Fratern I Dad Es
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Fratern I Dad Es
Finalidad:
Presenta las Fraternidades Juveniles en Éxodo como una de las forma para cumplir la Vida de servicio
comunitaria. Es importante insistir que la Fraternidad Juvenil es el lugar donde se crece en espiritualidad personal y
comunitaria. Y, animar a que cada Caminante esté integrado en una Fraternidad Juvenil.
En la Fraternidad juvenil el caminante debe ser como fermento y debe ayudar a que cada grupo viva el
verdadero compromiso cristiano. Además, se presentará la necesidad de los equipos misioneros, cuando estén
preparados, deberán integrar los equipos misioneros, para ir siendo apóstoles de otros jóvenes.
El tema debe estar lleno de vivencias sobre lo que es un grupo juvenil, su importancia y sus dificultades.
Vida de Oración: Lo primero que tenemos que vivir en nuestra Fraternidad Juvenil es la vida de oración. Tenemos
que ser capaces de hacer silencio y de comunicarnos con Dios. Dentro de nuestras reuniones y cuando estemos
juntos. Tenemos que poder leer la Biblia juntos y compartir nuestras experiencias; ser capaces de ir reflexionando
sobre todo en nuestra vida personal y social, a la luz de la Palabra de Dios, para ir descubriendo todo lo que está
equivocado y prepararnos de tal manera, a ser verdaderos profetas.
Vida Sacramental: La vida sacramental la vamos a vivir en nuestros Fraternidades Juveniles por medio de las
Eucaristías y Confesiones. Esta vida la vamos a cumplir en la medida en la que como Jesucristo, aprendamos a ir
renunciando a nosotros mismos y dando nuestra vida para hacer más felices a los demás y para que nuestros
hermanos se acerquen a la verdad.
Vida de Servicio: La vida de servicio la vamos a realizar a través de los tres aspectos que ayer veíamos como típicos
del compromiso cristiano.
Tenemos que ir tratando que cada uno de los miembros de nuestro Fraternidad Juvenil y nosotros
mismos lleguemos a ser verdaderamente personas maduras. Para eso tenemos que organizar charlas, encuentros y
actividades que nos permitan irnos dando cuenta de nuestras inmadureces y que nos indiquen caminos por los que
podamos ir siendo libres.
Tenemos que ir tomando conciencia de los deberes que tengamos hacia nuestra familia. Además,
tenemos que organizar actividades con los padres y con los demás miembros de nuestras familias, en las que
dialoguemos, oremos y busquemos todos juntos, la manera de que nuestra familia vaya siendo cada vez mejor. Si no
hacemos esto, nos vamos a ir quedando solamente en palabras y no vamos a bajar nunca a la realidad.
Tenemos que comprometernos en construir la civilización del amor. Este quizás sea el compromiso
más delicado y más difícil. Para esto tenemos que comprometernos en la construcción de un mundo justo, de ese
mundo que Cristo quiere. No bastan las palabras. No bastan las protestas. Debemos tener valor para denunciar todo
lo malo, pero tenemos que comprometernos activamente en construir esa nueva civilización. Para eso tenemos que
comprometernos con los pobres, estar con ellos. Darles la mano para que juntos salgamos adelante.
En nuestro compromiso debemos de tener cuidado, queremos el cambio, pero no cualquiera; el fin que nos
proponemos conquistar no lo vamos a lograr por cualquier medio, nuestro método es la NO-VIOLENCIA. Por eso
tenemos que tener cuidado. No somos conformistas, pero tampoco somos violentos. No nos debemos dejar
instrumentalizar ni confundir por otros que tal vez hablan el mismo lenguaje nuestro, pero, tienen otros fines.
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