacio", esto no quiso ser un análisis político; eso queda para el próximo que
estoy pensando y para el

257
que espero también tu colaboración.
Sobre las acciones, no puse nada porque alarga mucho el escrito y no tengo
facilidades para escribir. Lo que puedo hacer, es sobre el cuento de "Actas
Tupamaras" cambiar los seudónimas por las nombres verdaderos, pero no creo que
sirva y el riesgo es mucho.
Como va can mi fuma, no tengo más remedio que sacar lo de la negaciación entre
MLN - FF AA porque sino me cortan la cabeza.
Te reitero pedido de reserva absoluta, con todos, pero en especial can Pierri, que
fue detenido y puesto en libertad, pera trabaja can afzciales FFAA en investigación
delitos socio.:económicos.
E/libro sobre análisis lo tendré pronto para Enero., más o menas. Acordate:
suavizalo, pero que no pierda el sentido.
Chau."

II
ACTA: CONVERSACION FASANO - AMODIO
EN BATALLON FLORIDA
El miércoles 4 de octubre, en la calle Canstituyente 1436, 8° piso, apartamento
801, nos reunimos el Dr. Juan Carlas Paysée, el Sr. Federico Fasano Martens y el
suscrita, Wilson Ferreira Aldunate. El Sr. Fasana puso en nuestra canacimiento la
siguiente:
Nos dijo. que el pasado lunes, a las 10 de la noche, según nos había comunicado
previamente esa misma tarde alrededar de las 19 horas, se dirigió a la calle
Regimiento No. 9 1680 donde se había citado para tener el anunciado contacto con
el tupamaro Amodio Pérez. Dejó a las 10 de la noche en el referido domicilio su
coche en el jardín, y esperó hablando con los dos intermediarios cuyos nombres no
nos dio, hasta aproximadamente la hora 1 y 20 de la mañana. A esa hora llegó un
taxímetro y el de mayor edad de los dos intermediarios expresó, refiriéndose a la
persona que bajó del taxi: "Esta es la persona". El recién llegado, según expresó
Fasano, era alga más alto que él, no mucho, de nariz aguileña, y lo invitó a ascender
al taxímetro con él, solicitándole al conductor se dirigiera al cementerio.
No se le colocaran gafas ni se adoptó ninguna medida de seguridad. Durante el
trayecto, Fasano iba ubicada en la parte de atrás

258
al lado de este individuo. El taxímetro lucía adentro de una pequeña chapa amarilla
que indicaba su número 40093. Fasano nos expresó que a efectos de situar si luego
había que hacer una indagación del viaje, trató de trabar conversación con el
taxista, y recuerda que el taxímetro tenía al alcance del conductor uno de estos
aparatos para colocar las monedas. Llegaron al cementerio lnglés. Allí
descendieron del vehículo y caminaron hacia la Rambla. El acompañante le dijo:
"Yo a usted lo conozco hace diez años. Yo soy Luis Eduardo González. Si alguien le
pregunta algo, exprese mi nombre, y que andamos en un asunto buscando unas
chiquilinas”: Llegaron así al Cuartel Florida. De los custodias, 170 dos de ellos se
cuadraron ante el acompañante, y pudieron entrar al recinto sin ser detenidos ni
revisados absolutamente por nadie.
Atravesaron un corredor en cuya tercera puerta, quizá, da, se le pidió que pasara y
esperara. Se trataba de un pequeño, en cuyo extremo al fondo al lado del
escritorio, se encontraba un cuadro con fotografías de personas de uniforme
inscripción: "Batallón Florida, Destacamento Especial' de arriba correspondía al
Capitán Luis Eduardo González.
Creo, ahora no habla Fasano sino yo, creo que el nombre Luis Eduardo
González estaba indicado en paquteres debajo de la fotografía; que lucía en lo alto
de esta pirámides de retratos. Pero podría equivocarme en este pequeño detalle.
Y continúo. Agregó Fasano que el escritorio estaba lleno de papeles y durante el
lapso que esperó tuvo oportunidad de mirar por el rabo del ojo algunos de ellos y
le pareció que se trataba de interrogatorios sobre temas referidos a
irregularidades o de carácter económico. Volvió al cabo de alrededor de 10 a 12
minutos el llamado Capitán Luis Eduardo González. Vestía, ya uniforme de fajina
y estaba acompañado por otros dos oficiales de igual modo. Se produjo
inicialmente un silencio, al cab el capitán González, así lo seguiremos llamando,
presentó acompañantes, el primero se llamaba, quizá, Fasano diceno recordar con
precisión, pero está casi seguro, quizá Capitán Hackembruck. Se trataba según él
de un hombre rubio y muy nervioso, y otro capitán cuyo nombre no recuerda con
precisión, muy morocho, muy fácilmente identificables, de rasgos muy definidos, y
por consultas que ha tenido oportunidad de formular posteriormente, se le habría
indicado indicado la posibilidad que el nombre fuera Capitán Ca-

259
macho, pero él no tiene la seguridad de recordarlo directamente.
Afirma que podría ser, pero no lo asegura. Se le preguntó: "¿A qué viene?"
Contestó: "A ver a Amodio. Necesito tener una larga conversación con él". Le
contestaron: "Sí, pero ¿qué uso va a hacer de los datos y de la información que
obtenga. Qué actitud va a adoptar. Qué le va a preguntar concretamente a Amodio
Pérez?"
Habría contestado Fasano: "Bueno, vengo a hablar del libro. Tengo serias
dudas que necesito aclarar sobre los fines que se persiguen con su publicación". Y se
extendió en algunas consideraciones a este respecto, terminando con la afirmación
que no sabía qué iba a hacer en definitiva, que necesitaba obtener toda esa
información para adoptar una actitud definitiva.
Se le contestó entonces: "Espere un segundo" y se retiraron los tres
interlocutores. A los 10 minutos aproximadamente, volvió el Capitán González,
quién le dijo simplemente "Sígame”: Lo hizo atravesar un patio o jardín, ascender
unas escaleras, recorrer un pasillo, y en éste, casi enseguida, segunda o tercera
puerta, pero enseguida, se le introdujo en un cuarto amplio provisto de dos placares,
una mesa de luz y dos camas que entraban con cierta holgura, que entraban bien en
el recinto. En una de ellas estaba sentado Amodio Pérez y enfrentándolo, en la otra,
los dos capitanes que le habían presentado previamente.
Luego de los saludos de práctica, el capitán rubio, que individualizaremos como
Hackembruck, le dijo: "Bueno, camarada, lo trajimos a ver al camarada. Usted sabe
que aquí todos nos consideramos, por eso uso la palabra, como camaradas, con
estos muchachos tenemos cierta simpatía. Los hemos combatido pero comprendemos
muchos de los móviles que los inspiraron, y queremos ver qué va a hacer usted, qué
va a hablar, etc."
Fasano contestó: "Le confieso que hubiera preferido no verles las caras, no
tener el compromiso de poderlos individualizar después".
Le contestaron: "No se preocupe. Nosotros no nos preocupamos. No tenemos
absolutamente nada que ocultar. Nos estamos jugando la vida por la Patria de modo
que eso no es problema. Lo dejamos, después hablará con nosotros". Y se retiraron
dejándolo solo con Amodio Pérez.
Este cerró la puerta personalmente, y le dijo de inmediato a Fasano: "Pero ¿qué
hiciste?, qué bárbaro ': "¿Les dijiste lo del li-

260
bro?” Fasano contestó: "Bueno, ¿qué otra cosa iba a hacer?"
Amodio dijo: "Ellos no saben que saqué los originales para afuera ni quién eres
tú. Yo les dije que eras un periodista extranjero que venía a visitarme para hacerme
un reportaje y además, para hablar sobre la eventualidad de publicar el libro. Por
este reportaje me darían cincuenta mil dólares que se distribuirían entre Amodio, y
los militares." "Acá, -agregó Amodio- nada se arregla sin plata. Tuve que pagar
mucho para poder sacar el libro y tuve que pagar mucho para poderme entrevistar
contigo. Pero no te preocupes demasiado por el asunto del libro, porque ya está
arreglado. Lo arreglé en este rato que estuve con los dos, antes que te trajeran.
Ahora voy a tener que hacerles participar también en la operación del millón de
dólares, y no solamente en la de la entrevista”
Iniciaron entonces la conversación sobre el tema para el cual había solicitado la
entrevista. Primero abordaron el problema militar. Amodio expresó que el golpe se
produciría necesariamente y a breve plazo; que la fecha estaría determinada por la
aparición del libro que operaría conjuntamente con otros factores como un
detonante, y que por eso mismo reiteraba que el libro tendría que aparecer
indefectiblemente antes de las fechas de fin de año. Agregó Amodio: "El Ejército no
tiene nada. Carece de un servicio de información adecuado. Carece de coherencia
militar y política. Son fácilmente utilizables. No saben lo que quieren. Nos
derrotaron pura y exclusivamente por la biaba". Este es el término que, según
Fasano, utilizó inicialmente Amodio, después habló de torturas.
"Y en esta materia la cosa es muy sencilla. Se utiliza una sola forma de tortura.
Aquí arriba está el tanque con agua, y por él pasamos todos. Se le sumerge a cada
uno la cabeza durante treinta o cuarenta segundos. Luego se le saca durante dos
segundos para respirar, y ello quince o veinte veces consecutivas. Es absolutamente
imposible que aguante nadie. Desde luego, hubo gente que se les murió; otros
quedaron con secuelas. Pero esto no es lo general. El golpe está pensado en dos
direcciones, según líneas impartidas por el Goyo Alvarez. La primera sería la
operación de lucha contra la sedición. En segundo lugar vendría la lucha contra la
corrupción. Después que te sacan todo lo que sabés, son amigos tuyos. Ustedes
tienen que desaparecer, no son ustedes los que van a librar el combate contra la
corrupción. Y nosotros, desde luego, no podemos hacer otra cosa. Acomodamos el
cuerpo y los apoyamos. Yo estoy

261
de acuerdo. Aquí el Batallón Florida es el centro de la lucha contra los ilícitos
económicos. Con otros dos son cinco Capitanes que manejan la cosa. Y nosotros los
ayudamos todo lo que podemos. Son dos pinzas que se están cerrando sobre el
Gobierno. Por un lado el pedido de desafueros". Aquí, según Fasano, Amodio
mencionó los nombres ya conocidos que figuran en todos los rumores que se han
hecho circular, con algún agregado. Gutiérrez Ruiz, Michelini, Erro, Fleitas,
Ferreira Aldunate, Montaner, aunque en el caso de éste habría alguna característica
disímil.
"Y luego, paralelamente, el ataque a los políticos y a los policías corruptos. El
conjunto de ambas operaciones hará estallar a todos. En materia de ilícitos
económicos, están trabajando full-time. Y los estamos apoyando muchos tupas. No
es ésta la línea oficial. No es compartida por Sendic, por Marenales; pero ahí está
Pierri trabajando intensamente. Hoy, por ejemplo, detuvieron a cincuenta.
Fundamentalmente," referidos a problemas de seguros. Comentaban alborotados los
éxitos que van teniendo. Es impresionante la información que han obtenido para
liquidar a Jorge Batlle; a Barbot, que arrastra a Etchegoyen; al Comisario
Scocotsa; y han dilucidado totalmente aquel lío del hundimiento del Tacuarí”. En
todo esto hay apuro, porque Bordaberry les pidió un nuevo plazo. Les dijo, la última
vez, que la tensión social, los pedidos de aumentos, no podían sumarse a las otras
operaciones de lucha contra la corrupción, porque la situación se le volvería
insostenible. Los militares le acordaron un último plazo, pero de cualquier modo se
han fijado a sí mismos como tope las fiestas de fin de año para el lanzamiento de
todo esto. Estas cosas van a provocar el golpe; lo van a volver inevitable. Si el
Parlamento o Bordaberry dicen que no a los desafueros, o dicen que no a la cárcel
para los corruptos, el Ejército sale a la calle, casi sin necesidad de que se lo
ordenen. Y si el Parlamento o Bordaberry dicen que sí, igual caen al mes siguiente,
con más razón. Yo te aclaro que apoyo todo esto pero no estoy organizando ni
ayudando a organizar nada. El libro no es lo que hace detonar esto por sí solo; lo
confirma, lo acompaña, lo ayuda en gran medida. Los que mandan son de Capitanes
para abajo. ..
Aquí preguntó Fasano: "¿Y si viene un Coronel y un General?"
"Bueno, alguno estará en la cosa. Pero además, no les dan pelota. Esta gente tiene
un gran entusiasmo y es admirable. Pierri viene de mañana, toma su máquina de
escribir y trabaja como si ésta fuera su

262
oficinal. Y lo mismo hace otra gente. Y también hay peces gordos que están en la
cosa. Por ejemplo Christi".
Fasano preguntó: "¿Pero cómo, Christi es el típico representante de la línea
gorila?"
Contestó Amodio: "No tan así. Christi no es como lo pensás': Preguntó Fasano:
"¿Y Zubía?"
Dijo Amodio: "Y... acá hemos cambiado de opinión sobre mucha gente. Hay
muchos que son sensacionales. Como Legnani. Qué equivocados estábamos cuando
le decíamos "el Carnicero de la Metro ". Ahora está él, y el que era entonces su
segundo en la Metro, dirigiendo en gran medida esta operación de saneamiento. "
"No me dio -continúa Fasano-, más nombres. Ni quise indagar mucho sobre
ello".
Preguntó luego Fasano sobre el Partido Comunista. Le dijo a Amodio: "Pero a
los comunistas los escrachás con el libro. Los destruís completamente':
A lo que contestó Amodio: "Eso no es ninguna novedad. Lo que en el libro se
dice de los bolches ya salió en un comunicado de las Fuerzas Conjuntas hace ya
mucho tiempo. Allí se decía lo de los enterraderos y lo de la guerrilla de Bolivia.
Parece que comunicaron que habían encontrado un documento que decía todo esto.
Y eso salió en los diarios. Y por lo tanto, si ya salió, no soy quien les va a sacar las
castañas del fuego a los camaradas. "
Preguntó entonces Fasano: "¿Y Ferreira Aldunate, y Gutiérrez Ruiz, y toda esa
otra parte de la operación destinada a destruirlos?" Contestó Amodio: "Esa es la
línea oficial del Movimiento de Liberación Nacional. Cuantos más sectores
involucrados haya, más sectores antigolpistas habrá. No es mi línea, pero ésa es la
oficial del Movimiento. Aquí yo no agrego nada. Ya vas a ver más adelante. "
Dijo entonces Fasano: "¿Y el Frente? ¿Y las organizaciones populares que
también resultarán destruídas o profundamente dañadas?"
Contestó Amodio: "Yo no agrego nada nuevo. Un día de estos te dicen todas
estas cosas por cadena de televisión. Ni siquiera importa que yo esté o no de
acuerdo. No los salva nadie. Y aparte, es una operación económica brillante, que me
permite crear un Movimiento de Liberación Nacional nuevo, sin la nefasta dirección
de Sendic, y ahora descubrimos que puede también ser integrado por militares
dentro de los cuales hay auténticos revolucionarios, con un pro-

263
fundo sentido nacionalista. Y vos sabés, sin dinero no se hace absolutamente nada.”
Aquí Amodio inició nuevamente una exposición sobre la inexactitud de las
acusaciones de traición que se le han dirigido.
"Wassem me metió en esto. A los de la Cárcel del Pueblo los convencimos yo y
Wassem también. Yo fui coherente con mi línea. Ya estaba todo liquidado. Todo esto
es una infamia de Marenales. Quiero llegar con el libro a 200 militantes que ahora
no saben. Al fin de cuentas no se debió a mi delación que se descubrió nada; por mi
culpa no cayó ningún militante, y salvé vidas humanas. No hubiera tenido sentido
que murieran todos como estaba ordenado, cuando la organización estaba
deshecha.”
Fasano le dijo: "Pero no parece ni aún así el método más adecuado. A lo sumo,
hacer entonces a mimeógrafo 200 ejemplares para esos que andan sueltos. Pero
publicar un libro con ese tiraje que al fin de Cuentas va a convencer a todos que
verdaderamente Amodio es un traidor, no lo entiendo. Temo que esto sirva a otros
intereses. A lo sumo te rehabilitarías ante un sector del Movimiento de Liberación
Nacional, que está con el golpe. "
A lo que Amodio habría contestado reiterando su argumento anterior,
repitiendo: "Salvé vidas y no denuncié ningún militante".
A esta altura Fasano le dijo: "Tengo que pensar en todo esto. Teóricamente, se
me abren tres caminos posibles. Uno, convencerme de tus argumentos y seguir
adelante. Aún así, no tocaría un sólo peso de los que diera la operación. A lo sumo,
para mí, se trataría de una operación política, no comercial. El segundo camino,
sería abrirme; no te denuncio, pero alegrate. Y el tercer camino, sería si verifico que
aquí hay una línea que favorece a los sectores más reaccionarios, trataría de
jugarme y hacer valer todo esto para detener la conjura. Si fuera así, no me dejes
salir del cuartel. Fijate que incluso sé nombres. Yo no entiendo. "
Amodio le contestó: "No te preocupes. Aquí todo se está haciendo a cara
descubierta. No hay un complot reaccionario sino todo lo contrario. Más te digo,
incluso si te abrís, te confieso que yo no puedo publicar el libro. Sin vos no sale. Yo
primero pensé no usarte, y venderlo a la Editorial Abril, con la cual envié una
persona a entrevistarse. Habló con un capo, que aceptó pagar por el manuscrito
120.000 dólares, para la publicación solamente en la Argentina. "

264
Aquí, Fasano abre un paréntesis y dice que atando cabos se le ocurre que este
capo de Editorial Abril debe ser Civita.
"Y -continúa Amodio- luego el representante de la Editorial Abril habría hecho
saber al enviado de Amodio, que esta Editorial tiene un acuerdo con Lanusse sobre
el papel, y que si publicaba el libro, peligraba la subsistencia de este convenio, con
un enorme daño de carácter económico. "
Dice Fasano que es de aquí que él deduce que Civita no debe haber leído el
documento, porque si lo hubiera hecho, habría comprendido que su publicación, a
quien más favorecería sen'a precisamente a Lanusse mismo.
Y sigue Amodio: "Fracasado eso, pensé: Esta es gente progresista, entonces yo
tengo que sacar el libro, sin mezclar a esta gente. Y entonces te elegí a vos. Te elegí
a vos porque sos competente, porque tenés los contactos del caso, porque sé que la
plata que puedas sacar de esto la vas a destinar a alguna actividad que ayude a los
sectores progresistas, un diario, una Editorial, qué sé yo, esas cosas que vos hacés
siempre. Y después, porque vos me conocés, y no ibas a creer en lo que decían de
mí”
Aquí Fasano abre un paréntesis y dice que es verdad, que él tenía no sólo un
viejo conocimiento, sino también un muy elevado concepto de Amodio, que
compartían los que con él trabajaban en BP Color. Tan es así, que cuando se supo
que Amodio había pasado a la clandestinidad, Fasano y estas otras personas que
con él trabajaban, coincidían todos en que Amodio tenía que representar la línea
más dura dentro del MLN.
Continuó diciendo Amodio: "Si tú no lo haces, lo más probable es que el libro no
salga. Pero denunciamos, aquí no hay traiciones.”
Fasano contestó: "No digo nada, tengo que pensar. Te advierto por las dudas, y
para que lo avises a esta gente de aquí, que he tomado providencias para evitar me
pueda pasar nada. En un determinado lugar, hay depositado un sobre, que se abrirá
si a mí me pasa algo o no aparezco y que desbaratará toda la maniobra. "Amodio
contestó: "Por lo que me decís, lo más probable, ya veo, es que te abras. "
Fasano dijo: "Puede ser, pero todavía no sé". Y nos dijo Fasano que cree haber
dejado a Amodio con la sensación que la duda de Fasano estaba simplemente en
elegir uno de dos caminos: o abrir-

265
se simplemente sin ventilar el episodio, o seguir adelante, publicando el libro, cosa
que no apareció como descartada.
Luego dijo Amodio: "Vos hablás de traición. Traición es esto". Se puso de pie,
abrió el armario y extrajo de él un legajo más o menos, quizá más que menos de 200
páginas fotocopiodas. Le dijo a Fasano que le había costado 180.000 pesos lograr
fotocopiar esos documentos. Se trataba de las declaraciones de Píriz Budez. Se las
entregó y le dijo: "Fijate en eso. ¿Puede un hombre decir esto solamente por la
tortura? Por la tortura se confiesa una actitud, se vende un nombre, se indica un
lugar, pero esto ya es venderlo todo. "
Y entonces, efectivamente dice Fasano, las declaraciones de Píriz Budez que allí
pudo ojear, hacían referencias muy precisas. Decían no estuve en tal lugar, pero
pregúntenle a Fulano y a Zultano que viven en tallado y que esos sí de ese episodio
tienen amplia información. "Esto sí es una traición", dijo Amodio. El legajo, según
Fasano, estaba dividido en varias partes. Por un lado todas las declaraciones
referentes a los legales, con la historia uno por uno; lo conocí en tal lugar,
integraba tal columna, participó en tales o cuales operaciones, y las mismas
informaciones para los clandestinos, ya estuvieran en libertad o detenidos.
"Le pregunté -sigue Fasano- a Amodio, ¿es con éste material que hiciste los
anexos del libro?"
Y contestó Amodio: "Bueno, estos son los anexos del libro”: Fasano: "¿Puedo
leer?". Amodio: "Sí, si querés agarrá la máquina de escribir y copió lo que quieras.
" Fasano: "Prefiero leer".
Y continúa diciéndonos Fasano: A pesar de lo que decía a esa altura me di
cuenta que no tenía ya mucho interés en que yo leyera con detalle. Me dijo: 'Van a
ser la siete de la mañana. Parece inconveniente que te sigas quedando mucho más.
Pero un ratito todavía se puede. Y entonces Fasano dice que leyó muy rápidamente y
que los documentos estaban mal fotocopiados, con páginas muy borrosas. Pudo
encontrar cosas sorprendentes. Recuerda entre lo más importante, por ejemplo,
afirmaciones según las cuales "Los Olimareños" estarían integrados en tal columna,
participando incluso en operativos. Referencias al Pastor Castro. Parece que no se
trata del más conocido de los del mismo nombre. Señalado como integrando tal
columna, pero paralelamente denunciado como presunto informante de la Policía.
Hay referencias a una sobrina del General Baliñas, que le hace preguntas a éste
sobre el Movimiento de Libera-

266
ción Nacional, grabando sus contestaciones sin que éste lo advierta, y enviando
luego la grabación al ejecutivo de la organización. Referencias al Isal, por lo menos
yo recuerdo que la sigla suena asi parece referirse a un determinado instituto que
aúna a católicos ya protestantes, o 'algo así. En las referencias al Isal, Píriz Budez
menciona reuniones conjuntas permanentes de curas y de pastores con el ejecutivo
del Movimiento de Liberación Nacional en pleno y, repito, reiteradas veces.
Luego hay indicaciones acerca de cuatro entrevistas de Marenales con el
Senador Ferreira Aldunate. Cuando llegó a esta parte, preguntó Fasano: "¿Y esto?"
Amodio contestó: "Eso es verdad. Es el único al que le mandamos un
clandestino. A todos los otros políticos los mandábamos entrevistar con legales. "
Aclaró lo de Alicia Rey que decía el libro. Dijo Amodio: "Tengo dudas que
Alicia Rey se haya entrevistado personalmente con Ferreira Aldunate. Puede haber
sido con algún otro que él mandó.”
Luego Píriz Budez hace referencia a varias entrevistas de Michelini con
Rosencof, así como a otras, también repetidas de Seregni con Rosencof y con
Marrero.
Benedetti, dice, según Fasano, Píriz Budez se integró a la organización el día
que se fundó el 26 de Marzo y se designaron autoridades. Martínez Platero se
entrevistó con Benedetti, con Mingo Carlevaro y con Daniel Vidart en varias
oportunidades, y proporciona abundantes detalles. Aparecen Rosencof y Martínez
Platero como acusados en el Movimiento de Liberación Nacional como
frenteamplistas e incluso vigilados por esta circunstancia. Amodio dice, comentando
este párrafo, que Martínez Platero y dos legales pichones constituyen actualmente el
ejecutivo de la organización. Que a Martínez Platero, incluso, lo dejan salir a
efectos de mantener un aparato tupamaro que es, hoy, absolutamente inofensivo.
Que lo de Radio Ariel no fue organizado por el Movimento de Liberación Nacional
sino por unos locos sueltos.
Continuando con las declaraciones fotocopiadas de Píriz Budez se hace
referencia a que el párroco del Cerro integraría tal determinada columna, que
Daniel Viglietti integraría otra columna. Se afirma que incluso participó en algún
operativo y que luego se lo impidió, señalando la locura de incluir en estos a una
persona tan conocida. En cuanto a las actividades del Diputado Gutiérrez

267
Ruiz, las declaraciones de Píriz Budez confirman lo que dice el libro. Parecería que
hay contactos con Rosencof y el dinero que se entregó para el Debate, según Píriz
Budez, lo entregó Mansilla con la aprobación del Sr. Alberto Héber y la oposición
de su hermano Mario.
Arizmendi y Jaime Pérez, según Píriz Budez, habrian sido vistos por Engler
varias veces. También se da una versión similar a la que aparece en el libro sobre la
intervención de Fleitas y el General Francese en las negociaciones con los
tupamaros cuando dirigían la organización desde el penal. Se reiteran las mismas
informaciones del libro sobre los contactos del Coronel Casteloo, Engler, Jaime
Pérez; el Arq. Reverdito aparece señalado por Piriz BudeZ como integrando una
columna, y aparecen en estos documentos, según Fasano, miles de seudónimos
especÚllmente militares. Coronel Tal, Coronel Cual, Capitán Fulano y Mengano. Y
se reiteran informaciones sobre la vida de todas las jIgUras conocidas de la
organización.
Después de terminada esta lectura, Fasano le preguntó a Amodio: "¿Vas a
publicar todo?"
Amodio contestó: "Algunas cosas si, otras no.”
"Te voy a contestar rápidamente dijo Fasano- pero sigo viendo muy oscuro en
varios puntos. ¿No estarás siendo utilizado?"
Amodio volvió a insistir en su posición y. a las 7 y 30, cuando la conversación
había finalizado por sí misma, aquí tuvo un poco Fasano la sensación que todo
estaba orquestado, porque fue un poco sorprendente la simultaneidad: golpean la
puerta, aparece el Capitán Luis Eduardo González solo, Amodio le dice "Ya
terminamos" y entonces, el Capitán acompaña a Fasano hasta la puerta, allí lo
despide, y comienza a caminar; hace viento y frío, toma por la Rambla, 26 de Marzo,
Rivera, allí logra tomar un taxi y se dirige a la calle Regimiento 9, donde había
dejado su automóvil. Su hermano y su cuñado habían pasado por la calle
Regimiento 9 horas antes, y habían visto el coche allí detenido, estaba en el lugar
donde lo había dejado, toca timbre, y expresa a la persona que le abre que es uno de
los contactos, que todo va bien y que quedó en contestar.
Antes de despedirse le trasmite a este contacto un mensaje que le envía Amodio,
que fue el siguiente: ''Decile que me manden el original antes de mediodía, porque
quiero discutirlo con los Capitanes”.
Fasano toma su automóvil y se va.

268
Esto es lo que nos comunicó al Dr. Paysée y a mí en la mañana de hoy, miércoles
4 de octubre, a partir de las 11 de la mañana, en el domicilio de mi madre, en la
calle Constituyente N° 1436, 8° Piso, apartamento 801.

UN DELATOR COMO PRINCIPAL TESTIGO


PARA DESAFORAR A UN SENADOR DE LA REPUBLICA
Montevideo, octubre 17 de 1972. Dict. No. 311/72. Señor Juez Militar, de
Instrucción de 3er. Turno. Completadas las indagaciones encaminadas a esclarecer
adecuadamente adecuadamente los comportamientos y consiguientes
responsabilidades del caso, surge especialmente de las declaraciones de Héctor
Amodio Pérez y Alicia Rey Morales, que el señor Enrique Erro se hallaría incurso
"prima facie", en el delito de Encubrimiento de Atentado a la Constitución (Art.197
y 132, No. 6 C.P.O.). Atendida la investidura que ostenta el señor Enrique Erro,
esta Fiscalía Militar dictamina en el sentido de que corresponde promover los
procedimientos constitucionahnente previstos para obtener su desinvestidura y
consiguientemente, su sometimiento a la Justicia Penal Militar a los fines de su
procesamiento por el delito antes señalado.
El Fiscal Militar de ler. Turno, Coronel (Fdo.) Mansur Almitrán.
El Secretario Juzg. Mil. de Instruc. de 3er. Turno, Tte lo. (PAM) William
Cabrera.

TESTIMONIO
"Montevideo, octubre 18 de 1972. VISTO las resu1tancias de las actuaciones
presumariales, instruidas por este Juzgado.
RESULTANDO: Que de las declaraciones de Fs. 1 a Fs. 4 prestadas ante
Autoridad Militar por Héctor Amodio Pérez y Alicia Rey Morales y su posterior
confirmación ante el Juez Sumariante del Batallón de Infantería No. 1 a Fs. 6 vta. a
Fs. 8 y su posterior ratificación ante esta Sede a Fs. 8 vta. a Fs. 10 vta. Así como de
las declaraciones de Fs. 10 vta. a Fs. 24 y de Fs. 32 a Fs. 34 y de los careos fletos
realizados por este Juzgado a Fs. 28 a Fs. 31 vta. surge la vinculación del senador
Enrique Erro a la organización clandestina "Tupamaros" .

"LAS DECLARACIONES...'
TESTIMONIO
"En Montevideo a los veintidós días del mes de junio de mil novecientos setenta
y dos a la hora 8 estando en interrogatorio el Oficial Encargado Te-

269
niente Segundo Armando Méndez, comparece una persona citada la que después de
haber prometido bajo palabra de honor de decir la verdad, el Oficial de referencia
pasa a interrogarla de la siguiente manera.
PREGUNTADO: Por su nombre, patria, edad, estado, profesión y domicilio.
CONTESTO: Héctor Amodio Pérez, oriental, 35 años, casado, fotograbador,
Regimiento 9 1680.
PREGUNTADO: Desde cuándo y con qué alias integra el MLN.
CONTESTO: Desde 1964 y con el alias de Ernesto y Gustavo.
PREGUNTADO: Si le comprenden las' generales de la ley para con el
interrogador.
CONTESTO: Que no.
PREGUNTADO: Si conoce al senador Enrique Erro.
CONTESTO: Sí, efectivamente.
PREGUNTADO: Si lo conoció personalmente.
CONTESTO: Que sí.
PREGUNTADO: En qué oportunidad conoció personalmente al senador Enrique
Erro.
CONTESTO: Fue a fines de 1969. El había estado vinculado en años anteriores a
José Mujica Cordano, quien al encontrado le propuso colaborar con el MLN en
carácter de infonnante, cosa que él aceptó. Fue entonces que el Comando de la
Columna 15 que yo integraba como responsable del Sector Servicios, decidió que el
contacto con el señor Enrique Erro lo realizara Teresa Labrocca alias "Ua", quien lo
mantuvo por espacio de dos o tres meses. Como la información que el señor Enrique
Erro suministraba era más de carácter político, se decidió que fuera para conectarlo a
Alicia Rey Morales, alias "Cannela", quien luego deja de vedo por falta de tiempo.
Estos contactos duraron aproximadamente mes y medio. Es entonces de Imes de
1969 hasta mi detención en junio de 1970 que los contactos los realizo yo
personalmente.
PREGUNTADO: ¿Quiénes eran los integrantes de la Columna 15 en ese
momento?
CONTESTO: Candán Grajales, alias Hugo; Alicia Rey Morales, alias "Carmela"
y yo.
PREGUNTADO: Dónde realizó estos contactos.
CONTESTO: En la casa del señor Enrique Erro.
PREGUNTADO: Si era usted clandestino en esa época.
CONTESTO: sí señor, yo soy clandestino desde diciembre de 1966.
PREGUNTADO: El señor Enrique Erro era integrante de la organización o
colaborador de la misma.
CONTESTO: Yo lo conectaba como colaborador.
PREGUNTADO: Qué tipo de colaboración prestaba el señor Enrique Erro.
CONTESTO: El pasaba infonnación de índole política general, situación de los
partidos tradicionales, pero fundamentalmente con lo que tiene que ver con
acomodos y negociados por industriales y políticos que él conocía.

270
PREGUNTADO: Si recuerda algún caso particular de esa infonnación.
CONTESTO:" sí señor, recuerdo los siguientes: En lo que tiene que ver con la
Industria Frigorífica, la participación directa de Charlone y Peirano Facio en unos
negocios de exportación de Frigoríficas del Cerro; y la participación de Segovia en la
venta en propiedad horizontal del Palacio Díaz, el aumento del boleto del omnibus de
Cutcsa y la extensión del recorrido de la línea 114 hasta Lagomar, cosa que Cutcsa
pagó comprándole ex 44 Radio Panamericana y con un cheque por cinco millones de
pesos, de los cuales su secretario se quedó con uno y después lo denunció al
Presidente Gestido, el que le pidió la renuncia; que el anuncio de la construcción de
un parque en el Campo de Golf tenía como finalidad que los dirigentes de este Club
le proporcionaran una coima para que no adoptara esa medida.
PREGUNTADO: Si los contactos que hacía con el Sr. Enrique Erro fueron
regulares en cuanto a lapso de tiempo que transcurría entre uno y otro y la hora y el
día que se desarrollaban.
CONTESTO: Lo veía una vez a la semana, los días martes, alrededor de las diez
de la mañana.
PREGUNTADO: Si fue objeto de algún tipo de violencia personal durante la
realización del presente interrogatorio.
CONTESTO: No.
PREGUNTADO: Si tiene aJgo más que agregar.
CONTESTO: No.

En este estado el señor Oficial lnterrogador mandó suspender el interrogatorio.

¿DESAFUERO A UN SENADOR O JUICIO A UN TRAIDOR?:


FRAGMENTOS DEL DEBATE EN LA COMISION LEGISLATIVA
Y LA CAMARA DE SENADORES

…por consideración a mis pares afirmo ante esta Comisión, que no he integrado
ni integro el Movimiento de Liberación Tupamaros ni ningún otro similar. No he
participAdo en ninguno de esos movimientos ni he colaborado con ellos. (Senador
Enrique Erro).
-Creo que el testigo más representativo de todos los que figuran en el expediente,
es Amodio Pérez. Hace mucho tiempo que fue detenido. Sus declaraciones luego que
fuera detenido por segunda vez, son de junio de 1972 Y no recuerdo haber leído -
seguramente es una omisión mía- que se le haya procesado. Periódicamente, cada
pocos días vemos en los diarios la serie de procesamiento s de otras figuras de igual
categoría a las de él Y de otras menores. No he leído nada sobre este señor y creo que
en este asunto es el testigo capital, el más importante. (Ortiz).
-Se niega la posibilidad de interrogar a los otros procesados. Me llama la
atención la contradicción que surge entre ambas actitudes.

271
¿Arnodio Pérez está detenido o en carácter de huésped?
-Tratándose de ese detenido creo que no va a alterar' la cosa el que esté o no la
guardia. A la Comisión le va a costar saber cuál es el guardián y cuál el detenido.
-Lo que ocurre es que nosotros tenemos prueba documental, no de que Amodio a
veces diga la verdad y otras veces la mentira, sino según la cual, Amodio expresa que
va a mentir, avisa que va a mentir, para dañar a los partidos políticos.
Nosotros tenemos pmeba documental de que Amodio concertó no con las
Fuerzas Armadas, sino con malos integrantes de las mismas, un convenio según el
cual él afmna su decisión de mentir y proporcionar testimonio falso, a efectos de
obtener desafueros. Entonces, creo que no solamente las dudas desaparecen sino que
podemos invocar la prueba de la invalidez de su declaración.
Señalo que el secreto de todo esto está en una palabra que usó el Senador Rath,
que es muy cuidadoso con su léxico y lo usa con una gran precisión, por lo cual,
confieso que lo envidio. Hablando de Amodio, dijo que éste había vendido a la
organización. No dijo que Amodio hubiera donado información; dijo que había
vendido la organización.
La compra-venta es un contrato bilateral, sinalagmático. Supone ponerse de
acuerdo en la cosa y en el precio.
No hay venta sin precio. Este es un testigo mediante precio, porque sino no
hubiera habido venta, y por eso no sirve. (Wilson Ferreira Aldunate).
El señor Amodio Pérez, como informante, ha vendido al movimiento sedicioso;
ha sido un traidor. Por ende, su vida pende de hilos muy débiles. Eso es evidente.
Ha sido un informante eficaz. Tanto lo ha sido que cuando perdió toda inhibición
y comenzó a hablar, una parte importante del Movimiento de Liberación Nacional
empezó a ser detectada y localizada.
Digo que si siguiéramos con el razonamiento que hizo el Senador Beltrán, en
cuanto a que no se puede creer al señor Amodio Pérez, tampoco podríamos creer en
todos los descubrimientos que hicieron las Fuerzas Armadas, en función de las
declaraciones de dicho detenido.
Por declaraciones de Amodio Pérez se encontró la Cárcel del Pueblo.
Se dijo que el señor Amodio Pérez, no estaba en el país; que se encontraba en
México, en el exterior. Corrió el rumor de que se le había pagado por su función de
informante y hasta se habló de una suma en dólares, creo que 80.000, si no recuerdo
mal; y también que las Fuerzas Conjuntas pudieran estar implicadas en una especie
de convenio secreto con un delincuente.
Las Fuerzas Armadas no escondieron a Amodio, sino que protegían su vida,
porque está condenado a muerte y su vida está en pero puesto que desbarató gran
parte de los operativos de la organización.
Quiere decir entonces, que para nosotros el testimonio de Amodio Pérez es
importante. Cuando decimos que dijo verdad en ciertos casos y no lo dijo en otros,
llevemos el razonamiento hasta el final y veamos cómo a través de sus declaraciones
fue desbaratado un importante sector de la oranzación. (Angel Rath).

272
4. LA FARSA CONTINUA

No había pasado todavía un mes de publicado el "deschave especial" titulado:


"La verdad sobre Héctor Amodio Pérez, el traidor fantasma", incluído en la edición
número 38 de la Revista Guambia, cuando por fin, un Ministro de Defensa en más de
casi década y media se dignó -a pesar de su poco conocimiento- a dar una respuesta
oficial sobre el ex-tupamaro de sinuoso andar.
En medio de la repercusión de aquella investigación periodística, del interés que
despertó en la opinión pública -parte de la cual recordó y aclaró un episodio que
siempre había despertado incógnitas inconclusas en tanto las nuevas generaciones
descubrían entretelones de una increíble historia de héroes de barro- ante un pedido
de informes que ya llevaba medio año de solicitado por el Representante Nacional
Nelson Lorenzo Rovira; el Dr. Juan Vicente Chiarino, en unas pocas frases,
confirmó el rígido continuismo que se extiende en la postura del Ministerio de
Defensa, desde 1968 a la fecha, más allá de quién reviste a su frente.
"Tengo el agrado de poner en su conocimiento -dice la respuesta firmada por
el Ministro el 11 de diciembre de 1985 al mensaje número 955 del 12 de julio de ese
mismo afio enviado por el órgano legislativo- la información obtenida, en relación
a lo solicitado, la que, naturalmente, se remonta a aquella fecha.
Según esa información en el mes de noviembre de 1973, las personas
mencionadas (Amodio y concubina) en el mensaje que se contesta, estaban
detenidos, siendo conducidas por el Oficial de Información de la Unidad en la
que se encontraban, a realizar un operativo, logrando en esa oportunidad darse
a la fuga. Dicha situación-se expresa- no se puso en conocimiento público a
efectos de evitar que los restos de la infraestructura del movimiento subversivo
se enterase de este hecho y pudiese brindarles apoyo, evitando así su recaptura,
la que igualmente no fue lograda".
Al igual que su colega -ya desaparecido- el Dr. Walter Ravenna, Chiarino no
dispone aun hoy de "poder legal para buscar informaciones directas", y este
verdadero mamarracho que le hicieron decir, coincide con la actitud de todos los
Ministros de Defensa que, desde 1968 en adelante, se han transformado en simples
voceros de las Fuerzas Armadas, cuando de temas urticante s se trata.
El tratamiento dispensado a este pedido de informes no resiste

273
el más mínimo análisis. ¿A quién se le puede ocurrir que alguien que estaba de
huésped en los cuarteles pueda fugarse? ¿Quién puede llegar a pensar que sus ex-
compañeros que lo habían sentenciado a muerte pudieran proporcionarle algún tipo
de ayuda'! Pero, lo que es más grave -mucho más allá de que hayan testigos que
vieron a Amodio visitando cuarteles con posterioridad a noviembre del 73, como
asimismo frecuentando la Embajada de España, y/o la existencia real o ficticia de
expedientes intrascendentes-, es que toda esta farsa cada día se parece más a la
versión de una película que ya conocimos.".

274

Página 275 sin numerar, pag. 276 en blanco


EPILOGO

La barbarie ganó la pulseada: la casa de Zelmar Michelini

El ferétro de trabal y los trinfadores


"El Ejército se convierte a mi juicio en un factor de poder
ante la presencia de tupamaros presos, con quienes
discuten en los cuarteles, formándose una imagen que
antes no habían conocido. Así se da la presencia militar
en la política, es la que va dándole a aquella fuerza, .
aun dentro del cuartel, una significación histórica que
por ligereza o falta de apreciación en profundidad del
fenómeno, no fue tenida en consideración...
Las Fuerzas Armadas pactarán, seguramente, con la
oligarquía un sector privativo de acción y decisión,
a cambio de no inmiscuírse en el resto; pero
las Fuerzas Armadas llevarán sus contradicciones y
debilidades internas a un acuerdo, poniendo en
constantes dificultades al equilibrio"
Enrique Erro
(30 de noviembre de 1972)

Hubo quienes -tal vez, como el Coronel Trabal, entre los más entusiastas-
vislumbraron un país gobernado por hombres y sectores del Frente Amplio; de los
grupos mayoritarios del Partido Nacional; nombres propios del Partido Colorado,
como por ejemplo el Dr. Vasconcellos; tupamaros y dirigentes sindicales.
Obviamente al frente de esta descabellada probeta política sesgo progresista,
pretendían ubicarse "los golpistas a la peruana"; por un período que no durara más
de dos años a partir de 1973.
Si bien ya existen los suficientes testimonios que presentan a Trabal realizando
diversos contactos, ya a nivel de dirigentes políticos como sindicales- tarea que
durante mucho tiempo compartió con el General Gregorio Alvarez, cuya jerarquía en
el Ejército, le daba más realce- fue justamente con los primeros tupamaros presos

277
que esas gestiones tienen un punto de partida. Estos últimos -a través de "la tregua" y
de la labor conjunta por "los ilícitos económicos"- se apoyaron en estos sectores
golpistas sin conocer a fondo, ni confiar demasiado en 'sus posibilidades. Perdido por
perdido -el MLN estaba derrotado militarmente- en una sola jugada, por un lado
detuvieron las atroces torturas que venían soportando y por otro intentaron vender lo
más caro posible el revés, a la vez de cosechar algún fruto. Para los tupamaros y
grandes espectros de la izquierda, los uniformados denominados "legalistas", eran
considerados como "el brazo armado de la oligarquía".la frontera entre legalistas e
indiferentes era muy difusa y por otra parte, sería ilegal que se organizaran los
legalistas.
Lo que resultaba sumamente difícil de discernir -entre junio y octubre de 1972-
eran los distintos matices entre los grupos golpistas del Ejército, puesto que a todos
los unía un acentuado nacionalismo. Para ellos fue todo un descubrimiento el que
muchos de sus torturados tuvieran un mayor sentimiento nacionalista la derecha
participativa, el sector más antiguamente activo dentro del Ejército, en principio
pareció verse desbordado por estas circunstancias. El rumbo que tomaron las cosas
no fue el que los integrantes de esta corriente, hombres como Christi, Zubía, Paulós,
le habían dado cuando estuvieron a punto de efectivizar un golpe de Estado, hacía
más de una década. Para ellos bastaba con aprovechar la situación, poniendo en
práctica lo que aconsejaban viejos manuales norteamericanos cuando decían que
"para dominar no basta sólo con reprimir, sino que también hace falta un mínimo de
consenso y demagogia, levantando consignas que jamás se cumplirán".
Alcanza la palabra de un avezado político como Wilson Ferreira Aldunate para
comprender cuán difícil era descifrar cabalmente lo que estaba pasando: "En aquel
momento -nos dijo- todos teníamos una visión deformada por esa sensación que
nutríamos, hasta contra toda evidencia, de la intangibilidad del sistema institucional
uruguayo, al cual teníamos que aferrarnos hasta para sobrevivir. Entonces todos
cerramos un poco la cortina, no veíamos las cosas que se nos venían encima. Esto
explica mucha cosa contradictoria que hicimos entonces, que parece ceguera, pero
era la necesidad de afirmarnos en lo que estábamos a punto de perder'.
Remitiéndonos al hecho que nos ocupa, para Seregni "hay dos campos diversos a
estudiar, uno de tipo psicológico y social, sobre la

278
relación que se crea entre preso y carcelero y otro, real, de gente que violentó sus
principios. Ahí, lo que hubo, fue un aprovechamiento en los hechos de integrantes de
las Fuerzas Armadas que sacaron partido de la situación. Porque, hasta donde
alcanzan los conocimientos y la experiencia, los presuntos resultados positivos de
las conversaciones que mantuvieron los presos con integrantes de las Fuerzas
Armadas, no se tradujeron en ningún resultado beneficioso en cuanto a cambio de
mentalidad o de procedimiento, sino que, por el contrario, les brindaron elementos
para poder perfeccionar la represión y la metodología de la misma. Si se siguiera
como cierta esta coordenada, aumentaría el asidero de quienes sostienen que Trabal
como buen hombre de los Servicios de Inteligencia que era, cumplió tales cometidos.
Sin embargo, esta última tesitura no parece ser compartida por otros hombres de la
izquierda que -con posterioridad aun a estos episodios centrados en la relación
tupamaros-militares- mantuvieron similares contactos y conversa ciones con estos
mismos hombres del Ejército. Para el Coronel Montañez"el líder de la comente
peruanista era Traba/. A Gregorio Alvarez se le suele incluir ahí, pero él tenía su
estrategia particular y por lo tanto se puede decir que amparaba, entre comillas, a
Traba. Dana la impresión de que él está perfectamente consustanciado con la gente
que da el golpe, sin embargo, todos los que lo dan, desconfían mucho de él; no
obstante Alvarez, que en el fondo buscaba un 'populismo' de derecha, lo sigue
amparando en base a su proyecto personal'~ Tal vez por eso, ambos buscaron
apoyos, tanto dentro como fuera del Ejército, para proyectos particulares y distintos,
por más que, a distancia, parecieran uno mismo.
Para el grupo de oficiales "autonomistas" del Batallón Florida, los tupamaros
eran algo así como sus auxiliares, si bien pudieron albergar buenas intenciones
individuales en un principio, nunca fueron colectivas, por más "asambleísmo" que
hubiere. Su gran sustento ideológico era una peculiar interpretación derivada de la
palabra ''patriotismo''. Se movían en un juego constantemente pendular entre
Alvarez-Trabal por un lado y. Christi por otro. Los nuc1eados en el Batallón Florida,
que fueron los más activos en el tema ilícitos, con el guiño de Trabal; en forma
simultánea trabajaban con Amodio Pérez, con Christi haciendo la vista gorda.
Amodio Pérez ya tenía características ideológicas nacionalistas, populistas y
militaristas cuando revestía en mas tupamaras, al "darse vuelta" ya no era un

279
subversivo, por lo tanto, pasó a ser uno más, en igualad de condiciones, con los
oficiales de Florida. Era uno de ellos y a él le debían en parte sus mayores triunfos en
contra de la "sedición”. Juntos podían compartir un mismo proyecto, juntos podían
utilizar a los otros tupamaros vanguardizando la lucha contra los ilícitos.
Para estos oficiales entraban en un mismo paquete, en igualdad de condiciones,
como un exacto enemigo físico, causa de la subversión y subversión; una cosa no
generaba la otra y era más fácil de entender, por lo práctico, que las negociaciones
que habían tenido lugar un mes antes durante "la tregua” Allí los militares se
comprometieron a liberar a los tupamaros en menos de dos afios; estos últimos
pidieron demasiado a cambio y además lo hicieron más lírica que políticamente. Era
imposible que los militares comprendieran y lo que es peor, que un gabinete de
civiles, muy preocupados de cuidar sus intereses, lo admitieran.
Para Raúl Sendic "evidentemente el panorama de aquella época era distinto al
actual dentro de las Fuerzas Armadas. Basta decir que el General Líber Seregni era
Jefe de la Región número l. No en vano hubo cuatrocientos cincuenta oficiales-
destituidos por sus ideas durante la dictadura: y muchos más, a hacer toda su
carrera en las oficinas, con cargos administrativos, donde muchos de ellos están
todavía ahora. Por el 72 se dio un movimiento de oficiales progresistas, cuyo inicio
fue llevar hasta el fin la investigación de ilícitos económicos, pero -según pareció-
estaban dispuestos a ir un poco más allá. Ellos habían sido protagonistas en la
represión y la tortura, cuando intentaron una asamblea en el Centro Militar, un alto
oficial de la Región 1 los rodeó, y fueron arrestados .Se les rapó la cabeza y después
fueron desparramados en distintas unidades del interior y oficinas administrativas.
Supongo que nuestra tarea sirvió para que vieran cuánta corrupción había en el
régimen social que estaban defendiendo. Hubo algunos oficiales honestos que
tuvieron el objetivo de sanear, pero cuando lo tomó la camarilla de Christi, fue
utilizado sólo para fines propagandísticos. En general, creo que eso tal vez empezó
en serio, y terminó en parodia. '
Queda claro que los tupamaros -con la excepción de Amodio y su compañera,
cuando ya no lo eran- no intervinieron físicamente en la interna militar, pero
políticamente obligaron a serias contradicciones que asustaron a más de un poderoso
de la oligarquía criolla o "la rosa", como se la definió. Cuando se desbarata el "com-

280
plot" de Amodio, las sanciones y los traslados de oficiales significaron un duro golpe
al trabajo conjunto que se desarrollaba por los ilícitos económicos. Por eso Trabal no
comprendió que el Frente Amplio, firme enemigo de "la rosca", apoyara a Fasano
cuando intentaba descubrir quién estaba detrás de Amodio. Por eso mismo Jorge
Batlle nombra a Amodio en su denuncia televisiva y no a quienes de verdad
conformaban los "equipos" de trabajo en contra de los ilícitos.
El mismo Jorge Batlle ha dicho que el "batllismo" estuvo casi un siglo en el
poder o a su lado. Esto fue más que notorio durante el período del pacheco
bordaberrismo. En especial, mientras transcurría 1972, donde "Unidad y Reforma"
parecía ser el cerebro, del cual carecía el Presidente para gobernar, en medio del
complejísimo mare magnum que significaba entonces la pulseada entre los distintos
sectores -como el ruralismo y los militares- para dominar todas las riendas del poder.
Es a todas luces evidente el papel de primerísimo orden que jugó "la 15" en aspectos
claves ocurridos por aquellos años -hasta hoy mantenidos en secreto- como el
desbaratamiento del Escuadrón de la Muerte y la determinante actitud contraria a
cualquier tipo de diálogo con la sedición.
En esta misma técnica se inscriben las declaraciones de Jorge Batlle en la
televisión: frustrar todo tipo de connivencia entre militares y tupamaros y evitar que
aquéllos dejaran de ser "el brazo armado" de quienes habían gobernado más de un
siglo este país. También, el documento de "los ocho puntos", es parte de una
estrategia con un fin perfectamente delimitado: "neutralizar los éxitos que puedan
hacer crecer al grupo actual que orienta a las Fuerzas Armadas y su prestigio en los
oficiales jóvenes” El resto de los puntos, lo dicen todo: "impulsar la Justicia
ordinaria en la represión de los ilícitos económicos, con lo que se sustrae a las
Fuerzas Armadas de una actividad que indudablemente hará crecer su prestigio.
Estudio de Jefes que puedan asumir liderazgos y al mismo tiempo sean manejables.
Solidificar en la Aeronáutica y en la Armada al grupo que apoya a la legalidad. "En
una palabra, que no hayan más militares molestos que detengan empresarios a altas
horas de la madrugada acusados de fraude y contar -como lo fue tradicionalmente-
con militares a favor y no en contra. La tarea no era fácil dado que el batllismo no era
visto y/o apreciado por los sectores golpistas por su débil nacionalismo y por muchos
otros factores a tener en cuenta, en-

281

t
tre ellos, el pobre lugar que históricamente dispensaron los gobiernos de ese sector
político a los uniformados en general.
En toda esta coyuntura, el tema ilícitos económicos, más allá de la participación
de los tupamaros, resultaba altamente urticante por cuanto ponía en jaque a "la
rosca". Es evidente que detrás de cada nudo que planteaba la crisis, tanto el "19 de
octubre", como el "9 de febrero", estaba latente y al rojo vivo este elemento. Con
posterioridad a la segunda de estas situaciones se llega incluso a dejar sin efecto la
ridícula Comisión de Represión de ilícitos Económicos, creada y aprobada por Ley,
hacía apenas dos meses atrás.
No se puede descuidar el hecho de que una vez realizado el golpe de Estado en
junio de 1973, "los tecnócratas" de "la 15" vuelven a ocupar el Ministerio de
Economía. Bordaberry consolidaba así el proyecto económico de las clases
dominantes y del capital financiero que no había logrado instrumentar plenamente,
durante sus primeros quince meses de "gobierno" en los que había soportado
distintos embates de resistencia, entre ellos uno, que emanó de los cuarteles.
A esa altura el episodio que ocupara tantas páginas en esta investigación
comenzaba, lentamente, a ser parte de una historia que se quiso borrar de la memoria
colectiva. Antes de que ésta fuera tal, y como un atendible aporte a la misma, el
Senador Erro reflexionaba: "militares que habían vivido de espaldas al país, que no
lo conocían, que no sabían cómo se le estaba empobreciendo, cómo se entregaba
nuestro patrimonio a los intereses del imperio, empezaron a observar a través de los
propios detenidos, de los propios torturados, la realidad de la República. Se
asombraron con los ilícitos económicos, con sus nombres y apellidos; tuvieron en sus
manos material muy importante que probaba que hombres de significación en la
República estaban inmersos en negociados repudiables, en perjuicio de la economía
nacional y, desde luego, de las instituciones.
Pero en determinado momento de toda esa historia sucedió algo que prueba que
todos estos mandos no serán jamás los enemigos de la oligarquía. En determinado
Batallón se estudiaron los ilícitos económicos, apareciendo personalidades
implicadas. Por ejemplo, en compañías de seguros extranjeras. Vino entonces la
orden de arriba, de los que hoy usufructúan el Poder, de estos que hablan de
corrupción, de los que quieren tomar la conducción política del país y convertirse en
sus salvadores para que se paralizara la

282
investigación que los oficiales jóvenes estaban realizando, porque evidentemente
algunos de los jerarcas también podrían estar incluídos en esos negociados
repudiables.
Para cubrir las apariencias, se llevó preso a algún despachante de Aduana, un
cambista y algún contador; es decir, las cosas pequeñas.
Yo afirmo que quienes están en esos mandos se entusiasman más por los M3
que les da el imperialismo que por seguir persiguiendo los ilícitos económicos."
De haberse cristalizado esta lejana probabilidad de un "peruanismo" a la
uruguaya que reflejó mucho más de lo que en realidad fue, conviene precisar que los
dados ya estaban echados; no es casual que fuera la Doctrina de la Seguridad
Nacional prohijada en el Pentágono, el basamento de las dictaduras latinoamericanas
de la época; como así tampoco es casual que el mismo mapa que estaba teñido de
autoritarismo militar, hoy día se cubra de democracia. Quienes tanto confiaban en el
"proceso" peruano, seguramente llegaron a sacar sus propias conclusiones cuando, a
mediados de la década del setenta, el general Morales Bermúdez encabeza "un golpe
dentro del golpe" y alinea al país incaico en una dictadura militar de características
similares a la de la Junta porteña o a la del gorilismo brasileño o chileno. La CIA
había comenzado su trabajo en el único flanco que Velazco no pudo controlar: la
Marina. Algo similar podría decirse, cuando en 1976, un "triunvirato militar", fiel a
Washington, pone marcha atrás a las reformas del progresista General Rodríguez
Lara en Ecuador. Lo que dijimos -pese a las luces de Cámpora y los jóvenes
revolucionarios argentinos, al socialismo constitucional de Salvador Allende y al
nacionalismo revolucionario de los países andinos, como asimismo a la efervescente
movilización social que se daba en nuestro país- los dados estaban echados. Más que
"lo que se venia", fue la reacción a ello.
Ya en 1968, .en la octava Conferencia de los Ejércitos Americanos, llevada a
cabo por la Junta interamericana de Defensa, se le dedicaba particular estudio a las
guerrillas latinoamericanas. Estados Unidos no se dormía en los laureles y empezaba
a mirar el fenómeno con ojos de lince. Nelson Rockefeller dejaría en claro que "este
tipo de subversión es más difícil de controlar y los gobiernos se ven obligados a
utilizar medidas represivas crecientes, para enfrentarlo" en el tristemente célebre
informe, que lleva su nombre. Otro tipo de

283
"escuelitas", harían lo demás. En el curso 0-47 de la Escuela Militar de las Américas,
de Estados Unidos, destinado especialmente a sus pares del continente, figura:
"Análisis de la guerrilla urbana (Tupamaros): Análisis de las características de la
guerrilla urbana: tácticas y objetivos utilizando como modelo a los Tupamaros". Esta
era la semilla que costoso fertilizante estaba sembrando en nuestro Ejército y en toda
América Latina; otras -por más que se las abonara con nacionalismo, lirismo,
patriotismo, mesianismo o lo que fuera- no tenían cabida en esta huerta.
También es importante tener en cuenta que, quienes -tanto desde la derecha como
desde la izquierda- simpatizaron (con distintas expectativas), y en muchos casos
apoyaron a los militares, estaban rompiendo una larga tradición antimilitarista de
nuestro pueblo. Ese sentimiento sobreviene en el nacimiento mismo de la patria,
donde emerge un Ejército que no es tal, puesto que era el propio pueblo el que ocupa
este espacio. Las dictaduras de Latorre y Santos en nuestro país, y las de un
continente constantemente sojuzgado, fueron profundizando esta actitud,
realimentada por la represión que en este territorio ejercieran las Fuerzas Armadas en
contra de las protestas obreras a lo largo del presente siglo.
1972 fue un año rico en movilizaciones, avances y retrocesos, expectativas y
golpes, virajes y errores, enfrentamientos y propuestas, discursos y balas, búsquedas
y furia.
Consideramos insuficiente y poco conveniente generalizar y globalizar el
análisis. La historia de nuestro pasado reciente será imposible de entender
cabalmente y de interpretar, si no se la sigue paso a paso, detalle a detalle, episodio a
episodio, coyuntura a coyuntura. Tan sólo con respecto a este año, se podrían realizar
innumerables investigaciones de este tenor, porque innumerables fueron los hechos
importantes acaecidos en el mismo lapso.
En el espíritu de esta labor revisionista no está el de realizar profundas y
acabadas conclusiones -tarea que reservamos para un ensayo futuro- sino el de
exponer, recopilar y conseguir la mayor cantidad de elementos de juicio para que sea
el propio lector el que tenga la prioridad en extraer sus propios puntos de vista.
Esa prioridad que el pueblo no tuvo en los hechos expuestos: no se le informó,
no se le consultó, no decidió; por ende, tampoco participó.
Así se plantearon las cosas en 1972.

284

Página 285 a 288 sin numerar


Documento elaborado por la Fuerzas Armadas, denunciado en el
parlamento por el Senador Amílcar Vasconcellos
Materiales elaborados por tuoamaros detenidos y Acta de
Interrogatorio a Empresarios.
Documentos elaborados por el Ministro Legnani: originales
del discurso sobre Amnistía; la negativa del General Cristhi
de liberar a cuatro médicos detenidos a cuatro Médicos detenidos:
proyecto alternativo para evitar controversias con los mandos.
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Foto de portada: Edgar Chelle
Diseño de portada: A.B.L. I L.O.
© Monte Sexto S.R.L.
Primera edición, 1986.
Printed in Uruguay - Impreso en Uruguay

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