APGI Modulo2
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Índice
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Módulo 2: El fortalecimiento institucional de los IFD
Tal como se anticipó en la presentación, a lo largo de este Módulo nos centraremos en el análisis del
trabajo de los equipos de conducción y en relación con el fortalecimiento institucional. Pondremos
el foco en la identificación de problemas, el diseño de estrategias de intervención para la mejora, y
la generación de condiciones para la sistematización y construcción de saber pedagógico en las
instituciones formadoras, para lo cual retomaremos las instancias de trabajo y actividades del
Módulo 1.
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que tanto esta como la función de apoyo pedagógico a escuelas deben desarrollarse en todos y cada
uno de los Institutos del país.
Más allá de lo planteado en la normativa, el trabajo institucional del que se encargan los equipos de
conducción y de gestión involucra y “se compone de (...) la prescripción y su relación con la realidad,
en un permanente interjuego que implica tensiones y movimientos, asumiendo que estas
prescripciones pueden ser ambivalentes, incompletas y hasta contradictorias” (Nicastro, 2019, p. 61).
En este marco, las personas que conforman el equipo de conducción y de gestión, cualesquiera sean
las denominaciones de sus roles –en distintas jurisdicciones y tipos de instituciones pueden
nombrarse de distintas maneras, tener distintos tipos de organización interna–, deben conducir a la
institución formadora en términos de su fortalecimiento en el cumplimiento de las funciones que les
son encomendadas. El horizonte siempre será garantizar el derecho a la educación y el ejercicio de
los valores democráticos. También, conducirla dando respuesta a la necesidad de formar docentes
críticos, comprometidos, democráticos e inclusivos, que comprendan su tarea y las múltiples
condiciones y problemáticas que la atraviesan, que conozcan de manera sólida aquello que deben
enseñar y sus formas de transmisión, que atiendan a las particularidades de los niveles para los que
se forman, tanto de sus sujetos como de sus instituciones.
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¿Qué actores conforman el equipo de conducción y de gestión en su institución?
¿Qué funciones asume cada uno/a?
En el apartado anterior la mirada estuvo puesta sobre cuáles son las finalidades, las metas en común,
que tienen estas organizaciones. En este nos dedicaremos a analizar cuál es aquel conjunto de
personas con roles diferenciados, que trabaja conjuntamente para la concreción de esas metas. En
este sentido, es preciso reconocer que en las organizaciones en las que trabajamos se conforman
tramas de actores y sujetos.
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Los actores, según Acuña y Repetto (2007), son
También podemos pensar que quienes habitan estas organizaciones e intervienen en el desarrollo
de sus acciones son sujetos: estudiantes con variadas experiencias, trayectorias y problemáticas;
docentes de distintas unidades curriculares, de distintos campos, provenientes de distintas
trayectorias profesionales dentro y fuera de la institución; entre otros. Asimismo, los y las integrantes
del equipo de gestión asumen sus roles a partir de responsabilidades que les son asignadas, pero
también desde sus propios recorridos profesionales y atravesados/as por condiciones y
características personales.
Finalmente, la trama institucional no se agota entre los muros de los institutos. La organización se
construye, también, en vínculo con otros agentes (escuelas asociadas, organizaciones sociales y
comunitarias, dependencias o programas estatales locales, jurisdiccionales o nacionales, entre otros)
y se encuentra anclada en un territorio. Según Carballeda (2012),
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(…) el territorio (...) puede ser entendido como una construcción social que se
desarrolla a partir de las significaciones y usos que los sujetos construyen
cotidianamente, a partir de historias comunes, usos y sentidos. Así como los
sujetos somos seres con historia, el territorio también la tiene y esa historicidad
es construida en forma colectiva (p. 28).
Construir y priorizar problemáticas resulta un asunto central y complejo. En principio, porque las
problemáticas no se desprenden directamente de la realidad, no son un dato, sino que resultan una
construcción a partir del análisis de la caracterización de la situación institucional, en función de
cierto marco valorativo particular. Es decir, la construcción de un problema supone asumir una
mirada que involucra ideas sobre la enseñanza, sobre el horizonte de la formación docente, sobre
quiénes son los sujetos a los que se está formado y cómo se los concibe, entre otras cuestiones.
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Para pensar colectivamente
Evocar e intercambiar sobre las ideas que, al momento de asumir el actual cargo
de gestión, tenían respecto a:
- el IFD y su funcionamiento;
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- los problemas institucionales más relevantes a ser abordados;
Precisar si estas ideas que tenían al asumir el cargo se han visto modificadas a lo
largo del tiempo… de qué manera… en qué sentidos… por qué razones.
Tal como mencionamos en el módulo 1, recabar información cuantitativa y cualitativa es una tarea
central y necesaria para caracterizar la situación a abordar.
En segundo lugar, es fundamental poder distinguir, en ese conjunto de problemas, cuáles interpelan
directamente el trabajo del equipo de gestión y cuáles revisten mayor prioridad. Por otra parte, la
construcción de problemáticas supone asumir una mirada institucional que involucra y pone en
tensión las voces de distintos actores con diversos intereses, perspectivas e hipótesis explicativas
sobre la realidad que se analiza y sobre las problemáticas propiamente dichas, lo que complejiza aún
más esta tarea.
En tercer lugar, tenemos que hacer el esfuerzo de distinguir cuáles son los asuntos problemáticos
sobre los que tenemos capacidad para intervenir, es decir, aquellos que constituyen problemas para
la gestión institucional. Por ejemplo, podemos identificar que hay problemas de la realidad social que
afectan a las trayectorias de nuestros y nuestras estudiantes sobre los que no se puede intervenir
directamente, pero sí podríamos diseñar acciones pedagógicas que hagan que esos y esas
estudiantes, que tienen determinada problemática vinculada a su realidad social, puedan transitar
de mejor manera y a buen término sus carreras de profesorado.
Por último, es deseable que el problema definido pueda ser comprendido en su contexto, teniendo
en cuenta distintas variables que podrían contribuir a explicarlo: ¿cuál es el origen de este problema?
¿fue variando a lo largo del tiempo? ¿Qué mirada tienen sobre este problema los distintos actores
institucionales? ¿Qué otros actores están involucrados y cómo aportan a ese problema? ¿Con qué
otros problemas se vincula?
En síntesis, analizar la situación de la institución supone considerar las características del contexto
institucional y los actores y sujetos que la habitan, e implica asumir, también, una mirada que atienda
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al territorio en el que se inserta, a las personas y organizaciones que forman parte de él, al tiempo y
espacio en el que ese problema se originó y está sucediendo actualmente. En ese contexto, la
información que obtengamos nos permitirá reconocer focos problemáticos; algunos de ellos será
preciso atenderlos desde la tarea de gestión institucional y otros requerirán otro tipo de abordajes.
Finalmente, entre el conjunto de problemas de gestión que identificamos, debemos hacer el ejercicio
de constituirlos como problemas pedagógicos de modo que, en primera instancia, podamos
despejarlos de aquellas situaciones de orden cotidiano, de resolución ritualizada o rutinaria, que
hacen a la vida de cualquier institución. ¿Todos los problemas de un IFD constituyen problemas
pedagógicos que tienen implicancia en la formación inicial de profesores y profesoras y, en este
sentido, requieren la planificación de una intervención para su abordaje? Para analizar esta
diferenciación, les proponemos el siguiente esquema que conjuga las variables que se ponen en
juego en el análisis de la situación institucional y la construcción de problemas para la intervención,
tal como la fuimos desarrollando:
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A lo largo de esta instancia de trabajo, nos propusimos caracterizar la tarea de los equipos de
conducción y de gestión y las instituciones en las que desempeñan su trabajo. Para eso, fue necesario
reconocer a los actores y sujetos que habitan los institutos de formación docente, así como a otras
instituciones y organizaciones que conforman el territorio en que se enmarcan. Desde este enfoque,
fuimos proponiendo categorías para orientar el análisis de la situación institucional a partir de
información pertinente con el objetivo de construir y priorizar problemáticas que requieran del
diseño de estrategias de intervención desde la gestión.
En este recorrido les fuimos proponiendo diferentes momentos de reflexión para compartir entre los
miembros del equipo de conducción y de gestión institucional. A continuación, los y las invitamos a
realizar, también de manera colectiva, la actividad de cierre –que pretende recuperar esas
reflexiones–, para luego compartirla en el foro con los y las colegas de otras instituciones, a partir de
la siguiente consigna.
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intervención? ¿Cómo ven los distintos actores institucionales este
problema? ¿Qué elementos o situaciones pueden originarlo? ¿Estas
situaciones son recurrentes o circunstanciales? ¿En qué medida
consideran que impacta en el trabajo del equipo de gestión
institucional?
Bibliografía obligatoria
Área Fortalecimiento Institucional Infod (2023). Análisis de la situación institucional. Disponible en el
aula.
Nicastro, S. (2006). "Trabajar de director o sobre un hacer en situación". En XXI. Revista de educación,
ISSN-e 1575-0345, Nº 8, 2006, pp. 61-68. Disponible en este sitio
Bibliografía complementaria
Acuña, C. y Repetto, F. (2007). “Un aporte metodológico para comprender (y mejorar) la lógica
político-institucional del combate a la pobreza en América Latina”. Documento de trabajo N° 44.
Universidad de San Andrés, Departamento de Humanidades.
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prácticas para el trabajo en Red
Normas citadas
Resolución del Consejo Federal de Educación N° 72/08. Disponible en este sitio
Créditos
Cómo citar este texto:
Área Fortalecimiento Institucional Infod. Dente, Liliana y Varela, Paula (coord.) Bustamante Rocco, María Sol;
Britez, Claudia; Durán, Lucía; Fernández Tobal, Claudia; Fischbach, Francisca, Lofeudo, Silvina; Malacrida,
María Gabriela; Ostolaza, Silvia; Rodriguez, Florencia; Senatore, Ana ; Suárez, Paula; Zyssholtz, Florencia
(2023). Instancia de trabajo 1 — Pensar la institución en clave territorial: definición y priorización de problemas
para la intervención. Actualización Académica en Políticas y Gestión Institucional de Institutos de Formación
Docente. Buenos Aires: Ministerio de Educación de la Nación.
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Módulo 2: El fortalecimiento institucional de los IFD
Presentación
Bienvenidas y bienvenidos a esta segunda instancia de trabajo del Módulo “El fortalecimiento
institucional de los IFD” en el marco de la Actualización Académica en conducción y gestión de
Instituciones de Formación Docente.
A partir de ahora, nos centraremos en reflexionar juntas/os sobre cómo generar condiciones
institucionales desde la conducción y gestión para desarrollar y fortalecer las propuestas formativas
de nuestras instituciones.
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1. El Fortalecimiento Institucional, notas para pensarlo
En el marco de las políticas públicas nacionales para la formación docente, se establece una línea de
acción centrada en el Fortalecimiento Institucional.
Es así que las políticas públicas otorgan direccionalidad a las propuestas institucionales tendientes a
la mejora de la formación docente. Los equipos de conducción y de gestión tienen como desafío
concretar dichas políticas que promuevan una formación docente inicial de calidad, inclusiva, en
condiciones de igualdad a los fines de contribuir a garantizar el derecho a la educación en el nivel
superior y en los niveles para los que forman los IFD.
Los espacios de trabajo entre colegas son fundamentales para el fortalecimiento institucional. En
ellos se discute e intercambia acerca de las perspectivas sobre el trabajo de enseñar, las estrategias
y enfoques de enseñanza y evaluación, la articulación de contenidos entre campos y espacios
curriculares, la relación de las decisiones formativas que se tomen con los niveles en los que se van
a desempeñar las/los futuros profesores y el vínculo del instituto con las necesidades de las
comunidades.
Por ello es importante que los Institutos de Formación Docente (IFD) articulen sus propuestas
formativas con el territorio del que forman parte, a través de, por ejemplo: intercambios con
instituciones de los niveles obligatorios y/o de diversas modalidades; instituciones del nivel superior,
con programas nacionales y jurisdiccionales, vinculados con políticas de infancias y juventudes,
culturales, entre otras.
1
Instituto Nacional de Formación Docente. (2021). “Proyectos de Fortalecimiento Institucional Bases para la
convocatoria 2021/2022”. Ministerio de Educación de la Nación.
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De este modo, el fortalecimiento institucional, al incluir una perspectiva territorial puede generar el
diseño de otras modalidades de intervención, la definición de nuevas prácticas que amplían y
complementan las que se vienen desarrollando. Así, pasan a formar parte de un proceso de
aprendizaje colectivo, de cambio cultural y construcción política. Por ejemplo, el intercambio
institucional con organizaciones comunitarias y sociales podría permitir que las y los futuros docentes
entren en diálogo con otras experiencias y perspectivas respecto del territorio, la educación, la
enseñanza y el aprendizaje.
En este marco, presentamos algunos irrenunciables que orientan la tarea del equipo de
conducción:
2. Dar respuestas a los requerimientos del sistema educativo desde una perspectiva
situada y territorial.
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● Alojando miradas interdisciplinarias y perspectivas diversas.
A lo largo de las distintas instancias de trabajo recorridas hasta ahora, se abordó la perspectiva del
trabajo político del equipo de conducción y de gestión. Es decir, se lo pensó como un trabajo que se
inscribe en un marco, en un contexto de acción en el que estamos todo el tiempo tomando
decisiones, entre posiciones, entre tensiones, entre conflictos. Una función central del equipo de
conducción es generar las condiciones y dispositivos de trabajo para el fortalecimiento institucional.
Nos interesa, en este momento, profundizar en algunas características o formas que va tomando el
trabajo de los equipos de conducción y gestión en las instituciones de formación docente
centrándonos en los siguientes aspectos:
○ la reflexión pedagógica
A partir de la lectura del texto: Nicastro, S. (2021). "El trabajo del director y la gestión y el
gobierno institucional”, en Revista Educación Media Suplemento Instituciones educativas,
en el cual la autora plantea los principios organizadores del trabajo de la/el directora/or o
equipo de conducción, les proponemos: Recuperar el problema identificado en la
producción correspondiente a la instancia de trabajo 1 y analizar con los colegas del
Instituto a qué principios organizadores de la tarea de la/el Director/a refiere y las
implicancias que ello plantea en términos de tensiones y desafíos a considerar en la
gestión institucional.
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2.1. La generación de condiciones para el diseño y desarrollo de acciones
institucionales
En los IFD se generan distintas acciones tendientes al fortalecimiento institucional. Algunas de ellas
tienen su origen en programas y proyectos provenientes de las políticas públicas nacionales y/o
jurisdiccionales para la formación docente. Otras, nacen de procesos de mejora iniciados al interior
de los institutos, a partir de problemáticas que los actores reconocen en sus realidades institucionales
singulares. La formulación y puesta en marcha de acciones institucionales suele convertirse tanto en
un potente analizador como en un “provocador”, para que las instituciones formadoras reflexionen
en torno a sus propuestas formativas –en un escenario de profundos cambios contextuales, de las
infancias y adolescencias– y, por consiguiente, en los niveles y modalidades para los que forman. Es
relevante focalizar en la necesidad de involucrar a todos/as los/as docentes formadores/as, a las/os
futuros/as docentes, a los/as docentes de los niveles obligatorios y modalidades, en el desarrollo de
proyectos.
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¿Cómo hacer desde nuestra posición de gestión y conducción para promover de manera
colaborativa acciones y proyectos transformadores?
¿Sobre cuáles de ellas se puede intervenir, total o parcialmente, y sobre cuáles no?
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múltiples instituciones, las preguntas que pueden orientar las acciones, sumándolas a
las que ya se plantearon, pueden ser:
¿Qué acuerdos es necesario establecer entre las escuelas, IFD y/u organizaciones
sociales y comunitarias? ¿En qué medida fortalece a la formación la vinculación con
los/as docentes de los niveles obligatorios y/o referentes de las organizaciones socio
comunitarias? ¿De qué manera aporta a la formación de los y las estudiantes de
profesorado su participación en los proyectos institucionales? ¿Qué nos proponemos
lograr con los/as estudiantes de la formación docente inicial? ¿Cuál es el sentido
formativo que plantean estás acciones/proyectos?
¿En qué medida se adecuan y concretan, a través de las acciones y proyectos, los
encuadres de trabajo de las diferentes políticas nacionales y/o jurisdiccionales
vinculadas con la educación, la ciencia, la cultura, el arte, la salud, entre otras?
Es en este sentido que tienen la responsabilidad de generar condiciones posibles para llevar a cabo
dichos procesos garantizando su carácter formativo. Por ejemplo:
● poner en valor los saberes que circulan en la institución a partir de las experiencias realizadas
(experiencias de prácticas, investigaciones, visitas, participación en congresos y/o
encuentros, etcétera.);
● reconocer los saberes, trayectorias, trabajos y experiencias realizadas por las y los docentes
y estudiantes;
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● propiciar el registro y socialización de las experiencias;
Para profundizar sobre estas ideas las/os invitamos a leer el material complementario
“Definiciones y características de la Intervención institucional”
A su vez, es necesario que el equipo de conducción habilite espacios a los fines de propiciar la
problematización e interpelación de aquellas concepciones, saberes y prácticas pedagógico
institucionales que requieran ser revisadas, actualizadas o enriquecidas.
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Algunas preguntas para orientar la participación democrática
(…) pueden reconocerse dos tradiciones, la tradición liberal que enfatiza la centralidad
de la representación política, y –de ahí– del establecimiento de lazos verticales entre los
ciudadanos y las instituciones del Estado (los ciudadanos son representados por el
Estado, el cual por su parte, en contrapartida, les garantiza cierto conjunto mínimo de
derechos), y la tradición democrática que destaca la importancia del valor de la
participación popular, deliberativa y activa, en los asuntos públicos, y, en consecuencia,
auspicia el establecimiento de lazos horizontales de los ciudadanos entre sí. (p.14)
¿Qué implica ser una institución educativa democrática? ¿De qué modo se garantiza la
democratización del conocimiento en condiciones de calidad e igualdad?
A los 40 años del retorno a la democracia en Argentina después de duros años de dictadura, el
gobierno nacional se compromete “a la formación de nuevas ciudadanías democráticas en tanto
política de Estado” (Res. 439/232). Estamos frente a una nueva oportunidad para profundizar el
sentido democrático de la propuesta formativa que implique: la democratización del conocimiento y
los modos de enseñar, los modos de participar, la horizontalidad en la toma de decisiones y el
involucramiento de los/as estudiantes en el proceso formativo, entre otras.
2
http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/normas/RCFE_439-23.pdf
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Res 439/23:
Que este CONSEJO FEDERAL DE EDUCACIÓN establece que las escuelas ofrecerán
situaciones de enseñanza y aprendizaje que promuevan en las y los estudiantes la
construcción de una identidad nacional plural respetuosa de la diversidad cultural, de
los valores democráticos y de los derechos humanos; el conocimiento y la comprensión
de las dimensiones éticas, jurídicas y políticas de nuestra historia reciente promoviendo
la construcción colectiva de la memoria;
(…)
Los ISFD, como todas las organizaciones, son la expresión de diversas voces, realidades y
experiencias. Asimismo, una gestión en la que participan múltiples actores (docentes y/o estudiantes,
etc.) acompañando a los equipos de conducción, favorece y promueve el fortalecimiento
institucional. Es así, que la participación en el recorte y reflexión sobre los problemas pedagógicos a
abordar, en la toma de decisiones, en la elaboración de proyectos pedagógicos, en la intervención en
general, promueve la democratización institucional.
Los equipos de gestión y conducción tienen un gran desafío para que su accionar sea un accionar
democrático. En este “accionar”, en esta “intervención”, es necesario, como plantean Andreozzi y
Nicastro (2003), “mantener una disposición permanente a observar, captar y comprender diferentes
puntos de vista” (p.30).
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comunitarias promoviendo y facilitando no solo la mejora en las condiciones y en el hacer cotidiano
sino, en la inserción territorial y en una formación docente inicial crítica y en contexto. Esta
participación, generaría y fortalecería nuevas relaciones y vínculos de cooperación colectiva que
enriquecerían las prácticas a partir del trabajo interdisciplinario, comunitario y con sólidas relaciones
y vínculos en red.
Es desde esta posición que el equipo de conducción y de gestión puede pensarse, valorando la
palabra, la mirada y la escucha para salir del esquema de gestión centralizada hacia la gestión
participativa, que cambie la concentración piramidal hacia una descentralización y democratización
de la toma de decisiones.
Actividad
Retomando lo producido hasta aquí en el Módulo 2, les proponemos que entre los distintos
integrantes del equipo de conducción del instituto y/u otros actores:
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Problema Líneas de acción Condiciones Actores
Identificado institucionales participante
necesarias s
ENTREGA: a través de la sección Actividades del aula. Cada integrante del equipo de
conducción deberá entregar el trabajo para que quede registro individual más allá de que
la producción será colectiva..
Nicastro, S. (2021). "El trabajo del director y la gestión y el gobierno institucional" en Revista
Educación Media Suplemento Instituciones educativas. Disponible en este sitio
Referencias bibliográficas
Carballeda, A. (2007). La intervención en lo social. Paidós.
25
Instituto Nacional de Formación Docente (2021). “Proyectos de Fortalecimiento Institucional Bases
para la convocatoria 2021/2022”. Ministerio de Educación de la Nación.
Taylor, W. (1977). “Educación y Democratización”. Revista de Educación N° 252 (SEP-OCT), pp. 75-91.
Recuperado de este sitio
Créditos
Cómo citar este texto:
Área Fortalecimiento Institucional Infod. Dente, Liliana y Varela, Paula (coord.) Bustamante Rocco, María Sol;
Britez, Claudia; Durán, Lucía; Fernández Tobal, Claudia; Fischbach, Francisca, Lofeudo, Silvina; Malacrida,
María Gabriela; Ostolaza, Silvia; Rodriguez, Florencia; Senatore, Ana ; Suárez, Paula; Zyssholtz, Florencia
(2023). Instancia de trabajo 2. La generación de condiciones institucionales para la intervención. Actualización
Académica en Políticas y Gestión Institucional de Institutos de Formación Docente. Buenos Aires: Ministerio
de Educación de la Nación.
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Módulo 2: El fortalecimiento institucional de los IFD
Presentación
Bienvenidas y bienvenidos a esta instancia de trabajo del Módulo de Fortalecimiento Institucional en
el marco de la Actualización Académica en conducción y gestión de Instituciones de Formación
Docente. En esta última instancia del módulo 2, abordaremos la sistematización y producción de
saberes pedagógicos en la formación docente inicial y el rol del equipo de conducción y de gestión
en dichos procesos.
4. ¿Cómo sistematizar?
Al igual que en las instancias anteriores, la clase cuenta con instancias denominadas “Para pensar
colectivamente”. Se trata de propuestas que esperamos, puedan orientar el intercambio y la
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reflexión entre el equipo de conducción y de gestión. Tengan en cuenta que, si esas propuestas
requieren de una intervención obligatoria en algún foro, eso será explicitado. De lo contrario, se trata
de instancias de reflexión y/o registro que funcionarán como insumo para acompañar la lectura.
Antes de iniciar con la lectura de esta clase, le proponemos a cada equipo de trabajo
formular dos o tres interrogantes acerca de la tarea de sistematizar experiencias y
producir saber pedagógico a partir de ellas y compartirlos en el foro “Primeros
interrogantes”. El sentido de esta actividad es explicitar algunos de los supuestos en
torno a la temática de esta clase para recuperarlos más adelante. Por eso, al finalizar el
recorrido de esta instancia de trabajo, les sugerimos volver a acceder al foro para
esbozar una respuesta a los interrogantes por ustedes planteados.
Si bien se trata de un aspecto aún en construcción en el marco de la formación docente inicial, hace
varias décadas que los enfoques reflexivos acerca de la enseñanza que se promueven en los institutos
de formación docente resultan un posicionamiento propicio para los procesos de sistematización y
producción de saber. Estos procesos implican instancias de análisis y reflexión colectiva para construir
saberes que resulten un aporte para la formación de docentes.
Sin embargo, los enfoques en cuanto a la práctica docente –y las concepciones acerca de las tareas
de las/os formadores/as y estudiantes de la formación docente que se derivan de ellos–, variaron a
lo largo del tiempo, aunque coexisten algunos de sus rasgos. Les proponemos realizar un breve
recorrido para situar la temática y algunos de sus debates en el campo de la formación docente inicial.
28
Se puede identificar un período que entiende a las prácticas docentes como campo de
aplicación de conocimientos, métodos y técnicas para enseñar. Aunque con sus
diferencias, aquí se reúnen tanto la tradición del normalismo, como la académica y la
tecnicista (Davini, 1995).
Si bien existe mucha evidencia que muestra cómo la práctica reflexiva contribuye a una buena
enseñanza y promueve docentes más autónomas/os (Liston y Zeichner, 1996; Perrenoud, 2004,
Smith, 2011; Domingo Roget, 2014, Anijovich y Cappelletti, 2014, Souto, 2016; Cerecero Medina,
2017), el análisis reflexivo no surge espontáneamente. Todas/os las/os docentes reflexionan sobre
sus prácticas, pero esto no se constituye per se en una práctica reflexiva. Entonces, ¿cómo pasar de
la reflexión ocasional a una práctica reflexiva sistemática? Para Anijovich y Cappelletti (2018), la
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actividad reflexiva consiste en un proceso de inferencia donde se produce “un salto de lo conocido a
lo desconocido”, por el cual expandimos la esfera del saber alcanzando un nuevo nivel de
conocimiento. Reflexionar en este sentido implica revisar la experiencia y analizarla críticamente en
tanto se acerca o se aleja de las intenciones previstas y de los hechos logrados. Pero también, poner
en diálogo ese proceso analítico no solamente con la experiencia y nuestras teorías en uso, sino con
principios teóricos que nos permitan profundizar sobre ella. Es desde esta concepción acerca de
las/os docentes –extensiva a las/os estudiantes de la formación docente– como sujetos críticos,
reflexivos y comprometidos en su proceso formativo, que podemos pensar en la sistematización y
producción de saber pedagógico desde la formación docente inicial.
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“(...) todas las propuestas de sistematización expresan una
oposición flagrante con la orientación positivista que ha
guiado y guía a las corrientes más poderosas en ciencias
sociales (…). Todo esfuerzo por sistematizar, cualquiera que
sea su traducción más operacional, se incluye en esa
alternativa que reacciona contra las metodologías formales.
La sistematización se incluye en esa corriente ancha que
busca comprender y tratar con lo cualitativo de la realidad
y que se encuentra en cada situación particular (Jara
Holliday, 2018, p.13).
“(...) los primeros abordajes que surgen sobre la sistematización en América Latina
provienen del campo del Trabajo Social, desde su propio proceso de constitución como
disciplina científica y profesional. Estos abordajes tienen como base cinco afirmaciones:
b. La negación de una metodología neutra, que era lo que sostenían las corrientes
norteamericanas dominantes en el periodo anterior.
Esta ruta, abierta por el campo del Trabajo Social, fue cortada brutalmente por los
procesos dictatoriales en los países del Cono Sur, pero en los años que siguieron fue
ampliamente proyectada en otros países gracias a la influencia de trabajadores sociales
que tuvieron que refugiarse en ellos” (Jara Holliday, 2018, p.34).
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Entendemos la tarea de sistematización, como la interpretación crítica de una o varias experiencias,
que da lugar a procesos de construcción y socialización de conocimientos situados a partir de tomar
distancia, ordenar y reconstruir dichas experiencias.
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En su libro “La sistematización de experiencias: práctica y teoría para otros mundos posibles”
(2018), O. Jara Holliday presenta algunos interrogantes acerca de la tarea de sistematizar
experiencias:
- Sobre qué es la sistematización: ¿Es un proceso o es un producto? En este segundo caso: ¿Es una
memoria descriptiva que documenta lo que se ha hecho o es un informe analítico e
interpretativo?
- En torno a qué puede ser “sistematizable”: ¿Todo el proceso desde el inicio hasta el fin? ¿Una
parte relevante? ¿Las diversas experiencias que promueve toda la institución u organización? ¿O
es mejor restringirse a sistematizar un proyecto o programa? ¿Se deben sistematizar
principalmente las buenas prácticas o también las experiencias fallidas o débiles?
- Sobre cuándo sistematizar: ¿Hay que esperar a que termine la experiencia o puede hacerse
paralelo a los procesos? ¿Se puede diseñar desde antes que empiece la experiencia o hay que
esperar a que esta ya esté en marcha?
- Respecto a para quién se sistematiza: ¿Para los sujetos protagonistas de la experiencia? ¿Para
las personas de las comunidades con las que se trabaja? ¿Para la institución u organización?
¿Para otras que tienen prácticas similares? ¿Para quienes financian los proyectos?
- Respecto a para qué se sistematiza: ¿Para dejar constancia de lo que se hizo? ¿Para presentar
un informe final? ¿Para aprender de la experiencia propia y no volver a cometer los mismos
errores? ¿Para que otras personas puedan aprender también? ¿Para construir nuevas prácticas
y también nuevas teorías?
- En torno a qué métodos y técnicas utilizar: ¿Tiene la sistematización una metodología propia o
pueden usarse técnicas o métodos de investigación, o de evaluación, o de estudios etnográficos?
¿Hay un procedimiento establecido para todas las sistematizaciones o cada una tiene que tener
un diseño particular?
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En el caso de las experiencias pedagógicas, el proceso de sistematización converge en la producción
de un tipo singular de saber. Como señala Altet (2005) por medio de la sistematización, es posible
formalizar y organizar saberes prácticos, que “[...] son el resultado de las experiencias cotidianas de
la profesión, están contextualizados y se adquieren en una situación laboral; también los llamamos
saberes empíricos o de experiencia” (p. 9). Se trata de saberes sobre la práctica, saberes que muchas
veces son invisibilizados o deslegitimados a pesar de ser aquellos que sostienen el trabajo cotidiano
en los espacios formativos.
Desde la perspectiva de las características epistémicas del saber pedagógico, Terigi (2012) plantea:
34
elaboración: desde las formas más sencillas de reconstrucción de las prácticas (imágenes, videos,
listas de acciones realizadas) a formas más descriptivas o narradas, hasta a la producción de saberes
pedagógicos que implican procesos de interpretación recuperando las voces de las/os distintas/os
actoras/es involucradas/os. Si bien nos interesa focalizar en el pasaje de lo descriptivo a lo
interpretativo, creemos que las distintas aproximaciones hacia una producción de saber
transformadora pueden ser entendidas como momentos de un proceso más amplio.
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3- La sistematización y producción de saber pedagógico en la Formación
Docente Inicial: docentes y estudiantes como productores de saber
“La ausencia de saber pedagógico para enfrentar determinadas situaciones genera la necesidad de redoblar los
esfuerzos por conocer y sistematizar experiencias concretas de enseñanza que muestren posibles bordes por donde
construir nuevas respuestas”.
Antes de profundizar en algunos aspectos de orden metodológico, les proponemos reflexionar sobre
el sentido de los procesos de sistematización y producción de saber pedagógico en el marco de la
formación docente inicial. Algunas preguntas para orientar la lectura podrían ser: ¿por qué promover
la sistematización y producción de saber en los institutos de formación docente? ¿precisamos nuevas
respuestas a las problemáticas educativas? ¿resultan procesos formativos para quienes participan de
ellos?
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espacios y tiempos para el ejercicio reflexivo en torno al trabajo de las/os formadoras/es. Participar
de dichos procesos, permite avanzar en un análisis socializado y superar una mirada individual, a
partir de la revisión colectiva de esquemas y matrices internalizados, para la mejora de las propias
prácticas. Avanzar en la producción de saberes a partir de la reflexión sistemática y colectiva,
En ese sentido, los saberes producidos por formadores/as y estudiantes en el marco de la formación
docente inicial, permitirían retroalimentar la propuesta formativa, enriqueciendo la mirada y
posibilitando alternativas de acción sobre los aspectos en torno a los cuales se produjo el saber.
Flavia Terigi (2012) afirma que el saber pedagógico construido no es suficiente para dar respuestas
fundadas a ciertos problemas del presente de nuestro sistema educativo y, por lo tanto, de las
prácticas docentes. Las características propias de la tarea docente –complejidad,
multidimensionalidad, imprevisibilidad, inmediatez e incertidumbre–, junto con los cambios
sociohistóricos que experimentan las sociedades, requieren de transformaciones en la forma de
producción y transmisión de saberes. En este sentido, consideramos relevante recuperar y poner en
valor los procesos de sistematización y producción en los espacios formativos ya que se trata de
procesos que podrían aportar a la construcción de una identidad y rol docente capaz de promover
37
acciones transformadoras.
saber pedagógico por defecto (...) que funciona de manera automática y se reproduce en las
prácticas sin que advirtamos siquiera su carácter performativo. La presencialidad, la
simultaneidad, la clasificación por edades, la descontextualización, son principios
estructurantes del funcionamiento estándar del sistema escolar y llevan a la producción de
saber pedagógico bajo aquellos principios (p.44).
En los últimos años, y particularmente, a partir del Aislamiento Social Preventivo Obligatorio (ASPO),
en los institutos de formación docente se desarrollaron prácticas diferentes a las habituales, prácticas
que rompieron en cierto sentido con el “saber por defecto” que menciona la autora, en tanto que
tuvieron que dar respuestas alternativas a la tarea de enseñar y de acompañar las trayectorias
educativas, en ese contexto. Estas prácticas alternativas que, en muchos casos, se enmarcaron en los
Proyectos de Fortalecimiento Institucional ya mencionados, podrían constituir experiencias
pedagógicas potentes en torno a las cuales construir saber pedagógico para socializar en el marco de
los institutos o más allá de estos.
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Les sugerimos ver la tercera jornada del tramo “La construcción y circulación del saber
pedagógico en la articulación entre ISFD, escuelas y organizaciones de la comunidad” en
la que participan el maestro y profesor Horacio Cárdenas y la profesora Paula Ripamonti.
Enlace: https://youtu.be/2GfX5jCVvvw
4- ¿Cómo sistematizar?
La rigurosidad metódica que propone Freire se refiere a un rigor creativo autogestionado. Es el resultado de
experimentar la criticidad como proceso en que la curiosidad se vaya tornando cada vez más exigente, o sea, se vaya
volviendo una curiosidad epistemológica.
La pregunta respecto de cómo sistematizar una experiencia no tiene una única respuesta. Desde la
perspectiva propuesta en esta instancia, que retoma los planteos O. Jara Holliday, no hay pasos
preestablecidos que muestren el camino hacia la sistematización y producción de saberes. El autor
propone evitar identificar lo metodológico con un problema de naturaleza instrumental. Ante el
interrogante acerca de cómo sistematizar experiencias; plantea que en ocasiones esa pregunta se
formula “con la expectativa de encontrar como respuesta un modelo, una receta, una secuencia de
pasos definidos que si seguimos fielmente nos permitirán arribar a un resultado exitoso. Eso,
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lamentablemente (o, mejor dicho, felizmente) no existe” (Jara Holliday, 2018, p.133). No obstante,
presenta momentos metodológicos generales que posibilitan orientar el proceso de sistematización
en una determinada dirección, de modo que permanezcan abiertos a modificar su curso en caso de
que sea necesario según lo que vaya ocurriendo en el trayecto.
● Vivir la experiencia
● Puntos de llegada
Es importante tener en cuenta que el autor no se detiene en las especificidades propias del campo
educativo y de la formación docente. Teniendo en cuenta lo anterior, queremos resaltar la
importancia de que en los ISFD se generen condiciones para que el proceso de sistematización y
producción de saber tenga lugar, ya que se trata de una estrategia válida de mejora de la práctica
profesional docente que aporta a la conformación de comunidades que aprenden de la experiencia
de todos sus miembros.
Esperamos que tanto los momentos metodológicos presentados como los aportes de esta clase,
resulten herramientas para definir estrategias de acuerdo con las condiciones, posibilidades y
recursos propios de cada contexto institucional y local, las características que tienen aquellas
experiencias que se desea sistematizar y las múltiples tareas que los equipos de conducción y de
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gestión llevan adelante.
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5- El rol del equipo de conducción y de gestión en la producción y
sistematización de saber
Tal como se viene desarrollando en el módulo, el equipo de conducción y de gestión lleva adelante
tareas que involucran diversas dimensiones: política, pedagógica, curricular, entre otras. Es quien
promueve una propuesta formativa que no se circunscribe únicamente al desarrollo de los diferentes
espacios curriculares, puesto que se trata de una trama compleja que se desarrolla en escenarios
singulares, bordeados y surcados por el contexto. Los desafíos, características y problemáticas
propias de la vida institucional dificultan, muchas veces, un ejercicio de análisis y reflexión
sistemático y colectivo acerca de la enseñanza.
En la segunda instancia de trabajo del presente módulo, se abordó la generación de condiciones para
el fortalecimiento institucional focalizando en: el diseño y desarrollo de acciones, la reflexión
pedagógica y la participación institucional democrática. En esa línea y teniendo en cuenta lo anterior,
nos interesa resaltar que, generar condiciones para la sistematización y producción de saber
pedagógico significa poner la mirada no solo en el conocimiento que se transmite en el instituto
formador, sino también en los saberes que se ponen en juego en las acciones, prácticas y proyectos
desarrollados. Tal como lo plantea Terigi (2007) los docentes transmiten un saber que no producen
y en ese proceso de transmisión producen un saber que no es reconocido como tal. Para sostener la
mirada en el conocimiento que se transmite y, también, en los saberes que se producen, es necesario
implicar a docentes formadoras/es y estudiantes manteniendo en movimiento la inquietud por
conocer y construir saber a partir de la propia experiencia.
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ejes podrían ser:
Estos ejes también podrían definirse durante el desarrollo del proceso de la experiencia y su
sistematización.
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● El pasaje de la descripción a la interpretación crítica
Consideramos que la segunda problemática resulta estructurante del proceso y le otorga sentido.
Por esta razón resulta fundamental hacer hincapié en los tiempos y espacios para que la reflexión y
análisis en torno a la experiencia –y por ende la posibilidad de la interpretación crítica– tenga lugar
en la vida institucional mientras se desarrolla la práctica o experiencia que se va a sistematizar. El
primer punto a considerar es que, desde el diseño de las experiencias a sistematizar, el equipo de
conducción y de gestión contemple espacios de trabajo que se valgan de los registros –narrativos,
fílmicos, fotográficos, entre otros– de las acciones realizadas, que tengan frecuencia, periodicidad y
continuidad, y que en ellos participen distintos actores involucrados/as. A modo de ejemplo, pueden
proponerse: ateneos, talleres de análisis de la práctica, talleres de documentación de experiencias
pedagógicas, producción de narrativas, etc. Se trata de avanzar hacia la sistematización y producción
de saber pedagógico partiendo de los primeros problemas, necesidades, supuestos y preguntas para
avanzar en la reflexión, análisis y enunciación respecto de las distintas temáticas que surgen del
desarrollo de las prácticas o experiencias. Se busca que las personas involucradas se asuman como
productoras de saberes teniendo como horizonte la transformación colectiva.
¿Cuáles son los enfoques teóricos que orientaron la práctica que se está
sistematizando? ¿Qué concepciones, posicionamientos y debates circularon?
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¿De qué modo la experiencia aportó a la problematización de concepciones, saberes y
prácticas e interpela la propuesta formativa de los institutos?
La tercera problemática que menciona el autor, hace referencia a las instancias de socialización del
producto de la sistematización. Consideramos que en las instituciones formadoras se desarrolla una
gran cantidad de experiencias y prácticas que podrían constituir una base para la producción de saber
pedagógico. Dada la relevancia que cobra esta producción, resulta importante que los institutos den
a conocer estos saberes a través de intercambios, debates y reflexiones conjuntas, y así favorecer el
carácter formativo de este proceso. Teniendo en cuenta la recursividad del proceso de
sistematización y producción de saber, la instancia de socialización constituye una oportunidad para
que los saberes continúen complejizándose, en la medida en que son resignificados según los
distintos marcos interpretativos, y/o recontextualizados según las particularidades y características
institucionales y locales. Entonces, esa instancia de socialización no es de cierre, sino de apertura a
nuevas miradas.
La actividad debe ser realizada entre los distintos integrantes del equipo de conducción y de
gestión del instituto.
Parte 1:
Parte 2:
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- Condiciones institucionales necesarias
Parte 3:
Teniendo en cuenta los aportes de la clase, elaboren argumentos que justifiquen el plan
propuesto.
Extensión:
Formato: archivo de texto word o similar. Fuente: Arial, tamaño 11. Hoja A4. Interlineado
1,5.
Entrega del trabajo: mediante el buzón de entrega. Cada integrante del equipo de
conducción deberá entregar el trabajo para que quede registro individual más allá de que
la producción será colectiva.
Bibliografía complementaria
Alliaud, A. (2011). “Narraciones, experiencia y formación”. En Alliaud, A. y Suárez, D. (coords.). El
saber de la experiencia. Narrativa, investigación y formación docente. Editorial de la Facultad de
Filosofía y Letras Universidad de Buenos Aires - Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales -
CLACSO. 1a ed.
Altet, M. (2005). “La competencia del maestro profesional o la importancia de saber analizar las
prácticas”. En Paquay, L., Altet, M., Charlier, E., Perrenoud, P. (coords.). La formación profesional del
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maestro. Estrategias y competencias. Fondo de Cultura.
Anijovich, R. y Cappelletti, G. (2018). “La práctica reflexiva en los docentes en servicio. Posibilidades
y limitaciones”. Espacios en Blanco Revista de Educación. Recuperado de este enlace (última vista
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Araneta, F., Artiguenave, D. G., Fazzari, D., Flores, M., y Mondragón Bruno, V. (2020).
“Sistematización de experiencias y saberes populares. Construcción de conocimiento colectivo en
procesos de extensión universitaria”. Actas de Periodismo y Comunicación, Vol. 6, N. 2, octubre 2020
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Borjas, B. (2003). Metodología para sistematizar prácticas educativas: Por las ciudades de Italo
Calvino. Federación Internacional de Fe y Alegría.
Cadena, F. (1987). La sistematización como creación de saber de liberación. Guía para la consolidación
de procesos de sistematización y autoevaluación. CEAAL.
Jara Holliday, O. (1994). Para sistematizar experiencias. Una propuesta teórica y práctica. Ediciones
Tareas.
Jara Holliday, O. (2018). La sistematización de experiencias: práctica y teoría para otros mundos
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Zeichner, K. M. (1993). “El maestro como profesional reflexivo”. En Cuadernos de Pedagogía, N°220.
Conferencia presentada en el 11° University of Wisconsin Reading Symposium: Factors Related to
Reading Performance, Milwaukee, Wisconsin, Estados Unidos (Texto traducido por Pablo Manzano
Bernárdez).
Créditos
Cómo citar este texto:
Área Fortalecimiento Institucional Infod. Dente, Liliana y Varela, Paula (coord.) Bustamante Rocco, María Sol;
Britez, Claudia; Durán, Lucía; Fernández Tobal, Claudia; Fischbach, Francisca, Lofeudo, Silvina; Malacrida,
María Gabriela; Ostolaza, Silvia; Rodriguez, Florencia; Senatore, Ana ; Suárez, Paula; Zyssholtz, Florencia
(2023). Instancia de trabajo 3: La sistematización y producción de saber pedagógico en la formación docente
inicial. Actualización Académica en Políticas y Gestión Institucional de Institutos de Formación Docente.
Buenos Aires: Ministerio de Educación de la Nación.
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