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Historia Del Dinero

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Principios básicos de Economía Política

3. Transformaciones del dinero

Prof. Mariano Gallego

Son pocos los objetos sobre los que recae tanto misterio como el dinero. Este siempre ha

atraído la atención de las mayorías y los intentos por apropiarse de una gran cantidad corren

de la mano de la ambición natural del ser humano. Si en términos racionales somos capaces

de asumir su valor “representativo”, el deseo nos traiciona y, al igual que con las religiones;

lo que en un principio nace como una herramienta y un medio culmina transformándose en

un objeto fetiche con valor “per se” asumiendo el dominio de las relaciones sociales.

La historia del dinero corre acorde al desarrollo y las necesidades de los sistemas

productivos y ha sufrido muchas transformaciones hasta desarrollarse como lo conocemos

hoy. Su historia es casi tan antigua como la de los sistemas sociales, sin embargo, es con el

surgimiento de la economía que adquiere un interés “científico”.

Una buena definición es la que da Francisco Valsecchi al definirlo como

“un medio de compra indeterminado (…) lo cuál significa con ese medio se puede adquirir –

dentro de ciertos límites- cualquier cosa, a cualquier persona en cualquier lugar y tiempo”

(Valsecchi, 1993: 21).

En principio, y siguiendo esta definición, las principales funciones del dinero son:
 servir como medio de cambio, o sea, que pueda ser usado en las transacciones

comerciales, algo que hoy nos parece simple pero que, requiere algunas

características como ser confiable, transportable, etc. que tardaron varios años en

desarrollarse.

 Servir como unidad de cuenta, o sea que sirva de referencia para “medir” el valor

del las mercancías que se requiere intercambiar.

 Ser depósito de valor, es decir, que sirva para el ahorro, ya fuera a corto o a largo

plazo.

El Trueque

En un principio el comercio se hacía a través del sistema de trueque, los intercambios de

mercancías se daban en el mercado, éstos eran lugares físicos adonde campesinos y

artesanos llevaban sus sobrantes (productos con bajo agregado tecnológico muy incipiente

o productos de la tierra, diferentes tipos de cultivos, ganado y sus derivados, leche, lana,

etc.) y los intercambiaban. Para que esto funcionara debía darse una “doble coincidencia de

deseos”, o sea las necesidades de comprador y vendedor debían coincidir.

En las costas de Fenicia -por ejemplo- se dio el caso del “trueque mudo” que consistía en lo

siguiente; los comerciantes depositaban sus mercancías en las playas de las comunidades

con las que comerciaban, a lo que sus pobladores les adjuntaban los productos que

desarrollaban junto a las mismas. Si los comerciantes consideraban justo el intercambio,

simplemente las tomaban y partían, de lo contrario, volvían a los barcos a la espera de que

sumaran algo más hasta alcanzar el “valor” deseado.


Unidad de cuenta

Con el desarrollo del comercio surgieron distintos bienes sobre los que se depositó el

“valor” dando lugar a los sistemas transitivos o a la “unidad de cuenta”. Este no era más

que algún bien que se convenía como depósito de valor y a su vez servía para medir el resto

de los intercambios. Es decir, un par de zapatos es el equivalente a dos sillas y éstas el

equivalente a un cuarto de kilo de caucho, ello significa que con un cuarto de kilo de

caucho voy a poder comprar cuatro pares de zapatos.

Este fue el principio del “dinero” y permitió lubricar los intercambios ya que ya no se

necesitó más de la “doble coincidencia de deseos”, si alguien deseaba una mercancía no

hacía ya falta que al segundo le interesase algo producido por el primero, simplemente se la

pagaba con este bien equivalencial (por ejemplo, el caucho) y así se producía una operación

abierta.

El “dinero” adquirió diferentes formas dependiendo de la región; piedras, conchas marinas,

cebada, semillas, trigo, diversas especias, caucho, tabaco, sal (Weatherford, 1998).

“Se dice que en las épocas rudas de la sociedad el instrumento común del comercio era el

ganado; y aunque debió haber sido extremadamente incómodo, sabemos que en la antigüedad

las cosas eran a menudo valoradas según el número de cabezas de ganado que habían sido

entregadas a cambio” (Smith, 1994: 56).

El metal
Según el historiador Herodoto, los primeros registros que se tienen de una moneda en metal

son en Lidia (actual Turquía) en el año 650 antes de Cristo. En pos de una más efectiva

recaudación de impuestos, el Rey Alyattes mandó a fabricar la primera moneda en metal,

una aleación de oro y plata de 4, 75 gramos llamada Electrum, cuyo significado es aleación.

Todo desarrollo histórico crea sus necesidades tecnológicas y viceversa, en ese momento

histórico, se conjuga una complejización del comercio con el descubrimiento de grandes

yacimientos metalíferos, y es en razón de la necesidad de contar con elementos más

precisos de medición y las posibilidades materiales, que, las sociedades agrarias van a sufrir

grades procesos de urbanización. La invención de la moneda en metal en Lidia produjo un

desarrollo sin precedentes, y esto fue rápidamente imitado por los griegos cuyo impacto ha

sido no solo económico sino político, ya que

“…el dinero en moneda habría permitido el paso de una sociedad aristocrática y jerárquica a

otra mercantil y democrática” (Hopenhayn, 2002: 35)

Estas transformaciones hacían necesaria una moneda que acompañara el proceso,

agilizando las transacciones y reuniera las siguientes características.

1. Perdurabilidad: las vacas, así como la cebada, el trigo, etc., tenían un tiempo de

vida limitado y se hacía muy dificultoso el “ahorro”.

2. Depósito de valor: razón que se desprende de la primera, precisamente la

posibilidad de ser acumulado. A diferencia de los bienes mencionados, el metal

puede durar millones de años.


3. Maleabilidad. Así como sucede con las vacas y su perentoriedad, también como

“tesoro” es muy difícil de transportar, a diferencia de la moneda en metal, mucho

más dúctil, que las vacas o el trigo en grandes cantidades. Incluso la sal al ser tan

volátil es fácil que se pierdan grandes cantidades 1.

4. Servir como “unidad de cuenta”: En relación al desarrollo del comercio se hacía

necesario una moneda que hiciera más fácil medir los intercambios, o sea, otorgar el

valor exacto.

5. Ser divisible: es decir, una cabeza de vaca tenía un valor demasiado alto para

determinados intercambios menores, el dinero en metal posibilitó una mayor

división; “Los metales pueden ser, no sólo conservados con menor pérdida que

cualquier otra cosa, puesto que casi no hay nada menos perecedero que ellos, sino

que además pueden ser… dividido en un número indeterminado de partes…”

(Smith: 57)

Uno de los contratiempos que derivaron de la moneda en metal fueron los problemas de la

falsificación, por eso era necesario que llevasen estampados el sello público denominando

cantidad y certificación.

“Los inconvenientes y dificultades de pesar estos metales con precisión dieron lugar a la

institución de las monedas; se suponía que su sello que cubría por completo ambas caras y a

veces también el peso del metal” (Smith, 1994: 59).

1
Es muy habitual escuchar que el traspaso de sal de mano en mano puede concluir en la pelea, esto que no
deja de ser una superstición, tiene antecedentes materiales ligados a su composición volátil; en épocas en
que la sal se utilizaba como medio de pago existían ciertos protocolos, como apoyarla en alguna superficie
estable, a los efectos de evitar malos entendidos, dado que si se la traspasaba de mano en mano y se
derramaba nunca quedaba claro quién era el responsable.
Si bien esto aceitó los intercambios económicos, no significó que el resto de los bienes que

funcionaban como “unidad de cuenta” desaparecieran de una vez, ya que por un tiempo

siguieron conviviendo como por ejemplo la sal que entonces era muy costosa y algunos

funcionarios y soldados en Roma se les pagaba con ésta -de donde proviene el concepto de

salario (salarium)-, el ganado -de donde posteriormente deriva el concepto de “bien

pecuniario 2”-, también continuó existiendo como medio de pago, otro ejemplo son las

piedras de la isla de Yap, que perduraron hasta entrado el siglo XX, así como todas las

formas de trueque. Sin embargo, a medida que el comercio se unificaba y la sociedades se

“globalizaban”, todas comenzarían a adoptarlas.

Dinero en papel

La siguiente gran transformación del dinero va a ser el surgimiento de la moneda en papel o

dinero representacional. Esto se produce durante el Renacimiento en Italia y coincide con

algunas transformaciones culturales importantes como el surgimiento de la modernidad y el

protestantismo que iba a asimilar la riqueza y el manejo del dinero de un modo más natural,

a diferencia de un catolicismo culposo que nunca terminó de aceptarlo y que consideraba

cualquier tipo de “interés” usurario, teniendo como uno de sus filósofos más importantes a

2
El concepto “pecuniario”, de uso corriente refiere al valor económico que poseen los bienes. Sin embargo,
si significado etimológico proviene del latín pecus y significa Res. Respecto a las monedas, en un principio su
valor estaba dado por su peso, y durante el imperio romano se las llamaba Pecunia pesata, posteriormente,
a causa de la incomodidad que generaba estar pesándolas con cada transacción, se estampó su “valor” que
no era otra cosa que su peso, y comenzó a denominárselas pecunia numerata. Esto nos demuestra la
importancia que tuvo el ganado como unidad de cuenta y la forma en que –al igual que ocurrió con la sal- su
significado en relación al dinero se traslada hasta nuestros días. Sobre algunas monedas en metal
directamente se solía estampar la forma de cabeza de ganado.
San Agustín, quien se preguntaba respecto del sentido de las posesiones materiales. Nos

encontramos, a su vez, a las puertas del sistema capitalista que va a invertir toda lógica

económica (de M-D-M a D-M-D´3) dando origen a un sistema de comercio más sofisticado

-la primera bolsa de comercio surge en Amberes, Bélgica, en 1460- en el que es vital la

“acumulación”, redefiniendo el campo de las “inversiones” y potenciando un desarrollo

para el que se hacían necesario instrumentos monetarios aún más dinámicos que la moneda

en metal. En este sentido, la historia nos muestra una vez más, una relación dialéctica entre

las “necesidades” materiales y la cultura.

La responsable del surgimiento del dinero en papel, fue básicamente la banca privada. Al

igual que hoy en día, la función de los bancos es la de actuar como prestamistas y a la vez

como depositarios de capital. La diferencia importante es que, en aquel entonces, se

depositaban metales. Es decir, si uno tenía un capital acumulado podía acudir a éstos ya

sea, con la finalidad de encontrar un resguardo más seguro que la tenencia propia, ya sea

con la finalidad de obtener un interés que a su vez el banco le va a cobrar a quién tome una

deuda. En ese caso el Banco D le otorgaba un documento que certificaba el depósito con un

sello de acreditación.

De ahí que, en lugar de portar el metal contante y sonante, comenzaran a circular estos

“papeles” que no eran más que la representación del mismo. Por ejemplo, si al señor X, se

le ocurría hacer un negocio o saldar una deuda con Y, en lugar de acudir al banco y hacer la

operación de tomar sus metales para otorgárselos a Y, le era más conveniente saltarse aquel

3
Esto lo veremos detalladamente en el capítulo Conceptos fundamentales del Marxismo.
paso y ofrecerle a Y directamente el documento que acreditaba su depósito en el Banco D.

Estos documentos posteriormente se transformarán en Letras de Cambio 4, de esta forma

surge el dinero en papel o representacional que, como el nombre lo dice, no es más que la

garantía de un depósito real que se encuentra físicamente en alguna parte.

Con el surgimiento de los Estados Nación, esta función se trasladó a los Estados y

posteriormente a los Bancos Centrales de cada país5, entidades que serán las encargadas de

garantizar, así como controlar, la emisión monetaria (imprimir el dinero circulante). Es así

que, durante el SXIX comienza el comercio a gran escala entre diferentes naciones, surge lo

que se conoce como el Patrón Oro, que significa que toda moneda emitida debía estar

respaldada en sus reservas en oro, o sea, para poder emitir, los bancos centrales de cada

nación debían garantizar el dinero circulante con los depósitos en sus reservas con la

finalidad de que quien acuda a cambiar su “billete” pudiera obtener a cambio el “respaldo”

correspondiente. Esto hacía que si uno vendía una mercancía en India, existiera una medida

“común” que equiparaba el “valor” de la misma, dando al comercio una “equivalencia” a

nivel universal.

Las primeras décadas del SXX serán muy agitadas, principalmente con la crisis del 29, esto

–promovido por el keynesianismo- llevó a que se abandonara el Patrón oro con el objetivo

de abaratar los precios respecto al comercio global y favorecer el empleo, llevando a la

4
Documento que garantiza que el deudor pagará a un acreedor una suma de dinero fija en una fecha y lugar
específicos.

5
La creación de los Bancos Centrales como institución no fue automático -en algunas naciones se produjo
muy tardíamente- y era la banca privada la que “negociaba” con los diferentes estados la función de
imprimir billetes y el control monetario.
emisión de moneda sin respaldo, generalizando lo que se denomina “dinero fiduciario”

(dinero sin respaldo y que su valor estará únicamente dado por la fe o confianza que se

tiene en el mismo).

Respecto al patrón oro la historia, como siempre, nos muestra dos caras. Si bien es de

común acuerdo que este culminó a finales de la segunda guerra cuando Estados Unidos se

hace cargo de financiar la economía europea con su Plan Marshall, impone el Patrón Dólar,

esta nación se comprometía a respaldar su moneda que regía los intercambios a nivel

mundial con el oro de la reserva de Fort Knox. Sin embargo, es en 1971–cuando, entre

otras cosas, Francia comienza a reclamar el oro que le corresponde por los dólares de sus

reservas-, que Nixon, al mando del gobierno, decide acabar con ese respaldo y las

transacciones a nivel mundial, van a estar regidas por una moneda FIAT (de fe).

O sea, a diferencia del período anterior, en el que cualquiera podía reclamar su porción de

plata por dólar, desde aquel momento, esto no es más posible ya que el dólar comienza a

valer, per se, o sea por la confianza que se le otorga.

Sin embargo, como analizamos cuando profundizamos sobre lo que implica la economía

política, al diferenciar el análisis económico de una simple técnica o una ciencia natural,

sabemos que esta clase de modelos siempre se encuentran atravesados por relaciones de

poder, por lo que, dependiendo qué rol se ocupe en términos geopolíticos dependerá de la

capacidad de emisión monetaria. Por ejemplo, EEUU puede imprimir billetes libremente

sin que ninguna institución mundial le pida explicaciones (en los últimos dos meses –Junio

julio 2020 imprimió más billetes que en toda su historia), a diferencia de países con poco
peso en términos geopolíticos como el nuestro que recibe pedidos de explicación cada vez

que se produce un proceso de impresión, exigiéndole además que pueda respaldarlo con sus

reservas, por ejemplo, en dólares como en Argentina, socavando su confianza.

Dinero electrónico

Con los desarrollos informáticos a finales del siglo XX se producirá la tercera gran

transformación del dinero que va a ser el dinero electrónico. El tercer hito del dinero

posiblemente sea el dinero electrónico, al que se va a sumar las monedas virtuales como el

Bitcoin.

Esto será tratado en un capítulo más adelante.


Bibliografía consultada

Hopenhayn, M. (2002). El mundo del dinero. Ed. Norma. Buenos Aires.

Smith, A. (1994). La Riqueza de las Naciones. Ed. Alianza. Madrid.

Valsecchi, F. (1993) Qué es la economía. Ed. Macchi, Buenos Aires.

Weatherford, J. (1998). La historia del dinero. Ed. Andrés Bello. Barcelona.

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