1 Español
1 Español
1 Español
nuestros problemas. En la vida, es tan difícil confiar en una persona real que nos escuche y guarde
nuestros secretos. Mi nombre es Alan, y esta es mi historia. Tenía 10 años y vivía con mis padres. Yo
era alguien que prefería estar solo. No quería tener amigos, al menos no en la vida real. Yo era un
niño especial y por eso también era diferente.
Mientras estaba en clase en la escuela, siempre estuve muy callado, serio, y siempre estaba lejos de mis
compañeros. Ellos solían burlarse de mí casi todos los días por mi forma de ser. Yo siempre los ignoraba,
pero ya estaba cansado y a veces solo quería huir. Ellos me tiraban cosas y me ponían sobrenombres. Se
burlaban de mí todos los dias solo porque siempre estaba solo, y no tenía amigos. Cada vez que llegaba
a mi casa después de la escuela me sentía triste, deprimido, sin querer hablar con nadie, ni siquiera con
mis padres. Una vez, mi mamá me preguntó qué me sucedía, pero yo no quería hablar con ella y me
encerré en mi cuarto. Mi mamá sabía que algo me estaba pasando y fue a hablar conmigo.
Mi mamá fue a hablar con mi papá sobre mi situación. Querían buscar una solución para mi problema.
Pensaron que yo no era normal y por eso actuaba de esa manera. Ellos no entendían que yo veía este
mundo de una manera muy distinta a los demas. Ese dia me quedé encerrado en mi habitación todo el
día sin querer salir, ni siquiera para cenar. Honestamente, no tenía ganas de socializarme con nadie.
Al día siguiente, mi mamá decidió ir a la escuela para hablar con el director sobre mi problema, y el
bully que los otros estudiantes tenían conmigo. Yo no sabía que ella estaba allí. Ellos estaban
considerando varias opciones para ayudarme. El director envió a alguien a mi clase a buscarme. Yo
estaba confundido. No entendía que estaba pasando. Porqué tenía que ir a la oficina, y mis compañeros
se burlaron de mi. Pensaron que yo estaba en problemas. Yo estaba confundido, pero cuando llegué a la
oficina, vi a mi mamá.
No quería aceptar que necesitaba ayuda. Por alguna razón, sentí que era muy vergonzoso. El director
me habló de mi actitud y trató de hacerme entender que socializarme con otros estudiantes era bueno
para mí. Cerrarme en mi pequeño mundo no era saludable en lo absoluto, pero los niños de la escuela
no eran buenos conmigo. Ellos no entendían mi situación y siempre me hacían sentir poca cosa. Como si
yo fuera una basura. ¡No! No podría socializarme con ellos. Mi mamá tuvo la idea de cambiarme de
escuela para que me sintiera mejor conmigo mismo, pero no me gustó la idea. No quería volver a
empezar de nuevo, aunque no estuviera contento en mi escuela. El director no estuvo de acuerdo de
todos modos. Él ofreció otras opciones que la escuela ofrecía para ayudarme. Hablaron de mudarme a
otra clase con otros estudiantes especiales como yo. Esa idea si me gustó y mi mamá estuvo de acuerdo.
Así que hicieron todos los trámites para mudarme de clase. Al yo regresar a mi clase actual, los
estudiantes comenzaron a reirse de mí, ya que seguían pensando que me había metido en problemas.
Yo los ignoré, pero estaba muy cansado de ellos y lo unico que quería era huir. No pude soportar más y
salí de la clase corriendo, escondiendome en unos de los pasillo de la escuela llorando. Donde nadie
podía encontrarme. Estaba cansado de ser la persona que yo era. Odiaba ser diferente a los demás. De
repente, escuché una voz que me llamaba por mi nombre. Pensé que era uno de mis compañeros
buscándome, pero no vi a nadie. Así que me que escondí y me quede tranquilo. No dije una palabra para
que no me encontraran, pero una vez más oí la voz que decía mi nombre. Cerré mis ojos, sin querer ver
quién me llamaba.
Abrí mis ojos suavemente y vi a un niño con un traje blanco parado frente a mí. Me ofreció su mano
para ayudarme a levantarme. Yo lo miraba extrañamente. Nunca lo había visto antes.
"Alan, ¿dónde estabas? Te he estado buscando por todas partes". Preguntó mi maestra.
"Estoy cansado, señorita Rivera. No quiero estar más aquí."
"Entiendo, Alan, pero escuché que te mudaras de clase la proxima semana. Solo debes de ser fuerte por
un tiempo más y haré lo posible para no permitir que los otros niños se burlen de ti."
"Esta bien, pero ¿Uriel puede venir conmigo?"
"Uriel? ¿Quién es Uriel?"
Como no vivía muy lejos de la escuela, Uriel y yo caminamos juntos hasta mi casa, hablando y
conociéndonos mejor. Noté que la gente me miraba muy extraño, pero no le dí mucha importancia. Yo
estaba muy contento de tener un nuevo amigo, y estaba loco de presentarselo a mis padres. Finalmente
llegamos a mi casa y en cuanto entré, llamé a mi mamá.
Mi mamá me miró sin decir una palabra. Ella no sabía qué decir. Me miró como si yo estuviera loco.