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Derecho Administrativo General

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DERECHO ADMINISTRATIVO GENERAL

DOCENTE: ARTURO HERNÁNDEZ PEREIRA


ESTUDIANTE: ZAIRA VANESSA POSADA PERDOMO
PROGRAMA DERECHO SEMESTRE III
ACTIVIDAD DERECHO ADMINISTRATIVO GENERAL
1. Contratos estatales estipulado en la ley 80 de 1993
2. Formas de contratación estatal
3. Los fines de la contratación estatal
4. Derechos y deberes de las entidades estatales y de los contratistas
5. La responsabilidad contractual del estado
6. Fundamento constitucional
7. Elementos que configuran la responsabilidad extracontractual del
estado.

DESARROLLO
DEL CONTRATO ESTATAL
ARTÍCULO 32. DE LOS CONTRATOS ESTATALES. Son contratos estatales
todos los actos jurídicos generadores De obligaciones que celebren las
entidades a que se refiere el presente estatuto, previstos en el derecho privado
o En disposiciones especiales, o derivados del ejercicio de la autonomía de la
voluntad, así como los que, a título Enunciativo, se definen a continuación:
1º. Contrato de obra.
Son contratos de obra los que celebren las entidades estatales para la
construcción, mantenimiento, instalación y, En general, para la realización de
cualquier otro trabajo material sobre bienes inmuebles, cualquiera que sea la
Modalidad de ejecución y pago.
En los contratos de obra que hayan sido celebrados como resultado de un
proceso de licitación o concurso Públicos, la interventoría deberá ser
contratada con una persona independiente de la entidad contratante y del
Contratista, quien responderá por los hechos y omisiones que le fueren
imputables en los términos previstos en el Artículo 53 del presente estatuto.
2º. Contrato de Consultoría
Son contratos de consultoría los que celebren las entidades estatales referidos
a los estudios necesarios para la Ejecución de proyectos de inversión, estudios
de diagnóstico, pre factibilidad o factibilidad para programas o Proyectos
específicos, así como a las asesorías técnicas de coordinación, control y
supervisión. Son también contratos de consultoría los que tienen por objeto la
interventoría, asesoría, gerencia de obra o de Proyectos, dirección,
programación y la ejecución de diseños, planos, anteproyectos y proyectos.
Ninguna orden del interventor de una obra podrá darse verbalmente. Es
obligatorio para el interventor entregar por Escrito sus ordenes o sugerencias y
ellas deben enmarcarse dentro de los términos del respectivo contrato.
3º. Contrato de prestación de servicios Son contratos de prestación de
servicios los que celebren las entidades estatales para desarrollar actividades
relacionadas con la administración o funcionamiento de la entidad. Estos
contratos sólo podrán celebrarse con Personas naturales cuando dichas
actividades no puedan realizarse con personal de planta o requieran
Conocimientos especializados. En ningún caso estos contratos generan
relación laboral ni prestaciones sociales y se celebrarán por el término
estrictamente indispensable.
4º. Contrato de concesión
Son contratos de concesión los que celebran las entidades estatales con el
objeto de otorgar a una persona Llamada concesionario la prestación,
operación, explotación, organización o gestión, total o parcial, de un servicio
Público, o la construcción, explotación o conservación total o parcial, de una
obra o bien destinados al servicio o Uso público, así como todas aquellas
actividades necesarias para la adecuada prestación o funcionamiento de la
Obra o servicio por cuenta y riesgo del concesionario y bajo la vigilancia y
control de la entidad concedente, a Cambio de una remuneración que puede
consistir en derechos, tarifas, tasas, valorización, o en la participación Que se
le otorgue en la explotación del bien, o en una suma periódica, única o
porcentual y, en general, en Cualquier otra modalidad de contraprestación que
las partes acuerden.
5º. Encargos Fiduciarios y Fiducia Pública.
Las entidades estatales sólo podrán celebrar contratos de fiducia pública,
cuando así lo autorice la ley, la Asamblea Departamental o el Concejo
Municipal, según el caso.
Los encargos fiduciarios que celebren las entidades estatales con las
sociedades fiduciarias autorizadas por la Superintendencia Bancaria, Tendrán
por objeto la administración o el manejo de los recursos vinculados a los
contratos que tales entidades celebren. Lo anterior sin perjuicio De lo previsto
en el numeral 20 del artículo 25 de esta Ley. Los encargos fiduciarios y los
contratos de fiducia pública sólo podrán celebrarse por las entidades estatales
con estricta sujeción a lo dispuesto En el presente estatuto, únicamente para
objetos y con plazos precisamente determinados. En ningún caso las entidades
públicas Fideicomitentes podrán delegar en las sociedades fiduciarias la
adjudicación de los contratos que se celebren en desarrollo del encargo o de la
Fiducia pública, ni pactar su remuneración con cargo a los rendimientos del
fideicomiso, salvo que éstos se encuentren presupuestados.
Los encargos fiduciarios y los contratos de fiducia mercantil que a la fecha de
promulgación de esta ley hayan sido suscritos por las entidades Estatales,
continuarán vigentes en los términos convenidos con las sociedades
fiduciarias. El inciso 4 fue modificado por el art. 25, de la Ley 1150 de 2007 así:
La selección de las sociedades fiduciarias a contratar, sea pública o privada,
Se hará con rigurosa observancia del procedimiento de licitación o concurso
previsto en esta ley. No obstante, los excedentes de tesorería de las Entidades
estatales, se podrán invertir directamente en fondos comunes ordinarios
administrados por sociedades fiduciarias, sin necesidad de acudir a un proceso
de licitación pública.
FORMAS DE CONTRATACIÓN ESTATAL
ARTÍCULO 39.- De la Forma del Contrato Estatal. Los contratos que
celebren las entidades estatales constarán por escrito y no requerirán ser
Elevados a escritura pública, con excepción de aquellos que impliquen
mutación del dominio o imposición de gravámenes y servidumbres sobre
Bienes inmuebles, y en general aquellos que conforme a las normas legales
vigentes deban cumplir con dicha formalidad. Las entidades estatales
establecerán las medidas que demande la preservación, inmutabilidad y
seguridad de los originales de los contratos estatales.
LOS FINES DE LA CONTRATACIÓN ESTATAL
ARTÍCULO 3.- De los Fines de la Contratación Estatal. Los servidores
públicos tendrán en consideración que al celebrar contratos y con la
Ejecución de los mismos, las entidades buscan el cumplimiento de los fines
estatales, la continua y eficiente prestación de los servicios públicos Y la
efectividad de los derechos e intereses de los administrados que colaboran con
ellas en la consecución de dichos fines. Los particulares, por su parte, tendrán
en cuenta al celebrar y ejecutar contratos con las entidades estatales que,
además de la obtención de utilidades cuya protección garantiza el Estado,
colaboran con ellas en el logro de sus fines y cumplen una función social que,
como tal, implica obligaciones.
DERECHOS Y DEBERES DE LAS ENTIDADES ESTATALES
ARTÍCULO 4.- De los Derechos y Deberes de las Entidades Estatales. Para la
consecución de los fines de que trata el artículo anterior, las Entidades
estatales:
1º. Exigirán del contratista la ejecución idónea y oportuna del objeto contratado.
Igual exigencia podrán hacer al garante.
2º. Adelantarán las gestiones necesarias para el reconocimiento y cobro de las
sanciones pecuniarias y garantías a que hubiere lugar.
3º. Solicitarán las actualización o la revisión de los precios cuando se
produzcan fenómenos que alteren en su contra el equilibrio económico o
Financiero del contrato.
4º. Adelantarán revisiones periódicas de las obras ejecutadas, servicios
prestados o bienes suministrados, para verificar que ellos cumplan con.
Las condiciones de calidad ofrecidas por los contratistas, y promoverán las
acciones de responsabilidad contra éstos y sus garantes cuando Dichas
condiciones no se cumplan. Las revisiones periódicas a que se refiere el
presente numeral deberán llevarse a cabo por lo menos una vez cada seis (6)
meses durante el Término de vigencia de las garantías.
5º. Exigirán que la calidad de los bienes y servicios adquiridos por las
entidades estatales se ajuste a los requisitos mínimos previstos en las Normas
técnicas obligatorias, sin perjuicio de la facultad de exigir que tales bienes o
servicios cumplan con las normas técnicas colombianas o, En su defecto, con
normas internacionales elaboradas por organismos reconocidos a nivel mundial
o con normas extranjeras aceptadas en los Acuerdos internacionales suscrito
por Colombia.
6º. Adelantarán las acciones conducentes a obtener la indemnización de los
daños que sufran en desarrollo o con ocasión del contrato Celebrado.
7º. Sin perjuicio del llamamiento en garantía, repetirán contra los servidores
públicos, contra el contratista o los terceros responsables, según el Caso, por
las indemnizaciones que deban pagar como consecuencia de la actividad
contractual.
8º. Adoptarán las medidas necesarias para mantener durante el desarrollo y
ejecución del contrato las condiciones técnicas, económicas y Financieras
existentes al momento de proponer en los casos en que se hubiere realizado
licitación o concurso, o de contratar en los casos de Contratación directa. Para
ello utilizarán los mecanismos de ajuste y revisión de precios, acudirán a los
procedimientos de revisión y corrección De tales mecanismos si fracasan los
supuestos o hipótesis para la ejecución y pactarán intereses moratorios.
Sin perjuicio de la actualización o revisión de precios, en caso de no haberse
pactado intereses moratorios, se aplicará la tasa equivalente al Doble del
interés legal civil sobre el valor histórico actualizado.
9º. Actuarán de tal modo que por causas a ellas imputables, no sobrevenga
una mayor onerosidad en el cumplimiento de las obligaciones a Cargo del
contratista. Con este fin, en el menor tiempo posible, corregirán los desajustes
que pudieren presentarse y acordarán los mecanismos Y procedimientos
pertinentes para precaver o solucionar rápida y eficazmente las diferencias o
situaciones litigiosas que llegaren a presentarse.
10. Numeral adicionado por el art. 19 de la Ley 1150 de 2007, así: Respetarán
el orden de presentación de los pagos por parte de los
contratistas. Sólo por razones de interés público, el jefe de la entidad podrá
modificar dicho orden dejando constancia de tal actuación.
Para el efecto, las entidades deben llevar un registro de presentación por parte
de los contratistas, de los documentos requeridos para hacer efectivos los
pagos derivados de los contratos, de tal manera que estos puedan verificar el
estricto respeto al derecho de turno. Dicho registro será público.
Lo dispuesto en este numeral no se aplicará respecto de aquellos pagos cuyos
soportes hayan sido presentados en forma incompleta o se encuentren
pendientes del cumplimiento de requisitos previstos en el contrato del cual se
derivan".
DERECHOS Y DEBERES DE LOS CONTRATISTAS
ARTÍCULO 5.- De los Derechos y Deberes de los Contratistas. Para la
realización de los fines de que trata el artículo 3o. de esta Ley, los contratistas:
1o. Tendrán derecho a recibir oportunamente la remuneración pactada y a que
el valor intrínseco de la misma no se altere o modifique durante la vigencia del
contrato. (Ver el Artículo 19, Decreto Nacional 2150 de 1995.)
En consecuencia tendrán derecho, previa solicitud, a que la administración les
restablezca el equilibrio de la ecuación económica del contrato a
un punto de no pérdida por la ocurrencia de situaciones imprevistas que no
sean imputables a los contratistas. Si dicho equilibrio se rompe por
incumplimiento de la entidad estatal contratante, tendrá que restablecerse la
ecuación surgida al momento del nacimiento del contrato.
2o. Colaborarán con las entidades contratantes en lo que sea necesario para
que el objeto contratado se cumpla y que éste sea de la mejor calidad;
acatarán las órdenes que durante el desarrollo del contrato ellas les impartan y,
de manera general, obrarán con lealtad y buena fe en las distintas etapas
contractuales, evitando las dilaciones y entrabamiento que pudieran
presentarse.
3o. Podrán acudir a las autoridades con el fin de obtener la protección de los
derechos derivados del contrato y la sanción para quienes los desconozcan o
vulneren. Las autoridades no podrán condicionar la participación en licitaciones
o concursos ni la adjudicación, adición o modificación de contratos, como
tampoco la cancelación de las sumas adeudadas al contratista, a la renuncia,
desistimiento o abandono de peticiones, acciones, demandas y reclamaciones
por parte de éste. (La expresión "Concurso" fue derogada por el art. 32 de la
Ley 1150 de 2007.
4o. Garantizarán la calidad de los bienes y servicios contratados y responderán
por ello.
5o. No accederán a peticiones o amenazas de quienes actúen por fuera de la
ley con el fin de obligarlos a hacer u omitir algún acto o hecho. Cuando se
presenten tales peticiones o amenazas, los contratistas deberán informar
inmediatamente de su ocurrencia a la entidad contratante y
a las demás autoridades competentes para que ellas adopten las medidas y
correctivos que fueren necesarios. El incumplimiento de esta obligación y la
celebración de los pactos o acuerdos prohibidos, dará lugar a la declaratoria de
caducidad del contrato.
RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL DEL ESTADO
La responsabilidad contractual del Estado en Colombia se rige principalmente
por la Ley 80 de 1993, conocida como el Estatuto General de Contratación de
la Administración Pública. Según esta normativa, el Estado es responsable por
los perjuicios causados a los contratistas en caso de incumplimiento de las
obligaciones contractuales.
El Estatuto establece que el contratista podrá solicitar indemnización por los
daños y perjuicios sufridos, siempre y cuando pruebe la existencia del contrato,
el incumplimiento imputable al Estado y la relación de causalidad entre el
incumplimiento y los daños sufridos.
Además, la responsabilidad contractual del Estado en Colombia también puede
estar regida por las cláusulas contractuales establecidas en cada contrato
específico. Estas cláusulas pueden determinar condiciones y procedimientos
particulares para reclamos de responsabilidad contractual.
ARTÍCULO 50.- De la Responsabilidad de las Entidades Estatales. Las
entidades responderán por las actuaciones, abstenciones, hechos y omisiones
antijurídicos que les sean imputables y que causen perjuicios a sus
contratistas. En tales casos deberán indemnizar la disminución
patrimonial que se ocasione, la prolongación de la misma y la ganancia,
beneficio o provecho dejados de percibir por el contratista.
(El texto subrayado fue declarado EXEQUIBLE por la Corte Constitucional
mediante Sentencia C-333 de 1996, en el entendido de que ella debe ser
interpretada en consonancia con el artículo 90 de la Constitución, puesto que
esa norma constitucional se aplica también en relación con la responsabilidad
contractual del Estado.)
ARTÍCULO 51.- De la Responsabilidad de los Servidores Públicos. El servidor
público responderá disciplinaria, civil y penalmente por sus acciones y
omisiones en la actuación contractual en los términos de la Constitución y de la
ley.
ARTÍCULO 52.- De la Responsabilidad de los Contratistas Los contratistas
responderán civil y penalmente por sus acciones y omisiones en la actuación
contractual en los términos de la ley. Los consorcios y uniones temporales
responderán por las acciones y omisiones de sus integrantes, en los términos
del artículo 7o. de esta Ley
LOS ELEMENTOS DETERMINANTES DE LA RESPONSABILIDAD
CONTRACTUAL
De conformidad con lo previsto en el artículo 90 de la Constitución Política, la
responsabilidad del Estado se configura cuando se produce un daño
antijurídico imputable a su acción u omisión. Es por lo anterior que, si el
contratista padece una lesión a su derecho de crédito por actos o hechos que
no le son imputables al Estado, no surge la responsabilidad contractual de este
último.
El primer elemento determinante de la responsabilidad, el daño, se concreta en
el ámbito contractual con la lesión del derecho de crédito del contratista
derecho determinable mediante el análisis de las prestaciones
contractuales pactadas, en el entendido de que solo es un daño indemnizable
el que no se derive de la concreción de un riesgo asumido por él En efecto, de
conformidad con el principio tradicional de riesgo y ventura, propio de los
contratos, el contratista debe soportar su aleas normal, es decir, las mayores
ganancias sobre las previstas y también las posibles pérdidas, todo lo cual
guarda consonancia con las premisas del pacta sunt servanda,de la lex
contractus, y del precio nominalista cierto.
El segundo elemento, la imputación, consiste en la atribución jurídica del
daño al Estado, mediante la aplicación de un título o fundamento de
imputación. Al efecto resulta necesario demostrar que el daño del contratista
tuvo por causa la obligación incumplida por la entidad (responsabilidad
subjetiva) o una actuación legítima de esta determinante del rompimiento del
principio de igualdad frente a las cargas públicas (responsabilidad objetiva).
FUNDAMENTO CONSTITUCIONAL
La Constitución de 1991 determinó la obligación al Congreso de la República
de expedir un estatuto general de contratación pública, razón por la cual fue
expedida la Ley 80 de 1993, la cual buscó otorgar mayor autonomía a las
entidades estatales para contratar los bienes y servicios, mediante la
formulación de principios generales, que evitaban regular el procedimiento
contractual en detalle.
El artículo 90 constitucional dispone que el Estado responderá
patrimonialmente por los daños antijurídicos que le sean imputables, causados
por la acción o la omisión de las autoridades públicas. Esta norma, que se erige
como el punto de partida en la estructura de la responsabilidad Estatal en
Colombia, apoya sus raíces en los pilares fundamentales de la conformación
del Estado Colombiano, contenidos en el artículo 1 superior, a saber, la
dignidad humana, el trabajo, la solidaridad de las personas que la integran y en
la prevalencia del interés general. La responsabilidad del Estado se hace
patente cuando se configura un daño, el cual deriva su calificación de
antijurídico atendiendo a que el sujeto que lo sufre no tiene el deber jurídico de
soportar el daño, tal como ha sido definido por la jurisprudencia de esta
Corporación. Verificada la ocurrencia de un daño, surge el deber de indemnizar
plenamente, con el fin de hacer efectivo el principio de igualdad ante las cargas
públicas, resarcimiento que debe ser proporcional al daño sufrido.
ELEMENTOS QUE CONFIGURAN LA RESPONSABILIDAD
EXTRACONTRACTUAL DEL ESTADO
DAÑO ANTIJURÍDICO

El primer elemento que se debe examinar es el daño antijurídico, en el cual


se basa la responsabilidad del Estado. El Consejo de Estado afirma que, para
que el daño sea antijurídico, este corresponde a un carácter cierto y, por tanto,
“[…] es aquel que se irroga a pesar de que no existe una ley que justifique o
imponga la obligación de soportarlo” (Santofimio, 2017, p. 745).

En otras palabras, la víctima no está en el deber jurídico de soportar este


daño. Esta configuración se justifica en que “[…] el fundamento de la
responsabilidad del Estado se desplazó de la ilicitud de la conducta causante
del daño (falla del servicio o culpa del Estado) al daño mismo, siempre y
cuando este fuese antijurídico (Rodríguez, 2017, p. 309). Por lo tanto, se pasa
de una idea de responsabilidad del Estado basada en la ilicitud de la conducta
que ocasionó el daño a una fundamentada en el daño como elemento central.

JUICIO DE IMPUTACIÓN

En materia de responsabilidad hay dos enfoques, uno contractual y otro


extracontractual. En este texto se toca la responsabilidad extracontractual del
Estado, pues a partir de esta se analizarán los regímenes para la imputación de
responsabilidad del Estado.

Así, existen dos teorías sobre la imputación, que corresponden también a los
diversos regímenes de esta. Se tiene, por un lado, una imputación subjetiva, en
la cual existe una falla del servicio. Esta es aquella omisión, retardo o
defectuoso funcionamiento del Estado, respecto al deber de protección y
vigilancia. Allí la actividad de la administración pública es irregular. Por otro
lado, a pesar de en los fallos del Consejo De Estado predomina el título de
“falla del servicio”, la responsabilidad del Estado posee un régimen de
responsabilidad objetiva, en el cual no es necesario que “[…] medie la culpa del
funcionario público para que el Estado indemnice a la víctima” (Vidal Perdomo,
2016, p. 514). Este segundo régimen representa unos casos especiales de
responsabilidad administrativa.

Así, dentro de los regímenes especiales de responsabilidad cabrían tanto el


“riesgo excepcional”5 como el “daño especial”6. Estos se fundamentan en casos
donde “[…] la administración debe responder por los daños causados por una
actividad completamente legítima, cuando esos daños pueden ser calificados
de especiales” (Rodríguez, 2017, p. 330).Ambos títulos de imputación son de
carácter objetivo, de estos puede decirse que se reducen al rompimiento de
igualdad frente a las cargas públicas que determinados ciudadanos soportan a
causa de un daño especial, anormal, considerable y superior frente a una
colectividad que por el contrario no está sopesando la carga de los
desbordamientos de la actividad de la administración que, como resultado,
desencadenan en la generación de un daño especial o bien, un riesgo
excepcional (Rodríguez, 2017).

REPARACIÓN INTEGRAL

Existe entonces una responsabilidad extracontractual del Estado fundada en


las normas del Código Civil gracias al tratamiento dual dado por la Corte
Suprema de Justicia y el Consejo de Estado, a la luz del artículo 90 de la
Constitución Política. En consecuencia, la víctima adquiere especial relevancia,
y se deja de lado la verificación de la conducta o la acción del causante del
daño. A partir de esto se configura la necesidad de que las víctimas sean
reparadas, y, con esto, la necesidad material de atender a las víctimas desde
su integralidad.

la reparación puede entenderse como un derecho que, según lo manifiesta


Santofimio (2017, p. 165), tiene en su contenido no sólo el resarcimiento
económico, sino que debe procurar dejar indemne a la víctima, especialmente
cuando se trata de los derechos o bienes jurídicos afectados por el daño
antijurídico y sus perjuicios. La reparación se convierte entonces en un
elemento inherente de la responsabilidad del Estado. Al superar el plano
económico, esta se transforma en un mecanismo para cumplir los fines
esenciales del Estado, ya que este, al adquirir un carácter prestacional, en sus
actuaciones, puede haber algún margen de error y deberá procurar medidas
integrales para dejar indemne a las víctimas.

TEORÍA SUBJETIVA

Este régimen, en el que cabe la falla del servicio, ha definido la imputación


sobre la responsabilidad del Estado en la generalidad de casos. Por esto,
resulta extensa la jurisprudencia sobre la responsabilidad al Estado bajo este
título. En la sentencia (Consejo de Estado, Sección Tercera, N.º 7.267,1992) se
afirma que el Estado pueda atribuirse una responsabilidad aun sin haber
participado fácticamente en la ocurrencia del daño. Esto es debido a la omisión
injustificada de las autoridades que se encontraban en la obligación de evitar el
daño resultante. Por esto, se afirma que no es propio de un Estado
constitucional que niegue su responsabilidad cuando la omisión o retardo por
parte de las autoridades es evidente (Consejo de Estado, 1999).

TEORÍA OBJETIVA

Dentro de las teorías objetivas caben los títulos de daño especial y riesgo
excepcional. En la sentencia 30 de julio 1992 (Consejo de Estado, 1992 b) se
considera la posibilidad de imputar responsabilidad al Estado aun si su
actuación hubiese sido en todo caso lícita, esto es, que en la actuación dela
administración se genere un daño anormal a un ciudadano que no está siendo
soportado por la colectividad. Por ello se rompe la igualdad frente a las cargas
que se deben soportar, esto basado en el principio de equidad, loque hace que
efectivamente se genere responsabilidad en nombre del Estado.

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